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AUTOTRANSFUSION

Existen cuatro tipos o categorías de transfusión autóloga:

1. Extracción prequirúrgica, en la cual se extrae sangre y se


almacena para su uso quirúrgico.
Esta también se le llama como predonación, es de responsabilidad
nuestra. En donde se conoce que un paciente será sometido a una
cirugía que refiere sangrado importante, esta es la opción, una
predonación. Esas unidades quedan disponibles para el día de su
operación.

2. Hemodilución intraquirúrgica, en la cual se extrae la sangre al


comenzar la cirugía y se reinfunde durante o al terminar el acto
operatorio.
Es de responsabilidad del anestesista, este le extrae una o dos unidades
de sangre, con reposición de volumen. A medida que el paciente va
perdiendo sangre durante la cirugía se le va devolviendo la extraída.
También se le llama hemodilución normovolémica aguda porque
mantiene la volemia, hay restitución de volumen.

3. Colección intraquirúrgica de sangre, en la cual se recupera la


sangre vertida en el campo operatorio y luego se infunde
(recuperador de sangre)
También llamada como recuperación de sangre intraoperatoria. Se hace
con equipos parecidos a los de aféresis, la sangre perdida en el lecho
operatorio se lava, se filtra y se reinfunde nuevamente, para pacientes
que poseen un gran sangrado.
O sea la sangre del lecho pasa por un circuito donde es lavada, filtrada e
reinfundida.

4. Colección postquirúrgica, en la cual la sangre se extrae de los


dispositivos de drenaje y se devuelve al paciente. Son drenajes que
filtran y que luego la bolsa es reinfundida al paciente.

Todos los tipos de autotransfusión se acompañan de beneficios y también


de riesgos, por lo tanto su indicación depende de la cirugía, del estado del
paciente y de la tecnología disponible. O sea la autotransfusión es una muy
buena indicación ya que su principal objetivo es evitar la transfusión
alogenita que sabemos que presenta potenciales riesgos, pero no obstante
a ello uno debe pensar que depende de las condiciones del paciente, el
costo y que también está asociado a un riesgo.
La prequirúrgica se justifica cuando se sabe que es posible un sangrado
importante y que el paciente va a necesitar una transfusión.
Todo paciente debiese tener la oportunidad de contar con un programa de
autotransfusión, más aun cuando su cirugía involucra un riesgo real de
sangramiento.
En Estados Unidos podría ser ilegal no ofrecer transfusiones autólogas a los
pacientes. Ha pacientes con cirugía de cadera, de columna o prostatectomia
radical, no ofrecerle es un delito.

La colección prequirúrgica de sangre autóloga se basa en un programa, en


donde al paciente se le toma unidades que le vamos a devolver, se puede
dejar a un paciente hasta 28% de hematocrito preoperación, ya que

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nosotros preferimos que sangre menos cantidad de células, ya que estas
serán devueltas.
Se habla de que con buenos programas de autotransfusión de podrían evitar
hasta un 60% de las transfusiones alogénicas.

Programas de recolección preoperatorio de sangre autóloga

Los bancos de sangre y hospitales que deciden implementar programas de


recolección de sangre autóloga deben establecer políticas y procedimientos
apropiados porque por ejemplo: a un paciente-donante lo someto a un
programa de autotransfusión y le extraigo 3 unidades (lo someto a
extracción de 3 unidades), y cuando lo están operando, me piden 2
unidades de glóbulos rojos y yo en vez de mandarle sus unidades, le mando
unidades de banco; eso es un error horrible.
Si me mandan pedir dos unidades y yo tenia tres, el uso de la tercera bolsa
en otro paciente depende de algunos factores, por un lado el paciente no es
un donante voluntario y si el acepta que se utilice su sangre debe ser
sometido a la entrevista, ya que igualmente a su sangre se le realizó
serología.
La colección de sangre autóloga prequirúrgica puede, en grupos de
pacientes seleccionados, reducir significativamente o evitar completamente
la exposición a sangre alogénica o heteróloga, ese es el fin fundamental de
estos programas de autotransfusión, evitar los riesgos. Hoy en día
autotransfusión está en retirada porque las operaciones son cada vez
menos invasivas, y los bancos de sangre tienen más controlada sus
unidades, pero aun existen lugares que es importante su uso, como en
cirugías plásticas (liposucción, etc). Los candidatos para la extracción
prequirúrgica son pacientes estables programados para aquellos
procedimientos quirúrgicos en los que es probable una transfusión de
sangre. Para los procedimientos que acarrean una probabilidad remota de
uso de sangre, no se justifica la colección prequirúrgica ni es costo-efectiva.

