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11/Mayo/2010

Métodos y Técnicas de Investigación

MONOGRAFÍA

¿Es el homicidio emocional inimputable?

Lineamientos generales del derecho penal:

Para que se pueda tener un tipo penal se debe tomar en cuenta que el acto debe
ser uno de carácter típico, antijurídico y culpable. La tipicidad tiene dos partes: Según
Creus, “La acción típica es, pues, la de matar, es decir, extinguir la vida de una
persona,” (Creus, 8). La segunda partes es que la tipicidad se refiere a dicha acción se
encuentra tipificada en el ordenamiento jurídico, por lo que es una conducta que es
plenamente sancionable y dicho actor se encuentra inmersa dentro de esa conducta
tipificada. Con relación a lo antijurídico, se refiere a que es una conducta que está
penalizada por las leyes y que va en contra de la normativa legal y de las costumbres
sociales. La culpabilidad se refiere a la responsabilidad de dicha persona, ya que puede
estar frente a un delito consumado o a una tentativa del mismo. Carrara afirma que “el
hombre es libre y por serlo es responsable penalmente de sus actos […], el grado de
libertad con que se actúe determina la medida de la responsabilidad”. (Carrara citado en
Agudelo, 21-22). Siguiendo esta idea, podemos empezar a ver el comienzo de un
camino en donde se pueden desenvolver los conflictos en el tema de los homicidios
emocionales.

Antecedentes:

Con el paso del tiempo se dieron grandes avances en las escuelas positivistas y las
clásicas, en donde se consideraba el libre albedrío vs. el “delito entendido como ente
jurídico”. (Jimeno, 195). Siguiendo esta misma línea, los positivistas empezaron asociar
la peligrosidad del individuo con su personalidad, por que al delincuente de un
homicidio emocional se le consideraba un sujeto activo de baja peligrosidad. A lo largo
de la historia se han hechos varias clasificaciones de los tipos de delincuentes que
existen, entre las más famosas está la de Lombroso que era un médico que elaboró una
teoría de delincuencia y de cómo es un delincuente según la personalidad del
delincuente y que delito pueden llegar a cometer ciertas personas, y así se media el
factor de peligrosidad. Ferri, por otro lado, también creó una clasificación que se dividía
en 5 categorías:
1. Nato
2. Loco
3. Habitual
4. Ocasional
5. Pasional

En un pasado, no muy lejano, la legislación ecuatoriana permitía al marido dar la


muerte en caso de encontrar a su esposa en claro adulterio, se defendía el honor familiar
y sobretodo la honra conyugal. Pero a través de la evolución normativa y la igualdad de
género, se derogó dicha norma y ahora se considera como un homicidio especial. El 22
de Enero de 1971 al entrar en vigencia el nuevo Código Penal se derogó dicha norma,
ya que no era parte de dicha codificación.

Homicidio:

Antes de entrar al homicidio emocional es importante hacer unos lineamientos


generales sobre el homicidio en sí. El homicidio se resume básicamente en el hecho de
“dar muerte”. Está codificado en nuestro código nacional al igual que en la legislación
internacional. El sujeto activo no se encuentra calificado ya que puede ser cualquiera, El
sujeto pasivo del delito, en términos generales, puede ser cualquiera. En el caso del
homicidio pasional si debe ser calificado en cuanto a la relación de parentesco, al igual
que el sujeto pasivo. Y el bien jurídico protegido en ambos casos es la vida humana.
Ahora bien, existen varios tipos de homicidios, como el culposo, premeditado,
preterintencional, etc., pero también existen las figuras que agravan a este tipo de
delitos, según lo expone Creus, son las siguientes:
Tipificación de homicidios agravados: se dividen en cuatro grupos dependiendo del tipo
de gravedad:
1. Según el modo de cometimiento
2. Tomando en cuenta la causa o el motivo
3. Según el medio que se utilice
4. Por el vínculo de parentesco con la víctima (11)

Por lo que éste último es que no interesa discutir a continuación. Lo que agrava a
este tipo de delitos es la cercanía y confianza entre la víctima y el actor, y éste lo comete
sabiendo de la existencia de este vínculo. Por lo tanto, no se limita al vínculo
matrimonial, sino también a la filiación, tanto de ascendiente como descendientes, por
esta razón es que es un tipo penal que envuelve al infanticidio y parricidio también. Por
eso el legislador, no sólo a nivel nacional sino a nivel mundial, de uno u otra manera ha
establecido que el homicidio a los ascendientes o descendientes es especialmente
aborrecido, ya que se está desvalorizando el vínculo sanguíneo que se tiene entre el
sujeto activo y el sujeto pasivo.

