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Crítica poscolonial

desde las prácticas


políticas del feminismo
antirracista nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 92-101

Ochy Curiel*
Este artículo señala que la teoría poscolonial hecha desde la academia conlleva una posición elitista y androcéntrica.
La autora muestra que las prácticas y luchas del movimiento feminista, tanto en los Estados Unidos como en América
Latina, han generado una forma de teorizar lo poscolonial que con frecuencia es ignorada por la academia. Trazando
un recorrido que va desde los movimientos feministas negros en los Estados Unidos, pasando por el feminismo chicano,
el feminismo afrolatino y el feminismo indígena, la autora muestra que la teoría poscolonial se beneficiaría mucho de los
grandes aportes que estos movimientos políticos han hecho al pensamiento sobre la dominación colonial.
Palabras clave: feminismo, racismo, poscolonialismo.

Este artigo mostra que a teoria pós-colonial feita desde a academia implica uma posição elitista e androcêntrica. A
autora mostra que as práticas e lutas do movimento feminista, tanto nos Estados Unidos como na América Latina, têm
gerado uma forma de teorizar o pós-colonial que com freqüência é ignorada pela academia. Traçando um percurso que
vai desde os movimentos feministas negros nos Estados Unidos, passando pelo feminismo chicano, o feminismo afro-
latino e o feminismo indígena, a autora mostra que a teoria pós-colonial se beneficiaria muito das grandes contribuições
que estes movimentos políticos têm feito à dominação colonial.
Palavras chaves: feminismo, racismo, pós-colonialismo.

This article shows that the postcolonial theory made in the academy has an elitist and androcentric position. The
author shows that the practices and struggles of the feminist movement, both in United States of America as well as in
Latin America, have generated a way of theorizing the postcolonial that most of the time is ignored by the academy.
Drawing a way that comes from the black feminist movements in the United States, going through the Chicago feminism,
African Latino feminism, and the indigenous feminism, the author shows that the postcolonial theory would be greatly
benefited by the contributions that these political movements have done to the colonial domination.
Key words: feminism, racism, postcolonialism.

ORIGINAL RECIBIDO: 12-II-2007 – ACEPTADO: 19-II-2007

* Rosa Inés Curiel Pichardo (Ochy). Feminista dominicana. Teórica, militante, composi-
tora y cantante. Docente en varias universidades de América Latina. Fue coordinadora
del Proyecto Casa de África, (UNESCO), y de Casa por la Identidad de las Mujeres
Afro. E-mail: ochycuriel@yahoo.com

