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dispositivo para la
creación artística nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 138-147
El presente artículo intenta describir el “golpe de gracia” que sufre la figura tradicional del autor dadas las posibilidades estéticas
y creativas propias del ciberespacio y la cibercultura. Se revisan las anticipaciones que al respecto tuvieron algunos de los llamados
posestructuralistas (Kristeva y Bajtín); se analizan las propuestas y descubrimientos provisionales de los teóricos del hipertexto
(especialmente Landow y Bolter); se describen y debaten las propuestas renovadas de un arte participativo y colectivo (Lévy), y
finalmente se proponen algunas conclusiones y acciones concretas.
Palabras clave: posmodernidad, cibercultura, autor, narrativa digital.
Este artigo tenta descrever o “golpe de graça”, que sofre a figura do autor tradicional dada às possibilidades estéticas e criativas
abertas pelo ciberespaço e pela cibercultura. Nós analisamos as expectativas que sobre o assunto tiveram alguns dos chamados pós-
estruturalistas (Kristeva e Bajtin); analisamos as propostas e as conclusões provisórias sobre o hipertexto dos teóricos (especialmente
Landow e Bolter); descrevemos e discutimos as propostas para uma renovada e participativa arte coletiva (Levy) e, finalmente,
sugerimos algumas conclusões e ações concretas.
Palavras-chaves: posmodernidade, cibercultura, autor, narrativa digital.
This article attempts the description of the fate suffered by the traditional figure of the author in front of the creative possibilities
that the cyberspace and cyberculture have opened. We review the expectations about the matter of the so-called post structuralists
(Kristeva and Bajtin), discuss the proposals and provisional findings of hypertext theorists (especially Landow and Bolter); and
describe and discuss proposals for a renewed participatory and collective art (Levy); finally we suggest some conclusions and specific
actions
Key words: postmodernism, cyberculture, author, digital narrative.
Dibujo EMBERA : Astrid Ulloa
A diferencia de Bajtín, Cultura Tumaco, Nariño. Anciana [en piedra], de 31 cm de alto. 500
a.C. 300 d. C. Colección Museo del Oro. Banco de la República.
Con la denuncia que hace
quien confía en la re-constitu- Kristeva del carácter engañoso
ción constante del género, Kristeva cionada con el socavamiento de la del proyecto de novela moderna, se
plantea su disolución en varios espa- función del autor. Esa figura que re- inaugura una visión posmoderna del
cios posibles. En primer lugar, lo que quiere la novela para su expresión es destino del discurso literario. En efec-
ella llama “el retorno a la tradición quizá el factor de mayor contradic- to, las advertencias de Kristeva sobre
carnavalesca”, lo cual se traduciría no ción que encuentra Kristeva frente a las dificultades de la novela para des-
sólo en el fin mismo de la novela, sino las dinámicas del carnaval. Si la novela prenderse de las obligaciones del sen-
en la destrucción de su mayor descu- necesita de un “principio programa- tido y del orden, han tenido una
brimiento: el signo, es decir, consti- dor”, es decir, de una voz privilegia- reacción en el ámbito de la creación
tuiría la devastación de la idea, da que recoja lo externo y lo vuelque y la crítica literarias que si bien no
presuntuosa, de que la palabra escri- en una escritura, en un signo, el car- alcanza a superar del todo esas con-
ta es la mejor estrategia para “re-pre- naval deja de existir en la novela, por trariedades denunciadas, sí ha gene-
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rado en cambio una estética que en del proceso creativo, es decir, de meta- buena parte los defectos del proyec-
algún momento empezamos a llamar ficción. En cuarto lugar, la obra to de la novela moderna, pero en rea-
posmoderna. posmoderna admite no sólo la lidad sólo lo hacen a medias, debido
intertextualidad (es decir, el recurso principalmente a que no abandonan
En esta estética se tratan de “co- a otros textos), sino incluso el plagio el soporte físico (el dispositivo diré
rregir” las pretensiones del proyecto y la citación irónica, en un intento ahora) de la expresión libresca. Es
narrativo moderno y por eso, en pri- por relativizar el proceso mismo de cierto que el libro ha dejado de ser
mer lugar, se empiezan a dar obras que significación, entendido éste como el fetiche de la escolástica, que el
cuestionan la verdad narrativa, esto algo clausurado con la sola presenta- autor se desvanece en la simulación
es, obras que se proponen explícita- ción de la obra al lector. Finalmente, de los ejercicios de edición o detrás
mente mostrar cómo, si toda verdad la obra posmoderna promueve abier- de las voces de los testigos, que se
es relativa y no absoluta, habrá que tamente la participación del lector, han denunciado y demostrado los
incluir la relativización de la “verdad la “doble productividad”, ya sea a tra- falsos alcances de la escritura y que
narrativa” misma. Un paso definiti- vés del juego o a través de la puesta la figura del lector se ha encumbra-
vo en la deconstrucción de la verdad en marcha de conciencias paralelas de do hasta hacerse imprescindible para
narrativa es cuestionar la autoridad interpretación. el ejercicio literario; pero en reali-
del autor de novelas. La figura del dad han quedado sin resolver las li-
autor empieza a ser asumida más Ahora, si bien la “novela pos- mitaciones que ofrece el libro como
como la de un “ensamblador” de di- moderna” ejercita una “corrección” objeto y soporte de la expresión.
