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18 REVISIÓN

R e v. Soc. Esp. Dolor


7: Supl. II, 18-25, 2000

Dolor central y dolor del lesionado medular


R. Aparicio*, M. Sebastián**, M.J. Zubero***, J. González del Castillo***, P. Muro * * *
y E. Ciria***

re p e rcusión en los aspectos anteriormente señalados.


Aparicio R, Sebastián M, Zubero MJ, González del © 2000 Sociedad Española del Dolor. Publicado por Arán
Castillo J, Muro P and Ciria E. Central pain and Ediciones, S.A.
pain from spinal cord injuries. Rev Soc Esp Dolor
2000; 7: Supl. II, 18-25. Palabras clave: Dolor central. Dolor del lesionado medular.

SUMMARY

This paper tries to gather current knowledge re g a rd i n g ÍNDICE


pain associated to an injury of the Central Nervous Sys-
tem, with special attention to its etiopathogenicity and 1. INTRODUCCIÓN Y J U S T I F I C A C I Ó N
physiopathology, since they provide the basis both for 2. RECUERDO A N ATO M O F I S I O L Ó G I C O
fully-established treatments and those used in current the-
rapeutic trials. With this aim, an extended review have be- 3. DEFINICIÓN DE DOLOR CENTRAL
en carried out of the literature published in the past deca- 4. DOLOR POR DESAFERENTACIÓN Y D O L O R
de, perf o rming a careful selection of those works with CENTRAL
g reatest impact in the aforementioned aspects. © 2000
5. ETIOLOGÍA D E L DOLOR CENTRAL
Sociedad Española del Dolor. Published by Arán Ediciones,
S.A. 6. CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DEL D O L O R
CENTRAL
Key words: Central pain. Pain from spinal cord injuries. 7. CARACTERÍSTICAS ESPECIALES DEL D O L O R
D E L LESIONADO MEDULAR

RESUMEN 8. T R ATA M I E N TO DEL DOLOR CENTRAL

Se trata de aglutinar los conocimientos actuales sobre el


dolor que aparece tras una lesión del Sistema Nervioso
Central, poniendo especial atención en su etiopatogenia y
fisiopatología, ya que éstas constituyen la base tanto de los
1. INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN
tratamientos plenamente establecidos, como de los actua-
les ensayos terapéuticos. Con este fin se ha llevado a cabo
una amplia revisión las publicaciones de la última década, Existe escasa literatura acerca de este tipo de do-
haciendo una cuidadosa selección de aquéllas con mayor lor y cierta farragosidad a la hora de encuadrarlo,
debido probablemente a corresponder al aspecto
menos conocido del dolor neuropático y a ser el que
para la experimentación animal o clínica resulta
*Médico adjunto menos accesible. Nos parece que un buen comienzo
**Jefe Clínico de esta sección puede ser el recuerdo anatomofisio-
***Residente
Servicio de Anestesia y Reanimación. Hospital Clínico Lozano Blesa. lógico de la trasmisión dolorosa al sistema nervioso
Zaragoza. central.
DOLOR CENTRAL Y DOLOR DEL LESIONADO MEDULAR 19

