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Autoridades
(sugeridas)
Gobernador de la Provincia
Vice Gobernador
Ministro de Seguridad Justicia y Derechos Humanos
Coordinador General del Ministerio
Secretario de Seguridad
Jefe de Policía
3| Policías y Ciudadanos
4| Una perspectiva de derechos humanos
5| Policías y Ciudadanos
Manual de capacitación
para las fuerzas policiales
con perspectiva de derechos humanos.
Una contribución
al trabajo que la fuerza policial
realiza en la incorporación
de los derechos humanos
como valor central
entre sus miembros.
6| Una perspectiva de derechos humanos
7| Policías y Ciudadanos
Presentación
Cuando en mi escritura refiera a ´lo militar’ estaré aludiendo a
modelos militarizados de comportamiento, educación y visión
de sí mismos y de los ‘otros no militares’; que caracteriza a
todas las instituciones que tienen la facultad de usar legíti-
mamente la fuerza física, delegado por el poder civil represen-
tado en las instituciones de gobierno del Estado de Derecho.
Por tal motivo aludiré de maneras ambiguas por momento a la
institución policial como al resto de las instituciones armadas,
no obstante existen claras delimitaciones en sus funciones
relacionadas a la seguridad interna y externa.
Todos los seres humanos que ambicionan herramientas de
poder para cambiar la sociedad en que viven corren el riesgo
de ser pensados y devorados, inutilizados y alienados, por el
pensamiento hegemónico del tiempo y de las instituciones en
que se mueven. Ya sea que se transite por instituciones cerca-
nas a la academia universitaria, las que acumulan un tipo de
poder y una forma de memoria que es el conocimiento técni-
co – humanístico del funcionamiento de lo social; o que se
transite por instituciones cercanas al poder político, las que
detentan fundamentalmente la capacidad para la acción y la
intervención social.
Cuando la energía vital innovadora y creadora; de pensadores,
funcionarios, activistas, militantes, dirigentes; va quedando
alienada en las redes sociales por las que circula el poder que
sostiene a todos y cada uno; las personas se paralizan, sus
ideas y actos devienen solo en declamaciones, perdiendo la
capacidad transformadora. Creyendo pensar el mundo en que
viven, son pensados por un poder abstracto, hegemónico,
deshumanizado y difícilmente identificable.
12| Una perspectiva de derechos humanos
1
Discurso de un familiar de desaparecido en un acto conmemorativo de la ‘masacre de
Palomitas’. 6 de Julio 2009. Salta. En http://www.youtube.com/watch?v=1fCcH5w4SvM
17| Policías y Ciudadanos
justicia; una comunidad en la que la naturalización de ese do-
lor produce la ilusión que grupos con otras problemáticas de
explotación y dominio podrían más fácilmente acceder a la
Justicia. Conocen de los ‘muchos baches’ que hubo que vencer
y del camino sin ninguna prisa del sinsentido cuando lo único
sentido era la soledad. Conocen del incremento de las dificul-
tades para acceder a la justicia cuando las luchas políticas por
los privilegios se radicalizan. Y conocen de la parálisis que eso
causa en los cuerpos singulares de todos y cada uno. De la
experiencia crítica de esos afueras construidos entre las líneas
que cierran y definen al poder político, a la Justicia, a la propia
policía; sabemos que todos los ciudadanos tenemos que ser
‘nuestras propias garantías’ frente a un sistema de poder abs-
tracto y difícilmente identificable que trabaja como una ma-
quinaria cada vez más aceitada para sustituirnos a todos, sin
que nada cambie sustancialmente. Las y los policías son antes
ciudadanos comunes y corrientes. En ese punto todos somos
las garantías de seguridad de todos. Y nunca mundos contra-
puestos donde alguno de los grupos pudiera atribuirse una
moralidad superior en base a ninguna característica, lo que
repercutirá siempre en desconfianzas mutuas y en la imposibi-
lidad de la construcción de espacios de expresión conjunta de
todos los sectores interesados en la Seguridad.
El presente manual pretende contribuir a acrecentar el cono-
cimiento sobre los valores fundamentales vinculados con la
libertad, la igualdad y la dignidad de las personas, entre todos
los ciudadanos que se desempeñan en la fuerza de policía y
que han incorporado los valores de la institución como parte
central de sus vidas, tanto en la teoría como en la práctica.
Una capacitación de las fuerzas policiales respetuosa de la
experiencia y el conocimiento de las mismas a partir de la
18| Una perspectiva de derechos humanos
2
Discurso del Jefe de Policía comisario Humberto Argañaráz, en acto conmemorativo del día
de la Policía de la Provincia de Salta, 26 de Marzo de 2009. (El resaltado es nuestro).
25| Policías y Ciudadanos
puesta a la requisitoria de la comunidad.
Prueba de esto, las recientes incorporaciones de
580 nuevos efectivos policiales, provisión de par-
que automotor y equipo de computación entre
otros.
Así también se inauguraron Escuela de Cadetes,
Centro de contraventores, Brigada de Drogas de
Joaquín V. González, remodelación y creación de
dependencias, todas ellas pensadas, planificadas y
concretadas para dar satisfacción a las necesida-
des sociales actuales.
Este tiempo de reflexión me impuso ineludiblemen-
te volver hacia atrás las páginas de la historia de
la Policía de Salta y releer sus pasajes más nota-
bles, con el objeto de indagar sobre su espíritu y
conferirle un nuevo impulso. Analizar esos princi-
pios y valores que conforman la mística policial,
esa que se transmite de generación en generación
y que integran su identidad y cultura.
Y fue en ese desandar que halle la respuesta. La
policía de salta auténticamente es una institución
prestigiosa, sana y trabajadora. Consustanciada
con su comunidad. Conformada por hombres ínte-
gros, honestos, humildes y con una profunda voca-
ción de servicio, consecuentes con sus acciones
públicas y privadas
En resumen, solo es preciso, reordenar algunos as-
pectos y fundamentalmente reforzar aquellos va-
lores que deben sustentar a sus integrantes, ejer-
ciendo un control eficiente para que estos se cum-
plan.
26| Una perspectiva de derechos humanos
Muchas gracias.
CAPÍTULO I
VISION SOCICULTURAL
DE UNA SALTA QUE SE MORDERNIZA
3
Poema "Canto al Inmigrante", de Teresa Leonardi Herrán, en Cuadernos del Cesica. Editorial
Hanne. Julio de 1995. Salta.
4
Sobre adaptaciones de los textos ‘La pobreza: configuraciones sociales, relaciones de tutela
y dispositivos de intervención. Salta, primera mitad del siglo xx’, de Sonia Álvarez Leguizamón;
y ‘La historia contada por sus protagonistas. Salta, primeras décadas del siglo XX’, de Myriam
Corbacho y Raquel Adet.
29| Policías y Ciudadanos
un proceso de democratización interior.
Durante la primera mitad del siglo xx en Salta se produjeron
cambios en la composición social y en la manera de gobernar
de los dirigentes políticos, comparables a los ocurridos en Eu-
ropa a mediados del siglo xviii y en Buenos Aires a fines del
siglo xix.
Es un período de desarrollo y consolidación del Estado - Na-
ción en el cual se van integrando áreas geográficas del interior
y sus poblaciones, con el centro del poder estatal detentado
por Buenos Aires. Entre 1900 y 1950 Salta pasa de ser una
aldea ‘semirural’ e ‘incivilizada’ en la que vivían la aristocracia
y sus siervos a una ciudad donde la vida estuvo cada vez más
signada por la intervención estatal para conservar la salud de
la gente y prevenir enfermedades a partir del saneamiento
urbano y del cuidado del ambiente circundante. Por esos años
en la vida familiar y pública, ocurre un desplazamiento del
poder hasta entonces detentado por el ‘patrón’ a un poder del
gobierno estatal sobre la población. El ‘patrón’ en general era
también el ‘jefe del hogar’ de las familias acomodadas, que
disponía además sobre los sirvientes domésticos, los jornale-
ros del campo y de su propia familia. Este cambio va permi-
tiendo el surgimiento tardío en relación al centro del país, de
un mercado de trabajo libre y la conformación de una ciuda-
danía moderna en el sentido de los derechos que hoy le atri-
buimos al ciudadano5. Así, se vive por entonces una tensión
5
‘Ciudadano’ en calidad de ser humano con igualdad de oportunidades y derechos; los cuales
son valores fundamentales vinculados como dijimos con la igualdad y la libertad de las perso-
nas, y con la dignidad, con las garantías para el ejercicio de derechos que incluyen la persona-
lidad y capacidad jurídica; la vida, la salud y la seguridad; el derecho a emitir libremente las
ideas y opiniones; a reunirse y asociarse; así como también la identidad, orientación, opción y
prácticas sexuales, como dimensiones ineludibles de la vida individual y colectiva. Todo esta-
do moderno. Los derechos de todo ciudadano y ciudadana en un estado moderno se mani-
fiestan como facultades y condiciones necesarias para que todas las personas, sin ningún tipo
30| Una perspectiva de derechos humanos
de discriminación, tengan acceso a una vida digna. Se trata de una internalización de valores
fundamentales que posee la persona humana en todo momento y lugar y que le permiten
vivir en condiciones de dignidad, libertad e igualdad.
6
La ‘salteñidad’ es un concepto diferente para las personas de las clases dominantes y los
ciudadanos comunes. Corbacho y Adet (2002) en su investigación sobre historia oral de Salta,
preguntaron a ciudadanos comunes elegidos al azar: 1.- qué entendían por ‘salteñidad’; y 2.-
qué podrían hacer para mantenerla. Reproducimos las respuestas de una anciana residente
en la zona céntrica, de un estudiante universitario y de un obrero de la construcción.
Anciana: ‘Y bueno... la salteñidad está ligada a la fe. Salta es muy católica. Para mantener la
salteñidad hay que hacer la novena y seguir con mucha fe la procesión para que el Señor del
Milagro nos ayude a mantener nuestros valores’.
Estudiante: ‘La salteñidad es el folklore, hay que cantar y aprender música de aquí. A mí por
ejemplo, me gusta escuchar a "Los Nocheros" porque hacen conocer la música de Salta en el
mundo y venden muchos compacs’
Albañil: … ‘qué va ser la "salteñidad" si nues la empanada, la humita y el vino patero. Si no hay
patero, cualquiera, con tal que sea vino, ta bien’.
Otra concepción de ‘la salteñidad’ es aportada por una anécdota de un ex Secretario de
Cultura de la Municipalidad de Salta, Sr. Leopoldo Castilla quién recibió el airado reclamo de
una vecina:
Vecina: ‘Vengo a denunciar, señor secretario, que hay una comparsa de bolivianos que van a
desfilar con el poncho salteño ¡Esto es una vergüenza, no puede ser!... A ver si me hace las
gestiones para que dejen de estropear la tradición y que el poncho no lo ande usando cual-
quiera’.
31| Policías y Ciudadanos
Durante la primera mitad del siglo xx en la provincia, dos son
los procesos que organizaron la vida en sociedad y configura-
ron las tensiones de dominio –sea como ayuda social, como
control político, como subordinación económica– entre las
élites locales y las clases menos favorecidas: la vieja caridad
religiosa con simientes en la época colonial, y la beneficencia
que por entonces se va convirtiendo de religiosa a laica; por
un lado, y las ideas higienistas7 de nuevos funcionarios de un
Estado que va creciendo en la asistencia pública. Los médicos
y profesionales de la aristocracia salteña se formaban en la
Universidad de Buenos Aires o de Córdoba donde las ideas
higienistas estaban en ebullición y luego desarrollaban su pro-
fesión en una provincia donde las transformaciones que se
producían en el litoral llegaban muy lentamente. Muchos de
esos profesionales médicos y abogados fueron gobernantes y
funcionarios del Estado que promovían medidas higienistas a
través de una mayor participación del mismo en la asistencia
pública; y como miembros de la élite gobernante también es-
taban emparentados con la beneficencia y participaban de las
acciones e ideas de las instituciones benéficas tradicionales.
Fueron años de puja entre los promotores de la caridad laica y
los promotores del higienismo estatal.
Sin embargo, como ocurre en cualquier proceso de cambio social, los
actores que promovían los cambios y quienes detentaban capacidad
de decisión política, no se encontraban de un lado o de otro, sino que
estaban emparentados por lazos familiares, de clase, de concepcio-
nes en común de la vida, de intereses económicos encontrados.
7
El higienismo surge concomitantemente con grandes avances en la bacteriología. Se confi-
gura en base a la preocupación por la prevención de enfermedades de la población, atribuidas
por entonces al medio ambiente y a la necesidad política de instituir una profilaxis social
fundando un imaginario de igualdad social, sobre la base del ahorro y la capacidad para el
trabajo industrial.
32| Una perspectiva de derechos humanos
8
En cualquier estructura social os cambios pueden ser: 1.- estructurales direccionales, con
diferenciación e integración crecientes; 2.- estructurales direccionales con diferenciación e
integración decreciente; 3.- estructurales sin diferenciación ni integración; 4.- sin transforma-
ciones de la estructura, cuando únicamente se produce diferenciación e integración. A la vez,
todos pueden encontrarse actuando en la sociedad al mimo tiempo. Por este motivo pueden
observarse cambio intermedios y hasta en direcciones opuestas.
Debido a que las pautas de control emotivo son diferentes según las clases sociales, y en cada
sociedad, no se puede considerar un solo momento del desarrollo social para entender los
cambios en las estructuras sociales tanto como en los de la personalidad de la gente que las
compone.
En general cuando desde una visión evolucionista de habla de cambio social, no se distingue
entre los deferentes tipos de cambio social. La estructura del Estado-Nación implica un cam-
bio direccional con mayor diferenciación y mayor integración social en el sentido de un cam-
bio estructural direccional; el que de ninguna manera puede confundirse con una evolución
en el sentido de un progreso automático (característica del pensamiento científico del siglo
xix), ó no direccional (característica del siglo xx). Siempre que se habló del evolucionismo,
tanto entre los científicos como entre la gente común, se consideró al individuo como si
existiese fuera de la sociedad y a ésta como si existiera fuera del individuo. Hoy día no puede
pensarse la sociedad donde el individuo aislado más allá de la misma es la única existencia
real; y a la sociedad como abstracción. Tampoco es suficiente hablar sobre la sociedad como
sistema , como una realidad que está más allá del individuo. (Elias, Norbert. 'El proceso de la
civilización. Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas'; pp13-25. Fondo de Cultura
Económica. Bs. As. 1968)
9
El evolucionismo, entendido en su sentido amplio, como un conjunto de nociones —
jerarquía de las especies, lucha por la vida, selección— llegó a ser con toda naturalidad, no
sólo un modo de transcribir el discurso político en términos biológicos, y no sólo un modo de
ocultar bajo una cobertura científica un discurso político, sino un modo de pensar las relacio-
nes de enfrentamiento, ‘una especie de extrapolación biológica del tema del enemigo políti-
co” y más tarde ‘como un modo de regenerar la propia raza’.
33| Policías y Ciudadanos
civilización en las ciudades y la barbarie en el campo10.
Mucho más marcadamente que en la actualidad globalizada,
en la primera mitad del siglo xx no existió una, sino varias Sal-
tas. Las ‘saltas urbanas y las saltas del interior’. Es necesario
evidenciar en este imaginario social otra vieja dicotomía: cen-
tro- periferia. Resulta imposible ignorar el atraso y abandono
del interior de la provincia frente a las innovaciones de la ciu-
dad capital, por aquellos años, y en la actualidad. Dicotomía
que abreva en el viejo sistema impuesto por las potencias
dominantes que hicieron prevaler el Puerto sobre el resto del
país. Tal modelo convirtió a Salta en periferia de la periferia. El
modelo se multiplicó en cada una de las pequeñas ciudades
del interior donde se desdoblaba y reproducía en forma simi-
lar: Salta capital frente a sus jurisdicciones del interior y los
municipios del interior frente a sus propias periferias.
En todo el territorio nacional, la puja entre los tradicionales
sectores acomodados que comandaban el país desde hacía
cien años y los nuevos grupos sociales de grandes masas de
inmigrantes que desde 1870 llegaban al puerto de Buenos
10
En la sociedad salteña esta idea tiene aún mucha fuerza y genera visiones estamentales y
racistas –por tanto discriminatorias– de los problemas sociales y de las diferencias entre
grupos en relación a las demandas de derechos. Para entenderla en toda su magnitud es útil
remitirse a la obra clásica ‘Facundo’, de Domingo F. Sarmiento. En ella propone explicar la
historia argentina como el resultado del conflicto entre dos etapas distintas de su evolución
social: la civilización representada por las ciudades y la barbarie localizada en la campaña. El
libro a partir de la figura del caudillo riojano, Facundo Quiroga, y de las luchas entre federales
y unitarios, sintetiza estas ideas. La solución a la barbarie se plantea a través de la educación
de los habitantes, para sacarlos de la ‘degradación moral y de raza en la que han caído” y la
incorporación, a la sociedad actual, de nuevas razas. Lo primero se concreta a partir del
fomento de la educación pública y gratuita; y lo último, por medio de una política migratoria
masiva promovida en países europeos. En otra e sus obras –’Conflictos”–, plantea que el
germen de la decadencia de América Latina ha sido su mestizaje, la falta de primacía de la
raza blanca y la inferioridad de los españoles con relación a los sajones. Las diferencias étnicas
se traducen, según él, en una disparidad de civilizaciones y en diferentes aptitudes para la
vida política.
34| Una perspectiva de derechos humanos
Aires –los que eran percibidos como amenazas para los secto-
res de poder– desencadenaron un sentimiento nacionalista y
diversas estrategias políticas para neutralizarlos por parte de
los grupos de poder en Argentina. En las dos primeras décadas
del siglo xx los inmigrantes11, provocaban el reto más fuerte, el
mantenimiento del ‘orden social’. Un segundo desafío, fue
integrar la población argentina descalificada e invisible a la
generación del 80’: los campesinos mestizos del interior, de
gran incidencia en la conformación social de la región del no-
roeste. En estas luchas el sentimiento a lo ‘nacional’ intentaba
recuperar lo tradicional y la figura del ‘gaucho’ que hasta en-
tonces había sido considerado subordinado a la cultura blanca
y europeizante.
La inclusión que se pretende de estas poblaciones a la ‘nacio-
nalidad’ es vista como fruto de la fusión de razas que se había
imaginado en el momento fundacional del Estado Nación
hacia 1810, cien años antes.
En todas estas luchas la policía fue una herramienta principal,
foco de miradas y estrategias de la elite política para movilizar
y conservar su poder 12.
11
Sus ideas y las luchas estaban representadas y organizadas por grupos anarquistas y socia-
listas fundamentalmente. Sintetizaban la tradición de las luchas obreras europeas enraizadas
en el siglo xviii, originantes y originadas por los dos procesos democratizadores socio-políticos
más trascedentes y profundos de la cultura occidental: la Revolución Francesa y la Declara-
ción de la Independencia Americana.
12
Corbacho y Adet (2002) se refieren al tema recuperando las voces de dirigentes y vecinos
de aquellos años. En la segunda década del siglo xx y a pesar de la ley electoral, las elecciones
continuaron siendo fraudulentas. Las llevadas a cabo en 1913, no fueron la excepción. La ley
electoral sirvió para poner al desnudo el paternalismo imperante en Salta y las dificultades
reales para modernizar el estado, sanear la política y la economía provincial. En otras pala-
bras, continuaba casi sin variantes, el dominio de las prácticas de la sociedad tradicional.
