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NOTAS PARA EL ESTUDIO DE MATEO 10 Y LA ACCIÓN DE LA IGLESIA


Pbro. Samuel Gallegos

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Jesús llamó a sus doce discípulos, y les dio autoridad para expulsar a los espíritus
impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. 2Estos son los nombres de los
doce apóstoles: primero Simón, llamado también Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su
hermano Juan, hijos de Zebedeo; 3Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el que cobraba
impuestos para Roma; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; 4Simón el cananeo, y Judas Iscariote,
que después traicionó a Jesús1.

Las asociaciones grupales en Palestina del tiempo de Jesús eran de tres tipos:
“coaliciones”, “corporativas” y “facciones”. La “coalición”estaba formada por personas de
diversas ideologías, profesiones y tendencias y eran de carácter informal, electivo, con vínculos
más bien endebles, unidos por un tiempo determinado para conseguir algún bien común. Los
grupos “corporativos” estaban basados en principios permanentes en cuanto al nacimiento,
matrimonio fidelidad política, parentesco, honorabilidad, pureza ritual, etc. Y las “facciones” era
un tipo de grupo formado en torno a un personaje central, que recluta seguidores y quien
establece los criterios y las metas a seguir. Jesús forma algo más parecido a una “facción”. En
éste sentido, las iglesias actuales son más como grupos corporativos que facciones.
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Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: “No vayan a las regiones de los
paganos ni entren en los pueblos de Samaria; 6vayan más bien a las ovejas perdidas del pueblo
de Israel.
Mateo es el único de los evangelistas que hace hincapié en que Jesús manda a sus
discípulos al pueblo de Israel. Es claro que se refiere a los judíos y que los ve como “ovejas
perdidas”. Tal vez los ve así, porque teniendo una larga tradición en cuanto a su registro escrito
de la experiencia con Dios, parece que siguen dando vueltas en el “desierto de la vida” y siguen
sin experimentar un verdadero encuentro con Dios. Es significativo el parecido con la
experiencia de las iglesias actuales, que teniendo la revelación bíblica, no tienen la experiencia
vital con Dios y todo se ha reducido a experiencia religiosa y litúrgica. Parece necesario un
grupo de “facciosos” que empiecen a cristianizar a los “cristianos” o evangelizar a los
“evangélicos”.
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Vayan y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado.
Ésta sola frase resume el sueño de Jesús, expone su plan e interpela la vida. Se trata de
moverse, de ir, de caminar, de andar, de tender hacia. Es un plan que exige movimiento,
decisión, voluntad. Pero también se trata de anunciar, de proclamar, de decir, de no quedarse
callados, de articular, de razonar, de vivir. ¿Qué? Un gobierno que está sobre todo otro: el
gobierno de Dios. ¿Quién gobierna en la vida? La economía, la injusticia, los intereses, el poder
político y religioso, la ambición, etc. Se habla aquí de un gobierno que además no está lejos sino
cerca, aquí y ahora. La expresión “se ha acercado” es una expresión escatológica que apuntaba a
que el gobierno de Dios sería en el “por venir”, en el “futuro”, pero Jesús lo anticipa y dice “el
gobierno de Dios no es para el futuro, sino para el aquí y el ahora”.
También en éste sentido, la iglesia ha mantenido sus sueños en un futuro. Pero aún, en
lugar de acercar el Reino de Dios a la gente, lo aleja, pues en lugar de ir, de moverse de
proclamar, la iglesia se ha vuelto estática, silenciosa y se ha dejado gobernar por el status, por la

1 Dios Habla Hoy - La Biblia de Estudio, (Estados Unidos de América: Sociedades Bíblicas Unidas) 1998.
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comodidad, por los cantos, por las reunioncillas sociales, por la indiferencia, es decir, por otro
espíritu que no es el del Rey que dicen proclamar.
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Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y
expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por
emplearlo.

