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El mundo virtual como

dispositivo para la
creación artística nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 138-147

Jaime Alejandro Rodríguez*

El presente artículo intenta describir el “golpe de gracia” que sufre la figura tradicional del autor dadas las posibilidades estéticas
y creativas propias del ciberespacio y la cibercultura. Se revisan las anticipaciones que al respecto tuvieron algunos de los llamados
posestructuralistas (Kristeva y Bajtín); se analizan las propuestas y descubrimientos provisionales de los teóricos del hipertexto
(especialmente Landow y Bolter); se describen y debaten las propuestas renovadas de un arte participativo y colectivo (Lévy), y
finalmente se proponen algunas conclusiones y acciones concretas.
Palabras clave: posmodernidad, cibercultura, autor, narrativa digital.

Este artigo tenta descrever o “golpe de graça”, que sofre a figura do autor tradicional dada às possibilidades estéticas e criativas
abertas pelo ciberespaço e pela cibercultura. Nós analisamos as expectativas que sobre o assunto tiveram alguns dos chamados pós-
estruturalistas (Kristeva e Bajtin); analisamos as propostas e as conclusões provisórias sobre o hipertexto dos teóricos (especialmente
Landow e Bolter); descrevemos e discutimos as propostas para uma renovada e participativa arte coletiva (Levy) e, finalmente,
sugerimos algumas conclusões e ações concretas.
Palavras-chaves: posmodernidade, cibercultura, autor, narrativa digital.

This article attempts the description of the fate suffered by the traditional figure of the author in front of the creative possibilities
that the cyberspace and cyberculture have opened. We review the expectations about the matter of the so-called post structuralists
(Kristeva and Bajtin), discuss the proposals and provisional findings of hypertext theorists (especially Landow and Bolter); and
describe and discuss proposals for a renewed participatory and collective art (Levy); finally we suggest some conclusions and specific
actions
Key words: postmodernism, cyberculture, author, digital narrative.
Dibujo EMBERA : Astrid Ulloa

ORIGINAL RECIBIDO: 14-I-2008 – ACEPTADO: 14-II-2008

* Escritor e investigador, Doctor en Filología por la Universidad Nacional de


Educación a Distancia (UNED), y Magíster en Literatura de la Pontificia Uni-
versidad Javeriana, Bogotá (Colombia). E-mail: jarodri@javeriana.edu.co

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Extensa y forzosa sentar” el mundo. Kristeva insiste per- más multilingüismo y dialogismo que
introducción: la novela manentemente en que la novela no promueva.
posmoderna logra, no puede, configurar un espa-
cio “volumétrico” (es decir, un espa- La novela no podrá, entonces,
En mi libro Para el estudio y disfru- cio donde cabría toda la realidad del asumir su tradición carnavalesca a
te de las narraciones. Narratología mundo), pues su capacidad de repre- menos que renuncie a su voluntad
(2004), hago una síntesis de las posi- sentación está limitada por la estruc- programadora (a la idea de que la es-
ciones contrastantes frente a la genea- tura lineal y bidimensional del libro1 . critura y sobre todo la escritura de
logía y el futuro de la novela de dos un autor privilegiado y autoritario es
autores paradigmáticos: Mijaíl Bajtín Kristeva también predice otra for- la mejor estrategia de representación
y Julia Kristeva. Propongo allí que si ma de disolución de la novela, rela- del mundo). Al mismo tiempo, di-
bien ambos han demostrado cha renuncia arrasaría con la es-
que la novela es un producto critura como expresividad
y una expresión de lo moder- subjetiva y su resultado sería
no (del hombre moderno, la productividad, pero no ya
con su capacidad de seculari- sólo del autor, sino, y sobre
zar la historia y de expresarse todo, la del lector: el hacer
con una sicodinámica textual como goce. La relativización
muy depurada: la escritura), ese del significante iniciada por la
paralelismo entre el surgimien- novela, tendrá que ser acom-
to de la modernidad y la apa- pañada por la relativización del
rición y consolidación de la significado. Las alternativas
novela, juega en dos sentidos son interesantes aunque escan-
opuestos. Para Bajtín es claro dalosas: como en Joyce: des-
que la novela es el texto por trucción del lenguaje; como
excelencia de la modernidad, en Becket: aniquilamiento del
de la cual hereda sus rasgos género; como en el surrealis-
constitutivos. Por su parte, los mo: suplantación de la escena;
estudios de Kristeva desembo- como en el happening: pura re-
can casi premonitoriamente presentación; como en el
en la pregunta sobre la perti- hipertexto: disolución del es-
nencia de la novela en nues- critor en una nueva figura, el
tra contemporaneidad, al escrilector. En Kristeva, el fin
señalar no sólo sus alcances de la novela se proyecta en el
sino sus límites. abismo.

