EDITORIAL

Ser testigos en los últimos años de la participación de las
mujeres en los diferentes ámbitos en los que se desempeñan.
La economía global y el avance tecnológico han influido en
cambios, de los roles tradicionales de los hombres, como
proveedores de la familia, y de las mujeres, como responsables
únicas de la crianza de los hijos y las hijas.
Cada día la realidad nos demuestra la contribución de las
mujeres en todos los espacios, que por mucho tiempo fueron
considerados como exclusivos de los hombres: económico,
académico, político, etc., tanto en el sector público como en
el privado, en la conquista de puestos de decisión y liderazgo,
ellas impulsan proyectos sociales, trabajan y promueven,
desde diferentes tribunas, el respeto a los derechos humanos,
exigen la creación de políticas públicas que acorten
la brecha de inequidad que las mantiene al margen de muchos
servicios y oportunidades de desarrollo.
El Gobierno de Nuevo León y el Instituto Estatal de las Mujeres
están comprometidos a impulsar la equidad de género, como
una de las estrategias fundamentales para erradicar toda
forma de discriminación y de violencia en nuestra sociedad.
Ser congruentes con los compromisos adquiridos en los
tratados y convenciones internacionales, harán de Nuevo
León un Estado de Progreso.
Lic. María del Consuelo Chapa
Directora Operativa de Programas
Instituto Estatal de las Mujeres

ÍNDICE

2 TODAS Y TODOS SOCIEDAD 12 CENTRAL VIOLETA GÉNERO Y SALUD

CEDAW Sida vulnerabilidad femenina
María Elena Chapa Vicente López Gaytán
4 INTROSPECCIÓN NUEVA FEMINIDAD 15 HERENCIA NUEVA MASCULINIDAD
El dilema de ser Eva, Lilith o una misma Masculinidad tradicional: una disyuntiva
Yolanda Aguirre Ana María López Gallegos
6 REAPRENDIENDO NUEVAS FAMILIAS 17 EN LA FRONTERA MIGRACIÓN
El terremoto silencioso Migración femenina ¿del otro lado tenemos derechos?
Karen Batres Edgar Gaucín y Charles Munnell
8 PROPONIENDO NUEVA EDUCACIÓN 20 ASUNTO PÚBLICO VIOLENCIA
Repunte de las mujeres en la universidad Violencia familiar en personas mayores: análisis desde
y la investigación... ¿avance o retroceso? la perspectiva de género
Mayra T. Covarrubias Sandra E. Mancinas
10 COMENTARIO NUEVAS PUBLICACIONES 23 SEMBLANZA IEMUJERES
Tejedoras de historias Filiberto De la Garza De la Garza
Clara Scherer Violeta
24 DESDE LA REDACCIÓN NOTAS
El Instituto informa

DIRECTORIO
CONSEJO DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA JUNTA DE GOBIERNO INSTITUTO ESTATAL DE LAS MUJERES

Elizabeth Aguilar Lic. José Natividad González Parás María Elena Chapa H.
Presidenta Gobernador Constitucional del Estado Presidenta Ejecutiva
Anaeli S. de A. de Márquez Sra. Cristina Maiz de González Parás María del Refugio Ávila Carmona
Vicepresidenta Invitada especial Secretaria Ejecutiva
Graciela Jaime
Jorge Estrella Lic. Rogelio Cerda Pérez
Secretario General de Gobierno José Humberto Alanís Alanís
Juan Gómez Jayme Coordinador de Difusión e Imagen
Luis Manuel Garza Comisario Jefe Antonio Garza García
Manuel Pérez Ramos Secretario de Seguridad Pública Claudinne Jiménez
María de la Luz Molina Lic. Luis Carlos Treviño Berchelmann Dirección general
Teresa Almaguer Procurador General de Justicia
Úrsula W. de Bolaños Emilio Federico Campos
Lic. Rubén Martínez Dondé Coordinación de diseño
CONSEJO EDITORIAL Secretario de Finanzas y Tesorero General Archivo IEMUJERES· Claudinne Jiménez · Lidia
Alejandra Rangel Mtra. María Yolanda Blanco García Saavedra A.
Felipe de Jesús Rodríguez Vértiz Secretaria de Educación Fotografía
Francisco Gómez Dr. Gilberto Montiel Amoroso ``Las tejedoras´´ Luz Ángela Lizaraso
Graciela Ríos Secretario de Salud Portada
Jorge Villegas Ing. Alejandro Páez Aragón Violeta es una revista trimestral del Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo
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Violeta se reserva los derechos de los artículos que publica. Pueden reproducirse
siempre y cuando se cite el nombre de esta revista. Se aceptan colaboraciones.
 4
INTROSPECCIÓN NUEVA FEMINIDAD
El dilema de ser Eva,
Lilith o una misma
- POR YOLANDA AGUIRRE
En esta pequeña reflexión que me pidieron hacer sobre las
mujeres reales frente a los mitos sociales, empezaré diciendo
que nosotras, las mujeres de poco más o menos treinta años,
nacimos en un tiempo de revoluciones ideológicas y efervescencia
política, y que aunque nuestros padres hayan sido protagonistas
o no, las vivieron y se adaptaron. Nos tocó estudiar con menos
barreras que las que tuvieron que pasar nuestras madres.
Supongo que las niñas de ahora sufrirán menos discriminaciones
y así sucesivamente. Por supuesto que existen mujeres que aún
en este siglo no tienen una educación formal por cuestiones de
pobreza y exclusión.
Nosotras somos una generación de transición. Aunque la mayoría
de las mujeres treintañeras están ahora casadas y con hijos,
habemos algunas solteras y sin ganas de tener hijos y esto es
cada vez más aceptado. También es cierto que algunas están
solteras no porque así lo hayan decidido como proyecto de vida,
sino que en aras de tener una carrera profesional a plenitud, el
tiempo pasa y la posibilidad de encontrar una pareja que
comprenda que una mujer necesita compañía amorosa y
comprometida, no sólo la protección de un varón, es difícil.
Y no se trata de menospreciar a quienes han decido enrolarse
en un matrimonio, tener hijos y cumplir con el convencionalismo
social, ya que lo más importante en el desarrollo de las personas
es la búsqueda de la felicidad, siempre con fundamento en la
autorreflexión que lleve a una conciencia sobre sí mismo.
Tomar conciencia de cómo se vive y construir la forma que mejor
se acomoda a nuestra forma de pensar, es una tarea bastante
complicada, es un proceso que puede empezar en una etapa de
la vida donde haya un quiebre con el estado de las cosas. En mi
caso empezó en la infancia, al descubrir la discriminación de
género que se hacía en la familia, por supuesto que ahí sólo
podía haber reclamos y reflexiones acerca de las razones que la
provocaban; fue años más tarde, tal vez muchos años, que conocí
el feminismo y el psicoanálisis, y que pude aclarar dudas al
respecto y construir, sin culpa, una forma de vida distinta de la
que se me proyectaba en la familia.
De Eva
De acuerdo con la educación formal e informal que recibimos
las mujeres, aprendemos a ser para los otros y no para nosotras.
Nos inculcan la maternidad y la maternalidad, que según Dasha,
psicoanalista del grupo feminista Las Reinas, no son lo mismo,
ya que la primera hace referencia a la función procreativa y la
segunda al cuidado y servicio de los demás1. En referencia a la
sexualidad, también se nos educa para dar placer al otro y para
reproducirnos. Somos las Evas que dicta la tradición
judeocristiana.
Eva, como todos sabemos, fue expulsada junto con Adán por
haber comido del fruto prohibido. Se le condenó a parir con
dolor, y es por eso que desde entonces está el reclamo y la fijación
de que debemos ser obedientes y no contradecir las leyes, escritas
o no, que pudieran alejarnos de una vida tal vez cómoda pero
siempre subordinada a un sistema patriarcal.
Éste es uno de los principales mitos sociales que poco a poco se
han ido diluyendo. Hay Evas que se cansan, piensan y actúan
de forma distinta.
De Lilith
Hay otro mito menos conocido y sobre todo oculto: la vida de
Lilith, la primera mujer creada del soplo divino, auto exiliada
por no querer someterse al deseo de Adán. Desde entonces
cuentan que anda por ahí vagando y copulando con todo tipo
de ángeles caídos, haciendo lo que su voluntad le dicta. Por
supuesto que esta mujer no es el ideal que se nos quiere imponer,
y al ser adoptado por alguna, el rechazo es inmediato.
Lilith, desde mi perspectiva, es la mujer que no está de acuerdo
con algo y reclama, desobedece y decide explorar su sexualidad,
su mundo interior, recorrer y conocer el mundo que le rodea.
Ese podría ser el ideal de muchas de nosotras, sin embargo, no
estoy de acuerdo con hacer la voluntad propia auto excluyéndose
del mundo y de la sociedad.
Hay un verso de un poema de Vicky Nizri que dice: “la
2
desobediencia es el único camino del conocimiento” . La voz es
de Lilith y no encuentro mejor frase para expresar que tenemos
que cuestionar esa formación que nos hace seres dependientes.
El feminismo es mi respuesta
La historia del feminismo se remonta hasta hace casi 300 años.
Se han visualizado varias luchas y se les ha enfrentado, algunas
veces el feminismo salió victorioso, otras no tanto. Todo empieza
cuestionando injusticias, el reclamo de los derechos femeninos.
Olimpia de Gouges pedía que las mujeres pudieran subir a la
tribuna así como subían al cadalso, sin embargo, fue guillotinada
y jamás subió a la tribuna, aunque no hay duda que lo debió
haber intentado muchas veces. Las sufragistas, las abolicionistas,
las que se rebelaron a la mística femenina. Las feministas liberales,
las radicales, las de la diferencia: las que defienden los derechos

