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CONSUMIDOR
EN EL SUPLEMENTO AL R.O. No. 116 del 10 de julio del 2000 se publicó la Ley Orgánica de Defensa
del Consumidor. Al tener la calidad de Ley Orgánica, prevalece sobre todas las demás leyes ordinarias,
incluso las especiales y por su importancia incluimos un comentario suscinto sobre su contenido.
Definciones
La ley define los términos anunciante, consumidor, contrato de adhesión, derecho de devolución al
consumidor por compras realizadas vía telefónica, internet, catálogo, correo u otros similares, especulación,
información básica comercial, oferta, proveedor, publicidad, publicidad abusiva o engañosa, servicios
públicos domiciliarios, distribuidores o comerciantes, productores o fabricantes, importadores, prestadores de
servicios a los consumidores.
Derechos fundamentales
Se establecen los derechos fundamentales de los consumidores, entre los que destacan el de protección a la
vida, salud y seguridad en el consumo, así como a la satisfacción de necesidades fundamentales y acceso a
servicios básicos; a la libertad de elegir; a recibir servicios básicos de óptima calidad; a recibir información
veraz, clara, oportuna y completa sobre el bien y servicio, así como las condiciones de adquisición, precio y
calidad; a la protección de la publicidad engañosa o abusiva; a seguir las acciones legales y judiciales que
correspondan; derecho a que las empresas o establecimientos mantengan un libro de reclamos. También se
establecen las obligaciones del consumidor, entre los cuales resaltan el propiciar y ejercer el consumo racional
y responsable de bienes y servicios; preocuparse por no afectar el medio ambiente; e, informarse del uso de
los bienes.
La publicidad
Por otra parte, se exige a los proveedores a suministrar la siguiente información básica: precio, peso y
medidas, de acuerdo a la naturaleza del producto; montos adicionales por impuestos y otros recargos; precio
unitario expresado en medidas, peso y/o volumen, si la naturaleza del bien lo permite. La información deberá
expresarse en castellano. En los productos durables, deberá hacerse constar la garantía y en qué consiste la
misma. En productos deficientes y usados deberá indicarse este particular. En productos mejorados mediante
transplante de genes o manipulación genética, deberá resaltarse este aspecto en la etiqueta. En productos
alimenticios, sin perjuicio del cumplimiento de normas técnicas, deberá indicarse nombre del producto,
marca, identificación del lote, razón social, contenido neto, registro sanitario, valor nutricional, fecha de
expiración, ingredientes, precio al público, país de origen y si se trata de alimento artificial, irradiado o
genéticamente modificado. En los medicamentos, debe expresarse, además, el nombre genérico, lista de
componentes con sus especificaciones, país de origen, contraindicaciones; y, si son productos naturales, su
procedencia y si hay elementos culturales o étnicos en el origen. En los productos durables debe indicarse
instrucciones sobre seguridad de uso, adecuado manejo y advertencias. Para incluir esta información se
concede el plazo de 9 meses, a partir del 10 de julio del 2000. En caso de ofertas o descuentos, debe indicarse
en qué consiste y, de existir premios, detalles de los mismos.
Responsabilidades y deberes
Los contratos
Los contratos de adhesión, es decir, aquellos preparados en formularios por los proveedores, sin que el
consumidor haya podido discutirlos, deben ser en castellano y presentados en carácter legible, lo escrito en
letra diminuta se entiende por no escrito. En estos contratos se prohiben las siguientes cláusulas: que eximan o
limiten la responsabilidad; impliquen renuncia de derechos del consumidor, impongan utilización obligatoria
de arbitraje; permitan variación unilateral del vendedor del precio o condiciones; autoricen exclusivamente al
proveedor a terminar unilateralmente el contrato o suspender la ejecución, salvo que esté condicionada al
incumplimiento del deudor; incluyan espacios en blanco.
Se faculta a los intendentes, subintendentes y comisarios a controlar la especulación y al Presidente de la
República, a fijar precios excepcional y temporalmente.
Se establecen las siguientes sanciones: como sanción general, de cien a mil USD, por infracciones a esta Ley;
de mil a 4000 USD en caso de publicidad abusiva o engañosa; clausura temporal o definitiva, si no se
componen los daños ocasionados en mal de servicio de reparación; de mil a USD 5000, si no se retira y
devuelve el precio de bienes defectuosos o peligrosos para la salud o si se suspende injustificadamente el
servicio; y, de 500 a mil USD, en caso de no suministrar la información pedida por la autoridad competente.
LA LEY ORGÁNICA DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR trae una amplia regulación sobre el
contrato de adhesión. Esta es una figura jurídica de inveterada aplicación en el mundo y se lo define como
aquel instrumento cuyas cláusulas han sido establecidas unilateralmente por el proveedor a través de contratos
impresos o formularios sin que el consumidor, haya discutido su contenido previamente a su celebración. Su
utilización ha permitido mayor agilidad en el desarrollo de las transacciones comerciales.
