Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Grado
Lengua:
Conjunto ordenado y sistemático de formas orales, escritas y grabadas que sirven para la
comunicación entre las personas que constituyen una comunidad lingüística. Hablando de
una manera informal puede decirse que es lo mismo que idioma, aunque este ultimo
término tiene más el significado de lengua oficial o dominante de un pueblo o nación, por
lo que a veces resultan sinónimas las expresiones lengua española o idioma español. Hay
lenguas que se hablan en distintos países, como el árabe, el inglés, el español o el francés.
En estos casos aunque la lengua sea la misma, existen ciertas variaciones léxicas, fónicas y
sintácticas menores por motivos históricos y estrictamente evolutivos, aunque todos los
hablantes se entienden entre sí.
Desde un punto de vista científico, a partir de Ferdinand de Saussure se entiende por lengua
el sistema de signos orales y escritos del que disponen los miembros de una comunidad
para realizar los actos lingüísticos cuando hablan y escriben. La lengua es un inventario que
los hablantes no pueden modificar, sólo emplearlo a través del habla, es decir, el conjunto
de emisiones que los hablantes producen gracias al inventario del que disponen. Este
concepto fue ligeramente modificado por Noam Chomsky, que entiende la lengua como el
sistema interiorizado que poseen los hablantes, capaz de generar sus realizaciones
lingüísticas. El hablante las evalúa gracias a la competencia, o sea, el dominio inconsciente
que tiene de su lengua.
HABLANTE OYENTE O
O EMISOR RECEPTOR
MENSAJES
OYENTE
Lenguaje: HABLENTE
Medio de comunicación entre los seres humanos por medio de signos orales y escritos
que poseen un significado. En un sentido más amplio se entiende por lenguaje cualquier
procedimiento que sirva para comunicarse. Algunas escuelas lingüísticas entienden el
lenguaje como la capacidad humana que conforma al pensamiento o a la cognición.
Investigaciones recientes sobre los primates, demuestran que muchos de estos rasgos no
son exclusivamente humanos. No obstante, se puede decir con cierta seguridad que, aunque
el lenguaje entendido como sistema de comunicación no sea exclusivamente humano, el
lenguaje humano posee características especiales. Los humanos engarzan una serie limitada
de unidades gramaticales y de signos separados para formar un conjunto infinito de
oraciones que bien pudieran no haber sido oídas, emitidas, leídas, escritas o pensadas con
anterioridad. Los niños que todavía no han aprendido gramática establecen sus propias
reglas de lenguaje empleando su capacidad lingüística así como los estímulos que reciben
de la comunidad lingüística en la que han nacido.
Cuando una lengua posee escritura y expresión oral, es decir, no es una lengua muerta,
suele ocurrir que su escritura posea los caracteres gráficos de otra lengua y que haya
adaptado a su alfabeto los fonemas, sílabas o morfemas que no tenía. Al estudiar la
adaptación que existe entre escritura y expresión oral, se pueden comparar las formas oral y
escrita de una lengua.
La forma escrita de las lenguas es constante, estática y suele reflejar la forma que tenía la
lengua cuando se adoptó el alfabeto, silabario o sistema gráfico del que se trate. En cambio,
la lengua hablada es dinámica y cambia continuamente, aunque lo haga con lentitud desde
el punto de vista fonético. El caso del español no ofrece grandes problemas de adecuación
entre la escritura y la pronunciación, sobre todo si comparamos su situación con la de otros
idiomas, como el inglés, donde la inadecuación es enorme. En los idiomas que han
adoptado una escritura reciente, como el swahili, o bien la han reformado, como el hebreo,
es donde mejor se observa la adaptación entre la lengua oral y la escritura.
A diferencia del habla, la escritura no representa ni el timbre, el tono, la intensidad, la
entonación, si acaso incluye, en el mejor de los casos, determinados signos, como los de
puntuación o las mayúsculas. Tampoco incluye las variantes dialectales e idiomáticas.
Prueba de ello es que los chinos que hablan dialectos diferentes se entienden mejor por
medio de las formas escritas que por el lenguaje oral. Por ese motivo los hablantes de los
distintos dialectos del alemán escriben en alto alemán, que han adoptado como norma
escrita. En Hispanoamérica no existe en general una aguda situación de incomunicación
entre los hablantes de las diversas zonas, por lo que ni la lengua escrita ni la hablada
suponen una barrera para la comprensión entre los hispanohablantes.
SINTAGMA: Son las relaciones horizontales que se establecen entre palabras. En la lengua
hablada se llaman: relaciones sintagmaticas. Su unidad forma el sintagma, se caracteriza
por un número determinado de elementos y un orden relativo.
Casi todas las cosas, en cuanto formas sensibles del mundo, son signos ya que pueden
aportar una significación: el llanto de un niño, un timbrazo, la niebla, una señal de tráfico,
las luces del semáforo. El signo lingüístico es el más utilizado en la comunicación humana,
es el elemento esencial: las palabras. El signo lingüístico es una entidad biplana, está
formado por significante o expresión y significado o contenido.
El significante del signo lingüístico es el conjunto de los elementos fónicos que lo forman,
por ejemplo, el significante de la palabra niño sería n+i+ñ+o, o el dibujo o fotografía de un
niño. El significado del signo lingüístico es el concepto o idea que evoca en la mente el
significante. El significado de la palabra niño sería el concepto de niño, es decir, el
conjunto de características comunes a todos los niños que permite agruparlos como clase.
Hay otro elemento, el referente, que es el objeto o entidad real a que el signo remite. Los
niños reales constituirían el referente. No obstante, hay signos que carecen de referente,
aquellos que expresan relaciones: y, de, más. En otros signos, el referente es imaginario, al
no pertenecer al mundo real, sino a un universo creado por el propio signo: extraterrestre, el
Lazarillo de Tormes.
Sílaba:
Grupo fónico constituido por una sola vocal o por la combinación de una vocal y una o
varias consonantes que le preceden o siguen y que se pronuncian en un solo golpe de voz.
Los fonemas vocálicos pueden formar una sílaba o pueden ser núcleo silábico, mientras que
los fonemas consonánticos precisan combinarse con otro vocálico para poderse pronunciar
y formar sílabas; nunca pueden ser núcleo de éstas. Los diptongos y triptongos forman una
sola sílaba.
El límite entre las sílabas se marca con una disminución de perceptibilidad, generalmente
en las consonantes.
La sílaba tiene significante pero no significado, aunque a veces pueda ocurrir que una
palabra esté compuesta por una sola sílaba, en cuyo caso es una sílaba y, al mismo tiempo,
una palabra: sol, té.
Las sílabas que se componen de una sola letra se llaman monolíteras: o-sa; las de dos,
bilíteras: sue-la, las de tres, trilíteras: ver-bal, las de cuatro o más, polilíteras: tron-co.
Las sílabas que contienen una sola vocal son simples: vil; las que tienen más de una,
compuestas: vie-ja. Las que finalizan en vocal se denominan libres o abiertas: co-to; las que
lo hacen en consonante, trabadas o cerradas: man-tel.
