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13. G.de Muster, arquitecurasefimeras para Ta entrada de Enrique IT fen Veneciaen 1574, Museo Correr, Venecia 14. Andres Palla, capil Barbaro en Maser, 1580 obras defensivas de la Serenisima, la segunda mitad del siglo xv1 vio a los soldados profesionales ir aduefiéndo- se de ese campo, y relegando a los técnicos, generalmente ingenieros, a un papel subordinado, ‘Tras la muerte de Sansovino se nombré proto di San Marco a un técnico local, pero nadie acudirfa a él para los proyectos mas importantes. Es cierto, sin embargo, que el hecho de que Marcantonio Barbaro perdiera su batalla por una ver~ sion més all'antica de Il Redentore planta central con pronaos saliente como en el Pante6n- es sintomatico de Ja cautela con que se acogi6 en Venecia el proyecto de renovacién promovido por Palladio y sus patrocinado- res. La iglesia de Il Redentore, tal como finalmente se construy6, sigue siendo de todos modos una de las cimas is altas de la actividad del arquitecto, fruto de sus investigaciones a lo largo de varias décadas. En la fachada Ia estructura de los espacios internos (nave central, capillas laterales y contrafuertes de la boveda) se proyecta sobre un solo plano con lucidez sin precedentes. Dentro del templo, los distintos elementos de la planta (el recténgulo de la nave, las capillas en tablinum y la estructura tripartita de absides, cortina de columnas y coro) estan nitidamente definidos y perfectamente integrados mediante transiciones bien estudiadas, resueltas con la misma naturalidad con que, junto a los modelos de las antiguas termas, Palladio acude a fuentes contempors- nneas como los estudios de Bramante, Rafael y Antonio da Sangallo para San Pedro de Roma Vencido en Venecia, Marcantonio Barbaro encarg6 a Palladio la capilla de la villa familiar en Maser (1580). El resultado fue la capilla Barbaro [fig. 14], una construccién exenta con ciipula y pronaos saliente, ‘que recuerda las formas de Il Redentore de planta central, Quiz4 su parte mAs interesante no es tanto el fron- tis triunfal como la fuerza plastica del alzado posterior, concebido con un austero pero poderoso movimien- to de masas murales. Aqui tenemos al Palladio lacénico, el arquitecto de la desnuda sencillez de los espacios abovedados en el basamento de las villas, el de los muros de imponente altura para sostener las grandes bo- vedas del refectorio de San Giorgio, el de la trasera de Il Redentore, con la suave curva del abside firmemente sujeta por los dos cilindros abstractos de los campanarios. Un Palladio abstracto adoptado por los mejores palladianos del siglo xv1tt y que llega hasta admiradores del siglo xx como Aldo Ross eee ee

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