A diferencia de Bajtín, Cultura Tumaco, Nariño. Anciana [en piedra], de 31 cm de alto. 500
a.C. 300 d. C. Colección Museo del Oro. Banco de la República.
Con la denuncia que hace
quien confía en la re-constitu- Kristeva del carácter engañoso
ción constante del género, Kristeva cionada con el socavamiento de la del proyecto de novela moderna, se
plantea su disolución en varios espa- función del autor. Esa figura que re- inaugura una visión posmoderna del
cios posibles. En primer lugar, lo que quiere la novela para su expresión es destino del discurso literario. En efec-
ella llama “el retorno a la tradición quizá el factor de mayor contradic- to, las advertencias de Kristeva sobre
carnavalesca”, lo cual se traduciría no ción que encuentra Kristeva frente a las dificultades de la novela para des-
sólo en el fin mismo de la novela, sino las dinámicas del carnaval. Si la novela prenderse de las obligaciones del sen-
en la destrucción de su mayor descu- necesita de un “principio programa- tido y del orden, han tenido una
brimiento: el signo, es decir, consti- dor”, es decir, de una voz privilegia- reacción en el ámbito de la creación
tuiría la devastación de la idea, da que recoja lo externo y lo vuelque y la crítica literarias que si bien no
presuntuosa, de que la palabra escri- en una escritura, en un signo, el car- alcanza a superar del todo esas con-
ta es la mejor estrategia para “re-pre- naval deja de existir en la novela, por trariedades denunciadas, sí ha gene-

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rado en cambio una estética que en del proceso creativo, es decir, de meta- buena parte los defectos del proyec-
algún momento empezamos a llamar ficción. En cuarto lugar, la obra to de la novela moderna, pero en rea-
posmoderna. posmoderna admite no sólo la lidad sólo lo hacen a medias, debido
intertextualidad (es decir, el recurso principalmente a que no abandonan
En esta estética se tratan de “co- a otros textos), sino incluso el plagio el soporte físico (el dispositivo diré
rregir” las pretensiones del proyecto y la citación irónica, en un intento ahora) de la expresión libresca. Es
narrativo moderno y por eso, en pri- por relativizar el proceso mismo de cierto que el libro ha dejado de ser
mer lugar, se empiezan a dar obras que significación, entendido éste como el fetiche de la escolástica, que el
cuestionan la verdad narrativa, esto algo clausurado con la sola presenta- autor se desvanece en la simulación
es, obras que se proponen explícita- ción de la obra al lector. Finalmente, de los ejercicios de edición o detrás
mente mostrar cómo, si toda verdad la obra posmoderna promueve abier- de las voces de los testigos, que se
es relativa y no absoluta, habrá que tamente la participación del lector, han denunciado y demostrado los
incluir la relativización de la “verdad la “doble productividad”, ya sea a tra- falsos alcances de la escritura y que
narrativa” misma. Un paso definiti- vés del juego o a través de la puesta la figura del lector se ha encumbra-
vo en la deconstrucción de la verdad en marcha de conciencias paralelas de do hasta hacerse imprescindible para
narrativa es cuestionar la autoridad interpretación. el ejercicio literario; pero en reali-
del autor de novelas. La figura del dad han quedado sin resolver las li-
autor empieza a ser asumida más Ahora, si bien la “novela pos- mitaciones que ofrece el libro como
como la de un “ensamblador” de di- moderna” ejercita una “corrección” objeto y soporte de la expresión.
versos fragmentos de la cultura y de los defectos del proyecto narrati- Sólo cuando aparece un nuevo so-
como un editor de collages o textos. vo moderno, en realidad la posmo- porte, una nueva tecnología de la
El escritor posmodemo es conscien- dernidad irrumpe configurando palabra y de la expresión, es cuando
te del sentido discursivo del mundo otras alternativas narrativas, enfoca- se puede hablar de una superación
y del carácter parcial e ideológico (es das sobre todo en la exploración de cabal de las limitaciones de la novela.
decir, ficticio) que le da cualquier hibridaciones y mezclas de géneros. Esto no quiere decir que la novela (y
discursivización. Una de las más interesantes formas especialmente la novela posmoderna)
de la narrativa posmoderna de este pierda funcionalidad, sino que, en
En suma, la escritura posmo- tipo es la llamada “literatura testi- tanto sustancia narrativa, se enfren-
derna juega a romper las fronteras monio”. En ella se presenta un ta ahora a novedosas posibilidades,
entre realidad y ficción, no sólo por- estatus híbrido entre documento y abiertas por el uso estético de las
que dinamiza radicalmente el poten- ficción que la aparta de la estrechez nuevas tecnologías de la información
cial mismo de esta última (todo es de los géneros tradicionales. La ela- y la comunicación y por el aprove-
ficción, la realidad es una ficción), boración literaria le corresponde a chamiento de nuevos soportes expre-
sino porque admite como premisa un escritor que domina las técnicas sivos como el hipertexto.
ontológica la textualidad del mundo culturales requeridas, pero el traba-
(la realidad considerada como texto, jo se hace en equipo con el “testi- Ya Landow, en su libro Hipertexto.
la intertextualidad como única refe- go” no letrado, quien de esa manera La convergencia de la teoría crítica con-
rencia posible). En segundo lugar, la adquiere voz y circulación cultural temporánea y la tecnología (1995), no-
escritura posmoderna descree de la más amplia. Puesto que el “testimo- taba la diferencia de tono que existe
“autoridad narrativa” de una única nio” resulta del trabajo conjunto de entre las denuncias de autores como
voz privilegiada que da cuenta de la miembros de culturas diferentes, Kristeva y el anuncio de las nuevas
verdad y de la coherencia del relato. ofrece la posibilidad real para un diá- posibilidades expresivas y comunica-
En tercer lugar, el escritor posmo- logo intercultural, como lo querría tivas que hacen los escritores que han
derno reclama como pertinente no el credo del carnaval. tenido contacto con los nuevos so-
tanto una homogeneidad de la obra portes. Mientras que la mayoría de
como su problematización, su fractu- Los casos de la novela posmo- los autores posestructuralistas, nos
ración, y esta problematización se derna, y específicamente de la novela dice Landow, son un modelo de
introduce en la ficción misma, gene- testimonio, se pueden considerar solemnidad, desilusión extrema y va-
ralmente en forma de autoconciencia como ejercicios que subsanan en lientes sacrificios de posiciones huma-

