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Rosario, 2010
Índice
Palabras preliminares
Andrea Lluch - Marisa Moroni............................................................................ 11
Palabras preliminares
E
ste libro es el resultado de un proyecto de investigación1 y, por lo tanto, de un
esfuerzo colectivo de un grupo investigadores cuyo propósito es avanzar en
el conocimiento histórico de las sociedades territorianas pampeana y extra-
pampeanas. El estudio de los Territorios Nacionales –entendiendo por ello los vastos
y heterogéneos espacios conformados mediante la ley 1532 de 1884 que estableció
su dependencia del Estado central hasta mediados del siglo XX– se inserta, a su vez,
dentro de un amplio movimiento que busca discutir las particularidades de las econo-
mías de reciente asentamiento, de las cuales Argentina fue uno de los ejemplos más
clásicos del mundo contemporáneo.
La comprensión de los aspectos involucrados en la conformación y evolución
histórica de las dinámicas sociedades territorianas permitirá abrir un diálogo fructífero
con la extensa producción académica para áreas de mayor antigüedad de asentamiento
y, en especial, con otros espacios del ámbito patagónico y del norte argentino. Como
queda expuesto en estas páginas, el estudio de estas sociedades conlleva múltiples
desafíos analíticos y metodológicos. Asimismo, los artículos aquí reunidos exploran
distintas dimensiones económicas y sociales, contribuyendo a un debate historiográfi-
co que hasta el momento ha privilegiado los aspectos políticos.
Además del espacial, otro eje que aglutina los distintos capítulos del libro recae
en la atención sobre las instituciones. A pesar de la inexistencia de una definición uná-
nimemente aceptada, una de las más reconocidas es la de Douglas North quien define
a las instituciones como: “Las reglas de juego en una sociedad”.2 En un sentido más
amplio puede entenderse que las instituciones son el conjunto de reglas que articulan
y organizan las interacciones económicas, sociales y políticas entre los individuos
y los grupos sociales. Partiendo de esta definición, los textos congregados en este
volumen despliegan la desigual conformación de las tramas institucionales y de las
Sobre estos temas en particular se explayan los trabajos que componen el segun-
do eje del libro. Dentro del complejo y dinámico proceso de formación estatal, los ar-
tículos reunidos adoptan una dimensión analítica capaz de integrar las variadas iden-
tidades regionales y de registrar las disímiles capacidades del Estado nacional para
intervenir en los márgenes. La atención de los autores se concentró en la conforma-
ción de diferentes instituciones sociales, muchas de ellas de alcance nacional, a partir
del estudio de la legislación específica pero en especial considerando el surgimiento
y consolidación de un campo de acción profesional y de los actores que incidieron en
ellas (médicos, abogados, ingenieros agrónomos, maestros, jueces, sacerdotes, veci-
nos). En este sentido, el artículo de María Silvia Di Liscia focaliza su atención en las
campañas sanitarias realizadas en el interior argentino donde las características de
una geografía difícil, con una población dispersa y sin una estructura institucional pú-
blica motivaron la desterritorialización de las prácticas médicas públicas. La autora
propone el abordaje de los recorridos sanitarios en los territorios que se encontraban
fuera del alcance de la modernización ocurrida en las grandes ciudades del Litoral,
reconociendo en las campañas sanitarias, además del papel médico tradicional, un
interés político por intentar incluir dentro de la “nación” a nuevos sectores sociales.
En esta misma línea que considera la implementación de políticas sanitarias es-
tatales se encuadra el trabajo realizado por Maria José Billorou. La autora se explaya
sobre la protección a la infancia como uno de los tópicos centrales de la creciente pre-
ocupación por la salud a principios del siglo XX. El artículo examina los lineamientos
gestados por la Dirección de Maternidad de Infancia y de la Comisión Nacional de
Ayuda Escolar en el Territorio Nacional de La Pampa. Al mismo tiempo, destaca la
mediación de distintos agentes estatales y de los pobladores en la ejecución concreta
de las políticas asistenciales durante la primera mitad del siglo XX. A través del análi-
sis de la instalación de comedores escolares y, en especial, desde el rol de la sociedad
civil como su principal sostén, el artículo postula las dificultades para el financiamien-
to y la asistencia integral a la infancia en el interior argentino.
La reconstrucción del andamiaje institucional permite aproximarnos a los cam-
bios y continuidades en las políticas públicas y la participación de diferentes actores
alrededor de las políticas sanitarias. Estas dimensiones se interrelacionan directa-
mente con la recreación y el deporte como ámbito de intervención estatal respecto
al cuidado y control del cuerpo tal como reseña el artículo de Stella Cornelis. Esta
contribución arroja luz sobre las primeras políticas estatales para el deporte en La
Pampa durante las décadas de 1930 y 1940 y nos introduce en la vida institucional de
los clubes convocados por la Gobernación para acordar una planificación deportiva
uniforme. Específicamente, el artículo examina los intentos de fomentar el deporte
mediante la creación de la Comisión Oficial de Fomento, Turismo y Deportes y el
creciente interés por el cuidado del cuerpo durante el mandato del gobernador Duval
entre 1939 y 1946.
Palabras preliminares 15
Instituciones económicas
Tierras, mercados y actores
18 Tierra adentro...
Producción y redes de comercializaciónc 19
L
Introducción
os inicios de la actividad lanar en la Argentina se remontan a la etapa colonial.
Sin embargo, recién en las primeras décadas del siglo XIX se produjo una
especialización productiva que derivó más tarde en la ocupación progresiva de
la frontera bonaerense y el desplazamiento de los vacunos hacia nuevas áreas. Este
desarrollo adquirió una fabulosa magnitud hacia mediados del siglo XIX cuando la
lana se convirtió en el motor de las exportaciones argentinas.1 La historiografía ha
prestado especial atención a este primer período pero no ha considerado el desarrollo
de la actividad lanar durante la primera mitad del siglo XX, con la excepción de los
estudios para el área patagónica.
