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EL DESARROLLO DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA EN COLOMBIA

DESDE LA PERSPECTIVA DE SUS PERITOS Y PIONEROS


 
ERICKA MUÑOZ SÁNCHEZ
FUNDACIÓN UNIVERSIDAD DEL NORTE
BARRANQUILLA
LIDA MILENA RODRIGUEZ NAVARRO
Psicóloga Clínica - Investigador Criminalístico II
C.T.I. - Fiscalía General de la Nación - Seccional Barranquilla
 
INTRODUCCIÓN

El ser humano es un ser muy complejo y amplio de estudio. Hasta


nosotros mismos no nos terminamos de entender, y cada día nos
sorprendemos ante nuevas cosas que nos enseñan la vida y la
experiencia; nunca terminando el proceso de aprender y aprehender. Es
por esto que muchos años atrás, este ser se vio en la necesidad de crear
un campo de teoría y aplicación, a partir de la cual se hicieron los
mejores esfuerzos por tratar de comprender la conducta, la cognición y la
psiquis del hombre. Con base en este último aspecto mencionado, surge
la epistemología del nombre de la ciencia que hasta el momento tiene
como objeto de estudio la comprensión y el análisis de los aspectos
enmarcados: la Psicología.

Debido que el hombre se desenvuelve en muchísimos ámbitos:


laborales, de ocio y entretenimiento, académicos, profesionales,
personales, emocionales, materiales, sociales, naturales, etcétera; esta
nueva área psicológica se tuvo que valer de especialidades dentro de la
misma, que pudieran apuntar directamente, y nada más, a los objetos de
estudio y principios de cada una de esta gama amplia de ámbitos.

Es aquí donde realiza su entrada una de las tantas, valiosas y necesarias


especialidades de la psicología: la Psicología Jurídica. Dicha
especialidad data del siglo XIX, desde el punto de vista de desarrollo y
enmarcación dentro de la Psicología general; ya que realmente su
nacimiento se da desde épocas bíblicas, donde obviamente no era
reconocida ni nombrada como tal; y más adelante, en el siglo XII, ya se
mezclaba dentro del continente europeo con otros saberes diferentes a la
psicología, desarrollándose desde distintos enfoques, los cuales iban
dependiendo de la época en la que se estuviera tratando y las variables
de estudio de la misma. Específicamente esta rama de la psicología, se
va a desempeñar dentro de los escenarios legales o jurídicos del Estado;
entendiéndose así la aplicación de la psicología de la rama del Derecho,
en el Derecho y para el Derecho (Muñoz Sabaté, 1980). Para una mejor
explicación, se debe entender como la rama de la psicología que le
ofrece a la sociedad una mirada interdisciplinaria a los conflictos que
entre el ser humano y la ley surgen. Así pues, de manera sencilla se
puede decir que, la Psicología Jurídica es la rama de la ciencia donde se
entrelazan la Psicología y las Ciencias Jurídicas, permitiéndole tanto al
psicólogo como al práctico y al estudioso del Derecho un espacio
interdisciplinario, donde ambos utilizan y combinan conocimientos e
instrumentos que le son propios (Lugo y Rivas, 2002).

Continuando con su nacimiento, poco a poco esta interesante rama de la


psicología se fue entonces colando a través del tiempo, pasando por
diferentes acontecimientos y momentos de la historia del mundo; hasta
llegar finalmente hacia nosotros: los colombianos.

El cómo y cuando llegó, por medio de quién o qué, su evolución y


desarrollo hasta hoy día; lo podrá llegar a conocer el lector, a medida que
vaya avanzando dentro de las letras que se encuentra revisando;
adentrándose en un viaje en el tiempo y en los diferentes espacios donde
empezó a germinar esta rama en Colombia, hasta el producto creado y
progresado de nuestros días.

Este maravilloso y novedoso viaje, tomará vuelo a partir de la


enmarcación de la historia de la Psicología Jurídica en el mundo,
adentrándose por los caminos de la ya escrita y plasmada historia de
esta rama en Colombia; tomando como punto de partida los diferentes
focos de inicio que la fueron formando.

Luego, haremos una provechosa y necesaria escala dentro del desarrollo


del concepto formulado por varios autores, de esta área. Conceptos que
se exhibirán desde lo general, el mundo; hasta lo particular, nuestro país;
llegando a revisar definiciones aportadas por autores colombianos.

Finalmente, se aterrizará dentro de la amplia pista de las aplicaciones


que se desprenden del área de la Psicología Jurídica en Colombia. Tales
aplicaciones serán resumidas en funciones que puede llevar a cabo el
psicólogo jurídico, ámbitos del actuar psicojurídico, roles que puede
adoptar este psicólogo, los personajes que juegan un papel importante y
definitivo dentro del ámbito legal, y por último las distintas y específicas
ramas que a su vez se desprenden de la Psicología Jurídica, tal y como
alguna vez esta también lo hizo de la Psicología.
Lo especial de este viaje, no son sólo los lugares que se visitarán; sino
que dentro de este vuelo se contará con la presencia de los diferentes
profesionales y prácticos de esta nueva área, quienes son clasificados
bajo el nombre de peritos y pioneros de la Psicología Jurídica en
Colombia. Su presencia, será gracias a las respuestas arrojadas por los
mismos dentro de una serie de entrevistas practicadas a estos
personajes; directamente desde el medio o ámbito donde la han llevado
a cabo.

En resumen, se realizaron 14 entrevistas a los peritos y pioneros de la


Psicología Jurídica en Colombia; ubicados en las diferentes instituciones
del Estado y académicas privadas, de las ciudades de Bogotá,
Barranquilla, Cartagena y Santa Marta. Para que no haya futuras
confusiones o tergiversiones se debe entender por el término de
PERITO, aquella persona sabia o experimentada en una ciencia o arte; y
por PIONERO, aquella persona que le antecede a los demás en cuanto a
la exploración, descubrimiento o fundación de una ciencia o arte. Dichas
respuestas aportadas por los psicólogos entrevistas, se encuentran
repartidas por toda la sección de los resultados del documento; y se
podrán revisar de manera más amplia, dentro del ANEXO I, adjuntado al
final de la exposición del tema en cuestión.

Se espera sea de su agrado e interés la revisión y lectura de esta


investigación; y que al culminar su contenido haya cumplido sus
expectativas planteadas al principio de la exploración de la misma, y le
deje sembradas inquietudes que le obliguen concienzudamente a seguir
indagando sobre el tema; de manera tal que usted sea el que en
próximas ocasiones invite a leer sus planteamientos e inquietudes ya
solucionadas.

1. JUSTIFICACION

"Yo soy sobre el abismo el puente que atraviesa, yo soy la ignota escala
que el cielo une a la tierra, yo soy el invisible anillo que sujeta el mundo
de la forma al mundo de la idea"

Gustavo Adolfo Bécquer

Revisando el artículo de los autores Lugo y Rivas (2002), se encontró


esta frase tan armoniosa y a la vez tan ilustrativa, porque tal vez Bécquer
no se refería a la rama de la cual nos encontramos leyendo cuando se
inspiró; sin embargo encaja perfectamente en ella. Los autores con sus
propias palabras explican el por qué de esta frase con respecto a la rama
en cuestión: "La Psicología Jurídica es la disciplina que sirve como
puente y escala entre los planteamientos y quehaceres de la Psicología y
de las Ciencias Jurídicas, ambas en apariencia ciencias distantes y sin
ningún elemento común, en donde pareciera existir el abismo o la
distancia que media entre el cielo y la tierra. La Psicología Jurídica es la
disciplina que conjuga los planteamientos y hallazgos teórico-
experimentales propios de la Psicología con las exigencias del quehacer
teórico-práctico de las Ciencias Jurídicas; por lo que puede decirse que
la Psicología Jurídica es la integración de dos subsistemas: el jurídico y
el psicológico, es decir: Psicología–Ciencias Jurídicas". Por lo tanto los
autores citan esta frase de Bécquer, en especial la parte que dice "yo soy
el invisible anillo que sujeta el mundo de la forma al mundo de la idea";
para que nos sirva, como dicen Lugo y Rivas (2002), "de símil y nos
permita afirmar que la Psicología Jurídica es el invisible anillo que sujeta
el mundo psicológico al mundo de lo jurídico y viceversa".

La psicología jurídica es una de las ramas o especialidades de la


psicología, la cual es relativamente nueva dentro del contexto
colombiano. Parte de las necesidades sociales que emergen a partir de
una mayor especialización y de una mayor equidad en los procesos
jurídicos y sociales ante las instituciones mismas que el poder designa
para regular a la misma sociedad. Su definición es mejor explicada por
Teixido (Citado por Parra, 2000), cuando expone que el objeto de estudio
de la psicología jurídica va enfocado hacia la orientación de una leyes
más adecuadas a la persona y a los grupos humanos; y a la orientación
más idónea en la organización del sistema de administración de justicia.

Esta rama se percibe como limitada en muchos aspectos, ya que es muy


cierto cuando se afirma que no está totalmente preparada para enfrentar
los problemas a las que se ve implicada; pero todo esto es a raíz de las
dificultades por las que ha tenido que pasar para poder reclamar un
espacio respetado dentro del ámbito psicojurídico. Dicho espacio aún no
se encuentra del todo posesionado dentro del sistema legal vigente en
Colombia, pero se espera que a partir del nuevo cambio en la reforma a
la Constitución con respecto al proceso de investigación anteriormente
utilizado, donde pasamos de un Sistema Mixto Inquisitivo a un Sistema
Acusatorio Oral; el rol del psicólogo se instaure de forma dominante
dentro de los escenarios legales, al punto de ser uno de los más
importantes dentro de todo el engranaje judicial que se realiza, como lo
expresa en su opinión la Ps. Isela Mojica Rodríguez dentro de la
entrevista realizada.
Apuntando al por qué es importante que se lleve a cabo este tema de
investigación, se pueden mencionar una serie de elementos los cuales
justifican claramente el interés por haber llegado a desarrollar este
documento. El primero de ellos tiene que ver con la falta de literatura
acerca del tema. Este fue el móvil que condujo a tomar la determinación
de enfoque hacia la realización de este tema. Este inconveniente no sólo
se expone desde el punto de vista de lo manifestado por los peritos y
pioneros entrevistados, o desde lo expresado por los autores de las
diferentes fuentes bibliografías que se exhiben dentro de este
documento; sino precisamente desde el punto de vista de una persona
que vivió en carne propia la carencia literaria acerca del tema, cuando se
emprendió la búsqueda bibliográfica del mismo. Es por ello que se
termina de llevar a la realidad, el proyecto de hacer una investigación
donde se mostrará el Desarrollo de la Psicología Jurídica en Colombia; y
a la vez ésta queda registrada como una de las pocas fuentes
bibliográficas del área en cuestión, para que las personas interesadas en
el mismo puedan tener una base del tema, que los coloque en órbita y en
conocimiento con la psicología jurídica dentro del marco de referencia
mundial y colombiano.

También se hace importante la exposición de este tema para, como se


expone en los objetivos, describir y analizar el desarrollo histórico,
conceptual y de las aplicaciones de la rama en Colombia. Siempre va a
ser esencial poseer un conocimiento básico de las áreas, ciencias o artes
que nos llamen la atención; y la psicología jurídica no es la excepción.
Los interesados en el tema, bien sea porque lo quieran llevar a cabo o
porque ya se encuentren laborando en este campo; deben conocer cuál
es la génesis, evolución y puesta en marcha de la rama en cuestión; es
por ello que este punto ya fue cubierto dentro de la investigación.

Otro punto que impulsó a llevar a cabo la realización del tema, fue el de
mostrar el panorama actual en el que se encuentra Colombia con
respecto a esta nueva área; de manera que los psicólogos, psicólogos
jurídicos y los especializados en sus ramas, o simplemente los
interesados en el tema, estuvieran al tanto sobre qué piso se encuentran
de soportados y a partir de éste poder comenzar a actuar y enfocarse
dentro de la misma.

Finalmente, se quiso describir y analizar el área de la Psicología Jurídica


en Colombia; para así poder determinar una conclusión del desarrollo
verdadero de esta rama desde sus inicios hasta el momento presente; o
si por el contrario, lo que expresan algunos profesionales que se
desempeñan en el ámbito psicojurídico, con respecto a un posible
estancamiento de esta rama en cuanto al rol del psicólogo jurídico, es
cierto. Uno de estos profesionales en el área, que exponen esta
situación, es el psicólogo forense que trabaja en el INMLYCF de
Medellín, Javier Villa. Este psicólogo expresa que muchas veces el
psicólogo jurídico tiene muchísimas funciones por desarrollar y resulta
que terminan enmarcándola en solo dos o tres de las cuales ninguna es
la que verdaderamente lo destaca como perito en la materia,
estancándolo y subutilizando sus verdaderas funciones.

En cuanto al aporte que realiza esta investigación desde su postura


como rama de la psicología que es, hacia la sociedad en general; se
encuentra el exponer el papel tan importante que juega esta especialidad
dentro de la situación de violencia y atropellos contra la integridad física,
mental, psicológica y sexual del ser humano; en la que se encuentra el
país. Porque tal y como lo expresa el criminólogo, Jose Ignacio Ruiz,
"hay una esperanza de que la psicología jurídica ayude a entender al
menos qué es lo que pasa en este país, por qué hay tanto crimen, tanto
sufrimiento"; obligándonos a pensar seriamente cómo podemos brindar
aportes significativos hacia la sociedad desde el ejercicio psicojurídico. Y
este aporte se podrá llevar a cabo de una manera más exitosa, a partir
de la implementación del cambio en el sistema legal del país, como se
expuso anteriormente. Todo apunta a que con la llegada del ya vigente
Sistema Penal Acusatorio, la perspectiva de la Psicología Jurídica va a
cambiar de manera positiva; donde finalmente el psicólogo jurídico será
realmente tomado en cuenta como un agente que va a marcar la
diferencia dentro de la dinámica y puesta en marcha de los aspectos
psicológicos que se encuentran dentro de la rama del Derecho y de los
mismos con respecto a los actores jurídicos que participan en los
procesos legales.

MARCO CONCEPTUAL

2.1. HISTORIA DE LA PSICOLOGIA JURIDICA EN COLOMBIA

Tal como lo reporta Jiménez Burrillo (1986. Citado por: Caballero y


Prada, 2001), las relaciones entre la Psicología y el Derecho no han sido
fáciles, posiblemente no muy deseadas; y cuando se han dado, éstas
han estado cargadas de recelo, estereotipo y actitudes negativas entre
los profesionales de estas dos disciplinas. Esta situación ha contribuido,
entre otras cosas, a que se haya dado poco desarrollo y posibilidades de
crear "un cuerpo sistematizado de conocimientos aplicados a la ciencia o
a la técnica jurídica" (Muñoz, Bayés y Munné, 1980. Citados por:
Caballero y Prada, 2001).

Estos autores presentan, además, las posibles causas que han


contribuido a este atraso. Un caparazón de abogados para recibir y
aceptar aportes de otras disciplinas; además, éstos están alejados del
método científico y de las preocupaciones antropológicas. Un supuesto
psicologismo que los ha inducido a suponer que poseen habilidades
innatas en la técnica psicológica, lo cual los lleva a rechazar una
psicología que no se ajusta a sus creencias, pues no consideran que
necesitan de una psicología especial; por ultimo, la poca cantidad de
aplicaciones llevadas con éxito que ha tenido la psicología científica
hasta épocas recientes, principalmente en la rama psicosociológica, lo
que no ha permitido un acercamiento entre estas dos disciplinas.

Muñoz, Bayés y Munné (1980. Citados por: Caballero y Prada, 2001) dan
una explicación a esto: la Psicología se movía anteriormente en
corrientes poco claras, creando un vacío que permitió el desarrollo de
una cultura psicológica de los juristas, la cual a quedado en muchos
libros de Derecho, y aun se mantienen.

Sin embargo, la Psicología se ha visto intervenida con el Derecho desde


el nacimiento de la historia, ya que a las dos le concierne la conducta
humana. Con respecto a esto, Romero (1973) comenta que la Biblia
ofrece una serie de episodios que pueden ser relacionados con la
psicología jurídica. Episodios tales como el fallo de Salomón,
pronunciado para dilucidar quién podría ser la madre del niño que dos
mujeres se disputaban, considerándolo cada una como suyo; y el
episodio de la casta Susana en que fueran confundidos los testigos que a
ésta acusaban falsamente, empleándose por el juez medios que
obedecen a técnicas de investigación criminal, aún hoy usados para
descubrir en un testigo o varios el faltar a la verdad en la narración de los
hechos. De igual forma, el decálogo que Moisés trajo de la montaña
contiene mandamientos que todavía hacen parte del cuerpo del Derecho
moderno, tales como el robo y el homicidio, mientras que otros
elementos del antiguo testamento todavía gobiernan la práctica legal.

Más tarde, textos del mundo antiguo como, por ejemplo, la República de
Platón, que es básicamente una búsqueda del significado de justicia, han
sido estudiados en el intento de entender las bases psicológicas de los
conceptos legales.
De igual forma los romanos, por ejemplo, hicieron su muy notable
contribución con respecto a los aspectos legales de las enfermedades
mentales ya que a ellos se debe la terminología aún empleada mediante
la cual en algunos códigos aparecen definidas las enfermedades o
estados mentales con las palabras "furiosi" (persona completamente
privado de la razón, tuviese o no intervalos lúcidos), "mente capti"
(persona cuyas facultades intelectuales estaban poco desarrolladas),
"dementis" (privado de entendimiento o falto de juicio) y "fatui" (falto de
razón o entendimiento); aunque la existencia de tales estados no era
declarada por el médico sino por los jueces (Romero, 1973).

Sin embargo, no fue sino hasta los tiempos medievales que la actividad
forense, como tal, aparece; cuando las cortes reales reconocieron la
necesidad de que expertos testificaran en asuntos más allá del
conocimiento general del juzgado y el juez.

Según Haward y Gudjonsson (1998) el lugar de nacimiento de la


Psicología Jurídica es Leipzig, Alemania; siendo en la Universidad de
Leipzig donde se fundó el primer laboratorio de psicología experimental
del mundo, por Wilhelm Wundt, en el año de 1879. En dicho laboratorio,
fenómenos sensoriales y comportamentales eran medidos y convertidos
en sujeto de manipulación experimental. Para Wundt, un experimento
auténticamente psicológico debía comprender un estímulo objetivamente
cognoscible y preferiblemente mensurable, aplicado en condiciones
perfectamente establecidas, y determinante de una respuesta igualmente
susceptible de ser objetivamente conocida y medida. Pero existían
ciertos pasos intermedios que debían ser conocidos a través de la
introspección, complementada a veces con ciertos instrumentos. De esta
manera la introspección se convirtió en manos de Wundt en una
herramienta primaria para la psicología experimental. Sin embargo, antes
de la entrada oficial de la psicología en el mundo de las leyes y de los
juristas, se hicieron pequeñas entradas como anuncio de lo que estaba
por suceder para el desarrollo de la ciencia psicológica.

En base a lo expuesto por Gulotta (2000) y la Asociación Colombiana de


Psicología Jurídica y Forense (2004), se han plasmado una serie de
eventos que propician la conformación de la historia de la psicología
jurídica.

Así, se registra que en España, en 1840, los autores C. Arenal, F. Giner


De Los Ríos, L. Simarro & P. Dorado Montero; daban énfasis en sus
estudios, al valor ético del castigo. Luego, en 1843, en el Reino Unido, un
psiquiatra fue pedido para evaluar el estado de salud, en el momento del
hecho delictivo, de un sujeto. El tribunal aceptó su opinión y el
demandado se juzgó inocente.

En Italia, en 1882, G. Ziino, lanza su libro "La Fisio-Patologia del Delitto"


("La Fisio-Patología del Delito); y, en 1885, Sighele escribe "La Folla
Delincuente" (La Masa Delincuente).

En ese mismo año, 1885, en Canadá se pidieron opiniones de


psiquiatras en un juicio contra Louis Riel, líder de los Métis (mestizos
franco-indígenas) y defensor de su territorio canadiense, quien dirigió sus
fuerzas contra una coalición de policías y voluntarios, el 26 de marzo de
1885, en la batalla que dio lugar a la Rebelión del Noroeste de Canadá.
Los Métis ganaron la batalla, pero al final perdieron la guerra cuando el
15 de mayo fue juzgado L. Riel y se le acusó de alta traición. Fue
entonces cuando el 16 de noviembre de 1885 en Regina, Alberta, el
Métis más notorio en la historia canadiense fue ahorcado. Además de
requerirse de la presencia de psiquiatras en ese juicio, también fue
necesaria su presencia en algunos otros, en el mismo año. Mientras
tanto, en Alemania, desde la influencia del investigador alemán W.
Wundt, los tribunales estaban rechazando las aplicaciones de la
psicología a la ley.

En 1892, en Estados Unidos, el profesor Karl Marbe, pupilo de Wundt,


creó historia legal demostrando en corte el fenómeno de tiempo de
reacción en una acción civil, probándole a la corte que el conductor
acusado de ser responsable por un accidente de trenes, no pudo haber
detenido el tren a tiempo para evitar el desastre. Más tarde, en 1893, en
Estados Unidos, J. M. Cattell realizó un experimento en la psicología del
testigo ocular.

Al año siguiente, en 1894, en Alemania, específicamente en Dresdan


durante una reunión de la Sociedad Psiquiátrica Alemana; R. Sommer
presentó un ensayo sobre la psicología delictiva. Él propuso unir las
opiniones de C. Lombroso con una nueva teoría en las tendencias
delictivas psicológicas.

Después de esto, nuevamente en Italia, en 1895, G. Vacchelli produce su


libro "Le Basi Psicologiche del Diritto Pubblico" (Las Bases Psicológicas
del Derecho Público); y L. Ferrarini, escribe "Minorenni Delinquenti.
Saggio di Psicologia Criminale" (Jóvenes Delincuentes. Un Ensayo de
Psicología Criminal).
En 1896, un estudiante de la Universidad de Leipzig, Schrenck-Notzing
es reconocido como el primer psicólogo forense. La ley lo habilitó para
presentar en una corte de Munich los detalles de un experimento de
laboratorio sobre sugestión y errores de la memoria, en un caso de
homicidio. El asunto que Schrenck-Notzing testificó fue que los testigos
en el caso, debido a publicidad antes del juicio, habían fallado en
distinguir entre lo que habían visto pasar y lo que había sido reportado
por la prensa (Haward y Gudjonsson, 1998). Igualmente, este mismo
año, R. Sommer (Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Giessen,
Alemania) dio algunas opiniones expertas en tres Cortes del Distrito y en
algunas prisiones del Gran Ducado; y en Italia, Bonanno escribe "Il
Delinquente per Passione: Studi di Psicología Criminale" (El Delincuente
por Pasión: Estudios de Psicología Criminal).

Luego, en 1900, Hugo Münsterberg formó un laboratorio psicológico en la


Universidad de Harvard e intentó introducir la psicología aplicada a las
cortes americanas. En Estados Unidos hubo una oposición hacia este
intento, y Münsterberg escribió un conteo de lo que podía realizar un
psicólogo forense al curso de la justicia, lo cual fue controversial y fue
recibido con sentimientos encontrados de abogados y psicólogos. Este
aporte de Münsterberg fue hecho ya que el autor se encontraba atraído
por la circunstancia de que la mayoría de los procesos dependían en
importantísima medida de las declaraciones de los testigos; y debido a
que los estudios sobre los fenómenos ligados a la memoria y a la
percepción, eran poco atendidos. En conclusión, él puntualiza la
imperiosa necesidad que tiene la ley positiva de conocer y aplicar los
hallazgos de la psicología científica, especialmente en el campo del
testigo presencial (Pérez, 1996).

Luego de Münsterberg, le siguió otro pupilo de Wundt, Judd; quien instaló


un laboratorio en la Universidad de Yale. La contribución principal de
Judd fue en las técnicas experimentales y los instrumentos asociados
(Haward y Gudjonsson, 1998). Más tarde, en 1903, en Alemania, W.
Stern escribe el libro "Beiträge zur Psychologie der Aussage"
(Contribuciones a la Psicología del Testimonio); y nace en Madrid,
España, la Escuela Criminológica.

Luego, desde 1905, en Italia, nace la "Rivista di Psicología" (Revista de


Psicología), en la cual se publican ensayos de escritores como Ferrari,
Ferri, Renda, Consoni, De Sanctis, Fiore, entre otros. En ese mismo año,
Lombroso escribe "La Psicología dei Testimoni nei Processi Penali" (La
Psicología del Testimonio en los Procesos Penales). Además, se crea el
Instituto Pedagógico Forense, en Milán; la Escuela para Oficiales de
Policía Científicos, en Ferrara, supervisado por Cappelletti; en Alemania,
H. Gross escribe el libro "Kriminal Psychologie" (Psicología Criminal); y
en Francia, A. Binet "La science du témoignage" (La ciencia del
testimonio).

En Italia, en 1906, M. Longo escribe "Psicología Criminale" (Psicología


Criminal) sobre el papel del testigo en el testimonio; publicado en el Vol.
XXVII del "Archivio di Psichiatria" (Archivo de Psiquiatría). Y en 1908, V.
A. Berardi escribe "Giudici e Testimoni. Studio di Psicologia Giudiziaria"
(Jueces y Testigos. Un Estudio de Psicología Judicial). También en ese
año, Münsterberg escribe "On the Witness Stand" (En el Estrado); y
después de un año, este libro era principalmente criticado por Wigmore
en un periódico emitido en "Illinois Law Review " (Revisión de la Ley de
Illinois).

En 1909, en Italia, U. Fiore escribe "Manuale di Psicologia Giudiziaria"


(Manual de Psicología Judicial); y G. Dattino escribe "La Psicologia dei
Testimoni" (La Psicología del Testimonio). Además, se crea un comité
para el estudio de los delincuentes juveniles y el problema del Código
Especial.

Entre los años de 1909 a 1917 (excepto en 1916), en Estados Unidos, se


publicó un artículo sobre psicología forense en el "Psychological Review"
(Revisión Psicológica). Luego, el "Periódico de Ley Criminal y
Criminología" y el "Periódico Americano de Psicología", siguieron su
ejemplo. En 1909, además, se creó en este mismo país el "Juvenile
Psychopathic Institute" (Instituto de Psicopatía Juvenil).

Luego, en 1910, Fiore escribe "Il Valore Psicologico della Testimonianza"


(El Valor Psicológico del Testimonio), en Italia; y en España, F.
Santamaría da un discurso acerca de la "Psicología del Testimonio", para
la "Asociación Española para el Progreso de las Ciencias".

Por otro lado, en Bélgica, en 1911, J. Varendonk testificó en un juicio de


abuso sexual. Y en Alemania, el ya mencionado K. Marbe, testificó en
dos juicios civiles y delictivos; siendo el primer psicólogo que da su
opinión en un juicio civil.

En Roma, en 1912, se crea la "Scuola di Applicazione Giuridico-


Criminale" (Escuela de Aplicación Jurídico-Criminal), supervisada por E.
Ferri. También, entre los años de 1912 a 1913, se dicta en Turín, el
Curso de Especialización en Criminología, con la participación de M. L.
Patrizi. Mientras tanto en 1913, en Estados Unidos, se establece el
Servicio de Mediación y Conciliación, en el Departamento de Trabajo. Y
en Austria, entre 1915 y 1933, Freud escribió algunos ensayos sobre el
delincuente neurótico y de Derecho Penal.

En 1916, en Italia, Patrizi escribe "Dopo Lombroso. Nuove correnti nello


studio della genialitá e del delitto" (Después de Lombroso: Nuevas
Corrientes en el Estudio de la Genialidad y del Delito).

En 1917, desde la India, el profesor P. Chandra Bose, en su


"Introducción a la Psicología Jurídica"; se dedica al estudio de la
memoria, el testimonio y la psicología del delito. Añade que esta
disciplina debe estudiar la psicología de las mentes de los legisladores,
jueces, testigos, abogados, administradores del Estado y del público en
general interesado en la recta administración de justicia.

En Alemania, durante los años 1918 a 1933, K. Wilmanns fue Director del
Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Heidelberg y realizó
una gran contribución al desarrollo de la psiquiatría forense y criminal.
Luego, en 1919, en Italia, el Ministro de Justicia admite en el Comité Real
a psicólogos y psiquiatras para la Reforma de la Ley Criminal Italiana. Y
en 1921, el proyecto resultante ("Progetto Ferri") se presentó.

En 1920, en Italia, De Sanctis & S. Ottolenghi lanzan su "Trattato di


Psicopatologia Forense" (Tratado de Psicopatología Forense). También
en Italia, en ese mismo año, el profesor Enrico Altavilla produce su
"Psicología Judicial" (Pérez, 1996).

En 1921, en Estados Unidos, en el caso State Vs. Driver, un psicólogo


dio su opinión sobre un intento de violación a una víctima de 12 años. Él
usó algunas pruebas psicológicas y concluyó que la víctima no era fiable.
La Corte rechaza esta opinión diciendo que esas pruebas médicas y
psicológicas no eran confiables para descubrir mentiras. Como
consecuencia, durante muchos años, muchos psicólogos en EE.UU. no
fueron admitidos en los juicios.

En 1922, en España, F. Santamaría escribe "La Costumbre y las Normas


Éticas y Jurídicas. Psicología del Testimonio". Y en Italia, L. Battistelli,
escribe "La Bugia nei Normali, nei Criminali, nei Folli" (Las Mentiras en
los Normales, los Criminales y los Dementes); y L. Ferrante Capetti,
"Reati e Psicopatie Sessuali" (Delitos y Psicopatías Sexuales).
En 1923, en Italia, G. Doná escribe "La Testimonianza nel Fatto Comune
e nella Vicenda Giudiziaria" (El Testimonio en el Hecho Común y en la
Circunstancia Judicial); y S. Sighele, "I Delitti della Folla studiati secondo
la Psicologia, il Diritto e la Giurisprudenza" (Los Crímenes de las Masas
estudiados según la Psicología, el Derecho y la Jurisprudencia). Al año
siguiente, en 1924, en Francia, Gorphe escribe "La Critique du
Témoignage" (La Crítica del Testimonio). Y en ese mismo año, en el
Reino Unido, F. T. Jesse acuñó la palabra inglesa "murderee" para
referirse especialmente a las personas víctimas de un asesinato.

En 1925, en Italia, E. Altavilla escribe la "Psicologia Giudiziaria"


(Psicología Judicial). Al otro año, en Estados Unidos, el profesor M. R.
Brown da a conocer su "Psicología Legal"; en la que analiza la psicología
de la sugestión y del argumento, la evidencia y el testimonio, el juez y el
jurado, el tratamiento del delito, la memoria, el hábito y la atención, entre
otros fenómenos (Pérez, 1996).

En 1928, en España, G. R. Lafora trabajó en un proyecto para un nuevo


Código Delictivo teniendo presente algunos temas especiales como la
inimputabilidad, circunstancias atenuantes, esperticia psiquiátrica, y
peligrosidad. Y en Italia, G. Doná escribe "La Delinquenza negli Affari"
(La Delincuencia en el Negocio).

En 1929, Alexander & Staub lanzan "Der Verbrecher und seine Richter"
(El Delincuente y sus Jueces), en Alemania. Y en España, M. Ruiz Funes
escribe "Endocrinología y Criminalidad". Luego, según Pérez (1996), en
ese mismo año, en Estados Unidos los autores Mc Carty, con su
"Psicología para el Jurista"; y R. Hutchins y D. Slesinger, con su
"Psicología Legal"; hicieron sus respectivas contribuciones al crecimiento
de los aportes psicojurídicos a la ciencia psicológica. Además este último
autor fue el primer profesor de psicología en una escuela de leyes en los
EE.UU.

En 1930, en Alemania, F. Alejandro y H. Staub organizaron algunos


cursos en psicología forense para abogados. En Italia, M. L. Patrizi
escribe "Addizioni al "Dopo Lombroso". Ancora sulla Genesi Psicologica
del Delitto" (Adición a "Después de Lombroso". Aún en el Génesis
Psicológico del Crimen). En España, Camargo Marin escribe "El
Psicoanálisis y la Práctica Judicial". Y en Estados Unidos, los realistas
adoptaron dos perspectivas metodológicas: el Conductismo y
Psicoanálisis.
Luego, en 1931 C. L. Musatti escribe en Italia "Elementi di Psicologia
della Testimonianza" (Elementos de la Psicología del Testimonio); y en
España, E. Mira y López dicta clases de Psicología Legal a la Facultad
de Derecho de la Universidad de Barcelona; y desde 1934 dicta la
cátedra de Psicología Forense en la Universidad Autónoma de
Barcelona. Anteriormente, en 1932, escribe su "Manual de Psicología
Jurídica"; y R. Vásquez & M. Hidalgo escriben "Lo Inconsciente y el
Crimen".

En 1934, en Italia, L. Zeppieri escribe "Delinquenti e delitti" (Delincuente y


Delito); y fueron creados los Centros de Observación para Personas
Jóvenes, para investigar la personalidad de delincuentes jóvenes y
asegurarle a ellos la mejor recuperación social. Igualmente, en Alemania,
K. Meggendorfer publicó el artículo "Forensische Psychiatrie" (Psiquiatría
Forense), en donde él discute que la doctrina que está de base en los
Nazis propuso la reforma de la ley civil y penal.

En 1935, en Estados Unidos, F. Alexander & W. Healy lanzan el libro


"Roots of Crime" (Las Raíces del Crimen); y E. Robinson lanza el suyo
llamado "Law and the Lawyers" (La Ley y los Abogados). En Italia, por su
parte, se instituyeron los Tribunales Juveniles.

En 1939 Stern, quien era el pionero en los estudios del laboratorio del
testimonio, empezó también a trabajar en algunos "más naturales"
contextos. Y en Estados Unidos, durante la II Guerra Mundial, los
psicólogos continuaron empleándose como psicómetras. También se
continuaron los estudios en el detector de mentiras, se publicaron
investigaciones en psicología militar, se publicó una tesis sobre
disertación en temas psico-forenses y se crea la Institución de la Corte
de Conciliación Familiar en Los Ángeles, para mediar los conflictos
familiares.

En 1941, en México, G. R. Lafora escribe "La concepción Moderna del


Criminal Nato". Mientras que en 1943, en España, Jiménez de Asua
escribe "El Psicoanálisis Criminal"; cuya primera edición fue titulada "El
Valor de la Psicología Profunda en Ciencias Penales", y fue emitida en
1935. Más tarde, en 1945, en Francia, la Ordenanza N. 45-174 (2 de
febrero) en Delincuencia Juvenil dio nacimiento a la práctica de
psicología legal.

En 1947, en Florencia, Italia; se creo la Ufficio Scolastico di


Collegamento (Oficina Escolástica de Conexión), para personas jóvenes
que mostraban tendencias antisociales; y en Estados Unidos, se creó el
Servicio General de Mediación y Conciliación; como una agencia privada
cooperante con el Gobierno para tratar litigaciones en materia de trabajo.

En 1948, en Alemania, H. von Hentig escribió algunos artículos en inglés


y alemán; y un libro en inglés llamado "The Criminal and his Victims" (El
Delincuente y sus Víctimas). Y en 1949, en Estados Unidos, F. Wertham
usó por primera vez la palabra "victimology" en el idioma científico; pero
el francés Mendelsohn, en 1956, exigió su paternidad literaria.

Luego en 1950, también en Estados Unidos, los Tribunales requirieron de


psicólogos y psiquiatras para participar en exámenes, prefiriendo el
acercamiento clínico.

En 1953, M. Cubí, en España, publicó algunos artículos donde la


frenología es usada para el estudio de la conducta criminal; y en Italia,
los psicólogos participaron en un congreso en el cual proponen algunas
reformas urgentes del Procedimiento Criminal Italiano.

Igualmente, en el año de 1953, se experimenta lo que sería por siempre


un sello en la historia de la psicología jurídica cuando el antes
mencionado, Lionel Haward, en el Reino Unido, le da el nombre de
"Psicología Forense" al área en cuestión; y la define como la rama de la
psicología aplicada a la que le concierne la recolección, examinación y
presentación de evidencia para propósitos jurídicos.

En 1954, en Italia, L. Battistelli escribe "La Bugia in Tribunale" (Las


mentiras en los tribunales); en Alemania, K. Schneider escribe "Die
Beurteilung der Zurechnungsfaehigkeit" (El juicio de la sanidad); y
además, se pidieron a las asociaciones alemanas de psiquiatría y
psicología dar sus recomendaciones para mejorar la Reforma del
Derecho Penal. En Suiza, se publica un artículo por Fehr, Imboden &
Marti llamado "Cómo aplicar la Psicología a la Ley"; en Estados Unidos,
durante un congreso, psiquiatras y médicos establecieron que sólo sus
opiniones podrían usarse para determinar la responsabilidad de
delincuentes legítimamente; y en Alemania, la Corte Suprema de la
República Federal Alemana permitió la examinación del testigo apoyado
por un psicólogo/psiquiatra.

En 1955, en Italia, se realizó el Curso Internacional de Crimen y


Personalidad por el Instituto de Criminología Universitario; y en Estados
Unidos, en los centros reformatorios, se crea una comisión asesora
compuesta por un ayudante social, psicólogo, psiquiatra y otros expertos
de desequilibrio social compulsivo.

En 1956, en Italia, se admitieron psicólogos como asesores de


Tribunales Juveniles; y en España, el primer Departamento de Psicología
se instituyó en la Prisión de Madrid, dirigida por Jesús Alarcón, lo cual
permitió a psicólogos trabajar en las prisiones.

En 1958, en Francia, el Art. 81-7 dice que el juez, independientemente de


la evaluación psiquiátrica, podría elaborar un expediente del sujeto cada
vez que él lo considere. Él podría decidir, para una prueba médica o una
evaluación psicológica, qué instrumentos psicológicos podría usar. Esto
le permitía considerar todos los aspectos involucrados en la personalidad
delictiva, las causas de crimen, y tratamiento de delincuentes. Para ello,
un doctor calificado ayudado por un psicólogo, debe hacer esta
evaluación. El Decreto 16 expuso que la evaluación no pudiera usarse
para buscar las pruebas del crimen.

En 1963, en Polonia, se permitió usar el detector de mentiras durante


una investigación delictiva; y en Estados Unidos, se establecieron
algunos cursos en Psicología Forense para abogados.

En 1966, en Italia, G. Gulotta y E. Ermentini dieron su juicio pericial sobre


la fiabilidad de una confesión dada después de un examen; ellos
escribieron su opinión en un informe para el Tribunal. De igual manera,
en Estados Unidos, Kalven & H. Ziesel escriben "The American Jury" (El
Jurado Americano); y por otro lado, se lanza el primer boletín de
victimología, del FMI.

En 1968, en España, el Departamento Central para la Observación de la


Prisión fue instituido con algunos funcionarios como  psicólogos,
pedagogos y abogados. En Italia, M. Limoncelli propuso establecer el
registro de víctimas; y G. Gulotta publica el artículo "Le Vittime di
Aggressioni Sessuali" (Las Víctimas de Agresiones Sexuales), en el
periódico "Giustizia Penale" (Justicia Penal).

En 1969, en Estados Unidos, se crea la Sociedad Americana de


Psicología y Ley (APLS), que es ahora una división de la Asociación
Psicológica Americana.

En 1971, en España, la Asociación de Abogados de Barcelona creó el


Instituto de Psicología Forense y Sociología. Y en Italia, se publican
"Capítulos de la Víctima" por A. Ermentini y G. Gulotta, en "Psicologia,
Psicopatologia e Delitto" (Psicología y Psicopatología del Crimen).

En 1973, en Italia, G. Gulotta escribió "Psicoanálisis y Responsabilidad


Penal". Y en 1974, en España, empieza a circular el Anuario de
Sociología y Psicología Jurídica.

En 1976, en Italia, G. Gulotta escribe "La Vittima" (La Víctima) y se


escribe también el documento llamado "Collana di Psicologia Giuridica e
Criminale" (La Cadena de Psicología Jurídica y Delictiva); en Polonia, el
Tribunal Supremo permitió el uso auxiliar del detector de mentiras, por
consiguiente sus resultados necesitaron ser confirmados; y en España,
se realiza el Primer Congreso Internacional de Psicología Forense, en
Barcelona, sobre las "Perspectivas de Psicología Forense".

En 1977, en Italia, el Grupo de Psicología Forense y la Sección de


Psicología Forense del Instituto de Psicología de la Universidad de
Milano, empezó sus actividades; y el primer curso en psicología forense
es dictado por G. Gulotta.

En este mismo país, en 1978, se realiza el Primer Congreso Internacional


de Psicología Forense, en Milán, llamado "Víctima de Ofensa: La
Prevención y Reparación". También se realiza el Congreso Nacional en
Piacenza, llamado "El Homicidio Sin Control: Los Problemas de
Inimputabilidad"; el Comité Organizador Científico era el encargado de la
Sección de Psicología Forense de la Universidad de Milán. Mientras
tanto, en Roma se realiza el Congreso Nacional de "Psicología y
Justicia"; y también en Milán, se realizó la primera Reunión Internacional
en Victimología. Además, en Austria se instituyeron cursos de psicología
en las Facultades de Ley.

En 1980, en España, sale a circulación el libro "Introducción a la


Psicología Jurídica" por los autores L. Muñoz Sabaté, R. Bayés & F.
Munné. En Estados Unidos, la División 41 de la Asociación Americana de
Psicológica (APA) realizó algunos trabajos de investigación en psicología
forense en las Universidades de Arizona, Nebraska-Lincoln, El Paso
(Texas), Virginia, la Universidad de Stanford, la Universidad Internacional
de Florida y el Colegio de Justicia Criminal John Jay de la ciudad de
Nueva York. También los psicólogos se integran al Departamento de
Policía de Los Ángeles, al Departamento Alguacil Country de Los
Ángeles, al FBI (Quantico, Virginia), y al Departamento de Corrección en
las prisiones de EE.UU.; además la Conferencia de la Casa Blanca
promovió el uso de la mediación en todos los Estados americanos; y en
California una ley sobre la "custodia colectiva" de niños fue aprobada en
caso de divorcio, ante lo cual veintiséis Estados americanos adoptaron
medidas similares.

En 1981, en España, el psicólogo era permanentemente permitido en los


Tribunales Civiles debido a la modificación de Derecho Civil en el
divorcio; y se publica una monografía en la revista "Papeles del Colegio"
de Psicología Forense. Además, se instituyeron los Tribunales
Familiares, en donde los psicólogos tomaron parte como los mediadores
familiares. En Polonia, el Proyecto de Reforma del Código de
Procedimiento Criminal apuntaba a reducir los malos usos de la
psicología. Mientras que en España los psicólogos eran
permanentemente admitidos en las Cortes Civiles, debido a la
modificación de la Ley Civil de divorcio; y se instituyeron los Tribunales
Familiares, en los cuales los psicólogos tomaron parte como mediadores
familiares. Finalmente en ese año, en Estados Unidos, en California, se
emitió una ley para la mediación de la custodia en casos de divorcio y
aumentó el uso de la hipnosis en contextos forenses.

En junio de 1982, en el Reino Unido, se realiza la Conferencia


Internacional de Psicología Británica y Ley; y el Comité para
Procedimientos Matrimoniales, promovió la mediación en los casos de
divorcio y separación. Luego, en 1983, en España, el proyecto para el
nuevo Código Delictivo permitió la valoración del demandado. Y en
Estados Unidos, en Michigan, una ley declara las características del
mediador familiar, en conformidad con la Ley Californiana de 1981. Más
tarde, en 1984, se creó el Centro de Psicología Forense en la
Universidad de Turín, dirigida por Fornari.

En 1985, en Francia, se establece la Asociación para las Víctimas de la


Represión en el Exilio (AVRE). Juristas, psicólogos, pedagogos, doctores
y otros profesionales trabajaban en él. Mientras que en Estados Unidos,
la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Principios
Básicos de Justicia hacia las víctimas de los crímenes y abuso de poder.

En 1986, en España, publican J. Burillo & C. Díaz el libro "Psicología


Social y Sistema Penal"; y J. F. Morales, A. Blanco, C. Huici & J. M.
Fernández, el de "Psicología Social Aplicada". En Italia, la psicología
forense fue incluida entre los cursos para el grado de Psicología en la
Universidad de Roma "La Sapienza" (La Sabiduría), pero no fue llevada a
cabo sino en los años de 1988/89. En Noto y Siracusa, el I.S.I.S.C.
organizó algunos talleres en los temas de la psicología forenses. La
Sección de Psicología y Ley se instituyó al Consejo de Abogados de
Barcelona.

En 1987, en Italia, G. Gulotta publica el "Trattato di Psicologia Giudiziaria


nel Sistema Penale" (Tratado de Psicología Jurídica en el Sistema
Penal); la Editorial Cedam realizó "Collana Atti e Documenti dell'Istituto
Superiore Internazionale di Scienze Criminali" (Acciones en Cadena y
Documentos del Instituto Superior Internacional de Ciencias Criminales),
dirigido por M. Cherif Bassiouni; en Roma, en el Departamento de
Desarrollo y Procesos de Socialización de la Universidad "La Sapienza",
da inicio al Centro de Estudios de Psicología Forense para Niños y la
Familia dirigido por Dell'Antonio; y en las Universidades de Roma ("La
Sapienza"), Milán (Católica y Statale), Bolonia, Génova, Padua, Urbino;
se empezaron cursos en temas psicoforenses y cursos de
Especialización. Mientras, en Polonia, el Tribunal Supremo permitió el
uso de hipnosis sólo para propósitos terapéuticos. Y en España, los
psicólogos clínicos se admitieron para el tratamiento forense y médico.

En 1988, en Italia, Gulotta & G. Santi publican "Dal Conflitto al


Consenso" (Del Conflicto al Consenso); siendo el primer libro italiano de
mediación y psicología de Derecho Civil. También se realiza en
Maastricht, la Primera Conferencia Internacional de Psicología Forense.
Y entre 1988 y 1989, se admitieron psicólogos en las Cortes Juveniles de
España.

En España, entre 1989 y 1991, se publica la revista "Delincuencia"; y los


Tribunales Juveniles fueron establecidos, en donde los Psicólogos eran a
menudo empleados como expertos. En Estados Unidos, se lleva a cabo
la Primera Encuesta Internacional de Victimización, promovida por
UNICRI y el Ministerio de Justicia de los Países Bajos; la cual se
contestó en 1992.

En los 90s, en Italia, muchos centros para la defensa de mujeres


maltratadas y niños se ponen en marcha. En toda la Europa (Reino
Unido, Alemania, Croacia, etc.), el trabajo de investigación sobre víctimas
fue aumentado; dicho tema fue analizado desde el punto de vista del
psicoanálisis e incluyó algunas otras perspectivas teóricas. La
victimología dio un empujón notable por Fattah, Viano, Doerner &
Laboratorio, Wexler, Ochberg, Money y Roberts (quienes publicaron en
1990 los resultados de la encuesta nacional acerca de los servicios y
programas de ayuda para las víctimas). Y en el año de 1990, Giuffré
Editores publicaron "Collana Prospettive di Psicologia Giuridica" (Cadena
de Perspectivas de la Psicología Jurídica), dirigido por A. Quadrio.

En 1991, en España, se crea en "Papeles del Colegio", una nueva


monografía de psicología forense; y el Colegio de Psicólogos publica su
"Anuario de Psicología Jurídica". En Italia, en el Paso de la Mendola, el
Centro de la Cultura de la Universidad Católica de Milán organizó el
Primer Taller de Psicología Forense para abogados y científicos sociales.
También, en el Reino Unido, se lleva a cabo la Primera Conferencia
Anual de la División de Psicología Forense y Criminológica, en
Canterbury. En ella, temas de Derecho Penal y Derecho Civil fueron
discutidos; además los psicólogos ingleses se quejaron por la poca 
importancia que ellos tenían en los casos de adopción, comparados con
la importancia que se les daba a los psicólogos americanos en sus salas
de tribunales. Por otro lado, en España, los psicólogos fueron admitidos
en los equipos de vigilancia penal. Además, en EE.UU., la Encuesta
Nacional del Crimen (NCS), se convirtió en la Encuesta Nacional del
Crimen y la Victimización (NCVS). Y entre 1991 y 1992, se le asignó a L.
Bal Filoramo, durante 4 años, la docencia de Psicología Forense en la
Universidad de Turín.

En 1992, en Francia, se creó la Sociedad Francesa de Psicología Legal


por Viaux de Rouen; mientras que en Europa, se crea la Asociación
Europea de Psicología y Ley (EAPL). Y en Bolonia, se establece el
Centro de la Investigación Interdepartamental de Victimología, dirigido
por A. Balloni.

