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Criterios científicos
en las
disciplinas sociales y humanas
Introducción
José Rubio Carracedo
Traducción
Francisca Castillo Rosero
Valencia
1978
INTRODUCCIÓN
Levi-Strauss escribió el texto que presentamos vertido al español como respuesta a una
encuesta de la UNESCO sobre "las tendencias principales de la investigación en el dominio de las
ciencias sociales y humanas", en l964, coma continuación de otra realizada previamente, y en
idénticos términos, sobre las ciencias exactas y naturales. El texto corresponde, pues, a la época de
plena madurez del pensamiento estructuralista de nuestro autor, quien se muestra repetidas veces
disconforme con tal planteamiento de la encuesta, que le parece equivoco, ya que permite suponer
que las ciencias humanas y sociales se encontrarían respecto de las exactas y naturales en plano de
igualdad en cuanto ciencias. De ahí que Levi-Strauss dedique el primer tercio de su respuesta a
establecer su respectivo estatuto científico, con una fuerte acentuación de sus diferencias. También le
parece ambigua la denominación genérica de "ciencias sociales y humanas". Por eso dedicara varias
paginas a establecer criterios diferenciales entre las mismas a partir precisamente del estatuto
epistemológico propio de cada una. Finalmente, tampoco acepta la distinción convencional entre
ciencias sociales y ciencias humanas; por ello dedica el ultimo tercio de su exposición a proponer los
criterios adecuados que permiten diferenciarlas.
l. ¿Son realmente ciencias las "ciencias sociales y humanas"? ¿Cual es su estatuto
científico propio? Levi-Strauss comienza negándoles el estatuto de ciencias, en su desarrollo actual,
con términos tajantes: no cabe establecer ninguna paridad con las ciencias exactas y naturales, piles
estas "son ciencias y las otras no la son"; si se las designa con el termino de ciencias es "en virtud de
“una ficción semántica y de una esperanza filosófica" de que la lleguen a ser; esperanza que no ha
tenido confirmación por el momento. El nombre de ciencia cubre en ellas un numero de actividades
heteróclitas, de las que solo unas pocas tienen verdadero carácter científico.
Seguidamente Levi-Strauss pasa revista a "ciertas causas accesorias de la disparidad que se
manifiesta entre las ciencias físicas y las ciencias humanas". La desgracia de las ciencias humanas es
que el hombre no puede desinteresarse de una investigación que le concierne directamente. Pero no
puede olvidarse que "se encuentran todavía en su prehistoria. Suponiendo que puedan un día ponerse
al servicio de la acción práctica, actualmente no tienen nada o casi nada que ofrecer".
Por lo demás, toda investigación científica exige una dualidad entre el observador y su
objeto. Así acontece en las ciencias naturales, y de allí su objetividad característica. Pero la
conciencia es "el enemigo secreta de las ciencias del hombre". Aunque estas poseen algunos medias
para neutralizar la subjetividad: miles de sistemas fonológicos y gramaticales que se ofrecen al
examen del lingüista y la diversidad de las estructuras sociales a disposición del historiador y del
antropólogo, que constituyen experiencias "toutes faites" y que cumplen funciones de laboratorio
experimental, que solo es precise interpretar correctamente.
Para ello las ciencias humanas han de servirse de modelos operatorios, aunque ello implique
un empobrecimiento y hasta una "deshumanización" de la realidad; es la exigencia de la cientificidad:
las ciencias humanas deben renunciar a su pretensión de ocupar un lugar aparte en el sistema de las
ciencias; si quieren ser científicos, sus modelos deben "atenuar" la distinción entre lo humano y lo
natural. Nótese que en un texto paralelo de La pensée sauvage (l962) Levi-Strauss exigía "disolver" al
hombre en lo natural y esta es su tendencia de fondo, coma he mostrado en otro lugar (Levi-Strauss.
Estructuralismo y ciencias humanas. Madrid: Istmo, l976).
Levi-Strauss concluye su exposición diferenciadora asegurando que "hasta ahora las ciencias
humanas han tenido que limitarse a ofrecer explicaciones vagas y aproximativas"; han cumplido un
papel a media camino entre la explicación y la previsión, incapaces de bifurcarse resueltamente en
una u otra dirección, hacia el pensamiento puro o hacia la eficacia. Han adoptado preferentemente una
función sapiencial a caballo entre el conocimiento y la acción.
