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Título del artículo 173

El laberinto
como frontera
en la ciencia-ficción
E n este artículo vamos a utilizar la fic-
ción de William Gibson como una
escusa que nos permita asociar, a par-
tir del ciberpunk, diversos momentos contra-
de William Gibson culturales que proyectan posibilidades alterna-
tivas y que recombinan de forma peculiar expe-
riencias anteriores dejando su sello en la
historia. Lo que aquí nos interesa es establecer
una serie de asociaciones que atraviesen los
tiempos, permitiéndonos observar sus constan-
tes e innovaciones; por eso en las siguientes
páginas van a darse cita los ciberpunks, Dadá,
Jakue Pascual y Alberto Peñalba la Internacional Situacionista, los hippies, los
provos, las comunas, los squatters y los gaztet -
xes, movimientos que permiten atravesar un
siglo ya pasado y conectarnos con los heréticos
espíritus libres que les precedieron. Es desde
esta lógica desde donde vamos a abordar no
sistemáticamente cuestiones como las de la
reactualización de lo mágico en el ciberespa-
cio, los nuevos estilos tribales, las visiones
sociales que extrapola la ciencia-ficción, el
ciberpunk como redimensionalizador de la
contracultura en la web, el doble papel de la
tecnología, la lógica de las ocupaciones y sus
previsiones en un mundo tendente a la escisión
social, los métodos de análisis como la psico-
geografía, las asociaciones no secuenciales o el
paralaje, las localizaciones piratas o la reapari-
ción del deseo y las construcciones imaginarias
como el Puente, Hak Nam o New Babylon que
se generan para representarlo. Y todo dentro de
un laberinto de formas, cuyas esencias se retro-
alimentan en la búsqueda de salidas, con guías
como Gibson, Debord o Constant.

A. Cronotopos situacionistas

«L os situacionistas no son cos-


mopolitas. Son cosmonau-
tas. Ellos osan a lanzarse a
los espacios desconocidos para construir en
ellos islotes para hombres no simplificados e
irreductibles. Nuestra patria se encuentra en el
tiempo (en el posible de esta época) ella es
móvil» (Lausen, 1963).
Aceptamos el riesgo de bosquejar una
posible cartografía situacionista de la ficción

Jakue Pascual y Alberto Peñalba


Política y Sociedad, 36 (2001), Madrid (pp. 173-189)
174 Jakue Pascual y Alberto Peñalba

de Gibson con el método de deriva no siste- sin confundirse, todos los lugares del orbe, vis-
mática. Por eso partimos de detalles inciden- tos desde todos los ángulos» (Borges,
tales que, detectados aleatoriamente en su 1971a:70): El de los circuitos cibernéticos y el
relato, identifican agregados de deseos sub- de las laberínticas y duras calles que como las
jetivos, complementados con la tecnología imaginadas por Gibson se agolpan en los espa-
de su arquitectura de expectativas articuladas cios urbanos desestructurados del Ensanche,
y por los constructos piloto de sus máquinas del Sprawl, Barrytown, Nighttown o del Puen-
desiderantes 1. te ocupado y en las que se incrusta una fronte-
ra, en apariencia más inmediatamente social
que la existente en las lindes de los enclaves
INICIANDO CIERRE DE ÓRBITA virtuales alternativos de la República del
Deseo, de los paraísos artificiales orbitales, de
Estamos en la ficción. Hemos llegamos al los macrocomplejos transnacionales y de las
concepto desde el mito, desde lo formulado- elitistas edificaciones de los Proyectos.
posible. La concepción del ciberespacio de IAs, personalización de los estupefacientes,
William Gibson se encuentra escasamente atada operadores de consola, hologramas, biotecno-
a condicionantes previos. Es una zona-incógni- logía..., constituyen elementos de un movi-
ta, real y virtual al mismo tiempo, que contiene miento imaginativo que aflora en los años 80,
una multiplicidad de posibilidades en cada uno cuando se produce la explosión adquisitiva de
de los niveles en los que se manifiesta. los ordenadores personales.
Un ejemplo de esto lo tenemos en la conver- Un sentimiento existencialista, por definición
sación que mantienen dos personajes de este de sentido negativo (no futuro), late en las imá-
autor de ficción, un viejo vaquero de consola, genes de citys futuristas, como lugares de sínte-
Jammer, y el Wilson (novato) Bobby Newmark sis donde se fusiona el nuevo materialismo neu-
(Conde Cero) sobre la existencia de divinidades romagmático (Berardi, 1995) 3 de la potencia de
del vudú en el ciberespacio. Jammer planteará la comunicación con el poder de la información,
sus dudas sobre la presencia de dioses haitianos estableciendo códigos de negocios con un cier-
en la red, indicando que puede tratarse bien de to aura de destino recto entretejido entre los
programas virales que se han autonomizado o cables de fibra óptica que recorren el laberinto
que las inteligencias artificiales (IA) han halla- ubicado entre lo real y lo virtual; entre el vudú,
do formas de dividirse y de introducir partes de los negocios y los grupos-sujeto de, por ejem-
sí en la matriz; asimismo asociará esta manera plo, los piratas de datos especializados en phre -
operativa con la de los tulpas, con poderosas acking, cracking o hacking como los Panteras
formas de pensamiento que pueden dividirse y Modernos de Neuromante.
generar fantasmas semióticos hechos de energía La expresión del sentido negativo del ciber-
negativa, recalcando el sentido que tienen para punk se denomina: no futuro. Este concepto lo
quienes los producen (Gibson, 1990:250). popularizó la contracultura punk, que barrió el
Gibson pasará a la historia como el autor de mundo entre la segunda mitad de la década de
Neuromante (Gibson, 1989), novela con la que los 70 y la primera de los 80 y cuyas ramifica-
se inicia el género de ciencia ficción denomi- ciones llegan hasta el presente: ciberpunks,
nado cyberpunk. Pero su importancia está más anarquistas ontológicos, harcorrastoks, giga -
allá, instalándose en la complejidad de las trashers, contradatas, ecolos, bandas paleolíti-
conexiones contraculturales que acompañan cas, trahsstirnerianos, megafourieristas, nihil -
su obra, y que van desde su deserción de la crashings... Fue presentado por los Sex
Guerra del Vietnam hasta su capacidad de Pistols; cuyo manager Malcom McLaren un
visualización de imágenes simbólicas de frac- prosituac(c)ionista aventajado, según interpre-
tura, pasando por su utilización indirecta de la ta Marcus (1993) de seguro que conocía aquel
ciencia del urbanismo unitario y por su experi- texto de Frankin (1960) que afirma: «el No-
mentación de situaciones simbióticas (como Futuro es simultáneamente, la realización de
en su poema cibernético «Agrippa» o en la todo futuro y la búsqueda de los medios para
exposición «Visionary San Francisco» 2. dominar lo inmediato». La detournement que
Ciberpunk es un término que condensa dos efectuará MacLaren del concepto, explosiona-
alephs borgianos, dos lugares «donde están, do por unos iracundos jovenzuelos, hará que
El laberinto como frontera en la ciencia-ficción de William... 175

este término redimensionalice su potencial planteamiento de un enfoque surgido de un


acumulado. nuevo conjunto de puntos de partida, como la
Alejandro Piscitelli dirá claramente qué cibernética, la biotecnología y la telaraña de
podemos entender por ciberculturas y conside- comunicaciones, siendo su ficción puro hard
rará con Calabrese que la sensibilidad estética (Barceló, 1991:5) basado en especulaciones
del neobarroco-ciberpunk viene caracterizada científicas y tecnológicas (Sterling, 1994).
por la teratología, el laberinto, la oscuridad Sterling también destacará cómo son sustitui-
conceptual, la matemática de los conjuntos, la dos los personajes tecnocráticos y fríos del
entropía, el negro como emblema ciberpunk, género hard por seres anómicos, por una tripu-
la seducción de la inteligencia del héroe frente lación pirata de perdedores, buscavidas,
a la utilización de la fuerza y por la estética de parias, marginados y lunáticos. Ellos nos per-
la alta fidelidad (Piscitelli, 1995: 98). Elemen- mitirán observar posibilidades futuras, de
tos de un movimiento cultural del que surge manera no especulativa, desde esos subniveles
una manera de accionar cuyos ejes son la inte- establecidos por las relaciones de lo cotidiano.
ractividad, la simulación y la virtualidad. Pero también es como si Gibson, con sus
Todo un conjunto de hackers, ciberpunks y extrapolaciones sociológicas, pretendiera mos-
libertarios electrónicos que se autoubican en el trar la masa velada del cambio social. Su ins-
centro del debate sobre el control de la tecno- trumental es ese lujo de informes técnicos,
logía, de la red, de la Información y por la documentos gubernamentales y publicidad
democratización de sus usos; constituyendo especializada que conforma nuestra cultura
enclaves, comunidades virtuales, como islas por debajo del nivel de reconocimiento (Ster-
piratas regidas por artículos. A partir de aquí, ling, 1994).
lo que se pretender es superar el falaz debate A nuestro juicio lo que Gibson busca es la
entre tecnofilia y tecnofobia, relativizando textura de los datos, una metodología de análi-
ambos aspectos. Hakim Bey, desde su paradig- sis experimental que describa los matices de
ma contracultural de la TAZ (Zona Temporal- las interacciones cronotopológicas. Algo que a
mente autónoma), abogará por la integración su manera también buscaban los situacionistas
entre dos actitudes en apariencia contradicto- a través del Urbanismo Unitario: una metodo-
rias en relación a la tecnología y a la red: logía de investigación que pretendía dar cuen-
ta de la virtualidad conformada por la multi-
«(1) lo que podemos llamar la posi- plicidad de datos existentes en el universo de
ción Quinto Estado/neopaleolítica post- los hechos.
situ ultraverde, que se constituye como La obra de William Gibson se presenta
argumentación ludita contra la media- como una esclusa en el borde del mundo, per-
ción y contra la red; y (2) los utopistas mitiéndonos, así, asomarnos al otro lado del
ciberpunks, los futurlibertarios, los hac - espejo, a la virtualidad del ciberespacio, a lo
kers de realidades y sus aliados quienes que ya se perfila como ruptura del dónde, y
ven la red como un paso adelante en la como reencuentro tiempoespacial en los plie-
evolución, y quienes asumen que cual- gues de la membrana de la mente fluyente.
quier efecto perjudicial puede ser corre-
gido; al menos, una vez que hayamos «No hay un donde allí. A los niños se
liberado los medios de producción» les enseñaba eso para explicar el cibe-
(Bey, 1996:152). respacio» (Gibson, 1992:60) 4.

