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Seguridad
ciudadana
3
SEGURIDAD CIUDADANA
PATRICIA GONZÁLEZ
2
363
.32
C83 González, Patricia
No. 2 Seguridad ciudadana / Patricia González. -- Guatemala: FLACSO,
2003 2003.
Diseño de Portada:
Juan Carlos Aguilar y Hugo de León.
Seguridad
ciudadana Editorial de Ciencias Sociales
8a calle 7-38 zona 9,
ciudad de Guatemala
Tel.: 339-3873
Correo electrónico: libcienciassociales@yahoo.com
ÍNDICE 5
Presentación 7
Capítulo II
Reflexiones conceptuales y definición de seguridad ciudadana 12
2.1 Exploración conceptual sobre la seguridad ciudadana
y contenidos realcionados 12 cuaderno
2
2.2 Estado actual del debate: seguridad interior, pública y ciudadana 14
Capítulo III
La política de seguridad y la seguridad ciudadana 19
3.1 La seguridad ciudadana como política pública 19
Capítulo IV
Sociedad y seguridad ciudadana: subjetividad y formas de expresión 26
1.1 La percepción subjetiva de la seguridad 26
Conclusiones 34
Bibliografía 36
Política de seguridad y defensa en Guatemala
Seguridad
ciudadana
PRESENTACIÓN:
L os Cuadernos de seguridad y defensa que se ofrecen a la atención del público a través de esta
colección, son el producto final del Proyecto: “Política de seguridad y defensa en Guatemala”,
apoyado por el International Development Research Centre, IDRC. Uno de los objetivos centrales
7
de dicho Proyecto consiste en trasladar a quienes no son especialistas en tales temas y los perciben
como campos rodeados aún de complejidad y misterio, la información y los conocimientos básicos
para su comprensión, a través de un formato más sencillo y accesible que aquél en el que
Política de seguridad
Lectores:
• Iduvina Hernández (Red Guatemalteca para la Seguridad Democrática)
• Carlos Padilla (Escuela de Ciencia Política, USAC)
La labor de inteligencia
Lectores:
• Arnoldo Villagrán (Red Guatemalteca para la Seguridad Democrática)
• Mario Mérida (Red Guatemalteca para la Seguridad Democrática)
• César del Valle (Escuela de Ciencia Política, USAC)
Los cuadernos que integran la colección Cuadernos de seguridad y defensa, en su orden, son
8 los siguientes:
Al agradecer a los lectores que participaron en el taller de discusión de los cuadernos y al IDRC su
decidido y entusiasta apoyo a este Proyecto, FLACSO-Guatemala espera que esta colección sea útil
para el mejor conocimiento y debate de los temas de seguridad, defensa e inteligencia que el
ciudadano de una sociedad democrática requiere.
ciudadana
CAPÍTULO I
CONSIDERACIONES PRELIMINARES
9
11
. Introducción
L lamamos “seguridad ciudadana” al conjunto de temas relacionados con la forma en que las
sociedades perciben y enfrentan los riesgos y amenazas en su entorno más inmediato. Dos
1.2 Propósitos
Las consideraciones señaladas respecto a la importancia de la seguridad humana nos llevaron a
elaborar este material, con el que pretendemos profundizar en el conocimiento y debate sobre la
seguridad ciudadana, estableciendo como propósitos específicos:
● Conocer los principales aportes teóricos respecto al tema, así como los ámbitos con los que se
relaciona. La intención aquí es enfatizar en los principales aspectos para apropiarnos de un
conocimiento básico que a su vez, nos facilite la intervención en el debate sobre el mismo.
● Explorar el debate conceptual actual. Los procesos de transición política, los cambios en el
mundo y el desarrollo tecnológico, en un marco de profunda preocupación por los temas
que están directamente vinculados con la supervivencia de la población en su aspecto más
cotidiano, están generando un dinámico examen teórico respecto al cual surgen distintas
formas de acercamiento.
10 ● Definir una concepción o paradigma de seguridad acorde con la democracia. En esa labor,
la revisión del tema de la seguridad ciudadana pasa por el análisis del diseño y operativización
de las políticas sectoriales, la transición del régimen político del autoritarismo a la democracia
Política de seguridad y defensa en Guatemala
El desarrollo de los contenidos anteriores nos aporta las principales temáticas necesarias para abordar 11
en el tema de la seguridad ciudadana, así como los contenidos relacionados con los mismos.
La transición a la democracia plantea aspectos inmediatos a resolver, que comienzan con encontrar
respuestas a la cada vez más comprometedora situación de inseguridad que se tiene en el país.
