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Ministerio de Salud Pública del Ecuador

Dirección Nacional de Nutrición

Consejería para embarazadas: Nutrición y embarazo

Enero 2011
AUTORIDADES

Dr. David Chiriboga

Ministro de Salud Pública

Dra. Ximena Abarca

Subsecretaria de Salud

Dra. Carmen Laspina

Directora General de Salud

Dra. Wilma Freire

Asesora del Ministro en Nutrición

Dra. Rocío Caicedo

Coordinadora Nacional de Nutrición

Elaborado por:

Dra. Patricia Mogrovejo, MSc.

Consultora OPS para la guía


Grupo Técnico de Revisión:

Dra. Wilma Freire Ministerio de Salud Pública

Dra. Rocío Caicedo Ministerio de Salud Pública

Lcda. Verónica Espinoza Universidad Católica del Ecuador

Dra. Imelda Villota Universidad Central del Ecuador

Dra. Susana Villacreses Escuela Politécnica del Chimborazo

Dra. Alexandra Caicedo Ministerio de Salud Pública

Lcda. Sofía Pozo Ministerio de Salud Pública

MSc. María Soledad de la Torre Universidad Internacional del Ecuador

MSc. Stephanie Gabela Universidad San Francisco de Quito

Lcdo. Ramón Mero Ministerio de Salud Pública


Índice

I. Introducción
II. Finalidad
III. Objetivos
IV. Contenidos

4.1 Conceptos básicos

4.2 Etapas de la consejería

4.3 Comunicación en la consejería

4.4 Modelo de las etapas de cambio

4.5 Recomendaciones generales

4.6 Contenido de mensajes de la consejería nutricional para la mujer


embarazada

4.7 Consejería posparto

4.8 Monitoreo y evaluación del desempeño en la consejería nutricional

V. Anexos:

Anexo 1: Pauta de observación para evaluar a profesionales facilitadores

Anexo 2: Cuestionarios a usuarias de consejerías

Anexo 3: Pauta para evaluar el estado de cambio

VI. Bibliografía
Introducción

Uno de los aspectos importantes del control prenatal es el diagnóstico, evaluación


y manejo de la condición nutricional de la embarazada.

Debido a que en el embarazo se produce una intensa síntesis y crecimiento


celular, necesarios para la formación de tejidos materno-fetales, se determina un
aumento de las necesidades nutricionales en relación al período preconcepcional.
Si estos mayores requerimientos nutricionales no son cubiertos, se podrá afectar
la salud de la madre y su hijo.

Por lo general, en los sectores de menores ingresos, la alimentación es


habitualmente deficiente en calidad y cantidad, lo que aumenta el riesgo de déficit
de algunos micronutrientes, como el calcio, hierro, zinc, ácido fólico y ácidos
grasos esenciales. La situación de pobreza puede disminuir la capacidad de
compra y la disponibilidad de alimentos del grupo familiar, repercutiendo esta
situación en la embarazada. Además, se ha demostrado que los factores
económicos son los principales condicionantes en la selección de alimentos en
familias de sectores populares (Romo, M. 2008).

Se ha reportado que entre los factores de riesgo para el bajo peso al nacer se
encuentran: períodos intergenésicos menores de dos años, y más aún cuando son
menores de un año; la gestación en mujeres muy jóvenes (menores de 20 años)
y/o mujeres mayores de 35 años, y el control tardío generado por el deficiente
acceso a los servicios de salud. Las adolescentes embarazadas constituyen un
grupo especialmente vulnerable al déficit nutricional, ya que a los requerimientos
fetales se agregan los propios del proceso de crecimiento, que todavía no se ha
completado (Brown, J. 2008).

La malnutrición materna pregestacional, o durante el embarazo, se relaciona con


un mayor riesgo de morbimortalidad perinatal e infantil. La obesidad también
constituye un factor importante de riesgo, debido al aumento de algunas
patologías del embarazo, la proporción de niñas y niños macrosómicos y, las
complicaciones del parto (Uauy, R. 2006).

La consejería nutricional es un medio para promover comportamientos saludables,


como son la alimentación saludable y la práctica de actividad física durante todo el
ciclo vital, y en forma prioritaria durante el embarazo, período de máxima
vulnerabilidad. La consejería contribuye a favorecer un embarazo exitoso, que
implica un adecuado crecimiento y desarrollo de la niña y el niño durante el
período de gestación y contribuye a disminuir el riesgo de presentar en el futuro
enfermedades relacionadas con la nutrición, como las enfermedades crónicas no
trasmisibles (diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedades
cardiovasculares).

Por lo tanto, surge la necesidad de iniciar intervenciones preventivas


prenatalmente, o durante los primeros años de vida. El personal de salud juega un
papel muy importante en la promoción y orientación a las futuras madres, para que
desde la gestación prevengan problemas de malnutrición en sus hijos. En este
enfoque promocional, las familias están llamadas a hacer el esfuerzo por
convertirse en el principal modelo y referente para sus hijos (Romo, M. 2008).

Los profesionales de salud desempeñan un papel fundamental a la hora de


motivar a sus pacientes al cambio de comportamiento, pero para ser eficaces se
necesita algo más que consejos.

Algunos profesionales de la salud han adoptado terapias “directivas”, que informan


e instruyen al paciente sobre los cambios de conducta que se consideran
necesarios. Para muchas personas este enfoque paternalista puede ser
apropiado, pero en otros casos puede aumentar la resistencia en el paciente.

Con el objeto de conseguir cambios de conducta duraderos, el paciente debe


motivarse a sí mismo. Es así que el refuerzo de las conductas se hace mediante
recompensas internas, que se identifican teniendo en cuenta las necesidades,
intereses y emociones de la persona. Las técnicas centradas en el paciente van
asociadas con mejores resultados y fomentan la autonomía de la usuaria (EUFIC
2010).

La consejería se ha usado exitosamente con una variedad de problemas,


poblaciones, ambientes y metodologías. Su efectividad ha sido demostrada tanto
para el cambio en los hábitos alimentarios como de la actividad física Estas
técnicas pueden aplicarse a cualquier problema o atención de personas, por lo
que existen distintas consejerías aplicadas a temáticas como, por ejemplo,
planificación familiar, entre otras (EUFIC 2010).

Este documento pretende mejorar las habilidades del personal de salud con el fin
de fortalecer el potencial de la consejería como herramienta de comunicación
participativa, para aplicarlo con las madres embarazadas.

I. Finalidad

Favorecer el mejoramiento de la salud materna y neonatal.


