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Los problemas de la sociedad actual y su relación


con los comportamientos específicos en el aula.
Mtro. Guillermo Avilez Acosta (Marzo 2008.)

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El presente trabajo contiene una serie de reflexiones y referentes teóricos acerca de las
características de la sociedad actual y de su relación con el hecho educativo, particularmente
lo relacionado con la formación del ser humano y el pleno desarrollo de sus competencias,
inteligencias, racionalidad, de su humanidad.
En primer lugar hago referencia a cuestiones relacionadas con el crecimiento
demográfico, la ecología, la pobreza y la salud en relación con la escuela como Institución y
como medio para el ejercicio del control social bajo un modelo de |ers|ectiva técnica y
artesanal como lo definen Carr & Kemmis (1986). De igual forma hago referencia a la
|ers|ectiva |rofesional o |ráctica, en tanto que en la actualidad es la más representativa del
quehacer docente con, o sin, y a pesar de las prescripciones curriculares de los planes y
programas de estudio vigentes. Asocio a estos comentarios algunas ideas relacionadas con el
conocimiento tecnológico, los servicios, los valores y las relaciones humanas en esta sociedad
contemporánea.
Con el apoyo de los textos de Pineau (2005) y Silver (1984) y los importantes
comentarios de Alvardo, Guzmán, Gámez, Villareal y Soto (2007), abordo en seguida el
tema de la educación en la modernidad como antecedente necesario para la comprensión de la
evolución de las instituciones educativas y su función social; asimismo, abordo el concepto de
educación y hago referencia a la doble función social de la misma, en tanto se concibe como
agente de cambio o de control social.
Posteriormente recupero algunas evidencias de la práctica educativa (de la evaluación,
por ejemplo) y su representatividad como función homogeneizadora y normativa, planteando
una pregunta cuya respuesta se encuentra en nuestra propia práctica y responsabilidad. Aludo
a la formación del sujeto en un ambiente más humano donde la autoestima y el aprendizaje
adopten un nuevo rostro que denote la apertura a las relaciones humanas, a la sensibilidad y al
pleno desarrollo de los educandos.

Concluyo con dos posturas, o seguimos en el barco de la enajenación cultural y


coadyuvamos a mantener las estructuras ideológicas que alejan al sujeto del ³ser social´ o
rescatamos desde nuestra aula aquellos valores que dignifican al alumno y que garantizan
aprendizajes significativos, relevantes y pertinentes para el mismo, su familia, su comunidad,
su país, su planeta.


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La síntesis de la problemática social y los ³comportamientos áulicos´ en una descripción
física externa de la conducta y de las condiciones que la determinan es un proceso complejo,
por ello es necesario considerar que así como en el aula existe una práctica docente, también
existe un entendimiento de dicha práctica y que además, tanto el entendimiento como la
misma práctica se dan en condiciones históricas, de contexto, sociales, políticas o culturales.
Los comportamientos específicos en el aula son una categoría de análisis multifactorial y
guardan una relación directa o indirecta con las características macro y micro de la sociedad
global actual y el desafiante siglo XXI.
Uno de tantos problemas de la sociedad actual es el crecimiento demográfico y la
concentración de los grandes capitales, por tanto la pobreza extrema se acentúa y los
cinturones de miseria son cada vez más evidentes en la composición poblacional de los países
del tercer mundo. Asimismo, el deterioro ecológico asociado al desarrollo industrial y por
ende a la economía de los grandes inversionistas, son factores que inciden negativamente en
la sociedad actual; basta observar la miseria e insalubridad como resultados de la explotación
del hombre y de la naturaleza para darnos cuenta de lo que sucede en las aulas: alumnos y
profesores enfrascados en la lucha por desentrañar las prescripciones y contenidos curriculares
en materia de ecología y sociedad, por sobrevivir a los embates que algunos han traducido en
una falacia llamada erróneamente educación y que no es otra cosa que la viva reproducción de
los esquemas ideológicos, producto del ejercicio del control social y que en contubernio con
instituciones paralelas (como la iglesia) coptan, coaccionan y ejercen su autoridad para