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nistas, los escritores de hipertexto quía y linealidad para sustituirlos por posmodernismo), la novela como
resultan abiertamente festivos. La si- otros basados en ideas como multili- conversación (Sterne), el recurso al
tuación se explica por el hecho de nealidad, nodos, nexos y redes. La palimpsesto (James Joyce), las figuras
que los críticos y autores de lo que segunda es que el hipertexto, en tan- del agotamiento de la literatura im-
hemos llamado atrás el proyecto to facilidad tecnológica disponible, presa (Borges), la narrativa fragmen-
representacional de la novela, hacen permite hoy verificar la manera tada (Marc Saporta) y la escritura
su denuncia desde el lado antiguo, como, mientras la teoría crítica anti- múltiple (Borges, Cortázar).
es decir, desde las limitaciones de la cipa una teorización del hipertexto,
cultura impresa, mientras que los éste promete encarnar y demostrar Me interesa aquí, más que de-
escritores hipertextuales tienen una varios aspectos de la teoría. tallar los casos concretos de estas
experiencia completamente dis- anticipaciones, resaltar las
tinta. “La mayoría de los poses- afirmaciones con las que
tructuralistas [dice Landow] Bolter constata la plena en-
escriben al crepúsculo de un carnación de dichas anti-
anhelado día por venir; la ma- cipaciones en la ficción
yoría de los escritores de hiper- hipertextual. Estos son ejem-
texto escriben sobre muchas de plos del talante de sus afir-
las mismas cosas, pero al alba” maciones: 1) el hipertexto
(1995: 113). Pues bien, yo me reelabora, reevalúa y poten-
sumo a esta posición y conside- cia estas técnicas que ya ha-
ro que con la emergencia de la bía desarrollado la ficción
posibilidad enunciativa hiper- impresa; 2) tanto los escrito-
textual, con la consolidación res modernos como los pos-
del ciberespacio como infraes- modernos tenían la intención
tructura de dicha enunciación de rehacer la ficción escrita
y con la emergencia de una desde “adentro”; 3) los auto-
cibercultura, hemos superado la res de hipertexto han reme-
noche posmoderna y tenemos diado esa tradición desde la
buenas razones para mirar ade- perspectiva proporcionada
lante con entusiasmo. por una nueva técnica de la
escritura; 4) es necesario re-
visar toda esa tradición de ex-
Anticipaciones y perimentación a la luz de la
convergencias Cultura Tumaco. Cabeza en arcilla gris, s. d. Archivo fotográfico del ICC. nueva tecnología; 5) el medio
electrónico proporciona un
En el primer capítulo de Hiper- Pero más que este interesante re- nuevo conjunto de técnicas para
texto, Landow (1995) afirma que las corrido (que el lector puede revisar transmitir la tensión (explorada y
declaraciones de algunos teóricos de en el apéndice de mi libro, Hipertexto prevista por la ficción impresa) entre
la literatura (especialmente Derrida y y literatura, 2000), voy a sintetizar aquí la corriente lineal de la narración y la
Barthes) y del hipertexto (Nelson y la exposición que hace David J. serie de pensamientos asociativos pro-
Van Dam) han ido convergiendo en Bolter en su artículo “Ficción inter- vocados por ésta; 6) las obras de au-
un grado notable. Esta convergencia activa” (2006) en el que nos ofrece tores que van desde Laurence Sterne
se podría apreciar a partir de dos cir- un interesante panorama de anticipa- hasta Borges no sólo son exploracio-
cunstancias. La primera es el hecho ciones desde lo que podríamos lla- nes de los límites de la página escri-
de que, desde sus respectivas discipli- mar los ejercicios literarios modernos ta, sino también posibles modelos
nas, estos cuatro autores insisten en y posmodernos, entre los que men- para la escritura electrónica; 7) la es-
la necesidad de abandonar los actua- ciona e ilustra: la retórica de lo critura electrónica no finge al autor
les sistemas conceptuales basados en multilineal (James Joyce), la tradición múltiple o al lector participativo: los
nociones como centro, margen, jerar- de lo experimental (surrealismo, exige; 8) las exploraciones modernas

