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4 BABELIA EL PAÍS, SÁBADO 16 DE SEPTIEMBRE DE 2006

EL LIBRO EN LA RED
Los temores de Updike en re-
lación con el papel del autor en
un mercado globalizado tienen
algunos puntos reales. Según el
escritor boliviano José Edmun-
do Paz Soldán, profesor de lite-
ratura en la Universidad de Cor-
nell, hay que prepararse, en
efecto, para el fin del autor tal
como lo conocemos hoy. “A los
libros les cuesta hoy venderse
solos, y por eso las editoriales
sueñan con tener autores me-
diáticos, y algunos escritores
caen en la tentación y se susci-
tan escándalos como el de Ja-
mes Frey: una gran novela, En
mil pedazos, es vendida como
las memorias del autor, porque
eso permite que Frey ingrese en
el circuito del talk show norte-
americano (Oprah y compa-
ñía), que es donde se promocio-
nan masivamente las noveda-
des editoriales”, afirma.

“En Estados Unidos, los li-


bros clásicos, los de autores
muertos, parecen leerse sólo en
universidades. El mundo edito-
rial forma cada vez más parte
del hipermercado actual de la
cultura. ¿Qué pueden hacer los
Biblioteca de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), de la que Google ha digitalizado 2,4 millones de libros. AP escritores para resistirse a ello?
¿Quieren? ¿Deben? El circuito

No toques mi libro
del libro funciona gracias a la ca-
dena editores-agentes-autores-
medios-libreros-lectores, y si el
cambio no ocurre a todos los ni-
veles, las ansiedades de Updike
La disponibilidad de libros en Internet facilita la tarea de los investigadores y permite también que muchos de éstos tardarán poco tiempo en hacer-
puedan ser manipulados por los lectores. Se avecinan cambios en la relación de los lectores con los textos, de los escri- se realidad del todo”, continúa
tores ante las demandas del mercado y de la edición en papel. Todo tipo de cábalas para apocalípticos e integrados. Paz Soldán.
“Eso, sin embargo, no debe-
escritores. Hay algunos que si- los discos, hay quienes lo conside- ra eso. La biblioteca universal de ría hacernos caer en la nostal-
F. J.
guen escribiendo a mano, en ran una idea peregrina e irreal. Google tiene la ventaja de servir gia de que todo tiempo pasado
ace cuatro décadas, cuadernos, como Javier Ma- “Toda creación literaria implica para localizar el origen de una fue mejor. Durante muchos si-

H Umberto Eco hablaba


de dos bandos opuestos
en su famoso estudio so-
bre la cultura de masas: apocalíp-
ticos e integrados. Apocalípticos
rías, quien dice no haber toca-
do jamás un ordenador. O co-
mo Mario Vargas Llosa, quien
recientemente manifestó que le
horrorizaba la posibilidad de
intertextualidad: ‘¡En un lugar
de La Mancha’ era un verso de
un romance!”, apunta José Anto-
nio Millán, escritor y experto en
la cultura de las nuevas tecnolo-
cita que no sabemos de dónde
viene, pero su fin no será primor-
dialmente literario, sino de refe-
rencia, de investigación… En un
medio editorial en el que cada
glos vivimos sin libros y sin la
idea moderna, individualista
de autor; de una manera algo
irónica, quizá los cambios tec-
nológicos hagan que las socie-
eran los que se resistían a las in- que Internet reemplazara las bi- gías. “La visión de Kevin Kelly de vez más libros de pensamiento o dades del siglo XXI vuelvan a
novaciones tecnológicas y su uso bliotecas repletas de libros. un mundo de trocitos de texto flo- de ensayo se publican sin índice vivir sin libros y sin autores (o
en la creación artística; integra- tando por Internet, listos para re- de nombres o de conceptos, el con un concepto muy diferente
dos eran los que veían estas nove- En cuanto a la posibilidad combinarse, es ingenua y atrasa- acceso a la búsqueda digital pue- del autor). Eso no significa ne-
dades con optimismo y fe ciega apuntada por Kevin Kelly de que da. Los fragmentos de obras en de ser una bendición… sobre cesariamente que se esperen
en ellas. El semiólogo italiano cri- los libros terminen fragmenta- donde flotan es en la memoria todo para quienes ya han com- años terribles para la literatu-
ticaba ambas posiciones. Hoy dos por la red, a disposición de de los lectores y de los escritores, prado los libros, o para quienes ra; lo que nos esperan son años
esos dos extremos vuelven a te- cualquiera, como ha sucedido y desde ahí actúan en la creación están buscando un libro sobre de redefinición de lo que enten-
ner adeptos, sobre todo entre los con las canciones en relación con literaria: no hace falta Google pa- un tema concreto”. demos por literatura”.

