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PIEDRA DE CONMEMORACIÓN DE IGLESIA Y LAS REDUCIONES -

AUTOREDUCCIONES DE INDIGENAS

*CARLOS JAVIER GUEVARA RODRÍGUEZ


INTRODUCCIÓN

A La llegada de los españoles al Perú significó el cambio de vida de la población


indígena, agrupados en poblados, fueron adoctrinándose, alrededor de una iglesia, que
en la colonia marcó una gran influencia en la sociedad española, mestiza e indígena.

En los fundos de Pátapo un distrito chiclayano se ha hallado una lápida de


fundación de iglesia del siglo XVIII con una inscripción en latín lo que hace presumir la
existencia en esta zona la concentración de gente como muchas en Lambayeque, que
experimentaron la abundancia y el poder que traía el Boom del Azúcar en la segunda
mitad del siglo XVII, que duraría 70 años que sin embargo vieron desaparecer su futuro
junto con sus vidas y viviendas, a causa de los desastes naturales de la época, que a su
vez influenció a que se cambiara la jerarquía social y en donde la iglesia, abandonando
su labor pastoril, siguió el camino del bienestar económico. Todo este contexto
determinó para que en Pátapo, se tenga indicios de que por lo menos hubo la intención
de construir una iglesia, si se concluyó o no, si se destruyó a causa de los diferentes
factores tales como desastres naturales, crisis económica, rivalidades entre órdenes
religiosas, no podemos en realidad, al menos por momento revelar a ciencia cierta pero
explicaremos el contexto histórico cultural que se vivió en la época en el momento de
querer fundar una iglesia. Debemos recordar que no existe recuerdo alguno que se haya
tenido en Pátapo de una iglesia con características coloniales del siglo XVIII, salvo la
lápida misma recientemente descubierta; el cual merece muchos estudios que nos ayude
a comprender su rol en el tiempo y su importancia en el presente, el desarrollo de las
ciudades y su relación con la iglesia.

Realizamos una análisis interpretativo de la traducción del latín al español,


arrojando varias sorpresas desde un Toribio de Mogrovejo, beato hasta ese entonces;
como patrón de dicha iglesia, hasta de un personaje Eclesiástico mencionado en la
piedra y que recientemente identificado por el autor de la presente investigación en el
Archivo Histórico Departamental de Lambayeque.

El distrito de Pátapo forma parte del territorio del departamento de


Lambayeque, al este de la provincia de Chiclayo y en la parte media del Valle Chancay;
además está a 88 m.s.n.m. Tiene su extensión territorial en la región chala.

El distrito de Pátapo limita por el Norte, con el distrito de Manuel mesones


Muro que pertenece a la provincia de Ferreñafe, por el sur con el Distrito de Pucalá,
por el este, con el Distrito de Chongoyape y por el oeste con el distrito de Tumán.

Resumimos en el presente trabajo, parte contexto socio- histórico-cultural, en la


que se ubica la piedra (1711), lo cual nos vislumbra el panorama para poder entender
su significado y la importancia de nuestro hallazgo tanto para Pátapo como para
nuestra región Lambayeque.

El autor

REFLEXIONES SOBRE LAS REDUCCIONES A INICIOS DE LA COLONIA

El mundo andino de recursos compartidos de nuestros antepasados, comenzó a


derrumbarse a poco tiempo del arribo de Pizarro en 1532; pues, la invasión española
significó un rotundo y traumático cambio en la estructura social y forma de vida del
poblador indígena.“Uno de los primeros asaltos contra la organización de la sociedad
indígena fue el reparto de encomiendas, ya en 1534 y 1535” 1).Esto originó que los
señores indígenas y sus súbditos sean separados, perturbando de esta manera la jerarquía
nativa. Del mismo modo; el descenso dramático de la población indígena, a causa de las
enfermedades traída por los españoles, y el trabajo excesivo a lo que eran obligados,
implicó que la competencia por los súbditos, entre los señores; por mantener su estatus;
fuera fuerte. Sin embargo, luego de la conquista de los españoles al Perú, los curacas se
mantuvieron en simples cobradores de tributos, del poder colonial.
Si los grandes señores que habían sido poderosos, antes de la llegada de los
españoles habían perdido su poder; la suerte de sus súbditos, no fue menos dramática. Ya
a mediados del siglo XVI, la población indígena había descendido demasiado; y los
pocos que quedaban hallábase dispersos; huyendo de las enfermedades, y de la
explotación que eran objeto por parte de los españoles.
Los historiadores en general concuerdan que tal vez nunca hubo un momento más
decisivo e importante que marcaria el rumbo del nuevo destino del poblador indígena en
América en especial en los andes peruanos como los años que surgieron a 1570.
La corona española encontró un riesgo y un peligro el interés de los primeros
españoles que venidos con Francisco Pizarro tenían proyectos individuales
conllevándolos a la autodestrucción tales como ya conocemos las guerras civiles
producidas a poco tiempo de la conquista trayendo como consecuencia el asesinato del
mismo Pizarro a manos de los almagristas.