sexuales enunciando que lo público es privado. Ahora hay tantos
feminismos como colores del pantone, lo que a mi juicio está
bien ya que hay una línea que conduce y es estar en contra de
la discriminación y de las injusticias hacia las mujeres como
género.
El feminismo es una corriente ideológica y de acción que
promueve la libertad en los seres humanos, la no-discriminación,
y la construcción de formas de vida, esto no es sólo para las
mujeres sino también para los hombres, ya que no pueden haber
cambios en las relaciones si no se hacen de manera conjunta.
Sin embargo, le toca a cada quien cuestionar su lugar en el
mundo y hacer lo propio para modificarlo en caso de no estar
de acuerdo.
Desde mi experiencia personal puedo decir que el feminismo
me ha nutrido y me ha dado otra perspectiva, son mis lentes
violetas con los que veo el mundo. Por supuesto que las feministas
no somos perfectas, a veces nos encontramos con muchas
contradicciones y estamos concientes de ello, por eso estamos
en revisión constante y eso es bueno, ya que podemos actuar
para resolverlas en la medida de lo posible, en el momento de
tomar conciencia de ellas y así seguro saldrán más, como un
cuento de nunca acabar. Pero a fin de cuentas de eso se trata:
tomar los hilos de la vida y conducirla por un rumbo de libertad.
5
INTROSPECCIÓN NUEVA FEMINIDAD
Es así que mi sueño no es tener una boda tradicional, sí una
pareja que se comprometa conmigo, compañía amorosa en la
construcción de una vida equitativa. Seguir trabajando en el
ejercicio de la poesía, la forma en que he podido expresar mi
mundo interior. En el desarrollo profesional continuar ejerciendo
mi carrera de socióloga, y que ello me dé para vivir de manera
digna e independiente. Luchar por mantener vivo un proyecto
sin apoyos institucionales: LA MANZANA publicación feminista.
No propongo mi vida como ideal para todas en lo absoluto, y
sé que hay mujeres muy valiosas con vidas excepcionales, más
bien yo hablo de cuestionar, construir y, a pesar de las diferencias
ser feliz.
La autora es socióloga directora de la LA MANZANA, publicación
feminista.
Referencias
1 Hierro, Graciela. De la domesticación a la educación de las mexicanas.
Ed.Torres y Asociados. México, D. F., cuarta edición 1998.
2 Nizri, Vicky. Lilith, la otra carta de Dios, Ed. Porrúa, México, D. F., 2002.
FOTOGRAFÍA: LIDIA SAAVEDRA A.
-FOTOGRAFÍA: LILY SAAVEDRA
6
REAPRENDIENDO NUEVAS FAMILIAS

El terremoto
silencioso

- POR KAREN BATRES
Aunque las mujeres mexicanas siempre han trabajado, el
producto de este trabajo solía ser algo asociado con su papel de
género: alimentos, ropa, brebajes de curación, frutos del campo,
etc.
La mayoría de las mujeres que laboran fuera de la casa
actualmente lo hacen porque su aportación al patrimonio familiar
es esencial. Este desplazamiento de una posición tradicional
que tendía a solapar el valor del trabajo de las mujeres, hacia
un papel laboral más moderno dentro de oficinas, empresas,
fábricas, casas o en negocios propios, crea cambios que hacen
surgir estresores culturales significativos.
Un estudio realizado por la Comisión para Prevenir y Erradicar
la Violencia contra Mujeres en Ciudad Juárez (2004), de la
Secretaría de Gobernación, señala que uno de los factores
promotores de la violencia familiar es el cambio en el papel de
género. Estos cambios afectan a todos los estratos sociales:
desde la adolescente o mujer joven en Ciudad Juárez que llega
de un estado del sur para trabajar en una maquiladora, hasta la
mujer ejecutiva en Monterrey que tiene que contratar a otra
mujer para realizar las labores cotidianas de su casa para poder
irse al trabajo. De una forma u otra, será una mujer la que hace
el trabajo de la casa.
Los investigadores en Estados Unidos descubrieron que aun en
los matrimonios supuestamente “modernos”, donde los dos
esposos trabajan fuera de la casa de tiempo completo, las mujeres
de todas maneras realizan un porcentaje mayor del trabajo
doméstico. Se descubrió que la participación del marido en las
tareas de la casa no sólo es menor que la de la mujer, sino que
la presencia del hombre en casa crea más trabajo que el que éste
realiza como parte de su aportación en este renglón.
Este hallazgo enfatiza lo difícil que resulta cambiar las actitudes
tanto del hombre como de la mujer a pesar de que su situación
social y cultural haya cambiado. México es una sociedad
tradicional con patrones de interacción de género bastante
definidos; es común que las mujeres que trabajan fuera de la
casa asuman una doble jornada: primero trabajan en su empleo
y luego en su propia casa cocinando, limpiando, atendiendo las
necesidades de los hijos, etc.
El choque de actitudes contra realidades genera desde estrés
hasta violencia. Aunque el cambio en la situación de las mujeres
que trabajan fuera de la casa parecería tal vez difícil o complicado,
en realidad es un terremoto que debemos reconocer.
La teoría de intercambio social reza que una mujer ama de casa
piensa que su trabajo vale menos que el del hombre porque no
recibe remuneración, y ella está dispuesta a poner más de su
parte para compensar esta inequidad de valores. Pero cuando
esta misma mujer trabaja fuera de la casa porque el matrimonio
no puede realizarse económicamente sin sus ingresos, su
percepción de equidad puede cambiar radicalmente al enfrentarse
con una doble jornada. La resolución de estas tensiones depende
7
REAPRENDIENDO NUEVAS FAMILIAS
de la adaptabilidad del matrimonio, que a su vez depende de
la capacidad de los esposos de alterar su cosmovisión, lo cual
no es cualquier cosa, y muchos no lo logran.
Tan es así que no es raro encontrar que una mujer ejecutiva,
exitosa y dinámica, busque la forma de hacer que su marido se
sienta validado, útil, poderoso, bajo la suposición (muchas veces
atinada) de que su éxito es una amenaza para la autoimagen de
su marido. En entornos sociales como el de Ciudad Juárez, que
padece de múltiples problemas socioeconómicos y políticos, se
puede crear un ambiente de intolerancia y frustración
generalizado que apoya tácita y pragmáticamente el uso de la
violencia contra las mujeres. En otros lugares y otros estratos
socioeconómicos, el resultado puede ser el divorcio o el maltrato
psicológico entre los cónyuges. Hay muchas formas de violencia
y se dan en todos los niveles.
Los hijos de estos matrimonios logran patrones más modernos
de interacción de género cuando la pareja marital logra adaptarse
a los cambios sociales; pero los hijos de matrimonios violentos
o divorciados enfrentan consecuencias psicológicas que pueden
ser fuente de crecimiento personal o de un futuro lleno de
conflicto y sufrimiento. Son importantes las redes sociales y el
grado de apoyo social y familiar que gozan los hijos. Influirán
en cómo integran estos cambios en sus propias vidas y las
maneras en que alteran su autoconcepto en cuestión de género.
Necesitamos más bien espacios donde se manejen estos temas
más honestamente y con mayor conocimiento de causa.
Paulatinamente, el concepto de lo que debe ser un hombre o
una mujer se está alterando hacia patrones más flexibles, pero
es un parto difícil. Los que trabajamos en el área de la salud
mental tenemos una obligación moral de abordar estos temas
en foros públicos siempre que sea posible. Como si fuéramos
comadronas, queremos que hombres y mujeres den a luz a
formas gratificantes de definirse como tales, sin miedo a ser
diferentes o de adoptar patrones menos tradicionales.
La autora es psicóloga clínica, practica la psicoterapia psicoanalítica,
ha colaborado con Centro de Investigación Familiar A.C. en la atención
a mujeres maltratadas y es editorialista de EL NORTE.
FOTOGRAFÍA: LIDIA SAAVEDRA A.
 8
PROPONIENDO NUEVA EDUCACIÓN
Repunte de las
mujeres en la
universidad y la
investigación...
¿avance o
retroceso?
-POR MAYRA T. COVARRUBIAS
El 30 por ciento de la comunidad científica mundial está
conformada por mujeres. ¿Por qué la ciencia ha sido siempre
un área de conocimiento que privilegia la participación masculina
y relega a la femenina? ¿Tienen las mujeres menos aptitudes
para este campo o es un problema educacional?
La incorporación de las mujeres a la investigación supone no
sólo un logro en el avance de la participación femenina, también
es signo de progreso social. Sin embargo, esta esfera no es
igualitaria, ya que su participación es decreciente a medida que
se escalan niveles académicos.
Haciendo un poco de historia, en la Edad Media, las mujeres
tenían prohibido entrar a las universidades. Entonces las que
se formaban lo hacían en los conventos y en los círculos elitistas,
destinados a la nobleza. Después, ya en el siglo XIX, las mujeres
empiezan a incorporarse a la universidad, pero en áreas más
propias de los roles sociales femeninos, como magisterio, salud,
trabajo social, psicología, educación y humanidades. Es a partir
de 1970 cuando en Estados Unidos aparece un particular interés
por promover la paridad de género en el ámbito de la ciencia
y la tecnología, al fundarse la Association for Women in Science
(1971). En Europa este interés nace en la década de los ochenta,
siendo en 1999 cuando la Unión Europea examina la situación
de las mujeres en la ciencia, en un estudio que culminó con la
formación del "Grupo de Helsinki" y la elaboración del informe
ETAN, publicado en el año 2000, cuyos datos mostraron que las
mujeres investigadoras están sub-representadas en los puestos
clave.
En España, un grupo de mujeres investigadoras de variadas
disciplinas, fundó en el 2001 la Asociación de Mujeres
Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), que busca básicamente
promover la igualdad en el acceso a la actividad investigadora,
elaborando recomendaciones, organizando seminarios y
coloquios para la reflexión y el debate, y colaborando con otras
organizaciones para facilitar el avance de las mujeres en la
ciencia.
No obstante lo anterior, actualmente en Estados Unidos se está
limitando la llegada de las mujeres a los cargos de alto nivel
ligados con la ciencia, las matemáticas y la ingeniería, y no existe
ninguna aparente razón para ello, según reveló un informe
publicado por las academias científicas nacionales de este país,
donde un comité de expertos analizó todas las excusas posibles
-diferencias biológicas de capacidad, influencias hormonales,
demandas de crianza de los hijos y diferencias relativas a la
ambición- no encontrando una buena explicación del por qué
las mujeres son dejadas de lado. Además, las mujeres tienen
ingresos menos favorables en el mundo científico, lo que está
provocando la pérdida de muchas investigadoras con talento.
Aunque el estudio efectuado no encontró ninguna evidencia
concluyente que apoye las concepciones anteriores y, más bien,
encontró pruebas en sentido contrario, como el hecho de que
actualmente el desempeño femenino en matemáticas en la
secundaria coincide con el masculino y, en el caso de la biología,
el género femenino ha experimentado una mayor evolución en
las últimas décadas, puede concluirse que las ideas en torno a
la menor capacidad femenina para realizar actividades científicas
es un prejuicio no deliberado que está dejando a las mujeres al
margen de dichas actividades.
Si ubicamos esta problemática en nuestro país, observamos que
además de que la investigación es una actividad poco favorecida
tanto económicamente como en cuanto al número de personas
dedicadas a ella, encontramos que en el caso de las universidades
locales esta falta de apoyo hacia el sector femenino es aún más
evidente. Claramente se observa que las mujeres se ubican en
un sitio sobresaliente como alumnas y egresadas, repuntando
tanto en cantidad (0.5 por ciento de mujeres mexicanas tenían
estudios universitarios en la década de los sesenta, 11.8 por
ciento son universitarias en el 2005), como en calidad. Analizando
los Reconocimientos al Mérito Académico de la Universidad
Autónoma de Nuevo León destaca que éstos han sido otorgados
mayoritariamente a las estudiantes desde hace varias
generaciones (Tabla 1) y en cuanto a la investigación (Tabla 2),
se puede observar que poco a poco las mujeres están logrando
ubicarse en áreas de conocimiento que durante muchos años se
consideraron tradicionalmente masculinas.
El trabajo de investigación científica es un área profesional muy
demandante, exige dedicación total, los horarios de trabajo son
exhaustivos, sobre todo en las áreas experimentales y el rango
de edad para tener oportunidad de becas de posgrado coincide
con la edad reproductiva. Ante ello, muchas mujeres se ven en
el dilema de seguir estudiando o tener hijos, por lo que algunas
deciden retirarse.

