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Introducción a la Literatura

Prof. Norberto Flores C. (Ph. D.)

LOS GÉNEROS LITERARIOS

Las obras literaria poseen rasgos caracterizadores que las reúnen en formas
genéricas. Estas formas, o géneros literarios, definen un conjunto de rasgos que el texto
literario debe asumir para que sea considerado parte de un género determinado.
Un ejemplo de ello es el chiste, forma simple que halla su máxima expresión en
la comedia. Para contar bien un chiste es necesario respetar sus características genéricas
( relato brevísimo que desemboca en una conclusión sorprendente, basándose las más de
las veces, en las debilidades humanas, pero dándoles un cariz irrisorio). Si al contarse,
el chiste viola las leyes del género, frustra las expectativas del receptor y arriesga
quedar fuera del género.
Al contrario de lo que el lego supone, las formas genéricas son variadas. Se
habla de formas largas, y cortas, mas también se puede hoy hablar de formas medias,
dada la aparición de la novela corta y del cuento largo, entre otros.
Cada una de estas formas genéricas se diferencia de las otras por su extensión, y
por su construcción (esto es, procedimientos específicos de composición). Y dentro de
cada género existen subdivisiones; así, la novela social difiere de la novela policíaca, de
la novela de ciencia-ficción, etc.
Cabe destacar que los géneros literarios no se pueden someter, es decir,
considerarlos como normas fijas e invariables, pues están en constante movimiento.
Las primeras novelas del siglo XV, por ejemplo, distan considerablemente de la novela
contemporánea, lo que significaría –para algunos- que los géneros literarios no existen,
pues la riqueza de la creación literaria obliga a crear nuevos géneros en la medida que
nacen nuevas formas literarias.
Sin embargo, la formación de los géneros literarios tiene por una parte un valor
claramente metodológico, didáctico y por otra, son una realidad insoslayable, pues si
bien es cierto que la creación literaria obliga a rehacer los límites de los géneros
tradicionales, no es menos cierto que en la formación de ellos existen principios
invariables que resultan de ciertas formas básicas de la expresión. Esto significa que es
legítimo hablar de la existencia de géneros básicos que inspiran toda creación literaria
sobr ela base de tres principios: lo lírico, lo épico y lo dramático, a los que corresponden
los conceptos de la lírica, la épica y la dramática.

Lo lírico, lo épico y l dramático, son nombres científicos literarios aplicados a


posibilidades fundamentales de la existencia humana en general (Emile Steiger).
Mientras que la lírica, la épica y la dramática son las formas literarias nominadas así en
razón de sus particulares rasgos genéricos.

I. EL GÉNERO ÉPICO
El género épico deriva de los primeros relatos destinados a narrar las hazañas de
un héroe, ( la palabra griega Epos significa héroe), las grandes gestas bélicas en que
más que importar el sufrimiento de un pueblo sometido a los rigores de un conflicto
bélico, importaba la figura de caudillo, héroes o adalides.
En el género épico un narrador cuenta a un auditorio algo que ha sucedido, lo
que implica que su concepción temporal, esto es el tiempo de narración, es el Pretérito,
pues hace referencia a un acontecimiento que se desarrolla en el pasado.
Kayser señala dos características fundamentales en la épica: el detalle y la
autonomía.1 En relación al detalle, la épica -a diferencia de los otros géneros literarios-
relata detalladamente los acontecimientos, llegando a mostrar el mundo completo. Esto
llevará a Schiller a decir:

La meta del poeta épico reside ya en cada punto de su movimiento; por eso no
nos precipitamos impacientes hacia su fin, sino que nos demoramos con amor a
cada paso.

(Carta a Goethe- 1797).