A la llegada del Virrey Toledo en 1569, se iba a producir nuevo cambio en la


Estructura Social de los indígenas. A su arribo a Paita; Toledo se dirigiría por tierra hacia
la ciudad de los reyes y en su recorrido hacia Trujillo, recogió información de la
densidad de la población; del abuso de las autoridades españolas, del tributo indígena;
que a su vez se hallaban dispersos. Estas observaciones, le permitieron comprender que
era necesario una reorganización en esta nueva sociedad. Es por ello; que el Virrey
Toledo; para desarraigar al indio de su entorno histórico; facilitando el recojo de los
tributos y aprovechar mejor su mano de obra, organizó las reducciones.

La idea de concentrar a la población indígena no era nueva, había estado presente


desde los primeros tiempos de la colonización. Los religiosos, particularmente los
frailes, habían sido –por motivos tan prácticos como culturales- sus máximos defensores,
pues resultaba evidente que una mayor concentración de la población facilitaría
enormemente su tarea de evangelizar almas.

Hay una cita que completa la anterior afirmación de la historiadora Marina


Zuloaga Rada: “Se sumaba la convicción de que la reunión de personas, la vida en
“polizía” como ellos la denominaban era superior. Los propios funcionarios reales habían
comenzado a preciar esta medida como la panacea de todos los males que aquejaban a la
colonia” (2003-88).

Resulto un plan muy prometedor para la reorganización de la naciente colonia del


imperio español en América, plan este que se ejecutó después de 1570 por el virrey
Toledo, sus directrices centrales según Zuloaga, habían sido trazadas ya en la década
anterior por el Jurista Juan de Matienzo, quien contemplaba la reorganización de los
pueblos indios como la columna vertebral de la reforma política. De esta manera, con la
concentración o reducción de los ayllus y comunidades dispersos en pueblos, el Estado
podía ejercer más eficazmente el control directo de la población tanto para la selección
de la mano laboral como ejercer el proceso de evangelización de manera más sistemática
los padres de la iglesia.

Esto significó, el cambio de estilo de vida de los indígenas; acostumbrada a vivir


hasta ese entonces dispersos; en los cerros, cerca de sus cultivos, una acequia, colina o
pampilla; de acuerdo a los intereses de la comunidad o del curaca (Filca). Mediante estas
reducciones, se logró concentrar a centenares de familias en determinados pueblos;
quedando de esta manera abandonados, muchos pueblos viejos y surgiendo otros nuevos.

Este cambio, permitió que los indígenas pasaran a vivir al estilo español, unidos
en un pueblo, o en la que hallarían iglesias, cabildo de indios, barrios calles y en cuyo
sitio principal, residiera el cacique responsable de la comunidad, produciéndose
entonces; a la cita de Zevallos Quiñones como la verdadera geografía política en
América, implicando una honda transformación en los patrones de vida andinos y de sus
organización política, económica y social, aspectos que no habían sido efectuados
sustancialmente, hasta el momento, por las políticas hispanas.

Es interesante la labor realizada por Toledo, en cuanto a la organización de


pueblos indígenas; aunque esto ya haya sido iniciado por otro español en 1556 González
de Cuenca, pero en menor grado que lo hecho por Toledo.

