DABRAKÁ

DABRAKÁ
Una práctica mística que despierta la fuerza espiritual y
el poder mental, para que unidos desarrollen la energía
creadora que dará vida a nuestros sueños.

Coordinación. Gral.: Maestra, Ps. Alma Pochellú.

Maestra, Ps. Ana Paula Garrido

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 DABRAKÁ

La palabra “Dabraká” proviene del antiguo Egipto. En realidad se trata de la unión de tres
conceptos que son:
Dab: comunicación, lenguaje; palabra
Ra: divino, santo, sagrado;
Ka: alma, el doble.
Se traduce como: Palabra santa, sagrada, lenguaje divino con el alma..
Las dabrakás son combinaciones de letras que forman palabras que no pertenecen a un lenguaje
racional, por tanto no tienen traducción. Pertenecen al idioma del Alma. Al repetirlas
mentalmente, en silencio y con un deseo en el corazón, ellas funcionan como “códigos” que
abren los “archivos”del Alma. Y llegando al Aura despiertan fuerzas o energías que son capaces
de transformar la existencia hacia la realización plena de los sueños. La fuerza de la mente y del
espíritu, se unen a una palabra. Nos concentramos en una combinación de letras con lo que
podemos crear una energía y dirigirla a un plano determinado.
Es una meditación de gran mística, en la que puedes comunicarte con tu propia esencia, tu
Alma e iluminar tu mente para encontrar las mejores soluciones para tu vida.
Decían los antiguos sacerdotes egipcios: “Si no entras al templo, Dios no te oye.”, queriendo de
esa forma explicar que para hacer una Dabraká hay que tener la mente fija en la meta para
poder dominar las situaciones adversas y el espíritu con fe entregado a la meditación.

Cómo se realiza la meditación dabraká

1. Es importante tener el lugar apropiado, donde puedas permanecer tranquilo, sin

interrupciones durante algunos minutos. Es conveniente que ese lugar sea siempre el mismo,
así podrás contar allí con los elementos necesarios (vela, incienso, metal cobre….)
Preferentemente que el piso sea de materiales naturales como madera, cerámica o piedra.
Debes quitarte el reloj y los metales que estén en contacto con la piel (anillos, pulseras,
caravanas…) excepto el oro, que no afecta la práctica.
2. Antes de disponerte a meditar, colocas tus manos bajo el agua de la canilla durante un par
de minutos, mientras repites mentalmente las sílabas TASH LEJ. Esta concentración te ayudará a
alejarte por un momento de preocupaciones y asuntos pendientes, dejando tu mente mejor
dispuesta para meditar.
3. Enciende una vela blanca y siéntate durante unos minutos frente a ella, tratando de que tu
mente fije su atención en la llama. Ese ejercicio te ayudará a apartar los pensamientos que te
invaden y así podrás lograr una mayor concentración en tus Dabrakás. Luego de esta
preparación, procede según lo indicado en la dabraká que has elegido para practicar.
4. Marca una meta y proyecta lo que quieres lograr, es decir una proyección mental hacia la
cual dirigirás la energía de la Dabraká

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5. Comienza a concentrarte en la Dabraká propiamente dicha, cierra los ojos y repite

mentalmente esa combinación de letras que forman una palabra.
6. Una técnica sencilla y efectiva para concentrarnos, es visualizar las letras escritas como si
estuviéramos viendo un cartel. La imagen nos ayuda a mantener las palabras en la mente sin
que nos invadan los pensamientos. También puede ayudarnos a vocalizar algunas veces las
sílabas, antes de iniciar la concentración. El sonido propio de la Dabraká queda grabado en
nuestra mente y en el silencio se multiplica su fuerza
7. En algunas prácticas se recomienda realizar un baño de purificación, que consiste en lo
siguiente: luego de hacer el baño de higiene, permaneces por unos minutos más bajo la ducha.
Mientas el agua va cayendo sobre tu cuerpo te concentras en la Dabraká HAMAET. Te ayudará a
depurar energías negativas.