La épica posee diferentes manifestaciones, divididas en formas simples y formas


largas. Las formas simples son formas narrativas que quedan aún por debajo de la
literatura. Hallan su origen en los inicios de la tradición cultural. Es la propia lengua la
que, guiada por un impulso espiritual, se apodera de una fracción del mundo, y lo
condensa en una forma. Algunas de las formas simples más importantes de la épica
son: la Hagiografía, leyenda, el mito, enigma, sentencia, caso, fábula, acontecimiento
memorable, cuento de hadas ( Märchen) y el chiste 2. Las formas largas son la epopeya,
el poema épico y el contar de gesta. (En estas líneas sólo haremos alguna referencia a
las características generales de la epopeya y el poema épico, por su condición de
formas más representativas de la épica.)
La epopeya es la narración del mundo total en tono elevado y considerando la
forma externa del verso. Sus personajes son semidioses, reyes o príncipes y aún en las
situaciones más dramáticas- donde la retórica debiera ceder lugar a la acción- el
lenguaje mantiene su tono elevado. Algunas de sus diferencias con el poema épico son
el origen popular de la epopeya frente al origen culto del poema épico, situación que
responde, muy probablemente, a que la primera rebela la concepción de mundo de una
época primitiva politeísta, pagana; mientras que la última responde a una concepción de
mundo de tiempos más recientes. Quizás por eso la epopeya posee una raigambre
mitológica y el poema épico posee un asunto mas circunscrito, tomando a un héroe
como conductor de los acontecimientos y arquetipo humano.
Como no es el objetivo de estas líneas ahondar en las afinidades y divergencias
de ambas formas, concluiremos señalando que los elementos estructurales de toda
forma épica son tres: personajes, espacios, acontecimientos. En la medida que uno de
estos elementos se constituya en el eje que subordina a las otras, se hablará de epopeya
de acontecimientos ( p. ej.: “La Ilíada”); epopeya de personajes (p. ej:” La Odisea”) y
epopeya de espacios (p.ej: “La Divina Comedia”). Situación que se hará extensiva,
siglos más tarde a la novela.

1
Kayser, Wolfgang. Introducción y análisis de la obra literaria. Editorial Gredos. Madrid, 19.., cap. X.
2
Jolle, Andre. Las formas simples. Editorial Universitaria, Santiago, 1972.
LA NARRATIVA

La esencia del género épico, la narración, ha experimentado, en su forma y


fondo, trascendentales modificaciones. Tales modificaciones permiten distinguir el
relato épico de la narrativa, entendido aquél como la narración de hechos heroicos
llevados a cabo por personajes semi-divinos, de alta estirpe, en un tono elevado que
hace referencia a un mundo elevado, todo esto narrado en un auditorio. Y entendida la
narración como el relato de hechos prosaicos realizados por personajes de la vida diaria,
de vulgar condición, en un tono privado sobre un mundo privado, donde no hay
auditorio, sino lectores personales.

Este cambio puede hallar su origen en el alejamiento de las creencias


mitológicas por parte del hombre de la Antigüedad Griega ( la primera novela aparee
en siglo III d. de C: “ Los viajes Etíopes” de Heliodoro), Kayser dice: “ El poeta épico
no puede apoyarse en leyendas o mitos creídos, su mundo está organizado
prosaicamente, ha quedado sin mitos y sin milagros y se ha convertido en una realidad
conocida experimentalmente”. El poeta no encuentra ya auditorios reunidos, sino que
tiene que escribir para lectores.

El lector atiende como persona particular y, en consecuencia, se le cuentan


vivencias personales. Incluso cuando el asunto es todavía un gran acontecimiento que
abarca pueblos enteros, se tratará siempre de vivencias personales. ( “ Ivanhoe”. Sir W.
Scott).

Los personajes ya no son tan portadores de mundo como Ulises - el rey, el


favorito de los dioses, el griego que regresa a su patria-; son “ personas privadas”:
Julián Sorel, Meurseult, Emma Zunz, Otto Dietrich Zur Linda, Pablo Castel...

Incluso el espacio se limita a ser en realidad el espacio en que viven individuos.


En el mejor de los casos es un espacio portador y tal vez generador de grandes
acontecimientos ( Ej. Orán, en “ La Peste” de A. Camus).

Así como a la narración del mundo total ( en tono elevado) la hemos llamado
epopeya; a la narración del mundo privado en tono privado la llamamos novela.

ORIGEN DE LA NOVELA

El origen de la novela, como género, se halla en el S. III d. de C. en “ Los viajes


Etíopes”, de Heliodoro. Su estructura rebosa asaltos, cárceles, naufragios y otros
impedimentos que separan a los amantes-protagonistas. Los acontecimientos resultan
tanto más complicados en la medida que el narrador adopta la técnica del “in media
res”, ayudando a ello la aparición de narraciones intercaladas.

A pesar de que ambos amantes son príncipes- aspecto muy importante en la


novela barroca- su amor no es un asunto particular, sino eminentemente político, lo que
permite la intervención de otros soberanos en el desarrollo de los acontecimientos.
Recibe el nombre de novela barroca, o bizantino-barroca por su carácter
altamente abstruso, complicado, donde los personajes existen y se justifican en cuanto
están acometiendo una obra, de ahí que se les defina como novela de acción.

