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CONTENIDO

I. INTRODUCCION.........................................................................................................1
II. TERMINOLOGÍA (DEFINICIONES)......................................................................2
III. ALERGIA.......................................................................................................................5
3.1 Generalidades...................................................................................................... 5
3.2 Alergenos............................................................................................................... 7
3.2.1 Inhalados................................................................................8
3.2.2 Ingeridos................................................................................9
IV. PROCESOS INMUNOLOGICOS...........................................................................11
4.1 Síntesis de Inmunoglobulina E (IgE).................................................11
4.2 Receptores de IgE.......................................................................................... 11
4.3 Desgranulación de los mastocitos y basofilos...............................12
4.4 Mediadores de la alergia............................................................................14
4.5 Regulación celular de la producción de IgE...................................15
V. RECEPTORES H1, H2 Y SUS ANTAGONICOS..............................................17
VI. BIBLIOGRAFIA.........................................................................................................20
I. INTRODUCCION

Los síndromes que ahora se identifican como enfermedades alérgicas o


inmunitarias se han descrito durante siglos, pero la idea de una base
inmunitaria para estas enfermedades no se introdujo hasta el siglo XX.
El término alergia lo introdujo Clemens Von Pirquet en 1906 para referirse a
una reactividad alterada a una sustancia extraña tras la experiencia previa
con el mismo material, ya fuera esta respuesta útil o lesiva para el
hospedador.
Existe una gran proporción de individuos que elaboran una respuesta inmune
adaptativa frente a sustancias inofensivas para el organismo. Este tipo de
respuestas inmunes frente a sustancias extrañas no infecciosas puede
producir una patología clínica que se conoce como reacción alérgica, reacción
de hipersensibilidad o simplemente alergia (que significa respuesta extraña).
Otro término muy utilizado es atopia (fuera de lugar) o intolerancia (para
alimentos). A los antígenos extraños inofensivos que desencadenan las
reacciones de hipersensibilidad se les denomina alergenos.
Las alergias se caracterizan porque generalmente el primer contacto con el
alergeno no origina ningún tipo de reacción, ya que los alergenos son
catabolizados o aclarados rápidamente (a diferencia de los patógenos, que se
multiplican en el foco infeccioso). Por ello el primer contacto o fase de
sensibilización no produce ningún tipo de manifestación clínica, aunque sí se
generan células de memoria y anticuerpos específicos para ese alergeno, de tal
forma que tras una reexposición al mismo alergeno se producirá la reacción
alérgica con sintomatología clínica.

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II. TERMINOLOGÍA (DEFINICIONES)

Es importante definir los términos comunes de la práctica clínica. La


manera en que a veces se utilizan las palabras inmunología, inmunidad,
autoinmunidad, alergia, hipersensibilidad y atopia revela confusión respecto a
su significado.

La inmunología se describió inicialmente como el estudio de las


interacciones antígeno-anticuerpo por las que el hospedador se hacía
resistente a la enfermedad, y el término implicaba una defensa beneficiosa
para el hospedador inducida por el antígeno. Este tipo de inmunidad se
denomina inmunidad adaptativa o adquirida frente a un antígeno específico.
Pero hay mecanismos de defensa del hospedador que no son específicos de
antígenos ni microorganismos dados; este tipo de inmunidad se denomina
inmunidad innata o natural.

Mientras que la definición limitada de inmunidad dada antes es


adecuada para el estudio de las enfermedades infecciosas, no describe la
respuesta del organismo a factores ambientales no infecciosos, como los
pólenes, los fármacos y otros posibles antígenos, incluidas las neoplasias.

La propiedad básica del sistema inmunitario es distinguir lo propio de


lo ajeno. Esta distinción existe en un equilibrio delicado entre tolerancia frente
a lo propio y respuesta o rechazo frente a lo que no lo es.

La autoinmunidad define el trastorno en que se pierde la tolerancia


frente a lo propio. Y si estas respuestas inmunitarias frente al hospedador
ocurren con una reacción potenciada, pueden aparecer las enfermedades
autoinmunitarias.

La hipersensibilidad indica una respuesta inmunitaria exagerada que


aparece tras más de una exposición a un antígeno dado. Hipersensibilidad
suele considerarse sinónimo de alergia. Un antígeno responsable de una
reacción alérgica es un alérgeno.

