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Uno de los problemas que surge cuando alguien intenta saber a qué nos referimos cuando
hablamos de “economía”, es que esta palabra se usa con diferentes contenidos, como pasa con otras
muchas, y esto suele confundir a los/as estudiantes. Para entender dónde se sitúa esta asignatura,
empezaremos por diferenciar tres maneras de utilizar el término “economía”:
2. También cuando hablamos de “economía”, nos podemos estar refiriendo a la actividad económica
o a la realidad económica de un territorio o de una sociedad en una época. Es decir a la forma en
que en un momento histórico se organiza la producción colectiva de los medios de vida, la
tecnología que se utilizaba, la forma en que en esa época se establecía la propiedad de esos
medios de vida, cómo y quién los consumía, etc.. Así, por ejemplo, hablamos de la economía
primitiva (la economía colectivista de los pueblos recolectores, cazadores y pescadores), de la
economía de la Grecia o Roma clásicas (basada principalmente en el esclavismo), de la economía
feudal, de la economía capitalista, de la economía socialista… y también podemos hablar en este
sentido de la economía mundial, de la economía europea, de la economía de la Unión Europea, de
la economía española, de la economía de la Comunidad de Madrid, de la economía de la comarca
de la Sierra, etc. Generalmente, cuando se escribe economía con minúsculas, solemos estar
refiriéndonos a esta acepción de la palabra “economía”: economía como actividad colectiva o social
real de producción.
3. Pero también cuando hablamos de “Economía”, podemos estar refiriendonos a las teorías que
intentan interpretar la actividad económica. Así, por ejemplo, hablamos de la Economía vista por
los Mercantilistas, los Fisiócratas, los Clásicos, los Neoclásicos, los Historicistas, los Keynesianos
(por el economista J.M. Keynes), los Marxistas, los Estructuralistas, los Neoliberales, etc. Es decir,
estamos refiriéndonos a la llamada Teoría Económica (algunos, muy pomposamente, la llaman
Ciencia Económica o Economía Positiva), el Pensamiento Económico o, como la llamaron los
Clásicos, para distinguirla de la Economía familiar, la Economía Política (o Economía de la
Sociedad). Generalmente, cuando se escribe la palabra Economía con mayúsculas solemos estar
refiriéndonos a las teorías que intenta interpretar la realidad económica
En esta asignatura tocaremos la “economía” desde estos tres puntos de vista, pero sobre todo
hablaremos de economía como realidad y de Economía como teorías para interpretar esa realidad
económica.
En la asignatura de Economía y Administración de Empresas y en la asignatura Fundamentos de
Administración y Gestión, ambas de 2º de Bachillerato, se ve la economía más bien como la primera
acepción: como administración o gestión de la empresa capitalista.
Por ahora renunciamos a hacer una definición de lo que es Economía, no sólo porque no existe
una que sea generalmente aceptada, sino porque muchos consideramos que no es necesario (aunque
más adelante veremos algunas de las múltiples y enfrentadas definiciones de lo que es esta materia,
que han dado algunos especialistas).
En este capítulo nos centraremos en dar una visión general sobre la economía entendida como
actividad económica (es decir, la economía como realidad) y sobre la Economía como teorías que
intentan interpretar esa realidad económica.
La actividad económica, o “economía real”, consiste en la forma en que las sociedades están
organizadas para producir sus medios de vida. En toda actividad económica podemos observar qué
I. INTRODUCCIÓN A LA ASIGNATURA ECONOMÍA DE 1º DE BACHILLERATO 2
se produce, qué técnicas utilizan para producir, cómo se organiza la producción…, pero también,
quiénes son los propietarios de esos medios de producción y de esos productos, y quiénes, y como,
consumen los frutos de la actividad económica.
