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SOCIALMotivar
a la juventud con espacios para su expresión y darle
oportunidades laborales son la base para crear un país mejor.YY
Sábado 23 Octubre 2010
Cumplirles a los desplazados
Se requiere un impuesto de reparación igual al de la guerra.
Por Marco Palacios*
Decenas de miles de colombianos desplazados por la violencia reciente deben ser reparados si
creemos que Colombia es una nación justa y tomamos en serio la idea. Es cuestión de derechos
fundamentales y de moral pública.
La Corte Constitucional ha sido clara al respecto y el Estado cuenta con recursos, comenzando por
los bienes sobre los que se decretó judicialmente extinción de dominio.
Con el apoyo de la Cruz Roja y otras organizaciones dedicadas a esta tarea se debería mejorar el
registro de estos exiliados internos y restituirlos ordenadamente a sus hogares de origen.
De ser imposible o no ser la voluntad del jefe de familia desplazado, habría que disponer de un
conjunto de opciones de asentamiento y compensación dignos.
De resultar insuficientes los recursos mencionados habría que crear por una vez un impuesto de
reparación similar al de µguerra¶. Los colombianos debemos estar en paz con nuestras conciencias,
y como ciudadanos ganamos si el Estado de derecho subsana esta injusticia radical.
Primero: preparar bien el matrimonio con un curso, ojalá universitario, que ayude a los novios a
entender qué es casarse: por amor mutuo y por deseo de formar familia, unir para siempre dos
vidas, dos familias, dos mundos, lo cual exige superar el egoísmo y compartir la vida con otro.
Nota: dada la situación actual es mejor empezar con el matrimonio civil y luego, cuando este fragüe
y dé señales de estabilidad y fidelidad, optar por el matrimonio católico.
Tercero: paternidad responsable. Tener los hijos que puedan educar en valores culturales y
morales. De lo contrario, mejor no tenerlos.
Cuarto: procurar llevar una vida de hogar, lo cual exige varios puntos: presencia de los padres en
casa, comer en la mesa juntos, al menos una vez al día, y pasar los fines de semana juntos: jugar,
orar y hacer planes juntos.
Orgullo colectivo
Buscar más sentido de pertenencia.
Por Diego León Hoyos*
Para hacer un país mejor hay que construir en los ciudadanos autoestima y sentido de pertenencia,
porque un país es primordialmente un sueño colectivo, una ilusión compartida. Pero un país como
Colombia, en el que cualquier ciudadano promedio (bien currutaco, bien mestizo, bien mulato o
bien zambo, como la mayoría de nosotros) recurre con furia a las palabras indio o negro para
denominar a alguien que le parece vil, ladino, sucio, corrupto o indeseable, es un país que tal vez
nunca podrá construir un verdadero orgullo colectivo.
Lo más gracioso es que aquellos a quienes pretenden herir muchas veces son menos indios o
menos negros que ellos. Y quienes insultan, así se vistan de seda, siempre van a seguir
perteneciendo al enorme mestizaje nacional. Como sea, un país en donde la gran mayoría de la
población es fruto de una histórica, cruel y convulsionada mezcla de razas, debe construir sus
valores éticos y la noción de ciudadano al margen de la condición étnica.
*Actor y director
La propuesta es muy sencilla. Muchos podríamos hacernos cargo de la educación de un niño más
durante toda su vida: jardín, primaria, secundaria y universidad.
Si cada una de las casi 1.100.000 familias de estratos 5 y 6 se hiciera cargo de la educación de un
niño más, Colombia contaría con muchísimos más profesionales que los 174.000 que se gradúan
hoy al año en el país.
Las sociedades progresan cuando tienen más profesionales con iniciativa para inventar negocios,
montar empresas y salir adelante.
*Publicista
Guardería a tu alcance
Los espacios funcionarían adentro o cerca a las empresas.
Ángela Patricia Janiot*
Todas las instituciones públicas o empresas privadas con más de 100 empleados, sin importar su
ubicación geográfica, deben ofrecer a sus trabajadores servicios de guardería infantil para niños
entre los cero y seis años, bien sea dentro de sus instalaciones o en un radio no mayor a cinco
kilómetros del lugar de trabajo. Las que cumplan recibirán beneficios fiscales y subsidios del
Estado.
Los empleadores que no cuenten con espacio físico dentro de sus instalaciones podrán asociarse
con otras de su área geográfica para aunar esfuerzos en la contratación de servicios de guardería
ya existentes o para construir o adecuar espacios debidamente dotados y atendidos por personal
capacitado y entrenado para este fin.
Los beneficios en calidad y cantidad de tiempo que esta medida representa para la familia se
traducirían en un empleado más feliz, comprometido y con mayores posibilidades de mejorar su
desempeño laboral.
*Presentadora y periodista
ëspacio virtual para la reflexión
Cada habitante de Colombia debe participar.
Álvaro González Villamarín*
Montaría en la web un espacio virtual sobre el concepto que tenemos los colombianos sobre la
vida y la paz. Los autores del mismo serían los habitantes urbanos y rurales del país.
Un grupo especializado de recolección de datos viajaría por toda nuestra geografía con el objetivo
de subir a la web una reflexión o una propuesta relacionada con el tema.
Cada habitante de Colombia podría crear a través de los recolectores de datos un video (máximo
de 30 segundos), un audio (máximo de 15 segundos) o un párrafo. Podríamos tener miles o
millones de autores.
En conclusión mi propuesta es: construir y proyectar la memoria del conflicto pero con ideas,
sentimientos y pasiones. Crear una plataforma social en la web interactiva e incluyente que permita
el diálogo, la reflexión y la reinvención del concepto que tenemos los colombianos sobre nuestra
nación a través de nuestros contextos familiares, afectivos, artísticos y la propia cotidianidad como
fuente de conocimiento.
