Ulises es uno de los héroes más populares de la antigua Grecia, consagrado

definitivamente por Hornero, que le dedica todo un largo poema, la Odisea (el
verdadero nombre de Ulises es Odiseus). Pero ya desde mucho tiempo antes Ulises es
un héroe popular, cantado por los poetas y los rapsodas. Es el héroe viajero por
excelencia, cuyas aventuras se recuerdan por tradición oral y que los padres de aquellos
tiempos ponen como ejemplo a las nuevas generaciones.
Ulises es hijo de Laertes, rey de Ítaca, y de Anticlea. Algunas versiones le suponen hijo
de Sísifos, que rapta a Anticlea antes de que se case con Laertes y la devuelve después
con el hijo. De este padre habría heredado Ulises la astucia, la habilidad y la travesura
que le caracterizan. La leyenda hace muchas referencias a este origen de Ulises, y
Virgilio en la Eneida le llama «Aiólides», o sea descendiente de Aiolos (Eolo), padre de
Sísifos. Parece que la leyenda homérica también admite este parentesco tan directo entre
Ulises y Eolo, pues hace que Eolo sea uno de los protectores del héroe. Así, cuando
Ulises trata de regresar a su reino de Ítaca después de la guerra de Troya, Eolo le da un
odre de cuero donde están encerrados todos los vientos que podrían desviar su nave,
menos el único viento favorable, el que le ha de conducir a su tierra. Pero los marineros
creen que el odre está lleno de vino, lo abren, los vientos escapan y se divierten
zarandeando de un sitio a otro en el mar la nave de Ulises.
En su juventud, cuando todavía vive su padre, reciben ambos la visita de Euritos, rey de
Oechalia. Éste es un arquero consumado ; posee el arco más poderoso de la tierra,
regalo de Apolo, que lo ha fundido al calor del sol y fraguado en las aguas de los mares.
Euritos, agradecido por la hospitalidad de Laertes, regala este arco al hijo del rey, a
Ulises, pues no ha encontrado a otro mozo que sea tan fuerte para manejarlo. Con este
arco que sólo Ulises es capaz de mover y de tensar, matará más tarde el héroe a los
pretendientes de su mujer Penélope.
Vimos en la leyenda de Helena que también Ulises la pretendía, junto con otros tres
príncipes, y que ella escogió a Menelao. En la época del rapto de Helena, Ulises está ya
casado con Penélope y vive feliz con ella en su isla de Ítaca. Les ha nacido un hijo,
Telémaco, están en la plenitud de su primera época de amor, y Ulises prefiere vivir
tranquilo en su reino, con su mujer y con su hijo, que ir en busca de guerras y de
aventuras.
Tanto es así, que cuando llega a visitarle Néstor en nombre de Menelao para animarle a
participar en la guerra contra los troyanos, Ulises finge estar mal de la cabeza y no darse
cuenta de nada. Ara su campo y a cuanto le dice Néstor contesta con disparates.
Entonces Néstor, para desenmascararle, pone en el surco al niño Telémaco, y Ulises
cuando ve al niño lo recoge y le dedica frases muy tiernas y sensatas. Así descubre
Néstor que la enajenación de Ulises era fingida.
Y, ya decidido a participar en la guerra, ayuda a Menelao a convencer a los otros
guerreros, y es él quien consigue la participación de Aquiles, el casi invulnerable, sin
cuya ayuda habría sido imposible la victoria. Tetis, la madre de Aquiles, había
sumergido a su hijo en una laguna milagrosa para hacerle invulnerable, y el agua le
había bañado todo menos el talón izquierdo por donde su madre le sujetaba, único sitio
que le queda vulnerable. Tetis lo sabe, y para evitar que su hijo participe en las guerras
le viste de niña y lo tiene en el palacio de Licomedes con las hijas de este rey. Entonces
a