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Una fábrica de palabras. Apex: tecnologías de la información, trabajo y subjetividad.

Ezequiel Gatto

ezequiel.gatto@gmail.com

Introducción

El seminario localiza su problemática en Apex América, una empresa de capitales argentinos,


canadienses y chilenos, sumada recientemente a la multinacional Sykes, y dedicada a proveer, desde
diferentes locaciones y telefónicamente, servicios de atención a clientes de varias partes del mundo y en
materias diversas (servicios bancarios, portales de Internet, telefonía celular, telefonía fija, etc.). Dicha
empresa está presente, entre otros lugares, en la ciudad de Rosario. Allí, un sector de los trabajadores
está afectado a la atención a clientes de Tracfone, una compañía norteamericana de telefonía celular
prepaga orientada a sectores de bajos recursos. Es decir, un offshoring, una tercerización internacional.
El rasgo global define a Apex de varias maneras: por la composición de su capital; por su
relación con multinacionales; por ser una empresa capitalista que terceriza servicios de otras empresas
capitalistas que operan en distintos puntos del planeta; porque sus tareas productivas –la provisión de
servicios de Contact center- se realizan en tiempo real, involucrando territorios distantes entre sí;
porque sus trabajadores, sean estos operadores propiamente dichos, supervisores, cuadros medios,
técnicos o capacitadores provienen también de distintas partes del mundo; porque su condición básica
de existencia son los flujos de información. La empresa, cuyo paquete accionario, como dijimos, ha

sido adquirido mayoritariamente por Sykes1 -una compaa global orientadas a servicios telef icos
intraempresas o dedicados a usuarios y consumidores, y que cuenta entre sus clientes a varias de las
compaas m 疽 poderosas del planeta-, ofrece sus servicios como Contact center a una variedad de
compaas presentes en distintos sectores de servicios prestados en distintos puntos del planeta

1 Ver: http://www.sykes.com/
(EE.UU., India, Argentina)2. Dicho servicios se producen no solamente en la ciudad de Rosario, la
cual, a los efectos de la investigaci, constituye la localizaci enfocada primordialmente, sino tambi

駭 en C doba, Mendoza, Per� Colombia y Sud 畴 rica3. Esta multilocalizaci de un proceso de


amplitud global (en tanto red de empresas) constituye un elemento importante para el despliegue de una
de las inquietudes centrales de la investigaci: las formas de control y dominaci del trabajo en
condiciones tecnolicas informacionales, espec 凬 icamente, los modos que adquieren las relaciones
entre una empresa cuya caracter﨎tica central es operar a escala global y los trabajadores de la misma.
¿Cómo presentar, pues, nuestro problema? El mismo desborda la empresa: toma allí,
ciertamente, algunos rasgos específicos. Pero sus características generales son parte integrante y
fundamental de nuestra contemporaneidad. Tienen que ver con las profundas transformaciones en el

ámbito del trabajo asalariado4 durante los 伃 timos treinta as: las relaciones con el capital, el cambio
en los modos de comprender el trabajo, el derrumbe de las viejas identidades laborales, las nuevas
formas de control empresarial, las pr當ticas de resistencia, las producciones subjetivas.
Así las cosas, no parece ser posible presentar Apex hablando solamente de Apex; al contrario,
creo necesario llevar a cabo un recorrido por las mutaciones globales del capitalismo, puesto que son
ellas las que nos darán un noción de las condiciones que han hecho posible Apex, es decir, nuestro
problema. Se trata de pensar, entonces, cómo se organizan transitoriamente un conjunto de fuerzas, de
herencias, de pensamientos y lógicas sociales para dar forma a un espacio vital que se articula bajo el
nombre Apex/Tracfone.
En ese sentido me parece útil introducirnos al tema a través de un comentario en torno a dichas
fuerzas desde la perspectiva de sus procedencias históricas para luego analizar detalladamente la
especificidad de su emergencia local, es decir, lo que hemos dado en llamar Apex/Tracfone. De esta
manera, Apex/Tracfone, un nombre propio para nuestro problema, irá, pues, tomando forma
lentamente, a medida que avancemos en la investigación. Se trata de un constructivismo, situado, pero
radical.
El trayecto irá de cartografiar qué hace posible a Apex/Tracfone a qué se configura allí. Para
ello, será necesario esbozar algunas características de las operatorias del capitalismo global, de las
posibilidades que abren las nuevas tecnologías que lo soportan, de las modificaciones en las

2 Siendo que la definición de servicio suele ser confusa, aportaré a dicha confusión general con
la intención de que al menos en este texto la noción sea operativa. Para ello, acudiremos a una
definición mínima de “servicios”: tareas abocadas a la gestión de la información que no se resuelven en
un bien físico (aún si pueden hacerlo posible).
3 Fuente: http://www.spkrsbr.com/eventos/ip/Schippert.PDF
4 Teniendo siempre claro que aún a pesar de su enorme potencia histórica el trabajo asalariado no
agota los sentidos o imaginarios del trabajo.
formaciones de poder en el trabajo5 -y de los dispositivos concretos que estas formaciones adoptan-
intentando responder, brevemente, a la pregunta en torno a cu 疝 es son las actuales relaciones entre
capitalismo, flujos de informaci, territorios y subjetividades.

Antes de introducirnos en este primer problema, es vital mencionar que la investigación


específica encuentra no sólo sus motivaciones sino también sus problemáticas en la experiencia de
diálogo con activistas y delegados sindicales presentes en Apex/Tracfone. Dichos diálogos, en
ocasiones, han tomado la forma de entrevistas más o menos estructuradas. En otras, han sido largas
conversaciones o, al contrario, comentarios al pasar. Todas esas maneras han producido materiales
relevantes, que hemos utilizado intensamente en esta investigación y que los lectores encontrarán
esparcidos a lo largo del texto, bajo la forma de testimonios, en los apartados dedicados a la
problemática específica. Como si fueran el revés de este escrito, nuestros encuentros con los militantes
y activistas condicionan enormemente lo que aquí se expone. Esos diálogos y, más ampliamente, las
experiencias de resistencia han funcionado, en lo que concierne estrictamente a esta investigación,
como operaciones de visibilización de relaciones, malestares y conflictos en la empresa. No sabemos
qué podríamos haber visto sin esos encuentros con los activistas: sabemos, en cambio, que lo que
hemos visto se debe esencialmente a dichos encuentros. Esas instancias han sido siempre espacios para
problematizar, no han sido pensadas como meros lugares de producción de información –datos- que,
acumulada, genere interrogantes en otro lugar: los problemas que aquí trato de modular son
consecuencia de un proceso de construcción colectiva con los activistas. Los elementos que se procuran
pensar –las estrategias de control y disciplinamiento- son algunos de los puntos problemáticos que
hemos ido construyendo en el camino. De allí que nuestra investigación tenga un fondo profundamente
político: son preguntas producidas en un trayecto de militancia de la cual aquí no se narra su crónica,
sino que se formalizan algunos de sus problemas.

5 Para la idea de formaciones de poder, véase Guattari, F. Cartografía del deseo.


Flujos

“El otro día me preguntaron acerca de la competitividad de los Estados Unidos, y yo respondí que no pienso en absoluto en ella. En
la NCR nos consideramos una empresa competitiva que prevé tener su sede central en los Estados Unidos”.

Jonathan Schell, NY Newsday (1993)6

Aceleraciones

Hacia fines de la década de los sesenta, un fantasma recorre no sólo Europa sino el occidente
industrializado. A diferencia del fantasma decimonónico, este no arrastra harapos, ni se forma de
multitudes famélicas que orillan endémicamente la supervivencia. Como el decimonónico, enfrenta a
los enemigos no para ocupar sus lugares, sino para liquidar la posibilidad misma de existencia esos
lugares.
Este nuevo fantasma tiene un rostro por lo general joven y bien alimentado. Con mucha
frecuencia, es un fantasma compuesto de obreros industriales y estudiantes universitarios. Es una
revuelta en plena abundancia: no la moviliza, al menos no en su inmediatez, el hambre. Pero sí las
guerras que los Estados de los cuales son ciudadanos llevan adelante en el exterior, o reclamos de
inclusión de sectores excluidos o posiciones netamente antiburocráticas, o anticapitalistas, o un rechazo
visceral a la programación inflexible de la vida.
Pero lo fundamental no es su visibilidad como factor de protesta. Lo esencial del movimiento,
como el de aquel viejo topo devenido fantasma, está en las formas de organización que inventa, en sus
procesos creativos, en la nueva matriz de las problemáticas, en las instituciones que se da y en los ejes
del cuestionamiento hacia aquellas que crítica: la rigidez, la centralización, la monotonía, la repetición,
las jerarquías, la lentitud.

Sin embargo, los efectos de los actos nunca coinciden con aquellos que les habíamos
imaginado. Los horizontes de expectativas, jamás se convierten en presentes. Los imaginarios son,
cuando mucho, móviles para la acción.
6 Cfr. en Hobsbawm, E. Historia del siglo XX, p. 403
El mundo en el que vivimos actualmente, debe mucho a los procesos sociales desatados, o
intensificados desde mediados de la década de los ‘60, cuyas consecuencias, como dijera Mao Ze Dong
respecto a la Revolución Francesa, es quizá prematuro todavía evaluar. Formas de pensar y modos de
vivir condensaron en flujos sociales que modificaron irreversiblemente la existencia en sociedad.
En esa complejísima ola de acontecimientos a escala planetaria, también nuevas prácticas
orientadas a la economía capitalista comenzaron a tomar forma. El fantasma no era únicamente el del
comunismo. Tal vez hubiera varios fanstasmas recorriendo los territorios. De allí que no sea posible
hablar de los sesentas y setentas como cúspides de las prácticas anticapitalistas, sino como inmensos
procesos de cambio que involucraban elementos que iban desde el anticapitalismo a formas de
intervención en la reformulación del mismo capitalismo. En este último sentido cabe recordar lo dicho
por Luc Boltansky y Ève Chiapello: “Cuando el capitalismo se ve obligado a responder a los puntos
destacados por la critica para tratar de apaciguarla y para conservar la adhesión de sus tropas –que
corren el peligro de prestar atención a las denuncias de la crítica, procede en esa misma operación a
incorporar en su seno una parte de los valores en nombre de los cuales era criticado. El efecto dinámico
de la crítica sobre el espíritu del capitalismo pasa por el reforzamiento de las justificaciones y de los
dispositivos asociados que, sin poner en cuestión el principio mismo de acumulación ni la exigencia de
obtener beneficios, dan satisfacción parcial a la crítica e integran constricciones en el capitalismo que se
corresponden con los puntos que preocupaban a la mayor parte de sus detractores. El coste que la crítica
ha de pagar por ser escuchada, al menos parcialmente, es ver cómo una parte de los valores que había
movilizado para oponerse a la forma adoptada por el proceso de acumulación es puesta al servicio de

esta misma acumulación mediante el proceso de aculturación (…)”7.