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U na de las cuestiones que
aprendí del feminismo fue a sos-
las luchas concretas por la desco-
lonización y la lucha contra el apar-
nación. Propuso la descolonización,
no sólo de países frente a las me-
pechar de todo, dado que los para- theid en África y Asia, en los años trópolis en búsqueda de la indepen-
digmas que se asumen en muchos 50 y 60, de la lucha por los dere- dencia y la autonomía económica
ámbitos académicos están sustenta- chos civiles en Estados Unidos y y cultural, sino también la necesi-
dos en visiones y lógicas masculinas, desde un feminismo hecho por dad de un proceso de lucha políti-
clasistas, racistas y sexistas. A pesar mujeres racializadas desde los años ca desde las personas colonizadas
de que nuevas tendencias como los sesenta. Es decir, salen de los movi- contra la negación de su identidad,
estudios subalternos, los estudios cul- mientos sociales y posteriormente de su cultura, contra la reducción
turales y los estudios poscoloniales, se convierten en teorías. de su autoestima. Para Fanon, la
con sus diferencias y matices, han descolonización significaba la
abierto la posibilidad de que voces Si hacemos una auténtica ge- creación de solidaridad entre los
silenciadas empiecen a convertirse en nealogía, dos pensadores han sido pueblos en una lucha contra el
referentes y en propuestas de pensa- referentes importantes en el análi- imperialismo. En el nivel de pen-
mientos cuestionando el sesgo elitista sis de los efectos del colonialismo. samiento intelectual, la descolo-
de la producción académica y litera- Uno de ellos es Aimé Cesaire en nización suponía combatir la visión
ria, no dejo de preguntarme ¿qué tan- los años treinta, iniciador del mo- etnocentrista y racista que reduce
to los llamados estudios subalternos, vimiento Negritud, quien sustentó a las culturas no occidentales a ob-
poscoloniales o culturales realmente su propuesta política con un análi- jetos de estudio marginales y exó-
descentralizan “el” sujeto como pre- sis del colonialismo y el racismo ticos (Fanon, 2001).
tenden? ¿No será que estos nuevos como vectores fundamentales del
discursos apelan a lo que se asume capitalismo y de la modernidad Estos dos autores, entre otros,
como marginal o subalterno para lo- occidental, lo que se extendería no nos ofrecen un profundo análisis del
grar créditos intelectuales incorpo- sólo a las relaciones económicas colonialismo desde lo que hoy se
rando “lo diferente” como estrategia sino al pensamiento y a los valores denomina “posiciones subalternas”.
de legitimación? Tales preguntas me eurocéntricos (Cesaire, 2006). Pos- Como intelectuales negros desafia-
surgen porque estas nominaciones teriormente en los cincuenta, el ron el eurocentrismo del pensa-
salen de académicos norteamerica- martiniquence Frantz Fanon había miento y de los análisis políticos,
nos y británicos, aunque empujados hecho referencia al mundo cortado dejándonos un legado importante
en algunos casos por migrantes del en dos, colonizados y colonizado- para la comprensión de la realidad
sur. Por tanto, el sesgo colonial y res. Los primeros, explicaba Fanon, latinoamericana. Pero a pesar de
androcéntrico sigue siendo caracte- habían sido construidos a partir de estos grandes aportes, ni Fanon ni
rística de este pensamiento. un imaginario metropolitano, des- Cesaire abordaron categorías como
de valores europeos universalistas sexo y sexualidad. Tampoco lo ha-
Uno de los temas por tratar en que los consideraban un otro des- cen los contemporáneos latinoame-
este número de Nómadas es la pojado, ajeno, que no sólo se ex- ricanos que escriben sobre estos
“colonialidad del poder”, concep- presaría en términos geopolíticos, temas (Mignolo, Quijano, Dussel).
to que en los últimos tiempos ha sino también en el pensamiento y Si bien sitúan la raza como criterio
estado en boga en la teoría social la acción política. Fanon insistió de clasificación de poblaciones que
contemporánea de América Latina. siempre en la deshumanización pro- determina posiciones en la división
Si bien este concepto nos sirve para vocada por el colonialismo, que sexual del trabajo, solo mencionan
explicar las realidades sociopolí- acarreaba fenómenos como el ra- de paso su relación con el sexo y la
ticas, económicas, culturales y de cismo, la violencia, la expropiación sexualidad, además de no referirse
construcción de subjetividades, de tierras por parte de los coloniza- a los aportes de muchas feministas
creo que el tema de los efectos del dores blancos europeos, convirtien- en la creación de este pensamiento.
colonialismo en las sociedades con- do a una parte de la población
temporáneas no es un asunto nue- (indígenas, africanos) en los otros, Sin utilizar el concepto de “co-
vo. Las principales propuestas en los extranjeros, a través de diver- lonialidad”, las feministas racializa-
ese sentido salen precisamente de sos mecanismos de poder y domi- das, afrodescendientes e indígenas,