La sílaba que en una palabra recibe el acento se llama sílaba tónica, la que no lo lleva se
denomina átona.
Dos consonantes entre dos vocales hacen que la primera se una a la anterior y la otra con la
que la sigue: ár-bol; excepto que la primera de ellas sea b, f, g, k, p y la segunda una l: o-
bli-gar, a-fren-ta, o también b, d, f, g, k, p, t y la segunda una r: a-bra-zo, a-pren-der. En
América, el grupo tl se articula en una misma sílaba: a-tlán-ti-co, a-tle-ta.
Si tres consonantes aparecen seguidas, las dos primeras se agrupan con la vocal anterior y
la tercera con la que le sigue: cons-tan-te.
Si aparecen juntas cuatro consonantes entre vocales, las dos primeras se agrupan con la
primera vocal y las dos restantes con la que le sigue, aunque en la pronunciación oral se
tiende a reducir una de ellas: ads-crip-ción.
ORTOGRAFÍA DE LA SÍLABA
Cuando al final de un renglón no se puede escribir entera una palabra por falta de espacio,
se ha de partir en una de sus sílabas, indicándolo mediante un guión, y terminar de
escribirla en el renglón siguiente. Las normas que rigen su correcta división son las
siguientes:
ACENTO PROSÓDICO
a) Diferenciar dentro de una misma palabra la sílaba tónica de las átonas que existan:
chileno, balón o atraer la atención del oyente hacia palabras que el hablante quiera
resaltar por algún motivo.
c) Marcar determinados ritmos, sobre todo en poesía: Ínclitas razas ubérrimas, sangre
de Hispania fecunda / espíritus fraternos, luminosas almas, ¡salve! (Rubén Darío).
Las sílabas se clasifican por el acento en: tónicas o fuertes: aquellas que se pronuncian con
mayor intensidad porque recae en ellas el acento principal, y átonas o débiles: las
inacentuadas, pronunciadas con una menor intensidad. Casi todas las palabras, analizadas
individualmente, tienen un acento que puede aparecer en una de las cuatro últimas sílabas,
siempre que sea polisílaba, e incluso en el caso de que tenga una sola, ésta es fuerte.
Atendiendo a la posición que el acento ocupa, las palabras se dividen en:
El acento, como regla general, se mantiene en la misma sílaba en singular que en plural, por
eso algunas palabras terminadas en consonante, que en singular son agudas o llanas, se
convierten en llanas o esdrújulas al formar su plural: mes/meses, orden/órdenes. Como
excepciones a la regla anterior, cambian al pasar al plural la sílaba acentuada
régimen/regímenes o carácter/caracteres, porque, como se ha señalado antes, el español no
tiene palabras simples sobresdrújulas.
En la lengua hablada las palabras forman grupos tónicos; una frase puede estar compuesta
por uno o por varios de estos grupos, en cada uno de los cuales la sílaba fuerte sirve de
soporte a las restantes. Las sílabas átonas que se apoyan en la tónica siguiente se llaman
proclíticas; las que se apoyan en la anterior reciben el nombre de enclíticas.
Algunas palabras, sea cual sea su posición dentro de la frase, llevan siempre acento, son
palabras llenas; otras aparecen sin acento, son palabras vacías. Pertenecen a la primera
clase: el sustantivo, el adjetivo calificativo, los pronombres tónicos, los numerales
cardinales y ordinales, el verbo, el adverbio, los interrogativos y exclamativos; pertenecen a
la segunda clase: el artículo, la preposición, la conjunción, los pronombres átonos, los
adjetivos posesivos apocopados y los pronombres relativos no interrogativos.
Aunque en una frase pudiera haber varios grupos tónicos y, por tanto, varias sílabas
acentuadas, sólo una de éstas predominará sobre las demás en la frase, subordinándose a
ella las restantes, y estará siempre en la palabra que el hablante quiera destacar.
ACENTO ORTOGRÁFICO
El acento prosódico no siempre aparece reflejado en la lengua escrita, pero cuando lo hace
utiliza el signo diacrítico llamado tilde (´), siguiendo unas reglas fijas de acentuación dadas
por la Real Academia Española.
Diptongos, triptongos e hiatos son la agrupación de dos vocales (diptongo) o de tres
(triptongo) para formar una sola sílaba, y dos vocales en contacto que forman sílabas
diferentes (hiato).
Diptongo
Es una sílaba compuesta, formada por dos vocales, una abierta (a, e, o) y otra cerrada (i, u)
o dos cerradas: fuero, hierro, cuyo valor a efectos fonéticos es el de una única vocal. Las
combinaciones que pueden adoptar son las siguientes:
Creciente o ascendente con vocal i: ia; ie; io: tapia, pie, novio.
Creciente o ascendente con vocal u: ua; ue; uo: yegua, huelo, fatuo.
Decreciente o descendente con vocal i: ai (ay); ei (ey); oi: (oy): naipe, peine, hoy.
Decreciente o descendente con vocal u: au; eu; ou: aumentar, Europa, bou.
En los dos primeros tipos, el núcleo silábico está formado por la vocal abierta; en el tercero,
tanto i como u pueden ser núcleo o satélite, dependerá de donde recaiga la mayor intensidad
al pronunciar la sílaba. En los diptongos crecientes las vocales cerradas son
semiconsonantes; en los decrecientes son semivocales. A estas articulaciones castellanas
que tienen a la vez características vocálicas y consonánticas se las denomina yod (la i de un
diptongo o triptongo, cuya pronunciación es más cerrada y breve que la de la vocal palatal
[i]) y wau (la u de un diptongo o triptongo, cuya pronunciación es más cerrada y breve que
la de la vocal velar [u]). Los diptongos crecientes en español son más frecuentes que los
decrecientes.
El acento prosódico recae siempre sobre la vocal abierta. Cuando el diptongo está formado
por dos vocales cerradas, el acento se pone en la segunda vocal, que es la que más se
percibe, por esto el primer elemento se considera semiconsonante.
En el lenguaje oral, en una pronunciación muy rápida, dos vocales abiertas, unidas, pueden
formar un diptongo si una de ellas se articula como cerrada. Lo mismo puede ocurrir con
las vocales de las terminaciones de los participios de la primera conjugación tras la pérdida
de la -d- intervocálica. Sin embargo, aunque esto suceda en un ambiente coloquial, no es
admitido como correcto ni en la lengua oral cuidada ni en la escrita.
En los textos poéticos: 1) A la hora de establecer la rima, el poeta puede ignorar la vocal
cerrada de los diptongos y tener en cuenta sólo la vocal abierta. 2) Pueden unirse dos
vocales abiertas y formar un diptongo, contándose como una sola sílaba; es lo que se
denomina sinéresis. 3) Cuando una palabra termina en vocal y la siguiente comienza por
otra vocal, independientemente de que sean abiertas o cerradas, suelen unirse para formar
una sola sílaba, produciéndose una sinalefa. 4) A veces el autor utiliza la facultad de
provocar un hiato, al convertir en dos sílabas un diptongo por necesidades métricas; es lo
que se denomina diéresis, porque con frecuencia se suele poner este signo ortográfico (¨)
sobre la vocal cerrada para indicarlo.