2. RECUERDO ANATOMOFISIOLÓGICO espinotalámico es muy mala y concuerda con la co-


nexión difusa y multisináptica hacia el encéfalo. Es-
Al ingresar en la médula espinal las señales doloro- to explica por qué los pacientes tienen a menudo
sas, que pueden ser rápidas o lentas, toman dos vías gran dificultad para localizar la fuente en algunos ti-
diferentes para alcanzar el encéfalo: son respectiva- pos de dolor crónico.
mente los haces neoespinotalámico y paleoespinotalá- 2. El sistema espinal anterolateral se encarga de
mico. trasmitir hacia el encéfalo las sensaciones de dolor,
En las astas posteriores las fibras dolorosas A - pero también las de calor y frío, tacto grosero y pre-
delta excitan a neuronas del tracto neoespinotalámi- sión, cosquillas y prurito, así como sensaciones se-
co. Éstas envían fibras largas que, tras cruzar hacia xuales. Probablemente este hecho tiene que ver con
el lado opuesto, ascienden al cerebro en las columnas la aparición de alodinia que acompaña a algunos ti-
anterolaterales. Estas fibras terminan en parte en pos de dolor crónico relacionado con lesiones del
áreas reticulares del troncoencéfalo, pero la mayoría sistema nervioso central. En este sentido, Christen-
se dirigen hacia el tálamo. Desde las áreas talámicas sen (2) demuestra en 1966 por experimentación ani-
se envían señales a otras zonas basales y a la corteza mal, la existencia de cambios crónicos en el umbral
sensitiva somática. para estímulos mecánicos y térmicos después de un
Las fibras dolorosas tipo C de sufrimiento lento, trauma medular, con el desarrollo y persistencia de
sinaptan con neuronas intermedias de la propia asta una alodinia termomecánica. Igualmente se relacio-
p o s t e r i o r, que finalmente acaban dando fibras larg a s nan con estos hechos los hallazgos de Canavero (3),
que se incorporan a las fibras de la vía rápida y así, que en una revisión encuentra 27 casos publicados de
una vez que atraviesan la comisura anterior hacia el dolor central acompañado de prurito, en lesiones di-
lado opuesto de la médula, ascender hacia el encéfa- versas del sistema nervioso central.
lo en la misma vía anterolateral. Algunas de estas fi- 3. La lenta elaboración y eliminación de la sustan-
bras no cruzan y ascienden homolateralmente al ce- cia P explicaría el aumento progresivo en la intensi-
rebro. Todo este sistema constituye el tracto dad del dolor lento-crónico a medida que transcurre
paleoespinotalámico, cuyas sinapsis finales se ex- el tiempo y, en parte, la persistencia de este tipo de
tienden ampliamente por el troncoencéfalo. La for- dolor una vez eliminado el estímulo doloroso.
mación reticular controla el nivel global de actividad 4. Las repercusiones fisiopatológicas y psíquicas
encefálica y su estímulo provoca un grado elevado del dolor lento se pueden deducir teniendo en cuenta
de insomnio así como un aumento generalizado del la trasmisión de las sensaciones hacia múltiples zo-
tono muscular, que a nivel pontino y bulbar contiene nas de la sustancia reticular troncoencefálica, tálamo
los centros respiratorio y cardiocirculatorio. En la e hipotálamo y directa e indirectamente hacia el sis-
profundidad del área tectal del mesencéfalo se proce- tema límbico que se relaciona íntimamente con las
san reacciones motoras ante estímulos visuales y au- estructuras mencionadas.
ditivos. Finalmente las sinapsis alcanzan también la Tal vez sería interesante recordar el papel de dicho