Una obra bastante conocida dentro de este género es el Apolonio de Tiro, que
gozó de gran popularidad en la Edad Media.

La Edad Media continuará, en alguna medida, la tradición de este género a


través de la novela de caballería. Siglos más tarde ( S. XVII) se continuará tomando
como modelo la novela bizantino-barroca, abundando “ extrañas y enmarañadas
casualidades”.

“Los poetas del siglo XVII aumentan la confusión y el ambiente de


semioscuridad poniendo junto a los dos protagonistas otras numerosa parejas, de modo
que las líneas de la acción se cortan en entrecruces casi desenmarañables tanto más
cuanto que los personajes cambian de nombre, vestidos y estado o aparecen bajo
nombres falsos y en lugares extraños. Sorpresa, permutación, entrecruces y
antagonismos contra las intenciones humanas, tales son las leyes que rigen la acción
abundante: en las novelas constituye esto, espiritualmente considerado, el mundo
dominado por la “fortuna”. Y no obstante, los lectores podían entregarse sin inquietud
alguna a este mundo ya que todas las novelas tienden hacia la unión feliz de los
protagonistas y hacia la desaparición de todos los momentos de confusión” ( Kayser, O
y Crisis...) 3.

Mas, el siglo XVIII no concede a la novela y por consiguiente a la prosa en


general la dignidad de la literatura. Las novelas que habían aparecido desde fines del S.
XVII (-la que había tomado como modelo la novela bizantino-barroca-) no podían
exigir que se las considerase como Poesía. El S. XVIII tenía como orientación los
clásicos de la literatura, y -hasta esa fecha- el género novelístico principal era la novela
galante, sólo una “mera lectura de entretenimiento”, situación que se hacía extensiva a
las novelas de estudiantes y de aventuras.

Así, la novela bizantino-barroca, bizantina por la época en que se halla a su más ilustre
creador y barroca porque fue prolíficamente cultivada en el siglo XVIII, amén de su
carácter fundamentalmente abstruso, complejo, enmarañado no fue aceptada por la
crítica del siglo XVIII. Será necesaria la aparición de un nuevo género novelesco para
que la prosa adquiera la dignidad de poesía.

Esto sucederá a mediados del siglo XVIII, en Inglaterra y Alemania, al mismo


tiempo, llegando en plazo breve, a conquistar una posición primordial en el sector de lo
literario. Aparece entonces lo que solemos llamar Novela Moderna.

1.0. La Novela Moderna.

3
Kayser, Wolfang. Origen y Crisis de la Novela Moderna. Departamento de Literatura. Facultad de
Educación y Letras. Universidad de Chile. Valparaíso. 1979.
A mediados del siglo XVIII la novela adquiere un papel protagónico en la
literatura, en razón de la aparición de varias obras y autores de especiales características
en Inglaterra y Alemania, al mismo tiempo. Destacan los nombres:

INGLATERRA

- Richardson, Samuel (1689-1761): “Pamela o la virtud recompensada”;


“ Clarisa”
-Fielding, Henry (1707-1754): “ Tom Jones”; “ Joseph Andrews”.
-Smollet.
-Goldsmith; Oliver (1728-1754): “ El párroco de Wakefield”.
-Sterne, Laurence (1713-1768): “ Tristram Shandy”.

ALEMANIA

-Gellert.
-Wieland
-Goethe, Johann Wolfang (1749-1832): “ Fausto”; “ Werther”; “ German
y Dorotea”

Por nombrar a los más conocidos creadores de la novela moderna.

La historia literaria no ha explicado la razón de esta repentina aparición que,


como hemos visto, no es producto de un solo genial escritor, sino que es producto de
una larga serie de poetas.

La gran particularidad de la incipiente novela moderna es el tipo de narración o


Modo Narrativo. Todas las obras de los autores recientemente nombrados tienen en
común el hecho de que en ellas se narra de un modo antes desconocido.

1.1. Relación Narrador- Lector.

En los primeros atisbos de novela moderna en Inglaterra hallamos a Samuel


Richardson: “ Pamela o la virtud recompensada” (1740-41) y “ Clarisa”(1748). En
Alemania, la novela moderna aparece en 1764, con “ Abenteur des D. Sylvio von
Rosalva” ( aventuras de Silvio y Rosalba), de Wieland.

Así, del singular modo de narrar, podemos destacar en esta obra la existencia de
un narrador personal.