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mantener y mantenerse en el poder a través la ³provisiones´, bajo el supuesto de que los
³insumos´ son la respuesta al problema de la calidad de la educación (Carr & Kemmis, 1986).
Esta inconciencia se acerca más a una tendencia artesanal que a una actividad
profesional (Carr y Kemmis, 1986), ya que la calidad de la educación estriba en la formación
del ³ser social´ bajo una práctica educativa y docente que se aleje de tecnicismos y
sistematizaciones, que atienda a los intereses de los educandos (por tanto flexible e
indeterminada) y que responda a la fluidez del mundo cambiante que hoy vivimos (Gámez,
2004).
Pero, el deterioro ecológico, el crecimiento demográfico, la pobreza extrema y los
problemas de salud no son todo, nuestra sociedad se caracteriza por ser veloz, compleja y
diversa (Gámez, 2004) y ante ello la ciencia y la tecnología, los servicios y el conocimiento,
han desplazado conceptos tan importantes como las relaciones humanas, los valores y los
buenos hábitos; en esta sociedad contemporánea priva el ejercicio del control social a través
de una visión de expertos llamada curriculum formal y la revolución tecnológica emerge a
través de la electrónica, la informática y las telecomunicaciones; obviamente las escuelas,
profesores y alumnos no escapamos a ello, ni del polvo ni de la humedad, tarde o temprano
estamos involucrados en esta globalización mercantil que nos obliga a plantearnos una sencilla
pregunta ¿las escuelas matan o dignifican?
Antes de contestar la pregunta, me parece imprescindible abordar dos aspectos
inherentes al tema: primero una reflexión acerca de la educación en la modernidad y después
un acercamiento a las funciones sociales de la educación.
La modernidad es un acto educativo que se identifica por una relación entre razón y
educación, un puente entre el punto de partida (sujeto) y el punto de llegada (verdades) para
llegar a ser hombre. Así, la educación es un fenómeno y la construcción del sujeto moderno
radica en su pureza, limpieza, expansión y difusión de la razón y en el manejo de registros
mundanos o elementos negativos como la animalidad, la naturaleza, el azar, los excesos, los
impulsos y deseos; por tanto, el proceso educativo en el marco de la modernidad, es el
desarrollo de la capacidad esencial que lo inclina al conocimiento, a la razón, al progreso y
a la utopía -esencia, certeza, punto fijo y luz que guía el camino de los sujetos- (Pineau,
2005).

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Según Pineau (2005) la educación implica siempre una instancia de represión y otra de
liberación, conjunta e indiferenciable, algo valorado negativamente debe ser reprimido para
que otra cosa valorada positivamente pueda expandirse, Dicho de otra manera, reprimir lo
animal para liberar lo humano, reprimir los impulsos y los deseos para liberar la razón,
reprimir el habla para liberar la concentración, reprimir el egoísmo para liberar la
socialización, reprimir la infantilidad para liberar la adultez, reprimir la naturaleza para liberar
la cultura, reprimir la heterogeneidad para liberar la homogeneidad, reprimir la barbarie para
liberar la civilización, reprimir el placer para liberar el deber, reprimir el azar para liberar la
predicción y reprimir la dependencia en busca de la liberación.
Por lo anterior, expone Pineau, existen tanto saberes básicos que todos los sujetos tienen
que tener para pertenecer a la sociedad (curriculum) como saberes específicos que se ordenan
disciplinariamente para conformar el conocimiento pedagógico, mediante la conjunción de
tres elementos: la población, la institución y la disciplina (pedagogía) -como es|acio de lucha
donde se incor|oran y amalgaman tendencias contradictorias, luchas internas |or la
autoridad y el reconocimiento e|istemológico, la com|lementariedad, la reducción y la
im|osición de la organización curricular que caracterizan la dis|uta y el triunfo de una
racionalidad técnica a|licada a la |roblemática educativa y |or ende a los |roblemas de la
sociedad-. Mientras que para Durkheim la educación es un proceso de completad de la
infancia, educarse es simplemente ascender en la categorías de la moral de estado civil
(Pineau, 2005), para Silver (1984) la educación es agente controlador de determinados
procesos sociales como la conservación de la sociedad, la adaptación al grupo, la
socialización, la transmisión de la cultura y la homogeneidad social.
Durkheim asigna una doble función social a la educación: homogeneizadora o de control
social y diferenciadora o de cambio social; Silver (1984) afirma que la educación ejerce su
control social porque adapta activamente a través de los mecanismos de asimilación y
mimetismo enraizados en la naturaleza humana. En su texto Objeto de la sociología y
funciones sociales de la educación, Silver (1984) aborda el concepto de control social de
manera explicita y lo define como una forma de presión social, como un modo de coaccionar a
los individuos para que se plieguen a las |autas de com|ortamiento |rescritas garantizando
ideológicamente la continuidad y el estatismo sociales que buscan los adultos y los
conspicuos, a través de la persona, el grupo y las instituciones; para el control social estorba a