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han profundizado desde los años se- se centra en varios aspectos fun- mujeres racializadas profundizaron
tenta en el entramado de poder pa- damentales para explicar las con- en esta relación enmarcándola en
triarcal y capitalista, considerando secuencias de esta estructura de procesos históricos como la colo-
la imbricación de diversos sistemas dominación: la racialización de cier- nización y la esclavitud. Si bien
de dominación (racismo, sexismo, tos grupos (africanos e indígenas) muchos de los cientistas sociales
heteronormatividad, clasismo) des- que dio lugar a clasificaciones so- han reconocido en los últimos años
de donde han definido sus proyec- ciales entre superiores/dominantes/ los aportes del feminismo como teo-
tos políticos, todo hecho a partir de europeos e inferiores/dominados/no ría crítica y como propuesta de
una crítica poscolonial. Estas voces europeos; la naturalización del con- mundo, la mayoría solo se detiene
se conocen muy poco, pues a pesar trol eurocentrado de territorios y a hacer una simple acotación de
del esfuerzo de ciertos sectores en el de sus recursos, dando lugar a una ello. Las producciones de las femi-
ámbito académico y político para colonialidad de articulación políti- nistas en la mayoría de los casos no
tratar de abrir brechas a lo que se ca y geográfica; una relación colo- forman parte de las bibliografías
denomina “subalternidad”, la misma nial con base en el capital-trabajo consultadas, se siguen desconocien-
se hace desde posiciones también que da lugar a clases sociales dife- do los grandes aportes de esta teo-
elitistas y, sobre todo, desde visio- renciadas, racializadas y distribui- ría y práctica política para una
nes masculinas y androcéntricas. das por el planeta. Para Quijano, nueva comprensión de la realidad
la colonialidad del poder también social. A lo sumo, cuando lo ha-
Mi intención en este artículo es ha tenido impacto en las relacio- cen, las referencias son las mujeres
recuperar algunas de las propuestas nes intersubjetivas y culturales: la blancas de países del Norte.
de feministas que han sido racia- producción del conocimiento y de
lizadas, no por su condición de mu- medios de expresión fue coloniza- Desde que aparece el feminis-
jeres racializadas (a fin de cuentas, da, imponiéndose una hegemonía mo, las mujeres afrodescendientes
eso no necesariamente garantiza una eurocentrada. Así mismo, destaca e indígenas, entre muchas otras,
propuesta de transformación episte- el cuerpo como espacio donde se han aportado significativamente la
mológica y política), sino porque sus ejerce la dominación y explotación ampliación de esta perspectiva teó-
planteamientos teóricos y analíticos y las relaciones de género que se rica y política. No obstante, han
han enriquecido enormemente la impusieron desde esta visión: liber- sido las más subalternizadas no sólo
práctica feminista y servirían para tad sexual de los varones, fidelidad en las sociedades y en las ciencias
ampliar el tema de la colonialidad. de las mujeres, prostitución no pa- sociales, sino también en el mismo
gada, esquemas familiares burgueses, feminismo, debido al carácter
todo ello fundado en la clasificación universalista y al sesgo racista que
Los aportes del racial (Ibíd.). le ha traspasado. Son ellas (noso-
feminismo a una nueva tras) las que no han respondido al
visión de la El concepto de colonialidad del paradigma de la modernidad uni-
colonialidad poder de Quijano sin duda nos ofre- versal: hombre–blanco–hetero-
ce un esquema de explicación para sexual; pero son también las que
Anibal Quijano define la colo- entender las lógicas de dominación desde su subalternidad, desde su
nialidad como un patrón mundial del mundo moderno y su relación experiencia situada, han impulsa-
de dominación dentro del modelo con el capitalismo global, ligado al do un nuevo discurso y una prácti-
capitalista, fundado en una clasifi- colonialismo histórico, al cuestio- ca política crítica y transformadora.
cación racial y étnica de la pobla- nar de fondo las corrientes euro-
ción del planeta que opera en céntricas y occidentalistas. Son
distintos ámbitos. Según el autor, rescatables también sus análisis en La crítica poscolonial
la colonialidad es una estructura de torno a la relación raza, clase, gé- de las mujeres de color
dominación y explotación que se nero y sexualidad que introduce en en Estados Unidos1
inicia con el colonialismo, pero que su concepto, pero esto no es nove-
se extiende hasta hoy día como su dad. Ya en los años setenta muchas Si bien el pensamiento feminis-
secuela (Quijano, 2007). Quijano feministas desde su condición de ta antirracista y poscolonial surge