En la primera sección, este artículo se propone mostrar que la producción ovina
constituía un rasgo significativo de la economía del Territorio Nacional de La Pampa
a fines del siglo XIX. A la par, postula que existió un segundo boom lanar luego de
la crisis de 1930, asociado a la complementariedad entre actividades ganaderas y al
paulatino retroceso de la agricultura. Asimismo, se propone la especificidad de los
ciclos del lanar en el Territorio Nacional de La Pampa, detectándose diferencias con
la provincia de Buenos Aires y la Patagonia.
El segundo objetivo del artículo es reconstruir las instituciones económicas que
vertebraron el proceso productivo y la comercialización de lanas durante la primera
mitad del siglo XX. Para ello, se describen los canales de comercialización del lanar,
analizando los roles y prácticas de los productores-criadores, intermediarios comer-
ciales locales, representantes de barracas y firmas consignatarias.
1 Si bien se habla de la fiebre del lanar como un fenómeno típicamente bonaerense, esta actividad tam-
bién se expandió en la misma época en otras zonas del litoral como Entre Ríos, donde de una presencia
de un millón de animales en el período 1845-1855 se pasó a seis millones en 1866. Véase BARSKY,
Osvaldo y DJENDEREDJIAN, Julio Historia del capitalismo agrario pampeano, Universidad de Bel-
grano-Siglo XXI, Buenos Aires, 2003, p. 316.
20 Tierra adentro...
2 La literatura teórica al respecto es muy extensa, algunas obras de referencia básica al respec-
to: EGGERSTSSON, T Economic Behavior and Institutions, Cambridge University Press, Cambridge,
1991; NORTH, Douglass Institutions, Institutional Change and Economic Performance, Cambridge
University Press, Cambridge, 1990; PEJOVICH, S. Fundamentos de economía. Un enfoque basado en
los derechos de propiedad, FCE, México, 1985. Una síntesis de los principales fundamentos teóricos
en AYALA ESPINO, José Instituciones y economía. Una introducción al neoinstitucionalismo econó-
mico, FCE, México, 1999.
3 Es importante señalar que esta investigación no sería posible sin los aportes brindados por las familias
Fernández, Lernoud, Coya y Russo, respectivamente. Ellos con su gesto han dado muestra de su com-
promiso con la conservación y difusión del patrimonio cultural pampeano, actitud que agradecemos
infinitamente.
4 Si bien existen algunos estudios de larga data sobre la actividad ganadera en Argentina (por ejem-
plo, GIBERTI, Horacio Historia económica de la ganadería argentina, Raidal, Buenos Aires, 1954),
no hubo una dedicación específica al estudio de la economía lanera argentina hasta SÁBATO Hilda,
Capitalismo y ganadería en Buenos Aires: la fiebre del lanar (1850-1890), Sudamericana, Buenos
Aires, 1989. Ver también ADELMAN, Jeremy Frontier Development. Land, labour and capital on
the wheathlands of Argentina and Canada, 1890-1914, Clarendon Press, Oxford, 1994. Otras valiosas
referencias sobre el tema en BANDIERI, Susana Historia de la Patagonia, Sudamericana, Buenos
Aires, 2005 y REGUERA, Andrea Patrón de Estancias. Ramón Santamarina: una biografía de fortuna
y poder en la pampa, Eudeba, Buenos Aires, 2006, entre otros.
Producción y redes de comercialización de lanas 21
5 La lana merino era más apta para el cardado, en donde el producto natural era partido y enlazado me-
diante un procedimiento industrial que finalizaba con el torcido, formándose hilos ondulados y rizados,
muy largos. Por su parte, la lana de raza Lincoln era más apta para el proceso de peine, en donde el hilo
se estiraba y torcía para formar géneros de lana lisa; BARSKY, Osvaldo y DJENDEREDJIAN, Julio
Historia del capitalismo…, cit., p. 336.
6 LIX KLETT, Carlos Estudios sobre producción, comercio, finanzas é intereses generales de la Repú-
blica Argentina, Thailhade y Roselli, Buenos Aires, 1900. Según el Censo Ganadero de 1930, la raza
merino argentino cubría todavía el 27%, en tanto el merino australiano estaba prácticamente extinguido
(0,96%). La raza Lincoln hacía lo propio con el 63% de los lanares, Rommey Marsh el 4% y otras razas
de menor peso como Corriedale y Hampshire Down.
22 Tierra adentro...
Cuadro 1
Existencia de ganado lanar en Argentina, 1888-1947
Provincia o Territorio Censo 1888 Censo 1895 Censo 1908 Censo 1914 Censo 1930 Censo 1937 Censo 1947
Buenos Aires 51.557.750 52.630.451 34.604.972 18.776.260 14.086.741 13.908.364
Entre Ríos 4.901.123 6.210.185 7.005.469 4.304.305 3.396.295 2.330.831
Córdoba 2.355.030 2.594.662 1.992.110 1.410.486 1.109.783 1.445.792
Santa Fe 2.977.382 1.988.777 969.406 563.896 532.600 500.017
La Pampa 1.670.393 5.295.177 4.809.077 2.282.823 2.253.070 3.003.622 4.410.303
Corrientes 611.085 1.405.101 3.138.563 2.348.584 3.298.657 2.393.341
Río Negro 287.940 1.009.777 4.724.844 2.802.282 2.315.985 2.622.041
Santa Cruz - 369.264 2.387.566 3.940.616 6.880.392 7.503.568
Chubut - 47.306 2.123.628 2.047.037 5.004.173 5.163.910
Otras prov. y territorios 2.340.394 2.828.862 5.456.119 4.749.163 5.535.525 5.011.242
Totales del país 66.701.097 74.379.562 67.211.754 43.225.452 44.413.221 43.882.728 50.857.000
% La Pampa / Total 2,5% 7,1% 7,2% 5,3% 5,1% 6,8% 8,7%
Cuadro 2
Existencias ganaderas, Territorio Nacional de La Pampa, distintos años
1889 1895 1906 1914 1920 1930 1937 1947 1960 1978
vacuno 476.929 530.162 443.490 561.264 919.353 894.174 1.292.936 1.471.700 1.961.587 3.492.448
ovino 1.674.893 5.295.177 6.567.461 2.282.823 2.490.395 2.253.070 3.003.622 4.418.203 3.555.894 1.130.832
caballar 110.125 229.003 243.119 364.791 371.836 464.118 360.486 289.401 170.023 92.095
caprino 115.165 89.670 74.056 139.447
UGM 823.947 1.478.313 1.568.321 1.302.606 1.695.447 1.755.955 2.118.996 2.385.727 2.618.603 3.748.921
TOTAL 2.151.822 6.054.342 7.254.070 3.208.878 3.781.584 3.611.362 4.657.044 6.179.304 5.687.504 4.715.375
1889 1895 1906 1914 1920 1930 1937 1947 1960 1978
%bovino 58% 36% 28% 43% 54% 51% 61% 62% 75% 93%
%ovino 25% 45% 52% 22% 18% 16% 18% 23% 17% 4%
%caballar 17% 19% 19% 35% 27% 33% 21% 15% 8% 3%
100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%
Gráfico 1
Lanares en La Pampa, 1889-1978
7000000
6000000
5000000
4000000
3000000 ovino
2000000
1000000
0
1889
1895
1906
1908
1914
1916
1917
1920
1989
1937
1938
1947
1960
1978
1920
El dominio del ovino dentro de las UGM del Territorio de La Pampa se prolongó hasta
entrado el siglo XX. En 1905 el lanar representaba el 52% del total de las UGM, para
iniciar sólo a partir de 1910 un sostenido descenso, esta vez a tono con la tendencia de
desplazamiento del ovino hacia las tierras del oeste. A partir de esos años, y en coin-
cidencia con la expansión agrícola y el mejoramiento del ganado vacuno, en la franja