Recolección
Comparte muchos elementos con la recolección de donantes voluntarios,
pero existen varios aspectos especiales.
- El médico de cabecera debe solicitarla por escrito. Nosotros somos
dependientes de la orden de transfusión del clínico. No depende
de nosotros.
- El centro de recolección debe archivar los pedidos. Las órdenes
son documentos legales.
- Deben incluir: nombre del paciente, identificación única (Rut),
cantidad de unidades, tipo de hemocomponente solicitado (hoy en
día no se necesita fraccionamiento, porque se sabe que no se
utiliza para hemostasia, sino básicamente como glóbulos rojos) ,
fecha de intervención programada, naturaleza del procedimiento
quirúrgico y firma del médico.

No se fracciona porque yo quiero solucionar la anemia. Si yo fracciono tengo


más riesgo, por la mayor manipulación, pero la contaminación va asociada
mayormente a la punción. Cuando se obtiene la muestra de etiqueta como
sangre total, pero si fracciono tengo los hemocomponentes por diferentes
lugares, todos etiquetados pero con riesgo de que uno sea utilizado en otro

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paciente. Se necesitaría en estas ocasiones de una logística administrativa
mayor.
La extracción autóloga debe reservarse para los pacientes cuyas cirugías
impliquen pérdidas importantes de sangre y que necesiten de transfusión,
en este sentido los pacientes que más necesitan de este procedimiento son
los pacientes ortopédicos, los de cirugía vascular, cirugía a corazón abierto,
y de prostatectomía radical.

Los programas o tipos de autotransfusión se pueden combinar para mejorar


la estancia o condición de paciente.

Programa de recolección
Establecer pautas para recolectar las unidades adecuadas (Nº), así se evita
exponer al paciente a transfusiones alogénicas.
El número de unidades depende de la cirugía a la cual será sometido. Puede
sacarle hasta 7 unidades, pero pueden vencer, esto lo evito transfundiendo
la más antigua y luego extrayendo dos unidades más seguidas (salto de la
rana, transfundo una, le saco dos). No puedo darle una y luego sacarle dos
nuevas porque estaría extrayendo también células viejas, y no puedo
sacarle dos nuevas de una vez porque el paciente soporta solo la pérdida
del 15% de su volemia. Se debe sacar una unidad, se le reinfunde la más
antigua y luego se le saca la ultima unidad. Esto se puede realizar el mismo
día

Uno de los pros de estos programas es que hay un número importante de


unidades autólogas que se pierden, eso es un desperdicio, pero su uso en
otro donante depende de las políticas de cada establecimiento. Se debe
tener presente y analizar si se botan muchas unidades autólogas.

Protocolos quirúrgicos que establezcan los requerimientos transfusionales,


debiese haber un trabajo en quipo para determinar cuantas unidades de
verdad se necesitan.

Plan semanal y la última unidad 72 hrs antes de la cirugía, para normalizar


la volemia.
El reemplazo de la masa eritrocitaria es mucho más prolongado y raramente
se completa si se han extraído varias unidades, nunca se obtendrá una
masa eritrocitaria igual a la tenida antes de hacer la primera extracción. Ni
siquiera con tratamiento de fierro, en general estos pacientes se operan
anémicos.

Se debe informar al médico cuando no se puede alcanzar el nº de unidades


programadas, por diferentes motivos del paciente.
En casos de postergación de la cirugía, se debe evaluar la posibilidad de
transfundir la unidad más antigua y extraer una nueva unidad, así se evita
la perdida de unidades. Esto no corre en procesos infecciosos ya que no le
puedo sacar una nueva unidad inmediatamente.

Selección de los donantes


No se necesitan criterios tan rígidos de selección, como la alogénica.
El director médico debe establecer los requerimientos para estos casos y
registrarlos en el manual de procedimientos.