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en los años setenta en los Estados propuesta que interrelaciona cate- terpretaciones de la realidad de
Unidos, retomo esta referencia gorías como sexo, “raza” 2, clase y las mujeres negras hechas por
como antecedente importante para sexualidad en el marco de socie- las mujeres negras (Collins,
lo que luego se desarrolló en Amé- dades poscoloniales, y que ha dado 1998: 289).
rica Latina y el Caribe. Asumiendo lugar a lo que actualmente se de-
que descolonizar supone registrar nomina feminismo tercermundista y,
producciones teóricas y prácticas en muchos casos, feminismo posco- El feminismo negro ha sido sin
subalternizadas, racializadas, sexua- lonial. Todas ellas han intervenido duda una de las propuestas más
lizadas, es importante reconocer a desde sus experiencias como mu- completas, a diferencia del sesgo
tantas mujeres cuyas luchas sirvie- jeres racializadas, o lo que Chandra racista del feminismo y del sesgo
ron para construir teorías. Por ello Mohanty denomina posiciones de sexista del movimiento por los de-
es necesario traer en esta genealo- ubicación (Mohanty, 1985). Por rechos civiles; ha contribuido a
gía a Maria Stewart, primera mujer otro lado, la afronorteamericana completar la teoría feminista y la
negra que señaló en público el ra- Patricia Hill Collins ha sistemati- teoría del racismo al explicitar
cismo y el sexismo en Estados Uni- zado el pensamiento político inte- cómo el racismo, junto con el
dos, en una conferencia en 1831, lectual del Black Feminism. Para sexismo y el clasismo, afectan a las
así como también a Sojourner Truth ella, este pensamiento tiene dos mujeres. Es lo que Hill Collins de-
que en su discurso “¡Acaso no soy componentes: su contenido temá- nomina matriz de dominación (Ibíd.).
una Mujer!”, emitido en la primera tico y su enfoque epistemológico, Una de las expresiones organiza-
Convención Nacional de 1851 ce- que parte de experiencias concre- tivas de este feminismo lo fue el
lebrada en Worcester, Massachu- tas de las mujeres negras como co- colectivo Combahee River, constitui-
ssets, proponía a las mujeres (tanto nocedoras situadas. Dice la autora: do por lesbianas, feministas de co-
blancas como negras) ser libres de lor y migrantes del “tercer mundo”.
la dominación no solo racista, sino Para desarrollar definiciones La primera Declaración de este co-
también sexista. De igual modo se adecuadas del pensamiento fe- lectivo, hecha en abril de 1977,
destaca la acción de Rosa Parks, minista negro es preciso enfren- planteaba claramente su propuesta
quien con su negativa a cederle el tarse al complejo nudo de las política con base en múltiples opre-
asiento a un hombre blanco y mo- relaciones que une la clasifica- siones, tomando como marco el ca-
verse a la parte de atrás del auto- ción biológica, la construcción pitalismo como sistema económico:
bús como era la ley de la época de social de la raza y el género como
la segregación racial en 1955 en el categorías de análisis, las condi- La declaración más general de
sur de los Estados Unidos, provo- ciones materiales que acompa- nuestra política en este momen-
có miles de manifestaciones por ñan estas construcciones sociales to sería que estamos comprome-
parte de la población afronor- cambiantes y la conciencia de tidas a luchar contra la opresión
teamericana que derivó posterior- las mujeres negras acerca de es- racial, sexual, heterosexual y cla-
mente en el movimiento por los tos temas. Una manera de ubi- sista, y que nuestra tarea especí-
derechos civiles. Vale la pena re- carse frente a las tensiones de fica es el desarrollo de un análisis
cordar los aportes de Angela Davis, definición en el pensamiento fe- y una práctica integrados basa-
icono de la lucha por los derechos minista negro es especificado en dos en el hecho de que los siste-
civiles, quien enriqueció la pers- la relación entre la ubicación de mas mayores de opresión se
pectiva feminista al articular la las mujeres negras -aquellas ex- eslabonan. La síntesis de estas
clase con el antirracismo y el an- periencias e ideas compartidas opresiones crean las condiciones
tisexismo, no solo en sus contribu- por las afroamericanas y que les de nuestras vidas. Como Negras
ciones teóricas sino también en su proporciona un enfoque singu- vemos el feminismo Negro como
práctica política. lar de sí mismas, de la comuni- el lógico movimiento político
dad y de la sociedad- y las para combatir las opresiones si-
Estas mujeres han sido antece- teorías que interpretan esas ex- multáneas y múltiples a las que
dentes importantes de lo que hoy periencias [...] el pensamiento enfrentan todas las mujeres de
se conoce como el Black Feminism, feminista negro comprende in- color... Una combinada posición