24 Tierra adentro...
8 La participación de la lana argentina en el comercio mundial era del 3,7% a fines de los años 1920. En
estos años se produjo un crecimiento en las cantidades comerciadas, producto de una mayor especia-
lización: los países europeos disminuyeron su producción y las naciones exportadoras (especialmente,
Australia, Sudáfrica y Nueva Zelandia) aumentaron la suya; citado en LLACH, Lucas Cuando desena-
morarse es de a dos; Argentina y el mercado mundial de sus productos, 1920s-1976, CEPAL, Buenos
Aires, 2006, pp. 40 y 45.
9 La Patagonia, que para 1888 contaba con apenas 300.000 lanares, incrementó sus majadas a 11,2 mi-
llones en sólo veinte años, hasta alcanzar un stock de 16 millones en 1930. Debe indicarse igualmente
que, en particular, fueron las tierras de la meseta y del área costera más cercanas al mercado bonaeren-
se, como el norte de Santa Cruz, Chubut y Río Negro, las zonas esencialmente productoras de lana y
más tarde de carne con destino a los mercados externos. Véase el artículo de Graciela Blanco en este
mismo volumen.
10 Véase OLMOS, Selva “Vida productiva, empresas y productores rurales en La Pampa territoriana
(siglos XIX y XX)”, Informe de Investigacion, Beca de Investigación, Subprograma Becas de Perfec-
cionamiento en Investigación, IESH-FCH, UNLPam, 2009.
Producción y redes de comercialización de lanas 25
Cuadro 3
Existencia de lanares por departamentos, 1930-1947
Cuadro 4
Existencias ovinas por departamentos, 1930-1960
Departamento 1930 1937 1947 1960
Atreucó 113.539 165.432 187.462 179.058
Caleu Caleu 106.922 226.018 252.656 89.133
Capital 71.588 129.207 212.924 213.106
Catriló 201.528 180.000 224.577 221.859
Chadileo 114.356 85.782 142.782 86.976
Chapadleufú 83.215 85.929 90.271 97.670
Chicalcó 60.823 29.975 57.645 23.230
Conhelo 60.946 134.852 266.824 235.222
Cura Có 130.207 105.603 178.234 87.267
Guatraché 62.006 88.515 122.334 116.171
Hucal 67.429 98.749 13.791 104.551
Lihué Calel 221.770 80.025 312.617 169.851
Limay Mahuida 93.904 194.363 116.116 83.478
Loventué 183.460 253.653 288.425 227.485
Maracó 70.357 115.332 188.132 176.128
Puelén 16.115 17.955 36.514 28.580
Quemú Quemú 75.872 135.482 225.623 266.028
Rancul 46.546 150.587 243.542 177.026
Realicó 67.212 177.120 227.220 250.628
Toay 89.001 71.293 145.637 232.726
Trenel 32.032 152.922 268.320 220.123
Utracán 284.242 324.828 495.787 267.597
Gráfico 2
Existencias ovinas por departamentos, 1930-1947
600000
500000
400000
300000
200000
100000
0
M l
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13 Los otros productos considerados en este análisis fueron: las carnes (30,2%, 1972), trigo (29,1%,
1929), maíz (26,9%, 1936), lana (24,1%, 1938), lino (14,5%, 1932), cueros (11%, 1949); véa-
se LLACH, Lucas Cuando desenamorarse…, cit.
14 LLACH, Lucas Cuando desenamorarse…, cit., p. 45.
15 Argentina Review, Roberts, Meynell & Co, núm. 1, 1940, p. 9.
28 Tierra adentro...
interno absorbido por la industria local fue creciendo y llegó a duplicarse pasando de
las 25,6 mil tn en 1939-40 a 52,9 mil tn en 1944-45.16
La notable expansión de la producción de lanas en La Pampa durante este segun-
do boom lanar se observa en el incremento de las ventas en el Mercado Central. En
el período 1925-1935 las ventas fueron en promedio 1.930.000 kg,17 mientras que en
1940 alcanzaron los 8.100.110 kg aportando La Pampa el 11,21% del total del país
(dominado en un 36,5% por Buenos Aires, el 20,14% por Santa Cruz y 12,86% por
Chubut).18 Las ventas de ganado ovino realizadas en este mismo mercado alcanzaron
las 590.504 cabezas. En cuanto al stock de lanares, aumentó la participación relativa
del Territorio, el cual por primera vez llegó casi al 9% (récord histórico). Por tanto,
corroboramos la hipótesis de un incremento de la orientación ovina en el espacio pro-
ductivo pampeano, visible aún hacia 1950. Esta imagen suavizaría las perspectivas
que daban cuenta de un temprano corrimiento de los ovinos hacia la Patagonia y por
ende de un territorio pampeano –y bonaerense– poblado de vacunos para esta época.