En 1993, en Francia, en el Nuevo Código de Procedimiento Criminal se


permitieron los juicios periciales psicológicos. En Roma, en la
Universidad "La Sapienza", la Sociedad Internacional de Psicología
Forense empezó sus actividades y empiezan también los Doctorados en
Psicología Forense.

En 1994, en España, J. Sobral, R. Arce & A. Prieto publican su "Manual


de Psicología Jurídica". Y en Italia, se lleva a cabo el X Congreso
Nacional de la Sociedad de Criminológica Italiana de la Víctima y la
Mediación, en Gargnano.

En 1995, en Italia, Quadrio & De Leo publican "Manuale di Psicologia


Giuridica" (Manual de Psicología Jurídica). También en ese año, el primer
profesorado completo en Psicología Forense se estableció en la
Universidad de Turín; el cual fue asignado a G. Gulotta. Además, en
Roma (luego en Milán y Palermo), el GPG empezó los primeros dos años
entrenando el Curso de Psicología Forense; D. Pajardi Editores
publicaron "Danno Biologico e Danno Psicologico" (Daño Biológico y
Psicológico); y G. Ponti publica "Tutela della Vittima e Mediazione
Penale" (Defensa de la Víctima y Mediación Penal).

En 1996, en Italia, la Editorial Centro Científico publica "Collana di


Criminologia Clinica, Psichiatria Forense, Psicologia Giudiziaria" (Cadena
de Criminología Clínica, Psiquiatría Forense y Psicología Jurídica);
supervisada por U. Fornari, quien también dirigió la Especialización en
Psicopatología y Psicología Forense de la Universidad de Turín, entre los
años de 1996 y 1997. Por otro lado, la Asociación Italiana de Psicología
Forense fue instituida y su presidente era G. Gulotta; la "Carta di Noto"
(Papel del Conocimiento) fue escrita, y se evaluó con ella las
instrucciones principales para el examen psicológico de personas
jóvenes; la Sección de Psicología Forense se instituyó al Departamento
de Psicología de la Universidad de Palermo, supervisada por A. M. Di
Vita; y se llevó a cabo la VI Conferencia Internacional de la Asociación
Europea de Psicología y Ley (EAPL), en Siena.

En 1997, en Italia, sale a circulación la Primera Revista de Psicología


Jurídica llamada "Rivista di Psicologia Giuridica", por la Sociedad Italiana
de Psicología Forense; la revista "Kos" escribe un artículo de Psicología
Forense; y se establece en Turín la Academia Italiana de Psicología,
Psiquiatría y Ley. Por otro lado, en Francia, el autor G. López publica su
"Victimologie" (Victimología); y en Estados Unidos, los autores I.
Horowitz, T. Williging & K. Bordens sacan a circulación "La Psicología de
la Ley".

En 1998, en España, M. C. Díaz escribe "Fundamentos de la Psicología


Jurídica"; en el Reino Unido, G. H. Gudjonsson y L. R. C. Harward
publican el libro "Forensic Psychology" (Psicología Forense); en Italia, se
crea la Especialización en Psicología Forense, en la Universidad de
Palermo, dirigida por A.M. Di Vita; y se lleva a cabo la Reunión de
Psicología Forense en Turín, acerca del tema "Psicología Legal y
Responsabilidad", en los días 21 y 22 de marzo de ese mismo año. Y la
última fecha registrada dentro del marco de la psicología jurídica a nivel
anglosajón y europeo, se da en el año 2000, en Italia; cuando se trata el
primer tema de "Psicologia & Giustizia" (Psicología y Justicia) dentro de
una revisión en línea de psicología forense.
Jiménez Burillo (1986. Citado por: Caballero y Prada, 2001), por otra
parte, discrimina de manera general cuatro períodos en la historia de la
psicología jurídica. El primero se encuentra comprendido entre el
comienzo del siglo XX, hasta finales de los años 20. Es dentro de este
período que, hacia 1900, aparecen publicaciones de autores como Stern
y Münsterberg, en 1907; los cuales concentran sus escritos más en
aspectos relacionados con los procesos psicológicos del testimonio.
También de Bose, en 1917, y de Briw, en 1926; quienes en sus escritos
se refieren a temas de procesos de memoria, testimonio y de psicología
del delito.

Propone un segundo período, que va hasta la época de los años 50 y se


caracteriza por la aparición de trabajos y monografías en el tema de
psicología legal. Los autores McCarthy y Robinsón, con sus escritos en el
año de 1929, son ejemplo de ello. El primero publicó "Psicología para
Juristas", y el segundo escribió alegatos a favor de la utilidad de la
Psicología para el Derecho y viceversa, ante lo cual recibió ataques de
los juristas. Además, en esa época se da tanto la aplicación de la
psicología a los procesos legales, como también la crítica a la misma.
También se encuentra el artículo de Hutchian y Slesinger (1929), quienes
acusaron a los jueces y jurados de hacer supuestos acerca del
comportamiento de las personas. Y adicionalmente, lo concluyen
solicitando un acercamiento entre las ramas del Derecho y la Psicología.
Dentro de este mismo período, entre los años 40 y 50, se realizaron
algunos trabajos acerca del testimonio, delito y simulaciones de decisión
del jurado; los cuales pasaron desapercibidos dentro del marco legal.

En el tercer período acontecido por los años 50, continúan apareciendo


un aumento de publicaciones importantes, dirigidas específicamente a la
Psicología Clínica y Social, dentro de los campos de: trastornos
mentales, influencia de la publicidad sobre las causas antes de
celebrarse el juicio y problemas derivados de la segregación racial y los
derechos civiles; lo cual causó de nuevo la barrera colocada por los
juristas.

En el cuarto y último periodo propuesto por Jiménez Burillo, transcurrido


entre el año de 1970 hasta el presente año; se ha presentado lo que
llaman un boom de publicaciones, tanto en libros como revistas. De aquí
se desprende el reconocimiento a la mencionada Época de Oro de la
Psicología Jurídica. Acerca de ella, el autor June Louin Tapp recopiló un
total de 199 publicaciones (incluyendo cursos y conferencias) dentro de
su libro "Psychology and Law: An Overview" (Psicología y Ley: Una
Apreciación Global), en la Revisión Anual de Psicología. También halló
que el área que generaba mayor interés, junto con los procesos de
socialización legal, era la del Derecho Penal.

Es importante ver cómo los pioneros de la psicología jurídica se han


basado principalmente en el conductismo, viéndose esto reflejado en
todas las investigaciones y estudios del análisis del comportamiento con
relación, por ejemplo, a la delincuencia o toma y análisis de los
testimonios, entre otros (Pérez, 1996).

Por otro lado, haciendo énfasis en el marco latinoamericano de la


psicología jurídica, es deprimente observar como al inicio el ejercicio
profesional de la psicología se limitaba a ser auxiliar de la medicina,
específicamente de la psiquiatría. En él, el psicólogo desarrollaba la
profesión en la práctica hospitalaria y privada, bajo las órdenes y estricto
control médico. Con respecto a la relación psicólogo-psiquiatra, varias
modificaciones se han ido implantando a lo largo de los años, pero en
algunos aspectos se sigue manteniendo. Entre las modificaciones
mencionadas se encuentra la reciente aparición de la especialidad en
Psicología Forense, en la cual el psicólogo representa un papel
independiente del psiquiatra, realizando peritajes; aunque, como se dijo
anteriormente, en algunas instituciones aún mantiene un papel de
subordinado.

Siguiendo el marco latinoamericano, la Psicología Jurídica se destaca en


los países de Argentina y México. En la UBA (Universidad de Buenos
Aires) de Argentina, el posgrado en Criminología era accesible para
abogados, médicos e incluso odontólogos, pero para los psicólogos era
vetado. En el ámbito judicial, estaba limitada la participación del
psicólogo a la voluntad de algunos jueces para el requerimiento de
consejos; muy diferente resultaba con el cuerpo médico forense, en
donde lo exigía la ley. Afortunadamente la situación cambió cuando se
publicó en Argentina la Ley del Ejercicio Profesional de la Psicología, en
donde se legisla el quehacer del psicólogo y se le permite realizar un
sinnúmero de ejercicios ante la sociedad. En ella se establece que
podrán ejercer la profesión quienes posean del título de psicólogo
habilitante reconocido. También se estipula la prohibición con respecto a
prestar firmas o nombres a terceros. Además, se permite realizar
diagnósticos y aconsejar sobre la internación en establecimientos
públicos o privados a aquellas personas que atiendan y que por su
trastorno signifiquen peligro para sí o para terceros. Un logro importante
es el reconocimiento legal de la preparación y facultad del psicólogo para
la práctica de la psicoterapia, lo cual se hacía en hospitales (Aguilera,
2003). También en Argentina, en 1959, el profesor Plácido Alberto Horas
creó la cátedra de Psicología Jurídica, en la Facultad de Psicología de la
Universidad Nacional de Cuyo; la cual en la actualidad se ha convertido
en un área de especialización en pregrado. Por otro lado, en México, en
el 2001, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Oaxaca
(CEDHO); organizó la Primera Semana Estatal de Psicología y Derechos
Humanos, de la cual el Dr. Eric García López fue el director general.
Dentro de ella, se contó con una asistencia estable de 400 personas
aproximadamente, durante toda la semana; la mayoría eran estudiantes
de Psicología y Derecho de diversas universidades de México. Los temas
tratados estuvieron encaminados a disertar sobre la relación entre los
estudios científicos sobre la personalidad y la conducta humana, para un
mejor respeto al ámbito jurídico y particularmente a los Derechos
Humanos. Y también en Oaxaca de Juárez, México, el 11 de agosto de
2002, en la Casa de la Cultura Jurídica de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación y Consejo de Tutela para Menores Infractores del Estado de
Oaxaca; se desarrollaron las jornadas para discutir el tema de la "edad
penal", con miras a la reforma de los artículos correspondientes. El tema
que tuvo relación con la Psicología Jurídica en ese contexto fue el de
"Óptica de la Psicología Jurídica en la Edad Penal".

El autor Alexis Andrade (2002) también hace una crítica al desarrollo de


la psicología jurídica en Latinoamérica y especialmente en Colombia;
diciendo que la psicología, como ciencia que aborda las problemáticas
vinculadas al sujeto en situación de atravesamiento legal, se viene
realizando desde finales del siglo XIX; siendo su principal interés el
comportamiento criminal, sirviendo a su vez como herramienta de
coerción estatal para contener a los desviados del orden existente. Son
varias las teorías psicológicas que tratan de explicar este fenómeno, mas
solo se hará mención de las que aún están vigentes. La primera teoría
que lleva a cabo esta función es la Psicobiologia de Lombroso amparada
por el positivismo, que explica el ser criminal como algo innato;
heredando un atavismo psicológico, tipológico, etc. A su vez, se genera
un diagnóstico de peligrosidad y la consecuente defensa que hace la
sociedad "sana" de su parte "enferma". El Psicoanálisis, por su parte,
está representado por diversos modelos explicativos que van desde el
criminal como chivo expiatorio, el delito como efecto del complejo de
Edipo, hasta producido por sentimientos de culpa, etc. Por último, el
Conductismo nos da su visión de que el crimen procede del aprendizaje
social y del refuerzo de su conducta. Todas estas teorías fueron acogidas
por nuestro margen latinoamericano como sagradas, sin reparar que la
historia de donde salieron estas teorías, y por ende de su delincuencia,
es muy distinta a la nuestra. Hemos acogido una psicología forense que
desde sus inicios ha sido discriminatoria, acrítica y legitimadora del
sistema punitivo; patologizando el crimen, anclada aún en una lectura
positivista con credo terapéutico y empeñada en rehabilitar, dejando a un
lado el acto delictivo para depositarlo en la biografía de la persona,
justificando la intervención represiva o curativa del sistema penal como
defensa frente a los desviados. La tarea más importante de cualquier
psicología forense es despojarse críticamente de estos paradigmas, que
no nacen de nuestra realidad; por lo cual deberíamos crear una
psicología forense interdisciplinaria donde se realice una crítica de la
vulnerabilidad del ser ante el Sistema Penal selectivo colombiano, o de lo
contrario seguir ejerciendo, con la conciencia infeliz, determinadas
formas de control que responden a los intereses de países hegemónicos
(Andrade, 2002).

Sobre el desarrollo de la psicología jurídica en Colombia, se pronuncian


los autores López (1996), Parra (2000) y Caballero & Prada (2001); como
se expone a continuación.

En Colombia, se empezó a ejercer la psicología jurídica, según López


(1996), en el año de 1974; cuando se vinculó al Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLYCF) la primera psicóloga
forense, la Dra. Victoria Eugenia Villegas Mejía, en la capital de la
República.

Luego, según Caballero y Prada (2001), en 1976, Reinaldo Giñazú


organizó la especialidad de Psicología Jurídica en la Facultad de
Psicología de la Universidad de San Buenaventura de Medellín; y un año
y medio después, con Mercedes Loizo, la organizó también en la
Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia de
Bogotá, impulsada en ese entonces por el Decano José Antonio
Sánchez.

En la última universidad nombrada, hasta el año de 1982, se trabajó en


esta área con seminarios electivos en los cuales se veían elementos
tales como Derecho Penal y Civil, escuelas psicológicas que explican la
conducta criminal, la relación entre Psicología y Derecho, y sus ciencias
auxiliares. Estos temas se trabajaban en 7mo y 8vo semestre; y en 9no y
10mo se profundizaban temas como el rol del psicólogo, peritaje
psicológico, agresión y violencia, tratamiento del delincuente menor y
adulto, y criminología. Además, conjunto con esto, se realizaban
prácticas profesionales en cárceles, penitenciarías y en el INMLYCF.

A partir de 1982, en 8vo semestre, se incluye la materia dentro del


currículo de la Católica, a manera de introducción al campo de
profesionalización de la psicología; mientras que para 9no y 10mo se
siguen llevando a cabo seminarios de profundización en algunos de los
temas mencionados anteriormente, tales como: psicología del testimonio,
confesión e interrogación, tratamiento penitenciario, entre otros. Hoy día,
aún se tienen practicantes en la Reclusión Nacional de Mujeres y en la
Cárcel Nacional Modelo de la ciudad de Bogotá.

En 1980 se firma un convenio entre la Facultad de Psicología de dicha


universidad, a través de su área jurídica, y el Ministerio de Justicia; con el
objetivo de impulsar el Sistema Penal Colombiano. Dicho convenio se
legalizó y renovó hasta el año 1985, año en que se dejó de hacer debido
a los cambios administrativos en la facultad.

Algunos de los egresados siguieron trabajando en esta área. Entre los


que siguieron en ella, se encuentra un grupo de ex alumnos que
organizaron y ejecutaron programas de capacitación para los
magistrados de la rama penal, civil y aduanera; en lo concerniente a la
selección de jueces. Igualmente, se llevaron a cabo programas de
capacitación con Jueces de Menores y Familia; en lo que respecta a la
forma como se debe realizar una indagatoria y al rol del defensor de
menores, desde una perspectiva psicológica. Estos programas se
realizaron con el apoyo y control de la rama judicial del Ministerio de
Justicia. Vale la pena aclarar que estos programas se llevaron a cabo en
todo el país, se iniciaron en 1990 y aún se continúa con el programa.

En cuanto al desarrollo de esta área en otros ámbitos académicos, se


destaca la cátedra de Psicología Criminológica en la Universidad Santo
Tomás; la cual fue incluida en el pénsum académico desde los inicios de
la Facultad de Psicología, en el año 1979. El objetivo de esta cátedra era
analizar la criminalidad desde los diferentes puntos de vista psicológicos
y discriminar las acciones posibles del psicólogo en éste campo. Su
contenido se remitía al ámbito de la psicología criminal, la criminalidad,
paradigmas en la psicología criminal, dilemas en la psicología criminal, el
paradigma de los humúnculos, el paradigma mecanicista, el paradigma
formista y el paradigma del hombre creador de paradigmas. Ésta se
realizaba mediante una cátedra magistral, seminarios, estudio de casos,
visitas a centros carcelarios e investigaciones bibliográficas; con la
intención de que el psicólogo empezara a abrir nuevos campos de acción
acordes con las condiciones de nuestro país.

En 1984, empezó a dictar esta cátedra el Dr. Emilio Espejo


conjuntamente con un abogado, trabajando en cárceles como la Modelo
y La Picota; en asocio con la Escuela Nacional de Criminología, el
Ministerio de Justicia y el INPEC. Por otra parte se empezó a profundizar
en el tema de psicopatología criminal, ya que para éste tiempo existía la
creencia que el criminal era un enfermo mental; por consiguiente lo
recluían en hospitales psiquiátricos. Realizando este trabajo se dieron
cuenta que los guardianes no estaban preparados para el cuidado de los
mismos; empezando a capacitarlos y creando equipos terapéuticos
conformados por las enfermeras, los psiquiatras y los guardias.

A raíz de este trabajo realizado, hubo alumnos de último semestre que se


interesaron en desarrollar su trabajo de grado siguiendo ésta línea; y aún
en la actualidad se encuentran más o menos 35 de éstos egresados
vinculados a instituciones como el Ministerio de Justicia, el INPEC, entre
otros.

Luego, en 1990 se reinician actividades en el área de psicología jurídica


de la Universidad Católica, bajo la dirección de la Ps. Nancy Marina
Vargas Espinoza; pero solo hasta 1992 se vuelven a tener practicantes.
En esta ocasión, las prácticas se ejercen en la reclusión de mujeres del
Buen Pastor y en la Cárcel Nacional Modelo. En 1993, la universidad en
colaboración con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (I.C.B.F.),
el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) y la Clínica de
Toxicología; se realiza en Bogotá el Primer Congreso Internacional sobre
Prevención y Resocialización del Infractor Penal (Parra, 2000).

En 1995 se inician las prácticas en la Fiscalía General de la Nación, con


el Programa de Protección a Víctimas y Testigos; siendo la Unidad de
Reacción Inmediata (U.R.I.) de la calle 40, el lugar de trabajo para los
practicantes, con cuatro estudiantes; y con dos estudiantes en la Cárcel
Distrital (Parra, 2000).

Posteriormente, en la Fiscalía se trasladan los practicantes a la Unidad


Especializada de Delitos contra la Libertad y el Pudor Sexual, y luego a
las Unidades de Vida. Para 1997 se cuenta con practicantes en la Unidad
de Antiextorsión, Antisecuestro, Delitos Querellables, en el Cuerpo
Técnico de Investigación (C.T.I.), en la U.R.I. de Engativa (Parra, 2000).
Ese mismo año de 1995, la Universidad Católica en su Facultad de
Derecho, inicia un programa de Especialización en Derecho Penal y
Ciencias Forenses, donde se permite la participación de psicólogos;
situación que se lleva a cabo únicamente por el primer ciclo de la
especialización (Parra, 2000).

En el segundo semestre del año de 1996, el Ps. Fernando Díaz Colorado


fue contratado por la Facultad de Psicología de la Universidad Santo
Tomás de Bogotá, para dictar la cátedra de Psicología Criminológica en
uno de los cursos de 7mo semestre; en ese momento los contenidos de
ésa cátedra cambian para tomar un enfoque de corte psicojurídico.

Al mismo tiempo, el Ps. Fernando Díaz Colorado empezó a trabajar con


el director del Centro de Investigación de la Facultad de Psicología, quien
en ese momento era el Dr. Emilio Espejo, en una línea de investigación
llamada Psicología y Cultura. A raíz de éste trabajo se empezó a crear
una nueva línea de criminología y víctimas; la cual tuvo una gran acogida
en primera instancia, por los estudiantes de la cátedra de Psicología
Criminológica, quienes empezaron a realizar investigaciones en este
tema; y luego, con presentación ante toda la facultad, lo cual elevó el
número de estudiantes que querían trabajar en ésta línea.

A principios de 1997, el Ps. Fernando Díaz Colorado empieza a dictar los


seminarios de investigación de 9no y 10mo semestre, poniendo especial
énfasis en los trabajos de grado de corte psicojurídico. En ese mismo
año se lleva a cabo en La Habana, Cuba, el II Congreso Iberoamericano
de Psicología Jurídica; en el cual el Ps. Fernando Díaz participó. A su
regreso presentó al Decano de la Facultad, el Dr. José Cárdenas, un
proyecto para crear un posgrado de psicología jurídica. A partir de dicha
propuesta, la facultad decidió contratarlo de tiempo completo para que
desarrollara éste proyecto y poderlo presentar ante el ICFES. A finales
de 1998 el ICFES aprueba el posgrado, por consiguiente la Universidad
Santo Tomás se convierte en la primera institución educativa en crear un
programa de este tipo en Colombia y en Latinoamérica.

También en el año 1997, la Escuela General Santander inicia la


Especialización en Investigación Criminal permitiendo la participación
interdisciplinar; y al año siguiente, en 1998, la Universidad del Rosario
abre un programa en Conciliación y Negociación, con énfasis en el
ámbito jurídico; dirigido a abogados, trabajadores sociales y psicólogos
(Parra, 2000).
En el primer semestre de 1999, se inicia la primera promoción del
posgrado de la Universidad Santo Tomás, la cual fue de 18 estudiantes.
En ese mismo año, el posgrado organizó el Primer Encuentro de
Psicología y Violencia llamado "Víctima, Ley y Dignidad Humana"; cuyo
tema fundamental se basó en las víctimas y la violencia. Éste tuvo una
duración de tres días y asistieron más o menos 450 personas.

En el año 2000 se iniciaron contactos con la Fiscalía General de la


Nación para fortalecer las prácticas que se estaban desarrollando en éste
contexto; de igual manera se crearon dos nuevas prácticas. Una, en los
consultorios jurídicos de la Universidad Santo Tomás; y la otra, también
con la Fiscalía, pero con el Programa Futuro Colombia.

A comienzos del 2001, el Departamento de Posgrado de la Universidad


Santo Tomás presenta ante el ICFES el proyecto para crear la
Especialización en Psicología Legal y Forense, el cual fue aprobado a
mediados del mismo año; éste está dirigido a profesionales que no sean
psicólogos.

Actualmente el posgrado tiene convenios y contactos para trabajar en la


Fiscalía General de la Nación, en el I.C.B.F., en el INMLYCF, en
Comisarías de Familia y en ONG’s que tratan el problema de la violencia.

Por otro lado, la Pontificia Universidad Javeriana (P.U.J.) lleva poco


tiempo abriéndose campo en el trabajo sobre psicología jurídica. Tuvo su
inicio en 1999 con la apertura de un nuevo proyecto de práctica, ya que
durante el funcionamiento del Centro de Conciliación de la misma se fue
haciendo evidente cada vez más, que faltaba la asesoría psicológica
como componente fundamental. Existía la necesidad de dar solución
integral, ya que en las audiencias se fue percibiendo que las partes no
solo traían una serie de conflictos dentro del área jurídica, sino que
además se encontraban afectados emocionalmente; lo cual impedía en
algunos casos llegar a un acuerdo viable y satisfactorio, aspectos que
imposibilitaban la comunicación y muchas veces el abogado desconocía
la manera de manejar dicha situación.

De esta manera se consolida la necesidad de darle una mirada


interdisciplinar al conflicto y se firma el convenio entre el Centro de
Conciliación y la Facultad de Psicología de la P.U.J., desde enero hasta
diciembre de 1999. En enero de 2000 hasta junio del mismo año, se
sigue este convenio con el Centro de Conciliación; y luego, desde junio
hasta diciembre de 2000, surge la alternativa de realizar las prácticas en
el I.C.B.F. y se firma con dicha institución el convenio de prácticas
permanentes; aparte del convenio todavía existente con el Centro de
Conciliación. Desde enero de 2001 hasta junio del mismo año, ya la
P.U.J. contaba con el Centro de Conciliación y el I.C.B.F., pero se le
suma a esta lista las Comisarías de Familia de las localidades de los
Mártires y Barrios Unidos de la ciudad de Bogotá. Finalmente, desde julio
de 2001 se contó con la Comisaría de Familia de la localidad de
Usaquén, como nuevo sitio de prácticas para los estudiantes de último
año.

Más tarde, en el 2002, la Universidad Católica en Bogotá lanza su


Especialización en Psicología Jurídica; en la cual actualmente se admiten
profesionales de cualquier tipo de carrera, pero que tengan algún tipo de
vinculación con la administración de justicia. Por ejemplo psicólogos,
abogados, trabajadores sociales, criminalístas, etc.

Aparte de las ciudades ya mencionadas, hay que tener en cuenta que en


la ciudad de Barranquilla, la Facultad de Psicología de la Corporación
Educativa Mayor de Desarrollo Simón Bolívar, que inició actividades en
febrero de 1995, estableció un plan de estudios en el que había un área
jurídica. Dicha área desarrollaba desde 3er a 7mo semestre una serie de
asignaturas como: Introducción al Derecho, Teoría Constitucional, Ley de
Familia y del Menor, Legislación de Salud, Ley Educativa, Ley Laboral y
Salud Ocupacional; y finalmente en 7mo semestre, Psicología Forense.
Dichas materias brindaron y brindan a los estudiantes herramientas
jurídicas en sus diferentes campos de acción como psicólogos; junto con
la línea de investigación en psicología forense existente en esta
universidad desde el 1er semestre del año 2002.

Así mismo existió la asignatura de Política Criminal y de Manejo y


Negociación de Conflictos, en 9no semestre; las cuales desaparecieron
por ser asimilados algunos de sus contenidos por otras asignaturas de
9no y 10mo semestre.

Por otro lado, también cabe destacar a la Corporación Universitaria de la


Costa (C.U.C.) que, según consta en su currículo académico, fue la
primera institución de educación superior en el país en aplicar, dentro de
su programa académico, la cátedra de Psicología Jurídica desde el 2002;
para los alumnos de 6to semestre con la docente y Ps. Lida Milena
Rodríguez Navarro a su cargo. Actualmente se desarrolla como área de
estudio y se denomina Psicología Jurídica I, II y III; en 6to, 7mo y 8vo
semestre respectivamente. En este último semestre se realizan 40 horas
de prácticas, en donde la cátedra denomina espacios psicojurídicos; y
estos corresponden a organismos en los cuales confluyen las funciones
del psicólogo jurídico, tales como la Fiscalía General de la Nación, el
I.C.B.F., el Centro de Conciliación de la C.U.C. y Centros Penitenciarios
de la ciudad.

Además, hay que destacar a la Universidad del Norte de la misma


ciudad, por ser la primera institución de educación superior en la costa
colombiana en lanzar, en calidad de posgrado, la primera Especialización
en Psicología Forense; en el segundo semestre del año 2004, contando
con la participación de estudiantes de diferentes lugares de la costa,
quienes se trasladan a la capital del departamento del Atlántico para
asistir a esta especialidad.

Por otro lado, hay que destacar que en el transcurso del presente año, en
la Universidad Santo Tomás de Bogotá, se experimenta el cambio de
dirección de la Especialización en Psicología Jurídica, donde antes era
director el Ps. Fernando Díaz Colorado; y hoy día está regido por la Ps.
Ángela Cristina Tapias Saldaña, anteriormente docente de la Facultad de
Psicología y coordinadora del área Psicología Jurídica de la Universidad
del Bosque.

De igual manera, se anuncia que la Universidad de San Buenaventura de


Medellín tiene planes de lanzar este año su Especialización en
Psicología Forense; aunque ya posee dentro de las opciones de
posgrado la Especialidad en Psicología Jurídica.

Aparte del ámbito académico y de desarrollo de la psicología jurídica


entre las diferentes universidades del país; es importante destacar otros
avances científicos de la comunidad psicojurídica en general. Es el caso
de la aparición, en el año 2001, del sitio web www.psicologiajuridica.org;
el cual dio origen a una comunidad virtual de más de 1600 profesionales
que se inscriben a una lista en la que se comparten diariamente artículos,
opiniones y comentarios en general sobre el tema de la psicología
jurídica y forense en Colombia y en otros países iberoamericanos.

Luego, en el mes de mayo de 2002, se publica el Primer Boletín


Electrónico de Psicología Jurídica y Forense, que se emite
bimensualmente en página web www.psicologiajuridica.org; y hasta el
momento ha publicado más de 120 artículos.
En el 2004, se realiza el Primer Congreso Virtual llamado Congreso de
Psicología Jurídica y Forense, Versión 1.0; del 28 de marzo al 4 de abril.
Dicho congreso estuvo organizado por la Comunidad Virtual de
www.psicologiajuridica.org; quienes tienen programado la segunda
versión de este evento para el año 2005. En esta primera versión del
congreso participaron ponentes de toda Iberoamérica con diversos temas
de investigación psicojurídica.

En conclusión, y como ya se ha dicho, el desarrollo del psicólogo jurídico


es relativamente reciente en el medio colombiano; por lo tanto el Sistema
Legal no ha tenido la ocasión de incorporar todas las posibles
contribuciones que este profesional estaría en la capacidad de aportar a
las actividades propias y relacionadas con la administración de justicia
(Vargas y Beltrán, 1993).

Como podemos observar después del análisis de los hechos expuestos,


la Psicología se ha venido relacionando con el Derecho desde la
antigüedad, lo cual es mucho antes de lo que gran cantidad de incrédulos
opinan. Sin embargo, estas relaciones no se daban de forma explícita y
estaban enmascaradas dentro de la práctica profesional de los juristas y
de los filósofos, en aquélla época; además no se enmarcaban
específicamente con el nombre de psicología jurídica o forense. Y tal
como se dijo anteriormente, no fue sino hasta los tiempos medievales
que el psicólogo empieza a ser solicitado dentro de las cortes, para que
participara como perito en algunos casos y procesos; sin embargo
todavía no se reconocía que había una psicología jurídica conformada,
sino simplemente los juristas hacían uso de las herramientas y
conocimiento de la psicología como ciencia, para esclarecer algunas
cuestiones legales propias de su ejercicio.

Es importante que quede sentado, como conclusión, que los primeros


aportes de la psicología al mundo jurídico se hacen desde Leipzig, en los
laboratorios de Wundt; y que uno de sus discípulos, Schrenck-Notzing es
reconocido como el primer psicólogo forense de la historia.

Luego de esta entrada, se empieza a reconocer la psicología como


ciencia importante en el campo jurídico probatorio y aparecen entonces
investigaciones de tipo experimental contribuyendo a este campo. Pero
no fue sino hasta finales de los años 40 y principios de los 50, que los
psicólogos empezaron a testificar regularmente en las cortes.
A partir de 1970, comienza la Edad de Oro de la Psicología Jurídica; ya
que aparecen más publicaciones, conferencias y congresos
internacionales. Se incrementa el interés por determinados temas como
el jurado, su selección y decisión; el comportamiento policial, el juez y las
decisiones que preceden sus decisiones legales; y los procesos de
socialización legal, concretamente el cómo los individuos usan los
sistemas legales para resolver sus problemas (Pérez, 1996).

Las investigaciones hechas en psicología jurídica, se han realizado


primordialmente en Italia, España y los Estados Unidos. También es
posible encontrar, aunque en menos magnitud, investigaciones hechas
en el Reino Unido.

Específicamente en Colombia, se destaca la Ps. Victoria Eugenia


Villegas Mejía; quien en 1974 empieza a desempeñarse como psicóloga
forense en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
de la ciudad de Bogotá.

Como es de esperarse, la ciudad de Bogotá y la de Medellín fueron


pioneras en esta área de la psicología en Colombia. La primera, con las
universidades Católica y Santo Tomás; y la segunda, con la Universidad
de San Buenaventura. Los demás territorios colombianos han venido,
con el paso del tiempo y de forma paulatina, adquiriendo dentro de sus
programas académicos, tanto en pregrado como en posgrado, la cátedra
de psicología jurídica; aunque actualmente no todas las universidades
del país que ofrecen programas de psicología, tienen asignaturas sobre
psicología jurídica o forense.

Como esta investigación se ha llevado a cabo en la ciudad de


Barranquilla, se destacará a la Universidad Simón Bolívar, con la
inclusión del área de psicología forense en su currículo académico desde
1995. Además se destaca la C.U.C., en el 2002; y la Universidad del
Norte, en el año 2004. Las dos primeras, son pioneras en el área de
Psicología Jurídica en pregrado; y la tercera, es pionera en el área de
Psicología Forense a nivel de posgrado.

En general, la psicología jurídica como tal, se presenta ante nuestros


sentidos hacia 1800 y 1900 en Alemania; y en Colombia, hace su entrada
en el año de 1974. Hoy en día las investigaciones en este campo, van
encaminadas en nuestro país primordialmente hacia las víctimas;
específicamente las menores de edad. Además, van en camino a
descifrar la mejor manera de valorar la credibilidad del testimonio;
igualmente se interesan sobre las características del agresor, como
también sobre la psicología penitenciaria y, de manera abundante y
explosiva, hace aportes al tema del secuestro.

Para finalizar, según lo hallado en las fuentes bibliográficas es posible


afirmar que la psicología jurídica en Colombia tiene alrededor de 31 años
de existencia y un pronóstico de larga vida. Por supuesto, esta ciencia se
encuentra todavía en pañales pero es reconfortante encontrarse con un
profundo interés por este tipo de aportes al mundo científico. Tal vez por
la situación violenta que sufre el país, el tema de la victimología, de la
psicología forense y de la psicología del testimonio; han sido de gran
importancia. Aún así, hay que dejar escrito que la psicología jurídica tiene
aún un campo extenso para sembrar acerca de temas tales como la
psicología policial y de las fuerzas armadas.

2.2. ¿QUE ES PSICOLOGÍA JURÍDICA?

Como dice Muñoz Sabaté (1980) todo intento de clasificación corre el


peligro de ser puramente convencional y casi todas las clasificaciones
pueden ser sustituidas por otras que aparentan idéntica validez. Sin
embargo, se intentará unificar un concepto de psicología jurídica que
designe de manera honesta, concreta y adecuada el campo de
conocimiento de esta ciencia y su objeto de estudio.

Para lograr esta definición es inevitable que se haga una referencia


desde la ciencia psicológica hacia la ciencia de los juristas de diversas
maneras, ya que tal como dice Jorge Sobral (Citado por Travaccio, 1997)
la Psicología y el Derecho parecen dos mundos condenados a
entenderse; y al mismo tiempo desde los autores más antiguos hasta los
crecientes exponentes de este tópico.

De esta manera, Muñoz Sabaté (1980) nos presenta tres vías en las que
la Psicología se puede relacionar con el Derecho como forma de
delimitar el mundo existente entre estas dos disciplinas y hace una
distinción entre la Psicología del Derecho, en el Derecho y para el
Derecho.

La Psicología del Derecho, por una parte, va dirigida a explicar la esencia


jurídica, que sería uno de los fines de la psicología jurídica, según Muñoz
Sabaté (1980, citando a J. P. Haesert). El autor comenta que este
psicologismo del Derecho o Investigación Psicológica del Derecho, como
puede ser llamado este tipo de relación, no fue demasiado bien recibida y
tuvo como epifonema la expresión de Bécquer ¡Dios nos libre de una
escuela de civilistas psicólogos! En definitiva, esta forma de relación
entre la Psicología y el Derecho plantea el problema de la estimativa y
validez del Derecho; partiendo de la base de que el Derecho es una
experiencia psíquica, compuesta de una emoción específica,
simultáneamente activa y pasiva, y de una noción de ciertas pautas de
acción. La idea de lo justo no se ciñe a valores objetivos, sino que es
siempre relativa y subjetiva; y también aborda el vasto tema de la
libertad, omnipresente en casi toda la filosofía y la teoría del Derecho
(Muñoz Sabaté, 1980),

Frente a esta Psicología del Derecho, el Ps. Fernando Díaz Colorado


(2003) dice que la Psicología tiene un papel de suma importancia, pues
debe aportar en la tarea de hacer un mejor Derecho; si bien el Derecho
se concentra en el deber ser, la Psicología se concentra en el ser y sus
conocimientos pueden ser muy útiles; ya que aportarían al mejor diseño
de lo normativo, desde la comprensión del ser que es su destinatario
final.

Por otro lado, siguiendo con las tres vías de Muñoz Sabaté (1980),
encontramos la Psicología en el Derecho que sugiere que todo el
Derecho, o gran parte del mismo, está lleno de componentes
psicológicos; y que por tanto requiere de la psicología para su puesta en
funcionamiento. Las normas jurídicas son estímulos verbales tendentes a
producir o impedir determinadas conductas. Dentro de estas normas
figuran una serie de conceptos y definiciones de naturaleza igualmente
psicológica; la formulación y aplicación de dichas normas requieren de
una gama de conductas hábilmente influidas por diversas variables
ambientales y de los sujetos. Si se pretende lograr un máximo de eficacia
jurídica es imprescindible controlar todo este abanico de factores. Así
pues, la Psicología en el Derecho es ya una disciplina de la praxis y por
tanto una psicología aplicada. Muñoz Sabaté, muy acertadamente nos
comenta que si la Psicología es la ciencia que se ocupa del estudio de la
conducta, y si los objetivos del Derecho son el control y modificación de
la misma; entonces los legisladores, jueces, magistrados y abogados
deben estar especialmente atentos a los datos que vayan surgiendo del
laboratorio psicológico, con el fin de tenerlos en cuenta si desean
alcanzar con mayor seguridad y menor esfuerzo los objetivos
conductuales concretos que previamente se hayan fijado (Muñoz Sabaté,
1980).
Díaz (2003), frente a esta Psicología en el Derecho, cita a Kapardis y
comenta que la relación no es tanto de la Psicología en el Derecho, sino
la Psicología y la Ley; de tal manera que la investigación psicolegal
puede ser aplicada tanto en el campo de los delincuentes como en el
campo de los jueces, magistrados y operadores de justicia en general. Es
importante tener en cuenta que, si bien es cierto, la ley contiene muchas
palabras que se podrían comprender dentro del campo de la psicología,
estos conceptos, definiciones y calificativos, no tienen una
correspondencia con el campo psicológico. Conceptos como trastorno
mental e inmadurez psicológica, por ejemplo, no corresponden a
definiciones de lo psicológico sino a fundamentos del Derecho, que
hacen relación a la concepción clásica de la filosofía del Derecho.

En tercer lugar, Muñoz Sabaté (1980) nos habla de una Psicología para
el Derecho y comenta que aquí el papel de la psicología no es distinto al
que pueden jugar la medicina, la arquitectura, la ingeniería o la
contabilidad; como ciencias auxiliares del Derecho. Dichas ciencias
auxiliares, son llamadas a informar sobre los fines o política del Derecho,
o para interpretar los hechos referentes al caso concreto. Es una
psicología llamada a iluminar los fines del Derecho y que, por su amplitud
y generalidad, no podrá jamás incorporase al ámbito específico de una
Psicología Jurídica; sino al de la Psicología general. El campo específico
de una Psicología para el Derecho, susceptible de incorporación
metodológica dentro de una psicología jurídica, sólo lo vemos en el área
de interpretación del hecho jurídico; en la medida en que aquélla pueda
aplicar sus técnicas a la prueba de los hechos. Se trata en definitiva de
una psicología eminentemente probatoria (Muñoz Sabaté, 1980).

Frente a lo anterior, Díaz (2003) sostiene, sobre el tipo de relación entre


la Psicología y el Derecho, que en Colombia el papel de la Psicología es
fundamentalmente de auxiliar del Derecho; y ha sido denominada
Psicología Forense, es decir, la utilización de los conocimientos y
prácticas psicológicas a la resolución de problemas legales.

Es así, como Muñoz Sabaté (1980) propone que los anteriores


esquemas o vías, tal vez nos hayan convencido de que debemos
prescindir de explicar el método jurídico a través de la psicología
(psicologismo jurídico); y de interferir en la política o fines del Derecho
mediante criterios psicológicos. Ambas actitudes podrían corresponder a
la filosofía del Derecho y la Psicología en general; pero no los
consideramos válidos para construir una Psicología Jurídica de
orientación científica, y que pretenda sortear el peligro de una funesta
especulación y dilución. De ahí que solo nos quepa asumir cuanto de
aprovechable encontremos en una Psicología en y para el Derecho
(Muñoz Sabaté, 1980).

Así, y siguiendo al autor, la Psicología Jurídica debe atenerse a la norma


sin intentar explicar si la misma es o no justa; ni pretender argumentar
sobre sus fines. Lo cual no le impedirá, sin embargo, el proporcionar
datos que colateralmente pueden ser interpretados por los juristas como
una muestra de la disfuncionalidad de ciertos objetivos (Muñoz Sabaté,
1980).

El autor Mira y López (1980) parece coincidir con la definición de Muñoz,


encajando perfectamente en esta vertiente. Expresa que la Psicología
Jurídica es la psicología aplicada al mejor ejercicio del Derecho. Esta
definición, aunque famosa, ha sido duramente criticada por diversos
autores de la psicología jurídica; ya que como dice Piñeros (2004), no
puede ser más decepcionante que después de tan largo camino se
llegue a una definición tan escueta.

A pesar de esta vaga definición de psicología jurídica hecha por Mira y


López (1980), este autor propone de manera interesante cómo las
diferentes escuelas o vertientes de la psicología actúan dentro de la
psicología jurídica; así, el autor menciona nueve escuelas y su trabajo
contribuyente a este campo.

La primera escuela que expone es el Conductismo y comenta que es un


auxiliar precioso para la psicología jurídica, ya que permite obtener datos
y juicios sin contar con el testimonio subjetivo del delincuente, del
pleiteante o del testigo; en una palabra, permite trabajar sin preocuparse
para nada de lo que los actores del conflicto jurídico "dicen"; en cambio,
registra con singular precisión lo que "hacen". Desde este punto de vista,
los modernos métodos para el descubrimiento objetivo de las "mentiras",
los tests o pruebas para la determinación de aptitudes intelectuales y
motrices, la técnica del registro de las alteraciones emocionales, el
estudio experimental de la eficacia de los distintos "castigos", la
valoración de las influencias externas (clima, alimentación, trabajo, medio
social, etc.) en la producción de los diversos delitos, las reglas de
observación de las "huellas" humanas para el reconocimiento objetivo de
los criminales, etcétera, son otras tantas contribuciones del Conductismo
que debe agradecer la psicología jurídica. En general, el Conductismo se
muestra como un campo científico que proporciona técnicas científicas,
que hacen de la aplicación del Derecho algo más justo y adecuado (Mira
y López, 1980).

Frente a esta intervención del Conductismo en la psicología jurídica,


Piñeros (2004) comenta que se pueden analizar varios aspectos del
texto. El primero, es que Mira y López reconoce la importancia que tiene
(y que tendrá como se verá posteriormente) el Conductismo para la
psicología jurídica. Esta importancia radica en que es un auxiliar objetivo,
constituyéndose esta objetividad en una de las grandes pretensiones del
Derecho: lograr un juzgamiento sin elementos subjetivos. Como segundo
aspecto, Mira y López hace referencia al primer campo de intervención
de la psicología jurídica: el análisis del testimonio. Dicho análisis brinda
respuestas a las grandes dificultades para valorar, objetivamente, si un
testimonio dado, ya sea por un testigo o por el delincuente, es verdadero
o no. En este caso la psicología jurídica se ha mostrado históricamente
como una herramienta útil; ya que a través de sus experimentos les ha
indicado a los jueces, fiscales y abogados en general, qué tipos de
comportamientos son típicos en las personas que mienten. Frente a
estas investigaciones sobre el testimonio, existen varios problemas. Uno
de ellos radica en que dichos experimentos normalmente se han hecho
con personas y en lugares ajenos a la escena real, lo cual descalifica sus
resultados. Sumado a lo anterior (la artificialidad del experimento), existe
teóricamente la posibilidad de que la muestra tomada para el
experimento (así sea con testigos reales en escenarios judiciales) sea no
representativa, es decir, existe la posibilidad de que se hayan tomado
precisamente los individuos que no representarían a la mayoría;
posibilidad que aunque mínima existe, y genera un nivel razonable de
incertidumbre (Piñeros, 2004).

La segunda escuela expuesta por Mira y López (1980), es el


Psicoanálisis. Sobre este tipo dicen que ofrece a la psicología jurídica
sólidos puntos de apoyo para la comprensión de la conducta delictiva, de
la psicología del testimonio, de algunas actitudes pleitistas o
reivindicatorias y, lo que es más importante, de no pocos errores
judiciales cometidos por jueces probatorios y expertos.

Seguidamente, está la tercera escuela que es la Personalogía difundida


por Stern. Según Mira y López (1980), esta escuela propone un cambio a
la técnica de investigación psicológica; ya no es posible enjuiciar ningún
acto humano sin conocer, no solo las circunstancias externas que lo
determinaron y el estado de quien lo ejecutó en aquel momento; sino,
más importante aún, sin saber cuál es el tipo de personalidad del actor.
Este factor, según el autor, permite entrever la posibilidad de una nueva
modalidad de pena individualizada, que ha de ser dictada teniendo en
cuenta mucho menos el delito cometido que la personalidad del
delincuente. (Mira y López, 1980)

La cuarta escuela que expone Mira y López (1980) es la Psicología de la


Forma (Gestaltpasychologie). Según esta psicología, el acto delictivo es
también una estructura (Gestalt) que no puede ser desmenuzada o
descompuesta, como hacen los juristas, para ser enjuiciada. La situación
debe concebirse en sus orígenes y enfocarse sin solución hasta el
desenlace.

Luego Mira y López (1980) propone la escuela Geneticoevolutiva que, en


palabras de Piñeros (2004), ha sido de gran utilidad ya que sus
investigaciones han demostrado la alta correlación genética del delito,
debido a sus estudios con gemelos. Además demuestran
científicamente que el criminal es un ser atávico, como Lombroso lo
concebía.

La sexta escuela es la Neuroreflexológica de Sherrington, Bechterew y


Pavlov. Mira y López (1980) aduce que esta concepción psicológica
explica la ineficacia de las sanciones (penas y castigos) para conseguir
evitar la reincidencia. Para que se diese una verdadera evitación de
reincidencia se requeriría la formación de un reflejo condicional negativo
ante la situación delictógena; y para ello los estímulos inhibidores habrían
de aplicarse de un modo que estuviese de acuerdo con las leyes de
formación y extinción de dicho tipo de reflejo. Lo que ahora, si por
casualidad sucede, no se cumpliría ya que la sanción es siempre a
posteriori, lejana y continuada (esto es, sin intervalos).

Como séptima escuela, Mira y López (1980) expone la Psicología


Tipológica; y aporta a la psicología jurídica en cuanto ofrece
extraordinarias sugerencias para la comprensión de las motivaciones y
los efectos de las reacciones delictivas. Además Sheldon, que es el
representante de esta escuela, comprobó científicamente que el criminal
poseía un tipo corporal diferente al de la persona normal y decente.
Surgiendo de nuevo el criterio segregacionista entre el decente (y
normal) y el delincuente (anormal) el cual es de gran utilidad para
justificar la prisión. (Piñeros, 2004)

Como octava escuela expuesta por Mira y López (1980) encontramos la


Psicología Anormal, cuya utilidad psicojurídica se sobrentiende que es
enorme. Ha sido históricamente la encargada de develar el grado de
peligrosidad que toda persona posee, para desde allí encauzar su
captura y condena; sólo tenemos que recordar a Lombroso y su
planteamiento preventivo delincuencial (Piñeros, 2004).

Finalmente, Mira y López (1980) expone la novena escuela que es la


Psicología Social; como uno de los grandes bastones de la psicología
jurídica. Le ofrece a esta, información en lo concerniente a las causas
sociales del delito; y desde allí permite una verdadera terapéutica social,
es decir, curar a la sociedad misma de sus delincuentes (Piñeros, 2004).

Como vemos, la ciencia psicológica expuesta por Mira y López (1980)


puede cruzarse con el Derecho de diferentes maneras y haciendo
aportes científicos diversos para el mejor ejercicio de la disciplina de los
juristas; tal como lo dijo el citado autor en su definición de psicología
jurídica que, aunque acertada en los tiempos del nacimiento de ésta, es
hoy día concebida como muy escueta ya que la labor del psicólogo
jurídico se ha ido ampliando con el pasar del tiempo; al igual que los
avances científicos psicojurídicos, como será visto más adelante.

Por otro lado, Sobral, citado por Parra (2000), expone otras cuatro vías
en que se relacionan la Psicología y la Ley. Así, la primera relación está
dada por cuanto la psicología puede ser el fundamento de la ley, la cual
se encarga de generar conocimiento que sea útil para la práctica del
Derecho. Este conocimiento se genera de la psicología básica y se utiliza
para explicar diferentes comportamientos en cuanto a su causalidad; y
para que mediante la investigación básica se logren implementar
políticas eficaces y humanas.