Contribuir a una adecuada nutrición en la mujer durante el embarazo
para: promover un crecimiento y desarrollo fetal normal; disminuir el
riesgo de malformaciones; reducir el riesgo de complicaciones en el
embarazo, parto y puerperio; aminorar el riesgo de obesidad y
desnutrición posparto y reducir el riesgo de enfermedades crónicas no
transmisibles.

II. Objetivos
3.1 Objetivo General

Establecer una metodología estandarizada para que los profesionales de la salud


realicen la consejería nutricional dirigida a madres embarazadas en el marco de
una atención integral de la salud.

3.2 Objetivos específicos

• Proveer a los profesionales de la salud de conocimientos sobre consejería


nutricional para el embarazo.

Incrementar la conciencia de los profesionales de la salud acerca de la


importancia de un estado nutricional adecuado durante el embarazo, y de la
relevancia de la consejería.
Contribuir a que los profesionales de la salud, mediante una consejería
efectiva, favorezcan un embarazo saludable.
Generar una comunicación efectiva que conduzca a promover conductas
saludables y cambios de hábitos.

IV Contenidos

4.1 Conceptos básicos

4.1.1 ¿Qué es la consejería?


La consejería implica destrezas y técnicas que se utilizan para estimular a que el
cambio de comportamiento sea favorable.

El profesional de la salud, capacitado en nutrición y consejería, acompaña y


orienta a la gestante en el proceso de cambio hacia una conducta saludable. La
comunicación se centra en la usuaria (Romo, M. 2008).

Pretende ayudar a la usuaria a entender los factores determinantes de una


situación y a involucrarse de manera proactiva, libre y consciente para encontrar
una solución por medio de un proceso de autoentendimiento (Ministerio Salud del
Perú, 2009).

Es la atención, individual o grupal, que reconoce en la usuaria el papel de


protagonista o conductora de la adopción de conductas saludables, en donde él o
la profesional actúa como facilitador del proceso de toma de conciencia, decisión y
actuación de la persona; además, está basada en una comunicación transversal,
contemplando una orientación centrada en la usuaria.

El estilo de comunicación que promueve la consejería es horizontal, cálido,


acogedor y reflexivo. Busca activar la capacidad para el cambio beneficioso que
toda persona posee (Romo, M. 2008).

Interculturalidad en la consejería

La interculturalidad en salud es la relación de respeto que se establece entre las


personas de diversos contextos culturales y étnicos con respecto a la manera que
cada uno tiene para entender el proceso de salud-enfermedad, considerando sus
creencias, conocimientos, interpretaciones y prácticas. La interculturalidad en la
consejería es esencial, tomando en cuenta que el Ecuador es un país multiétnico y
multicultural, con fuerte presencia indígena y afroamericana.
Es importante asegurar que la relación intercultural se establezca sin
discriminación, sin imponer relaciones de poder o coerción de ninguna de las
partes (personal de salud-usuaria).

4.1.2 ¿Cuál es el propósito de la consejería nutricional?

Analizar determinadas situaciones en la mujer embarazada, ayudarle a priorizarlas


y tomar decisiones sobre las mismas, basadas en los resultados de una
evaluación nutricional y en el análisis de prácticas, fortaleciendo aquellas que se
identifican como positivas y corrigiendo las de riesgo para asegurar un adecuado
estado nutricional (Romo, M. 2008).

4.1.3 ¿En qué situaciones se brinda consejería?

Es importante reconocer las oportunidades de contacto que existen entre el


personal de salud y la gestante para brindar consejería en nutrición; por ejemplo,
cuando:

La gestante acude al servicio de salud para control prenatal.


La embarazada es referida por algún agente comunitario en salud.
El personal de salud identifica gestantes, especialmente en riesgo.

La consejería puede desarrollarse a nivel intramural o extramural. Se recomienda


que el personal de salud mantenga contacto periódico con la gestante, con la
finalidad de apoyarla en el proceso de mejoría de prácticas con relación al cuidado
nutricional y de la salud. En el caso de realizar visitas domiciliarias, estas deben
ser consensuadas previamente para que la periodicidad y el momento sean
oportunos, acordes con el ritmo y la disponibilidad de tiempo de las dos partes
(Ministerio Salud del Perú, 2009).
4.1.4 ¿Cuáles son los condicionales de la consejería?

La consejería con un enfoque motivacional se basa en los siguientes


condicionales:

• La ambivalencia sobre determinadas conductas es normal y constituye un


obstáculo motivacional. La ambivalencia se puede resolver al trabajar con las
motivaciones y valores intrínsecos de la usuaria.

• La alianza entre el profesional de la salud y la usuaria es una asociación


colaborativa en la cual el profesional aporta con su experiencia.

• Una consejería busca la empatía, da apoyo, a la vez que direcciona y


proporciona las condiciones bajo las cuales ocurre el cambio (Romo M, 2008).

4.2 Etapas de la consejería

El proceso de consejería se puede describir en cinco fases, atendiendo a la


función principal del «profesional de la salud» y a la tarea principal de la usuaria.
Cabe aclararse que estas cinco fases no son rígidas, ni tampoco están presentes
necesariamente en todas las entrevistas con las usuarias.

La conversación tiene una secuencia que va desde la apertura hasta el cierre. En


el medio hay un intercambio de “mutuo apoyo”, que es útil para sostener la
relación entre los participantes y se conoce como “secuencia temática” (se refiere
a la articulación natural entre los cinco momentos que configuran la estructura de
la consejería).

Primer momento: encuentro y explicación sobre la situación encontrada

En la primera fase, se recomienda que el «personal de salud» genere un buen


vínculo con la embarazada; comprenderla, acogerla y tratar de penetrar en su
punto de vista es lo ideal. Para esto, son destrezas fundamentales la escucha
activa y la reformulación para comunicar la comprensión de lo expresado por la
usuaria. Por su parte, la meta de la mujer gestaste sería la autoexploración de sus
propias experiencias y sentimientos, tomando conciencia de las dificultades que
enfrenta (Undurraga J 2006).

Existen condiciones que limitan o determinan el saludo y la naturaleza del primer


encuentro: el lugar, el momento, el tiempo transcurrido desde la última cita y,
sobre todo, la relación que mantiene con la usuaria.

Se recomienda que la primera sesión de consejería dure 45 minutos y las


sesiones subsiguientes 30 minutos.

En este primer encuentro es importante considerar lo siguiente:

 Si la consejería se realiza en el domicilio, se recomienda que el personal de


salud se presente adecuadamente, de ser necesario identificarse con su
nombre, ocupación y preguntar por el nombre de la embarazada. En las
unidades de salud también se seguirán estas recomendaciones.

 Sea amable, trate a la persona como ella se sienta mejor. Se recomienda


no utilizar diminutivos que expresen paternalismo o subvaloración
encubierta.