Tomando como modelo a Gibson, Bruce Nuestro interés se centra en indagar en las
Sterlingen indicará que las producciones de formas-pasadizas (por definición de provisio-
ciencia ficción se filtran en la cultura de una nalidad y de hipotética mutacional) que antici-
forma aparentemente inofensiva. Para Ster- pan el supuesto nuevo paradigma en el que
ling, la virtud de Gibson reside en la refutación parece que nos instalamos.
de la tecnolatría de banda estrecha y sus acier-
tos, en la plasmación de un futuro creíble a «No sólo hemos transitado el cierre
través de relatos barrocos, dolorosamente del siglo, pensó, el cambio del milenio,
extraídos de la condición moderna, y en el sino también el fin de otra cosa con otro
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nombre. ¿Era?, ¿Paradigma? Por todas cierto grado, esta premisa básica 9. Pero el tras-
partes, señales de cierre» (Gibson, fondo de la historia esconde algo más comple-
1994b:109). jo, relacionado con lo que denominamos pro-
yección socioestructural. La sociedad que prevé
la literatura de la ciencia-ficción se ha hecho
UN PUENTE OCUPADO EN EL FIN excluyente, dual, extrema en sus polos opues-
DEL MUNDO tos, el Estado se ha limitado al máximo y con él
sus responsabilidades sociales; la movilidad se
Nos deslizamos por una tierra de nadie para ha vuelto supersónica y numerosas personas no
llegar a una solitaria mole sita entre Lado Ciu- cuentan ni con un trabajo ni con un lugar donde
dad-San Francisco y Land-Oakland, como vivir. Ya no hay clase media, la función de
dice el slang de este lado 5. Estamos en el amortiguación de los extremos sociales ha sido
puente cortado, en una estructura de hierro a la limada hasta casi su eliminación 10.
que se adhiere un dédalo de formas y materia-
les, escalones, pasarelas, pasadizos, ascenso- «Mira Chevette, hay dos clases de
res, cables y escalas. Un zona flotante, una personas. Los que pueden pagar hoteles
nave a la deriva, azotada por el viento, ocupa- como ése son una. Nosotros somos la
da por una tripulación corsaria. otra. Antes había una clase media, los
Este puente ocupado acoge uno de los múl- que estaban a medio camino. Pero eso ya
tiples escenarios que nos propone William no existe.» (Gibson, 1994b:145) 11.
Gibson en su extrapolación analítica como
juego psico(antroposocio)geográfico de las Guy Debord ya nos había ilustrado amplia-
tendencias que emergen como forma de resis- mente sobre la cuestión de la reproducción de
tencia frente a la eficiencia de la política urba- la desigualdad social en la ciencia ficción,
nística de las Corporaciones (como intercone- entendiendo que se da en ésta una proyección
xiones transnacionales, político-militares y analítica de los elementos sociales presentes.
mafiosas variables) 6. Frente a éstas, sólo sub- Este autor advertía que la cuestión de la utili-
sistirán pequeñas agregaciones, como los Lo zación de los medios técnicos es política y que
Teks o los hackers, grupos-sujeto autocons- su selección se establece conforme a los fines
cientes de la importancia vital de la defensa de separados de la dominación de clase y apunta-
su territorio, para que esta ZONA sea transita- ba lo siguiente en relación a la ciencia ficción:
ble por ellos en forma digital, con distintos
motores o de manera bípeda. Cuando se considera la hipótesis de
Nada más fijar la retina en el primer fotogra- un futuro, tal como está admitido por la
ma del film de Longo, donde aparece el puente literatura de ciencia ficción, en el que las
semiderruido, nos asedia la comparación con el aventuras interestelares coexistirían con
Sector Suspendido del situacionista Constant, una vida cotidiana que se conservaría en
con una de las partes que componen la New esta tierra con la misma indigencia
Babylon (Constant, 1974) 7. Mientras tanto, material y el mismo moralismo arcaico,
Johnny y Molly juegan al escondite en un esto quiere decir, exactamente, que
puente-laberinto de contenedores y escaleras, habría todavía una clase de dirigentes
en el paraíso elevado de los okupas Lo Teks, en especializados, que mantendría a su ser-
la central de contrainformaciones imaginada vicio a las masas proletarias de las fábri-
por Gibson. cas y oficinas; y que las aventuras inte-
Para Gibson, la construcción de esta nueva restelares serían únicamente la tarea
ciudad en el puente no responde a ningún plan escogida por estos dirigentes, la manera
premeditado fuera de la pura necesidad, es fruto que habrían encontrado de desarrollar su
de una ocupación espontánea y de una edifica- economía irracional, el colmo de la acti-
ción aleatoria. Para entender el porqué de la vidad especializada (Debord, 1961).
necesidad de ocupar, hay que comprender qué
supone poseer un habitáculo, un espacio donde En este contexto escindido, Gibson capta
guarecerse de las inclemencias del tiempo8. perfectamente la lógica social que subyace a la
Hasta el funcionalismo urbanístico asume, en autoorganización espontánea. Aquí el sentido
El laberinto como frontera en la ciencia-ficción de William... 177

de la ocupación no es prioritariamente políti- «Pero... siempre hay detalles que evi-


co, es otra cosa, se llama necesidad 12. Skin- dencian lo hablado, lo pensado, lo
ner 13, uno de los pioneros del puente respon- común de una opción tomada, por muy
derá, a la pregunta efectuada por el inestable y esporádica que ésta sea. Un
antropólogo Yamazaki que le interroga sobre encuentro a mitad de camino, los hurras
dónde partió la decisión de tomar el puente: al unísono y después de eso se pusieron
a cantar himnos y mierdas por el estilo»
«–No decidimos nada. Te lo he dicho (Gibson 1994b:107).
ya.
–Bueno, pero por alguna razón suce- Tras la ocupación comienza la construcción
dió. de una nueva entidad urbanística en el puente,
–Las cosas pasan. Pasó esa noche. Sin poco a poco, sin planificación arquitectónica,
señales, sin líder, sin arquitectos. Tú utilizando una ingeniería que recicla toda téc-
crees que fue política. Pero eso ya no se nica y material desechado por el consumo cre-
baila, muchacho. ciente de los círculos del centro asociado 15. Su
–Pero usted dijo que la gente estaba resultado es amorfo. Supone la materialización
preparada. telúrica de una confluencia de voluntades
–Pero no para nada en particular. Eso humanas que se confirman en la comunidad de
es lo que no pareces entender. De acuer- un proyecto no premeditado, sólo anticipado
do, el puente estaba allí, pero no he en el paso instantáneo que se debe cubrir en la
dicho que estuviese esperándonos. ¿Ves satisfacción de la necesidad inmediata 16. Un
la diferencia?» (Gibson 1994b:104). procedimiento que, con el tiempo y el mante-
nimiento de las constantes vitales, dará lugar a
La ocupación del puente abandonado se una estructura de confirmación autónoma de
produce en el instante en que se abre una su multiplicidad. Un laberinto-puente con infi-
grieta en la planificación urbanística. Cual- nidad de vericuetos materiales, humanos
quiera de las soluciones supone un coste adi- (sociales) y técnicos 17. Satisfecha la necesidad
cional no previsto en la política de la misma. natural de contar con un espacio que habitar,
Y esa noche la gente se instaló, sin más. Así, se pone en marcha el mecanismo de articula-
Gibson nos oferta una descripción premedi- ción de una estructura socioeconómica sumer-
tadamente apolítica de una ocupación de la gida en los márgenes de lo establecido y que
necesidad; enfatizada, además, por un alevo- conforma las maneras de subsistencia de una
so desinterés de anotar cualquier pormenor sociedad fantasma que no paga impuestos, que
de tipo organizativo, por muy difuso que éste no está numerada y que no solicita permisos a
fuera. Pero la multitud estaba allí, esperando los poderes centrales (políticos y corporati-
no se sabe qué señal de Gibson para actuar al vos), pero que produce sus propias necesida-
unísono desde Oakland y San Francisco, para des 18. Toda una arquitectura instalada en la
derribar los muros, saltar las alambradas y provisionalidad, generando un equilibrio siem-
subir a las torres, de una manera similar a la pre inestable. No hay plan en el mecano-puen-
surgida durante la autoorganización espontá- te. Este es el espacio constructivo donde cual-
nea del motín. El puente no les esperaba; no quier pieza sirve a la disarmonía aparente del
era la única posibilidad que existía en el microcosmos social. Todo fluye, se diluye y se
laberinto de caminos. Simplemente estaba funde en una arquitectura de situaciones, en el
allí como una de las múltiples opciones que, carnaval de las formas, en el caos de materia-
de ser tomada en consideración, modificaría, les rescatados de la basura. Un laberinto de
con su caótica expansión, la planificación sueños, una república autónoma, una zona
política urbanística. Mientras tanto, la poli- liberada hecha con mil y un pedazos soldados.
cía quedaba atrás, no hay propiedad privada Estamos inmersos en un antiprograma
o útil que proteger, se encuentran fuera de la arquitectónico de acumulación selectiva y fun-
city y ellos obedecen, básicamente, ordenes cional de deshechos, que presenta de manera
«en materia de multitudes: no dejar que la impresionista una estructura global secunda-
gente se reúna en las calles» (Gibson ria. En ella, destellan miles de intenciones
1 9 9 4 b : 1 0 6 ) 14 . constructivas interconectadas, sentidos per-
178 Jakue Pascual y Alberto Peñalba

