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niversidad Austral de Valdivia, 1994. A los de ballenas azules, un punto donde se reúnen más ejem-
20 años, Rodrigo Hucke estaba en clases de plares en el mundo a alimentarse y descansar.
Mamíferos Marinos. El reputado doctor en –Pocas veces un científico hace un hallazgo tan grande a
Biología, Anelio Aguayo, describía las par- los 29 años –interrogo.
ticulares condiciones de las ballenas azules. –No sé, –responde–. ¿Suerte..? Serendipia se dice en
Les contó a sus alumnos de la carrera de Bio- ciencia.
logía Marina que, luego de prohibirse su caza Pero también perseverancia a toda prueba.
en 1960, sólo sobrevivía el 1% de la población.
–Están en serio peligro de extinción. Quedan mil ejem-
plares ¡En-to-do-el-mun-do! –enfatizaba. El principio
Describía con pasión escénica al animal más grande y La primera vez que Rodrigo Hucke vio una ballena fue en
solitario de la Tierra, que mide hasta 33 metros, más que el los años 80, en un parque acuático en Estados Unidos.Tenía
mayor de los dinosaurios, y del que curiosamente se sabe 7 años. Lo llevó su madre, Verónica Gaete, que se había
muy poco. Sólo se conoce, decía Aguayo, una vaga pauta de casado con Edgar Hucke, de la familia Hucke de las galletas
desplazamiento en los océanos hacia las aguas antárticas de Viña del Mar, de quien estaba separada. Ella lo incentivó
para alimentarse y de vuelta a las aguas cálidas, probable- a observar la naturaleza, quizá influenciada por su trabajo
mente para reproducirse. Siempre que se las avista están administrativo en la embajada de Sudáfrica donde lo que
muy lejos de la costa, por lo que tienen fama de tímidas. más se promociona es el turismo de naturaleza.
“Ignoramos –decía– si son gregarias, monógamas y cómo –La que vi no era una ballena azul, –dice Hucke–. Proba-
se aparean”. Dibujaba en la pizarra el espigado soplo que blemente una orca, que mide como el tercio del tamaño de
caracteriza a las ballenas azules, recto, claro y nuboso, y que una ballena azul. Pero fue suficiente.
se eleva hasta los diez metros de altura, como un edificio de Cuando viajaban a Viña, al departamento de sus abuelos,
4 pisos. A diferencia de las otras ballenas, que tienen soplos Rodrigo se llevaba unos largavista para ver el mar desde lo
pequeños, inclinados, en V o en forma de chorro, y compor- alto de la terraza. Pasaba horas en la costanera observando el
tamientos más predecibles. mar y saltaba de alegría si veía un delfín o un lobo.
–Sólo por ese gran soplo y una rápida visión de la aleta Su amigo de infancia Ernesto Escobar recuerda que en su
dorsal y luego la cola, antes de que la ballena vuelve a sumer- pieza de hijo único, Rodrigo coleccionaba objetos con forma
girse, sabemos que se trata de una ballena azul. ¡Un minuto! de ballena.Tenía peluches, afiches, mapas ecológicos, era el
¡Ése es todo el tiempo que tenemos para hacer acopio de regalo que con más frecuencia recibía para su cumpleaños.
material para investigar! –Se fue rayando con las ballenas, pero en lo demás era un
Hucke escuchaba. Profesor y alumno tenían un interés tipo normal. Seleccionado de rubgy en el colegio Grange,
común. Aguayo integró una casta de biólogos que hizo las íbamos a fiestas, qué se yo; él juraba que se dedicaría a estu-
primeras investigaciones serias sobre mamíferos marinos diar las ballenas, como los demás jurábamos que seríamos
y ballenas en Chile en los años 60. Hucke, por esos miste- astronautas. Es el único que cumplió.
riosos designios de la vocación, se había obsesionado con las En 1992 entró a Biología Marina y de inmediato se invo-
ballenas a los 7 años y eso lo llevó a estudiar Biología Marina lucróentodoproyectoquesignificaraobservacióndecampo.
y estar presente en esa clase de Aguayo. Sus compañeros aún recuerdan que tuvo que insistir para
El tímido pero robusto alumno Hucke, que sigue teniendo que lo aceptaran de voluntario en un entrenamiento de
cara y aspecto de ballenero noruego de voz suave y melo- observación de mamíferos marinos en una base del Instituto
diosa, esperó una pausa del profesor y preguntó: Chileno Antártico.
–¿Usted ha visto alguna vez una ballena azul, profe? –Pasó 6 meses en la Antártica viviendo poco menos que en
Lo que Aguayo le respondió marcaría a Hucke durante los un iglú, –dice Escobar–. La gente, cuando mucho, soporta
siguientes años de su vida. dos semanas. Era un fanático. Realmente muy resistente al
–Sí. Tuve la suerte de ver una. Una sola en toda mi vida. En frío y la soledad.