Legalizar la cultura
ël amor debe ser por la vida y no por el dinero.
Por Mario Muñoz*
Corrupción, narcotráfico, robo, extorsión, trampa y mentira parecen hoy caminos correctos gracias
a nuestros ejemplos y modelos; líderes políticos, la tele con capos y sapos, músicos con
pedagógicas y aguardientosas líricas, cine que parece no tener más argumento, publicidad que
vende µperfección¶ femenina, son los que hoy abonan el terreno de la cultura de la ilegalidad.
Es viable el renacimiento de la real cultura colombiana echada pa¶lante, recursiva y suspicaz para
crear y construir a partir de la comunicación y todos sus frentes una nueva generación de
periodistas, artistas, publicistas, políticos, maestros y hogares comprometidos con el amor por la
vida y no por el dinero y con el amor por los demás antes del amor ciego por sí mismo, una nueva
Colombia. Legalizar la cultura.
Con cerca de 20 millones de pobres, de los cuales 7 son indigentes, con uno de los niveles de
desempleo más elevado de América Latina y con uno de los niveles de concentración de ingresos
y tierras más alto del mundo, Colombia tiene seriamente comprometido su futuro.
Resolver esta realidad es tema de justicia social pero, también, requisito para acelerar su
desarrollo y lograr una paz duradera. Cuando el crecimiento de la economía depende en 80 por
ciento de la capacidad de compra de sus ciudadanos, es imposible impulsar un proceso de
modernización con estos niveles de desigualdad. Y, aunque la pobreza no puede asociarse con
violencia, la diferencia de oportunidades entre los individuos sí genera inestabilidad social y
política.
La vía para un país mejor empieza por una transformación social que logre que, al nacer, todos los
colombianos tengan asegurados derechos económicos, sociales y culturales esenciales,
garantizados por el Estado. Así se honrará la Constitución del 91, que define a Colombia como un
Estado Social de Derecho.
Será el Ejecutivo, en consenso con la sociedad civil, el que definirá el contenido de este paquete
de derechos de acuerdo con sus recursos fiscales. Y esos derechos los tendrán todos por el hecho
de ser colombianos, sin diferencia de clases, raza, género o ubicación geográfica.
Es la revolución de la política social que sale del asistencialismo en el que los pobres reciben
limosnas, para convertirse en una política de Estado. Exige un viraje en la concepción de este y en
el modelo de desarrollo porque la política económica deberá garantizar el derecho al trabajo digno
y priorizar la equidad sobre la eficiencia. Los pobres ya no serán ciudadanos de segunda ni objeto
del populismo que reciben dádivas en vez de derechos. De esta manera se redefine la política
como una misión y no como un negocio. Así se incentiva la formalidad laboral y se aumenta la
productividad de la economía. La transformación social será el camino a la modernidad de
Colombia.
*Economista y ex senadora
En el terreno de las utopías, podría ser interesante para una sociedad como la nuestra intentar un
reconocimiento formal del trabajo del ama o amo de casa. Se trata de la µprofesionalización¶ del
tema, que debería pasar por elevar al estatus de µtrabajadores formales¶ a quienes tienen que
encargarse no solo de cuidar el hogar, sino de educar a los hijos.
Así, muy seguramente, se evitaría ese engendro social que implica la doble jornada laboral sin
reconocimiento de quienes tienen que ser madres o padres cabeza de familia y hacer malabares
para poder combinar las dos actividades.
También sería una forma concreta, alejada del discurso ético oficial pero poco funcional, de por fin
reconocer la utilidad social y económica de quienes son responsables del µmanejo de la casa¶.
Supongo que este reconocimiento tendría que redundar en detener el deterioro que la familia ha
venido sufriendo como núcleo clave de la socialización, combinando amor, conocimiento y tiempo
para formar mejores seres humanos y, por tanto, mejor país.
*Libretista y artista.
El primer paso para una transformación social ha de ser aceptar nuestra verdad y nuestra realidad.
Una aceptación que va a tener tanto de negativo como de positivo, acorde al exorcismo sensato
que hagamos de nuestros enraizados fantasmas.
Es necesaria una reactivación colectiva de la sensibilidad nacional. Una obra pedagógica que se
concentre más en nuestro conflictivo interior y no en las poses y máscaras que queremos usar para
relacionarnos con el exterior aparentando que nada pasa.
Necesitamos negociar con esa fuerza oscura que se tiende como un manto sobre nuestros días,
hablar frente a frente con ella para que libere nuestras almas y podamos empezar a salir de una
vez por todas de este círculo dantesco.
*Director y actor.
Construir espacios físicos para ofrecer a los niños que estén en la calle la oportunidad de encontrar
un lugar donde se sientan importantes, útiles y protegidos por la sociedad y por su familia.
Por ejemplo, si un niño quiere estudiar baile, panadería, belleza o música, que tenga en este sitio
los espacios adecuados para estas disciplinas, pues los niños y adolescentes dicen que la
educación debe cambiar, que se debe tener en cuenta lo que los niños desean aprender, pero
sobre todo, un lugar donde se les brinde la compañía, el amor y la confianza que ellos necesitan.
Las prisiones de Colombia deben cambiar. Para que no sean lugares donde los delincuentes
intercambian sus µconocimientos¶ sobre cómo hacer el mal y cómo burlar el sistema, los internos
deben tener una vida digna, sin hacinamiento, con condiciones de igualdad y con las necesidades
básicas cubiertas.
Sus comodidades no deben ser determinadas por la cantidad de dinero que tengan para
comprarlas y deben de tener acceso a programas de estudio y trabajo para que sea viable que se
rehabiliten y posteriormente se reintegren en la sociedad, única alternativa para que no sigan
delinquiendo cuando salgan de allí.