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y posmodernas pertenecen al espacio manencia, propios del sistema de es- gicas de la estabilidad y de la autori-
de la ficción impresa, constituyen critura ligada al libro, y pareciera que dad que ofrecen los libros.
imágenes de algo irrealizable en ese esta situación facilitara el camino
medio, pero deseado como posibili- hacia una nueva pragmática, en rea- Ahora, ¿los autores dejan de exis-
dad; 9) podemos considerar muchas lidad la mayoría de los lectores ac- tir realmente? ¿No se necesitan nue-
de estas obras como ficciones inter- tuales no están preparados para vas figuras o nuevas funciones de la
activas que operan bajo las limitacio- sustituir sus libros por computado- autoría? ¿Qué del estilo, qué de la
nes impuestas por la imprenta; 10) res (Bolter, 1998). Más allá de las di- intención como sus signos? Siempre
la ficción hipertextual pidió presta- ficultades técnicas que retardan esa hemos identificado al autor con al
do y remedió el sentido de rebeldía y sustitución, lo realmente determi- menos dos características retóricas:
logra sin esfuerzo aquello que los es- el estilo y la intención, en la medida
critores experimentales del texto im- en que nos hemos acostumbrado a
preso sólo conseguían con grandes que es el autor quien controla los
dificultades; 11) en todos estos ejem- contenidos (intención) y la forma de
plos, la ficción impresa se ve forzada su texto (estilo). ¿El hipertexto aca-
a trabajar contra su medio: surge un ba con estas condiciones? Veamos
conflicto entre el volumen como esta cuestión apoyados en las re-
marco y el texto enmarcado, conflic- flexiones de Tatiana Sorokina.
to que el computador no tiene, pues
ofrece un marco que se afloja siem-
pre que el texto lo empuja; 12) como Excurso: ¿y del estilo y
efecto, los lectores de hipertexto ya de la intención qué?
no sólo pueden escribir en él (no sólo
sobre el texto), sino que incluso pue- En el artículo “La estilística desde
den alterar o completar episodios, un punto de vista hipertextual” (1999),
todo lo cual se traduce en una cesión Tatiana Sorokina nos recuerda que la
de responsabilidad que hace el autor. idea del estilo en el texto impreso im-
Esta cesión es tanto un desafío como plica que todos los elementos que lo
una afirmación de que esta forma elec- constituyen se encuentran en armonía
trónica de lectura-escritura es más y homogeneidad, y además apuntan a
auténtica que la participación propor- reforzar la característica de originalidad
cionada a los lectores por una novela y singularidad de los textos. De otro
tradicional. lado, Sorokina considera que la pro-
pia formalización del pensamiento está
Todas estas afirmaciones se dirigen predeterminada por el estilo, en la me-
a demostrar que sólo bajo un nuevo dida en que su expresión se prepara a
dispositivo técnico (ciberespacio), partir de una producción elaborada y
enunciativo (hipertexto) y cultural reglamentada, y por esto se afirma que
(cibercultura) se pueden realizar mu- Etnia Cuna, Chocó. Madera tallada, Soal mimí (de- si la forma de una expresión no con-
chas de las anticipaciones, deseos y talle) de 55 cm de alto. Archivo fotográfico del ICC. cuerda con el tema y con el entorno
figuras de la tradición “rebelde” (pos- extralingüístico, el cuerpo textual no
moderna) de la escritura. ¿Pero eso es nante es la resistencia a valorar los alcanza el equilibrio y, por lo tanto, se
lo que quieren lectores y autores? nuevos parámetros de la interacción le considera incongruente o mal he-
comunicativa. Todo indica que el lec- cho. Esta relación entre formalización
Si bien los sistemas de escritura tor no está dispuesto a apreciar to- del pensamiento y expresión textual
electrónicos promueven la flexibili- davía la flexibilidad, la interactividad conduce a Sorokina a afirmar que la
dad y el cambio como parámetros y la velocidad de distribución que creación de textos intencionales o ideo-
de la interacción comunicativa, en proporcionan los nuevos soportes y lógicos se vinculan necesariamente con
lugar de la monumentalidad y la per- se refugia en las necesidades psicoló- el procedimiento estilístico.