La segunda relación expuesta por Sobral es la de la psicología como


auxiliar de la ley, en donde la función de la psicología es más aplicada
que básica. Con respecto a esto, los procesos o funciones que cumpliría
el psicólogo serían variados, tales como: enumerar temas legales
estudiados por la psicología como el testimonio presencial, detectar
mentiras, usar castigos en las cárceles, colaborar en el esclarecimiento
de hechos, ayudar en la predicción de conductas, entre otras (Parra,
2000).

Continuando con las relaciones expuestas por Sobral, la tercera es el


estudio del comportamiento propiamente dicho; tratando de confirmar las
hipótesis psicológicas como memoria, toma de decisiones, atribuciones
causales de la conducta, etc. Todo esto se comprueba en el laboratorio
natural, que ofrecen muchas de las situaciones legales (Parra, 2000).

Por último, Sobral expone la última relación vista desde la ley hacia la
psicología. Hace énfasis en cómo todas las normas influyen sobre el
comportamiento de las personas, como es: la percepción de la justicia y
la injusticia, la influencia del poder, etapas de desarrollo de la conciencia
moral y aceptación de la influencia legal, entre otros conceptos (Parra,
2000).

A pesar de las posiciones sustentadas por los anteriores autores sobre


las distintas y amplias relaciones entre la Psicología y el Derecho; hay
quienes las niegan de modo absoluto precisamente por pertenecer a
mundos tan distintos: el Derecho al mundo del deber ser y la Psicología
al mundo del ser. Pero por otro lado, existen otros que creen que el
Derecho y la Psicología tiene un denominador común, su objeto material:
la conducta humana. Ejemplo de ello son los autores Walter y Lind,
quienes sostienen que si la ley no quiere ser irracional e inhumana, ha de
contar con otras ciencias naturales; entre ellas con la conducta
psicológica (Parra, 2000).

Las posiciones anteriores sobre la relación entre Psicología y Ley o


Psicología y el Derecho son las que permiten el surgimiento del concepto
de Psicología Jurídica; y frente a esta definición, diferentes autores han
realizado acercamientos. Cabe destacar al autor Mira y López quien en
1932, realiza la primera definición de esta área de la psicología como
aplicada al mejor ejercicio del Derecho; concepto que, como ya fue
expuesto, hoy en día ha sido muy criticado por reconocidos psicólogos
jurídicos y forenses; por su simplicidad y el hecho de que su
interpretación podría carecer, en muchos casos, de las reales
implicaciones psicológicas en el mundo de la ley.

De esta forma, nos encontramos con la definición hecha por Muñoz


Sabaté (1980). Dicho autor expone que la Psicología Jurídica es una
Psicología en y para el Derecho, que sería o estaría destinada a ser una
rama de la psicología pura que busca aplicar los métodos y los
resultados de esta ciencia; especialmente de la experimental, a la
práctica del Derecho.

Otro reconocido autor, Clemente (1995. Citado por Piñeros, 2004),


propone que la Psicología Jurídica es el estudio del comportamiento de
las personas y de los grupos en cuanto que tienen la necesidad de
desenvolverse dentro de ambientes regulados jurídicamente; así como la
evolución de dichas regulaciones jurídicas o leyes en cuanto que los
grupos sociales se desenvuelven en ellos.

Igualmente, está la definición proporcionada por el COP (Colegio Oficial


de Psicólogos) de España; para quien la Psicología Jurídica es un área
de trabajo e investigación psicológica especializada, cuyo objeto es el
estudio del comportamiento de los actores jurídicos en el ámbito del
Derecho, la Ley y la Justicia. Para el COP, la configuración de la
Psicología Jurídica se proyecta como una especialidad que fundamenta
un amplio ámbito entre las relaciones del mundo del Derecho y la
Psicología; en sus vertientes teórica, explicativa y de investigación, como
también en la aplicación, evaluación y tratamiento
(http://www.cop.es/perfiles/contenido/juridica.htm).

Desde Italia, también se han pronunciado autores; como es posible


observar en la definición dada por De Leo y Patrizi (2002). Para dichos
autores, la Psicología Jurídica representa un sector científico en
progresiva y rápida expansión, debido a su creciente interés en
diferentes campos de aplicaciones: Derecho, justicia, comportamiento
antisocial, entre otros.

También la red Psicomed de Madrid, propone la siguiente definición: "La


Psicología Jurídica o Forense es una ciencia experimental que apoya y
asesora a los jueces. Su objetivo es dotar al proceso judicial de unos
principios, unas técnicas y unos instrumentos psicológicos que permitan
una valoración más objetiva de la conducta humana; y ayuden al juez a
dictar sentencias más acordes con las demandas de los imputados"
(http://personal.telefonica.terra.es/web/psico/juridica.html).

Parra (2000), por otro lado, cita a Garrido Genovés, quien considera que
la Psicología Jurídica es una unión entre la psicología general y la
criminología; en la que se tratan de aplicar los conocimientos y la
metodología de la Psicología, a la resolución de los problemas del
Derecho.

Sobral (Citado por Parra, 2000) define la Psicología Jurídica como la


ciencia que trata de describir y explicar los supuestos psicológicos del
poder judicial, los procesos cognitivos (representaciones, creencias,
actitudes) de la justicia, y los procesos y fenómenos psicológicos de los
actores judiciales; que cristalizan en el marco ideológico de los sistemas
judiciales. Esta ciencia estudia la manera en que las normas o leyes
influyen en el sujeto involucrado en un ámbito legal, ya sea víctima o
victimario.

Algo similar dice Teixido (Citado por Parra, 2000) cuando afirma que el
objeto de estudio de la Psicología Jurídica va enfocado hacia la
orientación de unas leyes más adecuadas a la persona y a los grupos
humanos; y a la orientación más idónea en la organización del sistema
de administración de justicia.

Según Haward y Gudjonsson (1998), la primera persona en referirse a


este campo de la psicología, específicamente, fue uno de ellos. En este
caso se estaría hablando de Lionel Haward, quien en el Reino Unido, en
1953, le dio el nombre de Psicología Forense a la rama de la psicología
jurídica que hoy día sigue conservándolo. Haward es considerado por
esto el padre británico de esta área, a la que definió como la rama de la
psicología aplicada a la que le concierne la recolección, examinación y
presentación de evidencia para propósitos jurídicos. Esta definición
hecha por Haward va dirigida primordialmente al rol del psicólogo dentro
de las cortes y como colaborador de los abogados en un juicio, rol que
para él es el del psicólogo forense.

Tal como lo dicen los autores Haward y Gudjonsson (1998), los


psicólogos del Reino Unido que asesoran las cortes en casos
específicos, están de acuerdo con que esta definición ejemplifica
adecuada y apropiadamente su rol particular en tales ocasiones. Debe
aclararse que estos psicólogos son expertos en su propia especialización
de la psicología, mas no son psicólogos forenses.

Sin embargo, no todos los psicólogos están de acuerdo con esta


definición. En Estados Unidos, específicamente, creen que la actividad
en una de las fases, entre la Psicología y el Derecho, puede ser llamada
Psicología Forense. Esta definición amplía muchísimo más el campo de
acción de los psicólogos en el ámbito jurídico; por lo cual, desde hace
algún tiempo se ha decidido llamar al área en general Psicología
Jurídica.

El Convenio Laboral de la Administración de 1989 define esta área de la


psicología, para su regulación laboral, como el trabajador que, con título
universitario superior y bajo la dependencia de las autoridades judiciales,
desempeña funciones de asesoramiento técnico en los tribunales,
juzgados y órganos técnicos en materia de su disciplina profesional
(Juárez, 2004).
El que la Psicología esté dentro del campo del Derecho, entendido éste
como relación de individuos sometida a principios, preceptos y reglas
previamente establecidos; tomará en consideración las diferentes
actitudes psicológicas de estos, determinando su contenido y los fines
del correspondiente proceso. De esta manera se produjo el surgimiento
de la Psicología Judicial (Romero, 1973).

Dicha ampliación científica al campo del Derecho de la Psicología se


presenta bajo el nombre de Psicología Jurídica; y pone a esta no solo en
obligada relación con las ciencias del género como la antropología
criminal, la criminología, la psicopatología, la psiquiatría forense, etc.;
sino que impide la limitación de su objeto o radio de acción a un solo tipo
de proceso como lo sería el penal. Más propiamente, a quienes dentro de
ese tipo de relación intervienen o pueden llegar a intervenir, y desde el
punto de vista psicológico, en la forma y términos como algunos autores
así lo pretenden; ya que ello significaría el excluir la consideración o
estudio y, desde ese mismo punto de vista, de todo aquello que esté
dentro de cualquier otro tipo de proceso como lo seria el civil, laboral,
canónico, etc.; pudiendo ser objeto de examen, como producto que es de
la actividad psicológica, de quienes en él hubieren por cualquier concepto
intervenido. Así, por ejemplo, el examen de la capacidad y de la prueba
testimonial en cualquier proceso susceptible del empleo de este medio
de prueba a los fines del descubrimiento de la verdad, no podría hacerse
sino apelando a las reglas y métodos prescritos por la Psicología Jurídica
(Romero, 1973).

En Colombia por su parte, el Ps. Fernando Díaz Colorado se pronuncia


muy virtuosamente ante la cuestión de definir la psicología jurídica
tratando de unificar en un solo concepto la percepción de los diversos
profesionales psicojurídicos del país y él afirma que, si bien es cierto, en
cuanto a definiciones sobre esta área del conocimiento no hay consenso;
también es cierto que todos los que nos dedicamos a este campo la
entendemos como el escenario del conocimiento que utiliza los hallazgos
y avances de la ciencia psicológica para intentar comprender, explicar y
predecir, los acontecimientos que se dan en el ámbito legal; una vez que
el hombre entra en contacto con él. De igual manera, es importante
agregar que la psicología jurídica no esta solamente interesada en ver la
relación sujeto-ley, sino que le interesa además la manera como se
construye y se fundamenta la ley, pues no debemos olvidar que el fin
último de la ley es intentar crear un conjunto normativo legal y legítimo,
que haga posible la solución de los conflictos humanos y la convivencia
pacífica del hombre en la sociedad (Díaz, 2002).
Pareciera que Díaz hubiera dirimido las cuestiones y disputas sobre una
conceptualización acertada y con horma perfecta para todos los que se
dedican a dicho campo de la Psicología. Pero no es posible saberlo con
certeza pues tal como él mismo lo expone, la anterior definición nace del
trabajo de los que se dedican a esta disciplina; y así, es posible que con
el paso del tiempo, los descubrimientos y avances científicos que
resulten como producto, precisamente, de este trabajo; las definiciones y
objetos de estudios de la Psicología Jurídica tomen nuevos cuerpos o
amplíen los que ya poseen.

Igualmente, Consuelo Hoyos (2002) se pronuncia sobre esta cuestión de


manera práctica, afirmando que la Psicología Jurídica es la psicología
aplicada en el campo del Derecho; que le ofrece al psicólogo un espacio
de acción interdisciplinaria y le permite, a través de un acercamiento a
dicho orden, asumir su ejercicio utilizando los instrumentos que le son
propios como la intervención individual o grupal, el psicodiagnóstico, la
señoría, la docencia y en ocasiones la evaluación institucional; en
armonía con los elementos que le ofrece el campo jurídico como son las
actuaciones judiciales y extrajudiciales, el medio carcelario, y el conjunto
de individuos sujetos de obligaciones y derechos que, en forma procesal
mediante el litigio; o extraprocesal mediante la conciliación, los hacen
valer.

La Ps. Ángela Cristina Tapias Saldaña (2003) también expone su visión


de lo que es la Psicología Jurídica al asegurar que es el estudio, el
asesoramiento e intervención sobre el comportamiento humano; que se
desarrolla en un ambiente regulado por normas legales.

Claramente, podemos observar que las definiciones sobre Psicología


Jurídica son muy amplias y tienen la característica de la evidente
similitud entre unas y otras. Sea que la expongan desde su campo de
acción, desde sus funciones o desde su gran abarque.

Al igual que la eterna discusión sobre cuál debe ser en definitiva el objeto
de estudio de la Psicología Jurídica para su correcta definición y práctica;
hay otra cuestión terminológica que confunde a muchos y causa estragos
a otros. Esta confusión parte del hecho de que el término psicología
jurídica es un proceso evolucionado que llegó a tal punto después de
haber optado por términos como psicología forense, psicología legal,
psicología política, criminológica, entre otras. Hoy en día, se admite el
término de psicología jurídica, sobre todo en países hispanoamericanos y
a lo largo de Europa; pero en Norteamérica y en otros países no
hispanos, no hay distinción entre el término psicología forense y
psicología jurídica. Para estos, lo que ellos conocen como psicología
forense equivale a lo que es aceptado en iberoamérica con el término de
psicología jurídica. Tomemos como ejemplo al autor Arrigo (2000),
cuando define la psicología forense como que no es simplemente sobre
responder al crimen. Según el autor, la disciplina sí apunta a tan
abrumadores cuestiones como: ¿qué hacemos con los niños que
asesinan?, ¿los enfermos mentales son peligrosos?, ¿por qué la policía
usa fuerza letal?; sin embargo, estas cuestiones apuntan solo a la
variable de la violencia. Adicionalmente, el campo toma en consideración
un número de tópicos relacionados que son igualmente críticos y
complejos como son: ¿cómo los oficiales median el conflicto?, ¿cómo la
comunidad legal y psicológica promueven los mejores intereses del niño
en la toma de decisiones forenses?, ¿qué tratamiento y cuidado está
disponible para las madres en prisión?; estos temas evalúan el factor
justicia. Así, la psicología forense se enfoca tanto a responder ante el
crimen y la victimización como también sobre la prevención; o aún mejor,
promoción de la paz y el bienestar, cada vez que sea posible.

A pesar de esta confusión o desacuerdo sobre la terminología que debe


usarse para referirse a este campo de la psicología, el objetivo parece
apuntar siempre hacia la misma dirección y a la resolución de los mismos
interrogantes; según vayan siendo necesarios dependiendo de cada
situación específica en los diferentes territorios en particular.

Así se pronuncia la Ps. Lida Milena Rodríguez Navarro en sus


conferencias acerca de lo que es Psicología Forense, afirmando que es
una especialidad inmersa en ámbitos netamente psicojurídicos, cuya
función psicodiagnóstica tiene un fin netamente probatorio; y debe ser
ejercido solamente por psicólogos expertos que se apoyan en el
dictamen para ejercer dicha labor.

Es como de esta manera se puede concluir, a partir de todo lo anterior,


que la psicología jurídica efectivamente se relaciona con el mundo del
Derecho de muy diversas maneras. Esta relación se puede dar bien
como fundamentación de los preceptos legales usados en el ejercicio del
Derecho, como auxiliar del Derecho, o como herramienta del mismo. Sin
embargo, se ha descartado que la primera relación de la psicología como
fundamentación de los preceptos legales sea viable; pues como ciencia
que se pretende que sea la Psicología Jurídica, que se aclarara
justamente para evitar los famosos psicologismos jurídicos, estas
cuestiones van mejor encaminadas hacia la filosofía del Derecho.
En conclusión, la definición de Psicología Jurídica apunta a que es una
psicología en y para el Derecho, tal como lo expone Muñoz Sabaté
(1980); que ciertamente fundamenta las relaciones entre estas dos
disciplinas a través de la teoría, explicación e investigación. No se trata,
en lo absoluto, de pretender reemplazar con la psicología la ciencia de
los notables juristas; sino simplemente de ofrecerle a la sociedad una
mirada interdisciplinaria a los conflictos que entre el ser humano y la ley
surgen.

Tampoco se trata de proveer a las demás disciplinas participantes en el


ámbito jurídico, herramientas para el mejor ejercicio de sus labores; sino
que a lo largo del tiempo, desde la configuración de la psicología jurídica
como vertiente psicológica, se ha tratado de que justamente la psicología
por intermedio de ésta vertiente jurídica pueda conformarse como una de
estas comunidades en el ámbito de lo jurídico.

Este aporte o vínculo existente entre la psicología jurídica y la ley, lo


esclarece más a fondo los autores Lugo y Rivas (2002) cuando exponen
que la Psicología Jurídica no es entonces una ciencia aplicada o auxiliar
del Derecho, debido que el conjunto de conocimientos psicológicos
alcanza ya tal densidad que resulta factible que no solamente esta
parcela científica responda a las preguntas que desde el Derecho se le
puedan formular; sino que también puede analizar, comprender y criticar
psicológicamente los estatutos del Derecho, siendo tales actividades
extremadamente útiles, incluso desde tareas tan prácticas como el
cotidiano quehacer pericial. Por ejemplo, la Psicología Jurídica puede
ayudar en el esclarecimiento de los hechos, estableciendo la capacidad
testimonial e indagando la capacidad intelectual y/o volitiva de los
testigos; puede ayudar en el procedimiento, suministrando elementos
para ser aprovechados en el modo de realizar interrogatorios y
analizando documentos; puede ofrecer análisis sobre la influencia de la
ley sobre el comportamiento y analizar el alcance de la norma jurídica.

Así como para un proceso jurídico es indispensable un abogado, de la


misma manera la psicología, específicamente la jurídica, está
volviéndose imprescindible en algunos momentos de dicho proceso;
gracias a los grandes aportes que ha podido hacer a muchos de los
interrogantes que no se habían podido resolver en el campo legal como:
la peligrosidad, el establecimiento de penas, el esclarecimiento de la
imputabilidad o inimputabilidad, la validación de testimonios, sobre todo
en niños pequeños; entre otros interrogantes que existían y que siguen
existiendo.
Es posible aceptar la definición que hace el autor Mira y López (1980),
siempre y cuando se tenga en cuenta que en aquel entonces, cuando la
psicología jurídica empezaba a abrir el telón para mostrar su obra, esta
ciencia era justamente auxiliar del Derecho y no tenía vida propia si este
último no existía. También es comprensible, por supuesto, las fuertes
críticas por parte de la comunidad científica psicojurídica en general,
pues actualmente esta rama de la psicología se ha configurado con vida
propia por ser ella misma indispensable para muchos procesos judiciales;
y porque sus aportes van ligados a su naturaleza psicológica como tal,
sin tener que ver con lo que pueda proponer la disciplina del Derecho.

Ha habido otro problema además, pues frente al nacimiento de la


psicología jurídica nace también la indisposición incrédula de los juristas
hacia esta área psicológica y es entonces cuando dichos juristas quieren
darle menor crédito a los aportes que podían recibir del exterior, de sus
propios conocimientos. Tal como expone Beltrán (2002), se evidencia
una fuerte resistencia y desconfianza de parte de abogados frente al
aporte que pueda hacer la psicología jurídica al ámbito judicial,
dificultando así el campo de acción y de trabajo de los psicólogos
especializados en Psicología Jurídica. Además, como dice Clemente
(1995. Citado por Piñeros, 2004), el Derecho piensa a menudo que se
basta a sí mismo, y que no necesita crear campos comunes ni afines;
regulando las relaciones sociales sin necesidad de estudiar ni a las
personas ni a la sociedad, triste argumento.

La gran disputa es que, aunque la Psicología Jurídica es autónoma y el


Derecho también lo es, es necesario que entienda cualquier perito
psicojurídico, que las dos disciplinas deben tomarse la una a la otra; y
que la Psicología Jurídica ayuda al mejor ejercicio de la ley en general,
no solo específicamente del Derecho. Justo como lo sustenta Hoyos
(2002), el Derecho necesita que la Psicología le explicite datos para la
aplicación de la norma, y la Psicología ayuda a ilustrar el fuero externo
desde su propio campo de conocimiento; en la medida en que puede
ahondar en el psiquismo humano. La psicología se encarga, desde una
relación interdisciplinaria, de clarificar y mostrar circunstancias
subyacentes que el Derecho no puede establecer, con el fin de articular
el acto jurídico.

A pesar de estos desafortunados eventos, rivalidades e inconcordancias


entre las dos disciplinas en cuestión, actualmente es posible ver que los
campos de actuación y los objetos de estudio de cada una se han venido
aclarando y que han sido capaces de convivir en los mismo espacios,
creando colaboración para el desarrollo de la sociedad.

2.3. APLICACIONES DE LA PSICOLOGÍA JURÍDICA EN COLOMBIA

El delimitar un campo de acción para la psicología jurídica es una tarea


que a primera vista no implica demasiado esfuerzo, pues,
aparentemente, el universo legal es restringido exclusivamente a la
norma escrita y su interpretación. Tal afirmación podría hacerse desde un
punto de vista meramente jurídico.

El Instituto Español de Agresión y Familia comenta que la labor del


psicólogo en el ámbito jurídico ha recibido diversas denominaciones a lo
largo de los años, entre ellas cabe destacar: Psicología Jurídica, del
Derecho, Forense, Judicial, Criminológica; esta diversidad en su
terminología denota tanto una cierta ambivalencia, como una amplia
gama de posibilidades de desarrollo. Hoy en día el término más
extendido es el de Psicología Jurídica, aunque siguen utilizándose el
resto de las denominaciones, dependiendo en cada caso tanto del autor
como del contenido de lo tratado
(http://www.psicologiaonline.com/colaboradores/iayf/ rolpsi.htm).

Frente a estas aplicaciones, los autores García y Araña (2001) dicen que
la actuación pericial de la psicología está siendo reclamada en orden
creciente. Cada acto jurídico se articula y activa para satisfacer
demandas de personas que creen lesionados sus derechos. De ahí que
cuando se perita sobre la conducta de las personas, los fines del
Derecho y de la Psicología convergen en la búsqueda de la satisfacción
de las partes litigantes. Sin embargo, varios autores se han aproximado a
la tarea de delimitar las diferentes aplicaciones de la psicología jurídica
en el mundo práctico y real, como a continuación será expuesto.

El COP (Colegio Oficial de Psicólogos) de España, se refiere a las


aplicaciones de la psicología jurídica en términos de funciones y campos
de acción.

Así, las funciones del psicólogo jurídico dentro de su rol profesional


incluyen:

Evaluación y Diagnóstico: en relación a las condiciones psicológicas de


los procesados. Esta función no se limita a la aplicación de tests, tal
como lo afirma Jiménez y Díaz (1986. Citado por: Caballero y Prada,
2001), sino que se extiende a establecer, entre otros, perfiles de policías
y guardianes; en los tribunales, a evaluar la confiabilidad y validez del
testimonio o del dictamen sobre imputabilidad o inimputabilidad del
sindicado; al igual que la conducta de los jurados en cuanto a la toma de
decisiones, presión de grupo y otros procesos psicosociales. En la
penitenciaria, la evaluación se debería centrar en la clasificación de los
sindicados y condenados, orientados a futuras intervenciones con fines
resocializadores. En cuanto a la víctima, puede evaluarse la extensión
del daño psicológico causado por el hecho delictivo. A su vez, se puede
evaluar las actitudes del público hacia el Sistema Judicial en general, con
miras a generar un cambio a este respecto (Vargas y Beltrán, 1993.
Citado por: Caballero y Prada, 2001).

Asesoramiento: asesorar y/o orientar a los órganos judiciales en


cuestiones propias de su disciplina.

Intervención: diseño y realización de programas para la prevención,


tratamiento, rehabilitación e integración de los procesados en la
comunidad y en el medio penitenciario; tanto a nivel individual como
colectivo. En el tratamiento, el trabajo se encamina hacia la aplicación de
programas de rehabilitación o resocialización para imputables e
inimputables; a remediar problemas psicosomáticos y conductuales
presentes en el personal implicado; en la represión y tratamiento de los
delincuentes; y a la realización de psicoterapias a víctimas y
damnificados del delito (Vargas y Beltrán, 1993. Citado por: Caballero y
Prada, 2001).

Formación y Educación: entrenar y/o seleccionar a profesionales del


Sistema Legal (jueces, fiscales, policías, abogados, personal de
penitenciarías, etc.) en contenidos y técnicas psicológicas útiles en su
trabajo. La intervención del psicólogo es indispensable para el
entrenamiento de policías y guardianes en cuanto al manejo de
situaciones tales como las manifestaciones y motines y, por supuesto,
del estrés causado en estos. Igualmente es necesario diseñar técnicas
de interrogatorio para investigadores con el fin de evitar violaciones a los
derechos humanos, y técnicas de entrevista a jueces para la recepción
de la indagatoria y testimonios (Vargas y Beltrán, 1993. Citado por:
Caballero y Prada, 2001).

Campañas de prevención social ante la criminalidad y medios de


comunicación: elaboración y asesoramiento de campañas de
información social para la población en general y de riesgo.
Investigación: es el estudio e investigación de la problemática de la
psicología jurídica.

Victimología: Investigar y contribuir a mejorar la situación de la víctima y


su relación con el Sistema Legal; presentando una alternativa a la vía
legal, donde los implicados tienen un papel predominante.

Mediación: propiciar soluciones negociadas a los conflictos jurídicos; a


través de una intervención mediadora que contribuya a paliar y prevenir
el daño emocional, social, físico y económico de los implicados en el
asunto.

Encontramos además los campos de acción del psicólogo jurídico


expuestos por el COP, así:

Psicología Aplicada a los Tribunales o Forense: es también llamada


Forense, y se refiere a las actividades que el psicólogo puede realizar en
el foro, el tribunal o la corte, como:

Psicología Jurídica y del Menor: como dice Casolari (2003) este es


un campo muy delicado, donde se usan la pericia psicológica y otros
factores extremadamente complejos. Aquí, el psicólogo debe informar
sobre la situación del menor y cuáles son sus posibilidades de
reeducación y tratamiento.

En los juzgados de menores, las funciones del psicólogo son emitir


informes técnicos solicitados por el juez o el fiscal, asesorar las medidas
que deben ser aplicadas, y el seguimiento de las intervenciones.

En otras instituciones, las funciones son aplicación de tratamientos


individuales y colectivos, elaboración y aplicación de programas en
medio abierto, y aplicar técnicas de mediación.

Psicología aplicada al Derecho de Familia: los psicólogos deben


asesorar al juez en los procesos de separación y divorcio, en las medidas
a tomar respecto a los hijos, y en otras situaciones tales como los casos
sobre acogimientos y adopciones. El psicólogo en el juzgado de familia
debe evaluar cómo afecta a los hijos el hecho de la separación y diseñar
programas que ayuden a que la actitud del niño, frente a algunas
situaciones con respecto al divorcio, sea positiva.
Además dentro de sus funciones está la de emitir informes técnicos
solicitados por el juzgado en los procesos de rupturas de parejas con
hijos; emitir informes que se necesitan en otras situaciones como las
tutelas, acogimiento, adopciones, autorizaciones para contraer
matrimonio; realizar seguimiento a los casos; y asesorar a los jueces y
fiscales.

En otras instituciones, sus funciones son de mediación familiar y peritajes


privados.

En el ámbito privado tiene funciones de perito, de asesor y colaborador


del abogado.

Psicología aplicada al Derecho Civil: se enfoca en asesorar y evaluar


la capacidad civil en la toma de decisiones; en casos como contratos,
testamentos tutelares, cambio de sexo, etc.

En el ámbito privado tiene funciones de perito, de asesor del abogado y


de mediador.

Psicología aplicada al Derecho Laboral: aquí el psicólogo es


requerido para asesorar a los juzgados en cuestiones de secuelas
psicológicas dejadas por accidentes laborales, simulación y problemas
psicofisiológicos que impidan el buen desarrollo laboral.

En el ámbito privado es perito, asesor del abogado y de comités de


seguridad e higiene.

La psicología aplicada al Derecho Penal: el psicólogo tiene la función


de diagnosticar y evaluar a las personas implicadas en procedimientos
penales; lo cual servirá de asesoramiento a jueces y tribunales, y así
podrán determinar las circunstancias que puedan modificar la
responsabilidad criminal, daño moral, secuelas psíquicas, etc.

En los juzgados, estos psicólogos tienen funciones como emitir informes


sobre psicología del testimonio, seleccionar los jurados, y asesorar y
mediar en asuntos de vigilancia penitenciaria.

Psicología Penitenciaria: los psicólogos en el ámbito penitenciario


tienen funciones dirigidas al ámbito criminal de los actores jurídicos que
habitan las cárceles. Estas funciones son:
- Estudiar la personalidad de los internos desde la perspectiva de la
ciencia de la psicología, para entender e interpretar el ser y el actuar de
éstos.

- Definir la aplicación y corrección de los métodos psicológicos más


adecuados para el estudio de cada uno de los internos.

Psicología del Testimonio y del Jurado: se encarga de estudiar el


conjunto de conocimientos basados en resultados de investigación de los
campos de la Psicología Experimental y Social; que intentan determinar
la calidad (exactitud y credibilidad) de los testimonios sobre los delitos,
accidentes o sucesos cotidianos, que prestan los testigos presenciales.

En cuanto al jurado, el psicólogo trabaja en la valoración de éstos; y en la


investigación de los procesos de toma de decisiones, influencia social,
etc.

Psicología Policial y de las Fuerzas Armadas: el psicólogo jurídico, en


esta parte de los campos de acción, tiene como función la selección y
formación de los policías en temas como criminología, delincuencia,
dinámica de grupos, habilidades sociales, manejo de situaciones críticas,
psicopatología, etc. También tiene funciones de estudio de clima social y
laboral; y análisis de puestos de trabajo.

Victimología: el psicólogo en esta área tiene funciones como la


atención, el tratamiento y seguimiento de las víctimas en diferentes
grados; así como el estudio, la planificación y la prevención en grupos de
riesgo, y campañas divulgativas a la población en general.

Mediación: la mediación la realizan las propias partes en conflicto con la


ayuda de un tercero imparcial, el psicólogo, que trata de ayudarles para
que encuentren una salida pacífica a la situación conflictiva. Para darle
fundamento a este campo dentro de la psicología jurídica, se cita a
Bernal cuando expone que la mediación proporciona una forma racional
de resolver aquellos conflictos que tienen difícil solución o representan un
coste elevado para los ciudadanos y para la sociedad. La relevancia que
las relaciones interpersonales tienen en todo proceso conflictivo, hace
necesario una intervención no exclusivamente legal; basada en un
enfoque interdisciplinar, que la mediación propicia. Igualmente la
mediación favorece la comunicación entre las partes y la consolidación
de los acuerdos. De esta forma, la mediación favorece la libertad y la
responsabilidad de las personas; y se inscribe en un proceso de
democratización de la vida social, aceptando la diversidad y regulando
los conflictos desde una óptica pacífica. El mediador para el COP tiene
funciones como:

- La preparación de un contexto adecuado para que las partes puedan


comunicarse.

- El diseño del proceso de mediación.

- Ofertar a las partes herramientas que les permitan manejar el conflicto.

Por otro lado, encontramos las aplicaciones que proporcionan los autores
Haward y Gudjonsson (1998), en base a los roles del psicólogo jurídico.
Ellos identifican cuatro roles llamados clínico, experimental, actuarial,
asesor; a los cuales apunta la práctica de la psicología jurídica
dependiendo de la naturaleza del caso que está en juicio. Así, los roles
que ellos sustentan son:

El rol clínico (de evaluación): se refiere a aquellos problemas de


evidencia en donde el estado mental o la anormalidad mental de una de
las partes es relevante para el asunto legal. También incluye los
problemas neuropsicológicos como esos provocados por un daño
cerebral traumático y las discapacidades físicas que pueden tener un
concomitante psicológico. Un rol relacionado, que también ha sido
etiquetado clínico porque involucra interacción personal con una de las
partes del caso y es, de hecho, no clínico; tratando con la cognición y la
conducta normal. Por ejemplo, en un caso en donde el acusado era
culpado de tirar un ladrillo al parabrisas de un carro de policía; la defensa
sostuvo que esto no podía ser posible, dada la posición del acusado en
ese momento y el hecho de que esta persona era zurda. Entonces, fue
necesario probar a la corte que el acusado era, ciertamente, zurdo y que
la trayectoria del tiro de un zurdo era significantemente diferente de la
actual trayectoria usada en la ofensa. Unos test de lateralidad fueron
dados, y probaron que el acusado sí era zurdo. En este caso fue un
psicólogo clínico quien hizo los test de lateralidad y dio su testimonio de
experto (Haward y Gudjonsson, 1998).

Las características del rol de evaluación son la necesidad de una


interacción personal con alguien conectado al caso (el acusado, el
demandante o demandado en un caso civil, o un testigo) y de hacer una
evaluación formal; usando mediciones psicométricas objetivas, escalas
subjetivas y cuestionarios, y también información de otras fuentes.
Este rol requiere un conocimiento de construcción de test, entendimiento
lógico y matemático de sus bases estadísticas; así como comprensión de
la relevancia de la validez, confiabilidad, y mantenimiento de la
concordancia con el problema manejado.

El rol experimental: es impersonal en el sentido en que el testigo


experto que adopta este rol, normalmente no verá a la parte de la cual se
encarga el trabajo experimental hasta que vaya a la corte a testificar.

Los experimentos son relevantes para obtener los hechos y para


extraerlos en una situación, lo cual es importante para el jurado. Por
ejemplo, un oficial de una prisión testificó haber escuchado por
casualidad a un prisionero dándole a su visitante detalles de un crimen
que apuntaba a la culpabilidad de otra persona. El prisionero aseguró
que el oficial había oído mal lo que él había dicho. Ante esto, un jurado
tenía que decidir cuál de los dos estaba diciendo la verdad; y esa
decisión debía estar basada en quién ellos creían que era el más
honesto. Definitivamente, las probabilidades favorecían al oficial; pero el
problema envolvía más que la veracidad de los dos, también envolvía la
plausibilidad de la explicación. Se hizo un experimento grabando en una
cinta el zumbido conversacional en el cuarto de visitas de la prisión,
sobreponiendo la parte esencial de la conversación que el prisionero dijo
haber tenido en el tono de voz que se obtiene en ese ambiente, con un
grupo experimental. Los resultados confirmaron la mala interpretación de
la comunicación vocal. Estos resultados no probaron la veracidad de la
explicación del prisionero, pero sí mostraron que oír mal en ese caso en
particular era más dado a darse que a no darse; lo cual hizo que la corte
pudiera llegar a una decisión más informada.

El rol actuarial: el actuario es un matemático que estudia la incidencia


de un evento humano, en una muestra apropiada de una población. Esto
habilita a las compañías de seguros a predecir con precisión qué tan
seguido eventos asegurados ocurrirán.

En este rol, el psicólogo jurídico presenta evidencia de la probabilidad de


algún evento. Tal información es obtenida mediante dos formas: por una
búsqueda de la literatura donde la información es reportada, o por trabajo
de campo en el cual la información es recogida al inicio.

El rol asesor: es el rol en el cual los psicólogos forenses eximan la


evidencia que ha sido propuesta por otro experto, usualmente pero no
siempre, de su misma profesión.
Este rol ha sido llamado de asesoramiento porque los psicólogos a los
que se les pide que examinen o evalúen la evidencia, no están aportando
nueva evidencia a la corte; solo están examinando posibles debilidades
en el reporte del otro experto.

Siguiendo con la exposición de los diferentes autores sobre las


aplicaciones de la psicología jurídica, nos encontramos con la
clasificación que realiza la célebre colombiana, Ángela Cristina Tapias
Saldaña (2002), quien diferencia las áreas de aplicación de la psicología
jurídica en personajes y procesos de la siguiente manera:

Personajes: esta área tiene como objeto de estudio e intervención a las


personas que protagonizan el conflicto y el abordaje del mismo. Así, los
diferentes personajes serían:

- Agresor: esta área incluye el estudio, tratamiento y prevención de la


conducta desviada (discusiones epistemológicas señalan que no es
correcto afirmar que se estudia al agresor como tal, sino a su conducta
criminal).

Siguiendo con Tapias (2002), el área del agresor cobija el estudio


explicativo bio-psico-social de la génesis de la conducta antisocial y de
su modificación. Dentro de los modelos biologicistas se encuentran tesis
de autores como Raine (1999), que estudió la relación del
comportamiento homicida con la actividad del sistema nervioso central,
utilizando técnicas de neuroimágen; o teorías sobre determinantes
genéticos de conducta violenta (Arboleda, 2000).

Dentro de los modelos psicológicos explicativos se encuentran teorías


como la de Hare (1999) sobre personalidad psicopática; o como la teoría
de Eysenk, citado por Bartoll (1999), sobre personalidad criminal. El autor
Romero (2001) ha enunciado otros factores psicológicos que han sido
correlacionados con la conducta delictiva como la autoestima
distorsionada, el locus de control externo o atribución externa de la
responsabilidad, y la falta de empatía como facilitadora de la conducta
violenta.

La incidencia de los factores sociales ha sido explicada por Kazdin


(1988), cuando se refiere a la influencia de ciertos factores familiares,
escolares o del grupo de pares en relación de la aparición de conducta
antisocial.
Esta área incluye también todo lo relacionado con modificación y
tratamiento de la conducta criminal, en contextos penitenciarios y de
reclusión de menores. Para profundizar sobre este tema se sugiere leer a
Garrido (1996).

En este mismo contexto se puede ubicar la elaboración de perfiles de


poblaciones criminales, como lo hizo Egger (1999. Citado por Tapias,
2002), al describir el perfil del asesino serial; o como lo hizo Redondo
(1996), al definir el perfil del violador; o Urra (1997), al hablar del perfil del
menor que maltrata a sus padres.

- Víctimas: este nuevo apartado se dedica al estudio, prevención,


tratamiento y asesoría (individual y grupal) de las víctimas del delito; para
ayudarlas a reestablecerse y/o disminuir su potencialidad para
convertirse en agresores. Esta área incluye la realización y análisis de
encuestas de victimización fuera de las instituciones del Estado para
detectar cifras negras. También cobija la intervención en crisis para
víctimas de delitos violentos; la asesoría a las víctimas para remitirlas,
según sus expectativas, al Sistema Judicial, de protección o de asesoría
psicológica, como es necesario en casos de violencia conyugal. Además
presta asesoría psicojurídica para que las víctimas exijan el
restablecimiento de sus derechos o la reparación de los mismos, por
medios civiles como la indemnización; terapia de apoyo para víctimas
indirectas como las familias de los secuestrados; y asesoría al gobierno
sobre políticas de manejo de grupos de víctimas de la violencia social.

- Profesionales: en esta sección se tratan temas de selección,


capacitación y asesoría a todas las personas que colaboran con la
administración de la justicia; como abogados, técnicos judiciales,
profesionales de la policía, de las fuerzas armadas, guardianes
penitenciarios y demás profesionales (médicos forenses, antropólogos
forenses, etc).

En cuanto a la selección, se han diseñado instrumentos de evaluación de


valores y actitudes específicas, como el cuestionario de valores
interpersonales de un autor apellado Gordon; y se han elaborado perfiles
ocupacionales.

También los psicólogos pueden orientar, para la organización idónea del


sistema de administración de la justicia, estudios sobre diagnóstico y
mejoramiento del clima organizacional, en instituciones judiciales como
las fiscalías o en instituciones policiales y militares; y pueden también
orientar la administración de instituciones militares. Se incluye también la
asesoría sobre variables psicológicas que influyen en el trabajo del
profesional; como lo señala Myers (Citado por Tapias, 2002), sobre
factores que influencian en jueces y jurados; o Cornelius (1992, citado
por Tapias, 2002), sobre fuentes y manejo de estrés en guardianes
penitenciarios. Y por supuesto, los psicólogos pueden realizar
intervenciones terapéuticas para evitar el síndrome de agotamiento o
para disminuir niveles de alteración psicológica, debida a la ocupación
como afrontamiento del estrés post-combate.

- Otras personas en conflicto: nos referimos a personas que han


recurrido al Sistema Judicial para dirimir sus conflictos, pero que no
necesariamente se encuentran involucradas en delitos y por lo tanto no
han sido afectadas por la conducta criminal; sino por conflictos
relacionados con Derecho Civil, Laboral o Administrativo. Incluyendo este
aspecto es evidente que la psicología jurídica es más amplia que la
psicología criminológica, ya que esta última se relaciona casi
exclusivamente con el Derecho Penal.

Dentro de este grupo se incluyen procesos civiles, en los cuales el


psicólogo tiene una alta ingerencia como asesor en los Juzgados de
Familia para asesorar procesos de custodia de los hijos y de régimen de
visitas postdivorcio (Ibañez y Luis, 1998. Citado por Tapias, 2002).

Procesos:

- Peritaje: es un procedimiento que consiste en realizar evaluación


psicológica de las partes en conflicto, para que se tomen decisiones de
orden judicial relacionadas, ya sea en Derecho Civil, Penal,
Administrativo, Laboral, Penal, Militar, etc.

Con ejemplos de interacción de la psicología en esta área, se encuentran


la evaluación de imputados que cometieron delitos y como defensa
argumentan que padecen de trastorno mental Según Tapias y
colaboradores (2003), estos casos requieren ser evaluados porque
pueden ser simulados para argumentar inimputabilidad. Los psicólogos
también pueden evaluar personas que realmente padecen trastornos
mentales y deben pasar por procesos civiles de interdicción; o evaluar las
perturbaciones psicológicas de una persona tras ser víctima de un delito;
o las alteraciones neuropiscológicas de una persona que ha padecido un
trauma craneoencefálico tras un accidente de trabajo o de tránsito; o
evaluar la capacidad para continuar en la carrera militar o policial por el
surgimiento de una psicopatología.

Los psicólogos desde esta área de aplicación pueden realizar la


evaluación y asesoría en técnicas de investigación judicial, como la
elaboración de perfiles psicológicos de agresores desconocidos con base
en la escena del crimen (Tapias y cols., 2003).

Tapias (2002) también agrega que esta área cobija la mayoría de los
aportes de la psicología del testimonio, como es la evaluación de la
veracidad del testimonio a través de técnicas psicológicas informadas por
Raskin (1994), como el polígrafo o detector de mentiras; reseñadas por
Offe (2000), como el Análisis de Contenido Basado en Criterios (CBCA);
y otras explicadas por Masip y Garrido (2000), como los indicadores
conductuales de la mentira.

También implica el diseño de técnicas adecuadas para obtener


declaraciones de víctimas y de testigos, como la entrevista cognoscitiva
de Geiselman y Fisher (1994); y de evaluación, a través del uso de
muñecos anatómicos en población de menores, en casos de abuso
sexual infantil (Diges y Alonso-Quecuty, 1994. Citado por Tapias, 2002).

- Asesoría a los abogados y a la norma: en esta división se incluye el


estudio de las normas y asesoría sobre consecuencias judiciales más
adecuadas para modificar el comportamiento antisocial. Se compone de
la orientación a los abogados sobre los argumentos psicológicos que se
pueden esgrimir a favor de sus clientes; y sobre las relaciones
psicológicas entre el representante de la justicia, su cliente y consigo
mismos. Además el psicólogo se encarga de capacitarlos en técnicas de
oratoria, de persuasión y de conducción de interrogatorios.

- Conciliación: en este aspecto el psicólogo puede desempeñarse como


conciliador o asesorar a otros mediadores sobre fenómenos y técnicas
psicológicas que influyen en una negociación, y que tenga
consecuencias judiciales. Adicionalmente, puede investigar y desarrollar
nuevas técnicas para la negociación. Este rol incluye también la
capacitación a otras personas para que medien en procesos de
conciliación, y el diseño de estrategias de negociación (Godoy, 1998.
Citado por Tapias, 2002).

La autora colombiana Sandra Parra (2000), por su parte, se refiere a las


aplicaciones de la psicología jurídica en términos de las ramas y
funciones de esta disciplina. De las primeras, expone cinco divisiones,
así:

Criminología: esta es una ciencia interdisciplinar que se ocupa del


delito, el delincuente, el control social y el Sistema Penal, entre otros. Se
hace evidente que su estudio necesita del concurso de diversas
disciplinas; fundamentalmente de aquellas que tienen relación con
aspectos jurídicos, psicológicos y sociales. El objetivo de esta rama sería
analizar las diferentes motivaciones o perfiles de las personas que
cometen delitos desde la psicología; a través de diferentes teorías como
la de la anticipación diferencial, las explicaciones psicodinámicas, los
modelos factorialistas y socio-conductuales, o teorías del aprendizaje
social, etc.

Psicología Penitenciaria: según Parra (2000) ésta es la rama de la


psicología jurídica que estudia el comportamiento de las personas que
viven y conviven en el ámbito penitenciario; sus problemáticas, y la
intervención que se realiza en el nivel psicológico dentro de este
contexto. Dentro de esta rama, se hace necesario plantear formas de
tratamiento penitenciario que tengan como objetivo la resocialización del
interno; ya que éste durante su cautiverio en prisión sufre consecuencias
a nivel físico, psicológico y social.

Victimología: con este término se designa una disciplina que tiene por
objeto de estudio la víctima de un delito, su personalidad, y sus
características biológicas, psicológicas, morales, sociales y culturales. Se
debe entender por víctima a la persona que se expone u ofrece un grave
riesgo en entrega de otra; o persona que padece daño o culpa ajena; o la
persona que simplemente lo es por causa fortuita. Por otro lado, en
Derecho Penal, se ha considerado víctima a la persona que es
directamente afectada por el delito. Siguiendo su objeto de estudio, esta
disciplina estudia también las relaciones de la víctima con el delincuente
y el papel que ha jugado en la génesis del crimen.

Psicología Forense: es otra rama de la psicología jurídica que funciona


como auxiliar de la ley, ya que está dirigida al servicio del Derecho. En
ella, el psicólogo puede aportar pruebas a un proceso judicial y con esto
contribuir al esclarecimiento de algún tipo de hecho o delito. Esta rama
surge como una ciencia aplicada, cuyo objetivo es ayudar, desde una
realidad natural o ámbito del ser, y sobre la base de un conocimiento
psicológico actual, a la solución de problemas pertenecientes a una
realidad jurídico-normativa o ámbito del deber ser; aportando al ejercicio
del derecho procedimientos y técnicas de la teoría psicológica.

Psicología del testimonio: esta rama de la psicología estudia las


declaraciones de los testigos o del testigo, ante un suceso ocurrido en el
cual se comete un crimen, un delito, un accidente, etc. Por consiguiente
tiene en cuenta la información suministrada por los testigos o el testigo,
analizando los procesos del individuo de percepción y de memoria.

De esta misma forma, Parra (2000) expone lo que para ella serían las
funciones del psicólogo jurídico, así:

Actividades asistenciales: estas hacen referencia a la prestación del


servicio psicológico, a nivel individual o grupal. Dentro de estas
actividades se encuentra la prevención primaria, que es aquella tiene
como propósito obstaculizar el nacimiento de hechos que desencadenan
en el hombre conductas delictivas o de malestar, que eventualmente
conllevan a la divergencia. Por otro lado, está la prevención secundaria,
que actúa a corto y mediano plazo cuando el problema se presenta sin
escarbar las raíces del hecho; sino trabajando respecto a determinados
comportamientos. Y por último, nos encontramos con la prevención
terciaria, que actúa después de haberse cometido el hecho y con
posterioridad al malestar ocasionado.

Actividades administrativas: son todas aquellas tendientes a la


planeación, organización, dirección y control; como son la planeación de
programas jurídicos, hacer parte de entidades que trabajan con la ley y la
criminalidad, y la realización de diagnósticos y colaboración en la
generación de política criminal.

Actividades probatorias: son aquellas acciones donde el conocimiento


psicológico se convierte en un elemento de prueba para el proceso legal;
es así como las valoraciones, peritazgos y conceptos toman un papel
primordial en este campo.

Actividades investigativas: se refieren a un aspecto general sobre el


amplio campo de las relaciones psicojurídicas.

Actividades docentes: se llevan a cabo en las instituciones de


formación del talento humano en psicología.
En realidad, todas estas aproximaciones hechas por los autores a las
aplicaciones de la psicología jurídica tienen sus coincidencias y
contradicciones; y tal vez, son producto del ejercicio profesional del
psicólogo dentro del lugar geográfico que cada autor ocupa en el mundo.
Sin embargo, no se trata de apuntar específicamente a una de ellas
como la mejor o la que debe reglamentarse para el uso de la profesión;
es simplemente una exposición de las clasificaciones existentes para el
esclarecimiento de la actuación del psicólogo jurídico.