sustancia gris periacueductal que, en pleno mesencé- sistema para así comprender mejor cómo el dolor
falo, parece desempeñar un papel importante en el puede alterar el comportamiento del individuo e in-
procesamiento de la respuesta al dolor. cluso alterar su personalidad, o cómo éste le dará un
Todavía desde el área reticular del troncoencéfalo enfoque diferente en dependencia de dicha personali-
múltiples neuronas de fibra corta elevan señales ha- dad.
cia núcleos intralaminares talámicos, porciones hipo- El sistema límbico se compone de varias estructu-
talámicas y otras adyacentes del encéfalo basal. ras limítrofes del cerebro y diencéfalo que se en-
Un neurotrasmisor liberado en las sinapsis de las cuentran rodeando al hipotálamo y ampliamente co-
fibras C a nivel de las astas dorsales es la sustancia nectadas con él. Así, la amígdala o habénula parece
P. Se trata de un neuropéptido de lenta elaboración y ayudar a adecuar la conducta de la persona apropiada
destrucción y que una vez que el estímulo ha cesado a cada tipo de situación. El hipocampo, porción más
persiste durante muchos más segundos o minutos (1). interna de la corteza temporal, interpreta para el en-
De todos estos conocimientos podemos concluir al- céfalo la importancia de las experiencias sensitivas,
gunos hechos aplicables al tipo de dolor que nos ocupa: determinando lo que debe ser almacenado en la cor-
1. El dolor central se corresponde con la forma de- teza o no. Los cuerpos mamilares, ubicados tras el
nominada lenta y que suele expresarse como sensa- hipotálamo, ayudan a controlar la sensación de bie-
ción quemante, continua, pulsante, nauseosa y cróni- nestar de la persona así como el grado de vigilia. El
ca. La localización del dolor trasmitido por el tracto septum pellucidun, que está delante del tálamo, res-
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ponde a su estimulación con numerosos efectos con- y el déficit de procesamiento gabaérgico cortical, lo que
ductuales que incluyen la ira. Aún resta un anillo de podría incluir una sustancia opioide endógena.
corteza en cada hemisferio que rodea las estructuras Con estas últimas observaciones coinciden las de
anteriores. Se piensa que este anillo permite la aso- Canavero, que en 1993 (7), mediante estudios con
ciación entre las funciones conducta conscientes y S P E C T llega a la conclusión de que, algunas áreas
subconscientes. corticales somatosensoriales, podrían estar involu-
En abril de 1999 Andrés y cols. (4) de la universi- cradas en la generación de hiperalgesia o alodinia en
dad de Bochum, Alemania, presentan un estudio ex- ciertos casos de síndromes dolorosos centrales. Unos
perimental sobre la habénula de la rata, demostrando años más tarde, en 1998 (8), el mismo autor recoge
por microfotografía electrónica la existencia de 15 en una revisión evidencias de que tras la lesión del
subnúcleos, así como relaciones topográficas del tá- sistema nervioso central, la aparición de dolor puede
lamo con dicha estructura. Recuerdan que en el hu- deberse a una neurotrasmisión degenerada entre el
mano esta estructura se relaciona con funciones bio- tálamo y el córtex somatosensorial y la conclusión es
lógicas como: el comportamiento reproductor, que una hipofunción de la normal inhibición gabaér-
procesamiento del dolor central, nutrición, ciclos de gica, tal como sugiere la experiencia de Oliveras, en
sueño vigilia, respuestas al estrés y aprendizaje. ambos niveles (tálamo y córtex), podría conducir a
