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Ochy Curiel*
Este artículo señala que la teoría poscolonial hecha desde la academia conlleva una posición elitista y androcéntrica.
La autora muestra que las prácticas y luchas del movimiento feminista, tanto en los Estados Unidos como en América
Latina, han generado una forma de teorizar lo poscolonial que con frecuencia es ignorada por la academia. Trazando
un recorrido que va desde los movimientos feministas negros en los Estados Unidos, pasando por el feminismo chicano,
el feminismo afrolatino y el feminismo indígena, la autora muestra que la teoría poscolonial se beneficiaría mucho de los
grandes aportes que estos movimientos políticos han hecho al pensamiento sobre la dominación colonial.
Palabras clave: feminismo, racismo, poscolonialismo.
Este artigo mostra que a teoria pós-colonial feita desde a academia implica uma posição elitista e androcêntrica. A
autora mostra que as práticas e lutas do movimento feminista, tanto nos Estados Unidos como na América Latina, têm
gerado uma forma de teorizar o pós-colonial que com freqüência é ignorada pela academia. Traçando um percurso que
vai desde os movimentos feministas negros nos Estados Unidos, passando pelo feminismo chicano, o feminismo afro-
latino e o feminismo indígena, a autora mostra que a teoria pós-colonial se beneficiaria muito das grandes contribuições
que estes movimentos políticos têm feito à dominação colonial.
Palavras chaves: feminismo, racismo, pós-colonialismo.
This article shows that the postcolonial theory made in the academy has an elitist and androcentric position. The
author shows that the practices and struggles of the feminist movement, both in United States of America as well as in
Latin America, have generated a way of theorizing the postcolonial that most of the time is ignored by the academy.
Drawing a way that comes from the black feminist movements in the United States, going through the Chicago feminism,
African Latino feminism, and the indigenous feminism, the author shows that the postcolonial theory would be greatly
benefited by the contributions that these political movements have done to the colonial domination.
Key words: feminism, racism, postcolonialism.
* Rosa Inés Curiel Pichardo (Ochy). Feminista dominicana. Teórica, militante, composi-
tora y cantante. Docente en varias universidades de América Latina. Fue coordinadora
del Proyecto Casa de África, (UNESCO), y de Casa por la Identidad de las Mujeres
Afro. E-mail: ochycuriel@yahoo.com
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han profundizado desde los años se- se centra en varios aspectos fun- mujeres racializadas profundizaron
tenta en el entramado de poder pa- damentales para explicar las con- en esta relación enmarcándola en
triarcal y capitalista, considerando secuencias de esta estructura de procesos históricos como la colo-
la imbricación de diversos sistemas dominación: la racialización de cier- nización y la esclavitud. Si bien
de dominación (racismo, sexismo, tos grupos (africanos e indígenas) muchos de los cientistas sociales
heteronormatividad, clasismo) des- que dio lugar a clasificaciones so- han reconocido en los últimos años
de donde han definido sus proyec- ciales entre superiores/dominantes/ los aportes del feminismo como teo-
tos políticos, todo hecho a partir de europeos e inferiores/dominados/no ría crítica y como propuesta de
una crítica poscolonial. Estas voces europeos; la naturalización del con- mundo, la mayoría solo se detiene
se conocen muy poco, pues a pesar trol eurocentrado de territorios y a hacer una simple acotación de
del esfuerzo de ciertos sectores en el de sus recursos, dando lugar a una ello. Las producciones de las femi-
ámbito académico y político para colonialidad de articulación políti- nistas en la mayoría de los casos no
tratar de abrir brechas a lo que se ca y geográfica; una relación colo- forman parte de las bibliografías
denomina “subalternidad”, la misma nial con base en el capital-trabajo consultadas, se siguen desconocien-
se hace desde posiciones también que da lugar a clases sociales dife- do los grandes aportes de esta teo-
elitistas y, sobre todo, desde visio- renciadas, racializadas y distribui- ría y práctica política para una
nes masculinas y androcéntricas. das por el planeta. Para Quijano, nueva comprensión de la realidad
la colonialidad del poder también social. A lo sumo, cuando lo ha-
Mi intención en este artículo es ha tenido impacto en las relacio- cen, las referencias son las mujeres
recuperar algunas de las propuestas nes intersubjetivas y culturales: la blancas de países del Norte.
