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LOS MEDIOS DE PRUEBA EN MATERIA PENAL

SUMARIO: I. Introducción. II. Los medios de prueba. III. Clasificaciones de los


medios de prueba. IV. Principios que rigen a los medios de prueba. V. Objeto
de la prueba. VI. Función de los medios de prueba en materia penal. VII. La
carga de la prueba en materia penal. VIII. Los medios de prueba en materia
penal. IX. Reflexión final.X. Bibliografía.

I. INTRODUCCIÓN

Al encontrarnos con un proceso penal, por lo general detectamos una


exposición de hechos aportada por las partes, con ciertos argumentos y
contradicciones. Con referencia a dichos hechos es respecto de los cuales el
órgano jurisdiccional tendrá que resolver si coinciden con el objeto narrado,
sujeto a los límites que al ser humano le es posible conocer. De las diversas
versiones el juez escogerá la o las más verosímiles y la transformará en única
con el fin de obtener la verdad de los hechos nunca absoluta para los hombres,
sino tan sólo una verdad formal.1

II. LOS MEDIOS DE PRUEBA

Cuando pretendemos abordar la problemática relativa a los medios de prueba


en materia penal, surgen cuestiones que requieren ser resueltas para poder
entender con mayor precisión este tema, en virtud de la existencia de una serie
de términos en torno a la denominación apropiada de los medios de prueba,
existen quienes las llaman medios de convicción, mientras para otros son la
justificación.2 En consecuencia para poder iniciar el análisis del tema
consideramos conveniente resolver lo siguiente: ¿Qué es la prueba? ¿Qué es un
medio de prueba? ¿Cuál es la diferencia entre medio de prueba y prueba?

Por lo que se refiere a la primera pregunta, existen infinidad de opiniones sobre


la noción de prueba, para algunos autores, como es el caso de Ovalle Favela,
ha sido considerada como "la obtención del cercioramiento del juzgador sobre
los hechos cuyo esclarecimiento es necesario para la resolución del conflicto
sometido a proceso",3 definición poco clara pues el hecho de atribuirle a la
prueba la característica de "aclaratoria de hechos" le resta en ese sentido
importancia a aspectos como los documentos y a todo aquello que se encuentre
alejado de éstos. El manejo que hace el autor del término "hechos" es
amplísimo al comprender no sólo a los acontecimientos humanos y sucesos
naturales, sino también a los actos jurídicos; por otra parte, el autor menciona
a los medios de prueba y los entiende como "(con que se prueba) los
instrumentos y conductas humanas con las cuales se pretende lograr la
verificación de las afirmaciones de hecho" idea discutible en torno a los medios
de prueba, pues con dicha definición desvincula a éstos de la prueba, al no
hacer alusión al cercioramiento del juzgador y limitarse a señalar que tenderán
a verificar las afirmaciones, de donde resulta cuestionable si las negaciones
detectadas en los argumentos propuestos por las partes no serán objeto de los
medios de prueba. Para otros autores, han sido considerados como hechos
supuestamente verdaderos, como la razón para creer en la existencia o
inexistencia de otros hechos;4 elemento e instrumento que sirve para
convencer al juez;5 o bien como principio procesal que denota el imperio de
buscar la verdad6 o como una suma de motivos que producen la certeza.7

De las anteriores definiciones se desprende un gran dilema, pues surge la


pregunta relativa a ¿cómo definir a la prueba?, si es una obtención del
cercioramiento de hechos supuestamente verdaderos, actividades, principio
procesal, elemento o bien como instrumento. Bien podrían desprenderse una
amplia gama adicional de apreciaciones sobre la prueba, pues tal parece que en
la doctrina procesal, existe una obstinación por aportar nuevas definiciones
sobre la prueba, desestimando en algunos casos las existentes, creando con
esto un caos jurídico.8

Desde principios del siglo XIX, Bentham estableció dos niveles de distinción al
hablar de la prueba (proof), el primero considerado como "el hecho principal",
consistente en la existencia o inexistencia de lo que va a ser probado y la otra
parte "el hecho probador" el cual es utilizado para demostrar la veracidad o
falsedad del "hecho principal", de ahí que toda decisión fundada en una prueba
se derive de un proceso de inferencia.9

En el mismo orden de ideas, Jesheck considera al respecto que existen en el


derecho procesal penal alemán, los conceptos de prueba y justificación,
términos que tienen un alcance y significado muy distinto, por un lado, el
primero se refiere a "aquel medio u objeto que proporciona al juez el
convencimiento acerca de la existencia de un hecho" y el segundo se aplica no
"para convencer al juez sobre la existencia de un hecho, sino, para
proporcionarle datos que le hagan constar la probabilidad de que ese hecho
ocurrió.10

El autor distingue la finalidad de los medios de prueba en el proceso penal y en


el proceso civil, por el hecho de que en el civil deben probarse todos los hechos
discutidos mientras en el proceso penal, sólo aquellos hechos de importancia
para la resolución.

Por otra parte, Víctor Fairén Guillén, establece la necesidad de distinguir entre
lo que es fuente de prueba, medio de prueba y la prueba en sí, siendo la fuente
de prueba "un concepto metajurídico que corresponde forzosamente a una
realidad anterior y extraña al proceso", en tanto que el medio de prueba "es un
concepto procesal", y la fuente de prueba "existe aun cuando el proceso no", y
para que tenga el carácter de prueba "es necesario que la aportemos en el
proceso como medio".11

Derivado de las distintas concepciones en torno a la prueba, se derivan las


innumerables implicaciones de este concepto, de ahí que para algunos sea "un
concepto y un fenómeno metajurídico o, si se quiere ajurídico".12

La prueba, es constantemente recurrida por todos nosotros en la vida diaria,


pues, por ejemplo: las técnicas de cacería consistentes en analizar las huellas
en el pasto, las pequeñas ramas rotas, las huellas en la tierra vinculadas con el
olor, son una clara "fuente de prueba" de que la pieza de caza ha pasado por
ahí. De esta manera, el cazador lleva a cabo la aplicación de silogismos y reglas
de valoración de los medios de prueba sin percatarse siquiera de eso, pues lo
hace por mero instinto.

1. En torno a la noción de medio de prueba

La segunda cuestión a abordar es la relativa a los medios de prueba, resulta


sorprendente que por lo común se homologa y trata a nivel de sinónimos a la
prueba y a los medios de prueba, no obstante que aluden a cuestiones
diversas. En ocasiones, suelen confundirse los elementos con que se prueba y
la prueba. Cuando nos referimos a los medios de prueba, estamos hablando de
la prueba en sí pero utilizada en un determinado proceso judicial, es decir la
prueba existe por sí y al ser ofrecida y admitida dentro de un proceso judicial
adquiere el nivel de medio, no siendo medio de prueba sino sólo cuando se
cumpla el requisito de ser ofrecida y admitida como tal en un proceso.

Por lo que se refiere a la legislación procesal de los estados pertenecientes a la


federación mexicana, casi la totalidad se refiere a los medios de prueba
indicando los elementos con que se prueba en un proceso integrándolos en un
capítulo del título denominado prueba, de donde se desprende la pregunta
relativa a si la presencia de dichos conceptos es meramente fortuita o bien si
refieren cosas diversas. En esta tesitura, se reconocen como medios de prueba
a: la confesión; la testimonial; el dictamen de peritos; la inspección judicial; la
reconstrucción de hechos; la documental; la confrontación; la circunstancial;
los careos; y, las llamadas no especificadas.

2. Distinción entre medio de prueba, prueba y fuente de prueba

Al distinguir entre un medio de prueba, la prueba y la fuente de la


prueba,13 estamos referenciando cuestiones que se encuentran en niveles
completamente distintos, la fuente de prueba vendrá a ser algo preexistente y
extraño al proceso penal, por ejemplo: aquella persona que camina por una
calle y de repente escucha una explosión, dobla la esquina y se encuentra con
un gran incendio en un edificio, al acercarse un poco más al edificio en llamas
escucha que varias personas gritan "estalló una bomba en el edificio", instantes
después llega el cuerpo de bomberos, los elementos de seguridad pública y la
autoridad encargada de la investigación de los delitos, inician las
averiguaciones respecto al incendio y al interrogar a dicho testigo le preguntan
si tiene conocimiento respecto de lo sucedido a lo cual el testigo responde "sí lo
que sucedió es que unos hombres lanzaron una bomba sobre ese edificio...". A
este sujeto, al cual le constan ciertos hechos con relación a la comisión de un
delito podemos decir que hasta ese momento es sólo una fuente de prueba.

El medio de prueba, lo podemos entender como un concepto procesal, de


existencia posterior a la fuente de prueba, siempre y cuando sea ofrecida la
fuente de prueba en el proceso penal, sea aceptada y desahogada (practicada)
como tal. Retomando el ejemplo antes citado: pensemos que el testigo referido
al cual le constan ciertos hechos es ofrecido como medio de prue- ba en el
proceso penal, sólo podremos entenderlo como tal si es admitida dicha fuente
de prueba, de otra manera continuará existiendo pero sólo será una fuente de
prueba.

Por último, la prueba existirá en el momento en que se aporta una fuente de


prueba como medio en el proceso, es aceptada, preparada, desahogada y
valorada conforme al criterio que adopte el titular de un tribunal, de otra
manera simplemente será un medio de prueba pero sin valor probatorio y por
consecuencia no tendrá el carácter de prueba. Ejemplo: Si tenemos a un sujeto
(A) el cual se encuentra de compras en un supermercado y al momento de
seleccionar sus mercancías se percata que enfrente de él se encuentra otro
sujeto (B) el cual introduce de manera sumamente discreta, cierta mercancía
dentro de su gabardina, retirándose inmediatamente del lugar el sujeto (B) con
la mercancía bajo su gabardina y prosiguiendo el sujeto (A) con sus compras,
sin embargo después de realizar sus compras es interceptado por ciertos
miembros encargados de la seguridad del supermercado, los cuales le explican
que tienen una grabación en video en donde sorprenden a un tipo (B)
introduciendo cierta mercancía bajo su gabardina, y en el mismo video aparece
de igual manera este sujeto (A) que ha hecho su compra normal y no ha
cometido ningún delito, solicitándole los encargados de seguridad del
mencionado supermercado su colaboración para levantar cargos en contra del
sujeto (B), a lo cual accede esta persona (A).

En este caso, diríamos que en el momento en que el sujeto (A) sorprenden al


otro (B) robando cierta mercancia, estamos ante la presencia de una fuente de
prueba, en el momento que decide colaborar (A) con los miembros del cuerpo
de seguridad del supermercado para levantar cargos en contra del sujeto (B),
rinde su declaración ante la autoridad investigadora, se consigna al detenido
(B) y se ofrece como medio de prueba el testimonio de esta persona (A), al
admitirse por el juzgador dicho testimonio, entonces adquiere el carácter de
medio de prueba y una vez admitido, preparado, desahogado y valorado
entonces es posible que hablemos de una prueba y no antes.

III. CLASIFICACIONES DE LOS MEDIOS DE PRUEBA

Nos referimos en plural, en virtud de que no es una sino varias las


clasificaciones de los medios de prueba aportadas por la doctrina. En su tratado
sobre los medios de prueba, Bentham señalaba la práctica imposibilidad de
aludir a una sola clasificación de los medios de prueba, afirmando desde aquel
entonces que cualquier propuesta debería contemplar no sólo los medios de
prueba conocidos hasta el momento sino los que aun están por venir y en
atención a que la significación de cada medio de prueba es lo suficientemente
distinta de cada una, las diversas especies deben ser marcadas con
significaciones apropiadas.

Por otra parte, surge el dilema en torno a si debe clasificarse a las fuentes de
prueba, los medios de prueba y bien si la clasificación debe recaer sobre la
prueba en sí, de ahí que algunos autores como Sentís Melendo, consideren
inútil en términos prácticos una clasificación, en virtud de su nula repercusión
en el proceso.14

En el sentido y alcance del término "fuente de prueba", "medio de prueba" y


"prueba", diríamos que la clasificación tiene su origen en las fuentes de prueba,
pues queda claro que éstas existen antes del proceso, por ejemplo: cuando en
las leyes procesales se señala "será admitido como medio de prueba todo
aquello que sea ofrecido como tal", esto nos orilla a deducir que todo lo que se
ofrezca como medio de prueba y sea admitido no constituye por ese hecho
actividad probatoria, sino sólo una fuente de prueba.

De ahí, que cuando los autores entienden por medio de prueba todo aquello
que sea ofrecido como tal mientras no sea contrario a la moral, ni al derecho,
debe quedar claro que en estos casos se está pensando en las fuentes de
prueba no obstante que se utilice el término medios.