El fraude electoral se hacía en forma tan descarada en la provincia que, para garantizar la
vigencia de la ley del voto universal y secreto, fueron necesarias tres intervenciones federales
35| Policías y Ciudadanos
Durante la primera mitad del siglo xx, las ideas de la élite se
sintetizan en el higienismo y su principal estrategia: aumentar
la productividad del trabajo, mejorar la ‘raza’ desde un punto
de vista eugenésico y desarrollar sistemas compensatorios de
‘protección’ para los pobres. Las prácticas higienistas se mate-
rializan a través de instituciones que coordinan tanto las curas
médicas, como la producción del saber y las campañas ‘educa-
tivas’ y moralizantes. En la Argentina, y en Salta, las ideas y
prácticas políticas del higienismo adquieren un carácter cla-
ramente racista que se mantiene luego en la etapa de consoli-
dación del Estado de Bienestar. Son los higienistas quienes
hablan de enemigos que se quiere suprimir —no los adversa-
rios en el sentido político del término— por los peligros, ex-
ternos o internos, en relación a la población y para la pobla-
ción. Por esa época el discurso del poder y el discurso biológi-
co sintetizó un mecanismo que ordenó a las clases subordina-
das produciendo un cambio social sin precedentes en la pro-
vincia y en el país.
enviadas una tras otra por el gobierno nacional. El primer interventor fue el cuestionado Dr.
Emilio Giménez Zapiola, quien, apenas llegado a Salta anunció desde las páginas de Nueva
Época: ‘[...] Las policías serán íntegramente renovadas y ocuparé para ello a oficiales del
Ejército. Desde ya puedo decir que llegadas las elecciones el Jefe de Policía seré YO mismo’.
Un trabajador de la ciudad, don Felipe Eduardo, salteño de 95 años, herrero artístico, recuer-
da al primer interventor federal, Emilio Giménez Zapiola, con particular buen humor: … ‘El
interventor que ha venio aquí era un magnate de la carne, ese Gimenez Zapiola, radical
pues. Ese hombre traía un odio concentrao. Era tocarlo nomás pa que reviente ¿no?... Ha
hecho dos cosas, ha sacao a todos los comisarios de todos laos y ha puesto oficiales milita-
res’ ((1918) Diario "Nueva Época". Salta. En Corbacho y Adet, 2002)
36| Una perspectiva de derechos humanos
13
Las profesiones que predominaban en la Salta de fines del siglo XIX, eran comer-
ciantes, tenderos, almaceneros, hiladores, tejedores, labradores, carpinteros, es-
tancieros y hacendados, sastres, talabarteros, herreros y curtidores. Los conchaba-
dos y siervos domésticos no figuran en sus registros como profesiones. (María Inés
Garrido de Solá (1984: 308) ‘La vigencia del programa de la generación del 80’, en
Estudio Socio-económico y cultural de Salta, Tomo III Área Historia. Consejo de
Investigaciones, Universidad Nacional de Salta. En Sonia Álvarez 2004)
37| Policías y Ciudadanos
so en el gobierno nacional durante la República y hasta me-
diados de siglo xx, lo que le dio un poder adicional para man-
tener su fortaleza14. Existía una clara división entre el grupo de
la elite que se autodenominaba ‘gente decente’ y ‘depositaria
de todas las virtudes sociales’ y otro grupo denominado ‘gente
inferior’. El pensamiento predominante de esta elite era his-
panista, conservador y racista. La política se circunscribía a un
grupo de ‘elegidos’ que debían respetar y representar estas
tradiciones15.
La riqueza de las familias de mayor influencia en el período
anterior a la primera guerra mundial —las primeras dos déca-
das del siglo xx—, estaba centrada en la exportación de gana-
do a Chile por la importancia de la actividad económica del
salitre. Por esos años la economía salteña experimenta una
crisis muy fuerte. La riqueza y el prestigio que había adquirido
durante la época colonial, se habían fundado principalmente
en su localización geográfica estratégica respecto al comercio
con el Alto Perú. Posición que la convertía en una especie de
14
Hasta 1916, con la excepción de la oligarquía tucumana, los salteños habían
jugado un rol muy importante en la política y burocracia nacional, más que cual-
quier otra oligarquía del interior. José E. Uriburu y Victorino de la Plaza ambos
habían servido como Vicepresidentes y Presidentes de la Nación. Uladislao Frías,
Benjamín Zorrilla, Francisco J. Ortiz, Miguel S. Ortiz, Eduardo Wilde, Damián Torino,
Miguel Tedín, Carlos Ibarguren y Francisco Uriburu todos ellos tuvieron cargos de
ministros de la nación durante el régimen oligárquico (Hollander, Frederik alexan-
der. ‘Oligarchy and the politics of petroleum in Argentina: teh case of the Salta
oligarchy and Standard Oil, 1918 – 1933’. University of California. Los Angeles.
Xerox University Microfilms. 1976: 180-181. En Sonia Álvarez 2004: 217).
15
El siguiente texto de Robustiano Patrón Costas, en ese entonces, uno de los políticos más
significativos de la época expresa esta visión elitista de la política. ‘El político es hombre de
ciencia que dentro de la etnia de esas mismas multitudes, tiende con propósitos morales y
sanos a la organización del Estado.” La identidad nacional la constituye ‘el respeto a las tradi-
ciones de nuestra historia y de la raza en el sentido de las creencias...” (Robustiano Patrón
Costas, Discurso de fundación del partido Conservador, Diario La Provincia, 19/04/09, citado
por Rubén Correa y otros, 1999. En Sonia Álvarez 2004).
38| Una perspectiva de derechos humanos
16
En 1921 un diario local comentaba al respecto: ‘Un punto de vista muy importante es el
económico: consistente en nuestro caso, en el éxodo de capitales, desvalorización de las
tierras, falta de producción, encarecimiento de la vida, falta de mercados de consumo, defi-
ciencia en las leyes impositivas, ignorancia proverbial de los remedios que hay que asimilar
para contrarrestar los efectos que producen esos males en la vida económico - financiera de
Salta’. ((1921) Diario "El Cívico Intransigente". Salta. Julio. En Corbacho y Adet, 2002)
17
Salta se funda en 1582 con un perímetro original de 80 hectáreas aproximadamente. Luego
de casi tres siglos, a finales del siglo XIX, no había alcanzado a duplicar su extensión original a
través del amansamiento progresivo. Recién en 1930 se comienzan a anexar superficies de
tierra de uso agrícola bajo la forma de loteos, forma de ocupación del suelo que se convierte
en predominante entre 1947 y 1960. (Aguilar, Álvarez, Sbrocco; ‘Los sectores populares y la
ocupación del suelo en la ciudad de Salta’. 1993, mimeo. En Sonia Álvarez 2004).
18
En 1914 el porcentaje de analfabetismo de la población total del país era de 35% y en la
provincia de 55%. En 1947 estos números habían bajado sensiblemente, la media nacional era
de 13,6% y en Salta llegaba a 34,3%, aunque seguían siendo muy altos (Anuario General
Güemes, 1949. En Sonia Álvarez 2004).
39| Policías y Ciudadanos
principios de siglo xx, sino como una ciudad con cierto aire de
cosmopolitismo. Esto era visualizado por la aristocracia local,
como causa del relajamiento de los valores tradicionales y
conservadores de su estilo de vida. El cambio se debía, en gran
parte, a la escasa migración italiana, árabe y judía que había
llegado antes de 1930, y de la incipiente clase media que co-
menzaba a formarse en las universidades del país. A pesar de
la paulatina profesionalización de los estratos medios y altos,
el número de médicos y abogados, a mediados de la década
del 40’ en la ciudad no superaba los sesenta19.
Salta acompaña los procesos de asalarización e industrializa-
ción en menor medida que la nación. El número de obreros
ocupados en la provincia se quintuplica de 1935 a 1943; pro-
ceso que muestra ya la conformación de un incipiente merca-
do de trabajo libre, aunque se mantenían todavía relaciones
de conchabo20.
Las actividades industriales se centraban en la explotación del
petróleo, los ingenios azucareros en la zona de la selva Ora-
nense y del Valle de Siancas y, la vitivinicultura en los Valles
Calchaquíes. En el norte, en el departamento de San Martín,
que incluye a las localidades de Vespucio y Tartagal, se localizó
la actividad petrolera. Esta estuvo asociada, desde sus inicios
—cuando se instaló la Standard Oil—, a relaciones capitalistas
e inversión extrajera; hasta que Yacimientos Petrolíferos Fisca-
les se hizo cargo de las explotaciones.
Como hemos dicho, la división más radical de esta sociedad
19
(Anuario General Güemes, 1949: 28).
20
En la década del 1940, el área total cultivada en la provincia era de aproximadamente de
135.000 hectáreas; los campos naturales de pastoreo abarcaban, 1.000.000 hectáreas, sobre
una superficie total de 15.477.500 hectáreas. (Fuente: informe oficial (1921) Publicación
Oficial. Memorias de gobierno de Joaquín Castellanos. En Corbacho y Adet, 2002).
40| Una perspectiva de derechos humanos
21
La gente decente, como se llamaba a sí misma la aristocracia local, es caracterizada por
Bernardo Frías, a principios del siglo XX, en un ensayo de interpretación social de la ‘sociedad
salteña” como originaria de ‘clase noble y aristocrática” fruto de ‘ley natural”, a diferencia del
‘vago y aventurero” o ‘de quebrada fortuna”, que llegaba a América. Frías afirmaba que
‘Salta, por su importancia comercial, fue, desde antiguo, sitio elegido de la inmigración espa-
ñola de clase noble y aristocrática que en gran abundancia acudió a ella como a Lima”. Fun-
damenta la ‘nobleza” de la gente ‘decente” en base a la conformación de lo que denomina
‘casas” de linaje, las que derivarían de la nobleza española. Según el autor la mayoría de ‘esta
noble inmigración que recibía el vecindario de Salta fue, como lo atestiguan los apellidos de
las antiguas familias y las ejecutorias del linaje, de la nobleza castellana y vascongada, que era
la porción de la población española más honorable y fuerte”. (Frías, Bernardo [1902]1971: 97-
99. Historia del General Martín Güemes y de la Provincia de Salta o sea de la independencia
argentina, Tomo I. Prólogo del Dr. Atilio Cornejo, Ediciones de Palma. Bs. As.) (Fuente en la
biblioteca del Archivo Histórico de Salta, citado en Sonia Álvarez 2004: 221)
41| Policías y Ciudadanos
habitantes de los campos de origen nativo, más los de la clase
baja venida de España, tenderos, pobres, pulperos, hortela-
nos, arrieros, maestros de primeras letras y sacristanes. Estos
trabajadores independientes y profesionales incipientes, co-
menzarían a conformar los futuros sectores medios. Luego a
mediados de siglo, podrían devenir en burgueses.
Entre los ‘habitantes del campo de origen nativo’ —según el
decir de quienes inventaron la tradición que colocaba, como
una cuestión natural, en un status de superioridad social a las
familias acomodadas descendientes de nobles conquistadores
españoles— el arquetipo en el ámbito nacional y provincial de
clasificación de la gente inferior lo constituyó el gaucho. El
gaucho es el producto del mestizaje entre indígenas y españo-
les, devenido obrero criollo o trabajador a mediados del siglo
xx. Sin embargo en el imaginario de las elites de la Pampa
Húmeda este gaucho desaparece: una ‘raza’ que quedó en las
provincias del norte, luego de la influencia de la migración
sobre el litoral.
Por entonces, en base a la visión superior que de sí misma
poseía la élite criolla salteña, y de acuerdo a la voz de los auto-
res inventores de tradición; incluía entre la gente decente un
‘tipo’ muy particular: el ‘gaucho decente’22.
El criollo en este imaginario de ‘gente decente’ y ‘gente infe-
rior’ se asocia al vago que ‘ama la vida sin esfuerzo’, resistente
a las influencias europeas e intolerante, incivilizado y bárbaro,
de acuerdo al pensamiento racista y evolucionista de la época.
22
Este sería una suerte de híbrido entre la gente decente y el gaucho. Entre ‘los gauchos
decentes’, ‘se contaban casi todos los hombres distinguidos de la época. Hombres de ciudad y
educados, hijos de buena casa, doctores muchos de ellos y casi todos de familia acaudalada’.
Una decencia natural proveniente de la influencia vasca y castellana sobre las familias locales,
además de la ‘educación física que se recibía entonces’, lo que produjo ‘una raza de hombres
de constitución vigorosa y robusta’ (Frías, Bernardo [1902]1971: 147. En Sonia Álvarez 2004).
42| Una perspectiva de derechos humanos
23
‘La policía llevará un registro de los peones y sirvientes a jornal en el que se haga constar su
ocupación y el patrón a quien sirven. Las papeletas se renovarán una vez por año en todo el
mes de Junio pagando el patrón por los peones a jornal dos reales por cada uno, y un real por
los sirvientes matriculados, cuyas papeletas, si se inutilizaran durante el año abonada, se
reharán sin más erogación’ (Art. 51). ‘Todo el que quiera conchabar un peón ó sirviente, está
en el deber de pedir a éstos el papel de desconchabado de su patrón anterior, ó el certificado
de la Policía de estar libre para conchabarse’ (Art. 55). (Ley de Conchabo)
24
Los Reglamentos de la Policía son de 1856, 1863, 1878 y 1939. El Código Rural de 1884,
sancionado éste durante el gobierno de Juan Solá y redactado por Alejandro Figueroa y
Robustiano Patrón Costas, luego gobernador de Salta y candidato a presidente de la Nación a
43| Policías y Ciudadanos
zaciones sobre el conchabo se realizaron a partir de mediados
del siglo xix y hasta 1939, por medio de los Reglamentos Poli-
ciales y del Código Rural de 1884.
La constitución de la Argentina como Estado moderno, había
implicado una serie de transformaciones. Una de las principa-
les fue el paso de las relaciones serviles o esclavistas a las rela-
ciones salariales del trabajo libre urbano. Modificación que
hizo posible, más tarde, la conformación de un mercado de
trabajo nacional. La Constitución de 1853, liberaba todas las
formas de sujeción al trabajo, formalmente. Sin embargo se
mantienen leyes de control al vagabundeo que fijaban a las
personas a las relaciones de patronazgo o que las obligaban a
formas de trabajo asalariado, bajo la amenaza de encierro en
instituciones disciplinares, como cárceles y hospitales genera-
les o el trabajo forzado cuando no siempre se cumplía con las
reglamentaciones.
En la ciudad de Buenos Aires, la conformación de un mercado
de trabajo urbano, se realiza gradualmente durante la segun-
da mitad del siglo xix. En dicha conformación tienen funda-
mental importancia: la represión a ‘vagos y malentretenidos’,
la libreta de conchabo y la amenaza de la autoridad militar;
todos sistematizados por el Código Rural de 1865. La escasez
de mano de obra se compensa con la inmigración transatlánti-
ca que se masifica desde finales de la década de 1870. Hacia
1880 el mercado de trabajo funciona de manera predominan-
temente libre, siendo que la mitad de los activos del campo y
la ciudad estaban ya asalariados en el sector capitalista. Ese
proceso ocurrió en Salta cincuenta años más tarde.
mitad del siglo XX. (Michel, Azucena; Savic, Elizabeth y Pérez de Arévalo, Lilia. ‘El Conchabo
como instrumento de control social. Salta 1832 – 1939’; en Cuadernos de Humanidades N° 8,
1996: 244. En Sonia Álvarez 2004: 218).
44| Una perspectiva de derechos humanos
25
José Num es Secretario de Cultura de la Nación durante el período 2008 – 2011. En Pala-
bras de apertura al foro Seguridad y Ciudadanía, en el marco de las actividades del Bicentena-
rio. Buenos Aires, 2008. (En Kessler, G. 2009: 9-13)
26
‘Un mundo nuevo y cruel’. Entrevista con Zygmunt Bauman. En Revista Ñ, 18 Julio 2009.
http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2009/07/18/_-01960446.htm
45| Policías y Ciudadanos
uniformidad cultural, por lo que se luchaba en los años del
primer Centenario. Los grupos dirigentes, las clases políticas,
las que se adjudican la superioridad de sí, están llamados hoy
a desarrollar, aprender y practicar el arte de vivir con diferen-
cias, el arte de cooperar sin que los cooperadores pierdan su
identidad, a beneficiarse unos de otros no a pesar de, sino
gracias a las diferencias. Y las instituciones que intervienen en
la seguridad pública, como la policía, parte de un estado na-
ción debilitado ante el poder económico internacional, tiene
un papel fundamental en esta empresa por su rol articulador
entre el poder político y la ejecución de políticas de seguridad
en la ciudadanía. Las potencias que determinan la vida, las
condiciones y las expectativas que puede tener un ciudadano
común; son hoy día globales, pueden ignorar las fronteras y
las leyes del estado, mientras que la mayor parte de los ins-
trumentos políticos siguen siendo locales y de una completa
inadecuación para las enormes tareas a abordar.
A diferencia del racismo y la xenofobia que atravesaban las
políticas de seguridad en el Centenario, y de las estrategia del
poder político de aquella época para homogenizar a los inmi-
grantes bajo un sentimiento de nación, de pertenencia a una
patria; por estos días la angustia aterradora y paralizante tiene
sus raíces en la fragilidad y la inevitable incertidumbre de la
posición y las perspectivas sociales. Por un lado, se proclama
el libre acceso a todas las opciones imaginables; por otro lado,
todo lo que ya se ganó y se obtuvo es siempre precario y podr-
ía perderse y retirarse en cualquier momento.
CAPÍTULO II
CONSIDERACIONES PARA
UNA POLICIA DEMOCRÁTICA27
27
El presente capítulo se desarrolló sobre adaptaciones del Manual de Seguridad Preventiva
y Policía Comunitaria. Guatemala. IEPADES. De León Escribano y otros. Ver bibliografía.
49| Policías y Ciudadanos
social, de usos y costumbres, de ciudadanía, de derechos; por
parte del Estado; concomitantemente las clases subordinadas
se adaptaron y reconstruyeron en un juego simultáneo sus
usos y visiones del mundo. En su doble papel de dominador y
dominado, la institución policial se adaptó y cambió. Entender
ese cambio para poder visualizar lo que sería una policía mo-
derna democrática hace necesario historizar la policía local28 y
las concepciones que sobre la misma y la seguridad, tuvo el
poder político hegemónico en el país en el siglo xx, sobre todo,
en su segunda mitad, por la importancia que tuvieron sobre la
institución policial los totalitarismos latinoamericanos de los
setenta.
La ideología de la sociedad estamental de salta y el país en los
primeros cincuenta años —heredada de la época colonial—
plasmada en la identidad y la jerarquía social; hacía del honor
del género masculino una cuestión prevalente. Se sumaba la
rígida lógica racial en la que las diferencias culturales definidas
alrededor de la oposición barbarie-civilización; fueron los cri-
terios primordiales para determinar el estatus de las personas.
Barbarie - civilización, honor masculino - militarización; son
ideales concatenados en la estructura de la personalidad de
los miembros de las instituciones de seguridad que hacen uso
de la fuerza legítima del Estado. Se trata de una ideología de la
cultura mediterránea europea importada con la colonia prin-
cipalmente por los españoles conquistadores y reforzada lue-
go por la gran masa de inmigración italiana de fines del siglo
xix.