Este concepto de la alergia, popularizado por Gell y Coombs, tiene el


mérito de que permite un abordaje organizado y sistemático de la patogenia de
las enfermedades inmunitarias. No obstante, el término alergia, como se usa
habitualmente en la práctica clínica, indica una reacción adversa y describe

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las respuestas fisiopatológicas resultado de la interacción de un alérgeno con
anticuerpos o linfocitos en un paciente expuesto y sensibilizado antes a ese
alérgeno (figura 1).

Figura 1. Hipersensibilidad y alergia.


A. En la exposición inicial a un alérgeno no hay manifestaciones claras de la enfermedad alérgica porque el
paciente no está sensibilizado. Pero el alérgeno iniciará una respuesta inmunitaria, lo que origina la síntesis de
inmunoglobulina E (IgE) y la sensibilización del hospedador susceptible (atópico). B. En exposiciones
posteriores repetidas, este sujeto sensibilizado sintetiza cantidades crecientes de IgE, con lo que se hará
hipersensible. C. Desde ese momento, la reexposición a este alérgeno específico provoca las manifestaciones
patentes de la enfermedad alérgica.

Los términos atopia y atópico se usan con frecuencia en referencia a


las enfermedades alérgicas. Derivados de la palabra griega que significa
«extraño», fueron introducidos por Coca y Cooke en 1923 para describir
enfermedades alérgicas, como el asma, la rinitis alérgica (fiebre del heno) y la
dermatitis atópica (eccema infantil), que mostraban una predilección familiar e
implicaban una predisposición genética.

Otras enfermedades alérgicas, como la dermatitis por contacto y la


enfermedad del suero, no mostraron ninguna tendencia familiar y no se

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consideraron atópicas. También se observó que el suero de estos sujetos
alérgicos contenía un factor que después se describió como anticuerpo
sensibilizador cutáneo. Este factor sérico termolábil podía sensibilizar de
forma pasiva la piel de un sujeto no sensible y, tras una provocación
intradérmica con el alérgeno específico, la piel sensibilizada de forma pasiva
mostraba una reacción de habón y eritema positiva en menos de 20 minutos.
Esta prueba de transferencia pasiva, también conocida como prueba de
Prausnitz-Kustner, o PK, proporcionó pruebas de la presencia de un
anticuerpo sérico específico importante en la patogenia de las enfermedades
alérgicas. Más del 90% de estos anticuerpos se identifican ahora como
inmunoglobulina (Ig) E. Muchos alergólogos usan el término atópico en lugar
de alérgico para identificar a aquellas familias y pacientes con predisposición
hereditaria al asma, la fiebre del heno, el eccema infantil o todas ellas

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III. ALERGIA

III.1 GENERALIDADES

Uno de los mecanismos de reacción más poderosos del sistema


inmunitario es la estimulación mediada por la inmunoglobulina E (IgE) de
los mastocitos tisulares y de sus homólogos circulantes, los basófilos.

Los anticuerpos IgE se unen, a receptores de Fc presentes en los


mastocitos y los basófilos. Cuando se produce un entrecruzamiento entre,
el antígeno y estos anticuerpos asociados a células, las células son
activadas para liberar rápidamente diversos mediadores.

Estos mediadores en conjunto producen un aumento de la


permeabilidad vascular, vasodilatación, contracción del músculo liso
branquial y visceral e inflamación local. Esta reacción se conoce como
hipersensibilidad inmediata porque comienza rápidamente, a los pocos
minutos de la estimulación por el antígeno (inmediata), y porque tiene
consecuencias patológicas importantes (hipersensibilidad).

En su forma sistémica más extrema, llamada anafilaxia, los


mediadores derivados de los mastocitos o de los basófilos pueden contraer
la vía respiratoria hasta el punto de producir asfixia y colapso
cardiovascular que conducen a la muerte.