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Cuando se trata de hipertexto, la discurso sino de la existencia misma. de un sujeto débil, es decir, el fin del
autora observa que ya no hay una or- Para Sorokina, la heterogeneidad es- ideal moderno del sujeto (uno más
ganización tradicional ni lineal sino tilística del hipertexto manifiesta la de los metarrelatos de la moder-
funcional y operacional, en cuanto heterogeneidad de la propia vida; y nidad). Este sujeto débil es un in-
los fragmentos que constituyen el esta descolonización estilística produ- dividuo incompleto, incapaz de
hipertexto se arreglan para satisfacer ce como efecto positivo la posibili- distinguir entre verdad y mentira,
las necesidades inmediatas del lector- dad de incorporar todos los sistemas múltiple, paradójico, una caricatura
usuario. Estilísticamente, estos frag- semióticos, reunirlos y disolverlos del sujeto humanista y cartesiano, un
mentos son variados, apuntan a la unos en otros. Sorokina considera fi- individuo incapaz de relación autén-
heterogeneidad y no obedecen a un nalmente que el hipertexto evidencia tica con los otros. ¿Cómo afecta ese
orden prescrito, por lo que Sorokina la necesidad de cambiar los enfoques “debilitamiento” del sujeto la figura
caracteriza el estilo del hipertexto más y las concepciones tradicionales para del autor en el ámbito narrativo?
bien con un “mosaico de estilos” com- abrirnos a una nueva tolerancia teó-
binados libremente. Esto explicaría en rica en la que se pueda apreciar como El autor posmoderno, en palabras
principio el desconcierto que de Lozano, ya no es el creador
produce la lectura de hiper- omnipotente capaz de hacer
textos entre quienes mantienen surgir un microcosmos consis-
una idea muy clásica del estilo. tente, sino un ser itinerante
que se identifica con el des-
Sin embargo, la investiga- concierto y la incertidumbre
dora cree que es deseable asu- de la exploración y el descu-
mir más bien una perspectiva brimiento, un ser abocado a
alterna a este aparente caos del la búsqueda ontológica, que
hipertexto. Una primera con- recurre a los disfraces de la
dición de esta perspectiva es la polifonía, que se esfuerza por
que se deriva de un lector que lo mismo en articular las vo-
hace uso de la información ces múltiples de modo que no
hipertextual con base en una conviertan el texto en algo
tarea específica que le permite ininteligible.
seleccionar material y realizar
funciones lógico-semánticas a De otro lado, el autor se
partir de su interés concreto. impone como suprarealidad
Un segundo elemento lo da la en su propia ficción y se con-
misma tecnología, en cuanto vierte así en ficción también:
ésta ofrece cada vez con mayor Etnia Noanamá, Chocó. Jais (detalle), 11 cm de alto en balso y “la entrada del autor en el
pintado. Archivo fotográfico del ICC.
consolidación, entornos ami- mundo ficcional y la confron-
gables que facilitan al lector generar positiva la posibilidad de contar con tación con sus personajes en su pa-
textos estilísticamente lineales o más soportes en donde toda la variedad de pel de autor es uno de los topoi
o menos homogéneos. posiciones y contrariedades coexista. posmodernos centrales. El posmoder-
nismo ha vuelto a colocar al autor
Sorokina finaliza con la siguiente Del sujeto débil al en la superficie, mediante interven-
observación: la escritura electrónica ingeniero de mundo ciones metaficcionales, lo ficcionaliza
o hipertextual cumple además una y lo mata como ente real” (Lozano,
función “ideológica” que consiste en Según María del Pilar Lozano 2007). En tanto sujeto semiótico, el
cuestionar, a través de su práctica, la (2007), el efecto correspondiente en autor posmoderno ya ni siquiera es
fidelidad cabal de ciertas normas y el individuo a una desestabilización el origen de su propio discurso y se
reglas de la estilística. La práctica del ontológica de lo real como represen- dedica a actos de apropiación radi-
hipertexto hace visible no sólo la tación (característica clave del para- cal. El recurso a la autobiografía (otro
complejidad y la incertidumbre del digma posmoderno) es la emergencia de los tópicos posmodernos) se de-

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sarrolla ahora con el fin de hacerse lidad entendida como la fijación del interactiva, recíproca, comunitaria e
más “real”, funciona como mundo sentido (clausura semántica). Así es intercomunitaria que constituye el
yuxtapuesto que también desesta- como las obras se valoran en la me- horizonte del mundo virtual; un
biliza ontológicamente y produce el dida en que sus mensajes pueden “mundo” vivo, heterogéneo e intota-
mismo efecto que la introducción de circular por todas partes, indepen- lizador en el que cada ser humano
personajes de otras novelas o de per- dientemente de su proceso de pro- puede contribuir y participar. Surgen
sonajes históricos en la ficción: ducción: la obra escrita se hace así verdaderos colectivos inteligentes
irrespetar las fronteras ontológicas autoexplicativa y la condición de uni- que no someten ni limitan las inte-
versalidad, así entendida, se extien- ligencias individuales, sino que, por
Pero eso que puede verse como de a otras dimensiones de la cultura, el contrario, las exaltan, las hacen
un recurso desesperado (destruir la en la medida en que su base se hace fructificar y les abren nuevas poten-
ilusión representacional a como dé “textual”. cias. Este sujeto transpersonal no se
lugar, con el fin de demostrar que contenta con minar inteligencias in-
toda realidad no es más que el “efec- En la tercera fase, el concepto de dividuales, sino que hace crecer una
to” del lenguaje, que el mundo es totalidad (y también las estéticas de forma de inteligencia cualitativa-
siempre representación), puede apre- la totalidad) es relativizado. Sin em- mente diferente, que viene a añadir-
ciarse desde otra perspectiva: la de la bargo, la idea de universalidad no des- se a las inteligencias personales, una
cibercultura. aparece, sino que se comprende de especie de cerebro colectivo o de
otra manera: ya no depende del cie- hipercorteza.
Pierre Lévy, en su artículo “So- rre del sentido (de la clausura
bre la cibercultura” (1998), distingue semántica), de la posibilidad de
tres momentos de la evolución cul- completar un trayecto, sino de la po- El autor y la obra en la
tural así: sibilidad de conectar muchos: la in- cibercultura
terconexión generalizada.
• El de sociedades pequeñas y La filosofía posmoderna ha des-
cerradas, de cultura oral, que En la medida en que la interco- crito muy bien el estallido de la
vivían una totalidad sin uni- nexión y el dinamismo en tiempo real totalización, cuando descubre que ya
versalidad. de las memorias en línea hacen de nue- no hay un sólo sentido sino una mul-
vo compartir el mismo contexto titud de proposiciones que luchan
• El de las sociedades “civiliza- (como en la situación anterior a la por su legitimidad (y se hace imposi-
das”, imperiales, que utilizaban escritura), se disuelve la pragmática ble entonces, la consistencia, el
la escritura e hicieron surgir una de comunicación que se había vincu- metarrelato). Pero la posmodernidad
universalidad totalizadora. lado a lo universal y a la totalidad y confundió totalidad con universali-
se empieza a dar una comunicación dad. En palabras de Lévy, “la posmo-
• El de la cibercultura, que co- recíproca, interactiva, ininterrumpi- dernidad tiró el bebé de lo universal
rresponde a la mundialización da, unida a una comunidad activa dentro del agua sucia de la totalidad”
concreta de las sociedades, e (Lévy, 2007). Emerge un nuevo uni- (Lévy, 2007: 94). Si bien la totalidad
inventa una universalidad sin versal que, en cuanto más universal puede entenderse como el consenso
totalidad. (interconectado, extendido, interac- estabilizado del sentido (discurso, si-
tivo) es menos totalizador, pues cada tuación, conjunto de acontecimien-
Lo común de estos tres tipos de conexión, cada nuevo aporte añade tos, sistema, etc.), la universalidad
cultura es la idea de universalidad. heterogeneidad, nuevas fuentes de in- debe entenderse como la presencia
Mientras en el primero era posible formación, nuevas líneas de fuga y (virtual) de la humanidad en ella mis-
el sentido, éste (la totalidad del co- nos hace participar más intensamen- ma, y esa presencia virtual, en la
nocimiento) era apenas local, restrin- te. Ya no se hace necesario fijar, ni cibercultura, aparece desligada de la
gido a la tradición, cerrado. En las construir homogéneamente. Un nue- condición de identidad global en el
sociedades modernas, debido al des- vo universal que tiene como dis- sentido (mismidad) y se define más
cubrimiento de la escritura, se hace positivo el ciberespacio, entendido bien como posibilidad de comunión
posible una práctica de la universa- como práctica de comunicación en la diferencia.