Si nos abstraemos y pensamos en la actividad económica de las sociedades humanas que han
existido, podremos distinguir, en todas ellas, tres aspectos principales ligados entre sí:
1. La producción (de bienes y servicios).
2. La propiedad (“distribución” o apropiación de lo producido).
3. El consumo de lo producido.
Estos tres elementos están íntimamente unidos entre sí y se condicionan mutuamente. Si los
separamos es sólo porque nos facilita su explicación.
LA PRODUCCIÓN
La producción es el modo en que una sociedad produce los bienes y servicios. Cuando
hablamos de producción, o de “modo de producción”, nos estamos refiriendo a qué se produce, cómo
se produce, quién lo produce… Es decir, al hablar de la manera de producir de una sociedad humana
estamos hablando de los productos (recolección, caza y pesca, agricultura, manufacturas, industria,
servicios…), de las técnicas o tecnologías usadas (trabajo, conocimientos, materiales, herramientas,
máquinas, energía usada, etc.) y de la forma de organizar la producción (quiénes producen y cómo se
organizan para producir, quiénes toman las decisiones, de quiénes son los medios de producción, etc.).
La forma social en que está organizada la producción, determina la propiedad de lo producido (y de los
medios de producción).
LA APROPIACIÓN O PROPIEDAD
La apropiación o propiedad, es otro elemento fundamental para distinguir una economía o una
sociedad, de otra. Cuando hablamos de apropiación o propiedad nos referimos a de quién o de quiénes
es lo producido, o qué parte de lo producido es de cada persona o grupo de personas que viven en esa
sociedad, cómo se distribuye, apropia o reparte lo producido, de quiénes son los medios de producción
(las tierras, el agua, el trabajo, las herramientas, los conocimientos, etc.). Podemos pensar en varios
tipos de economías (formas diferentes de organizar la producción) y ver que en muchas de ellas quién
produce no es el propietario de lo que produce. A este elemento se le ha llamado también distribución,
lo que ha hecho que muchos estudiantes, y algunos profesores e incluso algunos autores de libros de
texto, confundan la distribución entendida como apropiación o propiedad (de la que aquí hablamos y a
la que se referían los economistas clásicos), con la distribución entendida como la manera en que los
productos se transportan, almacenan y llegan a las personas (por ejemplo la distribución de la energía
eléctrica, la distribución del pan, etc.).
EL CONSUMO
Por último podemos hablar del consumo, que podríamos decir que es el fin de la producción y su
final. El consumo “destruye” lo producido (a veces instantáneamente, a veces después de años…).
Cuando analizamos este aspecto, tendremos que ver qué consume cada miembro de la sociedad o
cada grupo social, si quién produce es quién consume lo producido, cómo y cuándo lo consume, si
desplaza en el tiempo ese consumo (ahorro), si se acumula la producción, quién la acumula, cómo se
acumula, con qué medios se cuenta para acumular lo producido, etc.
Veamos un esquema de estos tres componentes o elementos básicos de la economía:
De nuevo señalamos que estos tres elementos no se pueden separar, en la realidad, unos de
otros (aunque por razones pedagógicas muchas veces tenemos que recurrir a las clasificaciones y a las
separaciones esquemáticas), sino que están muy relacionados entre sí y se influencian mutuamente. La
forma en que está establecida en una sociedad la producción de los bienes y servicios condiciona la
propiedad de esos bienes y servicios y su posterior consumo.
Observar que lo que se produce en una sociedad, no ha sido siempre de quien lo produce, sino
que el sistema social (la organización social, el Estado, las leyes…) han establecido que lo producido se
distribuya entre los miembros de la sociedad o se convierta en todo o en parte en propiedad de una
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parte de esa sociedad. Probemos a hacernos algunas preguntas sobre la propiedad de lo que las
sociedades producen: ¿A quién pertenece lo producido en una comunidad nómada, cazadora y
recolectora? ¿Y en una sociedad esclavista? ¿Y en un feudo medieval? ¿Y en una sociedad capitalista?