En esta ideología el honor tanto femenino como masculino
tenía dos dimensiones, una natural y otra cultural: la dimen-
28
Una tarea de historización de la Policía de Salta ha sido realizada por el policía e historiador
Oscar Rojas conjuntamente con el policía Ciro Vais y otros. Actualmente inédita.
50| Una perspectiva de derechos humanos
29
El enunciado es una de las tesis centrales en el trabajo sobre la construcción y la transfor-
mación militar de los campesinos colonos de la frontera norte de México a fines del siglo xix.
Alonso, Ana María Alonso ‘Thread of Blood. Colonialism, Revolution and Gender on Mexico’s
Northern Frontier. Hegemony and Experience: Critical Studies in Anthropology and History’.
Tucson, University of Arizona Press, 1995. (Hilo de sangre. El colonialismo, Revolución, y
Género en la Frontera Norte de México) No existe traducción al español. Una reseña bi-
bliográfica del mismo por Patricia Fernández Castro puede verse en Revista FRONTERA NOR-
TE, vol. 9, núm. 18, julio-diciembre de 1997. Versión digital en
http://aplicaciones.colef.mx:8080/fronteranorte/articulos/FN18/12-f18_Resena_Thread_of_Blood.pdf
51| Policías y Ciudadanos
'pertenecer' al grupo capaz de propiciar esos cuidados y de-
tentar la fuerza física y simbólica como herramienta funda-
mental para proveerlos.
30
Visibilizados por ejemplo en una importante cantidad de sumarios disciplinatorios internos
de la institución policial, o en las causas de violencia familiar en las que uno de los cónyuges
es policía. Y evidenciados también en el rechazo de un importante sector de la ciudadanía por
la figura policial ligada a casos de ‘gatillo fácil’, ‘abuso de autoridad’ y ‘corrupción’.
31
Maldonado Prieto, Carlos. ‘Militarización de la policía: una tendencia histórica chilena’. On
line en el Portal de la Dirección de Archivos y Bibliotecas de Chile,
http://www.memoriachilena.cl/archivos2/pdfs/MC0018154.pdf
52| Una perspectiva de derechos humanos
32
Marie-Monique Robin. ‘Escuadrones de la Muerte. La escuela francesa’. Ed. Sudamericana.
Bs. As. 2006. Existe versión documental para TV. Mientras investigaba sobre la organización
transnacional que anudaba a estas dictaduras militares de la década del ’70 en Latinoamérica,
conocida como ‘Plan Cóndor’ , esta periodista y documentalista de la TV franco-alemana pudo
visibilizar el rol secreto que cumplieron los militares franceses en esta región. El libro explica
cómo Francia y sus Fuerzas Armadas formaron a los oficiales de las Juntas del Gobierno
Militar argentino en los métodos de lucha antisubversiva, que los franceses adquirieron
durante las guerras coloniales en Indochina y Argelia.
56| Una perspectiva de derechos humanos
33
Organización de Naciones Unidas, ONU. Informe sobre el desarrollo humano 1994. Publi-
cado por Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD y Fondo de Cultura Económi-
ca FCE. México. (En Gómez Rojas, C., 2008)
57| Policías y Ciudadanos
3.- Una Policía democrática
Es posible concebir un proceso de democratización policial
coexistente con la revigorización de las fuerzas armadas alre-
dedor de sus funciones de seguridad nacional.
López Portillo34 ha referido al mismo diciendo que
La democratización policial es un proceso por medio del cual, con ba-
se en el conocimiento teórico y empírico y la aplicación de instru-
mentos técnicos, se conduce a las instituciones policiales, desde un
esquema de comportamiento signado por la arbitrariedad, hacia otro
contenido con cuatro principios: atención prioritaria al ciudadano,
respeto a la ley, a los derechos humanos y a la transparencia.
34
Ernesto López Portillo es investigador del Instituto para la Seguridad y la Democracia, A.C.,
de México. Trabaja observando procesos globalizados en las transformaciones policiales. Ver
Com. DDHH Distrito Federal, 2004 en bibliografía.
58| Una perspectiva de derechos humanos
35
Esta a-politicidad refiere a las relaciones internas a la vida institucional, de ninguna manera
a la bandería política de los policías como ciudadanos y miembros de una sociedad, de los que
61| Policías y Ciudadanos
- La no injerencia política en su funcionamiento
- La persecución únicamente de hechos criminales
- El respeto de las libertades democráticas de los ciuda-
danos, superando el modelo policial con un sentido ne-
gativo de la militarización (ver en la página 48) que se
caracterizaba por su orientación represiva contra oposi-
tores políticos, su ineficacia en la investigación del deli-
to, la corrupción y abusos de autoridad.
3.- La creación de códigos de conducta o de ética profesio-
nal y su aplicación mediante controles internos y externos
4.- Incrementar la profesionalidad de sus miembros exten-
diendo y abriendo su capacitación de manera tal de refor-
zar una carrera policial.
5.- Su función principal es la prevención del delito. La per-
secución del delito se desarrolla dentro de los límites que
establece la ley y bajo la dirección fiscal y judicial.
6.- Establecer una relación con la comunidad, que se carac-
terice por la participación de la misma en la prevención
del delito.
Existe un consenso social sobre las funciones básicas de una
moderna policía democrática:
• La prevención del delito, favoreciendo la creación de un
clima de seguridad ciudadana, disminuyendo la incidencia
criminal y generando la sensación entre la población, de un
cuerpo policial capaz de responder a sus necesidades.
• La persecución del delito, como parte del sistema de admi-
nistración de justicia, que incluye la investigación y la de-
tención.
36
Sobre adaptaciones de las intervenciones de expertos nacionales en Seguridad, con una
tradición de pensamiento en el marco de las ciencias sociales, a partir de sus intervenciones
en un debate celebrado en 2008 en el marco de acciones por el Bicentenario de la Nación,
coordinado por Gabriel Kessler. (Ver referencia bibliográfica). Se incluyen también adaptacio-
nes de la memoria del debate sobre seguridad, de expertos que trabajan desde las ciencias
sociales, celebrado por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal de México
durante 2004, el que reunió a especialistas de toda Latinoamérica. (Ver referencia bibliográfi-
ca)
63| Policías y Ciudadanos
Mundial que perfilaron en la región el concepto de ‘seguridad
nacional’ y la modificación que éste sufriera en los noventa
involucrando sustantivamente la noción de ciudadanía; ligan
estrechamente las ideas sobre la seguridad —y su contrapar-
tida la inseguridad— con las nociones sobre las acciones posi-
bles y los actores involucrados en un proceso de democratiza-
ción de la institución policial.
Existe un estado precario de conocimiento sobre la problemá-
tica de la inseguridad y un debate poco informado entre el
gran público por varios motivos, entre los que sobresalen el
tratamiento sensacionalista de los medios de comunicación, la
oscuridad en la rendición de cuentas de las policías en relación
a su administración y sus procesos internos de toma de deci-
siones, y la manera en que se generan estadísticas sobre la
seguridad, ligadas a los procesos de organización de las pro-
pias instituciones policiales.
Resulta fundamental por esta desinformación en el debate
sobre la seguridad y la inseguridad, el involucramiento de ac-
tores que han sido tradicionalmente pensados desvinculados
de la problemática. Por un lado, va surgiendo una relación
nueva e incipiente entre investigadores y miembros de los
organismos de seguridad. Concomitantemente es preciso visi-
bilizar las bases para la construcción de un modelo democráti-
co de la policía, y ver cómo puede incidir la sociedad civil en
las políticas públicas de seguridad.
Kessler37 y Binder38 han evidenciado recientemente en un de-
37
Gabriel Kessler es doctro en sociología por el EHESS de París, investigador del Conicet y
profesor asociado de la Universidad de General Sarmiento. Autor del texto Sociología del
Delito Amateur, publicado por Paidos, Bs. As., 2004.
38
Alberto Binder es abogado, profesor de posgrado de la UBA, del Comahue y de la Universi-
dad Nacional San Juan Bosco de la Patagonia; y director de CEPPAS (Centro de Políticas Públi-
cas para el Socialismo)
64| Una perspectiva de derechos humanos
39
Es trabajadora social por la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional
de México.
65| Policías y Ciudadanos
propias fuerzas de seguridad. En sectores pobres o empobre-
cidos del interior de las provincias, la amenaza aparece tam-
bién como la acción de grupos o individuos ligados al poder
local, ya sea político, policial o económico. Es preciso entonces
romper —desnaturalizar— la linealidad entre derecho, seguri-
dad y justicia.
Pérez García40 ha sostenido que en la idea de seguridad coexis-
ten dos connotaciones, una objetiva y otra subjetiva; porque
alude a la realidad palpable y al mismo tiempo a la percepción
individual o colectica del tema.
No existe correlación lineal entre delito, violencia e inseguri-
dad porque no todos los delitos ni todas las violencias generan
inseguridad en la población. Resulta difícil imaginar una defi-
nición única sobre la inseguridad en una sociedad, a la vez que
no todos los factores de inseguridad se derivan de la ruptura
de la ley por parte de la población estigmatizada como una
amenaza, ya sea por su pobreza o por pertenecer a grupos
vulnerabilizados por algún motivo discriminante. Por ejemplo,
los jóvenes de sectores populares o que viven en zonas consi-
deradas peligrosas.
En nuestro país los funcionarios estatales tomadores de deci-
siones, conciben la seguridad pública como un servicio y/o una
función que el Estado mismo debe ejercer, por lo que es una
responsabilidad compartida por los tres niveles de gobierno:
ejecutivo, legislativo y judicial. No resulta tan clara la visión
entre los funcionarios sobre la participación de la sociedad
civil en el problema de la seguridad.
Considerando esa idea de seguridad como función y servicio,
40
Gabriela C. Pérez García es investigadora del Centro de Análisis e Investigación FUNDAR,
Distrito Federal de México.
66| Una perspectiva de derechos humanos
41
Elias, Norbert. 1992 (1968). ‘El proceso de la civilización. Investigaciones sociogenéticas y
psicogenéticas’. Ver especialmente la introducción, pp 13-25. FCE, Bs. As.
67| Policías y Ciudadanos
rica (ver en la página 51). Es una idea sobre el poder que cons-
truye y distribuye a los individuos en el espacio social dotán-
dolos de jerarquías y status en relación a su género, clase so-
cial y tradición familiar de origen. Los funcionarios, al igual que
los policías, hacen del honor del género masculino una cues-
tión prevalente, enraizada en otra idea estructurante de la
personalidad de los argentinos alrededor de la oposición bar-
barie-civilización. (Ver nota 10 en la página 33) A partir de una
idea natural y otra cultural del honor masculino; funcionarios
y policías conciben el valor, la virilidad, la autonomía, el don
de mando —constituyentes ‘naturales’ de la masculinidad— y
el control de los instintos y la pasión natural por medio de la
razón y la moral —constituyentes culturales— como parte del
poder que les otorga la legitimidad de su uso en la esfera
pública y privada para ejercer el mando recurriendo por igual,
tanto al consentimiento como a la fuerza física y simbólica.
Con esa visión contradictoria del poder, en tanto uno de los
componente de la masculinidad, los funcionarios estatales a
partir de su propia estructura de personalidad igualan protec-
ción y consentimiento como provisión de servicio público, por
un lado; con dominación y ordenamiento a través de la fuerza
física y simbólica, por otro lado, como función del Estado a la
cual están llamados y legitimados tanto por la delegación so-
cial del poder, como por la visión de sí mismos de 'pertenecer'
al grupo capaz de propiciar esos cuidados y detentar la fuerza
física y simbólica como herramienta fundamental para prove-
erlos.
42
Frederic es doctora en antropología social por la Universidad de Utrecht, Holanda; e inves-
tigadora del CONICET. También profesora asociada a la Universidad Nacional de Quilmes.
75| Policías y Ciudadanos
la inseguridad o de reprimir el delito con cierto grado de éxito.
En esta dirección es preciso pensar si los conceptos que la
misma utiliza como categorías de definición que se presentan
como propios de la institución, no son en realidad creados por
la propia sociedad en que se mueve la institución policial, la
que termina apropiándose de estigmas sociales generados por
la misma sociedad. De ocurrir así, las miradas sociales y políti-
cas sobre la policía, la recargarían con lo que en realidad está
siendo un mandato social y político. La policía sería un ‘chivo
expiatorio’ de la propia sociedad en la que trabaja.
43
Marcelo Saín es doctor en ciencias sociales por la Universidad de Campinas, Brasil. Docente
e investigador del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Quilmes.
76| Una perspectiva de derechos humanos
Kessler, 2009)
Resulta necesario el involucramiento de otros actores en el
debate sobre seguridad pública, así como erradicar los prejui-
cios con los que se discute el tema. En este sentido resulta
fundamental ampliar la base de documentación y denuncia de
casos que tradicionalmente estuvo en manos de organismos
de derechos humanos. Hay que visibilizar las bases para la
construcción de un modelo democrático de la policía, y ver
cómo puede incidir la sociedad civil en las políticas públicas de
seguridad, un trabajo que puede partir, justamente, del prin-
cipal protagonista, la policía.
Natalia Tello ha sostenido que el aporte de soluciones a la
inseguridad implica necesariamente producir hechos que le
permitan a la gente orientar recíprocamente sus acciones en
base a los intereses encontrados o a veces contrapuestos de
los actores sociales involucrados: básicamente la ciudadanía,
la policía y las autoridades políticas. En la implementación de
diferentes etapas del Proyecto ‘Comunidad segura’, un mode-
lo de trabajo social para intervenir en el problema de la inse-
guridad pública; pudo observar la desconexión institucional
entre funcionarios políticos, personal de seguridad y la ciuda-
danía. Las personas de las instituciones de seguridad y de la
función pública - política, surgieron de la sociedad pero se han
desvinculado de ella. La función ‘se come al sujeto’ y lo que
permanece es una figura abstracta que se impone a los miem-
bros de la sociedad como algo dado e inamovible.
Consecuencia de la desconexión es la percepción naturalizada
de la gente sobre la institución de seguridad y sobre los fun-
cionarios políticos involucrados.
77| Policías y Ciudadanos
A los ojos de la sociedad, las autoridades son corruptas e ineficientes,
responden a sus intereses, los de su grupo o los de su partido. Las y
los policías son actores a su servicio que prolongan la cadena de la
corrupción, se alían con los delincuentes y les brindan protección en
vez de cumplir con la función que la sociedad les otorgó; siendo la
principal consecuencia el deterioro de las relaciones sociales hasta el
grado de llegar a fracturarse, con lo que aparecen dos bandos: el de
la comunidad, por un lado, y el de l@s policías y l@s autoridades por
el otro, que paulatinamente van desarrollando antagonismos irre-
conciliables.
44
León Carlos Arslanian es abogado por la UBA. Ha sido juez de la Cámara Federal de la
Capital, Ministro de Justicia de la Nación y Ministro de Justicia y Seguridad de la Provincia de
Bs. As.
78| Una perspectiva de derechos humanos
45
Arslanián define la autonomización policial como el crecimiento policial en responsabilida-
des que no le debían ser propias y que sin embargo las debió asumir.
79| Policías y Ciudadanos
de la inseguridad. Es un nuevo punto de partida para la refun-
dación del pacto social y moral que sostiene todo lo social
sobre la creencia de la gente en el funcionamiento de las insti-
tuciones para satisfacer los motivos por los que surgieron. Sin
embargo en Salta es precios generar el debate y fortalecer la
demanda del mismo por parte de la sociedad civil.
Arslanián sostiene que toda reforma democrática de la policía
debiera buscar restituir a los jefes policiales su verdadero rol
de conducción operativa; en tanto fija un lugar en el que se
dividen las aguas y la responsabilidad: La conducción policial
es profesional y es de los policías; la conducción estratégica es
transversal a una serie de problemas y es producible por quie-
nes detentan el poder político y la información que a partir de
él manejan.
46
‘Prevenir’ implica anteponerse o adelantarse a posibles circunstancias que puedan ser
80| Una perspectiva de derechos humanos
previamente solventadas o por lo menos consideradas, de modo tal de poder optar por las
herramientas o condiciones, para que a su paso no ocasionen mayores problemas.
81| Policías y Ciudadanos
Cuando la prevención se realiza en un ámbito orientado a
víctimas y delincuentes, se suscribe a una visión restitutiva y
no vindicativa, lo que implica que esta se base en la educación
del infractor y la restitución y protección a la víctima, pro-
curándosele acceso a la ayuda profesional (legal, psicológica,
médica, económica, material, etc.)
47
El flujo de información en el esquema del acercamiento policía - comunidad, no implica ver
al ciudadano como un informante, ya que dicha circunstancia incidiría en alentar sentimientos
de desconfianza y peor aún peligrando la seguridad de los individuos. La información vital, no
necesariamente es aquella que señala o alimenta la sospecha contra individuos o grupos, más
bien es aquella que permite: conocer, organizar, accionar, coincidir o unificar esfuerzos en
función de mejorar las capacidades de la población para enfrentar cualquier tipo de riesgo.
90| Una perspectiva de derechos humanos
comprueban a diario.
Estas dificultades, sin embargo, se ven acrecentadas por no
tener en cuenta aspectos que la teoría de las organizaciones
hace ya mucho tiempo destacó como necesarios para conse-
guir la implantación de un cambio organizativo de magnitud.
El punto de partida para conseguir profesionales motivados es
la decisión de empezar por tratar al personal policial como
auténticos profesionales y dar a los grupos informales en los
que el personal comparte la vida cotidiana de la institución, la
atención que merecen como condicionantes de las actitudes
de cada uno de sus miembros. No se debe olvidar que el tra-
bajo diario de un Policía se desarrolla en el seno de un grupo,
formado con otros policías que actúan con sus mismos condi-
cionantes. La actividad concreta de cada día se realiza efecti-
vamente solo o en pareja, pero la presencia del grupo se hace
patente en casi todas la intervenciones que realiza un policía
durante su servicio.
En todo grupo humano se produce una serie de interacciones
que contribuyen a identificarlo como grupo y a cada uno de
sus miembros. En el caso de la Policía estas interacciones son
poderosísimas y constituyen la esencia del propio grupo.
Todo policía sigue en sus actuaciones unas pautas influidas por
múltiples factores, pero muy especialmente por los diferentes patro-
nes informales de comportamiento, que se hallan previamente esta-
blecidos en su grupo de referencia profesional: su pequeño grupo.
48
Tomado del Manual de Seguridad Preventiva y Policía Comunitaria. Guatemala 2004. Ver
referencia bibliográfica al final.
96| Una perspectiva de derechos humanos
CAPÍTULO III
ORIGEN Y EVOLUCION
DE LA INSTITUCION POLICIAL49
49
El texto del presente capítulo se desarrolló a partir de adaptaciones de dos clases de Mi-
chel Foucault , durante un curso del autor en el Collège de France durante fines de 1977 y
principios de 1978. Ver bibliografía al final.
50
Al respecto resulta ilustrativo el texto de la Carta Magna otorgada por Juan Sin Tierra en
1215, documento que algunos textos de derechos humanos ponen en el primer lugar de los
antecedentes jurídicos acerca de la protección de los mismos.