Como hemos visto, el camino para las mujeres universitarias
así como para las que se dedican a la investigación no ha sido
fácil, pero los logros se empiezan a observar poco a poco. Por
ejemplo, en la Universidad Nacional Autónoma de México,
existen una serie de políticas especiales para las estudiantes de
doctorado que están embarazadas y para las que son madres.
En la Universidad Autónoma de Nuevo León, cada vez hay
más oportunidad de que se les deje llegar a los puestos de toma
de decisiones y de liderazgo, tales como la dirección de facultades
en donde se realizan estudios de posgrado con trabajo científico
e investigaciones de alto nivel, reconocidas internacionalmente.
Es necesario continuar trabajando para que en todas las áreas
del conocimiento se promueva la perspectiva de género y se
termine con las tradiciones culturales que ubican a mujeres y
9
PROPONIENDO NUEVA EDUCACIÓN
hombres en áreas de acuerdo a los roles que se supone cada
uno debe desempeñar. Es importante también unir más estos
dos campos, ciencia y mujeres. Conocer cómo estudian la ciencia
y cómo la modifican. Las mujeres generamos conocimiento
científico diferente al de los hombres, no porque tengamos más
o menos inteligencia, sino porque tenemos maneras distintas
de ver el mundo. Y al verlo distinto nos hacemos preguntas
diferentes, que complementan nuestro conocimiento sobre el
mismo.
La autora es Secretaria de Planeación y Desarrollo Universitario de
la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Migración femenina
¿del otro lado
tenemos derechos?
- POR EDGAR GAUCÍN Y CHARLES MUNNELL
Ha habido un cambio importante en las leyes de inmigración
de los Estados Unidos con respecto a los derechos de las mujeres
que han sido víctimas de violencia familiar. Estos cambios se
deben principalmente a dos factores: presiones políticas por
parte de diversas organizaciones sociales y cambios de percepción
de la sociedad hacia las relaciones de género. Se han creado
nuevos rubros en las leyes de inmigración relacionadas con
derechos humanos, tráfico de personas y, especialmente, violencia
familiar.
María Alvarado Peña se casó a los dieciséis años con un soldado
en su natal Guatemala. Durante diez años todo tipo de violencia,
tanto física, económica como verbal, fue una constante en su
matrimonio, incluso, como su esposo mantenía relaciones
sexuales con otras mujeres, llegó a infectarla con enfermedades
venéreas. En uno de tantos abusos físicos de los que fue objeto,
pasó varios días hospitalizada debido a que le dislocó la quijada
cuando supo que estaba embarazada, por lo que perdió al hijo
que esperaba.
María intentó huir a otras ciudades en Guatemala, pero a través
de sus conexiones con el ejército, su esposo siempre la encontraba
y la forzaba a regresar. Cada vez que regresaba los golpes eran
más severos. En una ocasión la despertó durante la noche, la
ahorcó con un alambre, y la amenazó con cortarle brazos y
piernas con un machete si intentaba huir de nuevo. La vida de
María se encontraba en peligro. Las amenazas de muerte no
eran broma y ella lo sabía.
Los intentos por conseguir ayuda y protección legal fueron en
balde, incluso le contó su historia a un juez, pero la respuesta
era siempre igual: las autoridades no se involucran en asuntos
familiares.
17
EN LA FRONTERA MIGRACIÓN
Finalmente, María aceptó que era solamente cuestión de tiempo
para que su esposo la matara, así que salió de Guatemala y llegó
a los Estados Unidos ilegalmente. Afortunadamente encontró
un abogado en San Francisco, California, que estaba dispuesto
a tomar su caso y a hacer una solicitud de asilo, aunque estaba
claro que tenía muy pocas probabilidades de éxito.
Los requisitos legales para obtener asilo político en los Estados
Unidos están claros. El solicitante debe de probar que ha sufrido,
o es vulnerable en el futuro, a algún tipo de persecución debido
a su raza, religión, nacionalidad, opinión política o por
simplemente pertenecer a un grupo social. En este caso se pudo
proporcionar la documentación que establecía la persecución
como evidencia de que las autoridades guatemaltecas rechazaron
actuar. Estaba claro que su situación estaba dentro de las cinco
categorías (ser miembro de un grupo social) que la ley del asilo
de Estados Unidos intenta proteger.
En 1996, un juez de inmigración en San Francisco, California,
convino que las mujeres maltratadas sí pueden ser protegidas,
lo que benefició el caso de María. Sin embargo, tres años después
la corte más alta de inmigración de los Estados Unidos cambió
la aprobación y ordenó su deportación. Esta decisión desfavorable
tuvo un impacto significativo más allá del caso de la Sra.
Alvarado. Afectó muchos otros casos de asilo político a mujeres
inmigrantes que habían sido víctimas, tanto en su país de origen
como ya dentro de los Estados Unidos, de una amplia gama de
abusos a sus derechos humanos y legales (tráfico de mujeres
para fines de explotación sexual y narcotráfico, retención en los
Estados Unidos en contra de su voluntad y violencia familiar).
Debido a la controversia política generada por esta decisión y
en respuesta a la presión política de diversas organizaciones
18
EN LA FRONTERA MIGRACIÓN
defensoras de derechos humanos, se puso un alto a la deportación
de María y se pidió crear nuevos requisitos para el tratamiento
de las demandas de asilo basadas en cuestiones de género.
Aunque los avances en materia de derechos de inmigrantes son
cuantiosos, la situación de María, como la de tantas otras mujeres,
a la fecha no ha sido definida.
Existen también otras situaciones donde las mujeres siguen
siendo blanco perfecto de todo tipo de abusos. La migración
femenina, que ha aumentado alarmantemente en los últimos
años, ha provocado que sean aún más vulnerables a sufrir todo
tipo de violencia. La ignorancia, el miedo y la falta de información
sobre cuáles son los derechos humanos y legales que toda persona

tiene provoca que mujeres indocumentadas corran riesgos
alarmantes de violencia, tanto familiar, como de cualquier tipo.
Al ser residentes ilegales en un país completamente ajeno, sus
derechos pueden ser fácilmente mancillados. El miedo a ser
deportadas es latente y preferible a denunciar abuso, violencia,
maltrato o que están siendo obligadas a participar en situaciones
en contra de su voluntad, como tráfico de drogas, trabajos duros
o prostitución.
Existen casos en los que el fenómeno migratorio se presenta a
nivel familiar, es decir, que toda la familia, o por lo menos la
pareja, cambia de residencia de un lugar a otro. Sin embargo, a
últimas fechas la migración femenina se ha comenzado a
presentar individualmente, algunas veces dejando atrás a los
hijos. Por esta razón es importante mencionar una situación que
se presenta en los Estados Unidos, y que se debe puntualizar
como relevante debido a que es el país con el más alto índice de
emigración de ciudadanos mexicanos.
Por ejemplo, cuando una mujer extranjera, en este caso mexicana
o centroamericana, contrae matrimonio con un ciudadano
estadounidense legal (situación que se presenta comúnmente
para la obtención de documentos de trabajo y acceso a servicios
de salud), éste tenía el derecho de hacer una petición para traer
a los hijos en caso de que se hubieran quedado en el país de
origen, o de solicitar que pudieran tener acceso a educación y
permanencia legal, en caso de que la mujer los hubiera traído
consigo. Sin embargo, el problema radicaba en que muchas
veces esta opción era utilizada por los varones como método de
control sobre sus parejas. La situación era caldo de cultivo para
abusos físicos, verbales y psicológicos, así como para forzarlas
a permanecer en unión bajo la amenaza de deportarlas tanto a
ellas como a sus hijos. Bajo esta circunstancia los abusos no son
reportados a las autoridades.
Lo interesante es que desde 1994 se han modificados las leyes
que protegen la no violencia contra las mujeres, lo que ha puesto
un alto a la situación recién relatada. En la actualidad la ley
permite que las peticiones sean realizadas por las interesadas
directamente, sin que el esposo tenga que intervenir, para evitar
que sean vulnerables a cualquier tipo de abuso o violencia,
incluso se puede hacer este trámite aunque estén divorciadas o
aunque sus esposos hayan muerto. Su derecho de permanecer
en los Estados Unidos ya no depende del control del varón para
el proceso de la petición.
La violencia intrafamiliar entre inmigrantes es frecuente. En el
2006, 9 mil 500 personas que fueron abusadas solicitaron ayuda
al gobierno. Aunque algunas demandas fueron negadas por el
gobierno, la clínica de inmigración en la Universidad de Houston
ha representado a centenares de mujeres abusadas desde que
la ley de 1994 se aprobó.
19
EN LA FRONTERA MIGRACIÓN
Además, los problemas que enfrentan las mujeres refugiadas
no terminan de inmediato. Muchas tienen dificultad para
ajustarse a una vida normal. Las experiencias que sufren las
mujeres antes de migrar, tales como abuso, combinado con el
estrés que sufren al llegar a su nuevo destino, aunado a la
limitada habilidad de hablar ingles, el desempleo y la pobreza,
las hacen vulnerables a presentar trastornos físicos y mentales.
Afortunadamente, existen programas de salud que ayudan a
mujeres refugiadas. Uno de los programas más destacados es
“Programa de Empoderamiento” con sede en la cuidad de
Kansas. Este programa ofrece educación, cursos y preparación
para que las mujeres puedan adaptarse a su nuevo contexto, y
se encuentren informadas sobre la importancia de tomar el
control de sus propias vidas y sobre todo, de los derechos que
la ley les otorga. El programa ha tenido excelente respuesta entre
la comunidad de mujeres mexicanas que se encuentran de
manera ilegal en los Estados Unidos. No tiene como fin reportar
a las autoridades sobre la situación legal de ninguna persona,
sino el trabajar con una realidad de nuestros días, como lo es la
migración.
En conclusión, las mujeres han tomado un papel importante en
la migración. Como protagonistas deciden migrar, muchas veces
solas, y arriesgar su integridad, su salud y hasta su vida para
superarse y mejorar la calidad de vida de sus familias. Los
desafíos que enfrentan son numerosos. Afortunadamente, el
conocimiento de los temas de género ha creado un medio
ambiente que brinda una mayor seguridad a quienes han dejado
su país. Sobre todo al género femenino, siempre más vulnerable
y violentado. Debemos esperar y ver si los avances en los
derechos humanos y la ley de inmigración continuarán
protegiéndolas contra la violencia y el abuso.
Sobre los autores:
Edgar Gaucín es sociólogo y está asociado al Centro de Estudios de
Inmigración de la Universidad de Houston. Es maestro internacional
de educación media superior en el Campus Cumbres del Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
Charles Munnell es abogado de inmigración y está asociado con el
Centro de Estudios de Inmigración en la Universidad de Houston.
-FOTOGRAFÍ A: LIDIA SAAVEDRA A.

