Palabras clave ciencia y salud, odontología, medicina, consulta
Key words science and health, dentistry, medicine, health care quality, access and evaluation
La relación odontólogo-paciente, eminentemente humana, incluye a un ser
humano que sufre y pide ayuda por un problema bucal, frente a otro que se apresta a proporcionarla, poniendo en juego su saber y su experiencia.
Si bien el sufrimiento que acompaña a la enfermedad no es puramente físico,
está doblado casi siempre de un componente espiritual, que a veces es el que predomina, la consulta odontológica no significa sólo el deseo de acabar con la molestia orgánica, sino de segar el temor escondido, la angustia inconfesada. En la consulta el enfermo se entrega confiadamente al odontólogo. Es el caso, como define Louis Portes de “una confianza frente a una conciencia”. La atención personal y directa por parte del odontólogo a la persona que necesita ayuda por un problema de salud, atención que se concreta en el acto médico, es el hecho cuya repetición traza una línea casi ininterrumpida a lo largo de la historia de la Medicina. Solamente cuando la medicina ha sido eminentemente mágico-religiosa y ahora, en muchos casos se hace depender abusivamente de la tecnología, es cuando el odontólogo y el enfermo se han distanciado. La consulta es el momento en que ponemos en práctica los conocimientos y las destrezas pertenecientes a la clínica. Clínica es lo que hacemos ante y con un paciente para identificar el problema de salud bucal motivo de la consulta, para planear la manera de solucionarlo, aplicar algunas de las medidas tendientes a este fin y, por último, para percatarse de los cambios que dicho problema va teniendo a lo largo del tiempo, ya en forma espontánea, ya a consecuencia de las medidas terapéuticas indicadas o aplicadas por nosotros. Quiero recalcar el carácter individualizador y utilitario de la clínica. Se trata, en efecto, de la aplicación de conocimientos generales a un caso particular con un fin concreto: ayudar a una persona que tiene un problema de salud. Los clínicos somos los profesionales que vemos pacientes, que damos consulta según expresiones de la gente. No tratamos con enfermedades, sino con personas, con seres humanos que tienen problemas de salud, los cuales pueden consistir en cierta enfermedad, en el padecer de incumbencia médica, en el deseo de sabes si se está sano, en la necesidad de obtener la rehabilitación de su aparato estomatognático. En vista de estas consideraciones podemos decir que la clínica odontológica es la parte del conocimiento médico que nos es confiado a los cirujanos dentistas, que se ocupa del conocimiento y la comprensión del hombre con problemas de salud, con el objeto de identificar y tratar de resolver dichos problemas. Reiteremos la idea: el hombre con problemas de salud ny no la enfermedad, es el objeto de la clínica. Puede este hombre estar sano y buscar en nosotros al profesionista que le diga como conservarse en tal estado, o que pueda padecer de algo, somático o psíquico que lo inquieta o preocupa y que le induce a buscar asistencia médica o que lo obliga a aceptarla, considerándolo siempre como un todo indivisible a este hombre-con-problema-de-salud-bucal que es el objeto del estudio de la clínica, que es la persona que tratará de comprender el clínico. Puesto que dicha persona recurre a nosotros porque tiene necesidad de él por algo que hemos llamado problema de salud,, será tal problema el que abra las puertas para el conocimiento y comprensión médica de la unidad ser humano-problema de salud. En primer lugar, la consulta médica-odontológica es una relación entre la persona humana que es el paciente y la persona humana que es el odontólogo. Una persona humana que vive su vida, en vez de dejarse vivir por la vida entendida como fenómeno biológico. Esta posibilidad de vivir su vida, permite que conozca selectivamente, sienta a su manera y quiera hacer esto o lo otro de acuerdo con sus preferencias y valores. Sépalo o no, el odontólogo es una persona humana antes que todo; quiéralo o no el odontólogo, el paciente es también, y siempre, una persona humana. La consulta médica-odontológica es, por la índole del servicio que el paciente busca y necesita, y que el odontólogo está dispuesto afectivamente y preparado por ciencia y técnica, para proporcionar una relación entre personas humanas. El hecho de que el odontólogo a solamente actúe como científico y de que despersonalice al paciente convirtiéndolo las más de las veces en un objeto biológico de conocimiento, mina la base de la consulta médica- odontológica, deforma su desarrollo y limita sus frutos. Por supuesto que dentro de la consulta de la odontología científica, esta relación entre personas tiene que ser una relación objetivante en la que el odontólogo actúa como hombre que aplica conocimientos y procedimientos científicos para identificar y tratar de resolver problemas concretos. A esto se debe que al analizar la relación paciente-odontólogo, ésta se separe en relación objetivante y relación interpersonal. Llamamos problemas de salud a lo que