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antirracista y antisexista nos jun- ofrece así un nuevo significado de perpetuidad y control sobre no-
tó inicialmente, y mientras nos la descolonización de los cuerpos y sotras. Es provechoso para nues-
desarrollábamos políticamente la sexualidad de las mujeres, pro- tros colonizadores confinar
nos dirigimos al heterosexismo poniendo el lesbianismo como un nuestros cuerpos y alienarnos de
y la opresión económica del ca- acto de resistencia: nuestros propios procesos vita-
pitalismo (Combahee River les, así como fue provechoso para
Collective, 1988: 179). Donde quiera que nosotras los europeos esclavizar al afri-
como lesbianas nos encontremos cano y destruir toda memoria
Desde una visión so- de una previa libertad y
cialista, el Combahee Ri- autodeterminación. Así
ver Collective partió de como la fundación del ca-
una política de identi- pitalismo occidental de-
dad, pero una identidad pendió del tráfico de
lejos de sesgos esencia- esclavos en el Atlántico
listas, sustentada en la Norte, el sistema de do-
práctica de mujeres minación patriarcal se
racializadas. Su pro- sostiene por la sujeción
puesta planteaba una de las mujeres a través de
interseccionalidad de una heterosexualidad
dominaciones, lo que le obligada (Clarke, 1988:
dio al colectivo su ca- 100-101).
rácter radical. Barbara
Smith, iniciadora del De forma paralela sur-
grupo, tanto en sus en- ge el feminismo que hoy
sayos y artículos como se denomina chicano, en
a través de la docencia, contra también de las di-
acentuó la interseccio- versas opresiones, propo-
nalidad de lo racial, del niendo una política de
sexo, de la heterose- identidad híbrida y mesti-
xualidad en la vida y la za. En articulación con un
opresión de las mujeres novedoso movimiento li-
negras. Su insistencia terario crítico, mujeres
sobre esta perspectiva como Gloria Anzaldúa,
fue tal, que para difun- Chela Sandoval, Cherrie
dir este pensamiento Moraga y Norma Alarcón,
fundó, junto con Au- entre otras, con un estilo
dre Lorde, la editorial bilingue (spanglish) rom-
Kitchen Table: Women pen con el canon de “pu-
Ramón Barba. Promesero chiquinquireño. Escultura en madera, 70 cm.
of Color Press. Para Museo Nacional de Colombia. Foto cedida por Julián Barba
reza gramatical” y rehacen
Smith la imbricación a la vez un pensamiento
de estas múltiples opre- político, cruzando así fron-
siones significaba asumir una posi- a lo largo de este muy generali- teras geopolíticas, literarias y con-
ción radical. zado continuo político/social, ceptuales. Desde este feminismo
tenemos que saber que la insti- Gloria Anzaldúa, en su concepto de
En esta misma época y desde tución de la heterosexualidad es la frontera (borderlands), cuestiona el
este mismo colectivo, Cheryl Clar- una costumbre que difícilmen- nacionalismo chicano y el racismo
ke, conjuntamente con Smith, te muere y que a través de ella norteamericano, a la vez que el
introduce un análisis de la hetero- las instituciones de hombres racismo y el etnocentrismo del fe-
sexualidad como sistema político y supermachistas asegura su propia minismo anglosajón, y el heterose-

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xismo de ambos, tomando como cionaron por el color de mi piel. suerte estuvo fuertemente en su
marco el contexto global del capi- La mujer de piel oscura ha sido contra. Ella escondió sus senti-
talismo. Anzaldúa ha sido pionera silenciada, burlada, enjaulada, mientos; escondió sus verdades;
de lo que hoy se denomina pensa- atada a la servidumbre con el ocultó su fuego; pero mantuvo
miento fronterizo, que expresa las matrimonio, apaleada a lo largo ardiendo su llama interior. Se
limitaciones de identidades esen- de 300 años, esterilizada y mantuvo sin rostro y sin voz, pero
cialistas y auténticas. Para Anzal- castrada en el siglo XX. Durante una luz brilló a través del velo de
dúa, la new mestiza suponía romper 300 años ha sido una esclava, su silencio (Anzaldúa, 2004: 79).
con los binarismos
sexuales, con la impo- Es interesante re-
sición de un cultura- saltar cómo la identidad
lismo que definía roles mestiza que Anzaldúa
y funciones para las defiende toma en el
mujeres con el fin de contexto norteameri-
mantenerlas en la sub- cano un significado di-
ordinación. Desde su ferente al que tiene en
posición de lesbiana y América Latina y el
feminista, Anzaldúa Caribe. En nuestra re-
fue crítica del impe- gión ser mestiza res-
rialismo norteameri- ponde a una ideología
cano, pero también de racista en la construc-
los usos y costumbres ción del Estado- na-
de su cultura origina- ción, es una identidad
ria que la subordina- dominante. El mestiza-
ban. A través de sus je fue uno de los meca-
poemas y narraciones nismos ideológicos para
la autora deja ver sus lograr una nación ho-
puntos de vista: mogénea, cuyos refe-
rentes legitimados eran
Lo que quiero es con- una herencia funda-
tar con las tres cul- mentalmente europea,
turas -la blanca, la en donde la genealogía
mexicana, la india-. indígena y africana des-
Quiero la libertad de aparece. En Estados
poder tallar y cince- Unidos, en cambio, su-
lar mi propio rostro, pone reconocerse sub-
cortar la hemorragia alterna y reivindicarse
con cenizas, modelar “latina”: es un acto de
Alicia Vitier, Un requiem por alguien. 84 x 64 cm. 1997. Serigrafía P/A,
mis propios dioses Colección de Arte Centro Colombo Americano, Bogotá. resistencia.
desde mis entrañas. Y
si ir a casa me es denegado en- mano de obra barata, coloniza- Muchas de estas voces se han
tonces tendré que levantarme y da por los españoles, los anglo, recogido en una antología que ha
reclamar mi espacio, creando por su propio pueblo -y en sido histórica para el feminismo y
una nueva cultura -una cultura Mesoamérica su destino bajo los el pensamiento antirracista y pos-
mestiza- con mi propia madera, patriarcas indios no se ha libra- colonial. Se trata de un libro que
mis propios ladrillos y argamasa do de ser herido-. Durante 300 reúne ensayos, narraciones y auto-
y mi propia arquitectura femi- años fue invisible, no fue escu- biografías titulado Esta puente, mi
nista. No fui yo quien vendió a chada, muchas veces deseó ha- espalda: voces de mujeres tercermun-
mi gente sino ellos a mí. Me trai- blar, actuar, protestar, desafiar. La distas (1988), escritos por mujeres