Triptongo
Es la unión de tres vocales en una sola sílaba; se produce cuando una vocal fuerte va entre
dos débiles: averiguáis; la vocal abierta es el núcleo de éste. Los triptongos son:
iai: mediáis
iei: ansiéis
iau: miau
uau: guau
Hiato
Grupo de vocales que, aunque aparecen juntas, se pronuncian en sílabas diferentes. Se
produce hiato:
Cuando se juntan una vocal fuerte y otra débil y el acento recae sobre esta última: sa-bí-a,
ba-úl.
Los verbos terminados en -iar, -uar, en las tres personas del singular del presente de
indicativo y en la tercera de plural de los presentes de indicativo y subjuntivo.
Oración gramatica:
Unidad lingüística mínima, dotada de significación, que no pertenece a otra unidad
lingüística superior, con sentido completo, autonomía sintáctica y figura tonal propia.
La oración como unidad estructural está constituida por dos sintagmas fundamentales:
Sintagma nominal y sintagma verbal, que son los constituyentes inmediatos de la oración y
corresponden a las funciones de sujeto y predicado.
Desde el punto de vista semántico, el sujeto es un sintagma nominal del cual se afirma,
niega, pregunta, exclama, duda o se desea algo, y el predicado es un sintagma verbal con el
que se afirma, niega, se pregunta algo del sintagma nominal.
Sujeto es la persona u objeto del que se dice algo, y predicado es un sintagma verbal que
expresa todo lo que se dice del sujeto gramatical; esta relación gramatical establecida entre
sujeto y predicado da lugar a las oraciones bimembres: Luis trabaja. Sujeto y predicado son
las funciones sintácticas básicas de la oración gramatical. En oposición se dan las oraciones
unimembres; que pueden ser enunciados con sentido completo, aunque falten alguno de los
dos constituyentes, bien el sujeto o bien el verbo, o, a veces, el núcleo de ambos: Buenas
tardes; !Socorro! Y las oraciones impersonales, aquellas que carecen de sujeto gramatical:
Llueve; Hay mucha gente; Es primavera.
La oración, como unidad de habla real con sentido completo que es en sí misma, puede
contener un solo juicio, oración simple, o más de uno, oración compuesta.
La oración simple se caracteriza por tener como núcleo del predicado un solo verbo en
forma personal, e indica una sola acción verbal: La casa es grande. La oración compuesta o
compleja se caracteriza por tener dos o más verbos e indica más de una acción verbal: Luis
se alegra tanto cuando sus hijos triunfan.
1. Según la naturaleza del predicado, la oración obedece a las relaciones entre el verbo y
sus complementos y el modo de significado del verbo: atributivas y predicativas, según
estén formadas por un predicado nominal o por un predicado verbal: David es arquitecto;
Virginia trabaja en Barcelona.
Las oraciones predicativas pueden presentar diferentes formas: activas y pasivas, según que
el sujeto realice la acción verbal o la reciba: David compra una casa; Una casa ha sido
comprada por David.
Las oraciones activas, según las relaciones sintácticas y significativas, pueden ser:
a) Transitivas son oraciones construidas con complemento directo: Carmen vende libros.
b) Intransitivas son las oraciones que carecen de complemento directo: Daniel come en el
restaurante.
c) Reflexivas son oraciones en las que el sujeto realiza la acción y también la recibe; se
representa por un pronombre reflexivo. Se distinguen dos tipos de oraciones reflexivas,
directas e indirectas. En las directas, el complemento directo coincide con el sujeto:
Virginia se lava. En las indirectas, el complemento indirecto coincide con el sujeto:
Virginia se lava las manos.
d) Recíprocas son las oraciones en que hay varios sujetos que realizan y reciben la acción
mutuamente: Virginia y David se quieren. Las oraciones recíprocas, igual que las
reflexivas, pueden ser directas o indirectas. Son directas cuando el pronombre funciona
como complemento directo, e indirectas cuando el pronombre funciona como complemento
indirecto: Virginia y David se besan la cara.
e) Personales son las que llevan sujeto gramatical, presente o ausente, que realiza o recibe
la acción verbal: Sergio lo hizo; Lo vio (sujeto él o ella).
f) Impersonales son oraciones unimembres que carecen de sujeto. Pueden ser impersonales
de fenómenos meteorológicos o de la naturaleza: Nieva; se construyen con formas verbales
en tercera persona del singular. Las impersonales gramaticalizadas carecen de sujeto y se
construyen con verbos que, en otros usos lingüístico, no son impersonales, haber, hacer,
ser: Hace calor; Hay mucho público; Es primavera. Las impersonales reflejas se pueden
considerar variantes de las pasivas reflejas: Se vive feliz, oraciones con verbo en singular
que carecen de sujeto pasivo expreso. Impersonales ocasionales son las oraciones que
carecen de sujeto, por su intencionalidad en la expresión o porque el sujeto es
indeterminado: Dicen que canta; Comentan que…; se construyen con verbo en tercera
persona del plural por lo que no son impersonales propias, en alguna de estas expresiones,
según el contexto, podríamos conocer el sujeto.
a) Pasivas propias tienen significado pasivo, el sujeto recibe la acción verbal y el verbo está
en forma pasiva. Se llama primera de pasiva cuando lleva el complemento agente expreso:
La ciudad fue conquistada por los romanos, y segunda de pasiva, a la oración que no lleva
el complemento agente expreso: La ciudad fue conquistada.
b) Pasivas impropias o pasivas reflejas son las oraciones que tienen significado pasivo; el
sujeto recibe la acción del verbo, pero éste se construye en voz activa: Se alquilan pisos.
Sólo se utiliza en tercera persona con el pronombre se, que marca la pasiva refleja y
acompaña a la forma activa del verbo: Se venden libros; se utiliza en la lengua publicitaria
y generalmente aparece sin el complemento agente, ya que el hablante intenta ocultar quien
es el agente de la oración expresada: Se alquilan pisos, razón portería.
