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REPORTAJE

Serendipia EN UNA ÉPOCA DONDE PARECIERA NO QUEDAR NADA POR DESCU-


BRIR, EL HALLAZGO CASUAL –SERENDIPIA SE DICE EN CIENCIA–,
AL SUR DE CHILOÉ, DE UNA ESTACIÓN DE DESCANSO DE BALLENAS
AZULES POR EL CHILENO RODRIGO HUCKE ES UN SUCESO CIEN-
TÍFICO MUNDIAL QUE TENDRÁ A LOS BIÓLOGOS OCUPADOS LOS
PRÓXIMOS 20 AÑOS. UN DESCUBRIMIENTO HECHO A PUNTA DE
VOCACIÓN, PELUCHES Y CAFÉ SIN AZÚCAR.
T E X TO: RO B ER TO FAR ÍA S FOTOGRAFÍA: RODRIGO HUCKE / CBA-UACH

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El biólogo marino Rodrigo
Hucke no se despega de
sus largavista en los vera-
nos, cuando se va durante
cuatro meses a Melinka,
para estudiar a las balle-
nas azules que descubrió
hace cuatro años.
REPORTAJE

U
niversidad Austral de Valdivia, 1994. A los de ballenas azules, un punto donde se reúnen más ejem-
20 años, Rodrigo Hucke estaba en clases de plares en el mundo a alimentarse y descansar.
Mamíferos Marinos. El reputado doctor en –Pocas veces un científico hace un hallazgo tan grande a
Biología, Anelio Aguayo, describía las par- los 29 años –interrogo.
ticulares condiciones de las ballenas azules. –No sé, –responde–. ¿Suerte..? Serendipia se dice en
Les contó a sus alumnos de la carrera de Bio- ciencia.
logía Marina que, luego de prohibirse su caza Pero también perseverancia a toda prueba.
en 1960, sólo sobrevivía el 1% de la población.
–Están en serio peligro de extinción. Quedan mil ejem-
plares ¡En-to-do-el-mun-do! –enfatizaba. El principio
Describía con pasión escénica al animal más grande y La primera vez que Rodrigo Hucke vio una ballena fue en
solitario de la Tierra, que mide hasta 33 metros, más que el los años 80, en un parque acuático en Estados Unidos.Tenía
mayor de los dinosaurios, y del que curiosamente se sabe 7 años. Lo llevó su madre, Verónica Gaete, que se había
muy poco. Sólo se conoce, decía Aguayo, una vaga pauta de casado con Edgar Hucke, de la familia Hucke de las galletas
desplazamiento en los océanos hacia las aguas antárticas de Viña del Mar, de quien estaba separada. Ella lo incentivó
para alimentarse y de vuelta a las aguas cálidas, probable- a observar la naturaleza, quizá influenciada por su trabajo
mente para reproducirse. Siempre que se las avista están administrativo en la embajada de Sudáfrica donde lo que
muy lejos de la costa, por lo que tienen fama de tímidas. más se promociona es el turismo de naturaleza.
“Ignoramos –decía– si son gregarias, monógamas y cómo –La que vi no era una ballena azul, –dice Hucke–. Proba-
se aparean”. Dibujaba en la pizarra el espigado soplo que blemente una orca, que mide como el tercio del tamaño de
caracteriza a las ballenas azules, recto, claro y nuboso, y que una ballena azul. Pero fue suficiente.
se eleva hasta los diez metros de altura, como un edificio de Cuando viajaban a Viña, al departamento de sus abuelos,
4 pisos. A diferencia de las otras ballenas, que tienen soplos Rodrigo se llevaba unos largavista para ver el mar desde lo
pequeños, inclinados, en V o en forma de chorro, y compor- alto de la terraza. Pasaba horas en la costanera observando el
