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EL ARTE EN LA ÉPOCA PRE-INCA

ARTE EN LA ÉPOCA INCA


Supuso el momento culminante de un largo proceso social y político que se había iniciado
varios milenios antes. Más que un conjunto de formas innovadoras, sus
manifestaciones artísticas supusieron una continuidad con las
tradiciones anteriores, siendo las más elaboradas los textiles, la
orfebrería, el trabajo en piedra y la cerámica.
A partir de una experiencia local modesta, los incas desarrollaron un
arte sencillo al que fueron incorporando las técnicas y la habilidad de
los pueblos conquistados. Respondiendo a las necesidades derivadas de
un estado tan complejo como el inca, sus manifestaciones artísticas se
convirtieron en un arma propagandística de una gran importancia.
TEJIDOS  
Conocieron un desarrollo espectacular. En primer lugar se daba a las
fibras (lana y algodón) un tinte con colorantes naturales, para a continuación ser hiladas con la
ayuda de ruecas y después tejidas en diversos tipos de telares rudimentarios. El más corriente,
todavía se sigue utilizando en los Andes, consistía en dos lienzos colocados sobre un plano
horizontal, uno fijado a un árbol o a un poste y el otro atado a una correa que el tejedor
pasaba alrededor de los riñones. Las técnicas conocidas eran muy variadas, pero para producir
tejidos destinados a fines ceremoniales se utilizaba el brocado, el bordado y la tapicería,
siendo las piezas salidas de los talleres de Paracas las más apreciadas. Estas magníficas telas
podían alcanzar hasta 20 metros de longitud y estaban decoradas con una perfecta maestría y
buen gusto con motivos zoomorfos polícromos, marcando, sin duda, uno de los más brillantes
momentos del arte universal del tejido. Además de estas piezas, de clara inspiración foránea,
los incas dieron paso a un variado universo propio con vistosos diseños geométricos de gran
colorido. Dividen el espacio en franjas y cuadrados donde expresan un complejo mundo de
símbolos presidido por la disposición geométrica. Durante este periodo la producción textil
adquirió un carácter masivo siendo los templos del Sol los lugares destinados al
abastecimiento del Inca y su corte.
METALISTERÍA  
Los objetos de metal constituyen, sin duda, la realización más llamativa de todas cuantas
llevaron a cabo los incas. La tradición orfebre, muy antigua en la costa peruana, ocupó un
capítulo muy importante dentro de su ajuar. Trabajaron el cobre, el bronce, la plata y el oro
siendo el repujado y calado de láminas el procedimiento más utilizado. Las decoraciones son
eminentemente geométricas, aunque los motivos antropomorfos y zoomorfos, representados
frontalmente conforme a los principios de hieratismo y simetría axial, son bastante frecuentes.
Los alfileres y prendedores para sujetar las prendas de vestir, tupu en lengua quechua, fueron
elementos muy corrientes aunque de tipología poco variada. El remate solía ser una lámina
muy desarrollada, de forma variable, que en el caso poco habitual de ir decorada, presentaba
motivos geométricos muy simples dispuestos en bandas o cenefas. El alfiler de cabeza laminar
o circular fue el modelo cuzqueño que alcanzó más difusión y popularidad, pudiéndolo
encontrar tanto en Cuzco como en los últimos confines del Imperio.

Otras culturas del periodo intermedio tardío (Chancay, Chimú, Ica-Chincha) desarrollaron un
arte figurativo muy rico a base de prendedores rematados por figuras humanas o zoomorfas.
Colgantes, collares, aretes, anillos, brazaletes y pulseras son otros tantos objetos fabricados
según las técnicas descritas. Los vistosos y ricos tocados que adornaban las cabezas de reyes y
nobles (donde confluían materiales como el tejido, la plumería y los metales preciosos) son
otros tantos ejemplos de la riquísima orfebrería inca. Encontramos también objetos rituales,
utilizados como amuletos u ofrendas, que representan animales y figuras humanas, de bulto
redondo, entre los que merece la pena destacar las figuras antropomorfas desnudas con una
estilización y geometrización muy señalada, y los estereotipos más comunes de llamas y
vicuñas. Los objetos de metal se encontraban a menudo incrustados de piedras preciosas o
semipreciosas. A veces se coloreaban con un ácido natural que bruñía el cobre haciendo salir,
de este modo, el brillo del oro o la plata con que estaba aleado. La producción se orientó hacia
fines ornamentales. El Inca, la corte y los dignatarios del Estado iban ataviados con pectorales,
brazaletes y collares, que ponían de manifiesto su inmenso poder.

