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Introducción

LOS SECRETOS DE LA INTIMIDAD CON DIOS


Si te consideras un cristiano, probablemente vives con el deseo de conocer a Dios de una manera personal y
profunda. Es muy difícil encontrar a personas que digan que ya están satisfechas con su nivel de intimidad que
actualmente tienen con Dios, por el contrario, la mayoría de la gente no está satisfecha con la profundidad de su
relación con Dios.

Cuando preguntamos a las personas que asisten a los seminarios y conferencias si desean mas intimidad con
Dios en sus vidas, un lato porcentaje de personas, incluyéndome a mí mismo y a mi familia, levantamos las manos
afirmando que sí, eso es lo que verdaderamente deseamos. El anhelo más profundo del corazón del humano es
intimidad con su creador. Claro que cuando hablo del corazón no hablo del órgano que bombea sangre en las
venas, sino del punto céntrico que hay dentro. Somos espíritu y anhelamos intimidad con el espíritu de Dios quien
es nuestro hacedor.

La insatisfacción en la relación con Dios que muchos de nosotros tenemos se atribuya a la falta de oración y a
la falta de tiempo que invertimos para estar en su presencia. Aún la gente que no conoce a Dios tiene un deseo en
su interior de conocer más de Él, solo que no saben qué hacer al respecto. “Por que las cosa invisibles de Él, su
eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio
de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” Romanos 1:20

Casi todas las personas tienen un deseo de estar cerca de Dios y tener una relación intima con Él, solo que no
saben cómo hacerlo. La vida cristiana realmente no es una cosa muy difícil de vivir cuando sabemos la
importancia de mantener las cosas primeras en el primer lugar.

Una persona que no conoce a Dios no va a entender esta realidad de ordenar y mantener a Dios en primer
lugar en su corazón, pero lo sorprendente es que un gran porcentaje de creyentes tampoco lo hacen. Aun que
exista el anhelo de aumentar la intimidad con Dios, no será suficiente el anhelo solamente, esto requiere de
tomar una acción y disposición, para hacerlo.

Como cristiano, no existe mayor satisfacción que aumentar la intimidad con Dios. Es decir una vida entregada y
dispuesta a la oración voluntariamente. Ensanchando y acercando tu corazón hacia Dios a través de la oración
cambiara por completo cada parte de tu vida de una manera radical. Una respuesta para cada problema o
dificultad que enfrentas, la encuentras en “La Intimidad con Dios”. Este cambio producirá un carácter sólido y
positivo dentro de ti y precisamente esto es lo que desea para nuestras vidas.

No ha existido, ni existirá ninguna persona en este mundo, que desee tener gozo en su vida por conocer más
íntimamente a Dios a través de la oración. Sé que suena radical, pero cuando uno sabe quién es el hacedor de
todo lo visible e invisible es más entendible. Nadie puede vivir la vida conforme al corazón de Dios, de acuerdo
con la voluntad perfecta para su vida, sin tener un nivel de aumento constante en la intimidad con Dios.

El deseo espiritual, emocional y natural de cada hombre y de cada mujer en este mundo es conocer a Dios
íntimamente. Aunque ellos no lo reconozcan, pero si lo demuestran con sus acciones. Es decir, ellos pueden
disimular fácilmente su deseo de tener una relación más cercana con Dios a través del abuso verbal o físico, es
decir, la violencia en contra de personas o cosas. Otro ejemplo son las adicciones sexuales, que son una manera
falsa para tratar de obtener intimidad, la glotonería expresa la incapacidad de estar satisfecho, o una de las otras
muchas maneras que hay de perversiones y adicciones que realmente no son otra cosa que el profundo anhelo y
deseo de tener intimidad con su Creador.
Lo que muchos llaman falta de carácter, es la razón por la que cometen muchos errores en la vida, y esto no es
otra cosa que solamente falta de madurez en el corazón humano para expresar y llenar correctamente el vacio
que tiene dentro de sí. Cuando uno está vacío de intimidad con Dios, va a buscar en algo ó en alguien llenar ese
vacío interior pero la verdad es que fuera de Dios nada ni nadie podrá llenarlo.

Toda clase de perversidad es resultado de no buscar la solución al problema que alguien enfrenta. Y en lugar
de buscar la solución en Cristo Jesús quien verdaderamente resuelve ese vacío, las personas lo buscan en otras
personas o cosas naturales. Para solucionar este vacío simplemente es entender que no es otra cosa que
solamente la falta de intimidad con Dios.