“Entre 1572 y 1574; en dos años, el virrey Toledo logró organizar alrededor de 600
reducciones” 2) . A pesar de que las reducciones, implantadas por Toledo, buscaban el
bienestar del indígena, organizándolo en un nuevo estilo de vida; en la práctica fueron
negativas para el poblador indígena, ya que lo desarraigaron de su inicial forma de vida y
de sus tierras fértiles, trasladándolas a las zonas bajas de los valles, de clima insalubre y
malos para la agricultura; muchas veces cerca del mar, donde la llovizna y la nubosidad,
favorecían al incremento de insectos y hongos que propagaban enfermedades. Este
cambio significó también la ausencia de agua, pues un minúsculo caudal en los ríos,
serían lo único que tendrían en mucho tiempo.

El abandonar sus tierras, constituyó el mayor problema de los indígenas, pues la


agricultura constituía su principal actividad económica. Ante esto Toledo trató de darle
alguna solución “Si las nuevas reducciones se hallaban lejos del sus campos
tradicionales, dificultando el diario acceso a ellos, los indios recibirían campos
equivalentes cerca de las reducciones” 3 .

No obstante, a pesar de este y otros beneficios, significó que muchos poblados


indígenas, se resistieran a las reducciones, y abandonar su tradicional sistema de vida.

Entonces, los reclamos en contra de las reducciones no se hicieron esperar, y de


los pocos conocidos tenemos el caso de los habitantes de Chérrepe, que dirigieron un
memorial al Virrey y a la Audiencia Real casi diez meses antes de recibir la orden de
traslado, siendo su pedido atendido, quedándose en el lugar original.

Esto nos demuestra que la resistencia a las reducciones; fue un problema que el
sistema colonial tuvo que afrontar. Al existir resistencia por parte de los indígenas; es
probable que muchos pueblos hayan surgido sin mandato español; como es el caso de
Incahuasi (S. Aldana R.) que no tuvieron fundación española, o si como este hubieron
otros que optaron por “mudarse” a otras zonas, dejando el lugar donde inicialmente los
españoles los habían colocado, pues el estilo español de formar sus ciudades no
concordaba con la necesidad y tradición del poblador indígena, que a la llegada de los
españoles; observaron que sus mejores tierras de cultivo eran sembrados de ciudades.

Durante la invasión española, los mejores sitios de la geografía peruana fueron


ocupados por ciudades, al contrario de lo que la mayor parte de los casos, sucedió en los
tiempos precolombinos. Es que el modo de vida y el sistema económico estaba basado
en el comercio de fácil acceso para el acopio y reparto de productos que venían de
Europa y del oro y plata que tenían que enviarse a España. Es por ello, que los fértiles
valles, que hasta antes de la llegada de los españoles, fueron la principal fuente para la
agricultura; serian ocupados por poblaciones, dejándose arrinconada a la pachamama en
el rincón del olvido.

A excepción del Cuzco, el trazado de las ciudades fue semejante al de un


damero, con manzanas rectangulares o cuadrados, con calles que se cruzaban formando
ángulos rectos, que convergían en la plaza central, lo cual a su vez estaba rodeada de
edificios públicos; como una iglesia matriz, cabildo, cárcel, etc. Debemos asumir, que
al implantarse el estilo de la ciudad española en América, la edificación de sus palacios
principales; sobre todo la de la iglesia, debió empezar con la inscripción de una lápida4 ;
en la que se detalla las características y función de la futura construcción.

En la costa norte peruana, sobre todo en Lambayeque, los primeros poblados de


fundación española, fueron ocupados por españoles prósperos, de soldados que habían
llegado con Pizarro, muchos de ellos teniendo gran cantidad de indígenas y esclavos
negros a su servicio.

Zaña se convertiría en el principal poblado colonial en la zona, fundada como


villa, perteneció a la Provincia de Trujillo. Sin embrago, paralelamente, fueron
formándose nuevos poblados, producto muchos de ellos de las reducciones, así también
como del surgimiento de una clases social y económica que empezaba a surgir; la de
las haciendas. A esto hay que agregar un factor importante que permitió la formación
de poblados; el cual su influencia se mantiene hoy en día, pues este, sin duda fue la
iglesia.