CERÁMICA  
La ausencia del torno hacía que el alfarero tuviera que modelar la
vasija a mano, y la pasta, presentada generalmente en forma de
rulos alargados, se enroscaba sobre sí misma para construir las
paredes de la pieza. Además de esta antigua técnica andina, la
utilización del molde permitió la fabricación en serie, de tal forma
que la producción se incrementó notablemente. Debemos distinguir
entre el menaje doméstico y la vajilla de uso ritual. Mientras que en
el primer caso las formas y tamaños derivaban de las necesidades
cotidianas, en el segundo, su desarrollo estuvo directamente
condicionado por el mundo de las creencias. Estilísticamente
encontramos la cerámica tipo Killke, con una cronología que va del 1200 al 1450 d.C., y la
cerámica polícroma tipo Cuzco desde 1450 hasta la Colonia. Las primeras aparecen decoradas
con motivos geométricos muy sencillos en tonos rojos y negros mientras las segundas,
decoradas de igual forma, denotan una elaboración técnica más cuidada. No sólo se plasmaba
sobre sus paredes una rica iconografía, sino que las piezas mismas eran colocadas como
ofrendas en las sepulturas. Los alfareros incas no inventaron ninguna técnica que fuera
desconocida en épocas anteriores y su cerámica se caracterizó, fundamentalmente por formas
equilibradas, un pulimento notable y la preponderancia de los motivos geométricos. Los tipos
más característicos y propios fueron el aríbalo, una vasija globular de base cónica, cuello
cilíndrico de borde evertido con un apéndice zoomorfo en la base del cuello y dos asas en
forma de lazo, el kero, un vaso de uso ceremonial utilizado por el Inca y la nobleza, y una gran
variedad de cuencos y platos de muy diversas formas y decoraciones. Los keros y pajchas
merecen una mención especial. Realizados a partir de maderas muy duras como la chonta y
utilizados para libaciones rituales a la tierra, se ornamentaba mediante incisiones o decoración
labrada sobre las que luego se aplicaban pastas resinosas coloreadas. Los temas solían ser
escenas figurativas dispuestas en franjas o frisos horizontales que proporcionan una riquísima
información sobre la vida incaica, tanto en época prehispánica como en tiempos de la
conquista española (encontramos escenas cortesanas, de guerra y rituales). Estas tipologías
siguieron vigentes durante la época colonial, aunque incorporando en sus composiciones
numerosos elementos ornamentales de raíz hispana y mayores dosis de dinamismo y
profusión decorativa.
ESCULTURA  
Los trabajos realizados en piedra constituyen el otro gran conjunto de realizaciones incaicas
que merece la pena destacar. Suele limitarse a representaciones zoomorfas de auquénidos,
llamas, vicuñas y alpacas, y fitomorfas, mazorcas de maíz, que son conocidas como conopas y a
numerosos cuencos y recipientes llamados popularmente morteros. Entroncados en las
tradiciones artísticas andinas, los incas supieron imprimir un carácter propio y original a sus
obras que se basó en una simplificación de las formas por medio de volúmenes geométricos
sencillos y una esquematización de los motivos decorativos muy próxima a una concepción
estética geometrizante y cubista. El arte inca se caracterizó por la sobriedad, la geometría y la
síntesis, tendiendo más a lo práctico y funcional que a lo formal.
LA PINTURA
A pesar de lo que ya hemos dicho de la pintura oficial al hablar del Puquin Cancha, tendríamos
que agregar que en el arte pictórico no destacaron los hombres del incanato. Sin embargo las
pocas y medianas muestras pictóricas las podemos apreciar en el Kero y en los Escudos
guerreros de los Incas.
Los keros como vaos tallados de madera, se anota la importancia de su decoración exterior,
ligada a su finalida cremonial. El pintor indio cosignó allí personajes de uno y otro sexo
preferentemente de perfil e integrados paisajes cotidianos. Hombre y mujer aparecen así con
sus vestidos y tocados dando aa entender así a que clase social pertenecía, también su oficio o
dignidad. Es así que se descubren Incas y Coyas, Príncipes, guerreros y labradores, músicos,
etc.
Los escudos de guerra ocupa un segundo lugar en la pintura incaica. Son escudos para que
cuando fuesen llevados a las luchas se diferencien de sus enemigos.