Veamos un ejemplo: en algunos feudos, las familias que vivían ellos obtenían sus medios de
subsistencia trabajando la tierra y cuidando animales domésticos, pero tenía que entregar una parte de
lo que producía al “señor”, así como trabajar en otras tareas al servicio del feudo (servicio doméstico,
caminos, construcción, etc.). Esta forma de organizar la producción determinaba que de lo que
producían los siervos, una parte era de ellos, pero otra era del “señor” (que lo consumía con su familia,
caballeros, criados, sacerdotes…). En ese tipo de economía, como en todas, el entorno social, las
circunstancias, la división del trabajo, la fuerza, las costumbres, las leyes, las religiones oficiales, etc.
justificaban que así tenía que ser (y quien no lo aceptaba se exponía a un castigo).
EL COMERCIO O INTERCAMBIO
Pero los cambios históricos dieron lugar al nacimiento y crecimiento de un cuarto elemento o
aspecto, que ha sido clave para llegar a la actual economía capitalista: nos referimos al comercio (al
que también se le llama “intercambio”).
El comercio ha ido cambiando y, en general, ampliándose hasta llegar al desarrollo masivo de la
economía mercantil en el capitalismo. En el capitalismo actual la forma de llegar al consumo es
básicamente a través del comercio (compramos casi todos los bienes que consumimos y cada vez más
aspectos de la vida humana son comercializados, es decir convertidos en mercancías).
Con la generalización del comercio, en la sociedad capitalista, éste se convierte en el “camino”
entre la propiedad y el consumo. Es decir, si antes el consumo de las familias salía en su mayor parte
de lo que ellos habían producido directamente, ahora las familias (y las empresas) comercian con lo que
producen (lo venden) y con lo obtenido de ese comercio adquieren otras mercancías. Únicamente una
pequeña parte de lo que producimos es hoy para nuestro propio consumo.
COMERCIO
El comercio, a pesar de su importancia actual y de que para nosotros/as sea algo cotidiano,
apenas existió o tuvo un peso muy marginal en la economía durante la mayor parte de la historia
de la humanidad.
Las primeras sociedades humanas, que abarcaron más del 95% de lo que podemos llamar la
historia de la humanidad, eran prácticamente autosuficientes, es decir que producían casi todo lo que
necesitaban para vivir. En esas sociedades primitivas, lo producido era propiedad de la comunidad, que
funcionaba como una familia amplia, y se repartía en el interior de la misma de acuerdo a unas reglas
muy precisas. En esta forma de vida, el comercio dentro de la comunidad no existía, ni podía existir en
la medida que no se había desarrollado la propiedad privada, ni la producción de mercancías y porque
para la supervivencia del grupo tribal eran imprescindibles los lazos de solidaridad y el evitar diferencias
sociales.
Las pocas veces que las comunidades primitivas “comerciaban” lo hacían con otros grupos
tribales cercanos o con los que se cruzaban. Pero esas primeras manifestaciones de lo que hoy
llamamos “comercio”, no tenía la frecuencia, ni la forma de comerciar que nosotros/as conocemos, ni su
importancia económica, sino que eran de carácter ocasional o marginal en sus economías y se
realizaba en forma de trueque (intercambiar unos objetos por otros). En muchos casos el objetivo de
esos trueques tenía más de refuerzo de las relaciones sociales entre comunidades que de actividad
económica (algo así como todavía pasa con los regalos que intercambiamos en el interior de las familias
actuales). Así, se considera que las primeras relaciones “comerciales” que existieron fueron los regalos
ceremoniales y el trueque silencioso 1 .
1
El trueque silencioso, o comercio silencioso, consistía en que grupos tribales cercanos, que no solían entrar en
contacto (pues los grupos recolectores, cazadores y pescadores era fácil que chocaran por los recursos del
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Pero no hay que irse tan lejos para llegar a la conclusión de que el comercio generalizado es
muy reciente. Si hoy conversamos con personas mayores nos podrán contar como ellas mismas y sus
familias, hace relativamente pocos años, producían una parte considerable de los productos que hoy, la
mayoría de nosotros/as, compramos.