A partir de la década de 1950 comenzó la declinación del sector lanar en Ar-
gentina y en La Pampa.19 La población ovina disminuyó entre 1950 y 1980 en 35,2
millones de cabezas (31%), mientras que la producción de lana lo hizo en un 34,5%.20
En La Pampa la caída fue más abrupta aún ya que entre 1947 y 1978 se redujo la
población ovina en un 75%, participando apenas entonces con el 4% en las UGM, el
registro más bajo desde 1889 (cuadros 1 y 2).
Diferentes razones, de índole internacional y local, explicarían esta situación. En
el primer caso, el descenso en el precio fue una variable central. Entre 1910 y 1930,
el precio de la lana (en dólares constantes) era cinco veces superior al de 1992-96.
En tal sentido, si bien hubo períodos de recuperación a partir de 1950 el precio de
la lana muestra una de las tendencias declinantes más pronunciadas dentro de los
productos agropecuarios.21 La baja en la demanda de lanas en el largo plazo estuvo
asociada con un menor consumo mundial y la creciente competencia ejercida por las
16 DI TELLA, Guido y ZYMELMAN, Manuel Las etapas del desarrollo económico argentino, Eudeba,
Buenos Aires, 1967.
17 Memoria Presentada al Superior Gobierno de La Nación, Año 1935, Gobernación de La Pampa, Santa
Rosa, 1936, p. 110.
18 DUVAL, Miguel Memoria presentada al Superior Gobierno de la Nación, Período: 1940-1941, Ta-
lleres Gráficos de la Gobernación de La Pampa, Santa Rosa, 1941, p. 201. Cifras de la Dirección de
Economía Rural y Estadística.
19 No fue así en toda la Patagonia, por ejemplo Santa Cruz mantuvo relativamente estables sus stocks
entre 1930 y 1975 y el descenso se produjo a partir de los años 1980.
20 En los años 1960 descendió a 50 millones de cabezas, en la década de 1980 a 32 millones y luego de la
crisis de los años 1990 continuó en disminución, siendo la cifra oficial cercana a los 12,5 millones de
cabezas.
21 [En línea] http://www.zonaeconomica.com/explotaciones-ovinas/actividad-lanera.
Producción y redes de comercialización de lanas 29
fibras sintéticas en los países desarrollados.22 En cuanto a los factores de orden interno
pueden mencionarse las políticas cambiarias y la tendencia dominante –aun en zonas
marginales– de reconversión a la cría de ganado bovino en la región pampeana (donde
podrían haber jugado procesos como la disminución de la capacidad receptiva de estas
tierras).
En síntesis, esta sección ha pretendido mostrar que junto a la reconocida fiebre
del lanar de fines del siglo XX el Territorio Nacional de La Pampa vivió un segundo
boom lanar entre 1937 y 1950. Asimismo se ha propuesto la especificidad de los ciclos
en La Pampa, por su particular ubicación geográfica, la cual le permitió adaptarse a los
distintos vaivenes productivos. Si en Buenos Aires –en términos globales– se produjo
un paulatino pero inexorable descenso del stock lanar en el largo plazo, la dinámica de
la actividad ovina en La Pampa no respondería a idénticos parámetros. Primero tuvo
un descenso menos pronunciado entre fines del XIX e inicios del XX, luego se ob-
serva una clara meseta entre 1914-1930, debido a la menor competencia entre zonas
productivas. Este período fue seguido por una rápida reconversión y boom lanar entre
1930-1947, para finalmente experimentar un rápido descenso a partir de 1960-1970.
Estos ciclos tampoco se corresponden con la dinámica de la Patagonia, zona que –en
términos generales– experimentó una tendencia de crecimiento sostenido hasta me-
diados del siglo XX, con un descenso brusco recién a partir de los años 1980.23 No
sólo estas diferencias pueden explicarse por el tradicional desfasaje temporal respecto
a Buenos Aires en la etapa agro-exportadora, sino que también serían atribuibles al
particular emplazamiento de las tierras del entonces Territorio Nacional de La Pampa,
caracterizado por las múltiples pertenencias regionales y la diversidad de sus espacios
productivos.
22 GINÉS Santiago “La producción ovina ante un nuevo escenario. Pasado, presente y futuro de la ac-
tividad” [en línea] http://www.produccionbovina.com/produccion_ovina/produccion_ovina/07-ovino_
aapa_mza.htm.
23 Además de las referencias ya brindadas, pueden indicarse entre otros textos: CISELLI Graciela Bai-
lando al compás de la lana. El ovino: motor del desarrollo comercial de Puerto Deseado (1881-1944),
UNPSJB, Comodoro Rivadavia, 1999; GORLA, Carlos “La comercialización de las lanas de la Pata-
gonia y Tierra del Fuego. 1910-1920”, en Revista Interdisciplinaria de Estudios Agrarios, núm. 24, 1º
semestre 2006, pp. 49-80. Para la Patagonia norte, BLANCO, Graciela “Las explotaciones ganaderas
en la Patagonia: sujetos sociales, articulación comercial y organización socio-espacial”, en BANDIE-
RI, Susana; BLANCO, Graciela y VARELA, Gladys –directoras– Hecho en Patagonia. La historia
en perspectiva regional, CEHIR-UNCo, Neuquén, 2006, pp. 155-190; BANDIERI, Susana “Espacio,
economía y sociedad regional. Neuquén: el auge del ciclo ganadero y la organización social del espa-
cio. 1879-1930”, en Entrepasados. Revista de Historia, Año I, núm. 1, Buenos Aires, 1991, entre otros
textos.
30 Tierra adentro...
24 Un análisis de estos temas pero volcados hacia la producción agrícola en el Territorio Nacional de La
Pampa, LLUCH Andrea Comercio y Crédito en La Pampa a inicios del siglo XX. Un estudio sobre el
papel económico de los almacenes de ramos generales, Tesis Doctoral, Programa InterUniversitario de
Doctorado en Historia, Universidad Nacional del Centro, Tandil, 2004.