versos fragmentos de la cultura y de los defectos del proyecto narrati- Sólo cuando aparece un nuevo so-
como un editor de collages o textos. vo moderno, en realidad la posmo- porte, una nueva tecnología de la
El escritor posmodemo es conscien- dernidad irrumpe configurando palabra y de la expresión, es cuando
te del sentido discursivo del mundo otras alternativas narrativas, enfoca- se puede hablar de una superación
y del carácter parcial e ideológico (es das sobre todo en la exploración de cabal de las limitaciones de la novela.
decir, ficticio) que le da cualquier hibridaciones y mezclas de géneros. Esto no quiere decir que la novela (y
discursivización. Una de las más interesantes formas especialmente la novela posmoderna)
de la narrativa posmoderna de este pierda funcionalidad, sino que, en
En suma, la escritura posmo- tipo es la llamada “literatura testi- tanto sustancia narrativa, se enfren-
derna juega a romper las fronteras monio”. En ella se presenta un ta ahora a novedosas posibilidades,
entre realidad y ficción, no sólo por- estatus híbrido entre documento y abiertas por el uso estético de las
que dinamiza radicalmente el poten- ficción que la aparta de la estrechez nuevas tecnologías de la información
cial mismo de esta última (todo es de los géneros tradicionales. La ela- y la comunicación y por el aprove-
ficción, la realidad es una ficción), boración literaria le corresponde a chamiento de nuevos soportes expre-
sino porque admite como premisa un escritor que domina las técnicas sivos como el hipertexto.
ontológica la textualidad del mundo culturales requeridas, pero el traba-
(la realidad considerada como texto, jo se hace en equipo con el “testi- Ya Landow, en su libro Hipertexto.
la intertextualidad como única refe- go” no letrado, quien de esa manera La convergencia de la teoría crítica con-
rencia posible). En segundo lugar, la adquiere voz y circulación cultural temporánea y la tecnología (1995), no-
escritura posmoderna descree de la más amplia. Puesto que el “testimo- taba la diferencia de tono que existe
“autoridad narrativa” de una única nio” resulta del trabajo conjunto de entre las denuncias de autores como
voz privilegiada que da cuenta de la miembros de culturas diferentes, Kristeva y el anuncio de las nuevas
verdad y de la coherencia del relato. ofrece la posibilidad real para un diá- posibilidades expresivas y comunica-
En tercer lugar, el escritor posmo- logo intercultural, como lo querría tivas que hacen los escritores que han
derno reclama como pertinente no el credo del carnaval. tenido contacto con los nuevos so-
tanto una homogeneidad de la obra portes. Mientras que la mayoría de
como su problematización, su fractu- Los casos de la novela posmo- los autores posestructuralistas, nos
ración, y esta problematización se derna, y específicamente de la novela dice Landow, son un modelo de
introduce en la ficción misma, gene- testimonio, se pueden considerar solemnidad, desilusión extrema y va-
ralmente en forma de autoconciencia como ejercicios que subsanan en lientes sacrificios de posiciones huma-
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y posmodernas pertenecen al espacio manencia, propios del sistema de es- gicas de la estabilidad y de la autori-
de la ficción impresa, constituyen critura ligada al libro, y pareciera que dad que ofrecen los libros.