Además de estos efectos rápidos, dos a cuatro horas después de la


desgranulación de los mastocitos y los basófilos se produce una reacción
de fase tardía caracterizada por un infiltrado inflamatorio de eosinófilos,
basófilos, neutrófilos y linfocitos. Las repeticiones de esta reacción de fase
tardía pueden causar lesión tisular

Los individuos que tienden a producir anticuerpos IgE en respuesta


a diversos antígenos ambiéntales y que presentan respuestas de
hipersensibilidad inmediata intensas se denominan atópicos, y se dice que
sufren alergias. Aunque atopía originalmente significaba «inusual»,
actualmente se sabe que la alergia es uno de los trastornos más frecuente
de la inmunidad. En diferentes sujetos, la atopía puede adoptar formas
distintas como fiebre del heno, asma, urticaria (habones) o eccema crónico
(irritación cutánea). Todas estas son manifestaciones de una

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hipersensibilidad inmediata inducida por la activación de los mástocitos o
los basófilos.

Para comprender mejor los conceptos de la alergia, Gell y Coombs


propusieron una clasificación de los mecanismos inmunopatológicos.

Separaron las reacciones por las que un antígeno específico puede


inducir una lesión celular y tisular en cuatro grupos: tipo I (inmediata o
anafiláctica), tipo II (citotóxica o citolítica), tipo III (complejo antígeno-
anticuerpo) y tipo IV (retardada o celular) (figura 2).

Estos cuatro patrones de reacción no se excluyen entre sí; a


menudo aparece más de uno de ellos en el mismo paciente. Por ejemplo,
puede haber varias reacciones inmunitarias alérgicas a penicilina. Puede
aparecer una urticaria, que representa una respuesta del tipo I que
implica a la IgE. En otros pacientes puede producirse una anemia
hemolítica por la formación de inmunocomplejos compuestos de
penicilina, anticuerpos IgG y complemento (tipo III). También puede
aparecer una dermatitis por contacto mediada por linfocitos T
sensibilizados que reaccionan con penicilina (tipo IV).

Figura 2. Resumen de los cuatro tipos de reacción de hipersensibilidad. Tipo I:


los mastocitos fijan IgE a través de los receptores del Fc. Tras el encuentro con el
antígeno, la IgE se entrecruza, lo que induce la desgranulación y liberación de
mediadores. Tipo II: anticuerpos dirigidos contra antígenos presentes en las
propias células del sujeto (células diana). Puede conducir a la lisis mediada por el
complemento o a una acción citotóxica mediada por las células citolíticas. Tipo
III: se depositan inmunocomplejos en los tejidos, se activa el complemento y los
polimorfonucleares son atraídos a la zona de depósito del antígeno, lo que provoca
una lesión local. Tipo IV: los linfocitos T sensibilizados al antígeno liberan
linfocinas tras un contacto secundario con el mismo antígeno. Las linfocinas
inducen reacciones inflamatorias, lo que activa y atrae a los macrófagos, con una
liberación de mediadores.

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III.2 Alergenos

Los alergenos son aquellos antígenos responsables de las


enfermedades alérgicas clínicas. Suelen ser proteínas o glucoproteinas
capaces de inducir la síntesis de anticuerpos del tipo de la
inmunoglobulina (Ig) E, y por tanto de sensibilizar a personas
potencialmente alérgicas. Tras volver a exponerse al mismo antígeno, el
paciente antes sensibilizado manifiesta los signos y síntomas de la alergia
a medida que el alergeno reacciona con los anticuerpos IgE situados en las
células y estos generan los mediadores de la inflamación. Es obligado que
los clínicos relacionen las circunstancias de la enfermedad alérgica con la
exposición al alergeno, ya que los alergenos son factores causales
importantes en la patogenia de la alergia.
La mayor parte de los alérgenos naturales son un tanto peculiares
porque su peso molecular parece estar restringido a los límites 10KD –
70KD. Los antígenos moleculares más pequeños serían incapaces de
actuar como puentes entre las moléculas adyacentes de IgE y los
receptores, excepto cuando están polimerizados. Es posible que los
alérgenos grandes (PM > 70,000) no puedan penetrar lo suficiente las
superficies mucosas como para alcanzar a los anticuerpos IgE que están
en los receptores celulares.

Cualquier sustancia extraña capaz de producir una respuesta


inmunológica es un alérgeno potencial. Es más probable que algunos sean
más alergénicos que otros y cada tipo de enfermedad alérgica se
acompaña de ciertos alérgenos ambientales comunes.

