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CIUDAD MICROGENERADORA

En 2025 el potencial técnicamente factible de capacidad de generación instalable de energías


renovables no convencionales al Sistema Interconectado Central de Chile será superior al 50%
(NEIM-CEI, 2008).

La proyección anterior implica múltiples cambios en distintos niveles para las ciudades y sus
habitantes. Estas variaciones serán principalmente de índole política, económica, educacional y
a nivel de costumbres.

El Gran Valparaíso no constituye un sector apto para la instalación de plantas de generación de


energía, la vocación del territorio es más cercana al comercio, al turismo, a la industria y a los
servicios. El precio del suelo es bastante elevado en comparación a otras provincias y/o
regiones. Esto genera otro tipo de oportunidades en el ámbito energético.

Sabemos que la instalación para la generación de energías renovables no convencionales hace


a estas costosas en el corto plazo. Esto unido a que la producción tradicional (carbón, diesel)
es de menor costo, desincentiva en el presente a los empresarios a un cambio drástico en vías
a una generación de energía limpia.

La clave en este punto es en base a políticas de estado que premien y aceleren la generación
libre de emisiones y castiguen las fuentes de energías convencionales. Esto, en definitiva,
tendrá un efecto dramático en los consumidores: el precio de la energía eléctrica se elevará.

Lo que en un principio aparece como negativo, en realidad constituye en uno de los factores
decisivos para un cambio de mentalidad en el consumidor, pues el consumo disminuirá como
efecto al alto precio, generando un usuario mucho más consciente del costo y ahorro de
energía, diferenciándose así de lo que ocurre en nuestro días, donde el aumento del consumo
supera al incremento del PIB. Una medida relacionada a esto será la implementación de
sistemas automatizados de encendido y apagado de luminarias en los hogares.

Junto con el ahorro producto del alza de precio de la energía eléctrica, otro punto que podrá
influir directamente en el consumidor será su capacidad de producir energía renovable. Esto
será posible mediante subsidios y créditos para la implementación de la tecnología, lo que en
países como Alemania repercute en un ahorro cercano al 30%, además de la capacidad de
introducir a la red la energía generada a un buen precio fijado por la autoridad. Lo anterior
implica un cambio radical en el área urbana del Gran Valparaíso, pasando de ser un área
netamente consumidora a una generadora, donde cada habitante forma parte integral del
proceso y del sistema, no sólo el último eslabón de una cadena de distribución, al contrario, el
sistema estaría adaptado para múltiples entradas y salidas.

De manera similar ocurre con el reciclaje, ya que en la actualidad implica costos logísticos altos
que lo hacen parecer un negocio de poca utilidad, sin embargo, proyectando un cambio a nivel
educacional y/o normativo, como puede ser la separación de los residuos en cada hogar, el
proceso puede disminuir algunas etapas y costos, convirtiéndose en una actividad más
atractiva para un inversionista, además de hacer nuevamente al ciudadano común participe de
un proceso que beneficia al total de la comunidad. Una buena gestión de los residuos,
partiendo de los hogares, también será clave en el aprovechamiento potencial del biogás,
contribuyendo de igual manera a la generación de energía libre de emisiones de gases de
efecto invernadero.

Como catálogo utilizamos ocho píxeles, tres referentes a energía solar (domiciliaria, centros
urbanos y generadores de escala mayor), dos a energía eólica (domiciliaria y escala macro),
uno a generación eléctrica en base a las redes de agua existentes, otro asociado a consumo
eficiente y el último correspondiente al manejo responsable de residuos.

Este catálogo se inserta en el territorio del Gran Valparaíso de acuerdo a las potencialidades de
cada zona, distinguiendo zonas administrativas y sus particularidades (orientación, altura,
soleamiento, vientos, áreas residenciales y públicas) definiendo así el carácter de cada ciudad
con respecto a sus pares y al total.

Así las zonas costeras (Viña del Mar y Valparaíso) son mayormente relacionadas a la
generación eólica de alta tecnología, al igual que las zonas altas de estas comunas, como por
ejemplo Playa Ancha, mientras los sectores residenciales son preferentemente destinados a la
generación solar domiciliaria. Los centros constantemente se asocian a generación con
sistemas solares de nivel tecnológico intermedio y al consumo eficiente de nivel público
(luminarias). En sectores específicos (Curauma y otros) proyectamos futuras instalaciones
generadoras solares de escala y nivel tecnológico mayor.

En cuanto a las zonas interiores (Quilpué y Villa Alemana) existe la certeza de mayores
potencialidades en cuanto a la generación solar, por lo que la zona residencial de Quilpué es
destinada casi en su totalidad a este tipo de generación, siendo los centros las zonas donde la
tecnología es de un nivel mayor. En este punto surgen factores diferenciadores entre estas
comunas, quizás como una necesidad de identidad comunal, donde Quilpué preferentemente
será asociado a la generación solar debido a que, justamente, es conocida como la ciudad del
sol. Sobre Villa Alemana, si bien sus características de clima y topografía son comparables a
las de la ciudad vecina, esa necesidad de identidad y diferenciación antes mencionada podría
ser perfectamente un factor para incluir otras variables de generación. Los molinos de viento,
ocupados para la extracción de agua en el siglo pasado, fueron y son parte de la historia de la
comuna, su imagen más típica y patrimonio cultural. Surge entonces la idea de potenciar ésta
característica, promoviendo la generación eólica local a nivel domiciliario y seleccionando, por
sus características de altura, el límite norte de la comuna como potencial zona de generación
de mayor escala y nivel tecnológico.

Leiva_Pazols_Reinoso

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