Hacia el siglo XVI, muchas órdenes religiosas vendrían al Perú. Entre las
primeras tenemos, a la Orden de Santo Domingo, a la cual perteneció el padre Vicente
Valverde, conocido por su participación en Cajamarca. Los franciscanos constituyeron
también una de las órdenes llegadas al Perú; los cuales tuvieron como sabemos, un rol
importante en la formación de villas o ciudades. Pues muchos de éstos nuevos poblados
o reducciones se llevaron a cabo a la sombra de la Ermita o Iglesia levantada por los
frailes (Arroyo: 1956).

Desde los conventos de Cuzco, Lima, Huamanga, Arequipa y Chachapoyas,


hacían sus salidas para las excursiones evangelizadoras y el establecimiento de
doctrinas o parroquias de indios en puntos cercanos a aquellas. Entre los principales
lugares evangelizados por los franciscanos en el Perú, están las cercanías de Chiclayo,
que eran principalmente los indígenas de los repartimientos de Sinto y Collique.

Hacia 1551, los encomenderos de Sinto, Collique y Lambayeque y los hijos


menores de Juan de Barbaran, ofrecieron a esta orden la construcción de una iglesia, si
es que al menos los franciscanos proporcionan 4 frailes que residieran allí
establemente5 .

Entonces, la construcción de iglesias y capillas, supuso el agrupamiento de


familias nativas, los cuales fueron acercándose a la iglesia para su conversión,
infiriéndose, entonces que fueron las iglesias los que darían origen a los poblados,
sobre todo en el caso de Chiclayo. Dado, a su importante labor evangelizadora de los
franciscanos, le fueron confiadas muchas iglesias y capillas. “En la vecindad de
Chiclayo, fueron confiados las doctrinas de Nuestra señora de los Ángeles de
Chiclayo, la magdalena de Eten, San Miguel de Farcap, Cinto y Collique” 6 .

Sin embargo, a pesar del ofrecimiento de las autoridades coloniales, ayudar a construir
iglesias a estas órdenes; muchos fueron los avatares que tuvieron que pasar para la
culminación de las mismas.

Es por ello que debido al incremento, en el siglo XVI, de la clase terrateniente


los cuales sostenían su poder en la ganadería, de la cual procesaban muchos productos,
como el jabón y cueros; en sus tinas, y no siendo esta zona minera; empezaron por
cultivar caña de azúcar y otros productos agrícolas. El incremento de mano de obra,
supuso formación de nuevos pueblos, los cuales deberían también ser adoctrinados,
sobre todo de quienes trabajaban en las nacientes haciendas: “La preocupación que
todos los hacendados mostraban por la cristianización de su gente, acrecentaba en el
concepto de siervos y esclavos la función doméstica; ellos también velaban por la salud
de su vida espiritual” 7 .

De esto, se desprende, que en las haciendas los adoratorios o capillas eran


infaltables; pues, desde el siglo XVI se habían ordenado su erección.

Esto nos permite visualizar el panorama, para nuestro punto de interés, ya que
los autores del presente trabajo, lograron localizar en Pátapo. Una piedra en forma de
lápida de conmemoración de iglesia de color negro, que tiene inscripciones en latín, de
7 Kg. de 26 cm de largo x 22 cm de ancho con un espesor de 3 cm*. La traducción
exacta es la siguiente:

“AÑO DE LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. 1711 SOBRE


ESTA PIEDRA EDIFICARE MI IGLESIA B. THVRIBIJ DICE JUEZ
ECLESIÁSTICO LICENCIADO DON MIGUEL ALCALDE CORDOVA CURA Y
EXPENSAS DE LOS VECINOS EN LAUDO Y LA GLORIA DE ELLOS Y DEL
SANTO
Como se puede ver por la traducción la piedra, data de inicios del siglo XVIII;
cuyo mes seria Diciembre debido al nacimiento (Natividad) de Jesucristo tal como dice
en el grabado. Está, además, dedicado o tiene como patrón hasta ese entonces al Beato
Toribio de Mogrovejo, que perteneció a la orden de los franciscanos, el cual sería
canonizado en 1729.*
Siguiendo con la interpretación y análisis, se lee el nombre un personaje que al
principio nos fue difícil de ubicar en los archivos, se trata del “Lic Miguel Alcalde
Córdova, personaje tal, que logramos ubicar en el Archivo Histórico Departamental de
Lambayeque, se trata del “abogado de la Real Audiencia de la Ciudad de los Reyes,
cura beneficiado de este pueblo de Lambayeque, vicario juez Eclesiástico de la ciudad
de Saña y sus partidos y de Provincia, y examinador sinodal de este obispado de
Trujillo”*.