Masculinidad tradicional:
una disyuntiva
- POR ANA MARÍA LÓPEZ GALLEGOS
En el campo de los estudios de género se
ha destacado la investigación sobre las
condiciones de las mujeres; el material que
se ha producido (ensayos, libros y aportes
teóricos) ha sido muy vasto. Sólo en forma
muy reciente, y a partir de los estudios
sobre las mujeres, es que aparece el interés
por abordar el tema de la masculinidad,
el cual reviste particular importancia si se
busca el establecimiento de relaciones de
género con una mayor equidad.
En el estudio de la masculinidad (o
feminidad) es particularmente relevante
el concepto de género, el cual puede
definirse como la construcción cultural
que las sociedades elaboran sobre los
hombres y/o mujeres. Estas construcciones
culturales son un conjunto de normas,
prescripciones, actitudes, valores,
conductas y actividades que las sociedades
adscriben a los individuos con base en
sexo femenino o masculino.
De esta manera puede afirmarse que la
masculinidad es una construcción
simbólica que los hombres realizan a través
de un proceso de socialización en el que
HERENCIA NUEVA MASCULINIDAD
intervienen familia, escuela, amistades y
medios, los cuales van creando patrones
y modelos que los hombres va
interiorizando a través de diversos
mecanismos, de tal manera que
determinan muchos de sus hábitos,
actitudes, percepciones, maneras de pensar
y sentir.
Estos patrones de masculinidad
1 que son
aprendidos e interiorizados se encuadran
bajo un modelo tradicional de
masculinidad (aún vigente en la vida de
muchos hombres) que se rige por los
siguientes parámetros1:
•Visualización esencialmente como
proveedores.
•Éxito en el trabajo y en la vida profesional.
•Autoestima basada en el éxito económico
y laboral.
•Participación en la vida pública; el
espacio privado es asignado al género
femenino.
15
•Manejo y control del poder en sus
relaciones cotidianas.
•Emociones, sensibilidad y sentimientos
deben evitar expresarse ya que pueden
interpretarse como debilidad,
características atribuida al género
femenino
•Relación de género basada en la
subordinación, en la que el control y el
poder generalmente lo tienen los
hombres.
•Sexualidad como medio principal para
probar la masculinidad. La sensualidad
y ternura deben evitarse.
Según este modelo, los hombres tienden
a evitar comportamientos que se asocian
a lo femenino, como mostrar debilidad y
vulnerabilidad (por el contrario, hay que
mostrarse fuertes). Es por eso que pocas
veces muestran sus emociones (excepto el
enojo, que socialmente es aceptado y
alentado).
16
HERENCIA NUEVA MASCULINIDAD
Evitar estos comportamientos, y confirmar
algunos otros, tiene como objetivo
reafirmarse como seres masculinos ante
sí mismos y ante los demás.
Sin embargo, la construcción tradicional
empieza a ser replanteada, porque ha
habido un cambio en el papel que las
mujeres han venido desempeñando tanto
en la vida social como en la cotidiana,
afectando el papel tradicional masculino.
Las mujeres gradualmente han ido
ingresando al mercado laboral e
incrementado sus niveles educativos, por
lo que la clásica división sexual del trabajo
dejó de ser un modelo hegemónico de
referencia. Sin embargo, se sigue
desempeñando una doble jornada laboral
(trabajo formal y labores domésticas), y
aún cuando los ingresos sean iguales a
los del hombre, éste sigue siendo la única
autoridad dentro de la familia.
Aunque los medios masivos impulsan
un modelo de mujer con un proyecto
propio, más allá del espacio familiar y
de su papel conyugal, conforme pasa el
tiempo las mujeres van ganando espacios
en la vida pública. Así, a principios de
los años ochenta, la imagen masculina se
deteriora conforme va siendo desplazada
por la femenina en diversos ámbitos. Por
otro lado, las crisis económicas han
agravado el desempleo y los niveles de
vida han sufrido un deterioro,
provocando un desequilibrio en los
hombres, que se sienten incapaces de
cumplir con sus papel de proveedores
dentro del hogar.
Con el incremento de la participación de
las mujeres en el mercado laboral, que se
debió principalmente a la creciente
educación, al control de la fecundidad y
a las crisis económicas, se crearon
unidades familiares donde ambos
cónyuges trabajan.
Esta participación ha traído cambios al
interior de la familia, de tal forma que
muchos hombres sienten cuestionada su
posición dentro del hogar, al sentirse
vulnerados y afectados en su estima.
En la actualidad el género masculino vive
una dualidad en la que a veces acepta el
nuevo papel de las mujeres y en otros lo
rechaza. Tanto en hombres como en
mujeres se vive un contraste entre el
discurso moderno y el ejercicio de
prácticas tradicionales de género en la
vida cotidiana, de tal manera que se ha
llegado a afirmar que "la redefinición de
las estructuras simbólicas con que los
géneros se relacionan adquiere un
carácter lastimoso tanto para unos como
para otros".2
El mayor acceso a la educación que las
mujeres fueron adquiriendo y, por lo tanto,
su incursión al campo laboral, les dio
acceso a posiciones de poder de las que
antes carecían, rompiendo de esta manera
con la postura tradicional de
subordinación.
Estos nuevos elementos incorporados a
la vida cotidiana de las mujeres tienen
dos consecuencias: primero, una
transformación en sus relaciones de pareja,
y segundo, le otorgan una identidad
diferente a la tradicional que rompe con
estereotipos convencionales, por lo tanto,
esta situación cultural, nueva, cambiante,
también coloca al hombre en una posición
de transformación de su identidad.
Si bien es cierto que en el ámbito público
falta mucho por trabajar para lograr
mayores condiciones de igualdad entre
hombres y mujeres, en el espacio privado
ocurren diferentes procesos. Estudios
realizados han encontrado que mujeres
jóvenes presionan a sus compañeros para
que participen en actividades domésticas,
no obstante, en sectores medios en
entrevistas realizadas a hombres
profesionistas, éstos manifiestan que las
mujeres siguen conservando estas
divisiones sexuales del trabajo y se
presentan dificultades para que el hombre
participe.3
Se ha observado una mayor tendencia a
establecer relaciones más igualitarias entre
las mujeres que tienen mayor escolaridad
y mayores recursos económicos, mientras
que en las mujeres más pobres y con
menor instrucción, los cambios en las
relaciones de pareja son más lentos.
Conclusiones
Se requiere que los hombres aprendan a
expresar temores, miedos y emociones,
para que puedan ir al encuentro de sus
parejas, hijos, familia extensa y
compañeros (as) en condiciones más
cálidas y humanas.
Es necesario también que ejerzan su
paternidad de una manera más cálida y
cercana, que rechacen el uso de la violencia
en la crianza, que sean más flexibles y
afectivos, y menos lejanos y fríos.
Para lograr relaciones más democráticas
es necesario que participen en mayor
medida en las labores cotidianas del hogar,
las labores domésticas y crianza de los
hijos e hijas. Asimismo, que reflexionen
sobre la práctica de la violencia y sus
efectos en su vida personal y familiar.
Se requiere asimismo que aprendan a
cuidar su propio cuerpo, que se preocupen
por su salud y eviten practicar conductas
riesgosas que ponen en riesgo su vida.
En suma, que surjan nuevos valores
masculinos y que se analice, desde la
perspectiva de los propios varones, las
desventajas de vivir relaciones donde el
manejo del poder recae en el género
masculino y se puedan valorar las ventajas
de establecer relaciones más equitativas
entre los géneros.
La autora es estudiante del posgrado de Trabajo
Social y Políticas Sociales de Universidad
Autónoma de Nuevo León.
Referencias
1Corsi, J y otros. (1995). Violencia masculina
en la pareja. Argentina. Paidós.
2Montesinos, R. (2002). Las rutas de la
masculinidad. España. Gedisa.
3 Oliveira,O. (1998). Familia y relaciones de
FOTOGRAFÍA: CLAUDINNE JIMÉNEZ
género en México. En Schmukler, B. Familias
y relaciones de género en transformación.
México. Edamex- Population council.
20
ASUNTO PÚBLICO VIOLENCIA