La clasificación más tradicional de las fuentes de prueba es la elaborada por


Bentham15 quien consideraba existen ocho posibles clasificaciones:

a) Primera, contempla a los medios de prueba personales y reales, las primeras


son aquellas aportadas por el ser humano y las segundas son generalmente
deducidas del estado de las cosas.

b) Segunda, medios de prueba directos e indirectos o circunstanciales, el


testimonio se aplica al "hecho principal", la testimonial es el más claro ejemplo
de ésta, la circunstancial se refiere a objetos o bien vestigios que permitan
acreditar algo, de ahí lo indirecto de este medio probatorio.

c) Tercera, medios de prueba voluntarios y medios de prueba involuntarios, la


primera se refiere a aquella llevada al juzgador a la primera solicitud o sin
necesidad de solicitud judicial, sin la amenaza o bien sin necesidad de ninguna
medida coercitiva.

d) Cuarta, medios de prueba por práctica (deposition) y medios de prueba por


documento, este carácter dependerá de la producción de éstos, si surgen como
consecuencia y durante el proceso o bien de manera independiente y sin la
intención de utilizarlos en él.

e) Quinta, medios de prueba por documentos ocasionales y medios de prueba


por documentos preconstituidos, el más claro ejemplo de los primeros son la
correspondencia personal, la agenda personal, el diario o cualquier otro
documento análogo que no se haya realizado por el autor con la manifiesta
intención de utilizarla en un proceso judicial. Por otra parte, si los medios de
prueba se produjeron en virtud de un documento auténtico realizado en
cumplimiento a ciertas formas legales con el objetivo de ser destinado
posteriormente en un proceso, entonces recibe la denominación de medios de
prueba preconstituidos.

f) Sexta, medios de prueba independiente de cualquier otra causa y medios de


prueba dependientes, (borrowed evidence) si se refiere a una declaración
judicial rendida en el mismo país o bien en otro, bien pueden ser denominados
medios de prueba dependientes.

g) Séptima, medios de prueba originales y medios de prueba derivados, el


testimonio sería un medio de prueba original, siempre y cuando sea un testigo
presencial y directo de los hechos, pues en caso contrario estaríamos ante
medios de prueba derivados. La misma suerte resulta aplicable a los
documentos originales y las copias fotostáticas.

h) Octava, medios de prueba perfectos y medios de prueba imperfectos, con la


aclaración previa de que la perfección absoluta no es dable de conseguirse ante
la imposibilidad de evitar el error de manera plena, debe mencionarse que en
esta clasificación la perfección a la que se alude es relativa, en atención a la
ausencia de imperfecciones de las que humanamente es posible identificar.
Existen medios de prueba imperfectos por naturaleza, cuando por ejemplo la
mente de un testigo lo imposibilita a declarar con apego a la verdad y, por otro
lado, existen medios probatorios imperfectos en la forma cuando no se
respetan las formalidades a seguirse para tomar la declaración de un testigo.

Por otra parte, otros autores han realizado clasificaciones de las fuentes de
prueba, tal es el caso de Gómez Colomer y Fenech, para quienes existen
medios de prueba personales, reales16 y materiales.17

Finalmente, para García Ramírez,18 existen:

a) Artificiales, creaciones del artificio o de la lógica, tales como la deducción o la


presunción, y, naturales, son las probanzas que se traducen o representan una
concreta e histórica realidad (testigos y documentos).

b) Pruebas de cargo, tienden a comprobar la inculpación, en tanto las de


descargo sirven para exonerar al reo.

c) Genérica, demuestra la existencia del delito, y, específica, acredita a los


participantes en el ilícito.

d) Directa, en la que el hecho a comprobar puede ser advertido por los


sentidos, e, indirecta, en la que no existe relación inmediata entre la prueba y
el hecho a probar, sino que éste se esclarece con auxilio de una cadena de
inferencias (indicio).

e) Histórica, es la que reproduce el hecho que se trata de probar, y, crítica, es


la que permite deducir la existencia de tal hecho o su inexistencia.

f) Personal, recae sobre seres humanos, y, real, que recae sobre cosas u
objetos.

g) Preconstituidas, se preparan antes del proceso para acreditar oportunamente


los hechos; en el derecho romano se hablaba del apoderamiento de animales u
objetos que llevasen las personas que se introducían en el fundo ajeno o que
conducían a los animales que efectuaban ese allanamiento, la posesión tenía un
propósito probatorio. La prueba constituyente se produce una vez surgido el
proceso.

Como puede apreciarse, las anteriores clasificaciones toman claras bases en los
postulados de Bentham, propuestos en la segunda década del siglo XIX, época
desde la cual se planteaba que podrían realizarse tantas clasificaciones como
ópticas o puntos de vista desde los cuales se analicen las fuentes de prueba, la
eficacia procesal de estas clasificaciones nos parece nula, pues no cobra mayor
relevancia, sino que sólo le encontramos utilidad para efectos meramente
docentes.

IV. PRINCIPIOS QUE RIGEN A LOS MEDIOS DE PRUEBA

Básicamente, podemos señalar a cuatro principios con la calidad de rectores del


desarrollo de los medios de prueba, sin que esto obste para afirmar que sean
los únicos, pero sí los más importantes; estos principios son: de averiguación,
de inmediación, de apreciación, in dubeo pro reo.

1. Principio de averiguación19

Se encuentra íntimamente ligado con la actividad del juzgador, se refiere a que


éste en su búsqueda de la verdad a través de las pruebas, no queda ligado a
las declaraciones de los participantes en el proceso (por ejemplo, la confesión
del acusado); a determinadas actitudes del imputado (por ejemplo su
incomparecencia es irrelevante respecto a la cuestión central de si es culpable o
inocente) y, a las solicitudes interpuestas, siendo factible que introduzca de
oficio las pruebas que considere pertinentes. Para mayor ilustración basta una
lectura del artículo 180 del Código Federal de Procedimientos Penales que a la
letra señala:. Para la comprobación de los elementos del tipo penal y de la
probable responsabilidad del inculpado, el Ministerio Público, sus auxiliares, la
policía judicial y los tribunales gozarán de la acción más amplia para emplear
los medios de investigación que estimen conducentes según su criterio, aun
cuando no sean de los que menciona la ley, siempre que estos medios no sean
contrarios a derecho.

2. Principio de inmediación

Hace referencia a la conducta que debe adoptar el juzgador ante los medios de
prueba en su doble aspecto subjetivo o formal y objetivo o material.

El aspecto formal se refiere a la aspiración de que el juzgador se relacione lo


más directamente con los medios de prueba, precisando de ser posible la
práctica de los mismos, y el aspecto objetivo tiende a que el juzgador dé
preferencia para formar su convicción a aquellos medios de prueba en más
directa relación con el hecho, circunstancia o conducta a probar.

Un ejemplo característico es el contenido del artículo 16 del Código Federal de


Procedimientos Penales tercer párrafo que a la letra señala: "En el proceso, los
tribunales presidirán los actos de prueba y recibirán por sí mismos, las
declaraciones", de donde se desprende claramente el principio de inmediación
desde el punto de vista formal pues se obliga a los titulares de los tribunales a
recibir por sí mismos las declaraciones y demás actos de prueba.

3. Principio de apreciación

Para Niceto Alcalá Zamora y Castillo existen cuatro sistemas de apreciación de


las pruebas: el ordálico, el legal, el libre, y el de sana crítica o apreciación
razonada:

a) Ordálico, es aquel sistema de apreciación de las pruebas que deriva de la


divinidad, siendo ésta quien decide lo relativo al valor mismo de la prueba,
ateniéndose el juez a los resultados físicos de la ordalía.

b) Legal, este sistema de apreciación se refiere a la situación de que la ley es la


encargada de fijar el valor rigurosamente tasado de cada prueba, este régimen
se considera como absurdo.

c) Prueba libre, en este sistema el juez aprecia, sin mayor vínculo, el valor que
cada prueba le merece, sin cuidar de convencer en torno al porqué de tal
determinación.

En este sistema, sólo se trata de vencer y no de convencer, por ejemplo: en los


jurados populares cuando los miembros sólo determinan o se pronuncian por lo
relativo a si es culpable o inocente el procesado y no las pruebas aportadas y al
valor de cada una.

d) Sana crítica, en este sistema el juez resuelve sobre el valor de la prueba al


margen de cualquier paradigma legal, pero fundado y motivando el porqué de
su proceder.

En nuestro país encontramos la aplicación de los sistemas anteriores salvo el


ordálico. La prueba tasada o legal es el sistema adoptado por la generalidad de
los códigos procesales penales del país y el sistema de sana crítica al cual se
acoge el Código Federal de Procedimientos Penales, tal como se desprende del
texto del artículo 290 al expresamente señalar que "los tribunales en sus
resoluciones expondrán los razonamientos que hayan tenido para valorar
jurídicamente la prueba", motivo por el cual, podemos deducir que los
tribunales no están sujetos a reglas de valoración derivadas de una tasación
legal, sino a valorar los medios de prueba a partir de razonamientos claramente
expuestos.

4. Principioin dubeo pro reo

Se basa en el sentido de que en caso de duda hay que fallar en favor del
acusado, no se encuentra expresamente formulado en el Código Adjetivo
Federal, pero sí en el artículo 247 del Código de Procedimientos Penales del
Distrito Federal, que a la letra consigna "en caso de duda deberá de
absolverse". En el anterior Código Federal de Procedimientos Penales artículo
252, se contemplaba de manera expresa dicho principio al consignarse, en los
mismos términos, en que actualmente dispone el Código de Procedimientos
Penales del Distrito Federal.

V. OBJETO DE LA PRUEBA

1. Hechos

Al hablar del objeto central de la prueba, hacemos referencia a los hechos, los
cuales vendrán a constituir el campo medular de aplicación, en torno a éstos,
analizaremos aspectos tales como la admisión en el proceso de hechos del
conocimiento privado del juzgador, los hechos notorios y los hechos
confesados.

A. La admisión en el proceso de hechos del conocimiento privado del


juzgador

Al respecto, es dable mencionar por principio de cuentas que el juez no es una


máquina de administrar justicia, sino ante todo un homo sapiens in genere,
siendo prácticamente imposible prohibirle pensar y aportar sus pensamientos al
proceso judicial.

Por ejemplo: al practicar el juez una inspección judicial en términos de la ley


procesal, el juez aporta apreciaciones captadas a partir de su particular
concepción, siendo claro que en esos casos el juez no actúa de manera
particular sino ligado al proceso y, por consecuencia, ninguna duda cabe
respecto al aporte dentro del proceso de ese tipo de hechos y circunstancias.

Sólo en ciertos casos, es posible admitir la entrada directa en el proceso de


hechos del conocimiento privado del juez, pero entonces hablamos de que el
juez se comportará como un testigo y no como un juez, en este supuesto
estamos ante hechos distintos de aquellos que el juzgador tiene conocimiento
por su actividad jurisdiccional y en tal virtud debe quedar claro que para poder
tener relevancia procesal el juzgador deberá comparecer en calidad de testigo
en un proceso.

B. Los hechos confesados

Probablemente, cualquiera pensaría que ante la confesión plena de ciertos


hechos, la prueba debiese resultar ociosa, llegando a su final el proceso. Sin
embargo, surge la problemática relativa a los errores de las partes sobre el
reconocimiento de ciertos hechos que otorguen facultad al juez para resolver el
proceso dictando su sentencia condenatoria, la cual podría resultar absurda y
sospechosa de contener dolo e incluso de haberse maquinado un fraude legal,
por lo cual, no resulta ser sano para el funcionamiento de los tribunales,
facultar a los jueces a dictar resoluciones fundados exclusivamente en la
confesión, pues pueden parecer cómplices de sucios manejos por parte de
individuos o de colectividades.

Al estar en presencia de hechos confesados ante agentes de la policía judicial,


puede ser que dicha confesión se encuentre viciada por el hecho de haber sido
arrancada por la tortura o la violencia moral o física. Por eso, la confesión ante
autoridad distinta del Agente del Ministerio Público o Juez se le resta valor
probatorio, tal y como lo consigna el artículo 287 del Código Procesal Penal
Federal.20

Ahora bien, no obstante que exista la confesión del detenido, acorde con lo
establecido por el artículo 285 del Código Federal de Procedimientos Penales, el
valor que se le otorgará será el de mero indicio.

En países como Estados Unidos de América e Inglaterra, debemos diferenciar


las figuras derivadas de la declaración del acusado denominada: plea
bargain en sus modalidades de plea guilty (culpable) y plea not
guilty (inocente), sujeto a la circunstancia de que la confesión se realice de
manera libre y espontánea, en pleno conocimiento y consciente el confeso de
sus implicaciones, hecha personalmente por el acusado y no por su defensor o
cualquier otra persona.21

Para Lord Parker,22 en la declaración de culpabilidad (plea guilty) se deben


observar cuatro principios:

a) El defensor debe tener libertad para brindar a su cliente el mejor consejo el


cual puede incluir la recomendación de una declaración de culpabilidad,
enfatizando que no debe hacer eso si no ha cometido los hechos del delito
imputado.

b) El indiciado debe tener plena libertad de elección sobre su culpabilidad y la


declaración que vierta al respecto.

c) Debe haber libertad de acceso entre el abogado y el juez, pero cualquier


discusión se realizará ante la presencia del defensor. Por otro lado, la justicia
debe tener lugar en una corte abierta, de esta manera se justifican discusiones
privadas que necesariamente deben estar limitadas, esto resulta apropiado, por
ejemplo, cuando el acusado está manifestando su voluntad de declararse
culpable del delito que se le imputa.

d) El juez no debe en ningún momento señalar la sentencia a imponer si es que


existe cualquier sugerencia en este sentido, explícita o implícita, respecto a ser
diferente si el acusado se declara culpable (pleaded guilty) o bien inocente (not
guilty), según sea el caso.