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La edad no es una limitante de autotransfusión. Se ha hecho
autotransfusión a niños de 9 años, también a personas mayores, como 65
años. Pero debo evaluar el volumen porque a un niño de 30 kilos no le
puedo sacar medio litro. Por ejemplo pesa 35 kilos, le puedo sacar hasta un
10% de su volemia, 350ml. Debo preparar la bolsa de extracción porque me
quedaría un exceso de citrato. Por medio de un transfer elimino el exceso
de anticoagulante.

La concentración de hemoglobina no debe ser inferior a 11 g/dl y el


hematocrito no inferior a 33%, vale decir la última unidad no la puedo sacar
con hematocrito menor a 33%.
Si el paciente tiene múltiples parejas sexuales se puede transfundir, pero si
tiene una infección como VIH o hepatitis, ahí es diferente porque ocurriría
una reinfección que es complicada y empeoraría el estado del paciente.

Estándares de donación voluntaria


Los estándares para Bancos de Sangre y Servicios de Medicina Transfusional
de la AABB no permiten utilizar la sangre autóloga como transfusión
alogénica, porque en sentido estricto no son voluntarios y podrían no
cumplir con los requerimientos pertinentes. Se deben evaluar otros factores.
Hay preguntas que no se pueden obviar en los pacientes autólogos, como si
ha tenido diarrea en la última semana, si ha tenido fiebre, si ha tomado
antibióticos. Hoy en día hay una discusión sobre si el paciente ha tenido
hepatitis después de los 12 años, debería ser un margen más pequeño
como si ha tenido hepatitis en los últimos 2 años, porque si fue hace más
tiempo va a salir en el tamizaje.

Algunos aspectos a considerar (AABB)


1. Importancia de un programa amplio de conservación de la sangre
2. Selección de los pacientes
3. Determinación del número de unidades a recolectar de acuerdo a las
características de la cirugía.
4. Contraindicaciones para el empleo de sangre autóloga, si existiera un
indicador de hepatitis u otra enfermedad.
5. Intervalos entre recolecciones preoperatorios, se somete al paciente
a situaciones de estrés, por lo que su cuerpo intentará recompensar y
su eritropoyetina actuará mejor y se producirá una regeneración más
rápida de la masa eritrocitaria.
6. Aporte de hierro por vía oral.
7. Destino de las unidades no utilizadas, no se usan en otros pacientes,
se espera que venzan y se eliminan.
8. Empleo de criterios de revisión para la transfusión de unidades
autólogas
9. Tratamiento de reacciones del donante durante la recolección.
Depende de cada paciente y su condición.
10.Fuentes de información adicional

Ventajas
• Previene las enfermedades de transmisión transfusional, como VIH,
hepatitis B, C, etc.
• Previene la aloinmunización eritrocitaria porque no se le expone a
antígenos distintos.

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• Previene reacciones adversas como las febriles y las alérgicas. Esto
depende porque los leucocitos y las plaquetas pueden liberar
citoquinas y de igual manera producir reacciones de este tipo.
Depende más del almacenamiento, no tanto de los antígenos.
• Previene la enfermedad injerto vs huésped
• Complementa el suministro de sangre ya que sabemos lo escasa que
son las unidades alogénicas en nuestro país.
• Obtiene sangre en pacientes con aloanticuerpos difíciles, por ejemplo
anti H o Lutheran B.
• Proporciona seguridad al paciente- donante, tranquiliza a los
pacientes. Hay un beneficio sicológico y técnico.
• Estimula los mecanismos hematopoyéticos del paciente-donante.

Desventajas
• No modifica el riesgo de contaminación bacteriana, porque depende
de la desinfección del sitio de infección y de la selección del donante.
• No modifica el riesgo de incompatibilidad ABO, porque si me equivoco
de unidad y se la entrego a otro paciente, sigue existiendo el riesgo
de incompatibilidad. La incompatibilidad tiene que ver también con
entregar la unidad correcta al paciente equivocado. También se debe
hacer prueba de compatibilidad.
• Es más costosa que la alogénica porque requiere procedimientos
especiales, requiere de un lugar físico especial, etiqueta especial y de
mayor información y observación.
• La sangre no transfundida se desperdicia porque hay que eliminarla.
• Somete a los pacientes a anemia perioperatoria y puede aumentar la
probabilidad de requerimientos transfusionales.
También puede haber un riesgo mayor de sangrado, porque está
comprobado que los componentes de la sangre cuando el hematocrito es
más bajo, las plaquetas tienden a irse por el medio del vaso sanguíneo,
no por la periferia y viceversa.
• Implica un mayor control administrativo de los procesos
Categorías especiales de pacientes
En circunstancias especiales puede recolectarse sangre autóloga para
pacientes que bajo ningún concepto pueden recibir sangre alogénica, por
ejemplo pacientes con anticuerpos contra antígenos comunes.