También podemos reflexionar y darnos cuenta de que aunque la mayoría de los bienes que
consumen las familias los obtienen comerciando (las familias “vendemos” algo, la mayoría vende el
tiempo de trabajo de alguno/s de sus miembros a cambio de un salario, y con el producto de esa “venta”
compramos alimentos, energía, vivienda, ropa, diversión, etc.), todavía hay un cierto número de bienes
y servicios que son producidos por nosotros/as mismos, o por nuestro núcleo familiar, para nuestro
autoconsumo.
Incluso, si miramos las cosas con una visión más amplia, podemos darnos cuenta que una parte
considerable de la humanidad sigue produciendo directamente los bienes y servicios que consume, y no
sólo comida, trabajo doméstico, utensilios, etc. sino, que por ejemplo, la mayoría de las viviendas que
existen actualmente en el mundo han sido construidas por los núcleos familiares que las habitan.
territorio) intercambiaban productos dejándolos en una zona “fronteriza” y sin verse ni hablarse. La iniciativa la
tomaba uno de los grupos, que dejaba algunos productos en un lugar en que el otro grupo los podía encontrar.
Esa iniciativa era la demostración de una voluntad de buena vecindad. Si el otro grupo los recogía, era un
síntoma de acuerdo. Ese segundo grupo dejaba a su vez en el mismo lugar otros productos para que los recogiera
el primer grupo. Si alguno de los dos grupos no recogía los productos del otro, era una declaración de que no
querían contacto o, en el caso del primer grupo, que no consideraban que los productos aportados fueran del
mismo valor que los que ellos habían “regalado”. Este método se sigue utilizando actualmente entre algunas tribus
e incluso cuando especialistas de algunos gobiernos quieren establecer contacto con algún grupo tribal de los que
no han sido nunca contactados o que han decidido vivir al margen de la llamada “civilización”.
2
“El bien lo definimos desde un punto de vista antropológico, es decir, como cualquier cosa que el hombre
necesita como medio de consumo o de producción. Al decir cosa incluimos tanto los bienes tangibles como los
(más vaporosos) servicios. El producto es el bien producido, es decir, el bien que resulta de un proceso de trabajo
humano del tipo que sea. La mercancía es el bien que tiene precio, o sea, que es objeto habitual de transacciones
mercantiles. (…) En la economía de mercado capitalista, este espacio comprende a la inmensa mayor parte de los
bienes que nos rodean, y no sólo eso, sino que hasta la propia capacidad laboral humana se convierte, sin ser un
bien en sentido estricto, en parte del mundo de las mercancías, como consecuencia de la deriva patológica en que
entra la sociedad humana como consecuencia de su desarrollo capitalista”
Diego Guerrero. “Dinero, Capital ficticio, Trabajo improductivo y Sistema Financiero Mundial”.
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Muchos consideramos que para poder entender qué ha impulsado los grandes cambios históricos,
de la política, las guerras, las costumbres, las creencias, las leyes, las culturas, las religiones, el arte, la
manera de pensar y actuar, etc., debemos recurrir a estudiar su relación con la economía de la época.
La mayoría de los historiadores actuales reconocen que la actividad económica es la
característica de más peso en la sociedad (al determinar el reparto de poder, las formas de vida, la
organización de la sociedad, las técnicas empleadas, las leyes y costumbres, la cultura, los mitos, los
enfrentamientos políticos e ideológicos, las guerras, etc.). También está generalmente aceptado que los
cambios en la actividad económica, o economía, provocan, en última instancia, los principales cambios
sociales y la propia “evolución” de la histórica.