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Así es como se comprende la pers- plotan al máximo las posibilidades 2) el enmañaramiento de jerarquías,
pectiva de la cibercultura frente al ofrecidas por la interacción, la inter- y sobre todo; 3) una dinámica
autor y el programa mismo del arte conexión y los dispositivos de crea- autopoética y autoorganizadora de
en la cibercultura. Partiendo del he- ción colectiva; obras que alcanzan su las poblaciones mutantes. Un esque-
cho de que el género canónico de la universalidad por el efecto de la in- ma de tal arte de la cibercultura se
cibercultura es el mundo virtual (en- terconexión y que ya no necesitan actualiza socialmente a través de la
tendido no tanto como simulación legitimarse por una significación vá- vida de las comunidades de prácti-
informática del mundo tridimen- lida en todos los sitios; universalidad ca, cognitivamente por los procesos
sional, sino como reserva digital de por contacto en obras que pierden de inteligencia colectiva y semíó-
virtualidades sensoriales que sólo se así la necesidad de autor (en el senti- ticamente bajo la forma del gran
actualiza en la interacción, lugar de do de garante de un sentido estable), hipertexto o metamundo de la red
encuentro para lo colectivo), lo y se desarrollan en entornos en esen- (Lévy, 2007: 121).
importante ya no sería ni el
sentido, ni el estilo, ni la in- Ahora, no se trata de
tención, sino la disposición sustituir un arte por otro,
de medios para que esa sino de tener conciencia y
interacción individual y/o de valorar los géneros emer-
colectiva se dé efectivamente. gentes que se añaden a la
De ahí que Lévy proponga reserva cultural. El declive
como figura del nuevo artista de la figura del autor (y del
no al autor, sino al ingeniero grabado) concierne sólo a las
de mundo, figura encargada obras que se vinculan a la
de las virtualidades, de dar cibercultura, donde se da
forma arquitectónica a los es- una decadencia necesaria (y
pacios de comunicación, que nada trágica) de la figura del
coordina los equipos colec- autor. Pero las posibilidades
tivos de cognición y de me- que abre el mundo virtual,
moria y que estructura la extienden las potencias de
interacción. Ingenieros de la expresión (artística) a es-
mundo son pues, los inven- cenarios insospechados.
tores de programas para el
trabajo y el aprendizaje co-
laborativo, los creadores de Etnia Tukano, Vaupés. Vestido ritual, ceremonia del Yuruparí (detalle),
Conclusiones
videojuegos, los artistas que 110 cm de alto, en corteza de árbol. Archivo fotográfico del ICC.
exploran las fronteras de los 1. Cuatro ideas subyacen
dispositivos interactivos. cia inacabados; obras que promueven en este artículo y lo atraviesan. La
no sólo los sentidos variables que sus primera se puede sintetizar así: las re-
Surge otra pragmática, otra esté- exploradores descubren, sino que les flexiones, descubrimientos y descrip-
tica, otros géneros: obras interactivas ceden las tareas de construcción del ciones que la llamada (teoría o
que exigen la implicación de aquellos orden de la lectura y de las formas filosofía de la) posmodernidad esgri-
que las prueban. El interactuante sensibles. Todo esto hace que el acto mió en su momento, constituyen
participa en la estructuración del máximo de creación en la cibercul- anticipaciones y deseos de algo que
mensaje que recibe. Las creaciones co- tura sea generar el acontecimiento sólo ha podido encarnar recientemen-
lectivas se vuelven el paradigma (ya para una comunidad, incluso consti- te, en el ambiente de una cultura de
sean éstas los dispositivos para la co- tuir el colectivo para el que ocurrirá la sociedad digital: el mundo de la
laboración u obras multiparticipantes el acontecimiento, con tal que se ase- virtualidad; por lo tanto, se hace ne-
como tales); emergen así obras-flujo, gure: 1) la posibilidad de conexiones cesaria una mirada retrospectiva que
obras-proceso, obras metamórficas, entre mundos heterogéneos y la mul- le dé un nuevo y más completo sen-
obras-acontecimiento, obras que ex- tiplicidad de centros en red abierta; tido a dichas “anticipaciones”. La se-