ceptibles sólo en lo concreto, en el detalle del codiciada información que almacenaba en el


ensamblaje de las fijaciones estructurales pri- implante de su cerebro22. Los Lo Teks realiza-
mas. Gibson definirá al puente como un Tho- ron un buen sabotaje telemático, transmitieron
masson, como un efecto inexplicable de lo al mundo la fórmula del antídoto del NAB pro-
urbano y para más inri procederá a efectuar piedad privada de Fharmacom, corporación
una deriva psicogeográfica del término, evi- del sector químico poco interesada en perder
denciando la facilidad con que pueden cons- los ingresos extraídos por el tratamiento masi-
truirse conceptos, leyendas y mitos en la vo de la enfermedad.
actualidad metropolitana 19. Entre los habitantes del puente se producen
Gibson reconoce en Skinner a un psicogeó- relaciones simbióticas, como la de la joven
grafo apasionado por los viejos mapas, al igual Chevette y el viejo Skinner, a la vez que se esta-
que los que un siglo antes entusiasmaran a los blecen procedimientos cooperativos y de auto-
miembros de la Internacional Letrista. Este defensa para facilitar que siga funcionando el
gusto no nace de la práctica de un simple hobby provisional engranaje que sustenta la colectivi-
con el que matar el rato ocioso. El deseo carto- dad. Lo normal es que cada cual aporte su cien-
gráfico revela una necesidad profunda de cono- cia, como Fontaine su sabiduría electrónica. Un
cer cómo actúan los tiempos (cotidianos, psico- auzolan de ayuda mutua, conectado a todo un
lógicos o del poder) sobre el espacio, mutando sistema alternativo de procedimientos producti-
referencias y cambiando las señales inscritas en vos para la cobertura de las necesidades prima-
ellos. Skinner es un pionero que tiene escondi- rias (horticultura, apicultura y ganadería bioló-
do el mapa del paso al noroeste del puente. Su gica) en un ambiente externo imposible,
propia habitación-container se ha convertido en contaminado y hostil. En El Puente se expresa
una plataforma giratoria en la que se practican todo un proceso de singularización de elemen-
derivas estáticas y en la que se trastoca en soli- tos subjetivos que, entresacados de entre una
dario el sentido perverso de la trama de Gibson. multitud amorfa, evidencian una actividad coti-
Skinner a modo de trazador de portulanos que diana que se asemeja al arte natural de la super-
no sabe qué monstruo o qué maravilla le aguar- vivencia. Sólo hay un interfaz de conexión con
da al doblar el próximo cabo misterioso tiene fe el mundo real: los residuos, la mierda y los
en el poder influencial de la alquimia que desti- muertos, que son entregados a la ciudad para su
la una práctica cartográfica rigurosa e imagina- tratamiento y descontaminación.
tiva. En definitiva, trata de transmutar los lími- La tecnología del mundo gibsoniano ha tras-
tes, las fronteras físicas y psíquicas, disminuir pasado el umbral prototípico de nuestro tiem-
los márgenes eludiendo los condicionantes del po, mostrando contradicciones entre la renta-
espacio-tiempo. Por eso, atesora mapas antiquí- bilidad del arreglo, el parcheo que permite una
simos y los contrasta con otros convencionales, y otra vez la reutilización de una estructura, y
al uso, pudiendo observar lógicas globales des- su total renovación. En este universo ficticio
centralizantes, cómo las de los grandes países conviven técnicas rudimentarias con últimos
de antaño que se han diluido en múltiples expre- avances como la nanotecnología, que permite
siones geográficas como Quebec u Osetia. abrir túneles o construir edificios e incluso
También, comprueba mapas ecológicos sobre urbes enteras con los mínimos costes 23. El
bolsas energéticas halladas en el subsuelo, con- problema ideológico del uso de la técnica en
centraciones de fluido negro en lo que antes cuanto liberación humana del trabajo para el
fueron masas de bosques y dinosaurios, para así uso del tiempo en el arte de las pasiones 24,
llegar a establecer una psicogeografía natural continúa vigente en un mundo donde la pro-
del petróleo, de los lugares donde mora la mate- piedad privada de la máquina y la patente
ria concentrada en combustible que se transfor- amplía las distancias de los grandes intereses
ma en energía que ni se crea ni se destruye 20. corporativos mientras reduce a la indigencia a
Tres torres más allá del habitáculo suspendi- amplias capas de la población. Por tanto, desde
do de Skinner, está la estación de intercepcio- una perspectiva de liberación de energías y
nes y de contracomunicaciones de los Lo Teks, capacidades subjetivas, este modelo de auto-
de los que hablan con los satélites 21. Pero eso matización sigue siendo retrógrado porque,
es otra historia, la de Johnny, un correo mne- por muy alto que sea su nivel técnico, no con-
motécnico que vivió en el puente vendiendo la lleva una superación en profundidad del
El laberinto como frontera en la ciencia-ficción de William... 179

esquema planteado en el modo de producción ro, en la resolución inmediata del horizontal


precedente, modificando sólo en su perfeccio- concreto. No es de extrañar, por tanto, que las
namiento de tiempos, costes y materiales la situaciones así concebidas sean efímeras, transi-
apariencia automática de la forma técnica. torias, pasadizos entre unas y otras siempre.
Pocas cosas han cambiado en el reconoci-
miento del otro tribal como separado. Del otro EL JUEGO DEL TRES.
territorial, zonal, como distinto, como posible LOS CONSTRUCTORES
aliado, casi siempre como rival o enemigo. Los DE LABERINTOS
estereotipos funcionan entre los niveles como
si fueran armas arrojadizas que delimitan, con Gibson, como cualquier pensador herméti-
su capacidad disuasoria, el abismo que no se co, se presenta como un experto en laberintos.
puede ni se debe atravesar. Sólo la conquista de La arcología de Los Proyectos donde las gen-
un medio hostil, la necesidad, el interés o la tes del vudú tienen su cuartel general, el Eje
venganza, pueden llevar a traspasar el umbral, Metropolitano Boston-Atlanta denominado
la frontera de los otros. Chevette es acosada por Ensanche, las mansiones orbitales de neuro-
matones subcontratados subrepticiamente por mante como Straylight de los Tessiers Aspool,
la Compañía Girasol, una constructora que el callejón del oráculo finlandés de Mona Lisa,
trata de reinstaurar la lógica del dominio cues- el dédalo de las escaleras del puente de Skin-
tionado. Esa es la razón por la que penetran en ner y Chevette, el extraño arte de Ludgate, los
la zona prohibida, llegando hasta la plataforma transbordadores espaciales como el Marcus
giratoria donde termina el sentido de su estan- Garvey de los rastas sionitas... Todos sus esce-
cia en el puente. Así serán vistos los habitantes narios son laberintos psicogeográficos, como
del puente por los sicarios: los palacios del rey loco de Baviera o las casas
del dadaísta Kurt Schwitters que tanto gusta-
«Y el puente, hombre, Ése sí que es ban a los situacionistas 26, el Gaztetxe de Bilbo
un sitio de mierda. está lleno de anar- o las cajas de Duchamp.
quistas, anticristos, hijos de puta caníba - Sólo una deriva nodular de los personajes a
les...» (Gibson, 1994b:163). través de la superposición de planos, casualida-
des, visiones, datos objetivos y premeditaciones,
Con estos epítetos se reintegra en el texto de puede trenzar el hilo o cablear la fibra óptica
Gibson la propaganda inquisitorial religiosa para obtener el adecuado ancho de banda que
(anticristos), con la ideología política reaccio- permita conectarnos con la salida. Estamos en la
naria (anarquistas), la discriminación social zona protegida por Tot-Trimegisto-Legba, señor
(hijos de puta) y lo mediático inventivo (caní- de los caminos, en el Pozo (el puente), «donde el
bales) 25. fondo de su cuenco toca el cielo, el cielo que
Y es que el puente es una TAZ, una Zona Nighttown nunca ve» (Gibson, 1994a:23). Es el
Temporalmente Autónoma, provisionalmente principio de la conexión reversible.
okupada, una isla pirata en un agujero de la Gibson parte de una noción psicogeográfica
malla urbana regida por artículos no escritos. de la red, del establecimiento de un punto a
Y como le dice Warbaby a Fredy: «Y a efectos partir del cual se procede a realizar una locali-
prácticos, está fuera de la ley» (Gibson zación invertida, de un punto de conexión
1994b:165). reversible en el sistema que, mediante la reva-
Hablar de la contracultura, en cualquiera de lorización del valor de uso de la cartografía de
sus dimensiones, es instalarse en la provisiona- detalles incidentales, posibilite una construc-
lidad de la ausencia de norma tutelada por el ción alternativa de sentido.
poder de lo separado. Estamos en el territorio de Los situacionistas tienen la obsesión del
lo que siempre nomadea en la búsqueda de un laberinto y en 1959 contactan con el Stedelijk
vacío en el mando social. Una vez más llega- Museum de Amsterdam para llevar a cabo una
mos al hueco común de los semejantes, de los de sus potenciales obras. Un primer intento
que sólo son iguales a sí mismos. La contracul- que acabó en fracaso (1960). Pero siempre lle-
tura muestra el lugar de los que se inscriben garán otros y con ellos Gibson, que tira de un
fuera del sentido general, en la renuncia a la pla- hilo que lo arrastra por el laberinto de escale-
nificación vertical. Nos hallamos en el no futu- ras de un puente ocupado:
180 Jakue Pascual y Alberto Peñalba