Por ejemplo, el nacimiento de los grandes sistemas económico-sociales basados en la agricultura
de regadío (Mesopotamia, Egipto de los faraones…), llevó a la generalización del pago de impuestos en
especie, al nacimiento de los registros contables, la escritura, los inspectores, los agrimensores, la
policía, el ejército profesional, el servicio militar obligatorio, el servicio civil, las grandes obras públicas,
los ingenieros (presas, canales, puertos…), los astrónomos, los agrónomos, los artistas profesionales,
los grandes graneros, las grandes ciudades, las religiones de Estado, los grandes monumentos
representativos del poder, etc.
No obstante, sería muy esquemático interpretar todo lo que nos pasa como una consecuencia
directa y mecánica de la economía (a esta posición teórica se le ha llamado “economicismo”). Aunque
hay algunos economistas fundamentalistas, incluso algún premio Nóbel de Economía, que intentan
justificar todas nuestras actuaciones, incluso las privadas, exclusivamente desde el punto de vista de la
economía comercial.
Lo primero que tenemos que decir es que en todas las sociedades humanas han existido teorías
económicas, han existido conocimientos o posiciones teóricas sobre la economía. Es decir, un
pensamiento sobre qué producir y por qué, cómo repartir lo producido, qué valor de intercambio tenían
las mercancías, etc.
En la visión occidental, por ejemplo, se suelen situar las primeras referencias al pensamiento
económico en los escritos de algunos pensadores griegos al respecto, aunque se obvian otras
aportaciones anteriores que no se corresponden con lo que se considera “nuestra” cultura.
No puede entrar en esta asignatura de introducción a la economía en un repaso por la historia del
pensamiento económico precapitalista, pero es indudable que en las sociedades anteriores al
capitalismo hubo teorías (Economía) que explicaban el funcionamiento de sus economías, otra cosa es
que no fueran escritas, que no nos hayan llegado, que no se les haya querido dar importancia, etc.
No obstante, los intentos de crear unas teorías complejas que nos permitan tener una visión global
de la economía, para entenderla y transformarla, son relativamente recientes en la historia.
Pero el que la Economía, como teoría, sea relativamente reciente no tiene nada que ver con que
ahora seamos más inteligentes, más sabios o más curiosos, sino que tiene que ver con su utilidad.
Algunos consideramos que la humanidad produce, física o intelectualmente, sólo aquello que necesita,
o que necesita un sector de la misma. Si miramos la historia podemos ver que en las sociedades sin
comercio, o con comercio ocasional, el funcionamiento de la actividad económica estaba a la vista de
todos y era conocido por todos, con lo que no era necesario teorizar sobre lo que era evidente. Con el
crecimiento del comercio y de la propiedad privada, y especialmente con el nacimiento del dinero-
moneda, se hace más compleja la actividad económica y esto motiva el nacimiento de los análisis
económicos (Economía) como teorías para explicar lo que pasa.
Hagamos un razonamiento: ¿En una sociedad recolectora, cazadora, pescadora… era necesario
que existiera una Teoría Económica para que sus miembros entendieran el funcionamiento de su
economía? Creemos que no, que la actividad económica que realizaban era conocida por todos/as, era
obvia y podía ser entendida por todos/as, sin necesidad de recurrir a una explicación teórica, porque
todos la conocían y la veían y porque todos participaban en ella.
I. INTRODUCCIÓN A LA ASIGNATURA ECONOMÍA DE 1º DE BACHILLERATO 6
La Economía, como teoría, nace cuando la economía, como realidad, se hizo más y más
compleja. Cuando se pasó de las economías tribales a las que abarcaban una comarca, un gran
territorio, un imperio. Cuando dejó de ser visible, tangible y ya no era sencillo interpretarla.
También cuando la economía se fue haciendo más compleja fue también dejando de estar al
servicio de la comunidad y pasó a estar al servicio de unas minorías, con lo que la Economía o las
explicaciones teóricas, o mágicas, de la realidad económica tenían, y tienen, también el papel de
intentar convencer a las mayorías de que las cosas tienen que ser así y que es bueno que así sean.