 Los gestos, postura corporal y actitud de escucha demuestran interés y


respeto por la persona: mantener contacto visual, poner atención, evitar
barreras físicas, asentir con la cabeza o sonreír puede ayudar.

 Analice, en conjunto con la mujer embarazada, sus preocupaciones y


necesidades, ayúdele a priorizarlas y a tomar decisiones sobre las mismas,
basadas en los resultados de una evaluación nutricional y en el análisis de
prácticas, fortaleciendo aquellas que se identifican como positivas y
corrigiendo las de riesgo para asegurar un adecuado estado nutricional.

En toda consulta prenatal se debe valorar la condición nutricional, para lo cual, en


el primer control prenatal, pesará a la embarazada (en kilogramos), se medirá la
talla materna (en metros) y se registrarán los valores de la gestación actual en la
Historia Clínica Única. Form # 051. Consultar:
Ministerio de Salud Pública del Ecuador, Normas y Protocolos Nutricionales
para la atención de la mujer embarazada. Quito-Ecuador, 2010.
Ministerio de Salud Pública del Ecuador, Norma y Protocolo Materno.
Proceso de Normatización del SNS, Subcomisión de Prestaciones del SNS,
Componente Normativo Materno. Quito-Ecuador, 2008.
Ministerio de Salud Pública del Ecuador, Protocolo para la implementación
de las prácticas integrales de parto en los servicios de salud. Quito-
Ecuador, 2010.
En este momento se debe explicar también por qué es importante que la
embarazada tenga un peso adecuado, cuáles son las consecuencias en el corto y
mediano plazo de las deficiencias nutricionales, y su influencia en su salud y en la
de su hijo.

En el primer control prenatal se deberá definir el Índice de Masa Corporal (IMC)


preembarazo. En cada consulta prenatal se establecerá la ganancia de peso, que
se comentará con la mujer embarazada.

Si el estado nutricional es adecuado y el incremento de peso está de acuerdo a las


recomendaciones de la Normas y Protocolos Nutricionales para la atención de la
mujer embarazada, 2010, debe darse el reconocimiento y motivarla para continuar
con el cuidado. Si se encuentran problemas, debe explicarse a la madre, pareja
y/o familiares lo que esto significa para la salud, el crecimiento y el desarrollo del
feto y el recién nacido.

Segundo momento: análisis de factores causales o riesgos potenciales

El personal de salud reúne los diferentes datos que surgen, y los personaliza, de
manera que la usuaria los interprete a través de la autocomprensión. Se explora el
problema o situación y sus causas o posibles incongruencias. El objetivo es que la
usuaria descubra dónde se encuentra, en relación a dónde quiere o necesita estar,
preparándose para el cambio. Es la etapa de discernimiento, ya que se ve
enfrentada a sus valores y a los representados y comunicados por el personal de
salud (Undurraga, J. 2006).

El segundo momento es aquel en el que el profesional de salud y la madre


embarazada analizan las posibles causas de los problemas encontrados o riesgos
potenciales. El profesional de salud ayuda a la madre a encontrar estas causas o
riesgos y a explicarlas en su propio lenguaje.

Luego de haber explicado el estado del embarazo (a partir de la evaluación


nutricional), se debe indagar y preguntar sobre los posibles factores que influyen
en la situación encontrada: alimentación, salud, higiene, aspectos emocionales,
sociales, económicos, etc.

En ese sentido, los aspectos relacionados con la alimentación de la embarazada


se evalúan y registran cada vez que acuda al establecimiento de salud para sus
controles, o en seguimientos respectivos, y se registrarán en la HCU. Form # 051.

Al momento de realizar las preguntas se debe tomar en cuenta lo siguiente:

Las preguntas abiertas son muy útiles, usualmente comienzan con: “¿Cómo?
¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?”. Por ejemplo: “¿Cómo se está
alimentando el personal de salud?”. Las preguntas cerradas usualmente son
menos útiles; sin embargo, a veces es conveniente hacer uso de una pregunta
cerrada para tener certeza de un hecho; por ejemplo: “¿Está tomando alguna
vitamina (suplementos) otro alimento o bebida?”, si la madre dice “sí”, se puede
continuar con una pregunta abierta para indagar algo más: “¿Como la está
tomando?” o “¿Cómo le está yendo con la “vitamina”?

Se deben escuchar cuidadosamente las respuestas de la gestante, y estar alerta a


la información que puede ayudar a entender la situación e identificar los factores
(alimentarios, sociales, culturales, entre otros) más importantes.

Si las respuestas de la embarazada no son claras, se sugiere abordar la situación


con otras palabras y con preguntas más sencillas. Por ejemplo: si la embarazada
que no ha ganado peso adecuadamente dice que ella come una porción “grande”
de alimento, el personal de salud podría preguntar: “Cuando termina de comer,
¿siente que está con hambre o se queda satisfecha?”.

Es importante que mientras la usuaria responde, el personal de salud no la


interrumpa, no opinar, ni hacer comentarios, motivándola a preguntar las veces
que sea necesario.

Mostrar empatía (ponerse en su posición y mirar las cosas desde su punto de


vista) y evitar gestos o palabras que suenan como si la persona estuviera siendo
juzgada.

Asimismo, es importante identificar el contexto social y cultural de la persona,


respetando sus valores y patrones. Procurar interpretar el etnolenguaje verbal y
corporal utilizado por la gestante (Ministerio Salud del Perú, 2009).

Tercer momento: búsqueda de alternativas de solución y toma de acuerdos

El tercer momento es aquel en el que el personal de salud y la embarazada,


pareja y/o familiares buscan alternativas de solución a los factores identificados.
Recordar que la decisión sobre qué alternativas son más convenientes debe ser
tomada finalmente por ellos, pues son quienes conocen mejor sus recursos y
posibilidades.

La usuaria analiza las diferentes alternativas existentes, delimitadas por la


comprensión más profunda y realista de su situación y problemática actual,
rescatando las prácticas positivas.

Es importante rescatar y revalorizar los comportamientos culturales favorables.


Los comportamientos negativos se modificarán.

Se establecen objetivos y se identifican los recursos disponibles. Se procede a


elaborar un plan de acción (Undurraga, J. 2006).

Los acuerdos y negociaciones con la embarazada deben ser concretos y factibles


de realizar hasta la próxima cita, por ejemplo: fraccionar la alimentación diaria en
seis comidas al día.
Cuarto momento: registro de acuerdos tomados

Se registrarán en la historia clínica las decisiones o acuerdos (máximo tres)


tomados con la madre, y se los anotará en una hoja para que se la lleve,
motivándole a ponerlos en práctica con el apoyo de su familia y de la comunidad.

