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Muchos
ignoramos que el pescado contiene más proteínas que la
carne res y es en consecuencia, mejor alimento.
Desconocemos que las menestras son un buen sustituto de las
carnes y además no contienen tanta grasa.
Creemos que es más nutritivo un jugo de frutas enlatado o procesado
porque “nos dicen” que tienen más vitaminas que el jugo natural.
Consumimos saborizantes en vez de lograr sabor en nuestras
comidas a base de hierbas aromáticas naturales.
No consumimos, a pesar de su alto valor nutritivo, alimentos típicos de
nuestro país, como quinua, trigo, maca y otros.
Preferimos comer productos procesados en vez de productos
naturales. Nos parece mejor un paquete de galletas que una fruta,
una gaseosa que un agua o mate de alguna hierba natural o cereal.
Creemos que las sopas son más nutritivas que las ensaladas.
Toda esta mala información o desinformación hace más agudo nuestro problema
de alimentación, ya que desconocer qué y cómo podemos comer mejor agrava
la problemática de nutrición de nuestra población.
Si los horarios para las comidas no existen y cada quien come lo que “le gusta”
y a la hora que puede, la mala digestión estará asegurada, igual aquel que
ingiere lo que encuentra y sale disparado a seguir jugando, o aquel que
consume dos o tres bolsas de chizitos o papitas, gaseosas y chocolates.