E n la bibliografía relacionada con esta temática existen diferentes conceptos que se usan indis-
tintamente y que sus significados son muy parecidos, lo cual genera cierta confusión y ambi-
güedad. Por otra parte, los procesos sociales que han generado esta dinámica teórica están vivos, in-
fluyendo y modificando permanentemente la discusión conceptual.
La relación que existe entre los sucesos y su identificación con términos específicos siempre refleja
una forma de apreciar las cosas; o sea, una expresión filosófica que se representa en grupos
organizados de ideas como paradigmas, doctrinas o movimientos. Actualmente, el tema de la
seguridad ciudadana ha cobrado fuerza porque en la dinámica social han aparecido fenómenos que
es necesario nombrar, analizar e identificar.
Revisando la literatura sobre el tema se aprecian de manera general dos grandes esferas de cono-
cimiento: la que se ocupa de los orígenes y consecuencias del fenómeno delincuencial, entendida
como amenaza a los individuos, sus bienes y su estabilidad; y la relacionada con las fuerzas y estruc-
turas que son las responsables de enfrentar dichas amenazas, como los sistemas policíacos, las fuerzas
armadas y, más recientemente, modalidades diversas de seguridad ciudadana: comunitaria y privada.
En lo que se refiere al origen de la delincuencia, existen numerosos estudios que identifican al menos
Seguridad tres variables: factores socioeconómicos, sicosociales, y de la historia política del país.
ciudadana
los factores socioeconómicos. Existe un argumento común al señalar que la pobreza, la inequidad
y la polarización en la estructura social, y la insuficiente distribución de la riquezas, constituyen
una de las principales causas de la delincuencia. Desde esa realidad, la sociedad sobrevive en
condiciones muy precarias en todos los ámbitos de la vida, que significan un estado permanente
de exclusión objetiva y subjetiva de acceso a medios de supervivencia y desarrollo integrales. Ello
genera inquietud y disconformidad con variabilidad de intensidad en diferentes sectores sociales,
que favorecen, a su vez, el aparecimiento de actitudes delincuenciales ante los sentimientos y nece-
sidades que su condición de vida les impone. 13
Los factores sicosociales. En el marco de una historia proclive a la violación de las garantías y
derechos individuales, agudizados en una situación posconflicto, se convierten en fuente perma-
nente de una doble condición: amplias posibilidades de acciones delincuenciales que indican el
teniendo especial énfasis en lo que atañe a las instituciones policiales y a los servicios de
inteligencia. La necesidad de la consolidación democrática obliga a desarrollar y fortalecer todo
el sistema de controles del sistema de seguridad de un Estado.
✓ La seguridad ciudadana responde siempre a la existencia del libre ejercicio del juego
democrático, y responde a la idea de canalizar el conflicto.
✓ Las ideas convencionales de seguridad pública responden a la búsqueda de eliminación del
conflicto.
El caso de las diferencias o posible confusión entre seguridad ciudadana e interior, sí nos remite
a una profunda contradicción que tiene como fondo una explicación y apreciación políticas
totalmente diferentes. Lo anterior es consecuencia de que ambas palabras se refieren a orígenes,
realidades y contextos sociales de muy distinta índole. El término interior , tiene un referente muy
ligado a la concepción de la “Doctrina de Seguridad Nacional ( DSN)”, que entiende la seguridad
como un todo global que responde a las mismas dinámicas, sólo con diferencias espaciales hacia
dentro del Estado y hacia fuera: la seguridad exterior y la seguridad interior. Las principales
consecuencias e implicaciones de esta visión donde dicha doctrina fue implementada, fueron:
1. Equipara las amenazas al Estado con un enemigo que podía ser interno y externo sin mayor
diferencia entre ambos.
2. De lo anterior, se deduce que la tarea de defensa del Estado requería un tratamiento global
indiferenciado hacia ese enemigo interno-externo.
3. Por lo tanto, era necesario contar con una sola estructura institucional para enfrentarlo, que
fueron las fuerzas armadas.
4. Al hacer indiferenciadas las tareas que en los Estados modernos corresponden a las fuerzas
armadas con las que serían responsabilidad de estructuras que deberían atender los problemas
de seguridad de la población, se mezclaron peligrosamente el ámbito de la seguridad y el
de la defensa.
5. Consecuentemente, se desnaturalizaron tanto las instituciones armadas como las policíacas; es
decir, perdieron su propia razón de ser, las funciones que les son encomendadas y la delimi-
tación entre ambas.