Esto bajaría las estadísticas de personas que regresan a prisión. Para que realmente se
arrepientan y se comprometan a corregir sus errores, aquellos que han cometido delitos deben ver
que sí es posible tener una segunda oportunidad.
*Productora de televisión
Lo que más nos consume por dentro y nos impide actuar es el miedo. El miedo te carcome, te
paraliza y solamente hay algo que es más fuerte que él: ¡el amor! Este sentimiento es más
poderoso que todas las cosas, incluso es más fuerte que la violencia que ha impedido que
podamos discutir abiertamente y que podamos opinar, incluso cuando no estemos de acuerdo.
Este país no necesita más mártires ni heroínas, este país necesita personas que vivan por las
cosas que piensan, no que mueran por ellas. Y que las hagan con amor.
Colombia está perdiendo a un número importante de jóvenes en los barrios populares de las
ciudades. Allí ellos están abandonados a las suyas. La imposibilidad de acceder a una educación
superior o de encontrar un empleo formal los mantiene postrados y sin esperanzas. En ausencia
de otra institución que los congregue, ellos buscan identidad de grupo a través de las pandillas.
Frente a tantas realidades que tenemos que enfrentar los colombianos, esta tiende a pasarnos
desapercibida hasta que la pandilla decide ampliar su ámbito de acción y lanzarse a la
delincuencia por fuera de sus barrios.
El Sena no puede quedarse de brazos cruzados esperando sus alumnos. Es allá donde tiene que ir
a buscarlos. También lo deberían hacer las instituciones culturales, impulsando grupos lúdicos y
actividades. Sin reemplazar al Estado, es menester de todos aquellos que lo puedan hacer, ayudar
a integrar a esta juventud a un mundo de oportunidades y de ilusiones, que les permita volver a
creer en el sistema y a abandonar la vida en la ilegalidad.
*Presidente de Naturgas
Derecho a la indiferencia
Somos diferentes por naturaleza, no por ley.
Por Alonso Sánchez Baute*
Intolerancia, discriminación y exclusión social son la base de la violencia nacional. No abogo por el
derecho a la diferencia, porque ese no es un derecho. Somos diferentes por naturaleza, no por ley.
La diferencia se respeta.
Las personas valen por su individualidad sin importar que se trate de rico o pobre; negro, blanco,
amarillo o indígena; gay o hetero; feo o bonito; católico o musulmán; nacional o extranjero;
minusválido o con alguna enfermedad terminal (sida, cáncer, diabetes); gordo o flaco; bonito o feo.
¿Cómo lograrlo? Al reivindicar el derecho a la indiferencia: que sea indiferente lo que cada uno es,
porque lo único sagrado es la vida.
*Abogado y escritor
¡Digamos no a la reproducción!
Dar beneficios a las mujeres que se liguen las trompas.
Por El Fiscal de lafiscalia.com*
Los hijos no son un requisito para la felicidad del ser humano. Las parejas sin hijos se entienden
mejor, duermen la noche completa, tienen mejor sexo, viajan más y, en general, tienen mayor
calidad de vida. Quienes optan por la otra alternativa, en cambio, ven sus aspiraciones individuales
desvanecerse en favor de los juguetes, los pañales, la guardería. Las personas sin hijos tienden a
ser más interesantes, tienen más tiempo para aprender, para su carrera, para su estado físico,
para su apariencia, para la realización personal... son mejores ciudadanos del país y del planeta.
Por cada momento precioso del crecimiento de un hijo hay mil momentos de tedio. Y la razón más
importante de todas: Colombia no es viable con tanta gente. ¿Cuánto le cuesta al Estado cada
colombiano que llega a engrosar la pobreza y el desempleo? Eduquemos para la reproducción
responsable y ofrezcamos dinero en efectivo y beneficios sociales a las mujeres que se liguen las
trompas: mientras más jóvenes, mayores los beneficios. ¿Y quién heredará nuestras pertenencias?
Para eso están los sobrinos.
*El blog más popular de farándula en Colombia
Colombia es hoy un país en duelo. El drama emocional y psicológico que están viviendo miles de
personas en el país alcanza una dimensión de problema de salud pública. Hay que hacer el
reconocimiento público de que algo es trágico y, sobre todo, de que es irreparable. Mi propuesta es
apoyar los procesos de duelo y duelo suspendido, en el caso de las desapariciones forzadas, a
través de un país con memoria.
Considero que es importante, así como se ha venido haciendo en algunos municipios y regiones
del país, construir un monumento en la capital donde se reconozcan las víctimas de la violencia en
nuestro país, para honrar así la memoria de aquellos que ya no están pero, sobre todo, para
apuntarle a un proceso de reparación psicológica y de sanación de sus familiares. Este tipo de
manifestaciones públicas hacen que se visibilicen injusticias e impunidades y permiten que a través
de la puesta en escena de los duelos particulares nos podamos reunir en un solo duelo colectivo.
Indispensable para que podamos pensar en una Colombia mejor.
No nos quedemos con un proceso de memoria inerte, que no sea un monumento que lo único que
represente con su deterioro sea la indiferencia de la sociedad. Que sea un monumento que nos
permita hacer uso de la memoria ejemplar, una memoria puesta al servicio de la justicia y del
futuro.
*Artista
Desde niño he venido oyendo propuestas, consignas, promesas, leyes y hasta juramentos para un
país mejor. Y si seguimos en las mismas es porque del plato a la boca, siempre se ha caído la
sopa, y han sido unos pocos los que se han quedado con el santo y la limosna, y sabido es que
³sacristán que vende cera y no tiene colmenar, es señas de que está metiendo las uñas en el
altar´.