tamientos más predecibles. mar y saltaba de alegría si veía un delfín o un lobo.
–Sólo por ese gran soplo y una rápida visión de la aleta Su amigo de infancia Ernesto Escobar recuerda que en su
dorsal y luego la cola, antes de que la ballena vuelve a sumer- pieza de hijo único, Rodrigo coleccionaba objetos con forma
girse, sabemos que se trata de una ballena azul. ¡Un minuto! de ballena.Tenía peluches, afiches, mapas ecológicos, era el
¡Ése es todo el tiempo que tenemos para hacer acopio de regalo que con más frecuencia recibía para su cumpleaños.
material para investigar! –Se fue rayando con las ballenas, pero en lo demás era un
Hucke escuchaba. Profesor y alumno tenían un interés tipo normal. Seleccionado de rubgy en el colegio Grange,
común. Aguayo integró una casta de biólogos que hizo las íbamos a fiestas, qué se yo; él juraba que se dedicaría a estu-
primeras investigaciones serias sobre mamíferos marinos diar las ballenas, como los demás jurábamos que seríamos
y ballenas en Chile en los años 60. Hucke, por esos miste- astronautas. Es el único que cumplió.
riosos designios de la vocación, se había obsesionado con las En 1992 entró a Biología Marina y de inmediato se invo-
ballenas a los 7 años y eso lo llevó a estudiar Biología Marina lucróentodoproyectoquesignificaraobservacióndecampo.
y estar presente en esa clase de Aguayo. Sus compañeros aún recuerdan que tuvo que insistir para
El tímido pero robusto alumno Hucke, que sigue teniendo que lo aceptaran de voluntario en un entrenamiento de
cara y aspecto de ballenero noruego de voz suave y melo- observación de mamíferos marinos en una base del Instituto
diosa, esperó una pausa del profesor y preguntó: Chileno Antártico.
–¿Usted ha visto alguna vez una ballena azul, profe? –Pasó 6 meses en la Antártica viviendo poco menos que en
Lo que Aguayo le respondió marcaría a Hucke durante los un iglú, –dice Escobar–. La gente, cuando mucho, soporta
siguientes años de su vida. dos semanas. Era un fanático. Realmente muy resistente al
–Sí. Tuve la suerte de ver una. Una sola en toda mi vida. En frío y la soledad.
México, en los años 70. Rodrigo vio ballenas jorobadas, francas, minke, todas
Diez años después Hucke recordaría esa frase del profesor abundantes y pequeñas. Ninguna azul. Hasta que en 1997,
y la contrastaría con su experiencia. En dos veranos conse- ya egresado, se le presentó la oportunidad de su vida. La
cutivos vio y fotografió más de 150 ballenas azules y con eso Comisión Ballenera Internacional realizaría un crucero de
aportó a la ciencia el descubrimiento más significativo sobre avistamiento de ballenas a lo largo del Pacífico para estimar
mamíferos marinos del último tiempo: cuando se cree que las poblaciones existentes a 30 años de la moratoria de caza
no queda nada por descubrir, al sur de Chiloé, en una zona de 1966. Hucke se enroló como observador.
del transitado golfo Corcovado –es la ruta marítima lógica de –Eran cerca de las cinco de la tarde del 16 de enero de 1997
Puerto Montt hacia los canales– hay una estación migratoria cuando alguien gritó ¡Soplo! desde la baranda del barco, que