Hacia mediados de la década de 1970, y con especial virulencia a partir de la década de los ‘80,
comienzan a darse un conjunto de procesos de transformación en las economías industriales más
importantes que modificarán profundamente los modos de vida sostenidos, al menos en sus trazos
gruesos, desde finales de la Segunda Guerra Mundial. En búsqueda de márgenes de ganancia superiores

a los que el modelo keynesiano otorgaba, huyendo de la conflictividad social 8 y del peso de los
sindicatos y las pol 咜 icas distribucionistas, buscando plazas de producci a trav 駸 del mejoramiento
de los sistemas de transporte y comunicaci y de la automatizaci e informatizaci de partes
importantes del proceso productivo, numerosas empresas comienzan, primero lentamente y a principios
de los ochenta con mayor velocidad, un proceso de reestructuraci profundo, que modifica las maneras
de organizar el trabajo, los modos de localizaci de la producci econica, las relaciones exenas
(respecto a la empresa) y las configuraciones urbanas: dicho proceso se dinamiza a trav 駸 de tres

7 Bolstansky, L y Chiapello, E. El nuevo espíritu del capitalismo, Akal, Madrid, 2002.


8 Con especial importancia en lo que refiere a Italia, Francia y los EE.UU.
vectores: la descentralizaci de la producci respecto a los territorios de las econom 僘 s altamente
industrializadas, la automatizaci y el uso de nuevas tecnolog 僘s de la informaci, y la apuesta por la

innovaci y el conocimiento como fuerzas productivas fundamentales9, especialmente en las


investigaciones sobre inform疸ica y ciencias de la vida.
Del mismo modo que la denominada revolución industrial no eliminó las actividades
económicas que la precedían, sino que las reintegró bajo un nuevo esquema sociotecnológico (la
agricultura industrializada es el mejor ejemplo), la revolución informacional subsume progresivamente
el conjunto de las actividades al principio operativo de las tecnologías de la información: producción
industrial, mercados financieros, servicios y trabajos administrativos. Y del mismo modo que los
procesos de finales del s. XVIII en adelante conllevaron un reorganización técnica, organizativa y
localizacional de la fuerza de trabajo, así mismo la era de la información hace posible y vuelve
necesarios profundos movimientos de reconfiguración que tienden a aprovechar las posibilidades de
flexibilización de las relaciones. No todos los procesos sociales, claro, adquieren esta cualidad y
funcionamiento. Pero un lectura estratégica, relacional, encontrará siempre en un punto de su recorrido
un elemento de la nueva situación.
Informatización, descentralización y trabajo orientado a la investigación y el conocimiento en
desarrollo permanente son, pues, desde principios de los años ‘80, procesos fuertemente solidarios; es
posible seguir su decurso planetario: se descentralizan sectores industriales, financieros y de servicios;
los viejos espacios industriales quiebran o se reconvierten; el capital se fluidifica y se mueve a

velocidades cada vez mayores; las relaciones al interior de la empresa se reorganizan10.


Uno de los datos económicos más relevantes del período tiene que ver con el crecimiento de la
especulación financiera: enormes activos financieros comienzan a encontrar posibilidades de
valorización en mercados y bolsas de valores que antes estaban vedados o fuertemente reglados. Las
inversiones toman múltiples direcciones geográficas y económicas: desde países altamente
desarrollados hacia países económicamente pobres (p.e. desde EE.UU. a China), desde países
desarrollados a otros en condiciones similares (p.e. desde Japón a EE.UU.); prestámos a los Estados,
inversiones industriales y especulación en los mercados de acciones son los modos predominantes de
circulación del capital. Los organismos financieros internacionales de crédito adquieren un poder

9 Es interesante considerar las revueltas estudiantiles del período 68-76 no como revueltas
marginales a la centralidad de la clase obrera industrial, tal como casi siempre se ha sostenido. Si no
como anticipatorias del problema del conocimiento en la producción. Desde diferentes lugares, y en
momentos distintos, Habermas, Franco Berardi y Maurizio Lazzarato han señalado esta cuestión.
10 Cfr. Castells, M. La ciudad informacional, Alianza, Madrid, 1989
inédito sobre las políticas económicas de escala nacional. La dependencia financiera se generaliza 11.
New York City, London y Tokyo redefinen la estructura institucional de sus mercados financieros
-proceso conocido como desregulaci- de manera tal que el juego involucre a nuevos actores: fondos
de inversi, fondos de pensiones, bancos de inversi, grandes empresas; a causa de dicho proceso
desregulatorio, se organizan numerosos servicios que configuran, paralelamente, un nuevo tipo de
fuerza de trabajo.
La capacidad bancaria se abstrae sensiblemente de los procesos productivos y los territorios, lo cual
vuelve a los capitales más atentos a las posibilidades de valorización inmediata. Los avances en el
desarrollo de las tecnologías de la información hacen posible la aceleración e intensificación de sus
movimentos a escala planetaria: sin ellos hubiera sido imposible, quizá hasta impensable.
Progresivamente, se puede hablar de capital situado en territorios nacionales, pero ya no de capitales
nacionales.

Bajo estas condiciones, un inmenso proceso productivo es articulado a escala planetaria, con
una fragmentación enorme de las tareas, integradas informáticamente. Se puede hablar ya no de una
división internacional del trabajo sino de una cadena de montaje global virtual. La cadena de montaje
global virtual posee ciertos rasgos característicos: se compone de una red de empresas-red, es altamente
volátil, su materialidad es la información, tiene una importante dependencia del capital financiero. Su
abanico de relaciones laborales van desde la esclavitud (los talleres textiles, por ejemplo, presentes no
tanto en Buenos Aires como en New York) a las gerencias y miembros de los departamentos de I+D
con sueldos millonarios. Configura una división no compuesta ya de relaciones entre territorios cuyos
productos a intercambiar son elaborados, al menos tendencialmente, en su totalidad en el territorio en
cuestión, y que dejan atrás las fronteras una vez acabados, sino una producción globalizada (o hecha
posible por condiciones globales). Es decir un proceso que ya no involucra grandes territorios

articulados alrededor de ciertos ciclos productivos12, sino m 疽 bien espacios concretos,


hiperdelimitados, en los cuales se lleva a cabo una funci. Dicha funci se halla interconectada
esencialmente con todas las otras funciones que articulan un determinado proceso productivo. Y, en
palabras de M. Castells, 斗 a reintegraci de lo descentralizado se opera v 僘 inform 疸 ica� Aquello
que hasta hace tiempo era llamado mundo, se convierte en una gigantesca unidad de producciones
interdependientes: "la econom 僘 internacional crea una geometr 僘 (� que niega el sentido productivo
espec 凬 ico de cualquier lugar fuera de su posici en una red cuya forma cambia constantemente en

11 Según datos de Manuel Castells, los Estados Unidos pasan, en cinco años, de ser el principal
acreedor mundial a ser el principal deudor.
12 Salvo, claro, el ámbito rural.
respuesta a los mensajes de seles invisibles y cigo desconocidos"13. Ya no se tratar僘 de lugares en
el sentido antiguo del t駻mino, sino de posiciones.
Además de la fragmentación informatizada, existen otros rasgos novedosos14: a diferencia de
otras formas de producci 僕a artesanal, la taylorista, la cadena de montaje fordista-, gran parte de los
saberes necesarios se adquieren fuera del puesto de trabajo, son condici para acceder a ellos. La
formaci es un proceso infinito: si anteriormente, los saberes necesarios eran de tipo artesanales o t 馗

nicos, finitos y transmitidos en el espacio laboral concreto 15, ahora involucran cada vez m 疽
conocimientos que exceden el orden de lo aplicable y la fmula, que refieren cada vez m 疽 a la
memoria, la reflexi y la creatividad, la comunicaci, las innovaciones procesuales, el trabajo en
grupo. Sin embargo, esta tendencia encierra tambi 駭 su rev 駸 : tareas absolutamente descualificadas
proliferan compartiendo espacio con las anteriores. No se trata, entonces, de leer unilateralmente las
nuevas condiciones del trabajo, como si fueran el 騁 er de la creatividad sin coerci, o el reino sin
roces del puro lenguaje; es tambi 駭 el espacio de viejas nuevas formas de esclavitud, del control y la
vigilancia, de la hiperexplotaci y las retaylorizaciones, etc. Unas y otras, organizadas
informacionalmente, dibujan el rostro, o mejor los rasgos m疽 marcados, de nuestra contemporaneidad:
"la sobrevivencia del trabajo en serie y las diferentes formas de taylorismo en los sectores m 疽
modernos de la econom 僘 , est 疣 pasando a depender m 疽 bien de m 騁 odos generales de sujeci 

social (�16. Unas y otras colonizan el tiempo hasta borrar las fronteras entre el ocio y la tarea, tal
como hasta hace algunos as eran entendidos. Unas y otras confunden sus espacios: lo dom 駸 tico

invade el 疥bito laboral; lo laboral invade el 疥bito dom駸tico17.

Más allá de lo especializado o no, existe un elemento que parece ser compartido por un
universo amplio de las actividades que hoy llamamos trabajo, y que constituye su rasgo estratégico:
llamaremos posfordismo a la lectura que concibe a la capacidad de producción actual como la
mercantilización de capacidades humanas que anteriormente no se hallaban subsumidas en su totalidad
a la valorización capitalista (es decir, el habla, los afectos, la comunicación -en definitiva, el lenguaje
verbal): su aparición en la situación productiva suponía, por ello, una excepcionalidad. O bien era un

13 Castells, M. La ciudad informacional, p.483


14 La bibliografía sobre las innovaciones en los modos de organizar y concebir el trabajo es casi
infinita. Señalo aquí algunos textos paradigmáticos (traducidos al español): Virno, P. Gramática de la
multitud; Coriat, B. Pensar al revés; Rifkin, J. El fin del trabajo; Castells, M. La era de la información.
15 Cabe recordar las batallas de los gremios medievales o de Antiguo Régimen, donde el
monopolio del saber era el elemento central en la construcción de sus específicas formaciones de poder,
tanto en sus relaciones endógenas como exógenas.
16 Guattari, F. op.cit. p.43
17 Eso también decía el movimiento feminista con su consigna "lo privado es público".
elemento que precedía a la situación laboral. Tal como dice F. Guattari: "El trabajo aparentemente más
serializado -por ejemplo, mover una palanca, vigilar un intermitente de seguridad-, siempre supone la

formación previa de un capital semiótico multicompuesto (…)"18. Pero "el lenguaje incluido en el

trabajo es una novedad absoluta, la novedad que marca nuestra 駱 oca"19, dice Paolo Virno en la
conversaci que lo tiene como interlocutor incluida en el libro ソ Qui 駭 habla? Hoy, aquello que era
excepcional, ha devenido la regla. Lo cual nos lleva a la siguiente formulaci: si el fordismo supone una
organizaci productiva de los cuerpos fundada en el silencio de los mismos, el posfordismo resulta ser
una organizaci de aquellos en tanto que soportes del lenguaje verbal. Y si, en funci de su utilidad
econica, se crean espacios dentro de los cuales las capacidades creativas son fomentadas y articuladas
a recursos cada vez m 疽 complejos, se da por otro lado 幌 en otros lados- un disciplinamiento estrict 﨎

imo de la palabra en funci del objetivo econico 20. La creaci necesariamente poco reglada de un
sitio se paga y se cobra con el aplastamiento de toda creatividad en otros: invenci po 騁ica o dictado,
en eso consiste el mundo contempor疣eo.
Solidario de este diagnóstico, desprendiéndose del mismo como un problema decantado, está el
lugar del cuerpo en esta nueva organización del trabajo. Si bien es cierto que entre formas de
organización existen continuidades y que las capacidades genéricas han sido siempre la variable a partir
de la cual la creatividad emerge, también es cierto que desde el animae vocae griego -precisamente un
puro cuerpo, exiliado de lo político, una palabra sin valor- en adelante, la fuerza física, adquirido un
cierto saber, debía reproducirse necesariamente para estar en condiciones de repetir el acto productivo.
Una memoria del cuerpo aparecía como el horizonte de la educación para el trabajo: de allí la
repetición, la ortopedia, y la marcialización más o menos difusa. Visto desde esta perspectiva, el
concepto “fuerza de trabajo” adquiere una dimensión nueva, insinuando tal vez algo de su genealogía.