El mundo de Jesús entendía que, que en general, las cosas que escapaban al control
humano tales como la enfermedad, la muerte, y las disfunciones psicológicas, etc., eran causadas
por personas no-humanas que operaban en una jerarquía social cósmica y que el nivel superior,
controlaba al inferior:
1. El Dios Altísimo
2. Otros dioses o arcángeles
3. Personas no-humanas: ángeles, espíritus, demonios
4. Humanidad
5. Criaturas inferiores a la humanidad
Así pues, la frase de Jesús tiene la intención de elevar la jerarquía de los enviados, en
donde quedarían en el segundo nivel, lo que significa que sólo Dios estaría reinando sobre ellos y
entonces, los seguidores de Jesús se vuelven co-gobernantes con Dios al tener ingerencia en los
otros tres niveles. En el fondo se puede adivinar una idea parecida a la de Génesis en donde Dios
les cede el gobierno de la tierra a la humanidad y también se entiende porqué Jesús, defiende su
estatus de Dios, recurriendo a la idea del AT “ustedes son dioses (Salmo 82:6)”. Hay que aclarar
que se trata de un gobierno para ayudar, para corregir lo que está mal, se trata de servir, de dar
vida, de aliviar, de dar dignidad a los que no la tienen, de acabar con dinámicas destructivas. No
es un gobierno de represión o de abuso del poder. Jesús deja claro que esto no entra en los
estándares de la economía humana. Se trata de una gracia que viene de Dios, se trata del
gobierno de Dios actuando a través de los enviados.
En cuanto a la iglesia actual, podemos afirmar que no hemos tomado nuestro lugar como
dioses, como co-gobernantes con Dios. Para la iglesia, toda otra realidad es más poderosa que el
poder que se nos otorga (olvidamos que cuando Jesús envía a la misión a los discípulos al final
de Mateo, comienza diciendo “Todo poder me ha sido dado en el cielo y en la tierra, por tanto
vayan…”). De ahí que ante las situaciones de injustita, de opresión, etc., nuestros comentarios
son “nada podemos hacer”, “hay que rogar a Dios que él intervenga” (como si él fuera a bajar a
cambiar las cosas y no hemos entendido que ya bajó en la persona de Jesús y que lo que nos está
diciendo es que nos da el poder de intervenir nosotros en las cosas para cambiarlas).
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“No lleven oro ni plata ni cobre 10ni provisiones para el camino. No lleven ropa de repuesto ni
sandalias ni bastón, pues el trabajador tiene derecho a su alimento.

Parece que Jesús quiere hacerlos experimentar lo que ya les había dicho en el Sermón del
Monte: “busquen primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura”.
Me parece que lo que Jesús plantea, es que al meterse en dinámicas que provoquen o revelen
otro tipo de relaciones en donde se vive y exige la justicia, uno de los resultados posibles (más
adelante plantea otros) es que las personas que experimentan esto como una bendición para ellos,
en agradecimiento, procurarán suplir las necesidades de aquellos que le hicieron partícipes de
dicha experiencia.
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Por otro lado, también éstas palabras de Jesús pueden tener la intención de hacerles vivir
la dependencia total de Dios y no depender de aquello que suele dar seguridad a las personas en
una sociedad basada en el dinero, en las posesiones, en la ropa o en el calzado. Dicho de otro
modo, el reinado de Dios y la misión de los enviados, no se apoya en ningún recurso humano, ni
se detiene por no tener recursos.
En éste sentido, la iglesia se detiene. Primero quiere tener el oro, la plata, las provisiones,
la ropa y los zapatos adecuados para luego buscar la justicia de Dios.
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“Cuando lleguen ustedes a un pueblo o aldea, busquen alguna persona de confianza y
quédense en su casa hasta que se vayan de allí. 12Al entrar en la casa, saluden a los que viven
en ella. 13Si la gente de la casa lo merece, su deseo de paz se cumplirá; pero si no lo merece,
ustedes nada perderán. 14Y si no los reciben ni los quieren oír, salgan de la casa o del pueblo y
sacúdanse el polvo de los pies. 15Les aseguro que en el día del juicio el castigo para ese pueblo
será peor que para la gente de la región de Sodoma y Gomorra.

