Você está na página 1de 6

ANÁLISIS CRÍTICO “PATOLOGÍA GENERAL DE LA EVALUACIÓN

EDUCATIVA”

Dr. Miguel Ángel Santos. Universidad de Málaga

Jeammy Julieth Sierra Hernández

C.C 65.630.864

Formadora

Dra. María del Socorro Gómez Estrada

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA

DIPLOMADO FORMADOR DE FORMADORES

Mayo de 2011
Introducción

Dentro del ámbito educativo hay diversos tópicos que merecen de nuestra
especial atención; los factores que determinan lo que muchos han llamado
“educación de calidad” están enmarcados para la sociedad dentro del tópico del
que se hace una reflexión en el presente escrito: la evaluación, tomando como
materia de discusión el planteamiento realizado por Santos (2009). En tal sentido
se desglosa el artículo en un planteamiento desde las perspectivas, metodologías
y posiblemente “creencias” educativas que se tienen actualmente, contrastando
éstas con las experiencias y particularidades del quehacer docente. Las patologías
de la evaluación a las que hace referencia el autor, pueden suscitar entre muchos
pacientes la identificación con el penoso mal. Hablar de calidad educativa en un
símil con la salud humana, es como referirse a la dieta balanceada de quienes
guardan un peso dentro de lo normal, puede ello no significar una adecuada
ingesta alimenticia.

Es así qué, cada vez se acentúa más el hecho de señalar a las instituciones
educativas por los resultados plasmados en figuras como las pruebas saber 11°, o
las pruebas saber-.pro (antes llamadas ECAES) en donde se estigmatiza a las
que no se encuentran dentro de los parámetros que estipulan quienes están a
cargo de dicha tarea. Es por ello que en el proceso de evaluación es más que
pertinente, imperativo el incursionar de manera vivencial y articulada a quienes de
un modo u otro les concierne; a los estudiantes, a los profesores que les evalúan,
a las instituciones en que son evaluados, a los padres y a los compañeros que les
apoyan, así como los incluidos en el modelo jerárquico de evaluación y máxime a
la sociedad en la que desempeñaran las competencias que se propende
adquieran en el proceso educacional.

¿A quienes evaluar?
No sólo se evalúa al estudiante, más aún cuando las políticas educativas en
nuestro país han desarrollado dentro de sus lineamientos la evaluación docente.
Las estructuras que se están siguiendo para tal fin, muy a pesar de la diversidad
de modelos evaluativos, han superpuesto a los modelos centrados en los
resultados; aquellos que deben obtener los estudiantes, pero que al final son
imputados a sus maestros, como bien lo establece Montenegro (2002) con el
aforismo “por sus obras los conoceréis” al plantear que no interesa qué sea el
maestro en sí, si no cual es el producto de su labor, dejando de lado otros
factores que son determinantes en la consecución de los objetivos planteados por
las instituciones a los que se debe dirigir al estudiante, un compendio de
destrezas, actitudes y capacidades que desarrollan en el proceso de enseñanza-
aprendizaje . Por ello, bajo el precepto de evaluación de resultados es claro como
afirma Santos lo relevante en cuanto a ello; el cómo, a qué precio, con qué ritmo,
con qué medios con cuantos esfuerzo se han conseguido.

De otro modo, más que el estudiante y docente la evaluación debe ser de


inclusión no sólo de estos actores si no de todos aquellos a quienes le compete ya
mencionados antes; a los padres, a los compañeros y de igual forma a todas
aquellas instancias dentro del modelo jerárquico de evaluación y por supuesto a
la sociedad en la que desempeñaran las competencias que se propende
adquieran en el proceso educacional, razón por la cual si debe ser de tipo
direccional, pero entendido esto como una intersección de vías de doble sentido.

¿Lo que está sucediendo en el centro educativo es lo que se persigue? ¿Se


está consiguiendo lo que se pretende?
No es fácil abordar el tema de la evaluación de Centros ya que existen
muchos flancos problemáticos.

Se debe asumir en principio el análisis de los “productos” en el ámbito de la


educación Santos (2008) lo afirma. De tal modo cobra importancia la
paraevaluación a la que se hace referencia, la institución debe tener claro hacia a
donde está apuntando con los procesos que se están llevando a cabo en todos los
niveles. Es acá, donde la mencionada calidad educativa entra a jugar en el partido
de las metas de la academia; un centro es considerado “bueno” porque consigue
que un número elevado de sus estudiantes aprueben más que los procesos
evaluativos al interior de los mismos, aquellas pruebas que desde el exterior de
éstos son dispuestas -las pruebas saber pro- por citar un ejemplo.