2. Según la actitud del hablante ante lo que expone, actitud que se manifiesta a través de la
entonación. La intencionalidad del hablante individualiza las oraciones ante el contenido de
su propio enunciado y así éstas se clasifican en enunciativas, interrogativas, exclamativas,
imperativas o exhortativas, desiderativas, optativas y dubitativas o de probabilidad.
b) Interrogativas son las oraciones utilizadas para expresar preguntas, para requerir una
respuesta verbal al interlocutor en el proceso de la comunicación. El español carece de
marcas sintácticas obligatorias específicas de la interrogación. La entonación es suficiente
para señalarlas. En la lengua escrita se marcan con signos de interrogación al comienzo y al
final: ¿Viene Sergio? ¿Sergio viene? Se pueden distinguir: Interrogativas totales e
interrogativas parciales. Las totales preguntan por todo el contenido de la oración: ¿Estuvo
Sergio ayer en tu casa? las parciales, preguntan sólo por un elemento de la oración, que
aparece representado por un pronombre interrogativo, por un adverbio interrogativo o por
una conjunción o locución interrogativa: ¿Quién ha llamado? ¿Dónde vas? ¿Por qué lo has
hecho? Las oraciones interrogativas retóricas, marcan preguntas cuya respuesta es
conocida: ¿Cómo podría yo negarme? y las interrogativas que equivalen a mandatos o
peticiones: ¿Te callas de una vez? Las interrogativas directas, son aquellas que reproducen
exactamente el discurso del hablante: ¿Qué hora es? y las interrogativas indirectas, aquellas
en las que la pregunta está suavizada y no va entre signos de interrogación, utiliza verbos
que expresan lengua y pensamiento: Quisiera saber qué hora es; Pregúntale qué desea; Me
gustaría saber qué hora es.
Sustantivo:
Palabra que sirve para designar personas, animales, conceptos o elementos, ya sean reales
o existentes sólo en la mente humana.
FORMA
Desde el punto de vista formal, el sustantivo es una palabra flexiva (véase Flexión) en
muchos idiomas, es decir, admite variaciones en su terminación para indicar los accidentes
gramaticales de género, número y, a veces, caso.
En español, está formado por un lexema, llamado también morfema léxico o raíz, que
aporta el significado de la palabra, y unos formantes o morfemas que lo completan. Los
morfemas son de dos tipos: constituyentes u obligatorios, y derivativos o facultativos.
Algunos gramáticos consideran al artículo como un morfema gramatical más del nombre,
porque señala o confirma el género y número de éste: el/la estudiante.
En español, los sustantivos no se declinan como en latín, por lo que no presentan casos.
Son los prefijos, sufijos e infijos, que modifican el significado del lexema: superdetective,
cochecito.
Biznietas: biz- prefijo; -niet- lexema, -a- morfema gramatical de género, -s morfema
gramatical de número.
FUNCIÓN
La función primordial del sustantivo es la de ser el núcleo (N) del sintagma nominal (SN)
que hace de sujeto en la oración, pero puede aparecer también como núcleo de otros
sintagmas nominales que pueden estar incluidos dentro del sujeto o del predicado.
Análisis de una oración: sujeto, adjetivo, adverbio, predicado, objeto directo, objeto
indirecto, aposición, complementos circunstanciales
e) Un sintagma preposicional: El estuche 'de cuero' es bonito. Quiero 'café con leche'.
Ciertas palabras, sin ser sustantivos, realizan en la oración la misma función que éste; se
dice entonces que están sustantivadas o que son sustantivos de discurso. En estos casos van
precedidas de un determinante: El 'azul' me sienta bien; siempre tiene un 'no' para todo.
SIGNIFICACIÓN
El sustantivo se define como la palabra que sirve para nombrar personas, animales o cosas.
Siguiendo la clasificación tradicional, el sustantivo puede ser:
Propio: nombre con el que se destaca la individualidad de un ser -persona, animal o cosa-,
frente a los de su misma clase con el fin de diferenciarlo: Leonor, Babieca. Cuando se
refiere a personas o cosas personificadas recibe el nombre de antropónimo, si alude a
espacios geográficos se denomina topónimo.
Concreto: designa elementos materiales cuya existencia el hablante la percibe como real
por poderla percibir a través de los sentidos, aunque no lo sea: libro, tejado.
Abstracto: nombra un concepto, cualidad o estado que sólo existe en la mente humana o
que asociamos con frecuencia a personas u objetos: libertad, amor. Puede ser de cualidad,
formado generalmente a partir de un adjetivo: simpleza, hermosura; de fenómeno, derivado
de un verbo: cantante; de cantidad, relacionado con los numerales; puede indicar algo
preciso, como centena, o impreciso, como montón.
Patronímicos: formados a partir de un nombre paterno, han dado origen a muchos apellidos
españoles: de Martín, Martínez; de Gonzalo, González.
Gentilicios: indican el lugar de procedencia (pueblo, comarca, región, país, continente) de
las personas: castellano, argentino.
Aumentativos: sustantivos que mediante los sufijos -ón/-ona, -azo/-aza y -ote/-ota expresan
su significación en alto grado: zapatón, perrazo.
Diminutivos: sustantivos a los que los sufijos -ito/-ita, -illo/-illa, -ico/-ica, -uelo/-uela, -in,
-este, aportan el significado de 'pequeño', a veces unido a cierta afectividad: chocolatito,
cantarcillo.
Verbo:
Parte de la oración, que funciona como núcleo del predicado e indica proceso, acción o
estado.
FORMA
Presenta formas simples, que constan de una sola palabra: canto, temía, partiré; formas
compuestas constituidas por dos o más palabras y que son los llamados tiempos
compuestos: he cantado, hubiera temido, habrá partido y además perífrasis verbales: tengo
que cantar, volvió a temer, voy a partir. Admite las categorías gramaticales de tiempo,
aspecto, modo y voz, además de las de persona, que comparte con los pronombres
personales y posesivos, y la de número que se da también en el sustantivo y el adjetivo.
Carece de género, excepto el participio.
Las formas verbales constan de un lexema o raíz que encierra el significado léxico del
verbo y de formantes constitutivos, desinencias o morfemas que aportan la información
gramatical varia: número, persona, tiempo, modo y aspecto. Entre el lexema y los
formantes constitutivos se sitúa la vocal temática que informa sobre la conjugación a la que
pertenece el verbo y que aparece sin alteración en el infinitivo. El verbo admite formantes
facultativos y constituyentes.
Los formantes facultativos son prefijos: des- deshacer, re- rehacer, ante- anteponer, contra-
contraponer, en- ensuciar, em- embarcar, entre- entreabrir, inter- intercambiar, pre- prever,
tras- trasnochar, sub- subestimar, sobre- sobrecargar, y sufijos: -ear, vocear, lloriquear;
-ecer, favorecer, oscurecer; -ejar, cotejar, bosquejar; -guar, santiguar, amortiguar; -ificar,
bonificar, cuantificar; -uar, actuar, conceptuar; -iar, carbonizar, economizar.
Los formantes constituyentes o gramaticales pueden ser:
1) Desinencias, morfemas flexivos que se añaden al tema (lexema + vocal temática) para
indicar: tiempo (presente, pasado o futuro), modo (indicativo, subjuntivo, e imperativo),
aspecto (perfectivo, imperfectivo, resultativo, incoativo, ingresivo, durativo), número
(singular o plural) y persona (primera, segunda o tercera). En el verbo, con un mismo
morfema se representa a la vez tiempo, modo y aspecto, o número y persona; es lo que se
denomina sincretismo verbal. Pero hay veces en que el morfema no está explícito, como
por ejemplo ocurre con el de tiempo-modo-aspecto en el presente de indicativo (cant-a-
mos), en ese caso, se representa su ausencia con el signo Æ. Las formas verbales que
presentan desinencias se denominan formas personales del verbo.