2. Estatuto científico diferencial de las ciencias humanas y sociales. El nombre genérico de
ciencias humanas y sociales engloba todo un conjunto de ciencias de calidad científica muy desigual,
y que se sitúan a diferentes niveles lógicos; algunas, coma la etnología y la historia, tienen por objeto
el estudio de realidades empíricas que constituyen totalidades; otras, coma la lingüística, el derecho,
la economía, la política, se ocupan de aspectos parciales. Se hace precise, por tanto, comenzar por una
"critica epistemológica" de tales ciencias. Para ello recurre Levi-Strauss a un trabajo suyo de l952
("Social Structure", publicado en Anthropologie structurale en 1958) en el que presentaba una
clasificación de las ciencias humanas y sociales en base a dos pares de oposición: a) la oposición
entre la observación empírica y la construcción de modelos; b) la oposición entre las dos clases de
modelos: mecánicos (a escala de los fenómenos representados) o estadísticos (a diferente escala). Si
aplicamos este criterio a las mencionadas ciencias, tenemos que la historia basa su estatuto científico
en la observación empírica y utiliza modelos estadísticos; La etnología ocupa una posición invertida:
se basa en la construcción de modelos y estos son de naturaleza mecánica; la sociología comparte con
la etnología la construcción de modelos, pero los utiliza estadísticos; finalmente, la etnografía se basa
en la observación y utiliza modelos mecánicos. El esquema muestra coma etnografía y cosmología
son dos etapas de una misma investigación, esta comienza en la observación y termina en los modelos
mecánicos, mientras que sociología e historia, por su parte, utilizan modelos estadísticos, pero cada
una sobre base diferente.
Como es natural, otras clasificaciones son posibles a partir de las diferentes oposiciones,
entre las que Levi-Strauss cita bastantes ejemplos; advierte incluso que la utilizada por el debe
completarse con nuevos pares de oposiciones: perspectiva total /perspectiva parcial espaciotemporal;
objetos reales / objetos generales; hechos observados mensurables y no mensurables ... Lo cierto es
que esta “prueba crítica" permite esclarecer la peculiaridad científica y las relaciones entre las
diversas disciplinas.
Otro banco de pruebas para la cientificidad de cada una de las ciencias sociales y humanas lo
constituyen los tres criterios epistemológicos siguientes: a) que posean un objeto universal; b) que su
método sea homogéneo; c) que su método se base en ciertos principios fundamentales y sobre cuya
validez exista un consenso generalizado entre los científicos. Según Levi-Strauss solamente la
lingüística esta en condiciones de superar esta prueba, seguida a distancia por la economía (falla el
primer criterio), la demografía (falla el segundo) y la etnología (falla el tercero).
Este enjuiciamiento se apoya en linos supuestos implícitos que no son Giros que los de la
metodología estructural. La lingüística estructural, coma única ciencia humano-social en estado
adulto, marca la pauta para las demás, cuyos progresos científicos han partido de una transposición
mas o menos abierta del método fonológico. En este sentido, han sido las ciencias mas "literarias"
entre las humano-sociales -la retórica, la poética, la estilística, la critica literaria- quienes han tornado
la vanguardia y utilizan habitualmente métodos algebraicos y el calculo electrónico. Levi-Strauss
aduce igualmente otro criterio estructural: la investigación científica se facilita grandemente cuando
se realiza sobre un objeto homogéneo, bien delimitado y con pocas variables, lo que resulta difícil de
conseguir en las ciencias humano-sociales. Aquí radica precisamente la ventaja de los métodos
estructurales.
Se comprende ahora mejor por que Levi-Strauss juzga inaceptable el planteamiento de la
UNESCO en su encuesta, que establece un paralelismo global (entre las ciencias físico-naturales y las
humano-sociales) e indiscriminado (entre las humano-sociales). Su contrapropuesta consiste en
sustituir aquel planteamiento "horizontal" por un corte "vertical" mediante el que las ciencias
humano-sociales prolongan selectivamente las fisiconaturales, coma ilustra el grafico que aparece en
el texto.
3. La distinción entre las ciencias sociales y las ciencias humanas. Esta distinción se ha
venido presentando en base a ciertos criterios insatisfactorios: a) Las ciencias humanas se orientan
hacia la teoría, la erudición : y la investigación pura, mientras que las ciencias sociales lo harían sobre
la práctica, la observación y la investigación aplicada. Sin embargo, esta orientación no es objetiva,
sino que depende mas bien del tipo de investigación y del talante de cada investigador. b) Otro
criterio basa la distinción en el supuesto de que las ciencias sociales se ocupan de estudiar fenómenos
de grupo, mientras que las humanas lo hacen de fenómenos individuales. Pero se trata de un criterio
claramente falso, pues da por supuesto que "todo lo que es humano es social", lo que supone caer en
un circulo vicioso. Además, la significación antropológica no es exclusiva de las ciencias humanas y
sociales, sine que está implícita en toda investigación física y biológica.
En definitiva, los criterios tradicionales para diferenciar las ciencias sociales de las humanas
son inconsistentes. Por lo demás, este tipo de distinción nació y se desarrolló casi exclusivamente en
los Estados Unidos, aunque también la UNESCO la adoptó. Y es suficientemente conocida la
oposición que encontró en científicos tan dispares coma Redfield y Evans-Pritchard. De hecho, en los
Estados Unidos se está imponiendo actual mente una nueva terminología que engloba las ciencias
humanas y las sociales bajo la denominación genérica de "ciencias del comportamiento", orientadas
hacia un tratamiento riguroso de los fenómenos humanos. Lo que podríamos considerar su
"manifiesto" fundacional pone el acento en cinco tipos de investigaciones a las que se les concede un
lugar preferente: la teoría de la comunicación entre los individuos y los grupos, basada en modelos
matemáticos; los mecanismos biológicos y psicológicos del desarrollo de la personalidad; la
neurofisiología del cerebro; el estudio del psiquismo individual y de la actividad intelectual, basado
tanto en la psicología animal coma en la teoría de las maquinas calculadoras.