En este sentido, las primeras cuestiones económicas que se plantearon (de las que nos han
llegado noticias por escrito) se centraban en la relación de intercambio de unas mercancías con otras
(¿por qué se cambian una determinada cantidad de una mercancía por otra cantidad de otra
mercancía? ¿Cuál es la relación que permite intercambiar, por ejemplo, trigo por gallinas? ¿Cuál es el
precio justo de las mercancías?), el valor del dinero, la justicia o injusticia de la propiedad de la tierra y
de los otros medios de producción y cómo se debían administrar, las ventajas y desventajas de la
esclavitud, si se podía reducir a los ciudadanos a esclavitud por deudas, cuál era el tipo de interés justo
para los préstamos, la relación entre riqueza y pobreza, la legitimidad de los impuestos y las aduanas (y
quiénes deberían pagarlos), si eran buenos o malos los monopolios, cómo debería organizarse la
producción, lo que es bueno o malo producir, etc.
Muchos de estos elementos se encuentran en los primeros escritos de los que tenemos noticias,
en los de los pensadores griegos (Aristóteles, especialmente), persas, romanos, árabes, etc., y también
en algunas obras literarias primitivas, en los “libros sagrados” de las religiones, etc.
La mayoría de esas primeras cuestiones, o primeros problemas, de la Economía, siguen siendo
hoy objeto de debate y, al igual que cuando se formularon, hay diferentes opiniones al respecto. Hoy
tampoco hay una respuesta única a esas preguntas, sino que cada corriente económica les ha dado
respuestas, no sólo diferentes sino muchas veces contrapuestas.
Pero las teorías económicas (Economía) complejas se desarrollan cuando la economía adquiere
un alto nivel de complejidad, y esto ocurre especialmente con el nacimiento del capitalismo.
Hagámonos unas preguntas: ¿Podemos entender la economía capitalista a través de la simple
observación o de nuestra experiencia personal? ¿Podemos entender de manera empírica la relación
entre los precios de las cosas, las crisis económicas, el subdesarrollo, las cotizaciones de las monedas,
la subida de los precios, el paro, el funcionamiento de la industria, el sistema de patentes, las empresas
de informática, la producción de energía, el funcionamiento de la Bolsa…? ¿Podemos entender la
economía en la que vivimos sin una teoría que nos explique sus componentes, sus relaciones, su
evolución, su futuro?
Parece evidente que no podemos entender de una manera “totalizadora” el funcionamiento de la
economía capitalista, sino disponemos de una teoría que nos ayude a interpretarla y a relacionar sus
diferentes aspectos.
No obstante, hay que hacer hincapié en que no hay una única Teoría Económica aceptada por
todos/as, aunque actualmente la enseñanza de la Economía, y la mayoría de los libros de texto, hagan
ver que una de esas teorías (la llamada neoclásica, que estudiaremos en el próximo tema) es la Teoría
correcta y casi única.
Desde que existe la Economía, se han dado interpretaciones dispares sobre los mismos hechos.
Algunos/as quieren ver en esa diferentes interpretaciones posiciones puramente intelectuales o de
opinión, mientras otros/as prefieren pensar que muchas de las opiniones sobre la economía dependen
de los intereses de cada uno/a o de su grupo social.
Veamos algunos ejemplos:
¿El que los jóvenes en España cobren salarios muy bajos es bueno o malo para la economía?
¿Es bueno para la economía que las pensiones de jubilación dejen de ser garantizadas por los
Estados y pasen a ser un asunto que cada trabajador/a resuelva por su cuenta?
¿Es objetiva la opinión de la mayoría de los ministros, grandes empresarios, el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial, etc. de que para que la economía vaya bien los salarios deben bajar, la
jornada de trabajo debe aumentar y el despido y los contratos deben de ser “flexibles”? ¿Qué opinan
los/as asalariados/as y sus familias al respecto? ¿Qué opináis vosotros/as?