Recordar que es importante, al finalizar la sesión, expresar la disposición para


seguir conversando con la madre en una siguiente cita, en otras actividades que
ofrezcan el servicio o, de ser necesaria, ofrecerle una referencia personalizada.

Quinto momento: seguimiento de acuerdos tomados

El quinto momento es el seguimiento de los acuerdos tomados. Este momento se


realiza en las citas posteriores, puede ser a nivel intramural o extramural.

Es importante que se asegure el seguimiento de los acuerdos en los siguientes


controles o visitas domiciliarias, para identificar las dificultades o avances en el
avance de las prácticas realizadas en el hogar, y reforzarlas.

Si esto no se realiza, se habrá perdido todo el esfuerzo y la oportunidad de


promover las prácticas y prevenir a tiempo cualquier problema identificado en la
gestación (Ministerio Salud del Perú, 2009).

Este esquema básico requiere de conocimientos técnicos acerca de estrategias y


variables comunicativas y, por cierto, de los temas en los que se está trabajando.
También requiere de actitudes determinadas por parte del personal de salud,
como:

Empatía: se define como «la capacidad de percibir correctamente lo que expresa


otra persona y de comunicar esta percepción en un lenguaje acomodado a los
sentimientos de ésta»; es decir, significa meterse en la experiencia del otro y
asumir su situación, intentando abandonar las propias actitudes de defensa, y no
solamente comprender, sino transmitir esta comprensión. Otras actitudes son la
congruencia, es decir, expresarse en forma coherente con lo que se vive y siente,
y la aceptación incondicional, o sea, aceptar al otro sin enjuiciarlo.
Comunicación asertiva: es cuando expresamos de manera honesta y abierta lo
que pensamos, pero manifestamos entender la posición del otro (que permite
manejar nuestros sentimientos sin dejarnos conducir por ellos en el
comportamiento), la escucha activa, el diálogo desde la empatía, la comunicación
no verbal y el respeto a los silencios.

Discrepancia: La motivación para el cambio se incrementa cuando los pacientes


perciben discrepancias entre su situación actual y sus esperanzas futuras.

El profesional de la salud ayuda a concentrar la atención de las personas en la


manera en que los comportamientos actuales difieren del comportamiento ideal o
deseado.

Se busca ayudar a la usuaria a explorar la forma en la cual las metas personales


importantes (por ejemplo, buena salud) se afectan por los patrones actuales de
conducta. Cuando una persona demuestra preocupación acerca de los efectos del
comportamiento personal, es necesario recalcar sobre eso, para permitirle
reconocer la discrepancia y que, finalmente, pueda articular una conducta
consistente y el compromiso para realizar el cambio.

4.3. La comunicación en consejería

La forma en la que se lleva a cabo la comunicación entre el profesional de salud y


la usuaria es central para el desarrollo de los objetivos de la consejería. Se busca
un estilo de comunicación horizontal, donde a partir de lo comunicado por la
usuaria se concuerden las estrategias para realizar el cambio conductual.

Para ello se recomienda:


a) Formular preguntas abiertas. Este tipo de preguntas facilitan el diálogo. No se
pueden contestar con una sola palabra o frase y no necesitan ninguna respuesta
en particular. Proveen información útil.

b) Escucha reflexiva. El profesional demuestra que ha escuchado con precisión y


entendido lo que la usuaria desea comunicarle. Es decir, señala lo que cree que la
usuaria quiere dar a entender y lo expresa en una forma de respuesta, no en una
pregunta. Esencialmente, escuchar con atención exige un seguimiento alerta y
constante de las respuestas verbales y no-verbales del interlocutor y sus posibles
significados.

c) Resumir. Rescatar la esencia de lo que ha expresado la usuaria y repetírselo.


Un resumen que vincula los sentimientos positivos y negativos de la persona
sobre la conducta inapropiada puede facilitar un entendimiento de la ambivalencia
inicial y promover la aceptación de la discrepancia. Resumir también es una buena
forma de empezar y terminar cada una de las sesiones de consejería, y
proporcionar un puente natural cuando la usuaria está en transición entre etapas
de cambio.

d) Afirmar. Apoyar y promover la autoeficacia en la usuaria. Además, permite


reconocer las dificultades que ha experimentado la usuaria, validando las
experiencias y sentimientos de la persona.

e) Extraer pensamientos automotivacionales. La tarea del profesional es


ayudar a la usuaria a reconocer cómo podría mejorar su vida y a escoger métodos
para lograrlo, a través del desarrollo de los pensamientos automotivacionales. La
consejería exitosa exige que las usuarias, no el profesional, sean las que
argumenten a favor del cambio y se persuadan a sí mismas de que quieren y
pueden cambiar.

4.4 Modelo de las etapas de cambio


Este modelo permite establecer la etapa en que la usuaria se encuentra para
realizar el cambio de comportamiento.

El facilitar el cambio de conductas en personas, familias y comunidades es parte


de las labores del equipo de salud.

Un modelo teórico de probada efectividad es el de las etapas del cambio,


desarrollado por Prochaska, et al. Este modelo sugiere que el cambio conductual
relacionado con la salud se lleva a cabo a lo largo de cinco etapas diferenciadas:
precontemplación, contemplación, preparación, acción y mantenimiento.

El modelo parte de la base de que el cambio es un ciclo continuo, no un resultado


final. Las personas pueden retroceder a etapas anteriores varias veces, lo que no
implica que empiecen desde el principio cada vez. Se describe a los sujetos en
términos de su progreso a lo largo de una serie de estados conductuales, además
de tener en cuenta otras dimensiones relacionadas como, por ejemplo, la
confianza del individuo en su propia capacidad de cambio. Esta información puede
resultar útil a la hora de adaptar los mensajes educativos a las necesidades de los
sujetos y a su disposición a tener en cuenta distintos tipos de información.

Los individuos responderán mejor ante intervenciones adaptadas a la etapa del


cambio en que se encuentren.

Las personas en etapas de precontemplación y contemplación requieren de


información que sea una motivación para iniciar el cambio de conducta. Aquellas
personas que han pasado a una etapa de preparación necesitan de refuerzo en su
autoeficacia para lograr el cambio, y prever y resolver las barreras con que se
encontrarán.

Finalmente, con aquellos que están en etapa de acción o mantención se requiere


poner énfasis en los beneficios y satisfacciones logrados (Romo, M. 2008).
Etapas de cambio

1. Precontemplación. La persona no tiene ninguna conciencia de la


necesidad de un cambio. La usuaria no admite interés en modificar su
conducta; el correlato de esta actitud es una sensación de incapacidad y la
falta de habilidades para realizar algún cambio; las creencias enfatizan en
los costos de adoptar un cambio, en lugar de los beneficios del mismo. En
esta fase la persona no se encuentra dispuesta a emprender
modificaciones de conducta.