2) Sufijos verbales (-ar, -er, -ir del infinitivo; -ando, -endo del gerundio y -ado, -ido del
participio), terminaciones propias de las formas no personales del verbo, llamadas también
verboides.
Entre el lexema y los morfemas gramaticales en español puede aparecer la vocal temática
(a, e, i), que es un morfema gramatical carente de significado; indica si el verbo pertenece a
la primera (-a-, cantar), segunda (-e-, temer) o tercera (-i-, partir) conjugación. Esta vocal
temática no está siempre presente porque se neutraliza, como en la primera persona del
singular del presente de indicativo, o se transforma en un diptongo, como en la tercera
persona del plural del pretérito perfecto simple de los verbos de la segunda y tercera
conjugación. Ejemplos de análisis formal de formas verbales:
Cantábamos:
-ba-: morfema gramatical que indica tiempo (pretérito imperfecto), modo (indicativo) y
aspecto (imperfectivo).
Habíamos cantado:
Habíamos: forma auxiliar, procedente del verbo haber, susceptible en sus orígenes de ser
dividida en partes como cualquier forma verbal simple, pero que al estar gramaticalizada
funciona como morfema de la forma verbal que le sigue, a la cual aporta las nociones de
tiempo (pretérito pluscuamperfecto), modo (indicativo), aspecto (perfectivo), persona
(primera) y número (plural).
cant-: lexema; aporta el significado de la palabra.
-a-: vocal temática que indica que el verbo sigue el paradigma de la primera conjugación.
Categorías verbales
NÚMERO
El número del verbo es una marca de concordancia impuesta por el sujeto. Las formas
verbales pueden ir en singular: yo hablo o en plural: nosotros hablamos. No presentan
variaciones de número las formas no personales o verboides del infinitivo y gerundio:
hablar, hablando. Los verbos unipersonales sólo presentan formas verbales en singular, por
su referencia nocional de la impersonalidad: nieva, nevaba. A veces, aparecen usos verbales
que presentan una relación especial de concordancia con el sujeto, el verbo puede aparecer
en plural con sujetos en singular: Eso son amores; este tipo de discordancia es aceptada
porque responde a razones de significación o de sentido, porque, aunque el sujeto vaya en
singular tiene significado de plural.
PERSONA
La persona del verbo varía, de acuerdo con las personas gramaticales que el sujeto presenta,
afecta también a los pronombres personales y a los posesivos. La persona remite a los
interlocutores del discurso, según el eje básico hablante-oyente, yo-tú. Las personas son:
primera, segunda y tercera, en singular: yo amo, tú amas, él ama, o plural: nosotros
amamos, vosotros amáis, ellos aman. Hay que señalar algunas excepciones de algunos
verbos y formas verbales, que sólo se utilizan en tercera persona de singular, como los
verbos unipersonales: Nieva, y algunos verbos defectivos: Atañe. Las formas no personales
o verboides carecen de persona: comer, comiendo, comido. El imperativo sólo tiene
segunda persona.
MODO
El morfema verbal de modo indica la actitud del hablante ante el enunciado y significación
verbal: la actitud puede ser objetiva o subjetiva. Ésta puede presentarse como un hecho
cierto, o bien, considerar que su realización será más o menos incierta, virtual, hipotética,
deseable, deseada, dudosa… Es una categoría específica del verbo. Si el hablante expresa la
realidad de forma objetiva, sin tomar parte de ella, utilizará el modo indicativo, el modo de
la realidad: Sergio estudia mucho; Hace calor; Mañana iremos al cine. Si el hablante
participa en el enunciado, expresa de una forma subjetiva deseo, duda, temor…, utilizará el
modo subjuntivo de la no realidad, de la representación mental: Ojalá tenga suerte; Es
posible que lo haga. La gramática tradicional distingue cuatro modos verbales: indicativo,
subjuntivo, condicional e imperativo, en realidad son dos los modos verbales: indicativo y
subjuntivo, que corresponden a la doble actitud posible del hablante ante el enunciado:
objetiva y subjetiva.
Los modos tradicionales imperativo y condicional no son más que variantes del modo
subjuntivo y del modo indicativo: el imperativo del subjuntivo y el condicional del
indicativo.
El modo indicativo es el modo actualizador por excelencia. Sus formas sitúan el acontecer
en un lugar y momento dados. Sus formas verbales expresan que el hablante considera la
acción o proceso como algo perteneciente a la realidad, que posee existencia objetiva: El
muchacho está aquí. Había acudido mucho público. Iré a tu casa hoy.
El modo subjuntivo es el modo de lo virtual, ofrece la significación del verbo sin actualizar
y a él pertenecen las formas verbales con las que el hablante considera la acción o proceso
como algo irreal, como un hecho que existe en su pensamiento pero al que no puede
atribuir fuera de éste, existencia real con seguridad: Espero que estés en casa; Ojalá lo
hagas; Acaso vaya.
TIEMPO
El tiempo es la categoría gramatical que ubica el acontecer del verbo en el imaginario eje
del tiempo natural o real del hablante. Se trata de una categoría deíctica. El tiempo es un
concepto de medida; el hablante necesita expresar la fecha de las acciones, o
comportamientos que expresa con el verbo, y para ello utiliza un segmento imaginario, en
el que el punto de partida es presente, todo lo anterior es pasado y lo que queda por venir,
futuro. La oposición básica se establece entre el presente, el pasado y el futuro, acción
simultánea, anterior y posterior respectivamente al ahora del hablante. El presente es
puntual, pero en la conciencia del hablante abarca lo que acaba de ser presente y es pasado
y lo que es todavía futuro, pero que va a ser presente de inmediato. El hablante, la realidad
que mejor conoce es la que ha vivido, la que se ha dado en el pasado. La realidad del
presente la conoce, pero no la ha asimilado, y la realidad del futuro la desconoce. Por eso,
en la conjugación española hay más tiempos verbales en el pasado que en el presente y en
el futuro.
Los tiempos verbales del modo indicativo son: Tiempos del presente: presente: amo, temo,
parto; pretérito perfecto: he amado, he temido, he partido. Tiempos de pasado: pretérito
imperfecto: amaba, temía, partía; pretérito indefinido o pretérito perfecto simple: amé, temí,
partí; condicional simple: amaría, temería, partiría; pretérito pluscuamperfecto: había
amado, había temido, había partido; pretérito anterior o copretérito: hube amado, hube
temido, hube partido; condicional compuesto: habría amado, habría temido, habría partido.
Tiempo del futuro: futuro simple: amaré, temeré, partiré; futuro compuesto: habré amado,
habré temido, habré partido.
