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IX SIMPOSIO BÍBLICO-TEOLÓGICO SUDAMERICANO

DECLARACIÓN DE CONSENSO

Nosotros, los participantes del IX Simposio Bíblico-Teológico Sudamericano realizado


en Foz do Iguaçú, Paraná, Brasil, los días 20 al 23 de mayo de 2011, después de un
estudio reverente y profundo del tema “Pneumatología: persona y obra del Espíritu
Santo”, consignamos esta declaración de consenso, en la cual, en armonía con las
creencias bíblicas sustentadas por la Iglesia Adventista del Séptimo Día, reafirmamos
las siguientes convicciones:

1. El Espíritu Santo es la tercera Persona de la Deidad, coeterno con el Padre y el


Hijo, coparticipante en la obra de creación, sustentación y redención del ser
humano, tal como lo presentan el Antiguo Testamento (Sal 104:29, 30; Is
48:16; Ez 36:25-27) y el Nuevo Testamento (Tit 3:5; 1 Pe 1:2).

2. El Espíritu Santo reveló la verdad a los profetas y apóstoles, los inspiró al


registrarla en las Santas Escrituras, e ilumina a los creyentes para
comprenderla (2 Pe 1:21; 2 Co 4:6).

3. La misión del Espíritu Santo es fundamentalmente cristocéntrica, dando


testimonio de Cristo y conduciendo a los seres humanos al Salvador (Jn 14:26;
15:26; 16:14).

4. La obra del Espíritu Santo es esencial para la salvación de los pecadores,


convenciéndolos de pecado, llamándolos al arrepentimiento, produciendo en
ellos el nuevo nacimiento, el crecimiento espiritual y la santificación (1 Sm
10:6; Jn 3:5-8; 16:8; 2 Ts 2:13).

5. El bautismo del Espíritu está directamente relacionado, en el Nuevo


Testamento, con el bautismo de agua y constituye el medio de incorporación
del creyente al cuerpo de Cristo, que es la iglesia (Mt 3:11; 28:19-20; Rm 6:1-
6).

6. La evidencia concluyente de la presencia del Espíritu Santo en el creyente es la


obediencia a la Palabra de Dios (Hch 5:32) y la manifestación del fruto del
Espíritu en su vida (Ez 36:27; Ga 5:22, 23).
7. El Espíritu Santo guía a la iglesia desde su fundación hasta la segunda venida, y
otorga dones a los creyentes para la edificación y la unidad del cuerpo de
Cristo (Neh 9:30; 1 Co 12:4-11; Ef 4:7-13; 2 Pe 1:5-8).

8. El Espíritu Santo respeta la voluntad del individuo de modo que éste conserva
el uso de su raciocinio y capacidad de decisión (1 Co 14:26-33).

9. Dependemos del poder capacitador del Espíritu Santo para el cumplimiento de


la misión evangelizadora encomendada por Cristo a la iglesia (Lc 24:49; Hch
1:8).

10.Reconocemos nuestra necesidad del derramamiento pleno del Espíritu Santo


en los días finales de la historia de este mundo a fin de prepararnos y preparar
a otros para el segundo advenimiento de Cristo (Joel 2:28, 29; Hch 3:19, 20).

Considerando las convicciones expresadas, es nuestro ferviente deseo buscar el


reavivamiento, la reforma, y el derramamiento pleno del Espíritu Santo en la
lluvia tardía de modo que él nos utilice para terminar la predicación del evangelio
al mundo.

Comisión de redacción:

Presidente: Alberto R. Timm (SALT-DSA)


Secretario: Carlos A. Steger (SALT-UAP)
Miembros: Ángel Manuel Rodríguez (BRI)
Cristhian Alvarez Zaldúa (SALT-ITSAE)
Davi Tavares (SALT-FAAMA)
Elías Brasil de Souza (SALT-IAENE)
Emilson dos Reis (SALT-UNASP-EC)
Marcos Blanco (ACES)
Rubens Lessa (CPB)
Segundo Teófilo Correa (SALT-UAB)
Víctor Choroco (SALT-UPeU)
Walter Alaña (SALT-UnACH)

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