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ILICITOS CONITNUADOS EN MATERIA DE RECURSOS DE PROTECCIÓN.

Debe considerarse en forma separada la situación de los actos, por un lado, y las omisiones,
por otro.

En cuanto a los actos, si bien el Auto Acordado dice que el plazo se cuenta desde que desde
la ejecución del acto o la ocurrencia de la omisión o, según la naturaleza de éstos, desde
que se haya tenido noticias o conocimiento cierto de los mismos, la propia jurisprudencia,
con el apoyo constante de la doctrina y los comentaristas, ha ido matizando esta escueta
determinación.

1°.- El recurso o acción de protección se interpondrá ante la Corte de Apelaciones en cuya


jurisdicción se hubiere cometido el acto o incurrido en la omisión arbitraria o ilegal que
ocasionen privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de las
garantías constitucionales respectivas, dentro del plazo fatal de treinta días corridos
contados desde la ejecución del acto o la ocurrencia de la omisión o, según la
naturaleza de éstos, desde que se haya tenido noticias o conocimiento cierto de los
mismos, lo que se hará constar en autos.

Respecto al cómputo del plazo se ha impuesto el criterio del "conocimiento", efectivo o


presunto, lo que, a su vez, obliga a distinguir si el acto contra el cual se recurre se ha puesto
en conocimiento del recurrente mediante alguna forma de notificación o publicidad.

Así se han ido estableciendo criterios por la jurisprudencia principalmente sobre

1- Hechos o actos materiales; para cuyo computo es necesario “el conocimiento o


publicidad” en un sentido amplio, por parte del afectado. Para ello la Corte Suprema a
adoptado un criterio “a partir de la fecha en que fue notificada al interesado la resolución
administrativa que se estima agraviante”.

2- hechos o actos materiales de "efectos progresivos"; en cuanto a la amenaza, privación o


perturbación de los derechos del recurrente, pues la conciencia o la certeza de que un tal
acto está o podrá afectar un derecho constitucional puede no adquirirse en un primer
momento, desde que principió el acto, si no puede adquirirse esta certeza con posterioridad.
Criterio adoptado por la Corte “si el recurrente de protección no tiene antecedentes ciertos
o ignora absolutamente –sin tener facultad o motivo razonable para enterarse– de que
determinadas actuaciones tienen por futuro conculcar sus derechos, aparece como evidente
que una vez que adquiere la certeza de que los actos observados y aparentemente legítimos
le afectarán en sus derechos constitucionales, le crearán desde ese instante el derecho de
solicitar protección".
3- Este caso es distinto al de los hechos o actos que se reiteran consecutivamente en el
tiempo, ya sea que se agoten uno a otro, o sea el mismo que se renueva permanentemente.
En este caso, según la jurisprudencia, el plazo se cuenta desde que se cometió el último de
ellos. Estos “ilícitos continuados", ya han producido una pacífica jurisprudencia en cuanto
al plazo. En esta línea se inscribe el criterio sustentado por la Corte Suprema en sentencia
de 05 de noviembre de 1990, en que confirma otra de la Corte de Apelaciones de Santiago,
de 02 de agosto de 1990, cuando señala que un recurso ha sido interpuesto dentro de plazo
pues "el acto que se estima arbitrario o ilegal se está repitiendo periódicamente, es decir,
cada vez que se liquidan las remuneraciones".

Omisiones.

Es absolutamente diferente el caso de las "omisiones permanentes", que se mantienen en el


tiempo, y que en forma perenne están ocasionando "privación, perturbación y amenaza" a
los derechos de los recurrentes, y, por tanto, al mantenerse esta omisión antijurídica, no se
ha restablecido "el imperio del derecho", y no se ha asegurado la "debida protección al
afectado", supuestos estos últimos centrales en este arbitrio constitucional, y frente a los
cuales la mera afirmación de un plazo, que no existe cómo computarlo, pierde importancia.

En fin, en estos casos de omisiones antijurídicas, si de plazo se quisiere hablar, tendríamos


que pensar que se está renovando día a día, mientras la autoridad emita el pronunciamiento
o la actuación que el ordenamiento jurídico le exige.

Es este el criterio de los “ilícitos continuados” que tiene un antiguo y permanente


acogimiento en la jurisprudencia, desde "Vergara Tolosa" (1981), hasta "canalistas del
Laja" (1991), y otros más que es innecesario citar ahora. Sí es importante señalar un criterio
de nuestros tribunales relativo a estos ilícitos continuados o permanentes, los que, según un
fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago hacen surgir "el derecho para hacer cesar la
acción u omisión ilegal o arbitraria, (el que) se mantiene mientras aquella subsista" . Así,
cuando la acción u omisión se está repitiendo constantemente, existiría, paralelamente, el
"derecho permanente" a recurrir de protección. El tema del plazo, de acuerdo a esta
jurisprudencia ejemplar, pasa a segundo plano.