Ya en el plano de lo concreto, la Comunidad Virtual de Psicología


Jurídica y Forense (www.psicologíajurídica.org), lanza lo que para ellos
es el perfil profesional del psicólogo jurídico, y esto sería enmarcado en
Iberoamérica. En tal artículo, los autores Tapias, Gutiérrez, Saade, De la
Torre, Masip, LaCalle, Henríquez, Valencia, Amichetti y García (2003);
exponen las funciones específicas que lleva a cabo el psicólogo jurídico
dentro de las diferentes ramas del Derecho; así:

En derecho penal son:

Las funciones del psicólogo jurídico están repartidas de la siguiente


manera: seleccionar o asesorar la selección de los jurados; evaluar
imputados que cometieron delitos y como defensa argumentan que
padecen de trastorno mental; evaluar las perturbaciones psicológicas o
neuropiscológicas de una persona tras ser víctima de un delito o
accidente; elaborar perfiles psicológicos de agresores desconocidos con
base en la escena del crimen; evaluar la credibilidad del testimonio a
través de técnicas psicológicas como el Análisis de Contenido Basado en
Criterios (CBCA), y los indicadores conductuales de la mentira como el
polígrafo; asesorar y capacitar a policías judiciales en técnicas de
entrevistado; recepcionar declaraciones de víctimas y de testigos en
cuanto a detección de mentira, memoria de testigos, confesiones falsas,
etcétera; colaborar con técnicas psicológicas diseñadas para coadyuvar
la investigación criminal; capacitar en la conducción de interrogatorios;
realizar peritajes sobre peligrosidad y reincidencia; evaluar el uso de
sustancias psicoactivas y su relación con la conducta criminal; hacer
evaluación y tratamiento ante el abuso sexual; diseñar programas de
prevención para futuros transgresores; asesorar en tribunales a jueces,
jurados, etcétera, sobre posibles sesgos de decisiones judiciales, temas
de memoria (efecto del arma, sugestionabilidad, olvido de detalles
periféricos), detección del engaño, influencia social en la deliberación,
testimonio infantil, confianza y exactitud del testimonio, etcétera; ofrecer
asistencia psicológica (prevención y tratamiento) a víctimas y agresores,
funcionarios, policías, etcétera; entrenar en la habilidad de testificar
en juicios verbales; instruir en el conocimiento de técnicas apropiadas
para presentar los resultados de su peritaje con lenguaje psico-legal y de
manera eficaz e inimpugnable, etc.

En derecho civil y de familia:

El psicólogo tiene entre sus funciones: evaluar personas que realmente


padecen trastornos mentales y deben pasar por procesos civiles de
interdicción; asesorar en casos de cambio de nombre y/o de sexo;
estudiar casos de nulidad de matrimonio civil y canónico; asesorar sobre
la asignación de la custodia o tutela de los hijos; orientar sobre el
régimen de visitas recomendado para el cónyuge no custodio en casos
de divorcio; evaluar la idoneidad de las parejas postuladas como
adoptantes; actuar como mediador en conflictos pre o post divorcio y
desarrollar programas de prevención; realizar evaluación y tratamiento
del maltrato infantil; diseñar programas de prevención del maltrato
conyugal e infantil; asesorar a la audiencia en procesos de cesación de
potestad patria, etc.

En derecho penitenciario y del menor:

En esta rama del Derecho el psicólogo puede realizar asesoría en


políticas penitenciaras; participar en consejos de evaluación y tratamiento
para clasificar a los internos; realizar el seguimiento de los
contraventores o condenados para sugerir su progresividad en el
tratamiento; emitir sugerencias sobre las medidas de protección o el
tratamiento penitenciario adecuado para cada caso particular; evaluar
frente a casos de permisos penitenciarios; seleccionar y capacitar al
personal de las cárceles, penitenciarias y centros de reclusión de
menores; diseñar comunidades carcelarias o sancionadas penalmente;
desarrollar programas de salud ocupacional y prevención del burnout en
los profesionales penitenciarios; emitir informes técnicos de la
especialidad, solicitados por el juez o el fiscal; realizar seguimientos de
las intervenciones; aplicar tratamientos individuales y colectivos; elaborar
y aplicar programas en medio abierto, cerrado o mixto; diseñar y aplicar
programas para manejar y prevenir el estrés; asesorar en arquitectura
penitenciaria, generando efectos psicológicos en los internos, etc.

En derecho laboral o administrativo:


Aquí, el psicólogo puede evaluar secuelas psicológicas o
neuropsicológicas por accidente de trabajo o por enfermedad
ocupacional; asesorar sobre la capacidad de un funcionario para
continuar en la carrera militar, policial o judicial, y sobre el tipo de
medidas recomendadas como incapacidad, despido, indemnización o
traslado en caso de alteración psicológica del funcionario, u otros
factores (por ejemplo: dificultades personales o familiares, mala relación
con compañeros del cuerpo, estrés, dudas sobre la propia capacidad o
sobre la satisfacción con este trabajo concreto, etc.); realizar selección y
capacitación de servidores judiciales; practicar evaluación de trauma por
trabajo judicial o post combate de policías, militares o servidores
judiciales; emitir peritajes psicológicos en casos de insumisión, abuso de
poder o decisiones sobre la baja laboral o profesional; evaluar la
capacidad para continuar en la carrera militar o policial por el seguimiento
de una psicopatología, etc.

En Colombia, por otro lado, la aplicación de la psicología jurídica se ha


visto limitada a unos cuantos aspectos; pero cada vez más la actuación
del psicólogo dentro del área jurídica y forense, está adquiriendo gran
relevancia para el abordaje de la problemática social del país.

Como dice Díaz (2003), en Colombia particularmente el avance de esta


área de la psicología ha sido impulsada más por el ejercicio práctico que
a través de la investigación e implementación de conocimientos
específicos surgidos de nuestra realidad. La actuación de psicólogo en
los escenarios legales es amplia y variada; y requiere de presupuestos
científicos y herramientas válidas y confiables, para poder ayudar y
propender por un Derecho más cercano a las condiciones propias de la
naturaleza y de los conflictos humanos; que se ven reflejados en las
disputas legales. Es importante aclarar que la actuación de psicólogo en
lo forense debe contemplar el tipo de enfoque psicológico que sustenta la
valoración legal.

Así, en este país, el psicólogo ha venido ejerciendo labores en


escenarios jurídicos tales como: la Fiscalía General de la Nación,
Comisarías de Familia, I.C.B.F., instituciones penitenciarias, Policía
Nacional, Ejército, Departamento Administrativo de Seguridad (D.A.S.),
INMLYCF, Defensoría del Pueblo, Juzgados de Familia y de Menores,
Casas de Justicia e instituciones de seguridad privada. En la opinión de
Díaz (2003), el actuar del psicólogo en estos escenarios no ha sido
afortunado; y por el contrario, ha generado una confusión tanto en el
desempeño del profesional de la psicología, como en la utilización de
conocimientos de esta ciencia al campo específico de lo jurídico.

En las Comisarías de Familia se ventila una problemática familiar que


requiere de una claridad por parte del que busca ayuda, como de aquel
que la proporciona; al igual que en otros escenarios jurídicos e
instituciones públicas. Este no es un escenario terapéutico, por tal el
profesional debe comprender la naturaleza de su función y sus
consecuencias legales; su responsabilidad implica que sus decisiones
van a afectar a terceros involucrados en el problema legal. Decisiones,
por ejemplo, como la custodia de los hijos; requieren inicialmente
considerar si la psicología está capacitada para responder a la pregunta
de cuál es el mejor padre; o, si por el contrario, está para ayudar a la
autoridad correspondiente para informar sobre cuál es el mejor interés
para el niño y de qué manera podemos aportar para garantizar ese
bienestar (Díaz, 2003). Estas diligencias frente a la custodia del menor,
ponen al psicólogo de cara en las ramas de la psicología jurídica como
son la psicología forense, la psicología del testimonio y del jurado, y la
victimología; abarcando los personajes de la víctima y las otras personas
en conflicto, descritas por Tapias (2002). En esta actuación el psicólogo
cumple las funciones de evaluación y diagnóstico, de intervención, de
asesoramiento, y de mediación; asumiendo el rol clínico y el de asesor.

Por otro lado, el psicólogo dentro de estos escenarios jurídicos debe


encargarse de la toma de testimonios en casos de abuso o de violación
sexual, por parte de un familiar o un extraño; lo cual implica que la
actuación debe respetar los derechos fundamentales de los menores o
víctimas y evitar una segunda victimización. La utilización de estrategias
dirigidas a la valoración de la credibilidad del testimonio, debe contemplar
el uso de herramientas como la cámara de Gesell y la grabación de la
diligencia; y como otros modos de evitar esta segunda victimización de la
que se ha hablado durante el proceso (Díaz, 2003). Esta actuación
enmarca al psicólogo dentro de los campos de la psicología jurídica del
testimonio, la forense y la Victimología; con el abordaje de la víctima y,
en algunos casos, del agresor, mediante las funciones de evaluación y
asesoramiento. De esta manera queda finalmente enmarcado en el rol
clínico y de asesor.

También el psicólogo jurídico participa en los procesos de inasistencia


alimentaria y de violencia intrafamiliar, en los cuales se requiere
previamente una conciliación que permita un arreglo e impida la apertura
de un proceso penal que conduzca a una sentencia. La claridad del
psicólogo dentro de este proceso no es definida para quien busca ayuda,
pues los consultantes consideran que están en presencia del terapeuta,
que los va a ayudar a resolver su problema; y no comprenden con
claridad que el papel que en ese momento desempeña es de carácter
psicojurídico, para luego ser analizado por el fiscal o para determinar si la
problemática amerita judicializarse o requiere de intervención psicológica.
En caso de requerir las partes de una intervención psicológica, dicha
labor debe darse en un escenario diferente al psicojurídico, pues implica
un compromiso cuya relación es cliente-terapeuta; y se fundamenta en
los principios clínicos de la intervención psicológica (Díaz, 2003). Así,
vemos que con respecto a la problemática de la violencia intrafamiliar y la
inasistencia alimentaria, el psicólogo jurídico actúa dentro del campo de
la mediación sugerido dentro de los campos de acción del COP;
trabajando tanto con el agresor como con la víctima, y las otras personas
en conflicto. El psicólogo cumple allí las funciones de evaluación,
asesoramiento y mediación; que lo ubican en el rol clínico y asesor.

En cuanto a la jurisdicción del menor, la psicología jurídica tiene una


función central como el peritaje para la adjudicación de medidas de
seguridad para los menores. Por ejemplo, se le solicita al psicólogo una
valoración de la personalidad y conducta del menor; para poder
determinar el tipo de medida que le sea más útil. Por lo tanto, la
valoración debe contemplar al individuo en cuestión, su familia y su
entorno; pero no se debe opinar o señalar lo que el juez debe decidir
(Díaz, 2003). De igual manera que, como se acaba de exponer, se hace
en las prisiones con los menores; se hace también con los adultos. Así,
el psicólogo jurídico camina en esta actuación dentro del campo de la
psicología penitenciaria, cobijando al agresor y cumpliendo funciones de
evaluación, intervención y asesoramiento; con un rol clínico y de asesor.

Parra (2000) hace referencia a las aplicaciones de la psicología jurídica


cuando expone que el trabajo del psicólogo en el ámbito jurídico ha
progresado, hasta el punto que actualmente se han incrementado las
investigaciones en dicha área. Hace un llamado a las futuras
generaciones de psicólogos jurídicos invitándolos a adquirir la
responsabilidad de su auge, crecimiento y mejoramiento en las
actividades anteriormente mencionadas.

Así, la autora comenta que en el campo de la Criminología se han


aumentado las investigaciones desde la década de los 90 principalmente,
en entidades colombianas como el Servicio de Inteligencia Judicial
(SIJIN), el C.T.I., y el D.A.S. (Parra, 2000). Frente a esto entonces, el
psicólogo jurídico está llevando a cabo funciones de investigación con
respecto al agresor primordialmente y tomando el rol experimental.

Con respecto al campo de la psicología forense, comenta que la


actuación del psicólogo debe dirigirse a aportar pruebas periciales a un
proceso judicial, dentro de instituciones como el INMLYCF y el C.T.I.; que
son las instituciones en las actualmente se lleva a cabo las funciones de
evaluación y peritaje, y asesoramiento de este campo de la psicología
jurídica. En él, se permite cumplir con el rol clínico y asesor.

Las Salas de Atención al Usuario (S.A.U.) de la Fiscalía General de la


Nación, también llevan a cabo una función muy importante dentro de la
psicología jurídica en Colombia. Me refiero a la función de conciliación
dentro de la rama de la mediación, lo cual he experimentado de manera
personal ya que fue en una de las S.A.U. de la ciudad de Barranquilla
donde realicé mis prácticas profesionales. En dichas S.A.U. también se
practica una parte de intervención en crisis y de orientación psicológica,
muy importante como proceso de acompañamiento en el cumplimiento
de los acuerdos preprocesales pactados dentro de las conciliaciones
realizadas. Y se destaca además la U.R.I. de Delitos Sexuales, donde se
cumplen actividades forenses como la evaluación de la credibilidad del
testimonio. Por otra parte, se llevan a cabo asesoramientos y se realizan
además campañas de prevención; como las realizadas quincenalmente
en los diferentes barrios y pueblos marginados del Atlántico, con la
campaña "Justicia Móvil", que incluye la participación de distintas
entidades del Estado y del servicio de salud público.

En el ámbito penal colombiano, la investigación del psicólogo se ha


centrado en la aplicación de pruebas destinadas a servir de apoyo a
peritajes legales, realizados por psiquiatras forenses; mientras que en el
tratamiento o prevención terciaria de la delincuencia, sólo se han hecho
esfuerzos aislados y esporádicos. Ejemplo de esta minoría es el
experimento realizado por Calero y Ortiz (1984), desde una perspectiva
comportamental, donde modificaron la conducta de un grupo de jóvenes
entre 17 y 19 años de edad, institucionalizados en un establecimiento
carcelario. Y más recientemente, Palomino, Ríos y Samudio (1991)
trataron a un grupo de reclusas detenidas en la Reclusión Nacional de
Mujeres; siguiendo la corriente existencialista y con base en la
metodología de proyecto de vida. Tales esfuerzos no se han traducido en
programas concretos y permanentes en el tiempo, que generen
alternativas efectivas de tratamiento penitenciario (Vargas y Beltrán,
1993. Citado por Caballero y Prada, 2001).
Pero en concepto de autores, la intervención debe iniciarse antes de la
institucionalización de los individuos; cuyos comportamientos pueden ser
considerados como delictivos, actuando a través de la prevención
primaria y secundaria. Las acciones de prevención primaria estarían
centradas en aquellas zonas, que por sus características de todo orden
presenten una alta probabilidad de generar índices significativos de
delincuencia. En tal sentido, la Oficina de Estudios Socio Jurídicos y de
Prevención del Delito, del Ministerio de Justicia, ha comenzado un
trabajo interdisciplinario en el sector de Bogotá (Vargas y Beltrán, 1993.
Citado por Caballero y Prada, 2001).

En cuanto al nivel secundario, en nuestro país no se ha llevado a cabo


ninguna acción; pero se podría aprovechar la experiencia de otras
latitudes tales como las citadas por Del Pozo (1986), entre las cuales se
encuentra el instituto "PICA-PREP" y el "Hunt School Program", que
reportan resultados halagadores (Vargas y Beltrán, 1993. Citado por
Caballero y Prada, 2001).

El psicólogo, según comenta Hoyos (2002), tiene un amplio campo de


acción dentro del ámbito jurídico por ello, además de conocer por lo
menos en forma genérica los conceptos principales del Derecho, debe
tener una sólida formación académica que le permita diagnosticar,
intervenir, pronosticar, asesorar, investigar y desempeñar tareas
administrativas en las distintas dependencias judiciales. Para dicha
autora, los campos de acción del psicólogo jurídico son los procesos
civiles, comerciales, administrativos, laborales o de familia; para los
cuales propone específicos procesos o funciones en los que el psicólogo
interviene como perito.

Así, en el campo del Derecho de Familia, el psicólogo jurídico tiene


funciones de: reglamentación de visitas, custodia y cuidado personal de
los hijos, suspensión y/o pérdida de la patria potestad, separación de
cuerpos o de bienes, divorcio de matrimonio civil, cesación de efectos
civiles del matrimonio religioso, adopción, interdicción por demencia,
interdicción por disipación, rehabilitación del interdicto, ordinarios de
impugnación de testamento por incapacidad mental del testado, y en
otros procesos donde deba evaluarse la personalidad de una de las
partes (Hoyos, 2002).

Ante los tribunales eclesiásticos, en procesos de nulidad de matrimonio


católico, las funciones del psicólogo jurídico son, según Hoyos (2002),
carencia de suficiente uso de razón, grave defecto de discreción de juicio
acerca de los derechos y deberes esenciales del matrimonio que
mutuamente se han de dar y aceptar, incapacidad para asumir las
obligaciones esenciales del matrimonio por causas de naturaleza
psíquica.

Igualmente la autora comenta las funciones del psicólogo jurídico dentro


del ámbito del derecho penal en los siguientes casos: cuando se trata de
establecer imputabilidad e inimputabilidad de un sindicado, con el fin de
establecer la incapacidad psíquica de la víctima ocasionada por el
agresor, para determinar la incapacidad psíquica de la víctima
antecedente al delito, en materia de delitos contra la libertad y el pudor
sexuales, y siempre que el delito haya causado trastornos psíquicos al
ofendido.

En materia civil, según Hoyos (2002), el psicólogo actúa en procesos


ordinarios de responsabilidad civil extracontractual cuando el hecho ha
causado problemas psicológicos y/o psiquiátricos a la víctima, por
ejemplo en accidentes automovilísticos, responsabilidad médica,
atentados personales. También actúa en procesos ordinarios de
impugnación de contratos realizados por interdictos antes de ser
declarados tales, para dictaminar sobre un estado mental al momento de
contratar.

En materia laboral, el psicólogo jurídico actúa para dictaminar sobre


trastornos o enfermedades mentales adquiridas durante la relación
laboral o sobre las incapacidades que estos generen.

En síntesis, luego de haber analizado las diferentes aplicaciones de la


psicología en Colombia, es posible concluir que existen ya, en el mundo
del conocimiento sobre psicología jurídica, múltiples clasificaciones y
visiones de los campos y escenarios de actuación en los que se puede
desempeñar el profesional de esta área.

Como vemos, estudiosos del quehacer psicojurídico desde Colombia y


otros lugares del mundo, han concordado en que existen varias ramas en
las cuales se divide la psicología jurídica; tales como la criminología, la
psicología forense, la psicología del testimonio y del jurado, la psicología
policial y de las fuerzas armadas, la psicología penitenciaria, y la
victimología. Adicionalmente, han expuesto de diferentes formas cada
uno, que el trabajo psicojurídico aborda cinco personajes conocidos
como el agresor, la víctima, los testigos, las otras personas en conflicto y
el profesional; también llamado comúnmente operador de la justicia. Para
este abordaje, el psicólogo jurídico lleva a cabo funciones de evaluación
y diagnóstico, conocidas también como peritaje; de investigación, de
intervención primaria, de mediación y conciliación, de asesoramiento, de
prevención, y de formación de profesionales en esta área de la
psicología. Por último, se han expuesto diferentes roles que tiene el
psicólogo jurídico dentro de su actuación, tales como el rol clínico, el
actuarial, el experimental y el asesor.

En Colombia, específicamente es posible concluir, después de la revisión


de la información, que las aplicaciones de la psicología jurídica se dan
principalmente en las instituciones públicas y en las instituciones de
educación superior. Además, como resultado, se hace explícito que en
cuanto a las ramas de la psicología jurídica, la criminología es poco
registrada bibliográficamente; pero se tiene evidencia que en su ejercicio
es una práctica común por los profesionales en este campo de la
psicología.

Por otro lado, la psicología penitenciaria se lleva a cabo de manera


adecuada, pero esta rama admitiría más investigación sobre ella para
que su campo de acción se amplíe.

En cuanto a la psicología del testimonio y del jurado, hay que decir que el
testimonio y su credibilidad es el tema que hoy en día está siendo más
investigado alrededor del país, ya que es un factor importante en el
esclarecimiento de los hechos punibles y ha sido de gran importancia a lo
largo de la historia de la práctica del Derecho. Con respecto al jurado,
sabemos que en Colombia no hace parte del proceso judicial, pues el
Estado lo tiene de esta manera previsto; así que sobre este campo poco
se tiene registrado en el país.

La psicología forense, por su parte, es de las más aplicadas en el


territorio colombiano dentro del área psicojurídica; y es usada
diariamente para emitir informes que ayuden a los fiscales y demás
autoridades judiciales a entender con más claridad la base psicológica de
algún delito y que, además, sirvan como herramienta probatoria para el
proceso.

La rama de la victimología, es un área de investigación que en Colombia


se ha empezado a revisar; y como producto de esto, se están
empezando a crear las redes para la atención a las víctimas de los
distintos delitos; en especial de los delitos sexuales en menores de edad.
Por esto, autores como Chávez (2003) han comentado que es necesario
girar los ojos hacia la víctima del hecho criminal, que sistemáticamente
fue olvidada por el Sistema Penal. Sin embargo, con la implementación
de la Reforma Penal y el nuevo Proceso Acusatorio que se encuentra
implementado en el departamento de Cundinamarca y el Eje Cafetero
desde el primero de enero de 2005, y a partir del 2008 se regirá en el
resto del país; la victimología cobrará un papel importante en el área
psicojurídica y tendrán que verse a la luz las aportaciones que tenga para
hacer esta rama.

La psicología policial y de las fuerzas armadas, igualmente tiene pocos


registros en la literatura colombiana; por lo tanto, se hace un llamado a
los profesionales e investigadores de este campo de acción para darle
paso a la psicología dentro de muchos más ámbitos jurídicos.

De igual manera que las ramas de la psicología jurídica, los personajes


como el agresor, la víctima y las otras personas en conflicto; han sido, en
Colombia, objeto de estudio de la gran mayoría de los escritos e
investigaciones. Y, por el contrario, los testigos y los operadores de
justicia, también llamados profesionales; tienen poco registro, podría
decirse que casi nulo, en la literatura.

Con respecto a las funciones que cumple el psicólogo jurídico dentro de


sus campos de acción; las de evaluación, diagnóstico, peritaje,
asesoramiento y mediación, predominan en el país. Un poco menos
cabida han tenido las funciones de intervención, investigación y
formación; y por último, la función de prevención es la que menos
registro tiene en el actuar psicojurídico.

Finalmente, con referencia a los roles que adopta el psicólogo dentro del
ámbito jurídico, en Colombia priman el clínico y el asesor; siendo los dos
restantes, el actuarial y experimental, casi nulos o, por lo menos, poco
registrados en publicaciones e investigaciones.

3. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Desde la creación del mundo, el hombre se ha interesado por cuestionar


y analizar la génesis o causas de los asuntos que le atañen o le llaman
su atención.

Continuando con esta característica tan particular de un porcentaje


significativo de los seres humanos, no acostumbrados a digerir las
diferentes cuestiones sin antes investigar o meditar con calma las
decisiones tomadas al respecto a partir de las mismas; se ha querido
exponer la evolución que ha tenido la rama de la Psicología Jurídica,
partiendo del marco global hasta aterrizarlo al particular, y el panorama
que presenta actualmente dicha rama en nuestro país. Todo esto con el
fin que los profesionales de esta área y los interesados en la misma, pero
que aun no le ejercen, no transiten cegados actuando como unos
completos ignorantes y desactualizados dentro del área en cuestión.

En concordancia con los objetivos especificados dentro de la


investigación, se quiere llegar a resolver y concluir cuál ha sido el inicio
de la especialidad psicojurídica en el mundo y en Colombia, cuáles son
las definiciones que enmarcan de manera más completa y puntual el
objeto de estudio de esta rama, y cuáles son las distintas aplicaciones en
las que se puede llegar a desenvolver el psicólogo jurídico dentro del
ámbito legal global.

La resolución de estos planteamientos, es la que nos lleva a cuestionar


¿cuál ha sido el desarrollo de la psicología jurídica en Colombia? y ¿cuál
es el panorama actual de esta especialidad en nuestro país?

Dichas preguntas formuladas serán resueltas poco a poco, a medida que


se navegue por los mares teóricos propuestos dentro del cuerpo del
documento; y finalmente, serán contestadas dentro de los resultados y
conclusiones arrojados como producto final y fidedigno del desarrollo de
la Psicología Jurídica en Colombia.

4. OBJETIVOS

4.1. OBJETIVO GENERAL

Describir y analizar el desarrollo de la psicología jurídica en Colombia a


partir de la perspectiva de sus peritos y pioneros.

4.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Describir y analizar el desarrollo histórico de la psicología jurídica en


Colombia a partir de la perspectiva de sus peritos y pioneros.

Describir y analizar el concepto de psicología jurídica a partir de la


perspectiva de los peritos y pioneros de esta especialidad en Colombia.
Describir y analizar las aplicaciones de la psicología jurídica en Colombia
a partir de la perspectiva de sus peritos y pioneros.

5. DEFINICION DE VARIABLES

5.1. VARIABLES CONCEPTUALES

Desarrollo: Proceso de automovimiento desde lo inferior (desde lo


simple) a lo superior (a lo complejo), que pone de manifiesto y realiza las
tendencias internas y las esencias de los fenómenos, las cuales
conducen a la aparición de lo nuevo (Nuevo y lo viejo). La forma
característica del desarrollo presenta un aspecto de espiral. Todo
proceso singular de desarrollo tiene principio y fin, con la particularidad
de que ya en el comienzo, en la tendencia, se halla contenido el fin del
desarrollo, y la culminación de determinado ciclo establece el principio de
uno nuevo en el que pueden repetirse algunas particularidades del
primero. El desarrollo es un proceso inmanente: el paso de lo inferior a lo
superior se produce porque en lo inferior se hallan contenidas, en estado
latente, las tendencias que conducen a lo superior, y lo superior es lo
inferior desarrollado.

Psicología Jurídica:
 
La psicología jurídica es la rama de la psicología que intenta aportar sus
conocimientos al ejercicio de un mejor Derecho, para que se cumpla en
el fondo la idea de justicia y búsqueda de la verdad que se pretende; y
también es la que intenta aplicar sus conocimientos para aclarar asuntos
que tengan que ver con la conducta de un sujeto en un escenario legal.
Jurídico es todo el conjunto de relaciones que se dan entre el sujeto
individual y el escenario legal. La psicología jurídica como campo de
conocimiento tiene áreas de actuación, las cuales son: la psicología
forense, la psicología criminológica, la psicología policial, la psicología
penitenciaria; todos esos son escenarios, ramas, apéndices o espacios
de la psicología jurídica (Fernando Díaz Colorado).

La psicología jurídica es la aplicación de la psicología a los procesos


psicológicos que existen dentro de los procesos jurídicos; y no solamente
a los procesos jurídicos sino a las personas que participan en el proceso
jurídico: jueces, fiscales, investigadores, sindicados, víctimas, testigos.
Es un área amplia que a su vez está conformada por subáreas de
trabajo: psicología criminal, victimología, psicología del testimonio,
psicología forense, psicología penitenciaria, psicología policial y
mediación (Nancy Vargas Espinosa).

5.2. VARIABLES OPERACIONALES


 
Las variables operacionales tratadas dentro del contenido y cuerpo de
esta investigación, hacen referencia a:
 
· HISTORIA: Dentro de esta variable cuestionada en el transcurso de las
entrevistas realizadas a los peritos y pioneros de la psicología jurídica en
Colombia, se incluyeron los temas del nacimiento y desarrollo de la
psicología jurídica en Colombia, nombre del primer psicólogo forense que
tuvo el país, conocimiento del primer caso de psicología forense que se
dio en Colombia, lista de nombres y especificidades de los pioneros de la
psicología jurídica en Colombia, y enmarcación de la perspectiva
proyectada para la psicología jurídica dentro del marco colombiano.

· CONCEPTO: Dentro de esta variable se definió el concepto de


Psicología Jurídica y de las subramas que se desprenden de la misma,
tales como: la Ps. Forense, la Ps. Penitenciaria, la Ps. Criminológica, la
Ps. del Testimonio y del Jurado, la Ps. Policial y de las Fuerzas Armadas,
la Victimología y la Mediación. Lo anterior se estableció así debido a la
confusión que existe entre las definiciones de cada una de las ramas
mencionadas, al punto de muchas veces pensarse que todas son una
misma, es decir, que se analogan.

· APLICACIONES: Se refiere a la exposición de las funciones, ámbitos


de acción, roles, personajes y descripción de las diferentes ramas que
posee la Psicología Jurídica en Colombia.

6. METODOLOGIA

6.1. TIPO DE INVESTIGACION Y DISEÑO

TIPO DE INVESTIGACION: Descriptiva.
"Su preocupación primordial radica en describir algunas características
fundamentales de conjuntos homogéneos de fenómenos, utilizando
criterios sistemáticos para destacar los elementos esenciales de su
naturaleza. De esta forma se pueden obtener las notas que caracterizan
a la realidad estudiada". Los estudios descriptivos "buscan especificar las
propiedades, las características y los perfiles importantes de personas,
grupos, comunidades o cualquier otro fenómenos que se someta a un
análisis. En un estudio descriptivo se selecciona una serie de cuestiones
y se mide o recolecta información sobre cada una de ellas, para así
describir lo que se investiga".

DISEÑO: De campo tipo estudio de caso.


"Los diseños de campo son los que se basan en datos primarios,
obtenidos directamente de la realidad. Su innegable valor reside en que
permite cerciorase al investigador de las verdaderas condiciones en que
se han conseguido los datos, posibilitando su revisión o modificación en
el caso de que surjan dudas respecto a su calidad. Esto, en general,
garantiza un mayor nivel de confianza para el conjunto de la información
obtenida. De la gran variedad de métodos posibles se ha logrado
establecer algunos tipos estandarizados, que son los que se utilizan con
mayor frecuencia, tales como el de estudio de casos. La nota peculiar de
este tipo de diseño la constituye el estudio profundizado y exhaustivo de
uno o muy pocos objetos de investigación, lo que permite obtener un
conocimiento amplio y detallado del mismo, casi imposible de alcanzar
mediante los otros diseños de campo. Este tipo de diseño, se basa en la
idea de que si estudiamos con atención cualquier unidad de un cierto
universo, estaremos en condiciones de conocer algunos problemas
generales del mismo; por lo menos tendremos una perspectiva, una
reseña general que orientará provechosamente una búsqueda posterior,
más sistemática y orgánica". Como dice Hernández (2003), el estudio de
caso "no es una elección de método sino del «objeto» o la «muestra»
que se va a estudiar". Resaltando esta última cita, puedo decir que mi
investigación es un estudio de caso debido a que reuní una muestra
significativa de peritos y pioneros dentro del campo psicojurídico; y
recolecté la información suministrada en el método más formal de todos y
a la vez no limitante, como fue la entrevista abierta realizada; la cual fue
una consecuencia del objeto elegido más no el objetivo primordial.

6.2. SUJETOS
Los sujetos que hacen parte de la investigación realizada, son los
psicólogos entrevistados dentro de la misma. Estos psicólogos,
responden a la clasificación de peritos y pioneros de la psicología jurídica
en Colombia. Se debe entender por los términos de perito y pionero lo
siguiente: la palabra "perito" hace referencia a la persona experta en
algún tema, área o ciencia determinada; mientras que la palabra
"pionero" hace referencia a aquellas personas fundadoras o iniciadoras
en un arte o ciencia determinada, respecto a la relación de comparación
frente a otras personas.

Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, los sujetos escogidos son


una muestra representativa de los peritos y pioneros que posee
Colombia dentro del área de la Psicología Jurídica, debido a que reúnen
las características y elementos necesarios para ello. Todos y cada uno
de ellos posee una experiencia laboral en el campo de la jurídica en que
se desempeñan; destacándose sus nombres dentro del ámbito
psicojurídico por el record de experiencia recorrida y el excelente trabajo
que llevan a cabo desde tiempo atrás.

Estos sujetos fueron entrevistados en las ciudades de Bogotá,


Barranquilla, Cartagena y Santa Marta. Estas ciudades fueron escogidas
debido a que es en Bogotá donde se encuentra la mayor parte de los
especialistas en esta área; además de que es una de las ciudades donde
se dio el inicio de la parte académica dentro de las universidades y
también es el lugar donde se dio el foco de inicio de la subrama de la
Psicología Forense y de la práctica jurídica, a través de la Fiscalía
General de la Nación. Por otro lado, se tuvo en cuenta los peritos en esta
área dentro de las ciudades mencionadas de la costa caribe, ya que
siendo esta una investigación realizada en la ciudad de Barranquilla; era
enriquecedor poseer la información del desarrollo de esta área en
nuestros más cercanos territorios.

Dichos sujetos, se desenvuelven entre las áreas académicas, jurídicas y


forenses de la Psicología Jurídica en Colombia. De los catorce (14)
sujetos entrevistados, cinco (5) de ellos se encuentran ubicados
específicamente en el área de la psicología jurídica desde la academia;
destacándose dentro de esta las siguientes universidades: Universidad
Católica de Colombia, Universidad Santo Tomás, Universidad Nacional
de Colombia, Universidad del Bosque y Pontificia Universidad Javeriana.
Cuatro (4) de los sujetos entrevistados se encuentran ubicados dentro de
la práctica Forense de la Psicología Jurídica; dentro del Instituto Nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses, de los cuales dos (2) laboran en
Medicina Legal de Bogotá, otro labora en la sede de Medicina Legal de
Cartagena y el último restante trabaja en la sede de Medicina Legal de
Barranquilla. Los cinco (5) que faltan por clasificar, se encuentran
ubicados dentro de la práctica jurídica como tal de la especialidad y
laboran en el C.T.I. de la Fiscalía General de la Nación; donde tres (3) de
los sujetos labora en el C.T.I. de la ciudad de Barranquilla, otro trabaja
con el C.T.I. pero se desempeña dentro de la Casa de Justicia ubicada
en la ciudad de Santa Marta, y el último de ellos labora con el C.T.I. de la
ciudad de Bogotá.

De los catorce entrevistados, solo uno de ellos no posee una


especialización de posgrado a parte de su profesión dentro de la
Psicología. El resto de los entrevistados son todos especialistas tanto
dentro de la rama del Derecho como de la misma Psicología. Además, de
los catorce (14) sujetos, sólo cuatro (4) de ellos poseen el título de
Magíster o Master, dos (2) de los restantes se encuentran hoy día
aspirando al grado del mismo, y uno (1) de ellos se encuentra aspirando
al título de Doctor o Ph. D en Psicología.

En general, los sujetos entrevistados son especializados en las diferentes


áreas de la psicología jurídica tales como: la forense, la victimología, la
penitenciaria y la criminología. Además de, obviamente, muchos de ellos
dedicarse exclusivamente al área de la psicología jurídica como tal.

6.3. TIPO DE MUESTREO

El tipo de muestreo utilizado para seleccionar a los diferentes sujetos que


hacen parte del cuerpo de esta investigación, dentro de la entrevista
realizada; es uno que recibe el nombre de muestra de expertos, según la
teoría de Hernández Sampieri et. al. (2003). Se dice que este tipo de
muestreo fue utilizado ya que como dicen los autores "en ciertos estudios
es necesaria la opinión de sujetos expertos en un tema. Tales muestras
son válidas y útiles cuando los objetivos de estudio lo requieren"; el cual
es el caso particular de esta investigación, ya que debido a la falta de
bibliografía amplia y extensa se hizo necesaria la combinación de las
pocas y escasas fuentes encontradas, con la información primaria de los
peritos y pioneros del área.

6.4. INSTRUMENTO Y TECNICAS


El instrumento utilizado dentro de la ejecución de la investigación, fue
una entrevista estructurada abierta; y la técnica de la investigación para
llevar a cabo dicho instrumento, fue la guía de preguntas formuladas
previamente junto con la directora de la investigación, la Ps. Lida Milena
Rodríguez Navarro; las cuales tomaron como punto de referencia a los
objetivos que se querían determinar dentro de la investigación.
6.5. PROCEDIMIENTO
 
A continuación se realizará una descripción detallada de los pasos
desarrollados para la construcción de la investigación. Este será lo
suficientemente explícito, pero a la vez puntual, como para que un
investigador independiente pueda repetir el proceso. Dicho procedimiento
se presentará de manera secuencial, tratando de evitar la repetición de
los eventos y situaciones en la descripción.
 
Primeramente, una vez se tenía un área dentro de la psicología a la que
se le tenía predilección, se comenzó a buscar el profesional o docente en
el área que pudiera acceder a direccionar la investigación que estaba a
punto de desarrollarse. Luego de encontrarse la persona indicada,
hallada fuera de las instalaciones universitarias y dentro del C.T.I. de la
Fiscalía General de la Nación; se comenzó a plantear varios temas para
la escogencia dentro de la rama. Al final el tema en cuestión fue el más
opcionado, aunque de entrada se sabía que iba a ser poca la información
que se pudiera hallar de la misma en Colombia. Casi de inmediato, se
comenzó a realizar la búsqueda bibliográfica tanto en libros de las
diferentes bibliotecas de la ciudad, como cibernética dentro del Internet.
Como resultado, la poca información hallada correspondió a páginas web
científicas y unos cuantos libros, los cuales fueron encontrados dentro de
la biblioteca de las universidades C.U.C. y Simón Bolívar, de la ciudad de
Barranquilla; y otros fueron suministrados por préstamo externo de
personas interesadas en el área.
 
Debido a que la mayor parte de la información era de Internet, se ejecutó
un viaje a la ciudad de Bogotá para tanto recopilar información en las
bibliotecas de las más conocidas universidades de la capital, como para
realizar una serie de entrevistas a los diferentes peritos y pioneros de la
psicología jurídica en Colombia. La guía de preguntas fue pactada
previamente junto con la directora de la investigación, las cuales fueron
realizadas en base a los objetivos específicos de la misma. Además de
incluir preguntas acerca del inicio del área, el concepto de la especialidad
y sus ramas derivadas, y de las aplicaciones de la misma; se incluyeron
preguntas que enmarcaran la opinión de los entrevistados en cuanto a
las dificultades que encontraban en el desempeño de esta rama y por
otro lado, las perspectivas que visualizaban para la misma.
 
Inmediatamente se comenzó a enviar varios correos electrónicos a las
personas destacadas en el área dentro de las universidades que tuviesen
dentro de su pensum, bien fuese de pregrado o postgrado, la opción de
Psicología Jurídica o cualquiera de sus subramas; y a esperar su
respuesta de correo devuelta. Cuando ya se habían realizado algunos
contactos, se planeó el viaje a finales del mes de julio y principios de
agosto de 2003, de manera que los docentes se encontraran laborando
en las universidades luego del período de vacaciones. También se
requirió de unas cartas suministradas por el Jefe de Departamento de
Psicología de la Universidad del Norte, donde constaba la permanencia
actual de mi persona dentro de la institución académica y se le solicitaba
muy amablemente a las universidades de Bogotá que se me diera campo
libre para utilizar el servicio de biblioteca de las mismas.
 
Una vez en Bogotá, la primera universidad que se visitó tanto para
realizar la entrevista como para visitar su biblioteca, fue la Universidad
del Bosque, donde se encontraba esperando la reconocida psicóloga en
el área psicojurídica, Ángela Cristina Tapias Saldaña. Gracias a su
colaboración, se pudo terminar de contactar a las personas indicadas a
realizarles la entrevista; y que brindarían el mejor y mayor aporte a la
misma. De ahí en adelante se visitaron para entrevistas los siguientes
lugares: Pontificia Universidad Javeriana, U. Nacional de Colombia, U.
Santo Tomás, U. Católica de Colombia, la Unidad de Menores del C.T.I.
de la Fiscalía General de la Nación y la Unidad Básica de Atención al
Menor del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses del
centro de la ciudad de Bogotá. En cuanto a las bibliotecas visitadas para
la revisión bibliográfica, están las ubicadas en: U. Externado de
Colombia, U. del Rosario, U. de la Sabana, U. Konrad Lorenz, U. de Los
Andes; además de todas las universidades donde se llevaron a cabo las
entrevistas, y de la Biblioteca Virgilio Barco.
 
De regreso a la ciudad de Barranquilla, comenzó el proceso de
trascripción de las entrevistas realizadas y del análisis de las mismas.
Más tarde, se pensó también ampliar el marco de Bogotá, ciudad pionera
de esta rama en Colombia junto con la de Medellín, y se pactó la
realización de las mismas entrevistas dentro de las ciudades principales
de la costa: Barranquilla, Cartagena y Santa Marta. Las personas
elegidas dentro de ellas, fueron pactadas por medio del criterio de la
directora de la investigación, en base a la experiencia profesional de las
mismas dentro de la rama. Una vez que se hicieron los contactos, ya de
manera más fácil y ágil con respecto a Bogotá, se dio inicio a la
realización de las entrevistas. Mientras que la mayor parte de personas
entrevistadas en la ciudad de Bogotá se encontraban en diferentes
instituciones académicas de la misma, en las ciudades de la costa se
destacó el C.T.I. de la Fiscalía General de la Nación, por ser el lugar
donde laboran la mayor parte de las entrevistadas; la expresión verbal de
las personas entrevistadas en la costa hace énfasis en las terminaciones
femeninas, ya que en esta las mujeres fueron el único género
entrevistado.
 
La única entrevista que no se realizó personalmente, fue la de la Ps.
Victoria Eugenia Villegas Mejía, quien según los resultados arrojados fue
y es la pionera dentro de la práctica psicoforense en Colombia. Su
entrevista fue enviada por correo electrónico, así como también las
devoluciones de la misma.
 
Terminado el proceso de entrevistas, se culminó también el de
trascripción y luego se procedió al de análisis. Se utilizaron unas tablas
donde se comparaban las respuestas arrojadas por las personas
entrevistadas en cada ciudad, a manera de ayuda didáctica para mayor
claridad del análisis y del cotejo con el marco teórico.
 
Finalmente se procedió a realizar los resultados y por ende la conclusión
de la investigación con la síntesis de los resultados hallados acerca del
desarrollo de la psicología jurídica en Colombia desde la perspectiva de
sus peritos y pioneros.

7. RESULTADOS

De la misma forma que una mujer se interesa por un hombre, lo conoce,


lo investiga, pregunta por él a otras personas, se entusiasma cada día
más con los aspectos positivos hallados que sopesan los negativos que
le encuentre, decide formalizar una relación seria con él, se conectan
realmente al punto de no poder vivir el uno sin el otro, se comprometen y
fijan metas a corto y largo plazo, se casan y finalmente deciden llevar a la
realidad una de las metas fijadas: tener un bebé. Luego comienza el
proceso de creación y la mujer queda en embarazo, sufre los tres
primeros meses con los malestares del mismo, luego se relaja un poco
los siguientes meses sin dejar de estar pendiente de cada una de las
cosas que va a necesitar el bebé cuando nazca, vive su vida en función
de esa criatura que tiene en su vientre y que pronto nacerá, se acerca
cada vez más el día y los últimos meses se tornan tan pesados y
angustiosos como los primeros, de pronto… llega la semana programada
para el parto. Ella quiere que nazca rápido para salir de una vez de esa
situación y poder ver finalmente a su bebé a su lado, pero al mismo
tiempo debe asegurarse que todo esté perfecto para el día del
nacimiento, que no le falte nada. En esa última semana, casi no duerme
y se trasnocha muchas veces por pequeños dolores que le vienen de vez
en cuando, otras veces porque el peso ya es muy grande y simplemente
no puede esperar más. Llega el tan anhelado día del parto, avisado por
la fuertes contracciones que la mujer está sintiendo y que nunca antes
había tenía un dolor de tal magnitud. De camino al hospital, el dolor
aumenta cada vez más y no ve la hora de que todo termine de una vez.
Por fin se encuentra en la sala de cirugía, todo está listo para que el bebé
nazca. Un amable y paciente doctor la auxilia todo el tiempo en el
momento del parto, calmándola y dándole mucho ánimo para que haga
los últimos esfuerzos, y el bebé pueda salir al mundo exterior que lo
espera con ansias desde hace mucho tiempo. "¡Último pujoncito!, ¡dale,
dale, mucha fuerza, solo uno más y ya está", es cuando de pronto siente
que el mundo es demasiado pequeño para el dolor tan intenso que está
sintiendo, pero que poco a poco va recobrando su tamaño cuando de
pronto se oye el llanto maravilloso y nunca antes más deseable que el
maravilloso sonido de un ser vivo que ha nacido de ti, que ha nacido
finalmente después de haberlo tenido 9 meses en tu vientre, de haberlo
mimado, cuidado y esperado con tanto amor, y de haberlo parido con
tanto dolor, pero al mismo tiempo con tanta felicidad. Así mismo puedo
analogar el sentimiento personal con respecto a este producto final,
frente a este tan anhelado bebé que he terminado de parir luego de dos
años de gestación. Y ustedes dirán "¡que embarazo tan largo!", pero no
olviden que primero viene la etapa del descubrimiento, luego de la
atracción, la del enamoramiento, le sigue la del compromiso y finalmente
de la germinación de todo ese camino abonado. Es una sensación muy
agradable, la que se siente en estos momentos; una experiencia muy
reconfortante y única, donde sólo la persona que verdaderamente vivió
en carne propia la construcción de su proyecto de grado, hasta llevarlo a
la realidad, puede entender. Es increíble lo que se llega a aprender de
manera tan exageradamente contagiante, acerca de un tema que tal vez
muchas personas como yo, escogieron porque les llamaba la atención
pero del que no tenía mucha idea y por ende no sentía tanta atracción.
En un principio, para mí, el tema me llamaba la atención, pero como no lo
dominaba bien, no estaba ni tan enamorada y mucho menos
comprometida. Con el paso del tiempo, la investigación acuciosa, las
comunicaciones por Internet con las personas que dominaban y trabajan
en esta área, y más tarde, cuando conocí final y personalmente a
muchas de las personas de quienes leía, me hablaban y me solía colocar
en contacto vía e-mail; fue cuando realmente me conecté con mi
investigación, la cual hoy día siento más mía que nunca y lo mejor de
todo, es que no quiero que esto termine aquí.

Hoy puedo decir airosamente que a pesar de ser la Psicología Jurídica,


un área tan nueva y tan poco difundida; se pudo obtener un completo,
fidedigno y venturoso producto final; el cual plasmaré a continuación
mostrando los resultados hallados. Es importante recordar que la
investigación realizada, está compuesta por 14 entrevistas realizadas a
diferentes profesionales de la psicología; los cuales se desempeñan de
una u otra manera en la novedosa área de la Psicología Jurídica. A partir
de sus respuestas y aportes, ante las diferentes cuestiones formuladas; y
en contraste con el marco teórico investigado previamente a base de
distinta bibliografía, se analizaron los elementos resonantes y recurrentes
del Desarrollo de la Psicología Jurídica en Colombia, expuesto por la
fuente más fehaciente de todas, la fuente primaria, la fuente real, la que
convive día a día y se nutre de ella… la de los peritos (expertos) y
pioneros (fundadores) de la Psicología Jurídica en Colombia.

Los resultados de la investigación, se expondrán en el orden en que


están diseñados los objetivos específicos de la misma. De manera que
se comenzará a exponer los resultados de la parte histórica y el
nacimiento de la Psicología Jurídica en Colombia; se continuará
exponiendo la generalidad de los conceptos de la Psicología Jurídica y
sus respectivas subramas, armados por los diferentes entrevistados, y su
relación con los expuestos por los diferentes autores citados en el marco
teórico; y se culminará con la clasificación de las diferentes aplicaciones
en las que un psicólogo jurídico se puede desempeñar y su contraste con
el del actual actuar del mismo en Colombia.

El comienzo o inicio de esta rama en Colombia, no pudo ser descifrada


con exactitud por ninguno de los entrevistados. Muchos de ellos la
mencionaron, otros la rozaron pero siguieron de largo, y algunos hasta la
omitieron ya sea porque desconocen su importancia o simplemente
porque desconocen su existencia. De todas formas, se pudo llegar a
establecer el verdadero inicio de esta rama, la cual ni en la bibliografía
hallada pudo ser encontrado; todo esto gracias a la valiosa participación
de un psicólogo, entre otras cosas mencionado por dos de los
entrevistados como pionero de esta área, que actualmente trabaja en el
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Medellín;
con quien tuve una comunicación muy corta pero enriquecedora al
principio de la postura de piedras a este camino, pero que al final no se
incluyó entre la lista de escogidos para practicársele la entrevista sin
existir una razón personal de su ausencia. Simplemente, en un principio
se limitó la investigación al marco principal de esta área en el país, que
es la ciudad de Bogotá; y luego se decidió incluir la zona del lugar de
donde proviene esta investigación, la Costa, para observar que tan
instaurada y desarrollada estaba dicha área. De todas formas, se pudo
contactar a esta persona, quien resultó ser muy leída y conocida del
tema del inicio de esta rama, el psicólogo Javier Villa Mercado. Este
paisa, de 50 años de edad, es egresado de la Universidad San
Buenaventura, en el año de 1979; y posee un Magíster en Ciencias
Sociales cohorte Psicoanálisis, Cultura y Vínculo Social de la Universidad
de Antioquia, que realizó el año pasado. Como se dijo anteriormente, el
psicólogo Javier Villa es actualmente psicólogo forense del INMLYCF, y
trabaja en dicha institución desde 1990 hasta la fecha. Pero volviendo al
tema que nos trajo a este experimentado personaje, el Ps. Villa,
aprovecho el medio para agradecer su gran aporte ya que gracias a este
se pudo aclarar el orden de nacimiento y evolución de la Psicología
Jurídica en Colombia, y el evento principal que marcó el comienzo de
esta área de la psicología en nuestro país.