Del contexto de la evaluación

Ya se ha dicho a quienes debe ir dirigida la evaluación, pero más allá se debe


establecer las condiciones de los evaluados, para el caso de los estudiantes no se
puede de manera general pretender que alcancen las metas establecidas, bien lo
afirma Chinchilla (2008):

Debemos definir las líneas básicas de un nuevo currículum que incluya las
competencias indispensables para la formación del recurso humano que cuente
con todas sus capacidades físicas, pero también para aquellas personas que no
las tienen.

Lo anterior se desprende de la obligación de la universidad en garantizar la


educación a alumnos con necesidades educativas especiales, que surge del
reconocimiento al derecho de igualdad de oportunidades para las personas con
discapacidad. La misión de las instituciones de educación superior debe promover
la construcción de una sociedad más justa donde se potencien no sólo las
competencias laborales, sino también las básicas y ciudadanas, de tal manera que
cualquier individuo tenga un espacio para el desarrollo personal y colectivo.
Sustentando por Santos cuando cita a (Pérez, 1985 ) la optimización de un
sistema es posible, siempre y cuando nos acerquemos a las peculiaridades
especificas de la estructura y comportamiento de cada sistema, y en función
precisamente de ese conocimiento especifico.

La evaluación educativa debe centrarse en los procesos de formación del


estudiante, que sea un proceso continuo y permanente utilizando estrategias e
instrumentos que se conviertan en actividades inherentes a los procesos de
aprendizaje, brindando oportunidades de profundización, recuperación sobre el
desarrollo del estudiante de acuerdo a sus logros.

De la temporalidad de la evaluación

La evaluación continua que se pretende llevar al interior de los estamentos


educativos no se da como tal, no porque, no se evalúe desde la distorsionada
óptica que se ha venido planteando constantemente, si no a causa de la
concepción de los tiempos; es equivoco plantear evaluaciones, exclusivamente
sumativas, deben existir con antelación la evaluación diagnostica y la procesual.
En dicho sentido cabe notar también la importancia de la autoevaluación; la
introspección de todos los autores y de la evaluación externa en los instantes
adecuados, es pertinente hablar por ejemplo de la heteroevaluación realizada en
las instituciones, ésta debe tener el mismo cimiento, un antes, un durante y un
después no es posible pretender que sea un instrumento encaminado a la calidad
educativa cuando ya no hay más que hacer, así estas herramientas carecen de
valor y se quedan como simples elementos de tipo represivo.

Referentes
Santos, M. A. (2008). Hacer visible lo cotidiano. “teoría y práctica de la
evaluación cualitativa de los centros escolares”. Madrid, ESPAÑA: Akal.

Brew, A., Brown, S., & Erwin, T. (2007). Evaluar en la Universidad:


Problemas y nuevos enfoques. Madrid, ESPAÑA: Narcea.

Santos, M.A. () Patología general de la evaluación educativa. Universidad


de Málaga. Recuperado Mayo 22 de 2011 desde:
http://formacion.unadvirtual.org/moodle/file.php/1149/patologias_de_la_ev
aluacion.pdf

Burgos, J. V. (2004). Hacia un modelo de quinta generación en educación a


distancia. Una visión de competencia con perspectiva global. Consultado el
21, mayo, 2011 en:
http://www.ateneonline.net/datos/15_03_Burgos_Vladimir.pdf

Cardona O, G. Tendencias educativas para el siglo XXI. Ecucación virtual,


Online y @Learning. Elementos para la discusión. Consultado el 22, mayo,
2011 en: http://edutec.rediris.es/Revelec2/revelec15/cardona.pdf

Ferro, C. Martínez, A. Otero, M. (2009) Ventajas del uso de las


TICs en el proceso de enseñanza-aprendizaje desde la óptica de
los docentes universitarios españoles. [Artículo en línea]. EDUTEC,
Revista Electrónica de Tecnología Educativa. Núm. 29/ Julio 2009.
[Fecha de consulta: 23/05/11]. Desde
http://edutec.rediris.es/revelec2/revelec29/

Você também pode gostar