Violencia familiar en personas

mayores: análisis desde la
perspectiva de género.
- POR SANDRA E. MANCINAS

La vejez es un concepto polisémico, influido por elementos

deontológicos y socioculturales. Desde el punto de vista social,
se habla de edad como una construcción que polariza la vejez
y juventud; donde la primera es vista como un movimiento
descendente de decadencia, y la segunda como un movimiento
ascendente de plenitud. Además, la vejez es una construcción
histórica, donde el proceso biológico que caracteriza esta edad
adquiere significado de acuerdo al modelo cultural vigente. Y
en el modelo cultural actual, a diferencia de algunas sociedades
más ancestrales, las personas mayores no ocupan un lugar
predominante; por el contrario, existe un desinterés por ellas.
En la sociedad actual predomina la cultura de lo desechable
objetivada en una cantidad ingente de mensajes que valoran la
juventud, la belleza física y el éxito económico. En este entorno,
para algunas personas que envejecen es cada vez más difícil
encontrar su lugar de dignidad y de sentido de vida. Por un
lado, la vertiginosa velocidad con que la tecnología ha venido
a cambiar el mundo las excluye progresivamente del ámbito
laboral y productivo, y por otro, la disminución de la familia
extensa ha debilitado su función de personas sabias y consejeras
del resto de los miembros de la familia.
En México, se observa una relación ambivalente hacia las
personas mayores; por un lado se les elogia y se les rinde
homenaje a su trayectoria de vida, pero al mismo tiempo, no se
reflexiona sobre las implicaciones y el significado de la vejez, y
difícilmente se propicia su respeto, su dignidad e independencia.

La vejez, en tanto construcción sociocultural, posee un carácter

multidimensional; no envejecen igual los pobres y los ricos, los
obreros y los profesionistas, los que viven con sus familias y los
que no, los que viven en medios urbanos y los que viven en
medios rurales, los discapacitados y los que gozan de buena
salud, y por supuesto: no envejecen igual los hombres y las
mujeres. Lorber considera que “los cuerpos difieren
fisiológicamente de muchas maneras, pero son completamente
transformados por prácticas culturales enmarcadas en categorías
sobresalientes de una sociedad”. Para las mujeres, la etapa de
la vejez se complica aún más, ya que se enfrentan a una situación
doblemente desigual: una por ser mujeres en una sociedad
patriarcal, y la otra, por pertenecer a un colectivo donde el
imaginario imperante es la poca valía asignada por el mito de
la improductividad. De manera que el género1 es una dimensión
que atraviesa la configuración de la vejez.

Al igual que la categoría de género, la violencia familiar puede

ser entendida como un constructo de la historia y de la política,
 21
ASUNTO PÚBLICO VIOLENCIA

es decir: “la violencia entre los miembros de una familia viene

generada por conflictos en su seno que no sólo están influenciados
por el contexto histórico, sino que en sí mismos tienen una
naturaleza política, en el sentido de la palabra guiada a las
relaciones de poder. La violencia en la familia surge de las luchas
de poder en las cuales los individuos compiten por recursos y
beneficios reales”.2

El poder es un elemento que siempre atraviesa las relaciones

interpersonales; en otras palabras, todo tipo de relación contiene
una relación de poder. Pero la relación de poder que subyace a
toda relación interpersonal en sí misma no es violenta, más bien
la violencia se produce cuando existe un desequilibrio de poder.
De acuerdo con Corsi, en la familia existen dos núcleos de
desequilibrio de poder: el género y la edad.

El desequilibrio en las relaciones de poder derivados de la edad

y el género pueden producir relaciones de abuso. De manera
que cuando hablamos de violencia familiar hacia los adultos
mayores, nos referimos a todas las formas de abuso, que los
miembros de una familia o personas que mantienen vínculos
de confianza con las personas mayores ejercen hacia ellas. Incluye
todo acto que por acción u omisión les provoque daño físico o
psicológico. Comprende agresiones físicas, tratamiento
despectivo, descuido en la alimentación, el abrigo, los cuidados
médicos, el abuso verbal, emotivo y financiero, la falta de
atención, la intimidación, las amenazas, etcétera.

Existen factores que aumentan la probabilidad de que las

personas sufran violencia familiar. Para Corsi los factores de
riesgo se agrupan en tres niveles:

•Factores de riesgo con eficacia causal primaria. Están constituidos

básicamente por aspectos culturales y educativos sobre los que
se construye la violencia como modo naturalizado de las
relaciones de poder interpersonal.

•Factores de riesgo asociados. No constituyen elementos causales

para la violencia, pero su presencia aumenta la probabilidad
de ocurrencia y/o la gravedad de sus manifestaciones.

•Factores que contribuyen a la perpetuación del problema. Son aquellos

que, derivados del funcionamiento de las instituciones, impiden
una identificación temprana del problema y una respuesta
eficaz a éste, lo cuál los transforma en un elemento de peso
dentro de la cadena causal, ecológicamente entendida.

Es en los factores de riesgo con eficacia causal primaria donde

el género, como construcción cultural, encuentra cabida. De
acuerdo con este tipo de factores alude a las pautas culturales
que mantienen la desigualdad entre los sexos. Dicha desigualdad
echa raíces en la socialización de género basada en estereotipos
sobre lo masculino y lo femenino, privilegiándose el aprendizaje
femenino de la indefensión y el aprendizaje masculino del uso
de la fuerza para la resolución de conflictos.
22
ASUNTO PÚBLICO VIOLENCIA
Pese a la importancia que la categoría de género tiene como
elemento que influye en la configuración de la violencia familiar,
la idea de considerarlo como un factor de riesgo cuando ésta se
ejerce hacia las personas mayores se encuentra fragmentada,
esto, debido a la variabilidad en los hallazgos. Se ha encontrado
que la proporción de hombres que vivía violencia familiar (52
por ciento) era superior a la de las mujeres (48 por ciento), y que
las víctimas de maltrato generalmente son mujeres mayores de
75 años. En México, estadísticas del Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática al año 2000, indican que el
porcentaje de personas de 60 años o más que viven violencia es
mayor en hombres (20.7% por ciento) que en mujeres (17 por
ciento).
Pero el género es un elemento que no debe leerse sólo desde la
persona mayor, el género de los perpetradores también marca
la dinámica de una relación violenta. Estudios han demostrado
que son generalmente las mujeres familiares de las personas
mayores quienes las maltratan. Sin embargo, al diferenciar entre
los tipos de violencia, el género de la persona agresora variaba;
así que mientras los hombres ejercían más violencia física, las
mujeres estaban más relacionadas con actos de negligencia.
Existe una diversidad de interpretaciones que tratan de sustentar
los resultados antes mencionados. El hecho de que la proporción
de hombres violentados familiarmente sea mayor al de mujeres,
se debe a que los organismos públicos se interesan más por el
maltrato que sufren éstas. Por lo tanto, las denuncias de las
mujeres mayores se asientan con mayor facilidad en las
estadísticas oficiales que las de los hombres; además considera
que las primeras tienen mayor tendencia a denunciar este tipo
de hechos. En contrapartida, se considera que la proporción de
hombres mayores que experimentan violencia familiar es superior
a la de las mujeres, debido a la inversión generacional. En otras
palabras, los hombres que infligían violencia hacia sus hijos y/o
esposa, al llegar a la vejez pasa de perpetrador a víctima de
violencia.
Consideramos que los argumentos antes expuestos podrían
anclarse en la perspectiva de género, especialmente el que
sustenta la premisa de la inversión generacional. Partimos de
la idea de que la inversión generacional por sí sola no explica
la mayor tendencia de los hombres a vivir violencia familiar.
Más bien, creemos que las distribuciones porcentuales adquieren
significado si se analizan desde la perspectiva de género,
subrayando la construcción sociocultural de la paternidad y la
maternidad, como procesos que particularizan las relaciones
madre-hijo-hija y padre-hijo-hija.
En México, los hombres que hoy son adultos mayores fueron
socializados bajo un estereotipo en el cual la masculinidad se
basaba en tres imperativos: fecundar, proveer y proteger. Por lo
tanto, ser padre se centraba fundamentalmente en proveer a sus
hijos bienestar físico y material; además, los hombres debían ser
valientes, proteger, no tener miedo, ellos cuidaban y no tenían
necesidad de ser cuidados. Mientras que la responsabilidad con
respecto a los hijos era eminentemente de la madre. Así que al
llegar a la vejez, no es extraño que los hijos mantengan un
acercamiento más afectivo hacia las madres que hacia los padres.
Por ejemplo, en México, se ha evidenciado que las mujeres
mayores reciben más trasferencias por parte de sus hijos que los
hombres, y que éstos registran una mayor proporción de violencia
familiar que las mujeres.
En conclusión, la división de opiniones en torno a la idea de
considerar el género –tanto de la víctima como del agresor–
como un factor de riesgo para experimentar violencia familiar,
en lugar de alejar la discusión sobre el tema, debe sentar las
bases para analizar esta categoría, como indisociable en el estudio
de la violencia familiar hacia las personas mayores. Consideramos
que el desacuerdo y la fragmentación pueden encontrar sentido
si el género, en lugar de incluirse como una variable más, se
toma como una construcción sociocultural a través de la cual se
pueda entender el significado de la paternidad y de la
maternidad.
Referencias:
1El género entendido como los significados que cada sociedad le
atribuye a la diferencia sexual que se encuentra inscrita en el cuerpo
(Burín, 2001).
2 Phillipson, C. (2000). Los malos tratos a los ancianos: perspectivas
sociológicas. En Decalmer, P. y F. Glendenning. (Comps). El
maltrato a las personas mayores. Barcelona. Ed. Paidós.
Bibliografía
Corsi, J. (1999). Una mirada abarcativa sobre el problema de la
violencia intrafamiliar. En: Corsi, J. Violencia familiar. Una mirada
interdisciplinaria sobre un grave problema social. Argentina. Ed.
Paidós.
Lorber, J. (1994). Paradoxes of gender. New Haven & London, Yale
University Press.
La autora es candidata a Doctora en Filosofía con especialidad en
Trabajo Social y Política Comparada de Bienestar Social, por la
Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de
Trabajo Social y Desarrollo Humano.
FOTOGRAFÍA: CLAUDINNE JIMÉNEZ
12
CENTRAL VIOLETA GÉNERO Y SALUD

- POR VICENTE LÓPEZ GAYTÁN

vulnerabilidad El VIH/Sida es una enfermedad de tipo infeccioso producida

por el contagio con el virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH), el cual se puede transmitir por tres mecanismos: sexual
(homo y heterosexual), sanguíneo (por transfusión o inyecciones
con jeringas contaminadas) y perinatal (de madre a hijo). El
Sida constituye la etapa final de la infección por el VIH. Después
de una etapa inicial de una a dos semanas de duración, con
síntomas que remedan los de un resfriado, el virus pasa por un
femenina período asintomático de cinco a diez años durante los cuales
destruye progresivamente el sistema inmunológico, de modo
que la persona infectada se vuelve vulnerable a contraer
enfermedades infecciosas, tales como tuberculosis, neumonía,
y en algunos casos cáncer (sarcoma de Kaposi), que en forma
típica le causan la muerte.