Se ha demostrado que una amplia variedad de estructuras


químicas son alergénicas. Las sustancias químicas naturales orgánicas
complejas, como las proteínas; así como las substancias químicas
orgánicas simples, los compuestos inorgánicos y los metales pueden
causar alergia mediada por anticuerpo y células.

Los alergenos pueden clasificarse en función de la naturaleza o


manera en que el paciente se expone.

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III.2.1Inhalados

Los pólenes de plantas, las esporas de hongos, la caspa de


animales y ciertas partículas de origen aéreo en casa son los alérgenos
inhalantes más comunes para rinitis alérgica y asma tipo I mediada por
IgE.

 Las plantas polinadas por el viento (anemófilas) eliminan hacia el


aire grandes cantidades de granos de polen ligeros que pueden ser
dispersados por corrientes aéreas en un área amplia. Dentro de
cada localización geográfica, los árboles, los pastos y las semillas
alergénicos comunes polinan cada año durante una estación
específica y predecible.
 Las esporas de hongos del suelo y en vegetación en destrucción son
aeroalergenos importantes y se encuentran en muestras de aire en
cantidades significativas durante todo el año
 Aunque la sensibilidad a hongos es menos común que la alergia al
polen, las esporas de Alternaria, Hormodendrum, Helminthosporium,
Aspergillus, Pullularia, Mucor, Rhizopus, Penicillium y otros hongos
son alérgenos importantes para algunos pasientes con asma.
 Las esporas de actinomicetos termofílicos son muy pequeñas y
quizá capaces de ser inhaladas hasta las vías respiratorias distales,
en donde es más probable que causen neumonitis por
hipersensibilidad que asma.
 El polvo casero es el alérgeno interior más común; para muchos
pacientes sensibles a él, el alérgeno es un acaro del polvo casero,
Dermatophagoides farinae o Dermatophagoides pteronyssinus. Estos
ácaros se desarrollan en escamas cutáneas del hombre y se
encuentran en especial en el polvo de almohadas y colchones.
 Las plumas de almohadas, cobertores, sacos para dormir o
chaquetas pueden ser alergénicos.
 La caspa o excreciones de mascotas caseras (gatos, perros, cobayos)
o de caballos y los productos de granjas o animales de zoológicos
también causan alergia.
 Las enfermedades respiratorias profesionales pueden ser causadas
por alergias a substancias químicas orgánicas, como anhídrido
ftálico, anhídrido trimelítico y antibióticos; compuestos inorgánicos,

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como los cloroplatinados y las sales de níquel y partículas de polvo
de proteínas, como enzimas y polvos de grano.

III.2.2Ingeridos

Alimentos, fármacos y aditivos de ambos pueden ser alergénicos

III.2.2.1 Alimentos:

 La alergia atópica por alimentos es causada con mayor frecuencia


por la proteína del alimento o un producto de su digestión parcial.
Los carbohidratos, grasas, aditivos como conservadores o
saborizantes y los colorantes y fármacos contaminantes son otros
posibles alérgenos de los alimentos por ejemplo, algunos pacientes
reaccionan a todas las legumbres, incluyendo habichuelas,
guisantes y maní. Algunos alérgenos alimenticios son termolábiles,
de tal forma que el cocimiento suficiente puede tornar al alimento en
no alergénico. Con menor frecuencia, la reacción ocurre sólo con el
alimento cocinado.
 Alimentos como las legumbres, la leche, los huevos, el pescado y las
nueces son las causas más comunes de reacciones alérgicas. Son
mediadas por IgE, ocurren en el transcurso de dos horas de la
ingestión y suelen causar síntomas gastrointestinales y lesiones
cutáneas pruriginosas.
 Los metadisulfitos utilizados como antioxidantes en muchos
alimentos pueden producir dióxido de sulfuro cuando se ingiere el
alimento, provocando así ataques asmáticos en algunos pacientes
con este trastorno a través de un mecanismo no identificado,
probablemente no inmunológico.

