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La mente

Parte I – por: Jorge Ramos – Abril 5 de 2011

Estos días en los que nuestros dispositivos alimentados por baterías de Ni-Cd, conectados
permanentemente a una o varias fuentes de información (porque, quien no verifica dos veces la
información antes de decidir si es verídica o no?) Cientos, miles, quizá millones de palabras
nos bombardean diariamente.

“El cerebro”

Nuestro cerebro es el receptor de esta cascada de información. Esta tan adaptado que no
notamos su perfecto funcionamiento. En milisegundos nuestros ojos leen esta secuencia de
letras y deciden a través de la más compleja arquitectura y jerarquía, que es conservable y que
no. Que archivamos en el lóbulo temporal y que no, que recordaremos u olvidaremos al
terminar de leer esto.

Impresionante es nuestra capacidad no solo de en un instante transmitir información sino de


recibirla y almacenarla de ser jerarquizada como tal. Una neurona a través de sus dendritas y
su proceso sináptico se convierte de receptor a transmisor de información y decide como buena
burócrata que es (sin si quiera consultarte) si transmite la información o no. Si manda o no
ciertos neurotransmisores, y al mismo tiempo se encarga de lo que está pasando en la mente
en ese particular momento que puede afectar el funcionamiento integro de nuestro cuerpo.

Todo ocurre tan rápido que a veces a pesar de haber recibido la información, visto una imagen
u oído algo... nuestro cerebro no lo “observo”, no lo “escucho” o no “analizo” en la manera en la
que debió haber sido para memorizarlo, pero todo esto tiene un porqué.

Nuestro cerebro tiene una capacidad de recursos limitada ya sea por genética o por falta de
ejercitar a la mente. Y a su vez intenta usar estos recursos de la mejor manera posible para
preservar nuestra integridad física y mental.

Es fascinante descubrir y conocer que es lo que pasa digamos tras bambalinas en nuestro
cerebro. Estoy en el proceso y quise hoy compartir esto con quien quisiera leerlo. Así que si lo
estás leyendo me da gusto que alimentes a tu cerebro con esto. Cuídalo, no lo golpees mucho,
no lo sacudas, y trata de no ahogarlo en drogas o alcohol.

“El cerebro y las redes sociales”

Es importante no darle mal uso con tantas redes sociales. Yo las uso, todos lo hacemos. Pero
cuando algo se vuelve más que un pasatiempo en ocasiones comienza a ser un problema.

No lo expongas a tanta info desinformación. Me incluyo en esto pues yo también lo hago,


pero… es en verdad necesario darle “me gusta” o “like” al “me gusta” del amigo de la persona
que “me gusta”? no estoy seguro ni de comprender totalmente a las redes sociales.

No me tomo el tiempo porque aunque nos dan una excelente plataforma para compartir
cualquier clase de contenido digital. Es necesario compartirme a mi tus fotografías tan intimas
de algún cumpleaños, boda, bautizo, fiesta de fin de semana o borrachera de la que
participaste? Esperas subir las fotografías para ver cuántos “likes” obtienes? Para leer lo que
las demás personas opinan de tu nuevo corte de cabello para sentir un poco mas de confianza
personal en un tu estilo individual?

Es necesario pedirme mi like o mi contribución o donación para ganar algún concurso? Y peor
aún, que sucede si no respondo a tu solicitud? Todo escala dependiendo de la persona y como
puede decir: “maldito Jorge no me ofreció su like para contribuir al millón de likes que tengo que
obtener para ganarme mi viaje a Cannes y para cuyo concurso están compitiendo otras mil
personas pero yo tengo que obtener la mayor cantidad de likes!!!”

No he completado aun esta descarga de preguntas, quizá que cada uno deba contestarse, pero
quiero hacer hincapié que no estoy hablando de ningún caso particular, cada uno de nosotros
les da el uso a estas redes sociales para lo que nuestra mente nos diga: Ah esta es una buena
idea, anécdota o chiste, déjame lo comparto, lo twitteo, lo comento, lo subo, lo bajo, lo cuelgo o
lo enjuago a través de la red.

J.R.

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