De esta forma, en países como Guatemala, donde existió un Estado autoritario, la defensa y la
seguridad interior tuvieron una misma racionalidad, una misma forma de ser atendidas, una
institución que se absorbió ambas funciones, –las Fuerzas Armadas–, dándole prioridad sobre otros
importantes componentes del Estado. Esto nos sitúa ante el problema de fondo, la llamada
seguridad interior –a pesar de ser utilizada ambigua o equivocadamente por algunos autores casi
como seguridad pública o ciudadana– tiene un trasfondo ideológico opuesto al que dio origen al
de seguridad ciudadana que nos coloca en el discurso y en el contexto de un régimen democrático.
Para la definición del concepto vamos a establecer dos niveles. El primero es encontrar los signi-
ficados de las palabras que utiliza, y después, entenderla en el contexto de su uso y desarrollo.
Analizando la cita anterior, podemos destacar que en el concepto de seguridad ciudadana unimos
la noción de la seguridad en su significado más general, con la idea de ciudadana que nos coloca
en la percepción de un grupo de población que comparte un espacio común, es sujeto político de
su comunidad y, por lo tanto, tiene deberes y responsabilidades desde y ante la misma. Se hace énfasis
Seguridad en la protección del individuo y sus bienes, de donde viene la idea de estar muy relacionado con
ciudadana la vida cotidiana. Y todo esto enmarcado en un régimen social y político común, el Estado.
Para el segundo nivel del análisis, comprenderemos a la seguridad ciudadana como parte o
subcomponente de un todo:
También se le concibe como una rama específica de la seguridad, encaminada a
contrarrestar o prevenir las acciones atentatorias contra el orden público, entre las
cuales se encuentra el crimen organizado y la delincuencia común. De manera que 17
la seguridad ciudadana incluye tanto los derechos de la población, como las
acciones necesarias realizadas por el Estado para contrarrestar o prevenir hechos
delictivos que atentan contra la integridad de las personas, el ejercicio de sus
derechos y el goce de sus bienes.
En este recuadro se hace énfasis en que le corresponde al sistema global de seguridad de un Estado
atender a la seguridad ciudadana, ligada fundamentalmente al fenómeno criminal y delincuencial.
El sentido de esta aclaración es para entender que la idea de orden lleva implícita la de desorden,
lo cual fortalece la noción de un estado permanente de búsqueda de una tranquilidad o paz social,
que en la realidad no se corresponde con la dinámica de los procesos sociales, sujetos siempre
a una evolución compleja y cambiante, de acuerdo con los contextos y períodos históricos en que
éstos se encuentren. Por ello, es más realista pensar la idea de una sociedad en la cual necesa-
riamente surgen conflictos, lo que favorece la cultura de la solución consensuada de los mismos.
Esto contribuye enormemente a fortalecer las percepciones que acompañan a la seguridad ciudadana,
en la cual, el énfasis principal está en la concepción del ser humano con conciencia y voluntad que
puede y debe incidir en su entorno social y político. Es decir, que tenga y promueva todo tipo de
espacios de expresión y participación en torno a sus necesidades compartidas, y en este caso concreto,
a la construcción de la seguridad. Esta visión tiene un carácter profundamente humano, pues
considera que todos los individuos se encuentran en un estado permanente de corresponsabilidad
entre ellos y con el Estado. Recapitulando lo expuesto, tenemos las siguientes precisiones:
En un sentido más analítico, la seguridad ciudadana significa adicionar la participación de la
comunidad organizada a la manifestación cotidiana del ciclo de la seguridad compuesto por
la prevención, la sanción y la rehabilitación (rol y función de policías, rol y estructura del
sistema judicial, y características y objetivos del sistema penitenciario. En un sentido amplio,
entonces, la seguridad ciudadana es: “El conjunto de condiciones sociales, políticas, eco-
nómicas, culturales e institucio-nales que garantizan el adecuado y normal funcionamiento
de la comunidad y la convivencia ciudadana. Se trata en síntesis, de garantizar una vida digna
a todo ciudadano”.(Holzman)
De La Colina
Finalmente, existen dos aspectos puntuales y muy importantes que hay que considerar con relación
al concepto de ciudadanía. El primero se imbrica con el carácter básicamente formal del referente
jurídico-político el cual, como señala Arévalo, no tiene en la región el correspondiente desarrollo
práctico en la vida política y las condiciones en que crecen las jóvenes democracias, que tienen
un trasfondo problemático para el perfeccionamiento de una ciudadanía activa, en la que los
miembros de la comunidad se constituyan en sujetos de la acción política (Arévalo, 2000).