III.2.2.2 Fármacos
 Los fármacos causan diversas reacciones alérgicas, por lo general
actuando como haptenos para unirse de manera covalente con una
proteína portadora huésped. En algunos casos, el hapteno
alergénico es el metabolito de un fármaco; los proteínicos, como

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sueros, vacunas, biológicos y extractos de alérgenos son antigénicos
por sí mismos e implican un riesgo alto de sensibilización alérgica.
 Es más probable que la administración tópica induzca
sensibilización que las vías bucal o parenteral. La presencia de una
infección activa puede aumentar el riesgo de sensibilización a un
fármaco.

III.2.3Inyectables
 Los fármacos inyectados y los reactivos diagnósticos pueden causar
anafilaxia o urticaria y angioedema.
 El piquete de un himenóptero inyecta veneno que contiene antígenos
proteínicos además de substancias químicas farmacológicamente
activas que causan la inflamación localizada usual. En el veneno de
abeja, el principal alérgeno es una fosfolipasa A y los alérgenos
menores son hialuronidasa y melitina.
 En los véspidos que incluye avispas, avispas amarillas y avispones,
no se han identificado los alérgenos del veneno pero son diferentes
de los que se encuentran en la abeja. Los anticuerpos IgE a estos
alérgenos causan anafilaxia sistémica.

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IV. PROCESOS INMUNOLOGICOS

IV.1 Síntesis de Inmunoglobulina E (IgE)


El contacto inicial (sensibilización) de un alergeno con la mucosa es
seguido de una serie compleja de eventos que conducen a la producción
de IgE. La respuesta IgE ocurre en el sitio de entrada del alergeno en el
cuerpo, ejemplo: superficies mucosas y/o ganglios linfáticos.
La producción de IgE, por los linfocitos B, depende de la
presentación del alergeno por células presentadoras de antígeno (CPA) y la
cooperación entre linfocitos B y linfocitos TH2. Estas células TH2 secretan
citoquinas que inducen una proliferación de linfocitos B y favorecen la
producción de una respuesta IgE específica hacia el alergeno

IV.2 Receptores de IgE


La fijación de IgE a las células es posible por la presencia de
receptores en la superficie externa de éstas. Se conocen dos formas
moleculares distintas de tales receptores, las cuales reciben el nombre de
FcєRl y FcєR2, ya que en la unión participa el fragmento Fc de la molécula
de IgE. Todavía no se sabe cuál de los dominios, el CH3 o el CR4 es el
principal sitio de fijación del receptor.

La FcєRl está presente en células cebadas, basófilos, plaquetas y


macrófagos. Se estima que en una sola célula cebada hay 10 4 a 106
moléculas receptoras. Esto significa que la separación entre dichas
moléculas es de sólo 50 nm, y como las moléculas de la superficie celular
están sometidas a movimientos laterales, lo que también asegura la
reacción de dos moléculas de IgE con el antígeno. El receptor Rl es un
complejo de cuatro proteínas pertenecientes a tres distintos tipos de
polipéptidos. El que está en la posición más externa es el péptido α con
peso molecular de 45 000. El siguiente, en orden de internalización, es la
molécula β con peso molecular de 33 000, la cual se extiende de un lado a
otro de la bicapa lipídica de la membrana y penetra en el citoplasma. Las
dos moléculas γ, cuyo peso molecular es de 9 000, están unidas por

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puentes de disulfuro y sirven como anclas del complejo. Las pruebas
indican que sólo el péptído a interviene en la fijación de IgE.
Es necesaria la fijación cruzada de dos moléculas de IgE por el receptor Rl
para iniciar la liberación del mediador por parte de las células cebadas.

El receptor R2 de la IgE tiene una amplía distribución, pues está


presente en macrófagos, eosinófilos, plaquetas y linfocitos B y T. Dichas
células tienen de l03 a 105 moléculas de receptor cada una. La proteína R2
consta de un péptido α con peso molecular de 45 000 a 50 000, y un
péptido β de 25 000 a 33 000. La disposición física de estas moléculas en
la membrana celular está en estudio.

IV.3 Desgranulación de los mastocitos y basofilos


Cuando el alergeno reacciona subsecuentemente con el mastocito
sensibilizado, uniéndose mediante una reacción cruzada con dos
moléculas de IgE, se produce un incremento de la concentración
intracelular de calcio que dispara la liberación de mediadores preformados
en los gránulos mastocitarios tales como histamina y proteasas, y
mediadores nuevamente sintetizados, derivados lipídicos, como
prostaglandinas y leucotrienos. Las citoquinas también liberadas por la
degranulación mastocitaria pueden aumentar la inflamación y la
respuesta IgE.

