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Facultad de Antropología
Empecemos el ballet
La víspera de esta noche llega a su fin pero las ilusiones no han muerto en el
auditorio, lleno de personas esperando ver a los ratones, la reina de las nieves
y todos los personajes clásicos de esta historia que bailarines a través de sus
cuerpos llenos de expresión, sorprenden con sus movimientos tan precisos
Todo esplendor que nos lleva a pensar las Bellas Artes1 que nos remiten a la
perfección y con ello a lo sagrado, incluso en algunos segundos nos hacen
sentir que tomamos a Dios.
1
En el caso de Bellas Artes, el diccionario de la Real Academia Española
refiere que son todas aquellas artes que tienen como objeto expresar la
belleza.
las bellas artes eran seis: Arquitectura, Escultura, Pintura, Música,
Declamación (incluye a la Literatura en general) y Danza (incluye al Teatro)
En la práctica de este valorado arte hay cosas detrás que no vemos al apreciar
un ballet. La preparación para ser un o una bailarina trae consigo trastornos
alimenticios, discriminación, influencias, perversiones y más.
Ejemplos de estas anomalías son las estrictas dietas a las que se tienen que
someter los y las bailarinas para estar en una escuela , la dificultad para entrar
en ellas si no tienes la imagen que se necesita, las ideas erróneas de que el
ballet es para mujeres y hombres afeminados u homosexuales…
Los datos serán tomada en el Distrito Federal en tres instituciones del INBA ,
la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea (ENDCC) ubicada
dentro del Centro Nacional de la Artes en Av. Río Churubusco, en la Academia
de la Danza Mexica en la calle Xicontencatl en Coyoacán y en el específio de
danza del CEDART Diego Rivera en Cerro de la estrella colonia Campestre
Churubusco.
Nombre:
Edad:
Desde que edad estas en contacto con la danza:
La hipótesis es, sí las exigencias que son tantas para el arte están limitando el
trabajo de los que desean ejecutarla a través de un cuerpo con el que nacieron
y están dispuestos a adecuar para el baile, entonces no es algo tan natural y es
un conjunto de aprehensiones del publico y los bailarines que nos llevan a la
exclusión de los que hacen de ella y de los que aprecian.
Al tener un poco de contacto con las personas que viven de cerca el arte de
bailar, obtuve entrevistas de alumnos (as) del Centro de Educación Artística
Diego Rivera del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), también con ex
alumnas (os) que ahora se encuentran en otras instituciones como la Escuela
Nacional de Danza Clásica y Contemporánea (ENDCC) y la Academia de la
Danza Mexicana. Todas ubicadas en el Distrito Federal.
Deborah Anaiss Batista Ordaz es una joven de diecisiete años, que empezó a
practicar la danza clásica a los once años, ella es aun alumna del CEDART y
ha estado desde la secundaria, es decir que tiene seis años ahí.
Para ingresar a esta escuela tuvo que pasar por tres exámenes, el primero de
conocimientos generales, luego el artístico y por último el antropométrico hecho
por un ortopedista que explora a las aspirantes en su estructura ósea, su
elasticidad y grasa corporal, ella no salió muy bien en ese último examen, pero
aún así ingresó a la escuela.
En la entrevista ella dijo que creía que la danza como carrera era para
cualquiera, pero esto no es muy congruente al escuchar todo lo que tiene que
pasar para un examen y también al tocar el tema de la discriminación cuando
ella comenta “Si, es muy selectiva por lo mismo de las exigencias de esta
disciplina”
Deborah responde a la pregunta de las razonas por las que ha sido tratada
diferente, que siempre ha sido mal vista por estar pasada de peso, al tocar éste
tema se puede notar en ella gran aflicción por el aparente problema, que en mi
opinión no lo es, ya que es una muchacha como de cincuenta y cinco
kilogramos con una altura regular. Y a pesar de todos los obstáculos ella dice
que no padece ningún trastorno alimenticio, pero que muchas veces ha
pensado en laxarse para perder peso rápidamente.
Para no seguir con entrevistas repetitivas, redacté una de las más llenas de
testimonio, pero ahora no desde la perspectiva de las criticadas sino desde la
que critica. Su nombre es María Gracia Velásquez, una muchacha de dieciocho
años muy bonita, delgada y que tuve oportunidad de ver bailar de una manera
sorprendente. Ella no sólo práctica la danza clásica sino también la
contemporánea, flamenco y no conforme con eso también toma clases de
canto especializado en jazz en la escuela superior de música.