La citada Ley incorpora algunas exigencias de fondo y de forma que deberán cumplir esta clase de contratos
para su eficacia jurídica, cuyo conocimiento es importante para evitar el riesgo de que sus estipulaciones se
entiendan como no escritas o nulas. Así, ordena que sea escrito en caracteres legibles, no menores a un
tamaño de 10 puntos, de acuerdo a las normas informáticas internacionales; si se incluyeran estipulaciones en
tamaño menor se entenderán como no escritas, en consecuencia, el proveedor no podrá invocarlas en su favor.
Los términos del contrato deberán ser claros y comprensibles y no podrá contener remisiones a textos o
documentos que, no siendo de conocimiento público, no se faciliten al consumidor previamente a la
celebración del contrato, por ello, constituirá una práctica sana que en el evento de que debiera hacerse una
remisión a otro texto, se entregue conjuntamente con el contrato un anexo adicional aclaratorio.
Otra obligación formal que el proveedor asume consiste en que deberá entregar una copia, debidamente
suscrita y sumillada del contrato y todos sus anexos; si no fuere posible hacerlo en ese momento, el proveedor
entregará de inmediato una copia con la constancia de ser fiel al original suscrito por éste; la copia así
entregada se tendrá por el texto fidedigno de lo pactado para todos los efectos legales.
Idioma
Esta clase de contratos deberá redactarse en idioma castellano, pudiendo utilizarse palabras de otro idioma
cuyo uso se haya incorporado al léxico. Aquellas cláusulas que incumplan este punto se tendrán por no
escritas. En esta materia existe una imprecisión de la ley en cuanto a la aceptación de las palabras extranjeras,
pues no define si serán aceptables solamente aquellas palabras aprobadas oficialmente o aquellas de uso
generalizado y común.
Las cláusulas
Se establece que son nulas de pleno derecho y no producirán efecto alguno las cláusulas que eximan, atenúen
o limiten la responsabilidad de los proveedores por vicios de cualquier naturaleza, de los bienes o servicios
prestados. Tampoco serán admisibles las estipulaciones que impliquen renuncia a los derechos que concede la
Ley Orgánica de Defensa del Consumidor a los consumidores o de alguna manera limiten su ejercicio.
En cuanto a la jurisdicción aplicable en caso de conflicto, el consumidor deberá expresamente manifestar su
consentimiento para someterse a arbitraje o mediación. Causa extrañeza esta disposición, toda vez que al
suscribir el contrato se está dando una expresa aceptación a su contenido.
Por tanto lo que se precisará es una ratificación adicional de la voluntad de someterse a arbitraje. Parece
innecesaria una estipulación con respecto a la mediación que es un procedimiento de aceptación voluntaria al
que puede acudirse aún sin necesidad de acuerdo previo.
La Ley prohibe la inclusión de una serie de cláusulas, estableciendo como sanción que no tendrán posibilidad
de producir efecto alguno y se entenderán nulas de pleno derecho, es decir que no será admisible una prueba
en contrario, en el evento de que se lleve a resolución de un tribunal de justicia. Estas cláusulas prohibidas son
aquellas que permitan al proveedor variar unilateralmente el precio o cualquier condición del contrato;
autoricen exclusivamente al proveedor a terminar unilateralmente el contrato, suspender su ejecución o
revocar cualquier derecho del consumidor nacido del contrato, excepto cuando tal resolución o modificación
esté condicionada al incumplimiento imputable al consumidor; incluyan espacios en blanco, que no hayan
sido llenados o utilizados antes de que se suscriba el contrato, o sean ilegibles; impliquen renuncia del
consumidor de los derechos procesales consagrados en la citada Ley, sin perjuicio de los casos especiales
previstos en el Código de Procedimiento Civil, Código de Comercio, Ley de Arbitraje y Mediación y demás
leyes conexas; y, cualquier otra cláusula o estipulación que cause indefensión o sean contrarias al orden
público y las buenas costumbres. Estas prohibiciones también se aplican a los servicios que prestan las
instituciones financieras.
El ordenamiento jurídico ecuatoriano carecía de una regulación de los contratos de adhesión, y el poder
público ha visto la necesidad de dictar una normativa que restablezca un eventual desequilibrio entre los
contratantes, pues se asume que el proveedor de un bien o servicio cuenta con el privilegio de poder
establecer las condiciones de la contratación. Sin embargo, la intervención del legislador en este ámbito ha
sido excesiva y ha revertido ese desequilibrio en contra de las empresas que ofrecen sus productos. En esta
búsqueda de protección al consumidor, se han deslizado excesos que lindan con la afectación de principios
jurídicos y constitucionales básicos como es el respeto a los contrratos válidamente celebrados y el derecho a
la seguridad jurídica, los mismos que deben ser cuidados celosamente como una muestra de ser una sociedad
respetuosa del régimen de derecho. Por ello deben incorporarse a la Ley de Defensa del Consumidor las
enmiendas que permitan un justo equilibrio en las relaciones entre proveedores y consumidores.