Todavía nos interesa otro aspecto de la fisiopato- un hipertono excitatorio sensorial en estas mismas
logía y es el relativo a las eferencias inhibidoras o áreas.
sistemas de analgesia para el encéfalo y la médula Por otro lado se han aislado alrededor de una do-
espinal. Consiste en tres componentes principales y cena de sustancias del tipo de los opiáceos en dife-
otros accesorios: a) la sustancia gris periacueductal; rentes puntos del sistema nervioso, así como nume-
B) sus neuronas conectan con el núcleo magno del rosos puntos de actuación (receptores opiáceos) que
rafe, desde donde las señales se trasmiten a las co- incluyen las astas dorsales de la médula espinal, des-
lumnas dorsolaterales de la médula espinal hasta un de que en 1975 Hughes (9) describe “un compuesto
complejo inhibidor del dolor ubicado en las astas de origen cerebral y de propiedades farmacológicas
dorsales de la médula espinal; c) allí las señales anal- similares a la morfina”.
gésicas pueden bloquear el dolor antes de que sea Por último aún resta mencionar el descubrimiento
trasmitido al cerebro. de que la estimulación de grandes fibras sensitivas
La estimulación eléctrica de los dos primeros así de los receptores táctiles periféricos, disminuye la
como de otros núcleos de localización hipotalámica, trasmisión de las señales dolorosas desde las mismas
puede suprimir señales dolorosas muy intensas que áreas del cuerpo e incluso de áreas a muchos seg-
ingresan por las raíces espinales dorsales. mentos de distancia.
Substancias como serotonina , encefalina y proba- De manera que, la importancia de este sistema en
blemente el GABA, están involucradas en este pro- cuanto al tipo de dolor que nos ocupa, radica en que
ceso. Es muy probable que algunos núcleos reticula- entre los mecanismos etipatológicos que se invocan
res, así como talámicos, se encuentren también figura la inhibición del mismo, así como en algunas
implicados (se cree que la encefalina provoca inhibi- consecuencias desde el punto de vista terapéutico.
ción presináptica, bloqueando los canales del calcio
de las fibras A-delta y C).
Olgart (5), en su revisión llevada a cabo en 1998, 3. DEFINICIÓN DE DOLOR CENTRAL
afirma que, normalmente, el efecto neto de la activi-
dad de una compleja red de neuronas inhibidoras en Aunque originalmente se identificó con el Síndro-
la médula espinal, conducida por proyecciones des- me talámico descrito en 1906 por Dejerine, hoy los
cendentes desde lugares del tronco cerebral, contra- autores coinciden en definirlo como el dolor asocia-
rresta y amortigua la hiperexcitabilidad de la médula do a una lesión traumática o patológica del sistema
espinal producida por el tejido o el nervio lesiona- nervioso central.(10,11). Sin embargo con fines di-
dos. Así pues los impulsos dolorosos evocados peri- dácticos se sigue hablando de dolor central en las le-
féricamente, pasan a través de procesos filtrantes que siones encefálicas y de dolor medular en las afeccio-
involucran al GABA, glicina y encefalinas. nes espinales.
Oliveras en 1996 (6) indujo en ratas un síndrome de do- Precisamente estos hechos contribuyen en parte a
lor central, mediante la microinyección de Picrotoxina (un que esta patología no alcance un encuadre bien defi-
receptor GABA antagonista) en el córtex somato-motor. nido, sobre todo cuando que en ocasiones se identifi-
Enfatizó el posible papel del córtex motor en el fenómeno, ca con el dolor por desaferentación (12).
DOLOR CENTRAL Y DOLOR DEL LESIONADO MEDULAR 21