RODRÍGUEZ, J. A.: EL MUNDO VIRTUAL COMO DISPOSITIVO PARA LA CREACIÓN ARTÍSTICA N ÓMADAS 145
gunda idea complementa la primera 2. Concretamente, nuestra expe- ción de la escritura y de la lectura
al sostener que esa “encarnación” de riencia particular con la narrativa (profundidad), ¿se puede pedir algo
las ideas posestructuralistas y posmo- digital nos ha conducido por el ca- más? Sí. Y es precisamente lo que jus-
dernas se ha producido gracias a la mino de una interactividad participa- tifica el nuevo proyecto (al que le
emergencia de un nuevo dispositivo tiva creciente: desde la creación de hemos dado el nombre de narrato-
cultural, cuya infraestructura es el Gabriella infinita2 , un hipermedia para pedia4 ): dar el paso hacia el paradig-
ciberespacio y cuyo programa es la “explorar” y para “leer”, hasta Golpe ma de la creación colectiva, máxima
cibercultura. La tercera consiste en la de gracia3 , que potencia la participa- expresión de la interactividad partici-
adherencia a la mirada, según la cual, ción del usuario, permitiéndole pativa, abandonar definitivamente el
la emergencia de la cibercultura no interactuar con distintos escenarios esquema de la creación de autor para
responde tanto a un simple deter- tanto narrativos como discursivos. disponer ahora los medios de la ex-
minismo tecnológico (producto de la Sin embargo, a partir de ahí hemos presión grupal.
consolidación de las llamadas
“nuevas tecnologías de la in- Siguiendo a David Casa-
formación y la comunica- cuberta (2003), la más signi-
ción”) como a una compleja ficativa e importante de las
convergencia de ideas, pro- revoluciones de la cultura
yectos sociales, utopías, inte- digital es la creación colectiva,
reses económicos y estrategias favorecida hoy como nunca
de poder que ha encontrado por las llamadas teconologías
en ciertas condiciones del de la cooperación (Rehing-
ambiente contemporáneo pold, 2002) o software social.
una salida viable aunque no Efectivamente, el centro de la
necesariamente homogénea. cultura ha dejado de ser el
Finalmente, con la cuarta autor, el artista, para pasar a
hago mía la advertencia de ser el espectador. Las obras
Michelle Serres en su bello e culturales de la cultura digital
iluminador Atlas, según la ya no se construyen en forma
cual, ninguna técnica tiene individual, sino de forma co-
posibilidades de extenderse si lectiva. Por tanto, el artista
no reactiva una aptitud, hu- deja de ser creador stricto
mana o cultural, ya existente sensu para convertirse en pro-
(Serres, 1995). Esto es: de ductor. El artista desarrolla
nada sirve el mundo virtual Cultura Tumaco. Silbato en cerámica de 13.5 cm de alto (detalle). 500 a. una herramienta que luego
si no lo entendemos y lo po- C. al s. I d. C. (r). Archivo fotográfico del ICC. será el público el que la use,
tenciamos como el medio desarrolle y difunda según sus
para hacer posibles muchos de los llegado a un punto de quiebre: o pro- intereses, que no tienen por qué co-
sueños entrevistos en nuestras visio- ducimos obras del modo en que lo incidir ni estar influenciados por la
nes posmodernas. O, de otra forma: hemos venido haciendo (es decir, voluntad original del artista. El tra-
es tarea de los actores sociales, y en reuniendo ad-hoc equipos especiali- bajo del artista es literalmente el de
especial de los activistas culturales, la zados al estilo de los equipos cinema- un médium: ofrecer una estructura,
consolidación de una cibercultura. tográficos), lo que resulta en obras una herramienta, un medio en el que
Implícitas unas veces, evidentes otras, de “autor” para ser usadas más o sea el espectador el que se exprese,
estas cuatro ideas constituyen el so- menos pasivamente, o nos lanzamos en el que sea el espectador el que cree.
porte de la exposición que sobre la a un cambio de paradigma: es cierto,
figura del autor y sus consecuencias con Golpe de gracia logramos una alta Narratopedia quiere ser eso: una
para lo que he llamado los nuevos interactividad, una muy buena arti- plataforma, un espacio multidimen-
órdenes de la creación artística, he culación multimedial, una bella sional de representaciones dinámicas
querido plantear en este artículo. multiformidad, así como la promo- e interactivas. Parafraseando a Piérre