En los últimos diez años hemos visto como el Sida afecta cada
SIDA

vez a más mujeres. En todo el mundo, desde África y Asia a

Europa, América Latina y Oceanía, el número de mujeres que
se infectan por el VIH es cada vez mayor. La ONUSIDA ha
reportado que para diciembre del 2005 existían 19.5 millones
de casos en mujeres, lo que representa casi el 50 por ciento de
un total de 40.3 millones. En la República Mexicana, existen a
la fecha 102 mil 575 casos reportados, de los cuales 17 mil 268
son mujeres (16.8 por ciento), cifra que, aunque
considerablemente más baja en relación al promedio mundial,
es alarmante si se toma en cuenta cómo hemos visto crecer la
epidemia al pasar de los años. Para 1988 había un caso en
mujeres por cada 23 hombres infectados y para 1998 se estableció
la relación actual de 6 a 1. La mayor parte de los casos se
presentan en la etapa productiva de la vida para ambos sexos.

En las mujeres, el principal mecanismo de transmisión es el

heterosexual con un 40 por ciento, seguido del mecanismo de
transmisión sanguínea con el 20 por ciento de los casos. Estas
últimas cifras deben alarmarnos, ya que en 1991 el principal
mecanismo de transmisión era el sanguíneo, esto tal vez sea
consecuencia del incremento de la transmisión heterosexual en
hombres que en el mismo año era de sólo el 20 por ciento y
actualmente es de 45.1 por ciento.

La epidemia inicia en 1981 en que se reportó el primer caso en

hombres y fue hasta 1985 que en México se reporta el primer
caso en mujeres. Como lo podemos deducir por los datos
anteriores, en el transcurso de estos 25 años vivimos un cambio
completo en el comportamiento de la epidemia. Por su poca
participación en el número de casos y por la falsa creencia de
que no estaban en riesgo de adquirir el virus, en un principio
el papel de las mujeres se consideraba secundario, y sólo se
prestaba atención a las trabajadoras sexuales.

CENTRAL VIOLETA GÉNERO Y SALUD
Por otra parte, las estadísticas en mujeres se ocultaban o se
disfrazaban bajo otros rubros poco descriptivos como el de
“otros casos”. Lo anterior ocasionó que se consideraran fuera
de riesgo y que las estrategias orientadas a su prevención fueran
casi nulas.
En el tema del Sida la introducción del concepto médico
epidemiológico de vulnerabilidad social, entendiendo éste como
la condición de fragilidad en la garantía efectiva de sus derechos
humanos, jurídicos y políticos, llevó a considerar y definir que
las mujeres son vulnerables a esta enfermedad por carecer de
poder de decisión o control sobre su propio riesgo de infección.
La sociedad actual dicta pautas diferentes de comportamiento
para cada uno de los géneros, siendo más restrictivos y
condenatorios en el caso de las mujeres. Estas desigualdades
sociales o morales son el principal factor de su vulnerabilidad.
La vulnerabilidad femenina se pudiera clasificar, para fines de
descripción, en cuatro tipos: biológica, epidemiológica, social y
cultural.
Vulnerabilidad biológica
Las investigaciones muestran que el riesgo de infectarse por el
VIH durante una relación sexual es de 2 a 4 veces más alto en
las mujeres que en los hombres. En comparación con el hombre,
la mujer tiene una mayor superficie de mucosa expuesta a las
secreciones sexuales de su pareja, y el semen infectado con el
VIH contiene una mayor concentración de virus que las
secreciones sexuales femeninas. Esto hace más eficiente la
transmisión de hombre a mujer que en sentido inverso. En el
caso de las mujeres jóvenes, éstas corren aún más riesgo biológico,
ya que su cuello uterino, fisiológicamente inmaduro, y sus
escasas secreciones vaginales, oponen un obstáculo menor al
virus.
Vulnerabilidad epidemiológica
En sociedades como la nuestra, se establecen patrones de
formación que llevan a que mujeres más jóvenes establezcan
pareja y mantengan relaciones sexuales con hombres de mayor
edad, lo que hace que estén en un riesgo mayor de infectarse
por el VIH y demás enfermedades venéreas de transmisión
sexual, debido a que practican sexo desprotegido con parejas
en una franja de edad en la que son más elevados los niveles de
infección.
Vulnerabilidad social
En todo el mundo, las tasas de infección se han reducido mediante
el análisis sistemático de sangre para transfusión; la información
13
franca sobre el modo en que puede propagarse el VIH, los
mensajes claros de prevención insistiendo en la abstinencia, la
fidelidad o las prácticas sexuales más seguras, así como la
promoción del uso adecuado de preservativos; programas de
intercambio de agujas para usuarios de drogas por vía
intravenosa y estimulando a la población para que busque
asistencia inmediata cuando sospeche que ha sido contagiada
de una infección de transmisión sexual.
Sin embargo, para millones de mujeres, muchos de estos servicios
son inaccesibles y muchos de los mensajes no son adecuados o
aplicables. Debido a circunstancias socioeconómicas, la
autonomía de las mujeres está debilitada. Al carecer de recursos
económicos propios, temer ser abandonada o violentada por su
pareja, además en muchos casos tener poco o nulo control sobre
el cómo y el cuándo de las relaciones sexuales y, por consiguiente,
sobre el riesgo de infectarse por el VIH.
Vulnerabilidad cultural
El ideal sexual femenino tradicional espera ciertos
comportamientos y actitudes que garanticen el control de la
reproducción: abstinencia sexual antes del matrimonio, pasividad,
no reconocimiento o expresión del deseo sexual, obligación de
complacer a la pareja más allá de su propio deseo o voluntad,
fidelidad sexual a la pareja y orientación a la procreación como
principal motivo para ejercer la sexualidad. En contrapunto, el
ideal de la masculinidad implica que debe ser heterosexual,
activo, tener múltiples conquistas sexuales, con impulsos
incontrolables que deben satisfacerse de inmediato, además
debe ser fuerte, arriesgado e invulnerable.
Las características mencionadas determinan muchas de las
prácticas sexuales de riesgo en hombres y mujeres de amplios
sectores, en la medida en que dificultan un disfrute consciente
y responsable de la sexualidad.
La suma de estos factores hace más vulnerable a las mujeres al
contagio del VIH. Sin embargo, hay forma de evitarlo o reducirlo,
esto se logra propiciando o favoreciendo un cambio real y
positivo en todos los niveles de la sociedad, que transforme las
relaciones entre hombres y mujeres, y que otorgue más poder
y confianza a las mujeres de todas las edades. La aplicación de
las siguientes acciones será de utilidad para reducir estas
desventajas femeninas.
Vencer la ignorancia
Asegurando el acceso de niñas y mujeres a la escolarización
formal en donde podrán recibir información y educación sexual.
Además, podrán informarse sobre su genitalidad, sobre el Sida
14
CENTRAL VIOLETA GÉNERO Y SALUD

y sobre las demás enfermedades de transmisión sexual, lo que las

habilitaría a decir no a una relación sexual no deseada o peligrosa.

Acceso universal a los servicios de salud reproductiva y de

prevención del VIH

Asegurarse de que niñas y mujeres tengan acceso a un sistema de

protección de la salud general y reproductiva, y a servicios de
prevención del VIH y enfermedades de transmisión sexual en lugares
adecuados para ellas. Acercar los servicios de consejería y detección
voluntaria del VIH y facilitar preservativos en lugares donde puedan
acudir sin ser rechazadas o discriminadas.

Conocer y utilizar los métodos de prevención controlados por las

mujeres.

El preservativo masculino es el único método de barrera disponible

para la prevención del VIH en forma masiva y gratuita. Actualmente
se dispone de un método que pueden usar las mujeres, si es necesario
sin el conocimiento o la cooperación de su compañero sexual. Éste
es el preservativo femenino, y probablemente en un futuro se cuente
con los microbicidas vaginales: una crema o espuma antivírica que
pueden introducirse en la vagina antes del coito.

Por último, las instituciones gubernamentales deberán contribuir

a este empoderamiento con acciones que lleven a fortalecer su
independencia económica, además de multiplicar y reforzar las
actuales posibilidades de formación, así como fortalecer programas
de equidad de género y diseñar políticas que tiendan a disminuir
la vulnerabilidad. En suma, debe el apoyo oficial orientarse a acciones
que reviertan el desbalance de poder entre hombres y mujeres bajo
una perspectiva de género y de derechos humanos.

El autor es Secretario Técnico de COESIDA.