I. INTRODUCCIÓN A LA ASIGNATURA ECONOMÍA DE 1º DE BACHILLERATO 7
La Economía, entendida como teoría, ha recibido y recibe diferentes nombres, lo que suele
contribuir también a despistar a algunos/as estudiantes, pero así son las cosas y tendréis que
acostumbraros a esas diferentes formas de referirse a lo mismo. A continuación ponemos una lista en la
que están algunos de estos nombres que ha recibido y recibe la Teoría Económica:
1. Economía (para los griegos clásicos y etimológicamente): conjunto de reglas para el gobierno
del patrimonio familiar (norma de la casa o gobierno prudente del patrimonio familiar).
2. Economía civil (Genovesi).
3. Economía pública (Beccaria, Veni..).
4. Economía nacional (Ortes).
5. Economía social (mundo germánico)
6. Economía política (mundo anglosajón y Escuela Clásica).
I. INTRODUCCIÓN A LA ASIGNATURA ECONOMÍA DE 1º DE BACHILLERATO 8
Las diferentes corrientes o escuelas de la Teoría Económica se han planteado alcances diferentes
de su trabajo teórico.
Algunas corrientes y economistas se han centrado en los principales problemas económicos de su
época o de su clase social de referencia. Otros han intentado ir más allá y han querido dar respuesta a
los grandes problemas teóricos de la economía, han intentado comprender el porqué de las situaciones
y de las relaciones económicas. Otros más han extendido sus esfuerzos teóricos a intentar analizar
cómo evolucionará economía en un futuro.
Siguiendo este esquema, podemos decir que las corrientes económicas han trabajado en alguno
o algunos de los tres aspectos siguientes:
1º. Analizar y resolver situaciones o problemas económicos de su época, su país, su grupo social,
etc.
2º. Explicar cómo funciona la actividad económica y porqué funciona así.
3º. Hacer predicciones sobre el futuro de la actividad económica.
No todas las corrientes económicas, y no todos los economistas, se han preocupado de los tres
aspectos por igual. Unos han hecho hincapié en la resolución de problemas contemporáneos, mientras
que otros han construido teorías y otros se han atrevido a hacer predicciones sobre el futuro. Pocas
corrientes económicas han intentado dar respuestas a estos tres aspectos. Entre las corrientes que han
centrado sus esfuerzos en estos tres aspectos están los llamados Economistas Clásicos (sobre todo
David Ricardo), la Economía Marxista y la Corriente Neoclásica.
La Economía es considerada una “Ciencia” Social, muy relacionada con la Historia, la Filosofía, la
Geografía, la Sociología, la Antropología, la Psicología, el Derecho, las Matemáticas, la Estadística...
En algunos casos la relación es imprescindible. Por ejemplo, es imposible entender la Economía sin la
Historia o la Historia sin la Economía. También muchos estudiosos consideran imprescindible analizar la
economía para poder entender e interpretar la Sociología, la Filosofía, el Derecho, la Antropología, etc.
El estudio de la economía desde un punto de vista crítico ayudaría a entender muchas cosas que
pasan y que han pasado, pero en la realidad se estudia poca Economía en la enseñanza formal (¿por
qué será?) y cuando se hace predomina la visión acrítica y formal. No obstante algo de Economía se
estudia en varias especialidades de Formación Profesional (Ciclos de Grado Medio o Superior) y en
otros estudios universitarios como Sociología, Geografía e Historia, Sociología, Ciencias Ambientales,
Turismo, Ingenierías, etc.
En cuanto a los estudios de Economía en nuestro país, es reciente que se hayan introducido en
los Institutos. Oficialmente hay dos asignaturas de Economía en el Bachillerato de Ciencias Sociales:
Economía de 1º y Economía y Organización de Empresas en 2º, así como, en algunas Comunidades
Autónomas, Fundamentos de Administración y Gestión, como asignatura optativa en 2º. También, en el
marco de autonomía que tienen los IES, en algunos se han introducido asignaturas de Economía en 3º
y 4º de la ESO.