de feministas que han sido racia- producción del conocimiento y de
lizadas, no por su condición de mu- medios de expresión fue coloniza- Desde que aparece el feminis-
jeres racializadas (a fin de cuentas, da, imponiéndose una hegemonía mo, las mujeres afrodescendientes
eso no necesariamente garantiza una eurocentrada. Así mismo, destaca e indígenas, entre muchas otras,
propuesta de transformación episte- el cuerpo como espacio donde se han aportado significativamente la
mológica y política), sino porque sus ejerce la dominación y explotación ampliación de esta perspectiva teó-
planteamientos teóricos y analíticos y las relaciones de género que se rica y política. No obstante, han
han enriquecido enormemente la impusieron desde esta visión: liber- sido las más subalternizadas no sólo
práctica feminista y servirían para tad sexual de los varones, fidelidad en las sociedades y en las ciencias
ampliar el tema de la colonialidad. de las mujeres, prostitución no pa- sociales, sino también en el mismo
gada, esquemas familiares burgueses, feminismo, debido al carácter
todo ello fundado en la clasificación universalista y al sesgo racista que
Los aportes del racial (Ibíd.). le ha traspasado. Son ellas (noso-
feminismo a una nueva tras) las que no han respondido al
visión de la El concepto de colonialidad del paradigma de la modernidad uni-
colonialidad poder de Quijano sin duda nos ofre- versal: hombre–blanco–hetero-
ce un esquema de explicación para sexual; pero son también las que
Anibal Quijano define la colo- entender las lógicas de dominación desde su subalternidad, desde su
nialidad como un patrón mundial del mundo moderno y su relación experiencia situada, han impulsa-
de dominación dentro del modelo con el capitalismo global, ligado al do un nuevo discurso y una prácti-
capitalista, fundado en una clasifi- colonialismo histórico, al cuestio- ca política crítica y transformadora.
cación racial y étnica de la pobla- nar de fondo las corrientes euro-
ción del planeta que opera en céntricas y occidentalistas. Son
distintos ámbitos. Según el autor, rescatables también sus análisis en La crítica poscolonial
la colonialidad es una estructura de torno a la relación raza, clase, gé- de las mujeres de color
dominación y explotación que se nero y sexualidad que introduce en en Estados Unidos1
inicia con el colonialismo, pero que su concepto, pero esto no es nove-
se extiende hasta hoy día como su dad. Ya en los años setenta muchas Si bien el pensamiento feminis-
secuela (Quijano, 2007). Quijano feministas desde su condición de ta antirracista y poscolonial surge
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antirracista y antisexista nos jun- ofrece así un nuevo significado de perpetuidad y control sobre no-
tó inicialmente, y mientras nos la descolonización de los cuerpos y sotras. Es provechoso para nues-
desarrollábamos políticamente la sexualidad de las mujeres, pro- tros colonizadores confinar
nos dirigimos al heterosexismo poniendo el lesbianismo como un nuestros cuerpos y alienarnos de
y la opresión económica del ca- acto de resistencia: nuestros propios procesos vita-
pitalismo (Combahee River les, así como fue provechoso para
Collective, 1988: 179). Donde quiera que nosotras los europeos esclavizar al afri-
como lesbianas nos encontremos cano y destruir toda memoria
Desde una visión so- de una previa libertad y
cialista, el Combahee Ri- autodeterminación. Así
ver Collective partió de como la fundación del ca-
una política de identi- pitalismo occidental de-
dad, pero una identidad pendió del tráfico de
lejos de sesgos esencia- esclavos en el Atlántico
listas, sustentada en la Norte, el sistema de do-
práctica de mujeres minación patriarcal se
racializadas. Su pro- sostiene por la sujeción
puesta planteaba una de las mujeres a través de
interseccionalidad de una heterosexualidad
dominaciones, lo que le obligada (Clarke, 1988:
dio al colectivo su ca- 100-101).