En el caso de Inglaterra, existen al menos diez distintos cursos que pueden


tomar la acción en contra del acusado cuando es interrogado respecto a cómo
se declara,23 siete de ellas se consideran declaraciones formales (pleas). La
práctica recomienda, en todo caso, que el acusado sea llamado ante los
estrados de la corte, los hechos de la acusación son puestos ante el juez para
un análisis preliminar del derecho y con base en esto el acusado puede
declararse culpable o bien inocente.
Con la figura del plea bargain, se produce una extraña civilización, si así se
pudiera llamar, del proceso penal, directamente encaminado a obtener una
economía procesal bajo el manejo de esta fórmula.

C. Hechos notorios

Por lo que respecta a los hechos notorios o del conocimiento general de una
comunidad de personas, Calamandrei consideraba que no bastaba el ser
conocidos por la generalidad de ciudadanos en un lugar y momento en que se
produce la sentencia, no siendo el conocimiento efectivo del hecho lo
importante, sino la normalidad del conocimiento por los miembros de un cierto
círculo de personas.

La notoriedad de ciertos hechos, se distingue en general, local y del tribunal,


pues puede ser que ciertos hechos sean del conocimiento general de una
comunidad, de cierta localidad o del tribunal que está conociendo del asunto.

Los hechos notorios no son lo mismo que los hechos evidentes, de los primeros
tan sólo se tiene noticia y en cuanto a los segundos constituyen una verdad
axiomática, de tal manera que a nivel histórico encontramos hechos evidentes.

Comúnmente, encontramos la palabra inglesa evidence, citada en tratados,


artículos y demás publicaciones jurídicas, traducida por algunos con la palabra
evidencia, cabe hacerse la aclaración de que no se refiere a evidencia, sino a
los medios de prueba directos.

Ahora bien, debe tenerse cuidado con los medios de comunicación masiva, que
en ocasiones comunican noticias falsas, atribuyendo la calidad de notoriedad a
ciertos hechos que son falsos y posteriormente no admiten lo relativo a su
falsedad.

2. Costumbre

La costumbre vista como objeto de la prueba y como fuente del derecho, para
efecto de que opere en tal sentido, debe ser acreditada en un proceso y no sólo
invocada. Lo ambiguo surge en este caso, desde el momento de la indefinición
e inexistencia de tratados o libros que nos aporten noticia respecto de la
aparición de nuevas costumbres o bien su desaparición.24

La prueba de dichas costumbres, resulta de importancia dada las actuales


reformas ocurridas a la legislación penal federal en donde se contempla que
tratándose de indígenas, se observarán las prácticas y características que
puedan tener como miembros de un grupo étnico o comunidad indígena.

Actualmente el artículo 146 del Código Federal de Procedimientos Penales,


señala:

Durante la instrucción, el tribunal que conozca del asunto deberá observar de


las circunstancias peculiares del inculpado, allegándose datos para conocer su
edad, educación e ilustración; sus costumbres y conductas anteriores; los
motivos que lo impulsaron a delinquir; sus condiciones económicas y las
especiales en las que se encontraba en el momento de la comisión del delito; la
pertenencia del inculpado en su caso, a un grupo étnico indígena y las prácticas
y características que como miembro de dicho grupo pueda tener.

En el mismo orden de ideas pero con sentido diferente, la Suprema Corte de


Justicia de la Nación ha sostenido que:

COSTUMBRE CONTRARIA A DERECHO No son de tomarse en consideración los


argumentos que invoquen por lo que hace a costumbres que existan en cierta
región ni la supuesta idiosincrasia de sus habitantes, para que se convaliden
comportamientos delictuosos para repeler agravios, pues ello sería justificar
actos de venganza de represión sin que el hecho de punirlas conlleve a los
infractores al desprecio público dado que reconocer el derecho de causar daño
por ofensas, si no pretéritas, sí evitables por otros medios, equivale a tanto
como contrariar la norma de que nadie puede hacerse justicia por su propia
mano.

Amparo directo 2656/73. Bartolo Reséndiz Castillo. 16 de agosto de 1974,


mayoría de 3 votos, ponente Manuel Rivera Silva, disidente: Ezequiel Burguete
Farrera.

HONOR MILITAR, DELITOS CONTRA ÉL. COSTUMBRE DE NO PAGAR LAS


DEUDAS CONTRAÍDAS

Cuando el código castrense en su capítulo sobre "delitos contra el honor


militar", erige en tipo (artículo 408, fracción I), el que un militar "acostumbre
no pagar sus deudas contraídas", está describiendo como acreedora de pena la
conducta de quien, perteneciendo al ejército, en ocasiones reiteradas, y no
necesariamente en todos los casos, no cubre los adeudos que contrae ya que se
estima que tal conducta trae demérito para la buena opinión que todo miembro
del ejército está obligado a que se tenga de él, ya que pertenece a una
institución en que los conceptos de lealtad, honor, así como la disciplina, son
las bases en que dicha institución se sustenta en estas condiciones, si el
inculpado en distintas ocasiones ha contraído deudas, y transcurrido un tiempo
más que suficiente para que sean solventadas omite dar respuesta a las
diversas instancias de cobro, debe concluirse que el delito queda integrado. El
hecho de que alguno de los adeudos pudiera ya haber prescrito de acuerdo con
la legislación civil o mercantil aplicable en nada afecta a la integración del
delito, pues como ya se dijo lo que tutela la figura es la buena opinión que debe
procurarse tenga de el individuo que pertenece al ejército, en que la idea de
honor es una de las que se consideran bases de la institución.

Amparo directo 4640/75. Francisco Alcocer Montes.

3. El derecho extranjero

Para algunos, el derecho no está sujeto a prueba y efectivamente esa fórmula


resulta aplicable en el caso de las disposiciones legales internas de un país,
caso en el cual resultaría absurdo sujetarlas a la prueba, sin embargo, resulta
pertinente demostrar su vigencia.

En lo que se refiere a las disposiciones legales pertenecientes a otros sistemas


jurídicos, como podría ser el caso de las estatales en un sistema federal como
el mexicano, es necesario acreditarlo. Por otra parte, en términos de lo que
señala el artículo 14 fracción I del Código Civil, la persona que invoque el
derecho extranjero deberá acreditar su contenido y vigencia por los medios de
prueba admitidos en el proceso, no obstante esto, el juzga- dor puede valerse
de tantos instrumentos de cercioración como estime conveniente.

Siendo necesario en los más de los casos demostrar:

a) El contenido de la norma extranjera que se invoca.

b) Vigencia.

c) Prueba por medio de dictámenes de facultades de derecho, institutos de


investigaciones, embajadas, consulados, etcétera, del contenido de dichas
disposiciones legales.

VI. FUNCIÓN DE LOS MEDIOS DE PRUEBA EN MATERIA PENAL

La función de los medios de prueba en materia penal podemos entenderla como


"obtener la verdad", pero cabe la aclaración que no será la verdad absoluta,
sino algunos de sus grados, formal o material, que si bien no es lo mismo se
encuentra sumamente aproximado a la verdad subjetiva y verdad objetiva.

El juez como ser humano no puede prescindir de la verdad para dictar sus
resoluciones, pero por más esfuerzo que realice sólo podrá obtener una versión
subjetiva de la verdad.25

VII. LA CARGA DE LA PRUEBA EN MATERIA PENAL

A este respecto, resulta aplicable el principio de que las partes probarán los
hechos en que funden su pretensión o bien conforme a los cuales basen su
resistencia a tal pretensión. Es decir, la parte acusadora debe acreditar los
elementos constitutivos del particular tipo penal imputado al procesado y éste a
su vez tratará de demostrar las excluyentes de responsabilidad o bien
atenuantes correspondientes.

Existen, por otro lado, algunos autores que niegan la carga de la prueba en
materia penal, opinión ante la cual nos oponemos, pues a nuestro entender sí
existe efectivamente una carga para cada una de las partes que intervienen en
el proceso penal, y esto puede comprobarse a partir de los requisitos
contemplados en el artículo 16 constitucional relativos a la acreditación de los
elementos del tipo penal y la probable responsabilidad, como carga de la
prueba, para el Ministerio Público si es que pretende obtener una orden de
aprehensión.26

VIII. LOS MEDIOS DE PRUEBA EN MATERIA PENAL

El actual Código Federal de Procedimientos Penales reconoce que pueden ser


ofrecidos como medios de prueba: la confesión, la inspección, la reconstrucción,
peritos, testigos, confrontación, careos, documentos y todo aquello que se
ofrezca como tal, siempre que pueda ser conducente y no vaya contra el
derecho a juicio del juez o del tribunal.

El primer Código Federal de Procedimientos Penales aparece en nuestro país el


16 de diciembre de 1908, cuando el entonces presidente de la República,
general Porfirio Díaz, en uso de la autorización concedida por Decreto de 24 de
mayo de 1906 y 13 de diciembre de 1907, expidió el Código Federal de
Procedimientos Penales.

En dicho Código, el artículo 254 reconocía como medios de prueba: La


confesión judicial; los instrumentos públicos y solemnes; los documentos
privados; el juicio de peritos; la inspección judicial; las declaraciones de
testigos, y las presunciones.

1.Confesión

Considerada durante años como la reina de las pruebas, formalmente apareció


contemplada en el mencionado Código Adjetivo de 1908, empero no se
efectuaba aclaración alguna respecto de lo que debería entenderse por
confesión, lo cual representaba un problema de suma importancia.

El mencionado ordenamiento señalaba al respecto de la confesión que haría


prueba plena siempre y cuando se cumplieran los siguientes requisitos: Que
esté plenamente comprobada la existencia del delito; que sea hecha por
persona mayor de catorce años, con pleno conocimiento y sin coacción ni
violencia; que sea hecha ante juez o tribunal de la causa o ante el funcionario
de policía judicial que obre en auxilio de la justicia federal, y que no haya otras
pruebas que, a juicio del juez, la hagan inverosímil.

De donde se desprende, en primer lugar, que el valor atribuido a la misma era


de plena, si se reunían los requisitos mencionados, de entre los cuales destaca
el relativo a la comprobación de la existencia del delito, que nos parece
pretendía decir "comprobación del cuerpo del delito", o más bien, como
modernamente se diría "comprobación de los elementos del tipo penal"
correspondiente.

Posterior al Código de 1908, fue aprobado el Código de Procedimientos Penales


de 1934, en donde se le otorga un trato diferente a la confesión, con el valor de
plena en los siguientes casos:

a) Cuando fuese vertida en materia delitos de peculado, abusos de confianza y


fraude, si no hubiese sido posible comprobar el cuerpo del delito, pero para el
peculado era necesario, además que se demuestre por cualquier otro medio de
prueba el hecho de que el inculpado estuviere encargado de un servicio público.

b) Cuando se tratase de un delito de robo y no hubiese sido posible comprobar


el cuerpo del delito, entonces, se tendría por comprobado si el inculpado
confiesa el robo que se le imputa, aun cuando se ignore quién sea el dueño de
la cosa objeto del delito.

De igual manera, se establecía que la confesión debiese reunir los siguientes


requisitos:

Que sea hecha por persona mayor de dieciocho años, con pleno conocimiento y
sin coacción ni violencia;

Que sea hecha ante el funcionario de policía judicial que practique la


averiguación previa o ante el tribunal que conozca del asunto;

Que sea de hecho propio;


Que no haya datos que al juicio del tribunal la hagan inverosímil.

En la actualidad, entendemos a la confesión en términos del artículo 207 del


Código Federal de Procedimientos Penales, como:

La declaración voluntaria hecha por persona no menor de 18 años, en pleno uso


de facultades mentales, rendida ante el Ministerio Público, el Juez o tribunal de
la causa, sobre hechos propios constitutivos del tipo delictivo materia de la
imputación, emitida con las formalidades señaladas por el artículo 20 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se admitirá en cualquier
estado del procedimiento, hasta antes de dictar sentencia irrevocable.

Definición legal de la confesión de donde es factible entresacar los siguientes


elementos:

a) Es una declaración voluntaria

b) Rendida por una persona no menor de 18 años

c) En pleno uso de facultades mentales

d) Ante el Ministerio Público, juez o Tribunal

e) Sobre hechos propios

f) Que los hechos sobre los que verse sean constitutivos del tipo delictivo
materia de la imputación

g) Con las formalidades señaladas en el artículo 20 de la Constitución

h) Admisible en cualquier estado del procedimiento

No obstante los requisitos mencionados con antelación, para de poder


reputarse como válida requiere cumplir con los requisitos siguientes:

a) Que sea hecha por persona no menor de 18 años

b) Que sea en contra del confeso

c) Que sea hecha con pleno conocimiento

d) Que sea sin coacción

e) Que sea sin violencia física o moral

f) Que sea ante Ministerio Público, Tribunal o juez de la causa

g) Que sea con asistencia de su defensor o persona de su confianza

h) Que el inculpado se encuentre debidamente informado del procedimiento y


del proceso
i) Que sea de hecho propio

j) Que no existan datos ante el juez o tribunal que la hagan inverosímil

Con motivo de la reforma del 10 de enero de 1994, las diligencias practicadas


por agentes de la Policía Judicial Federal o local, tendrán valor de testimonios
que deberán complementarse con otras diligencias de prueba que practique el
Ministerio Público, para atenderse en el acto de la consignación, pero en ningún
caso se podrá tomar como confesión lo asentado en aquéllas,27adicionalmente
en el artículo 20 constitucional fracción II se establece la prohibición de obligar
a declarar; en caso de ser voluntaria se prevé que sea con la asistencia de su
defensor.28

En lo relativo a su valor, será la autoridad la que establezca cómo será


considerada tomando en cuenta los requisitos señalados por el artículo 287 y
razonando la determinación que tiene para valorar jurídicamente a la confesión.

