Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
*Oscar Zalazar
1
Baudrillard, Jean. La ilusión y la desilusión estéticas. Caracas, Monte Ávila, 1997.
reproducción “museográfica de la realidad”, la empresa de re-inventar todas las
cosas y la reproducción estética de todas las formas que nos rodean. Se trata de
un semiento fóbico: el mundo ha sido re-presentado, e inclusive, y ya no hay
representación, posible: en consecuencia estamos en el fin de la representación.
Pues asi cmo la tecnología desauratiz-o, es decir desencanto a la obra de arte, la
dialectiva negativa de una racionalidad hegemónica. Ante esta clausura paradójica
de la distancia entre”objeto” y representación”, y el dilema posmoderno de los
segnificados de re- presentar y representación. va a sumar una justificación de la
“restauración”, de la “vuelta histerico-sublime”, en el sentido jamesiano del
término, a un pasado “cuando todo era mejor”. En efecto, el camino que
encuentra frente a este estado de cosas es volver al pasado, la única forma,
según el francés de curar este mundo del exceso de semiotización de la
experiencia social contemporánea, curiosa enfermedad que genro lo sobrante, lo
que está de más, lo que debe excluirse, dejarse fuera, expulsarse. .
Hay que preguntarse por qué luego de estos muchos diagnósticos, que
como este se arriesgaron, con muy diversa fortuna, en los años del debate sobre
la posmodernidad, no habría que abandonarlos sin más y preocuparse por los
emergentes del nuevo siglo cultural. Nos queda la impresión de que no se avanzó
mucho en la comprensión teórica de los actuales procesos sociales, culturales y
artísticos, sino que se priorizó, lo “ya dicho”. La vuelta al pasado y culto a lo
establecido fue funcional al proceso de las falsas democracias posdictatoriales.
Pero la línea de los regresos parece no terminar nunca. En la línea de los regresos
todavía se vuele a insistir en la necesidad de un arte aurático, es decir, un arte
conformado por un vinculo esencial entre los objetos y sus representaciones.
Frente al desborde la vuelta a la mimesis, pero una mimesis donde imagen y
objeto son una sola y misma cosa.