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chicanas, indígenas, afro y asiáticas, dado sobre la base de la mezcla de que desde un enfoque feminista han
articuladas en la categoría de “mu- “grupos raciales”, al ser impulsado introducido la variable sexo/géne-
jeres de color” y/o “tercermundis- por las élites políticas y económi- ro para entender el patriarcado des-
tas”, en un marco feminista desde cas criollas no contempló de hecho de la instalación de los Estados
el cual denuncian el racismo de la a las poblaciones indígenas y nacionales. Pero las afrolatinas y
sociedad norteamericana, además afrodescendentes, poblaciones sub- caribeñas también han analizado
del que se expresaba en el feminis- alternas explotadas y racializadas, cómo la visión de los estudios de
mo, y desde el que denuncian situación que fue decisiva en el ra- las mujeres en la época colonial ha
igualmente el sexismo de los movi- cismo estructural de las repúblicas estado atravesada por una mirada
mientos políticos y etnoculturales latinoamericanas y que se expresa colonialista y occidental, al ser las
de los cuales formaban parte. hoy en el ámbito económico, polí- mujeres reducidas a sus roles de
tico, social y cultural. reproductoras de esclavos, madres
El Black Feminism y el feminis- de leche o como objeto sexual de
mo chicano en Estados Unidos han La supuesta democracia racial los amos, o a lo sumo, estudiadas
sido definitivamente dos de las pro- que muchos de los intelectuales de como fuerza de trabajo en el siste-
puestas más radicales que se han los años treinta instalaron como ma esclavista. Gracias a la produc-
producido contra los efectos del matriz civilizatoria, ha sido princi- ción feminista contamos hoy con
colonialismo desde una visión ma- palmente una ideología de domi- estudios que muestran las diversas
terialista, antirracista y antisexista, nación, una manera de mantener las formas en que las mujeres se resis-
que mucho ha aportado a las voces desigualdades socioeconómicas tieron a la esclavitud. Lo que se ha
críticas en América Latina y el Ca- entre blancos, indios y negros, en- llamado “operaciones tortuga” en
ribe, y que deben convertirse en cubriendo y silenciando la perma- las Casas Grandes de los amos, el
referencia importante para la teo- nencia del prejuicio de color, de las desperdicio de productos domésti-
ría y práctica poscolonial. discriminaciones raciales y del ra- cos, los abortos autoinducidos para
cismo como dominación. La demo- evitar que sus hijos e hijas fueran
cracia racial pasa a ser el mito esclavizados, fueron formas coti-
Contribuciones de las fundador de la nacionalidad lati- dianas de protesta y resistencia de
mujeres racializadas en noamericana y caribeña, un mito las mujeres que la dominicana Cel-
América Latina y el Caribe que niega la existencia del racismo. sa Albert denomina cimarronaje
Esta ideología del mestizaje se hizo doméstico (Albert, 2003). Pero
Para hablar de la colonialidad con base en la explotación y viola- también las feministas afro han
del poder en América Latina y el ción de las mujeres indígenas y ne- mostrado las formas radicales y
Caribe y sus efectos en las mujeres, gras. Las mujeres fueron siempre arriesgadas que tenían las mujeres
hay que remontarse a la época en instrumentalizadas para satisfacer el para salirse de la lógica y de la rea-
la cual se inicia este proyecto. Una apetito sexual del hombre blanco lidad esclavista, como por ejem-
de las secuelas del colonialismo, no y así asegurar la mezcla de sangres plo, las diversas fugas de mujeres
sólo como administración colonial, para mejorar la raza. Política de de diversas edades y naciones,
sino como proyecto inherente a la blanqueamiento, alimentada y pro- como lo demostró Sonia Giacomi-
modernidad, fue la manera en que movida por los Estados incipientes. ni en un estudio realizado en Bra-
se constituyeron las naciones lati- sil (Giacomini, 1988).
noamericanas y caribeñas: la homo- Uno de los aportes importantes
geneización con una perspectiva de las feministas afrodescendientes Aportes importantes como los
eurocéntrica fue la propuesta na- latinoamericanas y caribeñas ha de Lélia González han permitido
cional a través de la ideología del sido evidenciar esta secuela del trazar la genealogía indígena y afri-
mestizaje, que aspiró a lo europeo colonialismo, este mestizaje que cana. A partir de su concepto de
como forma de “mejorar la raza”. supuso violencia y violaciones para amefricanidad, González denunció la
las mujeres. Estos análisis han salido latinidad como una nueva forma de
Si bien el discurso nacional se fundamentalmente de las mujeres eurocentrismo, pues subestima o
presentaba como algo híbrido, fun- racializadas en nuestro continente, descarta las dimensiones indígenas