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Diagrama general de los sucesos bioquímicos y la degranulacion del mastocito. El
enlace cruzado del alergeno y la IgE fija resulta en agregación de FcєR1 y activación de
la cinasa de proteínas de tirosina (PTK). 1) a continuación la PTK fosforila la
fosfolipasa C, que convierte el 4,5-bifosfato de fosfatidlinositol(PIP 2) en
diacilglicerol(DAG) y trifosfato de inositol (IP 3) 2) el DAG activa la cinasa C de proteínas
(PKC) que con el Ca2+ es indispensable para el ensamblaje microtubular y la fusión de
os granulos con la membrana plasmática. IP3 es un movilizador poderoso de las
reservas intracelulares de ca2+. 3) el enlace cruzado de FcєR1 activa además una
enzima que convierte la fosfatidilserina(PS) en fosfatidiletalonamina (PE). Por ultimo
la PE se metila para formar fosfatidilcolina (PC) por acción de las enzima
metiltransferasas I y II de los fosfolipidos (PMT I y II). 4) la acumulación de PC sobre la
superficie exterior de la membrana plasmática aumenta la fluidez de ésta y facilita la
formación de canales de Ca2+. La entrada resultante de Ca2+ activa la fosfolipasa A2,
que promueve el desdoblamiento de la PC en lisofosfatilcolina (liso-PC) y acido
araquidonico, 5) el acido araquidonico se convierte en mediadores potentes: los
leucotrienos y prostaglandinas D2. 6) el enlace cruzado de FcєR1 activa también la
adenilciclasa de la membrana, lo que produce aumento transitorio del cAMP en 15
seg. La disminución ulterior de las concentraciones de cAMP es mediada por cinasa de
proteínas y es necesaria para que la desgranulación ocurra. 7) se cree que las cinasas
de proteínas dependientes del cAMP fosforilan las proteínas de los gránulos
membranalas y que de esta manera cambian la permeabilidad de los gránulos al agua
y Ca2+. El abultamiento subsecuente de los gránulos facilita su fusión con la
membrana plasmática y la liberación de los mediadores que contienen.

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IV.4 Mediadores de la alergia.
La degranulación mastocitaria libera, como mencionamos
anteriormente, mediadores preformados, y, por metabolización del ácido
araquidónico liberado de membrana, mediadores lipídicos que se
producen por la vía de la ciclooxigenasa: prostaglandinas (PGD 2) y
tromboxanos, y por la vía de la lipooxigenasa: leucotrienos (LTC4, LTD4, y
el quimiotáctico LTB4). Ambos grupos de mediadores tienen
principalmente tres áreas de acción:

a) Como agentes quimiotácticos:


Citoquinas como la interleuquina 8 (IL-8), IL-5, TNF-α, además de
LTB4 y PAF (factor de agregación plaquetaria) atraen al sitio de activación
mastocitaria, variedad de células como: neutrófilos, eosinófilos, linfocitos,
basófilos.

b) Como activadores de inflamación:


Histamina, que provoca vasodilatación y aumento de la
permeabilidad vascular; PAF con formación de microtrombos que
conducen a daño tisular localizado; triptasa, la proteasa más importante
de los mastocitos de pulmón, con funciones proteolíticas, activadora de
C3, y factor de crecimiento fibroblástico (la b-triptasa es un marcador más
sensible que la histamina para medir degranulación mastocitaria); y
quininogenasas que transforman quininogenos en quininas provocando
vasodilatación y edema.

c) Los mediadores espasmogénicos:


Histamina, PGD2, LTC4, LTD4, y LTE4, tienen un efecto directo
induciendo contracción de la musculatura lisa bronquial, pero también
incrementan el edema y la secreción mucosa. El conocimiento de la
importancia de los mediadores químicos en la reacción alérgica, tiene
importantes implicancias fármaco-terapéuticas.

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IV.5 Regulación celular de la producción de IgE.

