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Poulantzas no ha sido el Ú n i c o artífice de la revo- incapacidad de dirección política en otros, en las úl-
lucih teórica manifestada entre finales de los años timas dos décadas (me refiero, por ejemplo, a las
\esenta y toda la década siguiente en torno al proble- nociones de “dictadura del proletariado”, de “des-
ni<i del Estado capitalista. Pero su aportación ha sido trucción del Estado”, etcétera).
de las más sólidas y originales, de las que mayor El hecho de que Poulantzas asumiera una posición
influencia ejercieron en los círculos intelectuales heterodoxa en el campo de la estrategia política, con
europeos e incluso latinoamericanos. respecto a Marx y Lenin, no lo alejaba ni lo ha
Lejos de limitarse a efectuar un estudio académi- alejado del marxismo. Su pensamiento más bien
co sobre la cuestión del Estado capitalista, Poulant- representa ya una de las corrientes teóricas más
zas fue consecuente con b u trayectoria política juve- Importantes del marxismo contemporáneo, y tiene
nil en el movimiento estudiantil de su natal Grecia e l mérito, consecuente con la pluralidad histórica y
y con la consigna teórica y política de Marx de inter- con la capacidad de crítica y autocrítica del marxis-
pretar la realidad histórica, pero también de trans- mo, de haber replanteado toda una probkmática a la
formar el mundo. En ese sentido en su último libro altura de nuevas circunstancias históricas y políticas
(1978, Estado, poder y socialismo), con gran origi- en un múltiple contexto: de crítica intensa al estali-
nalidad plantea la necesidad de avanzar hacia la nismo, de aguda y profunda crisis del capitalismo
instauración de lo que él llama el socialismo demo- mundial y de fuerte crítica al socialismo “real”.
crático, fundado en la articulación de la transforma- Aunque no como tema central de su libro de 1978,
ción de la democracia representativacon el desarro- Poulanizas también tomó en cuenta la situación de
llo de la democracia autogestionaria, y en la amplia la izquierda en los países de la Europa occidental.
participación activa de las masas populares para La preocupación era doble: cómo el estatismo auto-
provocar “rupturas efectivas” en el Estado. Hoy ritario, característico de la etapa actual del capitalis-
resulta todavía válida la afirmación que en una en- mo, acentúa tendencias del Estado intervencianista
trevista concedida a mediados de 1979 hacía ai res- en el campo de las relaciones políticas, y cómo los
pecto, en el sentido de que “es también necesaria partidos políticos dejan de ser los interlocutores
[como factor contrarrestante del estatismo autorita- centrales de la administración estatal, y terminan por
rio a que está actualmente expuesta la democracia ser desplazados por esquemas neocorporativas de
representativa y la actuación de los movimien- alianzas y compromisos c o n los grandes sectores
tos sociales] una transformación radical de los mis- sociales y profesionales. Esa situación de los parti-
mos partidos políticos”. dos políticos, y sobre todo de la izquierda, en pala-
Hoy ya no es una novedad saber que esa estrategia bras de Poulanfzas, ha provocado “una pérdida de
política de transformación del Estado capitalista -y interés por los partidos que deberían representarlos
se entiende, por la conceptualización que de aquél ante la propia administración pública”.’
hizo Poulantzas, que también del sistema capitalis- Entendemos que tal vez la tendencia seguida por
ta- desecha viejas ideas que sintomáticamente el Estado capitalista de tratar principalmente- p e r o
han provocado cierto terror político en algunos o no en forma exclusiva- con los grandes sectores
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POULANTZAS Y LA CUESTIÓN DEL ESTADO CAPITALISTA
rio no son nuevos, pero han adquirido una relevancia la relación entre el aparato del Estado, las formas de
notable a la luz de la demarcación de los límites del representación política y los modos de participación
intervencionismo estatal: por un lado, el Estado ca- política. Se comprende, entonces, el hecho de que
pitalista no ha podido, por su misma naturaleza de los circuitos gubernamentales, con todo y sus con-
clase, exacerbar el ejercicio de las libertades políti- tradicciones internas, articulen procesos de reorga-
cas (de expresión, de asociación, de reunión, de nización estatal con tareas de restricción de las
elección popular, etc.) sin poner en riesgo la propia libertades políticas, de bloqueo a la participación
dominación capitalista, pero tampoco ha podido, por política, de concentración de las negociaciones po-
constituir la condensación de la correlación de fuer- líticas en esos circuitos (protegiendo siempre la fi-
zas sociales, restringir al nivel cero esas libertades y gura presidencial), etcétera!