«Encontrar el primer tramo de escale- pueda ser enchufada a una programadora para
ras iba a ser muy difícil, ahora que mira- construir cualquier cosa a partir de lo que
ba a su alrededor, veía montones de tenga a mano. Y eso es lo que hará, construirá
escaleritas que subían serpenteando una ciudad ideal a partir de la basura.
entre puestos y microbares cerrados, sin Pero su pensamiento laberíntico, como el de
que pudiese reconocer pauta alguna, Constant 27, va mucho más lejos y se sumerge
daba por sentado que todas conducían al en la percepción de la construcción provisional
mismo nido de ratas, pero nada garanti- de situaciones, llegando a plantear una crea-
zaba que se juntasen en lo alto» (Gibson, ción serial continua. Un todo proceso que
1994b:193). supere la suma de sus partes, al estratificar
bajo sí mismo un cúmulo de datos-elementos
Gibson plantea asimismo el uso del paralaje, sobre los que se eleve una construcción per-
como técnica derivativa de búsqueda que manente, tanto en el grado de densidad y per-
superpone distintas bases de datos para que feccionamiento como en el de la variación de
aporten la profundidad necesaria al trabajo de su complejidad. Y la ciudad virtual de Hak
campo, redimensionalizando la perspectiva Nam al igual que la New Babylon de Constant
hasta establecer un grado de personalización de se convierte en una nueva urbe consensual,
los mismos datos, su textura común. El objeti- real, surgida por elección cooperativa en la
vo es buscar los puntos nodales en los que se cima de una masa de detritus. Tampoco nos
dan las relaciones e inducir así su visión como extraña que la clandestina Ciudad Amurallada
relato. Gibson es consciente de que la prolife- de Gibson sea un espacio comunitario en
ración de estos puntos nodales responde a una forma de dédalo y con un acceso secreto donde
situación de mutación del conjunto de los ele- no hay leyes, un lugar regido mediante acuer-
mentos que conforman cualquier sistema de dos como una República Pirata por una asam-
relaciones y que su interpretación desde varia- blea virtual en cuyo núcleo se reúnen tradicio-
das perspectivas permite el surgimiento de dis- nalmente para tener una conversación seria,
tintos tipos de mapas-texturas. No estamos los espíritus libres, aparentes fantasmas, que
lejos de la Teoría de la Deriva de Debord ante- eluden el control de la red. Hak Nam «es de la
riormente citada. Para Gibson es una cuestión red, pero no está en ella» (Gibson, 1994a:245).
de perspectiva, de ver los datos desde diversos
ángulos y observar su trenzado estratificado,
siempre dentro de la aleatoria percepción de la
complejidad humana y de sus relaciones. B. Del texto al hipertexto:
En este contexto, las máquinas desiderantes una aplicación
de Gibson deben ser entendidas no en su lite-
ralidad sino como conjunto de construcciones, de la construcción virtual
como una materialización de agregados de de situaciones,
deseos subjetivos que utilizan el esquema
modular para constituir articuladamente una con las técnicas de la deriva
arquitectura proyectiva de aspiraciones. y la detournement
La idea de la tecnología que hallamos en
Gibson parte de la unidad y es considerada
como un aspecto derivado de la naturaleza, lo
que hará que podamos aproximarnos a la supe-
ración de la visión siniestra y ambigua que se
C on este texto hemos querido aprove-
charnos una vez más 28 de la tecno-
logías a nuestro alcance para con-
proyecta desde el uso de la misma. Para Gib- figurar, a través de un juego en soporte CD-
son la experimentación tecnológica tiene un rom, una redimensionalización visual sobre el
banco de pruebas dentro de la cultura popular tema que nos ocupa y realizar la puesta en
como tendencia hacia la búsqueda de la per- práctica experimental de las técnicas de la
fección unitaria. Gibson como Constant y Jorn deriva y la detournement en un hipertexto.
confía en la técnica y en su uso creativo y Pisticelli define el hipertexto como un con-
colectivo; de ahí que los pequeños ensambla- glomerado de información de acceso no
dores, la pequeña fábrica nanotecnológica, secuencial, navegable a través de palabras
El laberinto como frontera en la ciencia-ficción de William... 181

clave semi-aleatorias, que actúa como una fun- La detournement, en cambio, consiste en una
ción comunicativa en la creación de nuevos integración de la producción artística posible
textos (Pisticelli, 1995:181). Ya antes Woolley en la construcción de un ambiente de cualidad
(1994:135) se refería al hipertexto con la superior. Esta capacidad redimensionalizadora
denominación de Biblioteca de Babel Virtual, que nos oferta la tecnología de lo hipertextual,
en nítida alusión a un relato de Borges choca frontalmente con su verdadero límite: la
(1971b), poniendo de manifiesto la capacidad supeditación a las leyes de la propiedad priva-
interactiva del hipertexto, tanto en el plano de da bajo la figura del copyright. El copyright
la relación que se establece entre el usuario y sigue todavía considerando al texto como una
el texto, como la que se da entre diversos tex- obra cerrada, heredera de un modo de lectura y
tos. Pero incluso estas definiciones envejecen, escritura lineal, que instaura un sentido con la
especialmente al demostrarse las capacidades obturación que establece el autor. Pero el beatí-
del hipertexto como técnica para uso interdis- fico aura de santidad de la obra única ha desa-
ciplinar de las metodologías de simulación y parecido y el hipertexto, siempre que perma-
experimentación que partirían, o de la produc- nezca abierto y en red, le ha dado el golpe de
ción seccionada de imágenes como función gracia. No hay hipertexto individual, el hiper-
mimética (imagen escena), o de la utilización texto será colectivo o no será 31.
críptica (imagen laberinto) de las mismas 29. El Ya en tiempos de los dadaístas, Tristan
salto cualitativo que proponemos no pretende Tzara abogaba por la destrucción del sentido
tanto enfatizar una apertura de sentido hacia proponiendo la utilización de una especie de
una multiplicidad de lecturas (o la clausura del cup-up, y anticipando en este uso del collage
sentido en una única lectura), como la apropia- las formas de detournement de los situacionis-
ción de las posibilidades de simulación y cons- tas 32. Desde ese plano, se podrá acceder de la
trucción de nuevos mundos que el hipertexto apertura de formas a la creación continua de
nos ofrece. Lo que intentamos es utilizar en el otras nuevas. Nos hallamos ante un paradigma
CD las posibilidades que oferta la estructura donde el flujo de la materia sustituye la inmu-
no secuencial del hipertexto, su forma de rela- tabilidad de sus formas.
cionar los distintos objetos que lo componen, Hay dos maneras básicas de entender la crea-
así como el carácter interactivo de éste. ción y la ciencia, de manera formalizada o
El hipertexto es un continente que tiene la nómada 33. Y la sociología no se sitúa al margen
virtud de romper con la estructura lineal. Libe- de este debate ya que como opina Maffesoli:
rado de la circulación en línea, el hipertexto «Más que reducir al mínimo común denomina-
nos conduce por un laberinto de múltiples dor se trata de comprender este entrecruzamien-
niveles. Debido a su capacidad desorientadora to de pasiones y razones, de sentimientos y pon-
y de enlace entre los diversos y heterogéneos deraciones, de ensoñaciones y acciones que
planos, se aproxima más a la topología que a la llamamos sociedad» (Maffesoli, 1993:110) 34.
escritura ofreciendo un campo de experimen- Las técnicas de la deriva y la detournement
tación perfecto para el desarrollo de la técnica ofrecen la base para hacer del hipertexto una
de la deriva. estructura abierta y en continua transformación.
La deriva, como sistemática situacionista de Tan importantes son las nuevas capacidades de
aproximación azarosa a una psicogeografía navegación del hipertexto como el abanico de
que nos permita investigar las formas de inte- posibilidades que abre la transformación simultá-
racción en el espacio, lo que propone es per- nea que el usuario pueda desarrollar. Para que
derse para activar críticamente desde el entor- esta interacción sea completa y real se tiene que
no una conducta lúdico-constructiva. La romper con el rol del espectador. Ya no se trata
deriva es el paso sin interrupción a través de del explorador que navega por un espacio (por
variados ambientes; es la búsqueda del pasadi- muy abierto y no secuencial que éste sea) sino
zo y de la paradoja en la frontera del noroes- del homo ludens que, respondiendo a las necesi-
te 30. Dicha táctica impulsa a establecer una dades de juego, aventura y movilidad, deseará
nueva lectura del territorio, presentando el transformar, recrear este lugar, este mundo,
espacio como un ente activo capaz de suscitar según las nuevas necesidades que se presenten 35.
en nosotros distintos comportamientos y emo- Nuestro CD supone un incipiente intento
ciones que nos incitan a interactuar con él. por trasladar todas estas problemáticas al
182 Jakue Pascual y Alberto Peñalba