Me gusta lo que me dijo una vez el ex presidente de los Estados Unidos de América, Ronald Regan, “Las
soluciones que buscamos no son las soluciones”. Cada persona, en su interior, clama por conocer más de Dios, su
creador y hacedor. La buena noticia para nosotros hoy es que Dios desea tener intimidad contigo y conmigo. Dios
está dispuesto y siempre disponible para su creación. Él tiene contentamiento con nosotros cuando nos
acercamos a Él. No es un ogro malvado que siempre está buscando una manera nueva y diferente para castigarte,
al contrario, es un Dios amoroso y dulce, buscando atraernos para captar nuestro corazón.

Por eso alégrate, el deseo de Dios es que le conozcamos, aun mas de lo que podemos imaginar Él nos ama
abundantemente y desea llenar nuestras vidas con su amor. Tú puedes conocer a Dios a través de una vida
entregada y buscarle con una ardiente pasión para entenderlo y comprender sus emociones hacia ti. Puede ser
que esto parezca raro, pero la realidad de la vida cristiana es que la intimidad con Dios funciona bajo los mismos
principios de la intimidad terrenal.

Para conocer a alguien, tienes que desarrollar una relación con la persona, ¿verdad? Conocemos
verdaderamente a Dios, cuando invertimos nuestro precioso tiempo con un corazón dispuesto y con el deseo de
conocerlo con un amor voluntario y no religioso. No te detengas, aumenta tu hambre y sed por entenderlo en
toda su justicia y seguramente te sorprenderá solo lo mejor al estar en intimidad con Dios.

En el momento que una persona nace de nuevo, inicia un proceso que se llama “salvación”. Uno empieza a
conocer a Dios a través de una confesión de fe y de arrepentimiento de lo que Dios revela que es malo es decir, el
pecado. Esto es solo el inicio, pero no es suficiente, porque uno desea caminar y madurar espiritualmente más.

Es importante que entendamos que así como vamos conociendo a otras personas; con el tiempo y
relacionándonos a través de nuestras emociones, comprendiendo las emociones del otro, lo mismo es con Dios.
Déjame decirlo de la siguiente manera. Cuando éramos bebés, identificamos a nuestros padres por lo que nos
dieron en los primeros años de vida: amor, tiempo, atención, cuidados, provisión material, etc. Pero al crecer, y
conocerlos como realmente son, tuvimos que empezar a darles a ellos amor, tiempo, atención; algo de nosotros
mismos.

El cristianismo es algo más que confesar y arrepentirse, es una relación e interacción personal con el que ama
tú alma, es decir Dios y esto requiere dar algo de uno mismo. Para mucha gente, la oración para aceptar a Cristo y
nacer de nuevo ha sido la primera y única experiencia íntima y cercana que han tenido con Dios. ¿No es increíble?

En el momento que invitaste a Cristo para entrar a tu vida como Rey y Salvador te sientes excelentemente bien
y muy emocionado, pero después de unos días la emoción se fue y comienzas a darte cuenta que tu relación con
Dios se va. Es ahí donde empiezas a darte cuenta te va a demandar incrementar ese vinculo mayor al igual que en
cualquier otra relación. Si este es tu caso es tiempo de reiniciar la intimidad y cercanía con tu Padre Celestial.
Si el deseo de tu corazón es estar cerca de Dios, debes iniciar otra vez. Ahora. El deseo de Dios es caminar
contigo de una manera personal, así como un esposo ha sido diseñado para caminar con su hermosa esposa y
viceversa. Uno de los conceptos más importantes que vas a captar en este libro: “Los Secretos de la Intimidad con
Dios” es; que la intimidad con Dios inicia, con el entendimiento de esta realidad: “A Dios le encanta estar
contigo”.

Le da placer saber que tú deseas estar a solas con Él para aprender y entender más sobre sus emociones,
pensamientos y caminos. ¿Esta experiencia es parecida al estar con cualquier otra persona?

Claro que si porque nosotros hemos sido creados a su imagen y semejanza. Nosotros somos así porque Él nos
hizo como Él es. Puede ser que no haya nada más fantástico que este concepto; Dios tiene su contentamiento
consigo mismo. Te brindara mucho gozo, así como una verdadera felicidad en tu vida estar de que Dios está
encantado en tus débiles e inmaduros intentos de querer conocerlo.

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