ese sector público; sin poner en riesgo, primero, la Desde esa perspectiva la crisb de los partidos
necesidad que el capital tiene de la intervención políticos ocupa un lugar central en esa articulación,
estatal (bajo tal o cual modalidad), y segundo, la al resaltar la contradicción en el proceso de fortale-
necesidad que a su vez el Estado tiene de la presen- cimiento-debilitamiento estatal. Especialmente los
cia legitimadora de las clases populares. llamados por Poulantzaspartidos de poder: inclui-
Tanto Poulantzas como Buci-Glucksmann y Ther- do el partido dominante, enfrentan más intensamen-
born coinciden al sostener que el estatismo autoritario te el estatismo autoritario al experimentar una pro-
representa simultáneamente un reforzamiento y un funda crisis de representatividad, que provoca su
debilitamiento del Estado: reforzamiento “en su as- debilitamiento en las relaciones institucionales con
pecto de aparato” y debilitamiento “en el aspecto de los ciudadanos y, en contrapartida, una mayor pre-
la legitimición”. En suma, se trataría de una profun- sencia política de la administración pública.
da “modificación interna de las relaciones entre Aunque la administración pública ha sido, en
fuerza y consentimiento, coerción y hegemonía”: sentido estricto, una especie de partido político de la
en cuyo proceso tiende a predominar la coerción a clase dominante, tal como lo había notado Marx en
través de una serie de prohibiciones y restricciones el periodo del bonapartismo francés, con el desarro-
legales y de la instauración de prácticas gubernamen- llo del sistema de mediaciones políticas y de los
tales de fichaje electrónico y de control del recono- formatos de representación el Estado tuvo que acep-
cimiento de la actividad social y profesional? tar la existencia de un sistema de partidos para
No obstante que la caracterización del estatismo flexibilizar su relación con el conjunto de las clases
autoritario remite inmediatamente a los circuitos de y fuerzas sociales. Losparíidos depoder, y particu-
gobierno (específicamente a las relaciones poder larmente el partido dominante, se hicieron necesa-
ejecutivo-poder legislativo y presidente-ministerios, rios para ejercer el poder y flexibilizar el equilibrio
y al núcleo de la administración pública), como inestable de compromisos entre las diversas fuerzas
respuesta global a la crisis del Welfure state y co- sociales. A través de ellos la democracia repre-
mo alternativa a posiciones reformistas, el estatismo sentativa fue conducida con cautela, y simultánea-
autoritario tiende a afirmarse fundamentalmente en mente la administración pública fue adquiriendo una
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N ESTADO CAPITALISTA
fuerzas sociales en el seno del bloque en el poder es configurar una línea de segmentación-fragmenta-
en “los subconjuntos de la administración”. Lejos, ción en’la mesa de negociaciones. Este ascenso de
pues, de configurar un aparato estatal más cohesio- la administración pública en la cúspide de la relación
nado, el estatismo autoritario tiende a favorecer la Estado-sociedad, se extiende, por lo demás, en la
concentración de la reproducción de las luchas de amplia red de ramas estatales ubicadas regionalmen-
clases en la administración pública, y a debilitar te en lugares estratégicos de las luchas de clases.
el conjunto de los dispositivos de ejercicio del po- Poulantzas sugiere, por ende, evitar seguir la es-
der. En apariencia se llega a constituir una especie trategia reformista (la toma del poder por la vía de
de Estado-fortaleza, similar al que existió en la Últi- las reformas sucesivas y paulatinas) o la de asalto
ma etapa del fascismo europeo; pero en realidad el del Estado (la toma del poder por la vía de la lucha
Estado traduce y reproduce en su armazón material frontal y violenta, de ocupación instrumental del
las debilidades y las carencias manifestadas en los aparato estatal). En su lugar propone la via úemocrá-
procesos de mediación en que intervienen los parti- rica al socialismo,bajo la cual las masas populares
dos políticos. aprovecharían aquella confrontación directa con la
El ejercicio del poder por la vía directa de la administración pública, que no significa -en última
intervención política de la administración pública se instancia- sino la intensificación de las luchas de
debilita porque, como dice Poulantzas, se polarizan clases en el Estado, en primer lugar, para provocar
también políticamente “los fraccionamientos corpo- un “proceso de rupturas efectivas” en el equilibrio
rativistas-institucionales propios a la burocracia del inestable de compromisos, y por lo tanto en la orien-
Estado”; y de ese modo, agrega, “las peleas admi- tación de la política global estatal, y, en segundo
nistrativas se extrapolan en divisiones políticas, lugar, para propiciar un reagrupamiento de las fuer-
conduciendo a seísmos internos del Estado que zas sociales populares, sobre todo de las no articu-
ponen en tela de juicio su papel de organizador de ladas con el partido dominante, bajo nuevas formas
la hegemonía”? de organización y de representación.