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“ALGUIEN EN EL BARCO GRITÓ ¡SOPLO! TODOS CORRIMOS A LA BARANDA
Y, EFECTIVAMENTE, EL SOPLO ERA RECTO, DE 10 METROS DE ALTO,
NUBOSO. ERA UNA BALLENA AZUL, FRENTE A LA SERENA. LA PRIMERA
BALLENA AZUL DE MI VIDA. SU ESPALDA SE MOVÍA COMO UN LENTO
BARCO. RESPIRÓ VARIAS VECES Y LUEGO SE SUMERGIÓ”.
era comandado por japoneses realmente expertos –eran –dice Hucke–. Al salir del canal Moraleda, habían visto 42
capaces de ver el soplido de una ballena a 15 km de dis- soplidos de ballenas azules, que son inconfundibles, en el
tancia–.Todos corrimos a la baranda con nuestros largavista golfo Corcovado. Pensar que, por unas cuarenta lucas, el
y, efectivamente, el soplo era recto, de 10 metros de alto, valor de un pasaje en ferry, vieron más ballenas que en todo
nuboso. Era una ballena azul, a 120 km de la costa frente a el crucero de la CBI que costó 20 millones de dólares.
La Serena. La primera ballena azul de mi vida. Su espalda Ese primer avistamiento valió un paper que la Comisión
se movía como un lento barco. Respiró varias veces y luego Ballenera Internacional publicó y que subió los bonos de las
se sumergió.Yo hubiera querido saltar de alegría, tirarme al ballenas azules del Hemisferio Sur.
agua a seguirla, pero los tripulantes del barco trabajan con –Don siempre me insistía que volviera al Corcovado. Ahí
horario de oficina y como su jornada había terminado, se llegan ballenas azules, me decía, “¡tienes que volver!”. Pero
echaron a descansar. Al día siguiente avistamos de nuevo el yo no me atrevía a tamaño proyecto, tenía 23 años.
mismo ejemplar. El solo hecho de haber avistado esa ballena
azul demostraba que no estaban extintas.
El viaje terminó en Punta Arenas a fines de enero. Los Proyecto número 13
científicos Don Ljungblad y Ken Findlay, en lugar de tomar Mandó 12 propuestas de financiamiento, sin resultados.
el avión de regreso se devolvieron en el ferry Navimag desde Así que se arrojó al mar con recursos de su bolsillo. Mientras
Puerto Natales hasta Puerto Montt para conocer los canales. sus compañeros en verano mochileaban, Hucke se iba al sur
–A los pocos días me llama Ljungblad gritando al teléfono, con su polola Layla Osman y tomaban innumerables veces

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REPORTAJE

el transbordador entre Chacabuco y Quellón. O una barcaza calles llegan al mar y la primera isla al sur de Chiloé donde
entre Quellón y Melinka. Pasaba los gélidos y largos viajes en el continente se desgrana en miles de ínsulas, y compró un
cubierta con un largavista colgado en el pecho. La inversión bote de goma para los avistamientos. En el mundo de las
valió la pena: en los veranos entre 1997 y 1999 sumó un ciencias, las observaciones constituyen material científico.
centenar de avistamientos. Ratificó así las observaciones de El 10 de diciembre de 2003 Hucke publica un paper en la
Ljungblad y, sobre todo, detectó que, contra lo publicado, las Royal Society –la academia de Ciencias del Reino Unido– que
ballenas azules no sólo dan la vuelta al globo nadando. En su reúne todas sus observaciones bajo un título pomposo: Des-
larga e inexplorada ruta migratoria se detienen al menos una cubrimiento de una zona de alimentación y recuperación de
vez a descansar en el golfo Corcovado. las ballenas azules en el sur de Chile. Firman Rodrigo Hucke,
Cuando Hucke informó a la Universidad de Valdivia de Layla Osman, Carlos Moreno (su profesor de doctorado),
sus observaciones, los biólogos atribuyeron la presencia de Don Ljungblad y Ken Findlay.
ballenas al fenómeno de El Niño de esos años. Tras esta publicación el golfo Corcovado pasó a ser el único
Sin darse por derrotado, inició una búsqueda paralela y lugar conocido donde se reúnen más ballenas azules en el
encontró lo que en ciencias se llama “un antecedente his- mundo y donde se las puede ver desde tierra.
tórico”: leyendo y releyendo libros de historia y bitácoras Transmitida por la BBC la noticia dio la vuelta al mundo