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y negras en la construcción de las rica Latina y el Caribe ha sido la como el que proponen los teóricos
Américas. La amefricanidad es en- visibilización del racismo y sus efec- poscoloniales latinoamericanos,
tendida por la autora como un pro- tos sobre las mujeres. Precisamen- debe reconocer estas voces y pro-
ceso histórico de resistencia, de te por la ideología del mestizaje, en puestas.
reinterpretación, de creación de nuestros países el racismo se rela-
nuevas formas culturales, que tie- ciona con experiencias lejanas
ne referencias en modelos africanos como el apartheid de África del Sur Aportando desde el
pero que rescata otras experiencias o el segregacionismo racial de Es- incipiente feminismo
históricas y culturales. Desde aquí tados Unidos, lo que ha llevado a indígena
se genera una construcción de iden- negar su existencia en nuestro me-
tidad particular, una mezcla de dio. En ese sentido, las feministas A pesar del debate sobre la exis-
muchos elementos a la vez (Barrios, afrodescendientes han denunciado tencia de un feminismo indígena en
2000: 54-55). Situada en una pers- la ausencia de diferenciación Latinoamérica, las mujeres indíge-
pectiva feminista, Lélia González poblacional por cuestiones de raza nas desde sus prácticas han tenido
fue de las primeras en la región en y sexo; la segregación racial exis- también en los últimos tiempos una
colocar la importancia de la interre- tente en los servicios públicos; el posición crítica poscolonial. Surgen
lación entre racismo, sexismo y carácter racial de la violencia ha- como movimiento dentro de los
clasismo en la vida de las mujeres cia las mujeres; la imagen este- movimientos mixtos de los años
negras. reotipada y violenta de las mujeres setenta, fortaleciéndose en las dé-
afro en los medios de comunica- cadas posteriores. La campaña con-
Jurema Wernerk, haciendo un ción; han enfatizado en los análisis tinental de resistencia indígena,
análisis de las luchas políticas de las de la división sexual y racial del tra- negra y popular que se llevó a cabo
afrobrasileñas, elabora una genea- bajo que las ubica en esferas la- en 1992 frente a la conmemoración
logía que recupera la historia de las borales menos valoradas y peor de los 500 años del llamado “Des-
Ialodês 3, mujeres líderes africanas remuneradas como el trabajo do- cubrimiento de América”, fue uno
que resistieron a cualquier preten- méstico, las maquilas, el trabajo de los escenarios que permitió la
sión de dominio y sumisión. Esta informal y el trabajo sexual; han emergencia de este movimiento,
herencia es reconocida en las mu- denunciado cómo la “buena presen- aunque ya antes había experiencias
jeres de la diáspora, y coloca la lu- cia” es un marcador racista y sexista políticas en esta dirección.
cha política de las mujeres mucho que les impide entrar a ciertos tra-
antes de haber nacido el feminis- bajos; todo ello visto como secue- El feminismo indígena ha cues-
mo como teoría (Wernerk, 2005). las del colonialismo y la esclavitud. tionado las relaciones patriarcales,
Por su parte, Sueli Carneiro ha A pesar de que no se ha profundi- racistas y sexistas de las sociedades
aportado un análisis de la división zado lo suficiente, también en latinoamericanas, al mismo tiempo
del trabajo al evidenciar cómo en Latinoamérica las lesbianas y que cuestiona los usos y costumbres
el caso de las mujeres negras, las afrodescendientes han relacionado de sus propias comunidades y pue-
esferas pública y privada nunca fue- el racismo y el sexismo con la blos que mantienen subordinadas a
ron separadas, ya que desde los heterosexualidad como sistema las mujeres. El contexto cultural,
tiempos de la esclavitud siempre normativo y obligatorio, uniendo económico y político en torno a las
trabajaron en las calles y en las ca- esta visión a sus prácticas políticas comunidades indígenas ha marca-
sas. Carneiro ha propuesto ennegre- (Curiel, 2005). En fin, las afro- do sus propios puntos de vista y sus
cer al feminismo para entender la descendientes en nuestra región han maneras de hacer política descen-
relación entre racismo y sexismo y aportado significativamente a una trando y cuestionando el sesgo ra-
feminizar la lucha antirracista para crítica poscolonial, elaborando un cista y etnocéntrico del feminismo.
entender los efectos del racismo en pensamiento político y teórico ca- Sus luchas políticas se dirigen ha-
las mujeres (Carneiro, 2005). da vez más sistemático y profundo cia varias direcciones: la lucha por
que se ha hecho desde las prácticas el reconocimiento de una historia de
Pero la ardua tarea que han te- políticas. Un proceso de descolo- colonización, por el reconocimiento
nido las afrodescendientes en Amé- nización en el ámbito académico, de su cultura, por la redistribución