VOZ
Otra forma de expresión de la voz pasiva es la pasiva refleja, que aparece en construcciones
en voz activa con el pronombre se y significado pasivo: Se abren las puertas de la catedral a
las diez. El sujeto gramatical las puertas recibe la acción del verbo (abren: son abiertas). Se,
morfema indicativo de voz pasiva, indica que el sujeto gramatical debe interpretarse como
objetivo.
ASPECTO
El aspecto es el morfema verbal que indica el tiempo interno de la acción expresada por el
verbo: Luis amó, Luis amaba, nos indica si la acción verbal ha acabado ya (amó), o si está
en proceso o desarrollo (amaba). El aspecto no supone, a diferencia de la categoría tiempo,
ubicación alguna, pero sí tiene en cuenta, al considerar la acción aislada, el factor temporal
que subyace a su realización, desarrollo y conclusión. Por ello, aunque no se confunden,
existe una relación entre ambas categorías. No indica si la acción es presente, pasada o
futura respecto al momento del hablante, sino que indica la medición interna del proceso
verbal con referencia al término o transcurso del mismo proceso: amó, amaba indican
acciones que ya se han dado en el pasado, pero amó indica que la acción ya se había
acabado en ese momento del pasado, y amaba expresa que la acción seguía realizándose en
el pasado.
El aspecto verbal puede ser: aspecto perfectivo el que indica que la acción verbal se
representa como acabada: Yo amé. He terminado mis estudios. Aspecto imperfectivo indica
que la acción se representa en un proceso sin indicar si éste ha acabado: Yo amo; Terminaré
mis estudios. En español el aspecto se expresa mediante procedimientos gramaticales,
terminaciones verbales o léxicas, perífrasis verbales: He estudiado (perfectivo) o yo he de
estudiar (imperfectivo). En español, todos los tiempos simples, excepto el pretérito perfecto
simple, indican el aspecto imperfectivo, y, todos los tiempos compuestos y el pretérito
perfecto simple, el aspecto perfectivo.
Las formas del subjuntivo presentan en el uso lingüístico aspecto perfectivo e imperfectivo
indistintamente: Cuando hayas cumplido treinta años te felicitaré (aspecto imperfectivo);
Aunque hayas estudiado mucho, no has aprobado ninguna asignatura (aspecto perfectivo).
Generalmente, las formas del subjuntivo expresan deseo, duda, temor, indican tiempo de lo
desconocido o del futuro, y acciones imperfectivas: Ojalá vengas; Deseo que vengan mis
amigos. Las perífrasis verbales indican el término o proceso de la acción expresada por el
verbo perifrástico: Las perífrasis de infinitivo, indican aspecto imperfectivo: Tengo que
trabajar; Debía de estudiar más; las perífrasis de gerundio, indican aspecto imperfectivo:
Iba leyendo los temas; Voy estudiando ciencias. Las perífrasis de participio, indican
aspecto perfectivo: Yo tengo realizados los ejercicios; Yo tengo estudiados los temas.
Función
La función privativa del verbo es ser núcleo del predicado, a él se refieren directa o
indirectamente todos los complementos del sintagma.
Adverbio:
Parte de la oración que sirve para modificar, precisar, matizar o ampliar el significado de
un verbo, de un adjetivo o de otro adverbio.
FORMA
Los adverbios no tienen unidad morfológica; por lo tanto, los hay con formas simples: hoy,
mañana; con formas compuestas: anteayer; e incluso con formas complejas, como las
locuciones adverbiales: a lo grande, de vez en cuando.
FUNCIÓN
A veces el adverbio afecta a toda la oración, utilizado como recurso lingüístico por el
hablante: Increíblemente, Carmen vino. También pueden desempeñar función de nexos o
conectores entre oraciones: Lo harás 'como' yo quiera. Iré 'cuando' pueda.
SIGNIFICACIÓN
Adverbio de tiempo: luego, ahora, antes, después, ayer, hoy, mañana, entonces, tarde, etc…
Adverbio de lugar: cerca, lejos, aquí, allí, arriba, abajo, fuera, alrededor, allá, ahí.
Adverbio de modo: Bien, mal, así, despacio, deprisa, aprisa, gratis… Y la mayoría de los
terminados en -ente: lentamente, rápidamente, felizmente.
Adverbio de cantidad e intensidad: más, menos, poco, bastante, demasiado, muy, mucho,
apenas, casi, medio, algo, nada.
Adverbio de afirmación: sí, también, ciertamente, claro, desde luego, en efecto, asimismo.
Junto a esta clasificación, hay que señalar otra que obedece a criterios funcionales:
Con los adverbios de tiempo, se dan dos posibilidades, en cuanto a la relación hablante-
oyente: la situación actual, creada por el hablante que expone al oyente, es el momento del
discurso, y corresponde al mundo comentado. El hablante narra hechos que corresponden a
un contexto diferente, que no es en el que se hallan el hablante y el oyente, corresponde al
llamado mundo narrado.
Los adverbios interrogativos sirven para preguntar por una circunstancia; son tónicos,
llevan tilde y exigen una respuesta: ¿'Dónde' estabas ayer? En el museo. ¿'Cuándo' vendrás?
Mañana. ¿'Cómo' estás? Bien.
Adjetivo:
Parte variable de la oración que acompaña opcionalmente al sustantivo en el sintagma
nominal, para calificarlo (adjetivo calificativo) o determinarlo (adjetivo determinativo),
concordando con él en género, número y en algunas lenguas también en caso.
ADJETIVO CALIFICATIVO
FORMA
El adjetivo, desde un punto de vista formal, está compuesto por un lexema o raíz, que
aporta el significado de la palabra, y unos morfemas que lo completan. Los morfemas son
de dos tipos: constituyentes y facultativos.
Los constituyentes facultativos del adjetivo son los prefijos y sufijos, que modifican el
significado del lexema. Los sufijos pueden ser: aumentativos, diminutivos y derivativos.
Ejemplos de análisis de adjetivos desde el punto de vista formal: Bajito: baj- (lexema), -it-
(morfema diminutivo), -o (morfema gramatical de género), -ø (ausencia de morfema
gramatical de número).
Casi todos los adjetivos (los que señalan propiedades o características cuantificables)
pueden presentar su cualidad en diferentes grados de intensidad o plenitud para mostrarla
tal cual es, para establecer una comparación entre dos elementos o para potenciar al
máximo la cualidad del adjetivo.
El grado positivo presenta la cualidad del adjetivo en su término medio, sin ponerla en
relación con ninguna otra: alegre, bondadoso. El grado comparativo presenta la cualidad del
adjetivo en relación con otra, estableciendo su superioridad (más generoso), igualdad (tan
agradable) o inferioridad (menos risueño) con respecto a ella. Más, tan y menos son
adverbios, adyacentes del adjetivo al que acompañan; el segundo término de la
comparación se establece mediante otros marcadores, los nexos conjuntivos comparativos
que y como. El grado superlativo expresa la cualidad en su más alto grado, marcando una
relación absoluta (superlativo absoluto) mediante:
a) los adverbios muy, extraordinariamente, enormemente, altamente, extremadamente: Muy
especial, enormemente listo.