Esta última jurisprudencia es interesante, pues significa reconocer que por motivos
formales, de mera admisibilidad, los Tribunales no se pueden excusar de restablecer el
imperio del Derecho, imperativo constitucional y finalidad de la Administración de Justicia,
sobre todo en algunos casos de evidencia razonable de unos efectos permanentes de actos u
omisiones ilegales o arbitrarios comenzados en tiempo pretérito.

Otras Jurisprudencias.
También se ha fallado que si el acto ilegal o arbitrario se mantiene en el tiempo el plazo
para deducir el recurso de protección se va renovando cada día. Así en Sociedad
Educacional Guajardo, Aravena y Olave Ltda., con Alcalde de la I. Municipalidad de
la Florida (Corte de Apelaciones de Santiago, 19 de octubre de 2001, proceso Rol
Nº2.955-2001) se estableció que no es posible estimar extemporáneo el recurso dada la
persistencia en la conducta y decisión de la Municipalidad y Dirección de Obras recurridas
(de negar la recepción final de la construcción) que se ha mantenido en el tiempo con todos
sus efectos, lo que ha autorizado el ejercicio de esta acción cautelar en la oportunidad en
que aquí consta se ejerció. (Considerando 8vo).

Se ha resuelto asimismo, que si el acto produce efectos permanentes el plazo para recurrir
de protección no precluye. Ello se ha dado en materia ambiental como en Agrupación
Ecológica y Cultural de Chañaral con Municipalidad de Chañaral y de la Capitanía
de Puerto de Chañaral (Corte de Apelaciones de Copiapó, 27 de abril de 2007, proceso
Rol Nº44-2007) en el que se señalo que el estado de contaminación que se asegura
compromete la salud de la población en las playas, preciso es establecer, como ha sido
resuelto invariablemente por la jurisprudencia de nuestros tribunales superiores, que siendo
de efectos permanentes en el tiempo el daño que se denuncia, los que se prolongarían hasta
la fecha al decir de los recurrentes, tal acción no precluye mientras los efectos
contaminantes continúen produciéndose, de manera tal que el presente arbitrio
constitucional no resulta extemporáneo, con la debida limitación de que la de autos se trata
de una cuestión eminentemente técnica, como lo es la supuesta contaminación.

Otro Criterio sobre hechos ilícitos continuados de efectos permanentes de sentencia de la


Corte Suprema, de 20 de noviembre de 2001, Rol Nº 4140-2001 en Daniel Jacusiel
Kirschstein; con Empresa Metropolitana de Residuos Ltda; ha establecido un criterio
de publicidad de información del afectado por sobre el hecho de estar produciendo efectos
continuos en el tiempo el hecho ilícito que se pretende impugnar sobre residuos
contaminantes es así que la actuación que se reprocha a la recurrida, se viene produciendo
desde hace bastante tiempo, y aunque en el recurso se omiten fechas, es posible inferir que
ya el día 1º de marzo último tuvo cabal conocimiento de los nefastos efectos que se
atribuyen a la acción de gases y percolados del citado relleno. En efecto, por dicho
documento, el Director Regional del SAG da respuesta a una carta del recurrente, que este
le remitió en la fecha indicada, informándole de los daños sufridos en la producción de los
predios contiguos al relleno en cuestión, materia que constituye el fundamento del recurso,
por lo que desde dicha fecha debe computarse el plazo para deducirlo. Que el presente
recurso de protección fue interpuesto el día 12 del mes de abril del año dos mil uno en
curso, según consta del cargo estampado en el libelo de fs. 4, esto es, casi un mes y medio
después de que el recurrente, como ya se ha dicho, tomara conocimiento del acto que
verdaderamente le agravia y que ha impugnado por esta vía, por lo que el recurso se dedujo
fuera de plazo y así corresponde que lo declare este tribunal. Que, por otro lado, no resulta
admisible el planteamiento de que los daños que se han denunciado continúan
produciéndose y en forma progresiva, lo que impediría estimar extemporáneo el recurso,
porque como ya se dijo, el acto agraviante es uno, consistente en los referidos daños y el
plazo debe contarse desde que se tuvo conocimiento del mismo, lo que ocurrió, como
también se consignó, el día 1º de marzo último. Por lo anteriormente expuesto, el presente
recurso de protección no puede prosperar y debe ser declarado inadmisible, por haber sido
deducido fuera de plazo.
Criterio Similar en hechos de otra causa estableciendo o primando el criterio objetivo del
computo del plazo que establece el Autoacordado, por sobre la posibilidad de continuarse
produciendo los efectos del acto que se impugna se ve en Sentencia de Corte Suprema de
28 de enero del año 2004, Rol Nº 5410-2003, en Sociedad Inversiones Nicoremu
Sociedad Anónima; con Roberto Amador Dabed Rszka; establece que el plazo para
acudir de protección es objetivo, y no puede ser prolongado de modo artificial por el
interesado, aduciendo o pretextando una supuesta persistencia en el tiempo o reiteración, en
la especie, de una acción, que se dice, de "ocupar" (Considerando Tercero, Corte Suprema).
Que el referido predicamento resulta desacertado porque confunde el acto u omisión de que
se reclama con sus efectos. El primero está constituido, en el presente caso, por el hecho
recurrido de de haber instalado el muro contraviniendo supuestamente los deslindes de las
propiedades. Ello, no cabe dudas, produce efectos permanentes si la situación reclamada se
ha mantenido en el tiempo; pero no significa que el recurrente dispone de un plazo
indeterminado o impreciso para interponer la presente acción cautelar, y sostener este
criterio lleva a extremos inaceptables, ya que nunca habría certeza jurídica en torno a dicha
cuestión y se trataría de un caso en que, en resumidas cuentas, no habría plazo para
intentarla. Sin embargo, éste ha de contarse desde la fecha del acto u omisión o desde que
se tuvo conocimiento o noticia del mismo y es ésta la circunstancia básica que permite el
cómputo del término para recurrir (Considerando Cuarto, Corte Suprema).