En éste caminar por la vida tratando de vivir y hacer vivir el sueño de Jesús, hay que
apoyarse en la gente buena. Aquí, por razones culturales, significa recibir la protección, los
recursos y la hospitalidad de un anfitrión, que hace las veces de patrón. Desde luego que no se
encuentra así como así. Solemos ser desconfiados los unos de los otros. Pero Jesús dice
“busquen”, luego entonces se trata de convivir con la gente hasta encontrar alguien que puede
ayudarnos a construir el sueño de Jesús. Y sí, Jesús sabe que es más fácil encontrar gente que
rechace a los enviados, por eso les dice que “sacudan el polvo de sus pies” cuando no se les
muestre hospitalidad a éste grupo de soñadores y facciosos. Ahora bien, el acto de sacudir los
pies, es un insulto grave en la sociedad palestina del siglo I: significa rechazo total, terminar la
relación como enemigos, no estar dispuesto a ser tocado de ninguna manera por las personas de
ésa casa, ni estar dispuestos a tocarlos a ellos o sus pertenencias. Parece que para Jesús, la
hospitalidad es básica en la construcción del Reino de Dios, de ahí que diga lo de Sodoma y
Gomorra, que precisamente fueron castigados por su falta de hospitalidad (Gn 19:1-25; Is. 1:10-
17; Ez 16:49).
¿Cómo entender ésta radicalidad hoy? Pues parece que la cosa está así: por un lado hay
que buscar gente que se “enganche” con el reino de Dios y quiera poner sus recursos y
hospitalidad en la construcción de dicho reino, por otro lado, no hay que contar para nada con
aquellos que nos niegan sus recursos y hospitalidad. Ahora bien, ¿qué tipo de alianzas hace la
iglesia? ¿En quién se apoya para la construcción del sueño de Jesús? Normalmente las iglesias
no buscan apoyos de otros para mejorar la vida de los demás, lo más que hace es pedir apoyos
para sí misma. Esto porque ni siquiera se ha planteado que está llamada a la construcción de un
sueño.
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“¡Miren! Yo los envío a ustedes como ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como
serpientes, aunque también sencillos como palomas. 17Tengan cuidado, porque los entregarán
a las autoridades, los golpearán en las sinagogas 18y hasta los presentarán ante gobernadores
y reyes por causa mía; así podrán dar testimonio de mí delante de ellos y de los paganos.
19
Pero cuando los entreguen a las autoridades, no se preocupen ustedes por lo que han de
decir o cómo han de decirlo, porque cuando les llegue el momento de hablar, Dios les dará las
palabras. 20Pues no serán ustedes quienes hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por
ustedes.
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A partir de éstos versículos Jesús comienza a hablar de las consecuencias y reacciones de


los diferentes ámbitos humanos, cuando se busca construir el sueño del Reinado de Dios en la
vida humana. Plantea la situación con claridad metafórica: los enviados son ovejas, las personas
que se opondrán a ése sueño son lobos (también está el asunto numérico: las ovejas son menos,
los lobos son muchos más). ¿Para qué servirá ser astuto como serpiente y sencillo como paloma?
Más aún, ¿cómo será eso en la práctica de vivir las dinámicas que Jesús describe? ¿Querrá decir
que no tienen los enviados-ovejas que dejarse llevar por ímpetus que echen a perder la dinámica
del Reinado de Dios y entren en las mismas dinámicas de los lobos? El caso es que hay que ser
astutos y sencillos en medio de los golpes recibidos por grupos religiosos y acusaciones ante
autoridades y gobernantes, de tal suerte que ahí se pueda hablar del sueño de Jesús. Pareciera que
ésta actitud de astucia y sencillez fuera condición para no entrar en una preocupación o angustia
ante las dificultades planteadas, de tal manera que el Espíritu de Dios se manifieste en la
articulación verbal del sueño de Jesús.
Aquí podemos hablar de los miedos y las angustias de la iglesia. De inicio la iglesia suele
ser oveja que no quiere salir a enfrentarse con los lobos, no importa que la mande Jesús a eso. A
los lobos no hay que hablarles del Reino de Dios. ¿Para qué? Si no entienden. Por otro lado,
¿para qué meterse en broncas con las autoridades? Dios las puso y él sabe lo que hace. A
nosotros nos toca sujetarnos, no andarles pidiendo que construyan un sueño que, además, ni
creen. ¿Para qué exigir a los grupos religiosos que participen en la construcción del Reino de
Dios? Si no somos ecuménicos. En fin, que preguntas y argumentos como éstos detienen a la
iglesia en la construcción del Reinado de Dios.
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“Los hermanos entregarán a la muerte a sus hermanos, y los padres a sus hijos; y los hijos
se volverán contra sus padres y los matarán. 22Todo el mundo los odiará a ustedes por causa
mía; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará. 23Cuando los persigan en una
ciudad, huyan a otra; pues les aseguro que el Hijo del hombre vendrá antes que ustedes
hayan recorrido todas las ciudades de Israel.