Por último, basta hacer la aclaración de que nuestro actual Código Federal de
Procedimientos Penales, claramente ha superado las antiguas fórmulas
establecidas en algunas leyes procesales para la valoración jurídica de la
prueba, al disponer en el artículo 285, que todos los medios de prueba o de
investigación, incluyendo la confesión, constituyen meros indicios, acabando de
esta manera la ley procesal penal mexicana con los viejos moldes de la prueba
tasada, en que el juzgador estaba obligado a otorgarle valor probatorio a
ciertas pruebas cuya ineficacia resultaba a todas luces manifiesta, así como con
la añeja práctica de otorgarle un valor preponderante.

2. Testigos

Denominada en el Código Federal de Procedimientos Penales de 1908, como


declaraciones de testigos, el juez se encontraba facultado para examinar a los
testigos presentes cuya declaración se solicite o resulte indicada por cualquier
motivo.

Se eximía de la obligación de comparecer como testigos al tutor, curador,


pupilo o cónyuge del inculpado, ni a sus parientes por consanguinidad o
afinidad en línea recta descendente, sin limitación de grados, y en la colateral
hasta el tercero inclusive; sin embargo, en caso de declarar por voluntad
propia, se les recibía la declaración correspondiente. Semejante fórmula
continúa vigente a la fecha pero de una manera más amplia, toda vez que se
incluye de igual manera a los parientes por consanguinidad o afinidad en línea
recta ascendente o descendente hasta cuarto grado, es decir se aumenta un
grado más y se incluye a la línea ascendente, así como a las personas que
estén ligadas con el inculpado por amor, respeto, cariño o estrecha amistad.

Estaban obligados a dar la razón de su dicho y debiesen ser citados para


comparecer a declarar por medio de cédula, la cual debería contener: a) la
designación legal del juzgado o tribunal ante quien deba presentarse el
testigo; b) el nombre, apellido y habitación del testigo, si se supieren, en caso
contrario, los datos necesarios para identificarlo; c) el día, hora y lugar en que
deba comparecer; d) la pena que se le impondrá si no compareciere; e) la
media firma del juez y la firma entera del secretario de juzgado.

La citación se hacía personalmente al testigo, donde quiera que se le localice o


en su habitación aun cuando no estuviere en ella, pero en este caso se hacía
constar el nombre de la persona a quien se entregue la cédula. Si aquella
manifestare que el citado se encuentra ausente, dirá dónde se encuentra,
desde qué tiempo y cuándo se espera su regreso, y todo esto se hacía constar
para que el juez dictara las providencias que fueren procedentes.

Si el testigo se encontrara fuera de la población, pero en el distrito


jurisdiccional, se comisionará al juez del fuero común para que lo examinara, o
bien si se hallaba fuera del territorio jurisdiccional se le examinaría por medio
de exhorto dirigido al juez de su residencia.

De igual manera, se establecía la prohibición de admitir como testigos a


personas de uno u otro sexo que no hubiesen cumplido catorce años; ni las que
hayan sido condenadas en juicio criminal, por delito que no sea político, a
cualquiera de las penas siguientes: muerte o prisión extraordinaria; suspensión
de algún derecho civil o de familia; suspensión, destitución o inhabilitación para
algún cargo, empleo u honor, o, en general, para toda clase de empleos, cargos
u honores y sujeción a la vigilancia de la autoridad política.

Sin embargo, en caso de que las circunstancias así lo exigieren por haberse
cometido el delito en alguna cárcel y sin más testigos que los mismos
condenados a alguna de las penas referidas, éstos podrán ser admitidos como
testigos.

En los demás casos los testigos se examinan:

a) Si ninguna de las partes se opusiere

b) Si aun cuando haya oposición, el juez cree necesaria la declaración para el


esclarecimiento de los hechos, pero en tales casos se hará constar esta
circunstancia.

En lo relativo al valor esta prueba, se establecía que dos testigos que no sean
inhábiles por las causas señaladas harán prueba plena siempre y cuando:

a) Convengan no sólo en la sustancia, sino en los accidentes del hecho que


refieran.

b) Que hayan oído pronunciar las palabras de que se trate, o visto el hecho
material sobre que depongan.

c) Cuando convengan en la sustancia y no en los accidentes, siempre que


éstos, a juicio del juez o tribunal, no modifiquen la esencia del hecho.

Los requisitos a cumplirse para apreciar la declaración de los testigos


consistían:

Que el testigo no sea inhábil,

Que por su edad, capacidad o instrucción legal tenga el criterio necesario para
juzgar el acto,

Que por su probidad, por la independencia de su posición y por sus


antecedentes personales, tenga completa imparcialidad,
Que el hecho de que se trate sea susceptible de ser conocido por medio de los
sentidos, y que el testigo conozca por sí mismo y no por in- ducciones ni
referencias de otras personas,

Que la declaración sea clara y precisa, sin dudas ni reticencias, ya sobre la


sustancia del hecho, ya sobre sus circunstancias esenciales,

Que el testigo no haya sido obligado por fuerza o miedo, ni impulsado por
engaño o error o soborno.

En lo referente al número de testigos, se establecía que si ambas partes


hubiesen aportado igual número de testigos, el tribunal decidirá por el dicho de
los que merezcan mayor confianza, y en caso de que todos merecieren igual
confianza, se absolvía al acusado.

Si una parte hubiere ofrecido un mayor número de testigos que la otra, el juez
o tribunal se decidirá por la mayoría, siempre que en todos concurran los
mismos motivos de confianza. En caso contrario, obrará como le dicte su
conciencia, fundando especialmente esta parte de su fallo.

Sólo producían presunción:

a) Los testigos que no convienen a la sustancia, los de oídas y la declaración de


un sólo testigo,

b) Las declaraciones de testigos singulares que versen sobre actos sucesivos


referentes a un mismo hecho,

c) La fama pública.

Con la entrada en vigor del Código Federal de Procedimientos Penales, la


situación en materia de medios de prueba recibió un cambio significativo, pues
se eliminó lo relativo al examen de testigos por solicitud previa o por cualquier
motivo, introduciéndose lo relativo al examen de testigos cuya declaración
soliciten las partes en virtud de ser de interés para la secuela del proceso.

En cuanto a la citación de testigos para declarar, se eliminaron los re-quisitos


que debería contener la cédula y simplemente se mencionó la obligación a
cargo de todo testigo de rendir su declaración cuando sea citado para tal
efecto, subsistiendo los casos de excepción mencionados en el Código anterior
de 1908.

Traduciéndose dicha fórmula en el Código de 1934 en que el juez podría


examinar a los testigos cuya declaración soliciten las partes. Actualmente, el
Código Adjetivo Penal Federal establece:. Si por revelaciones hechas en las
primeras diligencias, en la querella o por cualquier otro modo, apareciere
necesario el examen de algunas personas para el esclarecimiento de un hecho
delictuoso, de sus circunstancias o del delincuente, el juez deberá examinarlas.

Ahora bien, pasando al aspecto relativo a la declaración del testigo, la ley


procesal actualmente establece:

Artículo 247. Antes de que los testigos comiencen a declarar se les instruirá de
las penas que el código penal establece para los que se conducen con falsedad
o se niegan a declarar. Lo cual se hará en presencia de todos los testigos. A los
menores de dieciocho años, en vez de hacérseles saber las penas en que
incurren los que se producen con falsedad, se les exhortará para que se
conduzcan con verdad.

Prosigue el Código Procesal señalando:

Después de tomarle la protesta de decir verdad, se preguntará al testigo su


nombre, apellido, edad, lugar de origen, habitación, estado civil, profesión u
ocupación; si se halla ligado con el inculpado o el ofendido por vínculos de
parentesco, amistad o cualquiera otros y si tiene algún motivo de odio o rencor
contra alguno de ellos.

Ahora bien, de lo anterior resulta de sumo interés lo relativo a la protesta de


decir verdad, la cual no aclara el Código Procesal Penal Federal en qué sentido
se hará constar, pero que sí señala el Código Adjetivo Penal del Distrito Federal,
en su artículo 280 el cual a la letra establece:

A toda persona que deba examinarse como testigo o como perito, se le recibirá
protesta de producirse con verdad, bajo la siguiente fórmula: "¿Protesta usted
bajo su palabra de honor y en nombre de la ley declarar con verdad en las
diligencias en que va a intervenir?" Al contestar en sentido afirmativo, se le
hará saber que la ley sanciona severamente el falso testimonio.

Del precepto anterior, se desprende que la protesta de decir verdad debe cubrir
dicho requisito formal a falta del cual se tendrá por no practicada legalmente, y
de igual manera se desprende de lo anterior que si la persona contesta
afirmativamente protestando conducirse con verdad, se le harán saber las
sanciones establecidas en la ley para el falso testimonio.

En lo relativo al valor de la declaración del testigo, el tribunal debe tomar en


consideración:

Que por su edad, capacidad e instrucción tenga el criterio necesario para juzgar
del acto;

Que por su probidad, la independencia de su posición y antecedentes


personales tenga completa imparcialidad;

Que el hecho de que se trate sea susceptible de conocerse por medio de los
sentidos, y que el testigo lo conozca por sí mismo y no por inducciones ni
referencias de otro;

Que la declaración sea clara y precisa, sin dudas ni reticencias, ya sobre la


sustancia del hecho, ya sobre sus circunstancias esenciales;

Que el testigo no haya sido obligado por fuerza o miedo, ni impulsado por
engaño, error o soborno. El apremio judicial no se reputará fuerza.

El valor que le atribuye el Código Federal de Procedimientos Penales es el de


mero indicio, rompiendo con esto la ley procesal federal con los viejos moldes
relativos al valor de las pruebas tasado, que continúa en vigor en los más de
los códigos procesales estatales de la República Mexicana.
En materia de testigos, se reformaron los artículos 242 y 249 con el fin de
hacerlos acordes con el derecho otorgado en el artículo 20 constitucional parte
final a la víctima y al ofendido, de esta forma se les concedió el derecho de
participar activamente en el interrogatorio de los testigos, derecho que hasta
entonces se ejercía a través del Ministerio Público en lo que atañe a la víctima y
ofendido, y por medio del defensor en lo referente al inculpado, superándose la
fórmula en el sentido de autorizar al tribunal para que por su conducto se
hicieran los interrogatorios cuando lo estimara conveniente. Actualmente, el
tribunal conserva su facultad de interrogar a las partes y la facultad de
desechar las preguntas que sean señaladas como impertinentes o
inconducentes, sujeto a la regla de la objeción previa de parte o bien a su
juiciosa calificación, en este sentido se superó la añeja fórmula que en materia
de interrogatorio a testigos autorizaba al tribunal a desechar las preguntas que
resultaran capciosas e inconducentes. De esta manera, se homologó el
contenido del artículo 249 con lo dispuesto por el 242 el cual señalaba que el
juez desechará las preguntas impertinentes o inconducentes, eliminándose el
término "capcioso" que no resulta tener un contenido semántico ni siquiera
cercano a lo "impertinente", pues mientras que el primero hace referencia a lo
"artificioso, engañoso", lo segundo alude "a lo que no viene al caso, o que
molesta de palabra o de obra" e introduciendo que las preguntas se podrán
desechar si resultan impertinentes o inconducentes, quedando obsoleto el
término "capcioso" el cual operaba para el caso de objeciones al interrogatorio
de los testigos.

3. Inspección

A través de la inspección, la autoridad, sea el Ministerio Público o el juzgador,


realiza una verificación directa de ciertos hechos, al través de sus propios
sentidos, con el objetivo de apreciar la realidad de ciertos hechos,
controvertidos.

La materia de la inspección acorde con el artículo 208 del Código Procesal Penal
Federal, es todo aquello que pueda ser directamente apreciado por la autoridad
que conozca del asunto. En todos los casos debe realizarse ante la presencia
del Ministerio Público, o, en su caso, del juez, según se trate de averiguación
previa o del proceso.

Para lograr una descripción de lo inspeccionado, es posible emplear según sea


el caso, dibujos, planos topográficos, fotografías ordinarias o métricas,
moldeados o cualquier otro medio para reproducir las cosas, haciéndose constar
en el acta cuál o cuáles de aquéllos, en qué forma y con qué objeto se
emplearon, la descripción se debe realizar por escrito, tratando de fijar con
claridad los caracteres, señales o vestigios que el delito dejare, el instrumento o
medio que probablemente se haya empleado y la forma en que se hubiere
usado.

Además, es posible examinar a las personas presentes en la inspección, si


pueden proporcionar un dato útil para la averiguación. Siendo factible de igual
forma, que los peritos puedan estar presentes al momento de realizarse la
inspección.

Por otra parte, el Código Procesal Penal Federal señala que podrá tener dicho
carácter cuando su objeto sea apreciar las declaraciones que se hayan rendido
y los dictámenes periciales que se hayan formulado. El valor de la inspección es
pleno a nivel federal.

4. Reconstrucción

Aun cuando no se encuentra en un sólo apartado, constituye un medio de


prueba adicional, consistiendo como su nombre lo indica en la reconstrucción
de los hechos en el lugar donde se cometió el delito, cuando dichas
circunstancias tengan relevancia, en caso contrario podrá ser en cualquier
lugar, sin embargo se requiere de la práctica previa de la inspección en caso de
que se deba practicar en el mismo lugar donde ocurrieron los hechos y del
examen de los testigos.