Al ver en un escenario a Gracia pensé que era de esas niñas que empezaron
muy chicas, pero me sorprendió saber que se inició en la danza hasta los doce
o trece años. Es ex alumna del CEDART Diego Rivera, estudiante de danza
clásica en el Centro Nacional de las Artes en la ENDCC y miembro de la
compañía Contempodanza. Es intrigante que pueda brincar de un estilo a otro.
Al responder a cerca de sus exámenes de admisión y la dificultad de éstos ella
respondió con naturalidad “consistieron en flexibilidad, coordinación y ritmo…lo
normal…facilísimo”
Grace, como es llamada por sus amigos opinó también de que la danza fuera
para todos y ella con una actitud de burla dijo “Es que depende... no sé... Las
personas obesas podrían estudiarla pero la estética que se requiere de una
época a otra es la que determina... La cultura dancística viene desde
muchísimos años atrás en donde se pide una figura esbelta en el escenario y
en donde las medidas visuales del público, son lo que se pide... Es muy raro
cuando una persona gordita baila escénicamente, y si de alguna forma hay una
bailarina que no esté gorda pero sí con lonjas o panza, el público
inmediatamente la critica o dice que no se ve bien y es que muchas veces es
cierto NO SE VE BIEN pues quita agilidad a la coreografía o montaje que esté
ejecutando. En cambio una delgada puede que le sea más fácil moverse o
saltar más alto, entre otras cosas que requiere la disciplina de la danza. No sé
si tal vez existiera una compañía de puras gordas pues no se saldría de
contexto nadie y a lo mejor se vería bien pues harían lo que pueden
limitándose a hacer cosas que no pueden
Hoy en día yo creo que no cualquier persona puede estudiar como carrera la
danza. Pero todos pueden estudiarla o adquirir conocimientos de alguna
manera, si les gusta como hobbie o como taller o simplemente tomar clases en
su primaria, secundaria, etc
Pero quizá en el futuro la estética cambie y lo bello sea estar gordo... Nadie
sabe...”
Ella acierta mucho al opinar que las exigencias internas van muy de la mano
con las del público, que al final es el que acepta o rechaza al ver un ballet.
Ella es bella y delgada, por estas razones dice que no se le dificultó el ingreso
a su actual institución que consistió en pruebas de musicalización, flexibilidad,
aptitudes físicas, coordinación más el examen psicológico, nutricional y
antropométrico. Es notable en sus respuestas que no es algo tan fácil, pero la
confianza con la que ella menciona los diferentes requisitos es un resultado de
la preparación que le ha llevado gran parte de su vida.
Al despedirme de ella me dijo agradeció y dijo “es importante que a veces nos
preguntemos estas cosas y no sólo cuando alguien nos entrevista sino para
nuestra propia reflexión. Todo el tiempo vivimos tan dentro de las clases
queriendo ser bailarinas que no nos damos cuenta de lo que estamos sufriendo
en ellas. Porque cada vez que te dicen gorda, quisieras salir llorando y
abandonar la carrera”
Brenda Sánchez Galván es otra chica que estudió en el CEDART Diego Rivera
pero no empezó ahí sino en la Ollín Yolliztli donde estudió ocho años y los
últimos tres los curso al mismo tiempo que hizo la secundaria en la primera
institución mencionada. Ella ahora tiene diecinueve y está en la ENDCC por las
mañanas y en las tardes en la Escuela del ballet folclórico de México de Amalia
Hernández.
Los exámenes de admisión hicieron ella resaltó mucho una habilidad que nadie
antes había mencionado: la memoria, que es muy importante para poder hacer
secuencias y retener, en un nivel más profesional coreografías completas.
A pesar de su temprano inicio en escenarios Brenda encontró una dificultad
en dicha prueba, bailar sola porque según ella la presión de los maestros pesa
mucho en ella.