imágenes de algo irrealizable en ese esta situación facilitara el camino
medio, pero deseado como posibili- hacia una nueva pragmática, en rea- Ahora, ¿los autores dejan de exis-
dad; 9) podemos considerar muchas lidad la mayoría de los lectores ac- tir realmente? ¿No se necesitan nue-
de estas obras como ficciones inter- tuales no están preparados para vas figuras o nuevas funciones de la
activas que operan bajo las limitacio- sustituir sus libros por computado- autoría? ¿Qué del estilo, qué de la
nes impuestas por la imprenta; 10) res (Bolter, 1998). Más allá de las di- intención como sus signos? Siempre
la ficción hipertextual pidió presta- ficultades técnicas que retardan esa hemos identificado al autor con al
do y remedió el sentido de rebeldía y sustitución, lo realmente determi- menos dos características retóricas:
logra sin esfuerzo aquello que los es- el estilo y la intención, en la medida
critores experimentales del texto im- en que nos hemos acostumbrado a
preso sólo conseguían con grandes que es el autor quien controla los
dificultades; 11) en todos estos ejem- contenidos (intención) y la forma de
plos, la ficción impresa se ve forzada su texto (estilo). ¿El hipertexto aca-
a trabajar contra su medio: surge un ba con estas condiciones? Veamos
conflicto entre el volumen como esta cuestión apoyados en las re-
marco y el texto enmarcado, conflic- flexiones de Tatiana Sorokina.
to que el computador no tiene, pues
ofrece un marco que se afloja siem-
pre que el texto lo empuja; 12) como Excurso: ¿y del estilo y
efecto, los lectores de hipertexto ya de la intención qué?
no sólo pueden escribir en él (no sólo
sobre el texto), sino que incluso pue- En el artículo “La estilística desde
den alterar o completar episodios, un punto de vista hipertextual” (1999),
todo lo cual se traduce en una cesión Tatiana Sorokina nos recuerda que la
de responsabilidad que hace el autor. idea del estilo en el texto impreso im-
Esta cesión es tanto un desafío como plica que todos los elementos que lo
una afirmación de que esta forma elec- constituyen se encuentran en armonía
trónica de lectura-escritura es más y homogeneidad, y además apuntan a
auténtica que la participación propor- reforzar la característica de originalidad
cionada a los lectores por una novela y singularidad de los textos. De otro
tradicional. lado, Sorokina considera que la pro-
pia formalización del pensamiento está
Todas estas afirmaciones se dirigen predeterminada por el estilo, en la me-
a demostrar que sólo bajo un nuevo dida en que su expresión se prepara a
dispositivo técnico (ciberespacio), partir de una producción elaborada y
enunciativo (hipertexto) y cultural reglamentada, y por esto se afirma que
(cibercultura) se pueden realizar mu- Etnia Cuna, Chocó. Madera tallada, Soal mimí (de- si la forma de una expresión no con-
chas de las anticipaciones, deseos y talle) de 55 cm de alto. Archivo fotográfico del ICC. cuerda con el tema y con el entorno
figuras de la tradición “rebelde” (pos- extralingüístico, el cuerpo textual no
moderna) de la escritura. ¿Pero eso es nante es la resistencia a valorar los alcanza el equilibrio y, por lo tanto, se
lo que quieren lectores y autores? nuevos parámetros de la interacción le considera incongruente o mal he-
comunicativa. Todo indica que el lec- cho. Esta relación entre formalización
Si bien los sistemas de escritura tor no está dispuesto a apreciar to- del pensamiento y expresión textual
electrónicos promueven la flexibili- davía la flexibilidad, la interactividad conduce a Sorokina a afirmar que la
dad y el cambio como parámetros y la velocidad de distribución que creación de textos intencionales o ideo-
de la interacción comunicativa, en proporcionan los nuevos soportes y lógicos se vinculan necesariamente con
lugar de la monumentalidad y la per- se refugia en las necesidades psicoló- el procedimiento estilístico.