El superlativo puede ser también relativo, si expresa la máxima cualidad de algo o alguien
en relación con otras personas, animales o cosas de un grupo determinado: Sonia es la más
simpática de mis amigas (de superioridad), Juan es el menos complaciente de la clase (de
inferioridad). Muy es incompatible con la terminación -ísimo: muy buenísimo.
Además, existen otros superlativos irregulares, procedentes del latín, de carácter culto o
literario, cuyas formas más usadas son:
acre: acérrimo
amable: amabilísimo
amigo: amicísimo
antiguo: antiquísimo
áspero: aspérrimo
benévolo: benevolentísimo
célebre: celebérrimo
cierto: ciertísimo
cruel: cruelísimo
fiel: fidelísimo
frío: frigidísimo
fuerte: fortísimo
libre: libérrimo
mísero: misérrimo
noble: nobilísimo
nuevo: novísimo
pobre: paupérrimo
pulcro: pulquérrimo
reciente: recientísimo
sagrado: sacratísimo
salubre: salubérrimo
simple: simplicísimo
tierno: tiernísimo
valiente: valientísimo
Estos superlativos presentan otra forma popular o coloquial, como amiguísimo, asperísimo,
cruelísimo, integrísimo… Algunos adjetivos tienen formas duplicadas en el superlativo con
variaciones fonéticas: bonísimo/buenísimo, fortísimo/fuertísimo, o cambios de grafías:
antiquísimo (derivado de antiguo). Potísimo, 'muy poderoso' y ubérrimo, 'muy abundante y
fértil' son superlativos cultos, no existen en español adjetivos en grado positivo de los que
se hayan formado.
FUNCIÓN
El adjetivo calificativo puede acompañar a un sustantivo, apareciendo antepuesto o
pospuesto a éste, o puede aparecer de forma independiente realizando las siguientes
funciones:
b) atributo o predicado nominal, si en la oración aparecen los verbos ser o estar: Mis
amigas son 'simpáticas'.
El participio equivale a un adjetivo, por lo cual puede realizar sus mismas funciones. Si el
participio conserva su naturaleza verbal puede ir complementado por otras palabras y
formar una proposición de participio.
Concordancia:
Conformidad de accidentes gramaticales de género y número entre artículo, adjetivo y
sustantivo y de número y persona entre el sujeto y el verbo.
En latín y griego la concordancia entre artículo, adjetivo y sustantivo era también de caso.
Algunos gramáticos hablan también de concordancia temporal refiriéndose a la correlación
que existe entre los tiempos verbales.
Coinciden en género y número: El prado, la casa, los árboles, las flores; un caballo, una
camisa, unos zapatos, unas pulseras.
El artículo lo, al no haber sustantivos neutros en castellano, concuerda con el adjetivo que
lo acompaña, al cual sustantiva. En ciertos casos puede ir delante de un adjetivo masculino
o femenino e incluso plural como: 'Lo contenta' que estoy, 'Lo alegres' que están, porque se
refiere a todo el conjunto de palabras al que acompaña y no sólo al adjetivo que antecede.
Cuando el sustantivo femenino empieza por a o ha tónica el artículo toma la forma el,
procedente del antiguo artículo femenino ela, para evitar la eufonía; lo mismo ocurre con el
indeterminado una: El ancla; Un águila.
El adjetivo referido a un solo sustantivo concuerda con éste en género, número: cordón
amarillo, esa estatua, nuestros amigos, algunas naves.
Cuando se refiere a varios sustantivos, si ambos tienen el mismo género, concuerda con
ellos en plural, aunque éstos vayan en singular: Mi primo y su amigo estaban contentos. Si
uno de ellos es masculino, aunque los demás sean femeninos, el adjetivo coincide con ellos
en masculino plural: Los libros, los animales y las flores son gratos a las personas, pero si
el adjetivo antecede a los sustantivos concuerda sólo con el primero de ellos: Comimos
muchas uvas e higos o puede aparecer en singular si se refiere a dos o más sustantivos,
unidos por una conjunción copulativa o disyuntiva, a los que el hablante identifica o da un
sentido unitario: Flora y fauna americana, lo que no ocurre si se los percibe como dos
realidades distintas: La flora y la fauna americanas.
Referido a un solo sujeto, el verbo concuerda con éste en número y persona: El gallo pelea
bravamente, Los chicos juegan a la pelota. Con sujeto múltiple el verbo va en plural: Paco,
Ana y Petra se fueron, excepto que exista alguna palabra que los englobe a todos, en cuyo
caso el verbo se conjuga en singular: Miseria, desgracias y pena, todo contribuyó a su
infelicidad, o que los sustantivos los sienta el hablante como una unidad: Tu 'respaldo y
ayuda' me facilita la labor. Con un sujeto en el que existan diferentes personas
gramaticales, se prefiere la primera a la segunda y ésta a la tercera: Tu abuela, tú y yo
iremos al cine mañana, Vosotros y mi primo os encontraréis en el parque. En frases como
Los estudiantes somos muy numerosos, el verbo aparece en primera persona en lugar de
tercera al incluirse el hablante dentro del sujeto.
En las oraciones atributivas, el verbo puede concordar en plural con el atributo por la
atracción que la proximidad o intensidad de éste ejerce: Eso son calumnias; Mi infancia son
recuerdos de un patio de Sevilla.
Con nombres colectivos el verbo concuerda en singular, pero puede aparecer en plural
dependiendo del significado de la frase: Una multitud de abejas le picó/picaron. Lo mismo
puede decirse cuando en el sujeto entran múltiplos, partitivos o palabras relacionadas con
ellos: parte, mitad, tercio y resto: De la excursión, parte fue (fueron) a los museos, parte
paseó (pasearon) por las calles.
Si los sujetos están coordinados por una conjunción copulativa o disyuntiva, o si son
sinónimos, el verbo va en singular: Mañana viene el niño y/o la niña. Dos o más infinitivos
o proposiciones de infinitivo pueden ser sujeto de una oración cuyo verbo vaya en singular:
Tu constante 'ir y venir' me cansa; 'Querer lograr una cosa y luchar por ella' es gratificante.
Existen casos de discordancia entre el sujeto y núcleo del predicado producidas de forma
intencionada al utilizar un plural de modestia: Nosotros opinamos… (yo opino) o un plural
mayestático: Nos, el Rey, ordenamos…; para mostrar cercanía o afecto: ¿Cómo estamos
hoy de ánimo?; sorpresa o ironía ante una persona o cosa: ¿Esas tenemos?; para diluir la
responsabilidad de una persona amparándose en la pluralidad de un grupo inexistente: La
hemos fastidiado, o mediante la utilización de los demostrativos neutros en lugar de los
masculinos o femeninos de singular o plural para indicar desprecio hacia una o varias
personas: ¿ Ves eso que se acerca? Es mi vecino.