plano práctico, a través de la creación de un rá el orden de conexión entre los distintos


laboratorio virtual capaz de expandir las mundos y, por tanto, las formas de acceder a
potencialidades analíticas y comunicativas ellos. El usuario no es en principio consciente,
implícitas en la ciencia social. Si considera- pero cada elección que haga va a tener una
mos literalmente el carácter constructivo y repercusión directa en el entorno. Por ejemplo,
espacial del hipertexto, lo que hemos produci- cada vez que nos trasladamos a otro mundo
do es una máquina deseante, un artefacto que nos aparece una película; de ahí tenemos que
en un ejercicio de construcción y simulación elegir al azar tres imágenes. Estas imágenes
lleva adelante algunas de estas propuestas. conformarán la clave que nos permite acceder
al siguiente mundo 37.
La consola se ha convertido en uno de los
LA CONQUISTA DEL ESPACIO instrumentos más importantes para el desarrollo
estético. Esta permite una interacción básica del
El juego empieza con la imagen de un saté- usuario posibilitando la inserción del texto en
lite que recorre el espacio sobre el fondo cir- cualquier momento, así como el recibo y envío
cular del planeta Tierra emitiendo en todas de mensajes, avisos e incluso órdenes. Gracias
direcciones la canción This is radio Clash del a este objeto podemos superponer simultánea-
grupo punk los Clash36. Las letras del título del mente la imagen, el sonido y el texto, a la vez
CD-texto se escriben sucesivamente en la con- que intervenimos sobre los mismos. Aquí, la
sola mientras el satélite surca el espacio hasta navegación a través de distintos niveles nos va
desaparecer de la pantalla: a permitir también discurrir entre mundos,
hallando en los textos pasadizos secretos entre
FICCIONES SITUACIONISTAS: UNA unos y otros. Cuando encontremos los pass -
DERIVA POR EL ESPACIO FUTURO DE word podremos acceder al interior de estos
LOS AGREGADOS DE DESEOS SUBJETI- mundos e interactuar con ellos, siendo otras
VOS. LA ARQUITECTURA DE EXPECTA- veces meros espectadores que contemplan las
TIVAS ARTICULADAS Y LAS MAQUINAS particularidades de cada uno de los territorios.
DESIDERANTES COMO CONSTRUCTOS
PILOTO PARA USO EN EL ARTE DEL
URBANISMO UNITARIO. LOS DISTINTOS MUNDOS

Nos alejamos de la Tierra. Cesa la música. Hacer una descripción de cada mundo supo-
Ante nosotros, la infinita negrura. Ha empeza- ne a su vez describir cada nivel de interactivi-
do el viaje hacia los distintos universos. De dad que tiene el usuario.
repente, surge un octaedro compuesto por dos
pirámides invertidas que contienen en cada El submundo: Aquí navegamos sobre un
cara la entrada de un mundo. Pulsamos sobre la espacio pre-construído en el cual lo único que
cara que más nos atraiga y entramos en el que, podemos hacer es vagar hasta que encontre-
para nosotros, es el primer mundo. El mensaje mos la salida. El submundo se asemeja for-
de llegada es una fotografía donde aparecen malmente a nuestro mundo cotidiano, en este
reunidos los situacionistas con la leyenda Los lugar estamos a merced del espacio, obligados
situacionistas no somos cosmopolitas, somos a las restricciones y mandatos que éste impo-
cosmonautas. En la consola se nos pide para ne. Además, nos enfrentamos a una serie de
entrar una clave: el nombre de, al menos, una trampas que nos dificultan el movimiento
de las personas que aparecen en la foto. Si no como, por ejemplo, los cambios repentinos en
lo sabemos, podremos acceder al texto que se el espacio que nos obligan a volver hacia atrás.
muestra en la pantalla con una serie de infor- En este nivel, el usuario no puede transformar
maciones sobre quiénes eran y qué hacían los ninguno de los elementos que lo componen
situacionistas. No tenemos más que escribir el (carteles, señales...) y mucho menos intervenir
nombre uno de ellos y entramos. sobre las características del mismo.
Las distribuciones de los sectores depende
del nombre que hayamos tecleado; según el El puente: El puente hace referencia a un
personaje que haya sido seleccionado cambia- mundo de paso donde tenemos que apropiar-
El laberinto como frontera en la ciencia-ficción de William... 183

nos de los elementos que lo componen para xión entre distintos mapas, alteración entre las
alterar el espacio. Este mundo contiene hue- relaciones de los mismos jugando con los fac-
cos, lugares vacíos, tierras de nadie, donde el tores de escala...).
urbanismo todavía no ha ejercido su control.
Frente a la homogeneidad cualitativa de espa- El mundo de los tulpas: A través de todo el
cios del mundo anterior, el puente gana en juego los Tulpas han estado atacándonos o
heterogeneidad así como en proliferación de defendiéndonos según sus intereses. Este
espacios-huecos (no ocupados por el urbanis- mundo representa el escenario del combate
mo o desechados por él) susceptibles de cual- contra los Tulpas. Si ganamos, conseguimos el
quier tipo de definición y ocupación 38. control sobre el juego y sus variables pudien-
do establecer nuevas reglas.
El pasadizo situacionista: En este mundo
todo es posible: pintar sobre las paredes, los
cuadros, alterar el espacio, coger elementos de NOTAS
las obras de los situacionistas. El pasadizo 1
situacionista está compuesto de una serie de La propuesta metodológica que identifica los agre-
gados de deseos subjetivos, está tomada de Gibson
sectores con diferentes ambientes sobre un (1998) y tiene una larga tradición utópica especialmente
espacio ocupado. Entre ellos encontramos el en autores como Fourier y su mundo pasional.
sector Debord: espacio en forma de nave 2
Algunos de los autores catalogados dentro de esta
industrial cuyos elementos están en continua corriente ciberpunk son, entre otros, Bruce Sterling, John
transformación excepto la pared del fondo que Shirley, Michael Swanwick, Walter Jon Williams, William
T. Wollman, Melissa Scott, George A. Effinger y Richard
emite cortes de sus películas y detournement Kadrey. Y sus antecedentes se rastrean entre obras de
de anuncios. En este sector El grito (de autores como Wolfe (1987), Bester (1986), Burguess
Munch) cobra vida cantando punk, las letras (1988), Burroughs (1989), Dick (1991), o Rucker (1988).
del poema de Rimbaud sobre la comuna de La habitación de Skinner apareció en el catálogo de la
París se alzan de nuevo en forma de barrica- exposición arquitectónica futurista «Visionary San Fran-
cisco», realizada en junio-agosto de 1990 en el Museo de
da... O el sector Masa, compuesto por una Arte Moderno de esta ciudad, mostrándose ya aquí algu-
habitación semi-cilíndrica con forma de esce- nos de los elementos urbanísticos centrales -como el puen-
nario; en este plató, una animación nos mues- te- de su novela Luz virtual (Gibson, 1994b). «Agrippa: un
tra la continuas distorsiones de un agregado libro del muerto», es un poema-memoria de Gibson libe-
celular compuesto de múltiples rostros huma- rado encriptado en la red y decodificado por los hackers.
Suponiendo todo un juego entre creadores y espectadores
nos; tratándose ante todo de un espacio ruidis- que dejan de serlo y en el que se conjugan la letra escrita
ta en el que se superponen los más variados y los grabados de Dennis Ashbaugh que aparecen y desa-
discursos y donde la decoración de la sala está parecen haciendo ilegible el texto. Este trabajo colectivo
compuesta de distintas esculturas biomóficas a de 1992 supone un cuestionamiento del arte y de los lími-
lo Hans Arp. tes de la propiedad intelectual al liberarse el poema de
Gibson a la red, quedando así a merced de las fuerzas
expresivas y comunicativas presentes en la misma.
El exterior: Aquí simplemente nos asoma- 3
Este autor procede de la contracultura italiana
mos al exterior de los mundos, a la nada. La (Potere Operaio, A/traverso y Radio Alice). Tras derivar
única forma de contacto con los mundos será en los 80 por la ecología mental del centro Topia, desem-
boca en el análisis de la telemática y de fenómenos aso-
por medio de la consola, y la única manera de ciados a la misma como el ciberpunk o las mutaciones
entrar del exterior será respondiendo a las pre- socioculturales. Berardi se interesa por el giro que están
guntas que nos hacen los tulpas 39. En caso de tomando las relaciones sociales y el modelo de actividad
que nuestras respuestas sean calificadas como mental, apuntando que el proceso de producción se cen-
satisfactorias podremos retomar el rumbo al tra en la información (sistema tecno-mediático) que ali-
menta al imaginario colectivo. El punto de intersección,
siguiente mundo. el núcleo del cambio de paradigma (neuromagma), se
halla, según Berardi, entre la tecnomediomorfosis y el
Las cartografías: Estamos en el no-espacio, devenir de la mente interconectada. Lo que caracterizará
o más exactamente, en el entrecruzamiento de al neuromagma será la indiferenciación de las separacio-
todos los espacios. Esta sala de mapas nos per- nes, contraposiciones, rupturas y superaciones. Las cate-
gorías, el estilo, el ritmo, las obsesiones y las expectati-
mite alterar a nuestro gusto las relaciones entre vas de la Modernidad, ya no servirán para interpretar el
los mundos dando lugar a relaciones inéditas mundo. Uno de los rasgos más evidentes del cambio que
que modifican la estructura del juego (cone- acontece será, para Berardi, la imposibilidad de explicar-
184 Jakue Pascual y Alberto Peñalba