Hoy el cuerpo tiende a ser un soporte21 del lenguaje verbal. Los afectos y el lenguaje verbal, el cuerpo
subjetivado, se convierten en una de las variables claves de la producci econica contempor 疣 ea. La
materia prima para la elaboraci econica: el paradigma de una nueva econom 僘 extractiva, tanto
desde el punto de vista del trabajo como del consumo. El cuerpo, que como fuerza muscular se retira de
los procesos productivos y creativos, emerge bajo la forma de un 駭 fasis en lo deseante. Pareciera que
uno de los grandes acontecimientos de la 駱oca, involucra una modificaci sustancial del estatuto de la
corporalidad.

18 Guattari, F. op.cit. p.43


19 Colectivo ¿Quién habla?, ¿Quién habla? , Tinta Limón ediciones, Buenos Aires, 2006
20 Esto será abordado con mayor especificidad al tratar el problema Apex/Tracfone.
21 Claro que esa condición de soporte no es natural, ni una mera residualidad histórica.
Trataremos de investigar cómo, bajo ciertas situaciones, es producido el cuerpo como soporte.
Localizaciones

"Los medios de innovación tecnológica, una vez constituidos, tienden a profundizar su sinergia y a acentuar su
dominación, constituyendo redes globales de conexión industrial entre territorios discontinuos".
M. Castells y J. Borja

Partimos de la experiencia de que el capitalismo global modula sus posibilidades de

valorización a partir de las condiciones propias del lugar22, de lo que 駸 te ofrece como posibilidades
de mercado (sea de trabajo, de consumo o financiero), o mejor de beneficios. No se trata tanto de un
dominio pol 咜 ico del territorio, sino de un control productivo de los recursos. La interdependecia es
vital; por ello, el sistema productivo actual no puede definirse ni local, ni global, sino como un nueva
lica de articulaci de din 疥 icas locales y globales. Dicha modulaci din 疥 ica es uno de los
elementos b 疽 icos en la determinaci de nuestra 駱 oca: a partir de los procesos de reestructuraci
econica, basados en la posibilidad 釦ecnolica- de fragmentar los diversos procesos econicos (los
疥bitos de la proyecci, la investigaci y el desarrollo, el dise, la provisi de servicios, el ensamblaje,
etc.), 駸tos han resultado en un conjunto de instancias que son localizadas en funci de microventajas,
es decir de situaciones favorables en puntos espec 凬 icos. Escriben Castells y Borja: "La especificidad
geogr 畴 ica del proceso de producci aparece condicionada por la singularidad de la fuerza de trabajo
requerida en cada una de ellas y por las caracter 﨎ticas sociales y medioambientales correspondientes a

las condiciones de vida de cada segmento de la fuerza de trabajo" 23. Lo que el capitalismo global ha
podido articular es un mundo econico hecho de detalles, y las decisiones econicas a nivel
empresarial constituyen cada vez m 疽 un conjunto de microdecisiones; existimos en medio de un doble
movimiento: mundializaci y miniaturizaci. Tal como dice Sandro Mezzadra: 轍 uel che ci stava a
cuore affermare era in buona sostanza che anche la tensione tra la Storia e le storie ( 途 isolta�nella
transizione alla modernit� sembra oggi riaprirsi nella quotidianit�del funzionamento del capitalismo
globale, nella misura in cui esso �costretto a fare dell 弾 terogeneit�costitutiva dei tempi storici che

incontra il terreno strategico su cui si ridefinisce la valorizzazione del capitale24.

22 Entiendo por condiciones propias del lugar: los recursos naturales, los recursos simbólicos, los
dispositivos tecnológicos, la relación costo/calidad del trabajo –donde incluimos sea las cuestiones
salariales como los aspectos fiscales-, la calidad de los mercados de consumo.
23 Castells, M. y Borja, J. Local y global, Taurus, Madrid, 1998
24 “Lo que nos interesaba afirmar era, en gran parte, que también la tensión entre la Historia y las
Lo local contemporáneo existe, pues, como composición de fuerzas y de flujos, como posición:
la puntualización soporta lo global, no existe como zona autónoma; pensar lo local supone asumir su
condición conectiva. Y la conectividad, desde esta perspectiva, consiste en un conjunto de relaciones y
recursos que definen un potencial espacio para la inversión capitalista:
-la informática: los recursos tecnológicos de la microelectrónica son la base de las posibilidades
de interconexión global / local. La posibilidad de devenir nodo.
-la materialidad de las formas empresariales actuales, que tiende cada vez más a la
configuración de redes de empresas. Dichas redes incluyen como subagrupaciones formaciones clásicas
y piramidales, del tipo empresa madre-satélites proveedores. Sin embargo, el dato novedoso es que en
dicha reticulación empresarial no se trata tanto de proveer a un espacio productivo único, como de
ramificar las posibilidades de servicios y potenciar la innovación, además de ensanchar sectores de
mercados. Las conexiones de empresas locales en redes de empresas globales es uno de los modos
fundamentales de articulación planetaria del capitalismo. Las conexiones pueden realizarse,
formalmente, de varias maneras: provisión de servicios a grandes empresas (materiales, financieros,
aseguradoras, etc.); outsourcing (es decir, tercerización); off-shoring (locación de ciertos servicios o
actividades en el exterior respecto a la sede declarada de la empresa); fusiones: compra de empresas (o
porcentajes mayoritarios de sus paquetes accionarios); inversión directa en los territorios.
-Tal como dice M. Castells25, si el capital es global, la mayor 僘 del trabajo es local. Es decir,
no se resuelve en procesos de producci y reproducci del capital global, sino que habita bajo los
efectos configurados de su localizaci. Lo local, se define entonces, como un espacio vital, de
experiencias. Es decir, como el desborde de lo econico y sus consecuencias.
-las legalidades estatales (regionales, nacionales, provinciales y municipales) respecto a los
flujos internacionales de capital constituye un elemento de importancia relativa a la hora de las
decisiones en materia de modulaciones dinámicas locales. Leyes financieras, de trabajo,
privatizaciones, déficit y gasto público son los dispositivos concretos de dicha legalidad.
Estas diversas maneras de conectividad representan, en conjunto, los soportes institucionales de
la fragmentación de los procesos económicos a escala planetaria. A partir de aquí, se abren una cantidad
considerable de posibilidades de relaciones entre capital, empresas y territorios, tal como ya hemos

historias ("resuelta" en la transición a la modernidad) parece estar reabriéndose actualmente en la


cotidianeidad del funcionamiento del capitalismo global, en la medida en que aquél se ve constreñido a
hacer de la heterogeneidad constitutiva de los tiempos históricos que encuentra, el terreno estratégico
sobre el cual se redefine la valorización del capital”. Mezzadra, S. Attualità della preistoria, mimeo,
Roma, 2007
25 Castells, M. global y local.
dicho, soportadas en las tecnologías de la información y la comunicación 26. Dichas relaciones ponen
en entredicho las nociones (y experiencias) del tiempo y el espacio tal como fueron conocidos hasta
ahora.
Revisitemos, pues, estas experiencias del tiempo27 enfocando el problema desde la perspectiva
de las distancia entre locaciones laborales y locaciones de uso y/o consumo.
La distancia entre mercado de trabajo y espacios de comercialización y usos no es en absoluto
una novedad de la época. Es, a mi entender, uno de los rasgos fundamentales no sólo del capitalismo
sino de la vida moderna entendida como la articulación de amplias redes de intercambio, y no
exclusivamente de mercado. Siendo así, ¿cuál es la característica diferencial de lo que aquí se expone?
¿Acaso hay algo novedoso en esa distancia contemporánea? Esta manera actual -la economía de la
información- se diferencia de anteriores formas de territorialización del capitalismo y de las
temporalidades que se instituyen en que en el actual modelo informacional dos puntos alejados

espacialmente pueden operar conjuntamente en simultáneo28. A esta capacidad de articulaci de


procesos econicos interdependientes a escala planetaria a una velocidad que, al menos
tendencialmente, es la del tiempo real, M. Castells la denomina 兎conom僘 global�

Variables de modulación local: Call centers en Argentina.

Tal como dice el colectivo de escritores “Quién habla?”, autores del libro homónimo, la
mayoría de los trabajadores de call centers en Argentina es muy joven. Lo mismo escribe Andrea del

Bono29. En efecto, el rango etareo con mayor presencia es el que va de los 18 a los 25 as. A mi
parecer, esto puede explicarse por varias razones, solidarias de tal forma entre s�que la exposici
consecutiva no tiene por qu�convertirse en una jerarqu 僘 : en primer lugar, el hecho que, por lo
general, los j enes no tienen obligaciones familiares, lo cual aligera cargas, facilitando su rotaci  y
movilidad, cuesti que veremos m 疽 adelante. Luego, la caracter 﨎 tica, que se deduce de la anterior,

26 En ese sentido, las tecnologías pueden ser pensadas como soportes de soportes (instituciones).
27 Ignacio Lewkowicz considera que sondear el concepto práctico de tiempo es central a la hora
de caracterizar un modo subjetivo. Lewkowicz, I. Pensar sin Estado, Paidós, Buenos Aires, 2004
28 ¿Acaso no es la simultaneidad un modo de ser del tiempo que complejiza radicalmente lo que
comprendemos por presente?
29 Del Bono, Andrea, Deslocalización extraterritorial de empleos del sector servicios. Sentidos y
transformaciones del trabajo.
de que para la mayor 僘 es su primer empleo, lo cual eleva las cargas de motivaci y las posibilidades

de identificaci.30 Enseguida aparece la cuesti de la formaci educativa propia de los sectores de


clase media que atravesaron el menemismo produciendo las transformaciones subjetivas que los
llevaron del ciudadano nacional al consumidor globalizado. Para el caso que aqu�nos ocupa, dicha
tendencia es todav 僘 m 疽 evidente. Para trabajar en Apex/Tracfone, en el sector que aqu�nos ocupa,
se requiere ser biling�: la explosi de cursos de ingl 駸 desde fines de los �0 y la inclusi de dicha
lengua en la curr 兤 ulas educativas ha producido una gran masa de argentinos capaces de hablarla.
Especialmente, en la franja que hemos apuntado como la principal cantera de recursos humanos. El
saber ingl 駸 se incluye, adem 疽 , en Argentina, en el marco de una de las formaciones escolares m 疽
importantes de Latinoam 駻 ica: por poner un ejemplo, seg 佖 fuentes no estatales, el promedio nacional
de analfabetismo es del 5,5%, mientras que en Brasil es del 21,6% en Chile el 6,8%, en Uruguay el