Vamos a recordar la entidad que Dejerin describió etc. y su causa puede ser la lesión de nervios y raí-
ya a principios de siglo y más tarde comentaremos ces, astas posteriores de la médula espinal, troncoen-
por qué las lesiones del Sistema Nervioso Central céfalo, tálamo o corteza cerebral.
constituyen en realidad la máxima expresión del do- En cuanto a su fisiopatología, se invocan varias
lor por desaferentación. teorías que expresan todas ellas modificaciones fun-
cionales:
1. Hiperexcitabilidad, bien espontánea (puede ser
Síndrome talámico a partir de sustancias externas presentes en el lugar
de la lesión) o evocada (los receptores post-sinápti-
En ocasiones una pequeña colateral de la arteria ce- cos muestran una mayor sensibilidad incluso a canti-
rebral posterior, encargada de irrigar la porción poste- dades ínfimas de neurotrasmisores). Se supone una
roventral del tálamo, se trombosa y dichos núcleos de- progresiva depleción de neurotrasmisores, como la
generan mientras que los núcleos mediales y enteriores sustancia P.
permanecen intactos. La primera consecuencia es que 2. Producción de sinapsis anormales, con la gene-
el paciente pierde prácticamente todas las sensaciones ración de modelos anormales de actividad persisten-
del lado opuesto del cuerpo, debido a la destrucción de te. Ya en 1975 Bloedel (14) publica una revisión, en-
los núcleos de relevo. En segundo lugar se puede evi- fatizando la integración que probablemente ocurre
denciar ataxia (incapacidad para controlar los movi- entre vías ascendentes y descendentes en situaciones
mientos) debida a la pérdida de señales de posición y de dolor crónico. La disminución o desaparición de
cinestésicas relevadas normalmente a través del tálamo estímulos periféricos reduciría la inhibición endóge-
hacia la corteza. Al cabo de semanas o meses retorna na que, según hemos mencionado, tiene su origen en
cierta percepción sensitiva al lado opuesto de cuerpo, el hipotálamo y en la sustancia gris periacueductal, y
pero en general se necesitan estímulos intensos para el resultado sería una hiperpatía.
despertarla. Cuando aparecen sensaciones están poco A medida que el cuadro se hace más persistente, y
localizadas y casi siempre son muy dolorosas, incluso aunque el origen sea la lesión de nervios periféricos,
lancinantes, cualquiera que sea el estímulo aplicado al pueden apreciarse cambios en estructuras supraespi-
cuerpo. Finalmente es posible que la persona perciba nales (se han descrito cambios neuronales talámicos
muchas sensaciones afectivas de extremo displacer o en el síndrome del miembro fantasma).
muy raramente placenteras. Las desagradables a menu- Fields y cols. de la universidad de San Francisco
do se asocian con descargas emocionales. (15), revisan la fisiopatología de la neuralgia post-
La integridad de los núcleos mediales del tálamo, herpética en 1998. Llegan a la conclusión de que ac-
que no se afectan por la trombosis de la arteria, hace túan mecanismos centrales y periféricos:
que, probablemente, su actividad se vea facilitada y “Algunos de estos pacientes tienen una anormal
sea el origen de la hipersensibilidad al dolor trasmiti- sensibilización de nociceptores cutáneos amielínicos
do a través del sistema reticular, al igual que a las y sólo presentan una mínima pérdida de sensibilidad.
percepciones afectivas. Otros presentan dolor asociado con desaferentación
Recientemente Nasreddine y cols. (13) estudian de fibra corta. En éstos la sensación de dolor y tem-
180 casos de ictus talámico, encontrando el lado de- peratura están profundamente deterioradas, pero li-
recho como claramente predominante, lo que apoya geros estímulos mecánicos móviles pueden provocar
la evidencia de una especialización del hemisferio no dolor severo. Esta alodinia puede deberse a la forma-
dominante en el control de los estados somáticos. ción de neoconexiones entre aferencias primarias de
fibras largas no nociceptivas y neuronas de trasmi-
sión central del dolor. En otros pacientes con desafe-
4. DOLOR POR DESAFERENTACIÓN rentación hay dolor espontáneo severo sin alodinia o
Y DOLOR CENTRAL hiperalgesia y probablemente hayan perdido tanto las
fibras cortas como las largas. Posiblemente el dolor
En este tipo de dolor la lesión ha afectado al siste- es debido aquí a un aumento de actividad en neuro-
ma nervioso, de modo que se interrumpen las entradas nas centrales desaferentadas y/o a la reorg a n i z a c i ó n
normales hacia los ganglios de las raíces posteriores, de conexiones centrales.
siendo posible que el origen de los estímulos que pro- Estos tres mecanismos pueden coexistir en casos
duce el dolor sea el propio sistema nervioso central. concretos y cada uno se trata de diferente modo”. Está
Es descrito por los pacientes como: fulgurante, claro que muchas de las teorías expuestas no son meras
quemante, desgarrador, tipo calambre o mordedura, especulaciones, sino que están avaladas por experimen-