El segundo aspecto es más una apreciación analítica del contexto de uso del término. Si bien en
el material bibliográfico que trabaja temas de la seguridad ciudadana se da por hecho que el
término se refiere al contexto señalado en el párrafo anterior, el jurídico-político, en numerosos
textos existe énfasis en la seguridad de las ciudades; es decir, una representación más de carácter
urbanístico que se separa del ámbito rural. Esta aclaración es necesaria para precisar el término
en los diferentes contextos en que es utilizado.
18
Política de seguridad y defensa en Guatemala
Seguridad
ciudadana
CAPÍTULO III
LA POLÍTICA DE SEGURIDAD Y LA SEGURIDAD
CIUDADANA 19
La evolución del concepto ha variado de acuerdo con los diferentes contextos históricos, sociales,
culturales, políticos y económicos. Cada sociedad ha estructurado sus sistemas de seguridad res-
pondiendo a un conjunto de preceptos y valores, muy particulares y, por lo tanto, específicos de cuaderno
donde surgen y se desarrollan. 2
En la historia reciente de los sistemas políticos, la seguridad conforma una de las principales estruc-
turas de las cuales depende el mismo régimen. El Estado, como organización estructural y racional,
al atender la seguridad está obligado a tener una visión global y articular directrices entre todos los
componentes del mismo para lograr prever, disminuir o enfrentar, la condición de incertidumbre.
El referente de la seguridad
El punto central en la definición de la política de seguridad es el referente de la seguridad. Este
término trata de ejemplificar cuál es el sujeto-objetivo o finalidad de la misma. De manera muy
general se puede hacer una gran división, según cómo se ha venido formulando la seguridad en
los países de la región en la etapa histórica reciente.
Por un lado, están los regímenes políticos que se enmarcan en el autoritarismo y donde se implantó
la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN). Por otro, los procesos de transición que viven varios países,
de autoritarismo a la democracia. En la concepción de la DSN, el referente es el Estado mismo, por
lo cual se denomina estatocéntrica; y en la transición democrática, la seguridad se ha abierto a nuevas
concepciones cuyo referente es el ser humano, en lo individual y colectivo. El paradigma que agrupa
estas nuevas formas de formular la seguridad se denomina seguridad humana y/o seguridad integral;
y en el ámbito de las políticas públicas, seguridad democrática.
Los Estados que viven la transición desde el autoritarismo han modificado el conjunto de los
contenidos y estructuras del sistema de seguridad, tratando de ser coherentes con el paradigma
de la seguridad democrática.
La forma en que la nueva política de seguridad debe articularse con la concepción y operati-
vización de la seguridad ciudadana, implica profundas modificaciones. Es necesario partir del
hecho de que lo general es la política de seguridad del Estado, y la seguridad ciudadana se colocaría
en un subnivel, atendiendo las tareas específicas que le son encomendadas. Con esto, se reformu-
larán necesariamente los componentes de todo el sistema de seguridad: Referentes, amenazas-
agenda, actores y estructuras. Pero el trabajo más importante de esta transformación es haber
desarrollado toda una nueva concepción, una nueva estrategia para el ámbito de la vida cotidiana
y de los habitantes, diferenciación que no era clara en los Estados autoritarios.
La seguridad ciudadana adquiere de esa manera un lugar importante, como una política pública
específica en sí misma, con su propia racionalidad, y se coloca como un tema de primera impor-
tancia al interior del régimen, ya que incidirá de forma muy particular en la relación entre los go-
bernantes y los gobernados. Particularmente en el proceso dinámico de la legitimidad de las acciones
del Estado.
Con la evolución de las dinámicas poblacionales, el desarrollo de los fenómenos relacionados
con la criminalidad y la delincuencia ha tenido un significativo auge, que incide en que las masas
urbanas y rurales estén demandando del Estado y de los gobiernos en turno, medidas que resuelvan
dicha problemática. Una forma de apreciar esto es observar cómo en los procesos electorales una
de las principales promesas de los candidatos de elección popular en cualquier nivel de la
administración, local, municipal o nacional, es la atención y resolución de dichas amenazas. Y
de la misma manera, una de las principales causas de descontento deviene de la falta de soluciones
para dichos problemas, que genera desconfianza hacia el régimen político.
La concreción de la seguridad ciudadana como política pública, a partir de la adopción del concepto
de seguridad humana, lleva también a que el objetivo del Estado y los gobiernos correspondientes
generen una óptica para la atención de la seguridad de una manera integral. Será necesario también
delimitar cuáles aspectos responden a tareas de seguridad y cuáles a temas del desarrollo, porque
es frecuente que en las aproximaciones al tema de la delincuencia y del crimen en general, se
establezcan como causas de su origen problemas relacionados con la estructura socioeconómica,
tales como la pobreza y la polarización entre los estratos sociales. Esto lleva, al igual que para la
política de seguridad, a un debate importante para delimitar las tareas de seguridad y desarrollo.