99| Policías y Ciudadanos
paladines51 de la fe por acción de la Iglesia Católica. Ésta,
basándose en el apego a los sentimientos religiosos de mu-
chos de ellos, los sometió a un tipo de comportamiento con-
forme a preceptos cristianos, útil a los intereses de la Iglesia.
De esa fusión entre moral cristiana y arte guerrero nace la
ética caballeresca, que regulará el ejercicio de la guerra según
las reglas dadas por la Iglesia en la Alta Edad Media.
Toda la acción bélica de la época tenía un soporte simbólico
religioso dentro del cual el caballero era una especie de sacer-
dote de la guerra. Por ello es la época de las órdenes monásti-
cas como los Templarios ó Caballeros del Temple. Llenos de
una solidaridad guerrera con sus iguales y de piedad por los
demás que los distinguía de los campesinos y aldeanos, esos
caballeros estaban llamados a la protección de la religión y la
fe, a la defensa de los débiles y oprimidos, a la tutela de la
justicia, a traer la paz al pueblo de Dios y llevar el castigo a los
enemigos. En este contexto caballero que significa literalmen-
te ‘hombre que va montado a caballo’, pasa a designar algo
diferente y superior, alguien que tiene por profesión el com-
bate y vive su vida de acuerdo a reglas y altos ideales.
Esta visión se muestra en toda su potencia en los poemas épi-
cos, La Canción de Gesta la guerra contra los árabes en España
o las cruzadas cristianas frente al mundo musulmán.
Ese momento de la historia común a la profesión de todas las
instituciones que detentan el uso legítimo de la fuerza del Es-
tado es muy significativo. Un pensamiento ético - ideológico,
el de la Iglesia Católica, ha sometido el uso de la violencia de-
ntro de reglas. Convierte a los que la tienen como profesión a
100| Una perspectiva de derechos humanos
52
Ver Louis Turquet de Mayerne (1550 – 1615). La Monarchie aristodémocratique, ou le
Gouvernement composé et meslé des trois formes de legitimes Republiquies. París. Jean
Berjon et Jean le Bouc. 1611. Otro autor en Alemania, cien años después: el conde Hohenthal.
Liber de Politia, adspersis abservationibus de causarum politiae et justitiae differentiis. Leip-
zig. 1776. En Foucault, 2006.-
103| Policías y Ciudadanos
dos del siglo xvii de un autor alemán que puede considerarse
el más grande de los teóricos de la policía por aquel entonces:
Gottlob von Justi53. Para este autor la policía era el conjunto de
las leyes y reglamentos que conciernen al interior de un Estado
y se consagran a consolidar y acrecentar su poder y hacer un
buen uso de sus fuerzas54. Estos autores no hablan todavía de
‘ciudadanos’, concepto que surge asociado a la idea de demo-
cracia en sentido moderno, el cual recién se está formando
por los siglos xvi y xvii, y que está claramente definido ya a
fines del siglo xviii durante la revolución francesa.
Para comprender y explicar el surgimiento y evolución de la
institución policial desde el siglo xvi en Europa, es útil recono-
cer los pilares constitutivos de toda cultura: 1.- lo social y el
mundo de las ideas, 2.- lo político y el mundo del orden y el
gobierno; y 3.- la economía y el mundo de las condiciones ma-
teriales de existencia y producción y reproducción de la vida.
Las culturas evolucionan porque se transforman estos pilares
fundamentales que están en permanente interacción. Respec-
to de las condiciones materiales de existencia y producción,
hacia el siglo xvii en Europa está ocurriendo un proceso de
transformación productiva emparentado con el surgimiento
de los estados modernos que va a desplazar a las viejas formas
53
Gottlob von Justi (1720 – 1771) Elemènts generaux de pólice. Fue a la vez un profesor y un
práctico. En un principio fue profesor en Viena en un establecimiento destinado a la educa-
ción de jóvenes nobles. Hacia 1760 se etableción en Berlín donde el rey Federico II le confió
un cargo de administrador general de minas. Mientras fue profesor su pensamiento se centra
en el bienestar del Estado, en cambio siendo administrador el Estado, al final de su vida, su
pensamiento se centra en el bienestar de los individuos.
54
Traducción de la definición de von Justi, de mediados del siglo xviii sobre la policía: … ‘bajo
el nombre de policía se comprenden las leyes y reglamentos que conciernen al interior de un
Estado que tienden a consolidar y acrecentar su poder, a hacer un buen uso de sus fuerzas, a
procurar la felicidad de sus súbditos; en una palabra, el comercio, la hacienda, la agricultura,
la explotación de minas, los bosques, las forestas, etc. Visto que la dicha del Estado depende
de la sabiduría aplicada a la administración de todas las cosas’… En Foucault, 2006.
104| Una perspectiva de derechos humanos
55
Sistema económico que atiende en primer término al desarrollo del comercio, principal-
mente al de exportación, y considera la posesión de metales preciosos como signo caracterís-
tico de riqueza.
105| Policías y Ciudadanos
estados en desarrollo no conseguía estructurar una buena
policía se corría el riesgo de descompensar todo el sistema56.
Sin embargo, para el mantenimiento del equilibrio europeo de
comercio y productividad en constante aumento no bastaba
con el orden interno mantenido y logrado por la policía: hacía
falta conocer cuál era la fuerza productiva de cada estado y la
del otro. Ese conocimiento se logra mediante el desarrollo de
la estadística, un principio de desciframiento de las fuerzas
productivas de un Estado. Es la policía por su desarrollo desde
principios del xvi quién está en condiciones de hacer las es-
tadísticas para el gobierno del estado. En cada uno de ellos,
para uso de sí mismo y de los otros estados, es preciso cono-
cer cuál es la población, cuál es el ejército, cuáles son los re-
cursos naturales, cuál es la producción, cómo y cuánto es lo
que se comercia, cómo la circulación monetaria. La estadística
se establece a través de la policía porque es ésta la encargada
de desarrollar las fuerzas productivas del Estado, lo que impli-
ca necesariamente que pueda identificar con exactitud sus
posibilidades, límites, mecanismos. La policía hace necesaria la
estadística, pero también la hace posible.
El conjunto de procedimiento introducidos para incrementar
las fuerzas, combinarlas, desarrollarlas, todo ese conjunto
administrativo, es el que le permite a la policía mostrar en
cada Estado en qué consisten las fuerzas productivas y donde
se encuentran las posibilidades de su desarrollo. Hacia el siglo
xvii policía, estadística y equilibrio europeo se condicionan
uno a otro.
56
Así va surgiendo también una policía interestatal que siglos después será el Derecho Inter-
nacional.
106| Una perspectiva de derechos humanos
y tradiciones de pensamiento
en las policías europeas de los siglos xvii y xviii.
La idea dominante a partir de la necesidad de mantener el
equilibrio de comercio y productividad europea por aquellos
siglos, según la cual debía ser en cada estado la institución
encargada del crecimiento de sus fuerzas constitutivas, no
tuvo siempre la misma forma ni surgió con la misma armazón
teórica, ni adoptó los mismos instrumentos en los diferentes
Estados. No se puede encontrar una misma forma de re-
flexión ni una misma institucionalización de la policía en los
diferentes países europeos. Sobre esas diferencias nos referi-
remos a los casos de Italia, Alemania y Francia.
Tanto Italia como Alemania son estados que llegan a su consti-
tución en condiciones de gran fragmentación territorial. Sin
embargo esa fragmentación desemboca en procesos sociales
muy diferentes en relación a la constitución de la policía.
En la Italia del xvii la policía falta como institución y también
como forma de análisis y reflexión social. La fragmentación
territorial de Italia, su relativo estancamiento económico a
partir del xvii, la dominación política y económica extranjera y
la presencia de la iglesia como institución universal y al mismo
tiempo localizada en su territorio, hicieron que la problemáti-
ca del crecimiento de las fuerzas internas para sumarse al
equilibrio europeo no fuera una preocupación de los gober-
nantes cuya prioridad absoluta era el equilibrio regional de
fuerzas plurales, todavía no unificadas y posiblemente imposi-
bles de unificar. En ese estado de cosas, era la diplomacia y no
la policía la institución de gobierno más predominante. Es la
gran fragmentación territorial italiana la que produce una si-
tuación de vida en guerrilla permanente entre fuerzas muy
107| Policías y Ciudadanos
plurales sobre las que era prioritario el equilibrio regional: los
partidos, los sindicatos, la iglesia, las clientelas, el norte, el sur,
la mafia, etc.
En Alemania la división territorial produjo un efecto diferente.
Lo ocurrido fue una sobre problematización de la policía, un
desarrollo teórico y práctico intenso sobre la misma como
mecanismo de acrecentamiento de las fuerzas del Estado. La
gran fragmentación territorial en una sociedad donde la me-
moria social aludía todavía entonces a la gran unidad del sacro
imperio romano, resultó en la formación de cantidad de pe-
queños estados, intermediarios entre las viejas estructuras
feudales y los grandes estados modernos. Esos mini estados
emergentes en el siglo xvii en el territorio que hoy es Alema-
nia, constituyeron espacios privilegiados para la experimenta-
ción estatal. Con la lenta transformación de su vieja estructura
feudal, Alemania no tenía lo que si existía en Francia: un per-
sonal administrativo establecido que se encargara del desarro-
llo de las fuerzas del Estado. En la sociedad alemana ese per-
sonal saldría de las Universidades. Mientras las universidades
francesas no dejaban de perder peso e influencia tanto por el
desarrollo administrativo del estado en manos de gente que
había estado ligada a la corte, como por la gran influencia de
la iglesia católica; en Alemania las universidades se convirtie-
ron a la vez en lugares de formación de los administradores
que debían ocuparse del desarrollo de las fuerzas del Estado, y
de reflexión sobre las técnicas idóneas para permitir el creci-
miento de esas fuerzas. Por eso es en las universidades ale-
manas del siglo xvii y xviii que surge lo que no ocurrió en nin-
guna otra parte por entonces: una ciencia de la policía.
En Francia el desarrollo rápido de la unidad territorial, la cen-
tralización monárquica y administrativa; motivó que la pro-
108| Una perspectiva de derechos humanos
57
Por ejemplo Fénelos de la Mothe (1651 – 1715). Exámen de la conscience sur des devoirs
de la royauté. Neaulme, La Haya 1747. Era preceptor del duque de Borgoña en 1689. Otro
importante pedagogo francés fue Claude Fleury.
58
Se conoce a partir de estudios de investigación realizados por Michel Foucault en 1978,
sobre la obra en alemana de Turuquet de Mayerne, La Monarchie aristodémocratique, de
109| Policías y Ciudadanos
por entonces, a la que se agrega una cuarta que sería la polic-
ía. Había así cuatro grandes funcionarios o ministros llamados
‘oficiales mayores’: el ‘canciller’ para ocuparse de la justicia, el
‘condestable’ para ocuparse del ejército, el ‘superintendente’
para ocuparse de hacienda; y el ‘reformador general de la po-
licía’, que debía fomentar en el pueblo una vida con modestia,
lealtad, de trabajo y de buenas costumbres. Este reformador
general tenía a su cargo cuatro oficinas o áreas en cada una de
las provincias del territorio: 1.- la oficina de policía propia-
mente dicha, la que se encargaba de la instrucción de los ni-
ños y jóvenes en oficios útiles y necesarios para el desarrollo
de la producción; y de introducirlo en las buenas costumbres y
en el uso de las armas; encargándose también del registro de
la profesión de las personas59; 2.- la oficina de caridad; se
ocupaba de los pobres sanos a quien les daba un trabajo o los
obligaba a tomarlo; y de los pobres enfermos o inválidos a
quien entregaba subvenciones; es la que se encarga de la sa-
lud pública en tiempos de epidemias y en todo momento;
ocupándose también de los accidentes ocasionados por el
fuego, por inundaciones o cualquier otro que arrastre a las
familias a la indigencia y la miseria. Podía también prestar di-
nero a pequeños artesanos y campesinos para que pudieran
producir sin recurrir a los usureros; 3.- la oficina de los comer-
ciantes, encargada de regular los problemas de mercado, de
fabricación y elaboración de tal modo de favorecer el comer-
cio en todo el territorio del reino; 4.- la oficina de la propie-
60
Era una escuela de pensamiento económico del siglo XVIII fundada por F.Quesnay y Anne
Jacques Turgot en Francia. Afirmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen fun-
cionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la intervención del gobierno. Su
doctrina queda resumida en la expresión «laissez faire, laissez passer» (dejar hacer, dejar
pasar).
114| Una perspectiva de derechos humanos
61
La obra fue escrita en idioma francés, sin embargo es una referencia obligada para los
alemanes a lo largo de todo el siglo xviii, recuperando a su vez gran parte del pensamiento y
los códigos alemanes, por lo que se la considera el texto más difundido y legitimado de la
época sobre la policía. Consta de tres tomos que fueron publicados en País, en 1705, 1710 y
1719 respectivamente; reeditados muchas veces a lo largo del siglo xviii.
115| Policías y Ciudadanos
urbanos. Urbanos en el sentido que algunos de ellos solo exis-
ten en la ciudad y porque hay una ciudad: las calles, las plazas,
los edificios, el comercio, las manufacturas; la salud, la subsis-
tencia, los medios para impedir la escasez, la presencia y circu-
lación de mendigos y vagabundos. Generalizando, son pro-
blemas de coexistencia cuando aumenta el número de perso-
nas que van a vivir juntas.
Otro de los problemas que hace necesaria el surgimiento de la
policía es el comercio; en relación a todo tipo de intercambios,
compra y venta, que son problemas de la ciudad. La policía
surge reglamentando el modo en que se pueden poner en
venta las cosas, a qué precio, en qué momento. Es un proble-
ma de intercambio, fabricación, distribución y puesta en circu-
lación de las mercancías; y de las propias personas.
Una tercera institución que antecede y determina el surgi-
miento de la policía es la gendarmería. Le antecede pero no se
transforma en policía, ambas instituciones se diferenciarán
posteriormente con objetos y funciones específicas. En el siglo
xvii la gendarmería era una fuerza armada por el poder centra-
lizado del rey para evitar sobre el territorio las consecuencias
y desórdenes resultantes de las guerras, controlando la disolu-
ción de los ejércitos cuando las mismas terminaban. Los sol-
dados que a menudo no habían recibidos su paga, desbanda-
dos constituía una masa flotante de individuos destinados a
tolas las ilegalidades posibles. Sobre esta función de la gen-
darmería, la policía específicamente se concentrará en man-
tener el orden en las ciudades, si bien en muchas oportunida-
des se intersecarán en tanto es una época que se va haciendo
del reino, del territorio, una especia de gran ciudad. La organi-
zación del territorio total del Estado bajo la lógica de la ciudad,
perfilará la policía en la ciudad y a la gendarmería a lo asuntos
116| Una perspectiva de derechos humanos
62
… ‘que los reglamentos de policía son de otro orden que las demás leyes civiles [ ] las
materias de policía son asuntos de cada instante y en los que de ordinario se trata de poca
cosa: por tanto, las formalidades son apenas necesarias. Las acciones de la policía son prontas
y ellas se ejercen sobre cosas que suceden todos los días, los grandes castigos, en consecuen-
cia, no son adecuados a ellas. La policía se ocupa a perpetuidad de los detalles: los grandes
ejemplos, entonces, no están hechos para ella’ … (Montesquieu, De l’esprit des lois)
117| Policías y Ciudadanos
mas de hacerlo y encauzarlo en beneficio de toda la sociedad,
se plasman en sistemas de pensamiento en torno a la eco-
nomía y materializan relaciones de poder sobre la manera en
que en un determinado momento histórico se organiza la pro-
ducción para el bienestar y crecimiento de la sociedad.
La policía surgió en los siglos xvi y xvii bajo la rúbrica del mer-
cantilismo; un modo de pensar la economía como técnica y
herramienta del poder de los estados en la competencia en
Europa dando fuerza a las relaciones entre los estados a través
del comercio, bajo la necesidad de mantener el equilibrio co-
mercial en todo el continente. Exigía que cada país intentara
tener la población más numerosa posible, que se consagre en
su totalidad al trabajo, que los salarios percibidos fueran los
más bajos posibles para que el costo de las mercaderías fuera
lo más bajo posible y esto permitiera vender grandes volúme-
nes al extranjero asegurando la importación de oro a las arcas
del estado. Es la policía la que garantiza que todo esto suceda,
organizando las relaciones entre las personas y la producción
o el trabajo.
A mediados del siglo xviii las formas de resolver los problemas
económicos y la circulación de granos, productos, mercancías
y personas, cambiarán radicalmente. Con ello cambia la fun-
ción de la institución policial, se somete a una gran transfor-
mación.
Para evitar la escasez y que el grano sea abundante, es preciso
pagarlo bien. Cambia la política de un grano abundante y ba-
rato en función del bajo salario de los obreros, de la época
anterior.
El grano se estabilizaría en un precio justo con un mercado
118| Una perspectiva de derechos humanos
63
En las tesis del libre comercio y la no intervención del Estado en materia de economía
sostenido por los economistas liberales del siglo xviii y por los neoliberales del xx, el mercado
regularía el precio de los granos (y por extensión de todas las mercancías) en un equilibrio
justo porque al tener éste un precio elevado, los agricultores no dudarían en sembrar la
mayor cantidad posible, precisamente porque esperarían obtener muchos beneficios a partir
del buen precio. Cuanto mayor sean las cosechas menor será la tentación de acumular el
grano para momentos de escases.
64
Aprovechando los altos precios existentes en el exterior para enviar vender afuera la mayor
cantidad posible de granos y permitir el alza de los precios internos para que el grano extran-
jero pueda ingresar.
119| Policías y Ciudadanos
procura el máximo beneficio para sí mismo, en detrimento si es ne-
cesario del propio estado, permitirá a la población en su conjunto
beneficiarse de la conducta de los particulares.
CAPÍTULO IV
PROFESIÓN POLICIAL, MEMORIA
Y PACIFICACIÓN DE LA SOCIEDAD65
1. El uso de la coerción
Cada vez es más necesaria la incorporación de temas éticos y
morales en el currículum docente de la profesión policial por-
que es una actividad orientada a la acción; y es precisamente
la ética una herramienta que permite justificar o condenar las
conductas reales de los seres humanos mediante el uso de
principios y valores.
La institución policial tiene como centro una acción muy espe-
cial y de gran responsabilidad frente al conjunto de la socie-
dad: usar la fuerza física para hacer efectiva la capacidad de
65
Parte del presente capítulo se desarrolló a partir de modificaciones del texto del Manual de
Derechos Humanos para las Fuerzas Armadas, confeccionado por el Instituto Interamericano
de Derechos Humanos. Ver cita bibliográfica al final.
125| Policías y Ciudadanos
violencia legítima66 de que está revestido el Estado soberano
frente a los conflictos.
El personal policial es depositario de un mandato para actuar
de manera que al resto de los ciudadanos les está prohibido, y
que incluye consecuencias tan graves como la muerte de seres
humanos. Por lo mismo, los policías sólo pueden ejercer ese
mandato con una alta responsabilidad moral y, en primer lu-
gar, solo a requerimiento del poder civil y bajo el imperio de la
Constitución y las Leyes.
