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ESTRIDOR

Dra. M. Constanza Beltrán

El estridor es síntoma de obstrucción de vía aérea superior. Se genera por el paso turbulento de
aire a través de una zona estrecha de la vía aérea. Sus causas son variadas, desde lesiones localizadas hasta
patologías que ponen en riesgo la vida del paciente. Se ve con mayor frecuencia en niños, siendo la
mayoría de origen congénito, a diferencia del adulto, en que es poco frecuente y generalmente adquirido.
Las características del estridor son volumen, tono y fase, esta última, la más importante. Según la
fase podemos clasificar el estridor en: inspiratorio, espiratorio o bifásico. Esta clasificación es relevante ya
que da una orientación del lugar donde se ubica la alteración:
• Estridor inspiratorio: la lesión está en la vía aérea alta, sobre la glotis (nasofaringe, orofaringe o
supraglotis).
• Estridor espiratorio: la alteración se encuentra en la vía aérea baja (bronquios y tráquea
intratoráxica)
• Estridor bifásico: el trastorno puede estar a nivel glótico, subglótico o en tráquea extratoráxica.

De acuerdo a lo anterior, el estridor puede ser provocado en diferentes niveles de la vía aérea:
nasofaringe, orofaringe, laringe y tráquea.
1. Nasofaringe: a este nivel puede ser producido por atresia de coanas bilateral, hipertrofia de
cornetes, deformidades nasales, malformaciones craneofaciales o existencias de masas como
adenoides y gliomas.
2. Orofaringe: lesiones como tumores o quistes faríngeos, síndrome de Pierre Robin (fisura palatina,
micrognatia y glosoptosis) o base de la lengua aumentada de tamaño provocan estridor.
3. Laringe: en la región supraglótica la laringomalacia y los quistes pueden producir estridor. A nivel
glótico, las lesiones que lo generan son las parálisis cordal unilateral o bilateral, las membranas
laríngeas y hendiduras laríngeas. En la subglotis la estenosis subglótica y hemagioma.
4. Tráquea: alteraciones como traqueomalacia y broncomalacia desencadenan estridor.

Como fue dicho anteriormente, en la mayoría de los casos, este síntoma traduce una patología
congénita. El niño que presenta estridor debe ser estudiado adecuadamente; la evaluación inicial
comprende: historia (precisar características del estridor, edad de aparición, antecedentes perinatales, etc.),
examen físico (malformaciones y masas) y radiografías anteroposteriores y laterales de tórax y cuello.

A. Si no hay anormalidades radiológicas, la lesión es limitada y el paciente no presenta dificultad


respiratoria ni cianosis debe realizarse una nasofibroscopía. Ésta puede evidenciar una
laringomalacia o estar dentro de límites normales. De ser normal, el paso siguiente es solicitar un
esofagograma con bario, este puede demostrar reflujo gastroesofágico, sugerir una anormalidad
vascular o ser negativo. En este último caso hay que completar el estudio con endoscopía,
laringoscopía directa y broncoscopía.
B. Si a través de la historia, el examen físico y las radiografías se sospecha una lesión significativa
(por ejemplo: niño con dificultad para alimentarse, cianosis, malformaciones evidentes y
radiografía de tórax que muestra compresión de la tráquea). En este tipo de pacientes debe
solicitarse endoscopía, nasofibroscopía, laringoscopía directa y broncoscopía. Con estos exámenes
uno obtendrá un diagnóstico específico.

La etiología más frecuente del estridor laríngeo congénito es la laringomalacia. Ésta se produce por
inmadurez neuromuscular (flacidez de las estructuras laríngeas) y alteraciones anatómicas (epiglotis en
omega con tendencia a la formación de dobleces, repliegues ariepiglóticos pequeños y aritenoides
prominentes que tienden a ser aspirados durante la inspiración).
Clínicamente se presenta como estridor inspiratorio que se agrava con la agitación, alimentación,
infecciones respiratorias y en posición supina. La intensidad del síntoma es variable, desde una respiración
ruidosa, hasta un cuadro obstructivo respiratorio alto. Por lo general existe reflujo gastroesofágico
asociado.
La nasofibroscopía evidencia epiglotis en omega y en la inspiración: colapso de la supraglotis y
aspiración de los aritenoides.
La mayoría de los casos no necesita tratamiento específico, ya que con el crecimiento, el esqueleto
laríngeo adquiere mayor consistencia, cediendo el estridor entre los 12 y 18 meses de edad. En casos muy
severos, puede ser necesario en tratamiento quirúrgico.
TEMA: ESTRIDOR
(Guía para el alumno)

CASO CLÍNICO

Consulta una madre muy preocupada por su hijo de 3 semanas de vida. Dice haber notado desde
hace una semana que el niño emite un ruido raro. A través de la historia, Ud. logra saber que fue un recién
nacido de término, sin patología perinatal. Al preguntar dirigidamente la madre dice que el ruido “es como
que respirara fuerte”, más notorio cuando se alimenta, llora y está acostado. Al examen físico destaca un
niño activo, sin malformaciones evidentes. No tiene dificultad para alimentarse y al ponerlo en posición
supina se oye estridor inspiratorio leve.

Preguntas:

1. Describa la etiología del estridor y clasifíquelo según la fase indicando a qué nivel de la vía aérea
se encuentra la lesión.
2. Al examen físico nombre 4 hallazgos que hagan sospechar que la alteración está a nivel
nasofaríngeo u orofaríngeo.
3. En el caso clínico expuesto: ¿cuál sería el diagnóstico más probable?
4. ¿Cómo clasificaría Ud. el estridor en este caso?
5. ¿A qué nivel se encuentra la alteración?
6. ¿Cómo estudiaría Ud. a este niño?
7. ¿Qué examen sería el más indicado para hacer el diagnóstico? Y ¿qué esperaría encontrar en él?
8. Los padres piden que les de un pronóstico de la enfermedad, ¿qué les diría Ud.?
9. ¿Cómo explicaría la etiología de este cuadro?
10. ¿En qué cambiaría su enfoque si la madre le dice que el niño ha tenido pobre incremento de peso
y nota que a veces se “pone azul”?

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