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Según un estudio del Colectivo IOÉ (Editado por FUNCAS), “Salud y estilos de
vida en España. Un análisis de los cambios ocurridos en la última década”, la
falta de apoyo afectivo condiciona la calidad de vida. En el estudio
destaca el porcentaje de gente que no recibe cariño (un 8,8% entre 16 y 65
años, y un 10,4% de la población mayor de 65 años), que no tiene a nadie que
se preocupe por ellos (8,5% entre 16 y 65 años, y un 9,5% mayores de 65
años), o que no recibe ayuda cuando está en la cama enfermo (9% entre 16 y
65, y 10,1% de los mayores). En todos los casos las personas que viven
solas presentan porcentajes más elevados de carencia de apoyos.
Así que los hogares cada vez son más reducidos, y también cada vez hacemos
más las cosas por y para nosotros mismos, teniendo en cuenta casi
exclusivamente sólo nuestros intereses particulares (a corto plazo, además).
Incluso las relaciones sociales (que haberlas haylas, como las meigas), son
impersonales: vamos a hacer la compra a un supermercado donde no hay
nadie que nos atienda, y la persona que nos cobra cambia cada semana. En el
trabajo pensamos más en cuánto estará cobrando más que yo Menganito si
total hacemos el mismo trabajo, y el jefe que no me mande hacer ni una tarea
adicional que la empresa está para pagar los sueldos de los trabajadores, paso
de sentirme parte de la organización. A mis vecinos los conozco sólo por el
nombre del buzón, no vaya a ser que un día puedan necesitar algo y me
estropeen la tarde de domingo de “tumbing” y “zapping”. Etcétera, etcétera.
Quizás en parte nos salve Internet. Ahí sí que nos sentimos en nuestra salsa,
subiendo las fotos de la última juerga para que todos vean “cómo molo”. La
RED (y sobretodo las redes sociales) es muy efectiva a la hora de conseguir lo
que podríamos llamar “UTP” (Uniones Temporales de Personas), pero
¿sabremos hacer de ello realmente algo sólido y duradero en el tiempo?
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http://reme.uji.es/articulos/afernp9912112101/texto.html
Sin embargo, la “red social virtual” no puede sustituir a la “red social
tradicional” en muchos aspectos. Voy a poner un ejemplo claro y sencillo:
recientemente he sido madre. Soy hija única, mis padres tampoco tienen
hermanos, por parte de mi marido la situación es similar. Nuestras madres no
viven en el mismo sitio que nosotros (y me refiero específicamente a las
madres por el tema de la maternidad en cuestión). Además, soy de las
primeras de mis amigas que tiene hijos. El caso es que hay infinidad de
cuestiones que una madre primeriza se plantea respecto a la maternidad, y no
existe el colchón de la familia extensa y la comunidad social cercana para
resolverlas, cuando hace un par de generaciones sí era así. Y creedme, aunque
navegues por la red en busca de respuestas, información encuentras pero para
estas cosas (y muchas otras) necesitas el hombro físico en el que apoyarte.