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Las causas de las negaciones de Pedro de Dios.

A éste, Jesús le reprendió fuertemente aquella noche del


feb 11, 2011- Blogs Cristianos prendimiento: “Guarda tu espada, que todo el que pelea con espada, a espada
morirá” (Mt 26,52). Jesús no sólo condena abiertamente todo tipo de violencia,
sino que deja claro que no es la fuerza del discípulo la que dará la salvación,
Pedro amó a Jesús. Desde el inicio se entusiasmó con el Maestro y con la sino la entrega del Maestro que, pasando por la debilidad de la cruz y de la
proclamación del reino, dejándolo todo para seguirlo (Mc 1,16-18). Sí, Pedro muerte, fortalecerá a los discípulos después de su resurrección. No es el
había dejado todo por el Señor. Entonces, ¿cómo fue posible que llegara a este discípulo el que salva al Maestro, sino que es el Maestro el único Salvador del
punto dramático de su vida en que negó conocerlo? discípulo.

Las causas hay que buscarlas a nivel espiritual, es decir, al interior del proceso Enseñanzas para nuestra vida espiritual
de fe vivido por Pedro, y son fundamentalmente tres: Pedro se creyó mejor que
el resto del grupo, estaba demasiado seguro de sí mismo y pensó que era él La experiencia vivida por Pedro, que negó tres veces a Jesús, nos enseña tres
quién debía salvar a Jesús. Veamos las tres causas separadamente: grandes lecciones espirituales:

La primera causa es la arrogancia: Pedro desprecia a sus hermanos. 1. En el camino de la fe, quien se cree superior o más fuerte que los demás,
Cuando Jesús anunció en la última cena que todos lo abandonarían (Mc 14,26), tarde o temprano, experimentará que en realidad todos somos iguales, que
Pedro le respondió en modo intempestivo y casi altanero: “Aunque todos te -como dice san Pablo- “todos hemos pecado y estamos privados de la gracia
abandonen, yo no” (Mc 14,29). Pedro pensaba que todos los demás eran de Dios” (Rom 3,23). La vida nos enseñará que nadie es mejor que nadie y que
capaces de abandonar al Maestro, excepto él. Él era distinto. Como el fariseo es insensato juzgar y condenar a los otros, pues es una actitud que nos lleva a
de la parábola, que daba gracias a Dios porque no era como el resto de los ocupar el lugar de Dios. Como dice la carta de Santiago: “No habléis mal unos
hombres: ladrones, injustos, adúlteros, etc. (cf. Lc 18,9-14), también Pedro de otros, hermanos. El que habla de un hermano o lo juzga, está criticando y
creía estar hecho de una pasta distinta de la que estaban hechos los demás juzgando a la ley. Y si te constituyes en juez de la ley, ya no eres cumplidor de
hombres. Pedro no sólo se creyó mejor, sino que incluso llegó a juzgar a los la ley, sino su juez. Pero uno sólo es el legislador y juez el que puede salvar y
demás, olvidándose de la palabra de Jesús: “no juzguéis y no seréis juzgados” condenar. ¿Quién eres tú para juzgar al prójimo? (Sant 4,11).
(Mt 7,7). La vida le enseñó que no era mejor que los otros, que él también era
capaz de negar y abandonar a Jesús. 2. En el camino de la fe, cuando confiamos exageradamente en nuestras
fuerzas y nos olvidamos de poner toda nuestra confianza en Dios, tarde o
La segunda causa es la exagerada confianza: que Pedro tenía en sí temprano, seremos víctimas de nuestras debilidades y caeremos en el pecado
mismo. Por sí solo se cree capaz de hacer grandes cosas por Jesús. En la última por no habernos apoyado totalmente en el Señor. Jesús mismo nos recordó en
cena, cuando Jesús anunció que sería abandonado por todos, Pedro le dijo: el Huerto de los olivos que “la carne es débil”, es decir, nuestra humanidad
“Aunque tenga que morir contigo, jamás te negaré” (Mc 14,31). Y parece ser cerrada en sí misma y apoyada en sus propias fuerzas; sólo “el espíritu es
que todos los demás compartían también este mismo sentimiento, pues el fuerte”, es decir, somos fuertes cuando lo que empuja y sostiene nuestra vida
evangelio añade: “Y todos decían lo mismo”. Pedro se creía fuerte y pensaba es “el espíritu”, es decir, el dinamismo y las energías que suscita en nosotros
que con sus propias fuerzas sería capaz incluso de morir por Jesús. Este fue su la fuerza de Dios sobre todo gracias a la oración (cf. Mc 14,38)
gran error. Se olvido de lo que dice el Salmo 62, que el hombre es como “una
pared que está a punto de caerse o como un muro agrietado” (Sal 62,4). Por 3. En el camino de la fe, cuando creemos que podemos hacer algo por el Señor
eso este mismo salmista oraba así: “Sólo Dios es mi roca, mi salvación y mi y nos olvidamos de ser como niños que lo esperan todo de él y que ponen en
fuerza: ¡no seré derrotado!” (Sal 62,6). Qué distinta a la actitud de Pedro, que él su confianza, tarde o temprano, haremos la experiencia de lo limitado de
estaba tan seguro de sí mismo y se olvidaba de poner su confianza en Jesús. nuestras fuerzas y aprenderemos que no somos nosotros los que salvamos a
Jesús, sino que es él quien siempre nos da fuerza y nos salva. Cuando Pedro
La tercera causa es la idea equivocada que tenía Pedro, que pensaba quiso evitarle a Jesús el camino de la cruz, Jesús le respondió: “Colócate detrás
que su misión era salvar a Jesús, olvidándose que es siempre Jesús el de mí (, Satanás, porque tú no piensas como Dios, sino como los hombres” (Mc
nos salva a nosotros. Pedro le prometió a Jesús no abandonarlo (Mc 14,29) e 8,33). Satanás representa esa realidad que se opone a Dios y que nos aleja de
incluso llegar hasta la muerte por él (Mc 14,31). Estaba convencido que podía sus caminos. El discípulo se deja tentar por Satanás cuando cree saber más
hacer algo por evitar el dolor y la muerte de Jesús. El evangelio de Mateo nos que Dios y decide sin tener en cuenta la voluntad del Señor. Por eso la actitud
recuerda incluso que uno de los discípulos, que seguramente pensaba como del discípulo auténtico es “ponerse detrás” del Maestro. El discípulo no va
Pedro, cuando llegaron a prender al Señor en el Huerto, “sacó la espada y, adelante, marcándole el camino al Maestro y creyendo saber y poder más que
dando un golpe al criado del sumo sacerdote, le cortó una oreja” (Mt 26,51). él, sino que va detrás, siguiéndole humildemente, aprendiendo de él y
También éste pensaba que se debía imponer la fuerza humana en los planes arriesgándolo todo de él.
PAZ Y BIEN ¡¡¡

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