Otro criterio distinto se aprecia en Mauricio Alejandro Alcoholado Álvarez; con Isapre
Vida Tres; Sentencia de Corte Suprema de 18 de Noviembre del 2003, Rol Nº4652-2003
en que no obstante no ser la vía procesal la incoada se enmienda por la Corte Suprema la
consideración de la Corte de Apelaciones respectiva por cuanto el criterio de ilícitos
continuados o de efectos continuos si cabria, ya que si bien es cierto que el recurso se
dedujo después de los 15 días (plazo del Autoacordado de 1992 modificado por el Nuevo
Autoacordado Nº70 del 2007) de ocurrido el hecho atacado como arbitrario e ilegal, esto es,
la terminación unilateral al contrato de prestación de salud del afiliado y la familia del
recurrente, no es menos cierto que ésta produce efectos permanentes en su perjuicio, razón
por la cual no podrá ser acogida la petición de extemporaneidad (Considerando Primero,
Corte de Apelaciones de Temuco). Que, sin embargo, no corresponde resolver por esta vía
una cuestión controvertida que versa sobre la terminación de un contrato, que seguramente
supone hacer indagaciones, peritajes, y rendir pruebas de diversos tipos, todo lo que debe
ser ventilado en el juicio que legalmente corresponda o que las partes acuerden, como
precisamente está ocurriendo en el presente caso (Considerando Quinto, Corte de
Apelaciones de Temuco). Que, en todo caso, el asunto propuesto se encuentra sometido al
imperio del derecho, al encontrarse la controversia en conocimiento de un juez árbitro de
acuerdo a lo establecido en el artículo 3º Nº 5 de la ley 18.933, por lo que procede el
rechazo del recurso (Corte Suprema).

En resumen y a propósito de la modificación del plazo por el Autoacordado Nº70 de la


Corte Suprema del 8 de junio del año 2007, al aumentar a 30 los días de plazo pero no
establecer nada claro respecto al computo sobre los casos de ilícitos continuados plantea
una dificultad importante que se presenta en los denominados hechos o ilícitos continuados
para solucionar los problemas originados por la brevedad del plazo contemplado en el Auto
Acordado de 24 de junio de 1992. Con el objeto de subsanar los problemas que se
producían para quienes tenían tardío conocimiento de la posibilidad de accionar a través del
recurso de protección, o que por cualquier razón la interponían transcurrido el plazo de 15
días, se ha originado una importante jurisprudencia para la cual, en presencia de ilícitos
continuados en el tiempo, no corre plazo para impetrar la protección. De esta manera, se ha
ampliado el plazo para interponerlo en la misma medida que dura el ilícito que perturba o
infringe la garantía constitucional. Sin embargo, esta postura no es unánime, existiendo
nuevamente una importante y disímil jurisprudencia. Pero además la solución adoptada, no
obstante su anhelo de justicia, no tiene asidero en norma alguna. Nada es posible inferir de
la Constitución ni del propio texto del Auto Acordado. Por lo tanto, esta materia ahora debe
ser regulada legalmente, para satisfacer las garantías del debido proceso, ya que
nuevamente existe incertidumbre, falta de seguridad y de certeza.

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