Al final termina la inscripción pidiendo laudos para la gloria de los vecinos y del
santo patrono.

Esto nos abre nuevas puertas para investigar; dado que la piedra hallada en
Pátapo; nos hacer ver la gran influencia de la iglesia, de la existencia de una población
que justificó la necesidad de la construcción de una iglesia, población indígena,
originada probablemente de una autoreducción, el cual se formaron sin permiso de las
autoridades españolas, en complicidad tal vez de un cura, por lo que no se tiene registro
alguno o acta de fundación de dichos pueblos.

La no existencia en la actualidad, de una iglesia o capilla de la época colonial en


Pátapo, ni aun el recuerdo de los antiguos pobladores patapeños, hacen aun más difícil
la investigación.

Brindamos análisis de los aspectos relevantes del siglo XVII Y XVIII, que de
una u otra forma influyeron a que esta iglesia, posiblemente nunca se llegara a terminar,
o que una vez concluida pasarían pocos años y desapareció producto de fenómenos que
trataremos de explicar más adelante que favorecieron su fin.

Una Interpretación posible y hasta acertada es que para que un pueblo surja por
lo menos necesita haber desarrollado una actividad económica muy importante, la
pregunta sería ¿qué actividad económica de importancia se daba en la región, el
momento de querer fundar cerca de los linderos de la hacienda de Pátapo, una
iglesia?.

Debemos partir del hecho de que Pátapo fue una hacienda de producción de azúcar y
que en el año de 1650 aproximadamente, sucedía un hecho importante para el
desarrollo de las haciendas en Lambayeque, surge el “boom del azúcar” (S. Ramírez),
que duraría hasta 1719 aproximadamente.

Desde el siglo XVI, muchos españoles aprovechando la mano de obra indígena,


formaron haciendas, las cuales se convertirían en el sector económico, más
desarrollado sobre todo en la costa norte. “En este valle (Chicama), conocidos por sus
tierras fértiles, fue el sitio donde antes de 1558 se fundó el primer ingenio de azúcar
en el Perú, dirigido por doña Ana de Pizarro, la Viuda de Diego de Mora”9.

El incremento del cultivo de caña de azúcar, sobre todo en la costa norte,


originó el incremento de hacendados que con trapiches, producirían gran cantidad de
azúcar, chancaca y remolacha, cuya gran aceptación en el mercado permitió que la
clase hacendada se constituyera en una de las más ricas del Perú Colonial.

Como vimos anteriormente, en Lambayeque, los altos precios del azúcar y de


las conservas, y en menor grado los de la ganadería y sus productos derivados;
iniciaron un periodo de una prosperidad sin precedentes, que duró setenta años,
iniciándose hacia la mitad del siglo XVII y prolongándose hasta 1719. Este periodo es
conocido como “El Boom del azúcar”.

Esto determinó la necesidad de gran cantidad de mano de obra, la cual los


hacendados, ante esta urgencia, adquirieron esclavos negros e indígenas. A pesar a que
en la mitad del siglo XVII, la población indígena cae, los hacendados habían asegurado
mano de obra desde el siglo XVI, en la que la población mestiza y mulata había estado
aumentando: “No existen muchos censos de población para la segunda mitad del siglo
XVII, pero las cifras disponibles y otros datos indirectos reflejan una clara inversión
de la tendencia demográfica de la población nativa, anteriormente en descenso”.(S.
Ramírez 1991).

En Pátapo, como en muchas otras haciendas, se vieron influenciados, por este


auge del azúcar; la población crecería, sobre todo indígena y mestiza, la cual determinó
la construcción de la iglesia. La prosperidad tuvo un efecto multiplicador que trajo
grandes beneficios no solo a comerciantes, también a clérigos y otros vecinos de la
localidad. Siguiendo el ejemplo de los hacendados, estas personas donaban fondos con
destino a la creación de capellanías y obras pías, para asegurar su salvación espiritual.
Estas fundaciones y otros fondos eclesiásticos servían a su vez para ayudar a funcionar
la constante expansión de la propiedad rural.