LEYENDO LIBROS DE HISTORIA HUCKE DESCUBRIÓ QUE EN 1900 HABÍA


TRES BALLENERAS EN CHILOÉ. ESA PISTA LO LLEVÓ A LA BITÁCORA
DE UN VELERO DANÉS DE LA ÉPOCA QUE DESCRIBÍA LA CAPTURA DE
BALLENAS EN EL GOLFO CORCOVADO. SE FUE A MELINKA Y SE SENTÓ A
ESPERAR. EN TRES VERANOS AVISTÓ 150 BALLENAS AZULES.

antiguas de navegantes, descubrió que a principios del siglo y el chileno Rodrigo Hucke saltó a las primeras planas de
pasado existían tres empresas balleneras en Chiloé. Eran la prensa científica internacional. Desde entonces arriban
escandinavas. ¿Balleneras en Chiloé? Con esa pista, llegó a al Corcovado científicos reputados, ecologistas fanáticos,
la bitácora del velero ballenero danés Vesterlide en la que periodistas de todo el mundo, MTV y, finalmente, la BBC,
leyó la descripción de la caza de 37 ballenas azules en el golfo que filmó el más bello documental hecho hasta ahora sobre
Corcovado. Ya no le quedaban dudas. las ballenas azules. “Es una delicada danza acuática de
Hucke baja de uno de los estantes de su oficina en la Uni- gigantes de 150 toneladas”, dice Hucke. El reportaje se verá
versidad Austral un grueso libro náutico, con ilustraciones en junio en la serie Planet Earth del canal BBC.
borrosas de barcos, y despliega un pequeño mapa.
–En 1909 el veleroVesterlide subió por todo el sur de Chile
en atenta busca de ballenas azules. En su bitácora no registra La ciencia vive al día
ninguna captura en casi 60 días. En el otoño de 1909, can- Desde hace 10 años, Rodrigo Hucke pasa todos los veranos
sados y decepcionados recalaron en la isla San Pedro, al sur en la casa que arrienda en Melinka. Expuesta a la corriente
de Quellón, en la boca del golfo Corcovado, para reponer del Corcovado, es la isla de las olas más grandes y peligrosas
agua y víveres. Y sorpresivamente, el 22 de mayo los botes de Chile. En el siglo pasado los indígenas vestían prendas de
arponeros Ravn y Svip dieron caza a la primera ballena azul marinoseuropeos,porquedespojabanalosbarcosnáufragos
al interior del golfo. Continuaron día tras día hasta el 14 de que entraban al golfo empujados por la fuerte corriente del
octubre cazando 37 ballenas azules que produjeron 9.000 océano hacia los canales. En las playas de las islas aledañas,
barriles de aceite para comercializar en Europa. ElVesterlide como Guafo, recalan botellas de bebidas de todos los países
partió con sus bodegas llenas. del mundo con mensajes dentro, arrojadas en alta mar.
El capitán ballenero que hizo semejante matanza se lla- Con pinta de extranjero ermitaño, rubio y grande como un
maba Christien Christenssen y tenía 24 años. La misma edad oso pardo, a Hucke los niños de la Escuela Básica F-1016 lo
y quizás el mismo aspecto que Hucke tenía en 1998, cuando apodan ElVikingo. Le piden que los lleve a ver ballenas en su
empezó a tratar de salvarlas. zodiac y Rodrigo, que conoce los peligros de las corrientes,
Motivado con este dato bibliográfico, Hucke elaboró el tre- les presta los largavista para que husmeen desde la orilla.
ceavoproyectodeinvestigaciónyestavezsíconsiguiófondos Sale temprano de su casa, forrado con pantalones de plás-
de investigación del BID. Arrendó una casa en las afueras de tico y se dirige al pequeño muelle para embarcarse hacia el
Melinka, una isla minúscula e indígena, en la que todas las temible golfo Corcovado.