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tos: Baron de la universidad de Kiel (16) demostró en ventral posteromedial. Esta apreciación basada en ob-
1993 que en la neuralgia post-herpética con alodinia di- servaciones anteriores se confirmó experimentalmente
námico-mecánica existe degeneración de las fibras C. por Wessel (21), quien en 1994 demostró en la univer-
Su teoría consiste en que estas fibras C degeneradas en- sidad de Lubeck que la lesión del tálamo paramediano
viarían aferencias al SNC, el cual reorganizaría sinapsis (núcleo ventroposterolateral) o anterolateral (núcleo
entre las vías centrales del dolor y los mecanorrecep- ventroposteromedial) deben ser un indicador para el
tores de las fibras A-Beta, teoría que como vemos se desarrollo del dolor central, ya que estas ubicaciones
correlaciona con las observaciones anteriores. del infarto se acompañan del síndrome talámico clási-
En 1998, Olgart (17) en su revisión concluye que co o de lo que él llama el síndrome talámico álgico
en el dolor persistente se produce una reducción pa- puro (dolor central, con percepción sensorial casi nor-
tológica de la acción inhibidora de la red supraespi- mal y potenciales evocados normales).
nal, la cual es mediada por sustancias como el GA- 4. S u p r a t a l á m i c o . Sustancia blanca subcortical o
B A y encefalinas, con aferencias ectópicas córtex parietal. La causa última puede ser vascular,
introducidas en nervios lesionados (hiperexcitabili- neoplásica, degenerativa infecciosa o no, traumática
dad de las neuronas de los cuernos posteriores, dis- o quirúrgica. En 1992 González y Herskovitz (22) de
parada en primer lugar por el crecimiento de la ba- la universidad de Cincinnati describen dos casos de
rrera neuronal hacia el interior del sistema nervioso S I D A con dolor central debido a la presencia de sen-
central y más tarde, por influencias químicas retró- dos abscesos toxoplásmicos en la región talámica.
gradas desde la inflamación periférica). Como ejemplo de lesión cortical, en 1999 Scholz
3. Es posible la influencia de factores genéticos: (23) comunica un caso de crisis dolorosas de corta
Wiesenfeld en 1993 (18) encontró mediante experi- duración en un brazo, cuyo diagnóstico por electro-
mentación animal que el desarrollo de dolor tras la encefalografía fue de epilepsia parcial, y que respon-
lesión espinal isquémica en la rata, era condicionado dió al tratamiento con anticonvulsivantes frente a la
en parte genéticamente. respuesta nula a los analgésicos.
4. Dray (19), del Astra Research Centre de Montreal, Los mecanismos etiopatogénicos y fisiopatológi-
llama la atención respecto al posible papel de los recep- cos son los mismos descritos en términos generales
tores Kinínicos en la génesis del dolor por desaferenta- para el dolor por desaferentación y no vamos a insis-
ción, aconsejando orientar las investigaciones en este t i r.
sentido, con vistas a establecer sus consecuencias tera-
péuticas. Los hallazgos de Xu y Wiesenfeld, mediante
experimentación animal, apoyan las observaciones de 6. CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS DEL DOLOR
Dray: Xu sugiere que el anormal procesamiento senso- CENTRAL
rial iniciado tras una lesión medular isquémica, está ba-
jo el control del sistema opioide endógeno, y que la dis- Aunque ya nos hemos ido refiriendo a ellas, nos
función de dicho control por efecto del sistema parece interesante dedicar a la clínica un apartado
endógeno colecistokinina, es responsable de la apari- específico: se trata de un tipo de dolor que suele lo-
ción del cuadro doloroso crónico (20). calizarse mal y carece de base orgánica que lo justifi-
Se podrían añadir aquí las conclusiones de Olgart, que salvo la lesión neurológica causal.
Oliveras y Canavero expuestas anteriormente. Es continuo, aunque con oscilaciones en cuanto a
Nos limitaremos a continuación al dolor central su intensidad; urente, disestésico y con frecuencia se
para analizar su etiología más frecuente. acompaña de descargas dolorosas intermitentes y
lancinantes.
Pueden exacerbarlo los movimientos, estímulos
5. ETIOLOGÍA DEL DOLOR CENTRAL cutáneos, el frío y la humedad y las crisis emociona-
les. La forma de aparición puede ser brusca, inme-
Como adelantábamos la lesión del SNC puede ser diatamente después de la lesión, o tórpida, al cabo de
a diferentes niveles: varios meses.
1. M e d u l a r. Origina el cuadro doloroso del lesio- El cortejo sintomático es muy variable en depen-
nado medular. dencia del nivel lesional: desde el cuadro clásico de
2. Tro n c o e n c e f á l i c o . Pueden afectarse el bulbo, la la tabes dorsal, pasando por las enfermedades dege-
protuberancia o el mesencéfalo. nerativas, hasta las secciones medulares completas o
3. Talámico. Parece ser que el origen del dolor está hemisecciones: síndrome de Brown Séquard, en lo
en la lesión de los núcleos ventral posterolateral y que concierne a la médula; síndromes de Av e l i s - Wa-
DOLOR CENTRAL Y DOLOR DEL LESIONADO MEDULAR 23