7,6%, en Costa Rica el 7,3%31 y M 騙ico el 10%32. Todo esto arroja el dato que una parte importante
de la poblaci est�en condiciones culturales de trabajar en call centers.
Por otra parte, la clave de la radicación en Argentina de servicios de call center para el exterior
(off-shoring), bajo la cual la primera queda subsumida como variable fundamental, tiene que ver con la
crisis económica de 2001 y la sucesiva devaluación. Los costos salariales en relación a la calidad de los
trabajadores volvieron apetecibles para las empresas extranjeras y locales la instalación de servicios en
Argentina. En la actualidad, el salario de un teleoperador en Argentina es de un máximo de 3 dólares la
hora, mientras que en los EE.UU gana 12 dólares. Tal como señala De Bono, el 70% de los costos
económicos de un call center procede de los salarios, por lo tanto constituye un factor fundamental en la
decisión de colocaciones off-shore. Sin embargo, es preciso no olvidar que la formación educativa que
hemos mencionado previamente es tan importante como el costo salarial.
A todos estos aspectos es fundamental agregarle el marco jurídico laboral consecuencia de los
procesos de flexibilización llevados a cabo con particular intensidad durante los gobiernos de Menem y
De la Rúa, y confirmados en sus líneas generales por los siguientes. La facilidad para los despidos sin
indemnización, los niveles salariales, los bajos costos sociales, han hecho de Argentina un territorio que
reúne condiciones por demás de interesantes para la inversión. Además, es fundamental indicar entre las
condiciones el mejoramiento de la infraestructura de comunicaciones.
En relación a las variables en la modulación local, creo importante mencionar el modo en que

30 Tal como dice un testimonio en ¿Quién habla?: “Entrás a trabajar en un call y hay máquinas de
café, tenés papel higiénico en los baños, monitores plasma. Son cosas que de verdad se viven como
¡guau!: estoy en el re-lugar de trabajo, en una multinacional en serio”.
31 Fuente: http://www.nacerlatinoamericano.org/_Archivos/_Menu-principal/02_Informacion
%20de%20LA%20y%20Caribe/pdf/NATfecundANALFevida.pdf
32 Vale la pena señalar que para todos los países, la tasa de analfabetismo ha crecido entre 1991 y
2007.
operan las figuras estatales: el papel del Estado nacional, a través del Ministerio de Economía y
producción y su Agencia de Desarrollo de Inversiones y de algunos gobiernos provinciales
(especialmente el de Córdoba), es claro: seducir al capital. Esta estrategia asume la forma de un
inventario de beneficios y condiciones para la inversión y valorización: promueve. Dicha seducción, en
relación a la idea de las modulaciones locales de los procesos globales, puede pensarse como un
elemento central, en tanto que una cierta región o localización se presenta bajo la forma de un sitio de
valorización, es decir, como promesa de ganancias. La vieja noción de imperialismo como movimiento
unidireccional desde el centro a la periferia, ya no tiene mucho sentido: es difícil no tener en cuenta la
demanda local de capital como elemento clave en los procesos de inversión y valorización. Es preciso
hacer énfasis en que la relatividad del papel estatal en este proceso tiene que ver con el intento de evitar
las ideas, dicotómicas en su contenido pero solidarias de forma, de los Estados y territorios como
víctimas absolutas del capitalismo financiero (tesis imperialismo absoluto), y de los Estados como

absolutamente soberanos en materia de decisiones económicas (tesis autogenética)33. Dicho esto,

veamos cu疝es son las ventajas competitivas que presenta el Ministerio de Econom僘34:
1. Recursos humanos altamente calificados.
2. Moderna infraestructura de telecomunicaciones.
3. Costos competitivos internacionales.
4. Importantes centros urbanos con fuerza trabajo abundante y disponible inmediatamente.
5. Entorno jurídico apropiado: leyes laborales favorables; iniciativa gubernamental en el sector;

reducciones fiscales35.
6. Escasa diferencia horaria con USA y Europa occidental –ventaja competitiva respecto,

especialmente, a la principal locación mundial de operaciones de Contact center: India36.

Apex como modulación local

En la situación laboral que investigaremos aquí es posible encontrar elementos propios de la

33 Incluso de aquellas que, como en este caso, liquidarían su supuesta soberanía absoluta.
Confundir el poder con el Estado es un vicio moderno. Confundir la impotencia con el Estado es un
vicio posmoderno.
34 Que por otra parte no es el único organismo de seducción –puesto que existen
numerosas ferias empresariales, revistas, conferencias, agasajos, etc orientados a ello.
35 La provincia de Córdoba ha sido la primera es dictar una Ley de exacción fiscal para
inversiones en call centers.
36 A.D.I. (Ministerio de Economía y producción), Invertir en Call centers.
economía global tal como hemos intentado describirla; a la vez, dado la necesaria localización de la
misma es que hablamos de modulaciones locales. Teniendo en cuenta que estamos hablando aquí de
formas de vivir, modos de pensar y lógicas de relaciones que desbordan nuestra problemática,
intentaremos dar cuenta de algunos elementos que nos parecen importantes –es decir, problemáticos- en
los modos de organización de la producción de los Call center. Por otra parte, si bien estamos
abordando la cuestión a partir de un concepto de localización ligado a las condiciones del capital, es
fundamental tener claro que en relación a los procesos de localización, es clave el elemento de
conflictividad como condicionante de dicha modulación: rechazo, resistencias, sabotajes,
resignificaciones, son modos de construir alternativas a las prácticas y discursos capitalistas de la
globalización. En el argumento de la modulación local en la búsqueda de la máxima ganancia, es
preciso tener en cuenta que el capital y los organismos locales de seducción, que hemos ya mencionado,
no son la única fuerza actuante en el campo de batalla social. Existen siempre en tensión con prácticas
alternativas, aún si su hegemonía sea actualmente inmensa. Y si bien en este trabajo enfocaremos las
formas de dominación, nunca debe olvidarse que las mismas resultan también de los modos de
resistencia: toda dominación es siempre cierta dominación para cierta resistencia.

Apex como espacio vital

Hasta el momento hemos visto algunas de las transformaciones a escala planetaria que han
vuelto posible la aceleración de los flujos informacionales, entre ellos los económicos. Hemos visto,
posteriormente, algunos de los rasgos y las lógicas de localización del capital global. Finalmente,
hemos expuesto algunas de las variables que hacen de la locación Argentina un territorio apto para la
inversión en Call centers.
La intención era señalar algunas procedencias y tendencias que nos permitieran dar cuenta de la
experiencia en Apex/Tracfone en tanto configuración singular.
A partir de aquí, nuestro propósito es esbozar un conjunto de elementos que consideramos que
hacen a las particularidades de dicho espacio vital.

En Apex se dan formas disciplinarias del trabajo que poseen ciertas características relevantes a
la hora de pensar algunos rasgos contemporáneos de las relaciones capitalistas. Tenemos, por una parte,
controles globales hacia los trabajadores como conjunto de individuos, es decir como subjetividades,
como seres humanos insertos en formas culturales que desbordan el ámbito estricto de la empresa y que
son tenidas en cuenta por ésta a la hora de estructurar y modular su funcionamiento. Por otra parte,
tenemos disciplinamientos que hacen al trabajo, al puesto de trabajo, disciplinamientos locales, por
tareas podríamos decir. Allí, claramente, el centro de atención es el habla. Sin embargo, no hay habla
sin cuerpo que la soporte. Por lo tanto, el mismo será también objeto de intervenciones.

Controles globales: entre la pertenencia y la arbitrariedad

El management actual, es decir, aquel que se viene desarrollando desde principios de los años
‘80 produce un tipo de figura empresarial muy diferente a las que se produjeran durante el siglo XIX y
una gran parte del siglo XX.
Según Boltansky y Chiapello, la primer figura empresarial corresponde a “la figura del
emprendedor, del capitán de industria, del conquistador, y concentra los elementos heroicos de la
descripción, haciendo énfasis en el juego, la especulación, el riesgo y la innovación”;
complementariamente, en aquel momento “la figura del burgués y de la moral burguesa aportan los
elementos de seguridad gracias a una combinación original que añade a las disposiciones económicas
innovadoras (avaricia, espíritu de ahorro, tendencia a racionalizar la vida cotidiana en todos sus
aspectos, desarrollo de las capacidades necesarias para la contabilidad, el cálculo y la previsión),
disposiciones domésticas tradicionales: la importancia otorgada a la familia, al linaje, al patrimonio, a la
castidad de las hijas para evitar las uniones desafortunadas y la dilapidación del capital; el carácter
familiar o patriarcal de las relaciones mantenidas con los empleados –que será denunciado como
paternalismo– donde las formas de subordinación continúan siendo de tipo personal, en el seno de
empresas generalmente de reducido tamaño; el papel concedido a la caridad como alivio del sufrimiento

de los pobres, etc” 37. En la segunda figura, ya adentrados en el siglo XX, 兎 l 駭 fasis apunta no tanto
al empresario individual, sino a la organizaci. Esta segunda caracterizaci gira en torno al desarrollo
紡 principios del siglo XX �de la gran empresa industrial centralizada y burocratizada, fascinada por
el gigantismo. Este segundo esp 叝 itu del capitalismo tiene como figura heroica al director quien, a
diferencia del accionista que busca aumentar su riqueza personal, se encuentra atravesado por la
voluntad de hacer crecer sin l 匇 ites el tama de la empresa que tiene a su cargo (�� aqu�los
denominados elementos de seguridad, entendidos como aquellas representaciones que dan consistencia
a un mundo, haciendo posible su reproducci como mundo deseado y deseable, se basan en 斗 a fe

37 P.23
puesta en la racionalidad y la planificaci a largo plazo 釦 area prioritaria de los dirigentes �y, sobre
todo, por el gigantismo mismo de las organizaciones, las cuales se convierten en ambientes protectores
que ofrecen no so oportunidades de hacer carrera, sino que tambi 駭 intervienen en la vida cotidiana
(vivienda oficial, centros de vacaciones, organismos de formaci) siguiendo el modelo del ej 駻

cito(�38.
Ambos modelos partían de un “enemigo interno”: los trabajadores. Y obraban en consecuencia:
las figuras empresariales presentaban aspectos casi con exclusividad de tipo imperativos; además, al
suponer el conflicto, al orientar su accionar teniéndolo como operador objetivo, procuraban codificarlo.
Los trabajadores, por su parte, construían fuertes identidades en torno a los oficios, a los saberes
o a las vinculaciones políticas. Ser obrero significaba, simultáneamente, poseer un saber, pertenecer a
una rama industrial o inscribirse en una tradición u organización política. El mundo obrero tenía una
cierta consistencia propia, al tiempo que se redefinía constantemente en función de sus devenires
políticos y culturales.
Esta “fábrica dualista” ha dado paso a un tipo empresarial que tiende a pensar en clave de

“fábrica integrada” 39: pasar de la puesta en relaci de dos mundos culturales distintos a la
construcci de un mundo cultural unificado. Esta estrategia empresarial mon 﨎 ta se relaciona
directamente con la experiencia anterior de la f 畸rica conflictiva, con el tipo de luchas, enfrentamientos
y formas de negociaci entre los trabajadores y los empresarios. De alguna manera, pueden pensarse
estas nuevas estrategias como un balance empresarial activo de aquel ciclo de luchas.
En ese sentido, el problema es construir un mundo-empresa: un espacio proveedor de ciertas
identidades y guiños, que operen a la vez como desactivadores de conflictos. Un lugar de pertenencia en
sentido amplio, que se debe construir paso a paso, en relación a lo que la situación y el devenir van
presentando. Una pertenencia que impulse al trabajo, que disuada la aparición de conflictos. O que, una
vez aparecidos, los resuelva rápidamente. Ya no la mera retribución salarial de la tarea ejecutada y el
enfrentamiento como política empresaria estable frente a los conflictos: ahora, inclusión, disuasión y
disolución.
Dichas estrategias, formas actuales del control, teniendo en cuenta esta sujeción a la
variabilidad temporal, han tomado en Apex/Tracfone formas diversas con el correr del tiempo.