CURIEL, O.: CRÍTICA POSCOLONIAL DESDE LAS PRÁCTICAS POLÍTICAS DEL FEMINISMO ANTIRRACISTA N ÓMADAS 99
económica, así como el cuestiona- Conclusión nes y subordinaciones que se ejer-
miento a un Estado racista y segrega- cen sobre aquellos/as considerados
cionista, el cuestionamiento al Uno de los problemas que se “otros”. El Black Feminism, el femi-
patriarcado indígena y la búsqueda mantiene en torno al tema de lo nismo chicano y el feminismo afro
de autodeterminación como mujeres poscolonial es la tensión que existe e indígena en Latinoamérica son
y como pueblos (Masson, 2006). Mar- entre la producción teórica, pura- propuestas que complejizan el en-
ta Sánchez Néstor, indígena amuga mente académica, y lo que se gene- tramado de poder en las socieda-
de México, señala su posicionamien- ra desde los movimientos sociales des poscoloniales, articulando
to desde el feminismo indígena: que posteriormente se convierte en categorías como la raza, la clase, el
teoría. Si bien desde la producción sexo y la sexualidad desde las prác-
Quizás sea nuestra propia forma académica se han abierto vías para ticas políticas donde han emergido
de pensar en el feminismo, pues un pensamiento crítico, este no deja interesantes teorías no sólo en el
si bien estamos de acuerdo en de ser elitista y, sobre todo, andro- feminismo sino en las ciencias so-
que el sistema en sí ha sido pa- céntrico. Tal situación se complejiza ciales en su conjunto. Son propues-
triarcal, vemos también que en en tiempos de globalización, donde tas que han hecho frente a la
nuestra cosmovisión y concep- las relaciones de poder no solo se colonialidad del poder y del saber
ción de estos temas polémicos, extienden a los mercados capitalis- y hay que reconocerlas para lograr
no ha sido una tarea absorber tas, sino también a todas las relacio- realmente una descolonización.
todo lo que se genera en el mun- nes sociales. Hoy la alteridad, lo que
do mestizo. Nosotras vamos se considera diferente, subalterno, es
retomando todo lo que nutre también potable para el mercado y
nuestra lucha, y vamos dando a sigue siendo “materia prima” para el Citas
las otras mujeres todo lo que pu- colonialismo occidental, un colo-
diera nutrir su propia lucha, en nialismo que no es asexuado sino 1 Utilizo mujeres de color como categoría
algunos momentos nos unimos que sigue siendo patriarcal, además de autodefinición que se asignaron mu-
jeres afronorteamericanas.
en voces, en eventos, en exigen- de racista.
cias a quienes corresponde en 2 Coloco “raza” entre comillas para de-
notar su construcción social y política
este país o fuera de él, pero con Hoy la diferencia cultural ha
y, sobre todo, como categoría de po-
nuestra propia estrategia para producido un neoracismo, un racis- der, no porque asuma que exista como
seguir luchando adentro de las mo sin razas (Stolcke, 1992) que criterio natural de clasificación de gru-
comunidades y organizaciones mantiene a la otra y al otro fuera pos humanos.
por hacer de nuestra lucha, una de todo paradigma válido. Si lo 3 Ialodê es la forma brasileña para la pala-
historia realmente de hombres y subalterno se traduce en un discur- bra en lengua iorubá Ìyálóòde. Se refiere
a la representante de las mujeres y algu-
mujeres indígenas (Sánchez, so de multiculturalidad, entonces
nos tipos de mujeres emblemáticas y lí-
2005: 48). sigue manteniendo relaciones de deres políticas.
poder colonialistas. El otro, la otra,
Estas perspectivas han abier- se naturaliza, se homogeniza en fun-
to la posibilidad de ubicar cul- ción de un modelo modernizador
turalmente las experiencias de las para dar continuidad al control no
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