El psicólogo Javier Villa, cuenta cómo a raíz de una investigación


realizada en el 85, en colaboración con el Psicólogo Diego Ruiz, en la
Universidad de Medellín; encuentran que en los inicios de la psicología
jurídica, los Terciarios Capuchinos juegan un papel trascendental. Dicha
investigación llevó por nombre el "Análisis de los Métodos del
Tratamiento a la Delincuencia Juvenil en Medellín"; y encuentra en dicha
comunidad religiosa un vivo interés por elaborar teóricamente su
experiencia pedagógica, tanto que por mucho tiempo publicaron
periódicamente una revista sobre temas de interés pedagógico, que
llevaba por título "Alborada". La mencionada comunidad religiosa tiene
como misión, desde su fundación por parte del Padre Luis Amigó y
Ferrer, la dedicación a los jóvenes delincuentes. Por esta razón, en 1951
se hicieron cargo de regir la Escuela de Trabajo San José, una
dependencia de la División de Educación Especial de la Secretaría de
Educación Departamental de Antioquia, que había sido creada en 1914.
El Ps. Javier Villa, en comunicación personal, manifiesta no saber
exactamente desde cuándo hubo presencia de psicólogos en la
institución, pero sí encontró indicios de que se contaba con el saber de la
psicología desde mucho antes. Se encontró, por ejemplo, un equipo muy
completo de evaluación psicométrica para la ubicación de los menores
en los distintos talleres de capacitación técnica que hacía parte esencial
de su tratamiento psicopedagógico; en la práctica constituía una relación
indiferenciada entre la psicología y la pedagogía, desde una perspectiva
que integraba distintos enfoques psicológicos dentro del marco
ideológico del humanismo cristiano. Nos cuenta también el Ps. Villa, que
el interés de los Terciarios se observa ahora en la existencia de la
Fundación Universitaria Luis Amigó, ubicada en Antioquia, que empezó
con un programa de Pedagogía Reeducativa y ahora cuenta con una
Facultad de Psicología.

Esta historia, la cual el Ps. Villa narra como comienzo y apertura del
campo de trabajo de la psicología jurídica en nuestro país, es
mencionada de una u otra forma por varios de los pioneros y peritos
entrevistados. Así, el primero que hace referencia al inicio en las cárceles
es el Ps. español de la Universidad Nacional, Jose Ignacio Ruiz; quien
expresa: "Obviamente antes de que se mandaran practicantes de
psicología a las cárceles, pues ya había psicólogos trabajando en ellas,
haciendo psicología jurídica también". Por otro lado, el Ps. Fernando
Díaz Colorado, apoya la idea de Ruiz pero agrega que ésta no estuvo
bien enfocada en un principio, comentando: "En términos de la práctica
dijéramos que la psicología jurídica ha tenido sus desarrollos a través de
sus ejercicios de práctica; bastante desenfocada en sus inicios en
relación con el papel del psicólogo en las prisiones, inicialmente." Otra
persona que tiene muy claro que el inicio de esta rama se dio con la
incursión de los psicólogos en las cárceles, es la Ps. del Instituto
Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Cartagena, Alexa
Rodríguez Padilla. Esta psicóloga le añade además al nacimiento de esta
práctica, el ámbito de trabajo en lugares como la Fiscalía, pero este
punto se analizará más adelante cuando se avance en el orden de
historia hallado a través de las entrevistas realizadas; su opinión se
encuentra resumida en esta frase: "Si hablamos de la psicología jurídica
yo creo que de presentarse en Colombia tendrá muchísimo más tiempo,
porque los psicólogos que han trabajado todo el tiempo en la Fiscalía, los
psicólogos que han trabajado todo el tiempo en las penitenciarias, yo
considero que por sus funciones son psicólogos jurídicos, lo que pasa es
que el reconocimiento como especialistas se crea hasta hace poco…
siempre han habido psicólogos en las cárceles, pero son psicólogos sin
la formación, sin la parte académica, sin el sustento o el soporte
académico". En contraste con todo lo expuesto, se encuentra el aporte
de la Ps. Nancy Vargas Mejía, quien reconoce el medio penitenciario
como uno de los primeros lugares donde se desarrolló esta área, más no
el primero. Para esta psicóloga, el primer foco de inicio se da en la
academia, y es a partir de esta que se desprende la práctica en las
cárceles; al punto de expresar que cuando ella ingresó a trabajar en las
cárceles, nunca antes ningún psicólogo había trabajado en ellas. Esto es
mejor expresado de la siguiente forma: "Cuando yo empiezo a hacer mi
práctica en jurídica… fui la primera psicóloga, psicóloga sin graduarme ni
nada, a práctica profesional que llegaba a la reclusión de mujeres.
Exactamente me pasó lo mismo cuando entré a hacer práctica en La
Picota, era la primera psicóloga que llegaba a La Picota, no habían
trabajado nunca psicólogos en las cárceles". Cierra los comentarios y
conocimientos de los peritos y pioneros acerca de este inicio en las
cárceles, la Ps. Victoria Eugenia Villegas, cuando aporta un recuento
sintetizado de la historia de los inicios de esta rama en Colombia: "El
psicólogo jurídico, en general, se ha desenvuelto en cárceles y sólo a
finales de los 90 empieza a incursionar con las víctimas y en juzgados
penales, en la Fiscalía y en Juzgados de Familia. También es cuando
empiezan a surgir los posgrados de psicología jurídica". Pero más
adelante, con la exposición de los focos de inicio restantes, se ampliará
la información dada por esta pionera de la psicología forense en
Colombia.

Con los comentarios de los cuatro psicólogos entrevistados y los aportes


del Ps. Villa, se puede apuntar hacia las cárceles o penitenciarias, como
los primeros ámbitos donde se llevó a cabo la práctica de la que hoy día
es conocida como Psicología Penitenciaria, una de las subramas de la
psicología jurídica; a pesar de que estos psicólogos no estaban
conscientes de que su ejercicio se enmarcaba en una especialidad de la
psicología diferente de la clínica que todos conocen; y a pesar de que
desconocieran que estaban haciendo historia en Colombia, desarrollando
una de las tantas formas en que la psicología se puede llevar a cabo, aún
cuando en esa época no estaba etiquetada como tal y no poseía un
nombre específico que la distinguiera como hoy día.

Siguiendo el orden de inicio de la Psicología Jurídica en Colombia, le


sigue el nacimiento de otra de las subramas de la psicología jurídica, la
Psicología Forense. Esta subespecialidad, se dio por primera vez en el
año de 1974, cuando ingresó al Instituto Nacional de Medicina Legal y
Ciencias Forenses, la psicóloga Victoria Eugenia Villegas Mejía. Este
descubrimiento fue corroborado tanto por la parte bibliográfica del marco
teórico, como por las fuentes primarias de los entrevistados y
consultados, como el Ps. Javier Villa; y por nada más y nada menos que
la misma psicóloga en cuestión, de la cual se tuvo la ventura y
oportunidad de tenerla como una de las fuentes principales de la
investigación.

El área de la psicología jurídica comenzó a darse en segundo lugar en


Colombia a través de su subrama, la Psicología Forense. Tal y como lo
estipula López (1996), se da en el año de 1974 cuando se vincula al
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Bogotá, la
Ps. Victoria Eugenia Villegas Mejía; quien a partir de ese momento se
convertiría además en la primer psicóloga forense de Colombia. Este
hallazgo, es apoyado por varios de los entrevistados, sobre todo en la
zona de la Costa; donde se destacan dos de las personas que la
conocen personalmente y que también trabajan en el INMLYCF. Ellas
son la Ps. Libia Striedinger, quien por las diferentes investigaciones e
inspecciones, se encontró que fue y es la primera psicóloga forense de la
Costa, en la ciudad de Barranquilla. De ella se profundizará más
adelante, por ahora nos centraremos en desarrollar el segundo escalón
en la historia de la Psicología Jurídica en Colombia: el nacimiento de la
Psicología Forense en el INMLYCF.

Como se venía exponiendo, dos de las psicólogas que trabajan en este


Instituto, desde diferentes ciudades de la Costa, y que apoyan la idea de
la Ps. Victoria Villegas como primera psicóloga forense; son las Ps. Libia
Esther Striedinger Lozano y la Ps. Alexa Liliana Rodríguez Padilla. La
primera de ellas, la Ps. Libia Stridienger, la menciona como la primera
psicóloga forense que tuvo Colombia y que al mismo tiempo hizo parte
de su formación profesional en las capacitaciones que les brinda el
Instituto a sus empleados. Hace un recuento de su persona por medio de
estas líneas: "La Dra. María Eugenia Villegas, una paisa que instaló
bandera dentro de la psicología forense… ella hizo senderos muy
hermosísimos dentro de la psicología forense... ella se desempeñó todo
el tiempo en Medicina Legal Bogotá y ahí trabajó… llegó a reunir casi
veintinueve años… cuando yo ingresé al Instituto ella llevaba catorce
años. Ese día, cuando yo estuve allá haciendo el curso de ingreso al
Instituto dentro de mi especialización, pues ella fue una de las personas
que me adiestró, entonces ya ella llevaba catorce años, entonces ya ella
se pensionó hace un año y si yo tengo quince años, pues quince y
quince, treinta años hizo… veintinueve años hizo dentro del Instituto
como psicóloga forense, eso es un pocotón". Por otro lado, está la
opinión de la Ps. Alexa Rodríguez, quien no duda que la Ps. Villegas fue
la pionera en el ámbito de la psicología forense, con el INMLYCF, cuando
expresa: "La psicología forense… nada más en Medicina Legal empieza
hace más o menos unos 30 años quizás, 30 o 40 años, con la Dra. María
Victoria Villegas, quien fue la primera psicóloga forense adscrita a
Medicina Legal. Esa señora se pensionó hace nada, después de 20 años
de servicio, con lo cual entonces tendrá menos, tendrá de pronto unos
veinti tantos años, 23… 24 años la psicología forense de estar
funcionando aquí". Si son buenos observadores, podrán darse cuenta
que ambas psicólogas, la mencionan bajo el nombre de María Eugenia o
María Victoria Villegas; realmente su verdadero nombre es Victoria
Eugenia Villegas Mejía, por lo tanto no incluye por ningún lado el nombre
de María, pero debido a que las transcripciones son literales, no se
omitió. Otra de las psicólogas de la Costa que coincide con este
descubrimiento hallado, y que se desempeña en otro de los ámbitos
importantes que se mencionaran dentro del orden de esta historia: la
Fiscalía General de la Nación, es la Ps. Lida Milena Rodríguez Navarro.
Para esta psicóloga, es clara la división de las diferentes esferas de
nacimiento de esta área de la psicología, donde se destacan el
nacimiento desde la práctica forense, desde la academia y desde la
práctica jurídica como tal. En este momento nos enfocaremos en la
primera de ellas, con las mismas palabras literales de la Ps. Lida Milena
Rodríguez: "Definitivamente comenzó Colombia incursionando en esta
área, en el 76, con la Dra. Villegas que fue la primera psicóloga forense
de este país, en Bogotá". De la Costa pasamos a la ciudad de Bogotá,
con las opiniones de la Ps. Nancy Vargas al responder "Creo que la
primera psicóloga forense está todavía en Medicina Legal, que es
Victoria Villegas... yo creo que es ella… mucho de lo que se ha
posesionado la psicología jurídica y la psicología forense,
particularmente, se le debe a ella"; cuando se le preguntó si tenía
conocimiento de quién fue el primer psicólogo forense que tuvo
Colombia. No obstante, la Ps. Nancy Vargas hace una aclaración de
manera inmediata a su respuesta donde agrega: "Sin embargo yo sé que
ha sido una de las pioneras en lo que ha sido la práctica, pero yo creo
que más enmarcado dentro de una perspectiva clínica, que psicología…
que como jurídica como tal". Esta es una opinión muy personal de la Ps.
Nancy Vargas, la cual es respetable y se expone literalmente en este
documento. De todas formas, cuando se lea la entrevista completa, al
final de este documento, podrán darse cuenta que la Ps. Villegas tiene su
punto de vista también, muy personal, donde expone sus pasadas
funciones en el cargo de psicóloga forense con el INMLYCF y como
éstas fueron evolucionando con el transcurso del tiempo. Otra psicóloga
de Bogotá que se pronuncia es la Ps. Ángela Tapias Saldaña, quien
cuestiona el hecho de ser psicólogo forense con tan solo trabajar en el
INMLYCF sin tener previamente la formación académica dentro de dicha
área, se expresa entonces de la siguiente manera: "Yo creo que no basta
con trabajar en Medicina Legal para volverse un psicólogo forense,
porque entonces si fuese así tú le tendrías que preguntar al eminente
español, Dr. Javier Urrá, o a la Dra. Mary Luz, quién fue el primero. Yo
creo que un psicólogo forense integral, para que sea pionero, realmente
tendría que tener tanto la academia como el trabajo; una dificultad en
Colombia es que los académicos hemos estado dedicados a la
enseñanza, como yo". También está el aporte del Ps. Fernando Díaz,
quien no se refiere específicamente a la Ps. Villegas como pionera del
área más se refiere al INMLYCF como los primeros que ejercieron la
práctica forense: "Medicina Legal es el primer escenario legal en donde
hay psicólogos"; pero este mismo psicólogo hace enseguida una crítica al
desempeño de el psicólogo en los campos recientes de la forense dentro
del Instituto: "En Colombia difícilmente ha existido psicología forense,
sólo hasta los últimos años porque en Colombia la psicología forense
era, y todavía pienso que lo es, un apéndice o un auxiliar, no crítico sino
acrítico, y completamente servil del psiquiatra". Una colega de la Ps.
Villegas, también da su opinión cuando expresa: "donde primero se
empezó a ver qué es el psicólogo forense y su importancia fue acá
dentro de la misma Institución, de la parte clínica forense". Finalmente se
cerrará este segundo ciclo, con la propia confirmación de la psicóloga en
cuestión, mediante sus propias palabras: "El primer psicólogo forense fui
yo". En esta concisa frase, solo quedaría por agregar su propia
experiencia en el inicio, cuando comenta: "La psicología forense solo la
ejercí en el INMLYCF, iniciando el 31 de enero de 1974 hasta el 31 de
octubre de 2004. Iniciamos creando el grupo de psiquiatría y psicología
en el Instituto… dos psiquiatras y yo. Se hacia un trabajo interdisciplinario
en lo forense, psiquiatra-psicólogo, como lo expresé al inicio, aplicando
pruebas psicológicas a solicitud del psiquiatra, se discutían los casos y
concluíamos… También organizamos la oficina desde lo administrativo,
creando fichas sobre las personas que examinábamos y siguiendo el
record cuando volvían; de manera que quedaran registrados en dicha
ficha porque era un fichero manual, no había computadores. Pero fue de
gran eficacia durante varios años y así siguieron muchos trabajos en esa
área organizativa. Para ese entonces se trabajaba fundamentalmente en
lo penal, lo civil y el Decreto 1188 que corresponde a la hoy Ley 30 de
"droga". En el 80 se amplían las jurisdicciones familia, de menores; luego
se implementan políticas internacionales promovidas por Naciones
Unidas: violencia intrafamiliar, delitos sexuales, derechos humanos y
todos traen aparejadas nuevas solicitudes al respecto que entramos a
resolver a través de las peritaciones. Ya venía trabajando en pericias
penales de inimputabilidad desde antes, es decir, combinaba el trabajo
de perito psicólogo de caso con el trabajo interdisciplinario psiquiatra -
psicólogo (pruebas), trabajo que realicé hasta el día que me pensioné.
Luego en el 2001 fui nombrada Coordinadora Nacional de Psicología y
Psiquiatría Forense, cargo que ejercí hasta el 31 de octubre 2004... Todo
el tiempo combiné este trabajo con el de peritación".

Como se puede observar, la Ps. Victoria Eugenia Villegas Mejía fue la


primera psicóloga forense de Colombia, en el INMLYCF; quien comenzó
su labor el 31 de enero de 1974 y la culminó, en el Instituto, el 31 de
octubre de 2004. Es decir, hace más o menos nueves meses que
abandonó el lugar que la vio crecer y desarrollarse como perito dentro de
la psicología forense; pero hoy día aún no abandona su campo laboral y
profesional en esta área, como tampoco en al área en la cual se inició
mucho antes que esta, la clínica. Esta psicóloga continúa trabajando
independientemente en el área clínica dentro de su consultorio privado y
en la Clínica Montserrat, como psicóloga no de planta sino de servicios; y
en la forense, en casos hasta el momento de la Defensoría del Pueblo, y
realizando conferencias sobre la psicología forense.

El tercer foco de inicio de la Psicología Jurídica que se halló en la historia


de Colombia, fue el que más apuntan a mencionar las bibliografías y los
entrevistados. En un principio se creía que este era el evento que
marcaba el inicio de esta novedosa área en Colombia, pero como ya se
ha expuesto, por encima de ella hay dos acontecimientos que la
preceden en cuanto a años se refiere. Se hace esta aclaración ya que
cada uno de los focos mencionados son pioneros desde su área
específica. Continuando con la exposición del tercer evento, la gran
mayoría de fuentes coinciden en que es con las Universidades San
Buenaventura de Medellín, y la Católica de Colombia de Bogotá, que se
da inicio a la Psicología Jurídica desde la academia. La bibliografía lo
comprueba y expone que en 1976, el argentino Reinaldo Giñazú
organizó la especialidad de la Psicología Jurídica en la Facultad de
Psicología de la Universidad de San Buenaventura de Medellín; y un año
y medio después, con otra argentina llamada Mercedes Loizo, en la
Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia de
Bogotá, implantó también esta área de la psicología; impulsada en ese
entonces por el Decano José Antonio Sánchez. Una vez realizado este
preámbulo, comenzaremos por las opiniones de los entrevistados en la
ciudad de Bogotá. El primero de ellos, en el orden en que se les practicó
la entrevista, es la Ps. Ángela Tapias, una psicóloga que a pesar de su
juventud tiene una hoja de vida amplia y muy interesante. Esta psicóloga
expresa lo que sabe y ha escuchado al respecto de este tema en sus
inicios, manifestando: "Lo que yo supe es que vinieron unos argentinos
que trabajaban en Medellín y también en la Universidad Católica de
Colombia de Bogotá y comenzaron a enseñar a nivel de docencia. Y el
foco primero que yo conocí fue el de la Universidad Católica de
Colombia, que tuvo un grupo de estudiantes que hicieron posgrados…
algunos hicieron posgrados otros… se desempeñaron como docentes en
pregrado, pero fueron autodidactas, se fueron enseñando a sí mismos;
dentro de esos están Fernando Díaz, está Nancy Vargas de la Católica".
Siguiendo el orden estipulado, el Ps. Leonardo Rodríguez Cely, actual
docente de pregrado de la P.U.J., Psicólogo y Magíster en Educación de
la P.U.J., Master en Psicología Clínica Legal y Forense de la Universidad
Complutense de Madrid, Director del Proyecto de Psicología Jurídica y
miembro-fundador del Centro de Criminología y Victimología "Jorge
Enrique Gutiérrez Anzola" de la P.U.J.; señala a la Universidad Católica
de Colombia, como los primeros que empezaron a trabajar en términos
de formación y con una gran aptitud hacia la psicología jurídica. En
síntesis, el Ps. Leonardo Rodríguez define sus palabras de la siguiente
forma: "En Colombia hay una universidad que es la Católica, una
universidad que por lo menos uno ha escuchado que apareció ya varios
años atrás la psicología jurídica. Sin embargo que el impacto que ha
tenido es más a nivel de formación en pregrado... creo que ellos fueron
uno de los primeros… se gesta básicamente en la Universidad Católica
que tiene, por lo menos más tradición dentro de las universidades
colombianas aquí en Bogotá sobre la psicología jurídica". Como
podemos observar, el Ps. Leonardo Rodríguez reconoce a la Universidad
Católica como pionera de la psicología jurídica en Colombia, pero
únicamente en cuanto al área académica se refiere. También, cuando se
le preguntó al Ps. español, Jose Ignacio Ruiz, por el inicio de esta rama
en Colombia, al igual que la Ps. Ángela Tapias trajo a colación el tema de
los argentinos dentro de la Universidad Católica de Colombia,
expresando: "Llegaron dos personas, dos profesores argentinos a
Colombia que habían trabajado en psicología forense en su país y
trabajaron acá tanto tiempo en la Católica, en la Universidad Católica de
Colombia… la persona que estuvo como más cercana a esos profesores
que… fue la que inició la psicología jurídica acá en Colombia… en el
tema penitencial precisamente... es una tal psicóloga que fue a la cárcel
para hacer psicología penitenciaria… Me dijeron que fue la primera
universidad que tuvo una materia en psicología jurídica y bueno… pues,
se fue creando un grupo alrededor de ella, de la Católica, se ampliaron
sitios, se abrieron nuevos sitios de práctica, se ampliaron… Yo digo que
ese ha sido como el referente, ¿no?, como académica, de la psicología
académica, jurídica-académica". Dentro de esta opinión, el Ps. Jose
Ignacio Ruiz omite mencionar el primer foco académico de esta rama, el
cual se dio en la U. San Buenaventura de Medellín; además emite una
opinión muy personal donde critica un poco el inicio académico de esta
rama expresando: "Una cosa una cosa es… como decía una profesora
hace tiempo que trabajaba con la policía en el Bosque… que ellos
estaban haciendo psicología jurídica pero que ellos no sabían que
estaban haciendo psicología jurídica, pues yo no sé, la psicología no es
jurídica porque se haga o no se haga, o sea el mero hecho de hacer
psicología por supuesto tampoco es… no la convierte en psicología
jurídica… es algo más, pero bueno no se, tal vez eso es solo mi opinión".
Continuando con las respuestas arrojadas por los diferentes
entrevistados, el Ps. Fernando Díaz Colorado hace su aporte también
contestando lo que conoce acerca del inicio de esta área de la
psicología, manifestando: "En Colombia pudiéramos decir que se inició
con la apertura de la cátedra de psicología jurídica en la Universidad
Católica, producto de una visita que hicieron unos argentinos a la
Universidad Católica e intentaron plantear esta cátedra a las
universidades en Colombia y la única universidad que les cogió la
carreta, dijéramos, fue la Universidad Católica y se abrió una cátedra de
psicología jurídica hasta el punto que la Universidad Católica fue la
primera que creó una especie como de igualdad de oportunidades para
estudiar o ahondar mejor, o profundizar con seminarios; la psicología
jurídica junto a la clínica, la educativa, la laboral. Dijéramos, que en
términos académicos eso fue". Este psicólogo también sabe que existe
una distinción entre los diferentes ámbitos en que se ha creado la
psicología jurídica en nuestro país, por eso hace énfasis en que la U.
Católica fue la pionera en cuanto a términos académicos de esta rama.
Al igual que con el segundo foco de nacimiento y el testimonio personal
de la Ps. Villegas; en este tercer foco también tenemos la experiencia
personal contada de la misma fuente que participó y fue testigo de ella, la
Ps. Nancy Vargas Espinosa. Esta psicóloga hacía parte del grupo de
estudiantes de psicología cuando los argentinos Reinaldo Giñazú y
Mercedes Loizo llegaron a la Universidad Católica de Colombia a
organizar el pensum académico de psicología, incluyendo una nueva
área llamada Psicología Jurídica; entonces su fuente de información es la
más fidedigna y completa de todas. La Ps. Nancy Vargas cuenta: "En el
año 78… hubo un congreso de… modificación de conducta... a partir de
allí vinieron unos psicólogos argentinos, en ese tiempo aquí en la
facultad estaba de decano el Dr. José Antonio Sánchez, aquí en la
Católica, y él trajo estas personas al año siguiente de haber sido ese
congreso… llegó un grupo grande de psicólogos… la Dra. Mercedes
Loizo y Reinaldo Giñazú, que eran los psicólogos que venían a trabajar
en el área de psicología jurídica. Pues eso era novedosísimo porque
nadie había hablado, en el contexto colombiano y menos pues aquí en la
Católica, habían hablado de la psicología jurídica… entonces… ellos
vinieron en el año 79 y abrieron un seminario electivo, inicialmente… se
mantuvo así como un seminario electivo I, después se abrió el seminario
electivo II y así se mantuvo durante el año 79 y 80. En el 81 se abre ya
como un área de profesionalización, o sea, se abre con prácticas
profesionales, se estable convenio con… la Dirección General de
Prisiones. La psicóloga, la argentina Mercedes Loizo, fue nombrada
supernumeraria por parte del director de la Dirección General de
Prisiones y entonces ella empieza a hacer un trabajo en… la
Penitenciaria Central de Colombia, La Picota… empezamos nosotros,
digo nosotros porque éramos un grupo, éramos diez estudiantes que
empezamos a trabajar… en ese momento yo era estudiante. Entonces
en el 81 realizo mi práctica profesional… se abren seminarios de
profundización y se ven elementos de Derecho, se ven… pues,
básicamente lo que se veía era la Psicología Criminal…. Derecho Penal
I, Derecho Penal II, Criminología I, Criminología II y Tratamiento
Penitenciario; que era poca la información que traían los argentinos
porque aquí en el medio nadie se había preocupado por escribir…
Después empezamos a trabajar ya en un seminario más individual
porque… terminamos materias. Yo ya quedé vinculada… a la facultad,
como auxiliar de docencia, y empiezo a hacer unos trabajos a nivel de…
prácticas profesionales tanto en la reclusión, como en La Modelo".
Entonces puede resumirse a partir de lo anteriormente expuesto, que la
psicología jurídica ingresó a la Universidad Católica de Colombia, gracias
a la visión que tuvo el Sr. Decano de la Facultad de Psicología, el Dr.
José Antonio Sánchez, quien hoy día cumple el mismo cargo pero en las
instalaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad del Bosque.
Si no hubiera sido por la gran importancia que este Decano le dio a los
conocimientos que trajeron este grupo de argentinos a Colombia, quizás
el inicio académico hubiera pasado de la U. San Buenaventura a otra
universidad muy diferente, que tal vez le habría dado un enfoque
diferente al que le dio la U. Católica. Terminando nuestro recorrido por
las opiniones capturadas de los entrevistados que se encuentran
radicados en la ciudad de Bogotá, está la Ps. Victoria Villegas; quien en
un principio, cuando se le preguntó por el inicio de la psicología jurídica
en Colombia, contó la historia del desarrollo de la psicología forense en
el INMLYCF, pero más adelante da a entender que si conoce el inicio de
esta rama; cuando se le pregunta por los pioneros de la misma: "La
psicología jurídica en Colombia, se inicia en la academia, en la
Universidad de San Buenaventura, facultad de psicología, en Medellín,
en 1976, con el ingreso de Reinaldo Giñazú. Él organizó la Especialidad
de Psicología Jurídica, y un año y medio después también con Mercedes
Loizo (Argentina), en la facultad de psicología, de la Universidad Católica
de Colombia (Bogotá), impulsado por el entonces decano de psicología
José Antonio Sánchez. Dentro de la psicología jurídica como tal, y que
tuvo un inicio en la academia, fueron ellos (los argentinos) los que
trajeron las universidades y se empezaron a formar psicólogos jurídicos,
aunque su paso fue breve".  Se culminará este tercer foco de inicio con
las opiniones de los psicólogos entrevistados en la Costa; comenzando
igualmente por el orden en que fueron entrevistados. La primera
psicóloga de la Costa que supo dar información certera del inicio de la
psicología jurídica en Colombia, fue la Ps. Lida Milena Rodríguez. De ella
ya se había expuesto su opinión en cuanto al segundo foco de inicio, en
el INMLYCF, y además aportó también su conocimiento de la historia
académica de esta rama, expresando: "Desde el punto de vista
académico, muy cercano… como a finales de los 70s o principios de los
80s, con influencia de Argentina; en la Universidad Católica de Bogotá y
en la Universidad San Buenaventura de Medellín se empezó a enseñar la
cátedra de psicología jurídica". Le continúa en orden la Ps. Isela Mojica
Rodríguez, quien sintetiza su respuesta de la siguiente manera "En
Colombia, por lo menos, se empezó más o menos por los años 80s, por
allá… a finales de los 70s, principios de los 80s en… se empezó
directamente en las universidades a trabajar con la psicología jurídica,
por lo menos, creo que fue en la Universidad Católica que se empezó a
trabajar con ésta. Pero, según lo visto, de pronto muchas otras personas,
que ahorita no recuerdo el nombre, ya habían empezado desde antes a
trabajar con la parte jurídica, o sea, se había empezado a trabajar con
este tipo de… a enmarcar más la conducta del psicólogo jurídico con ese
término, tanto jurídica como forense". Se puede observar que esta
psicóloga, funcionaria del CTI de la Fiscalía General de la Nación y
psicóloga jurídica de la S.A.U. ubicada en el edificio Lara Bonilla, tiene
muy claro que este no es el único foco de la historia de esta rama en
Colombia; ni tampoco el único. Por último, la Ps. ubicada en la Casa de
Justicia de la ciudad de Santa Marta, Milene Gómez; expresa su opinión
al respecto: "En Colombia… hace muchos años se inicia la psicología
jurídica en la Universidad de San Buenaventura, creo, en Medellín.
Posteriormente en Bogotá, muchas personas egresadas, con quienes he
tenido la oportunidad de hablar, iniciaron a estudiarla, pero aún en
Colombia no tenía campo de acción". Con esta última aclaración, la
psicóloga Gómez quiso dar a entender que las U. San Buenaventura y
Católica, eran las pioneras en el área académica del área psicojurídica;
pero que estaba incompleta sin la puesta en marcha de la teoría
enseñada, con lo cual se dará paso al último de todos los focos de inicio
de la Psicología Jurídica en Colombia.

Finalmente, como se dijo anteriormente, se expondrá el cuarto y último


foco que le dio cabida al nacimiento de esta rama en Colombia, pero aquí
no se cierra el desarrollo de muchos más, ya no desde el inicio como tal
de la rama ya que este ya fue plantado; pero si como futuras nuevas
ramas desarrolladas o nuevos ámbitos creados y que hoy día no son
explotados. Ya se expuso el foco de inicio de la práctica forense en
Colombia con el INMLYF, ahora en se dará entrada al foco de inicio de la
práctica jurídica en Colombia. Como dijo la Ps. Gómez al final del tercer
ámbito expuesto, hace falta aún el campo de acción de la teoría
enseñada en la academia. La bibliografía hallada expone que a partir del
año de 1995 se inician las prácticas en la Fiscalía General de la Nación,
con el Programa de Protección a Víctimas y Testigos; siendo la Unidad
de Reacción Inmediata de la calle 40, el lugar de trabajo para los
practicantes; con cuatro estudiantes y con dos estudiantes en la Cárcel
Distrital. Posteriormente, en la Fiscalía se trasladan los practicantes a la
Unidad Especializada de Delitos contra la Libertad y el Pudor Sexual, y
luego a las Unidades de Vida. Para 1997 se cuenta con practicantes e la
Unidad de Antiextorsión, Antisecuestro, Delitos Querellables, en la U.R.I
de Engativa y en el C.T.I. (Parra, 2000). Lo anterior, es corroborado por
las diferentes fuentes que mencionan a la Fiscalía General de la Nación,
como lugar donde se inician las prácticas de psicología jurídica como tal.
La primera de ellas es la Ps. Ángela Tapias Saldaña, quien continuando
con la idea del foco académico, donde se refiere hacia los psicólogos
Fernando Díaz y Nancy Vargas como los fundadores del primer nicho
académico, expresa: "Varios de ellos tocaban la puerta de la policía, de
la Fiscalía, de las cárceles, nos dimos a conocer a través de prácticas
profesionales mostrando cómo el trabajo del psicólogo jurídico podía
entrar desde el nivel académico a esas instituciones". Muy sutilmente, el
Ps. Jose Ignacio Ruiz expresa su opinión al respecto de la práctica
jurídica; ya que admite, sin mencionarlos, que existen instituciones donde
se lleva a cabo la aplicación de la teoría que nos da la academia. Estas
son sus palabras: "A nivel… más práctico pues se podría resumir en que
las problemáticas que vive el país han llevado a que se creen
mecanismos institucionales para intentar combatir u orientar a las
víctimas a esas problemáticas y esos mecanismos tienen legislación que
regula y que admite y que pide el trabajo de psicólogos en esos ámbitos
y en esos momentos… o sea, cada ámbito jurídico tiene su propio marco,
pues, una fecha de origen y prolongación, y que abre sus espacios". Así
como cada foco tiene su personaje principal, que vivió en carme propia lo
que se está haciendo referencia; en este foco el protagonista es el Ps.
Fernando Díaz Colorado, quien se encontraba trabajando con el
Programa de Protección a Víctimas y Testigos, cuando comenzaron a
llegar los primeros practicantes de las diferentes universidades de la
capital. La experiencia personal la refiere de esta forma: "…instituciones,
como por ejemplo, Fiscalía General o…Policía Nacional… a través del
ejercicio de la práctica, pero no tanto como psicología jurídica sino como
psicólogos en escenarios policivos o jurídicos. Y eso se depuró después
y se empezó a perfeccionar cuando la Fiscalía General, después del año
91, decide crear un Departamento de Prácticas en el Programa de
Protección a Víctimas y Testigos, para asistir a los fiscales en las
unidades donde se necesitaba el papel del psicólogo de manera más
fundamental, como por ejemplo: la Unidad de Delitos Sexuales, la Unidad
de Violencia Intrafamiliar, la Unidad de Investigación contra los Delitos
Contra la Vida, en el secuestro por ejemplo. Y se empezaron a hacer
prácticas donde estuvieron estudiantes de la Universidad Los Andes, de
la Universidad Católica, de la Universidad Santo Tomás, y ahora
participan estudiantes de la Universidad Nacional. Digamos que esa fue
una etapa como muy interesante, y luego se comenzaron a dar prácticas
por parte de la Javeriana, a través de un Proyecto de Psicología Jurídica,
en las Comisarías de Familia; donde habían psicólogos metidos en esos
escenarios y también psicólogos trabajando en los Centros de
Conciliación de las universidades; universidades como por ejemplo la
Autónoma aquí en Bogotá… Digamos que a través de este ejercicio se
fue creando una especie como de pacto, de hecho, en donde hay
psicólogos trabajando en el escenario". Luego pasamos a la Costa,
donde la primera psicóloga entrevistada fue María Victoria Hernández,
funcionaria del CTI de la Fiscalía General de la Nación, con el cargo
actual de Investigadora Criminalística VII y psicóloga encargada de la
Unidad de Policía Judicial; ella expresó abiertamente que desconocía el
inicio como tal de la rama en materia, pero por medio de sus respuestas
se puede apreciar que formó parte del cuarto foco de inicio, con la
práctica psicojurídica en la ciudad de Barranquilla. Esto se puede
apreciar cuando la Ps. Hernández responde lo siguiente ante la cuestión
del inicio de esta rama en Colombia: "Yo pienso que la comencé a
conocer desde que inicié en la institución, porque yo terminé en el 92 y…
cuando yo ingresé aquí en la institución no había un departamento de
psicología como tal o no sé, o sea, yo no conocía esta parte… Cuando
yo ingresé aquí, únicamente había una trabajadora social e ingresamos
dos psicólogos; con él iniciamos, iniciamos lo que es la S.A.U., que fue
en el año de 1996. Comencé yo a conocer el rol del psicólogo dentro del
campo jurídico". Seguidamente, la Ps. Milena Rodríguez completa su
opinión; en la cual había expuesto que, en orden ascendente, se inició
primero en el INMLYCF, luego en las U. Católica de Colombia de Bogotá
y la San Buenaventura de Medellín, y finalmente agrega el último foco de
inicio, dado en las diferentes entidades o instituciones del Estado, desde
la práctica jurídica. De esta forma cierra su respuesta con respecto al
inicio de la Psicología Jurídica en Colombia: "El desarrollo muy temprano
del área de la psicología jurídica y forense en Colombia es por supuesto
el inicio de la Fiscalía General de la Nación y todo lo que es la justicia
alternativa, de todos los espacios psicojurídicos como es la Comisaría de
Familia… como Casas de Justicia y obviamente todos los servicios que
presta la Fiscalía a través de la S.A.U. y de las U.R.I. En Barranquilla
también se comenzó tempranamente… cuando hubo la primera
psicóloga de Medicina Legal en Barranquilla". Otra persona que coincide
con la opinión de que fue en la Fiscalía General de la Nación donde se
comenzó la práctica psicojurídica, es la Ps. Alexa Rodríguez. Esta
psicóloga, en su comentario expuesto al principio de la enmarcación de
estos focos de inicio, expresa que junto con las penitenciarias, la Fiscalía
fue uno de los primeros lugares donde esta rama se llevó a cabo, aunque
muchos de estos no se definieran como psicólogos jurídicos. La última de
las personas entrevistadas en la Costa, la Ps. Milene Gómez Añez,
también está de acuerdo con este factor dentro de la historia de la
Psicología Jurídica en Colombia; manifestando: "En la medida en que se
empezó a crear la Fiscalía, en la medida en que se crearon algunas
leyes en los juzgados donde se tenían que… los jueces tenían que
apoyarse en los psicólogos, en trabajadores sociales que, con todo el
respeto, usurpaban funciones nuestras… se empezó a ver la necesidad
sentida de los psicólogos dentro de la parte jurídica pero, si yo te doy mi
opinión, aún se está o los que estamos, los psicólogos jurídicos estamos
trabajando esa parte de sensibilización ante los jueces, más que ante los
jueces, ante el Estado de que tengan la necesidad de vincular a estos
organismos como psicólogos". Como se puede ver claramente, la Ps.
Gómez expresa su inconformidad con una de las mayores dificultades
que aún hoy día, después de haberse trazado un camino ya avanzado,
se sigue presentando. Y es que el rol del psicólogo en los ámbitos o
escenarios jurídico, no es tomado en cuenta. De todas formas, estas
dificultades se tratarán de manera más amplia más tarde.

Con lo anteriormente expuesto, termino de exhibir los resultados


encontrados en las respuestas de los diferentes psicólogos
entrevistados, en contraste con la bibliografía hallada tanto en libros
como en los diferentes artículos científicos consultados en Internet;
acerca del nacimiento de la Psicología Jurídica en Colombia. Es
importante aclarar, como se dijo anteriormente, que cada uno de los
focos planteados son pioneros en su área particular, es decir, el evento
de la Escuela de Trabajo San José de Medellín, es pionero en la
Psicología Penitenciaria; el desempeño de la Ps. Victoria Villegas en el
INMLYCF es determinante en el inicio de la práctica desde Psicología
Forense; la incursión de la Psicología Jurídica en las Universidades San
Buenaventura y Católica, marcan un hito en la historia de la Psicología
Jurídica desde la Academia; y finalmente, las instituciones como la
Fiscalía General de la Nación y las Comisarías de Familia, son las
pioneras en cuanto a la práctica desde la Psicología Jurídica.

Dentro de la historia de la Psicología Jurídica en Colombia, también se


incluye el aspecto cuestionado dentro de las entrevistas realizadas
acerca de quién fue el primer psicólogo forense y el primer caso en esta
área que se desarrolló en Colombia. Fue muy difícil encontrar estos
datos, es más, el segundo de ellos aún no está muy claro; pero
definitivamente se dieron los resultados esperados ya que todo apuntaba
a que serían resueltos por las mismas pioneras de la psicología forense,
tanto a nivel nacional como a nivel regional. Luego de una larga
búsqueda, se pudo resolver que la primera psicóloga forense que tuvo
Colombia, fue la Dra. Victoria Eugenia Villegas Mejía, de quien ya se
habló dentro de los focos de inicio de la Psicología Jurídica en Colombia;
y quien se encuentra pensionada actualmente del lugar donde desarrolló
esta ahora por el lapso de 30 años consecutivos. Esta psicóloga
comenzó a trabajar en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias
Forenses de la ciudad de Bogotá, el 31 de enero de 1974 y terminó su
labor de perito en este Instituto, el 31 de octubre del 2004. Como se
expuso anteriormente, varios de los entrevistados la señalaron como tal,
y López (1996) lo comprueba por medio de su Revista Institucional de la
Universidad INCCA de Colombia. Por otro lado, debido a que se tomó
como marco de referencia los psicólogos trabajadores de esta área tanto
en la ciudad de Bogotá, como en las principales ciudades de la Costa;
también se pudo resolver quien fue la primera psicóloga forense que tuvo
la Costa, precisamente en la ciudad de Barranquilla. Esta psicóloga, al
igual que lo hizo la pionera a nivel nacional, trabaja actualmente en el
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses y su nombre es
Libia Esther Striedinger Lozano. La Ps. Striedinger lleva trabajando
actualmente 15 años con el Instituto, en el cargo de psicóloga forense.
Por ende se puede calcular que comenzó a trabajar en el año de 1990 y
hasta la fecha lo continúa haciendo. Al preguntársele a ambas por el
conocimiento del primer caso de psicología forense que se dio en
Colombia, puesto que si ellas eran las pioneras en esta área debían
poseer dicho conocimiento y aún más, experiencia; ambas tuvieron
respuestas distintas. A la primera de ellas, le fue imposible recordar cuál
fue el primer caso que personalmente desempeñó, ya que en esa época,
en que entraron a trabajar al mismo tiempo psicólogos y psiquiatras, los
casos estaban represados y a la espera de que alguien los tomara para
ser resueltos. Es por ello que la Ps. Villegas expresa: "No hubo el envío
de un primer caso para iniciar la actividad, porque no hubo un día oficial
para decir «se inicia esta actividad»; simplemente esa actividad estaba
represada". Sin embargo, agrega que sí podría mencionar el primer caso
del que se tenga conocimiento, y que fue un dictamen psiquiátrico. Ella
comenta que este caso es citado por Humberto Rosselli y que aparece a
su vez citado en  "Fundamentos de Psiquiatría", de Ricardo Toro y Luis
E. Yepes. Con sus mismas palabras expresa: "Dicho caso data de 1837 y
se trató de un cura que estaba en contra de la política del gobierno en
cuanto a las enseñanzas utilitaristas en boga. Los tribunales lo
condenaron a muerte y se produjo una interesante junta médica para
dictaminar sobre las facultades mentales del acusado, en la que se
dictaminó: "Polimania Resonante Intermitente", según la nosología de
Pinel y de Esquirol. Ese diagnóstico no corresponde a ninguno de la
actualidad, tiene que ver con la historia de la psiquiatría por eso se
plantea que se basaba en los estudios de Pinel y Esquirol". Mientras que
por otro lado, está el caso expuesto por la Ps. del INMLYCF de la ciudad
de Barranquilla, Libia Striedinger. Ella recuerda tanto los tres primeros
casos que trató el primer día que comenzó a trabajar en Medicina Legal;
como también aporta a la investigación el primer caso plasmado por el
libro "Principios de Psiquiatría Forense" de Lisandro Durán R. y María
Idalid Carreño S. Primeramente, el caso particular que tuvo que tratar la
Ps. Striedinger lo expone de la siguiente forma: "En simultánea me
cayeron varios… fueron de abuso, otro fue dentro del Derecho
Comercial, otro fue para efectos de inimputabilidad, fueron unos tres
casos… pero el primerito que recuerdo fue el caso de una niña para
establecer perturbación psíquica secundaria a manipulación sexual". De
todas formas, a pesar de que la entrevistada suministró la fuente donde
se encuentra plasmado el primer caso que, a su manera de ver, se dio en
Colombia; se le pidió que lo aportara para el registro del mismo dentro de
la entrevista. Este caso que la Ps. Striedinger expone, fue tratado no por
un psicólogo, al igual que en el caso de la Dra. Villegas, sino por un
psiquiatra forense. Ella relata que fue por los años de 1936, cuando se
dieron los primeros dictámenes en la ciudad de Bogotá, y lo expone así:
"El primer caso, fue un caso para distinguir entre embriaguez alcohólica y
trastorno mental; porque antes había mucho simulador en donde hacía
equiparar que su estado de embriaguez y cometer un homicidio en un
accidente de tránsito o un homicidio directo, pues, pretender una
inimputabilidad y salir así porque en ese momento él pretendía que
presentaba un estado de trastorno mental". Debido a la exposición de
estos dos primeros casos tan distintos, uno para dictaminar las
facultades mentales de un cura revolucionario en su época, luego de que
fue condenado a muerte por los tribunales; y otro para distinguir entre
verdadera embriaguez alcohólica y simulación de un trastorno mental; es
muy difícil estipular cuál fue el primer caso de psicología forense que se
desarrolló en Colombia. Aunque por los años de exposición de cada uno,
el caso de la Ps. Victoria Villegas apunta a darse como pionero. De todas
formas podría llegar personalmente a hacer un señalamiento atrevido,
tomando de base las respuestas en común de la Ps. Libia Striedinger, de
la Ps. Victoria Villegas y de dos nuevas integrantes que se agregan a las
dos anteriomente expuestas; debido a sus exposiciones personales del
primero caso que trataron en sus cargos como psicólogas jurídicas
dentro del C.T.I., la Ps. María Victoria Hernández (C.T.I. B/quilla) y la Ps.
Milene Gómez (C.T.I. S/Marta). Analizando las respuestas dadas por las
mismas psicólogas, donde exponen los primeros casos tratados por ellas
y las dos pioneras de la psicología forense exponen los primeros casos
que se trataron en Colombia por psiquiatras forenses; podría atreverme a
decir que los casos que priman como los primeros tratados, son los de
actos sexuales abusivos con menores de catorce, correspondiente al
abuso sexual infantil; y los de inimputabilidad, ya sea este último por
simulación o porque verdaderamente el sujeto sufría de un trastorno
mental determinado.

Otro de los hallazgos encontrados dentro de la historia de la Psicología


Jurídica, o más bien comprobación de lo estimado; es la lista de peritos y
pioneros nombrados por los mismos entrevistados, quienes muchas
veces se incluían a sí mismos debido a que tienen suficientes bases para
hacerlo. A manera de resultados cuantitativos, los Ps Ángela Tapias,
Fernando Díaz y Nancy Vargas, recibieron igual número de votos por
parte de los entrevistados, es decir, un total de 6 votos cada uno; los
psicólogos que recibieron el segundo mayor puntaje de votos fueron la
Ps. Milena Rodríguez y el Ps. Jose Ignacio Ruiz, con cuatro votos
respectivamente; le siguen en orden tres psicólogas, dos de ellas del
INMLYCF y una de ellas funcionaria del CTI en la ciudad de Santa Marta,
ellas son las Ps. Victoria Villegas, Libia Striedinger y Milene Gómez, con
tres votaciones en el conteo; luego sigue una lista de 10 personas que
tuvieron doble votación, de los cuales tres trabajan en la Costa, cuatro en
la ciudad de Bogotá, uno en Medellín y los últimos dos son extranjeros,
de Argentina; en el orden expuesto responden a los nombres de María
Victoria Hernández, Isela Mojica y Álvaro Aguirre (q.e.p.d.) de la Costa; a
Leonardo Rodríguez, Orlando Jiménez, Ricardo Mora Izquierdo y José
Antonio Sánchez, de Bogotá; el único de ellos que trabaja en Medellín,
en el INMLYCF, es el Ps. Javier Villa; y finalmente los dos argentinos que
trajeron la psicología jurídica a Colombia, y que a pesar de no ser
colombianos las Ps. Nancy Vargas y Victoria Villegas les hacen un
homenaje recordándolos y mencionandolos en la lista, ellos son Reinaldo
Giñazú y Mercedes Loizo. Los restantes psicólogos nombrados por los
distintos entrevistados, recibieron un total de un voto y debido a que la
lista de nombres es muy extensa, se le invita al lector a remitirse a
los ANEXOS II y III, donde se encuentran ya clasificados dentro de las
tablas de ambos ámbitos entrevistados: Bogotá y las principales
ciudades de la Costa.