Ya desde las ofertas de trabajo, la empresa promete ambientes amenos, distendidos. Luego de
las entrevistas prelaborales (que incluyen, principalmente, test psicológicos individuales y grupales,

38 P.24
39 Para la idea de “fábrica dualista” y “fábrica integrada” véase Revelli, M. 8 tesis sobre
posfordismo en Revista Contrapoder nº 5
llamadas de prueba y una mínima capacitación), una vez adentro, comienzan las amplias estrategias de
pertenencia. Entendidas, aquí, como las formas de vinculación entre directivos y trabajadores entre sí
que se da la empresa con el fin de tender a la definición de una identidad unificada.
El inventario es amplio; aquí referiremos sólo algunas:

Fiestas masivas de ingreso restringido: se alquilan lugares nocturnos y se invita a todos los
trabajadores. Entrada gratis y pico libre. Así, en un estilo fuertemente escolar, con un intenso aire a
viaje de estudios (“nunca me voy a olvidar del tipo corriendo casi desnudo durante toda la noche por la

pista”40), la empresa prolonga concretamente su existencia41 m疽 all�del puesto de trabajo. Expande


sus posibilidades de relaci con sus trabajadores, d 疣 doles la oportunidad de juntarse en un lugar que

seguramente ya conocen porque forma parte de sus ritos culturales generacionales42.

Otro modo de la fiesta masiva (no tan) restringida: el Apex rock. La empresa convoca a todos
los trabajadores que hagan música a sumarse a la propuesta. El único requisito es que al menos uno de
los músicos sea parte de la empresa. Ésta, a cambio, ofrece un lugar y corre con los gastos.
A diferencia de la fiesta masiva que mencionamos antes, este tipo de involucramiento festivo
requiere un compromiso mucho más orgánico. Hay que ensayar, moverse, invitar gente conocida. Es
decir, articular relaciones absolutamente extralaborales, a diferencia de la fiesta, donde no se trataba de
una convocatoria abierta sino de un evento de la empresa. “El otro día me crucé con un compañero de

trabajo y me dijo que no se iba de vacaciones porque estaban ensayando para el Apex rock”43.

Trabajo en blanco: en las condiciones de la Argentina contemporánea, el blanqueo completo de


la actividad laboral (con los consiguientes beneficios asistenciales que comporta) es visto como un
elemento potencialmente vinculante. “El tema obra social, jubilación, etc … Estamos en Argentina…

nadie o casi nadie te va a dar eso...” 44. El hecho de que Apex s�lo haga, si lo d� genera, no
solamente un aura de seriedad de parte de la empresa, que se vale de una situaci inevitable ( 哲 o se
pueden tener mil tipos laburando en negro en San Lorenzo y Mitre; si no, los tendr 僘 n sin

40 Entrevista a Matías.
41 La extiende, como las viejas fábricas construían campos de deportes o viviendas para sus
trabajadores
42 Es fundamental señalar que estas pertenencias no siempre redundan en beneficio de los
objetivos iniciales de la empresa: los agrupamientos más importantes de resistencia nacieron en
instancias convocadas por los patrones.
43 Entrevista a Carla.
44 Fuente: http://disfrutarcordoba.blogspot.com/2005/10/apex-america-es-una-mierda-2.html
problemas45) para ganarla, sino tambi 駭 una suerte de diferenciaci extramuros de la empresa entre

trabajadores en blanco y no, dato no menor, repetimos, para la situaci argentina 46. Un modo, quiz�
anclado en el sentimiento de pertenencia que inspira ser miembro de una comunidad, a 佖 si difusa, de
asegurados sociales. Muchos de los trabajadores de Apex resaltan estas formas: frente al malestar que
genera el trabajo, del cual muy pocos se salvan, est 疣 estas especies de beneficios secundarios a los
cuales, en distintos casos, muchos enumeran, adem 疽 del salario y de los elementos derivados de su
obtenci 吠 ndependencia familiar, ampliaci de los m 疵 genes de consumo, supervivencia
garantizada-, entre las razones por la cuales permanecer.

Si estas maneras son, podríamos decir, formas genéricas del control, se dan simultáneamente
formas más restringidas, dedicadas a parcelaciones del conjunto de trabajadores.

En este sentido, la unidad mínima es el Team: un grupo reducido y permanente de trabajadores


coordinados por un supervisor, también él permanente. Como trabajador, se puede faltar a una fiesta o a
un festival de rock al que concurren cientos de personas sin que la falta se note; en cambio, el Team es

el espacio donde “se nota tu ausencia”47. Un 疥 bito restringido, de caras conocidas, genera
sociabilidades distintas a los 疥 bitos masivos. Por ejemplo, 鍍 u supervisor arma un asado en su casa y

no pod 駸 faltar48: la permanencia del grupo va generando obligaciones, una sociabilidad compulsiva,
compromisos que, como se puede ver, desbordan el lugar de trabajo. A su vez, el Team funciona como
unidad de producci. Es objeto de controles, de mediciones, de selamientos como grupo. Generando
as�una interdependencia entre las tareas de sus integrantes. Dicha interdependencia se modula a trav 駸
de las denominadas acciones de motivaci: esencialmente una operatoria de premios (derechos de
consumo, cuyo castigo reside en no obtenerlos) que sirven para ajustar los autocontroles productivos.

45 Entrevista a Aníbal.
46 Por si hicieran falta, estas son algunas estadísticas que justifican lo dicho: según un
relevamiento llevado a cabo por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación en
grandes aglomeraciones urbanas en 2005, el 53,4% de los trabajadores no hace aportes jubilatorios, el
47,7% no está registrado y contabilizaban un total aproximado a 4 millones de personas. Además,
confirmando la reflexión de Aníbal, mientras solamente el 6,3% de los establecimientos con más de 500
trabajadores presentan empleo no registrado, el 72,5% de las empresas con menos de seis trabajadores
si lo incluyen. Fuente:www.oas.org/udse/espanol/documentos/IIgrupostrabajo/MTSS%20Arg%20Trab
%20Inf%202%20ESP.ppt
47 Entrevista a Carla.
48 Entrevista a Antonio
Lo que sigue fue extraído de una circular interna:

PREMIO CALIDAD DE LA ACCIÓN: entradas al cine.


Premio Monitoreo Score 100 %: Entrada instantánea.
Orden de compra en Alto Rosario: Mejor Agente de Cada Team.
Orden de compra en Alto Rosario: Reconocer el buen desempeño (sorteo entre los Agentes con
Asistencia perfecta sin exceso de break) Cena.
Reconocer el desempeño: (Mejor Team del Mes) Regalo.
Regalo Día del amigo: (Sorpresa...:)

Así, la posibilidad siempre latente de ser premiado genera, tal como dice G. Deleuze: “maneras
de modular individualmente los salarios, de forma tal que la competencia entre asalariados garantiza la

productividad dificultando la agrupación”49.

Estas acciones de motivación, aparte de fomentar la autoexigencia, pueden ser utilizadas para
disparar los controles horizontales, siendo que además de los individuales, se suelen adjudicar, como
puede verse en el folleto, premios que resultan del desempeño del Team. Ese parece ser una de los
rasgos básicos de la denominada “sociedad del control”: ya no una estructura exclusivamente piramidal
de controles, ya no un panóptico monocular, sino la proliferación al infinito de ojos vigilantes ubicados
no solamente en las cimas de estructuras edilicias –o imaginarias- sino también en los laterales. Tal
como hemos escrito tiempo atrás: “cuando una futura sanción puede depender de la mirada de un
compañero, o de la grabación de un cliente, los niveles de (auto)exigencia se transforman en

descarnados”50. Descarnadas, tambi駭, pueden ser las relaciones con los compa ros, convertidos bien
en sospechosos de improductividad, bien en potenciales delatores.

A esas formas de control endógeno se suma otra, característico de las empresas de servicios: el
control ejercido por el cliente. Se lo induce, se le pide a éste que radique reclamos contra los agentes,
que evalúe permanentemente la calidad del servicio. La presión, aquí, está lejos de ser unidireccional.

Se configura, así, un conjunto de controles basados en la inclusión, la sociabilidad y la


disolución que involucra de diversas maneras a todos los elementos presentes en la empresa. Entonces,
como dice Antonio: “Cualquiera puede denunciarte, un compañero, un supervisor, el cliente, se

49 Deleuze, G. Posdata a la sociedades de control.


50 Equipo de coinvestigación de la Universidad Experimental, Call Centers: el arte del control
virtual, mimeo, 2006.
desdibuja el amigo del enemigo, en fin, es ajetreante”51.

Admitiendo que la dificultad de agrupamiento encuentra una obstáculo severo en la


individualización de los salarios y el despliegue de formas horizontales de vigilancia, existe todavía otra
forma de dificultar el agrupamiento, especialmente novedosa. Efecto de las condiciones hiperflexibles
del trabajo, de la amplia disponibilidad de trabajadores en condiciones de llevar adelante la tarea, de los
modos de vida de los trabajadores, de las volatilidades propias de una empresa que articula su
existencia en relación a la informática. Podríamos denominarla la estrategia de la movilidad
empresarial. La posibilidad material (es decir, virtual, es decir tecnológica) de desplazamiento, hace de
la empresa un organismo en constante movimiento, capaz de abandonar los espacios conflictivos, de
reconfigurarse en función del tipo específico de problemática. Cualquier tipo de resistencia no

solamente no es respondida con la negociación, ni siquiera con el enfrentamiento directo52, sino tambi
駭 anticipada: es un 兎 stado de rotaci permanente, no ocup 疽 nunca la misma computadora, no ves

siempre a los mismos comparos53. Caso contrario, es decir, en caso que algo de la conflictividad
prospere, el gesto de la empresa, sino puede producir rotaci en los trabajadores, es, de alguna manera,
rotar ella misma; es la huida, el corrimiento por parte de la empresa. Esta huida toma varias formas:

-huida obrera: luego de un tiempo de trabajo “se te cae la creencia en todo eso y lo único que querés es

desaparecer”54.

-despidos arbitrarios.

-reducción o quite de tareas a los trabajadores (o la estrategia de “quedar boyando”55). Al encontrarse


frente a trabajadores a los que no puede despedir sin pagar ning 佖 costo pol 咜 ico o de imagen, por
ejemplo los delegados sindicales que est 疣 bajo los fueros sindicales, la empresa opta por desposeer o
reducir las actividades de los trabajadores en cuesti.