La meta para esta etapa es lograr una buena conexión inicial, ayudar a
identificar las prioridades y preferencias personales acerca del estilo de vida y
facilitar la toma de conciencia con respecto a las conductas de riesgo.

2. Contemplación. La persona tiene interés por modificar su conducta, pero


continúa considerando mínima la probabilidad de asumir un cambio, dado
que la creencia en las propias capacidades es escasa. Hay una mayor
conciencia de los beneficios de un cambio de conducta, pero también se
destacan los costos y desventajas de cambiar la conducta. Aún no se da el
paso del pensar al actuar.

En esta etapa la meta es renovar la motivación, ayudando a la persona a revisar


los beneficios y los costos de la conducta de riesgo, y entregando información y
estímulo para la adquisición de hábitos saludables en función de las metas
personales.
3. Preparación para la acción. La persona tiene conciencia plena de la
necesidad del cambio, posee la decisión para efectuarlo y está planeando las
condiciones para ejecutarlo. Ya existe convicción respecto al mayor peso de
los beneficios sobre los costos. La debilidad se encuentra en el temor de fallar.
Esta persona se encuentra preparada y dispuesta para participar en un
programa orientado a la acción.

La meta es estimular el inicio de acciones contempladas en el plan de la


persona, ayudándola a complementarlo y prever los factores que facilitarán el
cambio de conducta, así como aquellos que la dificultarán y que será necesario
enfrentar o neutralizar.

4. Acción. Es la fase de ejecución, donde existen riesgos de recaídas, y la


persona debe tener un plan de acción con estrategias de apoyo y de
afrontamiento ante las situaciones de riesgo de abandono.

En esta fase se busca revisar y reforzar las habilidades que la usuaria tiene
para afrontar y manejar situaciones que puedan desencadenar una recaída,
recomendando el uso de apoyo social.

5. Mantenimiento. Se considera se inicia a partir de los seis meses siguientes


al cambio de conducta, considerando que las posibilidades son altas de que
el hábito se transforme en un nuevo estilo de vida (Romo, M. 2008).

En esta etapa se debe recurrir a algunos elementos del proceso de cambio,


como el reforzamiento, para evitar el retroceso. En esta fase, mientras
menos años hayan pasado, es más alto el porcentaje de personas que
vuelven a adoptar conductas de riesgo.

Según Prochaska, para que un programa de modificación de hábitos sea exitoso,


se sugiere que una persona debe pasar por todas y cada una de las etapas que la
separan de la acción, realizando una intervención por cada etapa, partiendo por la
etapa en la que se encuentra la usuaria (Prochaska, JO 1982).

En el diagnóstico inicial de la consejería, además de obtener información que


indique la etapa en la que se ubica la usuaria, en la entrevista inicial también se
deben determinar los factores personales (valores, creencias, costumbres, medio
familiar y social) que explican que la persona se encuentra en determinada etapa,
de modo que el prestador comprenda a la usuaria y considere estos factores para
motivar su cambio.

4.5 Recomendaciones generales

La atención a la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y al recién


nacido debe ser impartida con calidad y calidez.
El asesoramiento debe ser individualizado y responder a las necesidades
particulares de cada mujer embarazada.
Es importante promover que la mujer acuda a consulta con su pareja o con
algún familiar, para integrar a la familia al control de la embarazada. Permita
participar en la consulta a la pareja o al acompañante que la mujer prefiera.
En cada visita antenatal, los profesionales de la salud deberán ofrecer
información consistente y explicaciones claras, y se proveerá a la mujer
embarazada de una oportunidad para discutir las dudas o preguntas.
Durante toda la consulta utilice un lenguaje claro, sencillo, comprensible,
respetuoso, genere empatía, gánese la confianza de la usuaria y la de su
pareja.
o Escuche con atención y genere comunicación.
o Recuerde que esto dará como resultado una mejor comunicación y a
su vez mejores resultados en el asesoramiento.
Asegúrele una completa confidencialidad.
Exprésele que le brindará toda su ayuda, infórmele sobre el tipo de
asesoramiento que le va a brindar y exprese su predisposición para aclarar
cualquier duda o pregunta durante el desarrollo de la consulta.
Las decisiones de las mujeres deben ser respetadas, aún si son contrarias a la
visión del personal de salud.

4.6 Contenido de mensajes de la consejería nutricional para la mujer


embarazada y en el posparto (ver Ministerio de Salud Pública del Ecuador,
Normas y Protocolos Nutricionales para la atención de la mujer embarazada,
2010).

Es importante que la mujer tome conciencia de la necesidad de adoptar un estilo


de vida saludable, particularmente consumir una alimentación adecuada en el
período preconcepcional, en el embarazo y en el posparto. Además, apoyar el
desarrollo de un plan de acción al respecto, y fortalecer las conductas saludables
de la familia.

Los mensajes de la consejería nutricional para la mujer embarazada dependen de:

 El Índice de Masa Corporal preembarazo.


 El Índice de Masa Corporal durante el embarazo y ganancia de peso.
Comente y discuta con la usuaria la ganancia de peso semanal, para que
ella sea consciente de su progreso y para lograr la meta establecida de
ganancia de peso total durante todo el embarazo.
 El estatus de micronutrientes de la mujer embarazada.

Primer contacto con el personal de Salud salud (NICE 2008)

1. Importancia del consumo de una alimentación saludable: particularmente de


alimentos que provean hierro, ácido fólico, calcio, ácidos grasos esenciales e
hidratos de carbono complejos Una adecuada ganancia de peso durante el
embarazo.
2. Importancia del consumo de suplementos de ácido fólico y hierro.
Las unidades operativas de Salud del Ministerio de Salud Pública proveerán
durante el embarazo, y por seis meses, tabletas de hierro (60 mg de hierro
elemental) y ácido fólico (400 ug) hasta tres meses luego del parto.

3. Utilizar sal con moderación.


4. Realizar actividad física, según recomendación médica, incluyendo ejercicios
para fortalecer el piso pélvico.
5. Dar consejos a las mujeres para evitar la exposición al humo del tabaco
ambiental, y dejar de lado el consumo de tabaco (tabaquismo), alcohol y otras
sustancias dañinas.
Las intervenciones efectuadas por varios tipos de profesionales son más efectivas
e incrementan la tasa de abstinencia, y, por ello, el consejo sanitario de dejar de
fumar debe incorporarse a la actividad asistencial de todo el equipo de salud.