lo mediante el pensamiento histórico reductivo de la sub- funcionales, la de la ciudad cubierta, como estilo metro-
jetividad ya que, en lugar de uniformidades, proliferan politano extrapolado del maestro Fourier. Esta será una
matices, en forma de multiplicidad de singularidades. construcción espacial continua, separada del suelo, que
4
Piscitelli lo explica así: Antes del advenimiento del incluye grupos de vivienda y espacios públicos. Para
paradigma digital, saber quién era uno dependía de saber Constant, la funcionalización de la circulación deberá
dónde se estaba (ubicado). Y estar era función del refle- llevar a ésta a pasar por debajo o por encima de las terra-
jo especular en el que los otros (...) nos instalaban. El ser zas, con lo que la calle quedará suprimida en su sentido
y el estar (...) iban inextricablemente unidos. Al romper- tradicional de mezcla de movimientos circulatorios. No
se este dique de contención físico y espacial, la carga de se trata de volver a la naturaleza, se trata de vencerla
la prueba que establecía que soy donde estoy se invirtió. sometiendo a voluntad el clima, la luz y el ruido, para así
Al desencajar la identidad de amarres físicos localizables ofrecer una variedad inédita de sensaciones. Una vez
en el espacio y ante la posibilidad de convertirnos en una establecidas las funciones, debe darse paso al juego con
persona o cosa a voluntad (...) nuestra identidad se difu- el uso imaginativo de las condiciones materiales.
8
mina, multiplica, fragmenta y pluraliza (Piscitelli, Enzensberger es tajante sobre esta cuestión y expre-
1995:108). sa lo que piensa por boca de la antropóloga Gaurich: Los
5
El recurso a la babel de lenguas, a los argots subur- políticos no lo entienden, los arquitectos no lo entienden,
biales, a la mezcla idiomática y a la imposicición lin- y quien menos lo entiende es la izquierda: ¡que la casa
güística como dominación imperial, está plenamente puede significarlo todo y que, cada vez más, todo lo sig-
extendido en las obras de ciencia ficción. Uno de los nifica! Hace mucho tiempo que esto es conocido gracias
ejemplos mejor estructurados lo encontramos en el argot al psicoanálisis. La casa significa la cama, el poder, la
nadsat hablado por los miembros la banda de La Naran - mujer, ¡la tumba! Es el lugar donde el hombre come,
ja Mecánica, en donde Burguess (1988) construye toda jode, duerme y caga, es su fortaleza su obra de arte, su
una forma comunicativa con diccionario incluido. Otros fetiche, su escombrera, su cofre del tesoro, su chimenea,
autores en cuyos textos se aborda centralmente la cues- su altar, su cueva, la caja de los sentimientos, de sus sue-
tión del idioma son: Delany (1989), Watson (1985), ños, de sus dolores, de sus esperanzas, de sus depresio-
Vance (1987), Womack (1990). nes.... (Enzensberger, 1984: 142).
6
La imaginería de Gibson ubica un puente ocupado, 9
Le Corbusier plantea claramente que las claves del
por los desheredados de la sociedad de la segunda mitad urbanismo están contenidas en cuatro funciones: habitar,
del siglo XXI, en el centro de la trama de dos de sus trabajar, recrearse y circular. También indica que el ciclo
novelas: «Jhonny Mnemónico» (Gibson, 1994a) y Luz de las funciones debe ser regulado, economizando el
Virtual (Gibson, 1994b); también podemos obtener una tiempo, a la vez que sitúa a la vivienda en el centro,
sugerente versión del primero de los relatos en el film como punto de conexión de las preocupaciones del urba-
Johnny Nemónic (Roberto Longo, EE.UU., 1995). La nismo. (Le Corbusier, 1971).
primera de ellas tratará de un correo que transporta en su 10
No sólo los relatos ficticios de Gibson dejan entre-
cabeza cientos de megabites de información y que termi- ver esta dualización social, la tensión hacia las rentas y
na su agotadora carrera en la arteria suburbana del puen- los privilegios extremos. Algunas obras tratan directa-
te, territorio de los contrainformativos Lo Teks, lugar mente el tema de la exclusión social bipolar. En Las
bajo el que ha nacido Nighttown. En la segunda el ex- Torres del olvido (Turner, 1989), se plantea la existencia
policía Rydell, en su derivar ex, se sumergirá en el labe- de una sociedad dividida en dos grandes grupos, entre los
rinto de la zona suspendida, del puente de Lado Ciudad. que se ubica una delgada capa de transición depresiva,
Nosotros procederemos a ensamblar la atmósfera de los que tienen un trabajo (supra) que les permite acceder
estas historias de puente ocupado, con la recuperación a una serie de servicios y los habitantes de las grandes
alternativa de los espacios, con las propuestas de la torres semisumergidas, por el crecimiento de las aguas
arquitectura y del urbanismo ficción de los situacionistas tras el deterioro ecológico, que carecen de él (infra). No
y con el análisis crítico del Urbanismo Unitario. obstante, Turner es capaz de repensar estructuras de soli-
7
El papel de Constant es sumamente importante daridad incluso en la miseria, ubicando puntos conecti-
tanto en el plano de las ideas situacionistas del Urbanis- vos que actúan como interfaces entre ambos mundos. En
mo Unitario como en el diseño de la arquitectura de esta Limbo (Wolfe, 1987), la parodia de la distancia se colo-
corriente, como en los movimientos contraculturales ca en la automutilación que establece posiciones en la
posteriores (los provos holandeses, por ejemplo). Cons- jerarquía social y evita la agresiva autodestrucción
tant apuesta por la integración de la máquina en el U.U. humana. Pohl y Kornbluth (1988) traman una sociedad
y conecta vanguardias históricas referenciales (Dadá, publicitaria extrema, en cuyo fondo se encuentran los
Duchamp, De Stijl, constructivistas, Gilles Ivain, Asgern trabajadores como sujetos pasivos de la misma. En La
Jorn, Cobra e Internacional Letrista). Constant presenta pianola (Vonnegut, 1977) el trabajo de las personas no es
las primeras maquetas arquitectónicas del urbanismo necesario, dada la total automatización de la estructura
situacionista en 1959 (reseñadas en Premiéres maquettes productiva, y las tareas se vuelven absurdas en el mante-
pour l´urbanisme nouveau -Constant, 1959a). Posterior- nimiento de su lógica alienante y excluyente. El mundo
mente nos acercará a la ficción, al gran juego del futuro interior (Silverberg, 1985) está estructurado de arriba a
que debe poner a su servicio a la tecnología punta al abajo en mastodónticos edificios, en los cuales la ascen-
igual que planteara Jorn y crear las condiciones de reali- sión de planta es sinónimo de mejora de posición social.
zación del Hábitat Unitario, en la deriva de sus ciudades- Algo similar ocurre en Ora:cle (O´Donnell, 1987), entre
laberinto (Constant, 1959b, 1960, 1974). Constant cons- quienes están o no conectados a la red.
11
tata la tendencia natural del hombre a vivir en Gibson también intuye que el interfaz existente
aglomeraciones y propone una alternativa a las ciudades entre ambos tipos de personas es como una membrana, a
El laberinto como frontera en la ciencia-ficción de William... 185