 En muchas situaciones clínicas de elevada alergia, se ha sugerido una


asociación entre baja cantidad de linfocitos T supresores y altos niveles
de IgE, indicando que el control de la producción de IgE por las células
T es importante.
 Hoy se sabe que las subpoblaciones de linfocitos TH con sus diferentes
perfiles de citoquinas son responsables de la regulación de la
producción de la IgE. El microambiente celular y de citoquinas,
determina que subpoblación celular se producirá desde los TH0 y de
allí qué camino la célula B tomará.
 En presencia de las interleuquinas IL-4 e IL-13, se promueve desde los
TH0 el desarrollo de los TH2. Estos interaccionan con los linfocitos B a
través del ligando CD40, y posteriormente se produce el switch de los
LB activados para inducción e la síntesis de IgE
 Además, los linfocitos TH2 producen IL-5, citoquina que promueve la
síntesis y secreción de IgA por células B y es crucial en el desarrollo y
superviviencia de eosinófilos en los sitios de inflamación. Esto puede
explicar la eosinofilia frecuentemente asociada con reacciones alérgicas
mediadas por IgE.
 Así como la respuesta TH2 induce a la producción de IgE contra
alergenos, la respuesta inmune mediada por linfocitos TH1 promueve
la inmunidad de células T (inmunidad celular) y la producción de IgG
(ejemplo de esto último es la respuesta contra antígenos típicos como el
toxoide tetánico). El patrón de respuesta TH1 está favorecido por la
producción de IFN-γ (interferón gamma), IL-2, e IL-12, las cuales
también suprimen el desarrollo de células TH2.

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Gráfico que muestra que el perfil de citoquinas determinará qué subpoblación de
células T se producirá a partir de cel. TH0. La IL-4 e IL-13 favorecen el desarrollo de
TH2 y el switch de LB para la IgE. La producción de IL-10 por las TH2 inhibe la
respuesta TH1 y aumenta el perfil de respuesta TH2 hacia la producción de IgE contra
alergenos. A su vez la respuesta TH1 contra antígenos (como el toxoide tetánico) es
favorecida por la producción de IFNgamma, IL-2, e IL-12, las que frenan el desarrollo
de células TH2. La respuesta TH1 promueve la producción de IgG y la inmunidad de
celulas T

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V. RECEPTORES H1, H2 Y SUS ANTAGONICOS

Como es tal la variedad de sustancias químicas que participan en la reacción


alérgica inmediata, y como el músculo liso es un objetivo importante de ésta,
es claro que los antagonistas de esas sustancias y los relajantes del músculo
liso son los, mejores recursos para combatir dicha reacción. Los moderadores
naturales de la anafilaxia en el cuerpo son las enzimas que descomponen los
mediadores de esa reacción.

Antihistaminas

La histamina actúa en los mamíferos combinándose con los receptores


presentes en las superficies celulares, de los cuales hay dos tipos: Hl y H2.

El receptor H1 es más importante en inmunología que el H2, pues está


relacionado con la contracción del músculo liso, la dilatación de las vénulas y
el prurito. Las antihistaminas clásicas inhiben de modo competitivo este
receptor.

El receptor H2 está asociado con fenómenos no inmunológicos como la


secreción de jugos gástricos y moco inducida por la histamina, aunque
también es importante en la supresión de las actividades de los linfocitos T.

Es frecuente que las antíhistaminas sean aminas sustituidas o etanolaminas


que apenas tienen un vago parecido con la estructura deja histamina. Sin
embargo esos compuestos, más otras piperazinas, fenotiazinas e hidroxizinas
sustituidas, inhiben la histamina por competencia.

Las antíhistaminas no tienen efecto sobre la liberación de la histamina de las


células cebadas y los basófilos. En los seres humanos las antihistaminas son
antagonistas eficaces del edema y el prurito, lo que quizá se relaciona con un
bloqueo del incremento de permeabilidad capilar inducido por la histamina.
Las antihistaminas son relativamente poco eficaces para prevenir la
broncoconstricción en el ser humano.

