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Deja de esconderte

En alguna medida hemos venido hablando este aprendizaje, por


ejemplo, en el proceso 5 (eliminar la basura).
Primero quisiera contarles sobre nuestra necesidad de
categorizar, ordenar, estandarizar. Foucault (1968) en "Las palabras
y las cosas" nos interpela, y lo hace citando a Borges en su texto "Los
cuentos del emperador", que dice: "en cierta enciclopedia china, está
escrito que los animales se dividen en:a) pertenecientes al
emperador, b) embalsamados, c) amaestrados, d) lechones, e)
sirenas, f) fabulosos, g) perros sueltos, h) incluidos en esta
clasificación, i) que se agitan como locos, j) innumerables, k)
dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l) etcétera, m)
que acaban de romper el jarrón, n) que de lejos parecen moscas.
Utilizando ésta metáfora irónica (para mí), Foucault continúa la
reflexión diciendo que: "Cuando levantamos una clasificación
reflexionada, cuando decimos que el gato y el perro se asemejan
menos que dos galgos, aún si uno y otro están en cautiverio o
embalsamados, aún si ambos corren como locos y aún si acaban de
romper el jarrón, ¿cuál es la base a partir de la cual podemos
establecerlo con certeza? ¿ a partir de que "tabla", según que espacio
de identidades, de semejanzas, de analogías, hemos tomado la
costumbre de distribuir tantas cosas diferentes y parecidas?
A través de esta ironía, Foucault, nos muestra como existen
categorías que sólo pueden ser imaginadas, pensadas y explicadas
desde una situación determinada, y que aquello que es válido para
algunos, pierde validez para otros. La idea es ordenarnos en términos
de los procesos que nos permitan “tomar control de nuestra propias
vidas” y trabajar en ellos. Todo el recorrido que he realizado apunta
en esta dirección. Este ha sido mi ejercicio de dejar de esconderme:
he declarado el proceso en el que he estado para desarrollar este
escrito. El tema es expresar el si mismo y no sacrificar el si mismo.
Bien, ahora volvamos al proceso de “dejar de esconderte”.

Para Beck y Cowan, en su libro Spiral Dynamics: Mastering


Values, Leadership and Change, señalan que las personas varían
según la potencial para el cambio de sus sistemas meméticos,
siguiendo un continuo de 'ABIERTO-BLOQUEADO-CERRADO' (ABC).
Desde esta perspectiva, el rol del líder, implica dos competencias
fundamentales: 1) Identificar dónde se encuentra la persona en un
momento dado y 2) Ayudarla a moverse al próximo estado, de tal
forma que continúe su proceso de desarrollo.
Según Beck y Cowan, hay seis condiciones hay que tener en
cuenta para diseñar procesos de cambio:
Disonancia: Para que las personas vean la necesidad de
cambiar, es imprescindible que exista una sensación de desajuste
entre su forma de enfrentar el mundo y cómo éste funciona. Cuando
no existe esta brecha entre nuestras "soluciones" y los problemas
que estamos enfrentando, los riesgos de cambiar son mucho
mayores que los beneficios y, por lo tanto, no cambiaremos.
Potencial: Todas las personas viven en un sistema
potencialmente abierto de necesidades, valores, aspiraciones,
capacidades, etc. Sin embargo, la mayoría de nosotros tiende a
establecerse en una cierta Zona de Comodidad y no nos movemos de
ella a menos que existan fuerzas poderosas que nos obliguen a
hacerlo.
Soluciones a los Problemas Pasados y Actuales: Aunque parezca
paradojal, una razón principal por la que muchas iniciativas de
cambio no suceden no es porque las personas estén aferradas a una
forma específica de hacer las cosas, sino porque sienten que aún no
han podido solucionar apropiadamente problemas más básicos.
Insight: El cambio individual se produce de mejor forma cuando
hay una buena combinación entre desafío y apoyo. Es decir, cuando
se crea la necesaria disonancia que se menciona en la condición No.
1, pero al mismo tiempo, se ayuda a las personas a encontrar las
soluciones apropiadas para la nueva situación que están enfrentando.
Nada es más desmoralizante que tener sólo desafíos y
disonancia, sin tener idea de cuáles son las posibles respuestas y
soluciones.
Barreras Identificadas y Eliminadas: Las barreras pueden hacer
que el cambio sea difícil o imposible. Deben ser reconocidas e
identificadas concretamente. Luego, deben ser (a) eliminadas, (b)
quitadas del camino, (c) neutralizadas, o (d) reinterpretadas de
forma creativa.
Consolidación y Apoyo: Si no existe una cultura de apoyo, es
imposible que los cambios se mantengan. Son demasiado frágiles y
pueden ser revertidos ante los menores obstáculos.