La ley argentina no limita los grados en cuando a la ascendencia y descendencia


ni tampoco en la calidad de dicho parentesco. Pero si limita en cuanto a todo lo que no
sea propio de los ascendientes o descendientes está fuera del agravante a este tipo penal,
es decir los grados laterales o por afinidad no son parte de la determinación del sujeto.
Respecto al homicidio con respecto del cónyuge, la ley también lo incluye
dentro de los agravantes a este tipo penal debido a que se está faltando al respecto que
se deben entre los cónyuges. Además se esta precautelando que se haga la disolución
del matrimonio por está vía, que no sólo es ilegal sino que inmoral.

El elemento subjetivo en este caso es bien claro ya que involucra el


conocimiento de que sabiendo que existe el vínculo familiar o conyugal, el actor decide
violentar el bien jurídico con conocimiento. Puede que en cuanto al elemento objetivo
que es la voluntad, no esté muy nítida la situación, ya que lo que se ve aquí es la ira o
dolor extremo que hace que se nuble el pensamiento, pero no hay duda alguna que hay
un conocimiento del vínculo.

Dentro de la doctrina argentina uno de las circunstancias extraordinarias de


atenuación pueden ser de dos tipos: “concomitantes al hecho o preexistentes, la cual se
puede desarrollar en un período de corto o largo plazo.

Delincuente pasional y su crimen:


Para determinar el delincuente pasional y su crimen debemos hacer la distinción
entre lo que es la pasión y la emoción. La primera es un estado prolongado en el tiempo
mientras que la emoción es mucho más breve. Por esta misma razón, no se puede
eliminar del tipo penal, dotándole de un cierto privilegio al estado pasional por su
estado prolongado. Lo que doctrina discute no es tanto si es prolongado o corto el efecto
en la persona, sino que dicho efecto sea tan relevante y de tanta importancia que rompa
la fuerza mental que el agente hubiere actuado en otra situación, visto como un efecto
impulsivo.

Así mismo, se describía al delincuente pasional “como aquél que obre movido por
una pasión social; por lo general sus antecedente tachables, ejecuta el delito en estado
de conmoción y en forma solitaria, suele presentarse luego a las autoridades o sus
remordimientos lo llevan al suicidio, y como prisionera presenta buena conducta.”
(Agudelo, 194). Por lo que la Corte Suprema Peruana describe el homicidio emocional
como:
“El que se produce por medio de una excitación psíquica que disminuye
los frenos racionales o inhibitorios, como productos del conocimiento de
un hecho exterior que provoca una reacción violenta no controlada, de
manera simultánea, que desemboca en el homicidio.”1

Por lo que se llegó a la conclusión jurídica de “incluir la categoría de


homicidio emocional consagrada como una de las modalidades del homicidio
privilegiado, es decir, aquel revestido de menor gravedad de acuerdo con sus
peculiares condiciones” (Jimeno, 209). Para Pagliere, “El homicidio pasional se
diferencia de aquel donde se mata para obtener un provecho por el móvil que
encontramos en este horripilante acto es el amor, por amor, por exceso de amor
se comete delito y por eso hay que mirarlo con el alma”. (114)

Para Bernal, “la pasión excusable y el ímpetu de ira, circunstancia modificadora del
homicidio doloso” (Bernal citado por Jimeno, 205). Por lo mismo, los Códigos Penales
de los años 30, a lo largo de Latinoamérica establecían, cuando se cometían lesiones o
inclusive homicidio por el cónyuge tenía una causal de excusa ya que era justificado por
1
http://www.pj.gob.pe/servicios/diccionario/diccionario_detalle.asp?codigo=436
la ira y o intenso dolor. En la actualidad, dicha ideología ya no corresponde al momento
social que se vive. Ahora las sociedades a nivel mundial ponen una gran presión sobre
los Estados para que a través de sus órganos judiciales haga responsable a todos las
personas que han violado un bien jurídico protegido, sobretodo uno como es la vida.