La asistencia médica es importante para evaluar al paciente


1. En pacientes pediátricos importa:
A. Adecuar el volumen de la extracción
B. Cooperación de los padres
C. Una preparación adecuada

2. Pacientes con mezclas de aloanticuerpos


3. Pacientes con objeciones religiosas o de otro tipo (también rechazan la
autotransfusión).
4. En mujeres embarazas su uso es controversial, solo en aquellas que no
pueden recibir sangre alógenica.
5. Pacientes con aloanticuerpos contra antígenos de alta incidencia, y
que tengan cuadros médicos de riesgo, ejemplo: placenta previa con
riesgo importante de sangramiento antes y durante el parto

Contraindicaciones para programas de autotransfusión

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1. Signos de infección y riesgo de bacteriemia.
2. Corrección programada de una estenosis aórtica
3. Angina inestable
4. Cuadros convulsivos en actividad
5. Antecedentes de infarto al miocardio o accidentes cerebrovasculares
en los 6 meses previos a la donación
6. Patología cardíaca o pulmonar grave
7. Enfermedad coronaria izquierda
8. Enfermedad cardíaca cianótica
9. Hipertensión no controlada

Pruebas de Laboratorio
La FDA exige pruebas de detección de:
– Sífilis
– P 24 de HIV
– Anti- HIV 1 y 2
– Anti- VHC
– Antígeno de superficie de Hepatitis B
– Anti- HBc

En chile:
– Anti - HIV 1 y 2
– Anti - VHC
– Antígeno de Superficie de Hepatitis B
– Sífilis
– HTLV-1 ( en algunos centros)
– Anti–Tripanosoma cruzi

Los Bancos de Sangre deben realizar todas estas determinaciones, si la


sangre no se usa para otros fines, podría hacerse la serología sólo para la
primera unidad extraída.
Cualquier examen positivo debe ser informado al médico de cabecera.

Empleo de unidades autólogas con exámenes positivos


La FDA autoriza la entrega de unidades con sífilis, anti-VHC, anti- HBc, pero
exige notificar al médico.
Las unidades con anti-VIH y HBsAg no autorizan su entrega, y si el médico lo
solicita debe pedirlo por escrito.
No obstante lo anterior el paciente puede solicitar se le transfunda esas
unidades positivas, pero debe explicarse los riesgos.

Responsabilidad médica
Comunicación y cooperación de los médicos involucrados.
Durante la recolección, la salud y seguridad del paciente son
responsabilidad del médico jefe del Banco de Sangre.
Durante la transfusión del médico de cabecera y del director del servicio del
servicio de transfusiones

Hierro suplementario
Los pacientes deben recibir hierro suplementario. Se utilizan hasta 3
comprimidos diarios.
Debe prescribirlo el médico de cabecera antes de la primera recolección y
con la debida anticipación.

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Con frecuencia, el déficit de hierro limita las recolecciones múltiples en un
lapso breve.
A veces se puede indicar hierro endovenoso (benofer) o eritropoyetina en
pacientes que les cuesta aumentar los niveles de hemoglobina.

Volumen extraído
A los pacientes que pesan > 50 kg se les extrae 450 ml de sangre, para
pacientes que pesen < de 50 kg se les debe extraer hasta no más de un 15
% de su volemia (10,5 ml por kg)
Si se obtienen volúmenes reducidos (300-400 ml) se almacenan los glóbulos
rojos.
Unidades parciales (menores de 300 ml) deben ser autorizadas por el
médico director del servicio.

Rotulación y almacenamiento de sangre autóloga


Las unidades deben ser claramente etiquetadas con el nombre del paciente
y el número de identificación, con una etiqueta que advierta del uso
autólogo de la unidad, además deben almacenarse en compartimentos
independientes (lugar físico distinto) de la sangre alogénica, para evitar
riesgo de cambio de unidades.