¿El epílogo de la era Gutenberg?


www.nytimes.com/2006/ dor pone al servicio de los in- (Centro Español de Derechos
JOSEP M. SARRIEGUI
05/14/magazine/14publis ternautas, con el objetivo de Reprográficos).
www.nytimes. hing.html?ex=1305259200& que tengan acceso directo al
com/2006/06/ en=c07443d368771bb8& mayor número posible de libros www.espacioblog.com/cibe
25/books/re ei=5090 sobre los que no rigen dere- rescrituras/post/2006/06/11/
view/25updike. El otro polo de la discusión, el ar- chos de autor o éstos han sido literati-vs-technorati
html?ex=1308 tículo Scan this book! (¡escanea cedidos expresamente. Ofrece El blog Ciberescrituras repasa
888000&en=abae4f55e5cc este libro!), de Kevin Kelly, escri- también un programa de afi- la polarización entre John Up-
273a&ei=5090&partner=rs tor y periodista de Wired, la re- liación destinado a libreros, dike y Kevin Kelly en castella-
suserland& emc=rss vista internacional de referencia con el fin de promocionar no y ofrece un listado de sitios
Dividido en dos partes, aquí se en el mundo de las nuevas tecno- obras recientes poniendo en web en los que ampliar infor-
puede leer el artículo de John logías. Esta versión digital cons- el ciberespacio fragmentos de mación.
Updike The end of authorship ta de diez partes. Apareció tam- las mismas, sin que se puedan
(el final de la autoría), desenca- bién en The New York Times, el Libro electrónico de Rockett eBook. copiar ni imprimir. www.worldebookfair.com/
denante de la polémica. Apare- 14 de mayo de este año, y es una CONSUELO BAUTISTA El sitio web de la Feria Mun-
ció el pasado 25 de junio en reivindicación de la biblioteca http://jamillan.com/libros dial del Libro Electrónico, ce-
Sunday Book Review, suple- universal digital, cimentada en periodista asentado en Califor- ybitios/ lebrada del 4 de julio al 4 de
mento literario de The New la herramienta Google Books. nia ha dedicado en su bitácora En palabras de su autor, José agosto, permite descargarse
York Times. Desde esta misma “En el choque entre las conven- al libro electrónico. Antonio Millán, defensor del unos trescientos mil libros en
página se puede enlazar con la ciones del libro y los protocolos libro en todas sus formas posi- formato digital. El certamen
web de Book Expo, celebrada de la pantalla, la pantalla preva- www.theregister.co.uk/ bles, un sitio web “dedicado a ensalza el 35º aniversario de
un mes antes en Washington. lecerá”, sentencia Kelly. 2006/05/23/updike_kelly/ objetos intelectuales compues- la publicación del primer li-
En ella se recoge, en audio, el El novelista versus el futu- tos predominantemente por bro digital, la Declaración de
discurso completo de Updike www.francispisani.net/2006/ rólogo, un resumen de la polé- letras, consten o no de cuader- Independencia de los Estados
en dicha convención de libre- 06/el_futuro_del_l.html mica entre Updike y Kelly en la nillos cosidos por el lomo, aun- Unidos. El evento pretende
ros. El artículo es una adapta- En su blog, Francis Pisani sinte- publicación online The Regis- que con especial atención a repetirse anualmente con la
ción para el periódico de aque- tiza en castellano las tesis del ar- ter. En inglés. los formados por bitios [bits intención de alcanzar la cifra
lla alocución pública. “Libreros, tículo-río de Kevin Kelly. El tex- en la jerga del escritor]”. In- de medio millón de obras onli-
defended vuestros fuertes solita- to lleva por título El futuro del http://books.google.es/ cluye una entrevista sobre la ne en 2007, setecientos cin-
rios”, les emplaza Updike en su libro: líquido o en red y es sólo Google Books es la herramien- autoría en la era de Internet, cuenta mil en 2008 y un mi-
dramático llamamiento final. uno entre los muchos que este ta digital que el famoso busca- extraída del boletín del Cedro llón en 2009.

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