25 VILLE, Simon The Rural Entrepreneurs: A History of the Stock and Station Agent Industry in Austra-
lasia, Cambridge University Press, Cambridge, 2000, presenta un completo estudio sobre el rol de las
intermediarios (stock agencies) en la producción y comercialización de la lana en Australia.
26 LINK, Pablo Lanares y lanas..., cit., p. 60.
27 Por ejemplo, en el IX Departamento en 1914, el número de arrendatarios contabilizaba el 43% de los
predios; los propietarios el 32% y el resto eran empleados afectados a la ganadería. Y más al norte,
en el VII Departamento, con un perfil productivo ganadero, el 48% de las explotaciones estaban bajo
arriendo en un panorama de estrecho vínculo entre ganadería y propiedad. Pero si desagregamos las
explotaciones netamente ganaderas, las cifras se equilibran y dan cuenta de 35% de arrendatarios, 36%
propietarios y 29% de empleados.
Producción y redes de comercialización de lanas 31
31 El caso de Macario Russo, localizado en departamento Lihué Calel, pone de manifiesto que este pro-
ductor consignaba su lana con distintas firmas de Bahía Blanca como Lanusse y Olaciregui o Álvarez
& Olivieri (no había exclusividad). Pero también vendía partidas menores a la firma comercial Ruíz
Pérez & Cía., de General Acha. Este criador, por tanto, mantenía una actitud de diversificación respecto
a la comercialización de sus frutos. Sus estrategias también habrían dependido del tipo de producto
disponible, las perspectivas del mercado y, como indicamos, de los compromisos asumidos con di-
ferentes agentes comerciales. En 1931, por ejemplo, Russo remitió el 61% de su producción a una
casa comercial, Álvarez & Olivieri de Bahía Blanca, firma que le había provisto adelantos monetarios
(mediante giros) para solventar los gastos del arrendamiento de un campo. OLMOS, Selva Criadores
de los márgenes..., cit.
32 LLUCH, Andrea “Las manos del mercado: hacia una identificación de intermediarios comerciales
del cercano oeste (1895-1914c.)”, en DI LISCIA, María Silvia; LASSALLE, Ana María y LLUCH,
Andrea Al oeste del paraíso. La transformación del espacio natural, económico y social en La Pampa
Central (Siglos XIX-XX), Miño y Dávila-EdUNLPam, Buenos Aires, 2007, pp. 15-40.
Producción y redes de comercialización de lanas 33
33 A modo de ejemplo y según los registros de venta de Julián Russo, este productor envió lana a la firma
Lanusse y Olaciregui de Bahía Blanca en noviembre de 1933 y su precio osciló entre $0,70 para la lana
barriga cruza y $1,40 la cruza fina.
34 La calidad de la lana dependía de la finura de la hebra (medida en micrones de diámetro), la ondula-
ción, el largo de la hebra, la suavidad o tacto, el color, la forma de la mecha, el tipo de vellón, y la suar-
da o grasa. TAGLE, Ezequiel C. El merino argentino, El Ateneo, Buenos Aires, 1941. Véase también
REGUERA, Andrea “Mercados y circuitos de comercialización en estancias del sudoeste pampeano”,
en Siglo XIX, núm. 14, julio-diciembre, México, 1993, p. 48.
35 Los tipos de lana producidas y vendidas por Russo son definidas por las propias fuentes como: borrega
cruza, barriga cruza, cruza fina, segunda esquila cruza, segunda esquila cruza fina, segunda esquila
cruza gruesa, segunda esquila media gruesa y segunda esquila cruza fina media.
34 Tierra adentro...
dose a las distintas zonas de operación.36 Los beneficios del acopio iban unidos a otro
tipo de intereses y operaciones comerciales, generándose contratos interconectados.37
La modalidad típica era otorgar crédito con base en la apertura de cuentas co-
rrientes, aprovisionando a los productores de efectivo, mercaderías e insumos a lo
largo del ciclo productivo. Al igual que en zonas agrícolas, la operatoria más clásica
era el uso de vales para el pago de mano de obra y otros gastos. El grado de indepen-
dencia variaba en función del perfil de los productores, pero aun los productores más
grandes utilizaban los servicios de los comerciantes locales para conseguir mano de
obra e insumos, y realizar también otro tipo de gestiones impositivas e informativas.
Para reconstruir la dinámica operativa de estos agentes es necesario reducir la
escala de observación. Un ejemplo típico de un comerciante asentado en zonas gana-
deras es el de Severino Fernández quien en treinta y cinco años de actividad comercial
combinó el comercio minorista con la actividad ganadera (primero como arrendatario
y luego como propietario),38 la de consignatario de cueros, ganados y lanas y la de
administrador y vendedor de campos de la zona.39 La forma de hacer negocios de estos
empresarios rurales era la interrelación de distintas actividades, si bien el acopio de
frutos del país era la palanca para el comercio y la base de la expansión y crecimiento
económico.
El sistema de Severino Fernández consistió en no anticiparse y realizar opera-
ciones con lanas a partir del mes de agosto, salvo casos excepcionales.40 El flujo de
movimiento comenzaba en julio-agosto, pero en esta zona sólo a manera de prospec-
ción de lo que ocurriría durante la esquila. La magnitud de sus operaciones se incre-
mentó paulatinamente, aunque la consignación de unos 100.000 kg fue el promedio
comercializado –con variaciones entre 50.000 y 150.000 kg anuales– los cuales eran
despachados a consignación a Buenos Aires o Bahía Blanca.
36 Dicha observación es compleja de probar sólo por datos cuantitativos porque podían ser censadas las
casas como doble perfil o bien rubro predominante. No obstante, listados nominales de comerciantes
como la Guía Comercial de Ecignard de 1914 y la de De Fougères de 1905 permiten comprobar este
rasgo. Lógicamente el grado de importancia de uno y otro rubro (acopio y comercio minorista) de-
pendía de distintos factores siendo los más importantes la localización y el perfil productivo del área.
Sobre el comercio minorista rural, LLUCH, Andrea “‘Tengo que hacer las veces de médico, comisario,
comerciante, defensor de oficio...’ Repensando a los comercios rurales de la pampa argentina 1900-
1930”, en Anuario del Centro de Estudios Históricos, núm. 2-3, Prof. Carlos S. A. Segreti, Universidad
Nacional de Córdoba, Córdoba, 2003.