Derecho Comparado:
En nuestra legislación no se encuentra regulado el homicidio emocional, como es
conocido por la doctrina mundial, pero en otras legislaciones como la Española,
Mexicana y la Argentina, en ésta última se encuentra determinado el tipo penal de la
siguiente manera:
“Artículo 81, inciso 1°, a), El Código reprime con reclusión de tres a seis
años, o prisión de uno a tres años al que matare a otro, encontrándose en
un estado de emoción violenta y que las circunstancias hicieren
excusable”. (Fontan, 47)

En el Derecho Mexicano, tras una reforma legal del 10 de enero de 1994, se tipificó
el delito de homicidio en razón de parentesco, por lo que se incluye en este delito, no
sólo los delitos de infanticidio, parricidio sino también el homicidio emocional o
también conocido como crimen pasional. Por lo que, en la siguiente clasificación,
realizada por López Betancourt para establecer la teoría del delito en particular, existen
elementos que no son propiamente parte del homicidio emocional, pero se pueden llegar
a identificar con el tipo penal en cuestión.

1. Clasificación del delito:


a. Por su gravedad: existe una doble razón relacionado con su gravedad. En
primero lugar, es un delito que atenta contra la vida por lo que al violar
el bien jurídico vida, entra la segunda parte que es la intervención de
órgano jurisdiccional para la persecución de dicho delito y su
correspondiente sanción.
b. Por la conducta del actor: en cuanto a esta tipología se divide en dos
tipos:
i. Acción: el actor realiza una serie de movimientos para que se
llegue a consumar,
ii. Omisión: deja de realizar alguna acción para evitar la muerte,
c. Debido al resultado: para que el delito se cometa, se deben realizar
ciertas actividades, al ser un delito de resultado, ya que es un delito que
puede admitir la tentativa, en donde el delito no llegaría a consumarse el
ilícito.
d. Por el daño ocasionado: no sólo se puede poner en riesgo la vida, ya que
sería un delito de peligro, sino que termina con la vida. Ocasionando un
daño irreparable a dicho bien jurídico que está siendo protegido por las
leyes.
e. Por la duración: al ser un homicidio por razón de parentesco se puede dar
dos oportunidades, la primera en cuanto a que sea realizado en un sólo
acto o en otro caso mediante una serie de actos pero la consumación si
debe ser inmediata. Para el caso específico del homicidio emocional, la
consumación del delito tiene que ser mediante una sola acción ya que se
valora mucho la temporalidad como parte de los elementos subjetivos del
caso a examinar.
f. Con relación al dolo o culpa: el actor tiene la voluntad de causar la
muerte a dichos sujetos pasivos, por lo que se puede deducir que existe
dolo al momento de realizar dicha acción. Es un delito que no puede
admitir la culpa ya que este violación del bien jurídico vida está envuelto
de la intención del agente.
g. En relación a la estructura: su estructura es la de un delito simple ya que
sólo se está protegiendo un bien jurídico: vida.
h. Por número de actos: se consume mediante un solo acto, debido a que la
gestión no se puede dividir.
i. En relación al número de sujetos activos: sólo existe un sujeto activo
para el cometimiento de dicho delito.
j. Por su forma de persecución: es un delito de acción pública ya que el
Estado como representante y protector de ciertos bienes jurídicos no
puede dejar impune a los infractores de los delitos contra la vida como es
éste.
k. En cuanto a la competencia: es un delito que se sanciona en cualquiera
de los estados federales y es un delito común a la mayoría de
legislaciones alrededor del mundo. (López, 151-153)
En nuestro sistema legal, al no tener una clara tipología del hecho que es penado, se
puede asimilar a dos tipos penales existentes, el homicidio simple y el homicidio
preterintencional detallados a continuación, respectivamente:
“Art. 449.- El homicidio cometido con la intención de dar la muerte,
pero sin ninguna de las circunstancias detalladas en el artículo siguiente,
es homicidio simple será reprimido con reclusión mayor de ocho a doce
años”.
“Art. 455.- Cuando las heridas, o golpes, dados voluntariamente, pero
sin intención de dar la muerte la han causado, el delincuente será
reprimido con tres a seis años de reclusión menor.