-FOTOGRAFÍA : ARCHIVO IEMUJERES

Filiberto
de la Garza de la Garza
In memoriam
El Consejo de Participación Ciudadana, máximo rector de las
acciones del Instituto Estatal de las Mujeres, se integra por
ciudadanas y ciudadanos que de manera voluntaria y con gran
espíritu solidario se suman a nuestras tareas cada año.
El Instituto se congratula de encontrar en cada grupo de
consejeros un acervo de conocimientos en diversos ámbitos, un
equipo plural y comprometido con las causas de la equidad de
género con cuyas sugerencias, opiniones y experiencia, se
enriquecen las tareas que hemos emprendido en pro de los
derechos de las mujeres.
En este espacio, deseamos hacer un reconocimiento a la memoria
del abogado Filiberto de la Garza de la Garza, quien fuera
integrante del Consejo de Participación Ciudadana 2005-2006,
y falleciera el 14 de septiembre del presente año.
Filiberto de la Garza nació en la Hacienda El Refugio, en
Cadereyta Jiménez, N.L., el 15 de noviembre de 1932. Egresó
como licenciado en Ciencias Jurídicas de la Facultad de Derecho
23
SEMBLANZA IEMUJERES
y Ciencias Sociales de la entonces Universidad de Nuevo León,
en 1960.
Fue un destacado servidor público que, durante el periodo de
1974 a 1979, se desempeñó como Subprocurador General de
Justicia y posteriormente, como Procurador General de Justicia
en el Estado de Nuevo León.
Una de sus grandes satisfacciones la obtuvo en el ámbito
académico durante muchos años, al impartir las materias de
Derecho Civil, Derecho Penal y Derecho Agrario en la Facultad
de Trabajo Social, y de Derecho Procesal Civil en la Facultad de
Derecho y Ciencias Sociales, ambas de la Universidad Autónoma
de Nuevo León.
Fue miembro fundador del Colegio de Abogados de Nuevo
León, A.C., así como miembro de la Academia de Ciencias
Penales del Estado y del Instituto de Administración Pública de
Nuevo León, A. C.
 2
TODAS Y TODOS SOCIEDAD
El camino hacia
la no discriminación
- POR MARÍA ELENA CHAPA H.
La Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas
en inglés), es el tratado fundamental y
más amplio creado para la defensa de los
derechos de las mujeres. Dicho foro fue
creado en 1979 por las Naciones Unidas;
el documento surgido de la convención
ha sido firmado y ratificado por la mayoría
de los países, los cuales se han
comprometido a tomar medidas
enfocadas a terminar con cualquier forma
de discriminación, así como a incorporar
políticas que protejan los derechos de las
mujeres.
Para supervisar la aplicación del tratado
y de otros en materia de derechos
humanos, el sistema de Naciones Unidas
ha creado seis comités específicos. Uno
de ellos es el correspondiente a la CEDAW.
El Comité está formado por 23 expertas
cuyos mandatos duran cuatro años. La
mitad de las integrantes del Comité se
sustituyen en las elecciones que se realizan
cada dos años. El mecanismo de trabajo
establecido consiste en que los Estados
Partes presentan informes sobre el
cumplimiento de sus obligaciones.
Con base en ellos, los Comités dialogan
con los Estados Partes para ayudarles a
cumplir con sus obligaciones contraídas
y a través de sugerencias y
recomendaciones les guían en la
implementación de tratados.
En sesiones realizadas el 17 agosto de
2006, el Comité examinó el sexto informe
periódico de México, con base en el cual
emitió una serie de observaciones y
recomendaciones, mismo que el Instituto
Estatal de las Mujeres de Nuevo León
considera oportuno e importante divulgar,
cumpliendo con su compromiso: “Todos
los derechos para todas las mujeres”.
En las “Observaciones finales del Comité
para la Eliminación de la Discriminación
contra la Mujer: México”, documento que
puede ser consultado en el sitio
w w w. s r e . g o b . m x / s u b s t g / t e m a s
globales/observaciones.htm, se
mencionan como puntos positivos, la
aprobación en 2006 de la Ley General para
la igualdad de hombres y mujeres, el
fortalecimiento del Instituto Nacional de
las Mujeres y la creación del Sistema
Estatal de Indicadores de Género.
Sin embargo, el documento es muy
puntual al detallar en un total de 42 incisos
los rezagos y las recomendaciones de
acciones urgentes e indispensables para
el avance de las mexicanas en materia de
derechos humanos y la no discriminación.
Entre ellos destacan, por un lado, la falta
de armonización sistemática de la
legislación y otras normas federales,
estatales y municipales con la CEDAW,

lo cual tiene como consecuencia la
persistencia de leyes discriminatorias en
varios estados y dificulta la aplicación
efectiva de la Convención.
Por otro lado, ve con preocupación el
rezago en proyectos de ley y enmiendas
pendientes, por lo que recomienda como
de alta prioridad la puesta en marcha de
un mecanismo eficaz para asegurar y
supervisar el proceso de armonización,
así como para acelerar la aprobación de
las iniciativas de ley y reformas, así como
concienciar en la aplicación de medidas
a los órganos legislativos, al funcionariado
público, al Poder Judicial y a los
profesionales del Derecho en todos los
niveles.
En cuanto a la aprobación de la Ley
General para la igualdad entre mujeres y
hombres, el Comité expresa su
preocupación de que la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, como
institución encargada del seguimiento y
evaluación de dicha ley, no cuente con los
conocimientos especializados en materia
de género, ni cuente con los recursos
humanos y financieros suficientes para
desempeñar esa función, así como para
coordinar y lograr la interacción con los
estados y municipios en ese proceso.
Asimismo, el documento menciona su
preocupación por el clima general de
TODAS Y TODOS SOCIEDAD
discriminación y violencia hacia las
mujeres, entre lo que destaca los casos de
Ciudad Juárez, e insta al Estado Parte a
que acelere la aprobación de la enmienda
al Código Penal para que tipifique al
feminicidio como delito y apruebe sin
demora el proyecto de Ley General para
el acceso a las mujeres a una vida sin
violencia; el acceso irrestricto a la justicia
y la asistencia integral a las víctimas de
delitos. En este punto recomienda la
aplicación de una estrategia global, con
seguimiento a las acciones conducentes a
lograr un cambio cultural, de prevención
y educación en todos los sectores.
Otros puntos en los que se hicieron
observaciones puntuales tienen que ver
con la pobreza y la necesaria vinculación
de los planes y programas nacionales de
desarrollo para su erradicación, y la
medición del impacto de las políticas
macroeconómicas, en materia de empleo,
salud y enseñanza sobre la vida de las
mujeres, en particular las que viven en
zonas rurales y trabajan en el sector
agrícola y en las indígenas.
La trata de mujeres y niñas, el aumento
de prostitución y la pornografía infantil
son problemas que México debe atender
con urgencia. De la misma forma, señala
el informe la sub-representación de
mujeres en puestos directivos en todos
los ámbitos; la persistencia de la violación
3
a los derechos laborales y las prácticas
discriminatorias, como las pruebas de
embarazo.
Por que en lo que respecta a la salud, con
especial énfasis en la reproductiva,
recomienda que se promueva
ampliamente la educación sexual de
adolescentes; garantizar el acceso efectivo
a métodos anticonceptivos, medidas de
concienciación sobre los riesgos de los
abortos realizados en condiciones
peligrosas.
El Comité hizo hincapié en que es
indispensable aplicar plena y eficazmente
la Convención para lograr los objetivos
de desarrollo del Milenio y pidió que en
todas las actividades para conseguirlos
se incorpore una perspectiva de género y
el concepto “igualdad” de facto y de
hecho. Finalmente, pide a México que
responda a las mencionadas observaciones
en el próximo informe que presente, en
el año 2010, con el compromiso de
-FOTOGRAFÍA: CLAUDINNE JIIMÉNEZ
haberlas atendido como parte de sus
obligaciones de Estado Parte de la
Convención.
La autora es Presidenta Ejecutiva del
IEMUJERES de Nuevo León.
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COMENTARIO NUEVAS PUBLICACIONES