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quien crea e imagina porque irrumpe el status quo, fundamentalmente en las edades de la
infancia y la tercera edad a través de sus medios como la autoridad, la legislación y el propio
centro escolar.
Si la sociedad, como dice Silver (1984) bascula entre la innovación y el mantenimiento
de sus estructuras, responde entonces al cambio o al control; si hay cambio hay progreso, pero
estorba a quienes buscan asegurarse en lo ya poseído sin arriesgar; si hay control social, hay
estatismo, autofagia y conservación de status y por lo tanto postergan la educación
autodestruyéndose, porque:
Di la educación ejerce un control social,
Di una tarea de la educación es la socialización,
Di la socialización es una asimilación de |autas conductuales del gru|o y maduración
|ara
la convivencia,
entonces la educación es proceso de información, personalización y socialización, en tanto
proceso diferenciado entre la vida animal y la vida humana.
Al regresar a la pregunta planteada anteriormente, si las escuelas no matan, como dice
el profesor Gámez, entonces no deben operar bajo el concepto de líneas de montaje, tampoco
estereotipan a los niños, el proceso de evaluación es criterial (Guzmán, 2007) y por lo tanto no
se relaciona en absoluto, para nada, con ejercicios de ³normalidad´, es decir no se aplican
pruebas estandarizadas (como ÷ ÷c c ÷ ÷ y otras, que alguna vez, alguien bien
intencionado trató de aplicarlas o las aplica para medir a los alumnos unos con otros), tampoco
se comercializan las ³pruebas´, es decir los profesores no las compran, ellos las elaboran con
apoyo técnico de expertos (director, supervisor o jefe de sector); la evaluación, por tanto, es
un asunto de eficacia y se relaciona más con resultados y propósitos que con costos beneficio
del sistema. ¡Ah!, por cierto, las escuelas no son sistemas dominantes y el maestro no controla
al alumno y el alumno no complace al maestro y más tarde al jefe.
Ahora bien, la escuela que dignifica al alumno cuenta con ambiente más humano, se
fomenta la autoestima, el aprendizaje es dialógico e incluyente, se privilegia la diversidad, se
desarrollan las múltiples inteligencias, se educan inteligentemente las emociones de los niños,
se estimula la alegría por el aprendizaje y la escuela se organiza bajo el concepto de sistema
vivo y no como un sistema reproductor ideológico (Gámez, 2004).

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Necesitamos educar al niño bajo un nuevo rostro de la educación, conscientes de que
habitamos un universo vivo, con una dinámica abierta a las relaciones humanas, donde
aprender es un proceso social, corporal, cognitivo, emocional, estético y espiritual y donde el
Educador se presenta con sensibilidad artística, práctica científica y con pleno desarrollo
humano. El nuevo rostro de la educación honra a los estudiantes como individuos y los orienta
bajo un propósito moral (Fullan, M) al propiciar el acceso al conocimiento, al facilitar una
enculturación crítica a construir una conexión efectiva profesor ± alumno y a tener una buena
dirección.


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Los problemas económicos, la enajenante aculturación, la irreverente política social y
los intereses de grupos, la inflexible y aparente aplicación de normas y reglamentos, la
ausencia de valores y las condicionantes prescripciones curriculares enmarcadas de estatismo,
ideología y continuidad, definen el rumbo y la visión clara de mantener el control social bajo
una extrema derecha que no acepta cambios e innovaciones por el riesgo de perder lo que no
encuentran.
Con verdadero pesimismo puede hablarse contra la educación, pero el optimismo es
imprescindible para vivirla, por eso las escuelas que aprenden, coincido con el profesor
Alvarado (2007), tienen niños que aprenden, porque sustentan su función en procesos
relacionales tanto el aula, como en el contexto escolar y social. La práctica docente en el aula
evidencia la comunicación entre profesor- alumnos y alumnos - alumnos y va más allá, los
maestros se relacionan entre si, con sus directivos, con los estudiantes, con el personal
administrativo; aún más, los procesos comunicacionales rebasan el contexto escolar para
permear el contexto social. De esta manera los comportamientos específicos significativos,
pertinentes y relevantes en el aula, adoptan una relación indirectamente proporcional a los
problemas de la sociedad actual; la disciplina, la didáctica, la calidad, la reflexión de la
práctica, el entendimiento de la misma, los medios y el sujeto mismo, le dan sentido y
pertinencia al desarrollo humano y a la sociedad.
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Alvarado, J. (2007) Comunicación personal. Ôn curso Ôscuela y Dociedad. CAM, Durango,


Méx.
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Carr W. & Kemmis S. (1986) Teoría crítica de la enseñanza en a Investigación ± acción en
la formación del |rofesorado. España: Martínez Roca.

Durkheim, E. (1985). El carácter y las funciones sociales de la Educación. En María de


Ibarrola. (Comp.) as dimensiones sociales de la Ôducación. (Antología, pp. 19-30)
México: el caballito/SEP.

Fermoso, P. (1978) Sociología de la Educación. pp 35-40, Madrid: Agulló

Gámez J. (2003) El rol del educador en la sociedad del siglo XXI. Curso Taller |ara
directivos y docentes, IESEN, Lerdo, Dgo..

Gámez, J. (2004) Comunicación personal

Guzmán, A. (2007) Comunicación personal. Ôn curso Intervención didáctica. CAM, Durango,


Méx.

Michael, Fullan. Cuatro imperativos morales. En propósito moral y acciones para el


cambio«..

Pineau, P. (2005) Escolarización y subjetividad moderna. Ôn curso virtual Gestión Ôducativa.


Módulo I. tiem|os modernos, tiem|os de mercado y escuela. Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales. Argentina: FLACSO

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