6. Importancia de acudir mínimo a cinco controles prenatales.


7. Higiene de los alimentos.
8. Higiene oral.
9. Educación sobre el uso de medicamentos.

Antes de las 36 semanas


Reforzar la información sobre lactancia materna, especialmente formas de
amamantar que le pueden ayudar a la madre a una lactancia exitosa.
Preparación para la labor de parto, el nacimiento y la atención activa del parto,
para asegurarle hierro al recién nacido y la iniciación temprana de lactancia
materna.
Reconocimiento de la labor de parto.
Enfatizar sobre la importancia del parto institucional.
Indicar los cuidados que se deben tener con el recién nacido.
Información de autocuidado post-natal.
Información de depresión posparto.

Consejería en lactancia materna:

Consultar:

Ministerio de Salud Pública del Ecuador, Normas y Protocolos de Atención


Materno Neonatal. Proceso de Normatización del SNS, Subcomisión de
Prestaciones del SNS, Componente Normativo Neonatal. Quito- Ecuador,
2008.
Organización Panamericana de la Salud, 2007.

Se recomienda proporcionar consejería sobre lactancia materna,


entendiéndose por consejería la entrega regulada y oportuna de la siguiente
información:

• Beneficios de la leche materna, y los riesgos de la alimentación con leche


artificial.
• Formas de amamantar.
• Los cambios en la leche materna después del parto.
• Promoción de la lactancia materna exclusiva.
La práctica de la lactancia materna inmediata también ayuda a establecer
patrones de lactancia de mayor duración. La lactancia materna inmediata ha sido
asociada con la lactancia exclusiva a edades de cuatro a seis meses
(Organización Panamericana de la Salud, 2007).

Se recomienda incentivar a las mujeres embarazadas en la participación de los


grupos de apoyo de la lactancia materna.

4.7 Consejería posparto (Alberta Medical Association, 2002).

4.7.1 Objetivos de la nutrición posparto:

o Repletar reservas de nutrientes (por ejemplo, hierro y calcio).


o Cumplir con las necesidades nutricionales actuales.
o Asegurar un adecuado estado nutricional para futuros embarazos.
 Alimentación adecuada.
 Nutrientes importantes (por ejemplo, hierro, ácido fólico, ácidos grasos
esenciales y calcio).
 Limitar grasa y azúcares.
Consideraciones especiales:

 Mujer que da de lactar.


 Adolescentes.

4.7.2 Peso

Provea de asistencia continúa a la mujer para que retorne a su peso de


preembarazo dentro del año que sigue al parto. Promueva comportamientos
saludables como la alimentación saludable y la práctica de actividad física.
Inicie la consejería entre el tercer y sexto mes posparto.

4.7.3 Estrategias efectivas de consejería individual

Debido a que las mujeres durante el posparto experimentan diversos cambios y


retos, se recomienda que el personal de salud sea sensible a la situación
individual de la mujer, y le proporcione sugerencias realistas que ella pueda poner
en práctica en su casa.

Consejos prácticos:

Consejo 1. Realice preguntas abiertas:

Las preguntas abiertas empiezan con las palabras: “cómo”, “por qué” “qué”,
“cuénteme acerca de...”. Por ejemplo:

“¿Qué tipo de comida le gusta cocinar?”.

“¿Cómo se siente ahora que está con el bebé en casa?”.

“¿Qué clase de actividad física le gusta practicar en el día?”.

Consejo 2. Observe

¿Qué le dice el lenguaje corporal de la madre?

¿Cómo interactúa con las personas que le rodean?

¿Cómo interactúa con el bebé?

¿Cómo se encuentra la madre, se le ve que está experimentando dolor?

Consejo 3. Escuche
Escuche activamente, usando su lenguaje corporal. Observe a la madre y no se
distraiga con folletos o formas por llenar, etc. Escuche lo que la madre dice y
comprenda sus sentimientos detrás de las palabras. Escuche y trate de entender
mensajes ocultos. Escuche por contenidos positivos. ¿Cuál es el real problema o
reto? Escuche los temas que ella repite varias veces en la conversación.

Parafrasee lo que la madre dice y refleje el mensaje.

Por ejemplo;

“Usted se siente preocupada por…”.

“¿Por qué usted se siente de esta manera…?”.

Consejo 4. Valide o afirme los sentimientos de la usuaria

Luego de que el personal de salud haya identificado la inquietud principal, el


personal de salud necesita chequear que lo que ha escuchado es lo que la usuaria
ha comentado. Asegúrese con la usuaria de que es correcto lo que ella está
diciendo.

Esto ayuda a que la participante se sienta segura de conversar con el personal de


salud. Es más probable que la usuaria esté más receptiva de interactuar con el
personal de salud, abrirse y escuchar sus sugerencias. A continuación algunos
ejemplos que afirman o validan lo que la usuaria dice:

“Muchas mujeres se sienten de la misma manera”.

“Es una preocupación común”.

“Es justo como yo me sentiría”.

“Mucha madres pasan por lo mismo con sus bebés”.


Consejo 5. Empodere y eduque

El siguiente paso es proveer de información a la usuaria para que ella realice


decisiones informadas o seleccione el curso de una acción. Esto ayuda para
enlistar las opciones, brindar recursos para información futura, y le ayuda a la
usuaria a encontrar sus propias soluciones.

Mantenga un mensaje simple y no complicado. Si el personal de salud es muy


entusiasta y ofrece demasiada información, su consejo puede parecer difícil de
realizar, y el personal de salud podría estar desperdiciando su tiempo.

Varias investigaciones han demostrado que los adultos que están en un proceso
de aprendizaje son susceptibles a resistirse a la información, si ellos nos sienten
que la información va a cubrir sus necesidades específicas.

Al utilizar estrategias de consejería, el personal de salud puede ayudar a las


mujeres que están en el período de posparto a realizar elecciones saludables y
tener un efecto positivo en su propia salud y en la de sus familias.

Mientras algunas mujeres atraviesan el período de posparto con pocos problemas,


otras están agobiadas con cambios físicos y emocionales, entre otros que ocurren
en este período.