la manera del barroco, como una frontera con puntos de partes de un proyecto percibido a la vez colectiva e indi-
conexión proyectivos y receptivos. Una excelente inter- vidualmente, como cobertura de necesidades de supervi-
pretación de esta idea la tenemos en Deleuze cuando vencia, ocio y refugio.
17
aborda el pensamiento de Leibniz (Deleuze, 1989). Lo mismo que un laberinto-gaztetxe o un laberinto-
12
Aquí estamos aludiendo primeramente a la cober- okupa (casa o aldea), pero en la escala mayor de una
tura de las necesidades naturales inmediatas, en el senti- nueva ciudad (El Puente o Nighttown). No debemos
do que Marx otorga a éstas en los Grundisse diferen- olvidar que las experiencias laberíntico-ocupacionistas
ciándolas de las necesidades producidas por la sociedad. de los kabuters de Amsterdan y del Berlín del movi-
(Marx, 1989:14). miento alternativo (con sus prototipos experimentados
13
La elección del nombre de Skinner por parte de en los 60, con sus puestas en marcha en los 70, con su
Gibson, para adjudicárselo al viejo protagonista de Luz cenit de los 80 y con su aniquilación en los 90) adquirie-
Virtual (Gibson, 1994b), no es casual y denota su per- ron dimensiones impresionantes, englobando a miles de
fecto conocimiento de los entresijos de la utopía científi- locales edificios y personas. Tampoco es desdeñable la
ca y de las prácticas contraculturales norteamericanas. estructura de gaztetxes surgidos en Euskal Herria en los
Este personaje cuasi-mítico, por ser uno de los pocos años 80, teniendo en cuenta que en 1987 habíamos cen-
supervivientes años después de la ocupación del puente, sado medio centenar.
tiene el aspecto de un antiguo hippie. La asociación de la 18
En nuestro caso ficticio volvemos al concepto de
utopía de Skinner y de la comunitariasta hippie, viene necesidades producidas por la sociedad, planteado por
dada por la relación existente entre el planteamiento del Marx en los Grundisse, matizando su surgimiento en una
primero de un modelo ideal de estructura social regula- economía paralela y subterránea establecida en las már-
da, conducido en la definición de todos sus aspectos genes estructurales del sistema capitalista (Marx, 1989).
hacia un fin de perfección convivencial (Skinner, 1985), 19
Gibson comienza adjudicando el término de Tho-
y la puesta en marcha, durante los años de la contracul- masson a un jugador de béisbol, contratado espectacular-
tura americana, de muchísimos experimentos comunalis- mente en 1982 por los Gigantes de Yomuri y cuyo resul-
tas. De entre todas estas experiencias comuneras desta- tado es mediocre. Posteriormente adoptará el sentido dado
caba la de Twin Oaks en Virginia que, en su intento de por un supuesto escritor-artesano para describir ciertos
establecer una comunidad perfecta, se inspiraba en Skin- monumentos inútiles y sin sentido del paisaje urbano que,
ner adoptando el seudónimo de Walden Dos, entresaca- inexplicablemente, tienen una dimensión artística. El con-
do del experimento literario-utópico de ingeniería social cepto deriva por nuevas acepciones recogidas en la obra
planteado por este psicólogo. Esta experiencia será ana- de ficción, Luz Virtual (Gibson, 1994b), y analizadas por
lizada por su propia fundadora Kathleen Kinkade (Kin- Gendai Yogo Kisochishiki en El conocimiento básico de
kade, 1980) y por Melville (1980). los términos modernos, [ficticio], apud. Gibson (1994b).
14
La medidas policiales apuntadas por Gibson en Un ejemplo de deriva psicogeográfica de un situacionista
materia de multitudes son una simple proyección de las profesional nos lo ofertarán el dibujante de cómics Enki
existentes en la actualidad en Occidente. Observemos, Bilal y el gionista Pierre Christin, con la creación de un
por ejemplo, lo que dice Art.19.1. de la denominada Ley personaje innombrado que atraviesa el conflicto inscrito
Corcuera: Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Segu- en sus obras: «El Navío de piedra» (Bilal-Chiristin,
ridad podrán limitar o restringir, por el tiempo impres- 1982a), «Los Comandos del Orden Negro» (Bilal-Chris-
cindible, la circulación o permanencia en vías o lugares tin, 1982b), «El crucero de los olvidados» (Bilal-Christin,
públicos, en supuestos de alteración del orden, la seguri- 1982c) o La ciudad que nunca existió (Bilal-Christin,
dad ciudadana o la pacífica convivencia cuando fuere 1983). Otro caso será el planteado por un supuesto colec-
necesario para su restablecimiento. También nos parece tivo, Luther Blissett (1995), que pone en circulación la
interesante apuntar un ejemplo clarificador, a modo de leyenda metropolitana de Ray Johnson.
metáfora de puente protector, que puede hacerse extensi- 20
Skinner nos recuerda a un Debord que intenta esta-
ble a multitud de experiencias juveniles. A finales de los blecer articulaciones psicogeográficas (ejes de paso, sali-
80, en el periodo inmediatamente previo al estallido das, defensas) que confirmen la hipótesis de la existencia
social de la Poll Tax en Inglaterra, los grupos de jóvenes de plataformas giratorias psicogeográficas, para así rea-
se juntaban en los espacios vacíos existentes bajo las vías lizar una cartografía influencial con la ayuda de viejos
elevadas de las autopistas para realizar parties. Un equi- mapas, fotografías aéreas y derivas experimentales.
po de música conectado a una batería de automóvil, un Debord pretenderá disminuir, hasta su eliminación, los
disjockey rapeando sobre un sonido y cervezas, eran la márgenes fronterizos que rodean las unidades atmosféri-
manera de eludir las restricciones a sus locales impues- cas y de vivienda. (Debord, 1956).
tas desde la lógica política de control del espacio. 21
Abordar el panorama contrainformativo es una
15
Jugamos con la categoría de asociación de Tönnies tarea ardua, por eso aquí nos contentaremos con poner
(1979), relacionando con el proceso de complejización algunos ejemplos dispersos como el de Maffi (1975) que
social la periferización que, en sentido interno y externo, abunda sobre los casos de contracomunicación que tienen
produce la centralidad de la metrópoli y su city. lugar en los años de la contracultura anglosajona. Un clá-
16
Quien haya conocido una casa, un pueblo ocupado sico sobre el tema de una radio libre es el de Alicia es el
o un gaztetxe, sabrá perfectamente a qué nos estamos diablo (1981). Un tratamiento más amplio sobre la radio-
refiriendo y percibirá que el caso del puente de Gibson difusión, con la inclusión de algunas interpretaciones
no es más que una extrapolación futurista, exagerada en indispensables del tema (Bertolt Brecht, Boris Vian,
sus dimensiones, de este tipo de procedimientos de reci- Frantz Fanon, Umberto Eco, Félix Guattari...), se aporta
claje de materiales varios y de ensamblaje de los mis- en el libro de Bassets (1981). Sobre la contrainformación
mos, por parte de personas que colaboran en las distintas telemática y la práctica hackers y ciberpunk, nos remiti-
186 Jakue Pascual y Alberto Peñalba

mos a los ejemplos que se aportan en el trabajo de Unai los primeros focos de la movida punk y contrainformati-
Guerra, Internet: el ojo del Gran Hermano (Facultad va de esta ciudad vasca en la primera mitad de los 80
Bellas Artes de Bilbo, no editado). Para el caso vasco (Espinosa y López, 1993: 26).
existe un texto donde se realiza una interpretación que 27
Constant, para llevarnos por el laberinto, debe
ubica las prácticas contracomunicativas de las radios explicar (desde su Labyratoire 1962) qué entiende por
libres, los fanzines y los grupos de rock en el ámbito de Principio de Desorientación (Andreotti y Costa,
los sucesivos movimientos de resistencia social y juvenil 1996:86-87). Las ideas que aquí se acometen sobre el
de los últimos años (Pascual, 1996). Sobre el caso con- espacio estático y el dinámico y el laberinto clásico y el
creto de los fanzines vascos en el periodo inmediatamen- dinámico ya se plantearon en el escrito de Constant
te anterior al actual, ver: (Egia y Bayón, 1997). Uno de «New Babylon» (1974). Constant aborda el espacio está-
los clásicos por excelencia de la teoría contrainformativa tico indicando cómo, para el utilitarismo, la construcción
es el texto situacionista: All the Kings Men (1963). sigue un principio de orientación, ya que si no el espacio
22 no podría funcionar como lugar de trabajo. Además,
Nos referimos evidentemente a la en principio feliz
historia de Johnny narrada en «Johnny Mnemónico» debido a que el uso del tiempo funciona con criterios de
(Gibson, 1994a) y versioneada en el film de Longo, cuyo minimización de los desplazamientos, el espacio, para
desenlace narra Molly sucintamente en Neuromante Constant, se valora en función de este objetivo. Así, es
(Gibson, 1989). en el espacio dinámico de la sociedad lúdica, donde el
23
Para sumergirnos en un viaje alucinante (en alusión principio de orientación pierde su sentido ante las fuer-
al film de Richar Fleischer E.UU. 1966 donde son minia- zas desatadas de las masas creadoras. El homo ludens, al
turizados, nanotizados, un equipo médico y un submari- no necesitar desplazarse con rapidez, intensificaría el uso
no para introducirlos en un cuerpo humano) proponemos del espacio como terreno de juego y aventura. La deso-
con Piscitelli («Nanotecnología, diseño y reconversión rientación favorece un uso dinámico del tiempo y del
industrial de segundo tipo», -Piscitelli, 1995) una lectura espacio. El laberinto, en opinión de Constant, se con-
sobre lo cierto y lo imaginario de la nanotécnica y de la vierte en un mecanismo para la obtención consciente de
investigación sobre variantes estructurales. la desorientación, considerando que el laberinto clásico
24 es determinista y que su planta es simple porque no deja
Aspecto ya anteriormente planteado por situacio-
nistas como Jorn (1958). escoger el camino. Constant reconoce que posteriormen-
25
Que se basarían según la concepción de lo especta- te se han diseñado laberintos más complejos con pistas o
cular integrado de Debord en la falsedad sin posibilidad caminos cegados, pero insistirá en que en ellos sólo hay
de réplica, en la inexistencia de feed-back entre produc- un camino correcto hasta el centro del laberinto clásico.
ción y recepción de informaciones y en la no equivalen- El laberinto dinámico, por contra, responde a que la libe-
cia en el control del medio (Debord, 1990). Un ejemplo ración del comportamiento exige un espacio social, no
caricaturesco de lo dicho lo tenemos en las informacio- existiendo un centro al que llegar sino una multiplicidad
nes facilitadas a los medios de comunicación, tras el de puntos centrales en movimiento. Ya no se tratará de
desalojo del Gaztetxe, por el Jefe del Gabinete de Infor- perderse sino de encontrar caminos desconocidos en una
mación y Relaciones Públicas de la Alcaldía del Ayunta- estructura que cambia con los extravíos, como proceso
miento de Bilbo, el 10 de noviembre de 1992: El local se ininterrumpido de creación y destrucción. Constant
encontraba en un estado deplorable de suciedad, y han advierte que no se conoce nada de este laberinto y que es
sido encontrados seis tubos para lanzar cohetes, diversos inútil proyectarlo si no se practica; incluso, es imposible
cohetes, palos, una gran cantidad de botellas de alcohol en una sociedad utilitarista y no así en la lúdica, donde la
y hasta un esqueleto humano. urbanización adquirirá automáticamente el carácter de
26 laberinto dinámico. Constant extenderá la definición del
Las alternativas al urbanismo pasarán para Jorn, del
Movimiento Internacional por una Bauhaus Imaginista, Urbanismo Unitario a la arquitectura y añade que la cre-
por la crítica al funcionalismo, por la concepción dinámi- ación y recreación continua de los modos de comporta-
ca de sus propias formas y por la construcción de una uni- miento requieren la construcción y la reconstrucción
dad ambiental que fije un nuevo modo de vida (Jorn, infinita de sus decorados.
28
1954). Siendo lo importante para el letrista Debord la Anteriormente ya habíamos realizado una primera
pasión por el juego, entendido como fundamento moral, y fructífera incursión en forma hipertextual (en Pascual y
que orienta la aproximación entre la ordenación arquitec- Peñalba, 1999). Tras publicar este libro de antropología
tónica arbitraria y el escenario de la aventura de la vida; política, realizamos una sugerente ampliación del mismo
indicando, a su vez, que algunas aproximaciones barrocas en soporte hipertextual-CD, en la que además de incluir
a este modelo de arte integral, son los castillos de Luis de los vínculos típicos entre el texto y las imágenes, se
Baviera o los pasadizos laberínticos del dadaísta Kurt introducían animaciones, juegos, fotomontajes y pelícu-
Schwitters. De lo que se tratará, en definitiva, es de trazar las que permitían hilar circularmente distintas partes de
los puntos que permitan obtener una perspectiva amplia, lo escrito con el recurso de la aproximación visual al
para así tomar consciencia de los elementos que confor- conocimiento por medio de las imágenes.
29
man una situación, o dicho de otra manera de aproximar- Para esta diferenciación nos remitimos a Gubern
se al conocimiento de las leyes generales que rigen el (1996:8).
30
azar. Para Debord todo está relacionado y sigue una lógi- La expresión del paso al noroeste, resucitada por los
ca, aunque ésta sea esquiva, como el ejemplo del nombre situacionistas, ver (1959) es tremendamente sugerente
de un bar denominado Au Bout du Monde, situado en una como metáfora de transgresión del laberinto como fronte-
zona limítrofe de un barrio parisino de ambiente noctur- ra, en la que el deseo se extravía de su ser domesticado.
no (Debord, 1955). Un caso similar a éste lo tendríamos Una breve deriva situacionista por esta expresión nos per-
en el bar Dadá de Gasteiz que, casualmente, fue uno de mitirá acercarnos a diferentes intérpretes: A de Quincey
El laberinto como frontera en la ciencia-ficción de William... 187