concierne a la salud propiamente dicha; su identificación o confirmación, su conservación y desarrollo, así como lo referente a padecer de carácter médico y a la enfermedad, considerada ésta como un fenómeno bien estructurado constituido por tres elementos fundamentales: cuadro clínico, lesión o patología, incluida en la patogénesis y la etiologíala parte del conocimiento médico que se ocupa del conocimiento y clasificación de las enfermedades. La enfermedad la deberá entender el odontólogo como un conjunto de signos y síntomas que son la expresión clínica de cierta alteración, lesión o patología, la cual a su vez obedece a determinadas causas. Cuando es posible conocer estos tres elementos (signos y síntomas, patología y etiología) se hace un diagnóstico nosológico. Cuando únicamente se identifica el cuadro clínico, o sea un conjunto de signos y síntomas ya conocido y nombrado por la nosología, se hace el diagnóstico de síndrome. El padecer de carácter médico Es una vivencia o serie de vivencias, de sensaciones, de preocupaciones, de molestias, de cambios en el comportamiento habitual, en la función y morfología corporales, que quien las vive los incluye en el ámbito de la medicina y en su caso la odontología al considerarlos, desde su punto de vista, como enfermedad o falta de salud. El padecer de carácter médico puede coincidir con alguna enfermedad, ser su consecuencia, ser la manera como ésta es vivida, experimentada, sentida por el paciente. Puede también constituir por sí solo el problema de salud que ha dado lugar a la consulta. En otras palabras, el padecer de naturaleza médica puede existir en ausencia de enfermedad. Las manifestaciones o características del padecer de carácter médico u odontológico no dependen de determinada patología, como es el caso de los signos y síntomas de la enfermedad. Pero aquellas también son expresión de algo: de la manera de ser del individuo, tanto en sus aspectos biológicos como psíquicos, culturales y sociales. De aquí que si bien las ciencias biomédicas pueden bastar para conocer y manejar la enfermedad entendida únicamente como una alteración o patología biológica, el padecer de carácter médico requiere de la ayuda de todas las disciplinas que, además de las biológicas, permitan conocer al hombre como persona, como entidad biopsíquica y sociocultural. Más para que el médico pueda tener una visión o representación clara del padecer de su paciente, además de conocerlo biopsíquica, social y culturalmente, necesita comprenderlo. Las características psíquicas, de personalidad o de carácter que según la definición previamente registrada debe tener el clínico, se refieren a la capacidad de sentir por el paciente ese tipo de afecto conocido como amor médico, definido por Pedro Laín Entralgo como el vínculo propio de la relación médica, determinado a la vez por el menester específico del paciente (su enfermedad) y por la específica capacidad de entrega del doctor (de su saber técnico), de considerar como valor supremo la ayuda médica a esa persona, la disposición para enfrentarse a situaciones desagradables, la capacidad para ponerse en el lugar del otro, para identificarse con él, para comprenderlo, sin por ello perder la objetividad científica no desviarse de la acción propiamente médica. El cambio del modelo biológico de enfermedad por el modelo biopsíquico y sociocultural de enfermedad y salud, las enseñanzas que respecto a las relaciones humanas han proporcionado las ciencias psicológicas y las disciplinas que se ocupan de la información y la comunicación humanas y, por otra parte, la ampliación del campo de aplicación de la odontología hasta abarcar personas sanas, todo ello obliga a cambiar el concepto, la estructura y los fines de la consulta. Para ello, se formulan cuatro propuestas: 1. Que se cambie el interrogatorio tradicional por una entrevista clínica desarrollada en dos partes o etapas, separadas por la exploración clínica. La primera es larga y en ella quien principalmente obtiene información es el odontólogo. En la segunda, generalmente corta es el paciente quien más información recibe. El odontólogo se la proporciona después de que ya tiene una buena idea sobre la naturaleza del problema o el diagnóstico completo; cuando ya sabe como manejarlo o cuando tiene datos respecto a su evolución bajo determinado régimen terapéutico.. 2. Que se considere como urdimbre básica de la consulta médica a la relación odontólogo-paciente entendida en su doble forma: relación objetivante y relación interpersonal. 3. Que se vea a la consulta odontológica como el momento en que el cirujano dentista debe conocer científicamente al paciente, a su problema de salud y al paciente como persona. 4. Que en toda consulta se haga la distinción entre enfermedad y padecer de carácter médico, que no se confunda su manejo terapéutico ni éste se limite a la primera. RECUADRO La consulta médico odontológica se define como el encuentro y relación de dos personas; una que necesita ayuda por un problema de salud y otra que está capacitada científica, técnica, psíquica y legalmente para proporcionarla.