La vida y almacenamiento más largo posible para las unidades de sangre


incrementa la flexibilidad para el paciente y para el banco de sangre y
otorga tiempo para reconstruir masa eritrocitaria entre las extracciones de
sangre y la fecha de la cirugía. O sea mientras más largo es el
almacenamiento, más tiempo tendrá el paciente para reconstruir masa
eritrocitaria.

Criterio transfusional de sangre autóloga


Se somete a un paciente a un programa especial de autotransfusión a un
paciente, etiqueto las unidades, las guardo en un lugar específico, el
paciente se opera y debo usar estas unidades en base a un criterio, porque
estas unidades también generan un riesgo, menor, pero existe de todas
maneras.
Existen desacuerdos respecto de cuando usar la sangre autóloga, algunos
dicen que se deben usar los mismos criterios transfusionales que cuando se
transfunde sangre alogénica, y otros flexibilizan el criterio pensando que los
riesgos de usar esta sangre son menores que los de sangre alogénica y por
tanto la transfusión autóloga no debiese ser tan restringida. En este sentido
creemos que las unidades autólogas si bien tienen un menor riesgo de
transmisión de enfermedades fundamentalmente virales, no podemos
desconocer otros riesgos como son los errores de identificación, los de
contaminación y los de sobrecarga circulatoria.

Los programas deben garantizar primero el uso de sangre autóloga y luego


alogénica (se debe usar un rótulo especial que diga sangre autóloga).
Se debe usar primero la unidad más antigua.
Se debe esperar la caducidad de las unidades antes de eliminarla, esto ya
que pueden reingresar los pacientes por nuevos eventos médicos.

Su relación con calidad


Existen varios aspectos vinculados con calidad.
Un indicador es la disminución de las transfusiones alogénicas en los
pacientes participantes.

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Evaluar también la tasa de desperdicio de unidades autólogas, significa que
a lo mejor estoy sometiendo a programas de autotransfusión a pacientes
que sangran poco.
Muchas veces el gasto adicional que significa la recolección de unidades
autólogas en contraposición a los avances logrados con la seguridad de la
sangre alogénica alteran la ecuación costo-beneficio. Siempre se debe tener
en claro el impacto económico adicional de este tipo de recolección.
Tener presente que la sangre autóloga se asocia a los mismos riesgos de
errores administrativos (aunque mayores por cuidados más estrictos) y
contaminación bacteriana.

Otras consideraciones
- Extracción agresiva y administración de eritropoyetina.
Estudios de cirugías ortopédicas y coronarias señalan que para evitar las
transfusiones alogénicas, se necesitan entre 3 y 5 unidades autólogas. La
eficacia depende de la medida de eritropoyetina capaz de incrementar la
masa eritrocitaria y se demostró que con extracciones habituales semanales
(1 ud) la respuesta de la eritropoyetina endógena es subóptima, vale decir
si yo someto a un paciente a extracciones semanales, la producción de
eritropoyetina endógena no es suficiente como para recuperar la masa
eritrocitaria.

Un estudio en pacientes sometidos a histerectomía comprobó en parte lo


anterior, que las recolecciones semanales generaban una anemia
perioperatoria y aumentaban los riesgos de transfusión alogénica.
La extracción agresiva de sangre autóloga, 2 veces por semana por tres
semanas, comenzando 25-35 días antes de la cirugía, generaban un
aumento de la eritropoyetina endógena. Esa eritropoyetina endógena más
un suministro de fierro causaba una mayor recuperación de la masa
eritrocitaria.
También existe el uso eritropoyetina exógena (epoetina) para
estimular la eritropoyesis durante las recolecciones

Almacenamiento de sangre autóloga para eventual transfusión


futura
Las enfermedades transmitidas por vía transfusional estimularon la creación
de centros de almacenamiento prolongado, de sangre congelada. Guardar
glóbulos rojos congelados como un seguro de vida, parecido al
congelamiento de células de cordón.
Pero se debe tener en cuenta de que las urgencias no permiten usar estas
unidades (distancia, descongelamiento lento y lavado para eliminar
sustancias).
Es apropiada en pacientes con fenotipos inusuales, aloanticuerpos contra
antígenos de alta frecuencia y con importancia clínica.

Recolección preoperatoria de hemocomponentes


Recolección preoperatoria e intraoperatoria de plasma rico en plaquetas
durante la cirugía con bomba extracorpórea podría favorecer la hemostasia
y disminuir la exposición alogénica, pero otros autores le quitan valor a este
procedimiento.