rácter radical. Barbara
Smith, iniciadora del De forma paralela sur-
grupo, tanto en sus en- ge el feminismo que hoy
sayos y artículos como se denomina chicano, en
a través de la docencia, contra también de las di-
acentuó la interseccio- versas opresiones, propo-
nalidad de lo racial, del niendo una política de
sexo, de la heterose- identidad híbrida y mesti-
xualidad en la vida y la za. En articulación con un
opresión de las mujeres novedoso movimiento li-
negras. Su insistencia terario crítico, mujeres
sobre esta perspectiva como Gloria Anzaldúa,
fue tal, que para difun- Chela Sandoval, Cherrie
dir este pensamiento Moraga y Norma Alarcón,
fundó, junto con Au- entre otras, con un estilo
dre Lorde, la editorial bilingue (spanglish) rom-
Kitchen Table: Women pen con el canon de “pu-
Ramón Barba. Promesero chiquinquireño. Escultura en madera, 70 cm.
of Color Press. Para Museo Nacional de Colombia. Foto cedida por Julián Barba
reza gramatical” y rehacen
Smith la imbricación a la vez un pensamiento
de estas múltiples opre- político, cruzando así fron-
siones significaba asumir una posi- a lo largo de este muy generali- teras geopolíticas, literarias y con-
ción radical. zado continuo político/social, ceptuales. Desde este feminismo
tenemos que saber que la insti- Gloria Anzaldúa, en su concepto de
En esta misma época y desde tución de la heterosexualidad es la frontera (borderlands), cuestiona el
este mismo colectivo, Cheryl Clar- una costumbre que difícilmen- nacionalismo chicano y el racismo
ke, conjuntamente con Smith, te muere y que a través de ella norteamericano, a la vez que el
introduce un análisis de la hetero- las instituciones de hombres racismo y el etnocentrismo del fe-
sexualidad como sistema político y supermachistas asegura su propia minismo anglosajón, y el heterose-
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chicanas, indígenas, afro y asiáticas, dado sobre la base de la mezcla de que desde un enfoque feminista han
articuladas en la categoría de “mu- “grupos raciales”, al ser impulsado introducido la variable sexo/géne-
jeres de color” y/o “tercermundis- por las élites políticas y económi- ro para entender el patriarcado des-
tas”, en un marco feminista desde cas criollas no contempló de hecho de la instalación de los Estados
el cual denuncian el racismo de la a las poblaciones indígenas y nacionales. Pero las afrolatinas y
sociedad norteamericana, además afrodescendentes, poblaciones sub- caribeñas también han analizado
del que se expresaba en el feminis- alternas explotadas y racializadas, cómo la visión de los estudios de
mo, y desde el que denuncian situación que fue decisiva en el ra- las mujeres en la época colonial ha
igualmente el sexismo de los movi- cismo estructural de las repúblicas estado atravesada por una mirada
mientos políticos y etnoculturales latinoamericanas y que se expresa colonialista y occidental, al ser las
de los cuales formaban parte. hoy en el ámbito económico, polí- mujeres reducidas a sus roles de
tico, social y cultural. reproductoras de esclavos, madres
El Black Feminism y el feminis- de leche o como objeto sexual de
mo chicano en Estados Unidos han La supuesta democracia racial los amos, o a lo sumo, estudiadas
sido definitivamente dos de las pro- que muchos de los intelectuales de como fuerza de trabajo en el siste-
puestas más radicales que se han los años treinta instalaron como ma esclavista. Gracias a la produc-
producido contra los efectos del matriz civilizatoria, ha sido princi- ción feminista contamos hoy con
colonialismo desde una visión ma- palmente una ideología de domi- estudios que muestran las diversas
terialista, antirracista y antisexista, nación, una manera de mantener las formas en que las mujeres se resis-
que mucho ha aportado a las voces desigualdades socioeconómicas tieron a la esclavitud. Lo que se ha
críticas en América Latina y el Ca- entre blancos, indios y negros, en- llamado “operaciones tortuga” en
ribe, y que deben convertirse en cubriendo y silenciando la perma- las Casas Grandes de los amos, el
referencia importante para la teo- nencia del prejuicio de color, de las desperdicio de productos domésti-
