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¿Se ha preguntado usted por qué, muchas veces, Dios no responde sus oraciones, o por qué
es que a pesar de que intenta hacer las cosas una y otra vez, las situaciones de su vida
siguen sin funcionar? La respuesta puede estar en su medida de obediencia a Dios. Si usted
ha recibido a Cristo, pero todavía sigue experimentando una gran frustración espiritual,
puede haber una área de desobediencia en su vida que no ha enfrentado.
Posiblemente, Dios le ha pedido algo, y como respuesta usted ha ignorado Sus palabras o
ha hecho sólo parte de lo que Él le ha pedido.
Antes de que trate de hacer una lista de todo lo que Dios le ha pedido que haga o que no
haga, piense en lo siguiente: ¿Hay una área particular de su vida en la que tiene una lucha
para poder ser obediente a la Palabra de Dios? Cuando lee la Biblia, ¿le recuerda Dios
constantemente algún pecado específico? Cuando ora, ¿le viene a la mente una y otra vez
el mismo asunto? Si el Señor le está recordando algo en este mismo momento, piense en
esto: Pudiera ser que usted ha estado viviendo en la misma situación durante años porque,
en algún momento, decidió hacer las cosas a su manera en vez de hacerlas a la manera de
Dios.
El comprender esta diferencia clave entre nuestra manera de actuar y la manera como Dios
quiere que hagamos las cosas, puede hacer una diferencia tremenda en la vida de todo
cristiano. Esto es lo que quiero compartir con usted hoy. Tenemos que poner a la
obediencia en el primer lugar de nuestra lista de prioridades. Pero, para hacer esto,
necesitamos comprender completamente el porqué la obediencia juega un papel tan
importante.
Dios creó un ambiente perfecto para esta joven pareja, y les dio sólo dos mandamientos:
“Fr ucti
ficadymul t
ipli
caos ”( Génesis1:28)y“ De lá rboldel acienc i
ade lbi
enyde lmalno
comer ás ”(Gé nesis2:17).Sa bemosqueAdá nys umuj erentendi eronbi enest
ass enci
ll
as
instrucciones, porque Eva fue capaz de repetirlas al tentador antes de sucumbir a su
perverso plan (Génesis 3:3).
Ahora bien, usted podría pensar: Bueno, las cosas son diferentes hoy. No hay serpientes
que hablen, y tenemos muchas instrucciones sobre cómo conducirnos en la vida. Es cierto,
pero una cosa no ha cambiado: Dios nos ha propuesto una senda de obediencia a cada uno
de nosotros, y tenemos la alternativa de seguirla o de escoger nuestro propio camino. Por
tanto, si usted quiere desobedecer a Dios, simplemente aléjese de Su senda. No lea la
Biblia, no vaya a la iglesia, y ni siquiera trate de escuchar Su voz, porque si lo hace va a
saber la verdad y tendrá que enfrentarse a ella.
Saúl recibió la orden de Dios de que fuera a Gilgal y esperara allí durante siete días al
profeta Samuel, quien se le uniría. Ambos ofrecerían un solo holocausto (1 Samuel 10:8).
Saúl comenzó bien, pero a medida que se acercaba el séptimo día se fue poniendo nervioso
y sintiéndose frustrado, y finalmente decidió hacer la ofrenda sin Samuel. Pero la Biblia
nosdi ceque“ cuandoé la caba badeof recere lholoc austo,hea quíSa mue lqueve nía”( 1
Samuel 13:10). Saúl había esperado bastante tiempo, pero la obediencia parcial no es
obediencia.
Dios no promete que podremos ver o comprender de qué manera se revelará Su plan en
nuestras vidas. Más bien, con frecuencia nos llama a que le obedezcamos momento a
momento, confiando en que arreglará las cosas en el tiempo de Él. Esto quiere decir que
muchas veces tendremos que esperar, pero si lo hacemos con obediencia Dios bendecirá el
resultado.
¿Siempre le traerá a usted popularidad el obedecer a Dios? No. ¿La gente lo criticará? Sí,
probablemente. ¿Pensarán que son ridículas algunas cosas que usted hace? Sí. ¿Se reirán
de usted alguna vez? Sí. Pero quiero que tenga presente algo: Noé fue un hombre que
eligió caminar con Dios en medio de una sociedad depravada. De hecho, era tan perversa
que Dios decidió exterminar a todos los seres humanos de la tierra, a excepción de una
familia. Imaginamos lo que estas personas le decían a Noé, día tras día, al observarlo.
Si usted recibe a Jesucristo como su Salvador, su primer acto de obediencia debe ser esta
oración:“ Pa dre,pe rdóna mepormi spe cados.Hepe c
adoc ont rati;hee st
adovi vie ndoe n
rebeldía. Te pido ahora que me perdones por mis pecados; no porque soy bueno, sino
porquec reoquet uHi joJ es
úspa gót otalme ntelade udademipe cado” .Ene lmi smo
momento que usted hace eso, el Espíritu Santo viene a su corazón y le capacita para que
ande en obediencia, contando con Su fortaleza y poder.
Mi oración por usted es que sea obediente a Dios. Que llegue a ser la persona que Él quiere
que sea; para que haga la obra que Él quiere que haga; para que dé el fruto que Él le
permitirá dar, a fin de que pueda recibir las bendiciones que ha preparado para usted.