El Teatro
La única referencia de esta actividad artística lo trae el Inca
Garcilazo de la Vega: los Amautas componían comedias y tragedias
que en días de fiestas solemnes representaban delante de sus
reyes y de los señores que asistían en la corte. Los representantes
eran incas y gentes nobles, hijos de curacas y el mismo curaca,
cuyos argumentos militares eran de triunfo y victorias, de hazañas
y grandezas de los reyes pasados; y los argumentos de las
comedias eran de agricultura, hacienda, de cosas caseras y familiares.

LA POESÍA
Garcilazo cuenta que en poesía compusieron los indios versos cortos y largos (con medida de
sílaba). Lograron de este modo una poesía lírica representada por cantares amorosos; y mucha
poesía épica, evocadora de las hazañas y victorias de los Incas y Curacas cuyo versos eran
enseñados a sus hijos. También llegaron a la poesía dramática y la poesía jocosa o picaresca.
También en los temas místicos y religioso. Los poetas autores de las composiciones fueron los
“Haravicus” que quiere decir inventador, hombre que juega con la fantasía.

LA MÚSICA
Fue Pentatónica o pentafónica osea se valió solode 5 notas (Re Fa Sol La Do). Según Garcilazo:
La música no era común , sino que la aprendían y alcanzaban su trabajo. Cada canción tenía su
tonada conocida por sí, y no podían decir dos canciones diferentes por una tonada.
Contrastando con la música lírica estaba la música guerrera. Según Garcilazo: “Las canciones
eran cantadas en sus fiestas principales y en sus victorias y triunfos, en memoria de sus hechos
hazañosos”.
El Hailli que entonaban los orejones cuando el Inca regresaba al Cuzco luego de la guerra, era
un himno de victoria. Solo conocieron los instrumentos de viento y percusión que son flauta o
quena, la flauta de pan, trompilla, tamborres de diferentes formas y tamaños.
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LA DANZA
Tuvo un carácter clectivo hombres, mujeres y coral; se danzaba cantando , dandoles a todos
los bailes el nombre genérico de Taqui.
Hubo danzas exclusivas para varones como el Pincullo y la Quena-Quena; y otras sólo para
mujeres como el Araui y el Uanca. tuvieron unsentido mágico-religioso. Aún así, con un criterio
práctico dividió las danzas en la de los nobles y del pueblo y subdividiéndose esta última en
guerreras, agrícolas, pastoriles y regocijo.En las danzas nobiliario algunas veces participaba el
Inca.
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- Las danzas nobiliario estaban representadas principalmente por la Guayaya Guayara o
Yagauyra que sólo tomaban parte del linaje de los Incas de sangre real, en algunos danzas
intervenía el Inca.
- Las danzas guerreras eran ejecutadas exclusivamente por varones. Estaban destinadas a
representar antiguas guerras y por eso loss danzantes actuaban con las armas en la mano. La
más representativa de esta danza es Huari, que se llevaba a cabo durante las festividades del
Haurachico.
- Las danzas agrícolas, Uaricsa Araui, que hacía entorno a un llam de pelaje rojo, otras danzas
de pastores fueron la llama-llama y llamalla.
- Las danzas de Auricsa Arui fueron verdaderamente populares fueron: “el llamado de
guacones” de solo hombres enmascarados dando saltos y traen en la mano una piel de un
animal seco; y el guaguay, turilla, que lo cumplen hombres y mujeres embijados los rostros y
atravesados por una cinta de oro o plata de oreja a oreja por encima de la nariz; el son hacen
con una cabeza de venado seca, con sus cuernos, que le sirven de flauta y comienza el baile
uno y siguenle los otros con gran compás.

LA MOMIFICACIÓN
Se considera a la momificación un arte porque persiguió la belleza de los Incas y de los nobles
fallecidos.
La momia en cuestión se nombra “Malqui” en la sierra y “Munao” en la costa, dependiendo su
tratamiento de una sustancia llamada siura la que se extría de una planta de la selva.
Todas las momias de los Incas estaban guardados en sus respectivos palacios, saliendo a la
gran plaza de la capital o participar en ceremonias y banquetes.
EL ARTE EN LA ÉPOCA VIRREYNAL

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