ría y práctica poscolonial. discriminaciones raciales y del ra- cos, los abortos autoinducidos para
cismo como dominación. La demo- evitar que sus hijos e hijas fueran
cracia racial pasa a ser el mito esclavizados, fueron formas coti-
Contribuciones de las fundador de la nacionalidad lati- dianas de protesta y resistencia de
mujeres racializadas en noamericana y caribeña, un mito las mujeres que la dominicana Cel-
América Latina y el Caribe que niega la existencia del racismo. sa Albert denomina cimarronaje
Esta ideología del mestizaje se hizo doméstico (Albert, 2003). Pero
Para hablar de la colonialidad con base en la explotación y viola- también las feministas afro han
del poder en América Latina y el ción de las mujeres indígenas y ne- mostrado las formas radicales y
Caribe y sus efectos en las mujeres, gras. Las mujeres fueron siempre arriesgadas que tenían las mujeres
hay que remontarse a la época en instrumentalizadas para satisfacer el para salirse de la lógica y de la rea-
la cual se inicia este proyecto. Una apetito sexual del hombre blanco lidad esclavista, como por ejem-
de las secuelas del colonialismo, no y así asegurar la mezcla de sangres plo, las diversas fugas de mujeres
sólo como administración colonial, para mejorar la raza. Política de de diversas edades y naciones,
sino como proyecto inherente a la blanqueamiento, alimentada y pro- como lo demostró Sonia Giacomi-
modernidad, fue la manera en que movida por los Estados incipientes. ni en un estudio realizado en Bra-
se constituyeron las naciones lati- sil (Giacomini, 1988).
noamericanas y caribeñas: la homo- Uno de los aportes importantes
geneización con una perspectiva de las feministas afrodescendientes Aportes importantes como los
eurocéntrica fue la propuesta na- latinoamericanas y caribeñas ha de Lélia González han permitido
cional a través de la ideología del sido evidenciar esta secuela del trazar la genealogía indígena y afri-
mestizaje, que aspiró a lo europeo colonialismo, este mestizaje que cana. A partir de su concepto de
como forma de “mejorar la raza”. supuso violencia y violaciones para amefricanidad, González denunció la
las mujeres. Estos análisis han salido latinidad como una nueva forma de
Si bien el discurso nacional se fundamentalmente de las mujeres eurocentrismo, pues subestima o
presentaba como algo híbrido, fun- racializadas en nuestro continente, descarta las dimensiones indígenas
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económica, así como el cuestiona- Conclusión nes y subordinaciones que se ejer-
miento a un Estado racista y segrega- cen sobre aquellos/as considerados
cionista, el cuestionamiento al Uno de los problemas que se “otros”. El Black Feminism, el femi-
patriarcado indígena y la búsqueda mantiene en torno al tema de lo nismo chicano y el feminismo afro
de autodeterminación como mujeres poscolonial es la tensión que existe e indígena en Latinoamérica son
y como pueblos (Masson, 2006). Mar- entre la producción teórica, pura- propuestas que complejizan el en-
ta Sánchez Néstor, indígena amuga mente académica, y lo que se gene- tramado de poder en las socieda-
de México, señala su posicionamien- ra desde los movimientos sociales des poscoloniales, articulando
to desde el feminismo indígena: que posteriormente se convierte en categorías como la raza, la clase, el
teoría. Si bien desde la producción sexo y la sexualidad desde las prác-
Quizás sea nuestra propia forma académica se han abierto vías para ticas políticas donde han emergido
de pensar en el feminismo, pues un pensamiento crítico, este no deja interesantes teorías no sólo en el
si bien estamos de acuerdo en de ser elitista y, sobre todo, andro- feminismo sino en las ciencias so-
que el sistema en sí ha sido pa- céntrico. Tal situación se complejiza ciales en su conjunto. Son propues-
triarcal, vemos también que en en tiempos de globalización, donde tas que han hecho frente a la
nuestra cosmovisión y concep- las relaciones de poder no solo se colonialidad del poder y del saber
ción de estos temas polémicos, extienden a los mercados capitalis- y hay que reconocerlas para lograr
no ha sido una tarea absorber tas, sino también a todas las relacio- realmente una descolonización.