Como muchos, añoro un país bonitico a lo largo y ancho de su ruana, que es lo que pregona la
carranga. El porqué, no tiene duda; el para qué, menos; pero el qué es un país mejor y el para
quién es donde nos aprieta el gollete, y sin tener eso claro y justamente resuelto, seguiremos
viendo y viviendo un chispero.
Estoy convencido a patas juntas de que ese país es alcanzable, si entre muchas cosas para
cambiar o mejorar, lo y nos arropamos con las manifestaciones más representativas de nuestra
cultura popular.
Eso es realizable y, para lograrlo, todos tenemos que poner: desde el hogar y la escuela; las
personas y los colectivos; los medios de comunicación a la hora de planear, programar, publicar y
difundir lo que se sabe improntará nuestra conciencia; y desde el Estado con su aparataje social al
servicio de todos, porque también es sabido que ³mientras vivir sea vivir, vivir del dolor ajeno, la
vida no será vida y el cielo no será cielo´.
*Artista
Desde el momento de su creación, Colombia arrastra una deuda social que crece en la misma
proporción en que aumentan sus problemas internos.
La Colombia que yo sueño debe ser incluyente y equitativa, porque hasta hoy un porcentaje alto de
la Nación sube a pie la empinada cuesta de la vida y una minoría lo hace cómodamente en
escalera mecánica.
Mi propuesta tiene dos partes. La primera consiste en dar prioridad a la investigación, la educación
y la seguridad social, para mejorar la competitividad. La segunda es aprobar un estatuto de tierras
que devuelva su posesión a los legítimos dueños, reconocer a las víctimas del conflicto los
beneficios que necesitan para reingresar al aparato productivo de la Nación y modificar la Ley de
Regalías para que beneficie a todos los municipios y se aumente el presupuesto de defensa y
seguridad nacional.
Si toman estas decisiones, creo que comenzaríamos a equilibrar las cargas en nuestro país.
*General retirado
Para recordar mejor
Con imágenes se conserva lo que mente olvida.
Por Henry Agudelo C.*
El planeta estuvo en vilo por 33 almas que esperaban ser rescatadas con vida de una destruida
mina en Chile. Al mismo tiempo en Amagá, Antioquia, 73 viudas luchan por no ser olvidadas y
humilladas por la amnesia de la sociedad colombiana. Sus esposos murieron hace cuatro meses
dentro de un socavón de la mina San Fernando en las profundidades de las negras tierras
carboneras, sin la esperanza que tuvo Chile, mucho menos la alegría de encontrarlos.
Mi proyecto consiste en mostrar y recordar con imágenes lo que la mente olvida, y que esto sirva
para crear políticas de seguridad en este tipo de trabajos que se convierten, para muchos, en su
única fuente de ingresos.
*Fotógrafo
Concertemos un nuevo contrato social con la juventud, mediante incentivos para su participación
política y social, creando un fondo que ayude a generar empleo estable y digno; prevención
integral que evite los embarazos en adolescentes; uso proactivo del tiempo libre abriendo los
centros deportivos y recreativos en horario nocturno; impulsar con créditos viables los proyectos de
jóvenes innovadores; promoción de la lectura y expresiones artísticas; más recursos para
desarrollar nuevas tecnologías en centros educativos y promocionar la solidaridad para reabrirles
la esperanza. Admitamos que los jóvenes sacudan al Estado y la sociedad, sin necesidad de que
usen gasolina.
Mi propuesta para construir un país mejor es una agenda integral nacional para la niñez y la
juventud en riesgo. Los datos demográficos señalan que el 50 por ciento de la población
colombiana es menor de 25 años.
El análisis de los grandes desafíos nacionales en materia económica y social nos muestra cómo la
paz, la competitividad y la equidad social requieren de unas acciones urgentes que permitan evitar
que los niños y los jóvenes se involucren en fenómenos de violencia, generen familias
disfuncionales desde temprana edad y deserten del sistema escolar.
No solamente la seguridad requiere estrategias renovadas y una reflexión del más alto nivel.
Adicionalmente, la estrategia de intervención para la niñez y la juventud en riesgo requiere reforzar
y replantear un enfoque interdisciplinario, integral y estratégico, para integrar a todas las fuerzas
sociales para que cada día, de manera más agresiva y programática, se prevenga el gran costo
social y económico que significa para nuestro país que los menores sean la gran masa
instrumental de la ilegalidad.
Una gran política e inversión social nacional con la que aseguremos que los niños y jóvenes,
particularmente en condiciones de pobreza o algún nivel de riesgo, tienen las condiciones y las
acciones necesarias y complementarias que permitan desde ahora garantizar una nueva
generación creativa, comprometida, que permita avanzar en la nación que soñamos para los
próximos 200 años.
Aceptar al otro
ël enemigo de Colombia está adentro, no afuera.
Por Francisco Thoumi*
El modelo de comportamiento no puede ser una competencia donde todo vale. No se trata de
predominar o dominar al otro, sino de ser parte de una sociedad en la que exista igualdad de
derechos y oportunidades, aceptando diferencias en resultados siempre y cuando dependan de las
acciones legitimas de cada cual.
Primero hay que lograr un consenso de que hay un problema de comportamiento y que el ser
humano tiene derechos, pero también obligaciones hacia la sociedad que impone restricciones
legítimas de comportamiento. Para esto se requiere un debate en el que los participantes
reconozcan que hay paradigmas distintos pero que las diferencias no se deben resolver
violentamente. No se puede aceptar que quien piensa distinto es malo o torcido por definición. Por
ejemplo: ³Es sabido que el Fondo Monetario es un instrumento de los Estados Unidos para
explotar el mundo´ o ³La destrucción de las Farc es conveniente para salvar a la sociedad
colombiana del comunismo´. Así no hay forma de llegar a la aceptación de las diferencias y del
otro. Esta aceptación es la fuente de la confianza sin la cual no hay solidaridad, empatía, sentido
de pertenencia o vergüenza cuando se cometen errores que afectan al resto.