Las situaciones de enfrentamientos violentos que son uno de
los escenario posibles de la actividad profesional de un policía,
están actualmente despojadas de ese velo heroico o caballe-
resco que parecía recubrir la violencia de las armas en la anti-
güedad y que ayudaba a ocultar la dramática fealdad de la
violencia masiva en los enfrentamientos. El Siglo xx hizo apa-
recer a la violencia física desnuda en todo su horror. En una
dimensión industrial y burocrática, además de llevar la muerte
a más de doscientos millones de personas, la mayoría civiles
indefensos, generó como reacción un fuerte movimiento por
la paz y los derechos humanos, que ha modificado profunda-
mente la forma de ver el papel y la organización de las institu-
ciones del Estado legitimadas al uso de la fuerza.
Los ‘Derechos Humanos’ están ligados a un proceso de madu-
ración y pacificación de las sociedades. En Argentina cobraron
fundamental vitalidad a partir del surgimiento de una serie de
66
El concepto violencia legítima es una categoría jurídico - política que caracteriza al Estado
moderno y su principal atributo, la soberanía. Desde esta perspectiva, se puede objetivar el
principio de la subordinación policial al poder político legítimamente constituido y, en segun-
do lugar, la responsabilidad por el uso indebido (no legítimo) de la fuerza. Para mayor infor-
mación ver HELLER, Herman "La Soberanía". Fondo de Cultura Económica. México 1995;
TRUYOLYSERRA, Antonio, "Historia de la Filosofía Política", Tomo II. Alianza Universidad,
Barcelona, España, 1978.
126| Una perspectiva de derechos humanos
2. La profesión policial
Toda profesión enfrenta problemas específicos en su moder-
nización. Para un policía ello es especialmente complejo. Su
127| Policías y Ciudadanos
deber principal consiste en proveer de seguridad a la pobla-
ción frente a cualquier amenaza. Pero esas amenazas han
cambiado en el mundo actual. Hoy, provienen en gran medida
de asimetrías como el terrorismo, el narcotráfico, y el crimen
organizado. Esas amenazas se desarrollan en el seno mismo
de la sociedad y adquieren un carácter transnacional lesio-
nando a todos los Estados por igual e imprimen un sentido
determinado a la concepción de seguridad (ver en la página
56).
Las instituciones de seguridad perciben el desafío y saben que
están enfrentadas a un proceso de cambio. El mundo, ante
esta realidad, pasa de una seguridad basada en cuerpos de
‘efectivos’ convencionales, a una seguridad basada en inteli-
gencia, interoperatividad, velocidad y cooperación; en la cual
la fuerza debe usarse de una manera controlada y con la ma-
yor precisión posible 67.
Este cambio incluye la convicción profunda de que la demo-
cracia es el sistema que brinda las mejores oportunidades de
desarrollo para una nación a partir de los principios de la liber-
tad, el pluralismo, la tolerancia, la justicia y el desarrollo
económico como elementos virtuosos para la gobernabilidad
política y la cohesión de la nación.
La policía es en este escenario, un componente esencial y
permanente del poder y la organización del Estado, como ga-
rantía frente a cualquier amenaza.
67
Sobre este tema ver: SOHR, Raúl, "Las Guerras que nos esperan”. Ediciones B.
Grupo Editorial Z. Barcelona, España, 2000.
128| Una perspectiva de derechos humanos
68
HOBSBAWM, Eric, "Historia del Siglo XX", Grijalbo y Mondadori. Barcelona, 1995.
138| Una perspectiva de derechos humanos
69
Mariana Caviglia. ‘Dictadura, vida cotidiana y clases medias. Una sociedad fracturada’.
Prometeo, Bs. As., 2006.
141| Policías y Ciudadanos
de la culpa de la matanza genocida entre hermanos. Sin em-
bargo, no se puede negar que también han existido en la insti-
tución miembros para los cuales los ideales de la paz y la liber-
tad no valen nada.
El trabajo de memoria activa pendiente en la institución poli-
cial no implica hacer un análisis histórico de esos aconteci-
mientos porque la memoria es diferente de la historia. La
memoria es un marco vivo natural en el que el pensamiento
puede apoyarse para conservar y encontrar la imagen de su
pasado. Es una corriente de pensamiento continua que se
perpetúa y se actualiza en el tiempo. La historia puede formar
parte de la memoria. Es un conjunto de acontecimientos pa-
sados que fueron elegidos, comparados y clasificados según
necesidades y reglas que no se corresponden con las de quie-
nes los mantienen vivos en sus memorias y en sus actos. La
historia intenta generar cierta continuidad allí donde se han
producido quiebres y donde ha operado el olvido.
En ese trabajo de memoria aún pendiente, el punto de partida
no es la realidad histórica, los acontecimientos que la historia
señala, nombra y pone sobre la mesa; sino los actos, emocio-
nes y sentimientos que la memoria recupera del pasado desde
un acontecimiento vivo y directo en este tiempo.
CAPÍTULO V
CONSIDERACIONES GENERALES
SOBRE DERECHOS HUMANOS70
70
El presente capítulo se desarrolló a partir de modificaciones del texto del Manual de Dere-
chos Humanos para las Fuerzas Armadas, confeccionado por el Instituto Interamericano de
Derechos Humanos. Ver cita bibliográfica al final.
145| Policías y Ciudadanos
Constitución, la Ley y el Derecho Internacional reconocen en
favor de todas las personas y que les garantizan el libre y ple-
no ejercicio de sus derechos y libertades, sin distinciones de
sexo, raza, nacionalidad, origen social o posición económica,
religión, forma de pensar, participación política o por cual-
quier otra causa. Se expresan socialmente en un pacto moral y
social.
La tradición de pensamiento sobre derechos humanos puede
concebirse ligada a un proceso de maduración y pacificación
de las sociedades. En Argentina cobró fundamental vitalidad a
partir del surgimiento de una serie de organizaciones que lu-
charon en contra de la desaparición, el encarcelamiento y el
asesinato de personas en un proceso al que se alude actual-
mente como ‘terrorismo de estado’. Se potencian y extienden
a partir de la lucha de esas organizaciones, pero no se agotan
en ese tema. Como parte del proceso de pacificación de la
vida, se introducen cada vez más en las ideas que de la vida
misma tienen las sociedades.
Los derechos humanos van más allá de un listado de derechos
individuales o colectivos que los Estados se comprometen a
respetar y garantizar en favor de la persona humana sin dis-
tinción. Responden a principios inherentes al logro de una
calidad de vida y un proyecto de vida para todas las personas,
lo cual tiene fundamento en los principios de solidaridad,
igualdad y universalidad. El derecho a la paz, vendría a ser un
fin superior a satisfacer, aún cuando pudiera no estar así con-
sagrado en las Constituciones Políticas. La institución policial
tiene así, una misión a cumplir, y como tal, el principal desafío
es prevenir el conflicto y accionar la fuerza solo en casos cla-
ramente necesarios.
‘Una cultura de paz consiste en valores, actitudes y conductas que
plasman y suscitan a la vez interacciones e intercambios sociales ba-
146| Una perspectiva de derechos humanos
3. Características
de los Derechos Humanos
Los derechos humanos son derechos universales, indivisibles, integra-
les, interdependientes, complementarios, irrenunciables, imprescrip-
tibles, inalienables e inviolables.
71
Son derechos de las víctimas y de los imputados de delitos
157| Policías y Ciudadanos
poran directamente en el orden jurídico interno de los Estados
sin necesidad de desarrollo legislativo posterior. Imponen
obligaciones a los Estados a fin de que adopten medidas para
su respeto y garantía72.
• Las declaraciones internacionales. Son aprobadas en confe-
rencias internacionales, y en muchas ocasiones son adoptadas
en la Asamblea General de la ONU y de la OEA. No tienen la
misma fuerza jurídica que los tratados, pero los Estados, con-
forme a las obligaciones contraídas en la Carta de la ONU y en
la Carta de la OEA, deben cumplirlas de ‘buena fe’73. La Decla-
ración Universal de Derechos Humanos (ONU) y la Declaración
Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (OEA), ge-
neran obligaciones jurídicas directas para todos los Estados
Miembros de esas organizaciones internacionales.
• Las resoluciones internacionales. Son aprobadas por los
órganos internos de las Organizaciones Internacionales (ONU,
OEA). Tienen fuerza política y moral. No tienen la misma fuer-
za jurídica que los tratados, pero los Estados, conforme a las
obligaciones contraídas en la Carta de la ONU y en la Carta de
la OEA, deben cumplir de ‘buena fe’ las resoluciones sobre
derechos humanos74.
72
Se pueden mencionar, por ejemplo, los siguientes tratados: El Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (ONU); el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (ONU); la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes (ONU): la Convención sobre los Derechos del Niño (ONU); la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (OEA); la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (OEA); y la Convención interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas (OEA), entre otros.
73
Se pueden mencionar, por ejemplo, las siguientes declaraciones internacionales: la Decla-
ración Universal de Derechos Humanos (ONU); la Declaración sobre los Principios Fundamen-
tales de Justicia para las Víctimas de Delitos y del Abuso de Poder (ONU); la Declaración Ame-
de los Derechos y Deberes del Hombre (OEA); y la Declaración sobre el Derecho de los Pue-
blos a la Paz (ONU).
74
Se pueden mencionar, por ejemplo, tu siguientes resoluciones internacionales: el Código
158| Una perspectiva de derechos humanos
Limites ordinarios
Hay limitaciones legítimas al ejercicio efectivo de los derechos
humanos en razón de la protección de los derechos de los
demás, como el derecho a la vida, el derecho al honor, la vida
privada (individual y familiar), la moral social, la salud pública,
el bienestar general, el bien común, la seguridad nacional, la
seguridad ciudadana, el orden público, la paz pública, la tran-
quilidad interior, la prevención e investigación del delito y el
interés de la administración de justicia. No obstante, la tónica
no es establecer limitaciones generales o previas, sino un ba-
lance adecuado entre los derechos y los deberes correlativos
de las personas.
Se debe evitar el abuso de las limitaciones a los derechos
humanos y, especialmente, la utilización de falsas invocacio-
nes para justificarlas. En la experiencia de nuestro país y en
general en América del Sur, durante los años setenta y ochen-
Límites extraordinarios
75
Por ejemplo, el derecho a la propiedad privada debe ceder ante la necesidad de que las
fuerzas policiales puedan realizar operaciones de rescate a personas secuestradas en casas de
particulares.
160| Una perspectiva de derechos humanos
flictos armados.
9. Estado de Derecho
Estado de Derecho es un sistema jurídico político en el que impera la
legalidad democrática para todos por igual; se reconocen y respetan
plenamente los derechos humanos y las libertades fundamentales; y
en el que el Estado es responsable por sus actos frente a los particu-
lares, con sujeción al control de órganos jurisdiccionales indepen-
dientes.
76
Por ejemplo, los grupos paramilitares y/ó grupos conformados para operar en materia de
seguridad.
164| Una perspectiva de derechos humanos
77
Luis González Placencia es investigador del Instituto de la Judicatura Federal de México.
Ponencia en el seminario ‘Seguridad pública, prevención del delito y derechos huma-
nos…’2004, ver bibliografía.
166| Una perspectiva de derechos humanos
78
Rapisardi, Flavio. ‘Regulaciones políticas: Identidad, diferencia y desigualdad. Una crítica al
debate contemporáneo.’ En Sexualidades migrantes. Género y transgénero. Diana Maffía
compiladora.
168| Una perspectiva de derechos humanos
79
Presentamos una situación como ejercicio: a una persona viviendo con VIH/SIDA se le viola
el derecho civil a la vida si el Estado no le provee el acceso adecuado a la salud, como derecho
social. Describir cómo interactúan los derechos en el caso, con cuáles otros se relaciona.
169| Policías y Ciudadanos
cierto tipo de entrenamiento. En una operativo, un parapolicial, que no es funcio-
nario estatal, amenazó a un civil para que facilitara información sobre el paradero
de ciertas personas presumiblemente vinculadas con la insurgencia. Al día siguien-
te, le propinó una paliza para amedrentarle de nuevo.
a) ¿Se puede responsabilizar al Estado por violación de de-
rechos humanos por los actos del paramilitar? Razone la
respuesta.
b) ¿El parapolicial solamente es responsable por la comi-
sión de un delito?
c) ¿Se puede demandar al Estado por daños y perjuicios por
el acto del parapolicial?
4) Presentamos caso: Un grupo de personas pertenecientes a una organización no
gubernamental ambientalista ha iniciado una serie de protestas contra la autoriza-
ción para realizar una tala masiva de árboles que ha dado el Intendente del Muni-
cipio donde está asentada su Central Policial.
Las acciones de los ambientalistas consistieron, en principio, en ocupar la Plaza
Central del Municipio y manifestar frente a la Municipalidad. Algunos de los diri-
gentes de la organización han incitado a los manifestantes a realizar un bloqueo a
la entrada de la Central de Policía.
Los manifestantes se concentran en la entrada de la Central, y el clima de la protes-
ta se enardece cada vez más. Es así que de los gritos e insultos se pasa a arrojar
piedras contra los militares que se encuentran montando guardia. Usted es uno de
los guardias. Una de las piedras golpea en el rostro de uno de sus compañeros,
provocándole un profundo corte. En ese momento, usted decide realizar varios
disparos al aire, pero la mayoría de los manifestantes continúan arrojando piedras
y avanzando hacia la entrada de la Central. El avance prosigue hasta que los mani-
festantes llegan a menos de 20 metros de su posición.
En estas circunstancias, analice cuál sería su comportamiento.
seguimiento.
Mientras se desarrollaba el seguimiento del grupo ‘guerrillero,’ la Unidad cae en
medio de una emboscada. Se combate durante varias horas. Uno de los integrantes
de la Unidad militar muere y tres son heridos de gravedad. Por otra parte, es captu-
rado prisionero uno de los guerrilleros, quien también se encuentra herido.
El Oficial al mando ordena a dos de sus hombres que procedan a golpear al prisio-
nero y a quemarlo con cigarrillos para que informe sobre la posición del resto del
grupo. Otro de los hombres no recibe esa orden pero es testigo directo de la mis-
ma. A raíz de los golpes, el prisionero pierde el sentido. El Oficial decide continuar
el operativo de seguimiento y en ese momento le ordena directamente al primer
hombre que remate al prisionero.'
CAPÍTULO VI
SISTEMAS DE PROTECCIÓN INTERNACIONAL
DE LOS DERECHOS HUMANOS80
80
El presente capítulo se desarrolló a partir de modificaciones del texto del Manual de Dere-
chos Humanos para las Fuerzas Armadas, confeccionado por el Instituto Interamericano de
Derechos Humanos. Ver cita bibliográfica al final.
81
La no discriminación no implica impedir que se refuerce la protección de derechos huma-
nos a través de tratados específicos para personas más sujetas a sufrir violaciones; dos ejem-
plos de ello son la Convención sobre derechos del niño (1989) de las Naciones Unidas (ONU),
y la Convención para la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra la mujer.
173| Policías y Ciudadanos
El Estado es el primer responsable en garantizar y proteger los
derechos esenciales de mujeres y hombres; y esta responsabi-
lidad le obliga a llevar acciones positivas (por ejemplo organi-
zar todo el aparato judicial para hacer efectivo el derecho de
todas las personas al acceso a la justicia), como negativas
(abstenerse de violar los derechos humanos, como por ejem-
plo practicar la tortura o malos tratos a través de sus agentes
públicos).
Se suele señalar que la actuación de los órganos internaciona-
les cuando intervienen, investigan, concluyen y elaboran re-
comendaciones; respecto a una cuestión de derechos huma-
nos dentro de un Estado, viola el concepto de soberanía na-
cional. Ello no es así por las siguientes razones:
• Los Estados soberanamente han decidido formar parte de
las organizaciones internacionales, crear órganos de protec-
ción internacional, y darles competencia a estos órganos para
supervisar el grado de cumplimiento de sus obligaciones en la
materia;
• La actuación de los órganos internacionales siempre es sub-
sidiaria; es decir, se realiza cuando la violación no ha sido sub-
sanada en el interior del país en cuestión. Por ello, los Estados
tienen la posibilidad de sancionar una violación cometida y
reparar a la víctima en el plano interno a través de su justicia
nacional, y en ese caso, se evita que el asunto llegue al plano
internacional; existe, entonces, siempre una norma en el de-
recho internacional que establece como regla para quien lleva
un asunto de derechos humanos agotar la vía interna (nacio-
nal) antes de acudir al plano internacional.
El Estado es el primer responsable en promover y proteger los dere-
chos humanos. Un órgano internacional de protección de los dere-
chos humanos sólo actúa cuando a nivel interno no se ha reparado
una violación.
174| Una perspectiva de derechos humanos
82
En general, para que un tratado, pacto o convención sea obligatorio para un Estado, se
deben cumplir determinados pasos, que son los siguientes:
i) Negociación del tratado: aquí, los Estados que participan de una organización o conferencia
internacional, discuten los términos del acuerdo.
ii) Adopción del tratado: en general, cuando se está en presencia de un tratado que involucra
a una gran cantidad de Estados, el texto negociado se vota;
iii) Firma del tratado: la fama es la primera manifestación de voluntad que genera obligación
para el Estado firmante de abstenerse de realizar actos contrarios al objeto y fin del instru-
mento;
iv) Aprobación en el plano interno: En general, los tratados de derechos humanos son some-
tidos a procedimientos internos establecidos en las constituciones políticas de los Estados,
que conllevan un pronunciamiento del poder legislativo nacional.
v) Ratificación o adhesión: el Poder Ejecutivo, una vez sorteados los procedimientos internos,
procede a dar su consentimiento para obligarse con la totalidad de las cláusulas del tratado. Si
el Estado ha participado en la negociación inicial el acto se llama "ratificación'; si por el con-
trario el tratado fue adoptado por otros Estados y luego el Estado nacional se suma, el acto se
llama "adhesión".
vi) Algunos tratados admiten que un Estado formule una reserva; es decir, manifestar que
algunas disposiciones del tratado no le serán aplicables al Estado en cuestión. Las reservas
sólo se pueden realizar cuando estén permitidas, y nunca pueden ir en contra del objeto y fin
del tratado.
vii) Finalmente, un tratado entra en vigor (es decir se hace plenamente operativo) cuando
reúne el número de ratificaciones necesarias para ello. Comúnmente, el texto del tratado
indica este número, y si no lo hace, se considera que debe ser ratificado por lodos los que
participaron en la negociación.
175| Policías y Ciudadanos
gociación, 2.- Adopción, 3.- Firma, 4.- Aprobación en el dere-
cho interno, 5.- Ratificación o adhesión, 6.- Entrada en vigor.
Junto a los tratados existen otros instrumentos que no pasan
por todos estos procesos; se suelen llamar ‘declaraciones’. Si
bien estas no poseen el mismo valor jurídico que los tratados,
las declaraciones de derechos humanos deben ser cumplidas
por los Estados, y en algunos casos, la violación de una norma
contenida en una declaración de derechos humanos puede
acarrear la responsabilidad internacional del Estado83.
83
Las Declaraciones Universal de Derechos Humanos (1948) y Americana de Derechos y
Deberes del Hombre suelen ser aplicadas por la Comisión de Derechos Humanos de las Na-
ciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, respectivamente.
176| Una perspectiva de derechos humanos
84
Por la Conferencia Internacional de San Francisco luego de finalizada la segunda guerra
mundial.
177| Policías y Ciudadanos
sus integrantes.