l e n b e rg (bulbar); protuberancial posterior, Benedikt dolores lancinantes espontáneos o evocados, que em-
(mesencefálico) en el troncoencéfalo; síndrome talá- peoran con las variaciones atmosféricas y con los
mico, ya descrito anteriormente y cuyo origen puede cambios emocionales y que pueden acompañarse de
ser como adelantábamos, una lesión vascular, o bien movimientos reflejos de las extremidades inferiores.
producto de intervenciones estereotáxicas que tienen El dolor puede ser desencadenado por la micción o la
por objeto suprimir un dolor incohercible (esto mis- defecación y entonces suele acompañarse de cefalea,
mo puede acontecer a nivel mesencefálico en la seg- náuseas, rash cutáneo, sudoración y alteraciones he-
mentotomía espinotalámica). Lesiones traumáticas, modinámicas que recuerdan, aunque al cabo de me-
vasculares o tumorales del córtex parietal o de la ses, el síndrome de hiperreflexividad autónoma o re-
sustancia blanca subyacente, que se pueden acompa- flejo en masa descrito en las lesiones medulares
ñar de dolor central localizado en cara, mano y pie, superiores y que consiste en esencia en una respuesta
con alteraciones de la sensibilidad epicrítica y pérdi- exagerada de los centros simpáticos medulares a di-
da de la sensibilidad termodolorífica. Hoogenraad versos estímulos del territorio sublesional. La res-
(24) describió en 1994 un caso de dolor quemante en puesta hemodinámica puede ser tan desmesurada que
el lado insensible, tras un infarto isquémico del cór- llegue a provocar un edema agudo de pulmón por
tex parietal, que era inducido por estímulos visuales, fracaso ventricular izquierdo.
y Canavero (25) descubrió otro en 1996, de un caver- La hemisección de la médula o síndrome de Brown
noma subparietal con dolor en ambos brazos de ori- Séquard, tiene las siguientes consecuencias fisiopato-
gen central. lógicas: se bloquean todas las funciones motoras del
Dedicaremos una atención especial en este aparta- lado de la sección en todos los segmentos por debajo
do al dolor del lesionado medular que constituye una de la misma. Las sensaciones termodoloríficas se
referencia específica en el enunciado de nuestra sec- pierden en el lado opuesto, en los dermatomas ubica-
ción dos de dos a seis segmentos por debajo. Las sensacio-
nes cinestésicas y de posición, de vibración y de loca-
lización y el tacto fino, se pierden por completo en el
7. CARACTERÍSTICAS ESPECIALES lado de la sección en todos los segmentos por debajo
DEL DOLOR DEL LESIONADO MEDULAR de la misma, pero el tacto grosero aún persiste debido
a la trasmisión por el tracto espinotalámico ventral
Los mecanismos etiopatogénicos coinciden con opuesto. Pues bien, aunque en un principio puede do-
los invocados en el dolor por desaferentación en ge- ler la extremidad paralizada no analgésica, más tarde
neral, y así lo ratifican recientes hallazgos: Eide (26) el dolor se localiza en el lado contralateral a la lesión,
encuentra hiperexcitabilidad en la nocicepción de por debajo de la misma, y es quemante y disestésico,
neuronas del tracto espinotalámico; Christensen (27) provocado por estímulos mecánicos.
en 1997 demuestra con sus estudios clínicos este Tras la cordectomía medular anterior efectuada
mismo hecho y afirma que la sensibilización de las con fines terapéuticos para suprimir un dolor intrata-
neuronas del cuerno posterior, proporciona el meca- ble por ejemplo en un estadio terminal, pueden esta-
nismo para desarrollar la alodinia termomecánica blecerse progresivamente en la zona analgésica una
que aparece tras la sección medular; Yezierski (28) serie de sensaciones desagradables, que desembo-
en una revisión realizada en 1996 encuentra tres me- quen en un cuadro doloroso de naturaleza central y
canismos desencadenantes del dolor en el lesionado peor pronóstico que el que se pretendía controlar.
medular: el desequilibrio de los canales sensoriales,
la pérdida del tono inhibidor espinal y la existencia
de patrones generadores centrales. 8. TRATAMIENTO DEL DOLOR CENTRAL
Clásicamente se describen: el dolor que aparece
tras la lesión transversa completa, tras la hemisec- Tras la lesión del sistema nervioso central, el tra-
ción y tras la cordotomía terapéutica, espacialmente tamiento será lógicamente sintomático y en el aparta-
a n t e r i o r. do farmacológico incluye:
En ocasiones, tras la sección cervical o torácica —Los antidepresivos, que suelen ser fármacos de
completas de la médula, sobreviene un dolor en am- primera línea dado su doble efecto, analgésico, al pa-
bas extremidades que los pacientes suelen calificar recer por inhibición de la encima que desdobla la en-
de insoportable. Puede desaparecer al cabo de sema- cefalina, y el propiamente antidepresivo, fundamen-
nas, pero persiste la sensación de miembro fantasma tal si se tiene en cuenta la elevada incidencia de
en piernas y pies con la presencia de parestesias y depresión entre estos pacientes.
24 R. APARICIO E TA L . R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 7, Suplemento II, Septiembre 2000