Al solicitarse dicha reconstrucción, debe especificarse con claridad cuáles son


los hechos y circunstancias a esclarecer, si existen varias versiones distintas
acerca de la forma en que ocurrieron los hechos, se practicarán si fueren
conducentes al esclarecimiento de los mismos las reconstrucciones relativas a
cada una de aquéllas. El valor de la reconstrucción es de un mero indicio a nivel
federal.

5. Confrontación

Al momento en que se recibe la declaración de una persona sea a nivel de


confesión o bien de testimonio, y una persona se refiera a otra deberá ser de
manera clara y precisa, mencionando, si le fuere posible, el nombre, apellido,
habitación y demás circunstancias que puedan servir para identificarle.

En caso de que el declarante no pueda dar noticia exacta de la persona a quien


se refiera, pero exprese que podrá reconocerla si se le presentare, el tribunal
procederá a la confrontación. Igualmente, procederá cuando alguien declare
conocer a una persona y haya motivos para sospechar que no la conoce.

Al momento de practicarse la confrontación se deben cuidar los siguientes


puntos:

Que la persona que sea objeto de ella no se disfrace, ni se desfigure, ni borre


huellas o señales que puedan servir al que tiene que designarla;

Que aquella se presente acompañada de otros individuos vestidos con ropas


semejantes y aún con las mismas señas que las del confrontado si fuere
posible;

Que los individuos que acompañen a la persona que va a confrontarse sean de


clase análoga, atendidas su educación, modales y circunstancias especiales.

En caso de que alguna de las partes estime conveniente que se tomen mayores
precauciones, el tribunal podrá acordarlas si lo estima conducente.

El confrontado deberá elegir el sitio en que quiera colocarse con relación a los
que lo acompañen y pedir que se excluya del grupo a la persona que le parezca
sospechosa. Siendo posible que el tribunal limite el uso de dicho derecho.

En el momento de la diligencia de confrontación se procederá colocando en una


fila a la persona que deba ser confrontada y a las que hayan de acompañarla, y
se interrogará al declarante sobre:

Si persiste en su declaración.

Si conocía con anterioridad a la persona a quien atribuye el hecho o si la


conoció en el momento de ejecutarlo; y

Si después de la ejecución lo ha visto, en qué lugar, con qué motivo y con qué
objeto.

Se le llevará frente a las personas que formen el grupo, se le permitirá mirarlas


detenidamente y se le prevendrá que toque con la mano al que se trate,
manifestando las diferencias o semejanzas que tuviere entre el estado actual y
el que tenía en la época sea la que se refirió en su declaración. El valor
probatorio de la confrontación es de mero indicio.

6. Careo

En materia de careos debemos distinguir previamente las tres formas de careo


que existen en nuestro país: el constitucional, regulado por el artículo 20
fracción IV; el procesal, previsto en el artículo 265-267 del Código Federal de
Procedimientos Penales, y el careo supletorio regulado por el ar-tículo 268 del
referido Código Adjetivo.

El careo constitucional lo debemos entender en términos de lo que señala el


artículo 20 de la constitución fracción IV, se admite a efecto de ser careado en
presencia del juez con quienes depongan en su contra, siempre y cuando medie
solicitud del inculpado. Lo cual significa que el careo constitucional, sólo se
practicará si el inculpado lo está solicitando eliminándose la práctica de que el
juzgador de oficio debiese practicar careos aun sin mediar solicitud a efecto de
no violentar la garantía contenida en el precepto constitucional.

El careo procesal deriva de lo establecido por el Código Federal de


Procedimientos Penales, los cuales deberán practicarse cuando existan
contradicciones en las declaraciones de dos personas, pudiendo repetirse
cuando el tribunal lo estime oportuno o cuando surjan nuevos puntos de
contradicción.

CAREOS. El careo en su aspecto de garantía constitucional difiere del careo


procesal, en cuanto el primero tiene por objeto que el reo vea y conozca a las
personas que declaran en su contra, para que no se puedan forjar
artificialmente, testimonios en su perjuicio y para darle ocasión de hacerles las
preguntas que estime pertinentes en su defensa; y el segundo persigue como
fin aclarar los puntos de contradicción que hay en las declaraciones respectivas.

Tomo LXXXVIII, p. 2836, Solórzano Zárate, Juan, 26 de junio de 1946, 4 votos.

La práctica de los careos requiere en términos del Código Procesal que se dé


lectura a las declaraciones que se reputen contradictorias, llamando la atención
de los careados sobre sus contradicciones, con el fin de que discutan entre sí y
pueda aclararse la verdad.

En caso de que no sea posible obtener la comparecencia de alguno de los que


deban ser careados, se practica el careo supletorio, leyéndose al presente la
declaración del otro y haciéndole notar las contradicciones que hubiere entre
aquélla y lo declarado por él.

Si los que tienen que ser careados estuvieren fuera de la jurisdicción del
tribunal, se librará el exhorto correspondiente.

Con referencia a los careos supletorios, la Suprema Corte de Justicia de la


Nación se ha pronunciado en el sentido siguiente:

CAREOS SUPLETORIOS. La primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación ha establecido que los careos supletorios no se encuentran tutelados por
la garantía consagrada en la fracción IV, del artículo 20 de la Constitución, dado
que al ordenar este precepto que en todo juicio del orden criminal, el acusado
debe ser careado con los testigos que deponen en su contra, obliga a establecer
el distingo entre el careo en su aspecto de garantía constitucional, y el que se
lleva a cabo supletoriamente, es decir, desde el punto de vista procesal, pues el
primero tiene por objeto que el reo vea y conozca a las personas que declaran
en su contra, a fin de evitar que se forjen testimonios artificiales en su perjuicio
y para darle ocasión de integrarlos, de acuerdo con los intereses de su defensa,
y el segundo, sólo persigue el propósito de aclarar contradicción que haya en
las declaraciones respectivas, y si la responsabilidad penal del acusado está
fuera de duda y la autoridad responsable llegó a esta conclusión valorizando las
diferentes presunciones que arrojan los hechos comprobados en la
investigación, y al estimar dicha prueba presuntiva, no se excedió de las
normas reguladoras, la falta de careos supletorios no puede considerarse
violatoria de garantías.

Tomo LXXXI, p. 5531, Jurado Acosta, Felipe, 13 de septiembre de 1944, 4


votos.

En relación con los careos se adecuó el contenido del artículo 265 con la
reforma de enero de 1994 al Código Adjetivo Federal, para hacer acorde su
contenido con el de la fracción cuarta del artículo 20 constitucional, a efecto de
establecer que los careos constitucionales sólo se celebrarán si el procesado o
su defensor lo solicita, eliminando de esta forma la posibilidad de practicar
careos a solicitud de la parte acusadora y en oposición del inculpado, situación
que en términos actuales no será factible de presentarse a falta de voluntad del
inculpado.

7. Medios de prueba no especificados

En torno a estos medios de prueba no especificados, debemos mencionar lo que


señala el artículo 16 del Código Federal de Procedimientos Penales al referir:
"En las diligencias podrán emplearse, según el caso y a juicio del funcionario
que las practique, la taquigrafía, el dictáfono y cualquier otro medio que tenga
por objeto reproducir imágenes o sonidos, y el medio empleado se hará constar
en el acta respectiva."

La existencia de un medio de prueba, que alude a la evolución de la ciencia que


nos aporta diferentes medios para poder demostrar ciertos hechos, así por
ejemplo:. Para demostrar la existencia de una disposición indebida de dinero a
través de una tarjeta de crédito en una caja permanente es necesario recurrir a
una serie de dispositivos magnéticos que no caen dentro de la esfera de
ninguno de los medios de prueba considerados por tradición.
8. La presuncional

Consistirá en las circunstancias y antecedentes que, teniendo relación con el


delito, pueden razonablemente fundar una opinión sobre la existencia de los
hechos determinados, en términos de lo señalado por el Código Adjetivo Penal
Federal.

Este medio probatorio ha sido confundido constantemente como indicio; la


palabra presunción tiene su raíz en el latínpresumtio, tionis, que significa
suposición que se basa en ciertos indicios, también significa la acción y efecto
de presumir que a su vez proviene del latín praesumere, que significa sospecha
o juzgar por inducción, o conjeturar una cosa por tener indicios o señales para
ello.

La doctrina procesal clasifica a las presunciones en dos rubros: la humana y la


legal, se derivan del juez las primeras y las segundas de lo que la ley establece.

9. La documental

Es posible aportar en el proceso penal cualquier tipo de documento que aporten


las partes, cumpliendo con el requisito de que sea idóneo para demostrar algo.

En materia de documentos, es factible hablar de documentos públicos y


documentos privados, la idea que tengamos de ellos será la que derive de las
prescripciones del Código Federal de Procedimientos Civiles.

Tratándose de documentos públicos su valor será pleno, si es que son


nacionales, hablando de documentos públicos procedentes de extranjero para
que les atribuya el valor de pleno deberán ser legalizados por el representante
autorizado para atender los asuntos de la república, en el lugar en donde sean
expedidos. La legalización de la firma de tal funcionario se hará por la
Secretaría de Relaciones Exteriores. En caso de que no exista representante de
nuestro país, entonces y por tanto los legalice el representante de una nación
amiga, la firma de dicho representante se legaliza por el ministro o cónsul de
esa nación que reside en la capital de la república y la de éste por el funcionario
autorizado de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

En caso de documentos privados, deberán ser reconocidos por la parte a la cual


se le atribuyan, en caso de no ser reconocidos y de no demostrarse por otro
medio que pertenece a la parte, no tienen valor alguno, y en caso de ser
reconocidos se les otorgará el valor de mero indicio.

10. Peritos

En caso de que se requieran conocimientos especiales para examinar personas,


hechos u objetos deberá recurrirse a un perito, recordemos que el juez en
ocasiones analiza ciertos hechos, documentos o circunstancias que escapan a
su conocimiento, requiriéndose el auxilio de ciertos expertos en alguna ciencia,
arte u oficio. La intervención del perito se origina por solicitud de las partes o
bien a instancia del propio tribunal, pues si traemos el caso planteado con
antelación, relativo a la manera de acreditar una disposición ilegal de dinero en
un cajero permanente a través de una tarjeta magnética, en este caso, sin
lugar a dudas se precisa de opiniones e informes de expertos en dispositivos
magnéticos a efecto de que ponga en conocimiento del juez respecto de su
funcionamiento y de esa manera lo posibilite para dictar su resolución.

La reforma de 1991, en el Código Procesal Penal Federal se incorporó la


circunstancias de que cuando el inculpado pertenezca a un grupo étnico
indígena, se procurará allegarse dictámenes periciales con el fin de que el
juzgador ahonde en el conocimiento de la personalidad del procesado y capte
su diferencia cultural respecto a la cultura media nacional.

En materia del desarrollo de la pericial en enero de 1994, se reformaron los


artículos 233 y 235 con el fin de ampliar la facultad de las partes para poder
interrogar a los peritos, siempre y cuando las preguntas resulten pertinentes
sobre la materia objeto de la pericial, de esta manera se extendió a las partes
una facultad que hasta entonces le correspondía de manera exclusiva al
funcionario que practicaba la diligencia.

También, se reformó por adición el contenido del artículo 235 con un nuevo
párrafo final para establecer que será en la diligencia especial en donde las
partes podrán interrogar al perito sobre la materia objeto de la pericial, en este
caso los dos momentos de la pericial relativos a su presentación por escrito y la
ratificación en diligencia especial, quedaron plenamente separados, al
establecerse que será en esta última en la cual podrán las partes plantear sus
interrogatorios, con independencia de lo preceptuado en el artículo 236 en
relación con la contradicción de dictámenes periciales, en donde podrán hacer
valer el derecho otorgado en el artículo 233 en materia del interrogatorio a los
peritos.

IX. REFLEXIÓN FINAL

Para entender el concepto de prueba, resulta conveniente analizar a la fuente


de prueba y los medios de prueba, a efecto de evitar confundir los elementos
con que se prueba de aquellos con lo que se pretende probar, resultando claro
que dichos conceptos aluden a situaciones diversas, pues la fuente de prueba
"es un concepto metajurídico preexistente y extraño al proceso", en tanto que
los medios de prueba serán "un concepto procesal de existencia posterior a la
fuente de prueba, siempre y cuando sea ofrecida la fuente de prueba en el
proceso penal, sea aceptada, y desahogada como tal" y la prueba por
consecuencia "existirá en el momento en que se aporta una fuente de prueba
como medio en el proceso, es aceptada, preparada, desahogada y valorada
conforme al criterio que adopte el titular del tribunal".

La clasificación que se efectúa sobre la prueba despierta la reflexión sobre si


recaerá en la fuente el medio o bien la prueba, siendo su relevancia a nivel
procesal intrascendente, pues sólo le veríamos cierta utilidad desde el punto de
vista académico mas no en términos prácticos.

Bien puede afirmarse que los principios de averiguación, inmediación,


apreciación e in dubeo pro reo, son los que rigen el desarrollo de los medios de
prueba, sin que esto obste para afirmar que sean los únicos, pero sí los que la
doctrina califica como de mayor importancia.