En unos años Brenda tendrá dos licenciaturas en danza que quizá muchos que
lo han soñado nunca obtendrán. Esto Brenda lo atribuye a la discriminación
que existe en el medio, con sus palabras “en un principio, y a nivel profesional,
discrimina físicamente, porque al ser una disciplina artística, necesita mucha
estética, por eso el sobre peso o la altura pueden ser discriminables. Pero si la
danza se practica en otro nivel, o como un pasatiempo, no lo hace en lo
absoluto, es vista como algo para todos, y en donde todos pueden entrar,
divertirse y sentir la pasión de la danza”
Y ya como estribillo escucho una vez más que el estar pasada de peso también
ha sido un obstáculo para ella y concluye diciendo “no tengo sobrepeso, sin
embargo para el nivel profesional en donde estoy estudiando actualmente, si
me pidieron bajar varios kilos para poder entrar a cuadros, siendo que
médicamente estoy en un peso normal”
Las bailarinas son en número mayoría dejando a los hombres en segundo
lugar. Es por eso que en las entrevistas predominan la opinión de ellas.
Yubal Eduardo Morales Rubio tiene dieciocho años y es de los pocos que cedió
para la entrevista, él estudia en el ENDCC pero es ex alumno del CEDART
Diego Rivera y de la Academia de la Danza Mexicana. Y es en la tercera que
empezó con la danza a los once años.
Yubal añadió “a los hombres se les exige mucho menos que a las mujeres,
obviamente se nos pide seguir una dieta para no subir de peso pero en clases
no somos exhibidos o humillados por una lonja”
Las cifras nos dejan entender un poco la tolerancia hacia el sexo masculino, ya
que la competencia es y demanda es mayor entre las chicas, ¿cuántos varones
conocemos que estudien danza?...esa respuesta nos muestra porque a los
hombres se le admite con facilidad en las escuelas.
Al igual que su amigo, Alex me dijo que nunca pensó en estudiar danza clásica
como carrera pero afirma que no tiene otro talento a parte de bailar,
Empezó hasta los 15, porque a pesar de estar en CEDART desde los 13, se
enfocó en la danza hasta el bachillerato.
Alex cree que es difícil mantenerse en una carrera así, debido a la rigidez del
sistema, pero que algunos nacen con el don y otros no. Opina “Para muchas
cosas habilitamos el cuerpo pero hay cosas que naturalmente ya somos y yo
nací con cuerpo de bailarín. Mis papas no me heredaron obesidad, ni enanura
por eso puedo ser un artista (risas)”. Él acepta que es un poco despectivo pero
se considera muy realista.
Y es obvio que no podemos negar las características física con las que
nacemos, pero es importante ir buscando espacios en los que los bailarines
“no naturales” puedan bailar.
Me platicó que su último año de la carrera lo hizo en Nueva York y que gracias
a la danza a viajado mucho, a pesar de no ser un solista dice estar muy
satisfecho con su trabajo que sabe no podría se mejor debido a que comenzó
muy grande a bailar.
Él encontró muchos obstáculos para poder ingresar a una escuela profesional,
tomó clases particulares muy costosas, fue al nutriólogo, hacía ejercicio hasta
el cansancio etc.Hizo el intento de entrar a la ENDCC tres veces y hasta la
cuarta se quedó.
Piensa que a pesar de su tardía entrada al mundo del ballet pudo lograr
muchas cosas y mencionó que lo malo de México es que la mayoría de
academias son con técnica Rusa y Cubana es por eso que se necesita que
desde niños inicien sus estudios, porque la Inglesa permite el ingreso hasta los
veinticuatro.
Para terminar toda esta función de letras que nos han llevado por risas y
lágrimas de parte de los próximos y ya licenciados en danza clásica
dejándonos exhaustos de frustraciones añadiré que he sido oido del estribillo
favorito del ensayo “soy gordo” que deja un confirmar en parte el supuesto
inicial.
Y es una consecuencia lógica que los sedientos de tocar esa perfección hagan
hasta lo imposible para lograrlo. Lo que cualquiera tiene en su mente como
peso ideal es el obeso que un bailarín tiene en la suya. Se necesitaría ser
profesional para poder haber diagnosticado en alguno de los entrevistados
anorexia, pero seguro es el pan de cada día en las academias”
No fueron otros, más que el público el que fue exigiendo esa precisión. Un
público que en la actualidad ya no está acostumbrado a ir al teatro a ver un
ballet. Nacemos con balones y almohadas de equipos de fútbol pero nunca
rodeados de las bellas artes. Un público mejor educado en el arte podría notar ,
criticar y revolucionar muchos aspectos de lo que hoy se presenta.
La danza clásica no nació en la cima de sus puntas para vernos a todos, pero
ha escalado hasta un lugar casi invisble e intocable es necesario hacerlo bajar
de vez en cuando al piso que todos caminamos y entendemos.