Las políticas comunes como reformas agraria, educativa, fiscal o de salud pueden tener algunos
efectos positivos de largo lazo pero no resuelven el problema social de Colombia. Por eso, hoy los
colombianos tienen mejores niveles de ingreso, educación, salud, vivienda y servicios públicos,
más automóviles, televisores y demás artículos que en el pasado, pero Colombia sigue siendo una
sociedad que vive con temor. El enemigo en Colombia es y siempre ha sido interno. El desafío es
aceptar al otro para que deje de ser el enemigo.
*Economista y escritor
Creo que la negación del otro, el renegar del pluralismo, en una palabra, la intolerancia, es el
mayor y más trágico de los males que padecemos. De ahí que la necesidad más apremiante del
país sea la de recomponer el tejido social. Para ello es indispensable un gran acuerdo social que
restituya las bases de la vida en común, como se hizo al filo del primer centenario de la
Independencia, luego del mayor enfrentamiento de la historia y del desgarramiento de la patria.
Para ese esfuerzo es grande la responsabilidad de las generaciones adultas, pero son mayores las
posibilidades de acción de la juventud.
No es esta una presentación candorosa, romántica. Es una invitación a pensar y obrar en presente
para un futuro de siempre. Reconstruir el µcontrato social¶, sin el cual podrá haber desarrollo y
crecimiento económico, pero no una nación civilizada, justa e integrada.
Es de vital importancia para Colombia ir más allá de las eficiencias logísticas y competitivas que
estos desarrollos generan y enfocar recursos y programas de desarrollo hacia las comunidades
aledañas a los proyectos, pues el aumento del tránsito por zonas antes µinvisibles¶ hará posible
generar pequeños polos de desarrollo interno con necesidades básicas (educación, servicios de
salud, comercio de servicios, seguridad, entre otros), permitiendo a sus habitantes acceder a
estándares superiores de calidad de vida y evitando así su migración forzosa a las ciudades.
Lo anterior podrá ser logrado con el aporte del gobierno, pero además con el compromiso del
sector privado mediante el suministro de materiales de construcción de primera calidad y con
precios especiales, tal y como se ha hecho con el cemento destinado a Vivienda de Interés Social.
*Presidente de Argos
Sin farándula
Que los noticieros no tengan chismes y modelos.
Santiago Rocha*
Cambiar la sección de farándula de los noticieros por una sección de crónica o reportaje no
coyuntural. Aplicar mi idea sería catastrófico para el reggaetón, el tropipop y los anunciantes de las
telenovelas. Sin embargo, en el momento en que se cambiara esta sección, que llega incluso a
durar 20 o 30 minutos, empezaríamos a comprender la complejidad de nuestro país, tendríamos
ciudadanos más informados y, en esa medida, más críticos con nuestros gobiernos, nuestra cultura
y nuestras pésimas prácticas ciudadanas.
Nos daríamos cuenta de que hay un mundo más allá de nuestras ciudades y en general seríamos
un poco menos ignorantes y desentendidos de nuestro propio destino.
Mejor información
Computadores e internet para todos.
Por Rosa Cristina Parra*
Cada docente en el país debe estar en capacidad de utilizar eficientemente las herramientas que le
permitan acompañar a sus estudiantes para aprender a compartir información y construir en forma
colaborativa.
Todos los docentes deben acceder a programas de formación en uso pedagógico de herramientas
digitales, y para que se cumpla, el primer requisito lo deben facilitar las entidades
gubernamentales: un computador y conexión a Internet para µcacharrear¶, literalmente.
Cada entidad pública, además de la responsabilidad específica de su mandato, tiene como función
social ser una productora de información. No es un lujo ni una opción. En su espacio en Internet,
deben publicar toda la información de su trabajo, la rendición de cuentas como entidad, pero, sobre
todo, la información que permita que la ciudadanía se empodere y participe en sus procesos de
gestión.
La información transforma nuestras vidas, nos hace reconocernos como individuos, como
ciudadanos y como sujetos de derechos y deberes, pero, sobre todo, nos empodera como
constructores sociales.
³La verdad os hará libres´, decía Jesús. Tuvo razón López Michelsen al decir que ³la democracia
es la versión laica del protestantismo´, pues Calvino enseña que si somos iguales ante Dios,
somos iguales ante el Estado. Por lo tanto, Colombia será viable si ³comprende las palabras del
que murió en la cruz´, como dice el Himno Nacional.
*Pastor
La imagen es una niña chelista del proyecto de las Bandas Juveniles de las comunas de Medellín
que busca alejar a los jóvenes de las armas y de la violencia por medio del arte, al ofrecerles otra
opción de vida diferente a la de sus padres y hermanos mayores, muchos de los cuales se
metieron al sicariato (la idea está representada en una foto).
*Fotógrafo
ºn país de creadores
Sigue pendiente una gran reforma cultural.
Por Patricia Ariza*
Un país mejor se puede construir empezando por hacer una gran reforma, la más aplazada de
todas: la reforma cultural que coloque en el centro del desarrollo, y no de manera residual, como
hasta ahora, la creatividad humana y el conocimiento temprano en la ciencia, la cultura y el arte.
Pero para ello tendría que volverse, sin chauvinismo, la mirada hacia adentro y cambiar el negocio
tan lucrativo de la guerra por el de la paz. Empezaríamos por hacer de inmediato la mejor y más
poética de las creaciones humanas de los colombianos en el siglo XXI: un acuerdo humanitario sin
reversa, que incluya a las mujeres y a las víctimas.