Por otro lado, a manera de resultados cualitativos, se puede resumir que


los psicólogos que recibieron mayor número de votación dentro de la
clasificación de pioneros de la psicología jurídica en Colombia, hacen
parte de las personas entrevistadas en la ciudad de Bogotá; además son
los que en un principio se enmarcaron como los pioneros de la Psicología
Jurídica, teniendo como marco de referencia a nuestro país Colombia y
no al lugar donde ejercen dicha área. Estos tres psicólogos ya
mencionados fueron la Ps. Ángela Cristina Tapias Saldaña, egresada de
la Universidad Nacional de Colombia, Especialista en Mediación y
Peritaje Psicológico de la Universidad de Murcia España, Master en
Psicología Forense, actual Directora y docente de la Especialización de
Psicología Jurídica de la U. Santo Tomás, Directora Científica del sitio
web de Psicología Jurídica y Forense (www.psicologiajuridica.org),
Directora Científica Nacional y Fundadora de la Asociación Colombiana
de Psicología Jurídica y Forense, Miembro del Centro de Criminología y
Victimología de la Pontificia Universidad Javeriana, Miembro de la de la
Asociación-Colegio Colombiano de Psicología, Miembro Honorario de la
Asociación Científica de Psicología Forense de Bolivia y de la Asociación
Venezolana de Psicología Jurídica y Asesora experta en Psicología
Jurídica y Forense con experiencia en organizaciones judiciales,
instituciones académicas, colegios profesionales y de manera social
altruista; la Ps. Nancy Marina Vargas Espinosa, egresada de la
Universidad Católica de Colombia, Especializada en Criminología y en
Psicología Educativa de la Universidad Externado de Colombia, aspirante
a Master en Desarrollo Social y Educativo del CINDE-UPN, Directora de
la Especialización de Psicología Jurídica de la Universidad Católica de
Colombia desde el 2002 y Coordinadora del Área de Psicología Aplicada
del Programa de Pregrado de Psicología; y el Ps. Fernando Díaz
Colorado, egresado de la Universidad Católica de Colombia,
Especializado en Administración Pública en la ESAP, en Derecho Penal y
Ciencias Forenses en la Universidad Católica, en Seguridad Privada en
el Instituto SICUREX, Master en Filosofía Latinoamericana de la
Universidad Santo Tomás, docente universitario de pregrado y posgrado
de la P.U.J., docente universitario de posgrados de Derecho de
la Universidad Católica, docente de la cátedra de Psicología Forense en
el postgrado de Derecho de la Universidad Libre de Cali, docente de
pregrado de Psicología Jurídica de la Facultad de Derecho de la
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Ex director y Fundador del
posgrado en Psicología Jurídica de la Universidad Santo Tomás,
Miembro-Fundador del Centro de Criminología y Victimología de la
Universidad Javeriana y Miembro de la Sociedad Mundial de
Victimología. Dichos psicólogos, son catalogados como los pioneros de
la Psicología Jurídica en Colombia, desde su aporte a la academia. Y
cerrando el grupo de psicólogos pioneros de la Psicología Jurídica en
Colombia, se encuentra la Ps. Victoria Eugenia Villegas Mejía, egresada
de la Universidad Nacional de Colombia de Bogotá, Especialista en
Prueba Judicial Antropológica dentro del Convenio Universidad Nacional
y UNAM de México, y en Negociación y Resolución de Conflictos de la
Universidad Central de Bogotá; quien se destaca desde la rama de su
oficio, desde la práctica forense como tal, en el Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses; y aunque actualmente se encuentre
retirada del mismo, marcó historia y sembró senderos en la rama de la
Psicología Forense, durante 30 largos años. Recordemos que esta
clasificación de este grupo de cuatro psicólogos como los pioneros de
esta rama de la psicología, son estipulados teniendo como marco de
referencia a Colombia y no la ciudad donde la ejercen; además otro
factor muy importante fue el clasificar en esa lista únicamente a las
personas que coincidían con alguno de los cuatro focos expuestos dentro
de la historia analizada o que tuviera un recorrido muy importante,
extenso y significativo en esta especialidad de la psicología. De todas
formas, el resto de entrevistados también tuvieron su propia clasificación,
ya que fueron escogidos por un motivo específico, son los peritos
(entendiéndose la palabra perito como experto o especialista, no como
psicólogo forense) en el tema de la Psicología Jurídica en Colombia;
cada uno de ellos desde sus diferentes ámbitos laborales. De esta
manera, se clasificaron así:

DESDE LA ACADEMIA

Leonardo Rodríguez Cely – Universidad Pontificia Javeriana

Jose Ignacio Ruiz Pérez – Universidad Nacional de Colombia

Luis Orlando Jiménez – Universidad Católica de Colombia

DESDE LA PRACTICA JURIDICA

Lida Milena Rodríguez Navarro – CTI-Fiscalía General de la Nación

Milene Gómez Añez – CTI-Fiscalía General de la Nación

Isela Esther Mojica Rodríguez – CTI-Fiscalía General de la Nación

María Victoria Hernández – CTI-Fiscalía General de la Nación

Lilia Matilde Duque – CTI-Fiscalía General de la Nación

DESDE LA PRACTICA FORENSE

Libia Esther Striedinger Lozano – INMLYCF / Barranquilla

Javier Villa Mercado – INMLYCF / Medellín

Alexa Liliana Rodríguez Padilla – INMLYCF / Cartagena

Mary Luz Cadena Torres – INMLYCF / Bogotá

Hay que hacer una aclaración muy importante, y es que todas y cada una
de las personas entrevistadas en la costa; son pioneras dentro del área
en ese territorio. Ellas se destacan por trabajar en el C.T.I. de la Fiscalía
General de la Nación, cumpliendo funciones de asesoría, forenses,
conciliadoras y asistenciales. Por otro lado, las personas enmarcadas
como pioneras anteriormente, tienen a Colombia como marco de
referencia y por ende se destacan aún más; pero no hay que olvidar que
esta rama de la psicología es reciente en Colombia y por ello cualquier
persona que se destaque dentro de su departamento específico, va a ser
pionera del mismo.

De esta manera se termina de exponer los resultados más relevantes de


la Historia de la Psicología Jurídica en Colombia: Inicios, Primer Caso y
Primer Psicólogo Forense; y Pioneros de la Psicología Jurídica en
Colombia. Solo quedaría por exponer, los resultados de la perspectiva de
esta rama en Colombia, a manera de ver por parte de los peritos y
pioneros entrevistados. Pero estos resultados, serán los que cerrarán
con broche de oro, la exhibición de resultados de esta investigación.

Siguiendo nuestra guía propuesta, basada en los objetivos de esta


investigación, se presentarán a continuación los resultados de los
conceptos armados por los diferentes pioneros y peritos en el tema de la
Psicología Jurídica en Colombia; y su relación en cuanto a similitud o
contraste, con respecto a los conceptos encontrados en las diferentes
fuentes bibliográficas. También se expondrán las definiciones formuladas
por los entrevistados, de las diferentes subramas de la Psicología
Jurídica; de manera que el público que se encuentre revisando este
documento y que se encuentre interesado en esta novedosa área, no se
confunda y pueda llegar a desligar el concepto madre de la Psicología
Jurídica, del concepto de sus ramas derivadas, tales como: la Psicología
Forense, la Psicología Penitenciaria, la Psicología Criminológica, la
Psicología del Testimonio y del Jurado, la Psicología Policial y de las
Fuerzas Armadas y la Victimología.

Antes que nada, es necesario hacer la aclaración de que no se


expondrán todos los conceptos arrojados ni por los entrevistados, ni la
compilación de los hallados en las diferentes bibliografías. Tan solo se
expondrán los que recojan de manera global, todas las ideas expuestas
por los diferentes peritos y pioneros entrevistados, y su relación de
semejanza o contrariedad con respecto a los conceptos mundialmente y
científicamente estipulados en el marco de la psicología jurídica global.
Además, es importante resaltar que de los 14 psicólogos entrevistados,
tan sólo uno de ellos no halló diferencia alguna entre los conceptos de
psicología jurídica y forense; simplemente los analogó añadiendo que
ambas respondían a la aplicación de la psicología a la jurisprudencia.
En general, los resultados arrojados apuntan a un concepto de
Psicología Jurídica, como una de las posibles y variadas
especializaciones de la Psicología general. Una especialidad que se
desempeña en los diferentes ámbitos jurídicos o escenarios legales de
cada país. En general primero comienzan describiendo un concepto más
que formando una verdadera definición. Los aspectos en que más están
de acuerdo y que hacen parte de los adornos del concepto, más no es el
concepto en sí; son tanto las funciones que cumple en psicólogo jurídico
como las subramas que se desprenden de la misma. En cuanto a las
funciones, la gran mayoría coincide a describir un concepto que incluye
evaluación, asesoramiento, prevención, asesoría, terapia, elaboración de
programas e intervención por medio de procesos diagnósticos. Algo que
hay que aclarar dentro de esta exposición de funciones es que, como
dice la Ps. María Victoria Hernández, las funciones del psicólogo jurídico
están encaminadas es a la ayuda y apoyo de los actores jurídicos; más
no a un tratamiento de los mismos, porque expresado con sus palabras
"no nos lo permite ni la ley, ni el tiempo, ni es nuestra razón de ser". Por
otro lado, las ramas de la Psicología Jurídica que más apuntan a juntar
dentro del concepto que quieren llegar a formar, son las de la Psicología
Forense, la Psicología Criminológica, la Victimología, Psicología del
Menor y la Familia, la Psicología Penitenciaria y la Psicología Policial.

Primero se expondrán los principales conceptos de esta rama, dentro del


marco teórico; y luego se analizarán en contraste o en similitud con los
formulados por los diferentes entrevistados. El primero de ellos es la
definición de Psicología Jurídica que emite el autor Muñoz Sabaté: "La
Psicología Jurídica es una Psicología en y para el Derecho". Con esta
definición, el autor quiso dar a entender que esta sería una rama de la
psicología pura, que buscaría aplicar los métodos y los resultados de
esta ciencia, especialmente de la experimental, a la práctica del Derecho.
Seguidamente, está la definición de E. Mira y López, quien coincide con
el pensamiento de Muñoz Sabaté y dice: "La Psicología Jurídica es la
Psicología aplicada al mejor ejercicio del Derecho". Aunque es escueta
esta definición, se le tiene que dar crédito porque en los tiempos cuando
se creó, la Psicología era una rama dependiente y no asilada del
Derecho. Luego Sobral expone cuatro vías en que se relacionan la
psicología y la ley. Así, la primera vía está dada por cuanto la psicología
puede ser el fundamento de la ley y se encarga de generar conocimiento
que sea útil para la práctica del Derecho. La segunda relación expuesta
es la de la psicología como auxiliar de la ley, en donde la función de la
psicología es más aplicada que básica. La tercera es el estudio del
comportamiento propiamente dicho. Y la cuarta y última relación es vista
por el autor desde la ley hacia la psicología. De todas formas, Sobral
también tiene su propia definición de esta rama: "Ciencia que trata de
describir y explicar los supuestos psicológicos del poder judicial, los
procesos cognitivos de la justicia y los procesos y fenómenos
psicológicos de los actores judiciales; que cristalizan en el marco
ideológico de los sistemas judiciales". También se destaca la definición
del COP que dice: "La Psicología Jurídica es un área de trabajo e
investigación psicológica especializada cuyo objeto es el estudio del
comportamiento de los actores jurídicos en el ámbito del Derecho, la Ley
y la Justicia. La configuración de la Psicología Jurídica se proyecta como
una especialidad que fundamenta un amplio ámbito entre las relaciones
del mundo del Derecho y la Psicología en sus vertientes teóricas,
explicativa y de investigativa; como también en la aplicación, evaluación
y tratamiento". Otro autor importante que da su punto de vista es Teixido,
quien afirma que el objeto de estudio de la psicología jurídica va
enfocado hacia la orientación de unas leyes más adecuadas a la persona
y a los grupos humanos y a la orientación más idónea en la organización
del sistema de administración de justicia. Por otro lado, el Convenio
Laboral de la Administración de 1989 define esta área de la psicología
para su regulación laboral, como el trabajador que con título universitario
superior, bajo la dependencia de las autoridades judiciales, desempeña
funciones de asesoramiento técnico en los tribunales, juzgados y
órganos técnicos en materia de su disciplina profesional". Mientras tanto,
en la ciudad de Bogotá surgen otras definiciones, mucho más nuevas
que ninguna de las otras planteadas. El primero de los psicólogos de
Bogotá en exponer su punto de vista, es el Ps. Fernando Díaz quien
expresa que la psicología jurídica es el "Escenario del conocimiento, que
utiliza los hallazgos y avances de la ciencia psicológica para intentar
comprender, explicar y predecir, los acontecimientos que se dan en el
ámbito legal; una vez que el hombre entra en contacto con él. De igual
manera, es importante agregar que la psicología jurídica no esta
solamente interesada en ver la relación sujeto-ley, sino que le interesa
además la manera como se construye y se fundamenta la ley. No
debemos olvidar que el fin último de la ley, es intentar crear un conjunto
normativo legal y legítimo, que haga posible la solución de los conflictos
humanos y la convivencia pacífica del hombre en la sociedad". La
segunda psicóloga de la capital, que emite un concepto de la psicología
jurídica en Colombia, es la Ps. Consuelo Hoyos; para la cual "La
Psicología Jurídica es la psicología aplicada en el campo del Derecho,
que le ofrece al psicólogo un espacio de acción interdisciplinaria". Y la
tercera psicóloga de Bogotá que expone su definición personal es, la Ps.
Ángela Tapias, quien asegura que la "Psicología Jurídica es el estudio, el
asesoramiento e intervención sobre el comportamiento humano; que se
desarrolla en un ambiente regulado por normas legales". Finalmente,
quiero cerrar esta teoría bibliográfica, con el aporte de los autores Lugo y
Rivas (2002); para quienes la interacción entre Psicología y Derecho, se
da a través de dos modelos llamados: Modelo de Subordinación y
Modelo de Complementariedad. En el primero "el papel de la Psicología
se reduce a cooperar con la administración de justicia, a responder a las
necesidades y preguntas del Derecho y a realizar aplicaciones de los
conocimientos psicológicos al terreno legal", es decir, como dicen los
autores, "implicaría un modelo lineal, de flujo unidireccional". Mientras
que el Modelo de Complementariedad "implica analizar, comprender,
criticar, resolver, interpretar, solucionar psicológicamente los institutos del
Derecho, siendo tales actividades útiles"; aclarando ante todo que no se
debe entender complementariedad con confusión de saberes, ya que en
ambas ramas se vive una relación de "interacción de saberes en donde
cada disciplina conserva sus ámbitos específicos", es decir, cada uno
desde su "posición propia pero con apertura a otros saberes".

Una vez recordadas las definiciones que más se acercan al objeto de


estudio de la psicología jurídica, sin opinar que una sea mejor que la otra,
simplemente todas se complementan ya que tienen la particularidad de
ser muy parecidas entre sí; se procederá a compararlas con las
definiciones formuladas por los entrevistados.

De esta forma, la definición de Muñoz Sabaté "La Psicología Jurídica es


una Psicología en y para el Derecho", es ampliada por el Ps. Fernando
Díaz cuando este expresa: "Psicología en el Derecho: es la explicación
o el aporte de la psicología a una mejor comprensión de los términos
psicológicos que el Derecho utiliza; y la Psicología para el
Derecho: que sería la psicología forense, de qué manera nosotros
aplicaríamos esos conocimientos a la resolución de un hecho legal". Otra
persona que opina al respecto de esta definición es la Ps. Milena
Rodríguez cuando dice: "Para el Derecho es todas estas relaciones
dentro del psicólogo, al igual que el médico, u otras ciencias, son
auxiliares del Derecho. El operador de justicia tiene muy claro ese rol,
ese espacio del psicólogo donde lo va a auxiliar, nos vemos usados para
fines de sus procedimientos, pero de pronto no nos validan o no tiene
claro que uno también está incursionando en el ámbito psicojurídico
desde el mismo Derecho, con intervenciones directamente,
procedimientos directamente del psicólogo". También se encontró en las
definiciones dadas por los entrevistados, que la de E. Mira y López, "La
Psicología Jurídica es la Psicología aplicada al mejor ejercicio del
Derecho", era muy válida. De nuevo, el autor Fernando Díaz da su
opinión al respecto: "La psicología jurídica es la rama de la psicología
que intenta aportar sus conocimientos al ejercicio de un mejor Derecho y
también a aplicar sus conocimientos a aclarar asuntos que tengan que
ver con la conducta de un sujeto en un escenario legal". Además del Ps.
Díaz, se une a esta línea planteada, la Ps. Ángela Tapias cuando expone
"Yo creo que el rol del psicólogo jurídico es crear un mejor Derecho". Por
otro lado, está la exposición de las cuatro vías en las que se relaciona la
Psicología y la Ley, de Sobral. Muchos de los entrevistados se refieren a
la segunda vía, acerca del papel auxiliar del psicólogo jurídico en ámbitos
legales; y a la tercera vía, la cual hace referencia al estudio del
comportamiento de los sujetos dentro de los espacios judiciales. Ejemplo
de la segunda vía es la opinión del Ps. Isela Mojica, para quien la
psicología jurídica "Es la que se encarga de investigar todo aquello que
tiene que ver con el ámbito judicial, con la parte judicial; seríamos como
auxiliares de la justicia en cuanto a que tenga que ver con toda la parte
psicológica". También se enmarca en esta segunda vía, el concepto
arrojado por la psicóloga de la Fiscalía, Lilia Duque. Para esta psicóloga
que trabaja con el CTI, en la Unidad de Atención Integral a Víctimas de
Delito Sexuales y del Menor, la psicología jurídica es un área auxiliar de
los órganos judiciales; expresado de una mejor manera por ella misma:
"Nosotros ejercemos la psicología jurídica porque estamos aquí
auxiliando a los fiscales". Por lo visto, las personas que trabajan en
entidades del Estado como la Fiscalía General de la Nación, realizando
varias funciones jurídicas, entre ellas la que más se destaca es la auxiliar
a los fiscales y a los jueces frente a la evaluación de una situación
específica, para poder tomar medidas judiciales al respecto; son las
personas que llegan tal vez a confundir o más bien a generalizar el
concepto de la rama desempeñada en una sola función de la misma.
Mientras tanto, para la tercera vía hay un mayor número de opiniones, la
primera de ellas de la Ps. Milena Rodríguez: "Es la que se ocupa de
estudiar el comportamiento humano de aquellas personas que tienen
alguna relación con la ley"; la Ps. Alexa Rodríguez también opina al
respecto: "La Psicología Jurídica es una inter ciencia entre la Psicología y
el Derecho, cuyo punto de confluencia es el ser humano y la conducta";
Milene Gómez también introduce el factor comportamental a la definición:
"Cuando hablamos de psicología jurídica estamos hablando de todos los
procesos… psicológicos que se encuentran inmersos en el
comportamiento de toda aquella persona que de una manera u otra ha
infringido contra la ley"; finalmente el Ps. José Ignacio Ruiz cierra esta
similitud de conceptos personales con el autor Sobral, expresando: "La
Psicología Jurídica se ocupa de la conducta humana con relación a
cuestiones que tienen que ver con la Ley o con el Derecho". Debido a
que muchos de los entrevistados incluyen las funciones del psicólogo
jurídico dentro del concepto armado, la definición del COP sería la más
apropiada para este caso: "La Psicología Jurídica es un área de trabajo e
investigación psicológica especializada cuyo objeto es el estudio del
comportamiento de los actores jurídicos en el ámbito del Derecho, la Ley
y la Justicia. La configuración de la Psicología Jurídica se proyecta como
una especialidad que fundamenta un amplio ámbito entre las relaciones
del mundo del Derecho y la Psicología en sus vertientes teóricas,
explicativa y de investigativa; como también en la aplicación, evaluación
y tratamiento". La primera persona que incluye las funciones dentro de la
definición del concepto, es la Ps. Ángela Tapias, quien expresa "La
Psicología Jurídica… es el nombre genérico, el nombre amplio; que
incluye: evaluación, prevención, terapia, asesoría, y todos los niveles de
intervención de la psicología". Otra psicóloga que se vale de las
funciones para definir el concepto de psicología jurídica, es la Ps. Milena
Rodríguez; quien se apoya en la definición que da la Asociación
Colombiana de Psicólogos Jurídicos y Forenses (ACPJF), expresando:
"La ACPJF dice que la psicología jurídica se dedica a la evaluación,
asesoramiento e intervención del comportamiento de personas que están
en el escenario legal". La Ps. Alexa Rodríguez, también apoya esta
combinación de formación del concepto de psicología; tal vez porque
piense que de esta manera se expondrá su significado de manera
completa, sin que quede ninguna duda de su actuar al respecto. Esta
psicóloga expresa que la psicología jurídica es "la actuación del
psicólogo en un ámbito jurídico"; por otro lado se le preguntó cuales eran
sus funciones y contestó: "atención, intervención, en la parte de
prevención, elaboración de programas, procesos diagnósticos…
procesos diagnósticos incluso de la víctima".

Luego de exponer la lista de conceptos más acertados y más


equiparados con los del marco teórico, podríamos llegar a resaltar los
dos conceptos, que a juicio personal, son los que mejor explican el objeto
de acción del psicólogo jurídico dentro de los escenarios legales. Estos
dos completos conceptos, son los aportados por los dos grandes
pioneros de la rama psicojurídica, el Ps. Fernando Díaz y la Ps. Nancy
Vargas. Primero se expondrán los conceptos de cada uno por separado;
y, de manera inmediata, se empalmarán en uno solo formandose un
concepto general, arrojado por los mismos resultados de la investigación.

Se comenzará por armar las diferentes respuestas del Ps. Fernando


Díaz, con respecto al concepto de la psicología jurídica; de manera que
primero se haga un preámbulo de la epistemología del término, luego se
mencionen las ramas que se desprenden del mismo y posteriormente se
cierre con una definición completa del concepto. Este sería el producto
de lo mencionado anteriormente: "La psicología jurídica es un término
español, o sea, es un término de España, es tomada de los españoles,
los españoles denominan así a las poblaciones de Psicología y Derecho.
Empecemos por lo más gigante, la relación entre psicología y ley o
escenario legal, ha sido denominada en el mundo de diferentes maneras.
En los países anglosajones se prefiere hablar de Psicología Legal o de
Psicología y Derecho, por eso uno de los textos más importantes de
psicología o que a mi me parece uno de los más importantes que se ha
sacado sobre psicología se llama "Psychology and Law" (Psicología y
Ley). Esa es la perspectiva anglosajona, pues no se dice Psicología
Jurídica sino Psicología y Ley. En Australia se dice Psicología y Ley; en
Estados Unidos con la división de la APA es Psicología y Ley; en
Inglaterra las divisiones de psicología quedaron Psicología Legal. Pero
Psicología Jurídica como tal, es un término español, que nosotros hemos
heredado como todo lo de los españoles; entonces aquí se dice
Psicología Jurídica. La psicología jurídica como campo de conocimiento
como la clínica, la educativa, la laboral, tiene áreas de actuación; y una
de las áreas de actuación de la psicología jurídica es la forense, como lo
es la psicología criminológica, como lo es la psicología policial, como lo
es la psicología penitenciaria, como lo es la psicología del menor y la
familia, como lo es la psicología criminalística; todos esos son
escenarios, o ramas, o apéndices o espacios de la psicología jurídica.
Jurídico es todo el conjunto de relaciones que se dan entre el sujeto
individual y el escenario legal. Entonces, la psicología jurídica es la rama
de la psicología que intenta aportar sus conocimientos al ejercicio de un
mejor Derecho, para que se cumpla en el fondo la idea de justicia y
búsqueda de la verdad que se pretende; y también es la que intenta
aplicar sus conocimientos para aclarar asuntos que tengan que ver con la
conducta de un sujeto en un escenario legal, esa es la psicología
jurídica".

Por otro lado, está la definición armada por la misma psicóloga, Nancy
Vargas; que más adelante ayudará a complementar la del Ps. Fernando
Díaz. Esta psicóloga expone su concepto de la siguiente forma: "La
psicología jurídica, como yo la concibo y… en eso coincidimos con
algunos españoles… es la más amplia y esta conformada por varias
áreas de trabajo, varias subáreas de la psicología, si se quiere decir….
donde estaría la psicología criminal o algunos la han llamado la
psicología de la conducta criminal o la psicología del delincuente… otra
área sería la victimología como tal, que hasta hace muy poco tiempo era
un campo exclusivo del Derecho… también esta la psicología del
testimonio… estaría la psicología forense… está la psicología
penitenciaria… la psicología policial…. y la otra es una que esta
empezando a tener auge, y una muy bien respaldada por la Fiscalía, que
es la mediación. Entonces ¿la psicología jurídica qué significa?, la
psicología jurídica es la aplicación de toda esa psicología a los procesos
psicológicos que existen dentro de los procesos jurídicos;
independientemente que estemos hablando de civil, penal, militar,
canónico, o sea, todo lo que tiene que ver con el Derecho. Y no
solamente de los procesos jurídicos sino de las personas que participan
en el proceso jurídico, eso significa jueces, fiscales, investigadores,
sindicados, víctimas, testigos".

Finalmente, luego de exponer estas dos grandes explicaciones y


definiciones del concepto de psicología jurídica, procederé a juntarlos o a
combinarlos; de manera que se pueda exponer un concepto general
producto de las respuestas de los dos grandes pioneros y peritos en el
área de la Psicología Jurídica en Colombia, el Ps. Fernando Díaz y la Ps.
Nancy Vargas. Así, el concepto encajado y transformado, quedaría de la
siguiente forma: "La Psicología Jurídica es la rama de la psicología que
intenta aportar sus conocimientos al ejercicio de un mejor Derecho, para
que se cumpla en el fondo la idea de justicia y búsqueda de la verdad
que se pretende. Esta especialidad intenta aplicar sus conocimientos a la
rama del Derecho y a los procesos psicológicos que existen dentro de los
procesos jurídicos; para aclarar asuntos que tengan que ver con la
conducta de un sujeto en cualquier escenario legal. Además, la
psicología jurídica no solamente se enfoca en los procesos jurídicos; sino
también en las personas que participan en dicho proceso, es decir, los
jueces, fiscales, investigadores, sindicados, víctimas, testigos y demás
involucrados en la situación que se esté tratando. Esta rama psicojurídica
se encuentra conformada por varias subáreas o áreas de actuación;
donde se destacan la psicología forense, la psicología criminológica, la
psicología del testimonio y del jurado, la psicología penitenciaria, la
psicología policial y de las fuerzas armadas, y la victimología". Esta
definición sería el fruto del concepto de la Psicología Jurídica,
proveniente de los resultados arrojados y analizados tanto de los
diferentes autores expuestos en el marco teórico, como de los peritos y
pioneros de la Psicología Jurídica en Colombia entrevistados.

Para terminar de completar el objetivo del concepto, sólo quedaría


faltando por exponer las diferentes definiciones de las distintas subramas
o subespecialidades de la psicología jurídica. No todos los entrevistados
dieron un concepto de todas éstas, pero al menos si del concepto de
psicología forense; por ser este el que más lleva a confundir a las
personas con respecto a si es o no análogo al concepto de psicología
jurídica. La Psicología Forense fue la única de las subramas que
definieron la totalidad de los entrevistados; y fueron los especialistas en
esta área, tanto en la academia como en la práctica, los que definieron
de manera más acertada esta subárea. De todas formas, algunos de los
entrevistados, aportaron sus definiciones de algunas de las subramas, a
parte de la de forense; tales como la psicología penitenciaria, la policial,
la del testimonio, la criminológica y la victimología.

Recordemos, como se expuso previamente en el marco teórico, que la


confusión del concepto de psicología jurídica y psicología forense; parte
del hecho de que el término psicología jurídica es un proceso
evolucionado que llegó a tal punto después de haber optado por términos
como psicología forense, psicología legal, psicología política,
criminológica, entre otras. Hoy en día, se admite el término de psicología
jurídica, sobre todo en países hispanoamericanos y a lo largo de Europa;
pero en Norteamérica y en otros países no hispanos, no hay distinción
entre el término psicología forense y psicología jurídica. Para estos, lo
que ellos conocen como psicología forense equivale a lo que es
aceptado en Iberoamérica con el término de psicología jurídica. Así, la
Ps. Milena Rodríguez se pronuncia en sus conferencias acerca del
concepto de psicología forense, afirmando que es una especialidad
inmersa en ámbitos netamente psicojurídicos y cuya función
psicodiagnóstica tiene un fin netamente probatorio y debe ser ejercido
solamente por psicólogos expertos que se apoyan en el dictamen para
ejercer dicha labor.

A partir de este preámbulo, se procederá a desligar las definiciones más


generales y completas de la Psicología Forense; formuladas por los
entrevistados. De esta forma, la Ps. Ángela Tapias expresa que la
psicología forense "Es una subespecialidad de la psicología jurídica
que incluye solamente evaluación y asesoría. Es la psicología donde el
psicólogo actúa como perito, como forense". El Ps. Leonardo Rodríguez
expresa: "La psicología forense hace parte de la psicología jurídica. Es
un campo aplicado, donde foro significa el lugar donde el perito, que es el
forense, va a emitir una serie de conceptos y criterios que van a ayudar
al juez a dar una pena con respecto a algo. Es utilizada sobre todo en el
campo de la evaluación psicológica forense". También vuelve a jugar un
papel importante, la completa y precisa definición de la psicología
forense, por parte del Ps. Fernando Díaz Colorado; quien argumenta su
respuesta de la siguiente forma: "La psicología forense forma parte de la
psicología jurídica y hace relación al peritaje forense, al experticio
forense. Cuando se menciona la palabra "forense", se habla del foro
jurídico, y cuando se habla del foro jurídico, se habla de la posibilidad de
aportar una prueba a un escenario donde se debate públicamente lo que
se está investigando, o sea, a lo público, al foro. Cuando se habla de la
psicología forense, se habla de un campo específico de la psicología
jurídica o legal que hace relación al campo exclusivo de la prueba legal
en el escenario de lo penal, de lo civil, de lo familiar, o sea, en el
escenario legal donde se requieren pruebas. Entonces cuando se habla
de forense, se habla de la prueba, por eso psicología forense es una de
las ciencias forenses, por ejemplo: la balística forense, estudio de las
armas y de los impactos que producen las armas tanto interna como
externamente; por eso se habla de química forense, por eso se habla de
medicina forense, porque es un conjunto de ciencias que aportan
pruebas mediante el experticio de un experto, de alguien que conoce la
resolución de un caso legal". También las definiciones de aquellos que
opinan que la psicología forense es propia de los psicólogos que trabajan
en el INMLYCF, como la proporcionada por la Ps. Nancy Vargas "La
psicología forense está dentro de la psicología jurídica, es una subrama
de la jurídica. La ejercen los psicólogos peritos de Medicina Legal"; y la
definición de la Ps. Lilia Duque: "La psicología forense determina las
secuelas e incapacidades que haya generado un delito, por lo tanto los
psicólogos forenses tienen que ser personas imparciales. Esa parte más
que todo la maneja Medicina Legal, ellos son los que ayudan a
esclarecer los hechos pero ya como consecuencias del delito. Ellos miran
todas las declaraciones y todo lo que se ha hecho con determinada
persona, en el expediente, y pueden así dar un concepto". Para terminar
de exponer las definiciones de esta subrama, se continuará con las
definiciones de los mismos psicólogos que ejercen esta área, dentro del
INMLYCF, los psicólogos forenses. La primera de ellas es la Ps. Mary
Luz Cadena Torres, quien trabaja como psicóloga forense con el Instituto
desde el año de 1987. Esta psicóloga forense define su especialidad
como la rama que tiene que ver con la aplicación de la norma, de la que
se encarga la psicología jurídica, a través de un dictamen que los
psicólogos forenses elaboran. Con sus propias palabras, "en dicho
dictamen se tiene que evaluar el estado de salud mental de una persona
frente a un delito". Otra de las psicólogas forenses que expone su
definición de psicología forense, es la pionera de todas las psicólogas
forenses en Colombia, la Ps. Victoria Eugenia Villegas Mejía; quien
formula una completa y concisa definición: "Como su nombre lo indica, la
psicología forense actúa en los foros de la justicia. Su actividad es emitir
dictámenes (sistema antiguo) o informes en el nuevo sistema; actúa
como experto. Es una ciencia aplicada cuyo objetivo es auxiliar y posee
técnicas propias. El psicólogo forense debe atenerse a la norma jurídica,
sin hacer juicios valorativos de qué es justo o injusto; la ley es diferente
de la justicia". La ya mencionada perito de la psicología forense en el
INMLYCF de la ciudad de Barranquilla, la Ps. Libia Striedinger, da su
propio concepto de la psicología forense: "Orienta al Sistema Judicial
mediante la elaboración de pruebas periciales o dictámenes; mediante
los cuáles se va ilustrar un caso particular que se está investigando o que
está en etapa de judicialización, inclusive que ya fue judicializado.
Entonces, el trabajo del psicólogo forense consiste en implementar sus
conocimientos profesionales de la psicología, a la jurisprudencia. Por lo
tanto hay que saber el manejo particular del caso que vamos a aplicar a
la jurisprudencia, pues para llegar ajustados a lo que vamos a trabajar".
Finalmente, la psicóloga forense del INMLYCF de la ciudad de
Cartagena, Alexa Rodríguez Padilla, cierra este grupo de definiciones de
la subrama de la psicología jurídica, la Psicología Forense. Para esta
psicóloga forense, los únicos psicólogos abalados como forenses en
Colombia, son los que laboran en los INMLYCF de todo el país; el resto
de psicólogos que trabajan en diferentes ámbitos judiciales, serían o bien
psicólogos jurídicos puros o especialistas en cualquiera de las subramas
de la psicología jurídica. Su concepto formulado sería el siguiente:
"Subespecialización o subárea de la psicología jurídica; es la rama que
realiza las pericias. La función principal del forense es realizar
infórmenes periciales previa solicitud de una autoridad competente y
únicamente se va a responder ante una duda que tenga dicha autoridad.
Las evaluaciones o la intervención pericial, se limita específicamente a
hacer evaluaciones psicodiagnósticas o evaluaciones psicopatológicas
dentro de un ámbito jurídico, que tienen un carácter oficial de informe
pericial".

Dentro de la rama de Psicología Forense, se desprende una subrama


muy practicada hoy día, dentro de entidades como el I.C.B.F., las
Comisarías de Familia, y las S.A.U. de la Fiscalía General de la Nación
de casi todo el país; dicha subrama es la Psicología del Menor y la
Familia, como la enmarca el Ps. Fernando Díaz; o expresada de forma
dividida como lo hace el COP: Psicología Jurídica y el Menor, y
Psicología aplicada al Derecho de Familia. En esta área opinan el Ps.
Leonardo Díaz, cuando expresa: "En el campo de familia la pregunta
siempre es, por ejemplo en los campos de custodia, siempre se le está
pidiendo al psicólogo evaluar para mirar con quién se queda el menor…
en caso de custodia… para mirar las implicaciones psicológicas que tiene
un proceso de duelo por separación para una menor y mirar qué tipo de
tratamiento uno puede sugerir como psicólogo forense… con los delitos
sexuales, creo que el psicólogo ha tenido un protagonismo importante,
donde el psicólogo se le pide mirar si el niño fue víctima o no de actos
abusivos… con respecto a la adopción de menores también hay bastante
trabajo... tratar de ubicar las secuencias por abandono, negligencias, o
diferentes formas de maltrato". Y también opina, la Ps. Milene Gómez,
cuando aporta a la investigación las diferentes funciones que tiene este
psicólogo en las distintas instituciones del Estado: "En la parte del
I.C.B.F., las valoraciones a los menores, a los padres; para poder
determinar las condiciones emocionales, acompañada de las condiciones
físicas, que eso pues lo determinaría un médico; para poder asignarle a
las personas que requieran procesos de adopción; para poder sugerir en
un momento dado, luego de hacer una valoración, a qué padre nosotros
podemos darle el niño para que el niño crezca… armónicamente; para
que su desarrollo sea sano, tanto físico como psicológico, en toda esta
parte nosotros intervenimos. En la parte también de apoyo a los Jueces
de Menores, cuando el menor infringe contra la ley, porque tú sabes que
hay unos tratamientos especiales para menores; entonces Bienestar
Familiar le toca a través de sus dictámenes hacer sugerencias o
recomendaciones a los jueces para ver qué tratamiento se le puede
brindar a ese menor que infringió en una conducta delictiva. Lo mismo en
las Comisarías de Familia, para apoyar a la víctima en la parte de las
estrategias; para mejorar su dinámica familiar en la parte de brindar
herramientas que permitan convivir pacíficamente; o en la parte de
brindar a aquella persona un tratamiento que le permita de pronto
amarse, quererse, tomar una decisión, independientemente de la
dependencia afectiva, económica o sexual que tenga hacia su pareja y
que eso le haga, en un momento dado, permanecer atada a esa
persona".
Ya una vez expuestos las diferentes definiciones de la Psicología
Forense de los peritos y pioneros de la Psicología Jurídica en Colombia
entrevistados; se podría definir que: La Psicología Forense es una de las
ramas o especialidades derivadas de la a su vez especialidad de la
psicología, la Psicología Jurídica; la cual se encarga únicamente de
realizar las funciones de evaluación y asesoría. La palabra forense viene
del vocablo forensis que significa "reunión de expertos"; y a su vez, viene
del foro jurídico, es decir, de actividad realizada en la época romana
donde existía la posibilidad de aportar una prueba a un escenario donde
se debatía públicamente lo que se estaba investigando. Hoy día ya no se
debate la información como en esos tiempos en un coliseo romano,
donde todos los allí presentes podían escuchar lo deliberado; pero
todavía se considera público en el sentido que lo manifestado por el
sujeto en cuestión, no va a quedar en confidencia y privacidad con el
psicólogo; sino que esta información será pública, será conocida por las
diferentes personas que solicitaron el peritaje y que necesitan leerlo para
poder tomar una determinación al respecto. Entonces cuando se habla
de psicología forense, se habla de un campo específico de la psicología
jurídica que hace relación al campo exclusivo de la prueba legal en el
escenario legal, donde se requieren pruebas. Esta subespecialidad de la
psicología jurídica, se desarrolla en Colombia más que todo dentro de las
instalaciones del INMLYCF; y con menos generalidad, en las diferentes
entidades del Estado como la Fiscalía General de la Nación y algunas
Comisarías, Bienestares Familiares y Salas de Atención al Usuario. Una
vez que el psicólogo forense evalúa al sujeto en cuestión, combinando
una serie de aplicaciones de pruebas psicométricas y el valor objetivo de
un buen ojo clínico; se procede a emitir un informe pericial (llamado así
en el nuevo sistema acusatorio) o dictamen (llamado así en el antiguo
sistema legal que aún rige en nuestra ciudad), previa solicitud (oficio
territorio) de una autoridad competente; llámese juez, fiscal o abogado de
la parte defensora. En este dictamen o informe pericial, se va a dar un
concepto objetivo e imparcial, abstenido de juicios de valor; de lo que el
perito (psicólogo forense) halló en las evaluaciones, a partir del cual la
autoridad competente en cuestión tomará medidas al respecto.

Cerraremos el objetivo del concepto de la Psicología Jurídica, exhibiendo


unas cuantas definiciones formuladas de cada una de las restantes
subramas que se desprenden de la Psicología Jurídica; y que fueron
mencionadas, dentro de las entrevistas realizadas, por los diferentes
peritos y pioneros del área: la Psicología Criminológica, la Psicología
Penitenciaria, la Psicología Policial y de las Fuerzas Armadas, la
Psicología del Testimonio y del Jurado, y la Victimología.

La primera subrama que se expondrá, será la Psicología


Criminológica; la cual tiene un enfoque meramente penal para la Ps.
Ángela Tapias, quien expresa: "La psicología criminológica tiene que ver
sólo con Derecho Penal, sólo con delitos"; entendiéndose por delitos
todas las conductas humanas que van en contra de una norma
previamente establecida y además vulneran un bien jurídico tutelado por
la ley. La Ps. Nancy Vargas, propone también una definición de la
psicología criminológica, desde otro enfoque; expresando que la
psicología criminológica alimenta a la criminología, siendo una de sus
fuentes junto con la biología, la sociología y aun la antropología. Agrega
a dicha afirmación: "Encontramos en la criminología teorías explicativas
de la criminalidad desde lo biológico o desde lo psicológico o desde lo
sociológico"; concluyendo que la psicología criminológica es una de las
partes que conforman a la criminología. Otra psicóloga que se aventura a
proponer una definición, es la psicología forense Victoria Villegas. Para
esta psicóloga "la psicología criminalística tiene que ver con el trabajo
investigativo y de campo, en el área penal. Se trata de, con el
conocimiento psicológico, recoger información de todo nivel, no sólo de
testimonio, sobre  la escena del crimen y lograr encontrar vínculos entre
los hallazgos, de la víctima y del victimario. Siempre la víctima habla del
victimario, el  cadáver de la víctima muestra al victimario, y es importante
entonces conocer los comportamientos de los diferentes victimarios para
buscar en la víctima esas característica; y una vez descubiertas esas
huellas, encontrar el victimario; repito, por la relación existente. También,
de acuerdo a los hallazgos en la escena de un hecho violento, se
encuentran manifestaciones de haber sido un homicidio o un suicidio. De
acuerdo al nuevo Sistema Penal "Acusatorio", el psicólogo que trabaja en
criminalística actuaría en los juicios como testigo". Siguiendo con las
definiciones, la Ps. Isela Mojica expone la suya personal: "La psicología
criminológica es la que se encarga de conocer todo el origen de las
características psicológicas de la personalidad de un criminal, o sea, de
dónde se origina, cuál es el origen de una conducta antisocial o de una
conducta delictiva". La Ps. Alexa Rodríguez, también hace su aporte
dentro del concepto de esta subrama de la Psicología Jurídica, cuando
expresa: "El concepto de criminología, hace referencia a la interpretación
y análisis del crimen o delito; con el objetivo de brindar alternativas de
soluciones efectivas y eficaces en la disminución del mismo. La
psicología criminológica lo que intenta es entender el comportamiento del
individuo para que se comporte de una u otra manera; y así poder
diseñar alternativas de intervención". Un aporte más completo lo hace la
Ps. del C.T.I. de Santa Marta, Milene Gómez, cuando combina una
definición formulada en conjunto con unas de las funciones que se
desprenden de esta subrama: "La psicología criminal estudia el
comportamiento de la persona que está cometiendo actos o conductas
criminales. Estudia al hombre como un ser integral. De todas formas no
solamente se tiene en cuenta la perspectiva psicológica; hay otros
aspectos que se deben tener en consideración dentro de la psicología
criminal para estudiar el comportamiento de quien delinque. Aspectos
como la parte de la antropología, como la parte de la biología, como la
parte del entorno social, es decir, se tienen que tener en cuenta otras
ciencias u otras áreas para poder describir el comportamiento del
criminal". Para la Ps. Gómez, en el área de la psicología criminológica se
pueden: tratar temas de delitos sexuales; descubrir el comportamiento de
quien delinque contra los delitos, contra la libertad, la integridad, la
formación sexual; y desempeñarse en el plano de los homicidios. Por
otro lado, el psicólogo español, Jose Ignacio Ruiz agrega a la lista varias
funciones más, que puede llevar a cabo el psicólogo criminológico. Estas
funciones son derivadas de su propia experiencia personal en dicha área:
"He hecho cosas sobre perfilación del delito, perfilación ambiental, hemos
hecho algunos trabajos sobre mapas criminales, de cómo se distribuye el
delito dentro de un espacio, como una ciudad por ejemplo…
normalmente las tasas tan altas de homicidios no son las mismas
normalmente, donde también hay que sacar tasas de robos, de
prostitución, el delito se estudia… porque el delincuente es una
persona… que a veces es inteligente, o digamos, es racional. Busca los
lugares donde es más fácil, más favorable y probable realizar el delito".
El Ps. Fernando Díaz también se refiere a esta subárea de la Psicología
Jurídica, pero desde la crítica al mal enfoque que se le da a la misma;
encasillando al ser humano en categorías psicopatológicas ya
estipuladas. El manifiesta sus ideas expresando que los psicólogos
criminológicos deben ayudar a comprender el crimen, y "no diciendo que
todos los criminales son patológicos, o creando categorías como
Sheldom y Kretschmer; y diciendo que el criminal es innato, como
Lombroso". Debe ser un psicólogo "señalando que el crimen es un
problema social y que no obedece particularidades de personalidad; sino
problemas del vivir y la existencia". Está en contra del "psicólogo
ayudando a develar esa aparente patologización del criminal, el
psicólogo como ahondando en escenarios de carácter socio-
antropológico para poder dialogar con esas ciencias… como el Derecho
y como la Sociología para intentar aportar de qué manera el sujeto puede
convertirse en un criminal producto de condiciones de existencia y de
que piensa mal, o es que tiene un problema mental o es que tiene un
enfermedad neuropsiquiátrica". Por otro lado apoya la idea de un
psicólogo criminológico que esté "dentro del Estado… Fiscalía General,
Comisarías de Familia, para ayudar a resolver problemas desde la
perspectiva de los que generen el conflicto; ayudando a propiciar
escenarios de reconciliación y de mediación, y no tanto como idiotas
útiles de un sistema que lo que hace es pedirnos a nosotros que nos diga
si el sujeto está bien o está mal para castigarlo". Cerrando esta segunda
subrama de la Psicología Jurídica, encontramos tal vez la más completa
y clara de todas las definiciones expuestas, realizada por la Ps. Milena
Rodríguez Navarro: "La psicología criminológica es esa psicología que se
dedica al estudio de la conducta criminal, su tratamiento y prevención, es
decir, los psicólogos que se dedican a estudiar el crimen, a estudiar
comportamiento criminal. Tienen como objeto hacer ciencia desde el
punto de vista de comprensión de esas conductas desviadas, de esas
conductas criminales que se encuentran en cualquier contexto social, en
cualquier contexto histórico; y al estudiar esas conductas poder predecir,
poder perfilar, poder llegar a una conclusión. Se entiende por "conducta
criminal", aquella conducta típica, antijurídica y culpable. Definiéndola
desde el punto de vista de la teoría del delito, la conducta típica es
cualquier conducta humana que ya está positivamente inscrita en un
código que se llama el Código Penal; antijurídica porque viola, vulnera el
derecho de otro, esa es la otra característica; y la última, culpable porque
hay un autor. Entonces desde el punto de vista de la teoría del delito, la
conducta criminal o delictiva, es la que es típica, antijurídica y culpable;
tiene que tener las tres características. Desde el punto de vista de la
psicología, estamos hablando de conductas desviadas, destructivas que
causan daño, conductas desviadas que al no estar en el común, al no
estar en lo esperado, al no estar dentro de lo normal y socialmente
esperado; están por fuera, están en lo que llamamos desviado, lo que
llamamos anormal, pero anormal no es patológico siempre. La psicología
y la psicopatología forense nos enseñan que podemos estar observando
una conducta criminal, una conducta desviada, pero no necesariamente
tiene que ser una persona enferma. Puede tener diferentes clases de
daños y no todos los daños justifican las conductas. Hay daños morales,
en donde no está la mente trastornada, el aparato psíquico funciona, las
funciones básicas están bien; lo que está disfuncionando es la
personalidad, el carácter o el sistema moral está alterado. Entonces,
estas personas aunque tienen un trastorno son concientes de lo que
están haciendo, tienen una libre voluntad, una intencionalidad también
libre y desde ese punto de vista saben lo que hacen. Por ende, la
conducta criminal es aquella conducta desviada, destructiva, que vulnera
a otros y que no hay ninguna variable, algún factor que la justifique o la
disculpe; como sería el caso de los trastornos mentales, la inmadurez
psicológica o la diversidad sociocultural; esas son las tres variables que
en nuestro país disculpan e inimputabilizan la conducta de alguien. Si
cualquiera de estos tres grandes grupos de personas llegase a ser autor
de un crimen, no podrían ser juzgados. Las minorías, la diversidad
sociocultural, tendrían que ser juzgados por sus propios códigos; las
personas con retraso mental tendrían que ser juzgados por médicos; y
los menores de edad, por un Juez de Menores. En el caso de que las
personas con un trastorno mental resultasen ser autores de crímenes,
deberán ser recluidos en un instituto adecuado para ellos; en un Centro
de Salud Psiquiátrico adecuado para ellos. Mientras que si algún menor
es encontrado culpable, deberá ser recluido de acuerdo a lo que haya
cometido, según el Código del Menor. Pero también pueden tener
libertad asistida por delitos menores, donde no hay un perfil muy
reiterativo, y van donde un psicólogo nombrado por las Cortes de
Menores o por los Juzgados de Menores. Allí los asisten y estos deben
asistir. Por otro lado, también pueden ser recluidos en un Centro de
Observación y Rehabilitación, como el que hay en Barranquilla llamado
"Oasis". En estos Centros de Observación, los menores deberán recibir
atenciones interdisciplinarias; de psicología, trabajo social, educadores;
de manera que no persistan en estas conductas criminales y se vuelvan
personas más creativas, más sanas, con mejor calidad de vida para ellos
y para nosotros (la sociedad)". También agrega dentro de su aporte,
varias de las funciones que realiza el psicólogo criminalístico, entre las
que menciona: analizar una escena del crimen, perfilar a alguien, hacer
una necropsia psicológica para esclarecer un crimen y hacer intervención
en muertes violentas de supuestos asesinos en serie. Como se puede
observar, varios de los entrevistados reemplazan el nombre de esta rama
de la psicología jurídica, por el de psicología criminal o psicología
criminalística. Ante ello, las psicólogas Ángela Tapias y Milena Rodríguez
se expresan. La primera de ellas hace una aclaración con respecto al
indebido uso del termino "psicología criminal", cuando expone: "La
psicología criminal es una aserción inadecuada, es como decir psicólogo
criminal"; y la segunda corrige el mal uso del término "psicología
criminalística", de la siguiente manera: "Psicología criminalística no
conozco, no creo que se un término de… porque mira, es que la
criminalística es una técnica, son las técnicas que sirven para esclarecer
los hechos. Entonces es, por ejemplo, la técnica de la fotografía, la
planimetría, la lofoscopia, entre otros; que al hacer uso de esas técnicas
encontramos mejores pruebas y mejor claridad de los hechos que se
están investigando. La psicología no tiene esto, la psicología quizás tiene
un área de trabajo que, como psicóloga debes conocer muy bien, que se
llama psicometría, que son todas las técnicas que usamos los psicólogos
tanto objetivas, como proyectivas, como la observación para la ayuda de
la evaluación. Desde ese punto de vista, pudiera pensarse que en el área
criminalística, la psicometría es una técnica más, pero como está
involucrada dentro de un marco general porque… por ejemplo,
¡fotógrafo!, alguien que haga una fotografía para fines judiciales es una
persona que puede ser entrenada, yo puedo ser entrenada en hacer
fotografía, ¿cierto?, pero un fotógrafo no puede ser entrenado en ser
psicólogo, tendría que volverse psicólogo primero. Por eso yo lo vería
como difícil, que dentro de la criminalística estuviera también la
psicología criminalística, porque no hay una, que yo conozca, una
área técnica de la psicología que pudiera ejercer un no-psicólogo, tiene
que ser profesional, es decir, en el campo de las ciencias". De esta rama
de la psicología jurídica, se dice en el marco teórico, que es poco
registrada bibliográficamente hablando; pero que por otro lado, se tiene
evidencia que en su ejercicio es una práctica común por los profesionales
de este campo.

