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España ¡El Gobierno miente de manera descarada!

por Gema Castellano, Julio de 1998

¡El gobierno nos miente! Lo hace de una manera burda, descarada, hipócrita,
despreciable y, sobre todo, insultante.

Recuerdo -aunque no venga al caso, en un programa de tv en plena polémica sobre el


aborto- un razonamiento de una señora del PP, que aseguraba que "los culebrones
venezolanos plasmaban la realidad cotidiana de las mujeres de este país”. Por
supuesto, todos imaginaréis, eso provocó la risa colectiva, pero no deja de ser
significativo en tanto en cuanto nos demuestra lo distante de esta ideología con
respecto a los intereses y las necesidades reales de la sociedad, y profundo, a la hora
de analizar la verdadera mentalidad de los que nos gobiernan.

Si tenemos en cuenta, según mi abuela que no se pierde ni uno, que las mujeres de
estos films son personas sufridoras por excelencia, maltratadas, engañadas e
ignoradas y sumidas en un estoicismo total, aunque bien vestidas y rodeadas de lujos,
puede que esta señora se refiera a la realidad de un sector absolutamente
conservador de este país que sí que vota al PP, pero que no representa ni por
casualidad a la realidad. Entre otras cosas, porque las relaciones a ese nivel se
plantean así : “yo te doy riqueza y tu sumisión”, y el acuerdo se firma con una falsa
moral y un “guardar las apariencias”, que sólo corresponden al “modus vivendi” de
una determinada clase social.

¿Querrá el PP que volvamos al tipo de sociedad arcaica plasmada en La Casa de


Bernalda Alba?. Familias enormes con secretos inconfesables, bastardos paridos por
criadas, terrateniente autoritario, cura permisivo... ¡En fin: nada!, no pasaba nada.
Nada transgredía esas cuatro paredes del caserón, porque todo se escondía bajo una
falsa moral que paseaban el domingo en la procesión.

Evidentemente, como ahora, eso no tenía nada que ver con el pueblo llano, que no
tenía más problemas -entre otras cosas porque no poseía el derecho ni a tenerlos- que
el de seguir luchando por un progreso que les llevara hacia un mundo mejor.

La lucha es siempre la misma. Sectores sociales que no soportan que nada cambie,
contra el grueso de la población que tira del carro y que necesitan que todo se mueva;
pero el gran handicap es que ahora son ellos los que están en el poder, ignorando,
como siempre han hecho, al ciudadano de a pie que no tiene derecho a nada,
mintiendo en sus propósitos y manipulando las mentes con sus buenas formas.

No tenemos nada que no hayamos plasmado en las urnas por mayoría, por lo que a
partir de ahora, deberemos analizar muy bien el sentido de nuestra votación.

¡Mucha derecha hemos tenido que soportar en este país! y con unas consecuencias
socialmente nefastas y humanamente humillantes. Es comprensible que las nuevas
generaciones, que han crecido en democracia, no comprendan bien lo que supone
vivir en un estado de total recorte de las libertades; pero deben ser conscientes de que
éstas, a no ser que se produzca un golpe brusco de estado o de efecto, -algo
impensable ya en este país -, se van recortando poco a poco hasta que un día se nos
ocurre la famosa frase : “es que no tenemos derecho a nada, nadie nos escucha”, y
ese día ya es demasiado tarde.
Este gobierno está inmerso en un proceso de globalización donde lo único que importa
es la gran empresa, considerando al ciudadano como mero productor a bajo coste y
condiciones nefastas de empleo.

El sistema de control se basa en la incomunicación y contrainformación. ¡Demasiado


sutil como para que nos demos cuenta a corto plazo!, de ahí que sea importantísimo
para ellos, poder, grandes empresas y bancos especuladores, controlar de una forma
o de otra los medios de comunicación y a las personas que informan. Una vez
terminado el proceso, se utilizan esos medios como vía propagandística de las
bonanzas del sistema, que se comparan una y otra vez con las situaciones de países
tercermundistas, -jamás nos dicen que los responsables de que el tercer mundo exista
son ellos-, para que nos convenzamos de lo afortunados que somos y del poco
derecho que tenemos a quejarnos, mientras ellos amasan fortunas y crean pactos
maquiavélicos capaces de organizar la estructura social mundial de sometimiento del
ciudadano.

¡Sí!. El gobierno nos miente. Y lo hace, como dije al principio, de una manera burda y
descarada. El ministro de Fomento se permitió el lujo de decir públicamente que la
tarifa plana existe en pymes, colegios y hospitales. ¡Y es mentira!

El gobierno culpó a la operadora del aumento tarifario, cuando él posee la potestad de


fijar las tarifas hasta el año 2005. Por tanto nos mintió. Dice que técnicamente no es
posible una tarifa plana ¡y vuelve a mentirnos!. Y lo peor: se declara abiertamente
defensor de la sociedad de la información y de Internet, y eso ya roza la burla hacia el
ciudadano.

Curiosamente, aprovechan el tirón publicitario que sus medios afines han exprimido
sobre la ayuda gubernamental a Centroamérica para soltarnos este desatino, y hasta
con eso han especulado. Aznar ayuda pero con condiciones.

¡Como lo hace siempre cualquier usurero, barriendo para el gran capital, que
devolverá el favor en forma de espectacular campaña electoral!. Mientras desde allí se
pide solidaridad desinteresada, y que los productos y materiales necesarios para la
reconstrucción se adquieran en esos países que necesitan vender, nuestro premier
pone como condición que el dinero se gaste en las empresas españolas. ¡Qué falta de
sensibilidad!. Otra vez nos han engañado; al igual que Telefónica, que sin duda
aprovechará para hipotecar a esos países por un buen montón de años, si es que
algún día consiguen despegar.

¡En fin!. Se impone que removamos nuestras consciencias, que intentemos mirar la
información que nos lanzan desde varios prismas y hacer del problema de las
telecomunicaciones una cuestión electoral. ¡Sólo nos escucharán si son conscientes
de que pueden perder votos! ¿Podrían las Asociaciones de Internautas pedir
oficialmente la abstención a sus afiliados como medida de presión?.

¡Bien podrían!

http://ailatin.tripod.com/mentiras.htm

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