Sin embargo al lado de esta protección universal, existen las
llamadas protecciones regionales, las cuales se desenvuelven
dentro de organizaciones internacionales de alcance regional;
las más desarrolladas se llevan a cabo en el Consejo de Euro-
pa85, o la Organización de los Estados Americanos86 , aunque
también hay un sistema de derechos humanos incipiente en el
marco de la Unión Africana87.
85
Nacido en 1949 y con sede en la ciudad de Estrasburgo. Francia.
86
Nacida en 1948 en la IX Conferencia Interamericana celebrada en Bogotá, Colombia.
87
Entidad sucesora de la Organización de la Unidad Africana. En el sistema africano existe
como norma principal la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (1981), y
como órgano de protección la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, con
sede en Banjul (Gambia). Por un protocolo que ya entró en vigor, está prevista la puesta en
funcionamiento de una Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
88
Respondiendo al concepto de que la protección internacional de los derechos humanos es
complementaria y subsidiaria de las actuaciones nacionales (como fuera explicado en 1 a,
‘Introducción’).
178| Una perspectiva de derechos humanos
89
Carta de las Naciones Unidas (1945) Artículo. 13.
90
Los órganos principales de las Naciones Unidas son la Asamblea General, la Secretaría
General, la Corte Internacional de Justicia, el Consejo de Seguridad, el Consejo de Administra-
ción Fiduciaria y el Consejo Económico y Social.
91
A partir de allí, el 10 de diciembre se celebra mundialmente el día internacional de los
derechos humanos.
92
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos fue creado por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, luego que en una Conferencia Internacio-
nal celebrada en Viena, los Estados participantes recomendaran con carácter prioritario a la
Asamblea General dicha creación.
179| Policías y Ciudadanos
Humanos93 fue creado por la Asamblea General de las Nacio-
nes Unidas en 1993, luego que en una Conferencia Internacio-
nal celebrada en Viena, los Estados participantes recomenda-
ran con carácter prioritario a la Asamblea General dicha crea-
ción.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos tiene a su cargo la difusión e información de sus
tareas; para ello, además de las publicaciones de las Naciones
Unidas se ha habilitado un sitio web con informaciones sobre
actividades, tratados y otros instrumentos de derechos huma-
nos, labor de relatorías, programas, y vínculos con otros sitios
de interés en la materia94. Cada año, el Alto Comisionado tiene
la obligación de presentar a la Asamblea General de las Nacio-
nes Unidas un informe detallado de sus actividades.
93
Principales tareas de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Dere-
chos Humanos: 1.- Colaborar con los Estados en la promoción de los derechos humanos, 2.-
Dar respuesta a violaciones graves de derechos humanos, 3.- Fijar medidas para prevenir
violaciones a los derechos humanos, 4.- Adoptar medidas para impedir violaciones a los
derechos humanos, 5.- Llevar adelante misiones sobre el terreno.
94
Para consultarlo ver www.unhchr.ch
180| Una perspectiva de derechos humanos
95
Resolución 217 iii de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Al momento de la vota-
ción de adopción de la Declaración Universal había 48 Estados en la Organización de las
Naciones Unidas; se obtuvieron 38 votos a favor, y 8 abstenciones correspondientes a Arabia
Saudita, Bielorrusia, Checoslovaquia, Polonia, Unión Sudafricana, Unión de las Repúblicas
Socialistas Soviéticas, Ucrania, y Yugoslavia. Los Estados de Yemen y Honduras estuvieron
ausentes de la sesión.
96
Tipos de derechos contenidos en la Declaración Universal y ejemplos: 1.- Civiles: vida,
libertad, integridad física y psíquica, garantías sociales, etc; 2.- Políticos: libertad de participar
en el gobierno del país, sufragio, etc.; 3.- Económicos, sociales y culturales: trabajo, cultura,
etc.
97
(debido proceso, presunción de inocencia, irretroactividad de la ley penal, derecho de toda
persona a ser oída por un tribunal imparcial)
181| Policías y Ciudadanos
Humanos celebrada en Teherán, Irán, los Estados participan-
tes proclamaron la obligatoriedad de la Declaración Universal
para la Comunidad Internacional98.
98
Proclamación de Teherán (1968); principio 2; en "Derechos Humanos, recopilación de
instrumentos internacionales" pp. 42-43 ed. Naciones Unidas, Nueva York, 1988.
182| Una perspectiva de derechos humanos
99
Creado en 1985, está formado por 18 personas, expertas en la materia e independientes.
184| Una perspectiva de derechos humanos
100
Establecido por el Consejo Económico y Social en 1970, por la Resolución 1503.
101
Establecido por el Conejo Económico y Social en 1967, por la Resolución 1235.
185| Policías y Ciudadanos
creación de una relatoría ó grupo de trabajo, que efectúa un
trabajo público para combatir estos flagelos.
Así, a lo largo de la historia de la organización, varios Estados
han sido sometidos a este procedimiento, y también se crea-
ron grupos de trabajo o relatorías sobre ejecuciones extrajudi-
ciales, torturas, desapariciones forzadas, formas contemporá-
neas de esclavitud, etc.
La Declaración Americana
de Derechos y Deberes del Hombre
Adoptada en 1948, la Declaración Americana de Derechos y
Deberes del Hombre103 es el punto de partida protectivo del
sistema interamericano y posee un gran valor e importancia
ya que la Comisión Interamericana la aplica a todos los Esta-
dos miembros de la Organización de los Estados Americanos.
102
El sistema interamericano cuenta hasta la fecha con los siguientes instrumentos de pro-
tección: 1.- La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; 2.- La Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José); 3.- La Convención Interameri-
cana para prevenir y sancionar la tortura; 4.- La Convención Interamericana sobre Desapari-
ción Forzada de Personas; 5.- La Convención para la Prevención, Sanción y Erradicación de la
Violencia Contra la Mujer; 6.- y Otros instrumentos.
103
Contenido de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre: Capítulo I:
derechos civiles - derechos políticos - derechos económicos - derechos sociales - derechos
culturales. Capítulo II: deberes sociales - deberes políticos - deberes económicos.
189| Policías y Ciudadanos
posiciones de derecho interno para hacer cumplir los derechos
y libertades contenidos en ella; 4.- Indica que ciertos derechos
y garantías no pueden suspenderse bajo ningún concepto, ni
en caso de guerra o peligro público que amenace la indepen-
dencia del Estado: son los derechos al reconocimiento de la
personalidad jurídica; a la vida; a la integridad personal; al
nombre; a la nacionalidad; los derechos del niño y los dere-
chos políticos. Igualmente no pueden suspenderse la prohibi-
ción de la esclavitud o servidumbre, los principios de legalidad
y retroactividad penal, la libertad de conciencia y de religión y
la protección a la familia. Tampoco son pasibles de suspensión
las garantías internacionales e internas para hacer efectivos
estos derechos; 5.- Consagra el principio de no discriminación;
6.- Los derechos más importantes regulados en el Pacto de
San José; 7.- Prohibición de la esclavitud o servidumbre; 8.-
derechos a la vida; a la integridad corporal y a la libertad per-
sonal; 9.- garantías judiciales; principios de legalidad e irretro-
actividad; 10.- Indemnización por error judicial; 11.- protec-
ción de la honra y la dignidad; libertades de conciencia reli-
gión; 12.- libertad de pensamiento y de expresión; derecho de
rectificación o respuesta; 13.- derecho de reunión y libertad
de asociación; 14.- protección a la familia; derecho al nombre;
derecho a la propiedad; 15.- derechos del niño; 16.- derechos
políticos; 17.- derechos de circulación y residencia; 18.- igual-
dad ante la ley; 19.- protección judicial; 20.- desarrollo progre-
sivo de los derechos económicos, sociales y culturales.
La Convención Interamericana
para prevenir y sancionar la tortura
Este instrumento refiere tanto a la tortura física como psíqui-
ca. Definición de tortura según la Convención
…’todo acto realizado intencionalmente por el cual se inflijan a una persona penas
o sufrimientos físicos o mentales, con fines de investigación criminal, como medio
intimidatorio, como castigo personal, como medida preventiva, como pena o con
cualquier otro fin. Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una
persona de métodos tendientes a anular la personalidad de la víctima o a disminuir
su capacidad física o mental, aunque no causen dolor físico ó angustia psíquica’.
Los Estados deben fijar la responsabilidad individual por el
delito de tortura, para sus empleados o funcionarios, e igual-
mente para particulares que actúen bajo la aquiescencia u
órdenes de aquellos.
Se prohíbe expresamente eximir de responsabilidad por obe-
diencia debida y, para prevenir la tortura, la Convención for-
mula la necesidad de lograr un correcto adiestramiento de los
integrantes de las fuerzas armadas y policiales.
La Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas
Fue adoptada por la Asamblea General de la OEA celebrada en
Belem do Pare (Brasil) de 1994.
Señala que para configurase una desaparición, debe existir
una privación de la libertad en cualquier forma; esa privación
debe haber sido realizada por agentes del Estado o personas o
grupos de personas que actúen con su aquiescencia o autori-
zación; posteriormente debe haberse negado información o
reconocimiento de la detención efectuada y, por ende, la per-
sona encontrarse en situación de imposibilidad de hacer uso
de recursos legales y garantías procesales.
192| Una perspectiva de derechos humanos
La competencia de la Comisión
respecto a denuncias individuales
Cualquier persona, grupo de personas o entidad no guberna-
mental legalmente reconocida en uno o más estados miem-
bros de la OEA puede peticionar a la Comisión Interamericana
con denuncias o quejas de violación a los derechos protegidos
en la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hom-
bre o en la Convención Americana incluso, si posee informa-
ción que su juicio sea idónea, la Comisión puede iniciar un
caso de oficio.
Esa amplia competencia permite también la posibilidad de que
miembros de las Fuerzas Armadas o de las policías puedan
interponer peticiones por violaciones a sus derechos huma-
nos, tanto en su contexto personal, como por su investidura, si
la violación ocurrió en manos de autoridades de ese fuero
especial. Ejemplo de ello pueden ser violaciones al debido
proceso ante la justicia militar, violación al derecho de defensa
en procesos disciplinarios, etc.
La reforma operada al Reglamento de la Comisión Interameri-
cana en vigor desde mayo de 2001, ha agregado también la
197| Policías y Ciudadanos
posibilidad de introducir comunicaciones, según el caso, por la
presunta violación de alguno de los derechos humanos prote-
gidos en otros instrumentos del sistema: ellos son el Protocolo
sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Protoco-
lo relativo a la Abolición de la Pena de Muerte; la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, la Con-
vención Americana sobre Desaparición Forzada de Personas; y
la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erra-
dicar la Violencia contra la Mujer.
No es necesario que quien denuncia sea víctima ni represente
a la víctima; esto diferencia al sistema interamericano del de
Naciones Unidas que hubiéramos visto anteriormente.
La competencia contenciosa
Mediante el ejercicio de la jurisdicción contenciosa, la Corte es
competente para decidir sobre la existencia o no de una viola-
ción de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
por parte de un Estado, y para disponer una indemnización en
favor de las víctimas o sus derecho habientes.
La competencia consultiva
Esta facultad de la Corte está establecida en el Pacto de San
José de Costa Rica y tiene como objetivo el colaborar con los
Estados en el cumplimiento de sus compromisos internaciona-
les en materia de derechos humanos.
Básicamente lo que efectúa la Corte en esta competencia es
interpretaciones de los instrumentos de derechos humanos o
de la compatibilidad de las normas internas de un Estado con
los instrumentos internacionales de derechos humanos que
hubiere ratificado.
CAPÍTULO VII
POLICIAS Y GRUPOS EN SITUACIÓN ESPECIAL
DE DISCRIMINACIÓN
104
Michel Foucault. Defender la Sociedad. F.C.E. Buenos Aires, 2000. P 218-231. En Hacia un
Plan Nacional contra la Discriminación… p 47. Ver cita completa en bibliografía.
207| Policías y Ciudadanos
va no solo es injusta, sino que pierde su potencial de desarro-
llo; por lo tanto combatir la discriminación es un deber del
Estado y un compromiso de todos.
Todas las personas en algún momento asumen actitudes dis-
criminativas porque en general han sido socializadas en co-
munidades con fuertes componentes totalitarios en las que
tradicionalmente aprendieron que el poder y el ejercicio del
liderazgo solo pueden ser único, centralizado y absoluto; mo-
tivo por el que han tendido a asumir la diversidad de expre-
siones e ideas, más como una amenaza que como un potencial
de desarrollo productivo. El siglo xx ha dejado el mayor saldo
de destrucción de vidas y sufrimiento humanos a partir de una
idea discriminativa del otro u otra diferente y por tanto peli-
groso. Sin embargo, también ha preparado la simiente para la
gran transformación: un mundo cultural más diverso, más
pacificado, menos discriminativo y menos temeroso de las
diferencias; menos totalitario y más democrático. El desafío
para superar la discriminación es profundizar las democracias,
revitalizando las instituciones que la sostienen.
Discriminar es un entramado de reacciones, percepciones y
visiones del mundo que se plasman en una diversidad de ac-
ciones cotidianas que las personas realizan. Ellas comprenden
desde la creación o colaboración en difusión de estereotipos
de cualquier grupo humano por características reales o imagi-
narias, sean éstas de cualquier tipo, positivas o negativas, o se
vinculen a características innatas o adquiridas. Se trata tam-
bién de acciones como hostigar, maltratar, aislar, agredir, se-
gregar, excluir y/o marginar a cualquier miembro de un grupo
humano por su carácter de miembro de dicho grupo. O de
acciones que lleven a establecer cualquier distinción legal,
económica, laboral, de libertad de movimiento o acceso a de-
208| Una perspectiva de derechos humanos
3.1. El racismo
Las problemáticas del racismo y los procesos de discriminación
pueden ser abordados desde múltiples puntos de vista.
El término ‘raza’ predominante en los siglos XVIII y XIX ha sido
abandonado, tanto por su inconsistencia científica, ya que la
biología nuca ha podido demostrar la existencia de estructuras
genéticas de raza; como por razones políticas, por los efectos
de terror y muerte colectiva a que ha llevado.
El racismo es un fenómeno fundamentalmente social y mo-
derno; un conjunto de ideologías, pre-conceptos, estereotipos
y prejuicios que tienden a segmentar al conjunto humano en
supuestos grupos que tendrían características comunes entre
sí y jerarquizables, cuya explicación radicaría en una supuesta
herencia genética que impondría la posibilidad ineludible de
ciertos comportamientos en detrimento de otros.
211| Policías y Ciudadanos
Es posible distinguir dos modalidades básicas en el funciona-
miento de la ideología racista105: 1.- el racismo evolucionista,
que opera por inferiorización de sus víctimas y 2.- el racismo
degenerativo, que opera por degeneración de sus víctimas
considerando que las mismas constituyen un peligro. Estas dos
formas de racismo se articulan con dos maneras de negar las
diferencias del otro para producir discriminación y exclusión
social: 1.- el modo liberal, que tiende a homogenizar la figura
del otro en la imagen de un ciudadano ideal, produciendo la
negación de la propia identidad personal. Es el aniquilamiento
de la diferencia del otro negando su lenguaje, su cultura y sus
costumbres. 2.- el modo nacionalista, que tiende a igual a la
población a partir de la eliminación del cuerpo de los diferen-
tes.
Argentina se construyó sobre la base de la negación de su
propia historia y del intento de asimilar su configuración social
inicial colonial, a lo que dictaba el modelo social de Europa del
norte, que era tomado como modernidad y progreso. Por ese
motivo se consideró a la población originaria como primitiva y
poco evolucionada y se pretendió reemplazarla por colectivi-
dades que se consideraban civilizadas, provenientes funda-
mentalmente del norte de Europa. Pese a recibir una inmigra-
ción muy diferente a la esperada, porque fue del centro y del
sur de Europa, se intentó asimilar la inmigración a la identidad
nacional sobre todo a partir de la educación escolar y procu-
rando el abandono de sus costumbres y su lengua. En el caso
de los pueblos originarios y los afro-descendientes, se intentó
aniquilarlos corporal y simbólicamente, por considerárselos
inasimilables, imposible de fundirse en la identidad nacional.
Así, el racismo despliega sus dos caras en la conformación de
105
Eugenio Zaffaroni. Criminología. Aproximaciones desde un margen. Temis. Bogotá. 1998.
212| Una perspectiva de derechos humanos
Historizando
la situación de pobreza estructural discriminativa
La reestructuración de la sociedad argentina que inicia la dic-
tadura militar de 1976 modificó profundamente las condicio-
nes sociales y económicas, instaurando un nuevo modelo de
acumulación. Desde entonces, en el marco de un proceso de
creciente apertura comercial y financiera, la sociedad pasó de
un modelo centrado en la industrialización, cuyos productos
se dirigían casi en su totalidad a un mercado interno de con-
sumo, a otro que se sustentó en un creciente endeudamiento
privilegiando la valorización financiera del capital; todo lo cual
provocó un inédita desestructuración productiva y un creci-
217| Policías y Ciudadanos
miento significativo de la concentración económica y la trans-
ferencia de capitales nacionales al exterior106.
La deuda externa es un factor central en la fisonomía que to-
maría la vida social y económica del país con la implantación
del modelo económico realizado durante la última dictadura
cívico – militar. Su crecimiento más importante fue durante el
período de la dictadura militar ’76 – ’83 y se mantuvo constan-
te en la década del ’90. Los compromisos de pagos asumidos
por el Estado impedían la aplicación de políticas centradas en
las necesidades de la gente. En la década de los ’90 se profun-
dizó el modelo de dependencia del capital de los países cen-
trales, aplicando políticas macroeconómicas de ajuste estruc-
tural, abriendo el mercado interno a las empresas transnacio-
nales y privatizando las empresas nacionales. La consecuencia
de ello fue el desempleo masivo tanto en sectores industriales
y comerciales privados dado por el quiebre de gran parte de la
pequeña y mediana empresa nacional. Si en los setenta la dic-
tadura militar desplazó la deuda privada al estado a partir de
créditos internacionales con garantías estatales, en los noven-
ta, la privatización desplazó los capitales del estado a manos
privadas. Consecuentemente, el aparato productivo sufrió un
proceso de reconversión profunda concentrando recursos en
el desarrollo de sectores productores de bienes primarios, en
desmedro de las producciones de mayor valor agregado gene-
radores de empleo, con la consecuente desarticulación de las
cadenas productivas de valor y riqueza.
En 1974 los asalariados percibían el 43 % del total de los ingre-
sos generados, actualmente tienen una participación que no
106
Basulado, C. y Lozano, C. A 25 años del golpe. La economía argentina luego de la dictadu-
ra. Instituto de Estudios y Formación. CTA. Buenos Aires, 2001. En Hacia un Plan Nacional
contra la Discriminación… p 38. Ver cita completa en bibliografía.
218| Una perspectiva de derechos humanos
107
Lozano, C. y Raffo, T. Pobreza e indigencia. Mapa actual, evolución reciente y tendencias.
Instituto de Estudios y Formación. CTA. Buenos Aires, 2004. En Hacia un Plan Nacional contra
la Discriminación… p 39. Ver cita completa en bibliografía.
108
En base a datos de la Secretaría de Agricultura, Pesca y Alimentos de la Nación.