No hay lazo humano más fuerte que el de la familia. En la sociedad de la época la familia
de origen tenía que ser objeto de una lealtad que no admitía paralelo y tenía que ser a toda
prueba. El parentesco era tenido como la suprema institución social, el cual estaba antes que todo
y primero que todo en la vida de las personas. Así que lo que Jesús plantea, es que en la
construcción del Reino de Dios, de los miembros de una familia, algunos estarán de acuerdo en
participar y otros no, con las consecuencias de división entre los miembros de la familia, odio a
muerte por seguir otros intereses que los familiares, y el consiguiente odio para aquellos que han
sido los “causantes” de ésta escisión mortal. Nada que ver con al visión romántica que se plantea
en la predicación del evangelio en las iglesias actuales. Al mismo tiempo, no deja de suscitarse la
pregunta ¿qué puede ser tan rechazable en el sueño de Jesús, como para que cause éstas
divisiones mortales en una familia y odio para quienes exponen el Reino de Dios? Misterio. Sin
embargo, por ahora, podemos hacer énfasis sobre mantenerse firme aún en medio de la
persecución que puede traer, sobre el enviado, la venganza familiar, con la esperanza de que no
se la pasarán huyendo toda la vida.
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“Ningún discípulo es más que su maestro, y ningún criado es más que su amo. 25El discípulo
debe conformarse con llegar a ser como su maestro, y el criado como su amo. Si al jefe de la
casa lo llaman Beelzebú, ¿qué dirán de los de su familia?
Jesús pareciera tener en mente que algunos de los planteamientos del Reino, tendrán para
algunas personas, carácter diabólico (más que diabólico es considerarlo absolutamente
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detestable, ya que beel-zebú significa en principio el “señor de la mierda” y de ahí derivó a


“señor de las moscas”, por razones obvias), como si estuvieran en contra de Dios en lugar de a su
favor. De esto se deriva que tampoco es verdad que todo planteamiento del reino tiene que ser
religioso necesariamente (entendiendo que lo religioso es “claramente bueno” o “por el bien de
los demás”, cosa que ya está probado que es falso, pero que se sigue creyendo y sigue
determinando la vida de muchas personas). También se trata de quién los califica de detestables
o diabólicos, en el caso de Mateo, son los religiosos, no la gente común y corriente. Es decir, el
poder religioso califica de diabólico o detestable aquello que va en contra de sus intereses y lo
quiere descalificar.
En éste sentido la iglesia se ha dedicado más a descalificar el intento que hacen otros,
bajo categorías distintas a las religiosas, de construir una mejor humanidad, llamándole
comunismo, materialismo, secularismo, humanismo, etc., en lugar de unirse a ésos esfuerzos y
aportar una parte de la construcción del Reino de Dios.
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“No tengan, pues, miedo de la gente. Porque no hay nada secreto que no llegue a
descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse. 27Lo que les digo en la oscuridad,
díganlo ustedes a la luz del día; y lo que les digo en secreto, grítenlo desde las azoteas de las
casas.

A pesar de que el panorama que pinta no es nada agradable ni tranquilizador, Jesús dice a
sus discípulos que no tengan miedo (en realidad debe entenderse como “que no los paralice el
miedo”) en realizar la misión que les encarga. Es claro que Jesús sabe que el asunto está para
provocar miedo y dice algunas cosas para dar fuerza a los enviados.
La vida privada no existía en la palestina de Jesús. Cualquier intento de hacer algo en
privado levantaría las sospechas en el pueblo. Cerrar las puertas durante el día suponía que se
pretendía ocultar algo. La proclamación que Jesús pide que se haga, corresponde al ámbito
público y en ése sentido supondría algo totalmente aceptable para la mentalidad palestina de la
época. Es decir, parece que Jesús incita a los discípulos a hacer señalamientos públicos de
dinámicas que han permanecido ocultas, que de todos modos se van a saber (y uno podría objetar
¿entonces para qué señalarlas?) y que el pueblo en general agradecería. Lo que no es claro es
porqué se refiere a un contenido de lo que él enseña, como algo que les ha sido dicho en la
oscuridad y en secreto a los enviados. ¿Cómo puede esto ayudar para no dejarse paralizar por el
miedo en el cumplimiento de la misión? Parece que esto está en relación directa con la
convicción de que lo que se hace público y se grita por todos lados, contribuye de manera
decidida al Reinado de Dios y a la enseñanza de Jesús. De ahí que después diga:
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No tengan miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; teman más bien
al que puede hacer perecer alma y cuerpo en el infierno.