Continuamos con la definición de la Psicología Penitenciaria; la cual es


tenida en cuenta, dentro de las ramas de la Psicología Jurídica, por 6 de
los 14 psicólogos entrevistados. De estos seis aportes, sólo se
expondrán los más imprescindibles para la definición de esta subárea. El
primero de los entrevistados que menciona esta área es el Ps. Jose
Ignacio Ruiz, quien se desempeña específicamente en esta rama de la
Psicología Jurídica, y le apasiona el tema de investigación hacia las
cárceles. Ruiz expresa que el papel del psicólogo penitenciario debe
hacerse "desde un punto de vista para intervenir en prisión, para intentar
resocializar a la gente que está condenada y para colaborar a los que
están sindicados o condenados"; agrega de una vez que "hay que
entender no tanto lo que pasa en la cárcel… sino qué les pasa a estas
personas cuando llegan, al proceso de prisionisación, cómo la persona
se adapta de bien en la cárcel". Para este psicólogo es muy importante
cubrir todos los aspectos que rodean al sindicado o condenado, ya que
ante el mínimo descuido, se puede venir abajo todo el trabajo realizado
desde la psicología penitenciaria, con los reos. Expresa: "También hay
que tener en cuenta la parte de los empleados, porque empleados
insatisfechos con su trabajo lo que van a hacer es boicotear todo y
básicamente lo que el psicólogo con sus actuaciones quiere es que los
internos tengan resocialización". Otro aspecto importante, tenido en
cuenta por Ruiz, es la comunidad externa que rodea al mundo de las
cárceles. Para él, este es el mundo que compone la otra cara de la
moneda del recluso; y debe hacerse un trabajo alterno con la misma para
llevar a cabo un proceso de resocialización satisfactorio. El Ps. Jose
Ignacio Ruiz, culmina su aporte dentro de la definición de la Psicología
Penitenciaria expresando: "La otra visión de la cárcel es lo que hay fuera
de la cárcel, la comunidad, la gente qué piensa sobre la… cárcel y
quienes están en la prisión. Por ejemplo, muchas veces cuando el
Estado piensa en construir una nueva cárcel o la alcaldía de la ciudad, y
piensa en un lugar, lo normal es que la gente que vive… en ese sector…
se movilice contra la construcción de esa cárcel allá dentro de su
vecindario, porque piensan que eso se va a llenar de gente peligrosa.
Entonces… cuando se habla de discursos de la resocialización,
rehabilitar a los internos y todo eso, se dicen cosas muy bonitas muchas
veces, pero que en la práctica… no se cumplen por varias razones. Una
cosa es… cómo afecta la cárcel realmente a las personas, cómo
funciona la cárcel, la prisión; y otra parte importante es… cómo la gente,
la sociedad, cómo nos comportamos ante una persona que ha estado en
la prisión". Siguiendo el aporte del Ps. Ruiz, la Ps. Nancy Vargas,
también está de acuerdo con el trabajo conjunto con los guardias de las
prisiones, cuando manifiesta: "A veces el trabajo de la guardia se limita
más al abrir y cerrar puertas, se limita más a cuidar, pero el guardián es
una de las personas más importantes en el proceso de resocialización
del interno. Es la persona que generalmente está más cerca del interno;
entonces, es una persona clave que puede contribuir mucho a ese
trabajo que realizan los otros profesionales, conjuntamente con el
psicólogo". Continúa su opinión, exponiendo las funciones que puede
desempeñar el psicólogo penitenciario: "Participa en los programas de
conducta prosocial, preparación a la libertad, todo lo que se refiere a
proyecto de vida, o sea, todas las etapas que tiene que pasar por el
sistema progresivo". La Ps. Milene Gómez, hace su aporte a esta rama
desde la propia experiencia personal, cuando expresa: "A través del juez
de ejecución de penas en medidas de seguridad, he tenido la
oportunidad… en la última etapa…. de juzgamiento… cuando la persona
ha sido condenada, cuando ha sido sentenciada; el juez de ejecución de
penas, para garantizarle un beneficio a los reos, solicita se les haga unas
valoraciones psicológicas a estas personas para mira a ver que
capacidad tienen de reincidir o no en el comportamiento delictivo. Desde
ese punto de vista, he tenido la oportunidad de trabajar con personas que
están recluidas en el penal, luego de haber cometido actos delictivos por
el delito de estafa, por el delito de porte de estupefacientes, hurtos…
simples o… agravados". También completa su aporte, exponiendo las
diferentes funciones que puede llegar a cumplir el psicólogo en el ámbito
de las cárceles: "En la parte de los centros penitenciarios, donde también
está la parte penal, nosotros como psicólogos jurídicos podemos actuar a
través de evaluaciones a los internos para hacer sugerencias en cuanto a
qué patio puede ser asignado esa persona; a mirar la peligrosidad, a
mirar la capacidad de reincidencia de ese interno, a buscar la
motivación… que lo llevó a cometer… el acto delictivo". Por último, los
Ps. Fernando Díaz y la Ps. Alexa Rodríguez, hacen sus aportes;
denunciando el trabajo desperdiciado realizado por algunos psicólogos
en las cárceles y proponiendo las verdaderas funciones que en este
psicólogo no deben faltar. El primero de ellos, Fernando Díaz, demanda
que el psicólogo penitenciario debería enfocarse en "cuál es el aporte del
psicólogo a la búsqueda de alternativas a la tradicional prisión que ya
hizo crisis en el mundo, buscar alternativas de sanción o de rehabilitación
verdadera, o de formas de regeneración, o de formas de otras
alternativas posibles a personas que por X o Y circunstancia cometen un
delito y cuya única sanción es la prisión". Completa su crítica
exclamando: "El psicólogo en las prisiones pero no haciendo tallercitos,
ni mirando a ver como se comunica mejor, ni disminuyendo los niveles de
agresividad, ¡no!; un psicólogo en la prisión proponiendo alternativas, un
psicólogo en la prisión denunciando la prisionización, un psicólogo en la
prisión posibilitando intervención de carácter comunitaria y también
familiar; donde se contemple la familia del interno. Un psicólogo en la
prisión propiciando reconstrucción de la vida del sujeto desde la
perspectiva del hecho que el Estado considera delito, o sea, un psicólogo
propositivo y no un psicólogo simple mantenedor". En esta última idea, lo
apoya la psicóloga Alexa Rodríguez, quien también opina que el
psicólogo penitenciario debería estar "realizando los programas para
éstas instituciones penitenciarias, la parte de la psicología penitenciaria
donde ellos deben tener clasificada la población mediante el proceso de
psicodiagnósticos; porque ese cuento de estar haciendo talleres de
autoestima en cárceles, eso no sirve para absolutamente nada.
Programas de la reinserción y de la resocialización de las personas, de
los penados; el trabajo del tipo relacional, es un trabajo de tipo
educativo". La bibliografía hallada que hace relación a este campo,
apunta a que la Psicología Penitenciaria es llevada a cabo de manera
adecuada pero que al mismo tiempo hace falta mucha investigación para
que así, su campo de acción se amplíe.

Otra de las subramas de la psicología jurídica que se enmarca dentro de


las respuestas de los entrevistados, es la no tan
desempeñada Psicología Policial y de las Fuerzas Armadas. La Ps.
Nancy Vargas, hace un gran aporte a la investigación definiendo esta
subrama de la Psicología Jurídica: "La policial tendría que ver con todo lo
que es la… selección, capacitación, formación de personas que estén al
servicio de la administración de justicia. Entonces, no solamente seria el
gremio de la Policía Nacional, por ejemplo, en nuestro contexto; sino
implicaría también fomentar programas de formación y capacitación para
personal de toda la Policía Judicial. A eso es que se refiere, Policía
Judicial más que todo, porque tiene que ver con investigadores, con
personas de balística, todo lo de criminalística y criminología. Lo mismo
(trato amable a los ciudadanos) a nivel de policía, por ejemplo, en cuanto
al trabajo de detención, por ejemplo". Por otro lado, surgen de nuevo las
críticas constructivas de los Ps. Fernando Díaz y Alexa Rodríguez, frente
a las funciones que desempeña o que debería desempeñar el psicólogo
policial. El primero de ellos expresa el rol que debería cumplir el
psicólogo dentro del ámbito policivo: "El psicólogo dentro de los
escenarios de la policía, de organismos de investigación; propiciando de
alguna manera alternativas e ideas para propiciar un mejor acercamiento
entre policía y ciudadanía. La policía como escenario policivo y la palabra
lo dice "polis", gente; como ayuda a la gente y no como un escenario
represivo. La psicología al servicio de una búsqueda de acercamiento
entre autoridades y la sociedad. Psicólogos en escenarios de delitos
graves como delitos de lesa humanidad, como el terrorismo, o como el
secuestro, o sea, psicólogos aportando a la explicación y comprensión de
esos fenómenos". Mientras tanto, la Ps. Alexa Rodríguez expone su
crítica estableciendo los conocimientos que debería tener también este
tipo de psicólogo dentro de la Policía: "Los psicólogos que están
trabajando en la policía también, que estén entrenados en técnicas para
análisis de credibilidad del testimonio, que estén entrenados en la
manera cómo deben entrevistar a un menor, cómo deben valorar a un
niño que ha sido víctima de abuso sexual". La Psicología Policial y de las
Fuerzas Armadas, tiene poco registro bibliográfico dentro de la literatura
de Colombia, como se expuso en el principio de este párrafo. Es por ello
que se recomienda a los lectores interesados en la misma, que
comiencen a abrir nuevas líneas de investigación acerca del tema; y que
los que se encuentran desempeñándola, le hagan más publicidad a la
misma, llevando a cabo las funciones enmarcadas de manera correcta.

La Psicología del Testimonio y del Jurado es otra de las subramas de


la Psicología Jurídica, la cual, en palabras de la Ps. Vargas "es una
alternativa de obtención de información, de veracidad, de poder calificar
en un momento dado testimonios". Según la opinión de esta psicóloga,
"se puede hacer evaluación hablando del testimonio, cuando puede estar
diciendo la verdad o la mentira, no en términos de que tenga una
intencionalidad de decir mentiras; sino qué tanto ese efecto psicológico
pudo haber cambiado o modificado su procesamiento de información y
por lo tanto la información que ella está evocando como víctima". Por otro
lado, la Ps. Milene Gómez opina que se debe "hacer dictámenes o hacer
valoraciones para evaluar, valga la redundancia, la veracidad del
testimonio, para mirar las condiciones emocionales de cada uno; frente a
los interrogatorios o a las entrevistas… para que tengan un valor
jurídico". Esta psicóloga opina dentro de su criterio personal, que los
análisis de las valoraciones "tienen que ser mediante declaraciones,
mediante testimonio, mediante versiones libres o diligencias de
indagatoria… donde uno como psicólogo pueda tener la posibilidad de
acompañar, de hacer un acompañamiento a el fiscal, y de mirar esa
parte… ese lenguaje no verbal del sindicado o de la víctima y en un
momento dado contribuirle al fiscal, mediante un informe o mediante
algunas sugerencias o recomendaciones el manejo para esa persona".
Como su nombre lo indica, esta rama de la Psicología Jurídica, se
encuentra enfocada hacia dos esferas: la del Testimonio y la del Jurado.
De la segunda, tal vez hasta ahora se comenzará a sembrar senderos;
debido a la incursión del nuevo Sistema Penal Acusatorio que ya se
encuentra rigiendo en Colombia, en la zona del Eje Cafetero y de
Cundinamarca, desde el 1 de enero del año en cuestión. Lo que quiere
decir, que de la única que se tiene información de base, dentro de la
literatura colombiana, es del Testimonio.

Se finaliza la exposición de las diferentes subespecializaciones de la


psicología jurídica, con la más comentada hoy día y la que ya es
un boom dentro de las ciudades del Eje Cafetero y Cundinamarca; donde
ya se está llevando a cabo el nuevo Sistema Penal Acusatorio. Esta
subrama es nada más y nada menos que la de Victimología. Siguiendo
lo expuesto anteriormente, la Ps. Alexa Rodríguez expresa: "La
victimología… es la atención integral a la víctima. Ahora con este cambio
que hay del nuevo proceso penal, la víctima también tiene voz y voto en
el proceso, tiene protagonismo en el proceso. Anteriormente… toda la
atención se centraba en el agresor. Tanto, que si el agresor no tenía un
abogado… que lo defienda, el Estado le nombra uno, o sea, que hay una
protección al agresor, y la víctima no aparece por allí. Ahora con este
nuevo cambio, víctima y agresor van a tener las mismas posibilidades. La
víctima en el nuevo sistema va a poder estar presente al momento que a
esta persona la estén juzgando y ella podrá decir qué siente, cómo se
siente y podrán darle un atención igual al agresor". Mientras tanto, la Ps.
Nancy Vargas desprende su idea desde el verdadero trabajo de esta
subrama de la psicología jurídica: "En el campo victimológico se evalúa…
el impacto de la agresión sobre la víctima y la relación o la facilidad que
pudo haber tenido la víctima, o… qué tanto fue propiciadora, facilitadora,
para la comisión del delito, qué relación tiene la víctima; porque
estudiando a la víctima se puede ir más fácil al victimario… adicional a
eso, qué efectos… a largo y a corto plazo, tiene el daño de la víctima;
entonces hay que también saber manejar todo lo que es estrés
postraumático. A nivel de programas, están los de prevención…. por
ejemplo, con grupos de alta vulnerabilidad; o programas de prevención,
por ejemplo, para grupos que puedan estar muy susceptibles a
convertirse en delincuentes". Concluyendo con esta prometedora
subárea, opina el Ps. Leonardo Rodríguez, que los Modelos de Justicia
Restaurativa juegan un papel muy importante en dentro de la
Victimología; ya que son los métodos alternativos de justicia, que se le
ofrecen a la víctima para que cumpla exitosamente su proceso de
recuperación. Estas son sus palabras: "El Modelo de Justicia
Restaurativa significa un cambio en términos de los conceptos de
perdón, de reparación y es el encuentro entre la víctima y el victimario.
Es donde, por ejemplo, si tú cometes un delito… tú cometes un delito
conmigo, no es solamente que a ti te juzguen sino que tú tienes que
ayudar a la reparación del daño que tú me has provocado, ¿si? Ese es el
encuentro entre la víctima y el victimario, que en el modelo de justicia
nuestro no se tiene tanto en cuenta la víctima como en el Modelo de
Justicia Restaurativa. En el Modelo de Justicia Restaurativa se le tiene
que pedir perdón a la víctima, se le tiene que preparar, ¿cierto? Y
además, si es necesario, entrar a un proceso, si es indispensable del
victimario con respecto a la víctima. Porque no es solamente que tú
cumplas unos años de cárcel sino que además tiene que haber un
proceso de reparación. Entonces lo que permite la Justicia Restaurativa
es otras maneras de ver a la víctima, al victimario frente a un proceso
institucional jurídico".
Seguidamente, se plasmarán los resultados obtenidos en esta valiosa
investigación, acerca del tercer objetivo planteado: las aplicaciones de la
Psicología Jurídica en Colombia. En esta ultima sesión de los objetivos
de la investigación, se expondrán las funciones, ámbitos y roles que se
deberían desempeñar dentro de la especialidad de la Psicología Jurídica;
y las aplicaciones que verdaderamente se están llevando a cabo
actualmente en Colombia. Es por ello que conjunto con la exposición de
las respuestas arrojadas por los entrevistados acerca de las aplicaciones
del psicólogo jurídico en Colombia, y del análisis desde la bibliografía
planteada en el marco teórico; se mencionaran las dificultades
reclamadas por los peritos y pioneros de la Psicología Jurídica en
Colombia.

Se puede observar claramente, por las respuestas de los entrevistados,


que muy pocos conocen los verdaderos roles del psicólogos jurídicos en
Colombia. Tan solo 4 de los 14 entrevistados, apuntaron a enmarcar los
roles del psicólogo jurídico en Colombia. Haciendo un conteo desde lo
que más se apuntó a responder hasta en lo que menos lograron coincidir;
podría decirse que 5 de los entrevistados dieron respuesta en este ítem
de las funciones que cumple el psicólogo jurídico en Colombia, más no
de los roles. Otros 5 de ellos, combinaron su respuesta definiendo las
funciones, los ámbitos donde se desenvuelve el psicólogo jurídico, las
ramas de la Psicología Jurídica y los roles cuestionados. En el grupo de
estos 5 que combinaron sus respuestas dentro de estas cuatro
aplicaciones; 1 solo de ellos combinó las funciones junto con los ámbitos
jurídicos; otro combinó su respuesta mencionando las funciones, los
ámbitos jurídicos y los roles del psicólogo jurídico; el otro combinó las
funciones con los roles del psicólogo jurídico; y los dos últimos,
combinaron las funciones, los ámbitos de acción y una de las ramas
(cada uno por separado mencionó una rama diferente) de la Psicología
Jurídica en Colombia. El otro grupo, conformado por dos entrevistados,
se limitó a responder lo que se les preguntó: los roles del psicólogo
jurídico en Colombia. Quedando restando solo dos entrevistados; de los
cuales, uno combinó su respuesta entre ámbitos y personajes del
escenario jurídico; mientras que el otro se limitó a enfocar su respuesta
desde los ámbitos donde ejerce esta rama el psicólogo jurídico en
Colombia.

De este resultado cuantitativo se puede resolver, que la aplicación más


mencionada por los peritos y pioneros entrevistados, fue la de las
funciones del psicólogo jurídico en Colombia; la que le sigue en orden es
la mención de los ámbitos donde se desempeña el psicólogo jurídico
dentro de nuestro país; luego le sigue la aplicación preguntada en el
ítem, es decir, los roles del psicólogo jurídico en Colombia; la mención de
las ramas de la psicología jurídica en Colombia ocupa el cuarto puesto; y
finalmente la aplicación menos mencionada por los entrevistados, es la
de los diferentes personajes o actores jurídicos de esta rama de la
psicología.

Siguiendo el orden de las aplicaciones esbozadas en el marco teórico y


por la que mayor número de respuestas tuvo; se comenzará a exponer
las funciones del psicólogo jurídico a nivel global, y cuales de ellas se
están llevando a cabo verdaderamente en Colombia. Por las diferentes
respuestas de los 10 psicólogos que mencionaron las funciones del
psicólogo jurídico dentro del ítem del rol; se puede determinar que la
función con que la que la mayoría coincide es la de evaluación;
encajando perfectamente la definición dada por el COP dentro de su
clasificación de funciones, donde se encuentra también la de Evaluación
y Diagnóstico. Decimos que esta definición encaja perfectamente, ya que
la mayoría de las formas en que esta función es mencionada, no es para
encasillarla en la aplicación de test, como dice el COP; sino que se
encuentra incluida dentro de los diferentes ámbitos de acción de la
psicología jurídica. Así, podemos observar un ejemplo de ello cuando el
Ps. Leonardo Rodríguez formula su contestación dentro de este ítem,
respondiendo: "En el campo de familia, se le pide al psicólogo evaluar
para mirar con quién se queda el menor. Con los delitos sexuales, al
psicólogo se le pide evaluar si el niño fue víctima o no de actos sexuales
abusivos, mirar si el niño presenta un daño psicológico, acompañarlo en
la entrevista, determinar qué tipo de programa necesita el niño y preparar
elementos de prevención para que posteriormente no ocurran abusos
sexuales a los menores. En el tema de las cárceles, al psicólogo se le
puede pedir, por ejemplo, evaluar el índice de reincidencia que pueden
tener los menores infractores que están en las instituciones. Con
respecto a la adopción de menores también hay bastante trabajo como
tratar de ubicar las secuencias por abandono, negligencias, o diferentes
formas de maltrato; también en algunas instituciones emite valoraciones
y conceptos". Siguiendo la línea de enmarcación de dicha función en
diferentes ámbitos jurídicos, donde no solamente es utilizada para la
realización de pruebas psicométricas; está el aporte brindado por la Ps.
Milene Gómez, la cual juega con esta función dentro de los ámbitos de
Policía Judicial, las cárceles o penitenciarias, y el I.C.B.F. En el primero
de ellos, es decir, en el C.T.I., SIJIN y D.A.S., el psicólogo jurídico
funciona "como herramienta de ayuda para el Fiscal en la medida en que
a través de sus dictámenes periciales de víctimas y agresores, se
constituya en un elemento de prueba para el Fiscal. Desde la perspectiva
penal jurídica tiene la posibilidad de trabajar sobre cualquier delito: la
parte de delitos sexuales, de estafas, de homicidios, de violencia
intrafamiliar, etc. Hacer dictámenes o hacer valoraciones para evaluar la
veracidad del testimonio o mirar las condiciones emocionales de cada
uno de los actores jurídicos frente a un interrogatorio o entrevistas que
tengan un valor judicial". Luego sigue el desarrollo de esta función dentro
de los centros penitenciarios, donde "se puede actuar a través de
evaluaciones a los internos para hacer sugerencias en cuanto a qué patio
puede ser asignado un recluso, para mirar la peligrosidad y la capacidad
de reincidencia de los internos; y la motivación que llevó a la persona a
cometer el acto delictivo". Por último, se expone la presentación de esta
función del I.C.B.F., donde el psicólogo jurídico juego un papel muy
importante y la Ps. Gómez apunta: "Se realizan las valoraciones a los
menores y a los padres para determinar las condiciones emocionales que
se requieran en los procesos de adopción, para poder sugerir en un
momento dado a qué padre se le puede entregar el niño para que crezca
armónica y sanamente, tanto física como psicológicamente". La Ps.
Alexa Rodríguez, agrega a la lista de los ámbitos jurídicos donde se lleva
a cabo la función de la evaluación, a la Fiscalía General de la Nación
cuando expresa que ellos "realizan evaluaciones mentales de tipo clínico
más no de tipo pericial"; y a las Comisarías de Familia cuando refiere que
ellas "hacen evaluaciones para decir a qué padre se le debe dar la
custodia del niño", entre otras cosas. Por otro lado, tenemos el clásico
ámbito donde se desarrolla esta función, y de la cual va a depender la
distinción de una de las ramas de la psicología jurídica, con respecto a la
misma. Con esto nos estamos refiriendo al INMLYCF, como el clásico
ámbito donde se desarrolla esta función; y al psicólogo forense, como la
rama que la practica y por ello marca de gran diferencia con respecto a la
especialidad de la que se desprende. El desarrollo de esta función dentro
del área forense, es explicado por medio de la definición hecha por la, a
su vez, psicóloga forense, Libia Striedinger: "El psicólogo forense orienta
al sistema judicial mediante la elaboración de pruebas periciales o
dictámenes mediante los cuáles se va a ilustrar un caso particular que se
está investigando o que está en etapa de judicialización, inclusive que ya
fue judicializado". Hay una psicóloga dentro de las entrevistadas que
menciona en un principio esta función, pero que después le introduce
otras más, de todas formas vamos a ilustrar por ahora sólo la función de
evaluación, que es la que nos atañe; y más adelante, según se de el
caso, se mostrarán las restantes. Se trata en este caso de la Ps. Nancy
Vargas y su introducción donde incluye esta función, dice así: "El rol
evaluativo… se puede dar en cualquier campo, por ejemplo en la cárcel
con la clasificación del interno para saber en qué fase o etapa va a
quedar la persona cuando ya es condenada. El psicólogo forense
también cumple este rol cuando evalúa a un sujeto para responder las
preguntas que le hace algún operador jurídico, ya sea el juez o el fiscal, o
el abogado de la defensa. En el campo victimológico también evalúa, por
ejemplo el impacto de la agresión sobre la víctima y la relación o la
facilidad que pudo haber tenido la víctima, o qué tanto fue la víctima
propiciadora de la comisión del delito, qué relación tiene la víctima con el
victimario, porque estudiando la víctima se puede llegar más fácil al
victimario". Lo cual de nuevo confirma la definición brindada por el COP,
donde se incluye la evaluación en el campo penitenciario, de la
victimología y del área forense.

La función, después de la evaluación, que más se mencionó como parte


de la lista de funciones que un psicólogo jurídico en Colombia debería
llevar a cabo; es la de asesoramiento. Ella es mencionada de distintas
formas, pero lo cierto es que cada vez que las palabras: asistir, apoyar y
orientar; aparezcan dentro del cuerpo de la trascripción completa de las
entrevistas, se estará hablando de una de las funciones más conocidas y
llevadas a cabo: la asesoría. La Ps. Milene Gómez hace referencia a esta
función cuando lo agrega al comentario realizado sobre las funciones que
se llevan a cabo en el I.C.B.F., de la siguiente manera: "También
brindamos apoyo a los Jueces de Menores cuando el menor infringe
contra la ley y ellos tienen por ley un tratamiento especial por ser
menores". Además, hay otro aporte de la Ps. Lilia Duque, de la Fiscalía
de Bogotá; donde se encuentra tanto la pasada función de evaluación,
como la que se está tratando actualmente, y una nueva que no se había
mencionado: la aplicación de entrevistas judiciales. Así se resume su
aporte: "Hay muchos roles. Entre ellos está, por ejemplo en esta Unidad
(haciendo referencia a la Unidad de Atención Integral a Víctimas de
Delito Sexuales y del Menor), asistir a los menores de edad en el
testimonio, realizar entrevistas judiciales, asesorar clínico-científicamente
a los fiscales y empleados en el manejo de los casos, realizar
valoraciones psicológicas cuando es necesario para el momento de la
denuncia. Todo tiene que ver con el esclarecimiento de los hechos y la
evitación de la revictimización".

El resto de las funciones mencionadas en este ítem de la entrevista, se


encuentran repartidos en las restantes respuestas que aún no han sido
expuestas; donde la persona no sólo se enfrasca en mencionar una
función específica, sino de hacer una lista de las que más se llevan a
cabo en nuestro país o podría decirse deberían llevarse a cabo. La Ps.
Ángela Tapias hace un recuento de las funciones que cumple el
psicólogo jurídico en Colombia, de la siguiente forma: "El rol es todo. Es
hacer evaluación, tratamiento, intervención, asesoría, prevención,
capacitación, selección, etcétera". Como se dijo en la parte de
evaluación, la Ps. Nancy Vargas aún falta por manifestar muchas
funciones más dentro de su respuesta; las cuales se terminarán de
mostrar junto con el resto de la respuesta que hizo falta, y que contiene
funciones diferentes a la de evaluación ya expuesta: "También está el rol
de intervención cuando, por ejemplo, se participa en programas a nivel
penitenciario, de conducta prosocial, preparación a la libertad y todo lo
que se refiere al proyecto de vida. A nivel de victimología, hay programas
de prevención también, con grupos de alta vulnerabilidad o grupos que
puedan ser susceptibles a ser futuros delincuentes; o programas de
prevención con la comunidad. También está el rol de diseñar programas
en diferentes campos y el rol de tratamiento, rehabilitación e integración
de los actores jurídicos en la comunidad y del medio penitenciario tanto a
nivel individual como colectivo. El rol de orientador y asesor como
experto, a los órganos judiciales para contribuir a una mejor
administración de justicia. Además está el rol de informador y educador,
el cual hace referencia a la formación de las personas que van a trabajar
en determinados medios jurídicos y a enseñarle a los actores judiciales
que prevengan la segunda victimización. Otro campo en el que se
desempeña el psicólogo jurídico es en las campañas de prevención
frente a la criminalidad que se da en los medios de comunicación,
creándose esteriotipos y estigmatizando a las personas; provocando a su
vez un tipo de victimización. Igualmente se puede desempeñar en el
campo de la investigación; desarrollando, resolviendo problemáticas e
involucrándose en ellas. La investigación es uno de los pilares de
desarrollo de la psicología jurídica. Finalmente, con el nuevo Sistema
Penal Acusatorio, se van a explotar más los roles que hoy día tiene el
psicólogo jurídico, en campos como: el desplazamiento, la victimología,
la violencia, etcétera". Así como las psicólogas anteriormente expuestas,
otras dos psicólogas del C.T.I. de la ciudad de Barranquilla; también
hacen su aporte combinado de funciones, donde se destacan sobre todo
las de evaluación, conciliación y atención en crisis. La primera de ellas es
la Ps. María Victoria Hernández, y este es su opinión de las funciones
que el psicólogo jurídico colombiano puede realizar: "Hacer dictámenes
psicológicos, apoyar en las declaraciones a las víctimas y a los
procesados, realizar o dirigir entrevistas, hacer valoraciones psicológicas,
apoyar psicológicamente a las víctimas del delito, entrar a actuar en
procesos de sensibilización, brindar atención en crisis y encargarse del
manejo en solución de conflictos en los procesos de conciliación". Como
complemento a esta exposición de ideas, está el aporte de la Ps. Isela
Mojica; quien por su trabajo en una de las S.A.U. de la ciudad de
Barranquilla, enfoca su respuesta, con respecto a las funciones del
psicólogo jurídico en Colombia, de la siguiente manera: "Realiza atención
a víctimas y victimarios, valoraciones a las víctimas, atención en crisis,
orientaciones psicológicas y participación en las conciliaciones judiciales.
En la parte forense, realiza valoraciones psicológicas". Sólo quedaría por
exponer el resto de las respuestas de las Ps. Alexa Rodríguez y Milene
Gómez; de quienes ya se han comentado aportes, pero sólo en las áreas
de evaluación y asesoría. La primera de ellas agrega a su lista de
funciones desde diferentes ámbitos jurídicos, las funciones de creación
de programas de resocialización y atención integral a la víctima; además
destaca las funciones que deberían realizarse en el ámbito de la
psicología policial. Con referencia a la primera función, la psicóloga la
introduce dentro del marco de las penitenciarias, así: "Los psicólogos
tienen la función de tener clasificada la población mediante procesos
psicodiagnósticos, realizan programas de reinserción y resocialización de
los penados y trabajos de tipo relacional que es un trabajo de tipo
educativo". La segunda, la proyecta dentro del ámbito de las Fiscalías,
así: "Allí hay psicólogos, siempre ha habido psicólogos, pero ya hay
psicólogos con formación… entrenados para asesorar a los abogados
cómo deben entrevistar a un niño, o cómo deben entrevistar a una
persona. En la parte de atención a la víctima… la Fiscalía tiene un
programa para la atención integral a la víctima". Finalmente expone las
funciones que sugiere, deberían tenerse en cuenta dentro del ámbito
policivo desde la psicología: "Deberían estar entrenados en técnicas para
análisis de credibilidad del testimonio y en la manera cómo deben
entrevistar y valorar a un menor que ha sido víctima de abuso sexual". La
última que quedaría por completar, sería la ya mencionada Ps. Milene
Gómez; quien menciona las funciones que se pueden llevar a cabo
dentro de las Comisarías de Familia: "Se apoya a la víctima para mejorar
su dinámica familiar y brindarle herramientas que le permita convivir
pacíficamente, o brindar un tratamiento que le permita a la persona
amarse y tomar una decisión, independientemente de la dependencia
afectiva, económica o sexual que tenga hacia su pareja, y que eso le
haga, en un momento dado, permanecer atada a esa persona".
Una vez enmarcadas las diferentes funciones que los psicólogos
proponen acerca de lo que un psicólogo jurídico puede llevar a cabo; las
cuales encajan perfectamente dentro de las mencionadas por el COP de
España, como son las de Evaluación y Diagnóstico, Asesoramiento,
Intervención, Formación y Educación, Campañas de Prevención Social
ante la Criminalidad y Medios de Comunicación, Investigación,
Victimología y Mediación; se procederá a mencionar cuales de ellas se
están llevando a cabo realmente, cuales no y qué dificultades se
presentan con respecto a las mismas. De las funciones mencionadas, las
que más se llevan a cabo dentro de la práctica psicojurídica dentro de los
diferentes ámbitos judiciales; son la evaluación, el asesoramiento, la
victimología y la mediación. Hay que hacer aquí un pare y aclarar que
muchas veces la función de evaluación no es llevada a cabo por la rama
especializada en la misma, la Psicología Forense; sino que los
psicólogos especializados en cualquiera de las demás ramas que se
desprenden de la Psicología Jurídica, la llevan a cabo. Por eso es mejor
hacer una distinción en este momento frente a la función que propone el
COP de Evaluación y Diagnóstico, practicada por los psicólogos
penitenciarios, los victimólogos, los policiales, los del testimonio y hasta
por los mismos jurídicos puros; mientras que la función propuesta por
Parra (2000), que lleva por nombre Actividad Probatoria, es exclusiva del
actuar pericial de los psicólogos forenses y también hace parte del grupo
de funciones que llevan la delantera dentro de la práctica psicojurídica.
De todas formas, en este punto es importante recalcar una de las
mayores dificultades que se presenta, mencionada por la Ps. Milena
Rodríguez; quien expone que debido al constante funcionamiento del
psicólogo jurídico como asesor del fiscal o el juez, es que se presentan
los encasillamientos del mismo en la mencionada función. Esto es
expresado de mejor manera cuando la Ps. Rodríguez expone que las
autoridades competentes "tienen al psicólogo sólo como un auxiliar del
Derecho y no en el mismo Derecho". Mientras tanto, en la parte de
peritaje psicológico forense que se lleva a cabo en el INMLYCF de todo
el país; existe una cierta dificultad con respecto al desconocimiento que
tienen algunos de las bases de su especialidad. Bien se sabe que para
poder ser un buen psicólogo forense, primero hay que haber tenido una
formación a nivel de posgrado previa de la rama de la psicología, la
Psicología Jurídica; o bien, si la persona no está en capacidad desde
ningún medio de llevarla a cabo, por lo menos se espera que los
psicólogos subespecializados de la rama de la Psicología Jurídica, lean
un poco de los puntos básicos de la misma y al mismo tiempo de la rama
del Derecho. Esta dificultad es mencionada por una de las psicólogas
forenses que hacen parte del INMLYCF de Bogotá, la Ps. Mary Luz
Cadena Torres. Ella presenta la siguiente alerta: "Que se sepa interpretar
la norma… a nivel personal". Dicha norma se refiere a todo el marco
legal que envuelve el ámbito psicojurídico; la cual es una de las bases de
la Psicología Jurídica y obviamente la única del Derecho.

A esta lista de cinco funciones más reconocidas, le siguen las de


intervención, formación y educación, e investigación; las cuales se llevan
a cabo pero en menor proporción que las demás. Mucha gente todavía
confunde o integra las funciones de formación y educación con la de
investigación; pero es importante aclarar que la primera se refiere a las
selecciones, entrenamientos y capacitaciones que se les da a los
diferentes profesionales y/o empleados de los escenarios psicojurídicos;
mientras que la segunda se refiere exclusivamente, como su nombre lo
indica, a la investigación bien sea de campo o literaria de todos los
elementos y problemáticas que encierra la especialidad de la Psicología
Jurídica. En cuanto al tema de la investigación teórica, ya sea desde el
mismo ámbito de la formación académica o una vez se es profesional
con o sin especialización; varios entrevistados apuntan a mencionar en
repetidas ocasiones la misma dificultad. Esta apunta a la separación o
divorcio que hay entre la teoría y la práctica; de manera que muchas
veces lo investigado no es llevado a cabo en la práctica o combinado con
la misma, quedando en el aire o en la basura tanta preparación teórica.
Esta dificultad está mejor expresada por la Ps. Lilia Duque cuando de la
mejor manera e intención expresa: "Una recomendación es que sean
más teóricos-prácticos".

Terminando de desglosar las funciones del psicólogo jurídico en


Colombia; la única que quedaría faltando por mencionar y que al mismo
tiempo es la que menos se lleva a cabo irónicamente, es la de crear
campañas de prevención social ante la criminalidad y los medios de
comunicación. Digo que es irónica su ausencia ya que antes de estar
tratando de conciliar y de sanar las heridas de los victimizados, se
debería hacer una intervención más primaria que la terciaria ejercida hoy
día. Esto es, se debería trabajar más en la prevención y evitación de la
cantidad de atropellos causados al ser humano, para no tener que estar
más tarde ingeniando la manera de sanar la herida abierta.

Se continuarán exponiendo las diferentes aplicaciones dadas como


resultado dentro la investigación efectuada, tanto de campo como
bibliográfica. La segunda aplicación analizada es la de los ámbitos o
campos de acción de la Psicología Jurídica. Tal y como se hallaron
dentro de las respuestas de los diferentes peritos y pioneros
entrevistados, no se encontró bibliografía; sin embargo hay una que otra
similitud entre los resultados hallados en las entrevistas y el marco
teórico que se encontró de estos ámbitos de acción. El primero de los
entrevistados que menciona los ámbitos donde puede ejercer o llevar a
cabo la rama de la Psicología Jurídica y sus subramas, es la Ps. Ángela
Tapias. Esta psicóloga expone de manera ordenada y coherente dichos
ámbitos, de la siguiente manera: "Todo esto (las funciones anteriormente
expresadas) se puede hacer en instituciones que sean o no del Estado.
Del Estado pueden ser instituciones como la Fiscalía, la policía, el
D.A.S., el Ejército Nacional, etc. Y en el ámbito privado puede ser una
ONG que trabaje con niños maltratados, casas de adopciones,
instituciones que trabajen con desplazados, etc". Otro de los psicólogos
que opina dentro del tema de esta aplicación, es el Ps. Jose Ignacio
Ruiz. Su intervención es un poco ambigua, pero se logran captar los
ámbitos psicojurídicos cuando este aclara que es muy difícil englobar
cual sería el rol del psicólogo jurídico dentro de tantos campos de acción;
así el psicólogo expresa: "No es lo mismo lo que hace un psicólogo en
una prisión, que lo que hace un psicólogo en una Comisaría de Familia, o
lo que hace un psicólogo que trabaja con la policía sobre perfiles
criminales. El campo del psicólogo jurídico es muy amplio". Por otro lado,
retorna el aporte del Ps. Fernando Díaz cuando este sintetiza los ámbitos
de acción del psicólogo jurídico en cinco de los más incursionados. De
esta manera, para el Ps. Díaz, el psicólogo jurídico puede trabajar en una
ONG, en las prisiones, dentro de los escenarios de la policía, dentro de la
Fiscalía y las Comisarías de Familia. Ante estos ámbitos reunidos por
Díaz, la Ps. Alexa Rodríguez coincide en gran proporción cuando expone
que el trabajo del psicólogo jurídico se puede desarrollar "en instituciones
de investigación como la Fiscalía, los psicólogos de las Comisarías de
Familia y los psicólogos que están trabajando en la policía". Sin embargo,
la persona que más se acerca a reunir los ámbitos de acción de esta
rama de la psicología, es la Ps. Milene Gómez cuando dice: "El psicólogo
jurídico se puede desarrollar dentro del I.C.B.F., de las Comisarías de
Familia, de los Juzgados Civiles, de Menores y Laborales. Dentro del
mismo Batallón, en la Armada, la Procuraduría, en los centros
penitenciarios. En los organismos de Policía Judicial como son el D.A.S.,
la SIJIN y el C.T.I.". A manera de síntesis, se puede decir que el
psicólogo jurídico tiene cantidades de posibilidades, en cuanto a lugares
o ámbitos se trata, para llevar a cabo su especialidad. Por lo visto y
recogido de las respuestas de los entrevistados, y mi aporte personal; los
ámbitos de acción psicojurídica que más se destacan son: la Fiscalía
General de la Nación, incluídas las S.A.U.; los organismos de Policía
Judicial (C.T.I., D.A.S. y SIJIN), el I.C.B.F., las Comisarías de Familia, los
diferentes tipos de juzgados, entre ellos el Juzgado Civil, Laboral, de
Menores y de Familia; el Batallón Militar, las Fuerzas Armadas de
Colombia, el Ejército Nacional de Colombia, la Procuraduría, la Policía
Nacional, las penitenciarias, cárceles y Centros de Observación de
Menores; las ONGs, el INMLYCF, entre otros. De los ámbitos
mencionados por los entrevistados, sólo son mencionados en la
bibliografía hallada: los Juzgados de Menores y de Familia, la policía y
las penitenciarias; nombrados por el COP de España, cuando clasifican
los ámbitos de acción que, a su modo de ver, posee la rama de la
Psicología Jurídica.

Siguiendo el orden, como se dijo en un principio, tanto del marco teórico


como de las aplicaciones que apuntaron a mencionarse en tercer lugar;
tenemos a los roles que puede desempeñar el psicólogo jurídico dentro
de su rama. Estos serían los roles por los que verdaderamente se
estaban preguntando cuando se planteó la pregunta de la entrevista; y
como ya se dijo, tan sólo 4 de los 14 entrevistados pudieron opinar
acerca de los mismos. La Ps. Ángela Tapias, fue la persona que sustentó
su respuesta en este ítem, de manera más completa y precisa; ya que no
sólo apuntó a responder lo que se le preguntaba sino que complementó
su respuesta añadiendo las funciones y los ámbitos donde se
desenvuelve el psicólogo jurídico, previamente planteados. Dentro del rol
del psicólogo jurídico, Tapias ofrece su respuesta a manera de
aclaración: "Hay que distinguir que existe el rol profesional y el rol
académico, aunque hay personas que combinan ambos. Para mí, el rol
del psicólogo jurídico está basado en crear un mejor Derecho y enseñarle
a las otras ramas para qué sirve la psicología". A pesar de que estos
tipos de roles no se pueden analogar con alguno de los hallados en las
fuentes bibliográficas; son también validos y, en la realidad, son los más
desempeñados. Por otro lado, la psicóloga forense del INMLYCF de
Bogotá, Mary Luz Cadena, hace referencia tan sólo a uno de los roles
expuestos por Haward y Gudjonsson (1998). Este rol mencionado por
Cadena, es el de asesor; y es mejor expresado por ella misma, así: "Rol
de asesor, consultor y orientador, en cuanto a cómo se debe interpretar
la norma. Entonces el psicólogo ayuda a interpretar mejor dicha norma y
a hacer ver ese factor humano que muchas veces desconoce el
abogado". La única de las cuatro entrevistadas (que mencionaron los
roles del psicólogo jurídico en Colombia) que se acercó más al concepto
de rol que se encuentra de base en el marco teórico, fue la Ps. Milena
Rodríguez, cuando se refirió a tres de los cuatro roles expuestos por
Haward y Gudjonsson (1998); ya que el cuarto que dejó por fuera, no se
lleva a cabo en Colombia hasta el momento. Su respuesta más amplia
cuando se le preguntó por el rol del psicólogo jurídico en Colombia, fue la
siguiente: "Es nuevo, es un rol que no está tan definido. Los psicólogos
dedicados a estudiar y a desarrollar el área por supuesto lo tenemos muy
claro, sabemos que básicamente se desarrollan las funciones y los roles
más importantes. Desde el punto de vista clínico, desarrollamos todo lo
que es la clínica forense, la parte evaluativa. Desde el punto de vista
clínico también, podemos encontrar las intervenciones en crisis, los
apoyos psicológicos. También el rol de asesor es muy desarrollado en
este país, precisamente en todo lo que tiene que ver en las
mediaciones… no somos los conciliadores pero… asesoramos la
mediación. También hacemos asesoría a cualquier actor judicial, a
cualquier actor del escenario psicojurídico... El rol experimental no es un
rol muy desarrollado; apenas están empezando como a incursionarse en
ésta área algunos psicólogos, pero no es nada incursionada".
Finalmente, la Ps. Isela Mojica Rodríguez, expone su respuesta
manifestando que este rol aún es muy ambiguo dentro de esta rama, por
lo que al psicólogo jurídico le toca desempeñar cargos y funciones que
no son pertinentes a su campo de acción. Por ello la Ps. Isela Mojica
expresa: "No está muy definido todavía, el psicólogo jurídico realiza toda
una cantidad de actividades combinadas tanto jurídicas, como clínicas,
como administrativas". Esta última opinión de la Ps. Isela Mojica, se
puede sustentar mejor tomando de base una de las dificultades
expuestas por la Ps. Milene Gómez; quien deja muy en claro el
desenfoque que este tiene hoy día, fruto de la misma falta de posición
que se merece este profesional en los escenarios judiciales. La Ps.
Gómez plantea la dificultad desde su propia experiencia, la cual puede
ser fácilmente extrapolada a los demás entrevistados, sobre todo los que
trabajan con la Fiscalía General de la Nación, más exactamente en el
C.T.I. Su opinión personal es la siguiente: "Por tener funciones de Policía
Judicial, permanente debo cumplir con funciones investigativas
relacionadas con cualquier delito; claro está que por la disciplina
profesional se me asignan investigaciones relacionadas con delitos
sexuales, violencia intrafamiliar, maltrato infantil, algunos homicidios,
inasistencia alimentaria, algunos casos de secuestro; en donde así como
asumes la parte de la evaluación psicológica de las víctimas, asumes la
parte investigativa donde te toca buscar elementos que se constituyen en
prueba. Además me corresponde realizar los procesos de evaluación de
pre-empleo de esta seccional, así como prestar el apoyo que cualquier
seccional requiera. Otra de las funciones es apoyar al Juez de Ejecución
de Penas y Medidas de Seguridad, cuando soliciten evaluación de las
condiciones de personalidad de los reos, actitud frente a la pena
impuesta, y capacidad de someterse al beneficio de la prisión
domiciliaria. Además de eso, apoyar a la organización y programación de
los cursos de Policía Judicial, valoración a los sindicados de cualquier
delito, o a los procesados por parte de jueces y fiscales; y cualquier otra
función que asigne el Director o el Jefe de la Unidad". Por medio de esta
experiencia personal, queda mejor entendida la opinión de la Ps. Isela
Mojica; cuando expresa que el rol del psicólogo jurídico, no está bien
definido. De los roles entonces, se puede afirmar, como expresó la Ps.
Milena Rodríguez, que el clínico y el de asesor son los más
desempeñados; del actuarial se tiene tan solo una fuente de información
primaria, suministrada por esta misma psicóloga cuando cuenta su
experiencia personal dentro de la investigación académica: "En
Barranquilla hemos tenido oportunidad de hacer epidemiologías, se
toman los datos estadísticos puros, se les analizan variables del autor,
las variables demográficas de la víctima, se cruzan las variables y se
llegan a conclusiones importantes que aportan para la comunidad en
general, para la comunidad científica, o la comunidad de los
profesionales para que intenten hacer campañas de prevención del
crimen, de un caso específico". Mientras que del rol experimental, no se
tiene información alguna desde ningún tipo de fuente; llegando a
resolverse que lo más seguro es que no se lleve a cabo o tal vez, ni
siquiera sea conocido por los profesionales del área.