El proceso de cambio suele ser caracterizado por la confusión,


partidas en falso, curvas de aprendizaje y asimilación forzada.
Se habla de distintas zonas de nuestro mundo interior. La Zona
De Comodidad. En esta zona no estás pensando para nada en el
cambio y no sientes necesitarlo. La Razón para el Cambio: La prueba
de que necesitas cambiar o que puedes hacer su vida mejor. La
Ambivalencia: La zona incómoda en donde tienes que hacer frente a
sus temores y emociones. La Zona De Esperanza: notas las primeras
muestras de progreso y comienzas a integrar nuevos
comportamientos. La Zona De Práctica: practicas los nuevos
comportamientos hasta que ellos empiezan a ser sentidos como
naturales. Y la Zona De Cambio: te sientes cómodo con el cambio y
con las nuevas posibilidades de cambio.
La idea es introducirse a la “zona de cambio”, pero para ello hay
que reconocer la zona de temor/pánico que nos conduce a
escondernos o la zona de comodidad que es una zona de no esfuerzo,
no riesgo, no desafío, no crecimiento. Dicho de otro modo, la Zona de
Comodidad (interior en blanco) se define por todo lo que estamos
acostumbrados a hacer, pensar o sentir. Es lo habitual y conocido
para nosotros. Incluye experiencias positivas y negativas,
comportamientos constructivos y destructivos. Es lo que sabemos a
fecha de hoy.
Lograremos entrar a la “zona de cambio” cuando
experimentemos simetría entre equilibrio y coherencia; saber lo que
queremos cambiar y por qué; comprender como lograr el cambio;
elegir una ruta apropiada; enfrentar los hechos desagradables y
barreras que impiden el cambio; y tener la capacidad de celebrar el
cambio de una manera significativa.
En general, estamos acostumbrados a la “zona de la
comodidad”, que nos lleva a tener una perspectiva unidimensional
respecto a los problemas y temas, dado el bajo nivel de curiosidad,
energía y falta de foco.
Cuando estamos en la “zona de cambio” tomamos la
responsabilidad de elevar nuestra conciencia en cuatro direcciones:
desde adentro hacia a fuera (capacidad), desde afuera hacia adentro
(entorno), desde abajo hacia arriba (cultura), y desde arriba hacia
abajo (visión). Es la manera de focalizar. Lo que se requiere es un
desarrollo dinámico de las cuatro perspectivas.
Se trata donde lo que emerge es espontáneo, multifacético y
diverso. Ocurre lo impredecible y no es fácil el proceso. Es un cambio
radical al vivir en la “zona de la comodidad”.
Cuando nos escondemos o es porque queremos vivir en la zona
de comodidad o vivimos en la zona del pánico/temor. Cualquiera sea
nuestra realidad, si vivimos en estas zonas, simplemente no
aprendemos. En el segundo caso, quizás incluir vivamos aislados, y
por ello el romper el aislamiento y el trabajar colaborativamente, nos
permitirá recuperar nuestro proceso de aprender
Cuando escuchamos, lo hacemos desde la zona en que nos
encontremos, desde el estado de ánimo que estamos transitando en
ese momento, la postura corporal que mostramos, la conversación
interna en la que estamos inmersos, la zona de comodidad a la que
estamos habituados, las distinciones que tenemos del mundo, las
creencias y los juicios que sostenemos, el contexto en el que se está
desarrollando la conversación, el juicio que tenemos acerca del
emisor, la emocionalidad que el mismo nos despierta, las
circunstancias que estamos atravesando, nuestra historia personal y
nuestras experiencias vividas.
Además, cuando el otro nos habla, no podemos dejar de pensar
cuáles serían las consecuencias de lo que nos está diciendo para
nuestro mundo. Ni podemos evitar pensar para qué nos dice lo que
nos dice.
Ya que el proceso de escuchar está
No olvides.
Juicio = Veo las cosas de
atravesado por todos estos factores, se
esta manera nos hace necesario, muchas veces, el
Verdad = Juicio compartido
por un grupo verificar la escucha, para ver si lo que
¡Peligro! Creer que se
transforman en verdades. nosotros estamos diciendo es lo mismo
que lo que el otro está escucha.
Todos necesitamos mantener fluyendo nuestra energía si
queremos salir de la zona de la comodidad. Sin embargo, en la
actualidad cada vez más la zona de la comodidad es la zona del
temor: temor a lo desconocido, a lo que no se ha intentado, del
momento que no ha ocurrido (e irónicamente nunca ocurrirá de la
manera que es anticipado). Es tan fácil preocuparse de las
consecuencias y olvidar actuar en este momento, que en realidad es
seguro y sin dolor. La zona del temor constituye el área de las cosas-
a-evitar, ya sea porque son inaceptables para uno o porque nos
exigen demasiado. Por ejemplo, ser abusivo o deshonesto hacia otros
puede estar en esta zona porque no están en concordancia con
nuestros valores personales.
Se trata de cuánto permaneces en la:
Zona del Aprendizaje – zona que te da la habilidad para crecer y
expandirte, y
Zona de Temor – zona en la que no hay aprendizaje. Ya sea porque
te has retirado, te has transformado en una persona agresiva, o
simplemente has cerrado la puerta a nuevas experiencias.
¿Puedes pensar una situación en la que has exagerado o
distorsionado tu sentido del fracaso? ¿Cuál fue el resultado en
términos de:

 Llegar a conclusiones que no se apoyaron en evidencias


 Fijar estándares muy altos
 No recibir la retroalimentación que esperabas
 Tener aspiraciones irreales
 Otras razones?
En síntesis, empieza a asustarte, explorar los límites
responsablemente, penetra en lo extraño e impensable, y piensa en
tener aventuras.
A menudo se confunde ser competente con tener todo bajo control
y esto nos impide reconocer que somos vulnerables. Se puede
aprender el sentido de vulnerabilidad sin que nos afecte mayormente.
Te sugiero la siguiente práctica: encuentra un momento en el día en
el cual no será interrumpido(a). Colócate en una posición cómoda.
Respira profundo. Piensa en la situación que te hace sentir
vulnerable. Ahora, focaliza tus sentimientos, no las circunstancias.
¿Dónde se ubican en tu cuerpo? ¿Hay allí tensión? ¿Movimiento de
energía? ¿Qué pasa cuando continúas observando la sensación?

Una vez que te familiarizas con sentirte vulnerable y no en


control y has desarrollado un alto nivel de comodidad con este
estado, el próximo paso es darle un nombre a las circunstancias o
sentimiento de vulnerabilidad con tus amigos, sin intención de
resolverlo. Reconoce que te aproblemas, que te cansas. Reconoce
que te cuesta estudiar o que te cuesta relacionarte con tus
compañeros. Toma el riesgo de hablar de los temores, más que
pretender que nada te ocurre. Es otra manera de empezar a crear
resonancia con las personas que te rodean. Sin embargo, sé prudente
con quienes realizas este proceso, porque siempre hay a lo menos
“uno” que se hará cargo de comentar a tus espaldas: “a ese le
flaquean las piernas”. Aunque en tu proceso de desarrollo interior, de
a poco, aprenderás a asumir la vulnerabilidad de los comentarios
negativos de otros.
Un buen ejercicio para analizar una situación para hallar que es
verdad es el siguiente.
En cualquier situación, separa cuatro componentes diferentes:

Datos: Los hechos, y solamente los hechos.


• Después de almorzar me has pedido que lave los platos. Lavé
los platos una hora más tarde, después de terminar de mirar el
programa en la TV. Me dicjiste “te demoraste mucho”.

Juicio: Nuestra interpretación de los hechos. A menudo son juicios


sobre las personas involucradas (tú, ellos, otros) y la situación en
general.
• Estás obsesionada con mantener la casa limpia. No me dejas
relajarme. Piensas que tus prioridades son más importante que
las mías. Seguramente soy flojo y a veces no muy
considerado. Esta relación se está llenado de cosas que no
importan.

Sentimientos: Los cinco sentimientos esenciales son: enojo, alegría,


tristeza, vergüenza, temor.
• Estoy enojado (me estás retando), avergonzado (no te cumplí
de nuevo) y temor (este es un patrón de comportamiento en
nuestra relación).

Deseos: ¿Qué quieres de esta situación?


• Quiero que confíes en que mantengo mis promesas. Quiero
que me sueltes un poco. Quiero que seas feliz.

No es necesario aplicar esto a cada situación, pero este proceso


ayuda a tener una perspectiva más amplia de lo que está pasando –
y permite descubrir tus prejuicios. Es útil porque lo que ocurre
típicamente e:

Datos y Juicios se mezclan y se presentan como hechos.

No se reconoce los sentimientos (nadie en la situación lo hace) –


aunque se filtran por todo el lugar.

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