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sarrolla ahora con el fin de hacerse lidad entendida como la fijación del interactiva, recíproca, comunitaria e
más “real”, funciona como mundo sentido (clausura semántica). Así es intercomunitaria que constituye el
yuxtapuesto que también desesta- como las obras se valoran en la me- horizonte del mundo virtual; un
biliza ontológicamente y produce el dida en que sus mensajes pueden “mundo” vivo, heterogéneo e intota-
mismo efecto que la introducción de circular por todas partes, indepen- lizador en el que cada ser humano
personajes de otras novelas o de per- dientemente de su proceso de pro- puede contribuir y participar. Surgen
sonajes históricos en la ficción: ducción: la obra escrita se hace así verdaderos colectivos inteligentes
irrespetar las fronteras ontológicas autoexplicativa y la condición de uni- que no someten ni limitan las inte-
versalidad, así entendida, se extien- ligencias individuales, sino que, por
Pero eso que puede verse como de a otras dimensiones de la cultura, el contrario, las exaltan, las hacen
un recurso desesperado (destruir la en la medida en que su base se hace fructificar y les abren nuevas poten-
ilusión representacional a como dé “textual”. cias. Este sujeto transpersonal no se
lugar, con el fin de demostrar que contenta con minar inteligencias in-
toda realidad no es más que el “efec- En la tercera fase, el concepto de dividuales, sino que hace crecer una
to” del lenguaje, que el mundo es totalidad (y también las estéticas de forma de inteligencia cualitativa-
siempre representación), puede apre- la totalidad) es relativizado. Sin em- mente diferente, que viene a añadir-
ciarse desde otra perspectiva: la de la bargo, la idea de universalidad no des- se a las inteligencias personales, una
cibercultura. aparece, sino que se comprende de especie de cerebro colectivo o de
otra manera: ya no depende del cie- hipercorteza.
Pierre Lévy, en su artículo “So- rre del sentido (de la clausura
bre la cibercultura” (1998), distingue semántica), de la posibilidad de
tres momentos de la evolución cul- completar un trayecto, sino de la po- El autor y la obra en la
tural así: sibilidad de conectar muchos: la in- cibercultura
terconexión generalizada.
• El de sociedades pequeñas y La filosofía posmoderna ha des-
cerradas, de cultura oral, que En la medida en que la interco- crito muy bien el estallido de la
vivían una totalidad sin uni- nexión y el dinamismo en tiempo real totalización, cuando descubre que ya
versalidad. de las memorias en línea hacen de nue- no hay un sólo sentido sino una mul-
vo compartir el mismo contexto titud de proposiciones que luchan
• El de las sociedades “civiliza- (como en la situación anterior a la por su legitimidad (y se hace imposi-
das”, imperiales, que utilizaban escritura), se disuelve la pragmática ble entonces, la consistencia, el
la escritura e hicieron surgir una de comunicación que se había vincu- metarrelato). Pero la posmodernidad
universalidad totalizadora. lado a lo universal y a la totalidad y confundió totalidad con universali-
se empieza a dar una comunicación dad. En palabras de Lévy, “la posmo-
• El de la cibercultura, que co- recíproca, interactiva, ininterrumpi- dernidad tiró el bebé de lo universal
rresponde a la mundialización da, unida a una comunidad activa dentro del agua sucia de la totalidad”
concreta de las sociedades, e (Lévy, 2007). Emerge un nuevo uni- (Lévy, 2007: 94). Si bien la totalidad
inventa una universalidad sin versal que, en cuanto más universal puede entenderse como el consenso
totalidad. (interconectado, extendido, interac- estabilizado del sentido (discurso, si-
tivo) es menos totalizador, pues cada tuación, conjunto de acontecimien-
Lo común de estos tres tipos de conexión, cada nuevo aporte añade tos, sistema, etc.), la universalidad
cultura es la idea de universalidad. heterogeneidad, nuevas fuentes de in- debe entenderse como la presencia
Mientras en el primero era posible formación, nuevas líneas de fuga y (virtual) de la humanidad en ella mis-
el sentido, éste (la totalidad del co- nos hace participar más intensamen- ma, y esa presencia virtual, en la
nocimiento) era apenas local, restrin- te. Ya no se hace necesario fijar, ni cibercultura, aparece desligada de la
gido a la tradición, cerrado. En las construir homogéneamente. Un nue- condición de identidad global en el
sociedades modernas, debido al des- vo universal que tiene como dis- sentido (mismidad) y se define más
cubrimiento de la escritura, se hace positivo el ciberespacio, entendido bien como posibilidad de comunión
posible una práctica de la universa- como práctica de comunicación en la diferencia.