51 Entrevista a Antonio.
52 Aún si pueden mencionarse casos para ambas respuestas, el meollo de la estrategia no es ni una
ni otra.
53 Entrevista a Romina.
54 Entrevista a Romina. En relación a la movilidad obrera quisiéramos tomarla no solamente
como una modo exitosos de la estrategia empresarial, sino también como un rechazo activo al trabajo.
Este punto procuraremos investigarlo en un trabajo posterior.
55 Sin lugar a dudas el caso paradigmático de “quedar boyando”, por lo masivo y efectivo
políticamente, es el del call center Atento en Barracas, Buenos Aires. Para un inmejorable acercamiento
a la experiencia es preciso leer ¿Quién habla?, escrito por el colectivo homónimo formado ad hoc.
-amenazas de abandonar el territorio: que se concretan con una terrible facilidad, puesto que a
diferencia de los mastodónticos conglomerados industriales de mitad del siglo XX –ligados
inevitablemente al territorio en el que se localizaban-, las empresas basadas en los flujos de
información, poseen una volatilidad elevada y una capacidad de desplazamiento inmensa. La
producción de lo que allí se produce no requiere un territorio determinado, ni siquiera una vez
determinado algún territorio. Presenciamos, pues, un auténtico nomadismo del capital. En este sentido,
Apex es un caso paradigmático.

-sobreexigencia como vehículo de renuncias (o la estrategia de “quemar cerebros”)56: esta t 當 tica la


analizaremos m 疽 adelante, al investigar la cuesti de las restricciones al habla y los cuerpos
descartables.

Disciplinamientos locales

“No existe ninguna revolución tecnológica que no sea también más profundamente una
mutación del capitalismo”, dice Deleuze. Entre otras cosas, lo que intentaremos ver en esta parte de la
investigación, es qué puede significar esa afirmación desde una perspectiva localizada: cuáles son los
matices, las subjetividades que allí se producen –y cómo se interviene en su producción-, qué
materialidades adquiere la mutación y cuáles son las consecuencias políticas.

Paralelamente, es fundamental tener claro no solamente que la tecnología digital es allí la

mediación vital para la existencia misma de la empresa57, sino tambi 駭 que a ella 僕 a tecnolog 僘
digital- se conectan los saberes centralmente productivos: las lenguas 紡 ctualmente el espal y el ingl

駸 58. Y es a ella a quien refieren ontolicamente los dispositivos de control: los tutoriales, las m 騁
ricas, la vigilancia sobre las comunicaciones, el registro de las llamadas, el tiempo de trabajo y de no
trabajo.

56 Sin embargo, este dique a la exigencia de obediencia que constituye la renuncia, no puede ser
leído sólo en su versión negativa (quedar desocupado) sino también como punto posible para pensar
una accionar sindical (rechazo al trabajo).
57 Apex es el mayor propietario de protocolos de Internet en Sudamérica
58 En la experiencia que estamos investigando, el inglés es la lengua “de trabajo”, mientras que el
español es la lengua de “gestión del trabajo”.
Por estas razones, el Call Center es un espacio tristemente privilegiado para reflexionar en torno
a algunos rasgos de la relación entre posfordismo y trabajo. Apuntalados en una mínima definición de
posfordismo propuesta por Virno (“el lenguaje es puesto a trabajar”), nuestra intención consiste en
indagar qué materialidad asume ese enunciado en nuestra situación de investigación.

Existen cuatro elementos centrales en la configuración operativa de la empresa. En primer


término, el hecho de ser una empresa de servicios (es decir, lo producido además de inmaterial –en el
sentido de no sólido- se agota o consume en simultáneo al acto de producirlo) provistos exclusivamente
por vías informáticas; en segundo lugar, ese servicio se produce en la ciudad de Rosario y se utiliza en
varios puntos distantes del planeta; en tercer lugar, dicho servicio consiste en una operación de habla;
en cuarto lugar, el acto de producción es un acto individualizado, que sólo mantiene con el resto de los
compañeros de trabajo meras relaciones de vecindad. Dicho conjunto de actos individuales, a su vez,
son posibles gracias a la existencia de un cuerpo informacional productivo en el que los trabajadores

vienen a incluirse59: a diferencia de otras formas productivas, donde el trabajo cooperativo se vive
como experiencia colectiva simult 疣 ea, aqu�las conexiones son punto por punto. La cooperaci es
maqu 匤 ica, no humana. Una producci ling�stica mediada tecnolicamente, individualizada, y de
utilizaci a distancia que nunca deviene objeto, requiere y permite estrategias de disciplinamiento

altamente singulares respecto a los modos cl 疽 icos (por llamarlos de alguna manera) del mundo60
industrial mec疣ico; por otro lado, convoca, modula e induce ciertos modos subjetivos.

Tal como dijimos, el eje de los dispositivos de control gira en torno al ingreso del trabajador a
la red informática para cumplir con sus tareas. Es decir, su inclusión en el cuerpo informacional
productivo. Mediante su nombre y un password, el agente se loguea (del verbo inglés to log), nombre
técnico de su inclusión. El logueo es el eje de los controles virtuales. Los tiempos de logueo y
deslogueo, los momentos en que dichas acciones se ejecutan, permiten un seguimiento minucioso de los
movimientos virtuales del agente. El panóptico se virtualiza, volviéndose capaz de un registro
permanente; su efecto primario es la huella digital, que adquiere aquí una acepción luminosa; el logueo

59 Para la idea de cuerpo productivo como superación del cuerpo biológico, véase Deleule. Para
la idea de una producción continua y un trabajo a intervalos, véase Virno, P. Gramática de la multitud,
Ediciones colihue, Buenos Aires, 2002.
60 Hablo de mundo y no de era con la intención de señalar la posibilidad de coexistencia y no
necesariamente de sucesión cronológica. Es en este sentido que Paolo Virno indica una posible idea de
posfordismo no ligada a un específico tipo de organización de la producción, sino al espacio económico
mundial contemporáneo entendido como ámbito de convivencia de diversas maneras de organización
productiva.
es el nombre específico, local, de la obsesión capitalista por el tiempo de trabajo y la condición para su
control.

Actos de habla y restricciones

"Si la especialización estaba produciendo una diversificación general de la personalidad humana en la historia, también estaba
teniendo sobre la vida de aquellos hombres el efecto inverso de reducirlos a la unidimensionalidad".

J. Pocock61

Partimos entonces de la idea de lo informático como cuerpo productivo básico, como phulym
según Guattari, como aquello que mantiene la producción constante. La tierra puede ser un buen
ejemplo de primer cuerpo productivo. El trabajador, allí, llevaba a cabo tareas en determinados
momentos del año; en el resto era la tierra la que llevaba las riendas de la agricultura.
La misma imagen, cambiando la tierra por las tecnologías de la información y la comunicación,
puede ser utilizada hoy para pensar la relación entre trabajo y ciclo productivo en tanto proceso en el
cual trabajo se conecta y desconecta. Dijimos que el nombre situacional, en Apex, de conexión del
trabajo al cuerpo informacional productivo es logueo. Este es el umbral que deja al trabajador frente un
inminente encuentro con el cliente. Es decir, frente a un determinado tipo de acto lingüístico. ¿A qué
tipo de acto nos referimos? En Apex se desea que la palabra adquiera una forma netamente
instrumental, organizada en relación a preguntas y respuestas de tipo técnico, orientada a la supuesta
resolución de problemas en torno al uso de los equipos móviles. No se trata de comunicación, aquí no
rige el connecting people. No se conectan personas, sino quejas con posibles respuestas. No se entabla
una conversación, se transmiten informaciones.
¿Cómo es posible instrumentalizar algo que, como el habla, aparece en principio como
inestable y fluido?
Existe algo que podríamos llamar el grado cero de localización disciplinaria del cuerpo

61 Pocock, J. El momento Maquiavélico, p.603


orientado a la palabra. Dicho grado cero encuentra su espacialidad en el box, es decir, caja en inglés. El
espacio de trabajo es un lugar reducido en el cual hay una computadora con los dispositivos necesarios
para la atención de llamadas: auriculares y micrófonos. Una vez allí, cada trabajador se encuentra
aislado lo cual genera “por la imposibilidad misma de la tarea, establecer relaciones normales con

compañeros de trabajo”62. La palabra queda, como y con el cuerpo, encajada. Una vez all� existen un
conjunto de operaciones que tiene como objetivo lograr que dicho encajamiento cumpla su tarea:

1.Reglas de lo decible: se elaboran inventarios de lo que se puede responder a un cliente. Lo cual


concierne tanto a los problemas técnicos como a situaciones de quejas y reclamos de tipo más global.
Los trabajadores operan con tutoriales, es decir que tienen frente a sus ojos, en los monitores de sus

computadores, un menú con los problemas y las respuestas que deben ofrecer63. 哲 os dicen lo que

tenemos que decir� dice Carla64. La experiencia con la propia palabra es la de repetir un dicho:
obedecer al dictado.
Esta función dictadora se complementa con la vigilancia permanente de las llamadas que opera,
bien como amenaza latente, bien como oído orwelliano punitorio, puesto que no pocas veces descubre
irregulares –es decir, alejados de las reglas.
Si en otras formas de relación entre saberes y producción, especialmente las que conciernen a la
fragmentación de los conocimientos, la estrategia tiene que ver con expropiar y redistribuir -o sea hacer
de un obrero íntegro una multitud de obreros fragmentados-, y con formar en el puesto de trabajo
-elementos distintivos de las prácticas ligadas a las organizaciones científicas del trabajo y al fordismo
en sentido amplio-, aquí el saber central –el inglés, un idioma, una lengua- es exógeno e imposible de
fragmentar –no puede haber divisiones físicas del idioma, no es posible expropiar ese saber para luego
distribuir micropartes de la lengua-; la operatoria de dominación no es la parcelación del proceso
productivo entre varios obreros con tareas diversas, sino la restricción del saber que cada uno de los
trabajadores posee, de forma tal de tender a la garantía de un uso correcto, a una ortología de la lengua.

2.Métricas: en correspondencia directa con el punto anterior, las métricas serían la lectura cuantitativa
del acto lingüístico: como en tantos otros lugares aquí también se trata de ahorro de tiempo, entendido
como posibilidad de intensificación del trabajo. En Apex, en un principio el intervalo entre llamada y
llamada era de un minuto y veinte segundos; con el correr de los meses, se fue angostando hasta llegar a

62 Conversación con Guillermo, trabajador de Apex.


63 Uno de los actos de rechazo al trabajo es el de salirse de los tutoriales.
64 Entrevista a Carla.
los actuales veinte segundos65.
Pero las métricas son también el índice de un tipo de comprensión y planificación de la cooperación.
Dicha cooperación, en condiciones de mediación tecnológica, es posible y se reintegra como proceso
global por la vía informática.