La función competitiva de los análogos de la histamina es máxima cuando se


aplican antes de la liberación de esta última. Como es muy raro que esto
ocurra en las alergias humanas, se piensa que estos medicamentos son menos

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eficaces de lo que las situaciones experimentales indican. Su eficacia siempre
se debe evaluar en términos de sus efectos secundarios y uno de los
principales inconvenientes de algunas antihistaminas es la sedación.

Catecolaminas

Los términos medicamento adrenérgico, medicamento simpatomimético y


catecolamina se usan como sinónimos para referirse a una serie de aminas
sustituidas que exhiben una potente actividad broncodilatadora y relajante del
músculo liso. La respuesta fisiológica de estos compuestos se explica mejor
con base en el concepto de los receptores α, β y β 2 de las células efectoras. Los
receptores α gobiernan la constricción muscular; el receptor β regula la
lipólisis y las respuestas del músculo cardiaco y el β 2 se relaciona con la
broncodilatación y la vasodilatación. Las diversas sustancias adrenérgicas se
diferencian por su afinidad por esos tres receptores y, por tanto, tienen
grandes disparidades en cuanto a su efecto sobre la respuesta hipersensible
inmediata. Se prefieren los compuestos que influyen sobre los receptores β 2.
Los mejor conocidos de éstos son la adrenalina (epinefrina), la efedrina y el
isoprotereaol, aunque hay otros compuestos estructuralmente relacionados
con ellos. La fijación preferencial al receptor β, relaja el músculo liso, lo que
invierte el efecto de la histamina y de otros mediadores de anafilaxia. Estos
medicamentos también actúan de modo directo sobre las células cebadas para
incrementar las concentraciones de cAMP y, de ese modo, estabilizarlas para
que no sigan desgranulándose. En consecuencia, los fármacos β-adrenérgicos
tienen aplicaciones profilácticas y terapéuticas.

Cromolino

Los extracto de la semilla de Ammi visnaga contiene un compuesto


heterocíclico complejo llamado cromolino de sodio, el cual, después de ser
sometido a prueba, resultó un medio eficaz para modificar las reacciones
alérgicas. Este compuesto casi no se absorbe a través de las paredes
intestinales, de modo que es necesario aplicarlo por inhalación. El éxito en las
pruebas de campo puede atribuirse a que previene la liberación de histamina
y leucotrienos de las células cebadas, las cuales no pueden desgranularse en

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presencia de cromolino. Este compuesto también retrasa las acumulaciones de
calcio en las células cebadas y eleva su cAMP inhibiendo la fosfodiesterasa. El
cromolino es un medicamento profiláctico y no antagoniza con los leucotrienos
o con la histamina.

Una proteína específica de fijación del cromolino (cromolyn binding protein,


CBP) con peso molecular de 50000 a 55 000, es la proteína clave en la
formación de canales para el paso de Ca 2+ en la célula cebada. La reacción de
la IgE superficial con el antígeno aglomera la CBP para permitir el flujo de
calcio hacia el interior de la célula, el fenómeno previo a la desgranulación.
Esto se bloquea por combinación de la CBP con el cromolíno.

Metilxantinas

El relajamiento del músculo liso por las metilxantinas cafeína, teofilina y


teobromina ha estimulado el uso de éstas como broncodilatadores. Estos
compuestos también funcionan al nivel de la célula cebada incrementando la
concentración de cAMP y reduciendo su desgranulación. Un efecto secundario
indeseable de las metilxantinas es su función diurética.

Antiserotoninas

Es posible inhibir la constricción del músculo liso inducida por el 5-


hidroxitriptofano mediante el uso de derivados del ácido lisérgico, pero estos
compuestos no se usan debido a su actividad alucinógena.

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VI. BIBLIOGRAFIA

 Abbas, A.K. & COLS. Inmunología celular y molecular. 6ta. edición.


Editorial Mc Graw Hill Interamericana. Madrid, España. 2008.

 STITES, D. Y COLS. 1988. Inmunología Básica y Clínica. Sexta edición.

Editorial El Manual Moderno, S. A. Mexico, D. F.

 GOODMAN Y GILMAN. 1980. Bases Inmunológicas de las terapéuticas.

Quinta Edición. Editorial Interamericana. México.

 MAGNI, R. 1999. Inmunología e Inmunoquímica. Quinta Edición. Editorial

Médica Panamericana. Buenos aires - Argentina

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