“ En un viejo y arruinado castillo de la provincia española de Valencia vivía


hace algunos años una mujer de estado...” ( léase p. 9. Kayser).4

Se plantea entonces una relación de Complicidad entre el narrador y el lector, en


razón de que este último capta el mensaje n expresado, pero implícito, en el tono irónico
utilizado por el narrador gracias al juego de tensión y distensión provocado por la
particular construcción sintáctica, amén de las reiteradas veces que el narrador se dirige
hacia el lector, apartándose del relato.
4
Kayser, Origen y crisis...
1.2. Conocimiento del Mundo.

Otra característica de la novela moderna es el conocimiento de la estratificación


del mundo. Se refiere a la capacidad de distinguir la apariencia y el ser del
comportamiento humano. Es así como en este libro en particular los personajes están
siempre dispuestos a engañarse a sí mismos.

Esto genera en el lector la creencia de que pueda llegar a conocer el estado


síquico profundo de cada personaje, bajo la capa superficial de la apariencia; así el
narrador se caracteriza por su:
- Perspicacia.
-Conocimiento del mundo.
-Superioridad.
-sentimiento de generosa benevolencia.
-Actitud comprensiva frente a las debilidades humanas.

Llevando con esto al lector a hacerse partícipe de un juego en el que ha de


detectar la sutil ironía y las nunca claras apariencias.

Lo propio y nuevo en Bocaccio, Cervantes, Fielding y Wieland es la aparición


de un narrador completamente personal, el cual interviene como mediador y cuya
actividad presenta aspectos multilaterales.

A este respecto, Kayser ( Origen y Crisis de la Novela Mmoderna) dirá de la


novela:

“[...] la novela es una narración presentada por un ( ficticio) narrador personal, en la


que queda integrado un lector personal y la cual se refiere al ‘mundo’ en cuanto que
este es captable sobre la base de experiencias personales. Cada una de las novelas
adquiere forma cerrada y acabada en cuanto convierte en estrato fundamentalmente
estructurante una acción, o un espacio ( es decir, una multiplicidad de espacios) o una
figura”(p.25) (acont, espacio, personajes).”

4.- Kayser, Wolfang. “ Origen y Crisis de...(ibídem)

2.0. Evolución de la novela.

La novela, que halla su origen en la obra de Heliodoro en el S. III d.de C., y


que consolida con el ascenso de la burguesía en la Italia prerenacentista, consolidándose
particularmente con el “ Decamerón” de Bocaccio; que se perfecciona en la España del
Siglo de Oro, principalmente con el “ Quijote” de Cervantes; halla las condiciones
óptimas para su desarrollo y crecimiento en la Inglaterra u la Alemania del siglo XVIII;
haciéndose extensivo al resto de Europa con pronta rapidez. El siglo XIX verá la
aparición de tres tipos de novela, relacionada cada una de ellas con la tendencia literaria
del momento, así, se conocerán la novela romántica, novela realista, novela naturalista.

3.0. La Novela Contemporánea.


Con el término del siglo XIX y principios del XX la novela da un nuevo vuelco
en cuanto a temática, contenido cósmico ( personajes, acontecimientos y espacios),
tanto como en las técnicas narrativas y en la concreción verbal.

Es en este hito en que la novela cambia del modernismo a la contemporaneidad,


pues la primera ya no expresa los nuevos sentimientos ni valores del ser humano.

Si quisiéramos caracterizar a la novela contemporánea tendremos que coincidir


en que es la presentación de aspectos psicológicos y míticos en forma presencial.
Marcel Proust destaca dentro de lo Psicológico y Virginia Wolf también. James Joyce,
por su parte presenta un tratamiento mítico en su “Ulyses”. También hemos de
considerar el rol destacado de la simbología y la alegoría en autores de la dimensión de
Franz Kafka.

3.1. El aporte de algunos autores.

a) M. Proust: alcanza gran celebridad en 1919. Su obra es una enorme novela


episódica que renuncia a seguir el hilo conductor de una serie de aventuras. En medio
de un acertado desorden de impresiones puntillistas se van entregando auto-reflexiónes
del narrador. Proust hace uso entonces de técnicas conocidas como:
Corriente de la conciencia ( Stream of the conscience). De la fractura temporal y el
monólogo, entre otras. Es por ello que simultaneísmo ( técnica temporal que consiste en
presentar en un mismo momento varias situaciones o perspectivas sobre un asunto),
adquiere vital importancia en Proust y Alain Robbé-Grillet, por nombrar algunos
procedimientos altamente utilizados en la novela contemporánea a través de las
narraciones intercaladas.