37 HAYAMI, Yujiro y KEIJIRO, Otsuka The Economics of Contract Choice: An Agrarian. Perspective,
Clarendon Press, Oxford, 1993.
38 Severino Fernández manejaba el arrendamiento de una parte de las 32 leguas propiedad de la familia
Fuhrmann en La Pampa hasta que en 1920 compra una hectárea y media donde estaba asentado.
39 Tanto en el Carbón como en La Vanguardia, al oficio de comerciante le sumó el de administrador de
arrendamientos de la zona. Mayor información sobre este comerciante en LLUCH, Andrea “Las manos
del mercado…”, cit.
40 Fondo Fernández, Colección Privada, Libro Copiador Correspondencia, Severino Fernández, núm. 6,
f. 372, 28 de agosto de 1916.
Producción y redes de comercialización de lanas 35
Otra de sus prácticas era no comprar lanas sin conocer previamente su condi-
ción. En función de algunas tipologías previas sobre intermediarios, se observa que
Severino Fernández no actuaba por encargo de terceros, sino que compraba lana a
productores locales, la cual era consignada junto a las de su producción. En este nivel,
se detecta una multiplicidad de situaciones. En determinados casos, y aun en contex-
tos de bajos precios, el comerciante local compraba lotes de mala calidad para cobrar
las cuentas y en otras ocasiones para conservar mis buenos clientes. Aquí se proyec-
ta la importancia de los fiados con los pequeños productores arrendatarios, los más
numerosos y débiles dentro de las cadenas de comercialización. En segundo lugar, si
decidía no comprar lanas se ocupaba de recolectarlas para enviarlas a consignación
(por cuenta y riesgo de sus clientes).
Existían tres grandes tipos de clientes: aquellos denominados amigos, con los
cuales incluso manifestaba que existían compromisos morales de comprar sus lanas.41
En estos casos se detecta un cuidado en mantenerlos (“no vendan sin consultarme, yo
traigo 3000 lienzos vacíos”)42 e incluso estaba dispuesto a pagar los precios ofrecidos
a sus clientes por otros compradores.43 En estos casos también se mostraba más confia-
do para operar porque eran lanas conocidas. El segundo tipo de cliente lo constituían
aquellos nuevos o con los cuales mantenía escasos negocios y donde las operaciones
eran aisladas, detectándose un menor interés en comprar sus lanas, salvo a precios
convenientes. Finalmente, en su contacto con los clientes-productores independientes,
su rol era menor en el proceso de comercialización de la lana pero continuaba apro-
visionándolos de crédito a corto plazo, mercaderías, gestionando diversos trámites y
también brindando asesoramiento.
Los comerciantes-acopiadores estaban en contacto permanente con los clientes.
El intercambio de información (precios, condiciones del mercado y de las lanas lo-
cales) era constante. Las ofertas por la lana incluían no sólo el precio sino también
plazos y condiciones de ventas. ¿Qué precios se pagaban? Los analistas de la época
alertaban: “la lana es un producto de precio muy oscilante, no sólo de un año a otro,
sino de un mes, de una semana y a veces de un día a otro.”44 Al analizar este proce-
so desde una perspectiva desagregada, se pueden detectar las distintas variables que
41 Fondo Fernández, Colección Privada, Libro Copiador Correspondencia, Severino Fernández, núm.
6, f. 969, 25 de junio de 1918. En esta carta enviada a la casa consignataria Chapar y Cía. de Buenos
Aires, les indicaba: “…yo tengo un compromiso moral entre algunos clientes de comprarles dentro de
los precios que rijan a principios de octubre así que aunque se gane poco, no estaré expuesto a que las
lanas me lleven a la ruina…”.
42 Fondo Fernández, Colección Privada, Libro Copiador Correspondencia, Severino Fernández, núm. 5,
f. 615, 9 de septiembre de 1915.
43 “Tengo compromiso moral de pagar por ellas lo que pueda pagar otro. Somos en este caso como Na-
poleón en Austria y cayó prisionero en la isla Santa Elena”, en Fondo Fernández, Colección Privada,
Libro Copiador Correspondencia, Severino Fernández, núm. 7, f. 9, 12 de julio de 1917.
44 LINK, Pablo Lanares y lanas…, cit., p. 217 y BANK OF BOSTON Wool Production in Argentina,
Economic Series, núm. 1, 1928, p. 17.
36 Tierra adentro...
intervenían, sin olvidar que la dinámica principal provenía de la situación global del
mercado. En los precios pagados por los acopiadores locales a sus clientes se ratifica
la importancia de la mayor o menor afluencia de compradores externos. El hecho de
que otros agentes hubieran estado dispuestos a pagar mejores precios, habría con-
tribuido a elevarlos o al menos de esto se quejaban los comerciantes locales. Esta
situación se habría repetido hasta los años 1940 cuando un informe oficial consideraba
que las “…lanas de la zona se han vendido a precios elevados, superiores a los que
normalmente se han obtenido en otros años, posiblemente a consecuencia de la entra-
da al mercado de nuevas firmas compradoras, hecho que viene a tonificar a las zonas
ovejeras del Territorio.”45
Los acopiadores locales formaban su base a partir de la información que recibían
de sus consignatarios, en función del tipo de lana y zona productora.46 No era extraño
verlos dilatar las negociaciones si no tenían referencias ni información sobre las ten-
dencias a futuro. En algunas coyunturas, las noticias de derrumbamiento de precios
los hacían paralizar todas las operaciones. Los acopiadores locales recibían ofertas de
otros compradores y los precios pagados iban generando un entramado de referencias
que fijaban pautas seguidas –o pretendidas– por los clientes. Debe recordarse que la
mayoría de los acopiadores locales no tenía vinculación directa con el mercado inter-
nacional, salvo los comerciantes más grandes que no operaban en esta zona. Dichas
perspectivas elevaban el riesgo de comprar la lana o aceptarla en parte de pago, pues
los precios podían no compensar los gastos e intereses.
