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Hace unos días, la editorial del prestigioso diario español El País decía
textualmente que el presidente de Venezuela "hasta el momento no ha hecho sino
hundir la economía".
Contradice además lo que ese propio diario había venido informando días
antes, cuando daba cuenta de que el gobierno bolivariano había realizado en los
últimos meses importantes programas sociales.
Se trata, pues, del tipo de comentario infundado que tan en boga ha estado y
está a la hora de analizar el proceso político venezolano.
Y como lo que allí está ocurriendo nos interesa a todos, a todos nos conviene
poner las cosas en su sitio.
Pero, ¿realmente está hundida la economía?, ¿es cierto que ha sido el régimen
de Chávez, la revolución bolivariana, quien ha traído consigo el deterioro tan
imponente que denuncia la oposición y los medios de comunicación que les sirven de
voceros?
En nuestra opinión, hay varios hechos evidentes que muestran a las claras la
demagogia y la falsedad en la que se basan estos alegatos.
Para tratar de contemplar las cosas de la manera más fiel podemos recurrir a
algunos datos.
Otros datos, que seguramente son mucho más indicativos para la inmensa
mayoría de las personas, muestran efectos también distintos a los que se quiere hacer
creer.
En el año 1995, el gasto social en relación con el PIB se situaba alrededor del
7,6%. En 2000 ya subió al 11,3%. En dólares de 1997, el gasto social per capita en
1995 fue de 287$ y en 2001 de 402$.
El gasto público en salud, como en general todo el social, había bajado a mitad
de la década en relación con el que había en 1990. Eso sí supuso un verdadero
hundimiento. Pero a partir de 1999 comenzó también a subir y a superar los índices
anteriores.
Eso permitió, entre otras cosas, escolarizar a más 1,5 millones de niños y
jóvenes y alfabetizar al mismo número de adultos.
En 1999 había 194 médicos por cada 100.000 habitantes y a finales de 2001 ya
había 236.
Desde luego que se trataba de una reducción limitada, lenta y dificultosa. Pero
compare el lector esos resultados con los que ha obtenido George W. Bush en el país
más rico del mundo: en los tres años de su mandato ha aumentado continuamente el
número de pobres en Estados Unidos. Sólo en 2003 hubo 1,3 millones más de pobres.
Y, por último, hay que hablar de algo que los furibundos críticos del régimen
bolivariano no suelen mencionar: la continuada evasión de capitales que constituyó
una auténtica sangría para ese país. Aunque es difícil evaluarlo con precisión, se
calcula que entre 1974 y 2000 se fugaron de Venezuela entre 80.000 y 100.000
millones de dólares, algo así como el triple de la deuda exterior venezolana.
Sin embargo, también es evidente que en los dos últimos años se ha producido
una inversión en este proceso de mejora y que muchos de los indicadores de la
economía venezolana de la actualidad han empeorado respecto a los de hace dos
años.
Lo que parece milagroso visto desde fuera es que aquel país haya sido capaz
de salir suficientemente indemne de esos golpes. Lo que sorprende desde el exterior,
y lo que sin duda debe hacer pensar a los enemigos del gobierno bolivariano, es que
no sólo se superasen esos golpes sino que se haya salido con más fuerza social, con
más legitimidad política y con mejor salud económica. Así lo pone de relieve la mejoría
que se está produciendo en casi todas las macromagnitudes económicas en los
últimos meses.
Lo que estuvo a punto de hundir la economía del país fue la actuación política
absolutamente inaceptable en cualquier país que disfruta de elecciones libres y
libertades políticas de una minoría social muy poderosa.
Por el contrario, lo que hizo el régimen que encabeza el Presidente Hugo
Chávez fue, precisamente, evitar el hundimiento de la economía venezolana.
Con lo que venimos diciendo no queremos mantener una postura que pueda
llevar a pensar que la Venezuela bolivariana se encuentra en el mejor de los mundos.
Todo lo contrario. Es fácil detectar los problemas, los retardos, los cuellos de botella a
los que se enfrenta una economía que ha sufrido una evolución tan traumática en los
últimos veinte años y que se desenvuelve todavía en medio de un clima social tan
enrarecido.
¿Cómo conseguirlo cuando ese 70% pobre ha sido siempre una especie de
material social sobrante, cuando está en la exclusión y en el ostracismo?, ¿cómo
incluir a quien no tiene formación, a quien no tiene redes sociales, a quien no tiene
medios ni instrumentos para ser útiles ni a los demás ni a ellos mismos?
Por eso se dice con razón que la pobreza engendra más pobreza y empobrecimiento.
Y por eso es tan díficil salir de ella.
Hay que ser realmente muy cínico para obviar las causas auténticas de una
crisis económica estructural que afecta a todo el continente latinoamericano, para no
ver la viga en el ojo de las economías que ha hundido el neoliberalismo y, sin
embargo, denunciar la paja en el de las políticas que apenas si buscan un poco de
justicia social
Hay que dejarse de simplezas. Los poderosos pueden decir lo que quieran
pero la evidencia es que el riego de un hundimiento global de las economías no viene
de Chávez, sino del neoliberalismo, pues neoliberales han sido las políticas que de
una manera indiscutible han causado crisis, pobreza y frustración social y humana en
medio de una abundancia de recursos que se apropian casi en exclusiva sólo los más
ricos.
¿Cómo se puede decir que lo que hunde una economía son estas políticas
cuando las políticas neoliberales de reducción del gasto social han hecho que en
América Latina hays 218 millones de personas que carecen de protección sanitaria y
160 millones de agua potable, u 82 millones de niños que no pueden ser
inmunizados?.