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Además algunos pacientes pueden recibir agentes antiplaquetarios, y las
intervenciones son urgentes.

Costo-beneficio
Aunque la recolección de sangre autóloga se popularizó, los costos suelen
ser más elevados que en el caso de sangre alogénica.
Además se redujeron los riesgos de las transfusiones alogénicas y se
necesitó aumentar los recursos para otras atenciones sanitarias,

Para acrecentar la eficiencia sin sacrificar la calidad, se sugiere:


- Estandarizar las indicaciones de las recolecciones preoperatorias
- Emplear solo sangre entera y suspender la preparación de
hemocomponentes
- Limitar el empleo de sangre congelada
- Aplicar las mismas normas para transfusión autóloga que
alogénica, depende de la opinión del clínico.
- Realizar tamizaje solo a la primera unidad

Hemodilución normo volémica aguda (HNA)


Consiste en extraer sangre entera y restaurar el volumen circulante con
líquidos acelulares poco antes de la hemorragia significativa prevista. El
médico sabe que el paciente va a sangrar, pero prefiere que sangre
volumen, no células; por eso toma unidades de sangre antes de la
operación y le restituye volumen. Su hematocrito va a caer, entonces
cuando sangre le entrego las unidades de sangre total con todos los
componentes.

Se colecta la sangre en bolsas estándares.


Se mantiene a temperatura ambiente
Se reinfunde en el quirófano, cuando la hemorragia se detiene o antes si es
preciso.
Se aconseja administrar cristaloides (3ml por cada 1 ml de sangre extraída)
y coloides (1 ml de dextrán, almidón, gelatina o albumina por cada ml de
sangre)
Las unidades se transfunden en orden inverso a la recolección, o sea se
reinfunde la última extraída, porque está más fresca y luego las otras.
La primera unidad recolectada y la última transfundida tienen el
hematocrito más alto y también los factores de coagulación y plaquetas
viables.
Esta técnica se desarrolló principalmente en Europa, pero el interés
creciente de EEUU la puso como alternativa promisoria de la transfusión
autóloga.

Muchas veces se prefiere esta transfusión porque las unidades no van al


banco de sangre, hay menor riesgo de error administrativo, incompatibilidad
ABO y contaminación microbiológica porque no es una unidad almacenada.

Al paciente le extraen 2 o 3 unidades 10 minutos antes de la operación, se


va reconstituyendo volumen, comienza a sangrar durante el procedimiento
y se le entregan sus unidades. El paciente no está en hipoxia porque los
síntomas están asociados a hipovolemia y en este caso el volumen esta
restituido, por otro lado un paciente en pabellón está con oxígeno, o sea no
hay problemas de hipoxia.
Conservación de la masa eritrocitaria

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El mayor valor de la HNA es la reducción de la pérdida de la masa
eritrocitaria, ya que cuando se completa la HNA el hematocrito es más bajo.
Se dice que para que este modelo tenga relevancia clínica, se requiere de
una hemorragia acentuada que disminuya el hematocrito a menos de 20%,
acompañada de un sangramiento sustancial.

La declinación súbita del hematocrito por la HNA reduce la viscosidad de la


sangre y por tanto desciende la resistencia periférica y aumenta el volumen
minuto.
Esto hace que el aporte de oxigeno a los tejidos con hematocrito de 25-
30% sea muy similar al aporte de 35-45% de hematocrito, porque si la
sangre es menos densa, menor es el gasto cardiaco y mayor será el
transporte de oxígeno a los tejidos, debido a la menor resistencia.

Preservación de la hemostasia
Como la sangre de la HNA se conserva a temperatura ambiente y se
reinfunde antes de 8 horas, el deterioro de factores de coagulación y de
plaquetas es escaso.

En cirugías ortopédicas y urológicas el valor hemostático de la sangre es


cuestionable o intrascendente ya que son cirugías que no necesitan ni
plaquetas ni plasma, en estas cirugías lo que yo necesito son glóbulos
rojos, por lo que este tipo de autotransfusión no sería el adecuado.
Podría tener cierto valor en la prevención de la coagulopatía adquirida
secundaria en cirugías con circulación extracorpórea, porque las plaquetas
al pasar por la maquina se activan.