3.Voz informante: pocas cosas parecen implicarnos, reclamarnos tanto como un acto de habla. Emitir
sonidos modulando las entradas y salidas de aire de la boca y que dichos sonidos signifiquen algo para

otros, además de ser un milagro, exige muchas veces66 una concentraci especial: m 疽 a 佖 cuando
estamos tratando de responder a la interpelaci de otro. Sin embargo, nada de eso parece tener lugar en
Apex. La experiencia indica que las reglamentaciones para la prestaci de servicios llevan a eso que
en otras condiciones aparece como un milagro (en la creaci po 騁 ica, por ejemplo) a una pat 騁 ica
manifestaci de econom僘 del lenguaje. Las restricciones y las estad﨎ticas, el saber t馗nico orientado
a la explicaci, se resuelven en 兎 l acotamiento del lenguaje verbal a la emisi de sonidos

prefabricados67. Es decir, desde el punto de vista del deseo empresarial, no se plantea nada como una

conversaci68. Se trata, pues, de devenir sujetos de la informaci en el sentido m 疽 t 馗 nico del t 駻


mino, donde puede vislumbrarse la noci de comunicaci como su antimo. Entonces, como dice

Carla, se tratar 僘 de 砥 n trabajo en el que no pod 駸 poner absolutamente nada de vos mismo69. Sin
embargo, all�se est� el cuerpo propio y el habla restringida: transmisores de informaci.
Algo de ese “vos mismo” existe en Apex: un “vos mismo” que al basarse en el habla quizá
dificulte seriamente cualquier tipo de evasión subjetiva. Un “vos mismo” que funciona como mero
transmisor, con las consecuencias subjetivas que ello puede tener. Pocas veces la famosa sentencia de
Foucault ha adquirido esta claridad explicativa: “el alma es la cárcel del cuerpo”.

4. Y sin embargo, un mínimo de afecto: existen varias interpretaciones en relación a por qué los call
centers utilizan seres humanos en lugar de automatizar absolutamente las respuestas. “Te preguntarás
por qué mi trabajo no lo hace una máquina. Porque una máquina no puede responder a todo. En cambio,

yo decido”70. Sobre la base del dictado, es preciso optar entre las frases prefabricadas. Una funci
65 Entrevista a Aníbal.
66 Aunque esto no es siempre así: la locura está allí para mostrarnos que las palabras no siempre
suponen voluntad motriz.
67 Equipo de coinvestigación de la Universidad experimental, Historización del vínculo, mimeo,
Rosario 2006.
68 De hecho, la conversación ha resultado una de las vías de sustracción al trabajo: sea fuera del
ámbito laboral como dentro.
69 Entrevista a Carla.
70 Entrevista a Aníbal.
humana, entonces, ser 僘 la de operar esa selecci que se relacionar 僘 con la situaci concreta de un
cliente concreto. El trabajador modular 僘 lo prefabricado en funci del tipo de usuario, del modo de
hablar, de quejarse, de insistir.
Por otra parte, es también pertinente la explicación que esgrime un texto anónimo que circuló entre
trabajadores: "Nadie queda plenamente satisfecho en su emotividad al descargar su insatisfacción con
una máquina o con una persona que se comporta como una máquina". Como se viene diciendo, en Apex
los trabajadores están obligados, al menos por ahora, a automatizar sus respuestas. A uniformarlas, a
lograr un léxico estándar. Pero ante la pregunta "¿Sos una máquina?" Le digo: no, señora. Soy un ser

humano71. Desde el punto de vista de la empresa, en la cual se trata de satisfacer al cliente (a 佖 si


dicha satisfacci pueda no 杜 aterializarse�en la resoluci del problema), uniformar las respuestas
humanas, en lugar de maquinizar el servicio, puede deberse, claro, a cuestiones de inversi econica, a
costos. Pero puede deberse, tambi 駭, a una raz mucho m 疽 ligada a la importancia del consumidor, a
la relevancia del 疥 bito de la circulaci y el uso en la definici de una imagen corporativa: un
problema, si no encuentra soluci, debe hallar, al menos, otro ser humano al que transmitirlo. Es lo m
疽 parecido a una cercan僘. Cuesti que queda demostrada tambi駭 en los modos que la empresa tiene
de procesar la lejan 僘 geogr 畴 ica y cultural que existe entre un usuario del servicio telefico en Los
チ ngeles y un operador de Call Center en Rosario: la empresa se cuida de hacer p 炻 lica dicha lejan 僘 :
los trabajadores tienen la orden de decir que est疣 trabajando en Miami ante una primera pregunta; si el
cliente insiste o pide detalles, est 疣 obligados a responderle: 撤 or cuestiones de seguridad no estoy

autorizado a brindar esa informaci72. Parece ser que si para la empresa-red global esta distancia es
redituable econicamente, no lo es en t 駻minos de imagen corporativa. Debe sostener la apariencia de
implicancia territorial con el mercado de usuarios: de all�tambi 駭 la exigencia de la neutralidad en el
acento ingl 駸 : razones culturales. El mercado de consumidores exige cada vez m 疽 asistencia cercana.
En eso consiste, tambi駭, la personalizaci de los servicios.
Así, el aire de familia que puede tener hablar con otro ser humano, y no con una máquina,
desde la perspectiva empresarial pareciera ser el máximo de humanidad que se tolera; en cambio, desde
el lugar de los trabajadores, es el mínimo de humanidad: y en tanto rasero de lo subjetivo, uno de los
elementos fundamentales en la caracterización del tipo de malestar que allí se experimenta.

Del cuerpo mudo al cuerpo soporte

71 Entrevista a Matías.
72 Entrevista a Aníbal.
La modernidad, con especial aceleración a partir de la revolución infomacional, puede ser
abordada desde una perspectiva que indica un progresivo borramiento del cuerpo humano como

elemento de la producción73. Dicho borramiento no supone una desaparici social absoluta: al


contrario, es en los 疥 bitos del ocio y la intimidad donde el cuerpo encuentra los espacios para una
redefinici radical. Su progresiva irrelevancia como factor de trabajo, es inversamente proporcional a
su relevancia como 疥 bito y objetivo del consumo. Es, centralmente, el reservorio del deseo humano.
Las t 馗 nicas de cuidado, la cosm 騁 ica, las medicinas de todo tipo, la sexolog 僘 , los deportes, la
infinidad de signos que vehiculiza el mercado como aprehensibles a trav 駸 del cuerpo en tanto que
superficie de contacto visual con los otros, la publicidad dan cuenta de su infinita importancia.
Pero, en el orden de las implicancias laborales, tal como venimos diciendo, su repliegue es
indiscutible. Sin embargo, este repliegue o borramiento no es un proceso limpio, neutro, sin efectos
sobre los cuerpos. Al contrario, es a través de dichos efectos que podemos dar cuenta de aquel
borramiento, determinarlo históricamente, mesurarlo.
Según lo dicho, me ha parecido importante investigar someramente qué lugar tiene el cuerpo en
las experiencias que aquí trabajamos. Es decir, en esta configuración laboral centrada en la palabra, y
no en la fuerza física o manual ¿qué usos y lugares tiene el cuerpo? ¿qué tipo de disciplinamientos y
tratamientos lo contemplan?
Sebastián trabaja en Atento, el call center de Telefónica, tiene 29 años y estudió para ser
docente. Su relato echa luz sobre las condiciones de trabajo: "Tuve muchos oficios en mi vida: limpié
baños, fui docente en escuelas en donde los pibes más que aprender matemáticas necesitaban afecto,
vendí revistas en el tren y hasta fui personal trainer. Así y todo podía estudiar y rendir bien. El
cansancio era físico y natural. El único trabajo que me quebró fue este", dice con la mirada perdida.
"Me quebró la cantidad de llamadas que hay que atender en pocos segundos –si no lo hacés la empresa
te descuenta 50 pesos-, me quebró esa presión y también ver a otros compañeros mal”.
Aún si Sebastián no es trabajador de Apex sino de Atento, el testimonio nos sirve: reflexiona
sobre la fatiga. Y señala algo fundamental, un pasaje, una novedad. Sebastián pasa de un “cansancio
físico y natural” a uno de nuevo tipo. Sebastián, y con él tantos otros que ya signan los modos de
fatigarse de una generación, no se cansa, se quiebra, se quema, se lima. Ya no es su cuerpo el que,
agotado, lo lleva a descansar. Ya no es del orden de la “inmediata” corporalidad, no proviene de lo
muscular, su agotamiento. Lo que se agota es otra cosa, aún si evidentemente se manifiesta físicamente,
algo que si se agota se quiebra, es decir se desploma, cede ante una fuerza mayor. El cansancio es del
orden psíquico: no es esfuerzo, es presión.

73 Un largo desarrollo de la idea de borramiento moderno del cuerpo puede encontrarse en Le


Breton, David, Antropología del cuerpo en la modernidad, Nueva Visión, Buenos Aires, 2005.
Vivir bajo presión significa aquí someterse a los tiempos extenuantes de la empresa. Tiempos
que ya no requieren un cuerpo desgastado físicamente, sino un yo sometido por la vía del lenguaje. El
lapso entre llamadas, ya dijimos, es de 20 segundos, tiempo que según la empresa da al trabajador la
posibilidad de recuperarse de la transmisión de información anterior y prepararse para la siguiente. La
tensión no cede: el cuerpo ya no es reclamado como tal, en su muda musculatura, sino que se lo
requiere como soporte de la atención. La atención constante se convierte así en algo literalmente
insoportable.

Frente al previsible destino de muchas de las personas inmersas en estas formas laborales, ¿qué
estrategias adopta la empresa?
Una de ellas tiene que ver con los usos de la medicina como mecanismo de control empresarial.
Una empresa de medicina privada trabaja dentro mismo del edificio de Apex: “no son médicos, son

policías con título de médico”74. El imperativo del control de los trabajadores en aras de su
productividad no solamente precede a la salud, sino que la subordina. La funci m 馘ica all�dentro no
es la de conservar y proteger a la trabajadores en tanto que recurso valioso de la empresa. Por ello,
histicamente es algo equ 咩 oca la comparaci con la esclavitud, a 佖 si el r 馮 imen de trabajo se
presta a la utilizaci de la imagen en su funci retica: el esclavo era una propiedad del amo y este, a
menos que el mercado de esclavos fuera abundante y barato, se interesaba por la supervivencia del
esclavo. No, obviamente, por su bienestar, ni siquiera por mantenerlo vivo en s� sino por mantenerlo
productivo. De all�ciertas m 匤 imas garant 僘 s alimenticias y la estricta vigilancia que imped 僘 las
huidas. Si bien tampoco este concepto incluye la totalidad de las vicisitudes del esclavismo y se
emparenta m 疽 con el esclavismo antiguo que con el moderno, creo que se acerca m 疽 , al menos, a la
mayor parte de la experiencia histica. Dicho esto, es preciso decir que en Apex no se trata de
esclavitud. La supervivencia productiva y volver imposible la huida no son los objetivos empresariales.
De hecho, podr 僘 decirse exactamente lo contrario. Apex es una antiesclavitud, en el sentido no de
liberaci sino de dominaci por destrucci e hipermovilidad.
Así pues, si el cuerpo esclavo era un cuerpo mudo tendencialmente protegible por motivos
económicos, en la antiesclavitud de Apex el cuerpo parlante es desprotegible por también por motivos
económicos. La medicina funciona no teniendo ya como horizonte el mantenimiento del estatus
productivo del cuerpo, regulando: se trata más bien de desautorizar las enfermedades, de negarlas, “de

censurar el malestar”75, de desconocerlas desde el 疥 bito sino legitimante al menos autorizado de la


profesi para que ese cuerpo pueda seguir su camino destructivo, para que se queme. Es decir, a