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ENTREVISTA

Cargado de equipos fotográficos, binoculares y uno que


otro artefacto de extraña apariencia. No incomoda ni a los
pescadores ni a los marinos que le dan el zarpe a su bote
de goma.Ya tiene localizados los puntos geográficos donde
las ballenas se ven con mayor frecuencia. En 2004 instaló
rastreadores satelitales a seis ballenas, disparándolos desde
lejos con un arpón. La información obtenida no fue clara:
unas partieron al Ecuador, otras a la Antártica, otras a dar la
vuelta mundo. Luego se agotaron las baterías de los rastrea-
dores y se perdió su rastro.
Ha visto 153 ballenas distintas en 47 grupos. Tiene iden-
tificados 80 ejemplares por su aleta dorsal, la huella digital
de las ballenas llena de muescas todas distintas, pero aún
no logra determinar si son visitantes habituales del golfo o
pertenecen a poblaciones diferentes.
También ha visto una docena de madres con sus crías.
–¡Calcula!, –dice, Hucke–. Que en los inmensos océanos
una hembra se junte con un macho y tengan una cría es una
probabilidad de una en un millón. Aquí he visto doce.
Las ballenas tienen una sola cría cada 2 a 5 años.Y la madre
la amamanta con 200 litros de leche diarios durante varios
meses. Luego la educa, nadando juntas durante unos cuatro
años.Alparecer,leenseñalospuntosgeográficosdondeestá
el krill, su principal alimento, y donde reproducirse. Luego
se separan y cada una toma su rumbo en la inmensidad del
mar. Gracias a las cámaras de la BBC Rodrigo observó una
rara y violenta conducta de celos entre dos machos en torno
a una misma hembra lo que indicaría que en Corcovado tam-
bién se reproducen.
Cuando el mar está agitado, Hucke trepa a los cerros, con
unospotentesbinocularesacuestas,ytapadoconunplástico
observa las ballenas desde tierra, marcando las coordenadas
de los avistamientos en un GPS. Una vista del espigado soplo que caracteriza a las ballenas azules,
recto, claro y nuboso, y que se eleva hasta los diez metros de altu-
Tras los 4 meses en la isla solitaria y aislada, Hucke se ins-
ra, como un edificio de 4 pisos. El de las otras ballenas es pequeño,
tala en su oficina de profesor enValdivia, frente a un compu- inclinado, en V o en forma de chorro. Arriba: Rodrigo Hucke, a la
tador y a ávidos alumnos. Por unas semanas se siente ajeno y izquierda, abrazado a un amigo de infancia Ernesto Escobar.
callado, todavía desadaptado. Su timidez natural aumenta.
Ahí lo encuentro, bajo una enorme ballena azul de peluche
colgada del techo.
A los 32 años sabe que tiene los próximos 20 años para
seguir investigando las ballenas. sus visitas para hacer lobby por el área marina costera prote-
–Sería feliz si llego a describir cómo es un día habitual en gida, se llevó uno de los numerosos peluches de su oficina.
la vida de una ballena. Sólo eso. Dejar una huella, hacer un –En La Moneda casi le provoqué un infarto a los guarda-
aporte. Habría cumplido mis sueños de niño. espaldas.
Quizás su único conflicto es que se colgó la medalla más Sorpresivamente Rodrigo extrajo de entre sus ropas un
importante tan joven. Ahora es el pilar de la ONG Centro peluche de medio metro y se lo dio a la Presidenta al salu-
Ballena Azul de la Universidad Austral pero, según él, eso darla. Ella se rió, pero los escoltas no.
no significa mucho. “La ciencia en Chile se hace a pulso”, En la oficina de Rodrigo hay un peluche similar sobre una
insiste. El Centro casi no tiene presupuesto, ni siquiera para fotocopiadora.
azúcar, y Hucke se ha acostumbrado a beber el café amargo. –¿Era como ése?
Le invitan al Congreso, en Valparaíso, y debe hacer lobby –No. Era una pareja, dice con su voz de niño grande. A la
ante el gobierno para conseguir que se imponga un área pro- Presidenta le regalé la madre. Yo me quedé con la cría. Me
tegida para las ballenas en el golfo. El año pasado, en una de quedé con the future.n

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