No es sino abordar el vuelo de regreso a Colombia para notar que algo ha cambiado. Súbitamente
se empiezan a colar en la fila y, si te descuidas, te quedas sin tu silla. Tan pronto tocamos tierra
salen en estampida, mientras en vano la azafata trata de recordarles lo que ya sabían.
Horas atrás eran ciudadanos ejemplares en su vida cotidiana de emigrante. Pasan necesidades,
humillaciones, trabajan sin descanso para apenas sobrevivir y compartir en Facebook sus triunfos.
Sin embargo, allá observan sin reparos las reglas: pagan el metro, observan los límites de
velocidad y hasta cruzan por las cebras.
Es por eso que mi propuesta para ser un país mejor es que seamos esos colombianos ejemplares
que somos cuando emigramos. Comportémonos como gente decente, respetemos las normas
mínimas de convivencia, dejemos de creer que estamos por encima de los demás, olvidemos eso
de que µel vivo vive del bobo¶ y alusiones a papayas o malicia indígena. Si ellos pudieron, todos
podemos. Lo del mejor país vendrá por añadidura.
*Asesor de Comunicaciones
@patton en Twitter
De las dos grandes promesas para la década del 60 (que el hombre llegaría a la Luna y que ningún
niño en el mundo se iría a dormir con hambre), solo cumplimos la más difícil. Superar la extrema
pobreza no solo es el desafío más importante y urgente, sino que debería ser el más atractivo y el
que logre unir a todos los colombianos. La idea es crear, como alternativa al servicio militar, el
servicio social obligatorio, para que los jóvenes (hombres y mujeres) entreguen su tiempo al país
mediante organizaciones gubernamentales u ONG. El joven podría decidir en qué lugar colaborar y
desde qué ámbito (vivienda, educación, salud, empleo, acceso a la justicia, etcétera). A su vez,
hacerlo al cumplir los 18 años o repartirlo en una cantidad determinada de horas durante su
educación universitaria. Los jóvenes ±a quienes depositamos el desarrollo del país± así adquirirán
conciencia, aplicarán el conocimiento y actuarán para superar la pobreza allí, donde el desarrollo
quedó relegado.
*Director social
Un techo para mi país
Ningún menor de 15 años podrá dormir a la intemperie. Acordemos que un niño que duerme o
trabaja en la calle no hace parte de un paisaje sino de una infamia. Por cada niño que vive en un
semáforo podemos garantizar al menos dos guerrilleros en el futuro de Colombia.
Arranquemos por imaginar un acuerdo civil y constitucional que prohíba de manera positiva y
concreta la mala vida de los menores.
³Ningún menor de 15 años podrá dormir a la intemperie, y en caso de que en su núcleo familiar no
haya cómo dotarlo de cobijo, el Estado lo proveerá de un refugio digno, sano e higiénico, para que
allí encuentre techo mientras se soluciona el problema de manera permanente´.
En el mismo capítulo, debe haber otro artículo que diga algo así como:
³Todo niño colombiano tendrá la obligación de asistir a centros educativos, y el Estado tendrá la
obligación de proveer educación de calidad´, en donde calidad será entendida como:
Y, por supuesto, no creo que estos artículos en sí mismos resuelvan algo, pero lo que sí creo que
pasaría es que los niños y los adultos que creemos que la educación es la puerta a la vida bella
tendríamos cómo movilizarnos, en contraste con los guerreristas y vengadores que tanto mal le
hacen a este país.
*Libretista
Restitución de derechos
Los campesinos deben retornar a sus tierras.
Por Beethoven Herrera*
Colombia será un país mejor cuando les restituyamos sus derechos a los ciudadanos que han sido
afectados, cuando los campesinos retornen a sus tierras, las comunidades indígenas gocen de
respeto a su cultura y territorio y las mujeres superen la inequidad de remuneración que sufren aun
cuando desempeñan, con competencias similares, las mismas tareas que los hombres.
Para que el país sea mejor habrá que garantizar justicia y reparación a las víctimas de violaciones
de sus derechos, y que los niños puedan ir a la escuela, disfrutar del deporte y no estar en las
minas ni canteras.
Adecuaremos nuestra infraestructura para que los discapacitados puedan desenvolverse con
facilidad; crearemos conciencia e instrumentos de protección de los recursos naturales para que el
país sea sostenible. Los empresarios tendrán garantías para que sus empresas sean sostenibles y
los trabajadores gozarán de los derechos internacionalmente reconocidos por un trabajo decente,
con protección social, salud en el sito de trabajo y ejercicio de los derechos de asociación,
negociación y huelga.
Sin duda, hablar de paz nos remite a innumerables causas del conflicto que no solo se resuelven
con la dejación de armas o un pacto entre combatientes, sino resolviendo el quiebre social dado
por unas condiciones de desigualdad por las que no tenemos igual acceso a la democracia. Esto
se traduce en las pocas garantías de los derechos fundamentales consignados en el contrato
social más importante de Colombia: la Constitución Política Nacional de 1991.
Es activar un lenguaje de paz que surja del reconocimiento de la contraparte; implica superar un
mero acto de habla para elevarlo a un lenguaje como primer paso para la acción; es consignar en
la palabra una política que permita institucionalizar la paz como mandato de sujetos sociales
activos y no de simples electores que definen al soberano; es la construcción de una soberanía
colectiva que determina el destino de los pueblos.
*Presidenta de Asfamipaz
Ataque de risa
ºna canción para cambiar la forma de pensar.
Por Andrea Echeverri*
Disparo flores,
bombardeo amores,
ataque de risa,
invasión de sonrisas,
de canto y de baile
las milicias.
En vez de karate,
propongo caricias.
En vez de bomba, bombón
En vez de que te maten,
tomate un rico mate.