La importante es que todas las investigaciones consideradas coma preferentes suponen una
estrecha colaboración entre las ciencias humano-sociales y ciertas ciencias exactas y naturales. Levi-
Strauss no solo juzga acertado este planteamiento interdisciplinario, sino que ve en el mismo una
confirmación de los supuestos metodológicos del estructuralismo, que postulaban una actitud
fuertemente selectiva respecto de las ciencias humano-sociales mediante la cual podría establecerse
un puente con las exactas y naturales.
Ahora bien, desde el punto de vista administrativo podría hacerse una división tripartita entre
las ciencias llamadas sociales y humanas: a) un primer grupo la constituiría la tendencia humanística,
orientada hacia la erudición, la reflexión moral o la creación estética, que podría dar lugar a una
facultad de "artes y letras"; b) una segunda facultad podría denominarse de "ciencias sociales" y
comprendería los estudios jurídicos, las ciencias económicas y políticas, así coma ciertas ramas de la
sociología y de la psicología social. Su tendencia común de fondo seria la preparación para una
actividad profesional y una consideración predominantemente practica dentro de la perspectiva de
una sociedad concreta y particular; c) finalmente, una tercera facultad de “ciencias humanas" que
agruparía la prehistoria, la arqueología, la historia, la antropología, la lingüística, la filosofía, la lógica
y la psicología. Su perspectiva seria universal, fuera de toda sociedad particular, y su enfoque
estrictamente científico.
Desde una perspectiva interdisciplinar, las ciencias humanas comparten su objeto con las
ciencias sociales, pero su metodología es mas próxima a la de las ciencias exactas y naturales. Desde
otra consideración, las ciencias humanas adoptan el punto de vista de la inmanencia, frente a la
postura "transcendental" típica de las ciencias sociales (economía, derecho), que han hipostasiado los
caracteres de una sociedad concreta coma paradigma para todas las demás. Por ultimo, no es solo
cuestión de método, sine también de actitud en el investigador: respecto de las ciencias exactas y
naturales, las ciencias sociales se sitúan coma clientes, mientras que las humanas lo hacen con la
aspiración de llegar a ser discípulas.
Finalmente, Levi-Strauss presenta otra diferenciación típica de la epistemología
estructuralista: las ciencias humanas han aprendido de las físicas la lección de que para comprender el
mundo es precise comenzar por recusar sus apariencias, mientras que las ciencias sociales se apoyan
en otra simétrica, según la cual se debe aceptar el mundo si se pretende cambiarlo. Ambas tienden a
desviaciones divergentes: las sociales, mas acá de la previsión, hacia la tecnocracia; las humanas, mas
allá de la explicación, hacia las especulaciones filosóficas. En ultimo término, las limitaciones
científicas les vienen a ambas de su mismo objeto: el mundo siempre cambiante y heterogéneo de lo
sociocultural; mientras que las exactas y naturales se ocupan de un mundo homogéneo y apenas
cambiante. La aplicación a sus propios objetos produce una divergencia mas aparente que real, pues
"la tierra del conocimiento científico es redonda": se encontrarían cuando todas sean ciencias adultas.
Coma habrá apreciado el lector, la encuesta de la UNESCO -pese a rechazarla en los términos
en que había sido planteada- le sirve a Levi-Strauss para exponer una serie de criterios científicos
sobre las ciencias humanas y sociales que sólo pueden ser entendidos cabalmente desde los supuestos
propios de su metodología estructural. La explicitación de tales supuestos no es posible hacerla aquí.
Pero la hemos hecho en el libro citado al comienzo de esta introducción, al que nos permitimos -entre
otros- remitir al lector interesado en una profundización critica de los mismos. Lo que el lector
encuentra en las paginas que siguen es sólo una breve y muy autorizada exposición de ciertos
principios metodológicos del estructuralismo referentes al planteamiento de las ciencias humanas y
sociales para convertirlas en ciencias dignas de tal nombre. De ningún modo se trata de linos criterios
total y universalmente compartidos, pero el planteamiento ha demostrado ser fecundo y su relevancia
es innegable en la actual epistemología de las ciencias del hombre.
Al punto nos resultaba manifiesto que este esquema, a pesar (o a causa) de su simplicidad,
permitiría, mucho mejor que un inventario de sus funciones, comprender las posiciones respectivas, la
una por relación a la otra, de las cuatro ramas de las ciencias humanas entre las l cuales se ha tratado a
menudo de hacer reinar un espíritu polémico.