Desde 1920, la novela tiene fines verdaderamente estéticos, se estima que ella no puede
ser una simple copia de la realidad; es necesario despojar a la novela de todos los
elementos ajenos a ella misma; así como la pintura no es un fiel reflejo de la realidad, la
novela tampoco es una mera transcripción lingüística de sucesos, personajes y
espacios.

b) James Joyce: mezcló el lirismo con el mito de la novela. Demostrando el


carácter confuso del ser humano, en oposición a la armonía clásica que trasuntaba la
novela moderna. Utiliza un lenguaje misterioso que estructura una fuerte integración
sico-mítica, haciendo que su obra sea una perfecta alegoría.

c) A. Robbé-Grillet: Utiliza el esquema de la novela policial, sobre todo en su


obra “ La doble muerte del profesor Dupont”. Su obra es una novela cídica que capta
una gran fascinación en cuanto muestra el destino como un juego, de ahí la mostración
de claves que están vedadas al descubrimiento de los personajes.

EL CUENTO.

1.0. Origen del cuento.


Los orígenes más remotos del cuento o novela corta los hallamos en la “
Disciplina Clericalis” ( S. XII), del judío Pedro Alfonso, nombre cristiano del rabí
Moseh Sephardí. Su tema es totalmente profano, aún cuando su titulo significa “
Disciplina propia de Clérigos”.

Lo seguirán tres colecciones de cuentos árabes: El Calila e Dimna; Sendebar;


Barlaam y Josafat. Aparecidos en el siglo XII y XIV, respectivamente, aunque su
temática tiene origen en relato del siglo V. Aún así, estas tres colecciones serán
traducidas a lengua romance después que el “ Disciplina Clericalis”, lo que le concede a
este la primacía en la aparición del cuento en la literatura española.

Más original y con mejor estilo será “El Conde Lucanor” y, siglo después, el
cuento cobrará nueva vida en Cervantes a través de sus “ Novelas ejemplares”, las que
sirvieron de pauta a todas las que se escribieron en el siglo XII en España.

En Italia el libro de cuentos o novela corta más relevante es el “ Decamerón” ( S.


XIV). Año 1353.

2.0. Características.

Su diferencia más obvia con la novela es, sin duda, La Extensión. Las formas
intermedias entre la novela y el cuento se denominan.

- Cuentos largos.
- Nouvelles ( o novellas o novellettes).
- Novelas cortas.

Esta misma extensión le permite a la novela extenderse cuanto sea necesario en


su mostración de mundo. El cuento por el contrario, debe ser comprimido, debe estar
densamente cargado de significados, situación que le confiere al cuento un carácter
altamente indicial, lo que, a su vez, obliga al lector al leer el cuento más de una vez,
cosa que no puede hacerse con tanta facilidad en la novela.

Según E.A, Poe, la principal ventaja del cuento sobre la novela es que el cuento
puede ser leído en una sesión ininterrumpida y es, por lo tanto, capaz de una intensa
unidad de efecto. Para conseguirla el narrador no debe desperdiciar nada:
“ Si la oración inicial misma no tiende a poner de manifiesto este efecto,
entonces ha fracasado en su primer paso. En toda la composición, no debería haber
escrito palabra alguna que no tienda hacia el único objetivo establecido”. ( Edgar Allan
Poe).

Otra característica, ésta más escasa, propia de algunos cuentos contemporáneos,


radica en la trama aparentemente sin sentido. Aparecen como tramas fragmentarias,
hasta triviales y con finales inconclusos. Por ejemplo: L amuralla China, de F. Kafka.
Más lentamente, el lector va comprendiendo que su estructura es coherente y completa.
Este tipo de cuentos nacen de ciertas situaciones de la vida que aparentemente no tiene
mayor valor, pero que encierran una gran trascendencia.

James Joyce, llama a estos hechos “epifanías”, designando así un incidente o


espectáculo o frase que contienen una “ súbita manifestación espiritual”.
indudablemente, el riesgo de este tipo de cuentos es el hermetismo, esto es , que su
intención, su significado no supere las barreras del entendimiento.

En oposición a este tipo de cuento, está el cuento planificado . Este se preocupa


de comunicar el significado de su incidente. Jugando estratégicamente con los
componentes del mismo, preocupándose de conducir al lector al significado textual.
( Cuento tradicional).

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