El estatismo autoritario conduce necesariamente La estrategia política poulantziana, en cierto mo-
a las clases populares a adoptar nuevas formas de do, desarrolla la propuesta gramsciana de la “guerra
lucha. Debido a que los partidos políticos paulatina- de posiciones” más allá del simple surgimiento y
mente pierden capacidad de organización y de expansión de nuevas formas de vida cultural. En esa
conducción de los sectores sociales, y frente a la estrategia la hegemonía de las clases subordinadas
administración pública capacidad de negociación y aparece presupuesta en los “subconjuntos adminis-
concertación, los ciudadanos (frentes de contribu- trativos” y no sólo y estrictamente en el espacio que
yentes, asociaciones de productores, grupos de co- Gramsci denomina sociedad civil (aun cuando se
lonos, asociaciones cívicas, etc.) alientan nuevas tienda un amplio puente entre ésta y la llamada por
formas de lucha popular en la medida en que se él sociedad política para constituir el “Estado en
exponen a una confrontación más directa con la sentido ampliado”). Por ello, tiene sentido teórico y
administración pública, bajo un trato cuyo propósito político la propuesta poulantziana de aprovechar, en
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el contexto del estatismo autoritario, la confronta- crítica de que dispone el análisis marxista. Aunque
ción directa entre las clases populares y la adminis- una buena parte del edificio teórico del marxismo
tración pública, como expresión de la reproducción clásico haya quedado ya desmantelado, por el efecto
intensificada de las luchas de clases en el Estado. inmediato de esa crisis y de la rapidez con que han
Poulantzas previene, sin embargo, que ciertamen- ocurrido los acontecimientos, consideramos que la
te la vía democrática al socialismo “no será un idea de que “el socialismo será democrático o no
simple paso pacífico” porque la reacción del adver- será tal” muestra bastante bien la pertinencia de la
sano siempre estará pendiendo como principal fac- estrategia política poulantziana.
tor en contra de ese tipo de transformación del Poulantzas deja como legado esa propuesta de
Estado. Con mayor urgencia, entonces, se hace im- transformación política, habiendo considerado pre-
prescindible la intervención de un amplio movi- viamente el umbral del proceso actual de transfor-
miento popular que dé pleno sentido e intencionali- maciones del capitalismo mundial. Es necesario, por
dad al proyecto político correspondiente. lo tanto, deshilvanar las proposiciones teóricas co-
4. La crisis del socialismo de los países del Este, rrespondientes y seguir tejiendo en torno de una
que entra ya en su etapa culminante, hasta ahora no nueva vía de transformación política.
ha descalificado la capacidad heurística y de auto-
Noim
1 Ef virjo top,núm. 35, España, 1979. 6 Cf.Poulantzas, “Las transformaciones actuales del Estado,
2 Le défisocial-democrat, Máspem, París, 1981, pág. 151. lacrisispliticaylacrisisdelEstado”,env.a.,Elmarx~m
3 Esradopoder y socialismo, Siglo XXI, Espapana, pág. 248. y la crisis del Estado, Universidad Autónoma de Puebla,
4 1.e dé/; .sociol-demcrale, pág. 154. Puebla, 1977.
5 ‘nierhorn, cn ¿Cómo domina In clase dominanfe?, distin- 7 “Los que tienen vocación de participar (y participan) en el
gue rntre los formaios de representación y losproccsosde gobierno dentro de una alternancia regular, orgánicamente
rmdiorión, necesarios para cl ejercicio del poder. incluye fijada y prevista p r el conjunto de las instituciones actua-
B la represión y la coptación entre estos últimos, y de ese les del Estado” (Esfado,poder y sociaJiSm0,pág. 269).
miido asignü un scntidii más político al papel de la repre- 8 Idem., pág. 316.
sión y la coptaciiin, en una relación menos rígida entre el 9 I&m., pág. 302.
Estado y l a sociedad.