Versificación (verso):
Arte de componer versos, o teoría de la estructura fonética del verso. Esta teoría
considera las características fonéticas por sí mismas o en relación con los demás elementos
no fonéticos del poema. Teóricamente, cualquiera de las características fonéticas de una
lengua, tales como el número de sílabas que se suceden en una emisión, los grados de
intensidad o el tiempo utilizado para emitirlas, y hasta su tono, pueden organizarse hasta
constituir un modelo ordenado y simétrico. El estudio de la versificación en la poesía de las
diversas lenguas y periodos debe tener en cuenta estas posibilidades, sin olvidar que existen
diferentes sistemas: el de la métrica griega y latina, basado en criterios cuantitativos; el
acentual y el silábico.
RIMA Y ESTROFAS
Los versos pueden combinarse en número diferente y vincularse de manera diversa según
criterios de resonancia final, consonante o asonante (véase Rima). Hay combinaciones
estróficas abiertas o fijas. Las primeras abarcan estrofas de 2, 3, 4, 5, 6, 8, 10 y 12 versos.
Las de dos y tres versos (pareado, de rima a-a y terceto, de rima a-b-a) muy raramente
aparecen de manera independiente.
La estrofa de tres versos de arte mayor mayor más usada es terza rima o terceto dantesco
formada por versos endecasílabos con rima ABA BCB CDC… Los seis últimos versos del
soneto son dos de estos tercetos encadenados. Entre las estrofas de cuatro versos figuran:
redondilla (octosílabos con rima consonante abrazada, abba, o cruzada, abab);
cuarteta asonantada, también llamada copla o cantar, con rima asonante en los versos pares;
cuaderna vía, estrofa de alejandrinos monorrimos, típica del mester de clerecía (AAAA);
Estrofas de cinco versos quintilla, de versos octosílabos cuya rima, consonante, se combina
de diversas maneras (ababa, abbab, abaab, aabba);
quinteto, de versos endecasílabos, que sigue las normas de la quintilla en las rimas.
Estrofas de seis versos, sextilla (versos de arte menor semejante a los de tres, cuatro o cinco
versos, generalmente aab aab o aab ccb).
Estrofas de ocho versos: copla de arte mayor, la de arte menor y la octava real, que tiene
rimas alternas en los seis primeros versos y un pareado con rima diferente en los dos
últimos, todos endecasílabos
Estrofas de diez versos: décima antigua diez versos de rima consonante asimétricos 4+6
(abba cddcdc); 6+4 (abcabc dccd) (asimétrica: 4+6 o 6+4), copla realdos quintillas
simétricas 5+5 (la rima de cada semiestrofa puede repetirse o no: abaab; cdccd o abbab;
cdcdc), décima espinela compuesta de dos redondillas de rima abrazada y dos versos de
enlace en el centro: abba - ac - cddc.
Estrofas de doce versos: la más conocida es la estrofa manriqueña en realidad copla de pie
quebrado, que abarca dos semiestrofas de seis versos y éstas a su vez dos tercetos que
incluyen dos octosílabos seguidos de un tetrasílabo, según el siguiente esquema: abc abc
def def.
Combinaciones estróficas fijas son, entre otras: la sextina , seis estrofas de seis versos y un
envío final o contera de tres;
la lira, con estrofas de cinco versos endecasílabos y heptasílabos que responden al esquema
aBabB, introducida por Garcilaso y emparentada con la canción; la silva, serie continuada
de de veinte versos como mínimo, con versos de 11 y 7 sílabas, aunque sujeta a muchas
variaciones, llamada también canción libre; y el soneto. De las combinaciones no
estróficas, la más importante es el romance.
VALORES FÓNICOS
La paronomasia se produce entre flexiones de una misma palabra y de sus derivados o con
palabras de sonido igual o semejante. Por ejemplo: "Granjas tengo en Balafor; / cajas
fueron de placer ,/ ya son casas de dolor" (Calderón de la Barca); "el otoño eficaz, la
primavera,/ el enterrado invierno y la alta hoguera,/ y el activo verano, y ventanales"
La rima o asonancia interna (Rima) influye también en el valor fónico del poema: "En tus
manos, ¡oh sueño!, me encomiendo".
CUENTO:
Narración breve, oral o escrita, de un suceso imaginario. Aparecen en él un reducido
número de personajes que participan en una sola acción con un sólo foco temático. Su
finalidad es provocar en el lector una única respuesta emocional. La novela, por el
contrario, presenta un mayor número de personajes, más desarrollados a través de distintas
historias interrelacionadas, y evoca múltiples reacciones emocionales.
La evolución histórica del cuento es más difícil de fijar que la de la mayoría de los géneros
literarios. Originariamente, el cuento es una de las formas más antiguas de literatura
popular de transmisión oral. El término se emplea a menudo para designar diversos tipos de
narraciones breves, como el relato fantástico, el cuento infantil o el cuento folclórico o
popular. Entre los principales autores de cuentos infantiles figuran Perrault, Hermanos
Grimm y Andersen, creadores de historias imperecederas como Caperucita Roja,
Pulgarcito, Alí Babá, Blancanieves, Barba Azul o La Cenicienta.
NOVELA:
Narración extensa, por lo general en prosa, con personajes y situaciones reales o ficticios,
que implica un conflicto y su desarrollo que se resuelve de una manera positiva o negativa.
La termino novela (del italiano novella, 'noticia', 'historia', que a su vez procede del latín
novellus, diminutivo de novus, 'nuevo') procede de las narraciones que Giovanni Boccaccio
empleó para designar los relatos y anécdotas en prosa contenidos en su Decamerón. Ahora
bien, como género es el resultado de la evolución que arranca en la epopeya y sigue con el
romance.
LÍRICA:
Forma poética que expresa tradicionalmente un sentimiento intenso o una profunda
reflexión, ambas ideas como manifestaciones de la experiencia del yo. Esta definición debe
matizarse cuando se traten ciertas formas de la lírica moderna en la que, como ya ocurría
con el haiku japonés, el yo se desvanece en favor de la imagen o de una escena cuya
emoción se desliga de la subjetividad del poeta.
TRAGEDIA:
Desarrolla acciones heroicas o infortunadas de personajes insignes que simbolizan diversos
principios eticos o morales.
COMEDIA:
Presenta una visión ironica y critica de la realidad humana y social. Sus personajes son de
condición común.
DRAMA:
Mezcla los elementos trágicos y económicos, tristes y alegres, para ofrecer una visión rica y
compleja de los seres humanos y de la sociedad.
CRÓNICA:
Exposición cronológica en prosa que narra la historia de una nación, un linaje real, una
institución (como la Iglesia en un determinado país) o una fundación individual (como un
monasterio).
ENSAYO:
Composición literaria que tiene por objeto presentar las ideas del autor sobre un tema y que
se centra, por lo general, en un aspecto concreto del mismo. Con frecuencia, aunque no
siempre, el ensayo es breve y presenta un estilo informal. El género se diferencia así de
otras formas de exposición como la tesis, la disertación o el tratado.