Y en vez de pelear,
propongo enamorar.
En vez de trincheras,
propongo trineos.
En vez de búnker, el yunque.
En vez de soldados,
mejor hermanos.
Y en vez de pelear,
propongo enamorar.
En vez de matanzas,
prefiero la danza.
En vez de minas, mininas.
En vez de combates,
prefiero chocolates.
Y en vez de pelear,
propongo enamorar.
*Cantautora (ella eligió la letra de su canción Ataque de risa, del álbum Río, editado este año)
~
Pero El Diablo y sus amigos no son el único problema de Juan. Su vida es una amenaza desde
hace cuatro años cuando empezó a fumar marihuana, aspirar perico y hasta heroína, atormentado
por el asesinato de su hermano. Con su pandilla, Los Melenos, la misma que nutre de droga al
sector, conoció el mundo del hampa, el poder de las armas y la mirada de la muerte. El retrato de
la ´Parca´ lo persigue desde el 2004, cuando por primera vez y junto a su combo, atracaron a un
hombre y no contentos con robarlo, lo degollaron. La escena se repitió cuatro veces esa misma
semana; el botín para Juan después de la repartición: $20.000, "Duele cargarse con tres muñecos
(muertos), por esa marañita; pero es que esos manes se aletiaban (rehusaban)", confesó con
ironía delante de su abuela, una mujer obesa y sonrisa desdentada. La ternura de la anciana se
desvaneció con la escalofriante confesión de su nieto de 17 años de edad. Ella solo atinó a tapar el
rostro con sus manos.
La vida de este menor es un libreto. Su mamá lo abandonó hace varios años y de su padre no
tiene rastro alguno. Su hogar lo sostienen rebanadas de mango que diariamente vende su abuelo
al frente de uno de los colegios oficiales de Pereira. El rancho en el que viven es un completo
milagro de la ingeniería; son 30 metros cuadrados para distribuir una sala, cocina y habitaciones
donde duermen ocho personas, entre tías y primos. Como si fuera poco, en el mismo sector donde
habita, ya se rumora que él será el próximo muerto, "Hoy está tranquilo porque el barrio está lleno
de ley (policías), pero ellos algún día se irán y a la Chinga le van a caer porque las culebras
(problemas) se arreglan en el hueco (La tumba)", confesó otro pandillero del San Judas y quien
pidió omitir su nombre.
Un kilómetro más hacia el norte de ese sector, están los barrios El Martillo y San Diego; allí vive
Andrés, más conocido como el Chinga 2; otro menor de escasos 13 años de edad que también fue
criado por su abuela; su juguete consentido es "Ruñiño¨, un revólver calibre 38 cuyo cañón es más
largo que sus piernas. Con él, se entretiene, se defiende y trabaja. Dice quererlo más que a su
novia de 15 años. Aunque advierte que es un novato en el negocio del ´martilleo´ ( sicariato), las
víctimas de su trabajo no se pueden sumar con los dedos de la mano. Por cada crimen recibe
$500.000. Chinga 2 es respaldado por las bandas El Caleño y Coreano. A su habilidad sicarial se
suma otra inhata: su belleza; ojos claros, cejas delineadas y piel tierna son su herramienta de
trabajo para otro ´negocio´ que niega por pudor. Muchas veces se convierte en el objeto sexual de
hombres mayores que pagan por sus servicios.
Guerra de niños
Juan y Andrés comparten los mismos sueños, ninguno; en cambio, sí muchas desgracias. No se
conocen pero se odian. Ambos son menores sicarios, viven en la misma ciudad de paredes de
barro, techos de zinc y calles empolvadas. Se pelean a muerte el dominio territorial de sus barrios
para mantener intacto el negocio de la droga. Los dos iniciaron como campaneros al servicio de las
52 bandas dedicadas al narcotráfico que existen en Dosquebradas y trece en Pereira y hoy están
inmersos en una guerra que además acorraló a miles de civiles inocentes. Esa pelea sin cuartel
sólo en enero de este año cobró la vida de 50 personas entre pandilleros e inocentes. Dicha cifra,
en concepto de las autoridades policiales es tolerable, por cuanto en el mismo periodo de 2007 el
número de crímenes fue de 51 casos. "Cualquier tienda o billar donde se encuentren grupos de
jóvenes, es un hervidero; a comienzos de año lanzaron una granada en uno de esos
establecimientos, hubo cuatro muertos y cinco heridos, entre ellos inocentes", explicó un tendero
del barrio San Diego de Dosquebradas.
Sorprende que tras esos delitos se encuentran menores de hasta 9 años de edad. Al comienzo son
campaneros, distribuidores de droga o abastecedores de armas y munición. Cuando cumplen 13
años, su función se eleva a la de sicarios que son ´exportados´ hacia ciudades vecinas como
Cartago, en el Valle, Manizales y Chinchiná en Caldas y los municipios de La Virginia y Santa Rosa
en Risaralda; las ganancias son irrisorias pero el prestigio dentro del grupo e incalculable.
Luis Carlos Leal, Defensor del Pueblo de Risaralda, aseguró a SEMANA que "Hay
aproximadamente 200 menores de edad que hacen parte de esas bandas y con distintas
funciones". Advierte, que la situación es insostenible y como tal requiere acciones inmediatas de
fondo, que van desde programas de reconstrucción del tejido social hasta grandes inversiones en
materia de infraestructura.