20
El aporte que se ha dado en este sentido es definir un procedimiento para la ubicación de los temas
en cada ámbito, y establecer un punto que sirva de demarcación entre ambos. En la práctica han
sido de mucha utilidad estrategias que se articulan coordinamente para la atención de estas
Política de seguridad y defensa en Guatemala
problemáticas; sin embargo, en un esfuerzo por delimitar más estrictamente las tareas correspon-
dientes a la seguridad ciudadana tendríamos tres grandes ámbitos:
Actualmente en Guatemala las políticas de seguridad las emite el presidente, y las recomiendan
los gabinetes específicos en el caso de seguridad, hoy reforzado por el coordinador nacional de
seguridad. La emisión y publicación corresponde al Gabinete de Seguridad y Derechos Humanos
(Acuerdo Gubernativo 522-2000) y a la Coordinadora Interinstitucional de Seguridad (429-2001),
que depende directamente de la presidencia.
Los organismos que tienen relación con la seguridad ciudadana hoy en Guatemala son: el
Seguridad Organismo Ejecutivo, con la formulación y regulación de la política de seguridad, a través de los
ciudadana mecanismos correspondientes. Se apoya en el Ministerio de Gobernación, fundamentalmente a
través de la Policía Nacional Civil y otros organismos relacionados. El Ministerio de la Defensa,
en calidad de colaboración, regido actualmente por decretos específicos. El Organismo Legislativo,
a través de la Comisión de Gobernación, de Defensa –en el papel de colaboración– y la Comisión
de Legislación y Puntos Constitucionales. El Organismo Judicial, con todos sus componentes. Y
como órganos de control jurídico-administrativo, la Contraloría General de Cuentas, el Ministerio
Público y el Instituto de Defensa Pública Penal.
Como se ha señalado a lo largo del trabajo, el marco que da origen a la seguridad ciudadana está
estrechamente relacionado con los cambios de las estructuras políticas, y pretende hacer coherente
la concepción genérica de la democracia con el sistema de seguridad. No existen en política
1. Para la revisión crítica del marco conceptual vamos a retomar lo expuesto en el debate actual,
donde se hace la diferencia entre seguridad ciudadana y seguridad interior. La DSN, al darle un
tratamiento indiferenciado a los temas de seguridad y defensa, se basaba en la concepción estato-
céntrica, es decir, tendiendo como referente al Estado, dejando completamente difusa la separación
entre amenazas internas y externas, y creando con esto la figura del enemigo interno-externo. O
sea, se personificaron las amenazas en el marco del contexto mundial de la Guerra Fría, con lo
cual la población que en un Estado debe ser el sujeto de la seguridad, se convirtió en el objeto a
perseguir. Esta acción se explica con el razonamiento que prevalece en los Estados autoritarios,
que buscan imponer la idea de orden público, considerando todo tipo de disenso social una
amenaza al mismo, y justificando de esa manera todo tipo de acción represiva, al utilizar para
ello las estructuras y métodos diseñados para el sistema de la defensa nacional.
Al abrirse a la concepción de la seguridad humana o democrática, se consiguieron las herra-mientas
teóricas que dieron sustento a la nueva concepción de seguridad. El primer aspecto que había que
trabajar era el de hacer la diferencia entre seguridad y defensa, quitándole con ello el componente
de lo que se identificaba como seguridad interior, creando el concepto y el modelo de la seguridad
ciudadana. Este hecho va a modificar los siguientes componentes.
Para el caso de Guatemala se tienen dos importantes referentes: el Acuerdo sobre Fortalecimiento
del Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática ( AFPC) surgido en el marco
de los Acuerdos de Paz firmados en 1996 entre el gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca, (URNG) y el Tratado Marco de Seguridad Democrática (TMSD) que firmaron los
gobiernos de Centroamérica en la ciudad de San Pedro Sula, República de Honduras, el 15 de
diciembre de 1995. En el AFPC, los aspectos relacionados con la seguridad ciudadana se exponen
en el recuadro siguiente:
1. Reforma constitucional:
■ Respecto a la naturaleza, funciones y objetivos de la Policía Nacional Civil ( PNC).
■ La redefinición de funciones del ejército.
Seguridad ■ Para el año 2000: incremento del gasto público al 50% respecto de lo ejecutado en 1995,
ciudadana con relación al PIB.
