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DISTANCIA – UNAD
ESCUELA CIENCIAS BASICAS TECNOLOGIA E
INGENIERIA GUIA DE ACTIVIDADES TRABAJO COLABORATIVO UNIDAD 1:
102505 – SALUD OCUPACIONAL
OBJETIVOS:
• Que el estudiante conozca, desarrollo y aplique conceptos y temáticas relacionadas con la
salud ocupacional.
ACTIVIDADES A DESARROLLAR:
1. El tutor del curso abrirá un espacio dentro del Foro de Trabajo Colaborativo No. 1, Llamado:
“Organización, aportes y Entrega de la” para el desarrollo de:
c. “La creatividad surge de nuestra propia experiencia de vida, por eso gracias a
la literatura podemos ahondar en detalles importantes de nuestra historia”
Marcelo Albornoz; Teniendo en cuenta estas palabras, el grupo construirá un
cuento, y/o historia en torno a uno de los aspectos fundamentales de la salud
ocupacional para esto se apoyara en las temáticas planteadas en la primera unidad;
tenga en cuenta como estructura básica un cuerpo, párrafos, introducción y
conclusión, en otras palabras, un comienzo, un desarrollo y un final.(mínimo 3
hojas)
2. Al final realizaran la: “Entrega del Producto Final” el cual ha sido recopilado por la
información suministrada por todos los integrantes del grupo, el cual debe contener:
a. Portada con todos los integrantes del grupo que participaron en la actividad
b. Introducción
c. Sopa de Letras
d. Cuadro 1. Identificación de Tipos de Riesgos diligenciado
e. Cuento y/o historia
f. Conclusiones
g. Bibliografía o Fuentes Documentales
OBSERVACIONES GENERALES
Teniendo en cuenta los consejos dados para futuros escritores por Bárbara María Berrueco, se
puede comenzar a escribir con el esquema clásico:
• Introducción
• Nudo
• Desenlace
El nudo de la historia debe llevar a que el final del cuento sea inevitable, pero, al mismo tiempo,
debe sorprender al lector. En el cuento siempre debe generar tensión, diferente es el caso de la
novela donde las oraciones y el texto en general deben ser mucho más extensos. En este sentido,
el cuento opera por sustracción, es decir, que en menos palabras se dice más.
Enfrentarse a la página en blanco no es nada fácil. Son pocos los escritores que se sientan y no
pueden dejar de escribir. Pero la gran mayoría debe enfrentarse a la generación de nuevas ideas y
pensar en qué es lo que se quiere contar. El pintor español Pablo Picasso decía: “cuando llegue
la inspiración, que te pille trabajando”.
No se debe empezar a escribir sin saber dónde se concluirá. Hay que tener en claro qué es lo que
se quiere contar, a quién y cómo se va a decir. Por lo tanto, definir al lector es de vital importancia.
Sería absurdo escribir un cuento para niños utilizando palabras que sólo entendiera un adulto.
Los comienzos deben ser vertiginosos. Un cuento bien logrado atrapa al lector desde el inicio. Las
primeras líneas tienen la misma importancia que las últimas. El comienzo lo abarca todo
pero, también, lo oculta todo. Con un buen inicio el lector se convierte en espectador de la historia.
La claridad en un cuento es fundamental. Esto no tiene que ver con las palabras que se usan, sino
a quién se va a dirigir uno con ellas. Por otro lado, el texto también debe generar sensación de
naturalidad. Es decir, lograr que la escritura parezca muy fluida a los ojos del lector.
Es recomendable escribir frases cortas. En principio, porque de esa forma lo que se dice resulta
mucho más contundente, sobre todo cuando el verbo encabeza o está cerca del inicio. Por
otro lado, las oraciones largas confunden al lector y un lector confundido deja de leer.
Es muy importante elegir cuál va a ser el lenguaje que se va a utilizar en la historia, es decir, no
combinar dos registros. Isaac Asimov, en su texto sobre el vidrio de ventana, hace referencia al la
sencillez y a la complejidad que puede presentar un texto.
Dice que es fácil ver la dificultad que conlleva escribir una historia de forma artística o poética, pero
que si esa historia está escrita con tanta simplicidad que no se puede reparar en la redacción, eso
no significa que no haya habido ningún tipo de problema en escribirla. Al contrario, hace
falta mucha habilidad para crear algo desprovisto de arte.
Por último: el factor clave es corregir. Dejar macerar el texto al menos uno o dos días y releer lo
escrito en voz alta. Así se atenderá a la musicalidad y a la potencia de cada palabra, se detectarán
rimas involuntarias y se corroborará que la puntuación esté bien colocada. Ser valiente
para eliminar todos aquellos datos que no aportan nada a la historia. Y como decía Jorge Luis
Borges: si suena bien, está bien