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INFANCIA Y COMIDA

La comida esta presente no solo como un proceso alimenticio, sino como un pretexto
para las relaciones sociales o parte de este encuentro, por ello se comprende que tras
toda celebración esta presente la comida, realizada en mi caso por mi abuelita o mi
mamá y con intervención de ves en cuando por mi papi, tal comida se generalizaba
entre el arroz con pollo, el sancocho de gallina que apropósito le queda exquisito a mi
abuelita y por tanto dan ganas de “un platadito mas”. Como mi familia es bastante
grande eran muy recurrentes tales reuniones y cualquier pretexto era tomado como
fin para pasar un rato agradable con la familia, conformando así un asado y caldo en
leña característico de mi papi, pero sazonado en parte por mi mami o para celebrar
cada uno de los tantos cumpleaños que habían cada mes, en donde Por supuesto no
puede faltar el pastel. Este era el centro de atracción de todos mis primos (as) y mío
aunque habían preferencias por su sabor, mientras yo prefería el de chocolate con
relleno de arequipe, y nueces o maní que le daban un toque de sal dentro del gran
dulce, algunos por el contrario preferían el de tres leches que para ese entonces no
era de mucho agrado para mi. como en toda fiesta de cumpleaños no puede faltar la
gelatina con leche condensada y lo que más me fascinaba el ¡helado!, acompañado por
la gran cantidad de dulces que recogían en la piñata, a la cual llegábamos todos los
niños y niñas con grandes bolsas que le pedíamos a mi abuelita. Por el contrario si la
reunión era un poco más formal, entonces se involucraban algunos pasa bocas; de
queso con bocadillo, o las galletas saltin con diablito que me gustaban aun más, por su
toque picante.
De la comida de tales reuniones se encargaba mi padrino cuya especialidad era el pollo
en salsa de champiñones, ensalada dulce y arroz con arvejas, lo cual me encantaba así
los champiñones no fueran de mi preferencia, el sabor que tomaban junto con los
demás sabores y el pollo eran un mezcla que encantaba mi paladar y por esta misma
razón, desde que llegaba a la reunión, lo que más deseaba era la comida a la par de la
emoción que me provoca bailar.
En mi primera comunión los que realizaron todo el evento fueron mi papi y mi mami e
hicieron como pasa bocas unas piernitas de pollo de las cuales estuve antojada todo el
día, pero que no me dejaban probar sino hasta el momento de la reunión y que resulto
al final de la fiesta de la misma manera , puesto que me enferme de mis ojos así que
fueron a aplicarme las gotas en mi cama y allí quede dormida, me llevaron las presitas
las cuales se supone recibí pero que solo lo note al despertarme en la mañana untada
de grasa pero con las presitas a mi alrededor llenas de motas.
A propósito de mi enfermedad en los ojos y la pulmonía, la comida no siempre ha sido
utilizada como alimento sino como remedio, es así que la zanahoria, las uchuvas, la
cebolla, el ajo y la gelatina de pata han acompañado cada uno de esos momentos,
además de las ensaladas de frutas y gatorades que me daban como consolación por la
dolencia o el Agua de panela o chocolate caliente que me calentaba después de
habernos mojado mi hermana y yo bajo la lluvia. Las cuales comía a oscuras por la
relación de dificultad con la luz y mis ojos, pero por tal razón hacían que el olor y lo
que generaban en mi boca la mezcla de sabores o la temperatura de la misma se
sintieran de manera distinta a que si las estuviera viendo con la luz encendida.
Aunque mi hermana fue un apoyo incondicional para tales situaciones, en lo que
respetaba a la comida existía el momento de traición por parte mía, desde el hecho
de que si a ella le habían dado la carne más grande, yo optaba por el canjeo que mas
bien llamaría “chantaje” o cambio de la misma sin su consentimiento, por el contrario
si la cuestión se trataba de ahuyama, habichuela o lentejas, la situación tomaba un
rumbo contrario, en el que a escondidas le posaba en el plato la comida no solo a ella
sino a mi mami.
En otras ocasiones la relación con mi hermana tomaba un rumbo distinto puesto que
nos encantaba cocinar postes, que consultábamos en un librito de recetas Maizena que
conserva mi mami, de allí realizamos pudines de naranja y de limón siendo este ultimo
el que mas frecuentemente se cortaba, yo decía que por que mi hermana con sus ojos
claros lo miraba. Por el contrario la mantecada nos quedo en su punto, bueno no tanto
por que las primeras horneadas se quemaron un poco, al igual que las primeras galletas
que realice de manera independiente, pero que de igual forma mi familia saboreo y
disfruto con gran emoción. Así mismo Las natillas con dulce de mora son mi
especialidad, por tanto son siempre solicitas por mi familia en especial por mi papi
quien se come una y otra y otra y otra porción de más.
Hablando de postres el más representativo de estos no solo para mí sino para los niños
y niñas de mi familia por parte de mamá, es la leche condensada realizada con la leche
en polvo que escondía mi abuelita. Es así que para la realización de tal postre
pasábamos por distintas emociones que iniciaban desde la intriga, la adrenalina del
robo a realizar, la angustia por que no nos encontraran “con las manos en la masa”
hasta el gozo que nos generaba su espesor y dulzura dentro de la boca después de
tanto furor. De ves en cuando también tomábamos un poco de la sopa que cocinaba mi
abuelita, puesto que la textura y el sabor que las caracterizan son únicos y por tanto
susceptibles al robo o la petición de la misma. Contrario a lo que sucedía cuando
cocinaba sesos con huevo, caldo de ojo de res o los pollos que crio mi hermana en
nuestra propia terraza.