■ Hacer efectivo el sistema de registro de armas en circulación y la identificación de sus
propietarios; así como trasladarlo al Ministerio de Gobernación.
5. Esta agenda mínima de seguridad se complementa con la conformación de un Consejo
Asesor de Seguridad y con la implementación de un Departamento de Inteligencia Civil y
Análisis de Información a cargo del Ministerio de Gobernación.
23
Cuadro elaborado por Manolo Vela , 2000
Un aspecto muy sensible en este ámbito es lo tocante al aspecto subjetivo de los controles. Existen
obstáculos serios que deben ser tomados en cuenta, como es el caso –para los controles internos–
de la mentalidad jerárquica y el espíritu corporativo. Es muy difícil, por ejemplo, incursionar en
las faltas de un integrante de un cuerpo policiaco, ya sea por corrupción, por temor o por soli-
daridad de grupo.
Finalmente, es necesario insistir en que la existencia de controles no garantiza por sí misma una
ejecución adecuada y eficaz de la vigilancia de los cuerpos de seguridad, sino que debe haber un
componente implícito, la tarea de pensar modelos desde una visión procesual que abra las puertas a
múltiples problematizaciones y soluciones. Para ello es necesario crear también condiciones con miras
a la discusión permanente desde y para la sociedad. Esto nos lleva a la reflexión de que la existencia
o fortaleza de dichos controles está mucho más allá de los mismos, en la existencia real de una política
de seguridad democrática donde se enmarquen todas las acciones del sistema de seguridad.
CAPÍTULO IV
SOCIEDAD Y SEGURIDAD CIUDADANA: SUBJETIVIDAD
Y FORMAS DE EXPRESIÓN
26
cuaderno
2
Una razón más profunda, relacionada directamente con la percepción que la sociedad tiene respecto
del régimen político que la gobierna, lo constituye el dilema de la legitimidad. El peso cada vez más
significativo que tiene el aspecto de la inseguridad ciudadana entre las demandas de la población,
la ha convertido en un aspecto muy susceptible de manipulación para diferentes fines: apoyar o
destruir gobernantes, grupos partidistas, diverso tipo de campañas políticas, y otras expresiones más
que son parte del juego democrático, o incluso de la justificación de un régimen autoritario.
A partir del contenido subjetivo de las percepciones sociales podemos concluir que es impos-tergable
atender la necesidad de certidumbre que cada persona siente respecto a sus derechos, para
incrementar el sentimiento de tranquilidad individual y colectiva. Sin embargo, desde la política de
seguridad es necesario y urgente tener siempre bases estadísticas confiables y actualizadas que
permitan tomar directrices adecuadas y sean un eficaz contrapeso a la percepción subjetiva que no
esté reflejando las condiciones reales de seguridad que enfrenta una determinada población.
Los retos del dilema de seguridad, en comunidades urbanas y rurales, son complejos por varias
razones. El aumento del fenómeno delictivo en todas sus modalidades es un ejemplo más. No
obstante, el problema va mucho más allá, pues significa visualizar la seguridad desde parámetros
distintos a los convencionales.
Tres son los aspectos en los que se deberá trabajar para comprender el fenómeno y ,con ello, las
formas para fortalecer las certidumbres y el sentimiento de tranquilidad en la población:
Establecer una visión integral de las tareas de la seguridad democrática para Guatemala, desde la
perspectiva democrática nos obliga a construir un enfoque amplio de la seguridad, de todos los
aspectos que afectan a los ciudadanos en lo individual y colectivo, partiendo de un diagnóstico
confiable y permanentemente actualizado.
políticos, el desarrollo de estas maneras de participación se está vinculando cada vez con más
fuerza al desarrollo de procesos democráticos, que tienen por lo mismo un contenido y una
dinámicas diferentes.
Específicamente, las expresiones que se han desarrollado diferentes al marco de la seguridad
pública, son:
● Vigilantismo.
● Serenazgo.
● Policía comunitaria.
● Seguridad privada.
Respecto al primero tenemos la siguiente descripción:
Seguridad
ciudadana
Vigilantismo
29
Es una palabra que viene del movimiento Virginian Citizens, que lo usó en 1863 y que se
refiere a movimientos organizados extralegales que toman la aplicación de la ley en sus
manos, ante la ausencia del imperio de la ley y el orden. Por su contenido y su uso este
cuaderno
2
Actualmente, se utiliza este nombre para designar una gran variedad de formas de organización
ciudadanas que tienen como fin la prevención del delito. En ocasiones se refiere a formas simples
de organización comunitaria urbana o rural que se articulan para avisarse de una amenaza, para
estar alerta o para apoyarse en caso de un peligro evidente. En ocasiones se trata de programas
más complejos, articulados y organizados que tienen el mismo fin. No necesariamente están
en relación con las fuerzas públicas, aunque cada vez hay más tendencia a hacerlo. En muchos
casos han surgido de forma espontánea ante el incremento de actos delictivos de la comunidad
de que se trate.