Nuestra legislación contempla una causal de reducción de pena, por encontrarse privado
de la razón de manera temporal, así lo expresa el siguiente artículo del Código Penal:
“Art. 35.- Perturbación mental relativa: Quien, en el momento de realizar
el acto delictuoso estaba, por razón de enfermedad, en tal estado mental
que, aunque disminuida la capacidad de entender o de querer, no le
imposibilita absolutamente para hacerlo, responderá por la infracción
cometida, pero la pena será disminuida como lo establece este Código”.

Así mismo, dentro de las circunstancias atenuantes del Art. 29 están la del “#7.
Conducta anterior del delincuente que revele claramente no tratarse de un
individuo peligroso; y la del # 9 Obrar impulsados por motivos de particular
valor moral o social”.

Jurisprudencia Local y Extranjera:


La jurisprudencia nacional no habla del homicidio emocional como tal
sino que incluye como uno de los factores fundamentales para la condena de
este tipo de delitos al estado emocional en el que encontraba el actor para llegar
a realizar dichos actos. Al respecto dice la Corte Nacional de Justicia:
“Que las circunstancias impulsivas de la infracción a las que se refiere el
Tribunal y que constan en el Art. 29 ibídem, tienen su significado y
trascendencia cuando la reacción del afectado por la ira, el miedo o
estado emocional se presenta como una reacción inmediata, pero cuando
las reacciones son posteriores o tardías no pueden considerarse como
atenuantes sino por el contrario como agravantes, pues los actos
posteriores aparecen como venganza o retaliación; y, finalmente, el
testimonio indagatorio sirve como medio de defensa, como medio de
prueba a favor del procesado y puede servir como medio de prueba en su
contra cuando se encuentre comprobada conforme a derecho la
existencia de la infracción.” (Ochoa Jara vs. Jara Apolo)

En el siguiente caso, la Corte Nacional de Justicia, si establece


expresamente que un asesinato pasional, pero lo que le califica de asesinato a
este delito a diferencia de los otros, es que éste se actuó cumplimiento la
conducta de una de las agravantes del Código Penal, ya que se trató de ocultar el
cuerpo después de infringir las heridas, lo cual terminó por causarle la muerte a
la víctima.
“De igual modo, si mediante la aplicación de las reglas de la sana crítica
se valora la prueba pericial consistente en la experticia médica legal de
la autopsia y del reconocimiento del lugar de los hechos, se establece sin
duda alguna que se trata de un asesinato pasional, porque quien la
provocó era una persona conocida de la víctima, que luego de golpearla
fuertemente en la cabeza, según consta del informe de la autopsia y
sobre cuyo contenido declaran los peritos en la audiencia de juicio,
golpes lo suficientemente fuertes como para que la víctima haya caído
exánime…” (Morocho Quinaucho vs. Quisaguano Pillasco)

La jurisprudencia Argentina ha dicho en reiteradas ocasiones los criterios que se


usan para la resolución de un caso de homicidio emocional. Así lo ha expuesto el
Juzgado de Mendonza:
“La emoción violenta no es un estado psicopatológico de breve duración
y de generación instantánea, por lo que no es admisible exigir en los
estados emocionales de concurrencia de la amnesia total o parcial. Lo
necesario es la coincidencia del estado emotivo con el hecho, y no que
sea simultánea la reacción a la ofensiva; por lo tanto el agente debe estar
violentamente emocionado en el momento del hecho. En consecuencia,
no se descarta una actitud reflexiva de la victimaria en función de las
palabras pronunciadas al cometer el delito, ya que el homicidio
emocional no es un autómata que ignora lo que hace (inimputabilidad),
puesto que la emoción no impide actuar en forma intencional.” 2