74 Entrevista a Aníbal.
75 Entrevista a Aníbal.
diferencia de la imagen foucaultiana del control m 馘 ico productivo, aqu�parece darse un des-control
m 馘 ico productivo. Des-control que se encuentra directamente emparentado a las estrategias

empresariales de movilidad, de las que hablaremos a continuaci. Es el caso de Cintia Bertani 76: ante
dolores agudos en los o冝os, consulta al servicio m馘ico de la empresa. El 菟rofesional�que la atiende
minimiza en un primer momento el malestar de la trabajadora, luego la intima a volver al puesto, m 疽
tarde la acusa de mentir y le niega la salida. El recurso humano no est�ah�prendido en un proceso
pedagico por su dominaci. No se trata de que, al final del proceso, emerja un sujeto obediente,
totalmente sumiso a las denes de la empresa. El fin no es la obediencia, sino el descarte. Aquella es,
terriblemente sin dudas, la tonalidad que asume el recorrido; pero el trayecto, a 佖 para aquel que se
pliega a la obediencia carece de premio final: la sumisi no asegura la permanencia.
Y si hablamos de quemarse, que es uno de las autodefiniciones preferidas por los trabajadores,
debemos hablar de los mecanismos de dominación implementados desde la psicología, puesto que la
quemadura implica elementos que tienen que ver con el padecimiento psíquico, involucrando por ello
cuestiones subjetivas. Tal como dice maravillosamente Francois Deleule, la existencia misma de una
cierta psicología “es el reconocimiento necesario de la presencia irreductible de la vida en la máquina

viva, y por eso se plantean problemas de adaptación”77. En Apex, la psicolog僘 como arma del チrea de
Recursos Humanos, se plantea el problema de la adaptaci de dos maneras absolutamente solidarias:
por un lado, una utilizaci sistem 疸 ica de la sospecha, de la desconfianza respecto a la expresi del

malestar que llega al punto de la negaci del mismo; por otro, recetando Rivotril78, es decir, negando
el malestar por la v僘 cl疽ica de la psiquiatr僘: medic疣dolo.

Conclusión

A lo largo de la investigación hemos intentado modular una serie de ideas que, partiendo las
lógicas que constituyen las dinámicas actuales del capitalismo, sean capaces de dar cuenta, en la
situación específica que hemos estudiado, de los tipos de control y disciplinamiento desplegados en un
situación laboral en condiciones tecnológicas informacionales. En términos generales, pues, considero
que esta investigación puede revestir utilidad a la hora de pensar cuáles son algunas de las nuevas
estrategias empresariales que se vuelven posibles a partir de la globalización del capital y de las

76 Puede leerse en la gacetilla de prensa “Apex américa: continua la política anti-sindical”. Mayo
de 2007. Existen, además, denuncias radicadas en el Colegio de Médicos.
77 Guery y Deleule, op. cit. P.112
78 Entrevista con Carla.
tecnologías de la información.

En un primer momento hemos intentado exponer las caracetrísticas más importante de esta
transformación histórica. Las mismas, resumidamente, son las siguientes:
-Hacia mediados de la década de 1960 comienzan a producirse una serie modificaciones estructurales
en las relaciones entre capital y trabajo, a partir de los procesos políticos abiertos en diversos territorios
del planeta, de los cuales las reformulaciones del pensamiento empresarial puede ser pensado como una
de las modalidades fundamentales de su procesamiento social.

-Así mismo, dichos procesos históricos se han resuelto en transformaciones esenciales respecto a los
modos de la vida social: las instituciones y las subjetividades han tomado nuevas formas.

-El desarrollo intensivo de soportes tecnológicos informacionales ha permitido una existencia global en
tiempo real.

-La paulatina separación de los capitales de ámbitos productivos determinados, lo cual ha acelerado el
movimiento y circulación de aquellos.

-Estos procesos han vuelto posible la emergencia de una nueva figura empresarial: la empresa-red,
capaz de generar articulaciones de valorización en los territorios. A dichas articulaciones las hemos
denominado modulaciones locales y presentan una serie de regularidades que pueden observarse a
partir de un rastreo de las variables fundamentales en la toma de decisiones de inversión:
-calidad de la mano de obra.
-costo de la mano de obra.
-marco jurídico .
-condiciones fiscales.
-condiciones tecnológicas infraestructurales.
-niveles y características de los espacios urbanos.

-Finalmente, la emergencia, fundamental, del lenguaje (el habla, el conocimiento, los vínculos) como
fuerza productiva central, ya no solamente condición previa a la producción sino protagonista clave.
Todos estos elementos nos han llevado a la necesidad de plantear que, en función de las
características extraterritoriales de la empresa-red, de las cuales Apex constituye una forma posible,
hemos elaborado la hipótesis de que el espacio local no puede ser pensado ya desde una perspectiva que
no contemple su relación vital con un conjunto de elementos que definen una existencia reticular global
del mismo. Es por ello que hemos propuesto un desplazamiento conceptual que pueda dar cuenta de
este nuevo estatuto de lo local, efecto de su inscripción global: el pasaje del lugar a la posición, siempre
establecida en relación a una red, necesariamente en conexión.
En este sentido es que hablamos de Apex como una posición en una cadena de montaje virtual
global, rasgo que definirá las estrategias de la empresa en materia de controles globales y
disciplinamientos locales de la fuerza de trabajo.
Hemos concluido que dichas estrategias se caracterizan por rasgos por definición no
homogéneos, lo cual nos permite arrojar la hipótesis de que la dominación del trabajo se vale de
elementos por momentos directamente antagónicos entre sí, pero no contradictorios:
- Por un lado, los controles globales, orientados a generar pertenencia, a disuadir de posiciones
conflictivas o a disolver los conflictos en caso de que no se haya podido evitarlos, se forman,
necesariamente, de elementos heterogéneos: desde formas de presión explícita a ámbitos de inclusión
festiva o compromisos de participación sostenida y deseada. Todos contienen una importante
indeterminación a priori que los vuelve sorpresivos y, simultáneamente, gracias a su flexibilidad,
rápidamente desestimables por otros que se entiendan como más apropiados para la situación. Así,
podríamos concluir que mutar es el rasgo del control global.
-Por otro lado, los disciplinamientos locales, por tareas, que, al contrario de los primeros, aún si son
también plausibles de mutaciones, lo hacen a una velocidad mucho menor, dado que refieren a la
dinámica de provisión de servicios, sujeta a ciertos criterios de organización más estandarizados. Aquí
hemos podido comprobar que el elemento de fondo, la lógica de los disciplinamientos específicos es la
de la sobreexigencia, anclada en una idea de trabajador descartable, hecho evidenciado, por ejemplo, en
los modos de tratamiento médico que lleva adelante la empresa.

Así mismo, hemos podido cartografiar ciertas novedades a nuestro juicio importantes en el
ámbito del disciplinamiento en las tareas, que se derivan de la importancia económica de los actos
habla. En ese sentido, la investigación sobre Apex nos ha llevado a un número de conclusiones
derivadas de la problemática relación entre el lenguaje verbal como fuerza productiva y la empresa, a
saber:
-la centralidad del habla como fuerza productiva adopta una lógica hiperreglada, absolutamente alejada
de toda noción creativa de la misma. Propusimos llamar dictado a este tipo de restricción respecto al
habla.
-Pudimos, también, elaborar la hipótesis del borramiento del cuerpo como efecto de la nueva
centralidad del habla en la producción y rastrear los dispositivos que la empresa adopta en su
tratamiento hacia los cuerpos. Dicha parte de la investigación nos ha permitido arrojar la conclusión de
que estamos frente a un desplazamiento del control productivo al descontrol productivo.

Finalmente quisiera hacer un comentario a partir de la genealogía de esta investigación: la


misma, lo hemos dicho en la introducción, tiene en nuestros encuentros con los activistas sindicales
una de sus motivaciones fundamentales. Nos inspiramos claramente en los problemas que el diálogo
con ellos fue produciendo. Y aquí, en la conclusión, a modo de cierre, quisiera retomar esos motivos
bajo la forma de algunas preguntas que me gustaría que puedan resultar operativas como disparadores
para la discusión en torno a nuevas formas sindicales.
Una de las conclusiones a la cual esta investigación nos ha permitido llegar, quizá la conclusión
que encierra el núcleo estratégico de lo que aquí hemos intentado desarrollar, es, de igual modo, aquella
que puede resultar, en proyección, más productiva. Nos referimos a la que señala la relación que se
establece entre las estrategias de movilidad empresarial, la experiencia del malestar en un trabajo con
las características que hemos detallado y las perspectivas de intervenciones sindicales que la relación
entre aquellas estrategias y estas experiencias habilitan. Pero también las que no habilita, entendiendo
que esta investigación también nos ha llevado a percibir que no solamente las formas empresariales sino
así mismo el proceso de constitución de los trabajadores involucran novedades importantes respecto a
formas de organización del trabajo precedentes: las prácticas sindicales deberán tener presente estas
modificaciones históricas; caso contrario, los anacronismos las condenaran a la absoluta ineficacia y
marginalidad.
¿Cuáles son, a nuestro entender, los elementos principales que constituyen estas novedades en
las relaciones laborales a la luz del problema de las prácticas sindicales? La movilidad empresaria (a la
que hemos denominado también “el estado de rotación permanente”), la condición descartable de los
trabajadores, el tipo de presión y malestar, la evidente necesidad de organizar espacios por fuera del
puesto que den “razones para quedarse”, la posibilidad tecnológica de migración de la empresa. A todo
ello debemos agregar lo ya dicho respecto a las condiciones macroeconómicas que, condensadas en la
idea de flexibilización laboral, facilitan las arbitrariedades empresariales tanto como dificultan las
resistencias obreras.
Sin embargo, no se pretende aquí una nostálgica apelación de la estabilidad laboral, puesto que
es preciso no olvidar que el costo de dicha estabilidad solía ser, las más de las veces, una ligazón de
largo plazo, en ocasiones toda la vida activa, a una determinada actividad laboral y la consecuente
rigidización de la existencia. De allí que las renuncias de los trabajadores no puedan ser leídas como
meras e impotentes reacciones, sino también como un para nada paradójico acto de afirmación de lo
que no se quiere para sí. ¿Cómo reflexionar sobre esta dimensión de la movilidad obrera sin deshacerse
de ella, sin entenderla como una reacción que sólo favorece a los empresarios?
Estas parecen ser las nuevas condiciones históricas para las prácticas sindicales, y es en ese
sentido que esta investigación ha pretendido ser un aporte de recursos para poder pensarlas.

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Entrevistas:
Matías
Carla
Aníbal
Antonio
Romina

Conversaciones:
Juan Sodo, Juan Catena, Franco Ingrassia, Bárbara Sandoz, Daniel González, Natalia Milocco, Andrés
Palavecino, Juan Pablo Hudson, Sandra Fernández, Elida Sonzogni, Luciana Seminara, Ignacio
Canabal, Franco Orellana, Liza Grillo, Colectivo Situaciones, Emanuel Sotelo, Ignacio García Riestra,
Irene Macera...

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