Las experiencias en las cuales se articula la ciudadanía con las fuerzas públicas, se agrupan en
el concepto de policías comunitarias. Éstas se han extendido con diferentes tipos de éxito y han
tenido muy diferentes formas de acuerdo con el lugar, el país y el contexto. Sus principales
características son:
Policías comunitarias
■ Ser una estrategia que permite, desde el punto de vista subjetivo, una mayor sensación
de seguridad y facilita los canales de comunicación entre la ciudadanía y los agentes
de control social.
■ Permite la integración de las organizaciones policiales a la comunidad, en calidad
de estrechos colaboradores en la prevención comunitaria de la delincuencia.
■ Se posibilita a través de la represión selectiva de los delitos, de la resolución de proble-
mas que indirectamente tienen efectos criminológicos y que permiten mejorar la calidad
de vida de la población.
■ Es una filosofía de policía nueva que permite lograr grandes consensos en las
democracias participativas.
■ En las investigaciones que se han llevado a cabo en los países donde se va aplicando
este modelo aseguran, en la mayoría, la reducción significativa de la delincuencia,
mayor sentimiento de seguridad ciudadana, mayor control de los organismos de
seguridad.
■ Se parte del principio del respeto a los derechos y libertades individuales y sociales.
30
a continuación:
Serenazgo
■ Consiste en un servicio de patrullaje preventivo y de auxilio a la comunidad que
brindan las municipalidades.
■ Tiene un carácter preventivo principalmente.
■ El vecino recurre normalmente a este servicio por teléfono y suele recibir una respuesta
pronta.
■ Su éxito permite que se multiplique espontáneamente.
■ Es fundamentalmente urbano.
■ Por lo general forman parte de él policías en actividad que son contratados durante
sus vacaciones o en sus días de descanso.
■ La integración de policías a este servicio permite que tengan la facultad de inter-
venir y detener.
Seguridad
ciudadana ■ Ha demostrado más efectividad que la policía.
■ Ha demostrado resistencia en la policía y en el gobierno central.
■ Ha aportado elementos para el análisis de experiencias conjuntas de seguridad, entre
municipalidades y policías, y las posibilidades del control ciudadano sobre la policía.
Finalmente, tenemos el fenómeno de la seguridad privada, que ha tenido un incremento notable
en todos los países, sobre todo en países posconflicto. La causa de su aparición son los retos mal
enfrentados o no resueltos por el Estado ante los problemas de seguridad ciudadana, básicamente
delincuenciales, por lo cual la seguridad se ha convertido en una mercancía más y a la sociedad 31
en un seguro consumidor de sus productos; ésta generó el proceso de articulación de sistemas muy
organizados que se contratan por clientes individuales o empresariales para obtener protección.
Las características de estas empresas se exponen a continuación:
Experiencias en Guatemala
Una descripción minuciosa sobre las distintas formas de seguridad señaladas anteriormente para
Guatemala se encuentran en un artículo de Aguilera y Rosalinda (Aguilera et, al.). Dicho trabajo
señala que en Guatemala el vigilantismo ha tenido distintas expresiones de acuerdo con la época
histórica que se ha vivido en el país. Específicamente, se hace una separación entre el vigilantismo
de la época del conflicto armado interno y el neovigilantismo actual. En la primera etapa existieron
aspectos –como la represión– que no permitieron que creciera el vigilantismo, pues los mismos
cuerpos de seguridad, al mismo tiempo de llevar a cabo acciones correspondientes a la contra-
insurgencia, eliminaban extrajudicialmente a delincuentes. Y en el mismo marco de la guerra se
crearon las Patrullas de Autodefensa Civil ( PAC) y los Comités Voluntarios de Defensa Civil ( CVDC).
Aunque la explicación oficial era que estas estructuras respondían a iniciativas autónomas de
comunidades rurales para defenderse de la guerrilla, estaba presente el carácter de milicias que
se les imprimió.