De igual manera, en un caso de mayo del 2006, donde Claudio David Alcázar
de 32 años, mató al amante de su esposa golpes, por lo que la prensa informa:
“Ayer, en coincidencia con la hipótesis que había sostenido la defensa, el
tribunal entendió que en el homicidio mediaron circunstancias
extraordinarias que volvieron excusable la conducta desplegada por
Alcázar, por lo cual debía atenuarse para él la pena del homicidio. Esto
es lo que se conoce jurídicamente como homicidio en estado de emoción
violenta, o bien, "homicidio emocional", según lo bautizaron otros
autores.”3

Los Tribunales Mexicanos a su vez han expuesto las ideas a considerar en los casos de
crímenes pasionales:
“La emoción es un cambio en la personalidad de quien comete el hecho,
en virtud de un estímulo externo, que altera transitoriamente el
comportamiento habitual de esa persona, impidiéndole dominar sus
impulsos, y lo llevan a obrar irreflexivamente, aunque sí
concientemente, pues de lo contrario, no acarrearía imputabilidad.”
La Corte Suprema Mexicana también ha definido “la emoción violenta
como un estado psicopatológico de duración breve, de producción generalmente
instantánea, que anula la clara conciencia y perturba su voluntad normal.”
(Fontan, 48)

Conclusiones:

Uno de los graves problemas de este tipo penal es que cae demasiado en la
subjetividad, ya que se miran las circunstancias en el cual el hecho se cometió, y queda
finalmente a valoración del juez determinar si son lo suficientemente excusables como
2
http://www.jus.mendoza.gov.ar/documental/jurisprudencia/consultas/simple_mostrar.php?
libre=inimputabilidad&normas=3

3
http://monitor.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=176772
para que se le pueda reducir la pena. Uno de los factores más importantes es la
temporalidad del incidente, ya que tiene que haber una correlación de eventos desde que
se da esta ira o dolor incalculable hasta el cometimiento del delito. Pero la doctrina no
es uniforme en este tema, ya que afirma que no necesariamente puede ser un evento
correlacionado con la pareja o problemas con ésta, sino que se puede dar una
acumulación de circunstancias que un pequeño detalle puede hacer que la persona
explote causando la muerte de su pareja, sea cónyuge o conviviente. Por lo mismo los
autores han dicho:
“Deben ser de una entidad tal, que sean capaces de ocasionar la reacción en un
individuo más o menos estable emocionalmente. Una simple broma, un insulto
habitual, sin intención de agraviar, no pueden de ningún modo configurar esta
causal, pero si el sujeto es sometido de continuo a humillaciones, una más puede
desencadenar la tragedia”.(Donna, 75)

Otro elemento subjetivo gira entorno a la emoción del sujeto activo en dicho
evento. Peña dice “Lo que importa de ese estado, porque es la razón de la atenuante, es
que haya hecho perder al sujeto pleno dominio de su capacidad reflexiva, y que en él
sus frenos inhibitorios estén disminuidos en su formación.” (44) Al momento del juicio,
puede ser determinante la conducta y temperamento del autor ya que el resultado de este
elemento puede desencadenar en que se complete el tipo penal con elemento subjetivo o
en que no se determine de la existencia del mismo, resultando en una sentencia
favorable al agente.

La discusión central gira entorno a si puede ser imputable o no dicho actor, por
lo mismo la imputabilidad se refiere de tener conocimiento y voluntad de que el hecho
que está cometiendo es uno de lo que está penado por las leyes. Nos referimos al
entendimiento de la acción cuando el actor ha realizado una serie de procesos de
conciencia y ha querido buscar dicho resultado. La inimputabilidad es la falta de uno de
los elementos de tipo penal en donde dicha carencia causa que el autor del delito sea
“perdonado” o “excusado” en cuanto a su acción por dicha causa específica. Dentro de
la inimputabilidad se encuentran varias hipótesis las cuales son objeto de causar la falta
de voluntado y/o conocimiento del agente.
La hipótesis que nos compete analizar es un trastorno en la salud mental, pero de
manera transitoria. López Betancourt la define cómo, “Es cuando el agente padece una
perturbación mental pasajera, de corta duración, situación que la hace diferente a la
enajenación mental, y durante aquella, priva de la vida a alguno de los sujetos
especialmente indicados en el tipo penal.” (154). Por lo mismo, se puede establecer que
dicha disturbio mental está siendo, hasta un cierto punto, justificada por la norma penal.