Tejedoras
de historias

- ILUSTRACIÓN: GUILLERMO CENICEROS


COMENTARIO NUEVAS PUBLICACIONES
- POR CLARA SCHERER
Las Penélopes regiomontanas nos muestran sus vidas, tejidas
y destejidas una y otra vez, en las que han aprendido a bordar
con fina seda, la fidelidad a sí mismas. Se han seducido, se han
conquistado, se están amando.
Tejer es entrelazar, cruzar, trenzar, hilar, urdir . . . pero, también,
inventar, idear, planear, discurrir, reflexionar, según el diccionario
de María Moliner
Al leer este libro, Tejedoras de Historias, asistimos a una exhibición
de historias personales que, como cualquier otra, están
entrelazadas con hilos de alegría, dolor, imaginación. El hilo del
afecto, fundamental para pararse y caminar en esta vida, ha
sido reforzado con gran habilidad. Su lectura nos transforma
en testigos de cómo estas 14 mujeres cosen los amores y los
desamores, los recuerdos, la memoria y el deseo.
De cómo cruzan por sus vidas los padres y los hermanos; la
escuela y las querencias; la ocupación y la esperanza. Trenzar
no ha sido fácil. Sin embargo, lo más difícil, sin duda, ha sido
exhibir (y exhibirse) con habilidad para urdir una trama
coherente, donde desde el primer momento se advierte decisión
para buscar, a veces la felicidad, a veces tan sólo disminuir el
sufrimiento. . . (y a veces inexplicable su felicidad ha sido el
sufrimiento).
Inventar recetas para ignorar (y a veces ignorarse). Idear
geometrías en las que dibujan cuadros de infancia; círculos de
amistad adolescentes; rectángulos maduros, sostenidos por
tenues líneas de libertad, y triángulos amorosos que en ocasiones,
repiten las fórmulas ancestrales; pero, en otras, sorprenden por
mostrar la posibilidad de usar distintas nociones, para calcular
sus ángulos y hacerlos más amables al transformarlos en líneas
paralelas o solo dejarlos en puntos suspensivos.
Planear la siempre complicada administración de afectos.
Programar caricias pendientes. Susurrar palabras consoladoras.
Operar todos los días con paciencia, prudencia y alegría, la
aventura de acompañar a los peregrinos de lo posible, que somos
todos y cada uno de los seres vivos de este planeta.
Evaluar avances. Desatorar nostalgias. Reinventar futuros. Y en
medio de esta agotadora tarea, ahora se saben también peregrinas
y solicitan el cariño, la atención, la consideración de sus afectos,
con el fin de hacer reales sus mundos posibles. Para ello, afirman
con voz fuerte: requerimos compañía, no protección.
Estos testimonios discurren por uno de los Méxicos ...uno de
los tantos Méxicos olvidados, ignorados, silenciados, violentados.
Un México al que le ha costado levantar la voz, exigir su espacio,
reconocer su valor: la mexicana república, en femenino.
Tierra de geografía diversa. De historia intensa. De injusticia
galopante. De hijos solitarios e hijas apartadas. Una patria donde
el recuerdo indígena sabe amargo; donde la virgen de Guadalupe
consuela desamparos; donde las madres olvidan a la mujer, y
los hijos sueñan cada noche con un padre compañero. Labor de
todas (y todos) es tejer ese México posible.
Empezar, como el ejemplo de ustedes nos indica, con las palabras.
Hombre, mujer… mejor mujer y hombre. Deshacer la trama
urdida: mujer y hombre no son opuestos ni complementarios
(salvo para la reproducción, la regla de la excepción). Tejido
forzado, operación política que coloca el dolor en la parte otra,
en la alteridad. No reconocer ni en la infancia la vulnerabilidad:
11
17
"los hombres no lloran". Adjudicar siempre a las otras el
sufrimiento: "lágrimas de mujer".
Amanecemos, por la fuerza de las palabras, convertidas en
delicadas. Consagradas en nuestro mediodía, por la epístola del
insigne Melchor Ocampo, como parte débil, a la que amenaza
recomendando tratar al fuerte de tal manera que no se despierte
su violencia. Instruidas desde siempre por los comerciales para
asumir por el resto de la vida y con sonrisa Monalisa, los deberes
de amas de casa, radiantes por trapear o limpiar baños . . .
Poco a poco nos hemos visto recluidas en un apartheid. En
muchos apartheids. Entre todos, el más abrumador: el de callar,
que es un silenciamiento, no un silencio. Un silenciamiento
porque las palabras nos traicionan. No dicen nuestro ser. Por
tanto, es indispensable seguir escribiendo con palabras nuevas,
aquéllas que nos acomoden, que nos expresen, que nos dibujen
de cuerpo entero y nos ayuden a darle voz a los vientos que
soplan desde el olvido.
¿No conozco Monterrey? Conozco palmo a palmo esta ciudad.
Tiempo hubo en que por sus calles sólo corrían silenciadas voces,
y hoy sus plazas gritan alegría en libros de mujeres. Noches
tuvo de aullidos de dolor. Hoy tiene días de calidez con femenina
compañía. Escrito está que la fundó un Luis Carvajal y de la
Cueva, que en su nombre encerraba misterio regio: Carvajal,
"robledal que mira el cielo", Cuevas, "donde lo recluyó la
inquisición", Luis: "gloriosa batalla".
Traducido a femenino, su nombre dice: "gloriosa batalla ganada
a las cuevas, tejiendo esperanzas con multicolores letras".
Monterrey, fundada en 1582, tiene al norte la Cervecería
Cuauhtémoc, destilando risas que ocasionan lágrimas. Al sur,
el río Santa Catarina, donde remojar recuerdos es posible. Al
oriente, las fundiciones templando el alma, y al poniente, el
cerro del Obispado y el de las Mitras, contagiando religiosidad
a los vecinos.
Ciudad que recoge sabiduría de los murmullos de miles de
rocas grabadas en Boca de Potrerillo. Que se sueña en femenino
desde 1856, gracias a las fábricas de hilados y tejidos, pasando
de "La Fama" al "Porvenir". Después, sólo "La Leona". . .
Ciudad que no confunde el chirriar de la hojalata con el canto
del ruiseñor, ni la dureza del cemento con la de un corazón
maltrecho.
Transparente de intenciones, como el vidrio, Monterrey deja
sabor a gloria en quienes, como yo -guiada por ustedes-, tienen
la fortuna de recorrerlo en sus entrañas
Dicen que "de la luna, la de octubre es más hermosa". Y dicen
bien. Mes de luna plena, cuando nace la ONU. Mes de luna
brillante, cuando en México las mujeres logran el derecho al
voto. Mes de luna dichosa, en que, parodiando a su gobernador,
la voz de las mujeres de Nuevo León está siendo escuchada,
publicada, atendida.
Fragmento del discurso pronunciado por Clara Scherer en la
presentación de libro Tejedoras de historias del Instituto Estatal de las
Mujeres.
24
DESDE LA REDACCIÓN NOTAS

El Instituto informa
Entre los programas y eventos más Género y cultura, Género y
destacados del trimestre comprendido Constitución, Derecho civil, familiar y
por los meses de septiembre, octubre y género, Derecho internacional y género,
noviembre de 2006 destacan: Igualdad de género y no discriminación,
Justicia y equidad, y Debates
La presentación del libro El suicidio en contemporáneos del derecho y género.
Nuevo León: Perfil y estudio psicosocial, de
la Dra. Patricia L. Cerda Pérez, fue El objetivo del diplomado fue promover
realizada el 7 de septiembre en el Museo la incorporación de la perspectiva de
de Historia Mexicana. género en la administración de justicia
y la aplicación de los Tratados
El 24 de octubre fue presentado el libro Internacionales en materia de Derechos
Tejedoras de Historias de la Dra. Patricia Humanos vigentes en nuestro país. Al
Basave y colaboradoras. Los 14 relatos diplomado asistieron magistrados/as
que integran el libro fueron redactados y jueces/zas sumando un total de 84
algunas escuelas primarias con
por mujeres que participaron en el funcionarios/as. Este evento tuvo lugar
población indígena y a través de spots
diplomado Tejedoras de historias, en la sala “Jorge A. Treviño” del Tribunal
televisivos y de radiofónicos y la
impartido por la autora en las Superior de Justicia.
colocación de posters en puntos
instalaciones del Instituto.
estratégicos de la ciudad. Este
programa se está llevando a cabo en
El 28 de noviembre de 2006 se presentó
coordinación con la Comisión
en el Museo de Historia Mexicana el libro
Nacional para el Desarrollo de los
titulado Mujeres del campo. Doña Paula:
Pueblos Indígenas (CDI).
Un salto al vacío de Jorge Estrella.
La coordinación jurídica del Instituto
Del Programa de apoyo a las instancias
atendió a 493 personas, otorgandoles
de mujeres en las entidades federativas
asesoría legal y atención psicológica.
para implementar y ejecutar programas
de prevención de la violencia contra las
Se capacitaron 8 mil 901 personas a
mujeres (PAIMEF) se realizaron las
través de cursos, talleres, diplomados,
siguientes acciones:
eventos masivos y conferencias.
•El diplomado El derecho de las mujeres
a una vida sin violencia, que se Se transmitieron 13 emisiones de
• 40 talleres de 6 horas cada uno con
desarrolló en un total de 56 horas televisión y 13 de radio del programa
servidores/as públicas estatales y
distribuidas en 7 módulos, en el que se Mujeralia, así como también se
municipales. Se contó con la asistencia
revisaron los siguientes temas: publicaron 13 páginas de Mujeralia en
de 966 personas.
el periódico El Porvenir.
• Se brindó atención psicológica y social
y asesoría legal a un total de 2 mil 340
personas

El 16 de noviembre se presentó ante

inspectores y jefes de región de la
Secretaría de Educación el programa Las
mujeres indígenas tenemos derecho a
una vida sin violencia. Enfocado a tratar
de combatir la violencia y cualquier tipo
de discriminación hacia las mujeres
indígenas, este programa se difundirá en
 Mujeres del
Tejedoras de campo.
historias Doña Paula: un
salto al vací o
La sabiduría construida a lo largo de la vida de las mujeres es
una suma de experiencias de la que se benefician siempre las
comunidades en que viven. Sin embargo, dicha experiencia es
poco conocida fuera de ese ámbito, en especial cuando se trata
de mujeres campesinas y además, adultas mayores.

Jorge Estrella recoge en Doña Paula: un salto al vacío el proceso

de desarrollo personal por el que transitó con la orientación
de una anciana del Ejido Sabanillas en el municipio de García,
Nuevo León. En esta historia, en la que la realidad y la ficción
se entrelazan, el autor da cuenta no sólo de los dilemas
existenciales enfrentados, sus temores, angustias y ritos de
pasaje, sino también de la calidad humana y los valores
aprendidos con Doña Paula, lo cual le permitió al autor
transformar su vida en una experiencia de aprendizaje
significativo.

Doña Paula aunaba un fino conocimiento de la condición

- POR GUADALUPE ELÓSEGUI
El libro Tejedoras de historias reúne catorce relatos verídicos de
mujeres nuevoleonesas que tuvieron el valor de narrar sus
autobiografías y publicarlas, como resultado de los trabajos de
un diplomado de casi dos años, impartido por Patricia Basave
Benítez, doctora en Filología Hispánica, y organizado por el
Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León, El diplomado
fue trascendental para las 14 mujeres participantes, pues
encontraron en él no solamente un espacio de crecimiento
personal, sino también la posibilidad de expresar sus vivencias
y descubrir el poder transformador de la palabra.
humana a una práctica muy sensible de las relaciones
interpersonales, como es la de acompañar a otros seres y
hacerlos descubrir el valor de aceptarse y amarse, con la
generosidad que surge del respeto a la dignidad. Por ello, este
libro es un reconocimiento especial a una mujer campesina y
asimismo, una valiosa fuente de reflexión para las y los lectores
en el tema del desarrollo humano.
Las publicaciones del Instituto Estatal de las Mujeres están disponibles
en versión electrónica, en el sitio:
http://www.nl.gob.mx/?P=inst_de_mujeres.

Las co-autoras del libro son: Gloria Acosta Ibarra; Adriana

Eugenia Aguilar Huerta; María del Carmen Alamilla Padrón;
María Martina Ascacio Ramírez; Rosa María Ceniceros López;
Dariela Dávila Barrientos; Olga Patricia Dávila Barrientos;
Silvia de la Rosa Molina; Beatriz Eugenia Gutiérrez Ortega;
María Guadalupe Ibarra Lozano; María Lourdes Magallanes
Martínez; Ofelia Montero Rocha; Juanita Trujillo Martínez y
Magda Yolanda Villarreal Fernández.

Para el Instituto Estatal de las Mujeres es un compromiso

propiciar el desarrollo de las mujeres en todos los ámbitos y
abrir espacios y oportunidades de transformación y
empoderamiento. Tejedoras de historias, libro número 18 de su
proyecto editorial y el quinto volumen de la colección Mujeres
y Poder, es una prueba de esta política pública con visión de
género.