Las relaciones con la iglesia se fortalecían durante este periodo (1685 – 1688),
no solo por el gran número de hijos de hacendados que ingresaban en las órdenes
religiosas o se convertían en sacerdotes, sino también porque la propia Iglesia poseía
tierras y dependía directamente de los ricos y de sus contribuciones, donativos y
subsidios, como representantes seglares de los monasterios o conventos en todo lo
relativo a créditos.
La iglesia se benefició especialmente con donaciones de los últimos miembros
de las familias antiguas que no tenían descendencia directa a quien poder legar sus
fabulosas riquezas, acumuladas a veces durante más de un siglo y medio.

Si este auge cañero motivó la construcción de una iglesia en Pátapo, ¿Por qué
no existe vestigios de su construcción, salvo la piedra misma en estudio?

Otro aspecto que influirá en la sociedad y economía de la colonia de inicios del


siglo XVIII, serian el descenso del precio del azúcar que unidos a los desastres
naturales, coadyuvaron a que las grandes haciendas quebraran, pasando muchas de ellas
al remate.

Los indicios de un marcado descenso en el precio del azúcar, a finales del siglo
XVII, favoreció para que el comercio de azúcar decayera. Aunados al descenso del
precio del azúcar, hay que agregar otros factores que influyeron que el poder económico
colonial del norte, basado básicamente en la agricultura, decayera dramáticamente:
“Hacia 1701, una plaga de ratas y ratones invadió los valles, royendo la caña de
azúcar y diezmando los campos enteros” 10. Esto originó que los campos produjeran
menos y fueran pocos los hacendados que invirtieran en renovar sus campos, de lo que
se deduce que la producción de azúcar disminuyó considerablemente.

Otro hecho que contribuyó a la crisis fueron las inundaciones de 1720 y 1728
que ahogarían gran cantidad de rebaños, destruyendo varios haciendas y pueblos, como
es el caso de Zaña. La población se vería afectad, muchos de ellos abandonaron sus
casas, buscando zonas seguras y comida; el fango obstruyó muchos canales, lo cual la
falta de agua diezmaron mucha gente. En Pátapo el fango y escombros obstruyeron
varios puntos del Taymi, dejando a Pátapo y pueblos de Ferreñafe sin agua en varias
temporadas.

Estos desastres naturales, ocurridos en los primeros treinta años del siglo XVIII,
originaron que muchos hacendados quedaran en la bancarrota, diezmando su poder
económico que ostentaban. Esta coyuntura es aprovechada por algunos comerciantes,
funcionarios públicos y órdenes religiosas, sobre todo los Jesuitas que progresivamente
adquirían tierras.

La iglesia mantenía su poder, y las numerosas órdenes religiosas llegadas al


Perú, unieron muchas de ellas, a su labor pastoral, el ambicionamiento por el poder
económico y social. Muchos de estos religiosos vestían ropas costísimas y asumían
gestos altaneros propios de señores.