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Lévy (2004), al cara a cara de la ima- eso la práctica hipertextual a lo po- en: Georffrey Nunberg (comp.), El fu-
gen fija y del texto, característico de pular y familiar. turo del libro. ¿Esto matará eso?
Barcelona, Paidós.
la enciclopedia, Narratopedia opon- 2 Ver <http://www.javeriana.edu.co/
drá un gran número de formas de gabriella_infinita>, Gabriella infinita , 2006, “Ficción interactiva”,
(2002) y Golpe de gracia (2006) del en: María Teresa Vilariño y Anxo
expresión: imagen fija, imagen ani- escritor Jaime Alejandro Rodríguez, Abuín González (comps.), Teoría del
mada, sonido, simulaciones y mapas son otras dos muestras de las posibi- hipertexto. La literatura en la era electró-
interactivos, sistemas expertos, lidades expresivas del medio. Gabriella nica, Madrid, Arco Libros.
ideografías dinámicas, realidades infinita fue primero una novela
(1994), después un hipertexto (1999) CASACUBERTA, David, 2003, Creación
virtuales, vidas artificiales, etcétera. y finalmente un hipermedia. La ver- Colectiva. En Internet el creador es el
En última instancia, la narratopedia sión hipermedial de Gabriella es el in- público, Barcelona, Gedisa.
contendrá tantas semióticas y tipos tento por generar una obra que con- LANDOW, George P, 1995, Hipertexto. La
de representaciones como se pueden tuviera la mejor solución de algunos convergencia de la teoría crítica contem-
de los potenciales hipertextuales y poránea y la tecnología, Barcelona,
encontrar en el mundo mismo. audiovisuales que contenía el forma- Paidós.
Narratopedia espera multiplicar los to novela. Este paso del texto al
enunciados no discursivos. hipertexto exigió una reconfiguración , (comp.), 1997, Teoría del
del texto original, así como el diseño hipertexto, Barcelona, Paidós.
de un nuevo recorrido narrativo, más
ágil y verosímil, una mejor solución a LÉVY, Pierre, 1998, “Sobre la cibercul-
las sugerencias audiovisuales, una tura”, en: Revista de Occidente, No.
206, junio, Madrid.
Citas interfaz altamente interactiva y el en-
samblaje de los distintos elementos , 2004, “Inteligencia Colectiva.
multimediales como audio, videos, Por una antropología del ciberes-
1 Este “retorno al carnaval” posible- animaciones e infografías. pacio”, disponible en: <http://inteligen-
mente se produzca hoy con la irrup-
3 Ver <http://www.javeriana.edu.co/ cia colectiva.bvsalud.¡orgconsultado>,
ción de las nuevas tecnologías de la
golpedegracia>. En contraste, Golpe de consultado en: marzo 22 de 2007.
información y la comunicación, y
muy especialmente con el descubri- gracia se diseñó desde el comienzo como , 2007, Cibercultura. La cultura
miento del soporte hipertexto inter- una pieza hipermedial interactiva, que de la sociedad digital, Barcelona,
activo. Desde este punto de vista, es combina texto, ilustración, audio, mo- Anthropos.
posible comprender el propósito de delado, animación y programación, y
que narra la historia de un personaje LOZANO, María. 2007, La novela españo-
la novela hipertextual de superar esa
que sufre una experiencia de “casi muer- la posmoderna, Madrid, Arco Libros.
“incapacidad” estructural que le im-
te”, situación que se utiliza como metá-
pidió a la novela tradicional liberar- RHEINGOLD, Howard, 2004, Multitu-
fora de la transición cultural contem-
se de su dependencia del sujeto del des inteligentes. La próxima revolución
poránea. El multimedia está compues-
discurso, como una recuperación de social, Barcelona, Gedisa.
to por tres “mundos narrativos” (Ca-
los orígenes carnavalescos: en la prác-
dáver exquisito, Línea mortal y Muerte RODRÍGUEZ, Jaime, 2000, Hipertexto y
tica hipertextual no sólo es posible,
digital) y cuatro “salas de profundi- Literatura. Una batalla por el signo en
sino necesario, invertir el orden jerár- zación” (juegos, lectura, estudio, cons-
quico de la expresión, vencer la sepa- tiempos posmodernos, Bogotá, Pontificia
trucción). Propone diversos grados de Universidad Javeriana.
ración entre escritor y lector y interacción que van desde tomar deci-
remplazar esa distancia artificiosa siones para realizar los recorridos has- , 2004, Para el estudio y disfrute
por un contacto libre, espontáneo, ta la construcción colectiva del texto, de las narraciones. Narratología, Bogo-
por un nuevo modo de relación, y pasando por la participación en varios tá, Pontificia Universidad Javeriana.
también abrirse a lo que normalmente juegos interactivos.
está prohibido o impedido por la ex- , 2006, El relato digital. Hacia
presión tradicional, basada en la for- 4 Ver: <http://tic.javeriana.edu.co/ un nuevo arte narrativo, Bogotá, Libros
ma libro. El hipertexto, en ese senti- narratopedia/>. de Arena.
do, aproxima, reúne, democratiza; SOROKINA, Tatiana, 1999, “La estilística
destrona la dimensión monológica y desde un punto de vista hipertextual.
se abre a una dialogía ya no tanto La lingüística, la teoría literaria y los
representada como real, extendida y problemas del estilo”, en: Cuadernos de
viable. Finalmente, el hipertexto, en Bibliografía Literatura, Vol. V, No. 10, julio-diciem-
la medida en que su lugar de desarro- bre, Bogotá, Universidad Javeriana.
llo y dinámica es la red electrónica,
garantiza ese lugar público y abierto BOLTER, J. D, 1998, “Ekphrasis, realidad SERRES, Michel, 1995, Atlas, Madrid,
propio del carnaval, y aproxima por virtual y el futuro de la escritura”, Cátedra.

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