Cuando proporcione consejería a las mujeres en el posparto, es importante


realizar preguntas abiertas, observar, escuchar, validar o afirmar los sentimientos
de la usuaria y educar o empoderar a la participante (Division of Public Health
Nutrition and Education, Bureau of Nutrition Services Texas Department of Health,
2003).
4.8 Directrices prácticas en la consejería nutricional

 La atención a la mujer durante el embarazo, el parto y el puerperio, y al


recién nacido, debe ser impartida con calidad y calidez.
 El asesoramiento debe ser individualizado y responder a las necesidades
particulares de cada mujer embarazada.
 Es importante promover que la mujer acuda a consulta con su pareja o
algún familiar, para integrar a la familia al control de la embarazada.
Permita participar en la consulta a la pareja o al acompañante que la mujer
prefiera.
 Ofrecer información consistente y explicaciones claras, y proveer a la mujer
embarazada de una oportunidad para discutir las dudas o preguntas.
 Utilizar un lenguaje claro, sencillo, comprensible, respetuoso, generar
empatía, ganarse la confianza de la usuaria y de su pareja.
 Escuche con atención y genere comunicación.
 Asegúrele una completa confidencialidad.
 Las decisiones de las mujeres deben ser respetadas, aún si son contrarias
a la visión del personal de salud.
 Identificar un objetivo que beneficie a la salud de la mujer embarazada.
 Comentar la relación entre la conducta y la salud y la relevancia del caso en
particular.
 Evaluar en qué medida la mujer embarazada está preparada para el
cambio.
 Evitar hacer juicios o enfrentarse a la mujer embarazada, y no insistir en
hacer el cambio cuando la resistencia es alta.
 Explorar las emociones, sentimientos y creencias de la mujer embarazada.
Anímela a que sopese los pros y los contras del cambio de conducta con
sus propias palabras.
 Si la decisión de cambiar parece inminente, guiar a la mujer embarazada
sobre cómo realizar su propio plan de acción.
 Persuadirle para que establezca objetivos (un máximo de tres)
incorporando conductas que se pueden integrar fácilmente en su estilo de
vida actual, y que tengan una alta probabilidad de éxito.
 Hablar de los posibles obstáculos y de cómo la mujer embarazada piensa
luchar contra ellos.
 Facilitar la información y los recursos necesarios para ayudar a la mujer
gestante en el proceso.
 Mantener contacto, dar retroalimentación y fomentar el autoseguimiento de
su progreso.
 Reconocer que la recaída es algo común y no implica un fracaso en el
progreso. Comentar con la usuaria las diferentes opciones para hacer frente
a los objetivos no alcanzados (EUFIC 2010).

4.9 Monitoreo y evaluación del desempeño en la consejería nutricional

El monitoreo permitirá fortalecer a la usuaria en sus capacidades y habilidades en


el desarrollo de la consejería, identificando sus logros y dificultades. El monitoreo
debe ser un proceso sistemático, secuencial y periódico.

El personal de salud del establecimiento de salud podrá realizar el monitoreo


como parte de las actividades de supervisión integral, de evaluación de la calidad
de atención, en reuniones, entre otras.

Los aspectos a supervisar en la Historia Clínica son el apropiado registro de: la


evaluación del estado nutricional en la historia clínica (monitoreo de la ganancia
del peso en la gestante), evaluación de su alimentación (historia alimentaria),
análisis de los factores determinantes, los acuerdos negociados y el seguimiento
de acuerdos negociados (Ministerio Salud del Perú, 2009).

Evaluación de la sesión de consejería por observación directa

La evaluación puede evaluarse en dos etapas:


Primera etapa: incluye primero la observación y la posterior retroalimentación
respecto a la sesión, por parte de otro personal entrenado, lo cual hay que tomar
en cuenta al momento de adoptar esta herramienta.

En relación al desarrollo de la consejería, se debe observar el desempeño desde


la apertura hasta el cierre, considerando si se facilitó la participación activa de la
usuaria en la revisión de la situación y la reflexión. De acuerdo a la etapa en la que
se encuentra la usuaria, varían los aspectos a evaluar.

Otro aspecto a ser evaluado es el establecimiento de un clima de confianza, que


se refiere a las habilidades comunicacionales desplegadas por el profesional.

Un modelo de observación sugerido se puede apreciar en el anexo uno.

La presencia de un observador en la sesión de consejería puede resultar


perturbadora para la madre, más aún si adopta la postura de un observador
silencioso, que toma nota de la sesión. En estos casos es conveniente que el
personal de salud presente al profesional que lo acompaña como un apoyo en la
atención, acción que disminuirá la ansiedad de las personas.

Una alternativa es utilizar la cámara de video y grabar la sesión, esto debe


realizarse con autorización de la usuaria. Cabe anotar que realizar una grabación
de la sesión puede causar mayores resistencias en algunas usuarias que la
presencia de un observador.

La retroalimentación del observador al profesional se entrega comentando, en


primer lugar, los aciertos o aspectos positivos del desempeño de la persona.

A continuación, respecto a los aspectos a mejorar, se señalan concretamente, y


con ejemplos, las situaciones, realizando sugerencias respecto a cómo afrontarlas
o resolverlas.

Adicionalmente, este espacio es una oportunidad para que el profesional de salud


exprese cómo se sintió realizando la consejería e intercambiar percepciones con
el observador para comentar esos sentimientos, y que sean acogidos o negados.

Segunda etapa: orientada a recoger la percepción de las usuarias y su actitud


para la adopción de una conducta específica (por ejemplo, una alimentación
adecuada en el embarazo). Es importante anotar que una consejería tiene
probabilidades de éxito si la usuaria participa voluntariamente en ella.

Aunque no se evidencie una disposición a cambiar, en relación a una conducta


específica, debe existir una disposición a participar en la reunión con el profesional
y conversar respecto al tema. En caso contrario, significará un desgaste para
ambas partes y frustración para el profesional. En estos casos se recomienda
dejar abierta la posibilidad de una nueva entrevista para tratar el tema, en caso de
que la usuaria lo desee.

La percepción de la usuaria sobre su satisfacción con la atención recibida, y la


comprensión de los acuerdos tomados, también permite evaluar la consejería.
Para evitar sesgos se recomienda que otro profesional realice la evaluación
inmediatamente finalizada la sesión de consejería, a través de un instrumento
técnico (ver anexo tres).

Las habilidades para realizar consejería se aprenden y se van desarrollando con la


práctica, por lo que es probable que las primeras consejerías presenten un mayor
grado de dificultad y resultados menos exitosos que las que se realizan
posteriormente (INTA, 2001).

Respecto a la actitud Las unidades operativas de Salud del Ministerio de


Salud Pública proveerán durante el embarazo Las unidades operativas de
Salud del Ministerio de Salud Pública proveerán durante el embarazo, y
por seis meses, tabletas de hierro (60 mg de hierro elemental) y ácido
fólico (400 ug) hasta tres meses luego del parto.

de la usuaria para adoptar una conducta específica (como consumo de frutas y


vegetales en el embarazo), se puede realizar una evaluación previa y otra
posterior a la consejería, con base en las etapas de cambio de Prochaska, para
determinar si la persona avanzó al menos una etapa luego de la consejería (Romo
M, 2008).