En cuarto orden, tenemos a los personajes de componen los escenarios


de la psicología jurídica. Esta aplicación fue la que menos se mencionó
dentro de las respuestas arrojadas en el ítem del rol del psicólogo jurídico
en Colombia. El único de los entrevistados que lo tuvo en cuenta, fue el
Ps. Jose Ignacio Ruiz; quien de los cuatro personajes formulados por
Ángela Tapias Saldaña, una de las psicólogas entrevistadas y quien
también hace parte del marco de referencias bibliográficas, mencionó
tres. La autora mencionada, propone a cuatro personajes; los cuales son
los que protagonizan el conflicto y el abordaje de la psicología jurídica.
Estos personajes son: el agresor, la víctima, los profesionales y las otras
personas en conflicto. Con respecto a estos personajes, el Ps. Jose
Ignacio Ruiz cita a tres: el agresor, la víctima y los profesionales. Su
respuesta es mejor ampliada a continuación: "Se podría enfatizar en tres
áreas: una, la intervención con los responsables de las victimizaciones;
otra, la intervención con las víctimas; y otra, la intervención sobre la
instancia judicial para que funcione mejor y atienda adecuadamente a
sus usuarios, mostrando lo que la psicología puede aportar". Solo
quedaría por cubrir en esta respuesta, que otro de los personajes
afectado por la victimización realizada a determinado sujeto; son los
otros en conflicto como los testigos, los familiares y los terceros
involucrados por cualquier lazo emocional que tengan con la víctima o
agresor. Estos, al igual que los fumadores pasivos, no son afectados
directamente porque no se les victimiza física y materialmente, pero
también sufren igual o aún más que los personajes involucrados,
hablando desde una perspectiva más profunda e inmaterial.

Finalmente, se terminan de exhibir los resultados de las diferentes


aplicaciones de la Psicología Jurídica en Colombia; con la culminación de
los resultados con respecto a las ramas mencionadas por los
entrevistados y la relación que guardan sus conocimientos con la
bibliografía desarrollada. A largo de la entrevista formulada, la mayoría
de los psicólogos tomaban a las diferentes ramas que se desprenden de
la Psicología Jurídica, para hacer referencia a algo que se les
preguntaba. Directamente, no se cuestionó por la clasificación de las
subramas de la Psicología Jurídica; pero tampoco fue necesario ya que,
como expresé, de una u otra forma las traían a colación; bien fuera
dentro de las diferencias enmarcadas entre la psicología jurídica y la
forense, o dentro del ítem de los roles del psicólogo jurídico, o dentro de
la experiencia profesional de cada uno en su área de especialización, o
dentro de las perspectivas, etc. Ya sabemos, por haber consultado el
marco teórico, que Parra (2000) expone cinco ramas de la Psicología
Jurídica: la Criminológica, la Penitenciaria, la Victimología, la Forense, la
del Testimonio y del Jurado. Estas mismas ramas fueron mencionadas
por los entrevistados; pero además incluyeron dos ramas más, de las
cuales una es poco desarrollada en el medio psicojurídico pero existente
dentro del marco de ramas de la especialización: la Psicología Policial y
de las Fuerzas Armadas; y la otra es en contraste muy llevada a cabo,
sobre todo el las instituciones del Estado como las S.A.U. de la Fiscalía
General de la Nación, las Comisarías de Familia y el I.C.B.F.: la
Mediación. De todas formas, aunque la psicología policial y la mediación
son excluidas por Parra; el COP si las acoge dentro de su clasificación
de los campos de acción de la Psicología Jurídica. No hay necesidad de
definir las ramas mencionadas, ya que previamente se hizo; dentro del
desarrollo del objetivo de concepto de la Psicología Jurídica y sus ramas
derivadas. Cabe añadir que en ocasiones, los psicólogos mencionaron
nombres que para su concepto eran ramas de la Psicología Jurídica,
como la criminalística y la psicología del menor y la familia; pero que en
realidad no lo son. La primera es un área técnica que se desempeña
especialmente dentro del CT.I. de la Fiscalía General de la Nación; y se
refiere, como dice la Ps. Milena Rodríguez a las técnicas que sirven para
esclarecer los hechos. Ejemplo de dichas técnicas son la fotografía, la
planimetría, la lofoscopia, entre otros; por medio de las cuales
"encontramos mejores pruebas y mejor claridad de los hechos que se
están investigando". Mientras que la Psicología del Menor y la Familia,
corresponde a una subrama de la Psicología Forense.

Ya para finalizar la exposición de los resultados generales de la


investigación, se terminarán de mencionar las dificultades que más
preocupan a los profesionales del área; y seguidamente, como recurso
paliativo y esperanzador, se expondrán las perspectivas que a juicio de
los entrevistados, son las que envuelven esta importante pero tan
desconocida área.

La dificultad que manifiestan en su mayoría los psicólogos peritos y


pioneros del tema y área de la Psicología Jurídica en Colombia, tiene que
ver con el desprestigio y falta de valoración que se le da a esta
especialidad dentro del marco jurídico donde se desarrolla. Brevemente
expondré frases literales que confirman esta dificultad; frases como por
ejemplo la de la Ps. Ángela Tapias: "Ni siquiera las instituciones
judiciales conocen bien qué hace un psicólogo jurídico"; del Ps. Fernando
Díaz: "Falta de receptividad y apertura mental de parte de los organismos
de administración de justicia hacia el psicólogo y la manera como la
psicología como ciencia les puede aportar"; de la Ps. Mary Luz Cadena:
"Poca aceptación de la psicología jurídica y sus subramas en el medio"; y
dos frases definitivas en la plasmación de esta dificultad, de la Ps. Nancy
Vargas. La primera de ellas dice: "Aún el psicólogo jurídico no es tan bien
reconocido en el mundo jurídico"; y en la segunda expresa que hace falta
"mayor credibilidad de parte de los profesionales que trabajan en la
administración de justicia". La segunda dificultad más mencionada, es la
del divorcio teórico-práctico de la que se habló ya anteriormente. Esta
dificultad se refiere más que todo a que las personas que ejercen la
academia, se desligan de la práctica; y viceversa. Por ello muchos de los
entrevistados estuvieron de acuerdo en que esto debía mirarse con
detenimiento y comenzar a juntar ambos roles dentro del desempeño del
psicólogo jurídico en Colombia. Le sigue en orden de dificultades más
mencionadas, la que expone la falta de formación académica tanto en
pregrado como en posgrado. Yo personalmente lo viví, al estar ya cerca
de recibir el grado de psicóloga y no haber pasado por una materia de
esta área, en el pénsum de la carrera. Tengo entendido que hoy día ya
se introdujo dentro del pénsum de pregrado; y sé que ya se abrió la
Especialización en Psicología Forense, en la Universidad del Norte,
convirtiéndose ésta en la primera institución de educación superior en la
costa colombiana en lanzar dicha especialidad; y quizás una de las
primeras dentro del marco latinoamericano. Pero igualmente, aperturas
como esta no llenan del todo las demandas de los interesados en tema
ya que los pocos posgrados que hay se encuentran lejos de su lugar de
residencia; o no llenan sus expectativas y tampoco pueden comparar con
otros que si lo hagan, porque no hay muchos. La psicóloga forense,
Alexa Rodríguez lo expresa cuando dice: "Hay poca posibilidad de
entrenamiento y de representación en Colombia"; y el Ps. Leonardo
Rodríguez lo expone de manera diferente, cuando expresa que esta es
una dificultad ya que "se necesita un trabajo mucho más importante entre
las instituciones académicas universitarias y las instituciones del Estado".
Luego, dentro de las dificultades, sigue la falta de un gremio o grupo que
reúna a todos los interesados en desarrollar, innovar y discutir este tema.
En palabras más precisas lo expresa el Ps. Leonardo Rodríguez: "No
tenemos un grupo o equipo de psicólogos, no hay agremiación, cada uno
trabaja aisladamente"; y el Ps. Jose Ignacio Ruiz: "La falta de unión,
conexión, apoyo y red por parte de los profesionales de esta área". La
dificultad que sigue a continuación, la viví personalmente, al comienzo de
la realización de mi investigación; al no encontrar bibliografía acerca del
tema que pudiera utilizar como marco de referencia. La falta de literatura
es considerada la cuarta dificultad más mencionada por los
entrevistados. Ante ello, la Ps. Ángela Tapias, trata de entender desde su
punto de vista la razón ante este evento, cuando comenta: "No hay
documentos escritos por múltiples razones: las personas no tienen
tiempo, no tienen dinero, no hay quien les financie, o simplemente nadie
ha hecho el escrito". Igualmente, el Ps. Jose Ignacio Ruiz aporta sus
propias conclusiones al respecto: "La falta de publicación bien sea por
miedo a que le roben otros las ideas, porque no hay necesidad de
publicar debido a la falta de cultura, o porque no son financiados por
entidades al querer hacerlo". Posteriormente, las dificultades que
continúan, son de manera esporádica por unos cuantos psicólogos; pero
esto no las hace menos importantes. Estas dificultades son las
siguientes: la falta de un colegio oficial de psicólogos en general o de
psicólogos jurídicos y forenses; donde estos puedan remitirse y que
permita, como dice el Ps. Fernando Díaz "hacer un ejercicio ético y
establecer un acuerdo general entre los psicólogos profesionales".
También se menciona la ignorancia y desconocimiento de la Psicología
Jurídica, por parte de los mismos profesionales de la psicología; la
rutinización del psicólogo jurídico en los escenarios legales; la confusión
que aún hay de los conceptos de Psicología Jurídica y Forense, de
manera que las lleguen a analogar pensando que son sinónimos; la falta
de instrumentos válidos y confiables para llevar a cabo la especialidad de
manera debida; la creencia de algunos funcionarios del ámbito judicial de
pensar que los psicólogos son adivinos y brujos, que pueden llegar a leer
y cambiar el pensamiento de las personas tratadas; la falta de apoyo
económico y académico por parte de los superiores en cargo de los
psicólogos que practican la docencia alternamente a su profesión; la
negativa y falta de capacidad del psicólogo para abordar escenarios
interdisciplinarios; el hecho de que casi todos los cargos estén vinculados
al Estado, ya que el Estado no tiene las suficientes vacantes para tantos
psicólogos que necesitan emplearse; la desconfianza que crean los
psicólogos cuando se hace un trabajo técnico-psicológico, sin profundizar
realmente en la psicología y en el sujeto; la calidad discutible y falta de
credibilidad que inspira el psicólogo jurídico debido a su trabajo no
tangible, no mostrando un producto visible y concreto ante la sociedad y
el ámbito jurídico; la cantidad de carencias de apoyo logístico dentro de
las instituciones donde se desenvuelve el psicólogo jurídico; la sub-
utilización del cargo; la poca cantidad de psicólogos jurídicos trabajando
en el ámbito jurídico, lo cual se traduce en una "tarea avasalladora",
como expresa la Ps. Libia Striedinger, de las funciones por cumplir dentro
del cargo ejecutado; la falta de seguridad y protección que se le brinda al
psicólogo jurídico, siendo que el cargo que desempeña representa
muchas veces peligro y enemistades con la gente que es afectada por
las decisiones tomadas por este, a solicitud de las autoridades
competentes; el abandono o no retorno por parte de los pacientes
tratados ya sea con un tratamiento psicodiagnóstico o una orientación
psicológica avanzada; los sueldos devengados poco representativos;
entre otras dificultades más que se pueden consultar bien sea revisando
las entrevistas realizadas o las tablas de clasificación de las respuestas
arrojadas por los peritos y pioneros entrevistados.

Comparando las dificultades expuestas por los entrevistados y las


arrojadas por los autores consultados dentro de las diferentes
bibliografías; se destaca la dificultad con respecto a la no valoración del
rol del psicólogo jurídico dentro del ámbito legal en que se desempeña.
Entre los autores que hacen alusión a esta dificultad están Beltrán
(2002), quien expresa que se evidencia una fuerte resistencia y
desconfianza de parte de abogados frente al aporte que pueda hacer la
psicología jurídica al ámbito judicial, dificultando así el campo de acción y
de trabajo de los psicólogos especializados en esta rama; también da su
opinión Clemente (1995. Citado por Piñeros, 2004), quien acusa al
Derecho de pensar a menudo que se basta a sí mismo y que no necesita
crear campos comunes afines; y por último está Hoyos (2002), quien
afirma que el Derecho necesita que la Psicología le explicite datos para
la aplicación de la norma, cosa que es poco valorada.

Luego de terminar de exponer la parte, digamos negativa y desanimante


de la Psicología Jurídica en Colombia; pasaremos a cerrar con broche de
oro estos resultados hallados, los cuales, para beneficio de los
profesionales que la laboran y como llamada de atención para los que
están interesados en desempeñarla, son extensos; por medio de la
exposición de las perspectivas que tiene este campo de la Psicología del,
en el y para el Derecho, a futuro.

Hay que hacer una recordación importante antes de continuar, y es que


no hay que olvidar que las primeras entrevistas de la ciudad de Bogotá,
fueron realizadas en el año 2003 y que las últimas fueron ejercidas en el
año en curso. Es por eso que muchas cosas a las que se refieren los
psicólogos entrevistados hace dos años, dentro de las perspectivas,
podrían sonar fuera de base o desactualizadas hoy día. Una vez
aclarado este detalle, se podrán exponer con claridad y sin preocupación
por pensar que se creen confusiones en los lectores; los resultados de
las perspectivas generales que posee el grupo de entrevistados.

Se pudo encontrar dentro de las perspectivas propuestas, que la mayoría


de los entrevistados comienzan a enmarcarla primero aclarando que es
un área nueva y reciente, que a penas se está dando a conocer dentro
del país, y que aún se le augura un largo camino por recorrer. Muchos de
los entrevistados reconocen que desde sus inicios hasta el día de hoy, se
han dado grandes avances, creaciones y reconocimientos; pero a la vez
aclaran que estos están en pañales con respecto a los marcos que
tenemos de referencia dentro de esta área, los cuales son los países de
España y Estados Unidos.

Dentro del ítem de la perspectiva de la psicología jurídica en Colombia


cuestionado, quisiera resaltar las respuestas de algunos psicólogos
entrevistados ya que proporcionan un mejor entendimiento a la forma
que se quiere exponer de las perspectivas que poseen, en un futuro no
muy lejano, los peritos y pioneros de la Psicología Jurídica en Colombia.
Diferente a lo ya expuesto de manera general, acerca de lo que esperan
de esta área los profesionales de la misma; se encuentra el aporte del
Ps. Fernando Díaz, en el cual resalta la importancia del sistema legal
vigente del país donde se quiera ejercer esta área. De esta forma, Díaz
se pronuncia: "La psicología jurídica depende mucho del sistema legal
imperante en un país; entonces, en la medida que el Estado sea un
Estado fuerte, sea un Estado que tenga un sistema de justicia que llegue
a la gente y donde se pueda aplicar la ciencia al mejor esclarecimiento,
digamos que la psicología jurídica tiene mayores posibilidades de
actuar". A este comentario le agrega otro importante de resaltar, donde
opina que a pesar de existir una perspectiva amplia para esta
especialidad de la psicología; no debemos abandonar la constante
puesta al día en los temas y ramas de esta área, siempre continuando
capacitándonos en la misma. Esto es mejor explicado con sus propias
palabras: "Digamos que la perspectiva es amplia pero necesitamos
prepararnos, necesitamos capacitarnos, necesitamos investigar,
necesitamos hacer una psicología jurídica, forense, criminológica, policial
y penitenciaria, de acuerdo a las condiciones de existencia del país".

Es también muy interesante la opinión de la Ps. Victoria Eugenia


Villegas, porque enfoca la perspectiva de esta área tomando de base los
ámbitos, personajes y elementos que conforman el núcleo de la Nación y
rigen el Estado. Además, expone que esta área tiene un futuro amplio en
su recorrido ya que es nueva y reciente, dentro del marco colombiano.
Su opinión literal, es la siguiente: "La perspectiva de la Psicología
Jurídica en Colombia está abierta, y es así como se ha creado ya su
organización de psicología jurídica y forense. Tiene perspectivas porque
dentro del esquema de Estado que se tiene hoy en Colombia, son los
cuerpos de seguridad, la justicia y los militares quienes conforman el
núcleo del Estado; es aquí donde tiene su énfasis la política del Estado.
Además porque el desarrollo de estas áreas es incipiente y requiere de
mucho trabajo; fundamental-mente en la investigación, para crear
teorías y recoger todo el trabajo empírico existente".

Otra de las respuestas arrojadas en este ítem, que quisiera resaltar, por
su puntualidad y abarcamiento; es la brindada por la Ps. Milena
Rodríguez Navarro, quien clasifica a la época en que nos encontramos
como la Edad de Oro de la Psicología Jurídica en Colombia. Ella
enumera su respuesta, dentro de un grupo de cuatro explicaciones según
las cuales se espera un amplio y venturoso trabajo en esta área. Así, la
psicóloga se expresa: "Es una perspectiva muy buena y amplia por varios
motivos: 1. La situación sociopolítica del país. 2. Cambio en el Sistema
Penal de Inquisitivo Mixto a Acusatorio, lo cual trae muchas bondades
para agilizar la justicia de la gente y se va a reforzar y proteger todavía
más los derechos de las víctimas. Además se va a intentar que a carga
de juicio llegue la menor cantidad de conflictos que sea
posible. 3. Justicia restaurativa y alternativa toman gran
importancia. 4. Nuevas agremiaciones y programas de posgrado".

Cabe agregar, que de los 14 psicólogos entrevistados, 9 de ellos tuvieron


presente la reforma realizada a la Constitución, donde a partir del 1 de
enero de este año pasamos de un Sistema Mixto Inquisitivo a un nuevo
Sistema Acusatorio Oral, primeramente en las zonas del Eje Cafetero y
de Cundinamarca. Se observa que muchos de los entrevistados, tienen
grandes expectativas y esperanzas puestas en este nuevo sistema; el
cual en el tiempo de las entrevistas realizadas en la ciudad de Bogotá,
aún estaba a dos años de llevarse a cabo, y por eso también expresan
sus opiniones con incertidumbre, respecto al nuevo cambio. En el resto
del país se tiene pronosticado que se lleve a cabo a comienzos del 2008,
pero muchos especulan que tal vez se adelante la fecha para el próximo
año, 2006.

Las opiniones con respecto a la implementación de este Nuevo Sistema


Acusatorio, se encuentran llenas de expectativas, esperanzas y cambios;
tanto desde la importancia que va adquirir el psicólogo jurídico dentro de
los ámbitos donde se desempeña, como los diferentes beneficios que se
le añadirán, entre los que se destacan un mejor sueldo, un rol específico
y determinado, y mejores y amplias ofertas de trabajo dentro del ejercicio
público y mucho más en el privado.

Dentro de las opiniones de este nuevo cambio, se resalta de nuevo el


aporte hecho por el Ps. Fernando Díaz, quien se expresa de la siguiente
manera: "Ahora mismo hay un campo muy bueno, que es el campo de la
Reforma Penal. Se hizo una reforma a la Constitución en donde se
reforma el sistema de investigación en Colombia y se pasa de un
Sistema Mixto Inquisitivo Acusatorio; a un Sistema Oral, de preferencia
por las víctimas y de sistema acusatorio claro, en donde las funciones
entre fiscal y juez son bien claras, no como ahora. Y eso permite, de
alguna manera, que la justicia contemple la necesidad del aporte de las
ciencias sociales y particularmente, de la psicología… se supone que a
partir de la nueva reforma, el psicólogo debe entrar a debatir, en términos
legales a objetar, o a controvertir, la prueba". La Ps. Nancy Vargas
también se pronuncia al respecto de este cambio, donde se ven
reflejadas las esperanzas planteadas anteriormente: "Con el nuevo
Sistema Penal Acusatorio, vendrá un cambio positivo para esta rama.
Habrá mayor participación de la comunidad, apareciendo los jurados de
conciencia. De la misma forma, el psicólogo va a tener un papel bien
importante, teniendo grandes posibilidades de trabajo".

En las ciudades de la Costa también exponen su opinión al respecto. La


primera de ellas es la Ps. Isela Mojica de la S.A.U. de Barranquilla, quien
expresa que debemos aprovechar este nuevo cambio, para mejorar las
falencias del rol hasta ahora desempeñado, y que se encuentra mal
reconocido por las áreas restantes de la Psicología y de las demás
profesiones. Esta psicóloga resalta que "es ahora, en el Nuevo Sistema
Penal Acusatorio, donde vamos a aportar cada vez para que esto se
vaya reformando y nuestra labor sea de las más importantes dentro de
todo el engranaje judicial que se realiza". La psicóloga del INMLYCF de
la ciudad de Cartagena, Alexa Rodríguez, da su aporte frente a este
tema, complementando lo expresado por la Ps. Nancy Vargas, con las
siguientes palabras: "Hay muchas posibilidades con este cambio de juicio
oral, el ámbito es grandísimo. Con estas nuevas aperturas lo que hay es
un recorrido y una luz esperándonos grandísima al final. Posibilidades de
trabajo, las que uno quiera, cualquier cantidad". Y finalmente, se
enmarca la respuesta arrojada por la Ps. Milene Gómez, ubicada en la
Casa de Justicia de la ciudad de Santa Marta. Esta psicóloga fue la que
más opinó acerca de este próximo cambio, a lo largo de toda la
entrevista realizada. Su opinión se puede sintetizar de la siguiente
manera: "El futuro ya no es incierto con el Nuevo Sistema Acusatorio; el
cual es una ventana y una puerta grande que se les abre a todos los
psicólogos jurídicos. Ya entonces será una obligación vincular psicólogos
jurídicos para la aplicabilidad dentro del proceso penal. El campo
entonces se va a abrir y vamos a ser apetecidos, por ende van a mejorar
las condiciones remunerativas y se va a mejorar la situación para todos
los psicólogos jurídicos".

Junto con el cambio dentro del Sistema Legal, viene también la


implementación en mayor magnitud de las formas de ejercer justicia
alternativa a un proceso dentro de un juicio, pero para que se lleve a
cabo el mencionado Modelo de Justicia Restaurativa, es necesario tener
en cuenta los puntos que menciona el Díaz (2004) en uno de sus
artículos científicos mencionado dentro de la bibliografía expuesta. El
autor expone una serie de pautas que se deben tener en cuenta para la
óptima realización de dicha justicia alternativa, dichas pautas que deben
ser brindadas por la reforma son: "1. Asistencia especializada a las
víctimas y testigos; 2. Protección y seguridad; y 3. Orientación y asesoría
para la participación de la víctima dentro de los diferentes momentos del
proceso penal como son: la orientación para la denuncia, conciliación
preprocesal, la mediación y el incidente de reparación integral".

Con la ya apertura y cambio del Nuevo Sistema Acusatorio, se puede


terminar de augurar un prometedor futuro para los profesionales que se
encuentran trabajando en esta área, y para los jóvenes universitarios
interesados en la misma; los cuales apenas se están actualizando en la
parte teórica dentro del marco universitario, y se ven enfocados a futuro
ejerciendo la rama de la Psicología Jurídica que más le llame la atención
o tal vez hasta la misma especialidad como tal, sin necesidad de escoger
una subrama específica.

Lo único que no hay que olvidar, es que todos los días debemos estar
actualizándonos en el tema, para poder aportar más adelante lo que en
el momento haga falta o se encuentre no tan desarrollado; para nosotros
también poder hacer parte de la historia de esta rama de la Psicología, y
poder estar leyendo en un futuro nuestros nombres en monografías como
esta o aún mejor, en los grandes manuales y libros que expongan temas
de esta especialidad y que no puedan faltar en los estantes de las
bibliotecas más consultadas y famosas por su gran colección invaluable
de información, como tampoco en las que poseen las universidades más
reconocidas del mundo y, obviamente, en la nuestra personal.

8. CONCLUSIONES

La amplia extensión de la exposición de los resultados que acabamos de


leer, indica que hoy día hay un extenso camino recorrido; y que
contamos con un serio, confiable y formalizado apoyo de base tanto
bibliográfico como de los mismos profesionales, peritos y pioneros, que
hacen parte de este ámbito psicojurídico.

A través de la descomposición de los objetivos planteados en un


principio, se puede observar que el área de la psicología jurídica en
Colombia, tiene una historia de inicio específica. Luego de exponer que
los inicios de esta rama se dieron con la incursión del psicólogo en los
ámbitos carcelarios, penitenciarios y en las escuelas o centros, que
hacían las veces de observatorios y reformatorios, albergantes
únicamente de menores de edad. Se puede estipular, que la historia de
la Psicología Jurídica en Colombia, se da por la época de los años 50 o
quizás mucho antes; cuando los Terciarios Capuchinos se hacen cargo
de regir, en el año de 1951, la Escuela de Trabajo San José, ubicada en
la ciudad de Medellín. Se dice que quizás fue anterior a esta fecha, ya
que cuando los Terciarios Capuchinos comenzaron a regir en dicha
Escuela, se encontraron indicios de un equipo muy completo de
evaluación psicométrica para la ubicación de los menores en los distintos
talleres de capacitación técnica que hacía parte esencial de su
tratamiento psicopedagógico. Con este gran aporte, brindado por la
fuente primaria del psicólogo forense del INMLYCF de la ciudad de
Medellín, Javier Villa Mercado, quien halló esta valiosa información
mediante la investigación que él, en compañía del psicólogo Diego Ruiz,
realizó en el año de 1985 y que llevó por nombre "Análisis de los
Métodos del Tratamiento a la Delincuencia Juvenil en Medellín"; se
enmarca las primeras actuaciones del psicólogo en los ámbitos
carcelarios y por ende se puede concluir que, a pesar de no recibir una
etiqueta o nombre específico de su actuar, la primera rama de la
psicología jurídica que se desarrolló en Colombia, fue la Psicología
Penitenciaria. Estos psicólogos, siguieron trabajando en los ámbitos
carcelarios y penitenciarios hasta el día de hoy, cuando sí son
reconocidos como tal.

Seguidamente, continúa la historia de la Psicología Jurídica en Colombia,


con el ingreso de la psicóloga Victoria Eugenia Villegas al INMLYCF de la
ciudad de Bogotá, el día 31 de enero de 1974. Dicha psicóloga comienza
su formación como psicóloga forense por medio de la práctica de esta
área dentro del Instituto. Es por ello que hoy día se puede señalar a
dicha psicóloga, como la pionera de los psicólogos forenses que tuvo
Colombia. Hoy día, muchas más psicólogas y psicólogos se desempeñan
en esta área, enfocada principalmente a la elaboración de evaluaciones y
peritazgos; tanto en el INMLYCF de las seccionales de todo el país,
como también en institutos públicos del Estado, trabajando en función a
los requerimientos de las autoridades competentes que requieran de
alguna evaluación y reconocimiento por parte del dictamen o informe
pericial de estos expertos; y como trabajadores independientes, que se
especializaron en esta área dentro de la academia y son solicitados para
que emitan sus conceptos de peritos en alguna situación específica que
lo requiera.

A pesar de contar con el dato de cuál fue el primer psicólogo forense de


Colombia, no se puedo establecer con precisión, cuál fue el primer caso
desarrollado en Colombia. Se sabe que en un principio, y en algunas
seccionales del INMLYCF de estos tiempos aún continúa siendo así, los
psicólogos eran más bien una herramienta de ayuda o auxiliar de los
psiquiatras. Se cumplía (y en algunos lados todavía se cumple) el Modelo
de Subordinación, citado por Lugo y Rivas (2002); el cual define a la
psicología jurídica como "una Psicología aplicada al mejor ejercicio del
Derecho, en este caso, se considera que existe al menos una parcela del
saber psicológico que tiene como finalidad dar respuestas a las
necesidades del mundo jurídico, satisfacer sus preguntas y demandas".
Trayendo de nuevo a colación el tema de la relación laboral psiquiatra-
psicólogo, los autores opinan: "Recordemos que tiempo atrás, esta
concepción (subordinación) imperó en la Psiquiatría Forense al
considerar al psicólogo como un auxiliar del psiquiatra, asignándosele un
rol meramente auxiliar y de subordinación, sobreentendiéndose que el
diagnóstico y la intervención las efectuaba el médico-psiquiatra y no el
psicólogo". Es por ello que la pionera de la psicología forense, Victoria
Eugenia Villegas, menciona que, según su conocimiento, el primer caso
que se desarrolló en Colombia fue tratado por un psiquiatra forense, y se
encuentra citado por Humberto Rosselli, el cual aparece a su vez citado
en  el libro "Fundamentos de Psiquiatría", de Ricardo Toro y Luis E.
Yepes. Este primer caso se dio en el año de 1837 y se trató de un cura
que estaba en contra de la política del gobierno en cuanto a las
enseñanzas utilitaristas del momento. Debido al comportamiento de este
revolucionario e inusual sacerdote, los tribunales resuelven condenarlo a
muerte y es cuando se produce una interesante junta médica para
dictaminar sobre las facultades mentales del condenado acusado. Esta
junta dictamina que el fallecido cura poseía "Polimania Resonante
Intermitente", el cual es un diagnóstico basado en la nosología de Pinel y
Esquirol y por lo tanto no corresponde a ninguno de los diagnósticos o
patologías de la actualidad.

Aún contando con este dato, aún no queda claro si este fue o no el
primer caso de psicología forense desarrollado en Colombia, ya que la
también pionera de la psicología forense, pero en el INMLYCF de la
ciudad de Barranquilla, Libia Striedinger; aporta a la investigación un
caso diferente, que ella expone como el primero que se dio en Colombia,
también tratado por uno de los primeros o el primer psiquiatra forense
que tuvo Colombia, y que se encuentra registrado en el libro llamado
"Principios de Psiquiatría Forense" de Lisandro Durán R. y María Adalid
Carreño S. En este primer caso que narra la Ps. Striedinger, se trató de
distinguir entre embriaguez alcohólica y trastorno mental, para comprobar
que no era una simulación. Esto es debido a que por esa época había
muchos simuladores que aparentaban tener algún trastorno mental, para
así poder salir ilesos del homicidio cometido en un accidente de tránsito o
un homicidio directo, sabiendo que serían declarados inimputables.
Entonces mediante esta investigación se pudo concluir que la primera
psicóloga forense que tuvo Colombia, y a la vez protagonista del
segundo foco de inicio de la historia de la Psicología Jurídica en
Colombia; fue Victoria Eugenia Villegas Mejía, quien hoy día se
encuentra pensionada del INMLYCF de Bogotá, luego de haber laborado
30 largos pero fructuosos años, desde el 31 de enero de 1974 hasta el
31 de octubre de 2004. También se pudo estipular, quién fue la primera
psicóloga forense que tuvo la ciudad de Barranquilla, donde se elaboró
esta tesis de grado. Ella fue y es la Ps. Libia Esther Striedinger Lozano,
quien luego de 15 años laborados en el Instituto, es decir, desde 1990,
aún se encuentra haciendo parte del mismo; continuando haciendo
historia en esta rama de la psicología jurídica, la Psicología Forense. En
cuanto al primer caso de esta rama, que se desarrolló en Colombia, se
puede llegar a inferir (más no a concluir su especificidad debido a que los
datos aportados por cada una de las psicólogas forenses mencionadas
no coinciden) que estuvo basado o bien en tema de abuso sexual a un
menor o en el de inimputabilidad, ya que eran los casos que más se
veían en los comienzos de la psicología forense, dentro del INMLYCF.

Se concluyó también en esta investigación, que el tercer foco de


nacimiento de la historia de la Psicología Jurídica en Colombia, se dio
con la llegada de los argentinos Reinaldo Giñazú y Mercedes Loizo, en el
año de 1976, a la Facultad de Psicología de la Universidad de San
Buenaventura de Medellín, para organizar la cátedra de Psicología
Jurídica; y un año y medio más tarde, la organizaron también en la
Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia,
impulsada por el entonces Decano de dicha facultad, el Dr. José Antonio
Sánchez. A partir de estas dos universidades, se dio inicio a la Psicología
Jurídica en Colombia, desde la academia. Hoy día su ejemplo se ha
extendido a otras universidades, primeramente de la ciudad de Bogotá,
como lo son la U. Santo Tomás, la cual fue la primera institución en abrir
el primer programa de Especialización en Psicología Jurídica, en el año
de 1999; también se destacan la U. Nacional de Colombia, la U. del
Bosque y la U. Javeriana. En Barranquilla, esta rama o especialidad de la
psicología se ejerce en la Corporación Universitaria de la Costa (C.U.C.),
la cual es catalogada como la primera institución de educación superior
en el país en aplicar, dentro de su programa académico de pregrado, la
cátedra de Psicología Jurídica desde el 2002, para los alumnos de sexto
semestre de la carrera. Esta área fue y es actualmente dictada por la
psicóloga Milena Rodríguez Navarro, pero hoy día ya no es una cátedra
sino un área de estudio, la cual recibe el nombre de Psicología Jurídica I,
II y III; dictada en 6to., 7mo. y 8vo. semestre respectivamente. Otra de
las universidades de la Costa donde se destaca esta área, es la
Corporación Educativa Mayor de Desarrollo Simón Bolívar, la cual inició
actividades en el mes de febrero de 1995 y desarrolla el área de la
psicología jurídica dentro de varias asignaturas, desde el tercer hasta el
séptimo semestre de la carrera. La última de las universidades de la
Costa en desarrollar esta área, fue la Universidad del Norte; la cual se
convirtió en la primera institución de educación superior en lanzar en
calidad de posgrado, la primera Especialización en Psicología Forense,
en el segundo semestre del año 2004.

Finalmente, los focos de inicios de la Psicología Jurídica terminan de


formarse, con el ingreso de los estudiantes de las diferentes
universidades, a la Fiscalía General de la Nación, como lugar de práctica
profesional de último semestre de la carrera. Como expresa Parra (2000)
dentro de la historia planteada del área dentro del marco teórico; a partir
del año de 1995 se inician las prácticas en la Fiscalía General de la
Nación, con el Programa de Protección a Víctimas y Testigos; siendo la
Unidad de Reacción Inmediata de la calle 40, el lugar de trabajo para los
practicantes; con cuatro estudiantes y con dos estudiantes en la Cárcel
Distrital. Posteriormente, en la Fiscalía se trasladan los practicantes a la
Unidad Especializada de Delitos contra la Libertad y el Pudor Sexual, y
luego a las Unidades de Vida. Para 1997 se cuenta con practicantes e la
Unidad de Antiextorsión, Antisecuestro, Delitos Querellables, en la U.R.I
de Engativa y en el C.T.I.

Con estos cuatro focos de inicia pero no se termina la historia de la


Psicología Jurídica en Colombia; desarrollándose hoy día en entidades
principalmente públicas o del Estado, y en las diferentes universidades
privadas de educación superior del país. Es importante aclarar, como se
hizo en los resultados, que cada uno de estos cuatro focos son pioneros
en cada una de los ámbitos en los que se desarrollan. Concluyéndose
así, que las cárceles marcaron el inicio de los ámbitos de acción donde el
psicólogo jurídico se puede desempeñar y al mismo tiempo señala a la
rama de la Psicología Penitenciaria como la primera que se desarrolló en
Colombia. El foco del INMLYCF y la incursión de la primera psicóloga
forense, Victoria Eugenia Villegas, marcó el inicio del desarrollo de esta
área de la psicología jurídica desde la práctica forense, es decir, desde la
Psicología Forense; la cual sería entonces la segunda rama de la
Psicología Jurídica desarrollada en Colombia. Por otro lado, el foco de
las universidades, marcan el inicio del desempeño de la Psicología
Jurídica desde la Academia, a través de las Universidades de San
Buenaventura, en 1976; y la Católica de Colombia, en 1978. El último
foco expuesto, también sería pionero pero desde la práctica jurídica de
esta área en Colombia; por medio de las prácticas realizadas por los
estudiantes de último año de psicología de las diferentes universidades
del país, en el año de 1995, en la Fiscalía General de la Nación, con el
Programa de Protección a Víctimas y Testigos.

Otra parte importante concluida dentro de la historia, cuestionada dentro


de los ítems de la entrevista realizada a los peritos y pioneros de la
Psicología Jurídica en Colombia; fue precisamente la clasificación de los
entrevistados en las categorías de peritos y pioneros. Luego de consultar
con tres de las mismas personas entrevistadas: la Ps. Ángela Tapias
Saldaña, el Ps. Fernando Díaz Colorado y la Ps. Lida Milena Rodríguez,
quien es además la directora y asesora de la tesis en cuestión; se llegó a
una clasificación de los peritos y pioneros de la Psicología Jurídica en
Colombia, desde una revisión y opinión muy objetiva y profesional de las
personas mencionadas. Antes de exponer la clasificación, hay que
aclarar de nuevo los conceptos para cada uno de los términos utilizados.
Así, se debe entender por la palabra PIONERO a las personas que
fundaron la rama o especialidad de la psicología, la Psicología Jurídica,
tomando como referente al país de Colombia; mientras que por otro lado,
se debe entender por la palabra PERITO como aquellos expertos o
especialistas en el tema o área de la Psicología Jurídica en Colombia.
Recordemos que la palabra perito significa experto y que entonces por
ello no se debe pensar que las personas enmarcadas en esta
clasificación, son psicólogos forenses; aunque algunos de ellos se hayan
clasificado en este término. Una vez explicado lo anterior, se procederá a
exponer la clasificación de los pioneros y peritos de la Psicología Jurídica
en Colombia:

PIONEROS

DESDE LA ACADEMIA

Ángela Cristina Tapias Saldaña – Universidad Bosque / Universidad


Santo Tomás

Fernando Díaz Colorado – Universidad Santo Tomás / Universidad


Pontificia Javeriana

Nancy Marina Vargas Espinosa – Universidad Católica de Colombia


DESDE LA PRACTICA FORENSE

Victoria Eugenia Villegas Mejía – INMLYCF

PERITOS

DESDE LA ACADEMIA

Leonardo Rodríguez Cely – Universidad Pontificia Javeriana

Jose Ignacio Ruiz Pérez – Universidad Nacional de Colombia

Luis Orlando Jiménez – Universidad Católica de Colombia

DESDE LA PRACTICA JURIDICA

Lida Milena Rodríguez Navarro – CTI-Fiscalía General de la Nación

Milene Gómez Añez – CTI-Fiscalía General de la Nación

Isela Esther Mojica Rodríguez – CTI-Fiscalía General de la Nación

María Victoria Hernández – CTI-Fiscalía General de la Nación

Lilia Matilde Duque – CTI-Fiscalía General de la Nación

DESDE LA PRACTICA FORENSE

Libia Esther Striedinger Lozano – INMLYCF / Barranquilla

Javier Villa Mercado – INMLYCF / Medellín

Alexa Liliana Rodríguez Padilla – INMLYCF / Cartagena

Mary Luz Cadena Torres – INMLYCF / Bogotá

No hay que olvidar, como se dijo previamente en los resultados, que


debido a que esta rama de la psicología es nueva en Colombia; cada uno
de los entrevistados es pionero dentro de su territorio, pero ya
enmarcando esta clasificación a nivel general de toda Colombia, es que
surgen las personas expuestas como pioneras de la Psicología Jurídica
en Colombia.
Continuando con las conclusiones, expondré el concepto de Psicología
Jurídica, armado personalmente, luego de combinar los dos conceptos
que a mi modo de ver, eran los que reunían de forma general el objeto de
estudio de la Psicología Jurídica. Estos dos conceptos a los que me
refiero, son los aportados por el Ps. Fernando Díaz Colorado y la Ps.
Nancy Vargas Espinosa, pioneros de esta rama en Colombia. Pero
antes, haré un preámbulo con la mejor explicación de la interacción entre
Psicología y Derecho, propuesta por Lugo y Rivas (2002). Tomando de
base el Modelo de Complementariedad de los autores Lugo y Rivas
(2002), "hay que entender que la Psicología y el Derecho tienen la misma
concepción formal de la conducta humana, aún cuando por regla general
el Derecho entiende la conducta más como una entidad fija que como
una entidad transformable o aprendida". Aprovechando esta explicación
de dichos autores, me referiré a la cita textual expuesta al principio del
documento, y que dice "La Psicología es el estudio del ser y el Derecho
es el del deber ser". Para la autores Lugo y Rivas (2002): "En este punto,
no podemos olvidar el interaccionismo recíproco mediante el cual ambos
saberes o disciplinas interactuán entre sí como ciencias que se ocupan
del comportamiento humano; donde una se ocupa del ser (Psicología) y
la otra del deber ser (Derecho), y son las relaciones entre el ser y el
deber ser las que dan cuenta de ese interaccionismo, aún cuando
debemos tener claro que la Psicología descubre las leyes del ser y del
comportamiento y la Ley o Derecho nos dice lo que debemos hacer a
través de la formulación de leyes o normas". Siguiendo este modelo, hay
que aclarar que "la psicología se ocupa de la conducta atendiendo a lo
que es y lo que ha de ser, mientras la ley se ocupa de ella en cuanto al
deber ser; la Psicología estudia las regularidades de la conducta y la ley
las supone o impone", es decir, "a la Psicología le interesa la predicción y
a la Ley le interesa la prevención". En conclusión y tomando como
referencia el Modelo de Complementariedad de los autores Lugo y Rivas
(2002), "debe entenderse la Psicología Jurídica como una disciplina con
características propias, con una unidad de planteamientos y con método
exclusivo, capaz de responder no solo a las preguntas que desde el
campo del Derecho se le puedan formular sino capaz de comprender,
analizar y criticar psicológicamente el sistema jurídico y los institutos del
Derecho".

Finalmente, expondré el concepto creado por mi persona y que a juicio


personal es el más completo de todos los encontrados tanto en las
referencias bibliográficas, como a partir de las respuestas de los
conceptos armados, por los diferentes psicólogos entrevistados. El
concepto con el que se concluye esta investigación es el siguiente: "La
Psicología Jurídica es la rama de la psicología que intenta aportar sus
conocimientos al mejor ejercicio del Derecho, para que se cumpla en el
fondo la idea de justicia y búsqueda de la verdad que se pretende. Esta
especialidad intenta aplicar sus conocimientos a la rama del Derecho y a
los procesos psicológicos que existen dentro de los procesos jurídicos;
para aclarar asuntos que tengan que ver con la conducta de un sujeto en
cualquier escenario legal. Además, la psicología jurídica no solamente se
enfoca en los procesos jurídicos; sino también en las personas que
participan en dicho proceso, es decir, los jueces, fiscales, investigadores,
sindicados, víctimas, testigos y demás involucrados en la situación que
se esté tratando. Esta rama psicojurídica se encuentra conformada por
varias subáreas o áreas de actuación; donde se destacan la psicología
forense, la psicología criminológica, la psicología del testimonio y del
jurado, la psicología penitenciaria, la psicología policial y de las fuerzas
armadas, y la victimología".

Finalmente, se concluirá esta investigación, con las estipulaciones


formuladas para cada una de las aplicaciones de la Psicología Jurídica
en Colombia. La primera de ellas es la descripción de las funciones que
desempeña o puede desempeñar el psicólogo jurídico dentro de esta
especialidad. Esta conclusión fue arrojada luego de comparar las
respuestas de los peritos y pioneros entrevistados, y las funciones
propuestas por el COP de España. Entonces, las funciones que el
psicólogo jurídico puede llevar a cabo son: Evaluación y Diagnóstico,
Asesoramiento, Intervención, Formación y Educación, Campañas de
Prevención Social ante la Criminalidad y Medios de Comunicación,
Investigación, Victimología y Mediación.

La segunda aplicación concluida, es la referente al ámbito donde se


desempeña el psicólogo jurídico en Colombia. Esta conclusión es llevada
a cabo por lo visto y recogido en las respuestas de los entrevistados, y mi
aporte personal; así, los ámbitos de acción psicojurídica donde se puede
desempeñar o donde se puede llevar a cabo el área de la Psicología
Jurídica y sus respectivas subramas son: la Fiscalía General de la
Nación, incluídas las S.A.U.; los organismos de Policía Judicial (C.T.I.,
D.A.S. y SIJIN), el I.C.B.F., las Comisarías de Familia, los diferentes tipos
de juzgados, entre ellos el Juzgado Civil, Laboral, de Menores y de
Familia; el Batallón Militar, las Fuerzas Armadas de Colombia, el Ejército
Nacional, la Procuraduría, la Policía Nacional, las penitenciarias, cárceles
y Centros de Observación de Menores; las ONGs, el INMLYCF, entre
otros. De los ámbitos mencionados por los entrevistados, sólo son
mencionados en la bibliografía hallada: los Juzgados de Menores y de
Familia, la policía, y las penitenciarias; nombrados por el COP de
España, cuando clasifica los ámbitos de acción que, a su modo de ver,
posee la rama de la Psicología Jurídica.

En cuanto a los roles que el psicólogo jurídico puede adoptar dentro de la


especialidad de la Psicología Jurídica en Colombia, se concluye una
combinación entre los expuestos por la Ps. Ángela Tapias Saldaña y
entre los roles expuestos por los autores Haward y Gudjonsson (1998).
Así, los roles llevados a cabo en Colombia por el psicólogo jurídico son:
el rol profesional, ejecutado dentro de los diferentes ámbitos de acción de
la Psicología Jurídica; y el rol académico, llevado a cabo por los docentes
de esta área, dentro de las diferentes instituciones de educación superior
del país; el rol clínico, el cual es un rol que trata con la cognición y la
conducta normal, y a la vez se encarga de realizar evaluaciones por
medio de la interacción personal con el sujeto y la aplicación de
diferentes pruebas psicométricas; y por último, el rol asesor, el cual es
desempeñado por aquellos psicólogos que examinan o evalúan la
evidencia que ha sido propuesta por otro experto, para encontrar las
posibles debilidades que se puedan dar en el reporte de éste.

Se culminará la exposición de las aplicaciones de la Psicología Jurídica,


mediante la descripción de las ramas que se derivan de la misma, y que
fueron el resultado de las respuestas arrojadas por los entrevistados, por
las propuestas por Parra (2000) y por las clasificadas por el COP de
España. Estas ramas de la Psicología Jurídica, son: la Criminológica, la
Penitenciaria, la Victimología, la Forense, la del Testimonio y del Jurado,
la Psicología Policial y de las Fuerzas Armadas, y la Mediación.

Se cerrará con broche de oro las conclusiones de esta investigación, con


los aporte de Lugo y Rivas; para concluir con el mejor de los
entendimientos, sin dejar ninguna duda de confusión en sus mentes.
Estos autores argumentan: "Es en el campo de la Psicología Jurídica
donde convergen dos disciplinas eminentemente humanas: la Ley o
Derecho y la Psicología, teniendo ambas como centro y objeto de estudio
al hombre. En la Psicología Jurídica se integra la visión científica y
moderna del hombre como un ser bio-psicosocial, sujeto de derechos y
obligaciones. La Psicología con su visión de ciencia del comportamiento
humano entiende al hombre como ser biológico y como producto y
productor de cultura, recoge los elementos visibles de una estructura
subyacente para presentarse como una ciencia de la conducta resultado
del estudio de la interacción organismo-ambiente". Finalmente "La
Psicología Jurídica, ofrece a la Ley la posibilidad de reinterpretar
psicológicamente la norma jurídica, el sistema y orden jurídico; la
influencia de ellos sobre el comportamiento individual y grupal; el alcance
e influencia de la norma jurídica y su posibilidad de coexistencia con
otras normas legales; dar ayuda y soluciones inmediatas y científicas a
las exigencias jurídicas". Afirmándose entonces así, con mayor énfasis,
el Modelo de Complementariedad de la Psicología Jurídica.

Aquí se terminan de exponer las diferentes conclusiones arrojadas dentro


de la investigación realizada, pero al mismo tiempo se enmarca el
comienzo literario de las primeras tesis de grado sobre el tema de la
Psicología Jurídica en Colombia, no sólo de la universidad donde es
llevada a cabo, la Fundación Universidad del Norte; sino también del
marco de las universidades de la ciudad de Barranquilla y quizás también
de la Costa. Puede decirse entonces, que con este producto final,
también me encuentro anexándole un capítulo más a la prometedora
área de la Psicología Jurídica dentro de nuestro país. La cual, con el
comienzo desde este año de la reforma a la Constitución, donde se pasó
de un Sistema Inquisitivo Mixto de investigación judicial, a un Sistema
Acusatorio Oral; tendrá muchísimo campo por desarrollar y se podrá por
fin dar el lugar que se merece dentro del ámbito jurídico en el cual se
desempeñe. A partir de este nuevo y oportuno cambio, y de la
implementación del Modelo de Justicia Restaurativa, se escribirá una
nueva historia de la rama de la Psicología Jurídica en Colombia;
partiéndose en dos su ya recorrida historia, quedando en el pasado la
plasmada dentro de esta investigación y marcándose una nueva; a partir
de los cambios realizados dentro de esta área, causados a raíz del
implemento del Nuevo Sistema Acusatorio en el ámbito psicojurídico de
Colombia.

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