Beneficios
1. La HNA y la reinfusión se hace en el mismo quirófano,
por lo tanto hay menos riesgo de transfusión.
2. Los costos de recolección y administración son
mínimos
3. La extracción no demanda tiempo del paciente
4. No hay transporte ni perdida de horas de trabajo
5. Evita el desperdicio de unidades autólogas
6. Las unidades colectadas por HNA no generan costos de
evaluación u eliminan los errores administrativos o profesionales que
podrían llevar a una transfusión incompatible, porque no sale del
pabellón la unidad.

En general la HNA se recomienda en cirugías con pérdidas de sangre de por


lo menos 1 litro o más de un 20 % de la volemia, siempre y cuando el
hematocrito preoperatorio sea el adecuado.

Aspectos a tener en cuenta para implementar la HNA


1. Las decisiones deben basarse de acuerdo a la intervención, la volemia y el
hematocrito.
2. Definir las políticas y procedimientos institucionales.
3. Durante la HNA debe controlarse el volumen circulante y la perfusión.
4. Colectar la sangre con técnica aséptica y en bolsas estándares, es
importante supervisar la extracción de estas unidades, porque no todas
las personas saben las condiciones que deben tener.
5. Las unidades deben rotularse y almacenarse en forma apropiada.

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Criterios de selección de los pacientes para HNA

1. Probabilidad de transfusión superior al 10%


2. Hemoglobina preoperatoria de por lo menos 12 g/dl
3. Ausencia de patología coronaria, pulmonar, hepática o renal significativa
4. Ausencia de hipertensión grave.
5. Ausencia de infección y riesgo de bacteriemia.

Recolección intraoperatoria de sangre


Consiste en recuperar y reinfundir la sangre perdida durante la cirugía a
través de una máquina.
La capacidad transportadora de oxigeno de los glóbulos rojos recuperados
es equivalente a los glóbulos rojos alogénicos transfundidos.
Como la sangre recuperada podría contener residuos tisulares, coágulos,
pequeños fragmentos óseos, es necesario utilizar filtros especiales (40
micrones). Se supone que estas maquinas poseen estos filtros.
En presencia de una hemorragia masiva los equipos de lavado celular
pueden proporcionar el equivalente a 12 unidades de banco de sangre por
hora.
Las unidades son filtradas y lavadas.

Las contraindicaciones relativas de la recuperación de sangre


intraoperatoria son:
- Neoplasias
- Infecciones
- Contaminación del campo operatorio
Se obtienen por lo general unidades de 225 ml de glóbulos rojos en solución
salina con hematocritos de 50% a 60%

Existen distintos tipos de equipos:


- Equipos que recolectan la sangre recuperada para reinfusión
directa
- Equipos que recolectan la sangre recuperada, que luego la
concentra y lava en otro equipo.
- Equipos automáticos de alta velocidad que concentran y lavan los
glóbulos rojos recuperados.
Recolección postoperatoria
Es la recuperación y reinfusión de la sangre de los drenajes quirúrgicos.
Esta sangre se encuentra diluida, hemolizada, y desfibrinada en parte y
podría contener concentraciones elevada de citoquinas, por lo tanto la
mayoría de los programas fija un volumen máximo de sangre no procesada
que puede reinfundirse (ejemplo 1.400 ml).

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La sangre es aspirada, filtrada y existe una campana que la centrifuga y la
lava. Los glóbulos rojos son reinfundidos al pacientes. Son eliminados el
sobrenadante y el Buffy coat.
Se produce la aspiración del lecho operatorio y hay una bolsa de
anticoagulante para que la sangre no coagule, entran en un reservorio de
filtración, eliminando partículas y restos; y luego estos glóbulos rojos van a
ser lavados por una solución en una campana, el sobrenadante va a una
bolsa y los glóbulos a otra para ser reinfundidos al paciente.

Si no se reinfunde antes de las 6 horas del inicio de la recolección, debe


descartarse.
Este procedimiento se utiliza principalmente en cirugías ortopédicas.
- Artroplastías
- Recambio de prótesis de rodilla

La seguridad de la reinfusión de sangre drenada no lavada es controvertida,


preocupa la posibilidad de administrar sustancias nocivas como:
- Hemoglobina libre
- Estroma eritrocitario
- Tejido adiposo medular
- Irrigantes tóxicos
- Residuos tisulares
- Productos de degradación de la fibrina
- Factores de coagulación y complemento activados

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