México, en los años 70. Rodrigo vio ballenas jorobadas, francas, minke, todas
Diez años después Hucke recordaría esa frase del profesor abundantes y pequeñas. Ninguna azul. Hasta que en 1997,
y la contrastaría con su experiencia. En dos veranos conse- ya egresado, se le presentó la oportunidad de su vida. La
cutivos vio y fotografió más de 150 ballenas azules y con eso Comisión Ballenera Internacional realizaría un crucero de
aportó a la ciencia el descubrimiento más significativo sobre avistamiento de ballenas a lo largo del Pacífico para estimar
mamíferos marinos del último tiempo: cuando se cree que las poblaciones existentes a 30 años de la moratoria de caza
no queda nada por descubrir, al sur de Chiloé, en una zona de 1966. Hucke se enroló como observador.
del transitado golfo Corcovado –es la ruta marítima lógica de –Eran cerca de las cinco de la tarde del 16 de enero de 1997
Puerto Montt hacia los canales– hay una estación migratoria cuando alguien gritó ¡Soplo! desde la baranda del barco, que
el transbordador entre Chacabuco y Quellón. O una barcaza calles llegan al mar y la primera isla al sur de Chiloé donde
entre Quellón y Melinka. Pasaba los gélidos y largos viajes en el continente se desgrana en miles de ínsulas, y compró un
cubierta con un largavista colgado en el pecho. La inversión bote de goma para los avistamientos. En el mundo de las
valió la pena: en los veranos entre 1997 y 1999 sumó un ciencias, las observaciones constituyen material científico.
centenar de avistamientos. Ratificó así las observaciones de El 10 de diciembre de 2003 Hucke publica un paper en la
Ljungblad y, sobre todo, detectó que, contra lo publicado, las Royal Society –la academia de Ciencias del Reino Unido– que
ballenas azules no sólo dan la vuelta al globo nadando. En su reúne todas sus observaciones bajo un título pomposo: Des-
larga e inexplorada ruta migratoria se detienen al menos una cubrimiento de una zona de alimentación y recuperación de
vez a descansar en el golfo Corcovado. las ballenas azules en el sur de Chile. Firman Rodrigo Hucke,
Cuando Hucke informó a la Universidad de Valdivia de Layla Osman, Carlos Moreno (su profesor de doctorado),
sus observaciones, los biólogos atribuyeron la presencia de Don Ljungblad y Ken Findlay.
ballenas al fenómeno de El Niño de esos años. Tras esta publicación el golfo Corcovado pasó a ser el único
Sin darse por derrotado, inició una búsqueda paralela y lugar conocido donde se reúnen más ballenas azules en el
encontró lo que en ciencias se llama “un antecedente his- mundo y donde se las puede ver desde tierra.
tórico”: leyendo y releyendo libros de historia y bitácoras Transmitida por la BBC la noticia dio la vuelta al mundo
antiguas de navegantes, descubrió que a principios del siglo y el chileno Rodrigo Hucke saltó a las primeras planas de
pasado existían tres empresas balleneras en Chiloé. Eran la prensa científica internacional. Desde entonces arriban
escandinavas. ¿Balleneras en Chiloé? Con esa pista, llegó a al Corcovado científicos reputados, ecologistas fanáticos,
la bitácora del velero ballenero danés Vesterlide en la que periodistas de todo el mundo, MTV y, finalmente, la BBC,
leyó la descripción de la caza de 37 ballenas azules en el golfo que filmó el más bello documental hecho hasta ahora sobre
Corcovado. Ya no le quedaban dudas. las ballenas azules. “Es una delicada danza acuática de
Hucke baja de uno de los estantes de su oficina en la Uni- gigantes de 150 toneladas”, dice Hucke. El reportaje se verá
versidad Austral un grueso libro náutico, con ilustraciones en junio en la serie Planet Earth del canal BBC.
borrosas de barcos, y despliega un pequeño mapa.
–En 1909 el veleroVesterlide subió por todo el sur de Chile
en atenta busca de ballenas azules. En su bitácora no registra La ciencia vive al día
ninguna captura en casi 60 días. En el otoño de 1909, can- Desde hace 10 años, Rodrigo Hucke pasa todos los veranos
sados y decepcionados recalaron en la isla San Pedro, al sur en la casa que arrienda en Melinka. Expuesta a la corriente
de Quellón, en la boca del golfo Corcovado, para reponer del Corcovado, es la isla de las olas más grandes y peligrosas
agua y víveres. Y sorpresivamente, el 22 de mayo los botes de Chile. En el siglo pasado los indígenas vestían prendas de
arponeros Ravn y Svip dieron caza a la primera ballena azul marinoseuropeos,porquedespojabanalosbarcosnáufragos
al interior del golfo. Continuaron día tras día hasta el 14 de que entraban al golfo empujados por la fuerte corriente del
octubre cazando 37 ballenas azules que produjeron 9.000 océano hacia los canales. En las playas de las islas aledañas,
barriles de aceite para comercializar en Europa. ElVesterlide como Guafo, recalan botellas de bebidas de todos los países
partió con sus bodegas llenas. del mundo con mensajes dentro, arrojadas en alta mar.
El capitán ballenero que hizo semejante matanza se lla- Con pinta de extranjero ermitaño, rubio y grande como un
maba Christien Christenssen y tenía 24 años. La misma edad oso pardo, a Hucke los niños de la Escuela Básica F-1016 lo
y quizás el mismo aspecto que Hucke tenía en 1998, cuando apodan ElVikingo. Le piden que los lleve a ver ballenas en su
empezó a tratar de salvarlas. zodiac y Rodrigo, que conoce los peligros de las corrientes,
Motivado con este dato bibliográfico, Hucke elaboró el tre- les presta los largavista para que husmeen desde la orilla.
ceavoproyectodeinvestigaciónyestavezsíconsiguiófondos Sale temprano de su casa, forrado con pantalones de plás-
de investigación del BID. Arrendó una casa en las afueras de tico y se dirige al pequeño muelle para embarcarse hacia el
Melinka, una isla minúscula e indígena, en la que todas las temible golfo Corcovado.