Se sugiere aplicar un cuestionario para evaluar en cada fase del “Modelo


transteorético” de las etapas de cambio (ver anexo tres).
V. Anexos

Anexo 1

Pauta de observación para evaluar a profesionales facilitadores

Nombre y cargo del profesional facilitador:

Nombre y cargo del observador:

Fecha:

Puntos a observar SÍ NO

Lenguaje no verbal cálido (mirada a los ojos, sin


ceño fruncido, asentimiento de la cabeza, tono
de voz).

Temperatura agradable (ni frío ni calor


excesivo).

Muebles cómodos y dispuestos para


comunicarse (frente a frente, a similar altura).

Iluminación suficiente.

Ventilación del lugar, que permita renovación


del aire.

Sin interrupciones (golpes a la puerta, teléfono,


ruidos molestos).

Saludo amable.

Utilización de preguntas abiertas o invitaciones


para explayarse.

Trato por el nombre a la persona.

Escucha activa (lenguaje no verbal, repetición,


refraseo).

Incentiva para que la usuaria reconozca la


situación como problema, sin imponerle nada.

Incentiva la reflexión sobre el significado de la


conducta en la vida de la usuaria y las
consecuencias que tiene.

Entrega información sobre los beneficios que


acarrearía el cambio de conducta.

Para usuarias en precontemplación y


contemplación, deja abierta la posibilidad de
una nueva entrevista.

Para usuarias en preparación, estimula la


búsqueda de soluciones, identificación de
recursos y obstáculos a enfrentar, sin imponer
nada.

Para usuarias en preparación, se define una


nueva fecha y forma de monitoreo de avances
del plan de acción.

Conclusiones:

__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
_______
Anexo 2

Cuestionario a las usuarias de consejerías

Nombre:

Fecha:

Personal facilitador:

En relación a las siguientes preguntas, elija la alternativa que represente mejor su


opinión respecto a la sesión.

Preguntas SÍ NO

¿Se sintió bien atendida por el o la profesional?

¿Tuvo oportunidad de plantear su problema y


lograr que el o la profesional le atendiera?

¿Siente que pudo hacer preguntas y aclarar sus


dudas?

¿Le ayudó el o la profesional a encontrar la


forma de resolver su problema?

¿Siente que tiene más interés por cuidar de su


salud?
¿Recomendaría a otras personas con
problemas como el suyo atenderse con este
profesional?

¿Desea agregar algo que no se le ha preguntado hasta ahora?

__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
______
Anexo 3: Pauta para evaluar el estado de cambio

Nombre del profesional facilitador:

Cargo del profesional facilitador:

Nombre de la usuaria:

Fecha:

Etapa de cambio

Aspectos a observar y evaluar SÍ NO

Evaluar los hábitos de alimentación durante


el embarazo.

Ingesta de frutas.

Ingesta de vegetales.

Establecer en qué etapa de cambio se


encuentra (diagnóstico).

2. 1. Precontemplación.

3. 2. Contemplación.
4. 3. Preparación.

5. 4. Acción.

6. 5. Mantenimiento.

Determinar dos factores psicosociales que


favorezcan la adopción de hábitos
saludables en relación a:

Ingesta de vegetales y frutas.

1.

2.

Determinar dos factores psicosociales que


obstaculizan la adopción de hábitos
saludables en relación a:

Ingesta de vegetales y frutas.

3.

4.

Elaboración conjunta con la usuaria de un


plan de acción de cambio de hábito (según
la etapa de estado de cambio en que se
encuentra).

Cumplimiento de los compromisos


acordados.
Evolución hacia la fase siguiente.

Retroceso desde la última visita


(recaída).
Analizar las causas del retroceso.

¿Retomar el proceso?

Abandono del “Plan….”.

Conclusiones (INTA 2001):

__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
_____
VI. BIBLIOGRAFÍA

Alberta Medical Association, Prenatal care, 2002.

Brown, J., “La Nutrición durante el embarazo. Nutrición en las diferentes etapas de
la vida”, Editorial McGraw-Hill Interamericana, Primera edición, págs. 73-115,
México, 2008.

EUFIC., “Motivación para el cambio: Consejos para los profesionales de la salud”,


2010.

Division of Public Health Nutrition and Education, Bureau of Nutrition Services,


Texas Department of Health. Postpartum Nutrition Module, 2003.

Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos (INTA) Universidad de Chile


(2001), “Modelos de intervención promocional en Centros de Atención Primaria.
Consejería en vida sana-Manual de apoyo”. Consultado en: 6/10/10. Disponible:
http://www.inta.cl/materialEducativo/Consejeriasenvidasana.pdf.

Ministerio de Salud Pública del Ecuador, “Norma y Protocolo Materno”. Proceso de


Normatización del SNS, Subcomisión de Prestaciones del SNS, Componente
Normativo Materno, Quito-Ecuador, 2008.
Ministerio de Salud Pública del Ecuador, “Normas y Protocolos de Atención
Materno Neonatal”. Proceso de Normatización del SNS, Subcomisión de
Prestaciones del SNS, Componente Normativo Neonatal, Quito-Ecuador, 2008.

Ministerio de Salud Pública del Ecuador, “Normas y Protocolos Nutricionales para


la atención de la mujer embarazada”, Quito-Ecuador, 2010.

Ministerio de Salud Pública del Ecuador, “Protocolo para la implementación de las


prácticas integrales de parto en los servicios de salud”, Quito-Ecuador, 2010.

Ministerio Salud del Perú, “Consejería Nutricional en la atención integral de salud


materno infantil”, Documento técnico, 2009.

Organización Panamericana de la Salud, “Más allá de la supervivencia: Prácticas


integrales durante la atención del parto, beneficiosas para la nutrición y la salud de
madres y niños”, 2007. Disponible en: www.paho.org.

Prochaska JO, DiClemente CC.: Trans-theoretical therapy - toward a more


integrative model of change. Psychotherapy: Theory, Research and Practice,
19:276–288, 1982.

Romo, M. Departamento Ciclo Vital, División de Prevención y Control de


Enfermedades, Subsecretaría Pública del Gobierno de Chile. Ministerio de Salud
Pública. Consejería para gestantes-Nutrición y embarazo. En: “Manual de atención
personalizada en el proceso reproductivo”, 2008.
Uauy R., Atalahh E., Barrera C., Behnke E., “Alimentación y nutrición durante el
embarazo”, en: Burrows R., Castillo C., Atalahh E., Uauy R., editores. “Guías de
alimentación para la mujer”, Santiago: Universidad de Chile, INTA, Ministerio de
Salud, 2006, págs. 55-74.

Undurraga, J., “Consejería: propuesta de un método de apoyo al paciente


terminal”, Rev Méd Chile 2006; 134: 1448-1454.

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