En la época de esquila las tensiones por las operaciones de compra-venta de lana
se elevaban al máximo. Los productores parecen haber estado muy atentos y dispues-
tos a reclamar y averiguar posibles ofertas. La suba de precios y la presencia de com-
pradores alternativos generaban –de acuerdo a este narrador privilegiado– un estado
nervioso entre los criadores. En particular en 1916 y 1917 se ofertaron altos precios,
agudizándose los conflictos entre productores y comerciantes locales. En la corres-
pondencia de Severino Fernández no sólo se cuela la existencia de ciertos acuerdos
entre comerciantes locales por no invasión de zona sino también que las expectativas
por mayores ganancias rompían esos convenios previos y motivaban enfrentamientos
entre los comerciantes.
Severino Fernández se mostraba ciertamente cauteloso para operar en el mer-
cado lanar y sus expresiones destilaban, en algunas coyunturas, cierta resignación
(“...ya conozco operaciones en esta zona a $21 sin compromiso de esquila ni nada,
lo que equivale decir que por donde pasan esa clase de compradores no hay nada que
hacer entre gente sensata…”).47 La lógica de consignar a nombre de clientes por parte
de este comerciante se explicaría en los años 1920 por las malas experiencias previas
y por las constantes fluctuaciones de precios, sopesando lo arriesgado de comprar a
precios cotizados varios días antes de recibir la mercancía y vender a los precios que
imperaban después.48 El método de consignaciones le evitaba este riesgo. Asimismo,
con el correr del tiempo se lo observa poco propenso a inmovilizar una parte del capi-
tal en mercancías, las cuales en una mala temporada podían ser invendibles.
Hasta aquí se desprende que la competencia era múltiple, desde comerciantes-
acopiadores de zonas cercanas a operadores de las grandes barracas. También po-
drían haber actuado agentes de exportación o compradores de lanas para la industria
a partir de Primera Guerra Mundial, los cuales se internaban en el interior estimando
producción, sanidad y rendimiento de las lanas. Entre estos agentes se destacaron los
representantes de las barracas. En su origen, el oficio principal de las barracas era la
clasificación y el enfardado de la lana para su exportación, pero a medida que fue
incrementándose el comercio de lanas, esta actividad fue adquiriendo mayor impor-
tancia.
En la zona estudiada, poco a poco, se observa la presencia de los representantes
de barracas, quienes recorrían las distintas áreas productoras adquiriendo la mercade-
ría a los productores. Además de barracas más pequeñas, y de algunos otros agentes
que parecen haber actuado por orden de algunas casas de Buenos Aires o Bahía Blan-
ca, las mayores referencias apuntan a la presencia de Lahusen y Cía. Ltda., especiali-
zada en la exportación de lanas en fardos. Esta empresa fundada en 1921 tuvo una es-
trategia muy agresiva en lo comercial, expresada en una rápida extensión de su radio
de acción en todas las zonas productoras, ya sea con el establecimiento de sucursales
o mediante el envío de sus compradores ambulantes.49 En algunos años el gerente
zonal recorría las zonas y hablaba con los productores (y acopiadores locales). De
acuerdo a las palabras de Severino Fernández, cuando las barracas entraban en la zona
limitaban los márgenes de acción de los agentes locales: “…este año los comerciantes
de campaña han operado muy poco…”.50 Las referencias apuntaban a la agresividad
en las operaciones, la cual en algunos años se incrementaba por la intervención de los
agentes enviados por las casas consignatarias.
48 Esta práctica sostenida en varias temporadas ilustra que las elecciones individuales de los actores no
responden únicamente a cambios en los precios sino también a otros estímulos provenientes del entor-
no institucional y a la información disponible. Ello implica desde ya, que las elecciones pudieran ser
equivocadas y, por tanto, generar decisiones de venta-compra incorrectas.
49 En 1930 contaba con sucursales-barracas en Azul, Ayacucho, Bahía Blanca, San Antonio Oeste, Puerto
Madryn y Comodoro Rivadavia, Concordia, Resistencia y Montevideo.
50 Fondo Fernández, Colección Privada, Libro Copiador Correspondencia, Severino Fernández, núm. 2,
f. 170, 20 de octubre de 1909.
38 Tierra adentro...
Los consignatarios
Cassagne Serres definía a estos agentes como aquellos que desempeñaban negocios y
obraban a nombre propio sin tener que declarar el nombre del individuo o razón social
que les había realizado el encargo.51 Como ha sido expuesto previamente, los consig-
natarios fueron los principales intermediarios entre el productor local y los comprado-
res externos. Los negocios los llevaban a cabo sin la obligación de manifestar el nom-
bre del cliente basado en economía de tiempo y dinero. Los principales consignatarios
operaban en el Mercado Central de Frutos de Avellaneda o en el Mercado Victoria
de Bahía Blanca. La Argentina se caracterizaba por una enorme concentración de las
operaciones de lanas en Buenos Aires, plaza que disponía de la mitad de la capacidad
de almacenamiento del país.52
La habilidad para atraer a sus clientes –ya fuesen productores independientes o
comerciantes locales– dependía en gran medida de los contactos comerciales y so-
ciales que fueran capaces de establecer, no sólo en esos sectores sino también en los
círculos financieros del país. A su alrededor también se tejía otra densa red de actores
como los entregadores, capataces, clasificadores y barraqueros.
Los consignatarios recibían la lana, la clasificaban y la colocaban en el mercado
para su venta, obteniendo según la clasificación y las condiciones del producto y del
mercado, diversas cotizaciones. En este proceso, el consignatario debía hacerse cargo
de la llegada de la lana a la ciudad y cobraba una comisión por sus servicios. La casa
Lanusse y Olacirregui de Bahía Blanca, por ejemplo, se reservaba por comisión de
venta y guía un 3% del total. La lana no se vendía inmediatamente y, por lo tanto,
había un gasto por depósito y servicios conexos. Los descuentos que realizaban los
consignatarios se correspondían, en general, con cinco rubros: fletes y descarga; alma-
cenaje; balanza, peones y entrega; seguro y comisión de venta.
El sistema de consignación no parece haber sufrido enormes diferencias entre
fines del siglo XIX e inicios de los años 1930, aunque se detecta una mayor especia-
lización a medida que avanza el siglo XX. También se habría mantenido la tendencia
a que los consignatarios no se limitaran a aceptar la mercadería en consignación sino
que compraban por encargo de algún cliente o por cuenta propia (a veces para realizar
operaciones de especulación).