La ambición por un cargo eclesiástico, era considerado como un objeto


inmediato que asegurarían muchas veces su bienestar económico, por eso las luchas
por el poder era una verdadera contienda: “Cuando en los conventos se trataba de
elegir algún provincial, superior, etc, se formaban banderías partidarias entre los
conventuales y los mismos clientelas laicas de las instrucciones, donde se ponían en
juego prestigios y no pocas veces importantes beneficios económicos” 11 . Una de estas
órdenes que adquirieran gran poder, sobre todo en esta parte del Perú, fueron los
jesuitas, pues llegaron a ser dueños de las propiedades que tenían por diversos medios,
constituyéndolos en los más grandes propietarios de tierras. “Para el año 1709 los
jesuitas compraron la hacienda de Chongoyape al general don José Sarmiento de
Sotomayor y de los Ríos, corregidor y justicia mayor de saña, con una área igual a la
del actual distrito”12. Para aprovechar la rentabilidad de sus tierras, los jesuitas
nombraban administradores, los mismos que procedían de acuerdo a instrucciones
permanentes que tenían impartida. Estas instrucciones fueron rígidas y dadas en un
sentido estrictamente comercial, aunque sus efectos fueron duros de aplicar, lo
demuestra la siguiente cita de Macera: ”...Y porque perdidas las acequias en este año
de 1728 con las racias lluvias que hubo acudieron muchos con súplicas y ruegos a
pedir se les permitiera sacar agua, de dicha acequia (la del Taymi) y a todos se les
negó; se advierte que la hacienda de Pátapo que está superior, quiso pedirla con
fuerza alegando derecho por pasar dicha acequia por sus tierras pero se le repelió con
la misma fuerza, por que aunque dicha acequia pasa por sus tierras; este tránsito se
compró al que era dueño de Pátapo el año 1721 a quien dio el colegio 1000 pesos solo
por que permitiese el tránsito por sus tierras sin quedar derecho alguno para sacar
agua de dicha acequia” 13 .

Esto demuestra el poder alcanzado por los jesuitas y su ambición económica; de


los cuales aprovecharon el desolador panorama que dejaron los desastres naturales de
esta época, en la que poblaciones enteras abandonaron sus tierras, como es el caso de
Saña, mudándose a zonas más seguras. Pátapo como otras poblaciones y comunidades,
también abandonarían sus tierras, trasladándose, en las cercanías de Chiclayo y
Lambayeque.

La iglesia que posiblemente estaba terminada, quedó destruida, como muchas


otras obras a causa de las lluvias y probablemente nunca más se llegó a reconstruir. Las
luchas religiosas hayan influenciado tal vez a la no recuperación de la iglesia, ya que la
lápida encontrada pertenece a la orden franciscana y como sabemos, los pleitos entre
esta orden y los jesuitas vienen desde el siglo XVII.

La Sociedad Colonial de inicios del siglo XVIII, cambia de estructura, los


otrora poderosos hacendados pertenecientes a la antigua elite colonial, son
reemplazados, por aprovechadores comerciantes españoles y los jesuitas, sobre todo
de estos últimos, que debido al gran poder que adquirían, causó preocupación en la
corona hasta que en 1767 fueron expulsados del Perú por el Virrey Amat a causa de
las reformas Borbónicas dadas por Carlos III.

Luego de esto la iglesia, siguió marcando su rol de adoctrinamiento y consolador


de los sufridos pobladores, se formarían nuevos poblados, en la cual se levantaría una
iglesia o capilla, no sabemos sin con las características que denotaba, la piedra
encontrada en Pátapo.

Muchas hipótesis surgen en nuestra mente pero el hecho real es que en los
terrenos de Pátapo se ha encontrado una lápida con una inscripción en latín que nos
invita a realizar serios estudios que faciliten un aproximado conocimiento verdadero de
nuestro pasado y sobre todo poder explicar a nuestros hijos la grandeza de nuestra fe.

“AÑO DE LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. 1711 SOBRE


ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI IGLESIA B. THVRIBIJ DICE JUEZ
ECLESIÁSTICO LICENCIADO DON MIGUEL ALCALDE CÓRDOVA CURA Y
EXPENSAS DE LOS VECINOS EN LAUDO Y LA GLORIA DE ELLOS Y DEL
SANTO.

BIBLIOGRAFÍA

ARCHIVO DEPARTAMENTAL DE LAMBAYEQUE (ADLa.).- LINO


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ZUOLOAGA RADA, Marina: “Las reducciones: transformación del territorio y vida
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la enseñanza sobre la sociedad peruana. Patricia Oliart Editora 2003

*MONITOR EN LA UNIVERSIDAD PRIVADA “SAN MARTIN DE PORRES-FILIAL NORTE


MIEMBRO ACTIVO DEL CENTRO DE INVESTIGACIÓN PARA EL DESARROLLO
EDUCATIVO Y SOCIAL –CIDES-CHICLAYO
INVESTIGADOR Y DIFUSOR DEL PATRIMONIO HISTÓRICO CULTURAL DE PÁTAPO Y
DE LA REGIÓN LAMBAYEQUE

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