En donde hay que entender “alma” como “convicción”, para que el texto adquiera su
significado. Entonces diría a sí: Que no los paralice el miedo de que los maten, mientras no
puedan matar su convicción. Más bien ténganle miedo a los que pueden matarlos, junto con su
convicción y quedar fuera del Reino de Dios (no entraremos en la polémica del infierno, que
dado todo el contexto solo significaría la separación total de Dios). ¿Qué tiene que ver esto con
la iglesia? Pues se ve que a la iglesia le falta convicción para señalar públicamente dinámicas
que están claramente en contra del Reinado de Dios, porque en la práctica no la paraliza el
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miedo a la muerte, pues en México se evita ponerse en ésa situación extrema, pero sí se tiene
miedo a otras cosas, como ser metido a la cárcel por cuestionar al sistema.
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“¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra
sin que el Padre de ustedes lo permita. 30En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la
cabeza él los tiene contados uno por uno. 31Así que no tengan miedo: ustedes valen más que
muchos pajarillos.
32
“Si alguien se declara a mi favor delante de los hombres, yo también me declararé a favor de
él delante de mi Padre que está en el cielo; 33pero al que me niegue delante de los hombres, yo
también lo negaré delante de mi Padre que está en el cielo.

Ahora veamos el asunto de los pajarillos, que también pretende dar valor para no ser
paralizados por el miedo. Tratemos de entender. Lo que se traduce por “un cuarto” en RV 1960,
es la palabra griega “assarion”, que se refiere al “as”, moneda que valía un dieciseisavo de
“denario”. El denario, era una especie de salario mínimo diario para los jornaleros agrícolas. Así
pues, con un dieciseisavo de un denario se compraban dos pajaritos. Ahora bien, el hecho de que
Jesús hable de pajaritos que caen a tierra, es porque dichos pajaritos se vendían muertos, era el
alimento más barato, especialmente para los pobres. También dice la traducción que ninguno de
ellos se muere sin el “consentimiento del Padre”. Otras traducciones dicen “sin que el Padre lo
permita” o “sin que el Padre lo quiera”. La pregunta que nos surge ante ésta traducción es ¿será
el deseo del Padre que mueran ésos pajaritos? ¿Será que Dios quiere que los maten y vendan dos
por un “as”? Algo más o menos parecido se puede decir de los cabellos de nuestra cabeza.
Parece que Jesús está diciendo que Dios tiene contados nuestros cabellos y que no se cae
ninguno, sin que Dios lo quiera. ¿Dirá esto realmente? ¿Querrá decir que Dios quiere que se nos
caigan los cabellos?
El texto griego no dice que todo esto se haga porque Dios da su “consentimiento” o
porque “quiera” o porque “lo permite”. El texto griego dice simplemente “sin el Padre”.
Entonces una traducción más literal diría: “Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin el Padre”.
Creo que en todo caso, si hemos de añadir algo para hacer más comprensible lo que Jesús dice
aquí, no es decir que el Padre lo “consiente” o lo “permite”, sino decir que una ave no cae muerta
“a parte del Padre”, “prescindiendo del Padre”, “sin que el Padre esté implicado”. Así,
tendríamos una traducción más dinámica en la que se leería: Con todo, ni uno de ellos cae a
tierra sin que el Padre esté implicado” O también: Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin que
le importe al Padre”. Esto cambia radicalmente todo el significado. El enviado, el discípulo de
Cristo, ha de entender que lo que le sucede no es porque Dios lo permita, como si él diera el
permiso para que suceda o porque esté de acuerdo con lo malo que le suceda a su seguidor. Lo
que sí ha de entender es que lo que le sucede, afecta a Dios porque Él no quiere que suceda, pero
está implicado, le afecta.
Así que no se trata de tener a Dios de pararrayos, de refugio blindado. Incluso desde ésta
perspectiva ha de entenderse los Salmos que describen a Dios como escudo o como roca; no
están diciendo que no les va a pasar nada en el cumplimento de la misión, están aceptando que la
convicción de seguir a Dios, puede ser destruida si Dios no la protege.
Podemos decir con toda certeza, que lo que Jesús nos dice con el ejemplo de los pajaritos,
es que cuando un pajarito se muere para ser vendido, Dios cae con él, es decir, Dios está
implicado”, “a Dios le importa”, lo mismo sucede con nuestros cabellos. Entonces se entiende lo
que Jesús dice: si Dios cae con los pajaritos, con mucha más razón caerá con los que lo siguen
para hacer su voluntad. ¿Esto quita el miedo? Probablemente no, pero cambia la perspectiva.
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Esto quiere decir, que Dios tiembla junto conmigo, que Dios se sacude con mi miedo, que a Dios
le importa mi miedo. Dios está comprometido conmigo de tal manera que, a pesar de que le diga
que ya no quiero predicar su palabra, Dios está conmigo más allá de lo que puedo explicar,
porque le importo.
En éste sentido, la iglesia ha desvirtuado la participación de Dios y la ha hecho macabra y
perversa, adjudicándole una voluntad de que las cosas más dañinas les suceden al ser humano
porque Él lo permite. Con un Dios así no dan ganas de hacer la misión. A un Dios así, sí dan
ganas de negarlo.
34
“No crean que yo he venido a traer paz al mundo; no he venido a traer paz, sino guerra.