Por último, señalaremos que la función de los medios de prueba en el proceso


penal se encuentra directamente encaminada a tratar de obtener la verdad,
pero no una verdad absoluta sino en alguno de los grados que al hombre le es
posible conocer, traducida en una verdad formal o material, que, si bien no es
lo mismo, se encuentra aproximada a la verdad subjetiva y objetiva. En lo
referente a la carta de la prueba penal, cuestión que algunos niegan en esta
materia, a nuestro entender resulta factible pensar en su existencia en el
proceso penal y se traduce en que la parte acusadora debe acreditar los
elementos constitutivos del particular tipo penal imputado al procesado, así
como las calificativas y su plena responsabilidad en la concreción del tipo penal
que se le imputa, y la defensa por su parte tratará de acreditar alguna
excluyente del delito,29 una causa de atipicidad o bien las correspondientes
atenuantes.

X. BIBLIOGRAFÍA

BENTHAM, Jeremy, A Teatrise on Judicial Evidence, trad. al inglés por M.


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Madrid, t. I, 1963.

Medios de prueba en un proceso penal


1. Confesión
2. Inspección judicial y reconstrucción de hechos
3. Pericial
4. Testimonial
5. Documentos
6. Presunciones
7. Cateos y visitas domiciliarias
8. Confrontación
9. Careos
10. Valor jurídico de las pruebas

En el procedimientode Defensa Social se admitirá como prueba todo aquello que se ofrezca
como tal, siempre que, a juicio del funcionario, conduzca lógicamente al conocimientode la
verdad, y el propio funcionario podrá emplear cualquier medio legal, que establezca la
autenticidad de la prueba.
La Ley reconoce como medios específicos de prueba las siguientes :
1. La confesión judicial;
2. La inspección judicial y la reconstrucción de hechos;
3. Los dictámenes de peritos;
4. Las declaraciones de testigos;
5. Los careos;
6. Los documentos públicos y privados;
7. Las presunciones;
8.Las visitas domiciliarias;
9. Los cateos;
10. La confrontación, y
11. Las fotografías, cintas magnetofónicas, registros dactiloscópicos, videocintas
y, en general, todos aquellos elementos aportados por la ciencia, o por la técnica.

CONFESIÓN
La confesión es el reconocimiento de la propia responsabilidad y de la participación
personal, en la comisión de un delito, en cualquiera de las formas señaladas en el artículo 21
del Código de Defensa Social.
La confesión podrá recibirse por el Ministerio Público en la averiguación previa, o por el
Juez o Tribunal que conozca del proceso y, en este segundo caso, se admitirá la confesión en
cualquier estado del procedimiento hasta pronunciarse sentencia irrevocable.
Son aplicables a la confesión, las siguientes disposiciones:
1. Ningún inculpado puede ser obligado a declarar.
2. El inculpado deberá estar asistido de defensor en todas las diligencias en que sea
interrogado, desde el momento de su detención.

INSPECCIÓN JUDICIAL Y RECONSTRUCCIÓN DE HECHOS


La inspección judicial puede practicarse de oficio o a petición de parte, pudiendo concurrir
a ella los interesados, y hacer las observaciones que estimen oportunas.
El Juez, el Tribunal o el Ministerio Público, al practicar la inspección judicial, procurarán
hacerse acompañar de los peritos que estimen necesarios.
Si el delito fuere de aquéllos que pueden dejar huellas materiales, se procederá a la
inspección del lugar en que se perpetró, del instrumento y de las cosas objeto o efecto de él;
y de todas las demás cosas y lugares que puedan tener importancia para la averiguación.
Se aplicarán además las siguientes disposiciones:
1. A juicio del funcionario que practique la inspección o a petición de parte, se
levantaran los planos y se tomarán las fotografías que fueren convenientes, y
2. De la diligencia se levantará acta circunstanciada que firmarán los que en ella
hubiesen intervenido.

En caso de lesiones, al sanar el lesionado, los jueces o tribunales darán fe de las


consecuencias apreciables que aquéllas hubieren dejado, practicando la inspección
respectiva, de la que se levantará acta sucinta.
La inspección judicial podrá tener el caracteres de reconstrucción de hechos, cuando tenga
por objeto apreciar las declaraciones que se hayan rendido y los dictámenes periciales que
se hayan formulado, y le son aplicables las siguientes disposiciones:
1. Se practicará la reconstrucción de hechos durante la averiguación, únicamente
cuando el Ministerio Público lo estime necesario;
2. Durante la instrucción, se practicará la reconstrucción a solicitud de las partes, o
antes de cerrarse la misma, si el Juez la estima necesaria;
3. Podrá practicarse la reconstrucción durante la vista del proceso, aun cuando se haya
practicado con anterioridad, a petición de las partes y a Juicio del Juez o Tribunal en
su caso;
4. La reconstrucción deberá practicarse precisamente en el lugar y a la hora en que se
cometió el delito, cuando estas circunstancias hayan influido en el desarrollode los
hechos que se reconstruyen; pero en caso contrario, podrá practicarse en cualquier
otro lugar y a cualquiera hora;
5. La reconstrucción de hechos no se practicará sin que previamente hayan sido
examinadas las personas que intervinieron en los hechos o las que los presenciaron,
en cuanto fuere posible, y
6. Cuando alguna de las partes solicite la diligencia de reconstrucción, deberá precisar
cuáles hechos o circunstancias desea esclarecer y expresará su petición en
proposiciones concretas.

A la reconstrucción de los hechos deberán concurrir:


1. El Juez con su secretario; o en su caso los magistrados que integren la Sala y su
secretario;
2. La persona que hubiere promovido la diligencia, si ésta no se decretó de oficio;
3. El acusado y su defensor;
4. El Agente del Ministerio Público;
5. Los testigos presenciales, si residieren en el lugar;
6. Los peritos nombrados, si e Juez o las partes lo estiman necesario, y
7. Las demás personas que el Juez, o la Sala estimen conveniente y que mencione el
mandamiento respectivo, el cual se hará saber con la debida oportunidad a las
personas que han de concurrir a la diligencia.

Para la práctica de la reconstrucción de hechos, el Juez o la Sala en su caso:


1. Se trasladará al lugar de los hechos en unión de las personas que deben concurrir;
2. Practicará previamente una simple inspección ocular del lugar, si antes no se
hubiere practicado;
3. Tomará a testigos y peritos la protesta de producirse con verdad;
4. Designará a la persona o personas que substituyan a los agentes o víctimas del
delito que no estén presentes;
5. Dará fe de las circunstancias y pormenores que tengan relación con el hecho
delictuoso;
6. En seguida leerá la declaración del acusado y hará que éste explique prácticamente
las circunstancias de lugar, tiempo y forma en que se desarrollaron los hechos;
7. Leerá la declaración de cada uno de los testigos presentes en la diligencia y hará que
cada uno de ellos explique por separado, las circunstancias de lugar, tiempo y forma
en que se desarrollaron los hechos;
8. Ordenará que los peritos que hubieren concurrido a la diligencia, tomen todos los
datosque estimen convenientes, y que en la misma o dentro del tiempo que el Juez o
Tribunal fije, emitan dictamen sobre los puntos que les formule, y
9. ordenará se tomen fotografías del lugar, las cuales se agregarán al expediente.

Cuando hubiere versiones distintas acerca de la forma en que ocurrieron los hechos, se
practicarán, si fueren conducentes al esclarecimiento de los mismos, las reconstrucciones
relativas a cada una de aquéllas; y en caso de que se haga necesaria la intervención de
peritos, éstos dictaminarán sobre cuál de las versiones puede acercarse más a la verdad.
PERICIAL
Si para el examen de alguna persona o de algún objeto se requieren conocimientos
especiales, se procederá con intervención de peritos.
Los peritos que dictaminen serán dos o más; pero bastará uno cuando sólo éste pueda ser
habido, cuando haya peligro en el retardo o cuando el caso sea de poca importancia.
El Ministerio Público, el procesado o su defensor y la parte ofendida, tendrán derecho a
nombrar peritos y a los nombrados se les hará saber su designación y se les ministrarán los
datos que necesiten para que emitan su opinión.
La opinión de los peritos nombrados por las partes a que se refiere el artículo anterior,
incluyendo la del perito nombrado por el Ministerio Público, podrá no atenderse en las
diligencias que se practiquen o en las providencias que se dicten durante la instrucción,
pudiendo el Juez normar sus procedimientos por la opinión del perito o peritos nombrados
por él.
Los peritos deberán tener título oficial en la ciencia o artea que se refiera el punto sobre el
cual deba dictaminarse, si esa profesión o arte estuvieren legalmente reglamentados.
Cuando la profesión o arte a que se refiere el articulo anterior, no estuvieren legal-mente
reglamentados, o no hubiere titulados en el lugar en que se sigue la instrucción, se
nombrarán peritos prácticos, sin perjuicio de que, si el caso lo requiere, se libre oficio o
exhorto al Juez o Tribunal del lugar en que haya peritos titulados para que, en vista del
dictamen de aquéllos, emitan su opinión.
Los peritos deberán ser citados en la misma forma que los testigos, reunirán, además, las
mismas condiciones de éstos y estarán sujetos a iguales causas de impedimento,
prefiriéndose a los que hablen el idioma castellano.
Son aplicables a la prueba pericial, las siguientes disposiciones:
1. La prueba pericial se verificará bajo la dirección del funcionario que la haya
decretado;
2. El funcionario judicial que decretó la prueba, hará a los peritos las preguntas que
crea oportunas, les dará por escrito o de palabra, pero sin sugestión alguna, los datos
que tuviere, haciéndose constar estos hechos en el acta de la diligencia;
3. Dicho funcionario podrá asistir, si lo juzga conveniente, al reconocimiento que los
peritos hagan de las personas o de los objetos;
4. El mismo funcionario fijará a los peritos el tiempo en que deberán cumplir su
cometido;
5. Si transcurrido el tiempo fijado a los peritos, para cumplir su cometido, no rinden
su dictamen o si legalmente citados y aceptado el cargo, no concurrieren a
desempeñarlo, se hará uso de alguno de los medios de apremio;
6. Si a pesar del primer apremio el perito o los peritos no cumplieren con las
obligaciones señaladas en la fracción anterior, se hará su consignación como reos de
delito de desobediencia a un mandato legítimo de la autoridad;
7. Cuando las opiniones de los peritos nombrados discreparen, el funcionario que
practique las diligencias los citará a una junta en la que se discutirán los puntos de
diferencia haciéndose constar en el acta el resultado de la discusión;
8.Si en la junta a que se refiere la fracción anterior, los peritos no se pusieren de
acuerdo, el Juez nombrará un perito tercero en discordia;
9. Cuando el juicio pericial recaiga sobre objetos que se consumen al ser analizados,
los jueces no permitirán que se verifique el primer análisis, sino cuando más sobre la
mitad de las substancias, a no ser que su cantidad sea tan escasa, que los peritos no
puedan emitir su opinión sin consumirlas todas, y lo cual se hará constar en el acta de
la diligencia;
10. Los honorarios de los peritos que nombre el Juez o el Ministerio Público, se
pagarán por el Erario del Estado;
11. Los honorarios de los peritos que nombren las partes, se pagarán por la
persona que haya hecho el nombramiento;
12. Cuando los peritos, que tengan ese carácter por nombramiento del Ejecutivo
del Estado, se separen por cualquier motivo de su empleo, después de haber sido
designados para emitir su opinión sobre algún punto y siempre que ya hubieren
aceptado el nombramiento, tendrán la obligación de participar aquella circunstancia
al Juez, para que éste designe nuevo perito;
13. En el supuesto previsto en la fracción anterior, si la separación o cese del
empleo se hubiere verificado después de transcurrido el término que se le señaló para
emitir su dictamen, estará obligado a rendir éste sin remuneración;
14. Los peritos, con excepción de los médicos legistas, deberán ratificar ante el
Juez o Tribunal sus dictámenes y certificados;
15. Los peritos, inclusive los médicos legistas, deberán ampliar sus dictámenes y
certificados, cuando el funcionario que conoce de la averiguación lo crea conveniente,
o cuando lo soliciten las partes;
16. Los peritos pueden excusarse por enfermedad u otros motivos, que les
impida llenar su cometido con la debida imparcialidad, y
17. La excusa de los peritos será calificada por el Juez.

Cuando el acusado, el ofendido, o el acusador, los testigos o los peritos no hablen el idioma
castellano, o fueren mudos o sordos, se aplicarán las siguientes disposiciones:
1.
2. Juez nombrará a uno o dos intérpretes que protestarán reproducir fielmente las
preguntas y respuestas que han de transmitir.
3. Sólo cuando no pueda encontrarse un intérprete mayor de edad, podrá nombrarse a
uno de quince años cumplidos cuando menos.
4. De ser posible, en semejantes casos, se escribirá la declaración original en el idioma
del declarante, así como la traducción que haga el intérprete.
5. Las partes podrán recusar al intérprete fundando la recusación, y el Juez o la Sala
resolverán el incidente de plano y sin ningún recurso.
6. Los testigos no pueden ser intérpretes.