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gunda idea complementa la primera 2. Concretamente, nuestra expe- ción de la escritura y de la lectura
al sostener que esa “encarnación” de riencia particular con la narrativa (profundidad), ¿se puede pedir algo
las ideas posestructuralistas y posmo- digital nos ha conducido por el ca- más? Sí. Y es precisamente lo que jus-
dernas se ha producido gracias a la mino de una interactividad participa- tifica el nuevo proyecto (al que le
emergencia de un nuevo dispositivo tiva creciente: desde la creación de hemos dado el nombre de narrato-
cultural, cuya infraestructura es el Gabriella infinita2 , un hipermedia para pedia4 ): dar el paso hacia el paradig-
ciberespacio y cuyo programa es la “explorar” y para “leer”, hasta Golpe ma de la creación colectiva, máxima
cibercultura. La tercera consiste en la de gracia3 , que potencia la participa- expresión de la interactividad partici-
adherencia a la mirada, según la cual, ción del usuario, permitiéndole pativa, abandonar definitivamente el
la emergencia de la cibercultura no interactuar con distintos escenarios esquema de la creación de autor para
responde tanto a un simple deter- tanto narrativos como discursivos. disponer ahora los medios de la ex-
minismo tecnológico (producto de la Sin embargo, a partir de ahí hemos presión grupal.
consolidación de las llamadas
“nuevas tecnologías de la in- Siguiendo a David Casa-
formación y la comunica- cuberta (2003), la más signi-
ción”) como a una compleja ficativa e importante de las
convergencia de ideas, pro- revoluciones de la cultura
yectos sociales, utopías, inte- digital es la creación colectiva,
reses económicos y estrategias favorecida hoy como nunca
de poder que ha encontrado por las llamadas teconologías
en ciertas condiciones del de la cooperación (Rehing-
ambiente contemporáneo pold, 2002) o software social.
una salida viable aunque no Efectivamente, el centro de la
necesariamente homogénea. cultura ha dejado de ser el
Finalmente, con la cuarta autor, el artista, para pasar a
hago mía la advertencia de ser el espectador. Las obras
Michelle Serres en su bello e culturales de la cultura digital
iluminador Atlas, según la ya no se construyen en forma
cual, ninguna técnica tiene individual, sino de forma co-
posibilidades de extenderse si lectiva. Por tanto, el artista
no reactiva una aptitud, hu- deja de ser creador stricto
mana o cultural, ya existente sensu para convertirse en pro-
(Serres, 1995). Esto es: de ductor. El artista desarrolla
nada sirve el mundo virtual Cultura Tumaco. Silbato en cerámica de 13.5 cm de alto (detalle). 500 a. una herramienta que luego
si no lo entendemos y lo po- C. al s. I d. C. (r). Archivo fotográfico del ICC. será el público el que la use,
tenciamos como el medio desarrolle y difunda según sus
para hacer posibles muchos de los llegado a un punto de quiebre: o pro- intereses, que no tienen por qué co-
sueños entrevistos en nuestras visio- ducimos obras del modo en que lo incidir ni estar influenciados por la
nes posmodernas. O, de otra forma: hemos venido haciendo (es decir, voluntad original del artista. El tra-
es tarea de los actores sociales, y en reuniendo ad-hoc equipos especiali- bajo del artista es literalmente el de
especial de los activistas culturales, la zados al estilo de los equipos cinema- un médium: ofrecer una estructura,
consolidación de una cibercultura. tográficos), lo que resulta en obras una herramienta, un medio en el que
Implícitas unas veces, evidentes otras, de “autor” para ser usadas más o sea el espectador el que se exprese,
estas cuatro ideas constituyen el so- menos pasivamente, o nos lanzamos en el que sea el espectador el que cree.
porte de la exposición que sobre la a un cambio de paradigma: es cierto,
figura del autor y sus consecuencias con Golpe de gracia logramos una alta Narratopedia quiere ser eso: una
para lo que he llamado los nuevos interactividad, una muy buena arti- plataforma, un espacio multidimen-
órdenes de la creación artística, he culación multimedial, una bella sional de representaciones dinámicas
querido plantear en este artículo. multiformidad, así como la promo- e interactivas. Parafraseando a Piérre
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