Los estudios universitarios de Economía suelen estar divididos en dos grandes ramas: las
carreras de Ciencias Económicas (en las que se estudia la Economía desde una visión general) y las
de Ciencias Empresariales o Administración de Empresas (en la que se estudia la economía desde
el punto de vista de la gestión de las empresas).
Los estudios de Ciencias Económicas suelen llevar a diferentes especializaciones o perfiles
profesionales. En un estudio reciente se citan los siguientes:
- Economía Pública (Hacienda pública, Fiscalidad, Administración pública)
I. INTRODUCCIÓN A LA ASIGNATURA ECONOMÍA DE 1º DE BACHILLERATO 9
Un grupo de estudiantes franceses criticaron a través de un manifiesto firmado en el año 2000 cuatro
aspectos negativos que poseía la enseñanza de la economía en las universidades.
• Una visión fragmentada de la realidad: Consideraban que los modelos estudiados reducían la
realidad social a su parte más pequeña y simple, aislándola de otros aspectos que influían y
determinaban la misma. Se pedía escapar de esta visión que ofrecía conclusiones basadas en
"mundos imaginarios".
• Un excesivo uso de los instrumentos matemáticos: Los estudiantes reprochaban que el modelo
se desarrollaba debido a un análisis analítico que no era tan trascendente en la educación de la
economía como para que ocupara tanto tiempo del estudio.
• El pensamiento único imperante: Se pedía la inclusión de nuevos enfoques que ofrecieran otra
visión de la realidad que no fuera la economía neoliberal. Se solicitaba la apertura de debates
críticos en las universidades con las teorías económicas existentes.
• El conformismo del profesorado: Se solicitaba a los profesores que "despertaran" del largo
letargo al que estaban sometidos y que se movieran en pro de un conocimiento más justo y plural.
(En España existe un grupo de estudiantes y profesores que sostienen planteamientos semejantes y
que se organiza en un grupo llamado Economía Crítica)
I. INTRODUCCIÓN A LA ASIGNATURA ECONOMÍA DE 1º DE BACHILLERATO 10
“La Economía positiva se define como la ciencia que busca explicaciones objetivas del funcionamiento
de los fenómenos económicos; se ocupa "de lo que es o podría ser". Trata de establecer proposiciones
del tipo "si se dan tales circunstancias, entonces tendrán lugar tales acontecimientos".
La Economía normativa ofrece prescripciones para la acción basadas en juicios de valor personales y
subjetivos; se ocupa "de lo que debería ser". Responde a unos criterios éticos, ideológicos o políticos
sobre lo que se considera deseable o indeseable.” www.southlink.com.ar/vap/contenido.htm
“Para muchas generaciones de economistas la actitud ideal ha sido la positivista; hacer afirmaciones del
tipo "se debe..." manchaba la imagen aséptica del buen economista. Pero actualmente se aceptan dos
reservas ante esa actitud. Por una parte, que tras cualquier formulación de tipo positivo se encuentra
inevitablemente una proposición normativa (…) la pura descripción de la realidad estará manchada
desde el principio por el color del cristal con que se mire. Por otra parte hay que aceptar que el objetivo
del conocimiento de la sociedad es operar sobre ella. No se trata sólo de conocer la realidad sino de
transformarla. La mayor limpieza en la actividad del economista estará, no en el infructuoso intento de
evitar la influencia ideológica, sino en reconocerla y proclamarla.” Martínez Coll, Juan Carlos (2001): "Teorías, leyes y
modelos económicos" en La Economía de Mercado, virtudes e inconvenientes http://www.eumed.net/cursecon/1c/teorias-leyes-modelos.htm
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