TESTIMONIAL
Si por las revelaciones hechas en las primeras diligencias o en la querella, o de cualquier
otro modo, resultare necesario el examen de alguna persona para el esclarecimiento de un
hecho delictuoso, de sus circunstancias o de quien pueda ser el delincuente, el Juez, a
solicitud de las partes, procederá a dicho examen.
Durante la instrucción, el Juez no podrá dejar de examinar a los testigos presentes cuya
declaración soliciten las partes.
Los testigos ausentes serán examinados por conducto del Juez del lugar de su residencia,
sin que esto estorbe la marcha de la investigación, ni la facultad del Juez para declararla
agotada, cuando las partes estimen reunidos los elementos necesarios para el efecto.
Toda persona, cualquiera que sea su edad, sexo, condición social o antecedentes, deberá ser
examinada como testigo, siempre que pueda dar alguna luz para la averiguación del delito y
alguna de las partes estime necesario su examen.
No se obligará a declarar al tutor, curador, pupilo o cónyuge del acusado, ni a sus parientes
por consanguinidad o afinidad en la línea recta ascendente o descendente, sin limitación de
grados y en la colateral hasta el tercero inclusive, ni a los que estén ligados con el acusado
por amor, respetoo gratitud, o viva con el acusado en las circunstancias a que se refiere el
artículo 297 del Código Civil.
Si las personas a que se refiere el artículo anterior, tuvieren voluntad de declarar
espontáneamente, se recibirá su declaración.
No serán compelidos a declarar, las personas que están obligadas a guardar un secreto
profesional acerca de los hechos que bajo él conozcan, sin previo y espontáneo
consentimiento de las personas respecto de quienes tengan dicha obligación.
En el caso del artículo anterior, si no pudiere obtenerse otra prueba de los hechos objeto del
proceso, el Juez o la Sala, oyendo a las partes y al mismo testigo, resolverá que es necesaria
su declaración y, dictada esta resolución, podrá el testigo ser compelido a declarar.
En materia de Defensa Social, no puede oponerse tacha a los testigos; pero de oficio, o a
petición de parte, el Juez hará constar, en el proceso, las circunstancias que puedan influir
en el valor probatorio de los testimonios.
Antes de que los testigos declaren, se les instruirá acerca de las sanciones que el Código de
Defensa Social establece para los que se producen con falsedad o se niegan a declarar; pero
a los menores de dieciocho años, en vez de hacerles esta advertencia y de que otorguen la
protesta de producirse con verdad, se les exhortará para que lo hagan.
Son aplicables a la diligencia de examen de los testigos, las siguientes disposiciones:
Los testigos deberán ser examinados separadamente, tomando todas las medidas
necesarias para que no se comuniquen entre sí;
Sólo las partes podrán asistir a la diligencia, a menos de que el testigo sea ciego, sordo,
mudo o ignore el idioma castellano;
Si el testigo fuere ciego, el funcionario que practique la diligencia designará a otra persona
para que acompañe al testigo, la que firmará la declaración después de que éste la haya
ratificado;
En los demás casos previstos por la fracción III anterior, se nombrará intérprete;
Después de tomarle la protesta de decir verdad, se preguntará al testigo su nombre,
apellido, edad estado civil, profesión u ocupación, lugar de nacimiento y habitación; si se
halla ligado con el acusado o el ofendido por vínculos de amistad o cualesquiera otros, o si
tiene motivos de odio o rencor contra alguno de ellos;
Las respuestas del testigo sobre las circunstancias a que se refiere la fracción anterior, se
harán constar en el acta;
Los testigos declararán de viva voz, sin que les sea permitido leer respuestas que tengan
escritas, aunque sí podrán consultar notas o documentos que lleven consigo, cuando esto
sea pertinente, según la naturaleza del asunto y a juicio de la autoridad que practique la
diligencia;
EL Ministerio Público y la defensa tendrán derecho a interrogar al testigo, pero el Juez o la
Sala podrán disponer que los interrogatorios se hagan por su conducto, cuando así lo
estimen necesario, tendrán facultad de; desechar las preguntas que, a su juicio, sean
capciosas o inconducentes y podrán, además, interrogar al testigo sobre los puntos que
estimen convenientes;
Los testigos darán razón de su dicho, haciéndose constar en la diligencia;
Se entenderá por razón de su dicho, la causa o motivo que dio ocasión a que presenciaran o
conocieran el hecho sobre el cual deponen, y no la simple afirmación de que les consta lo
declarado, de vista, a ciencia cierta u otra semejante;
Las declaraciones se redactarán con claridad, usando hasta donde sea posible las mismas
palabras empleadas por el testigo, quien podrá dictar o escribir su declaración, si quisiere
hacerlo;
Si la declaración se refiere a algún objeto puesto en depósito, después de interrogar al
testigo sobre las señales que caractericen dicho objeto, se le pondrá a la vista para que lo
reconozca y firme sobre él, si fuere posible, y
Si la declaración es relativa a un hecho susceptible de dejar vestigios permanentes en algún
lugar, el testigo podrá ser conducido a el para que haga las explicaciones convenientes.
Si el testigo fuere militar o empleado de algún ramo del servicio público, la citación se hará
por conducto del superior jerárquico respectivo.
Cuando haya de examinarse como testigos a los Diputados al Congreso Local, Gobernador
del Estado, Secretarios de Despacho, Procurador General de Justicia, Procurador del
Ciudadano o Magistrados del Tribunal Superior de Justicia, el Juez les pedirá su
declaración por oficio.
Cuando el testigo fuere obligado a ocurrir desde un lugar distante más de veinte kilómetros
del en que se practique la averiguación, tendrá derecho a indemnización que
prudentemente fijará el Juez y que pagará el Erario, si la citación hubiese sido decretada a
solicitud del Ministerio Público; pero si la declaración fue decretada a petición de parte, esa
indemnización será pagada al testigo por la persona que solicitó la declaración.
En el supuesto último del anterior artículo, el oferente de la prueba testimonial depositará
el importe de la indemnización, antes de que se proceda a citar al testigo.
Si el testigo se hallare en la misma población, pero con impedimento físico para presentarse
en el juzgado, sea por causa de enfermedad, ancianidad o cualquiera otra suficiente a juicio
del Juez, el personal del Juzgado se trasladará al domicilio del testigo para tomarle su
declaración.
Cuando el testigo se niegue sin causa justa a comparecer o se resista a declarar, será
apremiado por los medios legales.
Cuando hubiere de ausentarse alguna persona que pueda declarar acerca de un hecho
delictuoso, de sus circunstancias o de la persona del acusado o del ofendido, se aplicarán las
siguientes disposiciones:
1. El Juez a pedimento del Ministerio Público o de alguna de las otras partes, podrá, si
lo estima necesario, decretar el arraigo del testigo por el tiempo que fuere
estrictamente indispensable para que rinda su declaración;
2. Si resultare que la persona arraigada lo ha sido innecesariamente, tendrá derecho a
exigir que se le indemnice de los daños y perjuicios que con la detención se le
hubieren causado, y
3. No procederá lo dispuesto en la fracción anterior, cuando el arraigo se hubiese
decretado a instancia del Ministerio Público.

DOCUMENTOS
Son documentos públicos y privados los que señala con tal carácter el Código de
Procedimientos Civiles.
Los documentos que presenten las partes o se relacionen con la materia del proceso, se
agregarán al expediente, asentando razón en autos; pero si fuere difícil o imposible obtener
otro ejemplar de los mismos o se temiere que sean sustraídos se mantendrán en lugar
seguro, agregando a los autos copia autorizada.
Cuando alguna de las partes pidiere copia o testimonio de algún documento que obre en los
archivos públicos, las otras tendrán derecho a pedir, dentro de tres días, que se adicione con
lo que crean conducente del mismo documento o del mismo asunto, y el Juez o la Sala
resolverá de plano, si es procedente la adición solicitada.
La compulsa de documentos existentes fuera de la jurisdicción del Tribunal en que se sigue
el proceso, se hará a virtud de oficio o exhorto que se dirigirá al Juez del lugar en que
aquéllos se encuentren.
Los documentos privados y la correspondencia procedente de uno de los interesados, que
presente el otro, se reconocerán por aquél, y para ello se le mostrarán originales y se le
dejará ver todo el documento.
Cuando el Ministerio Público creyere que pueden encontrarse pruebas del delito en la
correspondencia que se dirija al acusado, se aplicarán las siguientes disposiciones:
1. El Ministerio Público pedirá al Juez y éste ordenará que se recoja dicha
correspondencia;
2. La correspondencia recogida será abierta por el Juez en presencia de su Secretario,
del Agente del Ministerio Público y del acusado, si estuviere en lugar;
3. El Juez leerá para sí esa correspondencia y si no tuviere relación con el hecho que se
averigüe, la devolverá al acusado o a alguna persona de su familia, si aquél estuviere
ausente;
4. Si tuviere alguna relación con el hecho material de la averiguación, el Juez
comunicará su contenido al acusado y mandará agregar el documento a la
averiguación;
5. el Juez ordenará a petición de parte, si lo estimare conveniente, que cualquiera
oficina telegráfica facilite copia de los telegramas por ella transmitidos o recibidos,
siempre que esto pueda contribuir al esclarecimiento de un delito, y
6. El auto que se dicte en los casos a que se refieren las fracciones I y V anteriores,
determinará con precisión la correspondencia epistolar o telegráfica que haya de ser
examinada.

Cuando a solicitud de parte interesada, el Juez mande sacar testimonio de documentos


privados existentes en los libros, cuadernos o archivos de comerciantes, industriales o de
cualquier otro particular, se aplicarán las siguientes disposiciones:
1. EL que pida la compulsa deberá fijar con precisión la constancia que solicita;
2. EL Juez, en audiencia verbal y en vista de lo que aleguen el tenedor y las partes,
resolverá de plano si debe hacer o no la exhibición.

Los documentos públicos y privados podrán presentarse en cualquier estado del proceso,
hasta antes de que éste se declare visto, y no se admitirán después sino con protesta formal
que haga el que los presente, de no haber tenido conocimiento de ellos anteriormente.
Cuando se niegue o ponga en duda la autenticidad de un documento, podrá pedirse y se
decretará el cotejo de letras o firmas que practicarán los peritos con asistencia del
funcionario que lo decretó.
El cotejo se hará con documentos indubitables o que las partes reconozcan como tales; con
documentos reconocidos judicialmente y con el documento impugnado, en la parte que no
hubiere sido tachada de falsa por aquél a quien perjudique la falsedad.
PRESUNCIONES
Presunción es la consecuencia que la ley o el Juez infieren de un hecho conocido para
averiguar la verdad de otro desconocido. La primera se llama legal y la segunda humana.
Hay presunción legal:
1. Cuando la ley la establece expresamente, y
2. Cuando la consecuencia nace inmediata directamente de la ley.

Hay presunción humana cuando de un hecho debidamente probado se infiere otro, que es
consecuencia ordinaria y lógica de aquél..
EL que tiene a su favor una presunción legal, sólo está obligado a probar el hecho en que se
funda la presunción.
Es admisible prueba contra las presunciones, sean legales o humanas.
Producen solamente presunción:
1. Los testigos que no convengan en lo esencial; los de oídas, y la declaración de un
solo testigo;
2. Las declaraciones de testigos singulares que versen sobre actos sucesivos referentes
a un mismo hecho, y
3. La fama pública.

CATEOS Y VISITAS DOMICILIARIAS


El cateo sólo podrá practicarse en virtud de orden escrita, expedida por la autoridad
judicial, en la que se exprese el lugar que ha de inspeccionarse, las personas que hayan de
aprehenderse o los objetos que se busquen y levantándose del cateo acta circunstanciada,
en presencia de dos testigos propuestos por el ocupante del lugar cateado o, en su ausencia,
por la autoridad que practique la diligencia.
Cuando el Ministerio Público actúe como investigador de delitos, podrá pedir a la autoridad
judicial que practique cateos, proporcionando a ésta los datos que justifiquen su petición.
Para la práctica de un cateo, se observarán las reglas siguientes:
1. La diligencia de cateo deberá limitarse al fin o fines expresados en la orden
respectiva;
2. Si se trata de un delito flagrante, el Juez o funcionario que corresponda, procederá a
la visita o reconocimiento, sin demora. como lo establece el artículo 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos;
3. Si no hubiere peligro de hacer ilusoria o difícil la averiguación, se citará al acusado
para presenciar el acto;
4. Si el acusado estuviere libre y no se le encontrare, o si estando detenido estuviere
impedido de asistir, será representado por dos testigos a quienes se llamará en el acto
de la diligencia para que la presencien, y
5. En todo caso, el jefe de la casa o finca que deba ser cateada, aunque no sea presunto
responsable del hecho que motiva la diligencia, será llamado también para presenciar
el acto en el momento en que tenga lugar, o antes, si procediendo así, no se pusiere en
peligro el éxito de la diligencia.

Son aplicables a las visitas domiciliarias las siguientes disposiciones:


1. Las visitas domiciliarias sólo podrán practicarse durante el día, desde las seis hasta
las dieciocho horas, salvo que la diligencia sea urgente y se declare así en la orden
respectiva;
2. Las visitas domiciliarias se limitarán a la comprobación del hecho que las motive y
de ningún modo se extenderán a indagar delitos en general;
3. Si de una visita domiciliaria o de un cateo resultare casualmente el descubrimiento
de un delito que no haya sido objeto directo del reconocimiento, se procederá a
levantar el acta respectiva para hacer la consignación correspondiente, siempre que el
delito no fuere de aquéllos en que para proceder se exija querella necesaria, y
4. Si la inspección tuviera que efectuarse dentro de algún edificio público, se avisará al
encargado de éste, por lo menos con una hora de anticipación a la visita, salvo caso de
urgencia.