219| Policías y Ciudadanos
yectos de desarrollo de corto plazo, abandonados después de
destruir los recursos vírgenes. En términos sociales este fenó-
meno creó una tendencia creciente a la venta y sesión de
grandes extensiones de tierra a empresas agro-exportadoras.
La consecuencia ha sido la profundización de la concentración
de la tierra en pocas manos.
Hay acuerdo sobre los principales problemas ambientales en
el país: degradación de los suelos y avance de la desertifica-
ción; pérdida de la diversidad biológica, incremento del nivel
de vulnerabilidad ante eventos naturales extremos; altos índi-
ces de contaminación hídrica por la disposición sin tratamien-
to de residuos líquidos domiciliarios e industriales, inadecuado
uso del espacio, desequilibrio territorial y crecimiento urbano
desbalanceado. En este sentido, la población pobre argentina
se encuentra particularmente expuesta a diversos riesgos am-
bientales. Ello obedece a diversos factores que la convierten
en una población vulnerable a las alteraciones del ambiente
por falta de infraestructura sanitaria, por exposición a la polu-
ción del aire y la contaminación de ríos, por el uso intensivo de
agroquímicos en las zonas rurales, por la exposición a residuos
urbanos e industriales y por la vulnerabilidad ante los desas-
tres naturales.
109
cf. Artículo 38 Convención de los Derechos del Niño y artículo 77 del Protocolo Adicional a
los Convenios de Ginebra de 1949, relativo a las víctimas de los conflictos armados interna-
cionales)
231| Policías y Ciudadanos
liares
En los adultos mayores, su vulnerabilidad puede ser por razo-
nes físicas o materiales, pero sobre todo, por ser excluidos de
procesos productivos y de la falta de programas para atender
sus necesidades físicas y, sobre todo, psíquicas, lo que incide
en su marginación cultural y hasta familiar. La ausencia de
opciones reales para su sostenibilidad económica los lleva a
planos de dependencia total de sistemas de seguridad social
insuficientes.
La policía debe sensibilizar a sus miembros sobre la situación de la
niñez y del adulto mayor en el país y facilitarles conocimientos bási-
cos sobre su deber de asistencia e intervención en los casos que les
afecte.
Migrantes
Precisamente, en este tipo de situaciones de desplazamiento,
las fuerzas policiales deben tener muy en cuenta la protección
especial que requieren los grupos de personas refugiadas y
desplazadas110. Este sector de la población que sufre las conse-
cuencias de la discriminación, son las personas migrantes en
cualquiera de sus modalidades (refugiados, asilados o migran-
tes irregulares).
Especialmente es preocupante la situación de las personas en
110
Contemplada en lasConvención de Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados de
1951 y su Protocolo.
233| Policías y Ciudadanos
situación irregular, ya que por su condición migratoria, temen
reclamar sus derechos como habitantes, lo que los excluye del
acceso a la salud, la educación y, especialmente, de las garant-
ías laborales y sociales, lo que los victimiza aún más al no po-
der reclamar salarios mínimos y seguridad social.
Entre los derechos que se reconocen especialmente a los pue-
blos indígenas por parte del Convenio 169 de la OIT sobre
Pueblos Indígenas y Tribales, están los siguientes:
• Gozar plenamente de los derechos humanos y libertades
fundamentales sin obstáculos ni discriminación.
• Salvaguardar sus costumbres, instituciones y cultura que le
son propias, sus bienes, el trabajo y el medio ambiente que
habitan.
• Derecho a la posesión y propiedad de tierras y territorios
que tradicionalmente ocupan por la importancia y valor
que se atribuyen a su cultura.
• Conservar su derecho consuetudinario, inclusive los méto-
dos a los que recurren tradicionalmente para la represión
de delitos cometidos por sus miembros, en la medida que
sean compatibles con el sistema jurídico nacional y con los
derechos humanos reconocidos universalmente.
• Derecho a no ser trasladados forzosamente de las tierras
que ocupan y cuando excepcionalmente el traslado y la re-
ubicación se consideren necesarios, solo deberán efectuar-
se con su libre y pleno conocimiento de causa y permitirles
regresar en cuanto dejen de existir las causas que lo provo-
caron.
• Derecho a comprender y hacerse comprender en procedi-
mientos legales en su idioma a través de un traductor o
intérprete.
234| Una perspectiva de derechos humanos
111
(principio de no devolución, artículo 33 de la Convención sobre El Estatuto de los Refugia-
dos).
112
(Artículo 17 del Protocolo 11 Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de
1949 relativo a la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados sin Carácter Interna-
cional).
236| Una perspectiva de derechos humanos
identidades sexuales113.
La violencia contra personas con identidades sexuales diferen-
tes puede llegar al asesinato o la desaparición, evidenciado
formas extremas que puede adoptar la discriminación hacia
las personas por su orientación sexual. En este sentido, el tra-
to que recibieron en los campos de detención las personas
gays o lesbianas, durante la dictadura 1976-1983, fue espe-
cialmente sádico y violento al igual que el padecido por los
detenido-desaparecidos de origen judío y otros grupos discri-
minados en nuestra sociedad114.
En Argentina, con diferencias según las provincias, comienza a
considerarse desde distintos sectores de la sociedad civil el
derecho de cada persona a elegir su orientación sexual o vivir-
la plenamente, sin temor al rechazo social, y gozando de ga-
rantías legales que hasta hace muy poco no existían en ningún
país del mundo. En el ámbito cultural comenzó a instalarse el
debate alrededor de la ilegitimidad de la discriminación, tanto
en los medios de comunicación como en la discusión académi-
ca, que empieza a visibilizar la problemática de la discrimina-
ción de la diversidad sexual. En la esfera jurídico-legislativa se
sancionaron la ley nacional Nº 23.592 que penaliza los actos
113
Mientras que en el resto del mundo la noción de travesti fue reemplazada por la trans-
género, en Argentina, el término fue politizado y usado como modo de acción y de demanda
de derechos.
114
En la dictadura militar de 1976-1983 se sucedieron asesinatos de personas gays en la
Capital Federal y en el Gran Buenos Aires, que nunca fueron esclarecidos. También se persi-
guió a los centros culturales y artistas que fueran gay. En junio de 1982, un autodenominado
‘Comando Cóndor” envió a todos los periódicos un comunicado en el que advertía su inten-
ción de acabar con los teatros de revistas y con los homosexuales. Rapisardi F. y Modarelli A.,
Fiestas, Baños y Exilios. Los gays porteños en la última dictadura, Editorial Sudamericana,
Buenos Aires, 2000. En Hacia un Plan Nacional contra la Discriminación… p 107. Ver cita
completa en bibliografía.
239| Policías y Ciudadanos
discriminatorios, diversas cláusulas y disposiciones antidiscri-
minatorias de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, incluyen-
do la unión civil, y similares en la Ciudad de Rosario. Existen
también iniciativas del mismo tipo en otras partes del país.
Algunas sentencias judiciales acompañan este proceso en el
sentido de autorizar, por ejemplo, cambios de documentos e
intervenciones quirúrgicas. Sin embargo, las brechas sociales
impuestas por la pobreza y las prácticas sociales discriminato-
rias están aún muy lejos de ser superadas: existe una correla-
ción positiva entre pobreza, orientación sexual o identidad de
género y discriminación: cuanto más pobres son las personas,
mayor es la discriminación y la violación de sus derechos.
Nuestra sociedad ha desarrollado sofisticados dispositivos de
discriminación que tienden a la negación de la existencia de
estas orientaciones sexuales e identidades de género, invisibi-
lizando un número importante de situaciones y obligando a las
personas a ocultar sus preferencias sexuales para no sufrir
graves consecuencias familiares, sociales, económicas, políti-
cas. Generalmente, desde la prensa se le da un tratamiento
escandaloso a las diferencias de orientación sexual o sólo se
alude a ellas de manera sensacionalista cuando se comenten
delitos contra personas de diferente orientación sexual, enfa-
tizando el carácter ‘homosexual’ de la víctima, casi como si
fuera inevitable un desenlace de tales características por la
condición de la víctima.
Dado el avance en materia de derechos, y las medidas que
desde diversos organismos del Estado se toman para clarificar
las creencias y valoraciones negativas sobre grupos de sexua-
lidades diferentes, en el marco del funcionamiento de las ins-
tituciones de seguridad, se debe respetar y eliminar cualquier
tipo de discriminación o prejuicio en contra de personas con
240| Una perspectiva de derechos humanos
CAPÍTULO VIII
UN ABORDAJE CULTURAL DE LA VIOLENCIA
1. Cultura y violencia115
Al hablar de cultura para referirnos a las costumbres y las
condiciones de vida de los seres humanos, estaremos siempre
refiriéndonos a una doble dimensión de las personas: una in-
dividual y otra social. No se puede entender al ser humano
prescindiendo del medio y las relaciones sociales en las que se
encuentra inserto, como no se puede entender la sociedad
solo como la suma de individuos, olvidándose de las particula-
ridades individuales de cada uno de ellos, creadas por esa so-
ciedad. Debido a que todos los pueblos defienden su propio
modo de vida, es fácil entender que una manera por medio de
la cual las culturas se enriquecen y se hacen más complejas ha
sido mediante la elaboración y multiplicación de sus propias
costumbres.
115
Elaborado sobre adaptaciones del texto ‘Violencia familiar, social y abuso sexual. Un
enfoque cultural de la violencia’, de Raquel Barón de Neiburg y Fernando Pequeño. Edición de
los autores, 2006, Salta. Capítulo I. Una versión preliminar del capítulo presente formó parte
del material de capacitación en el Colegio de Abogados de Salta, durante 2007. Puede consul-
tarse en http://ferpeqtextos.blogspot.com/2007/05/capacitacin-enfoque-sociocultural-de-
la_15.html.
243| Policías y Ciudadanos
Si consideramos solo un aspecto de la violencia como hecho
que ocurre entre dos personas, caeríamos en la repetición
anecdótica de millones de casos en que el juego de victimario
y víctima terminaría solamente en lo descriptivo de la situa-
ción y poco aportaría a la causalidad real de este universaliza-
do problema.
Las relaciones humanas se han tornado materialistas y objeta-
les. Lo económico ha sido siempre un valor humano, porque la
economía ha sido necesaria siempre en la organización huma-
na, pero actualmente el modelo económico implica la objetali-
zación y la materialización de la vida humana. No queremos
decir con esto que la economía o la política sean en la actuali-
dad esencialmente negativas. Así como no existe un ser
humano que no sea político, tampoco existe una sociedad que
no sea económica, porque la economía no es solo el dinero y
el mercado de consumo, es también la producción, el inter-
cambio, las actividades que dan sentido a la vida de la gente.
Sin embargo, la violencia no tiene que ver únicamente con lo
económico, sino también con lo cultural, con lo político, con lo
laboral. Es necesario hacer un análisis de la distinción progre-
siva del uso de lo tecnológico y de los intereses a los que res-
ponden las estructuras políticas, que hacen el gobierno de una
sociedad. ¿Qué ocurre con la objetalización y el materialismo
que vienen transformando estructuralmente las relaciones
entre los hombres y que producen violencia, cuando el poder
político y económico se deshumanizan? Lo que resulta en si-
tuaciones de violencia social es la deformación funcional e
ideológica de las instituciones que las personas fueron crean-
do para resolver lo económico, lo político, lo tecnológico116, lo
116
Tomemos un ejemplo de la disponibilidad tecnológica para clarificar el tema. La tomografía
computada es un adelanto que puede salvar muchas vidas, pero es terrible que para amortizar
244| Una perspectiva de derechos humanos
las máquinas se haga un sobre uso de la misma induciendo a la gente a su uso cuando implica
una erogación económica que muchos no pueden enfrentar, cuando podrían recurrir con los
mismos resultados a tecnologías más económicas. Estamos frente a la predominancia del poder
económico en el uso de una tecnología. Poder económico que otorga poder político. En este
caso, un poder político de médicos que están al servicio de la industria médica de los laborato-
rios que invierten en investigaciones tecnológicas para detectar enfermedades y no para preve-
nir enfermedades, porque lo primero es más redituable económicamente. En las prácticas
concebidas de esta manera aparece la violencia, cuando el paciente pierde su carácter humano
para convertirse en un ente al servicio de los intereses económicos. El primer paso de esta
violencia que ejerce la corporación médica es la consulta del ‘paciente’; el segundo paso, la
receta y el uso de los medicamentos y la tecnología en función de la acumulación económica en
sociedad con el poder político. Esos médicos no están buscando que el paciente este sano sino
enfermo para someterlo a estudios, darles recetas, y poner activar toda la estructura de la
industria médica. La existencia de la tomografía es deseable porque permite la detección de
enfermedades que uno años antes no eran posible. El tema es para qué se detecta esa enferme-
dad, la razón del diagnóstico y sus consecuencias. ¿Para alimentar los laboratorios que a la vez
son socios directos del poder político? Eso conlleva a la formación de las corporaciones médi-
cas, que benefician a los laboratorios por encima de las personas que fueron a la consulta
médica.
245| Policías y Ciudadanos
de los principales motivos del progreso humano, podríamos
decir que los grupos de poder asentados en los mayores con-
glomerados humanos a la vez que definen las formas de vida;
plantean los objetivos y los imponen. Sin embargo esos objeti-
vos son predominantemente materiales, tanto de producción
como de consumo, y para la mayoría de los miembros sociales
resultan inalcanzables. La energía gastada por la persecución
de estos objetivos que cada vez son más difíciles de alcanzar,
van deteriorando progresivamente al ser humano, anulando
los valores esenciales como la solidaridad, responsabilidad,
honestidad, esfuerzo personal, amistad, calidad de trabajo.
Todos estos valores van perdiendo fuerza en este contexto y
en cambio encuentran sobrevaluados indicadores de compor-
tamientos individualistas por encima de intereses y valores
grupales y comunitarios.
Otras características de la sociedad actual es la masificación
lograda a través de mecanismos publicitarios que parten de un
modelo mercantilista. La publicidad va ganando terreno y hace
triunfar la filosofía del tener para ser. Los medios de comuni-
cación son socializadores importantes de la población, y mu-
chos de ellos están cargados de imágenes, escenas y mensajes
de violencia, que son asimiladas como naturales para la reso-
lución de conflictos.
La estructura predominante del sistema social actual permite
el surgimiento de grupos de poder concentrados en un por-
centaje mínimo de la población universal, que se fortalecen
continuamente a través del tráfico de drogas, del tráfico de
armas, de la promoción de guerras étnicas y religiosas carga-
das de prejuicios y discriminaciones que son introducidas para
el propio reforzamiento de ese poder. Esto es violencia verti-
cal y si ésta se deposita sobre los sectores dominados, es en-
246| Una perspectiva de derechos humanos
117
La conceptualización de estructura y clase corresponde a una visión de la democracia
liberal del sociólogo Anthony Giddens.
248| Una perspectiva de derechos humanos
118
El concepto alude al planteo teórico y la obra del antropólogo Karl Polanyi: ‘La gran trans-
formación. Crítica del liberalismo económico’. (ver año de producción del texto por el autor)
119
Las clases sociales adquirieron gran importancia a comienzos de la industrialización,
siendo los sociólogos Karl Marx y Max Weber a mediados del siglo xix quienes comenzaron a
construir analíticamente el concepto para explicar una situación particular en Inglaterra que
luego se popularizó.
Marx vinculó el concepto de clase social con los de burguesía y proletariado, a través de una
teoría de la historia que sostenía que los intereses materiales son el principal motor de la
humanidad y que los individuos en un estado de naturaleza (según Hobbes) vivían en un
conflicto permanente y endémico. Por otra parte, los individuos en una sociedad civil mantie-
nen una lucha estructurada por los medios de producción (los recursos para extraer produc-
tos de la naturaleza) y esta lucha es en sí un conflicto de clases sociales. Este enfrentamiento,
que implicaba la explotación del proletariado por la burguesía, propietaria del capital y de los
medios de producción, conduciría a la revolución del proletariado cuya meta sería la sociedad
sin clases sociales: el comunismo.
La influencia de las ideas de Marx en la teoría social y el desarrollo de la sociedad industrial
durante el siglo XX, han hecho variar la terminología acerca de las clases. Antes, las referen-
cias a la estratificación aludían a la aristocracia, a los comerciantes y a los grupos inferiores,
mientras que la lucha entre la burguesía y el proletariado dominaba el análisis político. Ac-
tualmente, con el auge de la sociedad postindustrial, el debate se centra en si el concepto de
clase social ha perdido vigencia o si la idea marxista de la historia, el materialismo dialéctico
(enfrentamiento entre dos clases sociales antagónicas, mantenido de forma dialéctica, en
donde el auge de una de ellas, provocaría paradójicamente su desaparición), ha llegado a su
fin.
249| Policías y Ciudadanos
Existen desigualdades de salud y educación que han demos-
trado ser muy resistentes a las políticas sociales de los países
más desarrollados y que están estrechamente relacionadas
con la posición de los individuos en la clase social a la que per-
tenecen por nacimiento.
Generalmente se define ‘clase social’ como grupo de personas
situadas en condiciones similares en el mercado de trabajo.
Esto significa que las clases sociales tienen un acceso distinto,
y normalmente desigual, a privilegios, ventajas y oportunida-
des. En las sociedades actuales, por ejemplo, encontramos
directores de grandes empresas con salarios muy elevados,
mientras que los jubilados reciben pensiones escasas. Los hijos
de los grupos con mayor poder adquisitivo van a escuelas dis-
Esta postura, que ha sido defendida por varios historiadores liberales después de la caída de
los regímenes comunistas en Europa, no puede negar la importancia de la clase social como
factor fundamental de diferenciación social. En la mayoría de los países (y entre un país y
otro) las desigualdades en cuanto a capital, ingresos, sanidad y educación son cada vez mayo-
res. Algunos sociólogos intentan explicarlas utilizando otros atributos humanos como género,
raza, religión o inteligencia, aunque este debate supone restar importancia a las terminolog-
ías o al significado de clase social. Otros autores destacan los grandes cambios que han tenido
lugar a medida que la estructura de las sociedades se ha transformado gracias a los avances
tecnológicos. Así, por ejemplo, las clases más desfavorecidas han podido mejorar sus condi-
ciones de vida, en términos absolutos, al aumentar la riqueza y organizarse el Estado de
bienestar.
Debido a que el sistema económico de la sociedad está sufriendo de manera constante una
transformación en mayor o menor grado, se han producido grandes cambios en la estructura
de las clases sociales, especialmente en el mundo industrializado del siglo XX. A finales del
siglo XIX, países como Gran Bretaña o Bélgica contaban con una población en la que predomi-
naba la clase trabajadora —entendida como trabajadores industriales—, con mayoría de
obreros en fábricas con poca o ninguna especialización. Otros países como Estados Unidos,
Rusia, Francia o Polonia estaban mayoritariamente poblados por granjeros y campesinos,
muchos de los cuales no tenían propiedades. Actualmente la realidad es muy diferente.
Aunque el trabajo dependiente sigue predominando, la clase trabajadora se ha reducido a
casi la mitad y otras ocupaciones de la clase media están llenando este vacío. Un proceso
similar se desarrolla en nuestra sociedad de principios de siglo xxi, sin poder establecerse una
direccionalidad clara en el actual estado de las luchas socio – políticas presentes.