En la etapa reciente, posterior al fin del conflicto armado interno, se fue experimentando un grave
deterioro en la indefensión del ciudadano común, ante la incapacidad de los cuerpos policíacos,
la aceleración del deterioro social, y la expansión de nuevas y agresivas expresiones delincuen-
ciales, como las drogas y la persistencia, la involucración de agentes del Estado en actividades
ilegales. Esta situación ayuda a explicar por qué el resurgimiento del neovigilantismo, primero
en la capital y municipios aledaños, con tendencia a expandirse a otras zonas.
El principal esfuerzo organizado se concretó en 1993 con el grupo Guardianes del Vecindario, como
un plan de defensa civil que se integraría por comités de vecinos con asistencia técnica e integración
en la red que constituirían. Estaba formado principalmente por empresarios medios y grandes,
profesionales y militares retirados. Destaca que entre sus postulados prevalecía la idea que el interés
estaba en la protección del conjunto de la comunidad, y ya no sólo en el resguardo de la familia y
sus bienes. Establecía también relación con la policía, para identificar y señalar a los agentes delin-
cuenciales. La asesoría era recibida por empresas privadas de seguridad y radiocomunicación.
Actualmente sigue vigente esta modalidad. Con variantes a la anterior se fueron organizando distintas
agrupaciones como: Guardianes de la Noche, El Vecino Vigilante, Fuera de Red.
Es importante señalar un fenómeno que se ha presentado en la población, fundamentalmente
capitalina respecto al vigilantismo, cuestionamiento y resistencia al mismo. Los antecedentes
históricos de la guerra y la vinculación de las PAC con estructuras de seguridad vinculadas a las
instituciones militares, han provocado una reacción de desconfianza al neovigilantismo por parte
de los grupos de derechos humanos. Éstos promueven que el Estado cumpla con su función de
brindar protección a través de la generación de una adecuada política de seguridad pública.
También existen otras experiencias que indican la gran complejidad de reacción y estructuración
de formas organizacionales informales y espontáneas de contrarresto ante los delitos y los delincuen-
tes. Tales son los casos de linchamientos, que tuvieron un incremento notable en el año 2001, y el
rechazo a presencia militar en Santiago Atitlán, que en un caso sin precedentes, logrando que dicha
institución se retire.
La modalidad de privatización de la seguridad en Guatemala tiene una expresión y desarrollo muy
importantes. De acuerdo con la investigación “Privatización de la Seguridad en Guatemala” (Táger,
2002) se caracterizaría de la siguiente forma:
32
Seguridad privada en Guatemala
■ Es un negocio en expansión manejado principalmente por militares en situación
de retiro, ligados con anterioridad a la inteligencia militar.
Política de seguridad y defensa en Guatemala
cuaderno
2
CONCLUSIONES
transformación y fortalecimiento de una política de seguridad que tenga como referente al ser
humano, individual y colectivo; es decir, democrática, integral y humana, creando con ello, los
marcos normativos y estructurales que sean coherentes con dicha concepción.
En la actualidad Guatemala se adelantan esfuerzos para fortalecer la seguridad ciudadana, pero
existen aún numerosos tropiezos, que básicamente podríamos resumir en dos aspectos: en el
ámbito de la participación ciudadana, formar capacidades y favorecer la incidencia en la agenda
pública de la seguridad; en el ámbito público, fortalecer la reforma policial y servicios de
inteligencia en el marco de la reconversión militar, de manera que la institución castrense cumpla
con las funciones de defensa para las cuales fue creada, y la seguridad ciudadana sea una respon-
sabilidad eminentemente civil.
Un aspecto fundamental es el respeto a los derechos humanos. Como principio elemental del
régimen democrático, cumplir con este compromiso básico debe acompañar en todo momento
la transición y la creación de una política pública de seguridad, advirtiendo que la frontera entre
el cumplimiento del deber de las fuerzas de seguridad, de defensa o ciudadanas, han estado en
la historia del país, muy comprometidas en torno a las garantías individuales de población. Este
Seguridad tema es fundamental, ya que implica tanto el sustento como la garantía de un Estado de derecho.
ciudadana
A manera de síntesis, podemos resumir las siguientes conclusiones:
Conclusiones 35
1. La seguridad ciudadana es un nuevo concepto que emerge en el marco de los regímenes
democráticos. Es necesario profundizar y explorar en el desarrollo teórico que
proporcione las herramientas necesarias para una real transformación de la seguridad.
Arévalo, 2000
De la seguridad pública a la seguridad ciudadana: retos y tropiezos. Bernardo Arévalo de León.
Ponencia presentada en el taller sobre Condiciones Sociales de la Seguridad Democrática en
Centroamérica, celebrado en San José de Costa Rica el 18 de enero de 2000.
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Política de seguridad y defensa en Guatemala
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