(1987) busca su paso al noroeste. A King Vidor, y su film cial, en cambio, es teoremática, pues el teorema es del
épico Northwest passage (USA 1940), en el que los rangers orden de las razones donde se va de un género a sus espe-
de Rogers encuentran el pasaje entre las montañas para cies por diferencias específicas y de una esencia estable a
infiltrarse a través de la frontera india. A la ficción Antár - las propiedades que derivan de ella por deducción
34
tida de Robinson (1999:249) donde se señala a Amundsen A este respecto Maffesoli (1993:110) reivindica la
como un hombre del norte que paradójicamente, habiendo oportunidad metodológica de la analogía, que aglutina y
descubierto el Paso del Noroeste, fue el primero en llegar une con una línea punteada situaciones aparentemente
al polo Sur. A Oteiza (1990: 146-152) y su teomaquia 9 en inconexas, y la relaciona con el collage, como técnica
Existe Dios al Noroeste, donde el artísta plantea la trans- dadaísta y surrealista, que reúne en un solo movimiento
gresión de los límites temporales a través de su propio formas y contenidos que, aunque separados, forman
devenir totémico. A Hakim Bey y a su interpretación de parte de la estructura del mundo de determinada época.
Croatan, sobre la atracción de lo salvaje y el paso al otro Para Maffesoli el collage opera como metáfora que une
lado de la línea divisoria; así como a sus asociaciones con y que transporta a un mismo lugar. Para este autor el
las utopías piratas de la isla de la Tortuga (Bey, 1996). De collage mezcla los géneros sin preocuparse por su eco-
éstas últimas, existen múltiples versiones como la de la nomía o su lógica propias.
35
Libertatia del capitán Mission (Defoe, 1999) o la de Bara- Constant define en su escrito «New Babylon» (op.
taria de Laffitte (Mota, 1984). En este sentido resulta muy cit.) al homo ludens como el ser humano que juega fren-
interesante la interpretación que Negri realiza del poder te al homo faber que hace de la utilidad «el criterio prin-
constituyente en la revolución americana y su indicación cipal en la valoración del hombre y su actividad». Este
de que éste pone la libertad como frontera, como su fron- paso del homo ludens al homo faber supone «la libera-
tera (Negri, 1994). ción del potencial lúdico del hombre (que) está directa-
31
Esta manera de funcionar se está extendiendo rápi- mente relacionado con su propia liberación como ser
damente en Internet gracias al sistema de código abierto, social». Se trata del paso de la sociedad utilitarista a la
siendo el sistema operativo Linux su máximo exponente. sociedad lúdica donde «asistiremos a un proceso ininte-
Linux es un sistema operativo gratuito en el que cual- rrumpido de creación y de re-creación, basado en una
quiera puede acceder al código y mejorarlo poniéndolo creatividad generalizada (y colectiva) que se manifiesta
de nuevo al alcance de todos en la red. Este sistema basa- en todos los campos de la actividad».
do en la cooperación y la puesta en común para uso y dis- 36
Satélite inspirado en el transbordador espacial ras-
frute de todos ha alcanzado un éxito sin precedentes en tafari denominado Marcus Garvey en la novela Neuro -
la red cuyo resultado es la mejora y expansión del siste- mante (Gibson, 1989).
ma Linux a gran velocidad. 37
Como recurso tomado del film «Johnny Nemonic»
32
Coja un periódico. Tome unas tijeras. Elija en el de Longo.
periódico un artículo de la longitud que pretenda dar a su 38
Deleuze y Guattari definen estos dos tipos de espa-
poema. recorte el artículo. Recorte luego con cuidado cada cios como Espacio liso y Espacio estriado, dónde el pri-
una de las palabras que forman el artículo y métalas en una mero se explica como un espacio abierto en el que se dis-
bolsa. Agítela suavemente. Ahora saque cada recorte uno tribuyen las cosa-flujo según un modelo turbulento
tras otro. Copie concienzudamente en el orden en que mientras que el segundo es un espacio cerrado compues-
hayan salido de la bolsa. El poema se parecerá a usted. Y to por un continuo de objetos. (Deleuze y Guattari, 1997)
es usted un escritor infinitamente original y de una sensi- 39
«Conozco a un tipo del Tíbet que hacía trabajos de
bilidad hechizante, aunque incomprendida del vulgo hardware para los jockeys; él decía que eran tulpas. (...)
(Tzara, 1987:50). El uso del término cut-up no se lo debe- Una tulpa es una forma de pensamiento, digamos.
mos a Tzara sino a William Burroughs y Brian Gysin, Superstición. Las personas realmente poderosas pueden
quienes en 1952 propusieron esta denominación para el dividirse y producir una especie de fantasma, hecho de
uso sistemático de la técnica avanzada por el dadaísta. energía negativa». (Gibson, 1990:250).
33
El término de ciencia nómada fue propuesto por
Deleuze y Guattari (1997:369). En este texto establecie-
ron las diferencias entre los dos tipos de ciencia, el oficial
y el nómada en base a cuatro puntos: 1. El modelo de la BIBLIOGRAFÍA
ciencia nómada sería hidráulico frente al ser de la teoría
de los sólidos en el que se basa la ciencia oficial y que (1959): «El Urbanismo Unitario al final de los años cin-
considera a los fluídos como un caso particular. 2. La cuenta», Internationale Situationniste n.° 3, diciem-
ciencia nómada supone un modelo de devenir y de hete- bre, 91-98, en (1977).
rogeneidad frente a una ciencia oficial que se apoya en un (1960): «Die Welt als Labryrinth», Internationale Situa -
modelo estable, idéntico y constante. 3. El modelo de la tionniste n.° 4, junio, 124-128, en (1977).
ciencia nómada será turbulento, como espacio abierto en (1963): «All the Kings Men», Internationale Situation -
el que se distribuyen las cosas-flujo; la ciencia oficial en niste n.° 8, enero, 288-295, en (1977).
cambio supone un espacio cerrado para cosas lineales y (1977): La creación abierta y sus enemigos. Textos situa -
sólidas. 4. La ciencia nómada se basará en un modelo cionistas sobre arte y urbanismo, Madrid, La Piqueta.
problemático donde las figuras sólo serán consideradas (1981): Alicia es el diablo, Barcelona, Hacer.
en función de los afectos que se producen en ellas, sec- (1996): Potlatch.: 1954-1957, París, Gallimard.
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