250| Una perspectiva de derechos humanos
120
Sobre notas de Alain Joxe, relator de la reunión de expertos sobre violencia, de la UNES-
CO, realizada en París en 1975, y publicada en Francia en 1981. Ver también una entrevista
publicada en el semanario francés Les Inrockuptibles, París, abril 2003. (Versión digital
http://www.flacso.org.ec/docs/i17_joxe.pdf)
254| Una perspectiva de derechos humanos
121
De acuerdo a César Germaná, los escritos de los años sesenta, setenta y ochenta del
260| Una perspectiva de derechos humanos
sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930 – 2002) tienen una arraigada preocupación científi-
ca: comprender el mundo social, empezando por el poder —plasmado en su libro ‘Sociología
y Cultura’ básicamente—. Este ‘comprender por comprender’ definía a una sociología sin
vinculación con la práctica, pues en palabras de Bourdieu ‘pedir que la sociología sirva para
algo es una forma de pedirle que esté al servicio del poder’. Una sociología crítica del poder,
pero no comprometida con la acción política era la justificación académica necesaria para los
intelectuales que salían de los regímenes dictatoriales de América Latina —sobre todo en
Argentina—. Así se pusieron de moda las teorías de Bourdieu sobre el campo cultural y el
capital simbólico. Era, ‘la coartada teórica perfecta para recluirse sin remordimientos ni
culpas en la tierna mansedumbre del papel académico’ (En ‘Combatiendo al capital’. Diario El
Clarín, Buenos Aires, Domingo 07 de noviembre de 1999).
En los años noventa, la sociología crítica le sirve a Pierre Bourdieu para comprometerse con la
lucha política dirigida a construir la ‘resistencia contra la invasión neo-liberal’ —eje de su
texto ‘Contrafuegos’—. Así, sus trabajos de la última década, lo muestran reinvindicando el
papel de intelectual crítico capaz de comprender el horror cotidiano de los excluidos por el
capitalismo y de comprometerse con la lucha por la construcción de un movimiento social en
su país natal, ya que en su propia expresión, ‘la historia social enseña que no hay política
social sin un movimiento social capaz de imponerlo’. Bourdieu sostenía que el los intelectua-
les están llamados a sostener a todos los que luchan ‘contra la destrucción de una civiliza-
ción’, lo que excede las ideologías de las políticas partidarias. Decía: ‘Ellos pueden contribuir a
romper el monopolio de la ortodoxia tecnocrática sobre los medios de difusión. Pero también
pueden comprometerse, de manera organizada y permanente, y no sólo en los encuentros
ocasionales de una coyuntura de crisis, al lado de los que están en condiciones de orientar
eficazmente el porvenir de la sociedad, asociaciones y sindicatos principalmente, y de trabajar
en la elaboración de los análisis rigurosos y de las proposiciones creativas sobre las grandes
cuestiones que la ortodoxia mediático-política prohibe colocar [en el centro del debate]’.
261| Policías y Ciudadanos
un bajo nivel de violencia estructural del segundo tipo, la re-
presión en cuanto tal —no sobre el cuerpo directamente, sino
entendida como pautas culturales—. En esa situación el sujeto
alienado, y producido por el sistema sociocultural y estructural
violento, tiene la sensación que no hay salida.
CAPÍTULO IX
VIOLACIONES GRAVES
A LOS DERECHOS HUMANOS:
CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD,
CRÍMENES DE GUERRA y GENOCIDIO 122
122
El presente capítulo se desarrolló a partir de modificaciones del texto del Manual de
Derechos Humanos para las Fuerzas Armadas, confeccionado por el Instituto Interamericano
de Derechos Humanos. Ver cita bibliográfica al final.
278| Una perspectiva de derechos humanos
hechos se cometan.
Los miembros de las instituciones armadas, en tanto que agentes del
Estado y funcionarios públicos, tienen una doble obligación de respe-
tar y garantizar los derechos humanos reconocidos en las Constitu-
ciones Nacionales y en los instrumentos internacionales de derechos
humanos que vinculen a cada uno de ellos.
123
Artículo 3 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.
283| Policías y Ciudadanos
• No se admiten circunstancias excepcionales como jus-
tificación de la tortura, tales como estado de guerra,
amenaza de guerra, estado de sitio o emergencia,
conmoción o conflicto interior, suspensión de garantías
constitucionales, la inestabilidad política interna u
otras emergencias o calamidades públicas.
• No cabe justificación alguna para un funcionario públi-
co que ha cometido un acto de tortura.
• Todo Estado tiene la obligación de investigar, perseguir
y castigar a individuos acusados de tortura que se en-
cuentran en un territorio bajo su jurisdicción o extradi-
tarlos (entregarlos) a otro Estado que pretenda su en-
juiciamiento.
• La tortura es un crimen contra la humanidad cuando se
comete como parte de un ataque amplio y sistemático
contra la población civil, lo que no impide que pueda
ser también un acto de genocidio cuando se aplica al
miembro de un grupo nacional, étnico; racial ó religio-
sos al que se quiere destruir.
124
Son varios los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en los cuales se ha
establecido la responsabilidad del Estado por esta práctica: los casos Velásquez Rodríguez y
Godínez Cruz contra Honduras, el caso Blake contra Guatemala o el caso Caballero Delgado y
Santana contra Colombia, son algunos de ellos.
289| Policías y Ciudadanos
los que difícilmente pueden recuperarse.
125
Configurado doctrinalmente por Hugo Grocio, la historia del principio se remonta al año
1600, invocado para la persecución de los delitos de piratería, extendiéndose a los crímenes
de guerra y crímenes contra la humanidad a partir del Estatuto y las sentencias del Tribunal
de Nuremberg.
126
Los autos del pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de 4 y 5 de noviembre
de 1998, referidos respectivamente al sumario 1/1998 del Juzgado Central de Instrucción n° 5
y al sumario 1/1998 del Juzgado Central de Instrucción n° 6, supusieron, por vez primera, la
291| Policías y Ciudadanos
Se consideran susceptibles de ser perseguidos con base en el
principio de justicia universal aquellas violaciones más graves
de derechos humanos o derecho internacional humanitario,
entre las que se incluye el genocidio, los crímenes contra la
humanidad y los crímenes de guerra. Por otro lado, la mayor
parte de los países han incorporado este principio en sus
Códigos Penales para perseguir a los perpetradores de delitos
como la tortura o los crímenes de guerra que se encuentren
en su territorio.
Entre los principios que rigen la responsabilidad penal indivi-
dual por delitos o crímenes internacionales, destacan:
• No se admite la obediencia debida a órdenes superio-
res como justificación del crimen.
• No es aplicable la excepción de los actos de Estado.
• Son delitos imprescriptibles.
• No permiten el indulto o amnistía.
• No permiten el asilo de los perpetradores.
• Obligan al Estado bajo cuya jurisdicción se encuentran
los presuntos responsables a procesarlos o extraditar-
los a otro Estado para que lo haga.
• Los sujetos responsables pueden ser llevados a juicio y
sancionados por cualquier otro Estado diferente del de
su nacionalidad, que pretenda su enjuiciamiento en
uso del principio de jurisdicción universal.
aplicación del principio de justicia universal por un Tribunal Español y la determinación del
alcance de cienos delitos internacionales como el genocidio, el terrorismo o la tortura.
292| Una perspectiva de derechos humanos
127
Precisamente, esta posibilidad ha llevado a EEUU a desarrollar una estrategia en contra de
este tribunal, que ha derivado en la suscripción de "acuerdos bilaterales de inmunidad" con
ciertos países. Con carácter general, la finalidad de estos acuerdos es procurar la inmunidad
por los hechos que eventualmente puedan cometer los y las nacionales estadounidenses que
se encuentran cumpliendo funciones en el marco de operaciones de paz o misiones de natu-
raleza militar en otros países.
294| Una perspectiva de derechos humanos
128
Artículo 28 del Estatuto de la CPI.
295| Policías y Ciudadanos
• Pueden cometerse tanto en tiempo de paz como en
tiempo de guerra o conflicto armado.
• Los sujetos responsables pueden ser, tanto agentes del
Estado o grupos de particulares que actúan con su
apoyo, como otros grupos disidentes que actúan al
margen del Estado.
Los crímenes de lesa humanidad son actos graves de violencia
que perjudican al ser humano, atacando lo que le es más
esencial: su vida, su libertad, su bienestar físico, su salud o su
dignidad. Lo que caracteriza esencialmente a los crímenes de
lesa humanidad es el concepto de la humanidad como víctima,
ya que se trata de actos inhumanos que, por su generalización
y su gravedad exceden los límites tolerables de la comunidad
internacional que debe necesariamente exigir su castigo129.
En cuanto al carácter masivo o sistemático de los crímenes de
lesa humanidad, el adjetivo generalizado supone una acción a
‘gran escala’, la comisión múltiple de los actos en contra de
una población civil, mientras que el adjetivo sistemático hace
referencia a actos que se producen con un cierto grado de
organización y patrón. Esta característica supone la no consi-
deración de crimen de lesa humanidad de las violaciones es-
porádicas o aisladas de derechos humanos.
Uno de los avances del Estatuto de la Corte Penal Internacio-
nal se refiere a los sujetos responsables. Los autores de críme-
nes contra la humanidad o de lesa humanidad, crímenes de
guerra o genocidio pueden ser tanto agentes del Estado o par-
ticulares que actúen con su consentimiento como organiza-
ciones o grupos que actúan al margen del Estado, resultando
129
Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia, caso Erdemovic. Decisión del 29 de
noviembre de 1996, Doc. IT 96-22-T de las Naciones Unidas.
296| Una perspectiva de derechos humanos
Genocidio
Se entiende por genocidio cualquiera de los actos siguientes,
cometido con la intención de destruir, total o parcialmente, a
un grupo nacional, étnico, racial o religioso:
297| Policías y Ciudadanos
• matanza de miembros del grupo
• lesión grave a la integridad física o mental de los
miembros del grupo
• sometimiento intencional del grupo a condiciones de
existencia que hayan de ocasionar su destrucción físi-
ca, total o parcialmente
• medidas destinadas a impedir los nacimientos en el
seno del grupo
• traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.
un grupo particular’130.
En cuanto a los grupos protegidos por la definición, estos son
sólo los nacionales, étnicos, raciales o religiosos. La destruc-
ción de un grupo político de acuerdo a esta definición consti-
tuirá, entonces, crimen de lesa humanidad o crimen de gue-
rra, en su caso.
El genocidio como tal implica, a su vez, la violación de otros
derechos distintos a la vida, tales como la integridad personal,
la igualdad, no discriminación, libre desarrollo de la personali-
dad, derechos de los niños y niñas, derechos de las minorías
étnicas, religiosas y raciales.
130
Tribunal Penal Internacional para Ruanda, The Prosecutor v. Jean-Paul Mayesu, sentencia
de 2 de septiembre de 1998, asunto ICTR- 96-4-T, párr. 523.
299| Policías y Ciudadanos
1. Infracciones graves a las Convenios de Ginebra de 12
de agosto de 1949.
2. Otras violaciones graves de las leyes y usos aplicables a
los conflictos armados internacionales. El Estatuto de
la Corte Penal Internacional incluye una lista de vein-
tiséis conductas prohibidas, tales como:
• atacar a la población civil en cuanto tal o a personas ci-
viles que no participen directamente en las hostilida-
des
• atacar bienes civiles, es decir, bienes que no son, obje-
tivos militares
• causar la muerte o lesiones a un enemigo que haya
depuesto las armas;
• declarar abolidos, suspendidos o inadmisibles ante un
tribunal los derechos y acciones de los nacionales de la
parte enemiga.
como indispensables’.
131
En este punto, el abogado defensor se refirió al caso Akayesu de la Corte Penal Interna-
cional de Ruanda en que se resolvió que la violación, en casos de delitos penales internaciona-
les, no es la definición comúnmente aceptada en el Derecho Internacional (relaciones sexua-
les no consensuadas), sino que se pueden incluir otras variaciones de violación como la inser-
ción de objetos o el uso de orificios corporales no considerado intrínsecamente sexual.
305| Policías y Ciudadanos
CAPÍTULO X
LA DOCTRINA DE LAS INSTIUCIONES ARMADAS
EN EL ESTADO DEMOCRATICO DE DERECHO.
RELACIONES ENTRE CIVILES Y PERSONAL MI-
LITARIZADO132
1. Estados de excepción
Los estados de excepción son instituciones de naturaleza temporal o
provisional, destinadas a superar crisis extraordinarias y a garantizar
el retorno de la normalidad constitucional.
132
El presente capítulo se desarrolló a partir de modificaciones del texto del Manual de
Derechos Humanos para las Fuerzas Armadas, confeccionado por el Instituto Interamericano
de Derechos Humanos. Ver cita bibliográfica al final.
306| Una perspectiva de derechos humanos
Control legislativo
En una democracia todas las instituciones armadas dependen del Po-
der Civil y sus acciones están sujetas al control del poder ejecutivo,
legislativo, y judicial; instituciones donde reside la soberanía popular.
Verdad
La verdad es una obligación de honor de los actores militarizados
respecto de las instituciones y autoridades civiles. Quien falta a la
verdad ofende a la Patria, a la institución militar y a sí mismo.
un sistema democrático.
La sagacidad y la astucia o el engaño táctico, son parte de las
técnicas militarizadas y son valorados positivamente cuando
se usan con éxito solamente frente al enemigo. Por el contra-
rio, su uso en las relaciones con el poder civil conlleva una
infracción grave de sus obligaciones morales, pues socavan las
bases institucionales y la confianza del Estado que han jurado
servir.
La obediencia forzada
Recientemente se ha enunciado la tesis de la obediencia for-
zada frente a violaciones de derechos humanos. Ella seria la
obediencia debida por jerarquía y por amenaza, cuando el
contenido inmoral de una orden es observado al superior que
manda pero debe cumplirse pues no existe otra salida, ya que
si no se obedece se arriesga la propia vida.
La aceptación, de esta tesis, que busca reconocer la no culpa-
bilidad individual en determinadas circunstancias, muy similar
al miedo irresistible, requiere, para ser aplicable, que se reco-
nozca que existe, al momento de la infracción, un estado insti-
tucional de comisión de delitos, (el que obliga no es un oficial
superior sino la institución) del cual responde todo el alto
mando. Es decir, sólo existe una traslación de responsabilidad
a todo el mando superior. Ello porque el monopolio del uso de
la fuerza que tiene el Estado, cuyo ejercicio se confía a las ins-
tituciones armadas, forma parte de la personalidad moral del
Estado y no puede ser usado de manera ilegítima.
Las estructuras militares operan como cuerpos y se sostienen en la
solidaridad y responsabilidad del grupo. Por lo tanto, la obediencia
forzada solo es una variación de la obediencia debida y no una causal
de inimputabilidad por crímenes cometidos bajo un miedo o temor
irresistibles.
No deliberación
Deliberar es ‘examinar y discutir oralmente un asunto y resolver
después de una discusión’. Es ‘considerar atentamente el pro y el
contra de los problemas de una decisión, antes de adoptarla y resol-
ver una situación con premeditación’.
133
Durante el Gobierno de la Unidad Popular en Chile, el General Carlos Prats, Comandante
en Jefe del Ejército emitió una circular con fecha 19 de enero de 1972, en la cual sostuvo: "En
el actual estado, el Ejército respeta la norma del control civil del poder militar. No compete al
Ejército calificar en las situaciones conflictivas que surjan en el libre juego de una democracia
constitucional. Se rechaza todo conato de intromisión política en las filas de la institución. Por
tanto, tampoco se delibera ni se pronuncia en los asuntos de la política contingente. La uni-
dad de la cohesión del Ejército es vital para la supervivencia y es factor fundamental en el
ejercicio invariable del profesionalismo apolítico.
318| Una perspectiva de derechos humanos
Bibliografía
Contenido
Presentación ......................................... 11
Una mirada modernizadora de la institución policial 24
CAPÍTULO I............................................ 28
VISION SOCICULTURAL DE UNA SALTA QUE SE MORDERNIZA 28
Salta a principios del siglo xx ...................... 28
De la aldea a la ciudad moderna ................. 35
La seguridad en la aldea del centenario y en la ciudad globalizada del
bicentenario ................................................ 44
De regreso al pacto moral ........................... 46
CAPÍTULO II........................................... 48
CONSIDERACIONES PARA UNA POLICIA DEMOCRÁTICA 48
1.- Componentes de la militarización .......... 48
2.- Antecedentes de la militarización de la policía 51
3.- Una Policía democrática ......................... 57
4.- Contribuciones para un debate informado en torno a la ‘seguridad
pública’ ....................................................... 62
5.- Prevención del Delito. Una herramienta de democratización policial
..................................................................... 79
6.- Obstáculos internos de la institución policial para su
democratización .......................................... 82
7.- La policía democrática del futuro ........... 84
8.- Disminuir la distorsión de valores: una ética de los pequeños grupos.
..................................................................... 91
Ejercicios de aplicación práctica. Capítulo II 94
CAPÍTULO III ORIGEN Y EVOLUCION DE LA INSTITUCION
POLICIAL ............................................... 98
1. De la ética religiosa de los ‘caballeros’ del Medioevo a la Policía
primigenia del xvi y xvii ................................ 98
2.- La formación de la Policía en los Estados Nacionales 100
3.- Diferencias en el surgimiento y tradiciones de pensamiento en las
policías europeas de los siglos xvii y xviii. .. 105
329| Policías y Ciudadanos
4.- Función policial en el siglo xvii europeo 108
5.- Regulación de la población en base a la idea de seguridad: siglo xviii,
el cambio en la institución policial............. 113
5.1.- Instituciones antecedentes de la policía 114
6.- Cambios en la teoría económica: del mercantilismo del xvii al
capitalismo del xviii.................................... 116
Ejercicios de Aplicación práctica. Capítulo III. (desarrollar) 123
CAPÍTULO IV PROFESIÓN POLICIAL, MEMORIA Y
PACIFICACIÓN DE LA SOCIEDAD ............ 124
1. El uso de la coerción .............................. 124
2. La profesión policial ............................... 126
2.1. Transparencia democrática .................. 127
3. Papel de las Instituciones de Seguridad en un Estado Democrático129
4. Misión de l@s policías ........................... 131
5. La política de Seguridad en un Estado de Derecho 133
6. Visión ciudadana de la policía ................ 135
6.1. Importancia de la formación en derechos humanos y de un
trabajo de memoria activa en el cuerpo de Policía 137
Ejercicios de aplicación práctica. Capítulo IV 143
CAPÍTULO V CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE
DERECHOS HUMANOS .......................... 144
1. ¿Qué son los derechos humanos? ......... 144
2.- Derechos Humanos de l@s policías...... 146
3. Características de los Derechos Humanos150
4. Sujetos de derechos humanos ............... 152
5. Origen y evolución histórica de los Derechos Humanos 152
6. Protección de los derechos humanos .... 156
6.1. Límites ordinarios y extraordinarios al ejercicio de los derechos
humanos...................................................... 158
7. Clasificación de los derechos humanos . 160
7.1. Según campos ...................................... 160
7.2. Según sujetos ....................................... 161
8. Ofensores de los derechos humanos..... 162
9. Estado de Derecho ................................. 163
Regulaciones políticas y el mito de los límites al Estado por los
‘derechos humanos’ .................................... 164
Ejercicios de aplicación práctica. Capítulo V 168
330| Una perspectiva de derechos humanos