Se trata de escoger una trinchera, un campo de batalla en donde establecerse para pelear
porque el Reinado de Dios se establezca, porque el sueño de Jesús sea el de todos. La misión no
es un asunto de romanticismo religioso, ni de éxtasis litúrgico, sino de guerra; una guerra que
comienza con los afectos familiares.
35
He venido a poner al hombre contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra
su suegra; 36de modo que los enemigos de cada cual serán sus propios parientes.
37
“El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no merece ser mío; el que quiere a su
hijo o a su hija más que a mí, no merece ser mío; 38y el que no toma su cruz y me sigue, no
merece ser mío. 39El que trate de salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por
causa mía, la salvará.,

Para entender mejor ésta parte, hay que saber que en la palestina de Jesús no existe la
introspección. Las palabras que hacen referencia a los estados interiores se describen con una
expresión externa. Por ejemplo, para hablar de amor, se entiende mejor por “adhesión”,
“mantenerse unido a”. Odio sería lo contrario, es decir, “alejarse de”, des-adherirse”. Así pues,
se entiende que la adhesión en los vínculos humanos desplaza su centro: de las redes familiares a
las redes establecidas por Jesús; de las dinámicas tranquilas de la vida familiar a dinámicas que
nos llevarán con toda seguridad a terminar colgado en una cruz. En éste contexto salvar la vida
es quedarse en las dinámicas de la vida familiar y ganarla sería seguir a Jesús en dinámicas en
donde seremos crucificados.
Creo que es obvio el camino que la iglesia hemos escogido.
40
“El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
41
El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá igual premio que el profeta; y el que
recibe a un justo por ser justo, recibirá el mismo premio que el justo. 42Y cualquiera que le da
siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por ser seguidor mío, les aseguro que
tendrá su premio.”

Para terminar, Jesús vuelve a uno de los temas iniciales: la hospitalidad. Aunque aquí el
enviado es su representante y hasta representante de Dios (vuelve el tema de estar en el segundo
nivel del que hablamos en el comentario del versículo 8). Esto es así porque la mentalidad
palestina del siglo I, no es individualista. Recibir a alguien es recibir a toda su red de relaciones y
la cosmovisión de ésa red. Así pues el compromiso es parecido al que alguien adquiría en la
segunda guerra mundial, cuando protegía o escondía a un judío para ayudarlo a sobrevivir el
nazismo. O parecido en dar asilo político a un perseguido por algún país o dar refugio a alguien
que está en contra del sistema político en turno, con la posibilidad segura de que se nos asocie
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con la persona a la que hospedamos. Se comprenderá entonces porqué Jesús hace hincapié en la
importancia de recibir a un profeta o a un justo. El hecho de que los llame “pequeños” obedece a
la consideración que de ellos se haría desde el sistema dominante de poder. Se comprenderá
también porqué se vuelve tan importante el sólo hecho de dar un vaso de agua. Es un acto
peligroso en éste contexto, por sus implicaciones.

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