La información era uno de los factores más decisivos para vertebrar las relacio-
nes entre consignatarios y clientes, ya que proveían a estos últimos de conocimientos
para definir estrategias y planificar el rumbo económico.53 La correspondencia entre
consignatarios y clientes se estructuraba a partir de los informes de mercado, aunque
51 CASSAGNE SERRES, Alberto Comercio de nuestros frutos, Cabaut, Buenos Aires, 1910, p. 209.
52 CASSAGNE SERRES, Alberto Establecimientos Ganaderos, Baiocco & Cía, Buenos Aires, 1925.
53 STIGLER, George “The economics of information”, en The Journal of political economy, Vol. 69,
núm. 3, june, 1961, pp. 213; STIGLITZ, Joseph “Information and Economic Analysis: A Perspective”,
en Economic Journal, Vol. 95, Supplement: Conference Papers, 1985, pp. 21-41, entre otros.
Producción y redes de comercialización de lanas 39
las cartas también traslucen problemas con las remesas, faltantes de carros, recepción
de envíos por huelgas, entre otros temas.
Otro aspecto que acaparaba atención en las relaciones entre clientes y consigna-
tarios se refería a la calidad de la lana consignada. Aquí se materializa una situación
crítica y propia del mercado de lanas en Argentina. Si bien los atributos físicos de la
lana podrían haber ayudado a mejorar la eficiencia de las transacciones, debido a la
inexistencia de una clasificación científica-técnica se producían constantes tensiones
en las cadenas de comercialización. No es de extrañar que la proximidad fuera una de
las ventajas relativas de los agentes locales por sobre otros intermediarios y, por ello,
los consignatarios preferían interponerlos en sus operaciones con los productores.
Una vez realizada la venta, el consignatario enviaba al cliente la liquidación, la
cual consistía en un informe detallando el lote al que pertenecía la lana vendida, el tipo
y el precio unitario, el comprador (exportador), el total obtenido, y los distintos des-
cuentos realizados. En esta instancia se ajustaban las distintas operaciones de créditos
y débitos.54 Detrás de la formalización de estas operaciones se encontraba un aspecto
central: la financiación. Las casas consignatarias eran el respaldo con el que contaban
estos agentes locales (ya fueran comerciantes o productores independientes) para fi-
nanciar el ciclo productivo y acceder a financiación de corto plazo, contribuyendo con
ello a otorgar liquidez a la economía zonal.
En el caso de los comerciantes, la operatoria se ajustaba a cánones similares a los
detectados para acopiadores de cereales (aunque sin formalizarse contratos de ventas).
Para los comerciantes rurales más chicos, los consignatarios eran su principal base de
financiamiento para atender la habilitación productiva a sus clientes y sus compromi-
sos comerciales. Por ejemplo, Severino Fernández giraba en descubierto sobre Casa
Chapar, la cual además de consignataria eran proveedora de mercaderías. En general,
el procedimiento típico era que les informara: “…tengo que manifestarles que siendo
el 1° de julio el pago del arrendamiento de campo, desde esa fecha tendré que girar en
descubierto, bajo el sistema de siempre, hasta que yo pueda vender haciendas o remi-
tir frutos…”.55 En el caso de los productores independientes, la dinámica era equiva-
lente. Una vez realizada la venta, el consignatario les acreditaba la suma obtenida a los
productores en el haber de su cuenta corriente, mientras que en el debe se asentaban
las órdenes de pago y los giros pagados a su orden en períodos previos. Cabe indicar
que no siempre el comerciante o productor era deudor sino que los saldos fluctuaban
de acuerdo con las liquidaciones de plaza y los vaivenes productivos y de mercado.56
Conclusiones
La Pampa no fue una provincia dominante en las estadísticas productivas de la lana
pero tampoco su participación fue menor, particularmente en dos coyunturas: luego
del reacomodamiento de los planteles lanares de la provincia de Buenos Aires a fines
del siglo XIX y en el interregno entre 1937-1950 ca. Asimismo, otro rasgo detectado
fue que, salvo en algunas zonas, no se produjo una fuerte especialización hacia la
producción ovina sino su complementariedad con otras actividades. También hemos
propuesto la diversidad de situaciones productivas y de acceso a los mercados, me-
diante la articulación de una densa red de comercialización.
a favor de Fernández por valores de $53.082 en octubre, de $54.893 en julio, de $62.094 en abril y de
$76.185 en enero de 1927. El interés cargado en estas operaciones se hallaba dentro de los precios del
mercado. Se devengaban sólo cuando se excedía del plazo otorgado.
57 CASSAGNE SERRES, Alberto Establecimientos Ganaderos…, cit.
58 Statistical handbook of the sheep and wool industry, Bureau of Agricultural Economics, Canberra,
1949 pp. 152-155. Ver también VILLE, Simon “The Relocation of the Market for Australian Wool,
1880-1939”, en Working Paper 02-14, Department of Economics, University of Wollongong, 2002.
Producción y redes de comercialización de lanas 41
59 PRETTY, Jules y WARD, Hugh “Social capital and the environment”, en World Development, 29 (2),
2001, 209-227.
60 POWELL, Walter “Neither market nor hierarchy: networks forms of organization”, en Research in
organizational behavior, núm. 12, 1990, pp. 295-336; EBERS, Mark –editor– The Formation of Inter-
organisational Networks, Oxford University Press, Oxford, 1997.
42 Tierra adentro...
conocer los atributos de la lana negociada. Otras veces se hacía patente la dificultad
para acordar las condiciones y asegurar el cumplimiento de los acuerdos. En tal sen-
tido, el marco económico, pero también el institucional, modelaron la evolución de
los mercados. Los agentes debieron mostrar una gran capacidad para adaptarse a su
entorno, adquiriendo nuevas habilidades y conocimientos. En este proceso fue vi-
tal la articulación de las empresas en extensas redes comerciales, las cuales también
mostraron flexibilidad para funcionar en un contexto caracterizado por recurrentes
fluctuaciones y agudas crisis de rentabilidad.