Hasta ahora la comida ha pasado por ser un motivo o rasgo de la reunión familiar,
tomaba como un remedio, un gusto por cocinar, el robo y hasta el experimento, ¡Si, el
experimento! Puesto que me encantaba coger los tubos de escarcha vacios y llenarlos
de distintos alimentos y salsas o demás productos que encontrara en la cocina
esperando que tomaran colores, texturas y olores distintos, que para mi provocarían
que emergiera una cantidad de espuma de tal manera que se saldría de la pipeta como
lo veía en televisión, sin embargo esto nunca sucedió, así que tome la espuma que
surgía del jabón de la loza y se lo agregaba para generar mi efecto anhelado, por
cierto ese mismo jabón y sin la mezcla mencionada anteriormente se lo daba a beber a
mi hermana en un vaso, asegurándole que era ponche, situación que ponía a mi
hermanita de un genio contario al que yo demostraba con tal situación.

PAREJA Y COMIDA
Debo aclarar que nos conocimos en un Gimnasio, yo trabajaba allí como administradora
de la zona de hidratación, por tanto todo inicio con la venta de bebidas hidratantes
que luego paso a la invitación de otro tipo de bebida que mas que hidratante era
embriagante. Luego de ello la invitación fue a comer no muy lejos de la casa, fue en el
mismo barrio y nos acompaño un ramo de flores que con gran entusiasmo me regalo.
Considero que fue una de las comidas más emocionantes que he tenido en mi vida
desde el mismo hecho de que no sabia como comer delante de él y hasta me ahogue,
situación cotidiana en mi, pero que ese día esperaba que no me fuera a ocurrir,
lastimosamente ocurrió, así que de una vez me conoció con los ojos llorosos la
respiración agitada y con un rostro que no quiero ni recordar, sin embargo la reacción
de él fue de angustia y termino por darme un beso por la preocupación dada, así que no
resulto nada mal.
Al principio parecía constantemente que tenia una idea de engordarme a toda costa
pues cada vez que salíamos comíamos cantidad de postres, helados y todo lo que se
atravesara y fuera provocativo a nuestro paladar, incluso como mi platillo favorito que
es cualquier tipo de carne y por tanto, mi invitación predilecta para salir a comer era
precisamente esa, empero la primera carne que comimos juntos fue en su casa, puesto
que me preparo una hamburguesa tipo corral - dice él- y que la carne la preparo con
una salsa especial, luego le agrego queso, tocino, papas, salsas y champiñones, que no
son de mi gusto, pero que desde ese momento me empezaron a llamar la atención, pero
solo en las preparaciones de él, ya que las utiliza para preparar una exquisita lasaña o
pollo. Luego de ese día se volvieron más cotidianas las invitaciones a su casa para
comer tales platillos o las tortillas que improviso un día por que no tenia nada mas en la
cocina, pero que quedaron tan deliciosas que hasta las volvió a preparar, pero ahora
no solo para mi, sino para mi familia, de tal forma que si mi papi no es quien prepara
sus deliciosos caldos en leña, los pinchos de distintas carnes o el asado, es él quien en
ocasiones especiales cocina para todos.
Al mismo tiempo y como ya lo había mencionado, las visitas por mi parte a su casa
fueron mas frecuentes y fue en una de aquellas que conocí a su mamá, la cual prepara
algunos alimentos que no suelen estar en mi menú predilecto, como la sopa de tomate o
la de avena con un huevo frito encima, el día que me ofreció tales comidas no sabia
donde meterme, ni mucho menos como me las iba a comer, afortunadamente ya había
mucha confianza con él, así que le conté lo que sucedía y a escondidas cambio los
platos y se lo comió, sin yo tener que pasar por tal situación incomoda de dejar o de
comérmelo. De ahí en adelante la mamá por una extraña razón no me volvió ofrecer
tales platillos, pero si tortas de ahuyama y de espinaca, papas y pollo con queso que la
verdad, me parecieron deliciosas de tal forma que no se las debo pasar a él, para que
se las coma.
Es así que las salidas con el siempre involucran comida ya sea fuera de casa o
preparada por él en su mayoría de veces, aunque en algunas ocasiones yo sea la que lo
encante con mi postres que le fascinan no solo a él, sino a mi familia en general.

Realizado por: Yinnet Hernández Ortiz


Cód. 20062187016
Estética del gusto y el olfato.

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