Al hacer la comparación con nuestro derecho en donde se puede encontrar una


contradicción muy clara ya que, si bien es cierto, como se expuso anteriormente, es una
circunstancia agravante el hecho de que el actor esté relacionado con la víctima, en caso
de ascendencia, descendencia o es cónyuge de mismo. Pero a su vez, como se estableció
mediante la característica de delincuente pasional de Agudelo, es un delincuente que es
de baja peligrosidad y que tiene buenos antecedentes, lo cual resulta como un atenuante
transcendental para el momento de la pena.

Jimeno dice que “Así, la pasión tiene influencia sobre la responsabilidad e la


persona pero no sobre su inimputabilidad. Por lo mismo, nuestro Código aborrece el
hecho de se de este tipo de crímenes en donde la víctima es el cónyuge, por lo que
establece el en Art. 31 una causal para agravar el delito cometido.

“Art. 31.- se reputará como circunstancia agravante de la infracción el


hecho de ser la víctima cónyuge, conviviente, pariente hasta el segundo
grado de afinidad y cuarto de consanguinidad o ascendiente o descendiente
del ofensor”.
Bibliografía:

1. Agudelo, Nodier. “Emoción violenta e inimputabilidad”.Medellín: Ediciones


Nuevo Foro Penal, 1990.
2. Carmona Castillo, Gerardo. “La imputabilidad penal”. Segunda Edición.
México: Editorial Porrúa, 1999.
3. Creus, Carlos. “Derecho Penal. Parte Especial”. Quinta Edición, Buenos Aires:
Astrea, 1995.
4. Creus, Carlos. “Introducción a la nueva Doctrina Penal”. Buenos Aires:
Rubinzal – Culzoni Editores, 2003.
5. Donna, Edgardo Alberto. “Teoría del Delito y de la Pena”. Buenos Aires:
Astrea, 1995.
6. Fontan Balestra, Carlos. “Derecho Penal. Parte Especial”. Décimo Cuarta
Edición, Buenos Aires: Abeledo – Perrot, 1999.
7. Jiménez de Asúa, Lius. “Introducción al Derecho Penal”. México: IURE
Editores, 2006.
8. Jimeno Santoyo, Myriam, “Crimen pasional: contribución a una antropología de
las emociones”. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2004.
9. López Betancourt, Eduardo “Delitos en Particular”.Quinta Edición, México:
Editorial Porrúa, 1998.
10. López Betancourt, Eduardo. “Introducción al Derecho Penal”. Séptima Edición,
México: Editorial Porrúa, 1999.
11. Pagliere, Carlos. “Homicidio Insidioso”. Buenos Aires: Astrea, 2006.
12. Peña Guzmán, Gerardo. “El Delito de Homicidio Emocional”.Primera Edición,
Buenos Aires: Omar Favale Ediciones Jurídicas, 2006.
13. Hilda. "Homicidio por emoción violenta." La guÃa de Derecho. 10 May 2010
<http://derecho.laguia2000.com/derecho-penal/homicidio-por-emocion-violenta

14. Fallo, Judicial. "Tres años de reclusión por un "homicidio emocional"" Monitor

Ciudadano. 10 May 2010. http://monitor.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=176772


15. Jurisprudencia Corte Nacional de Justicia: Víctor Gonzalo Ochoa Jara por delito
de Homicidio de Luis Gonzalo Jara Apolo.
16. Jurisprudencia Corte Nacional de Justicia: Luis Galo Morocho Quinaucho por
delito de Asesinato de Nelly Rocío Quisaguano Pillasco.

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