Sin duda el mayor referente sobre la participación de niños en actos delictivos, se encuentra en El
Marceliano, el centro de rehabilitación de Pereira. "Tenemos capacidad para atender a 200 niños y
siempre estamos copados; en su gran mayoría son adolescentes provenientes de zonas
deprimidas de Pereira y Dosquebradas y muchos de ellos reincidentes", explicó un ex funcionario
del instituto. A esa cifra se suman las que manejan las autoridades en todo el Departamento. De
acuerdo con estadísticas suministradas por la Policía de Risaralda, el año anterior fueron
capturados 943 menores involucrados en toda clase de delitos, incluidos homicidios; es decir, 46
casos más que los registrados en 2006. A enero de este año la cifra de menores capturados es de
67 casos, trece menos que en 2007.
Poderes oscuros
Para Eisenhower D´janón, presidente del colegio de Jueces de Paz de Dosquebradas, la situación,
que se extiende a Pereira, tiene perturbadores similares a los detectados en la capital antioqueña.
"Es indudable admitir la presencia de fuerzas oscuras que alimentan la actitud delincuencial de los
jóvenes, en otras palabras, estamos reconociendo que es el narcotráfico a través de
organizaciones mafiosas, el motor de este fenómeno", dijo a SEMANA.
Sus palabras tienen eco si analizamos la denuncia que hace un par de semanas hizo el diputado
conservador Julio César Londoño, al advertir públicamente la presencia de hombres de civil,
armados con fusiles, custodiando las zonas deprimidas de Dosquebradas, "No tengo más detalles
del hecho, pero mis fuentes que no son oficiales, me merecen la mayor credibilidad", dijo a
SEMANA el asambleísta.
Sumado a ello, el mapa delictivo de Pereira y Dosquebradas registra varios sectores con
problemas de orden público, influenciados por grupos paramilitares emergentes del bloque Héroes
del Sur, desmovilizado en Guática Risaralda y milicias urbanas de la guerrilla de las Farc y el ELN,
tal como consta en un documento de inteligencia . Sin embargo, lo más significativo de ese mapa
delincuencial radica en que todo ese esquema delictivo desemboca en una sola organización
criminal conocida como La Cordillera y que hace parte de la estructura mafiosa del narco Carlos
Mario Jiménez Naranjo, alias ´Macaco´, hoy preso en Cómbita. Cabe recordar que Macaco es
oriundo de Dosquebradas e incluso su hermano Roberto, fue concejal hasta hace un par de años y
su nombre sonó como aspirante a la alcaldía de esa localidad.
Varios pandilleros aseguraron a SEMANA que la guerra se agudizó porque recientemente hubo un
amotinamiento en varias zonas, patrocinado por líderes que decían desconocer el mando de La
Cordillera y advertían seguir la línea de los denominados Rastrojos, organización criminal al
servicio del recién asesinado capo Wílber Varela, alias ´Jabón´. Consultado sobre el tema el
coronel Fernando Chinchilla, comandante encargado de la policía en Risaralda, reconoció la
existencia del problema en torno a pandillas que se pelean el dominio de las ollas, pero descartó
que tras ese fenómeno se encuentren organizaciones criminales de talla mayor, "Creemos que se
trata de una pelea local entre pequeños jefes de bandas, a raíz de las capturas recientes de
cabecillas de La Cordillera, tales como alias Lucas y Perra Flaca", dijo el oficial, tras precisar que
en los últimos tres años han sido aprehendidos 183 integrantes de esa organización e incautados
más de cien kilos de coca y una tonelada de marihuana.
Sin duda el referente más reciente sobre la magnitud del fenómeno de las pandillas en
Dosquebradas y Pereira, corrió por cuenta del corto metraje `La Gorra` y que fue producido por los
propios habitantes de ambas ciudades. El video de 50 minutos y con una inversión de $30
millones, será vendido en formato DVD y relata con actores naturales, la crudeza y naturaleza de
un conflicto en el que los niños son los protagonistas y víctimas.
Sin embargo, más allá de conocer los hilos criminales que se esconden tras el fenómeno
pandillero, la descomposición familiar es quizás una de las más crudas conclusiones a la que
llegan expertos en el tema. Guillermo Garner, investigador del Observatorio de la Convivencia de la
Universidad Tecnológica de Pereira, UTP, aseguró que la mayoría de esos adolescentes
involucrados en pandillas, provienen de hogares donde la crianza se le encomendó en el mejor de
los casos, a los abuelos, "A ello súmele que el entorno social en el que se encuentran esas
criaturas, está influenciado por grupos ilegales", explicó a SEMANA el catedrático.
Esa tesis la refuerza Macdonald Muñoz, investigador social que trabaja con fundaciones de la
región, al comparar el problema con el de Los Maras, ocurrido en el Salvador, tras la llegada de
jóvenes hijos de mujeres que habían emigrado hacia los Estados Unidos, en busca de nuevas
oportunidades, "Si bien no podemos decir que nuestros pandilleros en su mayoría son hijos de
madres que viajaron al exterior, sí es fácil encontrar en ellos motivaciones similares como la
necesidad de empleo, problemas culturales de fondo y la mala utilización del tiempo libre", explicó
a SEMANA. No obstante, cifras que maneja la Asociación América - España, Solidaridad y
Cooperación, entidad enfocada a facilitar la integración social, cultural y laboral de
latinoamericanos en Europa, permiten deducir que igualmente esas dos ciudades del Eje Cafetero,
concentran el mayor porcentaje de emigrantes dentro de una encuesta que realizaron en 2007, con
5.981 personas, de las cuales 3.880 correspondieron a la región. Concluye el estudio que el 60%
de los viajeros son mujeres y el 23% de ese universo, dejará a sus hijos a cargo de los abuelos.
Sin importar la causa del fenómeno pandillero, que sin duda será tema de agenda paras las
autoridades locales y nacionales, lo único cierto por ahora es que en Pereira y Dosquebradas se
gesta una de las escuelas de sicarios más sorprendentes del país, donde sus alumnos no saben
leer y escribir pero no fallan a la hora de disparar, como le ocurre a Juan y Andrés.