—Amitriptilina, fluoxetina, doxepín e incluso al- co) y propofol (inductor anestésico) (34,35), y keta-
gunos IMAO han sido utilizados con éxito. mina (36).
—Fármacos anticonvulsivos, que son de elección El tratamiento farmacológico puede reforzarse con
si predominan los episodios paroxísticos de dolor métodos neuroestimulantes como acupuntura, TENS o
lancinante. Entre ellos carbamacepina, clonacepam, técnicas de estimulación cerebral o dorsal, que quedan
difenilhidantoína y otros han sido ampliamente utili- relegadas para centros expertos en dichas técnicas.
zados, y últimamente gabapentina se ha revelado co- También son de gran ayuda el soporte psicológico,
mo un fármaco de amplia indicación en el dolor neu- a veces tratamientos específicos y personalizados, y
ropático. Ness (29) comunica en 1998 el control con las medidas fisioterapéuticas.
gabapentina del dolor de rápida fluctuación, grave, Hay que ser cauto a la hora de indicar terapias más
unilateral y por debajo de la lesión en un paciente agresivas, pues no existe unanimidad en los resulta-
parapléjico de muchos años de evolución. dos de: bloqueos epidural o intratecal, bloqueos sim-
Clásicamente se ha utilizado también valproato de es- páticos o técnicas puramente quirúrgicas como la ta-
te grupo, pero Drewes (30) en 1994 no pudo demostrar lamotomía o la cordectomía.
efectos analgésicos aún a elevados niveles sanguíneos. Al respecto, en 1995 Hariz (37) compara la lesión
Para algunos de estos fármacos el mecanismo de ablativa y la estimulación talámica, concluyendo que la
acción es doble: bloquean los canales del sodio impi- cirugía fue eficaz en el 52,6% y la estimulación en el
diendo su entrada masiva y repentina, y así las des- 66%. Además encuentra que la estimulación en el gru-
c a rgas repetidas de estos tipos de dolor, y hacen al po ventroposterior fue más eficaz en el dolor por desa-
receptor GABA más receptivo a la acción del GABA ferentación periférico, mientras que la estereotaxia
endógeno, con lo que se reduce la excitabilidad y se ablativa en el centro mediado del tálamo fue más apro-
inhibe la trasmisión nerviosa. piada para pacientes con dolor central o canceroso.
Con estos fármacos las dosis han de ser progresi- El mismo año Pagni y Canavero (38) practican la cor-
vas, alcanzando la dosis terapéutica en semanas, y domielotomía limitada, con el fin de respetar toda la
deben realizarse determinaciones plasmáticas ya que trasmisión descendente a través de las columnas latera-
provocan numerosas reacciones adversas. les. Lo consideran indicado en los casos de paraplejía
Los fármacos que alivian la espasticidad, como con dolor en los que el componente paroxístico es pre-
baclofén, un derivado del GABA que inhibe la trans- dominante y el paciente carece de control esfinteriano.
misión mono y polisináptica predominantemente a En 1998 Ohye (39), en una revisión del tratamien-
nivel espinal, dantrolene, diacepam, etc. pueden es- to estereotáxico del dolor central, vuelve a recomen-
tar indicados para tratar la espasticidad que a veces dar la talamotomía media para aliviar el dolor pro-
está presente en el lesionado medular. fundo después del ictus, mientras que Beri, profesor
En 1995 el japonés Taira (31) publica sus resulta- de neurología de Nueva York, desaconseja en el mis-
dos sobre el uso de Baclofeno intratecal para tratar el mo año las técnicas destructivas con fines terapéuti-
dolor central debido a ictus o lesión medular, aconse- cos en el dolor central, proponiendo procedimientos
jando su utilización en estos casos. reversibles tales como técnicas de estimulación y sis-
Las conclusiones de Wisenfeld (32) en 1997 apo- temas de administración sostenida de fármacos (40).
yarían los resultados de Taira: mediante experimen- Esta actitud conservadora, pero a la vez abierta a nue-
tación animal demuestra que el baclofeno impide las vas alternativas terapéuticas, nos parece un buen final
fases de alodinia después de la lesión medular isqué- para esta revisión, no sin manifestar que por supuesto
mica inducida en la rata. este capítulo como otros en medicina no se ha cerrado,
En este grupo sin duda merecerá un apartado en el sino que más bien se abren ante él múltiples interro-
futuro la toxina botulínica tipo A. Al-Khodairy (33) gantes a cual más apasionante, que dan base a otras
afirma que dicha sustancia tiene su lugar en el trata- tantas vías de investigación, que sin duda conducirán a
miento de la espasticidad tras lesión espinal, después un mejor conocimiento de las neurociencias en general.
de haberla utilizado en estos pacientes.
Otros tipos de fármacos han sido usados, como los
neurolépticos, los analgésicos antiinflamatorios, los
opioides y el L-Triptófano, un precursor de la seroto- C o rre s p o n d e n c i a .
nina que podría potenciar la trasmisión por las vías R. Aparicio A b i o l
descendentes serotoninérgicas inhibidoras del dolor. Avda. de la Ilustración 11, casa 45
Recientes comunicaciones muestran experimentos 50012 Zaragoza
con otras sustancias como lamotrigina (antiepilépti- e-mail: malbirr@nexo.es
DOLOR CENTRAL Y DOLOR DEL LESIONADO MEDULAR 25

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