En el caso de que el representante de una casa o establecimiento, solicite la inspección de


un funcionario de la Policía Judicial, o de una Autoridad Judicial, por estarse cometiendo
en la misma casa un delito, o por existir allí la prueba de que aquél se cometió, o cuando se
trate de un delito in fraganti, se aplicarán las siguientes disposiciones:
1. No será necesario el auto motivado que ordene la inspección;
2. Se harán constar en una acta los motivos que ocasionaron la inspección y los
resultados de la misma, y
3. El acta a que se refiere la fracción anterior será firmada por el denunciante y, si no
lo hiciere, se expresará el motivo.

CONFRONTACIÓN
Toda persona que tuviere que referirse a otra en su declaración o en cualquier otro acto
judicial, lo hará de modo claro y distinto, mencionando, si le fuere posible, el nombre,
apellido, habitación y demás circunstancias que puedan servir para identificarla.
La confrontación se practicará:
1. Cuando quien declare no pueda dar noticia exacta de la persona a quien se refiera,
pero exprese poder reconocerla si se la presentan, y
2. Cuando el declarante asegure conocer a una persona y haya motivos para sospechar
que no la conoce.

En la confrontación se observarán los requisitos siguientes:


1. Que la persona que sea objeto de la confrontación no se disfrace ni se desfigure, ni
borre las huellas o señales que puedan servir al que tenga que designarla;
2. Que aquélla se presente acompañada de otros individuos vestidos con ropas
semejantes y aún con las mismas señas que las del confrontado, si fuere posible, y
3. Que los individuos que acompañen a la persona que va a ser confrontada, sea de
clase análoga, atendidas su educación, modales y circunstancias especiales.

La diligencia de confrontación se practicará conforme a las siguientes disposiciones:


1. Quien deba ser confrontado puede elegir el sitio en que quiera colocarse, entre los
que lo acompañan en la diligencia;
2. Podrá pedir también quien deba ser confrontado que se excluya a cualquiera
persona que le parezca sospechosa;
3. Queda al prudente arbitrio de la autoridad que practique la confrontación acceder o
no a las solicitudes mencionadas en las fracciones anteriores;
4. La diligencia de confrontación se preparará colocando en una fila a la persona que
deba ser confrontada y a las que la acompañan;
a. Si persiste en su declaración anterior;
b. Si conocía con anterioridad a la persona a quien atribuye el hecho o la
conoció en el momento de la ejecución del mismo, y
c. Si después de la ejecución del hecho la ha visto, en qué lugar, por qué
motivo y con qué objeto.
5. Se tomará al declarante, si no fuere el acusado, la protesta de decir verdad y se le
interrogará sobre:
6. Se llevará al declarante frente a las personas que formen la fila, si hubiere afirmado
conocer a aquélla de cuya confrontación se trata;
7. Se permitirá al declarante mirar detenidamente a las personas de la fila y se le
prevendrá que toque con la mano a la que se quiere identificar, manifestando las
diferencias o semejanzas que advierta entre el estado actual y el que tenía en la época
a que en su declaración se refiere, y
8.Cuando sean varios los declarantes o las personas confrontadas, se verificarán
tantos actos separados cuantas sean las confrontaciones que hayan de practicarse.

CAREOS
Con excepción de los careos mencionados en la fracción IV del artículo 20 de la
Constitución, que sólo se realizarán si el procesado o su defensor lo solicitan, los careos se
practicarán cuando exista contradicción sustancial en las declaraciones de dos personas,
pudiendo repetirse cuando el Tribunal lo estime oportuno o cuando surjan nuevos puntos
de contradicción.
La diligencia de careos, se rige por las siguientes disposiciones:
1. Los careos entre el acusado y los que deponen en su contra, se practicarán durante
la averiguación previa, de que conoce la Autoridad Judicial;
2. Si durante la averiguación previa no puede lograrse la comparecencia de las
personas que deban ser careadas, se practicarán los careos durante la instrucción;
3. Se careará un solo testigo con otro;
4. En una diligencia no se hará constar más de un careo;
5. Los careos entre personas distintas de las mencionadas en la fracción I anterior, se
practicarán durante la instrucción y podrán repetirse cuando el Juez lo estime
oportuno, o a petición de las partes cuando surjan nuevos puntos de contradicción;
6. Sólo concurrirán a la diligencia de careos, las personas que deban ser careadas, las
partes y los intérpretes si fueren necesarios;
7. Los careos se practicarán dando lectura en lo conducente a las declaraciones que se
reputen desacordes o contradictorias y llamando la atención de los careados sobre los
desacuerdos o contradicciones, a fin de que discutan entre sí y hagan las aclaraciones
que estimen convenientes, para que pueda obtenerse la verdad;
8.Si los que deban ser careados estuvieren fuera de la jurisdicción del Tribunal, se
librará el oficio o el exhorto correspondiente.

VALOR JURÍDICO DE LAS PRUEBAS


1. No podrá condenarse a un acusado sino cuando se pruebe que cometió el delito que
se le imputa.
2. En caso de duda deberá absolverse al acusado.
3. El que afirma está obligado a probar.
4. El que niega está obligado a probar cuando su negación es contraria a una
presunción legal o envuelva la afirmación expresa de un hecho.
5. La confesión produce su efecto tanto en lo que favorece como en lo que perjudica al
acusado.
La confesión ante el Ministerio Público o ante el Juez hará prueba plena, cuando concurran
las circunstancias siguientes:
1. Que se haga por persona mayor de dieciséis años, en su contra, con pleno
conocimiento y sin coacción ni violencia alguna;
2. Que sea hecha con la asistencia de su defensor, y de que el inculpado esté
debidamente informado del procedimiento y del proceso;
3. Que sea de hechos propios, y
4. Que no existan en autos otras pruebas o presunciones que, a juicio de la autoridad
judicial, la hagan inverosímil.

Las investigaciones y demás diligencias que practiquen los Agentes de la Policía Judicial,
tendrán valor de testimonios que deberán complementarse con otras diligencias de prueba
que practique el Ministerio Público, para atendieres en el acto de la consignación. En
ningún caso se podrá tomar como confesión lo asentado por Agentes de la Policía Judicial.
Los documentos públicos harán prueba plena, salvo el derecho de las partes para
redargüirlos de falsedad y para pedir su cotejo en los protocolos, o con los originales
existentes en los archivos.
Los documentos privados sólo harán prueba plena contra su autor, si fueren judicialmente
reconocidos por él, o no objetados, a pesar de saber que figuran en el proceso.
Los documentos privados comprobados por testigos se considerarán como prueba
testimonial; y los provenientes de un tercero serán estimados como presunciones.
La inspección judicial, así como el resultado de los catees o visitas domiciliarias, de la
confrontación y de los careos, harán prueba plena, si se practican con los requisitos legales.
La fuerza probatoria de todo juicio pericial, incluso el cotejo de letras y los dictámenes de
los peritos, serán calificados por el Juez o Sala, según las circunstancias.
La valorización de la prueba testimonial queda al prudente arbitrio del Juez o Tribunal, los
que no pueden con la sola prueba testimonial, considerar probados los hechos cuando no
haya por lo menos dos testigos que reúnan las condiciones siguientes:
1. Que por su edad, capacidad e instrucción, tengan el criterio necesario para juzgar
del acto;
2. Que por su probidad, la independencia de su posición y antecedentes personales,
tengan completa imparcialidad;
3. Que el hecho de que se trate sea susceptible de conocerse por medio de los sentidos,
y que el testigo lo conozca por sí mismo y no por inducciones o referencias de otra
persona;
4. Que la declaración sea clara y precisa, sin dudas ni reticencias, ya sobre la sustancia
del hecho, ya sobre sus circunstancias esenciales;
5. Que el testigo no haya sido obligado a declarar por fuerza o miedo, ni impulsado por
engaño, error o soborno. El apremio judicial, no se reputará fuerza;
6. Que los testigos sean uniformes, esto es, que convengan no sólo en la sustancia, sino
en los accidentes del hecho que refieran; o que, aun cuando no convengan en éstos, la
discrepancia no modifique la esencia del hecho, a juicio del Juez o de la Sala, y
7. Que los testigos hayan oído pronunciar las palabras o visto el hecho sobre que
deponen.

Los jueces y las salas, según la naturaleza de los hechos, la prueba de ellos y el enlace
natural, más o menos necesario que exista entre la verdad conocida y la que se busca,
apreciarán en concienciael valor de las presunciones hasta el punto de considerar su
conjunto como prueba plena.

ESTO ES PARTE DEL MONOGRAFICO

1.1 planteamiento del problema

1.1.1 orígenes
Los mas antiguos antecedentes históricos del derecho moderno se
hallan en el derecho griego y, mas específicamente, en el Romano. En estas
culturas jurídicas se encuentran las fuentes forenses mas relevantes, que han
inspirados y han arrojado luz a los nuestros.

Se puede afirmar que tanto en Grecia como en Roma se idearon


bastantes procedimientos acusatorios, fundados en los principios de publicidad,
oralidad e inmediatez y, consecuentemente, con ellos impero la libertad de
apreciación de las pruebas.

Así se conocen los primeros medios probatorios que vinieron a mutilar la


libertad que en los tiempos primigenios poseían los órganos jurisdiccionales.

Lo cierto es que originalmente el derecho canónico utilizaba la acusación


privada como forma de incitación de la persecución criminal. No obstante el
principio acusatorio se fue abandonando progresivamente, hasta que, a fines
del siglo XII y a principios del siglo XIII bajo el pontificado de Inocencio III, se
consagro definitivamente el principio inquisitivo. Este sistema inquisitivo,
supuso la consagración definitiva del sistema de prueba legal.

El sistema inquisitivo nace inspirado en dos ideas primordiales. Por una


parte, la necesidad de combatir aquí, en la tierra, mediante el derecho, el mal o
la maldad humana; y, en segundo lugar, consecuentemente con ello, pretende
descubrir la verdad, siempre, respecto de todo hecho delictual.
Esta influencia del Derecho Romano Canónico, y especialmente de la
escolástica, hace que el sistema inquisitivo tienda hacia la indagación de la
verdad inmaterial.

El origen de los medios de prueba en nuestro país: Llega con el


sistema que implementaron los españoles con la conquista de esta tierra,
llamado La Instituta.

Sin embargo, con la época moderna, y mas precisamente con el


movimiento revolucionario francés, se comienza a cuestionar fuertemente la
forma en hacer justicia, en materia criminal
1.1.2 Descripción
Los medios de prueba, son aquellos elementos, instrumentos,
actividades que sirven para demostrar la existencia o inexistencia de los
hechos planteados en un juicio

La violación e irregularidad con que ciertas autoridades judiciales


competentes esgrimen ciertos medios de prueba, los cuales vician todo
proceso judicial, y por ende, no garantizan los derechos del imputado. Entre los
cuales citamos: la alteración en cuanto a la escena de un crimen, los
allanamientos realizados sin una autorización judicial motivada, a solicitud del
Ministerio Publico, entre otras.

1.2 Justificación de la investigación


.
1.2.1 Importancia
La importancia de nuestra investigación radica, en que la prueba, como
elemento insustituible, es el medio probatorio fundamental en un proceso
judicial, el cual constituye la mayor base legal que tiene las partes para lograr
tener todas las garantías constitucionales en una sentencia imparcial.

CAPITULO II
MARCO TEÓRICO

1.1 Antecedente de la investigación

NINA MARTINEZ, Oneida,” La prueba en el proceso penal”, Santo


Domingo, agosto 2004, Pág. 11. El desarrollo del comercio entre los varios
países del antiguo oriente, impulso el uso del documento principalmente a partir
del uso del papiro como instrumento contractual lo cual permitió su aceptación
como medio de prueba judicial.

CASTRO LINARES, Ángela, “Los medios de prueba en el nuevo código


procesal penal”, Santo Domingo, septiembre 2004, Pág. 1. Con el advenimiento
de la época imperial romana se comienza a conocer las primeras limitaciones
probatorias que vienen a cercenar la libertad que poseían los órganos
jurisdiccionales.

2.2 Revisión literaria


Hernández, Julio Alberico, “Sobre las pruebas Derecho Penal”, editorial búho,
Santo Domingo, abril 2004.
Nores, Caferata, “La prueba en el proceso penal”.
García, Julián Antonio, “La prueba en materia penal”, Santiago de los
Caballeros, Edición 2004.
Olivares Grullon, Félix Damian; Núñez Núñez, Ramón Emilio, Código Procesal
penal Concordado, santo Domingo Edición 2004.
DRLeyes.com

2.3 Definición de los términos

• Esgrimir: Usar una cosa o medio como arma para lograr algún intento.

• Dicasterio: Como denominación genérica actual de todos los grandes


organismos de la curia romana, como las congregaciones, los tribunales
y los oficios.

• Centuria: En la milicia romana, compañía de 100 hombres.

• Mutilar: Cortar o quitar una parte o porción de algo que de suyo debiera
tenerlo.

• Primigenio, nia: Primitivo, originario.

• Pontificado: Aquel en que un obispo o arzobispo permanece en el


gobierno de su iglesia.

• Incitar: Mover o estimular a alguien para que ejecute algo.

• Novísimo, ma: Cada una de las cuatro últimas situaciones del hombre,
que son muerte, juicio, infierno y gloria.

• Constitutio: constituir una relación jurídica

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