todo lo que se genera en el mun- nes sociales. Hoy la alteridad, lo que
do mestizo. Nosotras vamos se considera diferente, subalterno, es
retomando todo lo que nutre también potable para el mercado y
nuestra lucha, y vamos dando a sigue siendo “materia prima” para el Citas
las otras mujeres todo lo que pu- colonialismo occidental, un colo-
diera nutrir su propia lucha, en nialismo que no es asexuado sino 1 Utilizo mujeres de color como categoría
algunos momentos nos unimos que sigue siendo patriarcal, además de autodefinición que se asignaron mu-
jeres afronorteamericanas.
en voces, en eventos, en exigen- de racista.
cias a quienes corresponde en 2 Coloco “raza” entre comillas para de-
notar su construcción social y política
este país o fuera de él, pero con Hoy la diferencia cultural ha
y, sobre todo, como categoría de po-
nuestra propia estrategia para producido un neoracismo, un racis- der, no porque asuma que exista como
seguir luchando adentro de las mo sin razas (Stolcke, 1992) que criterio natural de clasificación de gru-
comunidades y organizaciones mantiene a la otra y al otro fuera pos humanos.
por hacer de nuestra lucha, una de todo paradigma válido. Si lo 3 Ialodê es la forma brasileña para la pala-
historia realmente de hombres y subalterno se traduce en un discur- bra en lengua iorubá Ìyálóòde. Se refiere
a la representante de las mujeres y algu-
mujeres indígenas (Sánchez, so de multiculturalidad, entonces
nos tipos de mujeres emblemáticas y lí-
2005: 48). sigue manteniendo relaciones de deres políticas.
poder colonialistas. El otro, la otra,
Estas perspectivas han abier- se naturaliza, se homogeniza en fun-
to la posibilidad de ubicar cul- ción de un modelo modernizador
turalmente las experiencias de las para dar continuidad al control no
Bibliografía
mujeres y entender que el género solo de territorios, sino también de
no es una categoría universal, es- saberes, cuerpos, producciones,
ALBERT, Celsa, 2003, Mujer y Esclavitud,
table y descontextualizada. A imaginarios y todo ello se basa en Santo Domingo, Indaasel.
pesar de que en los espacios aca- una visión patriarcal en donde los
ANZALDÚA, Gloria, 1987, Borderland / La
démicos se representa a las muje- saberes de las mujeres son relega- frontera: The new Mestiza, San Francis-
res indígenas sólo como víctimas dos a meros testimonios, no aptos co, Aunt Lute Books.
del patriarcado y la fuerza del ca- para la producción académica. , 2004, “Movimientos de rebeldía
pital, como actoras políticas han y culturas que traicionan”, en: Bell Hooks
tenido posiciones poscoloniales Descolonizar entonces supone et al., Otras inapropiables, traducción de
María Serrano et al., Madrid, Trafican-
críticas y radicales. entender la complejidad de relacio- tes de sueños.
CURIEL, O.: CRÍTICA POSCOLONIAL DESDE LAS PRÁCTICAS POLÍTICAS DEL FEMINISMO ANTIRRACISTA N ÓMADAS 101